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Renunció el jefe de seguridad

del papa Francisco por una


nueva filtración de
información confidencial
Esta nueva filtración de material sensible de la Santa Sede se produce
mientras permanece abierta una investigación sobre presuntas
irregularidades financieras e inmobiliarias en las que podrían estar
implicadas las cinco personas mencionadas.
por Agencias
lunes, 14 octubre 2019 2:38 PM
https://www.lapagina.com.sv/internacionales/renuncio-el-jefe-de-seguridad-del-papa-francisco-
por-una-nueva-filtracion-de-informacion-confidencial/

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E l jefe de seguridad del Vaticano, Domenico Giani, renunció por la fuga de

información confidencial sobre una investigación por presuntas irregularidades


financieras, tras dos décadas al servicio de tres pontífices.
La Santa Sede informó este lunes la salida del comandante de la Gendarmería
vaticana “para asegurar la debida serenidad a la investigación en curso” y “por
amor a la Iglesia y fidelidad al Sucesor de Pedro”, se lee en un comunicado
oficial.
El 2 de octubre se difundió una orden confidencial de medidas cautelares contra
cinco trabajadores vaticanos en el marco de una investigación por supuestas
irregularidades financieras y Gianni ha dimitido como responsable de la
seguridad, pues el autor de esta filtración “sigue siendo desconocido”, aclara la
nota.

Entre los cinco empleados a los que se les impuso limitaciones administrativas
figura Tommaso Di Ruzza, director de la Autoridad de Información
Financiera (AIF), un organismo de la Santa Sede instituido para la lucha contra el
blanqueo de capitales. El resto son Vincenzo Mauriello y Fabrizio Tirabassi,
dirigentes de la Secretaría de Estado; una empleada de Administación, Caterina
Sansone; y el jefe del Departamento de Información y Documentación, Mauro
Carlino.

La Santa Sede consideró que la publicación de la orden confidencial “perjudicaba


gravemente tanto la dignidad de las personas implicadas como la imagen de la
Gendarmería”, y se sabe que estos hechos han provocado el enfado de Francisco.

El Papa aceptó la dimisión de Giani y conversó “largamente” con él para


expresar “su aprecio por su gesto, expresión de libertad y sensibilidad
institucional” y por el trabajo que “ha realizado con humildad y discreción al
servicio” de la Santa Sede. Y le ha agradecido su “fidelidad y lealtad
incuestionables” y haber creado “una atmósfera constante de tranquilidad y
seguridad” en torno a los pontífices a lo largo de su trayectoria, acompañándoles
y protegiéndoles por todo el mundo.

No es la primera vez que se divulga material confidencial de la Santa Sede. Ya


ocurrió en 2012, a una escala mucho mayor, con el conocido como “Vatileaks”,
el robo de documentos de Benedicto XVI por el que fue condenado su
mayordomo, Paolo Gabriele.

O más recientemente, en 2015, con la divulgación de informaciones financieras


en dos libros por la que el principal imputado, entre un total de cinco, fue el
sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, condenado y después puesto en
libertad condicional por el papa.

Esta nueva filtración de material sensible de la Santa Sede se produce


mientras permanece abierta una investigación sobre presuntas irregularidades
financieras e inmobiliarias en las que podrían estar implicadas las cinco personas
mencionadas.

El pasado 1 de octubre, el Vaticano informó de que el promotor de Justicia


(fiscal) Gian Piero Milano había ordenado la incautación de documentación y
aparatos electrónicos en la Secretaría de Estado de la Santa Sede tras recibir
varias denuncias el pasado verano. El registro en busca de pruebas tuvo lugar en
dos entes del Vaticano: la primera sección de la Secretaría de Estado y la AIF.

La operación surgió de unas denuncias presentadas al principio del pasado


verano por el Instituto para Obras de Religión, el conocido como banco vaticano,
y por la Oficina del Revisor General, este último encargado de auditar la
administración vaticana.

Giani, con un pasado en los servicios secretos italianos, se unió en enero de 1999
a la policía vaticana como inspector general, bajo el pontificado de Juan Pablo II,
hasta que siete años más tarde, en junio de 2006, se puso al frente de la
Gendarmería.

Desde entonces se lo ha visto como celoso escolta de los papas siguientes,


Benedicto XVI y Francisco, corriendo junto al papamóvil o acompañándoles en
sus viajes nacionales e internacionales.

En una entrevista difundida por el Vaticano, el ya ex comandante explicó que


vive este momento “difícil” con “serenidad interior”, aunque no tenga ninguna
responsabilidad directa en la filtración, y reconoce que estos hechos han
causado “un grave dolor” al Papa.
Por eso, como jefe de seguridad del Estado pontificio, asumió la responsabilidad
y presentó su renuncia: “Como comandante he sentido vergüenza por lo ocurrido
y el daño a esas personas (…) Siempre he dicho y demostrado que estaba
preparado para sacrificar mi vida para defender la del papa, y con este ánimo he
decidido dimitir para no dañar la imagen y la acción del Santo Padre”.

Pero al mismo tiempo afirmó que tras su decisión hay motivos personales.

“El papa, por otro lado, conocía algunos de los problemas personales con los que
cargo desde hace meses y mi deseo de dedicar mayor tiempo a mi familia, mi
mujer y mis hijos”, subrayó.

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