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En lo que respecta a los primeros, son utilizados para reducir de manera eficaz y rápida la
población de los microorganismos. Pero estos componentes químicos se transmiten al suelo
llegando al medio acuático, y, paulatinamente, se van transmitiendo a lo largo de toda la red
trófica hasta llegar a las personas. Los PCB’s y DDT’s son compuestos químicos tóxicos, presentes
en estas sustancias, que tienen grandes repercusiones en nuestra salud. Algunos de sus efectos
pueden ser erupciones cutáneas, efectos en el sistema nervioso e intelectual del feto, problemas
hepáticos, renales, inmunitarios, pudiendo llegar a generar cáncer o inmunodepresión.
Por otro lado, los fertilizantes, que son los encargados de ayudar a un desarrollo óptimo de las
plantaciones, también producen efectos sobre el medio. Pero en este caso contamina tanto su
utilización como su producción. Su producción provoca implicaciones ambientales como CO2,
residuos radiactivos, presas,... En lo que respecta a su utilización, la que es promovida de forma
abusiva, también provoca consecuencias negativas, principalmente en medios acuáticos, como
ríos, lagos, acuíferos y zonas costeras. Como en el caso anterior, estos componentes llegan a la
cadena trófica, alcanzando la salud de los seres humanos, pero además influyen al calentamiento
global, el efecto invernadero y la lluvia ácida.
Por un lado están las relacionadas con las propiedades de la tierra, ya que las zonas áridas y
semiáridas tienen una reducida capacidad de recuperación tras la época de cultivo, por lo que
necesitan de un cierto tiempo de para fortalecerse. El uso abusivo de estas tierras puede llegar a
producir este fenómeno.
Por otro lado, la agricultura intensiva y el regadío, también producen este efecto. El riego con
agua de baja calidad provoca a medio plazo la salinización del suelo. Además las técnicas de
agricultura intensiva pueden producir la disminución de la fertilidad, como el arado, que
disminuye la cantidad de materia orgánica.
Para el ser humano, esta consecuencia puede llegar a producir el hambre a causa de la falta de
productos alimentarios. Además afectaría al medio natural, ya que se reduce la vegetación,
pudiendo llegar a influir en el clima.
El cambio del uso del suelo es la causa de este fenómeno, que produciría inconvenientes de
inmediato en las zonas afectadas. La principal consecuencia sería una drástica disminución del
suministro de agua, esto influye directamente a los seres humanos, puesto que se establecería
una desorganización de las provisiones, ya que, el suministro cambiaría. Otra consecuencia es la
ruptura del equilibrio climático, puesto que la vegetación influye como agente de regulador. Esto
tiene una influencia a nivel planetario, ya que, contribuye al cambio climático.
En relación con la mala utilización del agua, a la hora de alimentarnos en nuestras casas
tenemos que tener cuidado, puesto que en muchas ocasiones la derrochamos sin pensar en las
consecuencias que se pueden producir. Con la escasez de agua no se pueden producir alimentos, y
esto provoca la necesidad de tener que hacer recortes en su uso, principalmente en épocas de
escasas lluvias, como el verano.
Por otro lado, la producción animal produce un gran número de consecuencias, además de ser un
producto cuya demanda ha ido aumentando notablemente a lo largo de los años
Hay diferentes consecuencias producidas por lo que podría considerarse un mal uso
de las tierras.
Para la producción de carne se necesita una cierta cantidad de pienso para el ganado y unas
tierras en las que practicar el pastoreo. El alimento se produce a partir del cultivo de tierras, pero
la producción resultante es mucho mayor en proporción a la producida en carne. Por ejemplo,
para poder obtener 1 kg de carne, se tienen que cosechar la misma cantidad de tierra, tardando el
mismo periodo de tiempo, que produce 200 kg de tomates o 160 kg de patatas. La cantidad de
tierras que se dedican para la producción de pienso y para el pastoreo son el 67 % a nivel mundial.
Si la demanda de carne fuese mucho menor obtendríamos una mayor cantidad de alimentos de
origen vegetal, creando así la posibilidad de disminuir el hambre, o por lo menos, una parte.
Además, esta situación implica la necesidad de conseguir un aumento de las tierras para
producir, y para ello nos hemos ido apropiando de tierras, principalmente de selvas tropicales, que
han sido taladas o quemadas para esta práctica. En América Central, el 40 % de sus selvas ya se
dedican a esto.
La agricultura tiene que utilizar agua para producir el alimento del ganado, y, al mismo
tiempo, darles de beber. El consumo es excesivo, y más si lo volvemos a comparar con los
resultados que se obtienen. Se necesitan 15.500 l para producir 1 kg de carne, sin embargo, para la
misma cantidad de patatas necesita 900 l. La diferencia es muy grande, en este sentido, es más
rentable la agricultura que la ganadería.