Está en la página 1de 16

16 TSUGIMARU TANQUE - RODOLFO E.

WITTHAUS

a numerosas traducciones del griego al latín. Entre ellas tenemos la de las tra­
gedias de Eurípides por Ennio; Plauto y Terencio tradujeron comedias griegas.
En estas traducciones predomina el estricto sometimiento al texto griego, lo
que cambió en posteriores traducciones por la prioridad que paulatinamente se
le fue atribuyendo al sentido 1. Tal evolución en parte se debió a un sentimiento
de superioridad a raíz de los triunfos militares de Roma sobre los pueblos he­
lénicos que concluyeron con el sometimiento de estos últimos. Los triunfado­
res se consideraban en su justo derecho de mejorar, según ellos, las obras en
función de la traducción sustituyendo en alguna medida al autor de la obra
original 2.
En el siglo I a.C., Cicerón tradujo a Platón y a Demóstenes. Tales trabajos
lo impulsaron a publicar sus reflexiones sobre la traducción, lo que concreta en
su Libellus de Optimo Genere Oratorum. En esta obra se refiere al problema
sobre qué es lo que ha de predominar en la traducción a saber: el sometimiento
estricto al texto o si lo principal es el sentido al que se puede adaptar el texto de
la traducción si es conveniente para una mejor comprensión del mismo. La op­
ción sobre el predominio del texto, traducción literal, o del sentido, traducción
libre, como bien recuerda Mounin, ha dominado dos mil años de actividad de
los traductores. San Jerónimo, en el siglo IV tradujo la Biblia al latín, además
de otras traducciones y publicó sus reflexiones sobre el tema, imitando a Cice­
rón en su obra De Optimo Generi Interpretandi. En su tarea de traductor aplicó
los dos principios a los que ya aludió Cicerón. La traducción fue literal para la
Biblia, ya que ese texto es intocable por ser la palabra de Dios. Para la traduc­
ción de escritos mundanos prefirió la conforme al sentido. Para ampliar sus co­
nocimientos del hebreo se trasladó a Belén. También tradujo la Biblia al dàlma­
ta para sus compatriotas. Su obra tuvo una gran influencia en la difusión del
cristianismo declarando el Concilio de Trento en 1546 su traducción de la Bi­
blia, conocida como Vulgata, como la única auténtica. Su gran dedicación a la
traducción condujo a que en la actualidad se lo considere intemacionalmente
como el santo patrono de los traductores, celebrándose entre nosotros el 30 de
septiembre, día de san Jerónimo, como Día del Traductor Público 3.

Edad Media
En dicho período, sigue la actividad de los traductores como antes y des­
pués lo impusieron las necesidades sociales y las ambiciones políticas y reli­
giosas. Predomina en esos siglos la cultura latina y su lengua. El latín es el idio-

1 TABERNIG DE PUCCIARELLI, Elsa, “Qué es la traducción”, Colección Esquemas, Columba,


nro. 106, Buenos Aires, 1970.
2 WlLSS, Wolfram, Übersetzungswissenschaft {La Ciencia de la Traducción), Klett, Stuttgart,
1977, pág. 30.
3 .“Jerónimo, traductor de traductores”, Voces, nro. 5, octubre de 1994, revista del Colegio de
Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, págs. 26 y sigs.
HISTORIA de la traducción e interpretación 17
ma no
* Vt ° *53ra *a Ig!esia s‘no el utilizado por la gente culta: científicos, filó-
ment*o«,vfcrat° S*e(cétera- En los actos oficiales, en los juicios, todos los instru-
teligibles ^ °nsluric' as públicas se redactan en dicho idioma y para hacerlos in­
troductores^e^mé^ S^*° COnoc,an *as lenguas populares intervinieron múltiples

iglesia e n v ía 1?013 &611'° ^ ue sc rel~iere a 'a traducción, fue la influencia de la


lenguas de loe « en^ lnción de las múltiples traducciones de textos religiosos a las
A ra te s v i ü ? S Cnstianizados- Cristianizar siempre implica traducir *
en el ám bito de la ^ d » £ \ í ier° n C" ese P ^ 01*0 una muVimportante actividad
un s id o v meriin a ^c,? n que Cn amplia medida se cumplió en Toledo por
" ^ X i ! " Í h lgl° í '■ E" d'ChaC'Udad' “ '* CIUe
d e tra d u c to re s de la que se t i e n e n 3 Y cmUma' fu " clo nó la Prim e ra escue!a
bisDos se fr n r W « „ n ' LSS ,nLn re »orencias ciertas. Por in ic ia tiv a de sus arzo-

de la ieram^í-í h*. i *k *S euroPeo luvo en ,y Edad Media centros de traducción


cte Ja jerarquía de la fcscueia de T oledo*

R e n a c im ie n to

E n el Renacim iento, en el que el latín en buena medida es reemplazado


po r las lenguas nacionales y en el que aparece y se dinfunde la imprenta, las tra­
ducciones reciben un nuevo e importante impulso.
L a R eform a tuvo una gran influencia en ello. En efecto, sus principales
pro p u lso res se dedicaron y patrocinaron las traducciones de la BiWia a los idio­
m as d e lo s pu eb lo s a Jos que estaban dirigidos y tuvieron en varios casos una
p re p o n d e ra n te influencia en el afianzam iento y adopción de los respectivos
idiom as nacionales, com o en el caso del alemán, por la traducción de Lutero;
en el idiom a ch eco influyó la traducción de los sucesores de Juan Hus y en el
inglés la Athorízed (R oyal) versión de la Biblia impulsada por Jacobo l. Los re­
fo rm ad o res se apartaron del absoluto apego a las palabras patrocinado por san
Je ró n im o y d ieron m ayor im portancia al contenido. Sus traducciones sc diri­
gían a los resp ectiv o s pueblos sobre los que debían influir teniendo especial-
m en te e n c u e n ta las m odalidades de su lenguaje y no a los teólogos. Así lo ex­
p lic a L u te ro en su Sendbrief vom Dolmetschen (carta misiva sobre la
in te rp re ta c ió n ), en la q u e d a sus puntos de vista sobre los princip.os a que se
d e b e a ju sta r to d a traducción, com o lo hiciera con su traducción de la BiWw.
L a In q u isició n se ocupó d e perseguir a quienes se a tre v an a dess larec de
la tra d u c c ió n d e san Jerónim o, la Vutgma, declarada com o la verdadera por

Traducción)* Nymphenburger Verlagshandlung,


4 Mounín, Georges, Oit Über.wzmg (la
Munich, 1967, pág. 25.
5 MoüNIN, C., op. cit., pág. 28.
WITTHAUS
tsuoimaru tanque - rodou -oe .
18
, • a» T-eónoasó cinco años en la cárcel, de 1572 a
Concilio de unM^ducción libre del Cantar de los Cantares *
1 576, por haberse atrevido a un rfa de ,os tnKjuctores optaron por las tra-
Durante el infieles a los textos pesados,
ducctones libres. Mucta» P ^ pof exPgeraciones y errores en que incu-
nroductos de traducciones i libres, se difunde el aforismo florentino tra-
frieren muchas de las traducciones
¿do la traducción adquiere una importancia sobresaliente por
fcneste PJnt~ nacionales y su reconocimiento com o medio de co-
mut caddn y° [o m p r ^ ió n en el ámbito de la administración, la literatura, la
T S diplomacia, la filosofía y la ciencia en general, lo que com adre con
ja multiplicación de los lectores por la generaltzacren d e la imprenta y la ctr-
cunstancia de que muchos entre los nuevos lectores desconocían el latín y me-
nos aún el griego7.

Siglos XVII a XX
Al comienzo se destaca la influencia cultural francesa. Proliferan las be­
llas infieles y los traduttore traditorí. Se generaliza en Europa el interés por las
obras orientales. Luis XIV crea en la sede diplomática en Istambul la llamada
“Escuela de los jóvenes o de los niños de la lengua” para instruir traductores e
intérpretes def francés al turco y viceversa. En las legaciones francesas levan­
tinas se crearon cargos de traductores beneficiándolos con títulos nobiliarios.
En Levante el latín no era utilizado com o lenguaje diplom ático. La citada es­
cuela fue luego trasladada a París, donde sobrevive en la E scuela d e Lenguas
Orientales*.
En Rusia, dada la gran cantidad de idiomas que se hablan en su vasto te-
rritorioque superan ampliamente el centenar, la traducción e interpretación fue
siempre una actividad de mucha importancia. Pedro el Grande en su afán de ac­
cidentalizar ei país, sin perjuicio de increm entar tam bién su s contactos con
China, crea en 1727 en Pekín un seminario d e lenguas orientales co m o así tam­
bién en Rusia una A sociación de Traductores” a cu y o s m iem bros se adjudica­
ba la jerarquía de funcionarios diplom áticos 9.
El mayor interés por con ocer y difundir las culturas de otros pueblos en
función de incremento de los contactos entre las d iversas regiones d el mundo,
miiuye en la cada vez mayor importancia atribuida a la traducción e interprc-
m olH i Un 6 i C0nvenc^m^en l° de que la cultura, c o m o bien com ú n de la hu-
1 a , no es la suma de las literaturas nacion ales, sin o que está representada

7 1*ABERNIGde Pucciarelli, E., op. cit., pág. 26.


g MOtf'JIN. G., op. cit., pág. 2$,
9 TaBERNIG db Pucciareu.1, e ., op. cit., pág. 26; Mounin, C.» op. cit., pág. 41.
Tabernic de Pucciarelli, e .. op. cit., pág. 27; MOUNIN, G, op. cit., págs. 4t y 51.
I IISTORrA DE LA TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN 19

por las obras traducidas de los pueblos de di versos id iom as10. A sí e s com o nu­
m erosos p oetas, literatos y otras personas ilustradas que dominaban varias
lenguas, fueron simultáneamente traductores de nota. Entre nosotros Borges,
Baltístessa, Juan Cruz Vareta, Mitre, Moreno, Sarmiento; en otros países, si­
g los ha, y en épocas más recientes Cicerón, san Jerónimo, san Agustín, Lutero,
fray Luis de León, Andrés B ello, Ricardo Palma, Cary, Nida, Ulfilas, Chateau­
briand, G oethe, Schiller y m uchos más, fueron simultáneamente traductores.
E n el sig lo XIX el afian zam ien to d e div ersas n acionalidades en E uropa
co ndujo a un m ayor respeto por los estilos nacionales y a la fidelidad de la traduc­
ció n . C o n e l in crem en to de la cultura y los contactos internacionales aum entan
p ara le la m e n te las traducciones d e y a las lenguas d e las nuevas y grandes na­
cio n es eu ro p eas ju n to a las ya existentes particularm ente a y d e los idiom as ale­
m án , in g lés, fran cés, italiano, español, ruso, portugués, etcétera.
El extraordinario progreso d e las diversas ramas d e la ciencia y de la cul­
tura general, d e la técnica de impresión y multiplicación, la globalización que
en e l sig lo avanza co n extraordinaria rapidez, han traído consigo una enorme
n ecesid a d y cantidad d e traducciones y d e intervención de intérpretes en los
m últiples organism os internacionales de todo tipo, comenzando por las N acio­
n es Unidas.
La traducción por m edios m ecánicos aumenta y se va perfeccionando, sin
perjuicio d e q u e aún requiere la frecuente supervisión y corrección humana.
Sobre el núm ero d e traducciones que se publican anualmente en el mun­
d o , in form a el Index Translationtun publicado por la UNESCO. H ace décadas
q u e el núm ero d e traducciones publicadas y registradas supera decenas de mi­
le s d e ejem plares. En 1948 superaban las cuarenta y un m il, en 1977 y 1982 las
cin cu en ta m il.

II. A n t e c e d e n t e s y e v o l u c ió n en A m é r ic a l a t in a y e n l a R e p ú b l ic a
A r g e n t i n a . Pe r ío d o h is p á n ic o , l e g is l a c ió n d e ín d i a s .
Los in t é r p r e t e s e n l a R e a l A u d ie n c ia d e B u e n o s A ir e s
C u a n d o C ristób al C olón descubrió A m érica en 1492, su s intérpretes de
árabe y h eb reo en nada le sirvieron para entenderse con los nativos de este N ue­
v o C o n tin en te ll .
E n efe c to , durante los sig lo s XIVy XV, los grandes m ovim ientos militares,
p o lític o s y e c o n ó m ic o s giraban alrededor de los tres im perios orientales: Impe­
rio M in en C hina; Im p erio M u gal en India; y O sm an-Turco en A sia M enor. Y
lo s q u e d esarrollab an m ayor actividad com ercial entre d ich os im perios a través

10 ITALMANEU-Jí. RoJf. Übersetzen (Traducir), AlhenÜum, Frankfurl-Bonn. 1965, pág. 23. Las
obras traducidas representan la literatura mundial para Richard Friedcnthal.
11 Arnal'D, Vicente. Historia y Legislación de Ui Profesión de TraductorPúblico, Buenos Aires,
1958.
TTANQUE • RODOLFO E. WTITHAUS
20 •rSUGIMARt

de las rulas continentales fueron los comerciantes árabes con el Oriente y l0Sju.
dfosenEuropa. De ahí que se utilizaban a los árabes y judtos para elco mercio
intercontinental. La caída del Imperto Romano del Oriente y la muerte de
Constantino, la expansión del Imperio Turco hacia tu ro p a y la consol,idación
de su poder hasta la batalla naval de Lepanto. en 1570, obligaron a los países eu­
ropeos a buscar otras rutas no tradicionales, que no fueran a través del continen.
te, para poder continuar sus relaciones comerciales con los centros imperiales
del Oriente mencionados, comenzando la era de los grandes descubrimientos
de las rutas marítimas. .
Colón, a la vuelta de su primer viaje, llevó varios indios jovenes, de alre­
dedor de 14 o 15 años de ambos sexos, a España (Am aud dice seis, y Levene
dice veintiuno), para que aprendieran castellano y sirvieran de intérpretes. Uno
de ellos fue bautizado más tarde con el nombre de Diego Colón. Este hecho fue
el punto de partida inicial y muy importante en la com unicación idiomática y
espiritual entre los habitantes del Nuevo Mundo y los pueblos europeos. Ver
que eran seres humanos como ellos mismos, no influyó poco en la adopción de
una política humana y cristiana de España, como lo dem uestra el bautismo de
Diego Colón. Y posteriormente España siguió la política de preparar intérpre­
tes, “lenguas" o “lenguaraces", imponiendo a los misioneros, sacerdotes y de­
más enviados, la obligación de aprender idiomas de los nativos, en lugar de im­
poner el idioma castellano a los indígenas, instituyendo en las universidades
indianas una cátedra de “lengua general” de los indios.
Los incas, frente a la necesidad de impartir órdenes y hacer saber sus leyes
a los pueblos y países conquistados o bajo su vasto dominio, crearon cuerpos
de intérpretes que acompañaban a los enviados reales y cobradores fiscales de
impuestos y demás contribuciones. Estos intérpretes conocían la lengua indí­
gena de la región y la “lengua general” de los incas, que era la lengua cortesana
del Imperio. Para su formación y difusión, los incas retuvieron en la ciudad de
Cuzco o en el mismo palacio imperial, a los jóvenes príncipes de los países con­
quistados, quienes aprendían de buen grado la “lengua general” y los modales
y etiquetas palaciegas, transmitiéndolos luego a sus respectivos reinos. Estos
príncipes jóvenes de los reinos que integraban el Imperio, eran en realidad “re­
henes" de garantía de obediencia de los reyes conquistados al Supremo Inca,
representante del dios Sol, descendiente de Manco Capac. Pero lo cierto es que
dichos rehenes contribuyeron a la formación y difusión de la “lengua general"
que los españoles tomaron com o base para la enseñanza del idiom a indígena en
las universidades, y difusión de la fe cristiana en el Nuevo Mundo.
España, com o es sabido, consideró a este N uevo M undo, com o una pro­
vincia más del reino, c impulsó la política de difusión y la elevación cultural en
el nuevo continente, siguiendo lo establecido por Alfonso X, el Sabio, autor de
las primeras grandes leyes universitarias (Partida II, Tít. XXXI). La Recopila­
ción de Leyes de los Reynos de las Indias, publicada en 1680 por Carlos II, es­
tablece en el Libro I, Título 22, el régimen universitario libre y autónomo, dis-
historia de la traducción e interpretación 21

poniendo que ’en las Universidades y ciudades donde hubiere Audiencias rea*
les haya cátedras de la lengua de los indios..”. En realidad, la verdad social y
política d eja época estaba muy lejos de semejante inspiración elevada de la po­
lítica española, España se adelantóen varios siglos a la realidad social del mun­
do internacional dei momento. No obstante, un hombre de la jerarquía de Ale­
jandro Humboldt, sabio, filósofo e historiador, nacido en Polsdam, Prusia, que
viajó por Indias entre los años 1799 y 1804, no titubeó en afirmar que sus rec-
torcs y maestros eran superiores a los que existían en la América inglesa hasta
e sig o XIX. Las autoridades españolas, tanto eclesiásticas com o civiles, traba­
jaron en avor de la educación y los sabios modernos, antropólogos. Iingüisias.
geógrafos e historiadores se honran en reconocerse continuadores de los sabios
y m isioneros hispano-americanos antiguos. El historiador Furlong afirma que
hubo veintiséis universidades en las colonias españolas. Sólo se menciona aquí
la lista que proporciona el profesor Lcvene acerca de la fundación de las Uni­
versidades en Indias, a saber: 1) Santo Domingo, 1538; 2) M éxico, 1551; 3)
Lima, 1551; 4 ) Santa Fe de Bogotá, 1573; 5) Córdoba del Tucumán, 1613; 6)
Charcas o Chuquisaca, 1623; 7) Guatemala, 1675; 8) Cuzco, 1692; 9) Caracas.
1721; 10) Santiago de Chile, 1728; 11) La Habana, 1782; 12) Quito, 1791.
D esd e luego, fueron ellas la principal fuente de traductores c intérpretes
de las lenguas indígenas al castellano y viceversa.
Fracasada la disposición de 1511 sobre la imposición del castellano a los
indígenas, España estab leció francamente la política de obligatoriedad de la in­
tervención d e los intérpretes en los actos y trámites oficiales, aun antes de la pu­
blicación d e la Recopilación de 1680, cu yo Libro I, Título 29, legisla expresa­
m ente sobre la actuación de los intérpretes.
La prim era A udiencia d e Buenos Aires, creada por la Real Cédula de Fe­
lipe IV en 1661, fu e clausurada por la Real Cédula de 1671, debido a las penu­
rias d e la p oblación, aproxim adam ente cuatro mil personas, y la conveniencia
de trasladarla a Córdoba del Tucum án en donde existía la Aduana seca. La se­
gunda fundación d e la A u d ien cia de Buenos Aires, se debe a la Real Cédula del
25 de ju lio d e 1783, instalándose efectivam ente el 5 de agosto de 1785. Con res­
p ecto al tem a de nuestro m ayor interés — actuación de los intérpretes en aquel
a lio cu erp o d e ju stic ia — sig u ió en lo fundamental la reglamentación contenida
en la R eco p ila ció n d e L e y es d e 1680, aplicándose subsidiariamente otras pro-
v isio n es, céd u la s, ca p ítu los de O rdenanzas hasta 1596 recopiladas por D iego
de E n cin a s, las ordenanzas del virrey Francisco de T oled o y las dem ás d.spo-
sic io n es y n o ta s relativas a las anteriores.
S e co n sid era b a a lo s intérpretes, o ficia le s m enores de las Audiencias. D e­
bían ser fie le s cristia n o s y b on d adosos, por ser el instrumento por intermedio
TSUCUMARU TAN OU E - R O D O LFO E . W1TTHAUS

órete y cualquier delito que s e presum iera y se averiguara contra su fía


debía ser castigado con iodo rigor. ,iae^
Antes de ejercer su función, Jos in térp retes deb ían prestar jura
usar su oficio bien y Jealm
leam.™em*.,
e, declaran
-------------d -o -------------------------„„
e interpretando el n e g o c i é m° ^
clara y abiertam ente, sin encubrir m añadir co sa alguna, traduciendo f iP ei(°
nada más que el hecho, delito, negocio o testigos que examinaren
e. sin
sin favorecer
rav o ictc, aa ninguna de fas-------
partes- /y sin tener en T\ el K,v,w
pleito ü >paíci^
mente, ------- *.
.................................H 0 0 riegos.
negocio
en el que intervinieren m ás ínteres que su sa la n o , el cual debía ser tasado y J
ñalado Si esto así n o lo hicieran d eb ían se r c a stig a d o s p o r perjurio, perdiendo
el oficio y teniendo qu e pagar d años y p erju icio s y dev o lv er lo ganado.
Los intérpretes o “intérpretas” no podían aceptar presentes, dádivas ni
promesas de los españoles o indios ni d e otros que tuvieren o esperaren tener
con ello s pleitos o negocios, cualquiera fuera la importancia de éstos. No
dían aceptar obsequios de ninguna esp ecie, valor o cantidad, ni siquiera comí,
das o bebidas, aunque fueran ofrecidos, dados o prom etidos sin haber sido so-
licitados por ello s ni por otros. D ebían d ev o lv erlo s con las setenas (penade
séptuplo de una cantidad determinada) a la Cámara si ésta les probase que hu­
bieran aceptado algún presente. Debían asistir a lo s acuerdos, audiencias y vi-
sitas a la cárcel todos los días, excep to los feriados, y por las tardes ir a la casa
del presidente y d e los oidores. Para no dejar de cum plir ninguna obligación,
debían turnarse y repartirse de m odo d e estar siem pre presentes y evitar que por
la ausencia d e e llo s n o s e exam in ase o s e dilatase algún n egocio. La ausencia
era castigada con pena de d os p esos, destinados a lo s pobres, por cada día que
faltasen a sus ob ligacion es y adem ás debían pagar el daño, con intereses y cos­
tas, a la parte o partes que se perjudicasen con la dem ora d e la causa.
L o s d ía s d e la audiencia, e n lo s o fic io s d e lo s escrib an os debía asistir un
intérprete a las 9 d e la m añana co n el ob jeto d e lom ar m em oria d e lo que el fiscal
le diere y llamar a lo s testigos que hubiere que exam inar por el Fisco. Cada día
q u e faltasen eran castigad os co n m ed io p eso para lo s pobres d e la cárcel.
S e ordenaba a lo s intérpretes q u e n o aten d iesen n i escu ch asen en sus casas
o fuera d e ella s a lo s in d ios que tu viesen que litigar o negociar y que sin oírlos
lo s llev a sen a la A u d ien cia para q u e a llí s e v en tilase la cau sa confomte a jus­
ticia. S i a s í no lo hicieran eran p en ad os la prim era v e z con tres pesos páralos
estrad os, la seg u n d a v e z e l d o b le y la tercera, ad em ás d e l d o b le d e la pena, per­
dían su s o fic io s.
N o podían ser procuradores ni so licita d o res d e lo s in d ios ni ordenarles pe­
ticio n e s. Si lo hacían eran ca stig a d o s c o n las m ism as penas del caso anterior.
S in la lic e n c ia d e l p resid en te d e la A u d ien cia n o p od ían ausentarse, bajo
p en a d e perder el salario el liem p o que du rase la a u sen cia y d e pagar doce pesos
para lo s estrad os cad a v e z q u e se a u sen tasen sin pedir licen cia . .
C uando lo s intérpretes iban p or n e g o c io s o p le ito s a otros lugares
la A u d ien cia , n o deb ían lle v a r d e la s partes, d irecta ni indirectam ente, cosa ^
gu n a q u e n o fuera su salario se ñ a la d o , n o podían hacer con ciertos, contra
IIISTORIA DE LA TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN 23

com pañías con los indios en forma alguna, bajo pena de devolver con las sete­
nas lo que asi llevasen o contratasen
*• - r privados perpetuamente de
y que fuesen
sus oficios
s f e n Ü ^ r !° S 'f ^ 'P r c te s estuviesen, por mandato de la Audiencia, fue-
Rl r,rwiú.n - « l.„U ™ d encia’ de salario y ayuda de costa dos pesos y
no ^ ^ r írccla ° indirectam ente de ninguna de las partes, comida ni
nm guna otra co sa sm pagarla, bajo pena de las setenas para ^ C ám ara.
r í i°S ganaban P°r cada testigo que examinasen con un interro-
ga o n , ‘l s . e 00f Prcgu ntas, dos tomines (moneda de plata que se usaba en
a gunas pa es e Am erica, equivalente a unos 30 céntimos de peseta), y si el in­
terroga o n o era e oce preguntas o menos, un tomín. No podían cobrar de más,
bajo pena de pagarlo con el cuatro tanto (cuádruplo) a la Cámara. Pero, si fuese
un interro g ato rio am p lio y la causa ardua, el oidor o juez ante el cual se hiciese
la interp retació n , podía tasar el trabajo en una sum a moderada, adem ás de los
derech o s q u e le co rresp o ndían, de acuerdo con el trabajo y tiempo empleado.
Los intérpretes no só lo debían saberla lengua que traducían, sino que de­
bían ser acreedores de la confianza que en ellos se depositaba. Por ello, los go­
bernadores. corregidores y alcaldes mayores de las ciudades no podían hacer
los nom bram ientos de intérpretes por sí, sino que debía procederse a un exa­
m en, voto y aprobación de todo el Cabildo o comunidad de indios. Pero, una
vez nombrados no podían ser removidos sin causa y se les debía tomar juicio
de residencia cuando lo hubiesen de dar los demás oficiales de las ciudades y
cab ild os d e las m ism as.
N ingún intérprete, lengua o naguatlate (intérprete oficial de los aztecas)
que anduviera por las provincias, ciudades o pueblos de indios, ya sea por di­
lig en cia s o n e g o c io s que le hubiesen ordenado los gobernadores y justicias o
por su propia autoridad, podía pedir ni recibir de los indios, ni para sí ni para las
justicias u otras personas, jo y a s, mujeres, ropas, mantenimiento ni ninguna otra
co sa . El q u e h iciera lo contrario perdía sus bienes a manos de la Cámara y el
F isco, y era desterrado. El presidente, oidores y justicias debían hacer guardar,
cum plir y ejecu tar esta s d isp osicion es, bajo pena de perder la merced real y pa­
gar 1 0 .0 0 0 m araved íes a la Cámara. . „
El núm ero d e intérpretes que debía intervenir en cada caso y el modo en
que d eb ía actu ar e v o lu c io n ó con el tiem p o, al señalar la experiencia nuevos
p r a te d in te n to s que fueran una garantía de justicia y que redujeran a mínimo

h acía p or la actu a ció n d e u n s o lo in t |P •


sí;
,a actuación simultánea de dos
d es por cu lp a d el len g u a , sebusccM ^ I d d ¡ndi0i aunque señalán-
¡ntérpretes q u e co n cu rriesen junt N ^ ^ ^ un solo intérprete que
d o s e q u e e n lo s c a s o s en qu e no s p f> crédito Pero com o también ocu-
e x p u sie s e lo s h e c h o s, deb ía d ársele entera te frad u cíoresen interpretar dolosa-
rrió q u e p o d ía n p o n e r s e .ie , e « a b t n ó que lo s intérpretes no concurriesen jun-
m ente e l n e g o c io o p le ito , se tM w
TSUGJMARÜtanque RODOLFO E. WITTHAUS
24

a lo "presidentes, oidores y jueces de las Audiencias au onzar que cuando?


bfan otorgarse escrituras, tomar confesiones, escuchar los d.chos o in ten té
a indios que no supiesen la lengua castellana, estuviese presente un C r is ti
amigo del indio que éste hubiese llevado, para que comprobase que lo qUe e| ¡*
dio respondía y pedía fuese lo mismo que lo que declaraban los intérpretes
esta manera no había dudas sobre la verdad del asunto y los indios podían con
fiar en la versión del lengua, evitando daños e inconvenientes.
Respecto de los fondos de donde se pagaban sus sueldos a los lenguaraces, la
legislación de indias determ inaba que sus salarios debían pagarse de gastos dejUs.
ticia y si no los hubiere, de penas de Cámara. Los salarios de los intérpretes debían
ser preferidos a todas las otras libranzas que se hicieren en penas de Cámara
La Audiencia, una vez hecha la tasación de los tributos que debía pagar
cada pueblo de indios, tenía que comunicarlo al cacique o principal del pueblo
por intermedio del intérprete, para que los indígenas supieran lo que debían pa­
gar y no se los engañara cobrándoles de más. A sí lo determinaba la legislación
indiana.
Como muy bien lo señala Ayala en sus Notas, las leyes de Indias, en loque
se refiere a intérpretes, fueron instituidas únicamente para los indios. No obs­
tante ello, se aplicaban en los casos en que era necesario el auxilio del intérprete
en causas y negocios de extranjeros residentes o de paso por estas Provincias.
En general, la Audiencia utilizaba personas extranjeras que por su resi­
dencia entre los españoles dominaban o sabían ambos idiomas, o también es­
pañoles que por sus viajes conocieran dos o más idiomas.
Se procuraba que el intérprete fuera capaz y que no retardara la justicia,
aunque muchas veces ocurría lo contrario.

III. T r a d u c t o r e s e in t e r p r e t e s p o s t e r io r e s
a l a R e v o l u c ió n d e M a y o

Aunque no fuera su profesión ni se hubieran dedicado a las actividades de


traducir o interpretar, algunos proceres fueron excelentes traductores o intér­
pretes. Tenem os así a Juan Martín de Pueyrredón que dominaba muy bien el
francés y lo traducía al español. Belgrano tradujo la Despedida de Washington
al español. San Martín sabía francés e inglés. El capitán Carlos Forest domina­
ba el francés, etcétera. Pero, los traductores e intérpretes de oficio solían publi­
car avisos ofreciendo sus servicios en las publicaciones com o el Semanario^
Agricultura, Industria y Comercio y la Gaceta Extraordinaria de Buenos A y ^
Gazeta M inisterial del Gobierno de B uenos A y res. El A rgos de Buenos A1
res y Gaceta de Buenos A ires, destacándose entre otros, don Joseph Cirilo Con
de, don Juan Richm ond, don José A ntonio Castilión.
l l i s rO R lA DE LA TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN 25

Del análisis de las publicacionesyotrosdocum entos.de laépocade la Re-


vo ucl” n e ayo y c los años posteriores, se desprenden las siguientes con-
elusio c ) a^ ía reductores e intérpretes con nombramiento o autorización
eXl^ s‘ c, , Pc ^lor «biem o o del Cabildo, de ejercer dicha profesión, como
en e cas c oseph Cirilo Conde, con especificación de uno o m is idiomas
determina os. s ecir que eran poseedores de un diploma de carácter adminis­
trativo, b) Otros f r e í a n dicha profesión libremente, en base a la buena fe, ho­
nestidad y capacidad acreditadas públicamente en los años de experiencia en
la profesión, co m o en el caso de los señores Juan Richmond y José Antonio

Tam bién d ebem os recordar que constituyó una preocupación constante


del gobierno patrio y de las autoridades que le siguieron, la comunicación de los
actos de gob iern o y la difusión d e las nuevas ideas de libertad y d e la organiza­
ción de las instituciones basadas en la Independencia del país, en ruptura con
las tradiciones co lo n ia les españolas. En efecto, por ejemplo, San Martín utilizó
en su cam paña libertadora a los intérpretes de los idiomas indígenas, haciendo
traducir tam bién su s proclam as a los idiomas quechua, guaraní y aymará,
exhortándolos a plegarse a la causa de la independencia, invocando a Manco
Capac, fundador d el Im perio Inca y aTúpac Amara» mártir de la libertad indí­
gena. Tam bién encontram os en el Archivo General de la Nación, las traduccio­
nes a lo s id iom as indígenas m encionados de las principales leyes dictadas por
la A sam b lea d e 1813 y del A cta de la Independencia de 1816, para el conoci­
m iento d e lo s aborígenes del país.
N o d eb em o s o lvid ar tam bién, la importante m isión histórica cumplida por
los len gu araces en la cam paña del desierto cuyo centenario acabamos de cele­
brar. E s decir, su actuación, muy posterior a la Revolución de M ayo, continuó
hasta ca si fin es d el sig lo pasado, por un m otivo u otro hasta la integración total
de las p o b la cio n es in d ígen as. En esa histórica etapa de la conquista de la inte­
gración racial, n o d eb e m o s olvid ar la silen ciosa y abnegada m isión cumplida
¿or las no p o ca s “ca u tiv a s”, co m o intérpretes. Pues, luego de los episodios de
v io len cia p ro p io s d el ca so , m uchas de ellas convivieron o prefirieron convivir
p a cífica m en te c o n su s n u evos com pañeros, llegando a dominar sus idiomas >
su id L in c r a s ia , co n v irtién d o se en excelen tes intérpretes y traductoras de los
id io m a s in d íg en a s.

ÍV. ORIGEN DE LA CARRERA EN NUESTRO PAÍS. SU EVOLUCIÓN


_ , . j pí arrh iv o d e la “ D iv isió n d e T ítu los y Planes d eja
D e la s c o n sta n c ia s d el ar , Martín Sarratea cursó estudios de
U n iv ersid a d d e B u e n o s A ires, su r g e q aprobar lo s exám enes
latinidad e in g lé s en tre lo s a n os 865
correspondientes, obtuvo e l títu lo d e traductor publico
t s ü g im a r u t a n o u u - k^ v.
26

Ftapu prcí*n*Híar
, M„le mencionarse como origen de la carrera de traductor ptiblico. el H
S“, f7" c julio de 1868 firmado por Alsina. de cuyo texto surge qu' <fe-
I) Hasta dicho momento el título de traductor público era otorgado adm¡
nistrativamente
J L m e n t e por el gobierno, sin haber
. . producido mformac.ón que acre£ ;
la moralidad y buena conducta del peticionante.
2) Las traducciones publicas hacen fe en juicio, y deciden muchas
vece*
en la resolución de asuntos de importancia.
3) En lo sucesivo, los postulantes deberán producir ante la justicia, la mjs
ma información que los escribanos y procuradores, a fin de acreditar la
tiJad y buena conducta .
4) Luego deberán rendir examen ante el tribunal compuesto de cátedra
eos de idiomas, y presidido por el rector de la Universidad.
5) El gobierno se reserva el derecho de acordar o no el título, según el re­
sultado de lo obrado en el expediente.
El firmante del decreto fue A dolfo Alsina, hijode Valentín, que había sido
elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires en mayo de 1866, bajo la
presidencia de Bartolomé Mitre, quien había sido elegid o el 5 de octubre de
1862, asumiendo al mismo tiempo el cargo de gobernador de la provincia de
Buenos Aires. La ley 1029 de capitalización de la ciudad de Buenos Aires es de
fecha 20 de septiembre de 1880. De manera que teniendo en cuenta la situación
política de dicha época, es comprensible la aplicación del decreto firmado por
Alsina, gobernador de la provincia de Buenos Aires, en la Universidad de Bue­
nos Aires de jurisdicción nacional.
De acuerdo con dicho decreto, el 11 d e agosto de 1868, se reúne el tribunal
examinador presidido por el rector doctor Juan María Gutiérrez, para examinar
a los señores A dolfo Rawson y Carlos Pellegrini, en los idiomas inglés y fran­
cés, obteniendo ambos la nota de aprobado.
A partir de entonces hasta el año 1881 inclusive, obtienen el título apro­
ximadamente cuarenta traductores públicos.

P rim era etapa

En 1882, la carrera pasó a la Facultad de Humanidades y Filosofía. Pero


no hubo cursos. Se lim itó a tomar exám enes y expedir títulos.
Con motivo de la supresión de dicha Facultad se dicta el decreto del 4 de
julio de 1885 que encom ienda al C olegio N acional el otorgamiento del título de
traductor públ ico, creándose un registro de traductores, y comunicándose a los
tribunales la nómina de los registros.
Por decreto del 2 0 de abril de 1892, se dispone que otorgarán el título de
traductor público las E scuelas N acionales de C om ercio, a los alumnos que.efl
los cin co años de estudio, hubiesen obtenido invariablemente la c a lificó 1
cuando m enos, de muy bueno, en las lenguas francesa e inglesa.
HISTORIA DE l.A TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN 27

¡¿I decreto del 1®de abril de 1897 reglamenta la expedición de diplomas de


juc(or público y ordena comunicar a la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Civil la nómina de los egresados, quienes debían prestarjuramento ante dicho tribu­
al c inscribirse en la matricula respectiva para poder ejercer. Las condiciones eran:
n 1) Ser mayor d e edad.
2) Acreditar moralidad y buenas costumbres por información judicial.
3) Tener por lo menos un año de residencia en el país.
4) Cumplir los requisitos del programa respectivo, en la Escuela Nacional
¿c Comercio.
Desde abril de 1906 hasta abril de 1908 figuran ocho (8) traductores pú­
blicos diplomados por medio de los exámenes libres, en la Escuela Superior de
Comercio de la Nación.

S eg u n d a e ta p a

La etapa que clasificamos como segunda en la evolución de nuestra carre­


ra, comienza su desarrollo a nivel universitario. En efecto, luego de creada en
1913, por ley 9254, la Facultad de Ciencias Económicas, se dicta la ordenanza
del 25 de marzo de 1915, creando “Cursos de Profesiones Medías”, figurando
entre ellos, en prim er lugar, el de traductor público nacional.
Como condición de ingreso en dichos cursos se exige el haber terminado
ios estudios secundarios. Se puede considcrarque la carrera de traductor públi­
co, a partir de ese m om ento, entró en el ámbito universitario, es decir entre los
cursos de enseñanza superior, pese a que su organización y su contenido sufrie­
ron múltiples vicisitudes.
En efecto, a pesar de seguirse el curso en la Escuela Superior de Comercio
de la Nación, anexa a la Facultad, tenía programas especiales, incorporando
materias de Derecho. El artículo 11 de la mencionada ordenanza dice: "Los
alumnos de profesiones medias tendrán clase en común con los de la Facultad
en aquellas asignaturas cuyos programas lo permitan, a cuyo efecto se estable­
cerán horarios concordantes entre ambos cursos .
Amaud menciona en su libro que desde 1885 en que se creó el Registro,
hasta 1923, se inscribieron en total ciento noventa y cinco traductores de diver­
sos idiomas.
La ordenanza del 22 d e septiembre de 1925 de la Facultad de Ciencias
Económicas, firmada por su decano y secretario, doctores Mario Sácnz y Mau­
ricio E. Grcffier respectivam ente, establece que el título de traductor público
será otorgado por la Facultad, reconociendo así por primera vez su jerarquía
universitaria, aun cuando continúa considerándose com o una profesión media.
Las características y requisitos que esta ordenanza exige para la obtención del
título de traductor público son:
1) M ayor d e edad. comprobadas por información policial.
2) Moralidad y buenas costumbres
TSUGIMARU TANOUE - RODOLFO b. W1TTIIAÜS
28
* a . rr»ciHé>ncia en el país, p o r lo m enos.
4 ¡ Paraeíingreso: diploma de lerminación de los estudios
g £ cuanto a los programas de estudio se destacan las siguieni^ N

tenSta )D a im portancia al idiom a nacional.


h> A m p lia o s program as d e D erecho — d e fondo y de forma—,
c) Exige el d om inio de la trad u cció n al idiom a nacional y al id¡0lna
tranjero.

Tercera etapa
En una nueva etapa, la Facultad de C iencias Económ icas de la Univcrsi
dad de Buenos Aires, por una ordenanza del año 1937 que entró en vigencias
10de enero de 1938, y una resolución 674 d el C onsejo Uní versitario dcl7dtno.
viembre de 1951, la considera com o una “carrera” dentro de dicha casa dees-
ludios, y establece condiciones de ingreso ya claram ente a nivel universitario
a saber:
1) Poseer el título de profesor del idiom a correspondiente, expedido por
el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, E scuela Normal en Lenguas
Vivas u otro instituto oficial, habilitado para ello.
2) Idiomas no considerados en los m encionados institutos: acreditar feha­
cientem ente la term inación de estudios secundarios en institutos oficiales de
los respectivos países, siempre que tengan una residencia mayor de dos añoseti
la República.
3) Bachilleres y peritos m ercantiles: aprobar un exam en escrito de ingre­
so, tendiente a demostrar el con ocim ien to del idiom a elegid o. Dicho examen
escrito y oral, durará tres horas y s e rendirá d e acuerdo con el programa especial
que h a d e aprobar el C onsejo D irectivo y e l cu al comprenderá: redacción, gra­
mática y cultura general, ante una com isión esp ecia l d e tres miembros, desig­
nados en cada caso por el d ecan o y form ada en lo p o sib le con profesores uni­
versitarios.
4) En cuanto a las m aterias d e D erech o, eran: d erecho civil; derecho co­
m ercial; d erech o co n stitu cio n a l y ad m in istrativo; procedim ientos y práctica
pericial, con trabajos prácticos ob ligatorios. L os program as eran similares alo*
de la carrera d e contador público.
5 ) Aprobar una prueba final escrita d e trad uccion es prácticas, de acuerdo
al program a aprobado p or e l C o n se jo D ir e c tiv o an te una com isión de
m iem bros, design ad a por el d ecan o, y q u e estará com p uesta de personas de te
co n o cid a capacidad y d o m in io del resp ectiv o id iom a, co n preferencia profeS0'
res universitarios.
En el año 1951, e l C o n se jo U n iversitario d e B u en o s A ires dictó en
pedienie 54.281/51 la reso lu ció n 674 de fech a 7 de noviem bre, aprobando
STORIA DE LA TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN 29

F“C“ " ad Ciencia, Económicas quc di,-


público y calígrafo público, e l l u g t ^ d i p S com "l'0' “ T ^
¿monees, de acuerdo con la ordenan™ n ' i r l T vcma hac,endo hasla
S íc u io I» de la resolución que c r c l m 0^ d ^ J° T UPer; ° r dC‘ ^ l937- E1

XSrssss;
la m ism apor parte de las autoridades pertinentes. A partir de ese momento, se
planteo la situación huérfana de la carrera de traductor público, y a pesar de
nuestras gestiones tenaces y de la buena voluntad y comprensión del doctor Wi-
lliam L. Chapman, traductor público de inglés, decano de dicha Facultad, quien
reconoció la jerarquía universitaria de la carrera, no se pudo eliminar totalmen­
te dicha situación de incertidumbre acerca de su correcta ubicación. La resolu­
ción 3 6 0 d el i 8 d e agosto d e 1959, reglamentaria de dicha carrera, dictada por
el decano m encionado, dice en su artículo 2r, que no involucra pronunciarse so­
bre la correcta ubicación de la carrera, y en el artículo 3* sugiere al Consejo Su­
perior de la Universidad de Buenos Aires la “creación de una Escuela de Len­
guas”. C om o co n secu en cia, dicho C onsejo con la firma del doctor Risieri
Frondizi, dicta la resolución 1325 del año 1960 aprobando las condiciones de
ingreso y e l plan d e estudios de la carrera, presentados por la Facultad, pero sin
pronunciarse sobre la correcta ubicación d e ia misma, ni sobre la creación de
una nueva E scuela de Lenguas.
Pero, at llegar a la ép oca del decano Federico Frischknecht (1966-1967),
éste intentó suprim ir y trasladar la carrera a algún instituto de lenguas, soste­
niendo que el con ten ido de la m ism a consistía en sim ples estudios de idiomas.
Llegando a e ste punto de crisis en la evolución de nuestra carrera, y ante
el peligro d e )a desaparición d e Ja m ism a, gestionam os su traslado a la Facultad
de D erecho y C ien cia s S o cia les de la Universidad de Buenos Aires, conform e
con nuestra tesis acerca d e la naturaleza d e su contenido, em inentem ente jurí­
dico y legalista. A n te nuestra solicitud, en esta Facultad se formó la com isión
ad hoc co m p u esta p or lo s doctores F ederico N. V id ela Escalada, Segundo V.
Linares Q uintana y F ran cisco P. L aplaza, cu yo dictam en de fecha 16 de agosto
de J9 6 7 fu e fa vorab le a d ich o traslado, en un todo d e acuerdo con nuestra tesis.
Al año siguiente, 1968, con fecha lsde julio, se procedióen la Facultad de
Derecho y C ien cia s S o c ia le s a la redacción del A nteproyecto de Estructuración
de la Carrera d e T raductor P ú b lico, en b ase al inform e d e los sigu ien tes ante­
cedentes: O rd en a n za s d e la F acu ltad de C ien cia s E con óm icas del 2 2 de sep-
TSUGIMARÜ TAN-OUE - RODOLFO E. WITTHAUS
30

tiembrecíe
ía .no? v 23 de noviem
r . .
fT% W. bre d e 1937; resolución c o*m
— : — i----- ----------------- ..
•IJ/p|^J
le|te
del C o n e jo Universitario del el 77 dd e noviem bre d e 1951; resolución com„ila cumple ^4
<■/•» del
■ 360 livoo (de la F acultad dt
j.-vi r ’mici'in D irectivo
irectiv
tana del cConsejo
ons j _ dfV7 v ded C
e |iencias
]4 d e MEconómica, h 7"*
1" ¡J* <ki „
de agosio de 1959; y las resoluciones 40 7 y 465 a e m a e abril de 1967

Con fecha 30 de julio d e l96 8 eld eca n o d ela F a cu lta d d eD erech o y c-


cías Sociales dicia la resolución 10.662/68 en la q u e dice: “...La carrera s e ? '
sará en esta Facultad, desd e agosto d e 1968. a d referendum de la UniversiSÜT
Firmado: Abel F leitas (decano); F ra n cisco A . de la V eg a (secretario genel ,
Jorge B. A rana (secretario adm in istrativ o ). I,;
Este traslado de la carrera de traductor público a la Facultad de Dererh
y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos A ires, fue completada con 1°
resolución 623 del 16 de septiem bre de 19 6 8 del C onsejo Superior de la U ?
versidad que ordena la transferencia d e la carrera y la iniciación de cursos de in
glés, francés e italiano. Posteriormente, en 1977, se inauguró el curso de alemán
En el año 1972 se designa coordinador de la carrera al señor profesor y t¿
ductoi público doctor Rodolfo Ernesto W itthaus. En 1973 se crea la Dirección
de la Escuela designándose director al señor profesor d e inglés Jaime Golsiein
En 1976 se hizo cargo d e la D irección de la E s c u d a d señor profesor de la Fa­
cultad de D erecho de la Universidad d e B uenos A ires doctor Roberto M. López
Cabana. Bajo su dirección se aceleró la jerarquización académ ica de la Escue­
la, elaborándose nuevos program as d e m ayor jerarquía científica en diversas
materias por los respectivos profesores titulares, que contaron con el auspicio
de la D irección. S e am plió la infraestructura académ ica y administrativa y en
esp ecia l cab e destacar que en virtud de su s g e stio n e s se dicta la resolución
3 4 7 2 /9 7 7 del 12 de abril de 1977, pasando a sí la E scu ela a depender, directa­
m ente del señor d ecan o d e la Facultad d e D erech o y C ien cias Sociales de la
Universidad d e B u en os Aires.
D e esta forma, nuestra carrera ha dem ostrado el acierto de esta medida to­
mada por las autoridades correspondientes. Pero para nosotros, traductores pú­
b licos, en realidad, esto con stituye sim p lem en te una etapa del proceso progre­
siv o d e la m ism a que tiende al p erfeccion am iento d e una especialización dentro
d e la traducción g en eral, o sea, traducción técn ica y jurídica con validez legal
frente a la ley. Para e llo , a fin d e llegar a d ich a m eta, e s necesario continuarel
p ro ceso ascen dente actual d e la carrera, tanto en su estructura orgánica, como
en su con ten id o, en cu an to al n iv el técn ico d e preparación de lo s alumnos.ob­
je tiv o q u e se logrará con la creación d e la Facultad d e L enguas Extranjeras, en
d on d e se podrán encarar lo s p rob lem as fun d am en tales c o m o el nexo de la to'
terp rcta ció n c o n la tra d u c ció n ; tr a d u c c io n e s té c n ic a s; régim en legal déla
traducción púb lica y teoría gen eral d e la traducción, que bajo la apariencia
problem as co m u n es de traducción, encierran asp ectos q u e m erecen ser p1^ 1
d iza d o s a n iv el u n iv ersita rio y su p erior — por cu an to involucran estudios
d istin tas culturas, d istin tas id iosin crasias d e d iv erso s p u eb los— .
C a p ít u l o II •
LEY DE O R GA NIZACIÓ N DEL C O LEG IO
DE TRA D U CTO RES PÚBLICOS
DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

I. ANTECEDENTES DE LA l.EY 20.305

El ejercicio de la profesión de traductor público está reglamentado en el


ámbito de la Capital Federal y frente a los poderes del Estado nacional y sus de­
pendencias por la ley 20.305 del año 1973.
Tam bién inciden en su ejercicio numerosas normas contenidas en los có­
digos de fondo y forma, leyes nacionales y decretos del Poder Ejecutivo nacio­
nal, reglam entos, fallos y acordadas de nuestros tribunales que son objeto de
com entario en los diversos capítulos de esta publicación K
En relación con los antecedentes legislativos cabe recordar que ya el 17 de
julio de 1§68 2, por decreto del gobernador Alsina se dispone que todos los que
deseen obtener el título de traductor público producirán ante la justicia infor­
mación con el objeto de acreditar su moralidad y buena conducta. Aprobada la
m ism a d ebían presentarse al rector de la Universidad para que éste reciba el
exam en, presidiendo el tribunal, com puesto por los catedráticos de los respec­
tivos idiom as. L lenadas las form alidades, el gobierno acordará o no el título. El
20 de ju n io de 1898 s e reglam entan los deberes del traductor público e intérpre­
te de los tribunales d e la C apital por decreto del Poder Ejecutivo nacional, dis-

* A cargo de Rodolfo E. WrrrHAüs.


1 Códigos: Civil, arts. 999 y 3663; de Comercio, arl. 66; Penal, arts. 243 y 275; Procesal Civil y
Comercial de la Nación, arts. 115, 123 y 518; Procesal Penal déla Nación, 268; leyes de Registro del
Estado Civil de las Personas en la Ciudad de Buenos Aires, 14.586, an. 50 y del Estado Civil y Capa­
cidad de las Personas dec.-ley 8204/63. ratificado por ley 16.478, an. 51; Ley de Propiedad Intelectual,
11.723, arts. 23,24 y 83; leyes 3192,13.585,14.186,17.251 (Montevideo. Buenos Aires, Washington
y Berna), dec.-ley 12.088/51 (Ginebra), que ratifican convenciones internacionales que en su articu­
lado se refieren a la propiedad intelectual teniendo en cuenta la traducción y los derechos de sus auto­
res: dec -ley 1285/58 de Organización de !a Justicia Nacional, arts. 52 y 61; acordadas de la Corte Su­
prema de Justicia de la Nación y de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil que desunan parte
de su articulado o se refieren específicamente a traductores e intérpretes, etc.
2 ARNAUD, Vicente Guillermo, Historia y Legisfoción de la Profesión de Traductor Público,
Buenos Aires, 1958, págs. 84 y 85 y 135 y 136.

También podría gustarte