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Oftalmologia
Oftalmologia
El trauma ocular.
Es toda lesión originada por un agente mecánico sobre el ojo, que ocasiona daño
tisular de diverso grado de afectación (leve, moderado, grave) con compromiso de
la función visual, temporal o permanente.
La clasificación de trauma ocular se basa en las estructuras dañadas durante el
evento: el trauma se califica como globo cerrado cuando la pared ocular no
presenta solución de continuidad total; esta característica no excluye la existencia
de lesiones tisulares internas, que van del grado más leve al grave.
En Estados Unidos se calcula que el 1% de las personas sufre una lesión ocular
anual y 1.7% de ellos presentan un daño visual permanente. Las lesiones oculares
y perioculares son comunes en trauma severo, especialmente cuando la cara y
cabeza están involucrados. Se ha reportado que el 16% de los pacientes con
trauma mayor y el 55% con trauma facial presentan lesión óculo-orbitarias, algunas
de ellas amenazan la visión. Un estudio retrospectivo realizado en el Hospital de
Traumatología “Victorio de la Fuente Narváez” del IMSS en la ciudad de México
reportó la frecuencia de daño al globo y sus anexos durante el trauma craneofacial
en primer lugar encontró lesiones al segmento anterior, seguida de lesiones a los
anexos, después lesiones orbitarias junto con las neuro-oftalmológicas, del sistema
oculomotor y las menos frecuentes las del segmento posterior. (Araoz 2005).
B i b l i o g r a f í a . h t t p : / / w w w. c e n e t e c . s a l u d . g o b . m x / d e s c a r g a s / g p c / C a t a l o g o M a e s t r o /
436_GPC__Contusixn_ocular_y_orbitaria/GRR_Contusixn_ocular_y_orbitaria.pdf
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A. Párpados
Siempre debe examinarse el ojo por debajo del párpado para descartar una lesión
del globo ocular.
Las lesiones palpebrales que deben ser tratadas por un oftalmólogo incluye: (1)
heridas que involucren el canto interno y que pudiesen haber dañado los
canalículos mediales; (2) lesiones del saco lagrimal o del conducto lacrimonasal,
las cuales, si no son reparadas adecuadamente, pueden provocar obstrucción; (3)
laceraciones horizontales profundas del párpado superior que involucran el
músculo elevador, las cuales, en caso de no ser correctamente suturadas, dan
lugar ptosis palpebral; (4) laceraciones del margen palpebral de cierre difícil, que
pueden dejar como secuelas muescas, entropión o ectropión. Estas lesiones
pueden cubrirse con un apósito salino, considerando primero una consulta
oftalmológica de emergencia.
Las abrasiones corneales dan por resultado dolor, sensación de cuerpo extraño,
fotofobia, disminuciónde la agudeza visual y quemosis. El epitelio lesionado se tiñe
con fluoresceína.
C. Cámara Anterior
Siete por ciento de pacientes con hifema desarrollan glaucoma. También pueden
ocurrir opacidades corneales. Hay que recordar que el hifema puede ser el
resultado de una lesión ocular subyacente grave. A un en el caso de un pequeño
sangrado, frecuentemente ocurre un nuevo sangrado espontáneo dentro de los
primeros cinco días, lo cual puede condicionar un hifema total, por lo que el
paciente debe ser referido al especialista. Ambos ojos deben ser ocluidos, el
paciente usualmente hospitalizado, colocado en reposo, y reevaluado
frecuentemente. En presencia de hifema, la subsiguiente aparición de dolor
generalmente indica un nuevo sangrado y/o glaucoma agudo.
D. Iris
Una herida por contusión en el iris puede causar midriasis traumática o miosis;
puede haber desgarro en el iris desde el cuerpo ciliar, ocasionando irregularidad en
la pupila e hifema.
E. Cristalino
F. Humor Vítreo
G. Retina
Todo paciente con ruptura del globo ocular tiene notoriamente dañada la visión. El
ojo está blando debido a la disminución de la presión intraocular, y la cámara
anterior puede estar achatada o poco profunda. Si la ruptura es anterior, el
contenido del ojo puede ser expulsado.
El objetivo del manejo inicial de una ruptura ocular es proteger el ojo de cualquier
daño adicional. Deberá colocarse con todo cuidado un áposito estéril, evitando
cualquier presión que pudiese causar la salida del contenido ocular. El paciente
debe ser instruido en apretar el ojo ocluido. Si no hay contraindicación debidon a
la presencia de lesiones asociadas, el paciente puede ser sedado mientras se
realiza su translado o tratamiento definitivo por el especialista. No deben
removerse cuerpos extraños, tejidos o coágulos antes de colocar el vendaje. No
deben emplearse anestésicos tópicos; si no hay otra lesión que lo contraindique,
estos medicamentos pueden administrarse por vía oral o perenteral.
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Debe sospecharse la presencia de un cuerpo extraño intraocular cuando el
paciente sienta un dolor súbito y agudo asociado a una disminución de la agudeza
visual. Deberá inspeccionarse en forma muy cuidadosa la superficie del globo
ocular en búsqueda de laceraciones pequeñas o posibles sitios de entrada, los
cuales pueden ser difíciles de encontrar.
En la cámara anterior, los cuerpos extraños muy pequeños pueden estar ocultos
por un sangrado o por las criptas del iris. Una pequeña perforación puede ser no
observada a simple vista, pero es posible detectarla dirigiendo la luz de una
lámpara y observando el reflejo rojo del fondo a través del defecto, siempre y
cuando no estén opacos el cristalino y el vítreo.
I. Lesiones Químicas
Las lesiones térmicas afectan generalmente sólo a los párpados, y es muy raro
que involucren la córnea. Sin embargo, puden ocurrir quemaduras del globo ocular;
en estas circunstacias se debe colocar un apósito estáril y referir al paciente al
oftalmólogo. Debe prevenirse la exposición corneal, o de lo contrario puede ocurrir
una perforación y perderse el ojo.
J. Fracturas
el trauma cerrado de la órbita causa una rápida compresión de los tejidos y
aumento de presión dentro de la órbita. El punto más débil es el piso orbitario, el
cual, al fracturarse, permite que el contenido de la órbita se hernie dentro del antro
maxilar; de ahí el término de fractura de blow out.
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K. Hematoma Retrobulbar
L. Embolia Grasa
Los pacientes que sufren de fracturas de los huesos largos tienen alto riesgo de
desarrollar embolias grasas. Es importante recordar que este padecimiento puede
ser causa de cambios súbitos en la visión de un paciente que ha sufrido de lesines
múltiples.
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La hemorragia vítrea.
FACTORES DE RIESGO
Enfermedades vasculares de retina
Padecimientos hematológicos, inmunológicos, inflamatorios, infecciosos
Antecedentes quirúrgicos oftalmológicos
Uso de medicamentos
Trauma ocular
CUADRO CLÍNICO
El dato clínico más importante es una baja visual unilateral, súbita y no dolorosa.
El paciente puede referir que estuvo precedido por fotopsias y miodesopsias
El examen ocular debe incluir el ojo dañado y el contralateral
INTERROGATORIO
Antecedentes sistémicos como:
DM
HAS
Neoplasias
Enfermedad hematológica
Enfermedad inmunológicas
Enfermedad reumatológicas
Enfermedad infecciosos
Uso de medicamentos
Antecedentes oftalmológicos:
Retinopatía diabética
Fotocoagulación.
Antecedentes quirúrgicos
EXPLORACIÓN OFTALMOLÓGICA
Agudeza visual
Exploración de anexos
Motilidad y reflejos oculares
Gonioscopia
Segmento anterior
Tensión intraocular
Oftalmología
Fondo de ojo bajo dilatación pupilar
El examen ocular debe incluir el ojo dañado y el contralateral
DIAGNÓSTICO
Clínico: Considerando la información obtenida durante la historia clínica y
observando directamente la sangre en cavidad vítrea.
Ultrasonografía: Se recomienda realizarlo en casos de hemorragia densa para
conocer el estado de la interfase vítreo-retina y valorar indicación de vitrectomia
Considerar radiografía simple y TAC en caso de sospecha de cuerpo extraño
intraocular
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
No está indicado.
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
El manejo de elección depende de varios factores como edad del paciente,
duración de la enfermedad, agudeza visual, presión intraocular, cantidad del
sangrado, estado de la retina, presencia o ausencia de neovasos en iris,
tratamiento de láser, estado del cristalino y presencia o ausencia de
desprendimiento de vítreo posterior
Tradicionalmente es conservador. Indicar reposo, con la cabeza elevada durante
los primeros días y esperar a que aclare el sangrado para permitir una mejor
visualización de la retina.
Realizar ultrasonido de control cada 4 semanas hasta que se aclare o bien, hasta
que se decida envió a tercer nivel.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Objetivo: eliminar la opacidad del vítreo y retirar la cara posterior de la hialoides
( que funciona como apoyo estructural para la proliferación fibrovascular y su
eliminación evita la re-proliferación) Indicaciones de vitrectomía temprana.
Pacientes con diabetes tipo 1
Pacientes con proliferación fibrovascular grave con o sin desprendimiento de retina
que amenaza la mácula
RDP grave con neovasos dentro y fuera del nervio óptico que no responden a una
fotocoagulación agresiva y amplia
Diabéticos tipo 2 con desprendimiento traccional de la retina que amenazan la
mácula Indicaciones de vitrectomia basadas en el DRVS
Hemorragia vítrea, en particular si permanece más de 3 meses sin evidencia de
reabsorción en los diabéticos tipo 2.
Hemorragias repetidas en períodos cortos de tiempo si se sospecha de retinopatía
proliferativa severa
Falta de respuesta al tratamiento extenso de foto coagulación
En diabéticos tipo 2 con hemorragia vítrea que es demasiado severa para permitir
fotocoagulación y RDP avanzada en un intento de salvar visión.
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TRATAMIENTO DE LÁSER
La fotocoagulación panretiniana con láser se debe llevar a cabo para ayudar a
prevenir la re-sangrado, reproliferación y rubeosis.
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Se caracteriza por un cuadro sistémico, con compromiso del estado general con
fiebre y decaimiento, suele haber bacteriemia. A nivel orbitario se observan
quemosis (ojo rojo), disminución de los movimientos oculares, proptosis y pérdida
de la visión, como consecuencia del edema del espacio retroorbitario (postseptal).
Suelen asociarse sinusitis o absesos parasinusales, que se visualizan con la TAC
de órbita.
Bibliografía: Givner LB. Periorbital versus orbital cellulitis. Pediatr Infect Dis
J 2002;21(12):1157–1158.
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RETINOPATÍA DIABÉTICA.
Es la presencia de lesiones microvasculares típicas en la retina de una persona
con diabetes microaneurismas, hemorragias, exudados duros, manchas
algodonosas, alteraciones microvasculares, arrosariamiento venoso, neovasos y
tejido fibroso. Que aparecen como complicación crónica de la diabetes mellitus.
FACTORES DE RIESGO
Los pacientes con las siguientes características deben ser considerados con alto
riesgo de desarrollar retinopatía diabética:
1. Mal control metabólico
2. Antigüedad de la diabetes (>de 5 años)
3. Embarazo
4. Dislipidemia (LDL >100mg/dl)
5. Hipertensión arterial (TA 130/80 mmHg)
6. Obesidad (IMC 30 kg/m2)
7. Enfermedad renal (Depuración creatinina < 60 ml/min.; albuminuria)
8. Pubertad
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Los mecanismos fisiopatológicos que se invocan en la retinopatía no proliferativa
comprenden pérdida de pericitos retinianos, aumento de la permeabilidad vascular
retiniana, y alteraciones del flujo sanguíneo retiniano, todos los cuales pueden
provocar isquemia retiniana.
La neovascularización en respuesta a la hipoxia retiniana constituye el sello de la
retinopatía proliferativa diabética. Estos vasos neoformados pueden aparecer en el
nervio óptico, la mácula, o ambos, y se rompen con facilidad, provocando
hemorragia vítrea, fibrosis y, en último término, desprendimiento de retina. No
todos los individuos con retinopatía no proliferativa avanzan a la forma proliferativa,
pero cuanto más grave es aquélla mayor es la probabilidad de que esto último
ocurra en el plazo de cinco años.
DETECCIÓN CLÍNICA
Realizar exploración del fondo de ojo bajo dilatación pupilar por un oftalmólogo.
Diabéticos tipo 1:
• A partir de los 12 años de edad.
• A partir del 5° año de diagnóstico y cada año.
• Cuando el diagnóstico de diabetes tipo 1 sea posterior a la pubertad, debe
comenzar tres años después del diagnóstico.
Diabéticos tipo 2:
• Examen del fondo de ojo bajo dilatación pupilar, al momento del diagnóstico,
realizado por un oftalmólogo y debe repetirse anualmente.
Diabéticas tipo 1 o tipo 2 embarazadas o que planeen embarazarse:
• Seguimiento cada 3 meses en casos con retinopatía leve o sin ella.
• Seguimiento mensual en retinopatía más severa.
• Control estricto de glucosa y de tensión arterial.
• Las mujeres con diabetes gestacional no necesitan vigilancia oftálmica a
menos que persista la diabetes.
Los métodos más recomendados son la fotografía de retina que actualmente
puede realizarse sin necesidad de midriasis, seguida por oftalmoscopia indirecta y
por biomicroscopia con lámpara de hendidura que requieren de midriasis pupilar,
todos estos métodos tienen una sensibilidad similar en la detección de retinopatía
diabética.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Usualmente el paciente acude con baja visual importante y en etapas avanzadas.
La observación del fondo de ojo permite establecer la presencia de lesiones y
clasificar el estadio de la enfermedad.
EXPLORACION OFTALMOLOGICA
Se requiere realizar evaluación del fondo de ojo bajo midriasis medicamentosa en
busca de lesiones. Las cuales determinan la etapa de la enfermedad según la
clasificación.
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ESTUDIOS DE IMAGEN
Angiografía con fluoresceína
• No es una prueba de rutina, en el paciente diabético.
• No es necesaria para diagnosticar retinopatía diabética o edema macular
clínicamente significativo.
Ecografía
Es una prueba muy útil para los diabéticos con medios opacos. Esta prueba debe
ser considerada cuando los medios no permiten la observación mediante
oftalmoscopio indirecto
Tomografía de coherencia óptica.
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La puede ser útil en el edema macular, para cuantificar el grosor, para seguimiento
de la resolución y para identificar puntos de tracción vítreo-macular en pacientes
seleccionados que no responde al láser y se está considerando la vitrectomía con
remoción de la hialoides.
INDICACIONES DE PANFOTOCOAGULACIÓN
1. Etapa de la enfermedad
• Retinopatía diabética y riesgo de pérdida de visión.
• Retinopatía diabética no proliferativa severa.
• Retinopatía diabética proliferativa.
2. Datos clínicos
• Rubeosis iridis
• Formación de neovasos
• Neovasos extrapapilares
• Neovasos en el disco óptico
• Neovasos asociados o no con DR fraccional
CRITERIOS DE REFERENCIA
• Desprendimiento de retina
• Hemorragia vítrea en diabético tipo 1 envío ordinario al momento del
diagnóstico
• Hemorragia vítrea de 3 meses de evolución sin mejoría en diabético tipo 2
• Edema macular con componente fraccional
Bibliografía: http://www.cenetec.salud.gob.mx/descargas/gpc/CatalogoMaestro/
171_GPC_RETINOPATIA_DIABETICA/Imss_171RR.pdf
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