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PENSANDO EN NUEVAS IGLESIAS


EN LA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA

INTRODUCCIÓN

El pastor Tim Keller, es un plantador de iglesias y maestro al respecto. Sus


libros sobre el tema han ayudado a transformar radicalmente la verdad de las
Escrituras sobre la Plantación de Iglesias. Una declaración particular de él dice:

La plantación vigorosa y continua de nuevas congregaciones es la


estrategia más crucial para el crecimiento numérico del cuerpo de Cristo
en una ciudad para la renovación corporativa continua y el despertar de
las iglesias existentes en una ciudad. Nada más, ni las cruzadas, los
programas de extensión, el crecimiento de las mega iglesias, consultas
congregacionales ni los procesos de renovación de la iglesia, tendrán el
impacto constante de lo que sucede con una plantación de iglesias
dinámica. (Tim Keller, “Por qué plantar iglesias”)

Una cosa es muy clara: La plantación de iglesias no es opcional. De hecho, es


el método principal de Dios para rescatar a un mundo caído (Mateo 28:16–20;
Hechos 14:21–23; Romanos 15:19-20; Tito 1:5).

El presente documento es fruto de un análisis inicial con el fin de conocer


lineamientos para la Plantación de Iglesias en la ACYM. En la Junta General
pasada se autorizó a la Junta Ejecutiva iniciar propuestas para el levantamiento
de nuevas iglesias. Durante el año una comisión creada tuvo la posibilidad de
un encuentro de dos días con el pastor brasileiro, Renato Camargo, quien es
parte de un ministerio en plantación de iglesias denominado CTPI. La reunión
tuvo como propósito conocer este ministerio, y así estimular la reflexión y la
acción sobre la necesidad de un entendimiento de nuestra realidad del tema,
en pro de la visión y la renovación de nuestras iglesias.

Lo que nos llamó la atención de ellos es que sus iglesias son similares a las
nuestras en cantidad de personas. Los logros que ellos en pocos años han
tenido es sorprendentes, especialmente con iglesias urbanas en sectores no
alcanzados. Ese tiempo de trabajo sembró algunas ideas que luego el grupo de
trabajo ha madurado pensando en nuestra realidad.

Un trabajo como este se enfrenta a ciertas razones que han desencantado la


Plantación de nuevas iglesias, esto por un cúmulo de experiencias con poco o
nada de resultados.
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Estos análisis se plantean a partir de los siguientes objetivos:

Objetivo general:

Descubrir los criterios para renovar nuestros planes como ACYM en la


Plantación de nuevas Iglesias, desde una mirada bíblica y eclesiológica, a fin de
ser una Iglesia en misión permanente.

Objetivos específicos:

o VER la situación actual -luces y sombras- de la ACYM en su historia de


iniciación de nuevas iglesias.

o ILUMINAR el proceso de la renovación y estructurales de cara para un


compromiso de hacer una buena iniciación de nuevas iglesias.

o ELABORAR criterios operativos que permitan a las Iglesia ACYM Nacional,


Distritos o iglesias locales para dinamizar y fortalecer los procesos de la
iniciación de nuevas iglesias.

Para el análisis de la situación se realizó una labor previa de reflexión por parte
de los participantes, a partir de algunas claves: Avances, conflictos, carencias,
expectativas, valores, búsquedas, tendencias, desafíos y perspectivas de
acción en pro de la renovación misionera para el levantamiento de nuevas
iglesias.

Este documento inicial consta de elementos que nos permiten hacer un análisis
desde nuestra realidad como ACYM Chilena. Cada una de ellas recoge los
aportes más relevantes. También se incluye una "Propuesta metodológica" para
la profundización sobre el tema y unas "Recomendaciones" a diversas
instancias para la puesta en práctica de este documento.

I. SIGNOS DE RENOVACIÓN

Desde los inicios de la ACYM, mediante el ministerio pastoral y misionero de


Henry Weiss en 1897, tenemos algunas luces orientativas, las que pueden
renovar las esperanza que expresan un proceso de renovación en la visión de
seguir creciendo con la plantación de nuevas iglesias; pero también persisten
las sombras que dificultan el progreso de nuevas iglesias plantadas y nos
surgen los desafíos que exigen respuestas audaces, ágiles, e integradas en una
planeación y programación para una acción que perdure en el tiempo.
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Luces

Tenemos muy buenas experiencias sobre el inicio de nuevas iglesias, han


existido líderes y pastores que se han destacado en esto. Muchos de ellos
abriendo caminos y sembrando iglesias en lugares donde el Evangelio no había
llegado. En respuesta a ese llamado tenemos una vida y virtud eclesial que
dan base para continuar y relanzar el inicio de nuevas iglesias, con una visión
del tiempo que vivimos. Como ACYM podemos resaltar, entre otros, los
siguientes aspectos: Centralidad de la Palabra de Dios; predicación de la
Palabra; enseñanza consistente; evangelización continua; líderes no pastorales
comprometidos; preocupación por los no alcanzados; pastores preparados;
impulso continuo a la espiritualidad y el testimonio; gran participación de los
laicos en la Iglesia y en la sociedad. Lo anterior potencia la posibilidad de
cambios de actitudes para un despertar del espíritu misionero, en general.

Sombras

Este lado es más pesimista por la natural resistencia al cambio de muchos


líderes, con una mentalidad cerrada a las nuevas posibilidades; la lentitud para
impulsar procesos de formación profunda del laicado; persistencia de
movimientos cerrados en sí mismos; prevalencia de la institución y estructura
sobre la persona misma; falta de criterios actualizados para evangelizar el
mundo y persona urbana; sobrecarga de trabajo debida en buena parte a los
pocos dispuesto al compromiso; falta de una mayor reflexión teológica y de
una más profunda sobre la necesidad de crecer con la plantación de nuevas
iglesias, y de parte de la iglesia un acompañamiento significativo. Pero por
sobre todo no se ha preparado intencionalmente a los plantadores de iglesia, ni
hemos tenido criterios de evaluación en su selección y posterior trabajo que se
caracterice en un servicio altamente comprometido.

Desafíos

Los desafíos siguen siendo múltiples: Es necesario recrear y redefinir la


identidad de nuestra ACYM a partir de los nuevos contextos y, dentro de ella,
renovar la identidad del liderazgo en general; lograr una espiritualidad madura,
que anime todo el proceso; descubrir y atender los "areópagos
contemporáneos"; superar las visiones excluyentes aún en la misma propuesta
metodológica de misión. Valorar, potenciar, apoyar y proyectar la misión de los
laicos en el mundo; encontrar nuevos cauces para la transmisión de la fe a las
nuevas generaciones; animar una adecuada pastoral, con mecanismos eficaces
para acompañar a los pastores, especialmente en los primeros años (El
Seminario prepara pastores para iglesias organizadas). Por lo que se hace
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necesario establecer procesos formativos más adecuados en los seminarios,


levantando una filosofía misional propia y transversal a todo nuestro hacer
como iglesia.

II. EL DESAFÍO PARA LA SIEMBRA DE NUEVAS IGLESIAS

Para todo desafío al que nos reformulemos se sugieren tener principios


teológicos que nos identifiquen claramente, sobre todo eclesiológicos, y
criterios evangelizadores y misionales, que puedan iluminar y orientar
prioritariamente la renovación como ACYM a una nueva visión de Plantación de
Iglesias.

Principios teológicos

En esto tenemos cierta claridad, en más de 120 años, y con una renovación en
nuestra Declaración de Fe nos dan el contexto bíblico/teológico que nos orienta
en la misión.

Criterios evangelizadores y misionales

1. Proclamación de la Palabra de Dios. Promover y formar a los


creyentes en la lectura reflexiva y transformadora de la Palabra de Dios
y desde ella abrirse con docilidad a la acción del Espíritu para que
sostenga un proceso de renovación espiritual en las personas y en las
iglesias, en sus corazones, mentalidades, criterios, actitudes, conductas,
lenguajes, prácticas, métodos, planes y estructuras.

2. Comunión fraterna. Intensificar la vivencia de la Iglesia que se


manifiesta en la formación y en la vida de las pequeñas congregaciones
y en el crecimiento de nuevas cualidades para la acogida, el servicio y la
alegría. Que ACYM sea el invernadero de los creyentes, un lugar donde
Dios puede trabajar. Donde el Espíritu Santo encuentre corazones para
trabajar y cambiar.

3. Participación de los miembros no pastores. Reformular la


participación de todos los miembros, en la comunión y la formación
discipular, respetando los derechos de todos los miembros, promoviendo
las capacidades y profesiones al servicio del Señor y ayudando a superar
la división entre el pastor y líder. La Iglesia no es un edificio, es gente.
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4. Predicación intencionada. Presentar el Evangelio con mucha claridad


para que los oyentes tengan un encuentro único y personal con Cristo,
esto mediante la proclamación de la Palabra. Posteriormente dar
siguiendo según la pedagogía de Jesús en el trayecto a Emaús. Esto es
para acercarse a los alejados, caminar junto con ellos, preguntarles,
escucharlos, acompañarlos y constituir una comunidad de amor que
atraiga hacia el Resucitado. Entender que el Evangelio lo es todo.

5. Tener una ruta discipular. Que la formación parta desde el encuentro


con Jesucristo y conduzca a una permanente conversión personal. Es
necesario que el hilo conductor debe ser la proclamación de la Palabra
de Dios. El llamado a la plantación de iglesias debe ser seguro, ya que
tendrá que volver una y otra vez ante el desánimo, la derrota y la
incertidumbre.

6. Procurar iglesias misioneras. Fortalecer nuestro ADN como la iglesia


misionera, que ellas estén insertas entre las familias y los pueblos
mediante procesos permanentes de discernimiento, planeación,
descentralización y articulación pastoral.

7. Iglesias al servicio del Reino. Convertirse a una misión que sirva al


crecimiento del Reino pleno en Cristo mediante un proceso de educación
cristiana que forme personas libres y fraternas, y congregaciones que
transformen las realidades de nuestro Chile.

8. Nuevos espacios de la misión para la realidad actual. Intensificar


la presencia cristiana en los nuevos areópagos del mundo de hoy,
especialmente en el ámbito de la cultura urbana, para acercarnos a los
que no conocen a Cristo, atraer a los que se alejaron de la Iglesia y
fortalecer a los que flaquean en su fe.

9. Son claves los plantadores. Ellos deben estar firmes y sostenidos


cuando llega el desánimo (y siempre lo hace). Es su llamado que
mantendrá a un plantador de iglesias y a su esposa en su ciudad (porque
habrá momentos en que quieran darse por vencidos y partir), obliga a
sus ministros hacia adelante (y a veces es la única motivación que
queda), y cambia vidas (lo que hace que todo valga la pena).

III. CRITERIOS DE RENOVACIÓN

La expresión "criterios de renovación" indica sugerencias prácticas que pueden


servir de impulso para levantar un nuevo tiempo en la plantación de iglesias.
Estas propuestas tienen como base y marco de referencia el hecho de que el
reto fundamental de la Iglesia es ser capaz de promover y formar discípulos,
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que respondan a la vocación y llamado recibido, es decir, formar cristianos


convertidos y comprometidos. Por tanto, un criterio fundamental de
discernimiento para descubrir la autenticidad del testimonio cristiano y las
estructuras eclesiales es su capacidad para contribuir de manera eficaz a la
promoción y formación de discípulos.

Las siguientes propuestas nos pueden ayudar en levantar una visión dinámica
para las nuevas iglesias a plantar.

1. Redescubrir el sentido y la necesidad de la organización. Para


nuevas iglesias es necesario no absolutizarlas ni menospreciarlas, sino
precisar qué se entiende por estructuras para nuevas iglesias, hay que
tener disposición a que nuestra organización administrativa puedan ser
modificadas, adaptadas o transformadas. En lo que comprendemos
como nuestra Administración Interna, la función primordial es que
seamos capaces para facilitar el fluir de la vida espiritual, impregnando
la vida de las personas y las iglesias locales; pero también se debe
garantizar la comunión, la participación y la misión de todos. Las
estructuras deben ser medios para la comunicación, el diálogo o el
consenso. Deben caracterizarse por su flexibilidad, funcionalidad y
dinamismo. No cualquier estructura garantiza una renovación espiritual
ni la visión para levantar nuevas iglesias. Esto implica también revisar a
fondo el ejercicio de la autoridad, así como repensar a la ACYM en el
actual contexto social y cultural de nuestro país, y su función de ser
garante de la unidad y la misión.

2. Inclusión de los laicos, hombres y mujeres. Esto es absolutamente


necesario. Pues la renovación de nuestra iglesia ACYM no será posible
sin la presencia activa y dinámica de los laicos. Esto implica que se les
dé más espacio de participación, mediante el uso de sus profesiones y
dones en todo el proceso de estudio para la posibilidad de levantar
nuevas iglesias: Análisis, discernimiento, programación, ejecución y
evaluación.

3. Diseñar la formación integral, sistemática y permanente, en


todos los niveles de Iglesia. Ellos deben garantizar la iniciación o
reiniciación cristiana a través de la educación cristiana programada;
procurar la maduración en la fe de cada miembro; con una adecuada
capacitación para que ellos vivan su vocación específica y ejerzan sus
dones espirituales en la Iglesia. Para esto se puede usar la educación a
distancia (online) y luego proceder a la selección programada de los que
podrían ser los futuros plantadores. Esta propuesta identifica que los
plantadores son claves en las nuevas iglesias a sembrar. Para ello será
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necesario el estableciendo de nuevos centros de formación dedicados a


los futuros plantadores de iglesias, tener una educación intencionada.
Estos deben ser apoyados con los necesarios recursos, tanto humanos,
como pedagógicos, materiales y económicos.

4. Impulsar el compromiso pastoral y misionero. Esto implica revisar


y potenciar los ámbitos de participación que favorezcan la participación
integral y efectiva de todos los miembros. En este campo es
extremadamente urgente que cada líder entienda y asuma la dimensión
misionera como parte constitutiva de su identidad personal. Los
plantadores de iglesia nunca deben ser motivados por algun
descontento o incapacidad de sentarse bajo autoridad en su antigua
iglesia. Las iglesias no pueden ser refutaciones a los métodos e ideas de
otro pastor. Deben basarse en un claro llamado de Dios.

IV. PROPUESTA METODOLÓGICA Y RECOMENDACIONES

Propuesta metodológica

Para profundizar los contenidos del presente documento desde el contexto de


cada Iglesia ACYM, sugerimos generar espacios de reflexión a partir de lo
siguiente:

1. ¿Qué entendemos por nuestra organización administrativa?

2. ¿Qué elementos caducos existen como estructura para el inicio de


nuevas congregaciones?

3. De las estructuras existentes, ¿cuáles deben ser rescatadas y ajustadas


para que funcionen mejor ante las nuevas iglesias?

4. ¿Qué estructuras nuevas habría que crear para impulsar la plantación de


iglesias?

Recomendaciones:

Para la ACYM Nacional. Es necesario que esta continúe generando espacios


para compartir experiencias, reflexionar y dar seguimiento a este proceso para
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levantar una nueva visión de nuevas iglesias. Es necesario fortalecer las


propuestas en este campo específico para configurar creativamente el rostro
de nuestra iglesia para la década que iniciamos.

Se recomienda igualmente que se fomente a nivel nacional la reflexión para el


levantamiento de nuevas iglesias, dando énfasis a la necesidad de plantadores
con llamado de Dios. De manera especial, procurar los espacios donde se den a
conocer y/o se compartan aquellas experiencias que puedan servir de
referencia, ejemplo y motivación.

Para las Iglesias particulares. Que se le dé una mayor importancia a la cuestión


de la vida como parte de una iglesia local, buscando mecanismos que ayuden
eficazmente a la renovación y levantamiento de las nuevas iglesias. Sembrar
semillas en cada miembro.

Para los Centros de Formación. Se requiere que en los programas de estudio de


nuestro Seminario Teológico, del Departamento Nacional de Educación
Cristiana, los centros de estudios locales se incluya de manera transversal la
formación de plantadores para las nuevas iglesias a sembrar.

CONCLUSIÓN

Este documento pretende, modestamente, ser un estímulo para la reflexión y


la búsqueda creativa de medios que ayuden a lograr una verdadera renovación
en el tema propuesto: Plantación de nuevas iglesias de Alianza Cristiana
y Misionera.

Felipe Fierro
C. Iván Flores
Luis Hernández
Viviana Arias.

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