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Franco Bedetti
Exordio
Nota de “El Editor”:
Desde nuestra editorial, Clonazepan Libertario, hace varios años que queríamos llevar
a acabo este trabajo: una pequeña antología con un grupo de poetas a los que no hace
mucho tiempo una reseñadora de un diario de Buenos Aires denominó -con un poco de
cizaña o con demasiada benevolencia- “Los Neo-Nada”. Sus palabras fueron:
“La escritura de este pequeño grupo de jóvenes poetas, redunda en una especie de neo-neo-
vanguardia, que con una hilarante impronta rupturista (en tiempos en los que ya no queda nada
por romper) y un vaciamiento de contenido (que se viene repitiendo en Argetina, por lo menos,
desde los noventa), lo único que hace es repetir – si se quiere compartiendo ciertas formas - el
no hacer nada, la concentración en el objeto, la escenificación pop de la muerte de la poesía,
todo lo mismo que se viene dando hace ya dos décadas y media. Yo los llamaría “Los Neo-
Nada” (aunque de Neo no tengan nada). Me disculpo por la gramaticalización del prefijo “neo-
”, pero priorizo la brevedad y no encuentro otra manera de dar la idea de esos “nuevos” -en el
sentido de no originales- que repiten “nuevamente” la poesía, una vez más, de manera
manierista.”
Nosostros creemos que lo que une las Declamaciones de “El Pibe Pichaçao” con las
Aproximaciones de “Un Amante de Blanchot”, con los Plastics Haikus de “Une Otaku
Rosarine”, con la Brevedad de “El Antologador” y los Falsos Caligramas de “Le
Groupie Mallarmeane”, es, en primer orden, la coincidencia geográfica: habitar Rosario.
En segundo, una Recurrencia Tópica, una historia que los une, y un lugar: el Desierto.
“El Antologador” nos propuso realzar dicha Recurrencia Tópica poniendo en mayúscula
todas las Palabras-Núcleo de los diferentes Tópicos. Aceptamos.
La historia en común que tienen estos poetas a la que hice referencia en el párrafo
anterior es un invento delirante de “El Antologador”, creerla es demasiado difícil, o
patético, sin embargo no se le podría negar su parte en el armado de este libro. “El
Antologador” sostiene que cuando reunió a los cuatro poetas del Neo-Nada en un bar
del centro de Rosario, un evento fabuloso sucedió: “El Antologador” propuso hacer un
cadáver exquisito, lo hicieron y los cuatro menos él, que escribió: “Libro”, escribieron
“Desierto”. Pero eso no es nada, según “El Antologador” sucedieron eventos
sobrenaturales que prefiero dejar que los cuente él.
Nota de “El Antologador”:
Este libro es una antología compuesta por poemas escritos por “Un Amante de
Blanchot”, “El Pibe Pichaçao”, “Une Otaku Rosarine”, “Le Groupie Mallarmeane”, los
Neo-Nada. Fui convocado por Clonazepam Libertario a finales del año pasado para
presentar una propuesta de antología. Nos vincula con la editorial una presunta afinidad
de gustos y de lecturas. Con “El Editor” coincidimos en que este grupo de poetas
merecía ser publicado de manera conjunta. Consideramos que los cuatro explotan la
Recurrencia Tópica con una naturalidad que los singuraliza hasta convertirlos en un
núcleo de una nueva estética. “El Editor” cree que fueron dos libros, que se pasaron
entre ellos, lo que los hizo empezar a escribir de esa manera: “Principio y fin de la
nieve” de Yvess Bonnefoy, y “Geología” de Clauida Masin. Yo creo que no fueron
sólo esos dos libros, pero que de todos modos es inutíl extender la lista.
Una tarde reuní a los cuatro poetas en un bar del centro de Rosario, y fue cuando pasó
lo inesperado, lo que terminó de moldear la antología. Les propuse hacer un cadáver
exquisito como para romper el hielo y poder hablar más seriamente de la antología con
ciertas seguridades que me suele dar el criticar al surrealismo. Primero escribí yo, doblé
el papel y se lo pasé a “El Pibe Pichaçao”, que escribió y siguió la ronda. Cuando último
escribió, dobló el papel y me lo dio, yo sentí que en el bar de golpe había más claridad,
como si hubieran prendido las luces aún siendo de día. Abrí lentamente la hoja doblada
en cinco partes, y vi lo increíble, todos menos yo que escribí “Libro”, todos, “Un
Amante de Blanchot”, “El Pibe Pichaçao”, “Une Otaku Rosarine”, y “Le Groupie
Mallarmeane” también habían escrito una sola palabra, pero esa palabra era “Desierto”,
el cadever exquisito decía: “Libro / desierto / desierto / desierto / desierto.”
¿Se habían puesto de acuerdo? Lo primero que pensé fue que era todo un chiste de “El
Editor”, pero rápidamente me di cuenta de que lo que sucedía sobrepasaba los límites de
la razón. Cuando estaba dejando el papel en la mesa y me disponía a preguntarles si se
habían puesto de acuerdo, pasó algo todavía más increíble: a los cuatro comenzó a
salirles una luz azúl desde el centro del cráneo, a la altura de la glándula pineal;
parecían no percatarse de que esa luz azúl les salía de la cabeza y dibujaba un desierto,
bastante particular, con un edificio, un tren abandonado, y unas montañas de piedra.
Saqué una foto con el celular y me fui corriendo, horrorizado, temblando de miedo.
Estaba alucinando. ¿Estaba Alucinando?
Mapa
Oberture
(dos poemas de “El Antologador”)
I
Puro Desierto:
sobre el Desierto.
II
sin corriente.
V
Desierto:
Aproximaciones al Desierto.
San Antonio
I
a Dios y al Diablo.
II
y entendió su sombra.
Se celebró:
tomaron belladona,
los di(s)putados.
III
Dios y el Diablo.
Y no son dos,
El Diablo y Dios
son la unión
las Dunas:
el becerro de oro.
IV
la rutina en la Arena,
la memoria en la Arena,
el poema.
El Desierto es el Poema.
VI
lo bueno de su Desierto
no es la cuestión de si el Poema
es gracias a la Arena
ni el Poema ni el Desierto,
El suelo brilla
se sirve Cerveza.
a Mitad de Año.
Libro: desierto / desierto / desierto / desierto.
TERCERA PARTE
(poemas de “El Pibe Pichaçao”).
Pichaçao
I
Un Edificio Pichaçeado
es un Templo Posmoderno.
Un Edificio Pichaçaeado
le escribe la cara
al mundo que no ve
no muestran.
Ya sabemos que en la tv
en la tinta,
en los aerosoles,
en la pintura
de las ciudades
lucen.
se hará.
y empuñar palabras,
y escribir armas,
se hará.
y cómo mancha.
se hará.
Si hace falta pichaçear la luna,
y empuñar palabras,
y escribir armas,
se hará.
CUARTA PARTE
(poemas de “Le Groupie Mallarmeane”).
Dunas
I
lo mirás de nuevo
O en un par,
O en ninguna,
Murió al escuchar
el sonido
de un pájaro
El sonido
-demasiado fatal
Un trino,
quizás. ´
Murió al escuchar
el sonido
de un pájaro
El sonido
cantado
del trino
fatal
de un pájaro.
VI
Las Aves
la viva palestra.
Continuará…