los necesitados, que no se entere tu
mano izquierda de lo que hace la
SESIÓN 01 - El
puntaje secreto
¿Sabe quién lleva la puntuación? Porque si deja
que otras personas la lleven entonces es posi-
ble que le produzcan una sensación de fracaso
que no es real.
La idea detrás de este capítulo es que en la vida
solemos jugar varios juegos como el juego de
las finanzas y el juego de las relaciones. Algunas
veces cuando creemos estar ganando en el jue-
go de las finanzas resulta que estamos perdien-
do en el juego de las relaciones, o viceversa.
Estoy seguro de que también has experimenta-
do esa sensación porque hay tantos juegos en
nuestra vida que a veces sentimos que estamos
perdiendo en varios de ellos.
Para poder entender mejor esta idea lo que va-
mos a revisar primero es lo que Jesús dijo e hizo
en su tiempo.
Él lleva el puntaje
»Cuidaos de no hacer vuestras obras
de justicia delante de la gente para
llamar la atención. Si actuáis así,
vuestro Padre que está en el cielo no
os dará ninguna recompensa. »Por
eso, cuando des a los necesitados, no
lo anuncies al son de trompeta, como
lo hacen los hipócritas en las
sinagogas y en las calles para que la
gente les rinda homenaje. Os aseguro
que ellos ya han recibido toda su
recompensa. Más bien, cuando des a
1
derecha, para que tu limosna sea en
secreto. Así tu Padre, que ve lo que se
hace en secreto, te recompensará. —
Mateo 6:1-4 NVI
Por defecto, solemos dejar que otros lleven
nuestro puntaje pero esa es una pésima idea
porque cuando nos comparamos con otros so-
lemos desarrollar el sentimiento de fracaso.
Cuando usted empieza a tener una relación con
Dios es cuando Dios mismo es quien se encarga
en llevar el puntaje y notará el cambio porque al
mismo tiempo también cambia el juego.
Lo primero que Dios hace en nuestra vida es
retar nuestros valores.
El juego correcto
Seguramente ya ha notado que la iglesia es
muy buena para retar los valores del mundo
(como la sexualidad, entretenimiento, y demás)
pero la primera cosa que hizo Jesús fue retar los
valores de la iglesia misma.
A Jesús no le importa jugar correctamente el
juego sino que está más enfocado en jugar el
juego correcto. Nosotros como iglesia solemos
enfocarnos en jugar correctamente pero usual-
mente lo hacemos con el juego incorrecto de
igual forma que lo hicieron los religiosos que
crucificaron al Mesías.
Jesús dijo 6 veces esta frase: «habéis escuchado
decir pero ahora yo les digo…». Con estas pala-
bras Jesús estaba retando a las personas que
habían perfeccionado una apariencia de reli-
gión, es decir, aquellos que tienen un compor-
tamiento correcto pero con una fe equivocada.
Y si usted cree que esas personas religiosas son
otras personas entonces tenga cuidado pues
justamente ese es el pensamiento religioso del
que estamos hablando.
Es mejor pensar que uno posiblemente está
siendo religioso para poder hacer algo al res-
pecto y evitar caer en ese juego equivocado
con valores superficiales.
Si sus valores son superficiales entonces sus
victorias serán vacías.
Cambio de juego
Las personas religiosas odian a Jesús porque Él
no avala sus valores sino que los reta. La razón
por la cual Jesús reta nuestros valores es con el
propósito de llegar a lo que está debajo de
nuestras acciones.
Por ejemplo, Jesús dijo «has escuchado decir
‘ama a tu prójimo’ pero eso es fácil, yo te digo
‘ama a tus enemigos’.» Eso cambia todo el juego.
La gracia siempre cambia el juego.
Cuando las personas escuchaban a Jesús que-
daban asombradas. No por su sabiduría sino
porque hablaba como alguien que tiene autori-
dad. Eso es algo que no tenían las personas reli-
giosas porque ellos solo eran justos en aparien-
cia.
¿Quién lleva la puntua-
ción?
Regresando a lo que dije en un principio, debes
saber que no podemos saber si estamos ganan-
do basados en lo que dicen las personas o
usando puntuaciones externas. Por eso nuestra
cuenta bancaria no es el mejor indicador de
nuestro éxito.
Muchos de nosotros pensamos que estamos
perdiendo por nuestras finanzas, relaciones,
crecimiento personal y demás. La cuestión es
que podemos estar ganando pero seguimos en
el proceso.
2
Espere y explico eso un poco mejor. La mayoría
de nosotros creemos que cuando estamos en
medio del proceso es porque estamos perdien-
do y solo cuando logramos nuestro objetivo sig-
nifica que ganamos, pero eso no es verdad y te-
ner esa mentalidad solo le atormentará.
La verdad es que usted puede estar ganando
aun si está en medio del proceso para alcanzar
sus objetivos.
El mejor indicador de que estamos haciendo
las cosas bien es cuando nuestras acciones
reflejan nuestros valores.
Los motivos
Jesús no está diciendo que usted debería de
ayudar a otros desde la oscuridad y las sombras
para que nadie se entere de su generosidad.
Lo que Jesús está diciendo es que si su motivo
para dar es el reconocimiento entonces ese
mismo reconocimiento será toda su recompen-
sa.
Su motivo determina su recompensa.
Cuando lee las escrituras encuentra cosas
como «tu recompensa en el cielo» o «tu recom-
pensa de tu Padre», no están diciendo que vaya
a obtener su recompensa en otro lugar sino que
su recompensa proviene de otro lugar.
Si su motivación es el reconocimiento entonces
su recompensa provendrá del propio reconoci-
miento, pero si su motivación es Dios entonces
su recompensa provendrá de Dios.
La revelación para mí es que si escribo esta se-
sión para usted entonces usted será quien sos-
tenga mi recompensa, pero si lo hago para Dios
entonces es Él quien sostiene mi recompensa.
Ahora tiene más sentido cuando las escrituras
nos recomiendan que sin importar lo que haga-
mos debemos de hacerlo como para Dios.
La gracia cambia el juego SESIÓN 02 - Re-
Jesús dijo «no vine para abolir sino para cumplir,
en otras palabras, vine para darte una motivación
vierta su angus-
diferente». tia
Ahora no hacemos las cosas por obligación sino
Vamos a revertir nuestra angustia porque es
por la gracia de Dios. Es una cambio muy senci-
mejor cuando vivimos en paz y también porque
llo en la perspectiva.
la angustia no nos hace ningún bien.
Mientras tenga una motivación superficial,
Vamos a leer una enseñanza de Jesús en donde
tendrá victorias vacías.
nos invita a dejar de preocuparnos.
La razón por la cual salimos lastimados es que
No sé si también le pasa pero en mi caso suelo
esperamos la recompensa de las personas. So-
molestarme mucho cuando alguien me dice
lemos esperar mucho de los demás y ese es el
que no me debo de preocupar porque es mu-
problema de hacer las cosas por las personas.
cho más fácil decirlo que hacerlo.
Mientras tanto, si hace las cosas para Dios, Él
Las personas suelen dar consejos muy tontos
será quien dé la recompensa. En realidad, Él nos
como ese pero con Jesús sucede algo comple-
dio la recompensa de la gracia por adelantado.
tamente diferente.
Jesús quiere que nosotros lleguemos hasta el
Jesús conoce lo que nadie más puede. Él sabe
punto en donde la gracia nos haya cambiado de
el resultado final de cada situación. Conoce el
tal forma que ya no necesitemos pensar u orar
futuro de la misma forma que conoce el pasa-
por ciertas cosas que ya sabremos hacer.
do.
No olvide los valores que están detrás del com-
Cuando Jesús dice «no te preocupes», está di-
portamiento y detrás de las acciones.
ciendo «he visto lo que sucederá y puedo decir
que no tienes nada por lo que preocuparte, todo
Cuando tiene valores de mierda nunca tendrá
estará bien».
un gozo que dure. La popularidad y el poder son
valores de mierda porque no fueron diseñados
No me gusta cuando otras personas lo dicen
como valores sino como herramientas para
pero con Jesús siento una paz en mi diario vivir.
ejercer nuestros valores.

Cuando los valores son superficiales, las victo-

rias son vacías.
Deja de preocuparte
Diga esto en voz alta: Dios es mi fuente y Él es »Por eso os digo: No os preocupéis
mi recompensa. por vuestra vida, qué comeréis o
beberéis; ni por vuestro cuerpo, cómo
os vestiréis. ¿No tiene la vida más
valor que la comida, y el cuerpo más
que la ropa? Fijaos en las aves del
cielo: no siembran ni cosechan ni
almacenan en graneros; sin embargo,

3
 el Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Quién de vosotros, por mucho que se
preocupe, puede añadir una sola
hora al curso de su vida? »¿Y por qué
os preocupáis por el vestido?
Observad cómo crecen los lirios del
campo. No trabajan ni hilan; sin
embargo, os digo que ni siquiera
Salomón, con todo su esplendor, se
vestía como uno de ellos. Si así viste
Dios a la hierba que hoy está en el
campo y mañana es arrojada al
horno, ¿no hará mucho más por
vosotros, gente de poca fe? Así que
no os preocupéis diciendo: “¿Qué
comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o
“¿Con qué nos vestiremos?” Los
paganos andan tras todas estas
cosas, pero el Padre celestial sabe
que necesitáis de todo esto. Más bien,
buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas. Por lo tanto, no os
angustiéis por el mañana, el cual
tendrá sus propios afanes. Cada día
tiene ya sus problemas. — Mateo
6:25-34 NVI
Una cosa que puede notar cuando se preocupa
es que la preocupación funciona en círculos.
Es como si empezaras a dar vueltas y continua-
ras dando vueltas en el mismo lugar con el mis-
mo problema. Para eso Dios nos dice «deje de
dar vueltas y empiece con su fuente».
Cuando conoce quién es su Padre que está en
los cielos entonces el ciclo de la preocupación
puede revertirse.
4
Una vez empieza con el ciclo de la preocupa-
ción termina con preocupación. Cuando empie-
za con miedo, termina con miedo. Si empieza
con Dios entonces terminará con Dios.
En 2 Reyes hay una historia del sirviente de Eli-
seo en donde él se levanta y nota que su cam-
pamento estaba rodeado por el ejército de los
Sirios quienes eran sus enemigos. Después de
ver esto despierta a Eliseo y le pregunta «¿ahora
que vamos a hacer?», apuesto que en muchas
ocasiones usted también se ha preguntado lo
mismo.
Eliseo pudo haber orado pidiéndole a Dios que
destruyera al ejército enemigo pero en lugar de
eso decide orar diciendo «Señor abre sus ojos
para que pueda ver».
De esta forma el sirviente Guiezi fue capaz de
ver que había un ejército de ángeles rodeando
al ejército enemigo.
Lo que sea que le está rodeando, Dios ya lo ha
rodeado.
Revierta su preocupación
Todos tenemos necesidades pero no podemos
empezar nuestros días con necesidades porque
de hacerlo así también terminaremos con nece-
sidad. Es mejor empezar nuestro día con Dios
que conoce nuestras necesidades y de esta for-
ma terminamos con Dios supliendo dichas ne-
cesidades.
Dios es alfa y omega, el principio y el fin, lo pri-
mero y lo último.
Si Dios trabaja con este nivel de detalle (como
alimentando las aves y vistiendo las flores), ¿no
cree que Él también ha determinado su resulta-
do?
Si Dios cuida de lo menos también cuida de lo
más, pero esto se cumple si busca primeramen-
te el reino de Dios y su justicia.
Probablemente se esté preguntando ¿qué signi-
fica todo esto? Lo entiendo, yo también me lo he
preguntado, porque cómo es posible hacer
cambios en nuestra vida si no somos capaces
de entender lo que necesitamos cambiar.
La respuesta no es tan complicada. Se trata de
desarrollar las prioridades de Dios porque la
única forma de vivir en la paz de Dios es te-
niendo las prioridades de Dios.
Los problemas que aparecen a lo largo de
nuestra vida nos ayudan a estructurar las priori-
dades en su correcto orden.
Muchas veces lo que consideramos una priori-
dad en realidad no lo es y le quitamos impor-
tancia a cosas que si la deberían de tener.
Para empezar podemos evaluar el valor más im-
portante que es el amor. Empezamos con el
amor de Dios y continuamos con el amor de
nuestra familia.
Aquello a lo que le dedique más tiempo es lo
que considera una prioridad.
La marca que distingue a la familia de Dios es
una paz sobrenatural que se vuelve tan atracti-
va en nuestro mundo actual que no tiene que
predicarle al mundo porque ellos verán dicha
paz y desearán conocer al dador de paz, al prín-
cipe de paz.
Si es un experto preocupándose entonces tam-
bién tiene el potencial de ser un experto ado-
rando.
La adoración es preocuparse en reversa.
Siendo más claro, algunos ejemplos de adora-
ción es cuando ora, es decir, cuando habla con
Dios. Otro ejemplo es la alabanza en donde por
medio de la música honra a Dios. Otro ejemplo
es ser bondadoso, generoso, humilde y demás
frutos del Espíritu Santo.
5
Espero que con esos ejemplos quede un poco
más claro lo que puede hacer para revertir la
preocupación.
Estoy seguro de que también necesitaba escu-
char esto. Estar preocupado o ansioso es el es-
tado más común para la mayoría de nosotros y
eso es agotador.
Ahora sabemos que necesitamos cambiar nues-
tra preocupación por adoración porque ya no
estamos solos, Dios nos rodea a nosotros y a
nuestras preocupaciones.
SESIÓN 03 - Un
día ordinario
Cuando un día ordinario de una persona ordina-
ria se convierte en algo ordinariamente extraor-
dinario se debe al significado que adquiere su
vida.
Si usted se siente ordinario hoy debe de saber
que ha sido posicionado para ser usado podero-
samente por un Dios extraordinario.
Esto significa que la gloria y el poder no viene
de nosotros sino a través de nosotros y ese es
el resultado de tener una relación con Dios.
No se conforme con lo or-
dinario
Cierto día subían Pedro y Juan al
templo a las tres de la tarde, que es
la hora de la oración. Junto a la
puerta llamada Hermosa había un
hombre lisiado de nacimiento, al que
todos los días dejaban allí para que
pidiera limosna a los que entraban en
 el templo. Cuando este vio que Pedro Diferencia entre éxito y
y Juan iban a entrar, les pidió significado
limosna. Pedro, con Juan, mirándolo
fijamente, le dijo: ―¡Míranos! El La diferencia entre éxito y significado es que el
hombre fijó en ellos la mirada, éxito es lo que construye por su cuenta mien-
tras que el significado es lo que le da a Dios.
esperando recibir algo. ―No tengo
plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo Es por esta diferencia que puede encontrar a
que tengo te doy. En el nombre de personas exitosas que no encuentran significa-
do y viceversa.
Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y
anda! Y, tomándolo por la mano Quizás la diferencia no sea muy clara pero in-
derecha, lo levantó. Al instante, los tentaré resumirlo. La diferencia está sencilla-
pies y los tobillos del hombre mente en la palabra sacrificio.
cobraron fuerza. — Hechos 3:1-7 NVI
Para poder tener éxito en algo necesitamos ha-
cer sacrificios pero la diferencia está en el tipo
Cuando vea estas dos palabras «cierto día» en
de sacrificios.
las escrituras entonces puede esperar que algo
extraordinario ocurrirá.
Para obtener significado, el sacrificio trasciende
nuestra voluntad y nuestro deseo porque ya no
Puede que piense que esas historias hablan de
se trata de nosotros mismos sino de Dios. No
Dios pero en realidad habla más sobre cómo
consiste en nuestro éxito personal sino en el
personas ordinarias descubrían que con Dios
éxito que tenga el propósito de Dios.
todo es posible.
En el caso de Elevation Church, que es la base
Aquí hay una frase de Steven Furtick que nos
de estas enseñanzas, su misión tiene significado
conduce a experimentar lo extraordinario de
como puede notar en su declaración que dice:
Dios:
para que las personas lejos de Dios puedan le-
vantarse en vida con Cristo.
Vamos a sembrar semillas de
sacrificio generoso que producirán Es un objetivo sacrificial que nos trasciende.
fruto en el futuro.
Si le gustó su misión entonces le recomiendo
revisar su ministerio y seguramente será muy
Las bendiciones que ve hoy han sido produci-
bien recibido en la familia.
das por increíbles sacrificios que nadie ve hoy
en día.

Esta idea también explica la profunda diferencia Ordinariamente extraor-

entre el éxito y el significado. dinario
Nosotros hemos leído Hechos 3 pero no podre-
mos entender el contexto a menos que leamos
los versículos anteriores.

Todos estaban asombrados por los

muchos prodigios y señales que

6
 realizaban los apóstoles. Todos los
creyentes estaban juntos y tenían
todo en común: vendían sus
propiedades y posesiones, y
compartían sus bienes entre sí según
la necesidad de cada uno. No
dejaban de reunirse en el templo ni
un solo día. De casa en casa partían
el pan y compartían la comida con
alegría y generosidad, alabando a
Dios y disfrutando de la estimación
general del pueblo. Y cada día el
Señor añadía al grupo los que iban
siendo salvos. — Hechos 2:43-47 NVI
Como puede notar hay otras dos palabras que
son «cada día» las cuales implican que para Pe-
dro y Juan lo que sucedía era algo ordinario en
el sentido que era cotidiano.
Por eso el milagro en el capítulo 3 eran un mila-
gro ordinario.
Parece raro llamarlo así pero cuando Dios llega
a escena es cuando lo extraordinario ocurre
cada día y esa es la idea con tener un día ordi-
nario.
Es tiempo de que empecemos a vivir de forma
ordinaria lo extraordinario.
Personas ordinarias
Los gobernantes, al ver la osadía con
que hablaban Pedro y Juan, y al
darse cuenta de que eran gente sin
estudios ni preparación, quedaron
asombrados y reconocieron que
habían estado con Jesús. — Hechos
4:13 NVI
7
Debe de notar que ellos eran personas ordina-
rias que fueron usados por un Dios extraordi-
nario. Ese simple hecho es lo que marcará la di-
ferencia en nuestras vidas, no porque seamos
los mejores sino porque nuestro Dios lo es.
Las personas a su alrededor también notarán
que ha estado con Jesús así como sucedió con
Pedro y Juan.
SESIÓN 04 - Es
mío para admi-
nistrarlo
No soy la fuente ni tampoco soy el dueño, pero
es mío para administrarlo. Este es un buen tiem-
po para aprender a administrar los milagros.
Ahora hablemos sobre quejarse porque de
tiempo a tiempo sin darme cuenta suelo quejar-
me aunque no es exactamente lo que piensa.
Algunas veces quejarse no es una señal de des-
preocupación o de ingratitud. Es simplemente
que cada privilegio está acompañado por una
gran carga de responsabilidad y esa responsa-
bilidad puede representar un conflicto en nues-
tra vida.
Quizás también ha escuchado que cada victoria
es precedida por una batalla, pero la cuestión
es que muchas veces nos cansamos de luchar
aún a pesar de tener asegurada la victoria.
Por lo tanto, no es una cuestión de ingratitud
porque la gratitud no es una actitud sino que es
una acción.
Como la mayoría, yo también pensaba que la
gratitud era una actitud, pero no es así. La expli-
cación está en las escrituras en donde Dios nos
manda a ser agradecidos, pero una actitud no
es algo que se pueda mandar. Por lo tanto, lo
que Dios manda es una acción y no una actitud.
Aquellas acciones de gratitud son las que pro-
ducen el sentimiento de gratitud.
Por ejemplo, una cosa que he aprendido hacer
como hábito es que todos los días recuerdo lo
que me ha sucedido a lo largo del día. De esta
forma encuentro diversos eventos por los cua-
les estoy agradecido.
Como puede notar, la gratitud no es un senti-
miento forzado. Soy agradecido al recordar los
detalles y bendiciones de cada día.
Por eso es importante que primero sepa que
Dios hizo el día pero solo usted puede admi-
nistrarlo.
Administre sus milagros
Cuando todo el pueblo terminó de
cruzar el río Jordán, el Señor le dijo a
Josué: «Elegid un hombre de cada
una de las doce tribus de Israel, y
ordenadles que tomen doce piedras
del cauce, exactamente del lugar
donde los sacerdotes permanecieron
de pie. Decidles que las coloquen en
el lugar donde hoy pasaréis la
noche». Entonces Josué reunió a los
doce hombres que había escogido de
las doce tribus, y les dijo: «Id al centro
del cauce del río, hasta donde está el
arca del Señor vuestro Dios, y cada
uno cargue al hombro una piedra.
Serán doce piedras, una por cada
tribu de Israel, y servirán como señal
entre vosotros. En el futuro, cuando
vuestros hijos os pregunten: “¿Por qué
están estas piedras aquí?”, vosotros
8
les responderéis: “El día en que el
arca del pacto del Señor cruzó el
Jordán, las aguas del río se dividieron
frente a ella. Para nosotros los
israelitas, estas piedras que están
aquí son un recuerdo permanente de
aquella gran hazaña”». Los israelitas
hicieron lo que Josué les ordenó,
según las instrucciones del Señor.
Tomaron las piedras del cauce del
Jordán, conforme al número de las
tribus, las llevaron hasta el
campamento y las colocaron allí.
Además, Josué colocó doce piedras
en el cauce del río donde se
detuvieron los sacerdotes que
llevaban el arca del pacto. Esas
piedras siguen allí hasta el día de
hoy. — Josué 4:1-9 NVI
Aquí Dios usa un principio de paternidad que
consiste en que Él da y nosotros lo administra-
mos.
El momento en que relacionamos ese principio
con nuestra vida es cuando seremos liberados
parcialmente de la presión que estas producen
en nuestro diario vivir. Porque es de Dios para
dar y de nosotros para administrar.
El contexto en la historia de Josué es que la na-
ción de Israel estaba pasando por una nueva
etapa de administración. Moisés ya no era su lí-
der sino que era el tiempo de Josué para liderar
al pueblo de Israel.
Otra diferencia en esta nueva temporada era
que los Israelitas necesitarían madurar en su
mentalidad.
Ellos tendrían que administrar los milagros lo
cual es algo nuevo incluso para la mayoría de
nosotros porque se nos ha enseñado a esperar
los milagros, a creer en los milagros y a cómo
recibirlos, pero es la primera vez que escucha-
mos sobre administrar los milagros.
Aunque esa es la cooperación entre Dios y la
humanidad, en donde Dios provee y nosotros
administramos.
Solemos preferir que Dios nos cargue para po-
der cruzar el río pero en la realidad es que Él
nos está esperando en el otro lado.
En otras palabras, va a requerir de acciones por
nuestra parte.
Ahora, vamos un poco más adelante en el tiem-
po para entender algo importante que está rela-
cionado con esas 12 piedras.
Un Dios olvidado
También murió toda aquella
generación, y surgió otra que no
conocía al Señor ni sabía lo que él
había hecho por Israel. — Jueces 2:10
NVI
Toda la idea con las 12 piedras era para que
siempre recordaran a Dios y lo que Dios ha he-
cho por Israel (algo así como un monumento),
sin embargo en algún momento en medio de
las generaciones, los Israelitas dejaron de con-
tar la historia a pesar de que las piedras siguen
ahí hasta hoy.
Quizás las batallas consumieron su mentalidad
y por eso se enfocaron solo en las batallas igno-
rando las bendiciones.
Es de vital importancia para este momento que
note la función del evangelio como la historia
que nosotros debemos de seguir compartiendo.
Es la historia de Dios pero es nuestra para admi-
nistrar y ese es un gran privilegio.
9
Todo lo bueno que Dios hace en nuestra vida
viene de nuestra habilidad de reconocerlo en
medio de nuestras circunstancias.
Lo que estoy diciendo es que no hay duda de
que Dios está haciendo grandes cosas por no-
sotros, pero la cuestión es que nosotros no
siempre somos capaces de reconocerlo. Espe-
cialmente cuando estamos en medio del proce-
so.
Necesitamos administrar nuestras emociones
en medio de las circunstancias porque eso de-
terminará lo que sucederá después en nuestras
vidas.
Moisés murió en el monte Nebo viendo la tierra
prometida mientras que Josué dirigía al pueblo
hacia la tierra que Dios le había prometido a
Moisés.
Ambos habían visto milagros pero la diferencia
estaba en cómo las habían administrado.
Moisés administró los milagros según su miedo
y no según su fe.
Para la nueva temporada, los Israelitas necesi-
taban a un líder que actuara por su fe.
La victoria es de Dios pero es nuestra para ad-
ministrarla.
Todo el mensaje se puede resumir en una sola
palabra: Administrar.
No se trata de sentimientos o de actitudes, se
trata de hacer.
Si aún no lo ha hecho, haga esta oración cre-
yendo:
Señor, te reconozco como mi
salvador debido a que me salvaste
de mis pecados y me diste una nueva
oportunidad. Cada día reconoceré tu
gracia en mí, contaré tu historia y lo
 que haces por mí en cada día de mi
vida. Mi corazón está dispuesto para
cambiar y mi mente para ser
transformada. En el nombre de Jesús,
amen.
Cada día debes de revivir esta historia y lo que
Dios está haciendo en su vida para que nunca lo
olvide.
SESIÓN 05 - El
poder de la aler-
ta
Sé que no suena como algo normal pero si exis-
te el poder de la alerta y tiene que ver con las
promesas de Dios.
Antes de empezar quiero que note algo muy in-
teresante en la historia que le voy a compartir
porque eso cambiará toda la perspectiva con
respecto a las recompensas que recibimos de
Dios.
La mayoría de nosotros buscamos la recom-
pensa instantánea y por eso solemos frustrar-
nos con nuestro progreso en la vida.
Todos los días la vida me recuerda que debo ser
paciente y estoy seguro de que a usted también
le llegan ese tipo de notificaciones.
Así como verá en la historia, Dios cambia la
mentalidad de su pueblo para que ellos empie-
cen a pensar en las siguientes generaciones.
10
Las promesas de Dios em-
piezan con una alerta
Así, el día diez del mes primero, el
pueblo de Israel cruzó el Jordán y
acampó en Guilgal, al este de Jericó.
Entonces Josué erigió allí las piedras
que habían tomado del cauce del
Jordán, y se dirigió a los israelitas:
«En el futuro, cuando vuestros hijos
os pregunten: “¿Por qué están estas
piedras aquí?”, vosotros les
responderéis: “Porque el pueblo de
Israel cruzó el río Jordán en seco”. El
Señor, vuestro Dios, hizo lo mismo
que había hecho con el Mar Rojo
cuando lo mantuvo seco hasta que
todos nosotros cruzamos. — Josué
4:19-23 NVI
Como le había dicho, Dios habla de una recom-
pensa generacional y no simplemente de una
recompensa instantánea.
Lo siguiente que podemos notar es que todo lo
que proviene de Dios empieza con una alerta.
En esta historia tenemos algunas cuantas. La
primera es una que ya vimos en el capítulo an-
terior en donde Dios le pide a Josué que tome
12 piedras para montar un tipo de monumento.
La otra es cuando Dios le dice a Josué lo que le
deben de contestar a las nuevas generaciones
cuando pregunten por las piedras.
Lo mismo ocurre con nuestras vidas. Vamos a
estar recibiendo alertas y notificaciones que tie-
nen el potencial de provocar el poder de Dios
en nuestras vidas.
A lo largo de las escrituras podemos ver el mis-
mo patrón que consiste primero en la promesa
que Dios da y después viene la alerta o aviso
para saber qué hacer en favor de dicha prome-
sa.
Debemos de aprender a responder ante las
alertas del Espíritu Santo porque eso determi-
nará si seremos capaces de alcanzar dicha pro-
mesa.
Si quiere hacer una ofrenda (lo cual es una deci-
sión personal) lo puede hacer directamente en
su congregación o en cualquier ministerio que
sea de su interés.
Recuerde que esta es su decisión.

Para José significó desarrollar humildad a lo lar- Oración de alerta

go de su vida para que después pudiera llegar a
uno de los cargos más importantes en Egipto. Oremos juntos:

El rey David pasó por algo similar. Recibió una

promesa pero tenía que entender la alerta para
poder llegar a ser rey de Israel.
En esos casos hubo muchas alertas que anun-
ciaban por lo que tendrían que pasar antes de
llegar a la promesa. Una vez logramos entender
esto seremos capaces de superar las dificulta-
des.
No le puedo decir con exactitud cuales son
esas alertas porque incluso para mí es algo difí-
cil, pero lo que si le puedo decir es que Dios
siempre escucha. Por lo tanto, aunque no sé la
respuesta, Dios está dispuesto a darla.
Algunas veces Dios usará el ejemplo de alguien
más para alertarle.
Señor, gracias por salvarme y por
siempre estar conmigo. Dame la
sabiduría para responder
correctamente ante las alertas que
me das a lo largo de mi vida. Bendice
a las personas que me rodean, dame
el honor de ser tu embajador y de
compartir tu amor al igual que tu
compasión. Esta es una ofrenda que
entrego como una acción de gratitud
y amor. En el nombre de Jesús. Amén.
Por cierto, no olvide que la mayoría de las cosas
que disfrutamos existen gracias a los sacrificios
de otras personas.

LENUS es un ejemplo de eso.

Empiece con una ofrenda
Las publicaciones que realizo en el sitio web (le-
Esta es una alerta que escuchará con frecuen- nus.me), en redes sociales (@lenusme) y en to-
cia y consiste en hacer ofrendas. A lo largo de dos los medios en donde estoy, le pueden servir
las escrituras puedes encontrar diversos actos para aprender algo nuevo. No solo son los libros
de ofrenda que no siempre son de dinero aun- que publico sino que hay mucho contenido dis-
que si es el ejemplo más común. ponible en internet. Así que lo único que le hace
falta es comprometerse a hacerlo.
Las ofrendas consisten en abrir nuestras ma-
nos pero no porque Dios quiera lo que tene-
mos sino porque nosotros necesitamos lo que
Dios tiene.

Este también es un principio en donde abrimos

nuestras manos y dejamos que Dios nos use. Así
es como nos convertimos en recipientes de las
bendiciones de Dios.

11