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Ensayo Componente Disciplinar
Ensayo Componente Disciplinar
Por otro lado, cabe mencionar también, que el capitalismo tiene una estrecha relación
con la política, es decir, se vincula directamente con los Estados o Naciones del
planeta. Bajo esta mirada, los grandes poderes Estatales y las corporaciones
multinacionales desarrollaron estrategias para gestionar el conocimiento de manera
insospechada al finalizar el siglo XX. En relación a la política económica, los estados-
nación occidentales pasaron de un estado Keynesiano al Neoliberal, ese cambio
basado en la liberalización económica se amplió por medio de la globalización. A
principios de los 80´s del siglo pasado este fenómeno se acentuó paulatinamente con
mayor ímpetu a escala mundial, originándose de esta manera una nueva fase de
acumulación de capital. Parafraseando algunas ideas de la cátedra de Enrique Peña
en la Universidad del Cauca (2018), tenemos que el capitalismo a nivel global
comienza a presenciar diversas transformaciones de orden hegemónico establecidas
por el poder de los Estados Unidos, las organizaciones financieras y comerciales (BM,
FMI, OMC).
En este sentido el concepto de biopolítica planteado por Foucault, según la
investigación de Hard y Negri (2000:28) cobra relevancia debido a que:
Cuando hablamos de nueva economía hablamos de un mundo en el que la gente trabaja con
su cerebro en vez de con sus manos. Un mundo en el que la tecnología de la comunicación
crea una situación de competencia global. Un mundo en el que la innovación es más
importante que la producción en masa. Un mundo en el que la inversión compra nuevas ideas
en vez de máquinas. Un mundo en el que el rápido cambio es una constante. Un mundo tan
diferente que su surgimiento sólo puede ser descrito como una revolución. (Berardi,
2003:101).
Vale la pena resaltar el aporte del académico (Quijano, 2005:225) al argumentar que
la gestión del conocimiento y/o la aplicación del conocimiento al trabajo es una fase
del capitalismo, denominada como el capitalismo cognitivo, particularmente su
investigación revela que:
“trabajo cognitivo dotado de un cuerpo social y carnal, que es sometido conscientemente o
no al proceso de producción de valor y de mercancía semiótica, que puede ser sometido a
explotación y a estrés, que puede sufrir privación afectiva, que puede caer en el pánico, que
incluso puede ser violentado y muerto.. Cognitariado usual y sutilmente explotado por una
clase de especuladores ignorantes, pero hábiles en la expropiación y apropiación del
plusvalor cognitivo con el cual hoy se sostienen y fortalecen los capitales en el contexto
internacional.
En consonancia con lo anterior, la globalización desde la perspectiva económica
contribuyó a la transformación del capital, modificando la forma de productividad, el
trabajo y la distribución del ingreso que había sido anclado a la sociedad
manufacturera, a través del modelo de producción en serie fordista. Y por otro lado,
también colaboró en el proceso para regular las relaciones entre el capital y el trabajo.
Esta política conocida comúnmente por algunos estudiosos como el Neoliberalismo,
reafirmó el nuevo escenario del sistema-mundo, al respecto se destaca que:
A principios de los años setenta del siglo pasado se comienzan a materializar políticamente
los cambios que el desarrollo de las fuerzas productivas del mundo capitalista venía
imponiendo, aunados con la detección de las debilidades en la productividad y el desarrollo
de la industria militar de la Unión Soviética. Es así como los más connotados líderes del
capitalismo mundial, Ronald Reagan y Margaret Thatcher, declaran el fin del Estado de
bienestar y el inicio del libre mercado (paradigma dominante en los actuales momentos) como
política económica que regiría para el resto del siglo y comienzo del siglo XXl, siendo el
Consenso de Washington el organismo que institucionaliza esta política (Sierra, 2008: 118).
Ahora bien, lo descrito hasta el momento expresa una nueva concepción de Estado,
ya no benefactor como lo había considerado Keynes, sino en otro sentido en favor de
la economía Neoliberal, puesto que con el fin del Keynesianismo, el fordismo inició un
periodo de crisis, el cual se afrontó por medio de la liberalización económica. En este
orden de ideas, la soberanía de los Estados sobre todo de aquellos catalogados como
subdesarrollados, se desestabilizó porque los grandes capitales se aprovechan de los
recursos naturales, de las masas de mano de obra barata y de la nueva clase social:
cognitariado. A causa de ello, naciones desarrolladas como los Estados Unidos, así
como las organizaciones públicas y sobre de todo de carácter privado incrementan
sus capitales de forma rápida, aumentando al mismo tiempo su influencia global en
términos de poder, entre ellos se destacan el FMI, BM, OMC, BID, G7, G20 y otros,
los cuales determinan a través de la política Neoliberal la regulación y la forma de
producción en el sistema-mundo. (Peña, 2018).
Para iniciar debemos entender el elemento intangible como activos, los cuales
generan un gran valor para cualquier empresa, y sin sus aportes no aumentará su
producción ninguna empresa, debido a que son los cimientos de la creación,
planeación, innovación y visión de la entidad.
Tenemos que prestar gran atención a que estos activos no son monetizables, porque
en su esencia no se puede tasar económicamente, pero si son susceptible de un valor
el cual nos va a incrementar o disminuir de acuerdo a los aportes relevantes que se
origine en una nuestra empresa. Conociendo que son los elementos intangibles
iniciaremos a desarrollar lo concerniente a la manipulación del conocimiento en las
organizaciones de carácter público, lo cual es de vital importancia, ya que sin una
planeación, un presupuesto una distribución, una buena organización y sobre todo y
no menos importante una gran responsabilidad de los funcionarios, que siempre
deben tener un sentido de propiedad tanto con sus funciones como de las
instalaciones y recursos de las entidades, que representan tanto encargados como
directivas. Cabe decir que en ocasiones se aplican de forma errónea y esto conlleva
a un detrimento patrimonial para las entidades gubernamentales como;las alcaldías,
gobernaciones y otros entes públicos, estas organismos están conformados por
funcionarios que en ocasiones cometen faltas disciplinarias y terminar inmersos en
investigaciones, que a la final son solo litigios inoficiosos, que podrían ser evitados a
tiempo, pero a causa de malos manejos y poco o nulo conocimiento algunos
escenarios e incluso de sus funciones conlleva a que la administración sea lenta e
inoperante. Una adecuada gestión de los intangibles y un buen conocimiento sobre
ellos y aplicarlos a las entidades públicas los convierten en un recurso competitivo de
primer orden para estas organizaciones, lo cual permite mejorar la prestación de los
servicios públicos.
Los intangibles en el sector público o las entidades públicas son diversos y dependen
de cada administración (velar por la seguridad nacional, impartir justicia, elevar el nivel
cultural de la población)
Pero, en general, son más intangibles que los que predominan en el sector privado,
preocupado por la obtención de rentabilidad y creación de valor para el accionista.
Independiente del objetivo concreto que tenga la entidad, el cómo llevarlo a cabo es
una constante en todas las administraciones, y se caracteriza por aspirar a la máxima
calidad de servicio al usuario con una gestión excelente. Que los objetivos sean
intangibles es, por tanto, un elemento favorecedor de la aplicación de las teorías del
Capital Intelectual en el sector público.
En cuanto a la valoración de los bienes tangibles, se han desarrollado sistemas de
costes que permiten conocer la productividad, analizar el coste-volumen-beneficio,
gestionar las existencias, controlar la calidad del producto o los procesos de
fabricación.
Respecto a la valoración de los servicios, muchos de los conceptos desarrollados
para activos físicos no pueden aplicarse siendo clave el papel de los indicadores de
calidad. Cabe señalar que los controles de calidad son diferentes para bienes
tangibles que para los servicios, lo que invita a aplicar procedimientos específicos de
valoración de intangibles, como las encuestas sobre el grado de satisfacción.
Las organizaciones públicas que lideran los distintos sectores de actividad son las que
adoptan como visión estratégica "la necesidad de actuar antes y mejor que los demás". En
ese contexto, el conocimiento se transforma en un aprendizaje continuo que es vital para el
funcionamiento sostenible de las organizaciones, que asumen el tener que "reinventarse cada
día", concluyendo que la gestión de los intangibles es una cuestión estratégica, que les
permitirán cumplir con el objetivo último de creación de valor público para los usuarios, los
empleados y los ciudadanos en general.
El capital intelectual y el conocimiento organizativo es fundamental para el sector público
(Rodríguez et al. 2005: 10).En las administraciones públicas el poseedor clave de información
es el empleado. La experiencia de las personas se valora esencialmente al ofrecer una visión
precisa para superar los problemas concretos. Esta circunstancia se ha agudizado en la
actualidad al acentuarse las limitaciones presupuestarias y aumentar el número de directivos
públicos que abandonan la Administración al ser captados por el sector privado. El desarrollo
estratégico del conocimiento organizativo es la única opción que permite a las organizaciones
públicas prestar más servicios con menos recursos.
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