Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LexisNexis - Depalma
2000
Y precisamente en uno de sus artículos de doctrina, ya hace cerca de tres décadas, este
autor destacaba:
"A través de los fallos [...] se columbra el esfuerzo del juzgador tendiente a limitar las
potestades casi omnímodas que tienen las instituciones bancarias y que cuando no son
ejercidas con ponderación y mesura engendran situaciones reñidas con una elemental
equidad. Contratos verbales de compraventa de divisas o valores en general, cuentas
paralelas, solicitudes de prestación de garantías y créditos que no provienen de una relación
contractual explícitamente fijada por las partes, son las más frecuentes génesis de conflictos
que son dilucidados por los bancos en forma expeditiva mediante la creación del certificado
de marras" (651) .
Para presentarle al lector una vista panorámica de lo ocurrido entre mediados y fines de la
década de 1980, tras desatarse una polémica que no cesa en nuestros días, y siguiendo para
ello el pensamiento del estimado Fernando Legón, se puede decir que una vasta serie de
pronunciamientos judiciales acuñaron el concepto de "cuenta corriente no operativa", para
identificar a aquella en la cual nunca se le prestó al cliente un "servicio de caja", al
impedírsele operar librando cheques (652) .
Posteriormente, se avanzó aún más en esta línea conceptual, identificándose a las "cuentas
no operativas" con las cuentas utilizadas para lograr el cumplimiento de obligaciones
pendientes derivadas de relaciones jurídicas de las cuales no surgen -por lo menos
primariamente- posibilidades de ingreso en el juicio ejecutivo, "como ocurre en el caso del
empleo de tarjetas de crédito o de compras" (653) .
La "picardía" -según la feliz expresión de Edgardo Alberti- cometida por algunos bancos ha
consistido -en prácticamente todos los casos que analizaremos aquí- en "pasar por la cuenta
corriente bancaria no operativa" débitos derivados de relaciones ajenas a la propia
operatoria de ella, para poder emitir luego un título ejecutivo para forzar el cobro inmediato
de las sumas reclamadas, sin la cooperación del deudor (654) .
2.1. La Sala A.
p.3
Cabe sostener entonces, a guisa de ejemplo, que no se tipifica el contrato cuando el banco
queda obligado por un aval que asumió, inscribiendo el pago efectuado en una cuenta
abierta en sus libros, y que -en forma unilateral- el propio banco califica de cuenta corriente
bancaria, expidiendo en un formulario ad hoc una certificación de saldo, con la intención de
encuadrarlo dentro de la normativa del art. 793 del Código de Comercio (656) .
2.2. La Sala B.
La lectura de esta parte introductoria, nos da la pauta de que -para la Sala- el contrato que
estamos estudiando presenta dos aspectos sumamente nítidos:
Para el tribunal, que se expresa categóricamente al respecto, predomina esto último sobre lo
primero ("Banco de Galicia y Bs. As. c. Lagano, Graciela, s. ejecutivo" ).
p.4
Según veo las cosas, de lo que se trata en este caso, como en otros que analizaremos
enseguida, es del intento de ejecución -por parte de un banco- del saldo de una cuenta "no
operativa", o sea, sobre la cual no fueron librados cheques.
Además, y como lo destacaron los jueces de Cámara, los ejecutados no sólo negaron
expresamente la deuda en reclamo (art. 544 , inc. 4, C.P.C.C.N.), sino que -además- el
carácter "no operativo" de la cuenta corriente sobre la cual había sido emitida la
certificación de saldo deudor objeto del pleito no fue contradicho por la entidad actora.
La ejecución, en virtud de todo lo expuesto, fue rechazada con costas en ambas instancias,
que debieron ser soportadas por la ejecutante.
En el primero de los fallos, los camaristas entendieron que siendo que la apertura de la
cuenta de que se trataba tuvo por finalidad la acreditación de los intereses provenientes de
un préstamo, sin que hubiera existido posibilidad, para el supuesto correntista, de emitir
órdenes de pago sobre fondos previamente depositados o "descubierto" autorizado por el
banco, no contándose con "servicio de cheque", no se trataba del contrato de cuenta
corriente bancaria, regido por los arts. 791 y ss. del Código de Comercio (659) .
En el segundo de los precedentes, no sólo se trataba de una cuenta "no operativa" -esto es,
sobre la cual no se había librado cheques-, sino que el tribunal se halló ante una figura que
calificó de "cuenta instantánea".
Que según lo admitió la propia entidad actora en la tramitación del pleito, el título en
ejecución fue emitido en función de una cuenta abierta de conformidad con la cláusula 3ª
de una solicitud de tarjeta de crédito, a fin de debitar "los gastos impagos", en función de
los cuales luego se había confeccionado el certificado de saldo deudor.
Resumiendo, la Sala interpretó que la cuenta en ejecución tuvo por única finalidad debitar
saldos deudores emergentes del contrato de emisión de tarjeta de crédito, sin que el
p.5
En este precedente se sostuvo que el "servicio de caja" que presta el banco se identifica con
el "servicio de cheque". Por ello, si se ha renunciado irrevocablemente al libramiento de
cheques y a la posibilidad de requerir la libreta respectiva, como había ocurrido en el caso
bajo análisis, tal pacto se debía tenerlo por un verdadero "desvío" de la finalidad de la
normativa vigente, instrumentado bajo una aparente adecuación a las disposiciones de los
arts. 793 y ss. del Código de Comercio, y 523 , inc. 5, y ss. del Código Procesal (661) .
Tal como en todos los casos anteriores, se acogió una excepción de "inhabilidad de título",
frustrándose la ejecución (662) .
Para la Sala II de la Cámara Civil y Comercial de Mercedes, toda cuenta corriente que un
banco abra a un cliente, cuyo movimiento no se efectúe mediante cheques, no es una cuenta
corriente bancaria, sino una "cuenta operativa" (?). Y, a su vez, cabe tener por no habilitada
la vía ejecutiva si no hubo libramiento de cheques, porque la certificación de saldo deudor
así concebida, no puede ser equiparada al título comprendido en la previsión del art. 793
del Código de Comercio.
La posición adoptada por el tribunal en el sentido expuesto, se juzga razonable por la Sala,
si se atiende al carácter eminentemente privilegiado que reviste el título contemplado por
aquella norma, cuya creación depende exclusivamente de la voluntad del acreedor.
Por medio de una sentencia concebida por los Dres. Alberti, Cuartero y Arecha (que
contiene una importante inquietud de este último al que habré de referirme en su momento),
la Sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial se aparta de la
jurisprudencia mayoritaria establecida por las restantes de ese alto tribunal.
Señalan los camaristas que la cuenta corriente bancaria -en tanto que prestación de
mantener fondos a la vista y a la orden del cuentacorrentista- no se identifica con el cheque.
Al contrario, ocurre exactamente a la inversa, ya que es el cheque el que se identifica con la
p.6
cuenta corriente bancaria. Y ello ocurre a un punto tal, que la propia existencia y
operatividad del cheque supone -como condictio sine qua non- una cuenta corriente
bancaria contra la cual girarlo.
Como sostén de lo expuesto, varios son los argumentos ensayados por la Sala, a saber:
En primer lugar, se afirma que el art. 1 de la Ley del Cheque regula este título con la
cuenta necesaria para su existencia, pero no hace lo propio con la cuenta "y los
supuestamente necesarios cheques".
En segundo término, se destaca que las disposiciones del art. 791 del Código de Comercio,
en parte alguna establecen que sea de la esencia de la cuenta corriente bancaria la existencia
de cheques, ni tampoco imponen que las extracciones sean necesarias y únicamente puedan
concretarse mediante la utilización de cheques. Al contrario, la normativa citada no veda la
extracción de fondos de la cuenta por otros medios instrumentales diferentes del cheque, en
conjunto con tales cheques o -y esto reviste fundamental importancia para la comprensión
de la línea argumental ensayada- aun con exclusión de aquéllos. Ergo, la existencia de
cheques no resulta legalmente necesaria, puesto que su utilización no aparece impuesta por
ninguna norma legal.
Siguiendo con el desarrollo del discurso intentado por los jueces de sala, se reconoce plena
legitimidad a las cuentas corrientes bancarias sobre las cuales se efectúan extracciones por
medio de cheques u otros instrumentos operativos, pero también a aquellas en las cuales el
retiro de fondos se concreta por otros medios posibles, usuales y lícitos que no sean
cheques.
Así las cosas, es legítimo el mandato otorgado por el cliente al banco para abrir una cuenta
corriente, destinada a operar con una tarjeta de crédito emitida a nombre de aquél, siempre
que llegado el momento y ante el trance de tener que ejecutarlo para cobrarle la deuda, se
hayan seguido los siguientes pasos:
a) apertura de la cuenta;
Durante el trascurso del año 1993, y en una posterior evolución respecto de su posición
originaria, la Sala B de la Cámara elabora una nueva postura, en función de las
características del caso elevado a ella para su resolución, y que eran las siguientes:
b) La demandada alega que ha existido una "desnaturalización" del instituto, puesto que la
cuenta ha sido abierta para debitar en ella gastos derivados de la utilización de una tarjeta
de crédito, y otorgarle así la posibilidad de acceso al crédito a la vía ejecutiva. Sin embargo,
no negó la existencia de la deuda.
Primero: Que de la documentación agregada a los autos -que no fue desconocida por la
demandada (y que, según presumo, debe haber comprendido el contrato de solicitud de
tarjeta y el de apertura de cuenta corriente bancaria)- no surge que esta última haya tenido
como única finalidad la de debitar saldos negativos emergentes de la relación jurídica
nacida de la tarjeta de crédito.
Cuarto: Que frente a las circunstancias anteriormente referidas, y tras analizar antecedentes
similares sobre el punto, la Sala consideró necesario efectuar algunas precisiones respecto
de la llamada "cuenta corriente no operativa", diferenciándola de otra figura -semejante
pero no idéntica- a la cual denominó "cuenta corriente operable pero no operada".
En función de la visión de los jueces de Cámara sobre esta cuestión, la cuenta corriente "no
operativa" stricto sensu, es aquella sobre la cual existe "imposibilidad de librar cheques y
de cumplimentar el servicio de caja", y "la cuenta corriente operable pero no operada", que
es la que circunscribe la situación de autos.
Resumiendo, este último concepto engloba aquellos casos en los cuales el correntista
-pudiendo haber operado la cuenta abierta a su nombre mediante el libramiento de cheques-
y hallándose en situación de obtener la prestación de un servicio de caja por parte de la
entidad que abrió la cuenta a su nombre, no hubiese hecho uso de éstos.
Finalmente, y en una acotación que juzgo valiosa, la Sala ponderó que no se hubiera
negado la existencia de la deuda, agregando entre las consideraciones efectuadas una serie
de menciones que creo necesario reproducir aquí:
"Señálase que si bien las partes deben cumplir con las formas que fija la ley, su aplicación
debe entenderse de acuerdo a cada situación en particular. Ello porque las normas
procesales deben ser interpretadas y aplicadas de modo de favorecer y no entorpecer la
organización del proceso, con miras al logro de la verdad jurídica objetiva (C.S., 2 abril
1991, in re "Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires" ). La Corte Suprema de
Justicia ha sostenido reiteradamente que los pronunciamientos que ocultan la verdad
p.9
jurídica objetiva por un exceso ritual manifiesto, vulneran la exigencia del adecuado
servicio de justicia que garantiza el art. 18 de la Constitución nacional" (666) .
Destaca que de las dos posturas adoptadas con respecto al cheque -esto es, la que no
considera al cheque un elemento tipificante de la cuenta corriente bancaria, representada
por Giraldi (668) , Villegas (669) , Escuti (670) y el suscrito, entre otros, y la que, al
contrario, asigna al cheque el carácter de instrumento esencial para la tipificación de la
figura, sostenida por María Elisa Kabas de Martorell (671) , Fontanarrosa (672) y Fernando
Legón (673) -, juzga acertada a esta última, pero agregando que este título debe ser
considerado "como medio esencial pero no único de disposición" (674) .
Así las cosas, salvado el requisito de "esencialidad" del cheque, que no se vería vulnerado
en la medida en que exista la posibilidad de que este título pueda ser librado, la
comentarista del fallo no ve inconveniente alguno en que se emita la certificación de deuda
sobre la cuenta de que se trate, debitándole -con carácter previo a su cierre- los cargos
derivados del uso de una tarjeta de crédito, o de otros medios de disposición de saldos.
(652) Fernando Legón, ¿Cuenta corriente bancaria sin cheque?, "E.D.", t. 127, p. 407.
(654) Ernesto Eduardo Martorell, El juicio ejecutivo en las operaciones bancarias, p. 134.
(655) Fernando Legón, ¿Cuenta corriente bancaria sin cheque?, ob. cit., p. 407, con
mención del fallo de la C.N. Com., Sala E, del 16/10/84, dictado en autos "Banco de
Galicia y Bs. As. c. Civile, Roberto M." , "E.D.", t. 112, p. 592.
(657) C.N. Com., A, "Banco Nueva Era Cooperativo Ltdo. c. Deutsch, S.", 22/4/86, "L.L.",
1987-D-620.
p.10
(658) C.N. Com., B, "Banco Mayo Coop. Ltdo. c. Centanni, F., y otra", 24/8/87, "E.D.", t.
127, ps. 409/10.
(659) C.N. Com., C, "Banco de Galicia y Bs. As. c. Curto, E.", 27/4/85, "L.L.",
1986-B-620.
(660) C.N. Com., C, "Banco Cooperativo de Caseros c. Arangio" , 24/8/87, "E.D.", t. 127,
ps. 410/11. Todos estos fallos aparecen también analizados en mi libro El juicio
ejecutivo ..., 1ª ed., ps. 133 y ss.
(661) "Banco de Galicia y Bs. As. c. Civile, R.", C.N. Com., E, 16/10/84 , "L.L.",
1985-D-565.
(663) Cám. Civ. y Com. Mercedes, Sala IIª, "Banco de la Pcia. de Bs. As. c. Bergada, A.",
3/5/88, "L.L.", 1988-E-35.
(664) C.N. Com., D, "Banco Cooperativo de Caseros c. Caso, R. J.", 19/5/88 , "L.L.",
1989-D-154.
(666) C.N. Com., B, 17/3/93, "Banco Mayo Cooperativo Ltdo. c. Bruchmann, Lucía A." ,
"L.L.", 13/7/94, p. 5.
(667) Gabriel Santuccione, Cuenta corriente operable no operada (¿El eslabón perdido en
la relación tarjeta de crédito cuenta corriente bancaria?), "L.L.", 13/7/94, ps. 5 y ss.
(668) Pedro M. Giraldi, Cuenta corriente bancaria y cheque, Bs. As., 1973, p. 143.
(669) Carlos G. Villegas, La cuenta corriente bancaria y el cheque, ps. 22 y ss., y -del
mismo autor- El cheque. Nuevo régimen legal, ps. 10 y ss.
(670) Ignacio A. Escuti, Títulos de crédito, Astrea, Bs. As., 1988, ps. 205.
(671) María Elisa Kabas de Martorell, Saldos impagos de tarjeta de crédito. Utilización
por los bancos de la certificación de saldo deudor en cuenta corriente, "L.L.", 1990-C-297.
(673) Fernando A. Legón, ¿Cuenta corriente bancaria sin cheque?, "E.D.", 127-407.