Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Documento Sin Título PDF
Documento Sin Título PDF
Hoy quiero decirte que eres una persona muy especial en mi vida, en estos tiempos es
difícil tener a una persona en la cual podamos confiar, pero tú llegaste a mi vida a cambiar
todo, convirtiéndote en mi guía, en una segunda madre, en mi maestra de vida y es como
dicen “la vida no viene con manual, pero si contamos con una madre”, y quizás esa sea la
tarea más difícil ya que una madre es una mujer firma que siempre nos guiará para que
sigamos por el camino correcto.
Debo darte gracias por cambiar mi manera de ver la vida, por enseñarme a ser fuerte, por
tus regaños que siempre son consejos, por ayudarme a nunca rendirme, también tengo que
agradecerte por esos días en los que podemos conversar como madre e hija tomándonos
un café. Me has enseñado lo afortunada que puedo ser por contar con dos madres mi
mamá biológica y tú mi mamá de corazón.
PUBLICIDAD
Siempre le agradeceré Dios que te colocara en mi camino, eres una mujer fuerte y
luchadora, dueña de un corazón inmenso que vale oro, tienes una forma de ver la vida
totalmente admirable, jamás te rindes a pesar de las adversidades que se te han
presentado en tú vida, eres sencilla, humilde, especial y aunque en algunas oportunidades
lo escondas eres muy sentimental.
Dios hizo de ti una mujer en todo el sentido de la palabra, eres una madre increíble, una
amiga inigualable, una hija y amiga excepcional, y aunque muy poco te o diga eres
sencillamente perfecta, con tus errores y aciertos te has convertido en la mujer que hoy en
día eres.
Hoy más que nunca le pido a Dios que te cuide y te bendiga todos los días, porque me
puede a llegar a faltar todo, pero tú nunca, te quiero mamá de corazón.
Eres esa mujer aguerrida, compañera, dulce, noble que desde que llegué me cuidó y
protegió; eras y sigues siendo la fiel compañera de mamá. Gracias por los cuidados, las
aventuras, la compañía. Pensar que tengo tanto que agradecerte que hasta escribirte esta
carta siento no será suficiente.
Los cuidados cuando estaba enferma, mis meriendas, las que tú me preparabas, mis
favoritas; las tardes jugando a la maestra, al doctor, la niñera o lo que fuera. También
nuestras tardes haciendo tarea. Gracias por la paciencia y por explicarme cien veces las
cosas, hasta que por fin las comprendiera.
Por las noches, cuando dormía en tu casa contigo a mi lado, los cuentos de nunca acabar
que incluían misterio, aunque después no podía dormir. Los chistes, las risas, todo eso que
hasta el día de hoy forman parte de mis más lindos recuerdos. Si hablamos de la comida,
son un sinfín de ellas las que me han logrado cautivar, las papas rellenas y las sopas,
aunque al inicio o de chiquita he de confesar que no eran mis favoritas, todo lo que hacías
para mí era un manjar.
Mi compañera fiel en viajes o expediciones del colegio, mientras mamá trabajaba; a la que
no le importaba sacrificarse por acompañarme y hacer de mi niñez la divertida y locuaz
aventura que fue. Esa mujer que pocas veces dice “te amo”, pero cuando lo hace sabes que
lo dice de corazón; esa que siempre estará para mi sin importar lo que pase.
Ahora, ya de adulta y solo un poco más grande, quiero que sepas lo mucho que te amo.
Ahora me toca a mí cuidarte y ser incondicional. Aquí siempre estaré para continuar
compartiendo la vida juntas y nuestras aventuras.
Mi amor por ti supera todo lo que puedas imaginar; le pido a Dios me ayude a ser
agradecida contigo y devolverte todo lo que has hecho por mí.
Desde el cielo sin duda, me amaron demasiado, ya que me regalaron 2 ángeles, mi madre y
tú.