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WITTHAUS
a numerosas traducciones del griego al latín. Entre ellas tenemos la de las tra
gedias de Eurípides por Ennio; Plauto y Terencio tradujeron comedias griegas.
En estas traducciones predomina el estricto sometimiento al texto griego, lo
que cambió en posteriores traducciones por la prioridad que paulatinamente se
le fue atribuyendo al sentido 1. Tal evolución en parte se debió a un sentimiento
de superioridad a raíz de los triunfos militares de Roma sobre los pueblos he
lénicos que concluyeron con el sometimiento de estos últimos. Los triunfado
res se consideraban en su justo derecho de mejorar, según ellos, las obras en
función de la traducción sustituyendo en alguna medida al autor de la obra
original 2.
En el siglo I a.C., Cicerón tradujo a Platón y a Demóstenes. Tales trabajos
lo impulsaron a publicar sus reflexiones sobre la traducción, lo que concreta en
su Libellus de Optimo Genere Oratorum. En esta obra se refiere al problema
sobre qué es lo que ha de predominar en la traducción a saber: el sometimiento
estricto al texto o si lo principal es el sentido al que se puede adaptar el texto de
la traducción si es conveniente para una mejor comprensión del mismo. La op
ción sobre el predominio del texto, traducción literal, o del sentido, traducción
libre, como bien recuerda Mounin, ha dominado dos mil años de actividad de
los traductores. San Jerónimo, en el siglo IV tradujo la Biblia al latín, además
de otras traducciones y publicó sus reflexiones sobre el tema, imitando a Cice
rón en su obra De Optimo Generi Interpretandi. En su tarea de traductor aplicó
los dos principios a los que ya aludió Cicerón. La traducción fue literal para la
Biblia, ya que ese texto es intocable por ser la palabra de Dios. Para la traduc
ción de escritos mundanos prefirió la conforme al sentido. Para ampliar sus co
nocimientos del hebreo se trasladó a Belén. También tradujo la Biblia al dàlma
ta para sus compatriotas. Su obra tuvo una gran influencia en la difusión del
cristianismo declarando el Concilio de Trento en 1546 su traducción de la Bi
blia, conocida como Vulgata, como la única auténtica. Su gran dedicación a la
traducción condujo a que en la actualidad se lo considere intemacionalmente
como el santo patrono de los traductores, celebrándose entre nosotros el 30 de
septiembre, día de san Jerónimo, como Día del Traductor Público 3.
Edad Media
En dicho período, sigue la actividad de los traductores como antes y des
pués lo impusieron las necesidades sociales y las ambiciones políticas y reli
giosas. Predomina en esos siglos la cultura latina y su lengua. El latín es el idio-
R e n a c im ie n to
Siglos XVII a XX
Al comienzo se destaca la influencia cultural francesa. Proliferan las be
llas infieles y los traduttore traditorí. Se generaliza en Europa el interés por las
obras orientales. Luis XIV crea en la sede diplomática en Istambul la llamada
“Escuela de los jóvenes o de los niños de la lengua” para instruir traductores e
intérpretes def francés al turco y viceversa. En las legaciones francesas levan
tinas se crearon cargos de traductores beneficiándolos con títulos nobiliarios.
En Levante el latín no era utilizado com o lenguaje diplom ático. La citada es
cuela fue luego trasladada a París, donde sobrevive en la E scuela d e Lenguas
Orientales*.
En Rusia, dada la gran cantidad de idiomas que se hablan en su vasto te-
rritorioque superan ampliamente el centenar, la traducción e interpretación fue
siempre una actividad de mucha importancia. Pedro el Grande en su afán de ac
cidentalizar ei país, sin perjuicio de increm entar tam bién su s contactos con
China, crea en 1727 en Pekín un seminario d e lenguas orientales co m o así tam
bién en Rusia una A sociación de Traductores” a cu y o s m iem bros se adjudica
ba la jerarquía de funcionarios diplom áticos 9.
El mayor interés por con ocer y difundir las culturas de otros pueblos en
función de incremento de los contactos entre las d iversas regiones d el mundo,
miiuye en la cada vez mayor importancia atribuida a la traducción e interprc-
m olH i Un 6 i C0nvenc^m^en l° de que la cultura, c o m o bien com ú n de la hu-
1 a , no es la suma de las literaturas nacion ales, sin o que está representada
por las obras traducidas de los pueblos de di versos id iom as10. A sí e s com o nu
m erosos p oetas, literatos y otras personas ilustradas que dominaban varias
lenguas, fueron simultáneamente traductores de nota. Entre nosotros Borges,
Baltístessa, Juan Cruz Vareta, Mitre, Moreno, Sarmiento; en otros países, si
g los ha, y en épocas más recientes Cicerón, san Jerónimo, san Agustín, Lutero,
fray Luis de León, Andrés B ello, Ricardo Palma, Cary, Nida, Ulfilas, Chateau
briand, G oethe, Schiller y m uchos más, fueron simultáneamente traductores.
E n el sig lo XIX el afian zam ien to d e div ersas n acionalidades en E uropa
co ndujo a un m ayor respeto por los estilos nacionales y a la fidelidad de la traduc
ció n . C o n e l in crem en to de la cultura y los contactos internacionales aum entan
p ara le la m e n te las traducciones d e y a las lenguas d e las nuevas y grandes na
cio n es eu ro p eas ju n to a las ya existentes particularm ente a y d e los idiom as ale
m án , in g lés, fran cés, italiano, español, ruso, portugués, etcétera.
El extraordinario progreso d e las diversas ramas d e la ciencia y de la cul
tura general, d e la técnica de impresión y multiplicación, la globalización que
en e l sig lo avanza co n extraordinaria rapidez, han traído consigo una enorme
n ecesid a d y cantidad d e traducciones y d e intervención de intérpretes en los
m últiples organism os internacionales de todo tipo, comenzando por las N acio
n es Unidas.
La traducción por m edios m ecánicos aumenta y se va perfeccionando, sin
perjuicio d e q u e aún requiere la frecuente supervisión y corrección humana.
Sobre el núm ero d e traducciones que se publican anualmente en el mun
d o , in form a el Index Translationtun publicado por la UNESCO. H ace décadas
q u e el núm ero d e traducciones publicadas y registradas supera decenas de mi
le s d e ejem plares. En 1948 superaban las cuarenta y un m il, en 1977 y 1982 las
cin cu en ta m il.
II. A n t e c e d e n t e s y e v o l u c ió n en A m é r ic a l a t in a y e n l a R e p ú b l ic a
A r g e n t i n a . Pe r ío d o h is p á n ic o , l e g is l a c ió n d e ín d i a s .
Los in t é r p r e t e s e n l a R e a l A u d ie n c ia d e B u e n o s A ir e s
C u a n d o C ristób al C olón descubrió A m érica en 1492, su s intérpretes de
árabe y h eb reo en nada le sirvieron para entenderse con los nativos de este N ue
v o C o n tin en te ll .
E n efe c to , durante los sig lo s XIVy XV, los grandes m ovim ientos militares,
p o lític o s y e c o n ó m ic o s giraban alrededor de los tres im perios orientales: Impe
rio M in en C hina; Im p erio M u gal en India; y O sm an-Turco en A sia M enor. Y
lo s q u e d esarrollab an m ayor actividad com ercial entre d ich os im perios a través
10 ITALMANEU-Jí. RoJf. Übersetzen (Traducir), AlhenÜum, Frankfurl-Bonn. 1965, pág. 23. Las
obras traducidas representan la literatura mundial para Richard Friedcnthal.
11 Arnal'D, Vicente. Historia y Legislación de Ui Profesión de TraductorPúblico, Buenos Aires,
1958.
TTANQUE • RODOLFO E. WTITHAUS
20 •rSUGIMARt
de las rulas continentales fueron los comerciantes árabes con el Oriente y l0Sju.
dfosenEuropa. De ahí que se utilizaban a los árabes y judtos para elco mercio
intercontinental. La caída del Imperto Romano del Oriente y la muerte de
Constantino, la expansión del Imperio Turco hacia tu ro p a y la consol,idación
de su poder hasta la batalla naval de Lepanto. en 1570, obligaron a los países eu
ropeos a buscar otras rutas no tradicionales, que no fueran a través del continen.
te, para poder continuar sus relaciones comerciales con los centros imperiales
del Oriente mencionados, comenzando la era de los grandes descubrimientos
de las rutas marítimas. .
Colón, a la vuelta de su primer viaje, llevó varios indios jovenes, de alre
dedor de 14 o 15 años de ambos sexos, a España (Am aud dice seis, y Levene
dice veintiuno), para que aprendieran castellano y sirvieran de intérpretes. Uno
de ellos fue bautizado más tarde con el nombre de Diego Colón. Este hecho fue
el punto de partida inicial y muy importante en la com unicación idiomática y
espiritual entre los habitantes del Nuevo Mundo y los pueblos europeos. Ver
que eran seres humanos como ellos mismos, no influyó poco en la adopción de
una política humana y cristiana de España, como lo dem uestra el bautismo de
Diego Colón. Y posteriormente España siguió la política de preparar intérpre
tes, “lenguas" o “lenguaraces", imponiendo a los misioneros, sacerdotes y de
más enviados, la obligación de aprender idiomas de los nativos, en lugar de im
poner el idioma castellano a los indígenas, instituyendo en las universidades
indianas una cátedra de “lengua general” de los indios.
Los incas, frente a la necesidad de impartir órdenes y hacer saber sus leyes
a los pueblos y países conquistados o bajo su vasto dominio, crearon cuerpos
de intérpretes que acompañaban a los enviados reales y cobradores fiscales de
impuestos y demás contribuciones. Estos intérpretes conocían la lengua indí
gena de la región y la “lengua general” de los incas, que era la lengua cortesana
del Imperio. Para su formación y difusión, los incas retuvieron en la ciudad de
Cuzco o en el mismo palacio imperial, a los jóvenes príncipes de los países con
quistados, quienes aprendían de buen grado la “lengua general” y los modales
y etiquetas palaciegas, transmitiéndolos luego a sus respectivos reinos. Estos
príncipes jóvenes de los reinos que integraban el Imperio, eran en realidad “re
henes" de garantía de obediencia de los reyes conquistados al Supremo Inca,
representante del dios Sol, descendiente de Manco Capac. Pero lo cierto es que
dichos rehenes contribuyeron a la formación y difusión de la “lengua general"
que los españoles tomaron com o base para la enseñanza del idiom a indígena en
las universidades, y difusión de la fe cristiana en el Nuevo Mundo.
España, com o es sabido, consideró a este N uevo M undo, com o una pro
vincia más del reino, c impulsó la política de difusión y la elevación cultural en
el nuevo continente, siguiendo lo establecido por Alfonso X, el Sabio, autor de
las primeras grandes leyes universitarias (Partida II, Tít. XXXI). La Recopila
ción de Leyes de los Reynos de las Indias, publicada en 1680 por Carlos II, es
tablece en el Libro I, Título 22, el régimen universitario libre y autónomo, dis-
historia de la traducción e interpretación 21
poniendo que ’en las Universidades y ciudades donde hubiere Audiencias rea*
les haya cátedras de la lengua de los indios..”. En realidad, la verdad social y
política d eja época estaba muy lejos de semejante inspiración elevada de la po
lítica española, España se adelantóen varios siglos a la realidad social del mun
do internacional dei momento. No obstante, un hombre de la jerarquía de Ale
jandro Humboldt, sabio, filósofo e historiador, nacido en Polsdam, Prusia, que
viajó por Indias entre los años 1799 y 1804, no titubeó en afirmar que sus rec-
torcs y maestros eran superiores a los que existían en la América inglesa hasta
e sig o XIX. Las autoridades españolas, tanto eclesiásticas com o civiles, traba
jaron en avor de la educación y los sabios modernos, antropólogos. Iingüisias.
geógrafos e historiadores se honran en reconocerse continuadores de los sabios
y m isioneros hispano-americanos antiguos. El historiador Furlong afirma que
hubo veintiséis universidades en las colonias españolas. Sólo se menciona aquí
la lista que proporciona el profesor Lcvene acerca de la fundación de las Uni
versidades en Indias, a saber: 1) Santo Domingo, 1538; 2) M éxico, 1551; 3)
Lima, 1551; 4 ) Santa Fe de Bogotá, 1573; 5) Córdoba del Tucumán, 1613; 6)
Charcas o Chuquisaca, 1623; 7) Guatemala, 1675; 8) Cuzco, 1692; 9) Caracas.
1721; 10) Santiago de Chile, 1728; 11) La Habana, 1782; 12) Quito, 1791.
D esd e luego, fueron ellas la principal fuente de traductores c intérpretes
de las lenguas indígenas al castellano y viceversa.
Fracasada la disposición de 1511 sobre la imposición del castellano a los
indígenas, España estab leció francamente la política de obligatoriedad de la in
tervención d e los intérpretes en los actos y trámites oficiales, aun antes de la pu
blicación d e la Recopilación de 1680, cu yo Libro I, Título 29, legisla expresa
m ente sobre la actuación de los intérpretes.
La prim era A udiencia d e Buenos Aires, creada por la Real Cédula de Fe
lipe IV en 1661, fu e clausurada por la Real Cédula de 1671, debido a las penu
rias d e la p oblación, aproxim adam ente cuatro mil personas, y la conveniencia
de trasladarla a Córdoba del Tucum án en donde existía la Aduana seca. La se
gunda fundación d e la A u d ien cia de Buenos Aires, se debe a la Real Cédula del
25 de ju lio d e 1783, instalándose efectivam ente el 5 de agosto de 1785. Con res
p ecto al tem a de nuestro m ayor interés — actuación de los intérpretes en aquel
a lio cu erp o d e ju stic ia — sig u ió en lo fundamental la reglamentación contenida
en la R eco p ila ció n d e L e y es d e 1680, aplicándose subsidiariamente otras pro-
v isio n es, céd u la s, ca p ítu los de O rdenanzas hasta 1596 recopiladas por D iego
de E n cin a s, las ordenanzas del virrey Francisco de T oled o y las dem ás d.spo-
sic io n es y n o ta s relativas a las anteriores.
S e co n sid era b a a lo s intérpretes, o ficia le s m enores de las Audiencias. D e
bían ser fie le s cristia n o s y b on d adosos, por ser el instrumento por intermedio
TSUCUMARU TAN OU E - R O D O LFO E . W1TTHAUS
com pañías con los indios en forma alguna, bajo pena de devolver con las sete
nas lo que asi llevasen o contratasen
*• - r privados perpetuamente de
y que fuesen
sus oficios
s f e n Ü ^ r !° S 'f ^ 'P r c te s estuviesen, por mandato de la Audiencia, fue-
Rl r,rwiú.n - « l.„U ™ d encia’ de salario y ayuda de costa dos pesos y
no ^ ^ r írccla ° indirectam ente de ninguna de las partes, comida ni
nm guna otra co sa sm pagarla, bajo pena de las setenas para ^ C ám ara.
r í i°S ganaban P°r cada testigo que examinasen con un interro-
ga o n , ‘l s . e 00f Prcgu ntas, dos tomines (moneda de plata que se usaba en
a gunas pa es e Am erica, equivalente a unos 30 céntimos de peseta), y si el in
terroga o n o era e oce preguntas o menos, un tomín. No podían cobrar de más,
bajo pena de pagarlo con el cuatro tanto (cuádruplo) a la Cámara. Pero, si fuese
un interro g ato rio am p lio y la causa ardua, el oidor o juez ante el cual se hiciese
la interp retació n , podía tasar el trabajo en una sum a moderada, adem ás de los
derech o s q u e le co rresp o ndían, de acuerdo con el trabajo y tiempo empleado.
Los intérpretes no só lo debían saberla lengua que traducían, sino que de
bían ser acreedores de la confianza que en ellos se depositaba. Por ello, los go
bernadores. corregidores y alcaldes mayores de las ciudades no podían hacer
los nom bram ientos de intérpretes por sí, sino que debía procederse a un exa
m en, voto y aprobación de todo el Cabildo o comunidad de indios. Pero, una
vez nombrados no podían ser removidos sin causa y se les debía tomar juicio
de residencia cuando lo hubiesen de dar los demás oficiales de las ciudades y
cab ild os d e las m ism as.
N ingún intérprete, lengua o naguatlate (intérprete oficial de los aztecas)
que anduviera por las provincias, ciudades o pueblos de indios, ya sea por di
lig en cia s o n e g o c io s que le hubiesen ordenado los gobernadores y justicias o
por su propia autoridad, podía pedir ni recibir de los indios, ni para sí ni para las
justicias u otras personas, jo y a s, mujeres, ropas, mantenimiento ni ninguna otra
co sa . El q u e h iciera lo contrario perdía sus bienes a manos de la Cámara y el
F isco, y era desterrado. El presidente, oidores y justicias debían hacer guardar,
cum plir y ejecu tar esta s d isp osicion es, bajo pena de perder la merced real y pa
gar 1 0 .0 0 0 m araved íes a la Cámara. . „
El núm ero d e intérpretes que debía intervenir en cada caso y el modo en
que d eb ía actu ar e v o lu c io n ó con el tiem p o, al señalar la experiencia nuevos
p r a te d in te n to s que fueran una garantía de justicia y que redujeran a mínimo
III. T r a d u c t o r e s e in t e r p r e t e s p o s t e r io r e s
a l a R e v o l u c ió n d e M a y o
Ftapu prcí*n*Híar
, M„le mencionarse como origen de la carrera de traductor ptiblico. el H
S“, f7" c julio de 1868 firmado por Alsina. de cuyo texto surge qu' <fe-
I) Hasta dicho momento el título de traductor público era otorgado adm¡
nistrativamente
J L m e n t e por el gobierno, sin haber
. . producido mformac.ón que acre£ ;
la moralidad y buena conducta del peticionante.
2) Las traducciones publicas hacen fe en juicio, y deciden muchas
vece*
en la resolución de asuntos de importancia.
3) En lo sucesivo, los postulantes deberán producir ante la justicia, la mjs
ma información que los escribanos y procuradores, a fin de acreditar la
tiJad y buena conducta .
4) Luego deberán rendir examen ante el tribunal compuesto de cátedra
eos de idiomas, y presidido por el rector de la Universidad.
5) El gobierno se reserva el derecho de acordar o no el título, según el re
sultado de lo obrado en el expediente.
El firmante del decreto fue A dolfo Alsina, hijode Valentín, que había sido
elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires en mayo de 1866, bajo la
presidencia de Bartolomé Mitre, quien había sido elegid o el 5 de octubre de
1862, asumiendo al mismo tiempo el cargo de gobernador de la provincia de
Buenos Aires. La ley 1029 de capitalización de la ciudad de Buenos Aires es de
fecha 20 de septiembre de 1880. De manera que teniendo en cuenta la situación
política de dicha época, es comprensible la aplicación del decreto firmado por
Alsina, gobernador de la provincia de Buenos Aires, en la Universidad de Bue
nos Aires de jurisdicción nacional.
De acuerdo con dicho decreto, el 11 d e agosto de 1868, se reúne el tribunal
examinador presidido por el rector doctor Juan María Gutiérrez, para examinar
a los señores A dolfo Rawson y Carlos Pellegrini, en los idiomas inglés y fran
cés, obteniendo ambos la nota de aprobado.
A partir de entonces hasta el año 1881 inclusive, obtienen el título apro
ximadamente cuarenta traductores públicos.
S eg u n d a e ta p a
Tercera etapa
En una nueva etapa, la Facultad de C iencias Económ icas de la Univcrsi
dad de Buenos Aires, por una ordenanza del año 1937 que entró en vigencias
10de enero de 1938, y una resolución 674 d el C onsejo Uní versitario dcl7dtno.
viembre de 1951, la considera com o una “carrera” dentro de dicha casa dees-
ludios, y establece condiciones de ingreso ya claram ente a nivel universitario
a saber:
1) Poseer el título de profesor del idiom a correspondiente, expedido por
el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, E scuela Normal en Lenguas
Vivas u otro instituto oficial, habilitado para ello.
2) Idiomas no considerados en los m encionados institutos: acreditar feha
cientem ente la term inación de estudios secundarios en institutos oficiales de
los respectivos países, siempre que tengan una residencia mayor de dos añoseti
la República.
3) Bachilleres y peritos m ercantiles: aprobar un exam en escrito de ingre
so, tendiente a demostrar el con ocim ien to del idiom a elegid o. Dicho examen
escrito y oral, durará tres horas y s e rendirá d e acuerdo con el programa especial
que h a d e aprobar el C onsejo D irectivo y e l cu al comprenderá: redacción, gra
mática y cultura general, ante una com isión esp ecia l d e tres miembros, desig
nados en cada caso por el d ecan o y form ada en lo p o sib le con profesores uni
versitarios.
4) En cuanto a las m aterias d e D erech o, eran: d erecho civil; derecho co
m ercial; d erech o co n stitu cio n a l y ad m in istrativo; procedim ientos y práctica
pericial, con trabajos prácticos ob ligatorios. L os program as eran similares alo*
de la carrera d e contador público.
5 ) Aprobar una prueba final escrita d e trad uccion es prácticas, de acuerdo
al program a aprobado p or e l C o n se jo D ir e c tiv o an te una com isión de
m iem bros, design ad a por el d ecan o, y q u e estará com p uesta de personas de te
co n o cid a capacidad y d o m in io del resp ectiv o id iom a, co n preferencia profeS0'
res universitarios.
En el año 1951, e l C o n se jo U n iversitario d e B u en o s A ires dictó en
pedienie 54.281/51 la reso lu ció n 674 de fech a 7 de noviem bre, aprobando
STORIA DE LA TRADUCCIÓN E INTERPRETACIÓN 29
XSrssss;
la m ism apor parte de las autoridades pertinentes. A partir de ese momento, se
planteo la situación huérfana de la carrera de traductor público, y a pesar de
nuestras gestiones tenaces y de la buena voluntad y comprensión del doctor Wi-
lliam L. Chapman, traductor público de inglés, decano de dicha Facultad, quien
reconoció la jerarquía universitaria de la carrera, no se pudo eliminar totalmen
te dicha situación de incertidumbre acerca de su correcta ubicación. La resolu
ción 3 6 0 d el i 8 d e agosto d e 1959, reglamentaria de dicha carrera, dictada por
el decano m encionado, dice en su artículo 2r, que no involucra pronunciarse so
bre la correcta ubicación de la carrera, y en el artículo 3* sugiere al Consejo Su
perior de la Universidad de Buenos Aires la “creación de una Escuela de Len
guas”. C om o co n secu en cia, dicho C onsejo con la firma del doctor Risieri
Frondizi, dicta la resolución 1325 del año 1960 aprobando las condiciones de
ingreso y e l plan d e estudios de la carrera, presentados por la Facultad, pero sin
pronunciarse sobre la correcta ubicación d e ia misma, ni sobre la creación de
una nueva E scuela de Lenguas.
Pero, at llegar a la ép oca del decano Federico Frischknecht (1966-1967),
éste intentó suprim ir y trasladar la carrera a algún instituto de lenguas, soste
niendo que el con ten ido de la m ism a consistía en sim ples estudios de idiomas.
Llegando a e ste punto de crisis en la evolución de nuestra carrera, y ante
el peligro d e )a desaparición d e Ja m ism a, gestionam os su traslado a la Facultad
de D erecho y C ien cia s S o cia les de la Universidad de Buenos Aires, conform e
con nuestra tesis acerca d e la naturaleza d e su contenido, em inentem ente jurí
dico y legalista. A n te nuestra solicitud, en esta Facultad se formó la com isión
ad hoc co m p u esta p or lo s doctores F ederico N. V id ela Escalada, Segundo V.
Linares Q uintana y F ran cisco P. L aplaza, cu yo dictam en de fecha 16 de agosto
de J9 6 7 fu e fa vorab le a d ich o traslado, en un todo d e acuerdo con nuestra tesis.
Al año siguiente, 1968, con fecha lsde julio, se procedióen la Facultad de
Derecho y C ien cia s S o c ia le s a la redacción del A nteproyecto de Estructuración
de la Carrera d e T raductor P ú b lico, en b ase al inform e d e los sigu ien tes ante
cedentes: O rd en a n za s d e la F acu ltad de C ien cia s E con óm icas del 2 2 de sep-
TSUGIMARÜ TAN-OUE - RODOLFO E. WITTHAUS
30
tiembrecíe
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fT% W. bre d e 1937; resolución c o*m
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del C o n e jo Universitario del el 77 dd e noviem bre d e 1951; resolución com„ila cumple ^4
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de agosio de 1959; y las resoluciones 40 7 y 465 a e m a e abril de 1967