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LA UNCION DEL ESPIRITU SANTO ya

Dice el profeta Isaías: "Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu
hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unci6n" (Isaías 10:27).
Dios habla de romper el
yugo de la esclavitud del pecado; Él sabe que lo que se necesita
para levantar la pesada carga de nuestros pecados es la unción
del Espíritu Santo.
Así como Dios quitó la carga del yugo de la esclavitud de Israel,
también remueve el yugo de nuestras vidas. Satanás ha puesto el
pesado yugo de la esclavitud espiritual sobre todos los hombres y
mujeres que nacen en este mundo. Pero Jesús dijo que este yugo

No es necesario ser un cristiano adulto para poder discernir


quién tiene la unción del Espíritu y quién no la tiene; es que la unción no es un producto
humano, porque es una función del Espí-
ritu Santo. Para que pueda entenderse esta función, debemos preguntamos: ¿cuál es el propósito
de Dios en la unción? Es para que
cada vida cristiana tenga la capacidad de expresar el poder de Dios,
dejando de lado toda manifestación humana.
Para que la unción del Espíritu Santo se haga evidente, debemos comenzar con un
entendimiento pleno de quién es el Espíritu Santo, cómo Él opera y cómo podemos entrar en su
íntima comunión. Para desarrollar nuestra comunión con Él debemos cultivarla y nutrirla
diariamente. Para ello es necesario invertir tiempo
en escudriñar y volver a escudriñar la Biblia continuamente.
y así, leyendo y reflexionando las Escrituras recibimos todo lo
que el Espíritu Santo quiere darnos, impregnando nuestra mente,
sensibilizando nuestra alma y ungiendo nuestro espíritu.
La unción del Espíritu Santo solo viene a nosotros cuando tenemos un diario encuentro
personal, con profundidad, en forma privada e íntima con Él; desde allí desarrollaremos una
perdurable amistad y comunión, que solo en forma individual logrará establecerse.
La unción se relaciona con el conocimiento revelado, lo que nos hace identificar la voz del
Espíritu Santo, para que nunca tomemos alguna acción hasta que el Espíritu Santo nos indique
la dirección y nos asegure que su presencia irá con nosotros.
El Espíritu Santo descendió del cielo para manifestar la obra
de la Deidad, y hoy está a nuestro lado; Él es una persona activa,
nunca cesa de obrar. Todo lo que sucede en la Tierra es obra del

SANIDAD DIVINA

SANIDAD
DIVINA
Caprtulo 7
La sanidad divina es una de las áreas ministeriales menos entendidas, y muchas veces mal
interpretada. La pregunta que lleva a muchos creyentes a la incredulidad y la duda es: "¿Por qué
algunos
son sanados y otros no?" Muchos siervos de Dios responden diciendo: "Yo realmente no lo sé".
Sin embargo, la Escrituras otorgan la evidencia de que el precio de nuestra sanidad fue pagado
por Cristo en el Calvario, y lo que debemos hacer es usar la fe no
solo para creerlo, sino para orar creyendo que Dios ya sanó al enfermo por el cual podamos
orar.
Así lo dice 1 Pedro 2:24: "Quien llev6 él mismo nuestros pecados
en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados".
Mateo 8:16 dice que "le llevaron a él muchos endemoniados y con
la palabra ech6 fuera a los demonios y san6 a todos los enfermos" (énfasis mío).
En realidad Jesús obró sanidad sobre las tres áreas del ser humano: espiritual, emocional y física

SANIDAD ESPIRITUAL
Nuestra sanidad espiritual viene a través de una vida entregada
al Señor Jesucristo. Dice Romanos 6:23: "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva
de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro". Y 1 Juan 1:9 declara que "Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad". Pablo escribió a los Romanos 10:10:
"Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación". Esta sanidad obra en el momento mismo de nuestra conversión a
Cristo y continúa durante toda
nuestra existencia. Así como lo expresa la carta a los Hebreos
9:14: "¿Cuanto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha ante Dios, limpiará
vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?" El Señor nos salva y su
sangre sana nuestras conciencias, de
manera que las purifica y limpia de toda maldad.

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