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Practica: Elaboración de un fármaco (pomada de árnica)

Objetivo: Aprender a elaborar fármacos como la pomada de árnica de manera


casera y natural.
Marco teórico:
La pomada de árnica es un remedio homeopático utilizado desde la Edad Media
para tratar lesiones y dolores musculares; sobre todo los causados por golpes y
caídas.
La pomada de árnica previene y reduce el sangrado, los moretones y el dolor (por
lo cual es ideal para llevar en el botiquín o kit de primeros auxilios).
¿Qué es el árnica?
El árnica, también conocida como “tabaco de montaña” o “margarita de montaña”,
es un género al que pertenecen unas 30 especies de plantas perennes, herbáceas,
de la familia de las Asteráceas. La palabra árnica significa “piel de cordero” y alude
a la textura suave de sus hojas peludas.

Esta planta pertenece a la farmacopea tradicional europea desde tiempos remotos


y es reconocida por ser un agente antiequimótico, es decir que es capaz de disolver
los hematomas de la piel. Esta propiedad, junto a las otras cualidades de la planta,
hace que su demanda anual (sólo en Europa) se estime en 50 toneladas de cabezas
de flores secas.

¿Cuál es la utilidad de la pomada de árnica?


La pomada de árnica (que también se consigue en forma de crema, gel, aceite o
tinte) se utiliza para curar moretones, esguinces, dolor de músculos, hinchazones y
en general, cualquier problema relacionado con los huesos, los tendones o los
músculos. Por ejemplo, la artritis reumatoide o las estrías del embarazo.

Esto se debe a las numerosas propiedades del árnica, como es su capacidad


analgésica, antinflamatoria (gracias a la presencia de helenalina entres sus
componentes activos), antimicrobianas (que alivian la irritación cutánea) y
rubefacientes, es decir que estimulan la circulación de la sangre, lo que reduce y
previene la formación de hematomas y moretones.
Otros usos y beneficios del árnica
La pomada de árnica también se utiliza para tratar el dolor tras una operación
quirúrgica, ampollas que no se han reventado, desgarros musculares, distenciones,
esguinces y luxaciones, artritis reumatoide, úlceras no abiertas, eccemas en la piel,
acné o estrías.

En homeopatía se utilizan, además, tintes y preparados que pueden ingerirse sin


riesgos, no así la planta en estado natural ni como infusión, que puede ser peligrosa.
En forma de tinte se utilizan sus propiedades antibióticas para tratar problemas
bucales o para tratar faringitis, anginas, epilepsia, mareos o aumentar la circulación
en las venas coronarias después de una angina de pecho.

Efectos secundarios del árnica

La ingestión directa de la planta de árnica o de su infusión puede resultar muy tóxica,


por lo que sólo se recomienda en uso externo. La única excepción para ingerir
productos que contengan árnica es en los preparados homeopáticos, donde se han
seguido estrictos controles y protocolos para evitar esa toxicidad.
El árnica se emplea vía cutánea en forma de pomada, crema, gel o aceite, por lo
que todos los efectos que se han descrito, se refieren al uso externo de la planta.
Algunas veces, debido al potencial que tiene la planta o al empleo poco diluido de
la misma, han llegado a observarse reacciones cutáneas en la piel caracterizadas
por un enrojecimiento más o menos extenso sobre todo en pieles muy sensibles, el
árnica puede producir lesiones cutáneas como dermatitis o ampollas.
No se aconseja usar árnica, y aún menos por vía oral, durante el embarazo y la
lactancia porque no es seguro debido al potencial tóxico de la planta.
En caso de alérgicos a la planta, o de personas con heridas abiertas o sangrados,
tampoco se recomienda aplicar árnica para evitar causar una intoxicación.

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