Tendencia 4

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Tendencia 4.

Desarrollo de procesos y operaciones en logística inversa para


satisfacer requerimientos de normas y políticas públicas de reciclado
Desde la perspectiva de la logística empresarial, la logística inversa (Antún, 2004)
está integrada por los siguientes procesos:

i) Retorno de productos que fueron rechazados por agentes en el canal de


comercialización o por el consumidor final, así como excedentes de
inventarios por fin del ciclo de vida (por ejemplo: por cambio de
temporada, fecha de vencimiento, etc.).
ii) Retorno para la reutilización de envases (acondicionamiento del
producto), de empaques (acondicionamiento del lote comercial), de
embalajes (acondicionamiento del producto envasado y empacado en el
vehículo) y de unidades de manejo (para el producto terminado en la
cadena de distribución física, para el movimiento y posicionamiento de
partes en el proceso de fabricación, para la gestión de proveedores en
estrategias “justo a tiempo”, etc.).

iii) Reutilización de materiales. Ciertos materiales pueden recuperarse para


su reutilización; un ejemplo es la recuperación de los gases para
maduración de hortalizas (tomates) y frutas (plátanos) en los centros de
distribución de las cadenas de supermercados.

iv) Reacondicionamiento de producto rechazado: mediante rehabilitación y


acondicionamiento, un producto rechazado puede volver al mercado.
v) Manejo de residuos y/o desechos a reciclar. No solo los residuos y
desechos de materiales del proceso de fabricación, sino esencialmente
los envases (si se fomenta su devolución a los puntos de venta por parte
de los consumidores), los empaques y los embalajes (en general
consolidados en los puntos de venta al consumidor final), que
frecuentemente son recogidos y enviados por terceros para ser
reciclados.
vi) Manejo de residuos y/o desechos peligrosos, que pueden ser recogidos
por recicladores o enviados a sitios específicos para disminuir su
peligrosidad (por ejemplo, con tratamientos físicos, químicos y
biológicos, desde el molido y el granulado hasta la compactación o
incineración) y posteriormente realizar su disposición final (desde el
relleno sanitario al encapsulado, para confinarlo en instalaciones ad
hoc).
vii) Manejo de residuos y/o desechos para destrucción y disposición final.
viii) Manejo de materiales reciclados sustitutivos que reducen el uso de
materiales vírgenes, que implica innovación en el diseño de productos,
nuevas estrategias de aprovisionamiento de materiales (sourcing) y
desarrollo de proveedores, así como una reingeniería de la logística de
aprovisionamiento.

Los procesos de logística inversa señalados antes, a excepción de i) y iv),


constituyen lo que se denomina “logística verde” (McKinnon, Cullinane, Browne y
Whiteing, 2013). La logística verde no es un capricho; existen por lo menos tres
vectores para su impulso:
 Consideraciones de costo-beneficio: productos mejores con costo de
producción más bajo, recuperación del valor de envases, empaques,
embalajes y unidades de manejo reciclables.
 Requerimientos legales: derivados de la protección a la salud y del ambiente,
de consideraciones por costos de procesamiento de residuos urbano-
metropolitanos, etc.
 Responsabilidad social: generalmente impulsado por organizaciones no
gubernamentales y asociaciones de consumidores que, apoyados en su poder
de compra, buscan productos más seguros y ambientalmente amigables. En
estos casos las firmas no pierden dinero: se trata de un posicionamiento
mercadotécnico en un segmento alto y exigente, orgulloso de consumir de
manera “correcta”.
La utilización en envases, empaques y embalajes de materiales reciclados y
reciclables es la mejor estrategia para la gestión de la basura urbana; reduce al
máximo la utilización de insumos vírgenes, y genera menor cantidad de residuos.
Las autoridades metropolitanas en las ciudades en países de mayor desarrollo
relativo, cada vez más en concertación con las empresas, buscan (Fernie y
Sparks, 2009):
 Eliminar al máximo las necesidades de envases, empaques y embalajes.
 Reutilizar: rellenar envases, recuperar empaques, adoptar embalajes
reutilizables.
 Evitar el doble envase/empaque.
 Mejorar el desempeño del sistema producto-envase.
 Aligerar el envase: reducir el espesor, adoptar materiales reciclados
innovadores.
 Diseñar envases con menos materiales.
 Incrementar la cantidad de producto por envase unitario.
 Diseñar envases, empaques y embalajes compactables.
 Rediseñar los productos para reducir las necesidades de envases, empaques
y embalajes.
La sustitución de materiales vírgenes es donde existe más experiencia: pasando
desde el cambio de vidrio por PET en botellas, para volver al vidrio (como en las
ciudades suizas y del sur de Alemania, donde están prohibidos los envases de
PET), hasta el cambio de tarimas (pallets) de madera por otras de materiales
innovadores, como el composite con reciclados.
Las normativas definen símbolos que señalan qué envases, empaques y
embalajes se derivan de materiales reciclados, son reciclables y reutilizables.
Las tecnologías para reciclar mejoran, con lo que los residuos a desechar
disminuyen, y para los residuos que aún deben desecharse, también mejoran las
tecnologías para disponerlos en los rellenos sanitarios urbanos, o se recupera
energía de las incineraciones, produciéndose calefacción urbana (como en
algunas ciudades alemanas). La participación de operadores logísticos
especializados en el manejo de materiales para reciclar, y la respuesta de los
consumidores que adoptan los centros de acopio que promueven autoridades y
empresas en centros comerciales y supermercados, así como en la vía pública,
está cambiando el perfil de la demanda de transporte de basura doméstica
urbana.
Finalmente hay aspectos de la logística inversa no incluidos en la logística verde,
en particular:
 Gestión de rechazos en comercio electrónico: conforme se extiende el
comercio electrónico y su modelo de negocios que garantiza completa
satisfacción o devolución del dinero, cada vez existen más retornos por
rechazo si los modelos B2B o B2C (Bayles, 2000 y 2002) no son más
selectivos en la formulación del catálogo y exigentes en la certificación de
proveedores.
 Gestión de producto caducado: las dificultades para realizar dos reposiciones
en una misma jornada pueden empujar el producto a los anaqueles (si hay
lugar en estos, como ocurre en mayor medida en las ciudades
latinoamericanas que en las europeas) más allá de la demanda del mercado, y
si las normas de caducidad se vigilan efectivamente, podría existir un
transporte de retorno que no siempre puede operarse sobre los vehículos de
entrega.

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