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SECRETÍSIMA VIRTUAL

VEINTE MENSAJES DE AMOR Y UNA CARTA DESESPERADA

DE: María Brandán Aráoz

1 - MENSAJE 1

DE: SV
PARA: XW
ASUNTO: Una propuesta

Hola, XW:
Te vi entrar en el locutorio con tu mochila negra marcada con esas letras. ¿Quién puede llamarse XW?
¿Serán las iniciales de un nombre?
Me pregunté esas y un montón de cosas más, mientras te espiaba por el reflejo de la pantalla (ya que ahí
nomás dejé de copiar los datos para un trabajo de Literatura del colegio y empecé a mirarte de reojo). Sos lindo
y me caíste simpático; hasta me gustaron los rulos castaños que te caían en la frente, y que vos, enfurecido,
tratabas de apartar con la mano y no podías. Me gustó tu mirada fija en la pantalla (creo que tenés los ojos
claros) y me hizo gracia que, por ser tan alto y tan flaco, te costara acomodar las piernas debajo del escritorio.
¡Qué forma de teclear en la computadora! Parecía que le querías sacar chispas. ¿Estabas enojado, XW?
Por eso, cuando te paraste y fuiste a hablar con el malhumorado de la mesa de entrada (le pedías algo que él
no encontraba, y supuse que era una birome), me incliné con disimulo y espié el e-mail que estabas escribiendo.
Soy rápida y tengo buena vista; me bastó una ojeada para ver y memorizar tu dirección, todo al mismo tiempo.
Por suerte, tardabas en volver; el malhumorado probó varias veces hasta darte una birome que sirviera.
Todavía no estás de vuelta, XW (vi que decidiste ir al baño), mientras yo, muy concentrada, te escribo este
mensaje.
¡Pará! No te hagas ninguna película, que no soy ni muy linda ni muy simpática, y en tres meses cumplo
quince. Soy una chica común y corriente que quiere ser tu amiga virtual. Te propongo que nos mandemos
mensajes una o dos veces por semana porque…me gustaste como amigo. A veces me siento un poco aburrida y
solitaria. ¿A vos no te pasa lo mismo, XW? Sí, ya sé que todos los chicos de nuestra edad chatean, pero no es lo
mismo. En el chat me pongo nerviosa, escribo mal, contesto cualquier pavada. Y yo siempre fui de escribir
cartas, desde chiquitita.
No, a mí me gustaría que cada uno pudiera contarle al otro lo que quisiera con tiempo, y sin tener nunca que
avergonzarse de algo que confesó ni verle la cara cuando se lo cuenta o después de que se lo repitió a medio
mundo (como hacen más de la mitad de mis compañeras).
Ya sé lo que vas a decir: “¡Qué viva, ya me conocés y yo no!”. Y sí, tengo esa ventaja: te vi primero. ¡Eso te
pasa por no darte cuenta de que yo estaba en la computadora de al lado! Bueno…la cosa viene así: ¿querés que
nos mandemos mensajes por correo electrónico? Si estás dispuesto, mis reglas son: no nos conoceremos nunca,
ni de nombre, y cada uno podrá escribir lo que tenga ganas sin necesidad de mentir (total…no sabremos jamás
quiénes somos). Ah, ¡no se te ocurra preguntarle al “malhumorado de la mesa de entrada”!, porque, a partir de
hoy, me cambio de locutorio; además, no soy del barrio y es la primera vez que vengo a este telecentro.
Tampoco te des vuelta ahora para mirar a la chica de la máquina de al lado. Sería un chasco total, ya que se la
dejo a una señora. No me vas a encontrar, por la sencilla razón de adelantado) y saldré antes de que hayas
tenido tiempo de acomodarte en tu asiento (eso te pasa por ser tan alto; yo apenas llego al metro sesenta).
Si tenés ganas de que seamos amigos anónimos y charlemos de nuestras cosas, escribime a

secretísima@vitual.com

Si no te interesa o te aburre iniciar una amistad a cieas, no me contestes y punto.


Ah…dejá de aplastarte con tanta rabia los rulos cuando te caen en la frente: ¡te quedan recancheros! ¿Hasta
pronto o hasta nunca, XW?

SV (Secretísima Virtual)
2 - MENSAJE 2

DE: Xavier Wagner


FECHA: Martes 21 de septiembre, 07:36 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Tu amigo virtual

Hola, Secretísima:
¡Acertaste!, son las iniciales de un nombre: Xavier Wagner. El que se llama así es el hermano de mi madre
que vive en los Estados Unidos, no yo. Las últimas vacaciones que pasamos juntos en Texas, mi tío me dio su
mochila de estudiante (estaba nueva aunque él ya tiene ¡cuarenta años!).
En cuanto al lugar en el que me encontraste…, no suelo entrar ahí nunca, pero mi computadora está en arreglo
y tenía que conectarme con un chico que vive en México para pedirle unos datos que necesitaba sobre Chiapas
(estoy haciendo un trabajo para el colegio). Ya ves, me encontraste ahí de casualidad y me divirtió tu
mensaje…y tu nombre: Secretísima Virtual. Así que estoy dispuesto a seguirte la corriente…, digo a comenzar
una amistad a ciegas y a respetar tus reglas. Podés escribirme a

xwagner@virtual.com

ya que a partir de ahora será mi nueva dirección. La anterior no corre más. Como no querés que sepamos
nuestros verdaderos nombres, la elegí par que sigas llamándome XW.
Tu ventaja es conocerme; la mía es que me voy dentro de tres meses a vivir a Texas, y por noventa días puedo
aguantar la curiosidad de no saber quién y cómo sos. Mi tío nos va a alquilar una casa y a conseguir un contrato
para mi padre en la compañía de turismo donde él trabaja. Mamá también es norteamericana; por eso todo nos
va a resultar más fácil. Mis viejos dicen que quieren probar establecerse allá porque en la Argentina las cosas
están mal, y que ya no podemos “vivir con lo nuestro”. Papá es ingeniero electrónico pero lleva cuatro años
manejando un taxi doce horas por día. Cuando él vuelve, mamá está durmiendo, ya que es maestra de inglés y
se levanta a las seis de la mañana. ¡No se ven nunca!
¡Basta de aburrirte con pálidas y problemas de familia! La culpa es tuya, SV, por decir que podíamos
contarnos lo que se nos diera la gana y…¡yo estoy mal por tener que irme! Acá tengo a mis amigos del fútbol
(no soy un fanático pero jugamos en el club casi todos los viernes a la noche), a mis amigos del colegio y a mis
seis primos varones argentinos. Papá nació en Lanús y su hermana menor tuvo un hijo por año; la mayor es
soltera y vive en Azul, con mi abuela. Amigas no tengo; no me llevo muy bien con las chicas, nunca sé que
decirles y odio que me hagan preguntas.
¡Qué importa que no seas muy linda ni muy simpática! Total, nunca vamos a conocernos y seremos amigos
virtuales solo por tres meses.
Además, para mí las chicas se dividen en tres grupos: las que se creen lindas, las que se sienten feas, y las
comunes y corrientes. Las creídas viven pendientes de tocarse el pelo, reírse de cualquier pavada y no paran de
hablar sin decir nunca nada (que a mí me interese). Las acomplejadas viven pendientes de tocarse el pelo,
malhumorarse por cualquier pavada y estudiar de memoria para ser las primeras de la clase. Las creídas y las
acomplejadas no me interesan. Por eso me alegro de que seas de las comunes y corrientes, las únicas que valen
la pena. Lástima que yo sea demasiado tímido para encararlas, entre otras cosas. Tengo amigos que se mueren
por ir a bailar todos los sábados y ponerse de novios con cualquiera. Yo estoy en otra, SV. Hasta ahora no
encontré una chica que me gustara en serio. Puedo esperar, ¿no?, acabo de cumplir dieciséis el mes pasado.
Gracias por elogiar mis rulos, sos la primera persona que los encuentra cancheros. Igual, me los voy a cortar
el rape. ¡No los soporto!
Espero tus noticias, SV, y que me cuentes más cosas sobre vos. Ya que fuiste l que iniciaste los mensajes, te
corresponde dar ese paso.
Además del metro sesenta, ¿podrías darme otros datos? ¿Rubia, castaña morocha o pelirroja? ¿Ojos de qué
color? Los míos no son claros (lamento desilusionarte), sino castaños como el pelo.

XW (Xavier Wagner, sobrino)

3 - MENSAJE 3
DE: Secretísima Virtual
FECHA: Sábado 25 de septiembre, 11:15 AM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: Soy como soy

Hola, Xavier:
¡Qué bueno que contestaste! Me conformo con tu amistad virtual, aunque me da pena que te mudes a los
Estados Unidos. Supongo que sabrás hablar inglés (por tu mamá norteamericana), pero vas a tener que cambiar
de amigos y aprender a jugar al béisbol. Aunque tal vez te acostumbres rápido; uno nunca sabe.
Mi pelo y mis ojos son oscuros (común y corriente, ya te lo dije). Contestadas tus preguntas, paso a otros
temas. Soy única hija mujer y tengo un hermano de nueve años, Rafa, que está en la edad del pavo aguda; no
para de jugar a la pelota, no solo en la vereda sino adentro de departamento. Este año el vidrio de la ventana del
living se cambió tres veces. Quizá, cuando sea grande, tengo cientos de admiradoras y gane millones como
goleador, pero mientras tanto él es el hincha de la familia. Aunque nos peleamos todo el tiempo, igual nos
queremos un montón, Mis padres trabajan todo el día en su empresita textil: los dos son diseñadores de
indumentaria. A Rafa lo va a buscar al colegio mi abuela, que vive a dos cuadras, y lo cuida de 5 a 9 en su casa
con jardín. Ahí tiene más espacio para entretenerse con sus goleadas y pelotazos. Se supone que mis abuelos
tienen que vigilar que también haga los deberes y estudie, pero no hacen otra cosa que malcriarlo y darle todos
los gustos. ¡Está insoportable!
Yo prefiero volver del colegio a casa, con tiempo para estar sola y hacer lo que quiero. Me dejan, siempre y
cuando estudie, avise a mi abuela si salgo, con quién, a dónde voy, a qué hora vuelvo, y me visite con las
amigas del barrio. Mamá dice que, si no está enterada de todos mis pasos o no voy a la casa de los abuelos, no
está tranquila porque hay mucha inseguridad; que por todos loados hay patotas, peleas, violencia, robos y
secuestros (reales y simulados); que, de solo leer los diarios y ver los noticieros por televisión, ella se pone loca.
Yo apago la tele cuando me aburre; prefiero escuchar música o jugar a las cartas en la computadora. También
me gusta leer libros que me atrapen. Papá me presta los suyos de cuando era chico, y yo elijo otros de aventuras
y misterio en la librería de usados de mi barrio, o los intercambio con mis amigas. Secreteando, Acorralados en
la montaña y Plan de escape, de Brenda Rice, son mis favoritos.
Me reí mucho con tus categorías de chicas: no puedo creer que pensemos lo mismo. Las creídas son histéricas
y orgullosas, y las acomplejadas, dramáticas y masoquistas. En mi opinión, no está nada mal ser de las comunes
y corrientes.
Yo tampoco me vuelvo loca por ir a bailar a las matinés, y menos este año, en que tengo tantas fiestas de
quince. Dudo de que yo haga una para mi cumpleaños, ya que a mis viejos no les sobra la plata. No importa,
prefiero recibir de regalo algo que siempre quise tener: un radiograbador digital con CD y dos buenos parlantes.
Como te dije, me encanta escuchar música cuando estudio a preparo trabajos para el colegio; también cuando
juego en la computadora o leo antes de dormirme. Mi conjunto argentino preferido es Fantasmas; me sé de
memoria todas las letras. ¿Conocés esa que dice?:

Fantasmas que aparecen en noches estrelladas.


Ocultos en cortinas y bajo las almohadas.
Fantasmas que enloquecen en cada madrugada
y habitan pesadillas de mentes alteradas.
ESTRIBILLO
Fantasmas que aúllan sin bocas.
Fantasmas que huyen y provocan.

¿Te gustan las historias de terror, XW? Te voy a contar una. El otro día tuvimos Química ¡tres horas
seguidas! Sí, como lo oís, la profesora dijo que estábamos “atrasados con el programa” (la anterior renunció y
demoraron un mes en encontrar a esta suplente) y le pidió a la rectora la mañana entera para su materia. ¡No
dábamos más! La última hora me la pasé haciendo ejercicios en mi cuaderno. ¡La cabeza me daba vueltas!
Otros chicos la apoyaron sobre sus pupitres y se hicieron una siestita encima de los libros. Yolanda, la suplente,
que no paraba de anotar fórmulas y ejercicios en el pizarrón, no se dio cuenta de que la mayoría estaba en
cualquier parte. Para peor, después del colegio yo tenía clase particular de Física, dado que me fue mal en la
última prueba. ¡Qué pesadilla!
¡Apuesto a que te encantan la Química y la Física! Tenés cara de traga, XW. ¿O me equivoco?
No te preocupes por no encontrar una chica que te guste en serio; a lo mejor tu destino es descubrirla en
Texas y casarte con una norteamericana, igual que te papá. Yo tuve un novio durante seis meses que se llamaba
(se llama) Marcos. Rompimos en julio, cuando él se enganchó con una creída. Igual seguía conmigo porque le
gustábamos las dos y no se animaba a decirme nada. Por suerte una amiga mía lo vio en el cine con la otra y me
lo contó. Macos no quería cortar definitivamente y tuvo el coraje de pedirme “un tiempo para estar seguro”. Le
dije que se tomara todo el tiempo del mundo y no volviera más por casa. Después me enteré por mi amiga de
que con la reída no había durado ni un mes. Llama de vez en cuando, pero no lo atiendo; ahora yo estoy
“descreída” de él y de todos los histéricos parecidos.
¿Qué significa para vos que te guste alguien en serio? Somos amigos, podés confesarme qué querrías
encontrar en una chica. ¿Estás seguro de que no conocés ninguna? A lo mejor sí, y todavía no descubriste que
ella te gusta porque andás distraído en otras cosas. ¡Pensalo!
¡Hasta la próxima!
Secretísima

4 - MENSAJE 4

DE: Xavier Wagner


FECHA: Lunes 4 de octubre, 09:37 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Una invitación

Hola, Secretísima:
Perdón por m i silencio de la semana pasada, espero que no te hayas ofendido conmigo. Yo estuve un poco
enojado por lo de Marcos, pero ya se me pasó. Hablando en serio: no te escribí porque me tomaron cuatro
pruebas seguidas: Historia, Geografía, Literatura y Contabilidad. ¡Esa fue mi pesadilla! En Literatura estamos
leyendo a Unamuno: una fijación que tiene la profesora. Igual, es bastante bueno como escritor; al menos
parece normal, aunque a veces no tanto. Nos dio dos libros de él: San Manuel Bueno, mártir (¡mártires,
nosotros) y La tía Tula (que es un poco pesada). Cuesta leerlos al principio, pero después zafan.
En las demás pruebas me fue bien ya que estuve toda la semana encerrado estudiando sin
poder ir al locutorio (mamá suspendió internet en casa para reducir gastos). Y aunque no soy un fanático de los
deportes, extrañé los partidos de fútbol que se arman con mis amigos los viernes a la noche en el club de mi
barrio.
Noticia de último momento: el próximo sábado hay una kermés en mi colegio, y te invito aunque seas mi
amiga Secretísima Virtual. Voy a estar en el puesto del tiro al blanco para vender boletos y entregar los
premios. No hay peligro: podés pasar por mi colegio sin darte a conocer y verme de lejos en plena acción.
Tenemos que recaudar fondos para el comedor de chicos pobres “ Jesús Misericordioso”, que está apadrinado
por mi colegio, pero lo que juntemos en las rifas (nosotros donamos los premios) va a ser para un viaje a Salta
que estamos organizando los de tercer año. Yo no voy a poder ir (aunque me encantaría tomar el Tren de las
Nubes), dado que para esa época estaré en los Estados Unidos. Igual, no les puedo fallar a mis compañeros, así
que voy a colaborar en la kermés. ¿Vendrás a verme, SV? Dale, vení.
Por las dudas. Miraré a todas las chicas que pasen cerca de mi puesto, con la esperanza de reconocer entre el
montón de creídas, acomplejadas, y comunes y corrientes, a esa castaña de ojos oscuros que sos vos.
¿Cómo tiene que ser la chica que me fleche en serio? Apenas la vea me voy a dar cuenta. Los únicos
requisitos previos son: pertenecer al grupo de las comunes y corrientes (eso ya te lo dije), sorprenderme la
mayor parte del tiempo y ser divertida cuando estemos juntos. Odio aburrirme, SV, ¿y vos? No importa tanto si
uno está triste o contento, porque la mayoría del tiempo nos pasan las dos cosas juntas, pero aburrirse con otra
persona…¡no lo soporto!
Nunca me aburro cuando estoy solo; siempre se me ocurren cosas divertidas o interesantes para hacer. Igual
que vos, juego o trabajo en la computadora, y leo otros libros que me gustan, sobre todos de misterios, ciencia
ficción o aventuras: Tren al infierno, Los robots también mueren y Coraje se escribe con J, de Steve Mouser,
son tres de mis libros favoritos. Me los mandó mi tío XW desde Houston y me parecieron ¡fabulosos! Aunque
el autor sea poco conocido acá. Te los prestaría, si superas leer en inglés.
Estoy seguro de que vos tampoco te aburrís cuando estás sola. ¿Qué hacés para divertirte, SV? Yo a veces
colecciono chistes, los recorto de diarios y revistas, y con los mejores armo un álbum. Si estoy de mal humor,
repaso mis álbumes chistosos y se me pasa la mufa durante un buen rato. También alquilo películas graciosas
aunque sean viejas y estén todas reyadas; o me acuerdo de los papelones que hice y los que hicieron otros, y me
río a carcajadas.
Ahora mismo te voy a contar una historia que me pareció divertida. Pancha es una perra mestiza que vive en
una casucha en el jardín del colegio. Como es muy ágil y guardiana, a pesar de que está esperando cachorros, la
tienen para que cuide, sobre todo durante la noche, y le avise al casero si entró algún intruso. Una semana atrás,
a eso de las doce, Pancha empezó a ladrar como enloquecida. Tristán, el casero, prendió todas las luces de
afuera y se asomo a la ventana para ver si había alguien en el jardín. Nada. Pancha siguió ladrando cada vez
más fuerte, aullaba, gemía, iba de un lado para el otro como poseída, rascaba la puerta…Tristán pensó que un
ladrón había entrado en el parque y llamó a la policía.
Vinieron cuatro patrulleros y rastrearon todo el lugar. Nada. Pancha seguía ladrando furiosa, daba vueltas
alrededor de la casa y rasguñaba la puerta de la cocina.
-¿Se habrá metido alguien ahí? –le dijo un policía.
-No puede ser, yo cerré con llave y cerrojo antes de irme a dormir, y sigue puesto –contestó el casero.
Pancha seguía ladrándole, furiosa, a la perta.
-Abrá, nosotros vamos a revisar –ordenó el oficial.
Tristán dio vuelta la llave, abrió el cerrojo y dejó pasar a los policías. Dos de ellos patearon la puerta y
dispararon al aire, gritando:
-¡Suelten las armas, están rodeados!
Al mismo tiempo, Pancha dio un salto y se metió de cabeza en la cocina.
-¡Qué perra guardiana! –exclamó un policía.
-Va en busca del ladrón –comentó el otro.
Como no volvió a salir y tampoco se oyeron más ladridos, los oficiales entraron a registrar la casa.
Para su sorpresa, no vieron intrusos ni ladrones ¿Por qué había ladrado tanto la perra, entonces? ¿Por qué ya
no ladraba? Muy simple, el encargado se había olvidado de sacar afuera su plato de comida, ella lo había
encontrado en la cocina y ¡lo estaba devorando!
Me reí mucho cuando me lo contó Tristán, imaginándome la cara de furia de los policías y todo el lío que se
había armado solo porque ¡Pancha estaba muerta de hambre!
En esas cosas pienso, cuando siento tristeza por tener que irme dentro de tres meses a los Estados Unidos. Y
ahora también pienso en vos y en cómo me está costando cumplir con mi promesa de no conocerte. Aunque ya
la hice y la voy a respetar ¡cueste lo que cueste!
Vos, que ya me conociste, ¿por qué no venís a mi kermés? Te aseguro que esta vez, si veo a la chica que me
gusta, no voy a estar distraído. Pensalo, SV…, y ¡animate! ¿Te VEO-VEO?
Xavier

5 - MENSAJE 5

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Jueves 14 de octubre, 08:45 AM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: ¡Te vi!

Hola, Xavier:
Te vi-vi en el tiro al blanco: como prueba basta el botón que le faltaba a tu remera Pingüino azul; aunque no te
perdono que te hayas cortado los rulos. ¡Con lo cancheros que te quedaban! No trates de adivinar cuál de esas
chicas que viste pasar soy yo: nunca lo vas a descubrir. Estaba donde no podías verme mirándote con mi
largavista. Es un aparato diminuto que usaba mi abuela cuando era joven par ir al teatro Ópera y, aunque ahora
está viejo, es igual de potente. Además, por su pequeño tamaño tiene la ventaja de no llamar la atención.
Te vi desde lejos y me reí mucho pensando en que tratarías de descubrirme entre todas esas chicas que
jugaban a tirar (y se te tiraban) y nunca acertaban al blanco ni les dabas bolilla.
A lo mejor porque eran creídas o acomplejadas. ¿De las comunes y corrientes no se presentó ninguna?
Me divertí mucho en la kermés mirándote de lejos, y comiendo unos panchos gigantes y riquísimos que
vendía un chico morocho, muy simpático, del puesto número nueve. Mucha experiencia no tenía; las salchichas
se le resbalaban dentro de la olla y no acertaba cuando les ponía mostaza. Atendía y hablaba sin parar: un
personaje.
Después, el jardín era tan grande que me llevó un rato largo dar toda la vuelta, visitar la casa de Tristán (por
suerte no estaba) y encontrar a Pancha. ¡Me reí mucho acordándome de tu cuento! Y le di una salchicha por las
dudas de que ese día también estuviera con hambre. Creo que nos hicimos amigas, pero no hay peligro: Pancha
me va a guardar el secreto dado que no puede decirte cómo soy ni dónde vivo.
En serio, me gusta que respetes tu promesa, XW, porque, si no, esto termina como empezó, de un e-mail para
el otro. Acordate de que te vas a los Estados Unidos dentro de dos meses y pico. En cuanto a Unamuno, a mi
papá le gusta; en su biblioteca vi la novela Niebla y, por lo que decía en la contratapa, me parece que es de
amor y me dieron ganas de leerla. También encontré su obra autobiográfica Cómo se hace una novela. La hojeé
y no me pareció nada difícil, creo que la voy a entender. ¡Ya que no puedo leer esos de Steve Mouser que son
tus favoritos…! Es inútil, aunque estudio inglés en el colegio y me esfuerzo en tragarlo, no hay caso, ¡no me
entra!
Este mensaje va a ser corto porque tengo que ir a casa de mi madrina, que es modista, a probarme un vestido
celeste, largo, que me está cosiendo. Mamá y papá quieren hacerme la fiesta de quince; me lo dijeron el otro
día. ¡Era una sorpresa! El radiograbador se lo van a comprar usado, muy barato, a un vecino que hace una feria
americana debido a que viaja a México y se va con lo puesto.
El club de nuestro barrio tiene un salón grande que se usa para fiestas y conferencias, y a nosotros nos le
ceden gratis; la comida la van a preparar entre mi mamá, mis abuelas y mis tías, y el vestido me lo regala mi
madrina. Yo no me esperaba una sorpresa así para mis quince, ¡estoy tan contenta!
Lástima que no puedes venir, XW; aunque quisiera invitarte, el 28 de diciembre vas a estar en los Estados
Unidos. Podés decirle a algunos de tus amigos del colegio que los invito, así te cuentan por carta cómo estuvo
la fiesta. Y yo prometo mandarte el último e-mail el 29 para darte mi versión.

¡No dejes pasar otra semana sin escribir, XW! ¡Yo fui a tu kermés!
Secretísima.

6 - MENSAJE 6

DE: Xavier Wagner


FECHA: Miércoles 20 de octubre, 09:16 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: La kermés

Hola, Secretísima:
¡Estabas y no te diste a conocer! ¡Si fuiste capaz de eso, sos capaz de todo! Y yo entretenido en mi puesto del
tiro al blanco sin sospechar nada. Con razón no pasó una chica como las que a mí me gustan: porque vos me
mirabas de lejos con el largavista de tu abuela. Son las reglas del juego y las acepto, aunque me cuesta mucho
seguir cumpliendo con la promesa que te hice.
Mi profe volvió a la carga con Miguel de Unamuno, ahora tenemos que leer Abel Sánchez. Este libro me
gustó más que los otros ya que tiene mucho de psicología y te lo leés de un tirón. En realidad es la historia de
Joaquín Monegro, más que la de su amigo Abel. Joaquín es una especie de Caín que en el fondo odia y envidia
a su mejor amigo, casi su hermano, desde la infancia. Según dice el autor en el prólogo;”…es una historia de
pasión, el más doloroso experimento que haya yo llevado a cabo…” Para peor, Joaquín le presenta a su amigo
la chica de la que está enamorado, y Abel, que se convierte en un gran artista, pinta un retrato de Helena y
termina casándose con ella. Después de leer el libro nosotros tenemos que hacer un texto de opinión y una
comparación entre el argumento de la novela y la pelea de Mozart con Salieri que aparece en la película
Amadeus. Salieri también envidiaba el talento de Mozart, por eso le hacía feroces críticas. El problema es que
justo ahora tengo un montón que estudiar para Instrucción Cívica (¿te conté que el profesor adelantó el
escrito?). Estoy en el horno, ¡no doy más!
Me alegró lo de tu fiesta de quince, aunque me da rabia no poder ir, ¿Decirles a mis amigos de tercer año que
vayan? ¡Ni loco! No son de fiar esos pibes, aunque es cierto que son piolas y simpáticos, como el que te atendió
en el puesto de panchos. Bue…, después de todo, ¿por qué no? Total, yo voy a estar viviendo en otro país. OK,
mandame varias invitaciones, que antes de irme yo se las paso a los chicos.
Pensándolo bien, prefiero que vayan mis amigos y no el histérico de Marcos ¿Te sigue insistiendo por
teléfono? Yo que vos, seguiría firme en la negativa; esos pibes que hacen doblete no tienen arreglo, siempre
terminan armando el mismo jueguito. Apenas una les da el sí, conquistan a otra y empiezan la historieta de
nuevo. Los Marcos son unos COLGADOS.
Ya que estamos en plan de confidencias, te confieso que no fui del todo sincero, SV. Si hubo una chica CC
(común y corriente) que me gustó en serio. La conocí en abril del año pasado en la Feria del Libro; se llama
Beatrice (pelo claro, ojos castaños, como de mi altura), vive en Bariloche y estaba de paso por Buenos Aires.
Salimos las tres semanas que duró la Feria (su madre atendía el stand de la provincia de Río Negro) y tres días
antes de partir nos pusimos de novios. Los dos sabíamos que iba a ser difícil mantener un noviazgo a la
distancia, pero quisimos probar. Nos mandamos fotos, cartas, algunos e-mails, chateamos y hablábamos por
teléfono una vez a la semana. En julio, ella volvió con su madre para la Feria del Libro Infantil y salimos
durante otras tres semanas. El día antes de irse me confesó que ya no tenía pilas conmigo; yo le dije que
tampoco (aunque no era del todo cierto) y rompimos. Nunca más supe de Beatrice, pero siempre me quedará la
duda de qué habría pasado si ella no hubiera vivido tan lejos de Buenos Aires.
No te lo dije antes porque yo también tengo mis secretos, aunque de a poco te los voy a ir contando, SV.
Esta vez solo dejé pasar seis días para escribirte, a pesar de que me dio rabia que fueras a mi kermés y te
mantuvieras en el anonimato. ¿No te tentó un poco la idea de conocernos? ¿A qué le tuviste miedo? Mejor no
me contestes, creo que te entiendo. Mantengamos esta amistad hasta que me vaya a vivir a los Estados Unidos
sin correr el riesgo de quedarnos sin pilas. Siempre podemos seguir escribiéndonos de un país al otro, ¿no? Así,
nuestra amistad virtual podría durar meses, años o toda la vida. ¿Se me fue la mano? Nunca se sabe.
Yo, cuando más distraído estaba, encontré a una chica CC que me gusta, le encanta jugar a los misterios y su
nombre empieza con S. ¿Te suena a alguien conocido? Dijiste que nos contáramos todo, por eso decidí que era
tiempo de que lo supieras. No tenés que contestarme ni decir nada.
Un beso a la distancia.
Xavier

7 - MENSAJE 7

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Jueves 28 de octubre, 06:55 PM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: Confidencias

Hola, Xavier:
Pasó algo terrible: Marcos se cayó de la bicicleta, quedó colgado de una pierna…¡y se la rompió! ¡Ni que le
hubieras echado maldiciones! Ahora no tiene que darte celos sino pena: al pobre le pusieron una bota de yeso
hasta la rodilla... Me enteré ayer, por su hermana (somos amigas), que me llamó para invitarme a su fiesta de
quince.
-Está muy caído porque tiene para dos meses de yeso y, después de que se lo saquen no va a poder jugar al
fútbol ni hacer deportes hasta quién sabe cuándo- me explicó.
Cambio de tema. Se llamaba Beatrice, mirá vos, y te lo tenías bien calladito. ¿Qué fue lo que te flechó de ella,
además de ser CC? Se divertirían juntos, me imagino, aunque después se hayan quedado sin pilas. Lo que más
me molesto de tu cuento fue que se escribieran e-mails. ¡Pensé que yo era la primera chica virtual de tu vida!
Aunque supongo que la relación de ustedes era muy distinta, con noviazgo de por medio, fotos, cartas y todas
esas semanas de salir juntos en las Ferias del Libro. Bueno, ya terminaste (con las pilas gastadas), ahora dejá de
preguntarte que habría pasado si ella hubiera vivido en Buenos Aires. Según los poetas, la distancia es como el
viento: apaga el fuego chico y aviva el grande. Sacá tus propias conclusiones.
Ya que estamos en tren de confidencias (como vos decís), te confieso que también me gusta mucho leer
poesías; mi libro favorito es Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda. Al principio
le leí de mala gana porque me lo habían dado en el colegio, pero después…A lo mejor a vos las poesías te
parecen cursis, como a casi todos los varones de mi clase; en cambio, yo creo que son lindísimas. Las habrás
leído en el colegio, supongo, antes que a Unamuno. ¿Te acordás de la número 15?:
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca…
¡Cómo la entiendo! A mí también me gusta que calles y estés ausente, que cuando nos escribimos (o nos
leemos) no podamos oírnos ni vernos. Me gusta pensar en vos, XW, cuando estoy sola; hablarte y que no
puedas contestarme. Callado, ausente, como dice el poema. Reíte de mí si querés, no me importa. Voy a
confesarte algo más (ya que vas a cumplir tu promesa de no verme nunca): me gustó lo que dijiste y, aunque no
me lo pidas, te contesto. Yo también conozco un chico CC que me gusta, le encanta jugar a darme celos y el
nombre empieza con X. ¿Te suena a alguien conocido? Vos tampoco digas nada. ¡Y amigos como siempre!
Estuve en tu kermés el otro día para volver a verte de lejos. ¿A qué le tuve miedo? ¿Por qué no me acerqué al
tiro al blanco? Le tuve miedo a que nos quedáramos sin pilas después de salir un par de semanas, sin haber
llegado a conocernos a fondo; miedo a dejar de ser sinceros para tratar de impresionarnos mutuamente
aparentando ser algo que no somos; miedo a no saber, por timidez o por vergüenza, cómo piensa y siente
(realmente) el otro. Le tuve miedo a perderte, XW, y a perder lo que ahora siento y comparto con vos.
Todas las chicas que conozco gustan de chicos a los que ven lindos, piolas, con onda y, después de un tiempo,
las desilusionan. Peor, nunca llegan siquiera a gustar de otros chicos CC a los que de entrada consideran medio
feos, nabos y sin onda. Así pierden la oportunidad de ilusionarse después de un tiempo de conocernos
realmente. Un día, no sé cuando, me convencí de que casi nunca se dan las dos cosas a la vez: lindos por fuera y
por dentro; me convencí de que el amor a primera vista es puro cuento, y ya no me engaño. Por eso elegí esta
relación virtual y sincera con un CC que se va del país dentro de dos meses. ¿Cómo fue que me puse tan seria,
XW? Mejor cambio de tema.
Te voy a contar mi peor papelón, aunque no sea tan divertido como en el cuento de Pancha, la perra de tu
colegio.
Cuando estaba en tercer grado, la maestra nos preguntó si alguno quería participar en el acto de fin de año. Yo
levanté la mano y dije que sabía un baile que me había enseñado mi profesora de danzas clásicas: una chica
disfrazada de nube corría por el escenario, se escondía a veces y en otros momentos mojaba con su regadera
todo lo que encontraba a su paso: a un chico disfrazado de árbol, a otros de flores y a algunos peatones que
bailaban protegidos debajo de sus paraguas. También había “chicos arco iris” y “chicas sequía”. La letra de la
canción, que se llamaba “Nube de lluvia”, iba describiendo lo que hacían los personajes en escena. A mi
maestra le gustó la idea, pero pidió que usáramos papel picado en lugar de agua.
Organicé el acto con mis compañeras, aunque el problema fue conseguir la música. La profesora de baile era
la única que la tenía grabada en un disco de pasta de su abuela, ya que era una canción muy vieja. Por suerte,
nos lo prestó y también un viejo tocadiscos portátil para que una de nosotras grabara la canción en su casetera.
Llegó el día del acto. Cuando sonó el timbre para comenzar, la maestra recibió un llamado de su hijo al
teléfono celular y tuvo que irse porque no se oía bien; le pidió a una chica que encendiera el equipo, y salimos a
escena.
Arrancamos bien el baile, pero la canción estaba mal grabada, se salteaba partes y en otras patinaba. Con el
bochinche de la sala y el silbido de los parlantes, nosotros no oíamos bien y seguimos bailando de memoria,
como habíamos ensayado, sin darnos cuenta de que lo que hacíamos no coincidía con las explicaciones de la
letra. Yo rociaba las plantas mientras el cantante, justo en ese momento, decía que las mataba la sequía.
Rociaba la tierra y la canción clamaba por la nube ausente. Los peatones corrían debajo de sus paraguas y yo,
subida a un banco, los mojaba con mi regadera cuando la letra los invitaba a cerrarlos porque acababa de salir el
sol. Me arrodillaba en el piso ante el arco iris, y la canción decía que “la nube no se rinde durante la tormenta”.
¡Un desastre! La gente se reía a carcajadas, y nosotros no sabíamos por qué. La directora y la vicedirectora,
sentadas en la primera fila, estaban coloradas a más no poder y nos hacían señas raras que tampoco
entendíamos. De repente, paró la música y nuestra maestra salió a escena:
-Chicas, esto es un desastre. Se suspende el acto. Y en un murmullo nos explicó lo que había pasado. Nos
fuimos del escenario corriendo, muertas de vergüenza.
Fue el peor papelón que recuerdo, aunque los demás chicos dijeron que nuestro acto había sido el más
divertido de todos.
Un beso en ausencia.
Secretísima.

8 - MENSAJE 8

DE: Xavier Wagner


FECHA: Martes 2 de noviembre, 08:24 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: ¿Acepatarías…?

Hola, Secretísima:
Me encantó tu último mensaje, lo leí tres veces. El cuento de tu papelón estuvo buenísimo. Me reí un rato largo
con “Nube de lluvia”, y lo pegué en mi álbum de chistes.
Qué mala pato la de Marcos. ¡Cuidado con tenerle demasiada lástima, acordate de las que te hizo! Si vas con
él para consolarlo, observalo de lejos. Vas a ver cómo trata de darle pena a otra cuando crea que no lo ves. Así
son los “dobletes”, y después no digas que no te lo avise.
¿Cómo se te ocurre que voy a reírme de vos porque te guste la poesía? Después de lo que me contaste, fui a la
librería de usados, busqué Veinte poemas…y me lo compré. A mí el que más me gustó es el número 20:
…Puedo escribir los versos más tristes esta noche
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
[…]
Como para acercarla mí mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
Me puse triste después de leer tu confesión. ¿Tanto miedo te da que nos conozcamos? A menos que vos
quieras ¡no me vas a perder! Pero mejor dejémoslo ahí porque si lo pienso me dan ganas de romper mi promesa
ya y pedirte que nos citemos urgente. Casi te puedo ver dando un salto en la silla, con los ojos fijos en la
pantalla. No lo voy a hacer, SV, quedate tranquila. ¡Yo tampoco quiero perderte ahora! Tenemos casi dos
meses por delante para disfrutar de nuestra amistad virtual.
Pensé en todo lo que me dijiste y te doy la razón. Muchos chicos desperdician la oportunidad de engancharse
con una CC, solo por correr detrás las creídas o (y acá va un agregado mío) caer en las redes de una
acomplejada que se banca cualquier cosa con tal de tener un novio para ¡mostrárselo a las creídas! Tenés razón
en todo y me gusta que seas una CC con IH (inteligencia y humor). ¡Me gustás! Lo siento, ya es un hecho.
Aunque eso no significa que vaya a romper tus reglas. ¿Amigos?
Cambiando de tema: el viernes, en la evaluación de Lengua y Literatura de Abel Sánchez, de Miguel de
Unamuno (texto de opinión y comparativo), ¡me saqué un 9! ¿Qué tal? Para mí, Joaquín-Caín no era malo, pese
a ser envidiosa, y nunca quiso matar a Abel (un tipo egoísta y frío hasta con su propia familia). El pobre
Joaquín luchó contra ese odio durante toda su vida, y eso le impidió querer a Antonia, su mujer, y triunfar como
médico. En cambio Saliere sí fue causante de la desgracia de Mozart y se benefició con eso. Me gustaría que
leyeras el libro para ver qué opinás.
Acá va algo que no te quería decir, pero a mi amiga virtual no puedo ocultarle nada. Me llamó Beatrice desde
Bariloche para contarme que al padre lo trasladan en el trabajo y en una semana se mudan a Buenos Aires.
Como yo cambié de dirección de e-mail no tuvo más remedio que ubicar mi nuevo número de teléfono en la
guía. Fue una conversación corta (hablaba desde un celular prestado), pero aproveché para contarle que antes de
fin de año me iba a vivir a los Estados Unidos. Me pidió que nos viéramos, cuando venga, para despedirnos.
No te cuento esto para darte celos (como seguramente pensarás) porque, como ya te dije, entre Beatrice y yo
no hay nada. A los dos se nos gastaron las pilas hace más de un año y, aunque lo propuso ella, fue un corte de
mutuo acuerdo.
En cambio vos…¿todavía sentís algo por Marcos? Pese a todo lo que me decís sobre el nuevo CC que
apareció en tu vida (¡claro que me suena a alguien conocido!) tengo mis dudas. Después contame cómo te fue
en la fiesta de quince de la hermana, y acá va un consejo desinteresado, de amigo: no mires hacia atrás, no te
dejes convencer por ese mala pata. Si te la hizo una vez…te la puede volver a hacer. Acordate: ese Marcos es
un colgado.
Buenas noticias: Pancha, la perra de mi colegio tuvo cachorros. La última semana estaba tan gorda que, más
que caminar, se bamboleaba arrastrando las patas traseras. Como nacieron ocho, y el casero no se puede con
todos, nos pidió a nosotros que les buscáramos casa. Son “raza perro” pero muy lindos, de pelo corto, una
mezcla de pointer y dogo. El que tiene orejas marrones y blancas empezó a encariñarse conmigo; cada vez que
me voy, me sigue hasta la puerta y aúlla. Todavía no le puse nombre y tendría ganas de llevármelo a casa, pero
mamá dice que cuado nos vayamos lo voy a tener que dar. Entonces pensé…¿lo aceptarías como regalo de
cumpleaños adelantado? Cuando Pancha lo destete puedo dejarlo en una canasta, en algún lugar que elijamos,
para que lo pases a buscar sin hacerte ver. ¿Qué me contestás? Apuesto a que siempre quisiste tener un perro
CC inteligente y simpático como este.
Espero tu respuesta. Un gran beso.
Xavier

9 - MENSAJE 9

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Lunes 8 de noviembre, 07:21 PM
PARA: Xavier
ASUNTO: Nuestros ex

Hola, Xavier:
¿Por qué tendría que tener celos de Beatrice? Te guste o no, solo somos amigos virtuales. Vos tampoco
deberías tener celos de Marcos, ni molestarte porque fui a la fiesta de quince de su hermana y no pude evitar
charlar un rato largo con él. ¡Estaba tan caído el pobre! Pálido y dolorido, con la pierna estirada en una silla
para que todos los chicos pudieran firmarle el yeso como recuerdo.
Lo encontré cambiado, más maduro ¿Te cuento parte de nuestra conversación?
-Estoy muy arrepentido de la mala jugada que te hice cuando éramos novios. La otra chica era una caprichosa
insoportable, y duramos apenas un mes. ¿Me perdonás?
-Sí, no soy para nada rencorosa.
-Entonces…
-Entonces podemos volver a ser amigos.
-No me conformo con…
-Mirá, eso es problema tuyo.
-Podrías darme una segunda oportunidad. Todos tenemos derecho a…
-Marcos, ¿dejamos este tema? ¿Amigos?
Me fui antes de que me contestara o siguiera insistiendo.
Como ves, XW, no soy tan estúpida como para caer dos veces en la misma trampa. Deberías creerme cuando
te digo que eso se terminó. Aunque no pude dejar de hablarle porque se veía muy indefenso con su pierna
enyesada, y me dio pena que después de nuestra charla estuviera triste y no hablara con nadie; desde la mesa de
sus amigos, me dirigía miradas de carnero degollado que no contesté. En algo tenés razón: es un colgado y un
histérico. Le gusta la chica que no puede tener y, si la consiguiera, en seguida estaría mirando a otra. Al
despedirnos, me dijo al oído:
-No te creas que no voy a insistir. Cuando se me pone algo en la cabeza…
Me encogí de hombros como diciendo:
-Problema tuyo.
Y me fui.
Marcos aparte, la fiesta estuvo muy divertida; pasaron rebuena música y varios temas de Fantasmas;
bailamos, formamos rondas y comimos hasta reventar. Además de la comida, que era riquísima, los postres
fueron mi perdición. Había mousses de dulce de leche, limón y furitulla, y seis tipos de tortas, entre ellas Rogel,
que es mi favorita.
¡Ojalá estuviéramos ya en diciembre y faltara poco para mis quince! Estoy segura de que mi fiesta también va
a ser sensacional. ¡Lástima que no vas a poder venir!
De repente, a mí también me asaltan dudas: ¿así que pensás verla a Beatrice? ¿Le perdonaste que se hubiera
quedado sin pilas antes que vos? Ahora que se viene a vivir a Buenos Aires, ¿no sentís un poco de nostalgia por
irte a los Estados Unidos? Contame lo que pase cuando la veas y lo que sientas, igual que yo te cuento de
Marcos. A los amigos virtuales también les gusta saber dónde están parados.
La poesía número 20 de Neruda es la segunda que más me gusta del libro. Me alegro de que lo hayas leído;
ningún otro chico que conozco se hubiera animado a hacerlo ni a confesarlo. Los versos que dicen:
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
me refuerzan en mi idea de no conocernos, XW. No quisiera que eso nos pasara a nosotros, como te pasó a vos
con Beatrice y a mí con Marcos. Nuestra amistad virtual será única, diferente, y podrá durar para siempre,
aunque te vayas lejos y yo, desde aquí, te extrañe horrores. ¿Cómo me puse tan romántica? No quiero que te
burles de mí sin que me entere.
Dejo para el final tu sensacional ofrecimiento: ¿claro que quiero tener un perro! Me encantaría que fueras vos
el que me lo regalara, adelantado, para mi cumpleaños. Podría vivir en casa de mis abuelos, que tienen patio y
jardín, y siempre se están lamentando por el ovejero que perdieron. Paco era un perro cariñoso y muy guardián,
al que habían criado desde cachorro, pero un día se escapó detrás de la perra de enfrente, que estaba en celo, y
lo atropelló una camioneta. A los abuelos les costó u año recuperarse y no quisieron saber nada más con perros.
Aunque, hace una semana, justamente estaban hablando del tema: que ahora hay mucha inseguridad, que vivir
en una casa sin un guardián es un peligro…¡Todo por no confesar que se mueren de ganas de tener otro perro!
Les voy a preguntar si aceptan el cachorro de Pancha que vos querés regalarme. No creo que les importe que no
sea de raza pura; siempre están diciendo que los mestizos son los más nobles. ¿Le podría poner Xavier? Para
tener un recuerdo. Total, así se llama tu tío norteamericano (¿no es increíble que ni siquiera conozcamos
nuestros verdaderos nombres?). En cuanto me den el sí, arreglamos la entrevista secreta para la entrega del
cachorro. Pensándolo bien: ¿y si mando a mi hermano a buscarlo? No tiene por qué saber lo nuestro…, digo,
de nuestra amistad virtual. Rafa está completamente en otra, no piensa más que en patear la pelota y
últimamente se le da por la música rapera a todo volumen y me vuelve loca con sus CD a cualquier hora, pero
los perro le encantan y seguro que va a aceptar ir a buscarlo. ¿Qué te parece?
Te escribo apenas tenga el sí de los abuelos. Un hijo de Pancha, con orejas blancas y marrones, mezcal de
pointer y dogo…Ya me los estoy imaginando y sé que ¡me va a encantar!
La noticia pesadilla de la semana: a la profesora de Biología se le ocurrió poner una clase adicional, de tres
horas semanales (¡a partir de la una de la tarde!), para hacer investigación en el laboratorio. Sinceramente, no
soporto ver todos esos animales en sus frascos de formol; el olor me hace arder los ojos, picar la garganta, y a
esa hora, con el estómago vacío, estoy a punto de descomponerme. ¡Odio estudiar ranas disecadas en el
laboratorio! Preferiría analizarlas vivas y saltando en su medio natural. Además, tengo que pedir ayuda urgente
a alguien en Literatura porque vamos a leer La metamorfosis, de Kafka, y tendremos que interpretarlo con
fundamentos. ¿Cómo voy a analizar un libro que trata sobre un hombre que se convierte en cucaracha? ¡Ni
siquiera soporto encontrar una viva en la cocina! ¡Esta semana voy a morirme del asco! Extraño los libros que
leíamos en séptimo grado: Sospechosos al acecho, Aventuras en alta mar, El investigador sin rostro; novelas de
misterio, aventuras, magia o terror. Con Analía, nuestra maestra de Lengua, teníamos total libertad para
expresarnos con un dibujo, una obra de teatro, una maqueta, y cada uno podía hacer su propia interpretación
(que era válida siempre y cuando la fundamentara). ¡Se armaba cada discusión! En cambio, ahora tenemos que
analizar a un hombre-cucaracha. ¡Con lo que odio a esos bichos asquerosos! ¿Vos leíste La metamorfosis? ¡No
me digas que te gustó!
Mi humor mejora al pensar en el cachorro de Pancha. No veo la hora de tener el sí de los abuelos. Si lo tengo,
¡nunca te voy a olvidar, XW!
Un beso virtual.
Secretísima

10 - MENSAJE 10

DE: Xavier Wagner


FECHA: Viernes, 12 de noviembre, 11,42 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: De todo un poco

Hola, Secretísima:
Ante todo quiero aclararte que no tengo celos de Marcos, simplemente no soportaría que se burlaran de mi
amiga virtual; eso, por muchas razones, me pondría furioso. Me gustó tu mensaje, y veo que ya estás prevenida
contra ese colgado, que aunque intente reconquistarte no se va a salir con la suya. No sientas tanta lástima por
su perna enyesada y sus ojos lánguidos; me gustaría saber qué estaba haciendo en la bicicleta para tener tanta
mala pata. Me lo imagino siguiendo a alguna ciclista o a una chica de a pie, y haciéndose el canchero. ¡Ahora
que se las aguante!
Vino Beatrice de Bariloche. La pasé a buscar al Santa Teresa (su colegio) y fuimos a la plaza Las Heras, que
queda enfrente, y a cinco cuadras de su nuevo departamento. Al principio estábamos los dos muy cortados
(hacia meses que no nos veíamos), pero después charlamos como dos horas sin parar. La encontré cambiada,
casi no la reconocí: altísima (me lleva media cabeza), más formada y con el pelo corto y oscuro. Parece como
de dieciocho años, salvo por los aparatos de los dientes que todavía tiene que usar por seis meses más. Me
pidió que nos viéramos de tanto en tanto hasta que yo me vaya, dado que no conoce a nadie en Buenos Aires y,
como es tan tímida, le cuesta hacerse de nuevos amigos. ¿Qué otro remedio me quedaba? Le dije que sí. ¿Te
cuento parte de nuestra conversación?
-¿Tenés novia?
-No, solo amigas y compañeras de colegio.
(No quise hablarle de Secretísima Virtual).
-Eso quiere decir que, después de que cortamos vos no…
-No. Antes de fin de año me voy a Houston; sería muy desubicado si me enganchara ahora con alguien.
-Pensás demasiado. Hay cosas que no se pueden controlar.
-Humm.
Hablando del cachorro de Pancha, podés ponerle Xavier. Aunque no sea mi nombre verdadero, es lindo que,
cuando lo llames, él te haga recordarme. En una semana ya podrán separar a las crías de la madre y empezar a
entregarlos a sus futuros dueños. Además de las orejas blancas y marrones, el tuyo tiene una mancha oscura que
le cubre el ojo izquierdo, y resulta muy simpático con su aspecto de pirata. ¡Tiene un carácter! Ya se pelea con
los hermanos para ocupar el mejor lugar al lado de Pancha, y de ahí nadie lo mueve. El otro día, Tristán, el
casero, fue a darle un plato hondo de leche a la perra y, como el cachorro también quería tomar, se metió con
patas y todo adentro hasta que lo volcó. ¡Es un personaje! Si tus abuelos lo aceptan, tal vez ya la semana que
viene podemos arreglar la entrega. ¿Por qué no venís vos a buscarlo? Lo podría mandar con alguien a la plaza
Las Heras. Mi “enviado” te estaría esperando en el banco pegado al bebedero que está cerca de la heladería.
Contestame apenas tengas el sí de tus abuelos para fijar día, hora y demás detalles.
Aunque te cueste creerlo, leí La metamorfosis el año pasado. Es cierto que al principio cuesta un poco
engancharse pero después me encantó. Hasta me identifiqué con el pobre Gregorio convertido en cucaracha, y
todas las cosas horribles que siente y que le pasan, mientras su propia familia lo desprecia, ignorando su
sufrimiento, y solamente les inspira asco. Si las cucarachas pasan por todo ese horror, deberíamos ser más
compasivos con ellas y no exterminarlas o aplastarlas cuando las vemos. Después de leer ese libro, uno se
vuelve más tolerante con esos bichos. Si puedo dejar escapar alguna, lo hago, aunque mi vieja rabie porque las
odia y le dan la misma repugnancia que a vos.
¿No hay que ser medio loco para escribir un libro así? En el colegio estudiamos algo sobre la vida de Kafka y
me enteré de que el padre, a quien él temía, lo dominaba tanto que lo dejó marcado para siempre. El pobre
Franz abandonó sus estudios de arte, que le encantaban, para estudiar Derecho, como quería su padre. Antes de
dedicarse a escribir, y durante, le pasó de todo: se sentía solo, débil e incomprendido, no le duraban las novias,
se enfermó de tuberculosis y estuvo varias veces internado. ¡Se habrá sentido una cucaracha! Tendría que darte
más lástima que el colgado de Marcos, y leer su libro sin asco. ¡Te va a interesar!
Mi pesadilla de colegio se volvió Instrucción Cívica. Nuestro profesor es abogado y tuvo la brillante idea de
que estudiáramos a fondo la Constitución. Ahora se las agarró con el Código Civil y quiere que aprendamos de
memoria los artículos relacionados con el Derecho de Familia.
-Memoricen, uno por uno, todos los que les marqué. Miren que se los voy a tomar. Son derechos básicos que
cualquier joven de su edad tendría que conocer.
Yo quiero seguir ingeniería electrónica, no abogacía. ¡Qué pesadilla el Código Civil! Por más que lo leo, no
me queda nada.
Cambio de tema. Me cuesta seguir respetando las reglas de nuestra amistad virtual, SV. Sabés que me
gustás…yo sé que te gusto…¿Tiene sentido seguir así, sin conocernos? Ni siquiera sabemos nuestros nombres
verdaderos. ¡Es increíble! ¿No podríamos hacer una sola excepción?
Como para acercarla mi mirada la busca,
mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
Si no te conmuevo con Neruda, no te conmuevo con nada. ¡Decí que sí! ¡Vení vos a buscar el cachorro! Ya
falta menos de dos meses para que me vaya, y es muy poco tiempo como para desperdiciarlo. Después…
Te besa
Xavier

11 - MENSAJE 11

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Lunes 15 de noviembre, 07:32 PM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: ¿Qué te gustaría ser?

Hola, Xavier:
¿Vernos? ¡No y mil veces no! Reglas son reglas, y prometiste respetarlas. En serio, ¿qué sentido tiene
conocernos personalmente? Vos mismo se lo dijiste a Beatrice: “Sería muy desubicado si me enganchara ahora
con alguien…”. No te olvides. Puedo expresar lo que siento porque estás lejos, ausente, y a la vez cerca de mí.
Por favor, tratá de entender, y disfrutá de esta forma de comunicarnos, que es la más sincera. Puedo contarte
todo porque sé que jamás me recordarás nada; porque para vos solo soy un nombre ficticio, SV, y una cara y un
cuerpo imaginarios, ¡No lo arruines, por favor! ¡Es la mejor relación que tuve en mi vida!
Para probarte y probar si estás dispuesto a respetar mis reglas y a no desilusionarme, voy a hacer una sola
excepción: iré yo a buscar al cachorro a la plaza Las Heras. Estaré esperando a tu “enviado”, pero sería el fin de
lo nuestro si te viera aparecer a vos. Estoy muy firme en mi decisión: si venís, será la primera y última vez que
me veas. ¿Vale la pena arriesgar todo por casi nada? Pensalo.
Me sirvió lo que me contaste de La metamorfosis; creo que puedo intentar leerlo si a vos te gustó. ¡Pobre
Kafka! ¡Qué niñez y juventud horribles habrá tenido para escribir un libro así! Papá dice que los grandes
genios, de la música, las letras y la pintura, siempre fueron incomprendidos y desgraciados, como Modigliani,
Mozart, Poe, Van Gogh y tantos otros. ¿No es mejor se de los comunes y corrientes?
A veces tengo mis dudas, ya que para algunas cosas si soy ambiciosa; me hubiera gustado llegar a ser una
buena cantante, por ejemplo, pero ¿cómo voy a logra convencer a mis padres para que me manden al
conservatorio? Para ellos el canto no es una carrera sino un hobby. ¡Y eso que mi profesora dice que tengo
buena voz y soy afinada! No me basta con mi participación en el coro, quiero más. Cuando me pongo triste,
pienso que me faltan este año y otros dos, y que quizás entonces ellos dejen de presionarme y yo pueda estudiar
lo que realmente me gusta. Aunque lo hacen con buena intención, odio que hablen delante de mí de lo lindo que
sería que estudiara diseño de indumentaria o decoración de interiores, ya que tengo un futuro asegurado en la
empresa de la familia. Eso no es lo que yo quiero. ¡Mi ilusión es cantaaar! Ahora ya sabés cuál es mi sueño.
¿Y vos, XW? ¿Qué te gustaría ser en el futuro? Imagino que en los Estados Unidos vas a tener la posibilidad
de estudiar lo que quieras, y más sabiendo tanto inglés. Sin embargo, no te envidio; yo quiero a mi país, y, por
más endeudado que esté o haya pobreza, inseguridad y falta de trabajo, prefiero quedarme acá, cerca de mi
familia y de mis amigos.
Mamá dice que, si uno se propone sobresalir en algo, y se esfuerza mucho para lograrlo, podrá tener éxito
viva donde viva. Es cierto que ellos trabajan duro en la empresa textil, pero están empezando a exportar y las
cosas no les van tan mal. Tienen esperanzas. Entonces, ¿por qué no confían en que yo pueda abrirme paso con
la música? Se contradicen.
¡Qué seria me puse! Eso es peligroso. Ya entendí que lo peor que te puede pasar es aburrirte con alguien y no
quiero ser esa persona. Es que…estoy un poco triste. Tuve que decirle a mi profesora que no puedo ir a la gira a
Mar del Plata con la mayoría de los integrantes del coro. Mamá no me deja porque tengo que estudiar para las
pruebas de Física y Biología. Hoy, de puro rabiosa, me encerré en mi cuarto y durante toda la tarde practiqué
una canción acompañándome con la guitarra. Por suerte estaba sola, y hasta pude ensayar todo el repertorio de
la gira. ¡Aunque sepa que no voy a ir! Estoy triste y detesto la Biología, la Física y la Matemática…y todas las
demás materias de tercer año.
¿Te conté que compongo mis propias canciones? Me resulta fácil improvisar melodías con la guitarra y
siempre se me ocurren nuevas letras. No te rías. Escribí esta para vos. Tengo que pulirla, pero te mando el
primer borrador como adelanto.

Cuando el tiempo pase y te vayas lejos,


si sueñas conmigo, si piensas en mí,
prueba imaginar mi cara, mis ojos,
en otra persona que se acerque a ti.

Cuando el tiempo pase y no estemos juntos,


Estarás más cerca, y yo también de ti.
Prueba confesar todos tus secretos,
Díselos a otra que se acerque a ti.

Cuando el tiempo pase y te vayas lejos,


Vendrán los recuerdos tan llenos de ti.
Viviré contigo siempre ante mis ojos.
Compondré canciones tan tristes sin ti.
¡Odio que te vayas lejos, XW! Al mismo tiempo sé que es lo mejor que podría pasarnos en esta relación.
¡No la arruinemos, por favor!
Ya estoy preparando una cucha para el cachorro que me vas a regalar. ¿El próximo jueves 18 de noviembre te
parece bien? Salvo que me digas lo contrario, estaré en la plaza Las Heras sentada en el banco junto al bebedero
que está cerca de la heladería, a la espera de la llegada de tu “enviado” con Xavier. ¿Ya sabés a quién vas a
mandar? No importa, resistiré la curiosidad; supongo que, apenas me vea, se dará a conocer.
¡Gracias por ser tan buen amigo virtual! ¡Seguí así!
Un beso enorme.
Secretísima
12 - MENSAJE 12

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Lunes 22 de noviembre, 06:14 AM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: Te quedaste mudo
Hola, Xavier:
Te quedase mudo la semana pasada. ¿Por qué no me contestaste? Ya sé: te remuerde la conciencia por lo que
me hiciste. Quedate tranquilo: no estoy enojada porque hayas mandado a Beatrice. Al contrario, me cayó
resimpática y creo que cuando te vayas podrías ser buenas amigas y hasta intercambiar confidencias sobre vos.
Supongo que querrás saber por mi cómo fue el encuentro, ya que ella te habrá contado su versión. Te repito:
Beatrice me cayó rebién, aunque es evidente que lo hiciste a propósito para ponerme celosa.
Estaba esperando, tal como quedamos, sentada en el banco y mirando fijo el chorro anémico de agua que salía
del bebedero (¿por qué ninguno de los antiguos funciona?, ¿los chicos y las madres que van a la plaza estarán
condenados a morirse de sed?), cuando me pareció que me saludaban. Al principio creí haber oído mal porque
el “¡Hola!” que escuché era de una voz femenina (esperaba que mandaras a algún amigo tuyo o, aunque te lo
prohibí, inconscientemente esperaba verte a vos). Enseguida me tocaron el hombre, y una chica alta, de pelo
corto y oscuro, se me acercó arrastrando de la correa a un cachorro.
-Vengo de parte de XW. ¿Vos sos…? –dudó.
Entonces la reconocí.
-Sí, yo soy SV, y vos debés ser Beatrice, ¿no?
Asintió con una sonrisa nerviosa.
-Te traigo tu perro. Sostenelo, que está muy inquieto.
El cachorro se retorcía de nervios y ladraba a más no poder. Lo acaricie un rato en el piso hasta que se
tranquilizó, y después me lo subí a la falda; me empapó la cara con lametazos, ¡el muy comprador! Beatrice se
sentó a mi lado en el banco y empezamos a charlar.
-¿Tu amigo te contó algo sobre mí? ¿Cómo me reconociste? –la atajé de entrada.
-Eras la única chica sentada en este banco. Mirá, él no me dijo mucho, solo que se escriben mails y que
aceptaste tener uno de los cachorros de la perra de su colegio. ¿Es verdad que ustedes no se conocen…?
-¡Ni de nombre! Aunque una vez yo lo vi de lejos. ¿XW vino con vos, me vio?
-¡Me hace gracia cómo lo llamás! No, vine sola. Me pidió que le hiciera esta favor porque tenía mucho que
estudiar. ¿Él…te habló de mí?
-No mucho. Dijo que habían sido novios y que ahora eran amigos. ¿Te gusta…vivir en Buenos Aires?
Se rió a carcajadas.
-¡Qué susto, pensé que me ibas a preguntar si me gustaba él! Mejor te dejo el perro y me voy. No entiendo
muy bien a qué juegan ustedes, pero, como é me pidió que no metira la pata, es mejor que no hablemos mucho.
-¿Siempre hacés caso de lo que te pide?
Se encogió de hombros como diciendo “Qué importa”.
-Igual tengo que ir al colegio. Suerte con el perro.
Me despedí y ella se fue corriendo. Ahí terminó todo.
Sí, Beatrice me cayó muy bien. Es tal cual la describiste: alta, formada, algo tímida, aparenta como dieciocho
y (un agregado mío) parece redivina. Entiendo que te hayas puesto de novio con ella: una CC como las que a
vos te gustan. No sé si puedo estar segura de que entre ustedes dos no pasa absolutamente nada…, pero, como
te dijo antes, a lo mejor, cuando te vayas a los Estados Unidos, nos hacemos amigas y hasta le puedo presentar
al colgado de Marcos a ver si se enganchan.
Bromas aparte. Estoy feliz con Xavier, que ya se va acostumbrando a vivir en casa de mis abuelos. Rafa
también está enloquecido y casi se lo apropió. Con decirte que suspendió un poco los pelotazos para jugar con
el cachorro. Él mismo le armó una cucha con una caja, y les lloró y suplicó a los abuelos para que lo dejaran
entrar en la cocina y en el comedor diario cuando no está en el jardín. Rafa se ofreció (¡no lo podía creer!) para
darle de comer y comprarle su comida en el supermercado de la vuelta. ¡Y cómo devora! Es increíble que
siendo tan chiquito pueda comer tanto. Xavier se encariño mucho con mi hermano y mis abuelos, pero creo que
sabe que la dueña soy yo. Llora cuando me voy y me recibe a los saltos y a los lengüetazos. ¡Es muy
comprador!
XW, me sorprendiste al mandarme a tu ex, así sin previo aviso. Creo que eso también demuestra que confiás
en mí (aunque quieras ponerme celosa); y yo ¿puedo confiar en vos?
¡Gracias por cumplir con las reglas! Un beso enorme.
Secretísima

13 - MENSAJE 13

DE: Xavier Wagner


FECHA: Miércoles, 24 de noviembre, 9,10 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Beatrice me contó…

Hola, Secretísima:
Pasé una semana terrible, dificilísima, por eso no te contesté. Es cierto que también tenía miedo de tu reacción
por haber mandado a Beatrice, pero no fue ese el motivo principal de mi silencio.
En casa hubo discusiones que me pusieron mal. No quería escribirte en un momento de tanta bronca y
tristeza, así que preferí esperar hasta hoy. Es increíble cómo nos pasan cosas parecidas con nuestros padres.
Aunque lo hacen con buena intención, ¡a mí también me presionan! Todavía falta tiempo para mi ingreso en la
universidad, pero mi padre ya está haciendo planes. El otro día vino entusiasmado d casa de un amigo, y me
anunció:
-Averigüé de dos buenas universidades en los Estados Unidos que otorgan préstamos de honor anticipados.
Se pagan una vez que te dan el título y ya tenés trabajo. Pensé que podrías tomar uno y estudiar en alguna de
ellas. Son excelentes.
-Papá, no me gustaría estar endeudado para cuando me reciba. ¿Por qué no puedo ir a una universidad estatal?
-Para abrirme camino, lo mejor es romperme el alma y estudiar…donde sea.
-Tu padre tiene razón, y yo pienso igual. Te lo decimos porque es lo que más te conviene.
-Mamá, no presiones vos también. No pueden decidir ustedes por mí, soy yo el que tiene que elegir.
Se quedaron callados, serios, como ofendidos conmigo. Podía imaginarme lo que pensaban: “¡Qué
malhumorado! ¿Por qué nos trata así? Si solo queremos lo mejor para él”. Me sentí culpable, furioso, y me
encerré en mi cuarto a tocar la guitarra (no te dije que yo tengo el mismo hobby que vos).
Durante toda la semana me estuvieron hablando del tema; parece que los préstamos de honor se piden y se
otorgan con bastante anticipación, y hay que dar un examen previo. Entiendo que “quieran lo mejor para mí”,
pero odio que no me pregunten qué es lo que yo quiero. Se trata de la universidad, no del colegio primario o
secundario, y endeudarme desde ahora, o que se endeuden ellos, me parece absurdo. ¡Son miles de dólares! Si
no puedo pagarme una universidad privada, voy a una estatal. ¡Qué me importa que los préstamos sean algo
común en los Estados Unidos y ahora acá! Quisiera que tuvieran más confianza. Yo puedo abrirme camino por
mí mismo, cumplí dieciséis años, no soy un bebé. Además, ¿cómo les digo que cambié de idea y ya no quiero
bioquímico y dedicarme a la investigación? Me parece oírlo: “Una carrera sin futuro. Para morirse de hambre”.
“Te quedás a mitad de camino. ¿Por qué no estudiás medicina, entonces? (eso lo dirá mamá).
Es complicado, SV; si los conformo a ellos, no voy a estar conforme yo. Si me salgo con la mía, me va a
costar darles el disgusto. Después de nuestra última conversación, los dos están silenciosos, como ofendidos.
Es duro ser hijo único y que tus padres esperen tanto de vos. Si tuviera un hermano, sería distinto.
¿Qué quiero ser en el futuro? Me gustaría tener un laboratorio y producir mis propios remedios; descubrir
alguna cura milagrosa para enfermedades sin esperanza como la esclerosis múltiple, la leucemia…Yo también
tengo mis ambiciones. Y en mis ratos libres me desahogo tocando la guitarra de oído y cantando (soy afinado
aunque no tenga mucha voz) folclore, jazz, rock, lo que sea. Hasta en eso coincidimos, SV.
¡Me gustó tanto la canción que escribiste para mí que le voy a componer la música! Apenas la tenga
terminada, te la mando por mail. Compongo con bastante facilidad, aunque no muestro mis partituras a nadie
serás la primera. Como te dije una vez, también yo tengo mis secretos y de a poco te los voy a ir contando.
Siempre fui tímido con las chicas, claro que vos sos…vos.
Beatrice también me dijo que le caíste resimpática. No la mandé para darte celos sino por tu propia seguridad.
Si quiero respetar tus reglas, como me pediste, no podía enviar a nadie más. Mis amigos del fútbol son
metepatas y estómagos resfriados, y en los brutos de mis compañeros de colegio no me puedo fiar; al día
siguiente me estarían cargando en medio de la clase y durante todo el recreo. Beatrice era la única persona
confiable que, además, no va a contar nuestro secreto porque no tiene amigos en Buenos Aires. La mandé por
eso, y me imaginé que se entenderían. Después de todo, las dos tienen algo en común: a mí.
¡Qué bueno saber que Xavier ya tiene casa y personas que lo quieren! Rafa es un fenómeno, lástima que no lo
pueda conocer. Hubiera dado cualquier cosa por tener un hermano menor como él.
Me emociona pensar que cada vez que llames al cachorro y lo acaricies te vas a acordar un poco de mí. Es mi
consuelo por no verte, ¡ni siquiera sé tu nombre! Aunque es verdad que estamos más cerca que muchas
parejitas que conozco. ¡Ojalá podamos ser amigos virtuales para siempre!
Como si en mi vida se hubieran cruzado todos los cables, en el colegio también tuve una semana terrible. A
mi profesora de Literatura le agarró otra fijación: Leopoldo Lugones, un poeta cordobés, amigo de Rubén
Darío, que nació en 1874 y se suicidó en una isla del Tigre en 1938 (otro que no escapo al destino trágico de los
genios). De él leímos Las fuerzas extrañas, un libro de cuentos fantásticos y de misterios que, según la profe, se
adelantó a los escritos de Borges, Bioy Casares y Cortázar, y estaba influenciado por la obra de Edgar Allan
Poe. Para ella, Lugones fue uno de los mejores escritores argentinos y del mundo, pero parece que tenía ideas
políticas muy polémicas y cambiantes. Tuvimos que analizar los cuentos, uno por uno, en clase. A mí el que
más me gustó fue la historia del mono Yzur. El pobre animal tuvo un destino terrible…Pero no te lo cuento, por
si comprás el libro o lo pedís prestado en una biblioteca.
El otro día, mi profe llegó a decir que, de los poetas chilenos, le gusta más Grabriela Mistral que Pablo
Neruda. Será cuestión de leerla o leerla, entre otras cosas para aprobar la materia que este año se llama
Literatura a secas. Santiago, un primo mío que estudia Derecho, me dijo:
-En primer año me dieron a leer el Quijote, y no me enganché. Me lo dieron en segundo, tercero, cuarto y
quinto (el profesor era el mismo y tenía la fijación), y al final me terminó gustando.
No sé si será cierto que lo leyó tantas veces, dado que es medio exagerado, pero parece que sí le gustó.
En Biología y en Química hicimos mucho trabajo de laboratorio en grupo, que es lo que más me divierte (no
coincidimos porque vos lo odiás). Sin embargo, hasta en eso no fue una buena semana. El profesor se enojó;
dijo que hablábamos y nos reíamos demasiado, y nos obligó a participar en distintos grupos para que todos
trabajáramos con todos. ¡Justo cuando la estábamos pasando mejor! Al separarme de mis amigos, yo fui a parar
a un equipo donde estaban una chica y un pibe a los que mucho no me banco. Eugenia es la más creída de la
clase; una rubia que no para de tocarse el pelo, hacerse rodetes, y hablar como loro con Nico. Él no es mal pibe,
pero muy fanfa; se la pasa mandándose la parte de que ya maneja y le saca el auto a la madre para venir al
colegio. En su lugar, a mí me daría vergüenza haber repetido y tener tantas materias bajas. Al menos, que se
calle la boca. Además, con tanta conversación y risas de los dos, no se oía lo que decía el profesor y no me
podía concentrar. Espero que, después de ver los resultados del trabajo de este equipo, la próxima clase me deje
volver con mi grupo anterior.
Basta de cansarte con mis pálidas. Tu amigo virtual del alma va a rumbear para otros temas, así te divierte un
poco. Anoté dos goles en el partido del viernes pasado, en el club cerca de casa, y me consagré como el
goleador del equipo. Nunca fui un fanático pero, como voy a tener que aprender a jugar el béisbol o al fútbol
americano, me estoy fanatizando.
Vuelvo a la carga: ¿por qué no puedo verte aunque sea una vez? No te voy a hablar, me conformo con mirarte
de lejos. Tratá de entender: vos me conocés a mí y yo no tengo ni idea de cómo sos. Pensá en la semana
horrible que pasé y ponete un poco en mi lugar. El viernes toca la banca de mi colegio y yo voy a participar; es
a beneficio de la escuela que apadrinamos. Voy a tocar la guitarra eléctrica y a cantar un par de canciones de
Red Hot…, Rod Stewart y los Rolling Stones, un repertorio clásico y variado. Le dejo la entrada, en un sobre
con tus iniciales, al malhumorado del locutorio donde me conociste. Para que puedas entrar y sentarte entre las
cinco primeras filas, y yo pueda verte desde el escenario. No acepto un no como respuesta. La cita es este
viernes veintiséis de noviembre a las diez de la noche. Por favor no me falles.
Un beso muy real.
Xavier

14 - MENSAJE 14

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Lunes 29 de noviembre, 08:15 PM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: El Recital

Hola, Xavier:
No te fallé, aunque estuve a punto de no ir al recital. El malhumorado del locutorio dijo que no tenía ningún
sobre para mí. Ya me iba, cuando vino a reemplazarlo una chica y, por las dudas, le pregunté.
-Sí, me lo dejaron ayer a la tarde.
¡Qué alivio sentí! Antes, no estaba tan segura de animarme a ir, pero bastó que me dijeran que el sobre no
estaba para que me entrara la desesperación. Sí, también yo quería verte y oírte tocar con tu banda. Era todo un
desafío eso de sentarme en las primeras filas, saber que los dos estábamos mirándonos y que ninguno haría
nada (ni antes, ni durante, ni después) por acercarse al otro.
Te cuento mi versión de los hechos y espero que, en tu contestación, me mandes la tuya.
El salón de actos de tu colegio estaba repleto hasta reventar; chicos y chicas de todas las edades, padres,
abuelos, profesores…; se notaba que nadie quería perderse el recital. A mi lado había una señora mayor, de
pelo blanco, muy simpática, que me convidó pastillas y me señaló orgullosa a su nieto: ¡vos! Casi salto de la
butaca y me voy corriendo o me lanzo a hacerle preguntas. “¿Cómo se llama él?”: la primera de todas. No sé de
donde saqué tanta fuerza de voluntad para callarme la boca. Por suerte, ella siguió hablando de “mi nieto” sin
nombrarte. No me habías elegido a propósito esa ubicación, porque las entradas no eran numeradas. Sin
embargo, estaba al lado de tu abuela y…tu identidad permanecía en el incógnito. ¿No es increíble? Los
siguientes diez minutos, ella se dedicó a la lectura del programa y yo a estos pensamientos. ¿Sería capaz de
resistir la tentación de hacerle preguntas? ¿O te probaría que yo también respetaba las reglas? Atemorizada por
mis ganas de abrir la boca, me concentré en la butaca de mi derecha: estaba vacía. Justo en ese momento llegó
un chico morocho, pasó delante de nosotras muy apurado, esquivó a tu abuela, tropezó con uno de mis pies y se
sentó.
-Disculpame, ¿te pisé?
-No es nada.
Me había aplastado el dedo chico del pie, que empezaba a dolerme, pero no tenía ganas de iniciar una
conversación. Lo único que quería era mirarte antes de que se apagaran las luces y tu banda empezara a tocar.
Fingías no vernos (aunque tu abuela te hacía señas con un pañuedo), abstraído en la contemplación de tus dedos
en las cuerdas de la guitarra. Pero obviamente me habías visto, sabías que estaba ahí y que había cumplido con
mi promesa de asistir a tu acto.
-¿Es la primera vez que venís? Me parece que te conozco –insistió mi vecino de asiento.
-No creo. Solo estuve acá para la kermés…
-¡Claro, de la kermés! Yo era el que vendía panchos. Estuvimos charlando un rato, ¿te acordás?
-¿Ah, sí? –le contesté, distraída.
Y enseguida me acordé. Era el chico simpático que hablaba y esparcía mostaza por todos lados menos en el
pan (mientras vos atendías el puesto del tiro al blanco). Seguía sin ganas de charlar pero tampoco era cuestión
de hacerme la creída y quedar mal.
-¡Tenés razón, ahora caigo! –le sonreí, para disimular mi impaciencia.
De repente, miraste hacia las primeras filas, dejaste de afinar la guitarra y agitaste la mano.
-¡Mi nieto ya me vio! –se entusiasmo tu abuela. ¡Nos habías visto! Se oyeron los primeros acordes.
-Ya empiezan. Vas a ver qué buenos son –agregó.
Me moría de ganas de escucharlos. Por suerte, el chico de los panchos ya no me volvió a hablar.
El recital fue uno de los mejores que recuerdo; la banda de tu colegio era excelente, buenísima, los chicos
tocaban y cantaban como profesionales. ¡Deberían presentarse en un programa de televisión y grabar un CD!
Me gustó especialmente esa canción que grabó Rod Stewart (la bajé de internet): “They can´t take that away
from me”. Tu guitarra eléctrica sobresalía del conjunto (¿o me pareció a mí?, aunque, por más que esforcé el
oído, no pude identificar tu voz.
Era emocionante saber que estábamos tan cerca y que éramos capaces de cumplir las reglas; de no
encontrarnos frente a frente, para seguir con nuestra amistad íntima y virtual con las pilas bien cargadas. De
solo pensarlo se me nublaron los ojos de lágrimas (soy un poco melodramática a veces), saqué mi pañuelo y
fingí sonarme la nariz para disimular.
-Me encanta esta canción. Tiene algo, ¿no? –oí decir a mi vecino de asiento.
Asentí, muda. Por suerte, tu abuela me habló casi al mismo tiempo.
-Pensar que yo lo entusiasmé a mi nieto, desde chiquito, para que tocara la guitarra. Soy profesora de música
–me explicó, orgullosa -. Ahora se encierra en su cuarto y se pasa las horas practicando. Mi hijo y mi nuera
temen que descuide los estudios. ¡Me quieren matar!
Nos reímos a dúo y eso me distrajo de la emoción del momento y me salvó de contestarle al chico de los
panchos, que nos miraba ansioso por entrar en la conversación.
-Yo les digo: “Déjenlo que toque la guitarra se le gusta. Al que se esfuerza y tiene talento para la música hay
que motivarlo. ¡Si en los estudios anda bien!” –siguió diciendo ella.
La miré con simpatía. Alguien así hubiera podido convencer a mis padres de que la música y el canto son tan
buenas profesiones como cualquiera.
-Su nieto tiene suerte de tenerla de compinche a usted- le contesté.
Me sonrió con ternura, pero no pudimos seguir hablando; el órgano, las guitarras y la batería ya arrancaban
con una canción de los Rolling Stones.
Disfruté cada minuto del recital, XW, y te estuve extrañando, cada minuto, desde la platea. Me preguntaba si
podrías verme en medio de los focos que te apuntaban; o, en el intermedio, entre todos los que gritábamos y
aplaudíamos de pie y a rabiar. Hubiera querido decirte que te esperaba a la salida para ira a caminar juntos y
celebrar nuestro primer encuentro en la plaza más cercana.
¡No! No quería aflojar. Apenas sonaron los acordes finales de la última canción del programa, y vi que tu
abuela se paraba para ir a sacarte fotos adelantes, también yo me puse de pie para irme. Mi vecino de asiento
debe de haber pensado que no me gustaba ese tema, porque me tocó el brazo y me miró como si yo lo hubiera
desilusionado.
-¿No esperabas el bis? Cantan como dos canciones más.
-Me gustaría quedarme…, pero tengo que volver temprano a casa. Chau.
Y escapé agachándome entre las butacas para no taparles el escenario a los de la fila de atrás.
No creo que me hayas visto irme, XW, estabas demasiado concentrado en tus cuerdas (las vocales y las otras).
¡Cómo te envidié!
El destino me tendió una trampa y yo la esquivé. No quise averiguar cosas tuyas, aunque tenía ante mis
narices la oportunidad. Tu abuela me cayó muy bien, y no entiendo por qué nunca me hablaste de ella. Quizá
pueda apoyarte en tu resolución de no ir a una universidad privada, como quieren tus padres, y darte coraje para
anunciarles el cambio de carrera.
Pasamos una prueba importante, XW; eso me da ánimos para seguir escribiéndote como hasta ahora; para
contarte lo que siento y lo que me pasa con vos y con todas mis cosas.
Hablando del otro Xavier…Es un cachorro fuera de serie que se muere de ganas de entrar en la casa, aunque
solo lo hace si se lo permiten mis abuelos. Como tanto, que ya creció cinco centímetros y engordó al menos dos
kilos (lo pesé y lo medí). Cuando me preguntaron en cas quién me lo había regalado, simplemente les dije que
me lo dio una chica de la que me hice amiga en la plaza Las Heras: Beatrice. Y no mentí.
Me gusta que seas mi amigo virtualmente secreto, como lo soy yo de vos.
Tengo que dejar de escribir por hoy; mañana nos toman una clase especial de Biología, y hay que entregar un
informe de laboratorio sobre la rana. Materia que me desagrada y batracio sin ningún atractivo “físico” para mí.
Interesante lo que me contaste sobre Las fuerzas extrañas, de Leopoldo Lugones. Siempre me gustaron los
cuentos fantásticos y de misterio, y también las historias que tienen como protagonistas a animales; me dieron
ganas de leer el del mono Yzur. ¡Podrías prestármelo!
Dejé para el final mi comentario sobre tu mala semana. Me conmovió que confiaras en mí y que escribirme te
sirviera de desahogo. No todo puede ser diversión; la CC que firma también tiene problemas parecidos y le
gusta que podamos compartirlos; ser otro consuelo, además de tus álbumes de chistes.
Me encantaría terminar este mensaje con alguna anécdota divertida pero…por más que me exprimo el cerebro
no se me ocurre ninguna. Xavier, echado a mis pies (lo traje de contrabando al locutorio en una mochila), se
entretiene mordiendo los cordones de mis zapatillas. Ahora se puso a ladro-aullar. Me despido antes de que acá
nos despidan.
Fue lindo vernos en tu recital. La próxima cita a ciegas la organizo yo.
Un beso revirtual.
Secretísima

DE: Xavier Wagner


FECHA: Jueves 2 de diciembre, 8.55 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Si fuera un poeta…
Hola, Secretísima:
¡Grande, abuela, que no me delató! Y eso que no sabía absolutamente nada de tu existencia y fue toda una
casualidad que te sentaras al lado de ella en el recital. Tampoco estaba previsto que tuvieras de vecino de
asiento al chico que vendía los panchos en la kermés. Por suerte no le diste bolilla aunque, dicho sea de paso, es
un gran pibe.
Pensar que estuvimos cerca, nos vimos, hasta nos saludamos (yo agité el brazo también para vos) y fuiste
capaz de irte sin hablar conmigo. Vos te sentiste orgulllosa de no aflojar, y yo hubiera preferido que te
arrepintieras, que me esperaras, y salir a caminar juntos para celebrar nuestro primer encuentro en alguna plaza.
Hubiera querido besarte (no podés prohibirme que te lo diga) y decirte que sos la chica que siempre soñé
conocer. No es justo que me vaya y te pierda sin que me des la oportunidad de verte. ¡Cómo puedo decirte que
sos una CC única y me gustás (te confesaría que me enamoré pero tengo miedo de que te rías o te enojes si lo
hago). ¡¿Cómo puedo convencerte de que rompas tus reglas de juego y nos citemos cara a cara para decirnos
todo lo que sentimos?! Yo sé que te gusto (me lo diste a entender varias veces), SV, y me da rabia que tu temor
a “que nos quedemos sin pilas” nos esté privando de las cosas lindas que podríamos compartir, sentir,
decirnos…Cosas que nos harían más felices, aunque nuestra felicidad solo durara dos meses.
SV, no puedo quedarme. ¡Ojalá pudiera! Entonces elegiría no viajar a los Estados Unidos porque, aunque mis
padres piensen lo contrario, no quiero un futuro mejor lejos de mi país. Si pudiera, elegiría quedarme acá, con
vos. ¿Te das cuenta? Lograste que me convierta en un romántico (¡cómo me cargarían mis amigos si lo
supieran!) y te diga lo que siento, Secretísima de mi corazón. Si fuera un poeta, como Pablo Neruda (que tanto
te gusta), te escribiría muchas poesías…
Puedo escribir los versos más tristes esta noche,
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido…
Imagino tu cara seria (¿un poco conmovida, quizá?), repitiendo lo que tantas veces me escribiste; “XW, no lo
arruines todo, no rompas tu promesa de no vernos. No insistas, por favor. Quiero que seas capaz de cumplir con
mis reglas”. ¡Está bien! Me rindo…ante tu cara de ángel “que se las trae”; ante tu inteligencia y tu sentido del
humor (Beatrice también piensa que sos así…y linda; le caíste bien y no siente celos). Aunque no me guste
nada que tengas miedo de vos…, de nosotros…, de nuestra relación. ¿Qué importa que yo me vaya y te
extrañe? ¿O que vos te quedes y no me olvides? ¡Ay, no! Veo que por este camino te pierdo sin remedio. Seguí
leyendo, SV, por favor. Prometo no insistir más (mi amor).
Paso directo al tema Biología. No sientas tanta repulsión por la rana, acordate del cuento ese donde el sapo se
convierte en príncipe luego de vivir con la princesa en el castillo. Imaginate que ese sapo bien podría ser
yo…antes de conocerte. Aunque no sé si esto pueda servirte para tu clase especial de Biología, y es cierto que
yo de príncipe no tengo nada.
¿Cómo te fue con La metamorfosis? ¿Kafka te inspiró un poco más después de lo que te conté sobre su vida?
¿Y el otro Xavier? ¿Cómo está el cachorro de Pancha? Creeme que lo extraño. Era el primero en venir a
recibirme cuando los visitaba en el jardín del colegio. ¿Sabés que ya regalaron a casi todos sus hermanos? Solo
quedaron dos machitos que, según parece, el casero no quiere dar ni loco. Me gusta que lo tengas echado a tus
pies, pero no le permitas que te muerda los cordones de las zapatillas. ¡Qué maleducado!
Ayer fui con mi primo mayor a la casa de un amigo de él que vive en Floresta y toca la batería. Kevin, así se
llama el chico, tiene un lugar especial (que antes fue garaje) con todas las paredes acolchadas para no dejar
pasar el ruido. El equipo que le compró el padre (es dueño de una pequeña empresa grabadora) es increíble, y él
aprendió a tocar muy bien. Durante meses formó parte de un conjunto que actuaba en pubs y fiestas en clubes
de la zona, pero hace dos meses el grupo se disolvió. Ahora practica solo o con amigos. Ese día lo
acompañamos con guitarras (mi primo tiene una eléctrica; yo, una común) y después Kevin me prestó la
batería para que me sacara las ganas. ¡Fue una experiencia fantástica! Volví pensando que daría cualquier cosa
por tener una batería así. Un sueño loco, ya que salen carísimas. Además, me echarían del edificio en donde
vivo y sería muy complicado trasladarla a los Estados Unidos cuando nos vayamos. El lugar donde la tiene
Kevin, al ser acolchado, amortigua el ruido y de la calle no se oye nada. ¡Un placer! ¡Sabés como te desahogas
pegándoles a los tambores y al platillo!
Antes de despedirme…¿Y nuestra próxima cita a ciegas? Dijiste que la organizabas vos y yo estoy de
acuerdo. ¿Cuándo? ¿Dónde? Espero ansioso tu próximo mensaje con la respuesta.
Besos (mi amor).
Xavier

16 - MENSAJE 16
DE: Secretísima Virtual
FECHA: Lunes 6 de diciembre, 06:32 PM
PARA: Xavier
ASUNTO: De poesía y otra cita a ciegas

Hola, Xavier:
Me encantó tu mensaje: romántico, con anécdotas divertidas…Aunque no lo creas, leí con ganas La
metamorfosis y, gracias a lo que me contaste sobre el autor, pude ponerme en el lugar del personaje. Papá
siempre dice que todos los genios tienen vidas desgraciadas, y mamá le contesta que a las personas comunes y
corrientes también les pasan cosas tristes y la gente no se entera porque, como no son famosas, nadie escribe
sobre ellas.
Contestando a tu pregunta: sí, a veces también yo siento muchas ganas de romper mi promesa de no
conocernos. Me tienta, pero no lo voy a hacer; estoy convencida de que es lo mejor para los dos. Y perdóname
que no quiera seguir hablando de eso. Igual, voy a pensar lo de nuestra próxima cita a ciegas y, antes de
terminar este mensaje, a lo mejor ya tengo una respuesta.
Cambiando de tema: Biología ya no es problema, pasó por completo a un segundo plano. Ahora, mi
verdadero drama es Matemática, y creo que mi suerte está casi echada desde que empezamos a practicar
funciones cuadráticas, y no sé cómo graficarlas, no entiendo cómo sacar las raíces por el famoso Ruffini, que
me cambia el signo todo el tiempo y nunca sé cuándo es + o -. Si no me saco un 9 en el próximo examen (y
dudo mucho de que eso pase), no levanto la nota y me voy derecho al recuperatorio o a rendirla en diciembre.
Sentarme a hacer ejercicios y dibujar gráficos, simplemente, me supera; no logro concentrarme y me paso la
mitad del tiempo yendo de un lado al otro de la casa: a ver mis e-mails, a dormir una siestita, a buscar algo
comestible en la heladera, a tocar la guitarra, o a la casa de mis abuelos a visitarlo a Xavier. ¡Tampoco quiero
que se lo acapare Rafa! Aunque es cierto que el cachorro tuvo una buena influencia sobre mi hermano (está
menos pavo que hace un mes). ¿Sabías que Xavier es muy guardián? Cuando pasa algún vecino por delantes
del portón, empieza a ladrar y no para hasta que se aleja. Después lo busca a Rafa o a mí y aúlla como diciendo:
“¿Vieron? ¡Yo lo eché!”.
El otro día volví a hablar con mis padres sobre mis ganas de participar más activamente en el coro; les pedí
permiso para ir a Mar del Plata o a Pinamar la próxima vez que nos inviten a cantar, y también les dije que
estoy casi decidida a entrar en el conservatorio cuando termine quinto año.
-Todavía falta mucho para eso. Podés cambiar de opinión, no te apresures –me dijo papá.
-Creí que te gustaba el diseño de indumentaria o la decoración. Trabajarías con nosotros en la empresa…-
intervino mamá.
-Total, podés cantar cuando quieras. Siempre es lindo tener un hobby –agregó papá.
-Yo quiero hacer la carrera en el conservatorio, estudiar canto. Para mí no es un hobby –les contesté.
Fue inútil: ellos insistieron en que es muy difícil ganarse la vida con la música, que quieren lo mejor para mí
y tratar de ayudarme en todo lo que puedan. Aunque no lo dijeron directamente, creen que es un capricho y que
se me va a pasar. No niego que también me gusta el diseño y la decoración…como hobbies. Además, nunca
trabajaría en la empresa de la familia. Odio que me presionen y tener el futuro asegurado. ¡Así no dan ganas de
hacer nada! Me parece lo más aburrido del mundo. El futuro me lo quiero asegurar yo en lo que me gusta.
¿Estás de acuerdo conmigo, XW?
Se me acaba de ocurrir algo. El jueves es la fiesta de egresadas de mi colegio. Por lo general, invitan solo a
las chicas de cuarto año, pero, como yo tengo una amiga que egresa, me dieron dos tarjetas. ¿Reservo una para
vos? Podríamos ir a la fiesta, cada uno por su lado, y mirarnos de lejos. Es la última prueba que te propongo ya
que todavía me siento capaz de cumplir. Mañana o pasado voy a dejar tu tarjeta en un sobre a nombre de Xavier
Wagner en manos de la compañera del malhumorado del locutorio (ella es más confiable que él) para que lo
pases a buscar. ¿Estás de acuerdo?
Las egresadas van a festejar en una casona de la calle Corrientes, en Olivos, que se alquila para hacer fiestas.
Dicen que está muy buena y es lo suficientemente grande para que quepa un montón de invitados…y de
colados (que nunca faltan). Supongo que nos va a costar encontrarnos en medio del gentío, aunque eso es parte
de la diversión, ¿no? Buscarnos, observarnos de lejos y mantener la distancia sin perdernos de vista. Podré
parecerte una tonta; en cambio, yo creo que es muy romántico todo lo que estamos viviendo. Los amores
posibles con el tiempo suelen volverse aburridos y cansadores. Ah, pero los imposibles…Inspiran novelas,
poesías, cuentos y muchas fantasías. Pensá en Neruda, si no. (Dicen que escribió varios de sus Viente Poemas
para una novia que tuvo cuando era estudiante de francés. El la llamaba Marisombra).
¡Nunca vamos a olvidarnos de nuestra relación virtual! Pasarán los años y nos seguiremos recordando: vos
desde los Estados Unidos, yo desde mi querido Buenos Aires, al que no cambiaría por nada.
Aunque no siempre me gusta lo que sucede en mi país, ni las noticias que pasan por televisión. Como mis
padres, yo también me preocupo al ve chicos en la calle, desprotegidos; por la falta de trabajo y por la gente que
no tiene (o apenas le alcanza) para comer. Y la inseguridad también es un problema. Últimamente, mamá se
pone nerviosa cada vez que salgo, a pesar de que mi barrio es muy tranquilo; y papá insiste en llevarme y
traerme de todas las fiestas. Ojalá no me pongan peros para ir a la de egresadas, en Olivos, porque, si no, todos
nuestros planes se vendrían abajo. ¿Te voy a ver, XW? Mañana dejo la tarjeta en el locutorio.
Un enorme beso virtual.
Secretísima

17 - MENSAJE 17

DE: Xavier Wagner


FECHA: Martes, 14 de diciembre, 9,19 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Fiesta de egresadas

Hola, Secretísima:
Al final pude convencer a tres chicos más para que me acompañaran: mi primo, su amigo Kevin, a quien, como
tiene dieciocho años, ya le prestan el auto, y el morocho que vendía panchos en nuestra kermés. Hasta el último
momento tuve miedo de que no nos dejaran pasar con una sola tarjeta. Por suerte, el de la puerta no puso
inconveniente cuando le mostré la mía y le dije que los demás se la habían olvidado; delante de nosotros habían
entrado otros colados, y el tipo se distrajo.
Había tanta gente (vi más chicas que chicos), que no podía encontrarte por ningún lado. Ensordecían con
música electrónica y todavía nadie bailaba porque era temprano. Una chica alta, con anteojos y un vestido
celeste como el de las demás egresadas, se acercó y nos preguntó:
-¿Ustedes por quién vienen?
Mi compañero de colegio le contestó que una chica de tercero le había dado la tarjeta a un amigo de él que no
había podido venir, y que no recordaba el nombre de la chica. (No habíamos previsto ese detalle, SV. ¡Si no sé
cómo te llamás!) La chica alta nos miró con desconfianza, después se encogió de hombros y dijo:
-Las de tercero están arriba, jugando al pool.
Apenas pude, me deshice de mis amigos y subí por las escaleras a tratar de ubicar el salón de juegos. Después
de entrar en varias habitaciones vacías, lo encontré; la puerta estaba entreabierta y se oían voces y carcajadas
del otro lado. Me asomé con precauciones y te vi. ¡Qué linda estabas con esa pollera negra y la remera rosa! El
pelo recogido te queda rebién y me encantó que no usaras ni una gota de pintura. No soporto a las chicas muy
maquilladas y tampoco me gusta la ropa sofisticada. (Con esas remeras rayadas, sin un hombro, parecen todas
uniformadas). Sencilla y linda, mi CC real estaba concentrada en jugar al pool sin saber que yo espiaba cada
unos de sus movimientos. Seguramente no esperabas que llegara temprano (te dije que lo haría tarde para
despistar) y pensabas buscarme abajo como a las tres de la mañana.
No me quedé mucho tiempo detrás de la puerta por miedo a que me descubrieras vos, o alguna de tus amigas.
Me saqué las ganas de mirarte un rato y fui a reunirme con mis amigos en la planta baja; aunque sin dejar de
observar la escalera para verte aparecer.
Tardaste en hacerlo. Entonces yo me puse al alcance de tu vista, aunque dispuesto a respetar la regla de no
acercarme. Pero ¡qué rabia me dio ver llegar al desubicado de Marcos con su bota de yeso! No podía ser otro
que él. ¡Cómo te miraba! Y no paraba de decirte cosas y ofrecerte bebidas y masitas y, con cualquier pretexto,
te agarraba del brazo. De pronto, mi compañero me dijo:
-A esa chica de remera rosa la conozco de la kermés.
Yo, con tal de que te sacara de encima al colgado ese, lo convencí para que te fuera a saludar.
¡Con qué ganas te hubiera librado por mi cuenta de Marcos! Y no podía, tenía las manos atadas. Ni siquiera
mis amigos debían enterarse de quién eras. Ya ves que, pese a la bronca, cumplí con lo que te había prometido:
no revelar a nadie nuestro secreto. Por suerte vino una chica a decirle algo al enyesado, y me compañero
aprovechó para hablarte, mientras yo, por los nervios, me comía las uñas. ¿Qué te habría dicho ese colgado?
¿Qué le habrías contestado vos? ¿Se quedaría rondándote el resto de la noche? De repente, te vi volver la
cabeza y descubrirme en la barra. Me hiciste un saludo con la mano, y yo te contesté igual. Eso fue todo.
Cuando quise acordarme, mi compañero estaba de vuelta, vos habías desaparecido y se largaba el baile. Ya la
fiesta era un mundo de gente y, por más que te busqué, no te volví a ver en las siguientes dos horas. ¿Te
quedaste charlando con Marcos en algún lugar apartado? ¿Te fuiste a tu casa temprano? Sacame de la duda, por
favor. Más que celoso, estoy furioso. ¿Por qué no me dijiste que iría tu ex? Te confieso que yo me había hecho
ilusiones y fue ¡la peor noche de mi vida!
No quiero más citas a ciegas, prefiero escribirte y recibir tus mensajes en lugar de verte y no poder acercarme;
estar a metros de distancia y no poder llegar me hace mal. Peor es verte con ese colgado pata dura. ¿No te
enojás si te digo que fuiste un poco cruel? ¿Por qué te gusta hacerme sufrir? Cuando me contestes, quiero que
me lo cuentes TODO. O nuestra amistad virtual se termina acá. ¡Ojo! Yo no soy un masoquista.
Como para calmar los ánimos, ¿te puedo decir de nuevo que estabas muy linda? Besos.
Xavier

18 - MENSAJE 18

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Miércoles 15 de diciembre, 06:27 PM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: ¡Yo solo me fijé en vos!

Querido Xavier:
¡Cómo voy a querer hacerte sufrir! No tenía la menor idea de que Marcos iría a la fiesta de egresadas. De
haberlo sabido, te lo hubiera contado yo antes, para que no te tomara por sorpresa. Cuando se me acercó en la
fiesta, me puse muy nerviosa pensando que a lo mejor me veías y te imaginabas cosas raras. ¡Cuánta razón
tenía! No solo te las imaginaste, sino que también te pusiste ce…,perdón, furioso. Está bien, te voy a contar lo
que pasó porque no es mi intención ocultarte nada, aunque pueda darte rabia mi conversación con el colgado,
como vos lo llamás.
Ante todo, quiero decirte que yo también opino que Marcos es colgado, no sabe lo que quiere, y sigue tan
histérico como cuando estábamos de novios y él salía con mi amiga a escondidas. Ahora se le ocurrió…Mirá, se
me acercó arrastrando su pierna enyesada y, con cara de mártir (para que no me fuera), me dijo:
-Vine nada más que para verte. Mi hermana me contó que ibas a estar, así que me largué. Tengo cosas que
decirte y, como nunca estás cuando te llamo…
-Marcos, si vas a decirme lo mismo que ya me dijiste en la fiesta de tu hermana, por favor, no lo hagas porque
mi respuesta va a ser la misma. Yo no cambié de opinión.
-Pero yo sí. Fui un estúpido y un chiquilín; esa chica no me interesó nunca; la única que me importa, que me
importó siempre, sos vos. Me gustás…, te quiero, dame otra oportunidad. Esperá, dejame terminar. Romperme
la pierna y sentirme mal me ayudó a entender muchas cosas. Siento que…te extraño.
-Marcos, pará. ¡Yo no te extraño! Te lo dije el otro día. Por favor, no insistas.
-Entonces, ¿puedo ser tu amigo por un tiempo? Estoy seguro de que, cuando me perdones, vas a volver
conmigo. Lo que pasa es que todavía estás con bronca.
-¿Te resulta muy difícil aceptar que yo no guste más de vos? ¿Te parece tan imposible que una chica te
rechace? Sinceramente, no sé cómo hacer para que lo entiendas.
Me miró con cara de drama y abría la boca para contestarme, cuando llegó Eliza, una amiga de la hermana.
Todo el colegio sabe que ella está muerta por él; Marcos es el único que no se da cuenta. Eliza le pidió que
arreglara uno de los parlantes que no funcionaba bien. Él me lanzó una mirada de carnero degollado, y se
fueron. Por suerte, llegó tu amigo, el del puesto de panchos de la kermés; es muy simpático, y fue un alivio
ponerme a charlas con él, y reírme con todas las cosas que me contó. La anécdota del proefesor de Química, por
ejemplo, que es corto de vista y los jueves toma el presente en las dos primeras horas. Y un día ustedes le
escondieron los anteojos para que no viera quiénes habían faltado; dos chicos del otro curso habían ido para dar
el presente por los ausentes, que, si no, se quedaban libres. O el papelón del chico que tocó la batería como
suplente en tu conjunto y le pegó tan fuerte que descalabró todos los platillos. Encima se fue a quejar al
comercio donde los compraron ya que, según él, se los habían vendido de mala calidad.
Después de preguntarle dónde estaban sus amigos, miré con disimulo hacia la barra, te vi y te saludé. Cuando
vos hiciste lo mismo, habría querido hacerte señas para que vinieras hasta donde estábamos, o ir yo. Por eso
desaparecí, para no tentarme. Además, tenía miedo de que Marcos volviera a la carga. Preferí irme a casa y
acostarme temprano porque al otro día rendía Física y quería repasar.
Ya ves, no me fui a ningún lugar apartado a charlar con Marcos. ¿Podrás creerme si te digo que la única
persona que me interesa sos vos? Si acordamos no vernos es por eso, y para dejar todo en manos del destino.
Vos te vas y yo me quedo; el tiempo dirá si volvemos a vernos o no. Durante estos meses tuvimos la
oportunidad de escribirnos y conocernos más. Si esto te hace sentir mejor, pensá que puede haber una segunda
oportunidad más adelantes, cosa que ni vos ni yo podemos saber, Creeme, es preferible dejar todo en manos del
azar.
A lo mejor miento cuando te digo que soy una chica CC. Por ahí soy más complicada que una creída y más
insegura que una acomplejada; sí, seguramente estoy “llena de vueltas”, como dice mi vieja. Puede que ella
tenga razón, pero lo único que te pido es que me aceptes así. Si nos viéramos, sé que algo saldría mal; o yo lo
esrropearía todo porque en el fondo dudo de que una relación como la nuestra pueda funcionar. Ya ves, las
cosas no son tan simples como vos seguramente pensás.
Cambiando de tema. Xavier está cada día más lindo, crecido y encariñado con Rafa (¡hasta lo lleva a pasear a
la plaza cuando yo no estoy!), conmigo y con los abuelos. Entiende todo lo que le dicen dado que es muy
inteligente, y también guardián. Nadie puede acercarse al portón de entrada porque se aparece enseguida y ladra
hasta que el extraño se va. Tiene un solo defecto: es tan rebelde como mi hermano menor. Cuando alguno de
los abuelos lo reta, en venganza se hace pis. ¿Podés creer? ¡Los está volviendo locos! El otro día, hizo toda
clase de pozos y túneles en el jardín: ¡parecían las catacumbas! El abuelo se enojó y lo retó. Xavier se fue
cabizbajo para adentro y desapareció en el dormitorio principal.
-Pobrecito, está ofendido –se compadeció.
Al rato fue a su cuarto. Xavier ya no estaba y ¡le había hecho pis en la alfombra! Una semana después le tiró
el costurero a la abuela y le masticó todos los hilos. Por supuesto, ella lo echó de la cocina. Esa noche, cuando
se fue a acostar, descubrió que esta vez ¡había hecho pis en la colcha! Creo que para sacarle la costumbre van a
llamar a un entrenador, aunque Rafa quiere educarlo él.
Una buena noticia: conseguí un profesor de guitarra. Se llama Roque, es vecino nuestro y cliente de papá, y
hace las compras mayoristas de ropa para el comercio de su mujer. El otro día, yo volvía del colegio con la
guitarra a cuestas (habíamos tenido clase de coro) y me lo encontré en la puerta de casa cuando él ya se iba. Me
preguntó si tocaba bien, y le dije que aprendía por mi cuenta, de oído.
-Yo soy músico. Si querés, le puedo dar clases a tu hija dos veces por semana. Tengo varios alumnos –le
ofreció a mi papá.
Ya acepté antes de que papá se negara o Roque se arrepintiera. En mi primera clase, ya me dijo que tengo
condiciones y que, para más adelantes, debería pensar en perfeccionarme. ¡Qué más quisiera yo! Es un paso
adelante, ¿no? Si tengo a Roque de mi lado, ya es otra opinión para convencer a mis padres de que estudiar en
el Conservatorio no sería tan mala elección para el futuro.
A Pablo Neruda lo influenciaron para que estudiara Profesorado de Francés y él quería ser poeta. Por suerte lo
logró ya que siguió escribiendo poesías a escondidas (leí que se las guardaba la hermana), se cambió el nombre
(en realidad, se llamaba Ricardo Neftalí Reyes), publicó Crepusculario y ganó un premio. Si Neruda no hubiera
insistido en su vocación, no existiría el libro Veinte Poemas de amor y una canción desesperada, y la
humanidad se habría perdido un gran poeta. No quiero decir con esto que yo sea un genio como Pablo Neruda,
ni capaz de componer canciones que se hagan famosas. Pero…¿cómo voy a saberlo, si antes no pruebo? No
puedo empezar Diseño de Indumentaria o Decoración solo para darles el gusto a mis padres o porque no se me
ocurre nada mejor que estudiar. Entrar en el conservatorio es mi ilusión. Si no sirvo para la música, entonces
pensaré en otra cosa, pero al menos lo habré intentado. Eso ya es algo.
Me hace mucha gracia cuando oigo decir a mis padres, o a los padres de mis amigas, que “a tu edad no hay
problemas serios” o “es el mejor momento de la vida; solo pensás en disfrutar de todo lo que te gusta”. Yo creo
que nuestra edad tiene sus ventajas y sus desventajas. Has tantas cosas que nos dan vuelta en la cabeza, para
intentar y decidir…, y a la vez nos falta la libertad para hacerlas como nosotros queremos. Tenemos problemas
serios como cualquiera, aunque para los adultos no sean de vida o muerte; y responsabilidades y muchas ganas
de disfrutar de las cosas que aún no podemos. Porque, para viajar, ir a fiestas, comprarte algo que te guste, por
citar algunos ejemplos, dependemos del dinero o del permiso de los adultos. No sé si es el mejor momento de la
vida. Creo que es bastante complicado tener quince años. Seguro que también fue complicado para ellos; lo que
pasa es que ya se olvidaron.
¡Zas! Me puse filosófica. Perdón, fue sin querer. ¡Ah! Quería que supieras que sí me podés decir que estaba
muy linda. Me gustó que lo esciribieras. A vos, esa camisa celeste ¡te quedaba rebién! Espero que se te haya
pasado la furia por ve a Marcos en la fiesta. ¿Yo solo me fijé en vos!
Te mando besos.
Secretísima
19 - MENSAJE 19

DE: Xavier Wagner


FECHA: Martes, 21 de diciembre, 9:08 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Te lo confieso sin vueltas

Querida Secretísima:
Este es el último e-mail que te escribo desde Buenos Aires. Mañana estaré volando hacia los Estados Unidos. Y
vos, en menos de diez días, estarás disfrutando con la familia y los amigos de tu fiesta de quince. ¡Cómo
quisiera estar ese día para verte! Aunque de algún modo yo voy a estar, aunque no me veas. Mis amigos
prometieron ir…y cuidarte de Marcos para que no se desubique. ¡Portate bien, SV! No le des bolilla a ese
colgado.
Supongo que es el peor momento para decírtelo, pero tengo que hacerlo. Estoy enamorado de vos,
Secretísima Virtual; perdido…por perdido, te lo confieso sin vueltas. Me doy cuenta porque siento un dolor en
el pecho cuando te lo escribo. No quiero que nuestra relación termine acá; necesito que me sigas escribiendo.
Sé que voy a tener otra oportunidad, en algún momento voy a volver, no sé cuándo ni cómo, y seré el único
para vos. ¡Ojalá puedas esperarme! Ya me diste a entender que sentís algo parecido por mí, pese a ese miedo
tan grande a que esto no resulte o a que termine mal. Por eso das tantas vueltas y pusiste tantas trabas para
vernos. Pero, ahora que me voy, podrías bajar las defensas. ¿Querrías ser mi novia a la distancia? Por favor decí
que sí. ¡No me rompas el corazón! Los CC lo tenemos más débil que el resto.
Mirá si, por tu culpa, termino como Kafka, que vivió con su familia casi toda su vida, nunca se casó y solo
tuvo amores desgraciados desde que rompió con la novia alemana de su juventud. En Cartas a Felice, el propio
Kafka cuenta su relación con ella en ¡setecientas páginas! Después de perder a su primer gran amor, los demás
fueron todos desdichados; se comprometía para casarse y cortaba a últimos momento. ¡Pobre Kafka! Por
quedarse sin Felice…nunca fue feliz.
En lugar de filosófico, me puse literario y romántico. Y, ya que estoy, hasta me atreví a plagiar tu poema
preferido de Neruda para dedicártelo.
15 BIS
Me gustas cuando escribes porque estás como presente
y te oigo de cerca, y tus palabras me tocan.
Parece que las frases se te hubieran volado
y parece que un beso escapara de tu boca.

Mejor termino mi mensaje aquí. No quiero arruinarlo diciéndote cosas como “Voy a esperar tu respuesta sin
moverme de la pantalla” o “Si aceptás ser mi novia, me voy a ir ilusionado y contento” Y otras cursilerías que
me pasan por la cabeza en este momento como “¿Te puedo decir que sos muy linda y que te quiero?”.
Besos que ¡ya desearían ser reales!
Xavier

20 - MENSAJE 20

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Miércoles 29 de diciembre, 08:06 PM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: Mi fiesta de quince

Querido Xavier:
Había prometido escribirte el último e-mail hoy, veintinueve de diciembre, y, como ves, cumplo. Ya estarás en
los Estados Unidos porque te fuiste con tus padres el veintidós, la semana anterior a mi cumpleaños. Voy a
contarte todo sobre mi fiesta. ¡Pasaron cosas sorprendentes!
No te enojes, XW; quedamos en que nuestra amistad sería solo virtual para tener la libertad de decirnos lo que
quisiéramos sin vernos las caras ni tener que acomodar nuestras palabras a las reacciones del otro. Quedamos
en ser amigos, en no conocernos nunca y en confiarnos los secretos que jamás nos atreveríamos a contarnos si
tuviéramos la intención de hacernos una conquista.
Éramos (somos) dos CC que buscaban otros CC iguales y distintos a nosotros sin poder encontrarlos. ¡Qué
filosófica estoy! Y…necesito hacer tiempo y juntar fuerzas para confesarte…Pero mejor empiezo por el
principio.
Algo sucedió, fue como un sueño hecho realidad en mi propia fiesta de quince. ¡Jamás me lo hubiera
imaginado! Sobre todo porque mi cabeza estaba en otra parte. Ahora puedo confesártelo: el día de mi fiesta
estaba enamorada de un CC imposible; un chico de pelo enrulado y ojos castaños, inteligente y divertido, con el
que mantenía una amistad virtual sin esperanzas. ¿Te suena a alguien conocido? Yo misma inventé las reglas
del juego y había quedado atrapada en ellas. Porque te propuse una amistad virtual de tres meses y, justo el día
de mi cumpleaños, y de mi esperada fiesta de quince, vos estabas en los Estados Unidos. Y lo más probable era
que jamás volviera a verte.
Estaba triste, XW, no dejaba de pensar en vos y en que te había perdido, sin que hubieras podido conocerme,
¡por decisión mía! Estaba tan triste cuando me probaba el vestido, que mi tía pensó que no me gustaba.
-Pero si te va perfecto, y el color verde agua te queda muy bien -se desesperaba.
-Es queee…estoy emocionada –murmuré.
Cuando salí a la pista del club del brazo de papá empezamos a bailar el vals, tenía un nudo en la garganta. No
era por la emoción del momento sino porque te extrañaba y habría dado cualquier cosa para que estuvieras ahí,
aplaudiendo entre los invitados.
Es cierto que papá es un tronco para seguir el compás de la música, pero se preocupó de veras cuando vio mi
cara larga.
-¿Qué pasa, princesa? ¿Tan mal lo hago?
(Siempre me dice princesa porque me cree alguien especial).
Y de ahí en adelante se esmeró en no pisarme los pies en las vueltas. Yo no podía contestarle; tenía a XW
atragantado y mucho miedo de que se me escapara un lagrimón y se me corriera la pintura. “¿Para qué sirve
todo esto, si el único CC que me importa no está?” me lamentaba. También pensé (el vals no terminaba nunca y
mi cabeza también daba vueltas) que me gustaría elegirte para la ceremonia de las velas y, al encender la tuya,
mirarte de una manera especial para que entendieras…
Tres meses de ser amigos virtuales, ¡qué estupidez! Quería tirar por la ventana todas mis reglas, pero ya era
tarde, no se podía. Vos estabas en los Estados Unidos y yo bailando el vals con mi padre pata dura (que no se
cansaba de torturar mi dedo gordo). Apenas pudo, me entregó a mi tío Francisco, que es un genio para
cualquier música, y se fue a atormentar a mamá. Ella estaba hecha una diosa, con un vestido de gasa estampada
con los hombros al descubierto y una flor en el pelo rubio y lacio (ojalá siempre se vistiera y se peinara así).
Rafa, de traje y corbata, estaba serio y parecía más grande (después me confesó que se había emocionado). Nos
dio una sorpresa a todos cuando nos sacó a bailar a mamá y a mí (antes había dicho que no lo pensaba hacer,
que le daba vergüenza). Ya está dejando atrás la edad del pavo mi hermanito. ¡Se portó como un hombre!
Después de los valses (fui pasando como autómata por toda la parentela y amigos) nos sentamos a las mesas
decoradas de verde agua y blanco con ramos de flores de todos los colores, y mozos de delantales colorados
empezaron a servir la comida. Ahí, confieso que me distraje y comí como loca. Los fiambres, quesos, crepes de
champiñones, lomos con ciruelas y papas a la crema ahuyentaron mis nostalgias de vos.
La hora del video llegó volando. Primero proyectaron fotos familiares con mis padres, mi hermano y yo
cuando éramos chicos; un racconto desde que nací hasta ahora: en los juegos de la plaza, con mis amigos del
Jardín, los veranos que pasamos los cuatro con tíos y primos en Mina Clavero, un viaje a Salta con Rafa en el
cochecito…¡Cossas de las que ya ni me acordaba! La sorpresa fue un corto de mi madrina: me cantó a cappella
una canción que cantaba Pavarotti especialmente dedicada a mí (ella es cantante profesional y tiene una voz que
da escalofríos). Después pasaron una entrevista donde mis mejores amigas, con las que estamos juntas desde
primer grado, hablaron de mí. Fue todo tan divertido y emocionante, que me largué a reír y a llorar (aproveché),
y al final se me corrió un poco la pintura.
Apenas terminó el video, fui al baño a arreglarme la cara. Un rato más tarde me topé con un chico morocho,
alto, de traje y corbata, que al principio me costó reconocer. ¡Era el que vendía los panchos en la kermés! El
mismo que se sentó a mi lado en el recital; el que me habló en la fiesta de egresadas…Lo encontré cambiado:
fue como si lo viera por primera vez.
-Estoy con cuatro amigos del colegio –me dijo sonriente-. ¡Lástima que XW no pudo venir!
Y me miró fijo con sus ojos castaños. No me había fijado nunca en que fueran tan lindos.
-Sí, claro. Es una lástima –repetí, como atontada.
Y de pronto me di cuenta de que ya no pensaba ni sentía así. Nos mirábamos, y ninguna decía nada. Hasta
que él sacó un paquetito del bolsillo.
-Quería regalarte algo…por tus quince. Te compré esto.
Me puso en las manos una caja diminuta; adentro había una cadena de .
con un dije en forma de bichito de luz.
-Brilla en la penumbra –me explicó; y agregó en voz más baja -:Como tus ojos.
-¿Qué?
-Digo…ojo, que trae suerte –se corrigió.
Yo había oído otra cosa y, por la forma en que él me miraba, pensé que había oído bien. Quise ponerme la
cadenita con el dije pero, por los nervios, me temblaban las manos.
-¿Te ayudo? –me ofreció, y sin querer me rozó el cuello.
Quise agradecerle, y las palabras no me salían.
“¿Qué me pasa? ¿Cómo puede ser? Si hablé con él otras veces, y nunca sentí esto…” , pensaba.
Por suerte aparecieron mis amigas y me arrastraron a la pista.
A partir de ese momento te borraste de mi mente, XW, y todos mis pensamientos anteriores también se
borraron. Estuve con mis abuelos, mis tíos, mis primos, mis amigos y amigos de mis amigos. Conocí a tus
compañeros de colegio: Eduardo, Matías y Nahuel, pero todo el tiempo sentía que é estaba cerca y no me
sacaba de encima los ojos castaños. Y también que no parecía el mismo chico simpático que vendía los panchos
en tu kermés; el mismo que se había sentado a mi lado el día del recital en tu colegio ni el que había charlado
conmigo en una de nuestras citas a ciegas: la fiesta de egresadas. ¿Cómo no había descubierto antes…que me
podía encantar? Porque te tenía a vos, un imposible, dentro de mi cabeza.
A partir de ese momento él ya no dejó que me fuera lejos (yo tampoco quería irme) y me acompañó en todos
los bailes. Cuando llegó la ceremonia de las velas, le dediqué, junto a tus compañeros, la última. Él la sostuvo
mientras se la encendía, y yo lo miré como antes había querido mirarte a vos. Seguimos juntos el resto de la
noche: bailando en grupo, formando rondas y trenes con los otros chicos…En los pocos ratos en que estuvimos
solos teníamos que hablarnos a los gritos o al oído. Nos reímos de las payasadas que hacía mi hermano (se le
habían pasado la seriedad y a vergüenza, y estaba desatado) junto con mis primitas. ¡Y hasta a Rafa le cayó
bien!
Parece mentira que antes no haya descubierto que ese chico es un CC inteligente y divertido, como vos; pero
él no se va a los Estados Unidos, sino a Mar del Plata, y solo por las dos últimas semanas de febrero.
No es zafado, ni le gusta ponerse de novio porque sí. Igual que nosotros, detesta a las creídas y a las
acomplejadas (me lo dijo, no se lo pregunté). Solo una vez le gustó una chica que vivía en el sur, aunque eso se
terminó hace más de una año.
Quería que lo supieras, XW: me pidió que nos viéramos mañana en el locutorio en que te conocí. Creo que él
algo sabe de nuestra amistad virtual, aunque ninguno de los dos quiso hablar del tema.
A las seis de la mañana, cuando la fiesta se terminaba, mis abuelos ya se habían ido, y mis padres y mis tíos
tomaban café, fuimos a la terraza a ver el amanecer. De repente, sentí que me acariciaba el pelo (a esa hora los
bucles ya se me habían deshecho) y después me dijo al oído:
-No pienses que voy muy rápido, para mí es…como si te conociera hace tiempo; o como si hubiera estado
esperando conocerte desde hace meses. Me gustás mucho. ¡Me muero de ganas de darte un beso!
¡Qué emoción! Yo también sentía lo mismo, y me moría de ganas de besarlo a él.
No te pongas celoso, ya que no hubo tiempo. Mamá me llamó desde la puerta del club para que fuera a
despedirme de mis tíos. Tuve que ir.
-¡Hasta mañana! –me gritó él.
Y se fue.
Sí, presiento que esto recién empieza y que nos va a pasar algo lindo.
Lo encontré, XW: es un CC como a mí me gusta. Y mi amigo virtual tenía que ser el primero en saberlo.
Perdoname, pero fue un flechazo tardío, yo no lo busqué. Después de todo, vos insististe para que invitara a
tus amigos a mi fiesta de quince. Estaba escrito que resto tenía que suceder. Que él se llame Carlos Casas, CC,
también es una feliz coincidencia, una jugarreta del destino. ¿No te parece?
Igual podemos continuar escribiéndonos a la distancia, contarnos cosas y seguir con nuestra amistad virtual,
como hasta ahora. Siempre seré tu amiga que te quiere y te agradece por cumplir con la promesa de no
conocerme. ¡Nunca te hubiera perdonado una traición, después de todas las cosas que te confié! Comprendeme
y no te enojes.
Un abrazo fuerte.
Secretísima Virtual.
21 – CARTA DESESPERADA

DE: Xavier Wagner


FECHA: Miércoles, 29 de diciembre, 8:44 PM
PARA: Secretísima Virtual
ASUNTO: Carta desesperada

Querida Secretísima:
Este no es un mensaje sino una carta desesperada. Por favor, leela hasta el final y tratá de perdonar lo que vos
llamarías mi “traición”. Dame una oportunidad. ¡Es de vida o muerte!
Te mentí; hace meses que te miento sin poder evitarlo, porque, si te hubiera dicho la verdad antes, nunca
habríamos llegado a…
Mejor empiezo desde el principio, y te cuento esta historia paso a paso, para que me comprendas y te pongas
un poco en mi lugar.
Fue pura casualidad que yo haya entrado en el locutorio ese día; hace tiempo que había dejado de ir ahí dado
que los precios subieron y el malhumorado de la mesa de entrada me tenía harto. Pero un compañero y yo
necesitábamos terminar un trabajo sobre Chiapas para el colegio, mi computadora estaba rota y nos faltaba una
información importante.
Me instalé en una máquina del fondo y empecé a chatear con el chico de México que nos iba a mandar un
archivo con los datos que precisábamos. Te vi enseguida y ya no dejé de mirarte (no sos CC sino un linda no
creída con aires de tenerla clara), aunque vos solo tenías ojos para mi compañero de colegio. También noté que
espiabas su página apenas él se levantó para ir al baño. Como tardó en volver, se me prendió la lamparita; lo
esperé a la salida y le pregunté si le faltaba mucho.
-Ya me voy. Hace horas que tengo puestos los lentes de contacto y me arden los ojos. ¿Por qué?
-Para pasarme a tu computadora; la mía está lenta, tarda en entrar en la página…Creo que la tuya no tiene
problemas.
Aceptó, intercambiamos las tarjetas del locutorio y él se fue a busca su bolso a la silla para guardar unos
papeles. Mientras tanto, yo te miraba a vos. Para bronca mía, apenas volvió mi compañero, te vi tocar una tecla,
levantarte como resorte e ir a la mesa de entrada. Hubiera querido seguirte hasta la puerta, preguntarte cualquier
estupidez, que me vieras, pero fuiste demasiado rápida. Cuando me quise dar cuenta, ya te habías ido y mi
compañero me hacía señas desde su computadora.
-Acaba de entrar un mensaje –me dijo cuando me acerqué -.Abrilo. Si es del chico de México, copiá le
información que me manda. Ya estoy viendo todo nublado.
Y se fue cargando su mochila con las iniciales del tío grabadas: XW. Yo me quedé con su computadora y el
mensaje raro sin abrir. ¡Cuando lo que yo quería era un pretexto para tenerte al lado! Me senté resignado. ¿Qué
podía hacer? Vos te habías ido y, después de todo, yo tenía que hacer el trabajo sobre Chiapas. Abrí el mensaje
y lo leí. Casi pego un salto y grito “¡Bieeen!”, de le emoción. Querías una amistad virtual sin llegar nunca a
conocernos, que nuestras confesiones fueran sinceras, comunicarnos por mail. Lo único que pensé es lo que yo
quería: tiempo para conocerte, para conquistarte, para convencerte de que cambiaras de opinión. Tomé la
personalidad de XW y su vida. ¡No tenía otra opción! Él no se iba a enterar…y vos tampoco hasta que llegara el
momento de la verdad. ¡Y para eso faltaban tres meses! Pensé que el viaje de XW (que era cierto) le daría ese
toque de imposible que tanto les gusta a las chicas, y le agregaría un condimento extra a la relación. ¡Lo tenía
todo bien planeado! Si la cosa no resultaba, siempre podía suspender nuestra amistad virtual de acuerdo con lo
convenido, y los dos en paz. Lo primero que tenía que hacer era contestarte y cambiar mi dirección de e-mail.
Lo hice sin pensarlo más.
Te mentí y empezamos a escribirnos, SV; un mes después estaba completamente perdido. Me gustabas, me
gustás, como nunca, jamás, me interesó nadie (aunque tu madre diga que no hay que usar esas palabras). Ni
siquiera como esa novia barilochense que tuve, porque en eso no te mentí sino que usé mi propia historia, que
me venía como anillo al dedo.
En la kermés esperé impaciente durante horas hasta que llegaste al puesto de panchos. Decidí que, si no te
acercabas, iría yo mismo a ofrecerlos con una canasta por todo el patio del colegio, con tal de conocerte y
charlar un rato con vos. También pensé que a lo mejor no me gustabas tanto personalmente (después de todo te
había visto una sola vez). Y no fue así. Me apuntaste con tus ojos de tenerla clara, y diste justo en el blanco;
aunque fuera XW el encargado de puesto de tiro y el verdadero blanco de tus miradas detrás del largavista de tu
abuela. Durante un rato que estuvimos juntos, creo que hablé como loco sin dejar de vender panchos, rociando
con la mostaza todo, y a todos, y diciendo pavadas. Por lo menos te hice reír, aunque después tuve miedo de
haberte parecido medio nabo.
Te seguí de lejos cuando fuiste al jardín a conocer a Pancha, y pensé en acercarme…No me animé. Aunque lo
disimulo hablando sin parar, soy bastante tímido. Preferí esperar.
Al día siguiente, temblando de los nervios, abrí tu e-mail. Hablabas todo el tiempo de XW pero al menos yo
figuraba y te había parecido simpático. ¡Ya era algo!
Nuestras citas a ciegas fueron un suplicio para mí. Cuando Beatrice te fue a entregar el cachorro, me confirmó
todo lo que yo sabía: eras simpática, linda y divertida. Ella no es celosa porque ahora solo somos buenos
amigos. En el recital estuve a punto de traicionarme y sudé la gota gorda cuando vi que te habías sentado al
lado de la abuela de XW. Tuve miedo de que descubrieras el engaño; no sabés qué mal la pasé. En la fiesta de
egresadas de tu colegio también viví momentos de gran tensión. ¿Dónde estabas? ¿Por qué no te veía? Creí que
no habías ido que era otra de tus formas de probarme. ¡Qué sé yo todas las cosas que pensé! Hasta que te vi
jugando al pool, vestida de negro y rosa, linda como un ángel. Más tarde, cuando me atreví a acercarme y
hablarte, hubiera querido tomarte del brazo y confesártelo todo. No pude; tenía el corazón en la boca y, por los
nervios, las manos transpiradas. No pude. Y me dolió que te fueras temprano, seguramente con ganas de ver a
ese alguien que era y no era yo. En ese momento, mi único consuelo fue pensar que te vería en tu fiesta de
quince y, entonces sí, no dejaría pasar mi última oportunidad. ¡Te iba a conquistar! A pesar de todo, me tenía
fe.
Nos flechamos, y no te perdí de vista en toda la noche; así estuviéramos juntos o separados. Cuando nos
despedimos en la terraza, y te confesé que quería darte un beso, supe que vos sentías lo mismo. Hubiera bastado
un movimiento mío para tenerte entre mis brazos. Nos interrumpieron y no pudo ser.
Pero podría ser. Porque, a pesar de mi gran mentira, todo lo demás que te conté en estos tres meses de
escribirnos fue la puera verdad. Las dudas, los problemas y los sentimientos son auténticamente míos. ¿Qué
importa que las circunstancias del viaje, una abuela que no tengo (y me gustaría tener) y una apariencia física
que te atrajo menos que esas letras extrañas en una mochila fueran falsas? Si, cuando tuvimos la oportunidad de
estar juntos, me elegiste a mí y no a él. XW es un fantasma que existió solo en tu imaginación y que ahora vive
lejos. Yo soy un CC real y vivo cerca, pensando en vos. Yo estoy enamorado, SV, y te regalé a Xavier.
¿Podrás perdonarme por romper todos los pactos y las promesas que me obligaste a hacer? ¿Querrás
encontrarte conmigo en el locutorio donde nos conocimos? Voy a esperarte en la puerta, todas las horas que
sean necesarias, a partir de la seis de la tarde de mañana. Por favor, decime que vas a venir, que pronto serás mi
novia. ¡Decime que sí!
Te abraza y te besa,
tu Xavier

22 – RESPUESTA A CARTA DESESPERADA

DE: Secretísima Virtual


FECHA: Miércoles 29 de diciembre, 09:10 PM
PARA: Xavier Wagner
ASUNTO: Re Carta desesperada

Digo que sí.


Tu Secretísima

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