FÉNIX

FÉNIX
Órgano de Divulgación de la Resp:. Log:. Simb:. FÉNIX No. 9,
Jurisdiccionada a la Gran Logia Cuscatlán,
del Oriente de El Salvador

2013 E.V.
SAN SALVADOR, EL SALVADOR, C.A.
NÚMERO 14 AÑO 7
 FÉNIX

SUMARIO
NUESTRA PORTADA Editorial------------------------ 3
Vivir como masones--------- 4
La Crisis según
Albert Einstein-------------- 7
Buscad y encontraréis----- 7
El juramento o vínculo----- 8
Las tres Grandes Luces--- 12
La virtud de la templanza 16
Porque y para que soy
masón--------------------------- 17
La fraternidad---------------- 18
Secreto, discreción
A un año de la fechaque la Gran Logia y silencio------------------------ 19
Cuscatlán del Oriente de El Salvador, El dios de los
conmemorara su primer centenario, Francmasones---------------- 21
presentamos, como portada de esta Las herramientas
revista, el monumento diseñado e del aprendiz; su uso,
inaugurado en esa ocasión, con el que su significado y su
se rinde homenaje a la riqueza y simbolismo--------------------- 23
colorido de nuestros símbolos. La reforma protestante----- 37
Los masones salvadoreños debemos Las logias azules------------- 38
sentirnos orgullosos de esta magnífica Involución y evolución------- 39
obra, primer monumento Caridad------------------------- 41
eminentemente masónico erigido en El simbolismo masónico--- 43
nuestra república, que todos los Calidad-------------------------- 44
ciudadanos pueden apreciar y tener Ignorancia---------------------- 45
presente, para hacer valer los más Tradición Iniciática--------- 46
sagrados derechos de libertad e Purificación-------------------- 49
igualdad entre los seres humanos, Los sentidos corporales
porque la Orden Masónica es una en la iniciación--------------- 50
institución que proclama la paz entre Los deberes del masón---- 53
los hombres como el más alto y más
permanente de sus fines, defiende el
orden y respeta las leyes del país en
que vive, combate las guerras, toda
violencia, fanatismo y todo tipo de
coacción, porque aspira a que el
mundo sea regido y gobernado por la
razón.

Edición: V:. H:. Homero Armando Sánchez Cerna Diagramado: V:. H:. Pedro Félix Morataya Peña
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EDITORIAL
Con esta edición se cierra el año masónico de publicación de la revista “Fénix”, del
año 2013, la que contiene artículos escogidos de doctrina y filosofía masónica
destinados a instruir a los HH:. receptores de su contenido, a fin de proyectarlos a la
sociedad como buenos padres, hijos, hermanos y amigos, cuyos principios y valores
éticos les permita ser ejemplo para todos los que comparten su entorno social y
familiar.

Siempre ha sido el deseo de la Resp:. Log:. Simb:. “Fénix No. 9”, que su revista
pudiese llegar a cada uno de los miembros de las logias de la obediencia, pero
limitaciones económicas no lo han permitido; sin embargo, hemos confiado que los
VV:. MM:. Que la presiden, a quienes la enviamos, han sabido aprovechar sus
enseñanzas en las tenidas de instrucción correspondientes; no obstante,
aprovechando los avances en materia de informática, pronto será posible, que cada
hermano que lo desee, pueda acceder a todas las revistas hasta ahora publicadas.

Independientemente del grado que ostenta, todo masón sigue siendo aprendiz; y,
como consecuencia, debemos poner en práctica el conocimiento que obtenemos en
nuestras logias, ya que no basta conocer, sino lo importante es ejecutar lo conocido,
por lo que colaborando con la enseñanza de nuestros principios y doctrinas, esta
edición contiene temas de sabiduría masónica muy apreciados y útiles para
continuar el camino de la virtud y de la verdad, pero la verdadera alquimia o la
transformación esta dentro de cada uno de nosotros, labor para la cual es necesario
conocernos nosotros mismos y así poder dedicarnos a disipar la ignorancia,
combatir los vicios, repudiar los fanatismos y propagar el espíritu de la masonería,
convencidos que las doctrinas masónicas orientan al hombre hacia la senda del
honor.
MAURICIO EMILIO SAADE LASES
VENERABLE MAESTRO

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nosotros es un mundo particular, y

¿VIVIR COMO MASONES?
Cesar A. Pain donde cada cual avanza buscando su
Alianza Fraternal Americana propia verdad?
No. 92 Washington D.C. Julio 27, 2009
QQ:.HH:.
Nunca olvido las palabras de mi mentor
el R:. H:. Marcelino Macías cuando

C reo Firmemente que en nuestra

Augusta Orden no existen ni
“maestros” ni “Gurús”, tampoco
es “religión” porque no ofrece
afirmaba que efectivamente eran
muchos e interesantes
cuestionamientos, pero la primera
los

obligación de un Mas:. es vivir como tal!

salvación alguna. Solo existen “Guías”
y siempre repetía un dicho que según el
que pueden señalar pautas y consejos a
R:. H:. Víctor Polay Risco pertenecía al
seguir, porque cada H:.debe encontrar
gran filósofo chino: Confucio:
su camino de acuerdo a su propio
razonamiento.
"LA VIDA ES 90% DE HIEL Y 10% DE MIEL,
FELIZ EL HOMBRE QUE SABE HACER UNA
En este sentido, creo deber de todo
MIXTURA QUE NO SEA TAN DULCE QUE
Maestro Mason con sus HH:. menores
NOS EMPALAGUE Y TAN AMARGA QUE
así como son sus iguales, compartir las
NOS HAGA SUFRIR"
experiencias pasadas en el recorrido
particular de cada uno. En este sentido
únicamente y con mucha humildad me
permito comunicar mis propias
experiencias con todos vosotros.

Que cada H:. puedan encontrar la

inmensa satisfacción de sentirse
“libres” de todo dogma que los ata y
discernir según sus propios criterios
haciendo uso del Libre Albedrío, que
tiene cada hombre desde su nacimiento
como el mejor de los “derechos” que ha
otorgado el G:.A:.D:.U:. a la humanidad.
En mi caso particular, nunca tuve en
Es mucha y muy variada la temática que consideración esta premisa y me bebí
tiene nuestra Orden la ejemplarización toda la "miel", dejando para el final de
de la praxis masónica, en su Historia, mis años el amargor de la hiel, a la que
Ritualismo, Simbología, Filosofía, hay que poner buena cara, pues me
Esoterismo, como son las preguntas imaginaba que no existiría solución
que nos hacemos, a las cuales muchas alguna para compensar este
veces no encontramos respuestas desequilibro. Sin embargo, el paso de
apropiadas, porque cada uno de los años me demostró que estaba

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equivocado, ya que el G:.A:., según se que lean el presente "lo

asegura, "aprieta pero no ahorca", y comprenderán".
siempre nos brinda no, "una" sino
varias "segundas oportunidades",
quizás porque enmendamos nuestra
vida y volvemos al carril de lo bueno y
justo.

Cuantas veces nos la hemos jugado

haciendo cosas "locas"? Y cuando nos
hemos visto en precaria situación y
perdidos, hemos dirigido una piadosa
"oración" a nuestro "creador" pidiendo
ayuda y PROMETIENDO no hacerlo
nunca más y sin embargo muchas veces,
Si hacemos un estudio profundo
sin querer queriendo volvíamos a
honesto y justo de nuestra conciencia,
repetir el "plato" en otra forma y en
empleando para ello la simbología que
diferentes circunstancias.
ejemplariza el DELTA, encontraremos,
que cuando dejamos de cumplir con la
Es posible que para muchos, con una
ley de la "ética y la moral", es que todos
sola "jugada" quedaban curados y
nuestros problemas comenzaron.
nunca más lo repetían, pero para otros,
Quizás de algunos de ellos, salimos solo
sentir el peligro y caminar por el filo de
con un buen susto, pero en otros
la navaja, se convirtió en una forma de
tendremos que pagar con lágrimas y
vida, buscando siempre el peligro no
dolor, desgraciadamente no solamente
importando ni el ¿qué? ni el ¿cómo? y así
en nosotros sino en nuestras familias,
se fue consumiendo la miel.
nuestros prójimos o nuestros
hermanos?
Así, por hacer algo bueno, hemos
arriesgado mucho con la sana idea de
Recordemos la famosa pregunta de
traer posibilidades económicas rápidas
Tales de Mileto: QUÉ ES LO MAS DIFICIL
que brindaría, "felicidad" a los nuestros
PARA EL HOMBRE? Siglos después
Cuántas veces hemos jugado a ganador,
contestaría Sócrates: CONOCERSE A SÍ
sin tener posibilidades? Cuantas fuimos
MISMO. Una pregunta simple para una
infieles a nuestras promesas? Cuantas
respuesta igual, sin embargo que difícil
veces fallamos a nuestros hijos? Cuantas
es llevarla a cabo.
veces faltamos a nuestros Juramentos
Masónicos? Cuantas dejamos
¿Es en el incumplimientos de nuestras
languidecer a nuestra Logia con nuestra
primeras obligaciones ?:
Inasistencia? Seguramente podría
 Fe en nuestros Ideales?
agregarse muchas más, como todos lo
 Esperanza de alcanzarlos?

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 Caridad para todos? conciencia, porque todos y cada uno,

O en la de las siguientes virtudes pensamos que somos "muy buenos”,
 Justicia porque tenemos la facilidad de
 Prudencia olvidarnos de nuestras fallas y errores,
 Fortaleza por lo consiguiente, si queremos
 Templanza conocernos nosotros mismos, debemos
primero chequear nuestra conducta y
Cuando todas o parte de ellas se dejan después decidir qué camino seguir
de lado, florecen los peores defectos de como hombres que verdaderamente
los hombres, pues, aparece la: buscan la perfección por el bien de
1. Envidia nosotros, nuestra familia, nuestra
2. Odio comunidad y de la Orden Masónica en
3. Codicia particular.
4. Maledicencia
5. Impiedad Este Traz: .Mas:. lo creo muy útil para
6. Poder Desmedido que los RR:. Y QQ:. HH:.,
7. Honores Inmerecidos Independientemente de sus Grados y
8. Traición posiciones, puedan comprobar cuanto
9. Ingratitud se han desviado del camino de la
10. Mentira verdad, del amor fraternal y de la
11. Lujuria caridad para con nuestros HH:. del Tall:.
12. Infidelidad de la jurisdicción y de la
13. Injusticia correspondencia. Para el suscrito, es un
14. Imprudencia complemento del Delta, de aquel ojo
15. Ambición que todo lo ve, que en muchas
oportunidades queremos ignorar, y que
Es muy fácil RR:. y QQ:.HH:., descubrir sin embargo como HH:. mayores, es
qué tanto vivimos nuestra existencia mayor nuestra responsabilidad de
como masones, basta con evaluar portarnos con equidad y respeto.
nuestro actuar, primeramente con las
virtudes y luego con los vicios y Por ello cuando se afirma:
defectos, y haciéndolo frente al delta, QUE LA MASONERIA ES UNA FORMA DE
nuestra realidad quedará reflejada en el VIDA, ¿QUE DIFICIL ES VIVIR BAJO SUS
espejo de la verdad de nuestra PRINCIPIOS?, V E R D A D, RR:. Y QQ:.
conciencia!!! Es ciertamente muy HH:. ?
doloroso hacer este examen de

¡GRANDES VIRTUDES TENDRÁ NUESTRA AUGUSTA INSTITUCIÓN,

BRUTALMENTE COMBATIDA POR LA REACCIÓN, CUANDO HA
REGISTRADO EN SU SENO A LOS GRANDES GENIOS DEL PENSAMIENTO!

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 FÉNIX

La Crisis Según Albert Einstein

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la
mejor bendición que puede sucederle a personas y países, por que la crisis trae
progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en
la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien
supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado”.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta
más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la
incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar
las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es rutina, una
lenta agonía. Sin crisis no hay meritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno,
porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la
crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez
con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Buscad y Encontrareis

Buscando en vuestro corazón, encontraréis la palabra suave que borre una aspereza, el
gesto dulce que alivie una pena y el amor sincero que arranque tiernamente la espina
clavada en el corazón de un hermano.
Buscando en vuestra mente encontraréis el dato que solucione un problema, la
inteligencia analítica que desentrañe un teorema; las facultades que dignifican al
transformar al animal humano en un ser pensante que razona y analiza, que dirige y ama.
Buscando en vuestra conciencia encontraréis la norma de vuestra conducta, el faro
luminoso que ilumina el sendero de vuestra vida, la brújula que guía firmemente vuestra
conducta por el mar tumultuoso de vuestras pasiones.
Buscando en vuestro espíritu, hallaréis el sentido oculto de las cosas, la verdad
escondida del símbolo y la armonía del ritmo de la vida.

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 FÉNIX
EL JURAMENTO O VÍNCULO
E l punto central en la ceremonia de
cada grado es el juramento o
vínculo, porque éste es el que da
el aprendiz, al compañero y al Maestro
la plenitud de su grado; por
consiguiente, este punto es digno de
especial consideración que haremos
aquí para que no haya necesidad de
repetirlo en cada grado.
Vínculo es una palabra latina que
significa literalmente “lazo que une a”:
es más que un juramento, más que un
voto porque comprende ambas cosas y
ha sido usado en una y otra forma desde
la antigüedad. El H:.Twining le da un
significado como “un juramento, como
una aseveración o promesa hecha bajo
una sanción o pena no humana”.
Nosotros podemos definirlo diciendo:
“El juramento es una sujeción íntima de
la voluntad y de la conciencia, al
cumplimiento de una conducta o de un
hecho, bajo la pena de una sanción
moral, a la que nos sometemos tomando
por testigo a la Divinidad”. El uso de los
juramentos ha sido extendido en todos
los tiempos y para casi todas las
circunstancias de la vida, pues casi
podemos decir que no hay asunto o
relación a la que no se haya aplicado
como solemne promesa de honor. Los
juramentos han comenzado
seguramente como medio de seguridad
entre los hombres por intermedio de un
poder sobrenatural o de un afecto que
tomamos por sagrado o cuyo recuerdo
nos es casi imposible vulnerar. Ha sido
aplicado desde los tiempos bárbaros
hasta los más civilizados; lo que nos
demuestra la fuerza impulsiva que nos
avasalla a la cosa o asunto prometido.
Ha sido sinónimo de verdad, porque su
falta coloca al violador o falsario en un
predicado casi despreciable en el
concepto de los hombres.
En Inglaterra, en tiempo de las Logias
operativas se hacían los juramentos
como cosa corriente; pero es preciso
convenir que la práctica inconsciente de
jurar por cualquiera simpleza quita al
acto toda la solemnidad y fuerza que ha
de tener cuando se hace intervenir a la
conciencia, ofrendándola como garantía
de verdad y de honor”. Desde el
Athelstam hasta la conquista normanda
y desde el conquistador hasta Eduardo I
y aún más tarde, el juramento de lealtad
era administrado anualmente a todo
hombre libre. “Ese sometimiento del
vasallo o del súbdito feudal o nacional al
que ejerce la autoridad, no importa de
dónde venga ésta, es un acto que ha
venido verificándose desde los más
remotos tiempos, podemos decir casi
desde que se originó el proceso de la
autoridad en la más simple y grosera
relación humana.
Hubo tiempos en que se limitó la
práctica del juramento dejándolo sólo
para unión o sometimiento al príncipe
reinante, considerando todo otro
8
 FÉNIX
juramento como prohibido y criminal.
Eso se explica por el celo continuo en
que vivían los tiranos o jefes, de sus
rivales o vecinos, por cuya razón,
presionaban a sus vasallos o adláteres
por medio de juramento exclusivo y
único prohibiendo y teniendo como
criminal al hacerlo con otro jefe o rival.
En la actualidad los juramentos son
actos de solemnidad y legales que se
acostumbran en todos los actos de
importancia máxima. Son actos de
sujeción ya a la ley, ya a un jefe, ya a una
autoridad etc.; y cuyo cumplimiento
comprende no sólo la pena por la
violación sino la pérdida del derecho o
posición a que va adjunto. Sin
juramentos oficiales, el Estado llegaría a
una situación de desorden y anarquía.
Así en la Masonería, el juramento viene
a llenar una necesidad para significar la
unión indisoluble del iniciado o del
candidato a las obligaciones
consiguientes a su calidad de masón y a
las especiales del grado que se
administra.
En el mundo profano hay muchísimas
personas que atacan a la Masonería por
ser una Fraternidad sujeta a un
juramento, especialmente porque este
juramento es tomado como un símbolo
de todos los lazos o vínculos que unen a
los hombres que se congregan para el
cumplimiento de sus fines. Pero esos
ataques son parciales, porque en todas
las relaciones humanas existen tales
juramentos, más o menos extensos, más
o menos estrictos; hasta en los cánones
religiosos existe el juramento para
significar el sometimiento del hombre a
ciertos y determinados deberes que le
atan a una entidad. Los ataques romano-
católicos desde 1728 cuando el Papa
Clemente XII lanzó su primera bula
papal contra la Masonería hasta el
presente, han sido dirigidos
principalmente a causa de ese juramento
y sin embargo la Iglesia autoriza la secta
secreta de los jesuitas que viven sujetos
a un juramento mucho más estricto que
el masónico. Y eso se ha hecho hasta
contrariando las mismas palabras de
Cristo cuando dijo: “No toméis mi
nombre para un sí o un no, y el que lo
haga hace un mal”. Dejando a un lado la
mala interpretación que se hace de las
palabras del Evangelio, es difícil explicar
la situación de dichas organizaciones,
porque ellas usan en la celebración del
matrimonio juramentos aún más
solemnes; y los sacerdotes no rehúsan
exigirlos cuando se celebran tales actos.
El ataque hecho a la Masonería al
principio del siglo pasado por causa del
asunto Morgan, ha sido un subterfugio,
porque era este un asunto meramente
político disfrazado que sirvió para crear
animadversión contra la Masonería por
el juramento, como se deduce
claramente de las palabras de los líderes:
“El caso de la Masonería y la
antimasonería ahora en juicio ante el
tribunal de la opinión pública está
consagrado en una sola acta: “Dejad a
una Logia que cese de administrar el
9
 FÉNIX
juramento y esa Logia se disuelve. Hace
que toda la Orden resuelva que este
juramento no debe hacerse más y la
Orden se disuelve, porque la abolición
del juramento trae consigo necesaria e
indefectiblemente la abolición de todos
los Landmarks”.
De las penas que se supone van adjuntas
al juramento y las cuales han levantado
la animosidad entre los anti masones,
hemos ya hablado; pero más puede
decirse en el presente caso con las
debidas reservas, del secreto, y sólo toca
a los Maestros en sus respectivas Logias
hacer una exposición franca y leal a los
iniciados respecto a la invulnerabilidad
de nuestros juramentos que en nada
afectan a la honradez de los principios
ni a la dignidad del hombre.
Solamente a manera de ejemplo vamos a
comentar los datos proporcionados por
el H:. Roberto I. Clegg: “La muerte por el
ahogo lento fue administrada una vez
por la autoridad como un castigo
apropiado… Considerad lo siguiente: En
las curiosas ordenanzas de Enrique VI
libradas por conducto de la Corte del
Almirantazgo de Humber, se enumeran
algunas ofensas de la Marina y sus
correspondientes castigos. Para unirlo al
carácter de la Corte y bajo la
jurisdicción del Almirantazgo, los
castigos eran inflingidos generalmente
bajo el nivel de la marea”. “La Corte,
dice, compuesta de Mariscales, Marinos
y Mercaderes con algunos otros que
tenían acceso a las aguas del Rey para
pescar con anzuelo, red o máquina, era
reunida y dirigida como sigue:
“Vosotros, maestros, jueces de
instrucción, si vosotros o alguno de
vosotros descubre los secretos del
Consejo del Rey o vuestro propio
consejo seréis y debéis ser sumergidos
bajo el nivel de las aguas por tres veces.
Y entonces y allí debe imponérseos el
castigo por la ley, siendo atados de pies
y manos, cortado su cuello, sacada la
lengua y sus cuerpos arrojados al mar”.
En Inglaterra en el siglo XVII la pena de
muerte en su más terrible forma era
impuesto por ofensas comparativamente
menores como el robo simple. Los
juramentos eran tomados libremente y
aún las pequeñas asociaciones tenían los
suyos, aún la hermandad de los
porqueros.
Si ciertos rezagos de esas prácticas
parecen oírse aún entre nosotros, es
porque quizás fueron tomados de los
juramentos del siglo XVIII. La discusión
de que las penas son de origen reciente
desaparece por el hecho de que los
juramentos como se encuentran en las
antiguas formas son muy breves y de
carácter muy diferente.
Un ejemplo de lo que hoy son los
juramentos se encuentra en un período
de Harleran, Massachusetts a fines del
siglo XVII: “Hay varias palabras y signos
de los francmasones que se os van a
revelar de los cuales responderéis ante
Dios si los reveláis, el día grande y
terrible del juicio; vosotros guardáis un
secreto y no podréis revelarlo como no
sea al Maestro y hermano de la misma
Institución Masónica: así Dios os
ayude”.
Respecto a la idea de simplificar la
forma del juramento y las penas
especialmente, puede decirse mucho en
pro y en contra. Costumbres arcaicas y a
10
 FÉNIX

veces anticuadas, a veces terribles e transformación está reñida con las

ininteligibles para los modernos
masones se hallan a menudo en el
Ritual. Algunos creen que estos
términos deben eliminarse o
modernizarse como dice el H:.McBride:
“Hay en nuestras ceremonias muchos
errores que pueden corregirse y muchas
costumbres ordinarias podrían abolirse,
pero antes deben nuestras Logias
convertirse en lo que debían ser:
escuelas en las cuales los hombres
puedan aprender la manera de actuar
correctamente y pensar bien”.
Muchos de nosotros hemos presenciado
en algunas Logias nuestras o de otras
jurisdicciones, costumbres reñidas con
el buen sentido; pero también hemos
visto que algunas de esas costumbres
arcaicas son esenciales por cuanto que
nos dan la sensación, necesaria en esta
época de trastrueque de valores y de
interpretaciones absurdas, de un pasado
reverente de histórica continuidad que
da en cierto sentido solemnidad a las
ceremonias.
Pero, por otra parte, hay
consideraciones que nos relacionan con
los juramentos que no hay manera de
transformar sino modernizado toda la
teoría de las ceremonias y esta
tradiciones y con el espíritu de los
Landmarks y por eso debemos
conservarlas.
Después de todo, el juramento o vínculo,
además de su función oficial de ligar o
atar legalmente a los hombres con la
Fraternidad, nos asegura el secreto y
todos deben recordar que al final de las
ceremonias o de las tenidas, siempre al
formar la cadena, se recuerda la validez
y permanencia del juramento por medio
de palabras que nos lo recuerdan; y así la
Logia cumple su cometido,
asegurándose de que nuestros hermanos
llevan en la mente la realidad de su
promesa y la voluntad de cumplirla.
Para ser más estricto aún, debemos
insistir cada vez que sea preciso, en la
idea de inculcar a los iniciados la
obligación que tienen de ilustrarse en
todo lo que se refiera a la
Francmasonería, tanto por adelantar en
la carrera de masón como para aplicar
en todo momento masónica o
profanamente las enseñanzas de la
Institución y sobre todo para saber
efectivamente y en verdad lo que es la
Institución a la cual se han adherido con
entera y franca voluntad.

¡CUANTOS MÁS SEAN LOS ATAQUES QUE SE DIRIJAN CONTRA

LA MASONERÍA, MÁS PREPONDERANCIA TOMARÁ EN EL
CORAZÓN DE LOS HOMBRES ECUÁNIMES Y LIBRES DE
PERJUICIOS Y FANATISMOS! IMPERTURBABLES SIGAMOS
NUESTRA SENDA.

11
 FÉNIX
LAS TRES GRANDES LUCES
EL LIBRO DE LA LEY
La primera cosa que impresiona al
candidato al quitarle el velo de los ojos
son las tres grandes luces que en
apropiado arreglo aparecen en el Altar
del centro de la Logia.
Ellas simbolizan, en primer lugar, los
deberes del hombre para con El Gran
Arquitecto del Universo, para con sus
semejantes y para consigo mismo. Esas
luces, enviando sus rayos a todos los
rincones de la Logia que simboliza el
universo, simbolizan también las altas
verdades del espíritu que han sido
puestas en el hombre para dirigir sus
pasos por el mundo.
En toda Logia de masones es
indispensable que figure en lugar
prominente del Altar, el Libro de la Ley.
Este libro es en nuestras Logias la Biblia,
porque según las doctrinas del
cristianismo que es la religión
predominante en la raza latina o indo-
hispana, ese libro monumental contiene
la palabra de Dios y la revelación de sus
misterios a los hombres.
No es preciso que sea la Biblia el Libro
preferido y obligatorio, lo es para
nosotros como hemos dicho, pero en
otras Logias en que la mayoría del
pueblo profese otra religión puede
sustituirse por alguno de los Libros
tenidos por sagrados en los diversos
pueblos del mundo. Lo que precisa es la
Ley, según la religión que se profese,
porque teniendo esa representación, el
alma de los hermanos se conmueve y
rinde su veneración. Por eso se ha
escogido el Libro Sagrado para que
sobre sus páginas se posen las manos del
creyente para rendir el tributo de su
alma y para ofrendarle, desde la
intimidad de su conciencia, la voluntad
inquebrantable de cumplir los deberes
que ante esa Ara santa juran los
candidatos y todos los masones en todos
los actos de la Logia.
Sin la Biblia presente o sin el Libro de la
Ley sagrada cualquiera que éste sea, no
puede recibirse ni iniciarse candidatos,
ni resolverse ni tratarse cosa alguna de
los asuntos diarios de la Logia. Es
indispensable e insustituible, porque
faltando la representación de la
Divinidad, nada puede juzgarse con la
suficiente conciencia de la verdad.
En el transcurso de los sucesos y
asuntos de la Logia, aparece
íntimamente unido el ritual masónico en
todos sus grados a los conceptos de la
Biblia. Tanto se ha sacado de ese Libro
en el ritual, que hemos encontrado hasta
setenta y cinco referencias a él, y hemos
encontrado que la mayoría de los
hombres propios usados en la
Masonería, se encuentran en las páginas
de ese libro sagrado. Muchos han creído
12
 FÉNIX
que la Masonería ha copiado
deliberadamente tales nombres con el
fin de seguir las huellas de Cristo, pero
aunque eso fuera así, no puede ninguno
aseverar toda esa verdad, puesto que
conforme a la historia de la Masonería,
sabemos que ésta existió mucho antes
de la expansión de la doctrina de Jesús.
Entonces podríamos decir que el
Cristianismo también copió de la
historia masónica sus nombres y hasta
determinados acontecimientos, porque
según hemos visto, una de las primeras
instituciones ligadas con la Masonería
fue la secta de los Esenios, a la cual
perteneció José de Arimatea, que fue
Maestro y Gran amigo de Jesús.
Sea de esto lo que fuere, es cierto que las
enseñanzas de la Masonería se basan en
la Biblia, como un templo se basa en los
mejores cimientos. Que ese Libro
sagrado contiene principios altísimos
que han regido al mundo, no cabe la
menor duda; y, por consiguiente, si la
Masonería se ha basado en él para
fundar sus enseñanzas y para cimentar
sus rituales nada tiene de vituperable,
sino todo lo contrario, puesto que se ha
tomado por ejemplo una obra que ha
venido, desde las primeras edades del
mundo conocido, sirviendo como un
guía luminoso para todos los actos de
los hombres.
Por eso, cuando el candidato ve por
primera vez al iniciarse, extenderse la
biblia sobre el Altar y abrir sus páginas
como llamando a abrazo fraternal al
iniciado, éste se conmueve, abate su
frente en señal de veneración y jura
poniendo su mano sobre él como
tomado a Dios por testigo de la
sinceridad de su juramento. Desde ese
instante, el candidato hecho ya masón,
forja inexorablemente el escalón de su
cadena que le ata a sus hermanos,
induciéndole a practicar el bien y
amoldar su vida según los dictados del
Sagrado Libro de la Ley.
Esa salutación a la Biblia ha sido
acostumbrada por la Iglesia en la Edad
media. Los tribunales trajeron de los
eclesiásticos esas costumbres del lejano
y medio Oriente, y es probable que los
masones modernos hayan adoptado su
uso como una demostración de su
reverencia y acatamiento a la Ley divina
simbolizada por la Biblia.
Algunos escritores, fundando su teoría
en referencias esparcidas en los
Antiguos Misterios, creen que en los
tiempos de la Masonería Operativa, el
candidato sellaba su juramento
colocando sus manos sobre la Biblia,
aunque como hemos dicho, es posible
que esto lo haya adoptado después de la
muerte de Jesucristo.
De cualquier modo que sea, los masones
sabemos que el muy sagrado Libro fue
considerado como parte principal entre
los ornamentos de la Logia antes del
resurgimiento de la Masonería, aunque
no fue consagrada como Gran Luz, sino
hasta el año de 1760 más o menos.
Nuestros antepasados masones tuvieron
que considerarlo así, porque no
encontraron otro Libro que los
iluminara o revelara tanto como la
Biblia. Esta es una Biblioteca que
comprende sesenta y seis libros del más
diverso carácter traídos de muchos
pueblos y en muchas diferentes
condiciones, pero es un Libro cuyos
13
 FÉNIX
heterogéneos capítulos se encadenan
mutuamente por un solo y prevaleciente
espíritu, como las perlas se hallan
unidas por un solo hilo. El más reciente
de sus capítulos tiene lo menos dos mil
años de existencia, mientras otros
tienen muchos miles de años más atrás,
pero aún prevalece su fuerza atrayente y
conmovedora como si hubiera sido
escrito ayer.
La historia de la colección de esos libros
es tan maravillosa, que muchos la
consideran sagrada, o providencial. El
que ha sido extraído de la profundidad
sin límites y de la experiencia racial es
ese Libro que apela a la razón de todos
los hombres de todas las razas. Ha sido
traducido a más de quinientas lenguas y
dialectos y ha sido leído por los hombres
de las más opuestas culturas y
tradiciones, y a todos ha parecido como
si hubiera sido escrito especialmente
para ellos.
Si verdaderamente su literatura fue
inspirada como parece, nosotros los
masones debemos creerlo así como el
símbolo de la perfecta voluntad de Dios.
Nosotros no podemos permitir que se
nos lleve al extremo de la bibliografía
fetichista que ha sido un serio obstáculo
para diseminación de los conocimientos
humanos y para el progreso de la raza y
que hoy comienza a abandonarse por la
investigación científica y la sana crítica.
Aunque nosotros debemos guardarlo
como el Libro más cercano a la
Divinidad y el más conforme con la
conciencia de los hombres puros.
La Biblia no fue escrita para que sirviera
de libro de texto de historia, de ciencia o
filosofía y no puede juzgarse como tal,
aunque tiene mucho de historia, gran
parte de ciencia pero mucho más de
Filosofía, porque penetra en el cerebro
de los hombres haciéndoles comprender
la ínfima pequeñez del ser humano ante
la majestad infinita de Dios.
Todos los hombres de cualquier fe o de
poca fe, están de acuerdo dice Goethe:
“confiesan que la Biblia es el fruto de la
meditación que ha servido como guía en
la vida moral, literaria y política de los
hombres”.
“Tomad la Biblia en conjunto dice
Huxley, haced las más severas críticas,
haced las deducciones que creáis
convenientes y aún así quedará en tal
literatura un vasto campo de belleza
moral y de grandeza que nadie puede
quitar”.
A todas estas consideraciones podemos
agregar como un valioso tributo, las
palabras del H:. J. F. Newton, dichas en
una logia Masónica: “Hermanos: aquí
tenéis un libro cuya escena es el cielo y
el lodo, y todo lo que se halla entre
ambos, un Libro que contiene el arco de
los cielos, la curva de la tierra: el flujo y
reflujo de los mares; la sonrisa del sol
poniente, los picos de las montañas y el
reflejo de la luz sobre las cataratas; la
sombra de los bosques en las colinas, el
canto de los pájaros y el color de las
flores; pero sus dos grandes personajes
son Dios y el alma; y la historia de su
vida común es un romance inmortal. Es
el más humano de los libros que dice los
viejos y olvidados secretos del corazón,
su amargo pesimismo y su esperanza
que desafía la muerte, su pena, su
pasión, su pecado, sus sollozos de dolor
y su grito de júbilo; y todo lo dice sin
14
 FÉNIX
malicia, en estilo elevado que no puede
hacer daño alguno al hacerse el eco
dulce y elocuente de la piedad y de la
misericordia de Dios. Ningún otro libro
es tan honrado entre nosotros, tan
misericordioso y clemente, tan austero y
tan tierno, que taladra el corazón para
curar allí las profundas heridas del
pecado y del dolor”.
Conforme a todo lo manifestado,
nuestra Fraternidad permite a las logias
tener como Gran Luz el Libro que se
tenga como sagrado, en el lugar donde
se trabaja: el Viejo Testamento para los
judíos,; el Koran para los mahometanos,
el Zend-Avesta para los persas; el
Baghabad-Vita y los Vedas en la India,
etc., etc.
Tampoco se nos obliga a aceptar tal o
cual interpretación aparte de sus
enseñanzas, lo cual es un privilegio que
los teólogos mismos no han tenido.
Los miembros de la Logia Operativa
eran trinitarios porque la invocación
puesta al principio de los Antiguos
Misterios lo testifican; pero al formarse
la primera Gran Logia de la Fraternidad
dejó de ser especialmente cristiana:
aunque Hutchison más tarde en su
“Espíritu de la Masonería” ha tratado de
interpretar los términos de esa fe.
Un Diputado Gran Maestro de Murna
escribió en una carta a G. Speth: “Yo he
iniciado a MoringBanAhm, un burmés,
quien ha modificado tanto sus creencias
religiosas hasta confesar la existencia
personal de Dios”. El Ven:. M:.era un
persa; un Vig:. Era judío o Brahmán, el
otro era un inglés cristiano y el diácono
un mahometano”. Esto está
perfectamente en armonía con el
principio de que la masonería es una
sociedad en que se exige a sus miembros
pertenecer a una religión, es decir en la
creencia de que cada religión tiene un
Dios, consideración en que todos los
hombres deben estar conformes”.
Por encima de todos los dogmas que
dividen, de todos los fanatismos que
ciegan, de todas las amarguras que
nublan, deben estar las palabras de una
religión eterna: “La paternidad de Dios;
la hermandad del hombre; la ley moral;
un gobierno leal y la esperanza en la
inmortalidad”.
La Fraternidad no presume imponernos
una concepción dada del G:.A:.D:.U:.,
dejando a cada uno que conciba por sí
mismo la Divinidad. A esto Alberto Pike
ha dicho para nosotros: “Para todo
masón hay un Dios, uno, supremo,
infinito en bondad, en sabiduría, en
previsión, en justicia y benevolencia;
Creador Dispensador y Preservador de
todas las cosas. Cómo y porqué poder
intermediar o de emanación crea y actúa
y de qué manera se multiplica y
manifiesta, la Masonería deja a los
diferentes credos y a las religiones
averiguarlos”.
15
 FÉNIX

LA VIRTUD DE LA TEMPLANZA

V
ive en la Templanza para evitar que se desaten en tu corazón las
tempestades. Si no alcanzas la pureza del Ángel y la dulzura del
Santo, modera al menos, doma tus sentimientos que están a tu
servicio no para tu dolor. La Paz coronará tus esfuerzos y la tranquilidad
cobijará tus días. Y así, sereno, dejarás la tierra porque nada te creó raíces.
Subirás hasta donde el espíritu vive la verdadera vida.

Tu ambiente será sereno y la dicha te recompensará tu esfuerzo. Procura no

quitar nada a nadie para aumentar tus riquezas si no lo tienes bien ganado.
Labra tu propia riqueza y más tarde ten la satisfacción de haber dado una
porción de tu riqueza material al que nada tenía y comparte toda tu riqueza
espiritual.

Procura amar a la belleza ideal de tu espíritu, compárala con la densa materia

de tu cuerpo que la envuelve y esta contemplación habrá de fortalecerte.

Entonces sentirás alas que se despliegan, que te llevan a regiones de felicidad

indescriptibles. Este será tu mejor galardón, pues, ¡Cuales bienes terrenales
pueden superar al cielo?. Lucha por el sencillo de corazón y la paz estará
contigo, atraerás a ti lo mejor de la vida, la dicha se abrirá para ti antes que la
carne vuelva al polvo que la engendró y las más altas virtudes vivirán en tu
alma.

Un pequeño esfuerzo cotidiano te llevará lejos. Insiste siempre en realizar un

esfuerzo más aunque te parezca insignificante, pues, ¡Qué sería del niño si no
luchara por dar esos primeros pasos llenos de torpeza?. Y en ellos está oculta
la fuerza que un día inesperado le dará la marcha airosa, la carrera ágil. Ese
es el secreto de todo lo grande, los pequeños pasos. Tus más bellos
propósitos son aves muertas, si no ejecutas una minuciosa acción. La virtud
es vida y vibración. Los actos son los que dan vida a los deseos. Incúbate en
el calor de tu propia voluntad y pronto serás como el águila enseñoreado de
la cumbre.

¡PUEDE AFIRMARSE,QUE NO EXISTE UN SOLO PUEBLO, EN QUE A LA HORA

TRASCENDENTE DE LA CONQUISTA DE SUS DERECHOS, NO HAYA TENIDO,
AMPLIO Y GENEROSO EL CONCURSO DE LA MASONERÍA UNIVERSAL!

16
 FÉNIX

PORQUÉ Y PARA QUÉ SOY MASÓN

S
oy masón porque quiero ser digno de aprender los principios de la masonería. En mi
mente está presente la eterna cuestión de ¿Qué me reserva el porvenir?. Así como a todo
buen masón, a mí también me asalta la eterna ansiedad de conocer la luz. Ese constante
anhelo de alcanzar lo inalcanzable, lo que llevamos dentro y que no hemos encontrado aún.
Considero que a partir del simbolismo comienza el conocimiento de la paz, la armonía, de la
alegría, de la satisfacción y el perfeccionamiento. Alcanzar todas estas cosas que están
contenidas en el corazón humano, es la gran obra, el conocimiento del hombre y del
G:.A:.D:.U:.

Quiero establecer la diferencia entre lo alegórico, lo simbólico, lo científico y lo religioso que

pudiera haber en la Orden masónica. Quiero comprender la diferencia entre lo místico, lo real
y lo espiritual. Al ser iniciado masón se me ofreció La Luz. Considero que está a mi alcance. Esa
Luz es el conocimiento.

Soy masón porque quiero labrar la piedra bruta de la ignorancia. Esa carga que hace que
prevalezca la oscuridad, que se restrinja la civilización, la causante de la inmoralidad, la
pobreza y el crimen.

Considero que la Institución masónica ha trasmitido a través de las edades el conocimiento de

las artes y las ciencias. Ha sido persistente en el combate de los vicios, ahondando pozos sin
fondo a las pasiones y levantando columnas a las virtudes.

Soy masón porque considero que la masonería es una Institución moral establecida por
hombres virtuosos con el loable propósito de imprimir en nuestras mentes y corazones las mas
sublimes verdades, porque está fundada en el amor fraternal, en la justicia, la fortaleza, la
prudencia y la templanza. Porque es un maravilloso ejemplo de moralidad ilustrado con
símbolos. La verdad es el centro, el punto de donde irradian directamente a sus miembros el
completo conocimiento del G:.A:.D:.U:. Porque es una Institución fundada en la razón y la
verdad, eterno fín de la civilización del linaje humanos.

Soy masón porque quiero destruir mi ignorancia, porque no quiero ser como un zángano ciego
caminando en la oscuridad. Soy masón porque habiéndose sembrado en mí la duda, quiero
encontrar la verdad oculta en mí mismo, quiero encontrar la causa de todos los efectos

Termina el trabajo con un axioma hindú, que dice: Aquel que ignora y no sabe que ignora, es
un insensato, ¡Huye de él!. Aquel que ignora y sabe que ignora es sencillo, ¡Instruidle!. Aquel
que sabe e ignora que sabe, está dormido ¡Despertadle! Pero aquel que sabe y que
comprende que sabe, es un sabio, seguid sus pasos. Yo quiero seguir los pasos de los sabios, mis
HH:. Mayores.

He aquí porqué y para qué soy Masón.

17
 FÉNIX
La Fraternidad
La fraternidad es el texto bello y feliz que nos
permite recordar la sabiduría de nuestros
principios y la gloria y esplendor de nuestra
Orden. Es el honor y la prosperidad que nos
legaron los antiguos, diseminados por todos los
puntos del globo, para facilitar a todos los
miembros, el modo de conocerse y prodigarse
al mismo tiempo la acogida de la igualdad y los
socorros de la beneficencia. Fraternidad es una
sociedad honorable y prospera, admirable, lejos
de la supresión de los caprichos de la suerte, e
inmutable por la acción del tiempo.
Fraternidad es el pacto recíproco que hacen
todos los iniciados, amigos sin conocerse y
hermanos sin parentela. Fraternidad es una
Institución que deslumbra la vista y nunca
desaparece. La Fraternidad electriza los
corazones y vive con los hombres. La fortuna
reparte ciegamente sus dones, la Fraternidad
reparte sus beneficios indistintamente a sus
individuos. La ciencia, el genio, el talento,
procuran apenas un poco de oro, la
Fraternidad satisface todas sus necesidades. La
Fraternidad como recurso inmenso y universal
nos hace amarnos en igualdad inalienable. La
verdadera fraternidad no conoce el odio ni la
envidia.
Fraternidad es una palabra, un concepto eterno
y universal, impulso poderoso generador de
amor entre los hombres, amor y buena
correspondencia entre hermanos, vivir en
perfecta armonía. Fraternidad es el abrazo del
hombre con el hombre, del tiempo con el
tiempo, de la tierra con el cielo, del espíritu con
el G:.A:.D:.U:. Fraternidad es el aire intangible,
puro y generoso que predica sin barreras en
eterno fluir su etérea esencia e vida.
Fraternidad es suave color y refulgente luz
emanados del centro creador de la energía vital
que el cielo infinito, todos sin distinción
recibimos. Fraternidad es suave canto al amor,
tierna y vibrante melodía, cuyas delicadas notas
han sido llevadas por el viento de los tiempos a
la siempre doliente humanidad, retumbando en
los riscos, montes y desiertos su melancólico
llamado a la armonía. Fraternidad es el agudo y
lacerante vértice del ángulo que en geométrica
unión con la ciencia y la virtud nos llaman a la
conciencia y nos señalan los caminos que nos
conducen a la verdad.
Fraternidad es lucha, pero no la estéril lucha
del hombre contra el hombre, sino la fecunda
pugna del hombre contra sí mismo en busca de
la armonía universal.
Fraternidad es búsqueda del todo indivisible,
un todo en la razón, en la voluntad y el
pensamiento, un todo humano coherente y
armónico, donde los vínculos sutiles que
adhieren a nuestro Yo interno con la
naturaleza, se conforman con tan sólida
estructura que no den ya más a la insidia y a la
innoble violencia, construyendo en cambio un
indestructible nicho de paz universal.
Fraternidad es un íntimo y profundo
sentimiento, es sentirse hermano del aire, del
agua y de la tierra, es sentirse hermano de la
bestia y de la flor, es sentirse hermano
realmente del hermano. Fraternidad es abrir
los brazos y estrechar al mundo y todo lo que
en él late y existe. Fraternidad es gritar
Hermana Creación con la profunda voz del
espíritu, emanada de nuestros más íntimos
fluidos de conciencia y así llegar por sus
misteriosos caminos hacia el G:.A:.D:.U:.
18
 FÉNIX
Secreto, Discreción y
Silencio
Tomado de la Revista Masónica de Chile
Nos. 7 y 8 Julio y Agosto de 1957
El Secreto de los Antiguos Misterios
E
l origen de la Masonería y el Secreto de
su Simbolismo se remontan a la época
de los Antiguos Misterios y que fueron
practicados por los egipcios, persas e hindúes.
Estos misterios reconocían en el alma del
hombre un principio viviente y activo,
teniendo como único objetivo la unión de los
hombres en una verdadera Fraternidad
Universal. De estos Antiguos y Grandes
Misterios nació la Masonería, como una
Escuela externa destinada a enseñar el camino
que conduce a la Verdad y a la verdadera
fraternidad.
El simbolismo usado por la Francmasonería se
cree que nació también de estos Misterios,
usado en primer lugar en Egipto y más tarde
expandido a los países de la India, Persia y
otros. Antiguamente, en Egipto, por ejemplo,
los Grandes Misterios fueron dirigidos por los
faraones iniciados, los que para iniciar a un
adepto, debía éste confesar su creencia en Dios
y en la hermandad de todos los hombres. Sin
embargo, el candidato debía ser un hombre
virtuoso, fuerte y capaz de resistir todas las
pruebas a que debía ser sometido.
La Iniciación en Egipto, conocida por el
nombre de Misterios de Isis y Osiris, se
remonta, según Vassal, a 2,900 años antes de la
Era Vulgar y su asiento principal residía en
Menfis, cerca de la Pirámide de Cheops o
llamada también Gran Pirámide. El método
usado por los egipcios en la Iniciación de sus
Misterios, tiene para nuestra Orden una
capital importancia, porque su método tiene
mucha similitud con la iniciación que se
practica en nuestra Orden. Difiere sí en su
realización, mientras las pruebas de la
iniciación de los egipcios fueron reales, las
neófitas, en cambio, son simbólicas. Si el valor
faltaba a los nuestros o no daban respuesta a
todas las preguntas, quedaban confinados para
siempre en el interior de la Gran Pirámide,
realizando trabajos subalternos. Una vez
cumplidas las tres pruebas, o sea la
purificación por el aire, agua y fuego, se
introducía al neófito a un lujoso templo en
donde le esperaban los sacerdotes de Isis. Se le
conducía ante la triple estatua de Isis, Osiris y
Horus y con su mano derecha levantada juraba
no revelar jamás los secretos que le serían
confinados. Bebía el agua de Loto,
simbolizando la muerte de su vida anterior y
más tarde el agua de Mnemosyne para
recordar la sabiduría que encerraba su
iniciación. Cumplida la ceremonia, el neófito
era entregado a un grupo de sacerdotes que le
enseñarían las nociones más elementales de los
Grandes Misterios. Después de la enseñanza
que duraba aproximadamente un año, se
dejaba en libertad al iniciado, advirtiéndole
que debía guardar las más absoluta reserva de
todos los secretos y si por desgracia uno de
ellos solía ser revelado, los demás miembros de
la hermandad le perseguían hasta darle la más
horrenda de las muertes.
El Secreto de Nuestra Orden
En la Francmasonería moderna se enseña al
adepto a ordenar el atributo de la discreción,
secreto o silencio, porque estos son uno de los
tantos pilares que afirma y sostiene a la Orden
a través de los siglos. Son muchos los curiosos
malintencionados que denigran a la Masonería
porque es una Institución secreta, acaso como
dice el Ritual de Iniciación: No viven las
familias amuralladas y se les respeta como una
conciencia? Se ha llegado a suponer que por
ser la Masonería una institución secreta es
mala y deshonesta, cuando en realidad su
único secreto consiste en que no tiene ningún
secreto, ya que sus obras sociales difunden sus
principios y doctrina. El Secreto de la Orden
19
 FÉNIX
consiste en que un grupo de personas serias,
cultas y honestas se reúnen para cultivar una
verdadera fraternidad y expandir más tarde
por todos los ámbitos del mundo.
Su método de enseñanzas consiste en el
estudio de la simbología; entrega al Aprendiz
la primera letra de la palabra sagrada debiendo
descubrir por sí mismo la segunda, o sea, que
para descubrir el secreto Masónico, debe a
base de su sagacidad, tesón e inteligencia
desentrañar los símbolos que encierran sabías
enseñanzas morales y filosóficas, mediante sus
propios recursos personales.
Dice Magister en uno de sus libros: “El arte del
silencio, secreto o discreción es complejo y no
consiste solamente en el mero silencio de la
palabra exterior, sino que se hace completo
con el silencio interior del pensamiento,
entonces, la verdad puede revelarse y
manifestarse a nuestra conciencia”. Como una
consecuencia lógica de las palabras de
Magister, se desprende que el secreto es más
bien la conjunción de una trilogía: Secreto,
Discreción y Silencio. Quizá si la parte más
bella de estos tres puntos, es el silencio, pues a
nuestro entender es la manifestación más
íntima del alma; es el dominio del espíritu
sobre la materia, es, en fin, la armonía perfecta
de nuestros espíritus.
Bajo la disciplina del silencio se generan las
ideas más bellas; el científico busca las
realidades que son apreciables a sus sentidos;
el poeta, la frase llena de amor y espiritualidad
nacida de lo más profundo de su alma; el
buscador de verdades, se busca a sí mismo
primero, encauza sus pensamientos en
reflexiones progresivas y llega a la abstracción
e interpretación que le satisface; bajo la
disciplina del silencio se genera la vida entera;
el ser humano se forma durante nueve meses
en el vientre de su madre; la madre natura
desarrolla sus cuatro estaciones, dando la vida
a las flores, árboles, silenciosamente; el
movimiento de la Tierra alrededor del Sol se
hace en forma silenciosa, dando origen al día y
a la noche y, en nuestra Logia, el silencio
también es fuerza generadora, se maduran las
ideas y se lanzan al exterior con toda la fuerza
de su energía expansiva.
La Masonería quiere que sus adeptos sean
hombres pensadores, pues a la Verdad se llega
no con muchas palabras y discusiones, sino
por medio de la reflexión y meditación
silenciosa; saber callar, es saber pensar y
meditar, pues la disciplina del silencio es una
de las enseñanzas fundamentales de la Orden;
ser indiscreto, puede significarnos la negación
de los medios para llegar a alcanzar la Verdad.
El secreto, como consecuencia inmediata del
silencio, hace al individuo un constante
investigador de verdades, un hábil razonador,
aumenta la cualidad de hombre en el sentido
más amplio de la palabra, pues le da la justa
medida de sus fuerzas y el debido uso de ellas
en el momento oportuno. El secreto, enseña,
en fin, a salvar las celadas que nos tiende la
indiscreción.
El deber fundamental de todo masón es ser
discreto, porque no debemos olvidar que el
silencio está pleno de belleza y de lecciones
múltiples y, porque, además, nuestra Orden es
constructiva y filosófica y, por lo tanto, le
asiste el derecho de recogerse con paz y
sosiego en la quietud de sus templos. Debemos
ser discretos para que la Orden siga incólume e
imperturbable a la mirada de los curiosos
malintencionados.
20
 FÉNIX
EL DIOS DE LOS FRANCMASONES
C omo hemos visto ya, brevemente
evocado en la primera parte, la
gran mayoría de los
francmasones se refiere a un ser supremo,
el “Gran Arquitecto del Universo”, que se
invoca en la apertura y la clausura de sus
principales rituales. Una referencia
original cuyo rastro muestran las
Constituciones de Anderson (1723) que
evocan a “Adán, nuestro primer padre,
creado a imagen de Dios, el Gran
Arquitecto del Universo”. No es
sorprendente: la francmasonería nació en
tierra cristiana en una época en la que
esa creencia cae por su propio peso. James
Anderson, redactor oficial de las
Constituciones de la Gran Logia de
Londres, es pastor de la Iglesia
Presbiteriana escocesa. Su principal
inspirador, Jean Théophile Désaguliers, es
un protestante, de origen francés, que se
convirtió en ministro de la Iglesia
Anglicana.
El Gran Arquitecto y la Religión Natural
¿De dónde procede la idea de un Dios
arquitecto universal? Probablemente se
remonta al demiurgo de Platón, artesano
del mundo. Gran constructora de
catedrales, la Edad Media cristiana vio
cómo se afirmaba la imagen de un Dios
creador a la vez que imaginador del
universo y su maestro de obras. Una
miniatura del siglo XIII representa así a
Dios tomando la medida del disco
terrestre con el compás en la mano. Es
una de las herramientas esenciales, con la
escuadra, para los trazados geométricos
medievales. A comienzos del
Renacimiento, el humanista italiano Pico
della Mirandola (1463-1494), físico y
matemático también, fue la mano
derecha en la Royal Society. Descansa
sobre la primacía de la razón en la
búsqueda de una verdad que debe
ejercerse, según Newton, en los dos Libros
de Dios: por una parte su palabra
recogida en la Biblia, por la otra en sus
Obras, es decir, este mundo, cuyas leyes
de gobierno procura sacar a la luz la
filosofía natural y en ello prolonga lo que
Newton llama la “religión primitiva” que,
por ser anterior a la revelación bíblica,
“era la más racional de todas”, pues no
existía por aquel entonces “otro medio de
alcanzar el conocimiento de que hay una
Deidad, que la composición de la
naturaleza”.
En el sistema newtoniano, Dios sigue
siendo el gran ordenanza del universo.
Así, para el inventor de las leyes de la
gravedad, los movimientos de los cuerpos
celestes “no tienen por origen causas
mecánicas. La tan extraordinaria
disposición del Sol, los planetas y los
cometas sólo ha podido tener por origen
el designio y la señoría de un ser
inteligente y poderoso”, escribe como
comentario en sus Principia mathematica
21
 FÉNIX
philosophia e naturalis (1687). En otra
obra, consagrada la óptica, evoca
también a un “ser inmaterial, inteligente,
presente en todas partes y que ve de
inmediato el fondo de las cosas en la
infinidad del espacio y del tiempo…”. Este
ser supremo se confunde también, para
Newton, con el Dios de la revelación. Por
lo que ese cristiano, que no cree en el
dogma de la Trinidad, sigue siendo un
teísta. Pero su filosofía natural inventa
una religión racional y entreabre la
puerta a un teísmo, más filosófico que
religioso, para el que la revelación bíblica
tendrá muy pronto una importancia
secundaria, desdeñable incluso.
Vemos cómo eso aparece en un Leibniz
(1646-1716). En su Discurso de la
conformidad de la fe con la razón, este
filósofo y brillante matemático afirma, en
efecto: “No necesitamos la fe revelada
para saber que existe ese principio único
de todas las cosas, perfectamente bueno y
sabio. La razón nos lo enseña con
demostraciones infalibles…” Ese estado de
ánimo, por decirlo de algún modo, está
en el aire de los tiempos. Los de una
época en la que, siguiendo a Descartes y
Spinoza, la filosofía y la ciencia se liberan
de la tutela religiosa. La libertad del
cuestionamiento filosófico y de la
investigación científica implica, si no
abandonar, sí al menos dejar de lado la
revelación bíblica y los dogmas cristianos.
Teístas o deístas, la mayoría de las
cabezas pensantes y sabias del siglo XVIII
adoptarán este punto de vista y, con ellas,
buena parte de las capas sociales cultas.
El mismo estado de ánimo impregna,
bajo la influencia directa de Jean
Théophile Désaguliers, las Constituciones
de Anderson y de una francmasonería
cuyo compromiso se sintetizará muy
pronto en la famosa fórmula: “trabajar a
la gloria del Gran Arquitecto del
Universo”. En cierto modo, se trata de
contribuir a devolver el orden a un
mundo que los seres humanos han
desgarrado con sus conflictos,
especialmente religiosos. O, dicho de otro
modo, adaptar la esfera social a la
imagen de la armoniosa esfera celeste
que obedece leyes que encarnan la
perfección del Gran Arquitecto del
Universo (GADU).
La imaginería francmasónica representa
ese G::A:.D:.U:. de modos distintos, siendo
el más corriente el de la “delta luminosa”:
un triángulo equilátero, símbolo de la
perfección geométrica y divina, en el que
se inscribe el ojo de Dios cuya mirada
brilla en todo el universo. Adviértase que
esta representación no es exclusivamente
francmasónica. Puede encontrarse
también en iglesias donde simboliza al
Dios trinitario cristiano. Ese “ojo que lo ve
todo” es sustituido a veces por el
tetragrama bíblico, las cuatro letras
hebraicas (YHWH) que designan un Dios.
Un símbolo que, en la francmasonería, lo
vincula más explícitamente a la tradición
judeo-cristiana. Pero que da paso
también, en otras representaciones de la
luminosa delta propias sólo de la
francmasonería, a otro símbolo más
neutro si no teísta, la letra “G” cuyas
interpretaciones son diversas: “God”
(“Dios”, en inglés) en unas; la
“Geometría”, arte sagrado de los
constructores, en otras; o también la
célebre conminación filosófica “Gnosce te
ipsum” (“Conócete a ti mismo”). Una “G”
que encontraremos también en el centro
de otros símbolos francmasónicos, la
estrella de cinco puntas o la escuadra y el
compás.
22
 FÉNIX

LAS HERRAMIENTAS
Por lo que respecta a la masonería, es
DEL APRENDIZ, indiscutible que para cada grado y en
SUS USOS, SU cada cámara, se necesitan las
SIGNIFICADO Y SU herramientas apropiadas, para lograr
la ejecución de las tareas, los estudios,
SIMBOLISMO los análisis y toda clase de
Colaboración del V:. H:. José Luis Gómez Ferreiro
R:. L:. S:. Fénix No. 9 investigaciones, sean en el sentido
material o intelectual, con el fin de
llevar a la práctica en forma clara,
entro de las diferentes sencilla y comprensible, todos

D actividades masónicas a
que nos dedicamos,
sabemos que existen
muchas exigencias a las
aquellos trabajos que así lo ameriten;
pero debemos también
presente que dichas herramientas,
constituyen y representan una
tener

que hay que atender; así como infinidad de emblemas, de alegorías y

innumerables compromisos que símbolos tendientes, a demostrarnos
cumplir, pero cuando se trata del un número ilimitado de enseñanzas
trabajo material o mecánico, morales y filosóficas, relacionadas con
desarrollado por medio de las los usos a que están destinadas.
facultades física y del talento humano,
es indudable que para llevarlo a la
práctica, se necesita el concurso de
una variedad de artefactos y utensilios
de trabajo; a los que damos el
nombre genérico de herramientas,
por lo tanto, vamos a proceder en
primer lugar, a determinar cuál es el
motivo por el que se le ha dado ese
nombre, al conjunto de instrumento
aludidos, para luego determinar su
descripción, puntualizar sus usos e
investigar su significado.

En efecto, la palabra herramienta

viene del vocablo “ferramienta”, voz
que en términos generales se refiere
Estos son los motivos, por los que en
al conjunto de útiles profesionales,
masonería construimos templos
propios para el uso de los artesanos y
materiales a la virtud, fabricamos
obreros; es también una colección de
edificios espirituales a la conciencia
instrumentos que se emplean para
humana y ejecutamos obras
ejecutar los trabajos de arte y obras
científicas para beneficio de nuestros
materiales en los centros industriales,
semejantes; puesto que su estructura
factorías, fábricas y talleres, para el fin
simbólica, varía de acuerdo con la
de desarrollar cualquiera actividad
importancia o trascendencia de los
física o mecánica, llevada a la práctica
trabajos que se desarrollan en cada
por la mano del hombre.

23
 FÉNIX

una de sus cámaras; por esa razón necesidad de materializar, para

notamos también que cada grado poderlas hacer llegar y comprender
posee el número apropiado de por el entendimiento y la conciencia
herramientas especiales, mismas que de nuestros hermanos aprendices;
le sirven al iniciado, para ejecutar y esos instrumentos están constituidos,
ejercitar todos los conocimientos que como ya dijimos antes; por el martillo
ha adquirido, de conformidad con las y la regla de veinticuatro pulgadas;
enseñanzas científicas masónicas; por además de que para proteger
esa razón hemos visto que los simbólicamente las ropas del iniciado
instrumentos de trabajo, propios del y mantenerlas siempre limpias y sin
masón en su primera cámara son: el mancha; como complemento se le
martillo y la regla de veinticuatro proporciona el mandil de piel de
pulgadas y además el mandil; pero cordero, como una alegoría de la
también hay que agregar, que ahí pureza del trabajo y de la laboriosidad
mismo se encuentran el cincel, la demostrada por el neófito; es también
escuadra, el compás, el nivel, la la representación de las obras
plomada, la cuchara del albañil, las materiales, morales, espirituales y
espadas y en general otras muchas científicas del hombre.
prendas, figuras y cuerpos
geométricos, cuyos usos,
interpretación y significado iremos
conociendo a medida que escalemos
los peldaños simbólicos de que
constan los grados azules; puesto que
todo ese conjunto de artefactos, de
utensilios, instrumentos, prendas e
implementos entre sí; contienen
infinidad de conocimientos del orden
moral, filosófico y científico que nos
compete conocer, por medio del
simbolismo material, del científico y
del espiritual.

Una vez que en términos generales

hemos detallado, la aludida
interpretación y el significado de las
herramientas del aprendiz masón,
ahora procederemos a estudiar, lo
principiaremos pues, por conocer cuál
relativo a las enseñanzas que nos
es el origen del nombre que se le da a
proporcionan cada uno de los
dichos utensilios, así como lo relativo
instrumentos de trabajo, que se
a su descripción, su significado y su
emplean para llevar a la práctica el
verdadera interpretación en todos los
desarrollo de las actividades en la
órdenes de la filosofía masónica y en
primera cámara, en donde se nos
relación con su simbolismo científico y
imparten las sublimes lecciones de
espiritual. consecuentemente, la
moral y de civismo masónicas, mismas
palabra martillo, deriva de la voz
que muchas veces tenemos la

24
 FÉNIX

latina “martellus” y se refiere a un dicho Instrumento de Trabajo.

instrumento compuesto por una
cabeza de fierro o de madera, que
afecta diferentes formas y tamaños, la
que se sujeta por medio de un mango
que penetra a un agujero central
hecho en la referida cabeza; este
utensilio tiene muchas aplicaciones
puesto que sirve para golpear, clavar,
labrar, devastar, forjar, machacar,
remachar, etc., por cuyo motivo recibe
también muchos nombres, pero de
todas maneras el nombre vulgar de
martillo se emplea por razones de uso,
aunque en realidad se ejecuten
infinidad de trabajos, atendiendo a su
forma y tamaño.
Existen otras tres variedades de
martillos que son: los mecánicos; los
de aire y los hidráulicos que se utilizan
como maquinaria, para desarrollar
trabajos muy intensos y rápidos;
también se le da el nombre de
martillo, a la pieza que impulsa al
percutor de las armas de fuego, para
herir al capsul de los cartuchos; esa
misma denominación recibe una
formación táctica que ejecutan dos
columnas efectuando entre sí, una
maniobra en forma de ángulo recto.
El martillo que se proporciona al
aprendiz masón, para que en lo físico
y material ejecute su trabajo de labra,
rompiendo las asperezas de la piedra
bruta, para darle forma geométrica,
ya sabemos que en sentido moral,
simboliza a la fuerza de voluntad del
hombre, para desarrollar esa lucha
tan ardua que se interpone entre el
bien y el mal, acto que lleva por
objeto despojar al espíritu, de todas
aquellas tendencias perniciosas y
absurdas, que tanto perjudican al
individuo; y para el fin de que logre
modelar sus costumbres, tendencias y
sus malos hábitos; consiguiendo por
ese medio, dominar sus pasiones
perversas, eliminar sus vicios,
perfeccionando de esa manera su
carácter, como un factor de bienestar
en favor de sus semejantes.

Entrando en materia y refiriéndonos

al simbolismo masónico del martillo,
llegamos al convencimiento de que
en este orden, cuenta también con un
sinnúmero de materias de estudio
relacionadas con la moral, con las
ciencias espirituales, con las lecciones
genésicas y científicas que por su
naturaleza, se imparten en la primera
cámara como temas de enseñanzas
ritualísticas y dogmáticas;
procederemos pues, a definirlas de
conformidad con la verdadera
estructura, las características y la
forma correcta que debe afectar Pero para llevar a la práctica y

25
 FÉNIX
propagar todas esas cualidades, que
la virtud pone de manifiesto ante
nuestros ojos, para que los
adoptemos como los más sublimes
preceptos de moralidad y de civismo,
se hace necesario principiar por
hacer una correcta y adecuada
descripción de los verdaderos
instrumentos de trabajo, que se
entregan al neofito, para que de
conformidad con la esencia de sus
enseñanzas, proceda a despojarse de
su envoltura material y pueda
conseguir modelar la espiritual.
Aquí cabe hacer notar, que
lamentablemente se ha perdido la
tradición filosófica que se le atribuye a
la verdadera forma del martillo del
aprendiz masón; motivo por el cual,
casi podemos asegurar que no existe
una sola logia, en la que aparezca tal
y como debe ser su estructura y
características; mucho menos que se
interpreten correctamente, como
bases para los temas de estudio, si
tomamos en consideración que es el
simbolismo de las más elevadas
enseñanzas, que en realidad nos
proporciona dicho utensilio; cómo
vamos a tener la oportunidad de
demostrarlo.
Para el efecto y confirmando nuestras
observaciones anteriores, resulta que
existe una infinita variedad en formas
y tamaños, en relación con la
estructura que se le ha dado al
martillo masónico, puesto que hemos
visto que consisten en la
representación de cuerpos como
barrilitos, cilindros, paralelepípedos,
prismas, cubos, etc., cuyas
características antes descritas más
bien obedecen al capricho de quienes
los fabrican, que a la verdadera
estructura geométrica y simbólica que
debe representar; puesto que si nos
basamos en la interpretación
alegórica de sus enseñanzas, resulta
que no se les encuentra ningún
significado filosófico ni moral, que se
relacione con los estudios ritualísticos
que regularmente se imparten en la
Primera Cámara de las Logias.
Para el efecto no debemos olvidar
jamás, que en los talleres simbólicos,
no puede existir instrumento,
utensilio, objeto, implemento,
alegoría, emblema ni ninguna otra
clase de prendas de las que se usan
para los trabajos de las logias; que no
nos proporcione innumerables
lecciones y enseñanzas prácticas,
adecuadas a las reglas de la ética
social masónica y profana, puesto que
todas ellas son dignas de tomarse en
consideración, como sistemas
fundamentales en que se norma la
conducta privada y púbica del
hombre.
Por lo tanto, para comprobar y
demostrar tan profundos
conocimientos en material de moral,
26
 FÉNIX

de filosofía y de simbolismo, vamos a comprendan sus ideas, sus principios

proceder a describir las verdaderas y la labor cívica, que por obligación
características del martillo masónico, debe propagar en todas partes. por
mismo que debe usar el aprendiz último, el martillo masónico
durante la ejecución de sus trabajos atendiendo a su estructura
en la primera cámara; en efecto, este arquitectónica, representa al costado
instrumento consta del concurso de de una casa y por lo mismo en este
tres cuerpos geométricos que son: el caso simboliza a otro de los trabajos
prisma triangular, el cubo y el cilindro; materiales que lleva a cabo el albañil
estos elementos superpuestos en la o masón especulativo, dentro del
forma que vamos a indicar, orden social; pero por lo que respecta
constituyen el instrumento que en a la parte filosófica, se manifiesta
masonería, se una para golpear en lo como una obra maestra, producto del
material y para modelar en lo esfuerzo y de los sacrificios del
espiritual. hombre, para levantar sobre bases
firmes y duraderas, la inmortal
En consecuencia principiaremos por estructura moral, que mantiene a la
describir al martillo masónico, de humanidad en estrecha unión.
acuerdo con la forma descrita y
llegamos al convencimiento de que,
visto de frente, representa a la silueta
que constituye al mandil, en la forma
que lo usan los aprendices masones;
prenda que se le entrega como ya se
ha dicho, para que pueda protegerse
de las impurezas contenidas en los
materiales que recibe, para ser
modelados, al llevar a cabo su trabajo
físico; y por lo que respecta al moral,
le sirve para que ejecute sus actos
fuera de toda suspicacia y malicia,
obrando de acuerdo con sus más
puros sentimientos y en concordancia
con su bondad, para no manchar su
reputación de hombre de bien; el
referido martillo semeja también la
forma de una de las caras de la piedra
cúbica de punta, como representativo
de la labor material que el aprendiz Ahora bien, atendiendo a la influencia
masón debe desarrollar, de acuerdo emblemática que contiene cada uno
con la estética, para darle forma de los Cuerpos de que está
geométrica y perfecta a la piedra constituido el martillo, procederemos
bruta; y en el sentido social, le indica a describirlos e interpretarlos; en
que todas sus acciones u obras primer lugar por lo que se refiere a su
espirituales, debe llevarlas a la práctica forma geométrica, para luego
de acuerdo con el ambiente que le conocer su verdadero significado; por
rodea, para lograr que se le lo tanto, tenemos a la parte superior

27
 FÉNIX
que es el prisma triangular, cuerpo
compuesto por tres cuadrados y dos
triángulos y precisamente una de las
tres aristas del citado prisma, es la que
forma al filo del martillo, parte que en
lo material usa el iniciado, para labrar
las asperezas de la piedra bruta hasta
modelarle la figura geométrica
correspondiente, acto que finalmente
indica, que se refiere a corregir las
tendencias torcidas, a eliminar los
malos hábitos y a desechar las
pasiones vulgares del neofito.
La parte media del referido martillo, o
el cuerpo que sirve de contrapeso, es
lo que forma el cubo, como factor que
indudablemente representa a todas
las fuerzas y poderes materiales que le
sirven para producir el impulso
irresistible que se ejerce sobre todas
las cosas, con el fin de afianzar o de
eliminar las causas que las originan,
evitando de esa manera las
consecuencias desastrosas de una
mala obra, dentro de lo creado por la
naturaleza; pero en la parte moral,
representa a la voluntad humana, que
siempre tiende a evitar todas las
acciones malévolas, por lo tanto en
relación con la física, puede
comparársele como al equilibrio que
se interpone, para lograr estabilizar la
fuerza y la energía, subyugadas por el
talento o la inteligencia del hombre;
por ser cualidades unas y virtudes
otras, que debe hacer patente en
todos sus actos.
La parte inferior del martillo, está
constituida por el cilindro, cuerpo de
forma redonda por sus costados y
circular por sus bases; una de ellas
descansa sobre el cubo y la otra le
sirve de extremo, mismo que se
encuentra limitado por una
circunferencia, esta extremidad forma
un círculo perfecto, cuya parte del
cilindro, es la que se emplea
precisamente, para ejecutar la acción
de golpear, clavar, quebrar, machacar,
etc., pero en el sentido moral y
filosófico, nos indica el acto de
purificar nuestro espíritu, eliminando
todas aquellas debilidades humanas,
originadas por las malas tendencias,
por la perversión de los instintos y por
la costumbre de adquirir los hábitos
que nos conducen hasta llegar a las
más arraigadas pasiones que
provocan los vicios, causas de la
corrupción del hombre.
El cuanto al mango del martillo, sólo
es una palanca que tiene por objeto,
impulsar mayor fuerza y energía al
poder evolutivo y a la acción benéfica,
que en lo material y moral se puede
llevar a la práctica, con dicho
instrumento de trabajo; es también el
símbolo del talento y la inteligencia,
cuya misión consiste en hacer siempre
el bien y en ejecutar obras fuertes,
perfectas y duraderas, buscando
siempre un beneficio colectivo. en
términos generales, esto es lo que
podemos externar, atendiendo al
medio en que se imparten las
enseñanzas filosóficas en la primera
cámara; pero no hay que olvidar
28
 FÉNIX
tampoco, que el martillo antes
descrito, en manos del venerable
maestro y de los vigilantes, es lo que
constituye el emblema de su
autoridad en logia, en cuyo caso,
recibe el nombre muy conocido de
mallete, esta voz, como ya lo
explicamos en otro tema al tratar
sobre su simbolismo, es la que
confirmamos como originaria de las
palabras: “marchis” o “marcio”, vocablos
que una vez analizados vemos que
derivan de “marcus”, por lo tanto, todas
ellas en conjunto significan martillo,
versión que indudablemente se apoya
en que las anteriores voces, vienen
del sánscrito “mac”, palabra que
también deriva de “mach”, que en la
lengua sánscrita también se interpreta
como golpear, clavar, batir, acumular,
machacar, etc.; y finalmente al
vocablo mallete, tratándose del
instrumento material que conocemos
como martillo, se le hace venir de la
palabra griega “masso”, misma que
literalmente indica apretar, exprimir,
eliminar, pulir, etc.; lo que quiere dar a
entender, que ejecuta las mismas
funciones, que el mallete o martillo
masónico, por ese motivo se le ha
adoptado, como una insignia de la
autoridad de las dignidades, para
dirigir y regularizar los trabajos de las
logias, en el sentido material y moral,
puesto que la filosofía masónica, nos
ha impuesto esas enseñanzas a base
del simbolismo que se atribuye al
referido martillo o mallete, dentro del
ritualismo litúrgico, relacionado con
las doctrinas que se manifiestan por
medio de los dogmas y de la
ortodoxia masónica.
Conoceremos pues, esas augustas
enseñanzas que nos proporciona el
primer cuerpo geométrico que
constituye al martillo; y desde luego
se nos presenta el prisma triangular,
elemento que consta de tres caras de
cuatro lados y de dos bases de tres; ya
sabemos que el cuadrado representa
a los cuatro elementos naturales, que
le proporciona el germen y el vigor a
todo cuanto existe, y que el triángulo
es la figura que sintetiza al
nacimiento, a la vida y a la muerte,
por lo tanto, eso quiere decir que en
lo material, dicho prisma, como ya se
dijo antes, una de sus aristas
constituye al filo del martillo, mismo
que se emplea para devastar, quitar y
pulir las asperezas de la piedra bruta,
atendiendo precisamente a la acción
mecánica impulsada por la mano del
iniciado; ahora, por lo que respecta al
orden científico, ese acto es
representativo de todas las causas y
los efectos, bajo cuya influencia es lo
que produce y mantiene la vida a
todos los seres que nos rodean;
además en el sentido intelectual, el
filo del martillo es el agente por medio
del cual, el aprendiz ejerce su
voluntad y su energía, para llevar a la
práctica todas las obras materiales y
científicas que le dicta su inteligencia.
29
 FÉNIX
El segundo elemento que forma al
martillo, es el cubo, cuerpo
geométrico compuesto por cuatro
caras y dos bases cuadrangulares,
cuyo volumen viene siendo la imagen
de la logia y en cuanto a su
simbolismo, es representativo del
logos o universo, o sea el mundo
material; es también la fuente
inagotable de donde emanan los
cuatro elementos naturales de que
hablamos y que llevan como misión
proporcionar la vida, conservarla y
quitarla, tales factores son: la tierra, el
agua, el aire y el fuego; sobre el cubo
descansa el prisma triangular, con el
fin de proporcionarle la acción directa
y decisiva que se necesita para
desarrollar sus potencias vitales, a la
vez que entre ambos agentes, ejercer
la fuerza y la energía suficientes para
producir, para mantener y para
extinguir a todos los seres y las cosas
que existen en el mundo; en
consecuencia, es la logia y el universo
lo que constituye al amplio campo
sobre el que descansa sin lugar a
duda, toda la acción natural que se
atribuye a las causas y a los efectos
materiales, espirituales e intelectuales
que se investigan, se descubren y se
propagan mediante el concurso de la
unidad simbólica masónica, o sea el
hombre con sus dotes de talento, de
instinto y de inteligencia.
En seguida viene el cilindro, que es el
tercer elemento de que está formado
el martillo; su estructura, como ya
indicamos con anterioridad, es la de
un cuerpo geométrico compuesto por
una sola cara redonda lateral y de dos
bases circulares y precisamente
atendiendo a esa redondez, viene
siendo el símbolo de la razón, de la
equidad y de la justicia, virtudes que
constituyen a los más sagrados
principios que como derecho, le
corresponden a la humanidad; pero si
estudiamos la esencia filosófica de las
figuras geométricas de que consta el
cilindro en relación con su volumen,
llegamos a la conclusión de que es
representativo de todas las facultades
morales, espirituales e intelectuales
del hombre, como cualidades que le
conducen hacia su bienestar
personal, puesto que en esa forma
aprende a hacer uso del raciocinio, de
la cordura y del criteriio que la
experiencia le proporciona, para
juzgar sus propios actos o sus
procedimientos, comparándolos con
los de sus semejantes; y de esa
manera, poder eliminar sus defectos,
corregir sus errores y desechar las
debilidades propias de la fragilidad
humana; por esa razón el cilindro
descansa también sobre el cubo, ya
que unidos producen una enérgica
coerción, entre las fuerzas físicas e
intelectuales, mismas que impulsadas
por la voluntqad, el poder y la energía
del iniciado, son factores que de una
manera vigorosa, le indican que antes
de obrar, piense, razone y compare,
puesto que sólo de esa manera, todos
sus actos o acciones irán de acuerdo
con sus intereses y en bien de sus
semejantes.
Si investigamos el significado
científico atribuido al cilindro, vemos
que se pone de manifiesto
palpablemente, al indicar la forma de
coordinar las ideas y las acciones del
hombre, con el fin de que antes de
emprender alguna obra moral o
material, primeramente investigue,
luego estudie y después compare,
antes de emitir sus conceptos u
opiniones, sobre las consultas que se
le hagan, o de los consejos que se le
30
 FÉNIX
pidan; además de que en el mismo
sentido, el cilindro en sus
manifestaciones simbólicas, es
alegórico de todos los agentes de
vida, de vigor y de energía naturales,
que obran sobre la razón que asiste a
la esencia de los seres y de las cosas,
para subsistir dentro del universo y
para mantener siempre una constante
corriente evolutiva, entre los
elementos y los gérmenes que los
producen, los mantienen y los
destruyen, con el propósito de
asegurar eternamente su
inmortalidad.
La base inferior del cilindro, o sea el
extremo que se emplea para golpear,
labrar, clavar, etc., se encuentra
limitada por una circunferencia
regular, circunstancia por la cual, al
ejecutar el movimiento que produce
el golpe sobre cualquier superficie,
vemos que estampa precisamente la
silueta de un círculo, mismo que
simbólicamente, tiende a limitar
nuestros derechos en relación con los
deberes que tenemos para con
nuestros semejantes; lo que al mismo
tiempo indica que ese cúmulo de
cualidades circunscritas dentro del
círculo, nos interpone una barrera
infranqueable, que nos impide invadir
los derechos de los demás; es por eso
también que el martillo masónico o
mallete que usan las dignidades, debe
afectar la forma de los tres cuerpos
geométricos antes aludidos, ya que
hemos demostrado que sus
enseñanzas morales, filosóficas y
científicas son demasiado elocuentes
en materia de simbolismo.
por lo que respecta al mango o
soporte del referido martillo, contiene
igualmente una vasta interpretación
sobre las materias de enseñanza
masónica; por lo mismo esa parte de
dicho instrumento, como ya se dijo
antes, consta de una barra alargada
proporcional al tamaño de la cabeza
del martillo, la que puede ser de fierro
o de madera, consiguientemente es lo
que representa a la palanca mecánica,
que en lo material, espiritual e
intelectual influye sobre el talento del
hombre; cuya fuerza se hace
indispensable para levantar grandes
pesos, haciendo uso de la fuerza física
del individuo; lo mismo que de la
potencia espiritual para iniciar sus
investigaciones, o bien para definir la
relación oculta del designio que le
depara su propio destino; en igualdad
de circunstancias emplea la voluntad
humana, para proceder a realizar con
aplomo y entereza, las acciones, las
obras y los trabajos más penosos e
irrealizables; es decir, que el mango
del martillo es la representación
innata de la energía, de la
abnegación y del sacrificio que el
hombre necesita desplegar, para
lograr ser útil a sí mismo, a sus
semejantes y a la divinidad, puesto
que lleva estampados en su mente,
los sublimes principios del poder, de la
ciencia y de la virtud, como cualidades
que de una manera implacable
debemos demostrar para bien de
todos, quienes hemos logrado que se
nos impartan los conocimientos
inmutables del deber y del derecho
31
 FÉNIX

humanos. la palanca de las ciencias, tomando en

Si el simbolismo nos demuestra que la consideración precisamente al
acción decisiva de la palanca de las simbolismo del conjunto de fuerzas
ciencias, es irresistible en materia de materiales, inmateriales y espirituales,
preceptos y de máximas, así como en que mantienen en movimiento
relación con la moral y la filosofía, evolutivo a todo lo que existe sobre la
quiere decir que en ese sentido tiende superficie de la tierra.
a ejercer toda clase de influencias
materiales, físicas e intelectuales; por
lo tanto, no cabe duda que
manifiesta, en alto grado, infinidad de
enseñanzas morales, espirituales y
científicas, las que en realidad
nosotros debemos conocer, adoptar y
llevar a la práctica, como si fueran un
conjunto de conocimientos simbólicos
que competen únicamente al medio
natural en que vivimos y que por lo
mismo nos proporciona el ambiente
que encauza los ideales, que propaga
los lazos de la unión y que fomenta el
espíritu de la fraternidad entre los
hombres, a base de constancia, de
abnegación y de sacrificios.

Ahora bien, hablando en términos

netamente filosóficos, dentro de la
generalidad que se atribuye a la
interpretación masónica del martillo,
llegamos al convencimiento de que el
prisma triangular, representa a la
fuerza de voluntad del hombre; que el
cubo es emblemático del conjunto
material y espiritual que proporciona
el poder intelectual del individuo; y
que el cilindro es alegórico del
conjunto de ideas y de pensamientos,
determinados bajo un criterio sano y
firme, en que se apoyan todos los
razonamientos, la equidad y la justicia
del hombre, en relación con los
deberes sociales que le reclama la
humanidad, como virtudes que de
una manera consciente, se deben
propagar entre las masas populares;
en cuanto al mango o soporte del
martillo ya sabemos que constituye a
Sin embargo, podemos dar a conocer
todavía otras interpretaciones más
amplias, sobre los preceptos
simbólicos que la masonería imparte,
respecto a los temas de estudio que
contienen sus enseñanzas, en
consecuencia estamos en aptitud de
asegurar que el martillo del aprendiz
masón, ejerce una acción de
supremacía intelectual sobre todas las
cosas materiales, inmateriales y
espirituales conocidas y por conocer,
con el fin de investigar por medio de
su fuerza científica, todo aquello que
se resiste a la acción natural del
hombre, lo que indudablemente
indica también, que esa superioridad
intelectual se manifiesta evidente, si

32
 FÉNIX
tomamos en consideración que el
individuo en forma definitiva,
consigue subyugar a su voluntad, a
todos los fenómenos menos
naturales, así como que de una
manera diligente, logra también
someter a su voluntada, a las pasiones
vulgares, a las malas tendencias y a las
debilidades morales, que tanto mina
al espíritu y a la conciencia del
hombre sano.
Estas lecciones de moral y filosofía
práctica, son los factores que en
verdad nos demuestran los hechos
materiales, mismos que nos conducen
al acto que físicamente ejecutamos al
proceder a labrar la piedra bruta,
puesto que de esa manera en
masonería se interpretan todas sus
enseñanzas; por lo tanto, en el
presente caso no hacemos más que
servir de fieles intérpretes, de lo que
es el trabajo que simbólicamente
ejecutan nuestros hermanos
aprendices, haciendo uso del martillo,
cuya verdadera estructura hemos
descrito en este tema.
ahora vamos a proporcionar la
interpretación orgánica y científica,
que se le atribuye al martillo masónico
o mallete simbólico, misma que se
hace consistir en que el prisma
triangular, es la representación
material de todas las causas que
producen las fuerzas generadoras y
germinadoras y origen de todos los
seres y las cosas que existen sobre la
tierra; que el cubo es emblemático de
la naturaleza o sea el logos que
proporciona la fuente inagotable de
gérmenes y materias, mismas que
generan y regeneran a todo cuanto
es fectible de producción; pero que al
mismo tiempo, son causa y son efecto,
para que la propia naturaleza se
mantenga íntegra, por lo mismo sus
creaciones son imperecederas; que el
cilindro es alegórico de todas las
esencias materiales e inmateriales,
dentro de cuyas transformaciones de
reproducción, encontramos al origen,
al medio y al fin de todo cuanto nos
rodea, como un producto natural que
contiene al órgano y a todas las cosas
orgánicas; y que el mango o soporte
del martillo, representa a la acción
fecunda y constante de la inteligencia
humana, para modelar a su capricho
todas sus obras, en beneficio propio
de sus semejantes, es la palanca
poderosa y efectiva de la conciencia
del hombre, para la práctica de su
labor social, imponiendo su voluntad
y su energía, para lograr la felicidad
de los pueblos.
Las anteriores apreciaciones podemos
interpretarlas de la misma manera, en
relación con las actividades de las
logias, dentro de cuyo ambiente se
deja sentir la acción intelectual que
33
 FÉNIX
ejercen las tres dignidades, sobre la
mente de los iniciados con el fin de
orientas sus ideas, de corregir sus
opiniones y de cultivar su inteligencia,
ya que sus luces y conocimientos, así
como su reconocida experiencia
acerca de lo que es la vida real, tiende
a encauzar el talento de sus
discípulos, perpetuando las
enseñanzas masónicas cuando se
manifiestan en todo su esplendor; en
estos casos es también el simbolismo y
la verdadera forma del martillo,
interpretada por medio del conjunto
de los cuerpos geométricos, lo que
representa el poder, a la voluntad y a
la energía del iniciado, como factores
que por sí solos indican cuál debe ser
el trabajo material, el físico y el
intelectual que ha de desarrollar, para
modelar la piedra bruta.
Finalmente y por lo que respecta al
mango del martillo, únicamente nos
falta agregar que hablando en los
mismos términos, le hemos dado el
nombre de palanca de las ciencias,
porque se calcula que su acción es
irresistible en todos sus aspectos, en
cualquier sentido y por todos motivos,
puesto que se emplea para levantar,
impulsar y producir a la fuerza bruta,
misma que subyugada por la
inteligencia del hombre, es lo que
facilita llevar a la práctica el trabajo
físico, sobre las cosas materiales con la
perfección que lógicamente nos
proporciona la estética, por esa razón
la referida palanca, dentro del
simbolismo científico, constituye una
poderosa e incalculable potencia
intelectual, como un medio propicio
para llevar adelante el desarrollo de
las ideas, de los proyectos y de las
obras que encauza el pensamiento o
la imaginación del hombre, en bien
general de la humanidad.
Por último, se nos presenta la
interpretación genésica que en el
orden simbólico, se atribuye a los
cuatro elementos de que consta el
martillo masónico; por lo tanto
diremos que el prisma triangular, es
alegórico de todas las fuerzas vitales
cuyos germenes le dan la vida y el
vigor a la naturaleza; el cubo es el
símbolo de todos los elementos
materiales y el medio que sirve de
causa y produce los efectos que
mantienen la propia naturaleza; el
cilindro es representativo de todas las
substancias orgánicas que existen en
los gérmenes, cuya fuerza generadora
y germinadora es lo que
prácticamente constituye a la
inmortalidad de la misma naturaleza;
y que el mango o soporte del martillo,
es emblemático de la inteligencia
humana, por medio de la cual, se
investiga, se descubre y se aprenden
todos aquellos conocimientos que la
naturaleza le proporciona, como
agentes de propaganda científica,
para llevar a cabo sus ideas y realizar
sus obras en beneficio de sus
semejantes; es por eso que al
verdadero martillo del aprendiz
masón, debe dársele y cedérsele al
mismo tiempo, el lugar que
justamente le corresponde, como
instrumento material, espiritual y
científico, para ser manejado
constantemente por las dignidades
del taller, al iniciar las labores
masónicas.
Una vez que hemos conocido el
simbolismo del martillo simbólico o
mallete masónico, así como la poco
conocida interpretación de sus
enseñanzas, ahora en la misma forma
procederemos a buscar el origen y
significado de la regla, otro de los
34

instrumentos de trabajo que se
entrega al iniciado, para que ejecute
su verdadera obra masónica.
Desde luego la palabra regla, viene
del latín “regula”, que es la
denominación que se da a un sencillo
instrumento de metal o madera,
plano y de diferentes formas, que
sirve para trazar líneas rectas o curvas;
este utensilio es de origen
antiquísimo, puesto que su historia se
remonta a unos ocho siglos antes de
la era cristiana; aunque los griegos la
atribuyen al célebre arquitecto rhyco,
quien construyó el laberinto de
samos; también damos el nombre de
regla, a las leyes y preceptos
universales que comprenden los
deberes y los derechos de los
hombres; igualmente indica a los
principios, las máximas, los axiomas, a
la razón, la norma, la medida, al
orden, al sistema, al método, a la base,
a la guía, a la moderación, la
templanza, el estatuto y en general
comprende y abarca otras muchas
acepciones.
En el orden masónico, podemos
también describir a la regla como un
instrumento de veinticuatro pulgadas,
solamente que en este caso,
indispensablemente debe ser de
forma triangular, si es que debemos
aplicarle el verdadero simbolismo de
sus enseñanzas; como ya dijimos,
dicho utensilio se le proporciona al
aprendiz masón, como complemento
de su herramienta de trabajo; en
consecuencia, juntamente con el
martillo colocados en forma de cruz,
es lo que constituye el escudo de la
primera cámara; por lo tanto la regla
de veinticuatro pulgadas, contiene
también un cúmulo de temas de
estudio morales, filosóficos
científicos, propios del trabajo a que
FÉNIX
se dedican los hermanos aprendices;
en efecto, la regla en la forma
descrita, figura prominentemente
entre los útiles de las logias, como el
emblema de la perfección; es también
la insignia de orden del maestro de
ceremonias, además de que
constantemente se le observa sobre la
mesa del trono del hermano segundo
vigilante.
En consecuencia, atendiendo a la
forma correcta que debe ostentar la
regla masónica, podemos establecer
que sus tres caras laterales, son
alegóricas de las horas de que se
compone el día, de las cuales ocho
deben emplearse para el trabajo,
ocho para los ejercicios físicos y
mentales y ocho para el descanso, las
que en conjunto suman veinticuatro,
o sea el número de pulgadas que se
observan sobre sus caras; igualmente
esas características de la regla se
aplican a las tres fases del dia, o sean
la mañana, la tarde y la noche;
representa a las tres dignidades del
taller, puesto que se encargan de
regular todas las actividades de los
obreros, durante esas mismas tres
etapas de la vida cotidiana de los
masones; por esa misma razón, se ha
adoptado la regla, como la joya del
hermano maestro de ceremonias, por
ser éste el oficial que vigila los
trabajos, distribuye las tareas de la
logia y conduce a los obreros a la
y recreación.
35
 FÉNIX
En el lenguaje masónico figurado, le
damos también el nombre de regla, a
los principios, a las leyes y a las
máximas; pero en términos generales
dicho instrumento, es alegórico del
factor que sirve como medio de
orientación y guía al talento, al criterio
y a la inteligencia del hombre, por lo
tanto, podemos asegurar que existen
las reglas del honor, la del deber, de la
urbanidad, de la moral, de la virtud,
etc.; del mismo modo se nos
manifiestan las reglas de los usos, de
las costumbres y de las relaciones
sociales.
En las ciencias y en las artes, esta voz
designa a los procedimientos que se
llevan a la práctica, para impartir las
enseñanzas; o mejor dicho, para
establecer los sistemas que facilitan la
adquisición de los conocimientos y
proporcionan los medios más
adecuados, para poder llevar a cabo
con todo éxito, la voluntad del
hombre, inspirado por su talento o su
inteligencia. Ahora bien, hablando de
la generalidad simbólica que nos
proporciona, como materia de
estudio, diremos que la regla nos
indica y nos recuerda a cada
momento, la estricta obligación que
hemos contraído para no separarnos
jamás del camino que nos conduce
por la línea recta e inflexible, del
deber y del derecho, que
prácticamente nos hace adquirir las
sanas costumbres.
Finalmente la regla masónica es de
forma triangular y de veinticuatro
pulgadas de largo; en primer lugar
porque en lo material, así garantiza su
inflexibilidad y en segundo lugar
porque señala de una manera
terminante, la duración del tiempo,
como factor de vida y de muerte,
puesto que nadie puede salirse o
abandonar ese sendero que nos
marcan las veinticuatro horas del día.
Por último, tenemos al mandil, del
cual ya en tema separado demos una
descripción detallada, respecto a la
variedad de enseñanzas que nos
proporciona; sin embargo, sólo nos
resta agregar que dicha prenda se
considera como la insignia del trabajo
y de la virtud que proclamamos; es la
condecoración más noble, sublime y
expresiva, que representa a nuestras
actividades masónicas, circunstancia
por la cual, sin usar dicha prenda, no
se permite la entrada en las logias,
para participar de sus tareas.
Para terminar, únicamente vamos a
recordar a nuestros queridos
hermanos aprendices, que sus
herramientas de trabajo, debe
guardarlas dentro de la gran columna
“B”, lo que simbólicamente indica que
fuera del templo todos sus actos
deben ajustarse a la moderación, a la
vez que ser objeto de la más estricta
discreción; en ese lugar también
recibe su salario, lo que igualmente
indica que al pasar los umbrales de las
puertas del templo, e irse a confundir
entre el mundo profano, procurará
hacer siempre el bien, sin más
finalidad que la de ser útil a sus
semejantes; esto es en resumen lo
que podemos manifestar, acerca de la
interpretación moral, filosófica,
científica y simbólica, de las referidas
herramientas del Aprendiz Masón.
36
 FÉNIX

La Reforma protestante

A principios del siglo XVI cuando gran parte de Europa estaba descontenta con la
Iglesia católica romana, Martín Lutero instigó la Reforma protestante. Martín
Lutero, profesor y sacerdote en Alemania, había estudiado en profundidad los textos
religiosos. Su primer desacuerdo con la Iglesia católica tenía que ver con la utilización de
las indulgencias. Las indulgencias eran una tradición católica para el perdón de los pecados.
En aquel tiempo, las indulgencias estaban a la venta. A cambio de dinero se reducía la
condena al purgatorio del donante. Lutero se oponía a la idea de comprar la salvación,
argumentando que suponía un grave quebranto de la fe. En 1517 Lutero colgó sus 95 tesis
en la puerta de la iglesia de Wittenburg, donde retaba a la Iglesia católica y ponía en duda
la legitimidad del Papa, así como la utilización de las indulgencias. Lutero creía que la
Iglesia había olvidado sus doctrinas originales, especialmente las procedentes directamente
de la Biblia y había creado una cuña innecesaria entre el clero y los feligreses.
Al hacer públicas sus 95 tesis, Lutero encendió la chispa de un importante debate, que se
propagó a gran velocidad por el resto de Alemania, Suiza, Australia, Inglaterra y Escocia. A
medida que el debate iba extendiéndose por el mundo, los escritos de Juan Calvino, entre
otros, alimentaron aún más el número de disidentes entre la población europea.
A medida que las creencias de los distintos reformadores fueron coincidiendo con el paso
del tiempo, la religión, protestante adquirió forma. En el corazón de esta fe reformista
estaba la idea de que la única autoridad religiosa era la propia Biblia y no el Papa. Esto
supuso una revolución para la estructura de la Iglesia y hacía hincapié en que los individuos
podían relacionarse con Dios más directamente, sin tener a los sacerdotes como
intermediarios.
Con el tiempo los protestantes se fragmentaron en muchas sectas, tales como los luteranos,
los calvinistas y los anabaptistas, y los católicos lanzaron una contrarreforma y adoptaron
una línea más conservadora.

OTROS DATOS DE INTERES

1. Cuando tenía 22 años Martín Lutero volvía de la escuela en un día de tormenta. Cuando un relámpago
cayó a su lado, exclamó: ¡Ayuda, Santa Ana! ¡Me haré monje!. Sobrevivió y mantuvo su promesa,
dejando sus estudios de derecho para entrar en un monasterio.
2. La Reforma protestante encontró un gran apoyo en el rey inglés Enrique VIII que separó a su país de la
Iglesia católica en 1529. El rey se autoproclamó jefe de la Iglesia, y pudo así divorciarse de su esposa,
la reina Catalina, algo que el papa no hubiere permitido.
3. Aunque no hay ninguna prueba de la existencia del original de las 95 tesis, muchos expertos creen que
la idea de colgar el documento en la puerta de la iglesia no estaba mal encaminada. En aquel tiempo,
las puertas de las iglesias y de la universidad se utilizaban para poner avisos, del mismo modo que se
utilizan los tablones de anuncios en la actualidad.

37
 FÉNIX

Las Logias Azules

E l azul es, enfáticamente, el color de la Masonería Simbólica, es el matiz apropiado.

Para el Masón, es un símbolo de amistad universal y benevolencia, como es el color
de la bóveda celeste que abarca y cubre todo el globo terrestre, recordándonos
así,que en el pecho de cada Hermano, deben existir igualmente extensivas todas las
virtudes.

El azul es por lo tanto, el color del "Maestro Masón", que pueden llevar los aprendices y
compañeros combinados con el color blanco. El listón y la mitra del sacerdote judío es
azul. Es el color de uno de los velos del tabernáculo como representativo del elemento
aire. La voz hebrea para designar el color azul es "tekelet", que tiene un carácter singular
con el carácter simbólico del color que se deriva de una raíz significativa que quiere decir
"perfección". La iniciación y los misterios y la perfección, son sinónimos. El azul es
apropiado de todos los sistemas supremos y elevados de las iniciaciones, cuyo significado
es la perfección. Entre los Druidas, el azul era símbolo de la verdad. y así era vestido el
candidato a la iniciación. Los Egipcios estimaban el azul como un color sagrado. Así era
vestido su dios principal (azul celeste), que significaba "su naturaleza singularmente
celestial y elevada".

Los Babilonios revestían sus ídolos de azul y los chinos, en su filosofía mística,
representaban el azul como símbolo de la deidad por razón de ser "compuesto de negro
y rojo", principios activo y pasivo. Los Indúes representaban a su dios Vishnú con el color
azul, indicando que así es la sabiduría emanada de Dios. Entre los cristianos medievales,
el azul era emblema de la inmortalidad. El azul es símbolo de la perfección, de la
esperanza y de la constancia en el lenguaje masónico. Es el símbolo de la verdad eterna
y de la fidelidad, de la amistad y la benevolencia. El azul es simbólico de la dulzura y la
fidelidad que deben ser las características de todo hermano leal y fiel.

Los colores del M:.R:.G:.M:. deben ser azul y amarillo referentes a la aparición de Jehová a
Moisés sobre el Monte Sinaí en nubes de azul y oro, siendo este símbolo más histórico que
moral. El azul, en resumen, es el símbolo de la mansión celestial y de las Logias de la
masonería simbólica.

38
 FÉNIX
Involución y Evolución
L as doctrinas referentes a Evolución e
Involución pueden ser
entendidas si rastreamos el origen de
estas dos palabras. Las dos provienen del
verbo latino volvere que significa "hacer
mejor
girar, enrollar." El prefijo "e" significa "hacia
fuera o lejos de," mientras que el prefijo "in"
significa "hacia adentro." Evolución,
entonces, significa desenrollar o desenvolver
algo que está envuelto o enrollado, mientras
Involución significa envolver o enrollar algo
que ha estado desenrollado. Veamos el
siguiente ejemplo: En tiempos antiguos, los
libros no fueron impresos en páginas de
papel y encuadernados en volúmenes como
se hacen ahora. La información fue inscrita
en rollos de pergamino
llamados Manuscritos de pergamino y
cuando eran leídos, tenían que ser
desenrollados para exponer lo escrito. A
medida que la lectura se efectuaba, el final
inferior del manuscrito se desenrollaba, o
evolucionaba, exponiendo la escritura dentro
del manuscrito (en esos momentos, oculta),
mientras que, al mismo tiempo, el final
superior del manuscrito se enrollaba, se
envolvía (involución), escondiendo u
ocultando lo que ya había sido leído.
Cuando la Vida Única se manifiesta como una
porción de ella misma, convirtiéndose en un
Universo visible, al hacerlo, sus dos aspectos
de Materia y Espíritu evolucionan
alternativamente. En el comienzo de un ciclo
de manifestación, la Materia está
evolucionada, lo que implica que debe haber
sub-estrato o fundación provisto para que
una mayor evolución se desarrolle. Esto es
un ejemplo que ocurrió en las etapas
tempranas de la existencia del planeta
cuando la Materia dominaba la escena y no
se vislumbraba rasgos de vida superior. Así,
la Doctrina Antigua nos dice que, aún en la
roca, existe una forma de vida de un orden
muy inferior, no esa clase de vida como la
que ordinariamente tenemos concepto de
ella, pero que sí existe alguna clase de vida
en ella. En este caso, la Materia domina y el
Espíritu está casi completamente dormido o
envuelto. A esto se le llama Evolución de la
Materia e Involución del Espíritu.
A medida que el proceso se desarrolla y la
Vida y el Espíritu han tenido tiempo para
ejercer su influencia sobre la Materia, ésta
última pierde algo de su densidad,
volviéndose más compleja, volviéndose
materia para los cuerpos de las plantas,
animales y humanos, volviéndose materia
más refinada que la de las rocas. En los
reinos Animal y Humano, la Vida y el Espíritu
gradualmente ganan ascendencia, y la
materia pierde algo de su influencia
retardatriz sobre el Espíritu. Esto es
Evolución del Espíritu, e Involución o
recesión del aspecto denso de la Materia.
Así, la Evolución del Espíritu es siempre
acompañada por la Involución simultánea de
la Materia. De la misma forma, la Evolución
de la Materia es acompañada por la
Involución del Espíritu, justamente como se
desenrolla el extremo de un manuscrito al
enrollar simultáneamente el extremo
opuesto. El propósito de la vida es alcanzar la
plenitud, el desarrollo, la expansión de la
Conciencia, el crecer de estados inferiores a
estados superiores del ser, y este avance solo
se consigue a través del proceso de
Evolución.
El centro o el núcleo más íntimo de toda
unidad de vida, o Mónada, es un Rayo o
emanación de la Vida Universal Única. Es
este Rayo que origina y vitaliza toda forma
en la Naturaleza. Mediante su conexión
interna con la Vida Universal, el Rayo tiene
dentro de sí posibilidades latentes de
crecimiento y desarrollo infinitos. De este
Rayo proviene el impulso ascendente, la
fuerza impulsora y propulsora que es la
causa secreta de toda evolución.
39
 FÉNIX
Toda Mónada individual debe, en el
transcurso de su peregrinaje evolutivo,
habitar todas las formas variadas de la
Naturaleza, comenzando desde la más
inferior, y después, gradualmente avanza a
través de eternidades y en los varios reinos,
hasta alcanzar la morada en formas
superiores. En cada personificación, la
Mónada gana experiencia y aprende las
lecciones que esa personificación particular
le ofrece. Cuando las lecciones de esa
personificación han sido asimiladas y ya no
hay más necesidad de experiencias en ese
tipo de cuerpo, el impulso ascendente
dentro de la Mónada le produce buscar
formas superiores a fin de continuar su
evolución. En su nueva personificación con
su nuevo medioambiente modificado, la
Mónada tiene experiencias diferentes y
desarrolla facultades distintas, hasta hacerlas
que funcionen en una perfección relativa.
Así, otro peldaño hacia arriba es realizado; y
después, otro, y otro, hasta el infinito.
Las formas variadas de la Naturaleza que la
Mónada personifica pueden compararse a
los peldaños de una escalera, hacia arriba de
la cual la Mónada en evolución está
subiendo. Simbólicamente, el peldaño más
alto de una escalera lleva, al que sube, a una
plataforma imaginaria, a un objetivo
temporal, donde él puede descansar y
recuperarse de su esfuerzo. Pero el impulso
interior no le permite más respiro, y él
pronto descubre que su plataforma soporta
otra "escalera evolutiva," la cual ahora
comienza a subir para alcanzar alturas
mayores que él débilmente percibe arriba de
su cabeza.
Vemos debajo de nosotros, en la Escalera de
la Vida, Mónadas en una siempre ascendente
escala de Evolución, pasando desde el átomo
y los minerales, hasta el Hombre. Todas esas
Mónadas están siendo dirigidas hacia la
etapa Humana en una marcha ascendente
que abarca períodos de tiempo de duración
incomprensible. La Doctrina Antigua nos dice
que arriba del Hombre existen otras
Escaleras que guían hacia alturas
inconcebibles, las cuales algún día, en edades
por venir, el Hombre comenzará a subir. Las
posibilidades para alcanzar plenitud son
infinitas, y el destino del Hombre es, hasta
cierto punto, tan grandioso de lo que él se
pueda imaginar. Así, la Evolución no tiene
fin, pero también no es una ascensión
continua o ininterrumpida. Existen paradas
temporales, comienzos y finales relativos,
pero nunca ha habido un primer comienzo y
nunca habrá un punto final.
Debe notarse que el concepto de Evolución
presentado por la Sabiduría Antigua difiere
de la Teoría de Darwin. De acuerdo a esta
última, son las formas de la Naturaleza las
que cambian, mediante un proceso de
"selección natural" y de "la supervivencia del
más capacitado," de acuerdo a grados
imperceptibles de una forma a otra. La
Sabiduría Antigua, por su parte, establece
que las formas de la Naturaleza son
relativamente estables, aunque ellas
experimentan algunos cambios de
superación retardados. Pero el verdadero
actor del drama de la Evolución es la Mónada
residente, y debe hacerse distinción entre
esa Mónada y el vehículo o cuerpo que ella
habita. La Mónada "emigra" a través de los
tiempos, desde las formas inferiores hacia las
superiores, ascendiendo en los Reinos de la
Naturaleza, hasta que después de
eternidades alcanza el Reino Humano. Para
resumir: La Sabiduría Antigua considera la
Evolución como un proceso de
desenvolvimiento o de desdoblamiento
mediante el cual, posibilidades latentes e
inherentes en la Mónada, gradualmente
logran expresiones. A medida que la Mónada
avanza y habita formas superiores, un
despliegue más grandioso de sus facultades
latentes se vuelven realizables.
40
 FÉNIX
CARIDAD
C
aridad, una de las tres Virtudes
Teologales que consiste en amar a
Dios sobre todas las cosas y a
nuestros prójimos como a nosotros
mismos; la tercera de las Virtudes
Teologales según la Iglesia Católica, la
primera según nuestras enseñanzas
masónicas; virtud cristiana opuesta a la
envidia y a la animadversión; limosna que
se da o socorro que se presta al
necesitado. La caridad hace nacer en
nosotros el sentimiento de tristeza o
lástima por los males ajenos; ha sido
alegorizada por grandes artistas y
representada generalmente por una mujer
rodeada de niños de ambos sexos, con un
corazón ardiente en la mano; gran
número de artistas se han inspirado en
ella y entre los más notables cuadros
figura el de la Caridad Romana, en el cual
se presenta a una matrona que lacta a su
padre prisionero.
Hay muchos hombres que combaten la
caridad, fundándose en que lejos de
beneficiar resulta perjudicial ya que,
dicen ellos, con ella no se remedia un mal
sino que se fomenta la pereza y hasta se
cría un vicio; así sucede cuando ésta se
practica en beneficio de personas que,
abusando de nuestros sentimientos
humanitarios, convierten la caridad en
especulación. Estas personas que hacen
de la caridad su modus vivendi se
convierten en verdaderos parásitos
sociales que perjudican grandemente a los
verdaderamente necesitados.
Establecer un límite entre la Caridad y la
especulación es tan difícil como
establecer el límite entre la tolerancia y el
encubrimiento; así nos lo dice un
Comprimido Masónico de la revista
“Shittah”:
BENEFICENCIA Y TOLERANCIA: Entre
los conceptos masónicos más llevados y
traídos, como más mal interpretados y
peor puestos en acción, se encuentran la
Beneficencia y la Tolerancia. Ni
beneficencia es sinónimo de largueza a
diestra y siniestra, ni tolerancia lo es de
complicidad contra la dignidad, la justicia
y el derecho. En qué consiste la
beneficencia masónica, cuándo, cómo y en
qué condiciones debe practicarse? En qué
consiste la tolerancia masónica y cuáles
son sus alcances conforme al espíritu de
la Institución que consagra su existencia?
Cuestiones son éstas que proponemos a la
consideración de nuestros hermanos,
quienes deben dilucidarlas.
Si bien es cierto que la práctica de la
caridad la dificultan y entorpecen los
especuladores, no por eso debemos
desconocer su excelsitud como virtud;
tengamos siempre presente que entre el
que pide por especulación y el que niega
por suspicacia o duda, siempre hay más
nobleza en quien pide que en quien niega.
Enrique Rodó consideró a Jesús de
Nazareth como el autor de la caridad,
pues si bien es cierto que ésta ya había
sido entendida y practicada por Confucio,
Buda y otros avatares y profetas, la obra
de éstos se limitó a las fronteras de sus
patrias, mientras que la de Jesús fue
universal. Mientras los profetas y avatares
la predicaron a sus pueblos, Jesús la
predicó a la humanidad entera, mientras
la caridad de los profetas tan sólo
abarcaba el radio de sus naciones, la de
Jesús abarcaba toda la tierra. Sus
enseñanzas sobre esta virtud las
condensó en los siguientes preceptos:
Enseñar al que no sabe
Dar de comer al hambriento
41
 FÉNIX
Dar de beber al sediento
Dar posada al peregrino
Vestir al desnudo
Visitar a los enfermos
Ayudar al necesitado
Asistir y consolar a los prisioneros
Liberar a los cautivos
Enterrar a los muertos
En esos pocos preceptos está encerrada
toda la excelsitud de la Caridad; ellos
abarcan la vida del hombre desde que
nace hasta que muere, gracias a esos
hermosos preceptos estamos en la
obligación de proveer desde los pañales
del niño hasta la mortaja del difunto.
Entre los diversos y hermosos pasajes de
la Biblia encontramos lo que Tobías
aconsejaba a su hijo (Antiguo
Testamento): “Haz limosna de lo tuyo y
no vuelvas la cara a ningún pobre para
que el Señor no te la vuelva a ti. Sé
misericordioso en cuanto te lo
permitieron tus facultades, dando mucho
si tienes mucho y si poco dando gustoso
lo que tuvieras”. De aquí arranca el bello
precepto de ayudar al necesitado; no es
hermoso que compartamos con el
necesitado el pan que nos sobra? No
somos todos los hijos de Dios? Es justo
que mientras en nuestra mesa hay
abundancia y hasta desperdicio, nuestros
hermanos tengan que recoger las migas
que de nuestra mesa caen?
Cierto es que no debemos dejar que los
zánganos de la colmena quiten el pan de
CUANDO MÁS INVESTIGAMOS EL MECANISMO DEL PROCESO DE LA EVOLUCIÓN, TANTO
MÁS COMPRENDEMOS LA REALIDAD DE LA EXISTENCIA DE UNA INTELIGENCIA INFINITA,
CAPAZ DE HABERLO PROGRAMADO TODO.
Bernardo Meléndez.
las bocas de quienes tienen más derecho
que ellos, pero esto no quita toda la
hermosura y nobleza de la Caridad y es
así que en naciones en donde la
Masonería es fuerte y próspera practica la
caridad con más amplitud y en debida
forma. En los Estados Unidos de América
en donde hay más de 48 Grandes Logias,
la mayor parte de éstas tienen asilos para
ancianos, huérfanos y viudas en cuyo
sostenimiento invierten millones de
dólares al año. En Inglaterra hay casas de
beneficencia conocidas con el nombre de
Instituciones Masónicas, donde se da
protección a los niños; sus gastos también
ascienden a millones de dólares anuales.
Más de cien escuelas con una asistencia
de miles de alumnos, son atendidos por la
Masonería en Brasil. En esta forma
nuestra Augusta Institución cumple más
a cabalidad la virtud de la Caridad,
porque no consiste ésta solamente en dar
el pan físico sino que también el pan
espiritual; no sólo se padece de sed
natural sino que se padece de sed de
justicia, de sed de beber y es atendiendo
estos diversos aspectos como podremos
mejorar la célula, porque mejorando ésta
posiblemente podremos algún día
eliminar la especulación con tan noble y
bella virtud.
42
 FÉNIX

EL SIMBOLISMO MASÓNICO

E l simbolismo es el más eficaz de los lenguajes, esencial en la masonería. El símbolo

simboliza, significa, tras él está la vida. Si vale es por esto. Un símbolo masónico
tiene historia, sentido, esencia, forma parte de una ordenación filosófica. Estos
elementos vienen de la vida.

Hablar de los símbolos masónicos es hablar de la vida misma. Son, principalmente,

ventanas por las cuales se ha visto y vemos la existencia, guías para percibir el mundo
sede múltiples puntos de vista; en lo fundamental, desde lo humano y moral, desde el
origen de lo existente y desde su fin.

Como las Logias no son centros académicos, ni sólo reuniones de intelectuales a los que
baste el lenguaje de los principios, se requiere el auxilio de símbolos activos como son los
masónicos que hablan a la inteligencia y a la sensibilidad.

Los símbolos son tan antiguos como el hombre. Fueron la expresión manifiesta de los
primeros destellos de la inteligencia, que se sirvió de ellos para formular las primeras
ideas que tomaron cuerpo en la mente del hombre, sorprendido ante el grandioso
espectáculo que la Naturaleza ofrecía a sus ojos. Simbólicas fueron, pues, las primeras
proposiciones políticas y teológicas que se sentaron, dando origen a los gobiernos y a las
religiones, y simbólica fue la sabiduría de los caldeos y fenicios, de los egipcios y judíos y
de las grandes lumbreras que centellaron desde obscuros tiempos de las más remota
antigüedad, hasta la venida de Jesucristo, que por símbolos y parábolas, enseñó también
los dogmas de una religión, que aún en el día funda en ellos las excelencias de su
santidad y los derechos de supremacía que pretende ejercer sobre todas las demás
religiones existentes.

Los símbolos masónicos, derivados de los símbolos primitivos, fueron aplicados al arte de
construcción desde el origen de este mismo arte. Languidecieron después y aun llegaron
a eclipsarse casi por completo durante la decadencia de Roma, permaneciendo en lo que
nos rodea con su densa atmósfera en la tierra. El lazo que une a la Masonería
especulativa, con la activa, es el simbolismo, que pertenece a la primera, pero que en
toda su extensión se deriva de la segunda.

El Simbolismo, en conclusión, es alma y vida de la Francmasonería; nació en ella, es el

germen del que brotó el árbol Masónico y el que aún la nutre y anima.

Despojar a la Francmasonería del simbolismo, como ha soñado alguna vez algún iluso
poseído de la fiebre modernista, fuera quitarle el alma y el cuerpo y reducirla a una
masa inerte de materia, sólo capaz de una rápida descomposición.

EL ODIO NO CONSTRUYE, ES ESTERIL, ES MORTAL. TODO LO QUE TOCA SU

HÁLITO ENVENENADO SE MARCHITA EN SU CAMINO Y LO PULVERIZA Y LO
DESTRUYE.

43
 FÉNIX
CALIDAD
U na de las mayores fuerzas que han
sostenido las columnas de la
Masonería Universal, es sin duda la
rigurosa selección de los que ingresan en sus
filas.
Es voz general, difundida desde las altas
cámaras hasta los talleres de aprendices, que
en la Masonería es preferible contar con
elementos pocos y buenos, a sumar en sus
cuadros pelotones de iniciados que no
corresponden a los altos propósitos y fines
de la Institución. Porque si el masón es un
centinela avanzado en el progreso de los
pueblos y un factor en el equilibrio social,
no puede llenar su cometido si carece de las
cualidades que necesariamente deben
adornar a quienes está encomendada tan
alta misión, si no valoriza sus actos con la
sana moral ni tiene capacidad para
comprender el verdadero espíritu de la
masonería.
Y hasta entre personas de vasta educación y
elevada cultura, suelen surgir discusiones
carentes de motivos justificados, salvo que
por tales se tengan la diferente apreciación
de casos dados o el diferente modo de
encarar la cuestión, lo cual viene a
demostrar que esos hermanos tampoco han
sabido compenetrarse del alto espíritu de
fraternidad que debe reinar entre los
miembros de la Institución; porque si los
principios de nuestra Orden son
determinados y determinados sus fines,
entre sus miembros debe haber también una
perfecta afinidad. El único provecho que el
masón puede y debe esperar, es el de tener
perfecta conciencia del deber cumplido y la
causa que más debe preocuparle es la de
haber hecho algo útil a sus semejantes.
Cuando estas generosas aspiraciones son
tenidas a menos, es porque no se ha
penetrado en el alto espíritu de la
fraternidad, ni hay capacidad para
comprender los fines de la masonería.
Si no se puede practicar la moral masónica,
esto es, ser altruista, impersonalista; no se
puede tener la espiritualidad indispensable
al masón; si no se tiene, siquiera esa
mediana cultura intelectual, tampoco se
puede llegar a la convicción de una doctrina
si no hay acopio de los principios que la
informan. ¡Cuántas veces hemos oído de
labios de personas tenidas por intelectuales,
conceptos errados sobre nuestros ritos y
ceremonias, lo que prueba que esos tales no
comprenden su alcance ni han podido
escudriñar las enseñanzas que encierran.
No pretendemos que los miembros de la
Institución sean inaccesibles al error, porque
en lo humano no cabe la perfección;
aspiramos sí a que todos tengamos
conciencia de nuestras obligaciones y
sepamos cumplirlas con lealtad y entereza; a
que sigamos los preceptos de moral trazados
por la Orden, los cuales han sido la mejor
garantía de su perdurable existencia; a que la
acción corresponda a la plática y a que la
dirección de nuestra obra sea dirigida por
voluntades esclarecidas y libres.
La Masonería, secular como es, ha sabido
resistir los embates del tiempo y vaivenes de
las épocas. Las frecuentes mutaciones de los
regímenes y de las costumbres de los
pueblos la han puesto a prueba más de una
vez, pero siempre ha resurgido victoriosa
irradiando sus beneficios sobre la Tierra. Y
como su mal reside en el mismo organismo,
no debe olvidarse que “son los malos
obreros, que construyen mal, los que dañan
la buena construcción ya hecha”.
Tal vez estas deficiencias sean fruto de la
incomprensión o tal vez la motiven la falta
de fe en los principios de la Orden o la falta
de sinceridad en los compromisos
adquiridos al iniciarse en nuestros misterios.
¡Calidad, calidad, hermanos!
44
 FÉNIX

IGNORANCIA

L a ignorancia es la fuente de todos los males y de todos los errores que afligen
a la humanidad. La falta de saber, de ciencia y de instrucción, pierde a los
pueblos.

Este mal es inevitable cuando es hijo de la falta de aptitud individual, pero cuando
por desgracia aun sucede frecuentemente, cuando es debido a la falta de medios
empleados para combatirla, a la negligencia o al cálculo de los particulares y aun
de los gobiernos, entonces es un verdadero crimen.

Es un hecho cada día más controvertible, que el porvenir, la riqueza, el poder y el

bienestar, no son del más fuerte, como sucedía en los tiempos de la barbarie, sino
del más inteligente e instruido. Un pueblo ignorante, es siempre esclavo; el pueblo
más instruido, es el más poderoso.

El interés y la conservación social exigen hoy imperiosamente que desaparezca la

ignorancia. Así como en nombre de la civilización se combatió la barbarie, en
nombre de la misma debemos combatir la ignorancia, que es hoy otra barbarie
más funesta aún que la primera.

Este es el pueblo de honor de la Masonería. En lucha heroica contra el

oscurantismo ha conseguido sus mejores lauros y ha venido venciendo
constantemente hasta llegar a conquistar el glorioso puesto que ocupa. Desde el
fondo de sus logias, sola, proscrita y mal comprendida, con silencioso pero firme
paso, teniendo que velar constantemente por su conservación, sin más armas que
la palabra y el ejemplo, ha avanzado a través de los siglos, manteniendo incólume
el lema de su bandera.

Hoy, que ya puede desplegarla en pleno día, sabrá colocarla con más motivo en el
alto lugar que le corresponde.

Hermanos: Trabajemos con denuedo por extirpar la ignorancia que azota a

nuestros semejantes.

TODOS LOS REGÍMENES DE OPRESIÓN Y PRIVILEGIO, TODOS LOS

EXPLOTADORES DEL DOLOR HUMANO, PRINCIPES SIN JUSTICIA Y
SACERDOTES SIN ALMA, HAN SIDO Y SON ENEMIGOS DE LOS CÁNONES
MASÓNICOS.

45
 FÉNIX

TRADICIÓN INICIÁTICA consumen. La tradición esotérica nos

Del libro “Nosotros Los Masones” transmite un bagaje de
Armando Hurtado
conocimientos paralelos o

E
alternativos, que toman como punto
xotérico es todo lo que es
de partida los conocimientos objetivos
exterior, lo que aparece ante
(los simplemente culturales, a nivel
nosotros objetivado. En las
general), pero considerados con otro
antiguas escuelas iniciáticas se
ánimo. La importancia de la actitud
ofrecían a los aspirantes
personal en el estudio de los
conocimientos elementales, previos a
fenómenos naturales puede ilustrarse
la iniciación, que recibían ese nombre.
analizando la forma alquímica de
Esotérico es lo interior, lo íntimo, lo
aproximación a la realidad.
que no aparece a primera vista y
requiere una profundización hecha
El alquimista clásico se sirve de las
personalmente. El conocimiento
alteraciones físicas y químicas que se
iniciático es esotérico y secreto en ese
producen en la transformación de los
sentido.
metales que utiliza, identificando con
ellas las transformaciones que en él
Existen dos clases de tradiciones: las
mismo produce el gradual avance en
exotéricas y las esotéricas. La tradición
el conocimiento del fenómeno que
exotérica es el bagaje cultural
provoca. Los experimentos del
transmitido generacionalmente
alquimista constituyen para él una
dentro de una sociedad humana. Ser
búsqueda del Conocimiento, a través
herederos de conocimientos
de los conocimientos puntuales que
tradicionales es lo que nos ocurre a
va adquiriendo con su trabajo. La
todos al nacer en el seno de un
obtención de un resultado concreto
colectivo social. La tradición cultural
supone un avance espiritual,
que nos enseñan nuestros padres y
mediante cambios íntimos paralelos o
nuestros mayores (en casa, en la calle
análogos a los buscados objetiva o
y en las escuelas) hace que no
“científicamente”. El auténtico
tengamos que redescubrir cómo se
resultado final perseguido es la
puede usar el fuego o dónde está el
obtención del “Oro alquímico”, que es
continente americano. Pero cuando
el nombre que los alquimistas dan a la
uno usa el fuego por sí mismo una
Sabiduría que lleva a la comunión con
primera vez, al igual que cuando uno
el Uno, origen de todas las cosas.
mismo atraviesa el océano para llegar
a América o a otra parte, se produce
Es fácil comprender que, si bien toda
una experiencia personal íntima en
búsqueda o análisis científico puede
quienes prestan especial atención a
hacer a algunos más conocedores de
esos hechos. Muchos lo harán
datos sobre la realidad objetiva, los
rutinariamente y pensando solo en lo
conocimientos parcelados y
que van a hacer “cuando lleguen” o
fragmentarios que esa vía
en lo que desean hacer “con” el
proporciona a los investigadores
fuego; usan un patrimonio que ha
especializados del mundo actual y
existido siempre y son, en buena
que estos transmiten para su
medida, inconscientes del proceso
conversión en tecnologías de
vital propio por el que atraviesan. No
consumo o bélicas, no sirven para
descubren, sino simplemente usan o

46
 FÉNIX
hacer a los hombres más tolerantes,
más generosos ni más fraternales,
como se evidencia en las sociedades
privilegiadas de nuestro planeta, en
las que “se vive mejor” gracias a
“ello”. Esto no significa que podamos
menospreciar el trabajo científico.
Debemos apreciar su justo valor como
herramienta simbólica para un
verdadero trabajo transformador del
Hombre, pero no debemos confundir
la investigación científica con la
búsqueda espiritual, que puede llevar
hacia la Sabiduría.
Nadie entra aquí si no es geómetra,
dicen que rezaba la inscripción que
figuraba en el frontispicio de la
escuela ateniense de Platón. “La
geometría del genial filósofo no era la
de Euclides, ciencia de la medida y del
espacio, con sus teoremas y
demostraciones. Se trataba de otra
geometría, más sutil en su
espiritualidad; de un arte, más que de
una ciencia, que consistía en unir las
ideas a los signos compuestos por
líneas, como las figuras de los
geómetras. Aplicándose a dar un
sentido a los trazados más sencillos, es
cómo el espíritu puede remontarse a
los conceptos fundamentales de la
inteligencia humana”.1
La experiencia de lo “sagrado”
consiste en captar la diferencia entre
lo que, liberados de nuestras
pasiones, percibimos como real,
esencialmente fuerte, bello y bueno,
diferenciándolo de lo que pertenece
al flujo vertiginoso de las cosas que
aparecen y desaparecen, vacías de
sentido.
Llamamos conocimientos sagrados a
aquellos que se refieren a lo esencial.
Es decir, a cuanto hace que el hombre
sea un animal diferente. El adjetivo
podría ser utilizado en función de los
arquetipos de lo humano que cada
paradigma cultural acaricie. Ya hemos
dicho, que en la tradición masónica
consideramos sagrados determinados
principios o valores como la Belleza, la
Fuerza, la Sabiduría, la Justicia, el
Amor o la Verdad. La vía iniciática
conduce al reconocimiento individual
de ese yo esencial como
manifestación del Ser universal,
contenedor de la plenitud de la
Verdad y a su reinserción final en él.
En un paradigma materialista del
mundo, son valores esenciales el
poder, el dinero, el placer, el ego, etc.,
siendo estos, para nosotros, tan solo
aspectos escamoteadores y
suplantadores de lo verdadero.
La tradición masónica recoge y
sintetiza enseñanzas fundamentales
de las tradiciones iniciáticas clásicas.
Desde las pitagóricas, difundidas por
los maestros gnósticos y
neoplatónicos, que refundía y
renovaban la experiencia iniciática
como método de aprendizaje de lo
trascendente transmitida por los
egipcios, ya en las más remotas
épocas históricas, hasta las del
esoterismo crístico (procedente de la
misma fuente y desvirtuada en el
dogmatismo cristiano), incluyendo la
tradición hermética, la Gaia Ciencia,
traducida por los alquimistas y
47
 FÉNIX
recogida, en la cultura medieval
europea, por los constructores de
catedrales. Los cultos “masones
aceptados” pos-renacentistas,
creadores de la Masonería simbólica,
reactivaron y perfilaron estos aportes
de la tradición inmemorial, que la
Orden asumió y plasmó en su
metodología ritualiza a lo largo del
siglo XVIII.
Para los antiguos transmisores de la
tradición “había una identidad entre
religión, ciencia y filosofía. Sus
instrumentos de conocimiento eran la
razón y la fe. Sabía valorar el papel de
la intuición, persuadidos de que la
razón no puede abarcarlo todo. Si,
para su razón y para actuar,
reconocían que el hombre es la
medida de todas las cosas, también
creían que el hombre no es más que
una parte de un todo y que esa
pertenencia a un gran Todo puede
hacerle entrever las verdades
superiores”.
Pero la tradición masónica no es un
simple “tradicionalismo”. No tratamos
de estancar y dogmatizar los
conocimientos humanos recibidos
desde la antigüedad, sino de utilizar el
mismo método para ir más allá,
apreciando el valor de la intuición
humana, guiada por la razón, como
medio para adentrarnos en lo
metafísico, en lo que trasciende el
mundo de las apariencias. Más allá de
las concreciones de la energía, en las
diversas formas que designamos
como “materia física”, está el misterio
del porqué de ese impulso universal.
Los hombres nos sentimos ligados a
todo lo demás y ese es el sentimiento
que da lugar al nacimiento de las
religiones, que con el transcurso del
tiempo se esclerotizan, embalando
determinadas sabias experiencias
personales de sus Maestros en
cajones etiquetados, que “los fieles” se
contentan con admirar y venerar,
como datos o hechos exotéricos, sin
iniciación real. Esto no significa
rechazo de la religiosidad por nuestra
parte, sino todo lo contrario.
Tras la consolidación del dogmatismo
oficial católico en los siglos IV y V, las
tradiciones iniciáticas neoplatónica y
hermética, que habían tenido a
Alejandría como sede floreciente,
fueron recogidas por los árabes y
pasaron a Europa occidental en
tiempos de los templarios (siglos XII y
XIII): hubo alquimistas en Italia,
Francia, Alemania y España (nuestro
Raimundo Lulio) que contribuyeron
notablemente a la progresiva
apertura cultural que culminó en el
siglo XV con el Renacimiento. Ya
hemos acordado que del
Renacimiento europeo partió una
corriente renovadora que invadió
todos los niveles culturales de Europa,
creando nuevos cauces al desarrollo
de las ciencias y las artes y
preparando los importantes cambios
que había de experimentar el
escenario social y religioso europeo
durante los dos siglos siguientes. A
partir de entonces comenzará a
adquirir consistencia una línea
divisoria, incipiente en el mundo
intelectual medieval, entre las
inquietudes espirituales “laicas” y las
de los teólogos cristianos.
48
 FÉNIX

PURIFICACIÓN

A plicada a la humanidad, esta palabra tiene su doble acepción:

empleada con respecto al cuerpo significa la acción de lavarlo todo o
en partes para limpiarlo de toda mancha o suciedad exterior.

El uso de las purificaciones exteriores tenía un gran alcance e importancia

higiénicos; era una precaución necesaria para prevenir muchas de las
infecciones contagiosas que con tanta facilidad se desarrollaban en los cálidos
climas de Oriente. Con respecto al alma, es la acción de lavarse de toda mancha
e impureza. La limpieza o purificación del cuerpo, vino a ser rápidamente con el
progreso de las costumbres, aun entre los pueblos primitivos, un símbolo de la
pureza del alma. Así es que en Grecia, en la Smotracia, en el Asia Menor, en
Siria, en la Persia, en la India, en todas partes en fin, la idea de la purificación ha
dejado impresa su huella en todos los cultos; por esto vemos que desde su
origen se estableció en todos ellos el uso de lavarse antes de proceder a llenar
cualquiera de los deberes religiosos, no porque se creyera obtener con la
limpieza exterior del cuerpo la purificación del alma, sino porque lavándose el
cuerpo, se daba testimonio del deseo de obtener también la pureza interior.

En todos los misterios antiguos, al igual que hoy día en las iniciaciones
masónicas, el ceremonial de recepción, que figuraba en las revoluciones de los
cuerpos celestes y su fecunda influencia sobre la tierra, aludía asimismo a las
diferentes purificaciones de las almas, durante su estancia a través de los
planetas, en donde se revestían de cuerpos más puros cada vez a medida que
iban aproximándose a su origen o luz increada. Los sacerdotes que asistían a
esta iniciación, atribuían a las purificaciones la virtud de dispensar al alma del
iniciado de las diversas emigraciones planetarias que debían experimentar,
pasando aquélla, desde el mismo momento en que moría, a la mansión de la
bienaventuranza. La iniciación comprende tres etapas: la purificación del
cuerpo, que consistía en imponerse toda clase de austeridades y la del alma,
que constaba de dos partes: la invocación y la instrucción. La una obligaba a
asistir a los sacrificios y la otra a las conferencias.

La Masonería, fiel guardiana y mantenedora de todas las prácticas que tiendan

a perfeccionar y engrandecer al hombre, quiere que sus iniciados reciban
durante las pruebas de su recepción, no sólo la purificación del cuerpo y del
alma, por medio del agua y del aire, sino también la de su inteligencia, por el
fuego, como puede verse en los rituales.
ESTOY CONVENCIDO QUE EN UN PRINCIPIO DIOS HIZO EL MUNDO DISTINTO PARA CADA HOMBRE Y
QUE ESE MUNDO ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS MISMOS Y ES DONDE DEBERIAMOS INTENTAR VIVIR
Oscar Wilde

49
 FÉNIX
Los Sentidos Corporales
en la Iniciación
Q ueridos Hermanos: Con enérgica
voluntad, representada por el mazo,
aplicado sobre el cincel, que
simbólicamente representa los
conocimientos adquiridos a lo largo del
aprendizaje masónico, hemos de separar
de nuestra piedra bruta las adherencias
que encubren la forma interior del “yo” al
que queremos acceder, obedientes al
precepto grabado en el frontispicio del
Templo de Delfos: CONÓCETE A TI
MISMO. Conocer nuestra propia
estructura impedirá que nos mintamos al
analizar nuestras actitudes y facultades
ante situaciones concretas.
En esa búsqueda de nosotros “mismos”
podemos plantearnos qué papel juegan
nuestros sentidos. Cabe preguntarse si el
conocimiento sensible es síntoma y
símbolo de un conocimiento más
profundo y, al mismo tiempo, un punto
de partida forzoso para el aprendizaje.
Estaríamos abordando así el viejo tema
filosófico que hacía decir al viejo Plotino
que los hombres deberíamos aprender a
mirar, educando nuestra mirada.
El cristal que matiza, e incluso determina
el color de nuestra mirada, es el paradigma
concreto que tenemos del mundo en el
que gestamos y alimentamos nuestros
pensamientos. Los cinco sentidos a los
que se refieren nuestros rituales y en
especial el ritual del segundo grado del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado, son
puertas de acceso sensibles, cuyos datos
hemos de ser capaces de transformar
gradualmente, superando el relativismo
intelectual que nos proponen. En ello
estriba el proceso iniciático. Sin esa
imprescindible reelaboración íntima no
habrá auténtica Iniciación personal. El
paradigma iniciático del mundo va más
allá del que las ciencias convencionales
proponen, puesto que incluye lo
metafísico. Los cinco sentidos rituales no
son sino instrumentos que, debidamente
utilizados, permiten avanzar hacia
síntesis que, como la Estrella Flamígera
de cinco puntas, representan la estructura
del arquetipo iniciático humano.
En cada grado masónico se señala que los
masones se reconocen mediante “signos,
palabras y toques”. Es evidente que los
signos son símbolos que se dirigen a la
vista, las palabras al oído y los toques al
tacto. En esta enumeración se sitúa en
primer lugar la vista. La prioridad dada a
la vista en Masonería se explica por
simbolizarse en la Luz el Conocimiento
buscado. No obstante, es del Verbo
creador, del “fiat Lux” del Génesis, del
que parte la Luz del Conocimiento, como
nos recuerdan también los primeros
versículos gnósticos del Evangelio de San
Juan.
Por otra parte, la trayectoria fisiológica de
los sentidos merece ser estudiada desde el
punto de vista simbólico. Las primeras
sensaciones van desde el exterior al
interior, produciéndose allí órdenes que
recorren el cuerpo humano en sentido
contrario del interior hacia el exterior,
generando acciones y reacciones. En ello
50
 FÉNIX
vemos una interiorización del
conocimiento, previa a la exteriorización
mediante la acción, simbolizando el
movimiento cíclico en el que toda acción
retorna al centro generador que la
desencadena.
Cada uno de los sentidos comparte algo
de la naturaleza de los demás. En
definitiva, todos ellos son formas de
contacto o de “tacto” que nos hacen llegar
impresiones del mundo exterior. Según
esto, en cada sentido están presentes los
restantes, en cierto modo. Interiormente,
los sentidos se sintetizan igualmente
produciendo sensaciones como la del
equilibrio o sentido estático, la álgida,
que nos hace percibir dolor y placer, o la
cenestésica, reveladora del hambre o la
sed. Todos ellos nos advierten sobre
“estados” interiores y a ellos se refería
Aristóteles cuando decía que “las
sensibilidades comunes son el
movimiento, el reposo, el número, la
figura y el tamaño, pues las sensibilidades
de este orden no son propias de ningún
sentido en particular, sino que son
comunes a todos”.
Tal vez por ello, los escolásticos trataron
de manera especial de otro sentido: el
sentido común, a cuyo cargo estría la
sintetización de los datos facilitados por
los demás sentidos. Sin él, los hombres
percibiríamos, tal vez, cinco mundos
diferentes en nuestro entorno, viviendo
sumergidos en una permanente
disociación. El sentido común sería el que
nos permite unir lo disperso, creando
estructuras concretas a partir de las
sensaciones visuales, auditivas, táctiles,
etc. El sentido común carece, sin
embargo, de órgano físico manifiesto. Por
un lado, es el sentido que coordina los
datos aportados por los demás sentidos,
realizando su síntesis, pero por otro
representa un principio común con el que
todos ellos están conectados. De este
modo, los diferentes sentidos no serían
sino especificidades de ese único
principio común a todos.
En definitiva y simbólicamente, es todo
nuestro cuerpo el que “ve” la luz o tiene
cierta capacidad de percibirla, aun
contando con un órgano especializado
para la percepción visual. Eso mismo, y no
simbólicamente, parece atestiguar la
ciencia médica actual referido al feto
humano. Pero precisamente eso nos lleva
a preguntarnos sobre una posible
jerarquía de los sentidos, a partir del
principio común del que emanan y en el
que confluyen.
Del orden de precesión de los elementos
que señala la filosofía hermética se podría
deducir, por analogía, el orden de
importancia de los sentidos. Siendo el
“éter” alquímico un primer elemento o
quintaesencia universal de cuanto existe,
en el que se expande el Verbo como
primera manifestación del Ser, sería al
oído (al que correspondería la captación
del Verbo) el primero en la escala gradual
de los sentidos, pero en la simbología
masónica, aun siendo el Verbo la raíz de
cuanto existe, es la luz la que, disipando
las tinieblas y manifestando las formas,
viene a ser el principio de la
individuación. Y es esa individuación el
punto de partida del trabajo masónico, al
que se refiere de manera precisa el trabajo
de la piedra bruta. Por ello, el simbolismo
solar es el que preside los ritos masónicos.
Los ojos se nutren de luz y transmiten
más nítidamente la sensación espacial,
situando las cosas en un espacio-tiempo
que nos permite aprender a esbozar el
concepto de eternidad, que es el estado de
realización a partir del cual todo ocurre
simultáneamente. Nada extraño es, por
ello, que en Masonería representemos
51
 FÉNIX
mediante un ojo aquello que simboliza lo
Eterno y que se describa inserto en el
Triángulo, formado por la síntesis
energía-espacio-tiempo.
Otras tradiciones sitúan al oído como el
primero de los sentidos:
Lao Tse recibe el nombre de “Orejas
Largas” en la tradición china, asociando el
sentido de la audición a la Sabiduría.
En el Concilio de Nicea se denunció como
heterodoxa la opinión según la cual el
Espíritu Santo habría penetrado en María
por la oreja y el misal de Estrasburgo
continuó afirmando, en el medievo:
“Gaude, Virgo, mater Christi quaeper
auremconcepisti”.
Plinio recogió la leyenda de Minerva,
nacida del cerebro de Júpiter y viniendo al
mundo a través de una oreja del padre de
los dioses.
Por otra parte, decía Aristóteles que cada
sentido participa de la naturaleza de lo
sentido y que la luz es percibida por el ojo
porque “hay luz en él”, recordando que
Platón, en su Timeo, señalaba que “lo
semejante es reconocido por lo
semejante”.
En nuestros sentidos se halla la
capacidad de percibir el mundo y, por
ello, las manifestaciones de lo divino que
contiene. Pero si los sentidos son
aberturas hacia el mundo, también es
cierto que velan todo lo que no es de
“este” mundo, es decir, todo aquello que
no sea evidente o no sepamos detectar en
nuestro universo circundante. Nuestros
sentidos están parcialmente
condicionados por el uso que de ellos
hacemos y por el paradigma al que nos
atenemos del mundo en el que nos
movemos. Si es la luz de nuestros ojos la
que nos permite “ver”, habremos de
aprender a mirar para ver, como indicaba
Plinio.
El gusto y el olfato son sentidos
destacadamente activos en la
simbolización plasmada en las libaciones
que se ofrecen al iniciando e, igualmente,
durante los ágapes espirituales, ya que, en
ellos, los masones no solo viven de
manera especial la fraternidad con
quienes comparten los alimentos, sino
que, para cada comensal, la ingesta debe
ser, en sí misma, motivo de meditación
respecto a la función transformadora que
comienza con la masticación, como fase
previa a la asimilación, concretando el
principio hermético de correspondencia
entre “lo de arriba” y “lo de abajo” o “lo de
dentro” y “lo de fuera”. Olores y sabores
son manifestaciones sensibles de
“estados” materiales que el Iniciado ha de
saber distinguir y valorar, estableciendo
correspondencias espirituales.
Para tallar la piedra bruta no bastarán,
pues, la firme voluntad de hacerlo y el
buen bagaje de conocimientos adquiridos
(mazo y puntero o cincel), sino que será
preciso aprender a depurar la calidad de
esa síntesis que se ha llamado “sentido
común”, mediante el afinamiento de cada
uno de los sentidos que concurren en ella.
“Hay otros mundos, pero están en este,
velados, a menudo, por prejuicios
individuales o culturales que tenemos que
aprender a discernir”.
52
 FÉNIX
LOS DEBERES DEL
MASÓN
V:. H:. Homero Armando Sánchez Cerna
Resp:. Log:.Simb:. “FÉNIX N° 9”.
D
efinir lo que en realidad es
la Masonería ha sido
siempre una tarea compleja
y difícil; sin embargo se
puede decir, que la Francmasonería o
masonería se define a sí misma
como una institución discreta, de
carácter iniciático, no religiosa,
filantrópica, simbólica y filosófica,
fundada en un sentimiento de
fraternidad, que tiene como objetivo
la búsqueda de la verdad a través de
la razón y fomentar el desarrollo
social y moral del ser humano.
Nuestra Constitución señala que la
Masonería es una institución
orgánica, constituida por hombres
libres, honrados y de buenas
costumbres, unidos por el ideal
máximo de la conquista de la
perfección y obligados a trabajar
para disipar la ignorancia, combatir
el vicio y propagar el amor a la
humanidad.
Teniendo como base ambas
definiciones, desde ya podemos dejar
establecido, que la Masonería asume
por medio de sus enseñanzas una
serie de compromisos con sus
adeptos, los que a su vez, deben
comprender, que dicha Institución
busca el perfeccionamiento espiritual
de sus miembros, su educación
científica y su dedicación a la
investigación de la verdad; que
teniendo carácter universal, no
acepta doctrina alguna como
definitiva, ni exclusiva como suya,
estimulándolos a que las estudien
todas, ni pone límites al campo de la
investigación; que teniendo por
divisa Libertad, Igualdad y
Fraternidad, no debe verse
únicamente como una entidad
filantrópica, ni que se ha fundado
para satisfacer la vanidad y ambición
de los que aspiran, a través de ella a
conseguir favores o usar joyas,
insignias, epítetos sonoros y títulos
rimbombantes, sino que es una
Institución que requiere que sus
adeptos sean útiles a la sociedad, que
enseña que la nobleza humana se
aprende con el trabajo y que la vida
es un combate en el que se debe
luchar para poder vencer las
pasiones, tentaciones y dificultades,
porque el cumplimiento del deber, es
la norma básica de la masonería.
Desde el principio de nuestra
iniciación, los masones hemos sido
interrogados sobre nuestros deberes
para con Dios, para con nuestros
semejantes y para con nosotros
mismos; y en el transcurso de nuestra
vida masónica hemos ido
comprendiendo las explicaciones
que sobre los mismos oportunamente
nos hizo el Venerable Maestro que
presidió la ceremonia, que aun
cuando lejos están de ser los únicos,
nos concientizan a cumplir con el
antiguo límite o Landmark, que nos
53
 FÉNIX
indica que es ineludible para todo
masón la creencia en la existencia de
un Principio Creador o de Dios,
como Gran Arquitecto del Universo,
nos enseña a amar y respetar a
nuestros semejantes, no coartándoles
el ejercicio de sus derechos y el
desarrollo de sus facultades; y, en lo
que a los masones respecta, nos
enumera una serie de deberes, como
son los de corregir nuestros defectos
y realzar nuestra dignidad, trabajar
en nuestro mejoramiento y progreso,
estudiar para desarrollar nuestras
facultades, estimando lo bueno y
enmendando lo malo, respetarnos,
dominando el impulso de nuestras
pasiones, conservando inmaculados
y enteros la dignidad y el honor,
deberes que debemos cumplir con
inquebrantable constancia y
reivindicando con energía nuestros
derechos.
Todos estos deberes, como otros
importantísimos, como el secreto
masónico cuyo compromiso de
cumplir ratificamos con el juramento
rendido al ser recibidos masones, los
debemos asumir con responsabilidad,
tratando de cumplirlos cada día,
porque la doctrina masónica nos
enseña que es deber de todo masón
realizar por conveniencia humana, la
armonía y equilibrio necesario para
la marcha del progreso y trabajar
incansablemente porque la paz y el
amor no sean un mito, puesto que
sirven para corregir la ignorancia y
destruir la ambición, a estar siempre
junto a los hombres de honor a saber
perdonar, vivir en plena integridad de
valores, laborar constantemente,
desechar la impaciencia, ir detrás del
éxito y no olvidar, que la semilla del
amor fraternal se encuentra en la
libertad, la razón y el derecho,
trinidad sacrosanta de la democracia.
Los HH:. Masones debemos estar
conscientes, de que al formar parte
de la Gran Familia Universal de
Antiguos, Libres y Aceptados
Masones, debemos constantemente
mantener en acción y exaltar los
principios de la institución, como
escuela de moral y de virtud y que
nuestra misión en el mundo profano
es lograr el desenvolvimiento
múltiple y armónico del hombre y de
la humanidad, reconociendo como
reglas fundamentales el valor de la
personalidad humana, el derecho de
cada uno a buscar la verdad según su
propia convicción, la personalidad
moral del hombre para todos sus
actos y determinaciones, la igualdad
esencial de todos los hombres y el
deber de todos y cada uno de laborar
activamente por el bien de la
humanidad.
Es necesario meditar en estos
momentos, respecto a que si nuestro
comportamiento como masones
corresponde al del masón ejemplar,
que practica constantemente todas las
virtudes masónicas instauradas en
nuestros postulados, sin olvidar, que
como se ha escrito “la libertad es el
plan espiritual del hombre; que la
lealtad es la primera virtud del
54
 FÉNIX
hombre y la garantía de su honradez;
que la fuerza de la razón eleva a los
hombres al paraíso de la felicidad y
que la tiranía es el h que destruye la
felicidad de los pueblos” o si por el
contrario, somos masones espurios,
llamados así aquellos que se separan
de las rutas de la moral trazadas por
la Institución y para quienes la vida
tiene solamente un significado
puramente material, olvidando que
en la Masonería todo es amor, amor a
lo elevado, a la honradez, a la lealtad,
al prójimo, a nuestros semejantes, a
nuestras obras y a las buenas obras
de todos los hermanos.
Para que la Masonería cuente con un
grupo selecto de masones
ejemplares, cuyas vidas puedan
aquilatarse positivamente por sus
frutos, es preciso que cada Logia de
la obediencia, a través de sus luces y
Maestros adquieran, en primer lugar,
la responsabilidad de promover y
permitir el ingreso a la Orden
únicamente de profanos que
realmente sean libres y de buenas
costumbres, en el buen sentido que la
masonería entiende tales
características, negando en
consecuencia la entrada al que llama
a su puerta con la vanidad del que
llega a Dios por el camino de la
curiosidad o con ostentaciones,
porque como se ha expresado, “Un
grave problema de muchas de
nuestras logias es facilitar el ingreso
de todo aquél que ha sobresalido en
el ámbito social, económico o
político, sin analizar cómo lo ha
hecho y cómo lo está haciendo; esa
gente sólo trae un beneficio
inmediato, que pronto se diluye ante
su público comportamiento, contrario
a un verdadero proceder masónico,
resultando que lo único que se gana
es acrecentar la negra idea popular,
que la masonería está integrada por
poderosos sin escrúpulos, corruptores
de todo orden establecido”.
En segundo lugar, estando la
masonería simbólica dividida en tres
grados de Aprendiz, Compañero y
Maestro, debemos estar conscientes,
que para desarrollar eficientemente
nuestra carrera masónica,
necesitamos capacitarnos y conocer
en forma gradual y progresiva la
historia de nuestra Orden y,
especialmente, la filosofía de vida
contenida en sus principios y valores,
cuya práctica hace posible que
superemos en parte nuestros
defectos, debilidades, limitaciones e
imperfecciones, propias de aquella
persona que no ha visto la luz del
entendimiento y de la razón.
Para obtener estos propósitos, no
podemos aceptar las promociones
casi automáticas que se acostumbran
en algunos talleres de la obediencia,
otorgando grados sin que los
favorecidos conozcan
adecuadamente las enseñanzas y
filosofía de cada grado y sin hacerlos
esfuerzos requeridos para progresar
en el sendero de la verdad y de la
virtud, desconociendo la doctrina
iniciática que se rebela en el símbolo
55
 FÉNIX
del grado anterior, porque no es
posible ostentar el más elevado grado
simbólico, si se permanece ignorante
de los principios y fines de la Orden;
y tal como expresa el Manual del
Aprendiz, no se debe tener
demasiada prisa en acceder a los
grados superiores, sin conocer el
significado de los símbolos y
ceremonias del grado en que nos
encontramos, practicándolos todos
los días, siendo siempre aprendices,
abriéndonos constructivamente a
todas las experiencias de la vida y a
las enseñanzas que recibimos.
La Masonería pretende, entre sus
objetivos, tomar hombres buenos y
hacerlos mejores, para poder por su
medio mejorar la sociedad humana, a
fin de hacerla sabia, ilustrada y
tolerante, en donde la fraternidad sea
el vínculo universal entre todos los
seres humanos y porque el Masón y
la Masonería existen en virtud de un
mismo objetivo y de una misma
finalidad, la cual consiste en el
progreso individual del hombre y
universal de la humanidad, que
solamente podemos alcanzar cuando
Maestros y Compañeros, en lo que
corresponda, cumplamos con nuestro
compromiso de ser guías, luz y
sostén de nuestros HH:. de grados
inferiores, a fin de que puedan
aprender a caminar por sí mismos,
desarrollando un trabajo inteligente,
diligente y perseverante, respaldados
con el discernimiento y experiencia
de quienes les han precedido en el
mismo camino.
Entre los mandamientos de la Ley
Masónica, existen las obligaciones
que tenemos los masones para con
Dios, con la patria, con nuestras
familias; y en su mayoría, nos
señalan deberes para poder, con la
ayuda del mazo y cincel, inteligencia
y voluntad, edificar nuestro propio
templo interior, deberes que nos
ordenan no dejarnos dominar por
pasión alguna, olvidar las injurias,
aprender a conocer a los hombres
para aprender a conocernos a
nosotros mismos, ser justos, buscar
la verdad, ser buenos, indulgentes,
agradecidos, fieles y modestos,
requisitos necesarios para conocer y
comprender las razones y bases
espirituales de la Orden.
Es cumpliendo con nuestros deberes,
como nos podemos convertir en
hombres de bien y como nuestro
ejemplo será digno de ser imitado
por profanos que se interesen en
pertenecer a la masonería
salvadoreña, logrando así en un
56
 FÉNIX
futuro inmediato, aumentar nuestras
filas con nuevos HH:.
comprometidos con la virtud y la
moral, acercándonos a aquellos
países, que con menor población,
cuentan con mayor cantidad y con
mejor calidad de Masones.
Recordemos siempre, que como bien
lo ha expresado el V:. H:. Roberto
Orihuelas Salas, del Oriente de la
República Dominicana, “Si la
Masonería es una escuela de moral
para hombres grandes, como más de
un masón eminente la ha definido
con acierto, debe comportarse
totalmente como una escuela, debe
concretarse a su labor educadora del
individuo, después el individuo
obrará bien si ha sido sabiamente
educado, si la escuela logró en él su
objetivo; si obra mal, signo será de
que o no supo obtener el resultado o
que empleó su esfuerzo en un
elemento indigno de pertenecer a
ella. Como escuela, como alta
escuela que es, ella no obra, actúan
los elementos que forma”, “Veamos
cómo se conducen los hombres que
ella ha preparado para marchar por el
camino de la virtud y juzgaremos
con acierto su mérito”.
Que lo expresado en este trabajo nos
sirva a todos para meditar si estamos
desempeñando en nuestro Taller y en
nuestro entorno social el papel que
nos corresponde como hombres
libres y de buenas costumbres, a fin
de lograr, que en los años por venir,
la Masonería salvadoreña se
robustezca, convencidos que dentro
de ella, como escuela de moral, es en
donde sus miembros aprenderán
grandes virtudes, porque, como se ha
expresado, “la piedra bruta de la
ignorancia humana es el material de
trabajo de la Masonería; y sus
miembros, fuertemente unidos en un
solo frente del inmortal simbolismo
de la Gran Luz, constituyen en el
mundo entero la más fuerte avanzada
ideológica de la época en que
vivimos. Hoy que la humanidad
atraviesa por una inmensa crisis de
consternación en las conciencias, de
desorientación en sus ideas y de
alarmantes signos de inquietud en los
espíritus, es el momento más
oportuno para dar ingente impulso a
los principios masónicos, llevando a
todas las conciencias sinceras,
mensajes de fraternidad, de paz y de
superación. Difundir, pues, más aun
esa luz, es nuestro supremo deber de
masones; hagámoslo hoy, como lo
hicieron nuestros hermanos de ayer.”
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