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Diferencias médicas y autodespido

La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo confirmó una sentencia de primera


instancia y consideró injustificado el auto despido de la actora a raíz de las diferencias
médicas surgidas entre los facultativos de las partes. FALLO COMPLETO
Fallo completo

Así lo resolvió la Sala VI integrado por Capón Filas, Fernández Madrid y De la Fuente
en los autos "Chicou Maria Silvina C/ Arcos Dorados S.A. S/ Despido"

El expediente llegó a la alzada luego de la apelación interpuesta por la actora contra la


resolución del juez de primera instancia que señaló que el médico que ha tratado a la
actora no fue informado por su paciente (sobre) cuáles eran las tareas concretas y
habituales ni tampoco su estado de embarazo.

A su turno, el vocal preopinante Capón Filas sostuvo que si bien es conveniente dirimir
las diferencias de opiniones médicas sobre el estado de salud de un trabajador
mediante una junta médica... nadie está obligado a convocarla ya que la reforma de
RCT realizada por la regla estatal 21.297/76 derogó esa posibilidad.

Y la resolución al respecto deberá ser tomada por el juez en base a su sana crítica, y
toda vez que el medico no fuera informado de las tareas concretas y habituales ni
tampoco del estado de embarazo “carece de sentido sugerir otras labores que aquéllas”.

Y agregó que “el certificado así otorgado indica que la actora está libre de su dolencia
pero no significa que pueda reintegrarse al trabajo en sus tareas habituales, tema
especialmente señalado por los médicos designados por el empleador.”

Remarcó que “no se trata de que el dictamen médico del empleador sea más fuerte que
el de la trabajadora, como indica el señor Juez interpretando extensivamente RCT art.
210, apoyándose en una sentencia de la Sala I... se trata de que, antes de extender el
certificado, el médico que atendiera a la trabajadora no fue suficientemente informado
por ésta del estado de su salud”.

De esto se desprende la injustificación de la actora de considerarse despedida por lo


cual. el camarista se inclinó por el rechazó de la demanda, puntualizó el camarista.

Los vocales Fernández Madrid y De la Fuente adhirieron a lo expresado por el


preopinante y el tribunal resolvió confirmar la sentencia de primera instancia.

SALA VI
EXPEDIENTE Nro. 1.948/2001 JUZGADO Nro.
33

AUTOS: "CHICOU MARIA SILVINA C/ ARCOS DORADOS S.A. S/


DESPIDO"

Sentencia 56.002
Buenos Aires, 5 de mayo de 2.003.

EL DOCTOR RODOLFO ERNESTO CAPON FILAS DIJO:

I.La apelación de la actora debe resolverse:

1.Es conveniente dirimir las diferencias de opiniones médicas sobre el


estado de salud de un trabajador mediante una junta médica.
Sentado ello, como bien dice la actora, nadie está obligado a
convocarla ya que la reforma de RCT realizada por la regla estatal
21.297/76 derogó esa posibilidad, derivando la decisión final sobre la
suerte del trabajador, sano (a su criterio) o enfermo (a criterio del
empleador) a una especie de ordalía o “juicio de dios”, salvo que, por
la sana crítica, el juez encuentre el camino para evitar un final tan
desgraciado y tan fuera de los carriles de nuestro ordenamiento
normativo.

Ese camino ha sido encontrado por el señor Juez cuando señala que
el médico que ha tratado a la actora no fue informado por su paciente
cuáles eran las tareas concretas y habituales ni tampoco su estado de
embarazo. Siendo así, carece de sentido sugerir otras labores que
aquéllas: el certificado así otorgado indica que la actora está libre de
su dolencia pero no significa que pueda reintegrarse al trabajo en sus
tareas habituales, tema especialmente señalado por los médicos
designados por el empleador. No se trata de que el dictamen médico
del empleador sea más fuerte que el de la trabajadora, como indica el
señor Juez interpretando extensivamente RCT art. 210, apoyándose
en una sentencia de la Sala I (fs.444, quinto apartado): se trata de
que, antes de extender el certificado, el médico que atendiera a la
trabajadora no fue suficientemente informado por ésta del estado de
su salud.
Por ello, su decisión de considerarse despedida ha sido in-justificada,
ante lo cual su demanda debe ser rechazada.

2.Dada la situación descripta y las deficiencias del certificado médico


del profesional que atendiera a la actora, deficiencias atribuibles al
silencio de ésta, carece de sentido gastar tiempo, esfuerzo y dinero
de los contribuyentes en derivar estas actuaciones al Cuerpo Médico
Forense, así como careció de sentido derivarlas a un perito durante el
proceso.

3.Los honorarios del perito contador deben ser confirmados por ser
razonables.

4.Por ello, la apelación de la actora debe rechazarse.

II.La apelación del demandado debe resolverse:

1.Cabe señalar que, más allá de la costumbre imperante entre los


empleadores, el certificado de servicios y remuneraciones
acompañado por el demandado a fs. 27 no equivale a las constancias
de los aportes depositados por el empleador en su momento o en la
actualidad.
La norma del art. 80 R.C.T. es estricta al respecto, exigiendo que el
empleador libre el certificado de trabajo en las constancias del caso
entre ellas la calificación profesional obtenida en el o los puestos de
trabajos desempeñados, hubiere o no realizado el trabajador acciones
regulares de capacitación (ley 24.576) y al mismo tiempo las
constancias documentadas de los aportes: mientras ello no suceda,
incumple con la norma y debe ser compelido a cumplimentarla.
Por ello, en este caso la sentencia recurrida debe ser confirmada.
2.No se advierten en el proceso razones objetivas que hubieran
podido inducir a la actora a creerse con derecho a litigar como lo
hiciera.
Por ello, las costas de ambas instancias se deben distribuir un 90% a
cargo de la actora y un 10% a cargo del demandado.

III.Por ello, corresponde: 1.Revocar parcialmente la sentencia,


distribuyendo las costas de ambas instancias un 90% a cargo de la
actora y un 10% a cargo del demandado. 2.Sobre los honorarios de
primera instancia, regular los de alzada, correspondientes al letrado
de la actora en el 25% de aquéllos y los del letrado del demandado
en el 30%.

IV.Así voto.

EL DOCTOR JUAN CARLOS FERNANDEZ MADRID DIJO:

Comparto el voto que antecede en cuanto a las cuestiones de fondo.


Disiento respecto de la imposición de costas, punto en el que debe
confirmarse la sentencia de grado porque la actora pudo considerarse
con mejor derecho a litigar.

Las costas de Alzada se imponen por su orden.

Los honorarios de esta instancia como los regula el Dr. CAPON FILAS.

EL DOCTOR HORACIO HECTOR DE LA FUENTE DIJO:

Que adhiere al voto del Dr. FERNANDEZ MADRID.

En atención al resultado del presente acuerdo, EL TRIBUNAL


RESUELVE: 1) Confirmar la sentencia apelada. 2) Imponer las
costas de Alzada por su orden. 3) Regular los honorarios
correspondientes a esta instancia para el letrado de la parte actora en
el 25% y para el letrado de la demandada en el 30% de lo que les
corresponde percibir por su labor en la anterior etapa.

Cópiese, regístrese, notifíquese y vuelvan.


Alf.

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