Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EDITORIAL ~
PAX M ÉXICO
o
El l ib r o m u e r e c u a n d o l o f o t o c o p ia n
Amigo lector:
La obra que usted tiene en sus manos es muy valiosa, pues el autor
vertió en ella conocimientos, experiencia y años de trabajo. El editor
ha procurado dar una presentación digna a su contenido y pone su
empeño y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red
de com ercialización.
Prólogo v
El psicodrama: una invitación a jugar en serio ix
Introducción: historia de una práctica xviii
1. Aplicaciones del psicodram a 1
2 . La sociedad del futuro, un reto para el psicólogo clínico 12
3. C rónica de un taller de fem ineidad 17
4 . Psicodram a pedagógico. Intervención
d e n tro de u n a institución de enseñanza 33
5. H istoria de un grupo
de aprendizaje de psicodram a pedagógico 60
6. Psicodram a pedagógico: ¿Qué enseño cuando enseño? 79
7 . M anejo de conflictos en la em presa 95
8. El psicodram a en la form ación profesional 107
9 . Los niños de la calle: una experiencia con psicodrama 121
10 . C aleidoscopio grupal. Fronteras y p u en tes
e n tre psicodram a clínico y psicodram a pedagógico 136
11. C onclusiones 147
Anexo: ¿Qué es el psicodrama? 159
Bibliografía 183
iii
Prólogo
Elena Noseda
Buenos Aires, Argentina
El psicodrama:
una invitación a jugar en serio
x • M aria Carm en Bello
^ ;| m e g u sta
úh'7
para q u é lo quiero
a lñ T B m e sirve
porque no se
puede aprender
psicodram a
m irando...
Está prohibido:
• H a b la r d e los s e n t i m i e n t o s
d e los d e m á s b a j o el m é t o d o
e n c u b r i d o r "yo s ie n to q u e t ú ” .
• I n t e r p r e t a r a los d e m á s .
• Ser ir r e s p e t u o s o c o n los s e n t i
m ien to s de alg u ien .
No se p u e d e " n o e s t a r d e
a c u e r d o ” c o n los s e n t i m i e n t o s
de alg u ien .
El psicodram a: una in v ita c ió n a ju g a r... • x iii
e r o ti z a r s e
enojarse ab u rrirse
y t a m b i é n no
sen tir n a d a o
no s a b e r q u e
se s ie n te .
in te g rarlo
c o n lo q u e
q u iera s
Ahora,
Introducción:
historia de una práctica
4 Transcribo esta crónica tal cual, casi sin comentarios, en el capítulo 3: Crónica de
un taller de fem ineidad.
5 Capítulo 4, Intervención en una institución de enseñanza.
Intro du cció n • xxi
7 Elena N oseda de Bustos, capítulo 7 del libro El psicodrama, Dalmiro Bustos (et al.),
Editorial Plus Ultra, Argentina, 1975 y “Psicodrama pedagógico con adolescentes”
en El psicodrama, aportes a una teoría de los roles, Editorial Docencia, Proyecto Cinae,
Argentina, 1982.
Introd u cción • xxiii
todas las clases y pedí a los estudiantes que tam bién lo hicieran,
p a ra que p u d ie ra n rep en sar lo vivido; de esta m a n era obtuve
crónicas completas: crónicas de grupos cuyo objetivo era apren
d e r psicodram a pedagógico8.
Lo interesante es que im partim os varios diplom ados con el
m ismo esquem a de trabajo y p o r supuesto, cada crónica es dife
ren te pues cada grupo construye su propia historia; cada grupo
establece u n a relación diferente conm igo y cada g ru p o estable
ce sus propios objetivos más allá de los objetivos explícitos del
diplom ado. Con los grupos en los que me topé con más dificul
tades en este sentido, porque tendían a im ponerm e sus propios
objetivos, es con los que, p o r supuesto, más he ap ren d id o 9.
Por su p arte Jaim e fue inclinando cada vez más su práctica
hacia las empresas e instituciones: fue desarrollando habilidades
en la consultoría, cam po en el que yo n o lo seguí, pero sí lo fui
acom pañando cada vez más en trabajos d en tro de las em presas
que tienen que ver con las relaciones hum anas. Así nos hem os
especializado en cursos (que siem pre se convierten en interven
ciones grupales) de m anejo de conflictos10, form ación de equi
pos de trabajo, trabajos sociométricos d en tro de la em presa, uso
del test sociom étrico, y verdaderos trabajos de e n cu en tro en el
más p u ro (digo yo) estilo m oreniano en tre personas que nece
sitan trabajar ju n ta s y tienen dificultades en tre ellas.
El espacio de reflexión sobre el rol del psicólogo, adem ás
de hacerse en la Facultad de Psicología y en la fo rm ación de
psicoterapeutas, fue dando lugar a talleres en otras universidades
y con ello la experiencia de trabajar en psicodram a pedagógico
con grupos g ran d es11.
O tros trabajos con g rupos son p a ra m í inclasificables. No
p o rq u e no sepa si se trata o no de psicodram a pedagógico, que
es lo de m enos, sino p o rq u e en ellos el d o lo r ju e g a u n papel
A p licacio n es
del p s ic o d r a m a 1
En 1989, p ara
la Semana de la
Psicología de u n a
universidad a la
que nos invitaron,
escribí un pequeño
artículo que titulé
¿Aplicaciones
Aplicaciones del del psicodrama?
Psicodram a, donde
reviso el térm ino Luego de elegir este título me qu ed é p en
y cuestiono, desde sando si realm ente puede hablarse de apli
la historia m is m a
del psic o d ra m a ,
caciones del psicodram a. Es cierto que en
lla m a r p sic o d ra m a la Escuela M exicana de Psicodram a, a la
aplicado al que que represento, hablam os con frecuencia
incursiona en otros
de psicodram a aplicado a la docencia, al
cam pos que no sean
el te ra p é u tic o o teatro, a la psicoprofilaxis, al trabajo con
clínico en gen eral. familias, a las instituciones...
Y le llam am os así: aplicado, p o rq u e el
cam po internacionalm ente consagrado del
psicodram a es el de la psicoterapia. No
obstante, al abordar el tema, decidí que po
día ser un buen m om ento para cuestionar
el térm ino. Lo prim ero que se me ocurrió
1
2 • M aría Carm en Bello
Primer antecedente
El ju e g o de Dios y los ángeles es u n episodio con el que M ore
no ha fascinado y escandalizado siem pre a su auditorio. Se trata
de u n a anécdota de su infancia en Viena: cu ando ten ía cuatro
años y m edio, u n a tarde en que sus padres hab ían salido, esta
ba con sus am iguitos ju g a n d o en u n sótano y les propuso ju g ar
a Dios. Para eso hiciero n un cielo p o n ie n d o sillas sobre u n a
mesa; sus am igos eran los ángeles y él era Dios. Le ayudaron a
tre p a r a la silla más alta y luego lo estim ularon a volar. “Si eres
Dios ¿por qué no vuelas?”, el resultado fue un brazo fracturado
y u n a an écd o ta que, sea cierta o no, p o r el h ech o de que a
A p lica cio n e s del psicodram a • 3
Segundo antecedente
El segundo a n tec e d en te se re m o n ta a la época estudiantil de
M oreno, cu an d o solía cam inar p o r los ja rd in e s de Viena. Allí
re u n ía a los niños que ju g a b a n en los parques, les contaba
cuentos y los estim ulaba a represen tarlo s y a inventar sus p ro
pios cuentos.
C u an d o refiere este episodio, M oreno dice u n a frase que
me gusta m ucho: “Les perm itía ju g a r a Dios si querían hacerlo.
C om encé a tra ta r sus problem as cuando fallaban, tal com o yo
fui tratado cuando m e fracturé el brazo, dejándolos actuar im
provisadamente: una especie de psicoterapia para dioses caídos3.”
F u n d am en talm en te aquí nace u n a m an era nueva de ense
ñ ar y de aprender. Con su habitual exageración M oreno lo des
cribe com o “un ja rd ín de infantes en u n a escala cósmica, u n a
revolución creadora en tre los n iñ o s”4. Podem os decir que aquí
com ienza el psicodram a pedagógico:
• A p ren d er m ediante la acción.
• U na pedagogía fu n d ad a “co m p letam en te y sin n in g ú n
com prom iso en el acto creador... U na técnica del acto
creador, un arte de la esp o n tan eid ad ”5
• U n m éto d o de enseñanza-aprendizaje integral en el que
n o se ed u ca solam ente el intelecto, sino que se trabaja
tam bién con el cuerpo y las em ociones.
• En que la experiencia es prim ero que el concepto, al con
trario de lo que sucede en g en eral en n u estra sociedad,
cu an d o “el n iñ o se ve fren te a u n n o m b re definido cuya
realidad lo ha ab an d o n a d o ”6.
Tercer antecedente
El tercer an teced en te tiene u n a fecha concreta: 1Q de abril de
1921; es más, hasta sabemos la hora: de las 7 a las 10 de la noche.
Es la p rim era sesión oficial que dirige M oreno en la Komódian
Haus. Estamos en la Viena de la posguerra; la situación política
es caótica; no hay líderes claros; no se visualiza el futuro.
M oreno, a su m an era m esiánica y exhibicionista, pretende
salvar al m u n d o e u ro p eo de la hecatom be que se avecina: se
presen ta fren te a u n público de más de mil personas en u n es
cenario d o n d e sólo había u n sillón de terciopelo rojo, con bor
des dorados, y sobre él u n a corona de cartón.
Desde allí insta a su auditorio a pasar al escenario y ocupar
el sillón com o si fuera un trono, los invita a todos a que sean su
p ropio líder. El resultado circunstancial es u n fracaso ro tundo.
El resultado, a más largo plazo, es que en ese m o m en to nace
oficialm ente el sociodram a.
La sesión fue u n fracaso p o rq u e el objetivo era dem asiado
ambicioso. El sociodram a no es u n a solución para salvar países.
Ojalá lo fuera. Podría h ab er sido una o p o rtu n id ad para que los
allí presentes reflexionaran, sacaran sus propias conclusiones
del d ram a colectivo que estaba viviendo y quizá tam bién se
transform aran en agentes de algún cambio; sin em bargo, quizá
p ro b a b le m en te tam bién haya fallado ese sentido, pues en esa
ocasión M oreno partió de su propia propuesta y no de una pro
puesta grupal.
De todas form as así com ienza el sociodram a, que histórica
m en te p reced e al psicodram a; p o sterio rm en te se consagra
com o un m étodo de acción p ara elab o rar las relaciones en tre
los m iem bros de un grupo o u n a com unidad: u n m étodo d o n
d e todo el g ru p o es protagonista. Sociodram a viene de socium=
compañero. A ctualm ente se ha popularizado el térm ino de socio-
dram a y se le llam a así a procedim ientos muy diversos; pero su
definición m oreniana es: un m étodo de acción plan tead o para
elab o rar u n a tem ática grupal o com unitaria, d o n d e cada uno
rep resen ta su propio rol.
6 • M aría Carm en Bello
Las técnicas son las mismas que las del psicodram a y ambos
m étodos son com plem entarios. En u n g ru p o que trabaja con
técnicas dram áticas se o p era siem pre en dos niveles: sociodra-
m ático y psicodram ático.
Cuarto antecedente
Vayamos al cuarto a n tec e d en te del psicodram a, que es su ori
gen más directo. Estamos en la época del teatro para la esponta
neidad. M oreno todavía no buscaba u n a técnica terapéutica:
buscaba un teatro pleno d o n d e no h u b iera textos rígidos, d o n
de el actor no estuviera atado a argum entos y d o n d e no debie
ra re p e tir n o ch e a no ch e las mismas palabras. P robablem ente
buscaba com o lo hiciera más explícitam ente después Grotowsky,
u n a vuelta a los orígenes del teatro cuando cum pliera u n a fun
ción social, religiosa y terapéutica.
U na de las form as de trabajar el teatro e sp o n tán eo fue el
p erió d ico viviente: se escogía u n a noticia de u n perió d ico de
ese día y se rep resen tab a, con actores en tre n ad o s y otros que
surgían del público. Bárbara es u n a de esas actrices entrenadas
a q u ien le gustaba re p re se n ta r papeles de ingenua, “papeles
heroicos y rom ánticos...,7” dice M oreno. B árbara se casó con
George, asiduo espectador del teatro espontáneo. N ada cambió
ap aren tem en te después de su casam iento: ella seguía actuando
y G eorge sentándose en prim era fila.
Poco tiem po después G eorge le pidió ayuda a M oreno: su
m atrim onio era un infierno. Bárbara era en la intim idad lo con
trario que en el escenario: agresiva, insultante y hasta lo atacaba
físicam ente. M oreno pensó en u n a estrategia y esa m ism a n o
che se la propuso a Bárbara:
—Vea, Bárbara, se ha portado maravillosamente hasta ahora,
p ero m e tem o que se está encasillando. A la g en te le gustaría
7 Ibid, p. 24.
A p lica cio n e s del p sico d ram a • 7
8 Ibid, p. 25.
8 • M aría Carm en Bello
9 Ibid, p. 26.
A p lica cio n e s del p sico d ram a • 9
La so c ie d a d del futuro,
un reto para el psicólogo
c lín ic o 1
Al año s ig u ie n te me
inv itaron a d a r u n a
c o n fe re n c ia en otra
u n iv e rsid a d p a r a un
evento que se llam ó
¿a so c ie d a d del
El tem a del p ap el del psicólogo en la so
futuro-, un reto para
el p sicó lo g o c lín ic o ciedad, ya sea la del presente o la del futu
y, al r e le e r lo que ro, es siem pre un tem a polém ico. Esto me
escribí en tonces,
re c u erd a u n a m esa re d o n d a en mi país,
veo que en él
abordo el te m a de hace m uchos años, en la Facultad de H u
lo social, el trab a jo m anidades de la ciudad de M ontevideo;
in te rd isc ip lin a rio eran tiem pos políticos muy difíciles p o r lo
en la psicolo gía,
la im p o r ta n c ia que encarar el tem a del papel del psicólo
del grupo... y... go significaba cuestionar cuál era la p arti
u n a vez m á s, hablo cipación del psicólogo en los aconteci
del p slc o d ra m a
ap lica d o . m ientos políticos y sociales del m om ento.
A esa m esa asistieron psicoanalistas y
psicólogos sociales de U ruguay y de Ar
gentina; e n tre ellos estaba José Bleger. Yo
estudiaba la licenciatura y mi recuerdo de
lo que se dijo es muy vivo, aunque proba
blem ente fragm entado y distorsionado por
12
La so ciedad del futuro, un reto... • 13
Crónica de un taller
de fe m in e id a d
Todavía gu ard o un
cu a d e rn o en cuya
ta p a a p a r e c e
b e lla m e n te d i b u j a
da, com o en un a
p in tu r a entre El taller que a co n tin u ació n voy a n a rra r
s u rre a lista y na if,
u n a joven con se hizo com o parte de las actividades de la
c a p e l in a y vestido Escuela M exicana de Psicodram a. El tem a
vaporoso, que m ira era así de amplio: la mujer, la fem ineidad;
u n a p u e s ta de sol
ju n to al m ar. la duración del taller fue de siete sesiones,
En él tran sc rib í de dos horas cada una. Al finalizar cada
con esm ero y a sesión yo hacía u n a síntesis y la leía al co
m a n o la cró nic a
de uno de estos m ienzo de la siguiente sesión. Esas síntesis
" ta lle re s de las transcribiré tal cual. Com o están escri
f e m i n e i d a d ” , del tas para el grupo, n o están detallados los
q u e guardo el m ás
e n t ra ñ a b le r e c u e r
trabajos dram áticos ni hay tam poco n in
do. No hab ía gún detalle técnico: tan sólo es u n a cróni
llegado a ú n p a r a ca de contenidos.
mí la era de las
co m p u ta d o ra s .
El grupo:
• Amelia: 29 años, casada, am a de casa
con dos niñas.
• Guille: 27 años, m adre soltera de una
niña; es subdirectora de una escuela.
17
18 • M aría Carm en Bello
Cuarta sesión. La c r e a t iv id a d en la m u j e r
C om ienzo la sesión con u n a breve referen cia al co n cep to de
creatividad en el psicodram a. M oreno pensaba que, al nacer,
todos los seres hum anos somos genios p o ten ciales p ero que
sólo p u e d e m anifestarse con la e sp o n tan eid ad suficiente. La
e spontaneidad - d ic e - es com o el beso del p rín cip e de la Bella
D urm iente: despierta a la creatividad dorm ida. Ser espontáneo,
sin em bargo, no es fácil en nuestra sociedad y n uestra época.
Dado que el tem a es muy am plio y las integrantes del grupo
no tienen problem as específicos con él decidim os tom ar la línea
Al com entar las escenas, ser creativa significó rom per con lo
establecido, con los planes de los padres y con lo que se espera
de u n a mujer, de la hija más chica o de u n a joven judía. Tam
bién com entam os que el personaje de la m adre sigue apare
ciendo con gran intensidad en todos los tem as que tienen que
ver con la mujer. Ser creativas, para algunas m ujeres, h a sido
seguir u n cam ino diferen te al de la m ad re o cum plir con un
deseo secreto de ellas, haciendo lo que ellas no pudieron hacer.
P ro p o n g o u n ju e g o dram ático para cerrar la sesión: cada
u n a va colocando u n cojín con pequeñ as cosas en las que ex
presa su creatividad. O tra vez el juego se vuelve divertido, m ien
tras cada u n a le pone nom bre a su cojín:
• u n a flor en u n a tetera
• servilletas que parecen flores
• bu d ín de pescado que parece langosta
• corpiños teñidos de todos colores para hacer ju e g o con el
vestido
• cam biar u n a llanta en cinco m inutos usando la b an q u eta
com o gato
• lograr que algún hom bre de los que p o r ahí pasaban, cam
bie una llanta en cinco m inutos
Psicodrama p e d a g ó g ic o .
Intervención dentro
de una institución
de enseñanza
En 1993 nos
lla m a ro n de
u n a u n iv e rsid ad
p a r a h a c e r un a
in te rven ción
p s ic o d ra m á tic a En 1993 nos llam aron de u n a universidad
con un grupo
piloto de a lum nos m exicana a la que llam arem os U nim ex,
que p r e s e n ta b a n para hacer una intervención psicodram áti
p ro b le m a s como ca en una facultad de la ram a hum anística
grupo.
a la que llam arem os Facultad H, d o nde
un g ru p o piloto de alum nos presentaban
problem as de relación, entre ellos y con la
institución.
De m anera paralela a sus grupos regu
lares, esa facultad había abierto u n o espe
cial q u e llam arem o s Elite, d o n d e h ab ía
re u n id o a los estudiantes de m ejor nivel
intelectual y m ejor re n d im ien to académ i
co; todos hab ían sido seleccionados p o r
sus calificaciones en las escuelas secunda
rias y p reparatorias de las que provenían,
y según las p ruebas psicológicas a las que
se les había som etido al m o m en to de ha
cer su exam en de adm isión.
33
34 • M aría Carm en Bello
D esde entonces, casi cada año se rep ite la dem anda. Los estu
diantes se pasan la inform ación unos a otros de que existe la
posibilidad de tom ar un curso de psicodram a. La institución les
hace la advertencia de que es muy fuerte, trem en d o , y si acep
tan el reto , llegan con nosotros. Por n u estra p arte aceptam os,
aunque sabem os que realm ente no dam os “un curso”. Cada vez
que llega u n nuevo g ru p o de estudiantes de Elite los recibim os
y escucham os su expectativas. En general, bajo la d em an d a ex
plícita de a p re n d e r psicodram a existe o tra dem anda, im plícita,
de trabajar con el grupo, con su inserción en Elite y con su re
lación con la institución.
De h ech o creem os que en los g rupos universitarios siem pre
hace falta u n espacio que perm ita reflexionar sobre el aprendi
zaje, sobre el grupo, sobre su relación con la institución y sobre
el rol profesional en juego. Esta historia con Elite nos perm itió
ofrecer ese espacio, con anuencia de la institución.
breve relajación y luego sugiero que p erm itan que todo lo ha
blado y discutido en la reunión se transform e en una imagen, o
se concrete en u n a sensación corporal o en u n a em oción.
Al com partir lo vivido en esta p eq u eñ a experiencia aparece
el tem a de que ser especiales y no normales tien e cierta carga
afectiva, b u en a y mala, adem ás de que los p o n e com o estudian
tes en u n conflicto e n tre su re b eld ía fren te a ser m andados y
exigidos, con su necesidad de te n er u n a guía.
C uando Jaim e y yo com entam os lo o cu rrid o , nos q u ed a la
im presión de que:
• el g ru p o considera que la responsabilidad principal sobre
los conflictos es de la institución
• q u e es m uy poco lo que ellos creen q u e p u e d en hacer
para m ejorar su situación com o estudiantes
• que p red o m in a la desilusión sobre la esperanza
Segunda entrevista:
no todo ha sido tan malo
En esta ocasión Jaim e está de viaje y yo co o rd in o sola. A hora
hay u n a asistencia de 12 estudiantes; esta vez tam bién se atribu
ye la baja asistencia a la mala com unicación y a la deficiencia de
la convocatoria p o r p a rte de la institución, con to d o y q ue la
fecha se convino con los once asistentes a la p rim era reunión:
de ellos sólo asisten cuatro.
E ntre estos cuatro estudiantes y yo hacem os u n a síntesis de
la re u n ió n anterior. El clim a es escéptico p ero alguien dice:
“Bueno, si esto tam poco sirve para nada, p o r lo m enos nos ha
brem os en terad o de lo que es el psicodram a.” La frase gusta.
Esta vez organizo la sesión siguiendo los pasos y las técnicas
del psicodram a; no obstante, trabajo en el nivel sociodram ático,
ya que todo el g ru p o se convierte en protagonista. Me planteo
el objetivo de conocer más am pliam ente al g ru p o en situación.
El caldeam iento (calentam iento o warming up) consiste en
que cada u n o im agine un álbum d o n d e g u ard a las fotos más
significativas de su historia en Élite. E ntre todos eligen cuatro
Psico d ram a p edagógico... • 39
Antes de irm e les dejo mis teléfonos para facilitar la com unica
ción y confirm ar la fecha de la próxim a reunión.
40 • M aría Carm en Bello
Se procesa la experiencia:
¿qué fu e lo que pasó'? ¿Qué se hizo?
D efinitivam ente no h u b o u n a in terv en ció n institucional sino
u n a breve in terv en ció n g ru p al que, adem ás, se proyectó sola
m ente com o u n diagnóstico de situación. El m étodo que utiliza
mos fue el del psicodram a pedagógico.
Se siguieron los pasos del psicodram a pedagógico y se utili
zaron sus técnicas, aunque en la p rim era entrevista, p ara escu
c h a r las expectativas del g ru p o , trab ajam o s v e rb a lm e n te la
mayor parte del tiempo. Podría decirse que trabajamos a nivel de
sociodram a todo el tiem po ya que el grupo siem pre fue el prota
gonista, aunque a veces la acción se centraba en u n individuo.
Es in teresan te señalar que el grupo d e n o m in a en este caso
genéricam ente a los estudiantes de Elite de p rim er año y de la
p rim era generación, pero la com posición del g ru p o cam bia en
cada entrevista. Son muy pocos los que llevan la continuidad de
la experiencia, sin em bargo parecen fu n cio n ar com o rep resen
tantes o, dicho en lenguaje de gru p o operativo, com o portavo
ces de los tem as em ergentes grupales.
En térm in o s del psicodram a p o d ré decir que este gru p o ,
variable en su com posición p ero co h eren te en cu an to a su te
mática, p u d o trasm itir y trabajar con la trama grupal, plantear el
conflicto y com enzar a elaborarlo.
Segunda parte.
Después de la intervención
Élite ah o ra tiene u n a historia con nosotros. La in terv en ció n
antes relatada correspondió al año 1993; ah o ra harem os la cró
nica del grupo- de 1997. L eerla p u ed e servir p ara te n e r una
idea de qué ha pasado después, tanto en las siguientes g en era
ciones de Elite com o en la evolución de n u estro trabajo com o
psicodram atistas.
Historia de un grupo
de a p re n d iza je de
p s ico d ra m a p e d a g ó g i c o
Pero, ¿ q u é es
el p s ic o d ra m a
p e d a g ó g ic o ?
¿Qué d if e r e n c ia
hay de c u a n d o uno
tr a b a ja con un Primera clase
grupo no t e r a p é u t i
co c u a lq u ie ra ?
Desde antes de e n tra r al salón de clases
Enseñar p s ic o d ra n o to que el g ru p o es hetero g én eo . Oigo
m a con p s ic o d ra m a risas de colegialas en la cocina, pero lo pri
es p s ic o d ra m a
m ero que veo es a la elegantísim a María
ped a g ó g ic o ,
¿no? Laura, profesora que lleva 27 años dan d o
clases, sirviéndose un té con la mayor pro
piedad.
Ya en el salón de clases les p ro p o n g o
m ostrarles los recursos del psicodram a
para que conozcan cóm o se conform a un
gru p o sin largas presentaciones. Dirijo un
trabajo de sociom etría en acción d o nde se
n o ta la com posición del grupo: 14 perso
nas (más tarde se in teg rarán otras tres):
dos hom bres y el resto m ujeres; predom i
nan las estudiantes de pedagogía, hay tres
psicólogas y tres educadores con larga ex
periencia: M aría Laura, q u e dirige una
institución de enseñanza y es arquitecta
60
Historia de un grupo de ap ren dizaje... • 61
Tam bién refieren un trabajo dram ático con el recurso del pe
riódico viviente. Se dividieron en subgrupos y cada subgrupo
eligió u n a noticia de un periódico sobre la cual hizo u na impro
visación teatral. Las noticias elegidas fueron:
• La caída del helicóptero en Televisa.
• La captura del G üero Palma.
• La copa del fútbol.
Novena clase. A u to ri ta r is m o
y abuso-, ¿ q u i é n maltrata a q u i é n ?
C om ienzo p re g u n ta n d o si alguien traía u n a transcripción de la
clase an terio r para hacer el procesam iento. Nadie. ¿Alguien ha
estudiado? Nadie. B ueno, pues trabajarem os en acción.
Tengo com o tem as la relación m aestro-alum no y el m étodo
educacional psicodram ático de M aría Alicia R om aña. Uso el
esquem a de esta autora para trabajar el tema.
1 En esos días exhibían una película con este tema; el capitán era el actor Tom Hanks.
H istoria de un grupo de ap ren d iza je... • 69
Examen
El día del exam en m e dedico a hacer esta crónica y a corregir
las últim as transcripciones que m e entregaron; su nivel es muy
irregular: algunas son muy buenas y lam ento que no hayan esta
do a tiem po p ara utilizarlas en los p rocesam ientos de clase;
otras son terrib les y algunas más m e h acen reír. U na de ellas
confunde el nom bre de un au to r con el de u n país de Europa
central y o tra encabeza la transcripción diciendo: “T ransferen
cia de la segunda clase.”
H istoria de un grupo de ap ren d izaje... • 75
Última clase
Es el día de la evaluación dram ática del curso. La evaluación
consiste en que les pido a todos que piensen en un recurso o
u n a técnica que p u e d an aplicar en esta últim a clase para que
nos despidam os tanto del curso com o del grupo.
R odrigo dirige un calentam iento con respiración, relaja
m ien to del cu erp o p arte p o r p arte y un psicodram a in tern o
d o n d e los lleva a im aginar un libro con las ilustraciones de lo
que ha sucedido en este curso. D irige muy bien. A continua
ción les indica ponerse de pie y le pasa la dirección a u n com
p añero. Tatiana p ro p o n e hacernos pasar p o r u n a p u ertita por
d o nde nos convertirem os en el niño que fuimos. De esta m ane
ra vemos pasar a Delia que se com pra una m uñeca con sus aho
rro s y luego abre sin perm iso un regalo de Navidad antes de
tiem po; vemos a Ju an M anuel que hipnotiza a u n a com pañerita;
a Sara que escucha un cuento de la abuela; y a Elba que da cla
se a sus m uñecas.
Más adelante Elba sugiere un cambio de roles: tom ará el rol
de u n co m p añ ero y, con los roles cam biados, se organiza u n a
fiesta de despedida: surgen m uchos Rodrigos acariciándose la
barba y m uchas Silvanas hablando de Lacan.
Después alguien (creo que Lilia) dirige unas teatralizaciones
en cuatro subgrupos sobre lo que piensan h acer en el fu tu ro
con lo que ap rendieron en el curso. U no representa a u n psico-
dram atista trabajando con un gru p o de niños; otro, d o n d e es
tán Ju an M anuel y Aurora, m uestra a un coordinador de grupos
de adolescentes; u n o tercero m uestra a Delia aplicando el psico
dram a en su vida personal, desde que se levanta p or la m añana;
y el cu arto sub g ru p o es de capacitadores. C u an d o alguno se
bloquea aparezco yo com o Yuyo grillo, recordándoles las técnicas
que d eb en em plear.
Estas escenas después pasarán a ser esculturas con movi
m iento. Se form a u n a cadena d o n d e u n g ru p o pasa u n cojín,
q u e re p re se n ta el psicodram a, a otros; el cojín pasa cada vez
más rápido hasta que alguien grita “Q ue circule el psicodram a”
76 • M aria Carm en Bello
Psicodrama
p e d a g ó g ic o :
¿Qué enseño
cu ando enseño?
Cada grupo
construye su prop ia
historia; c a d a
grupo e s tab lece
ta m b ié n u n a
r ela ció n d iferen te Crónica de ana
conm igo ; c a d a
grupo, a d e m á s ,
coordinadora im paciente
e s ta b le c e unos
objetivos que van En los grupos de capacitación para vende
m á s allá de los dores se acostum bra d ecir que no hay
objetivos explícitos. clientes difíciles sino ven d ed o res im pa
De los grupos que
m á s dific u ltad e s cientes. D ebe ser cierto; p o r eso, p ensan
m e p usie ron en ese do en ello, decidí h u m ild em en te cam biar
sentido , por te n d e r el título que le iba a p o n e r a esta crónica
a im p o n e r m e sus
propios objetivos, p o r el que ah o ra leen, pues im plica un
es de los qu e, por grado m ucho mayor de insight.
supuesto, m á s he La Escuela M exicana de Psicodram a y
ap re n d id o .
Sociom etría ( e m p s ) im parte u n diplom ado
en psicodram a pedagógico en colabora
ción con u n a universidad. Su duración es
de 60 horas, repartidas en 12 jo rn ad as de
cinco horas cada una. C om o requisito
curricular la EMPS pide que cada partici
p an te en tre g u e cu atro relatorías, en for
m a de crónica vivencial, sobre el trabajo
79
80 • M aría Carm en Bello
Segunda clase. Ju g u e m o s
a Dios sin caernos
En esta segunda clase se in teg ran M aría G raciela y Paula; p or
p arte de mi equipo sólo lo hace Lupita. C uesta trabajo com en
zar. L upita an o ta que el g ru p o necesita u n cald eam ien to muy
amplio.
D ecido h acer u n trabajo de integració n g ru p al d e Zerka
M oreno, p ero parece que todas lo conocen m ejor que yo. Pro
p o ngo u n a variación: que se presente a la co m p añ era con u na
m etáfora. Este trabajo no lo conocen, pero n o les gusta. A pesar
de todo las m etáforas son elocuentes: hay puertas y com puertas,
llaves que las abren, libros guardados, u n telescopio que ve una
estrella sola, flores m uy sensibles con las q ue hay que te n er
m ucho cuidado... y u n a leona. ¡Cuidado!
A lgunas m etáforas se cuestionan y corrigen. Al pensarlas
a h o ra , sin personalizar, creo q u e fue u n a b u e n a d escrip ció n
d el g ru p o : p a ra m í fue u n g ru p o c errad o , con co m p u ertas y
p u e rta s q u e se abrían y cerraban; con dificultad p a ra acep tar
o tras o p in io n e s y perspectivas; con ap arien c ia agresiva p e ro
con u n c e n tro sensible, tie rn o com o u n a flor, q u e el g ru p o
p rotegió com o u n a leona, p o r el m iedo de que alguien lo fue
ra a lastimar.
Yo, q u e llevo 25 años c o o rd in an d o grupos, m e co m p o rté
con el tacto de u n elefante en la cristalería: m e costó conectar
m e con m i e sp o n tan eid ad y m uchas veces m e equivoqué en
cosas básicas que he h ech o mil veces. Los libros, p o r su parte,
82 • M aría Carm en Bello
deja de venir sin más y se lleva con ella el tem a del género. V.
afo rtu n ad am en te viene, a pesar de su intención de no venir.
D urante el procesam iento todas m e dejan h ab lar sin discu
tir, pero a la ho ra de dram atizar algo, no se pu ed e nada, ni sen
tarse frente a un cojín, hasta que el tem a de los duelos em erge
p o r sí solo. Hay m uchas p érdidas en el grupo: de padres, de
herm anos, em barazos, sobrinos, amigos...
Los niños que sufren aparecen representados otra vez en la
form a de los niños que m ueren de cáncer o de los que p reg u n
tan sobre la m uerte; com o el n iñ o de X im ena que n o llega a
nacer.
En el sharing, cuando em piezo a resp irar después de un
gran esfuerzo y pienso que el g ru p o está u n id o en u n tem a
doloroso, m e tom a desprevenida u n com entario: “¿Qué tan vá
lido es que un coo rd in ad o r diga que se m olestó?”
Com o yo dije que m e desm otivé y no q u e m e m olesté, me
en fu rece la distorsión com partida p o r otras com pañeras. Co
m ento que esto fue u n a crítica y m e contestan: “Yo siento que
no fue agresión”, com o si crítica fuera lo m ism o que agresión.
Es u n diálogo de sordos. Ter^nino la clase con u n gran sen
tim iento de desazón que m e d u ra toda la sem ana.
Octava clase. Sé g ra n d e
Ésta es la clase de elaboración del test sociom étrico. Hacem os
u n cald eam ien to y surgen varias propuestas: la mayoría son
p a ra trabajar sobre algo personal que les ha suscitado el test;
otras p id en trabajar incongruencias.
MG señala con tino que nuestras cuatro estrellas “se queda
ro n afuera”, con propuestas hacia el gru p o y no hacia ellas mis
mas. C om o siem pre que hago el test sociom étrico dejo que la
decisión de la urgencia la tom en las estrellas, ellas deciden tra
bajar con la p ro p u e sta de X im ena. Parece razonable: ella ha
sido la estrella de las incongruencias; p ero adem ás, ella trae un
tem a que tiene que ver con el proceso grupal.
La dram atización nos lleva a u n a escena de los diez años de
X im ena, cuando m uere su p ad re y su tía le dice que ah o ra ella
va a encargarse de todo. La m adre es débil y n o está p rep arad a
p a ra esta situación; X im ena m ucho m enos, p ero construye
com o p u ed e u n a coraza de fortaleza para afrontarla.
De u n a m an era o de o tra seguram ente esta será la historia
de cada u n a en el grupo. La coraza en cu b re a u n a n iñ a dolida
y atem orizada que no debe ser descubierta. En esta protagoni-
zación la coraza se com ienza a rom per. La p eq u eñ a vendedora
de cerillos em pieza a te n e r perm iso p ara aparecer.
Décimo pr im e r a clase
E m pezam os el trabajo práctico con u n ju eg o : el desfile d e los
m aestros y los alum nos. L upita m e co m en ta después que en
general todas se ven más espontáneas. Valeria m e regala de tan
to en tan to u n a preciosa sonrisa, X im ena p arece que se h u b ie
ra h ech o cirugía plástica; dice que es p o rq u e se cam bió el pei
nado. L ore, antes tan seria, se atreve a h o ra a h a ce r brom as.
P etra está más presente.
Psico d ra m a pedagógico: ¿Qué enseño... • 89
Casi al fin a l
Estoy en la víspera de la últim a clase; ya sólo q u ed a el exam en.
Es tarde y estoy muy cansada, estoy revisando la historia pero
m e gusta. Me gusta re c o rd ar cóm o se asom ó la v en d ed o ra de
cerillos y cóm o la cuidam os en tre todas y cóm o fin alm en te la
hicim os reír.
i
Segundo e pí log o
Hubo una vez un grupo donde el prinápito
y la vendedora de cerillos estaban al revés
¿ Quieres que te lo cuente otra vez ?
La lectura es com o revivir un parto: nos volvemos a enojar y a
entristecer, a alegrar y a conmover; vuelve a h ab er llantos. Lore,
en especial, llora desconsolada cu an d o re c u erd a la dram atiza-
ción de los duelos y dice: -¿ P o r qué siem pre h e ten id o que
ag u an tarm e p a ra ser la fu e rte de la fam ilia y apoyar a todos?
Sólo aquí he p o d id o llorar.
Paula tam bién llora, record an d o u n abuso sexual que sufrió
de niña: p o r eso tuvo que trabajar tanto con Yolanda la relación
con su cuerpo; p o r eso consuela a otros que se sien ten com o
hechos bola y ahora quiere un cam ino diferente para ayudar a los
dem ás, u n cam ino que no la haga revivir a esa n iñ a d o lo rid a
que fue, cada vez que consuela a alguien.
Paula es g ran d o ta y sus afectos se expresan de form a explo
siva. Para h acerla re ír le p re g u n to si e n tre L orenzo y Yolanda
no p o d ría estar Yuyito, ayudándola a in te g ra r la cabeza y el
cu erp o m ediante el psicodram a. Más adelante lo pienso en se
rio y m e extraña que ella no lo haya dicho de m an era espontá
nea; después de todo sigue flotando algo en el g ru p o de “m ejor
m e curo sola”. Se m e cruza la im agen de la v e n d ed o ra de
cerillos p re n d ie n d o u n o a un o sus fósforos hasta que se le aca
ban y se m uere de frío. Paula se ríe con la m ism a explosividad
y fuerza con la que llora; la im agen se esfuma.
MG tam bién llora, aunque a ella poco podem os ayudarla. Se
da cuenta de que es rechazada; se da cu en ta de que provoca re
chazo y se resiste a analizarlo y cam biarlo. En esta últim a clase
todavía dice que ella “nos sien te” y que ella “siente q u e sus
com pañeras...” N o se ha podido ubicar en el yo-tú del psicodra
ma; aú n n o h a a p re n d id o el “yo siento q u e yo”. Q u iere ser
aceptada pero culpa a las dem ás p o r el rechazo; no obstante es
quizá la p rim era vez q u e alguien se lo dice tan claram ente
com o el g ru p o . P etra fue la p rim era cu an d o dem istificó el
c uento de las tres amigas que no tienen problema.
Psico d ra m a pedagógico: ¿Qué enseño... • 91
Manejo de conflictos
en la em p resa
Los cursos de
m a n e jo de con flic
tos y fo rm a ció n de
eq uipos de tra b a jo
dentro de la
e m p re s a , con el uso El contrato
del p s ic o d ra m a y la
s o c io m e tría se
U na em presa m ediana dedicada a decorar
co n v ierten en
v erda deros trab a jo s interiores nos contrató p ara d ar u n curso
de en c u e n tro en el de m anejo de conflictos. Propusim os un
m á s puro (digo yo)
curso de 16 horas, repartidas en cuatro cla
estilo m o ren ian o
e n tre p erso n a s que ses de cuatro horas. Asistió el departam en
n e c e s ita n t r a b a ja r to de recursos hum anos, desde la geren te
ju n t a s y tie n e n
hasta la secretaria: fue obvio, desde el prin
d ific u lta d e s entre
ellas. cipio, que era u n equipo con conflictos,
p o r lo que opinam os que la d em an d a la
tente es de intervención, más que de un
curso. Decidimos ir viéndolo en la m archa.
Primera jornada
Cal dea mi en to y p r i m e r
c o n o c i m ie n t o del gr u p o
Jaim e p lan tea com o siem pre el en cu ad re
de trabajo, hacien d o hincapié en:
95
96 • M aría Carm en Bello
Les pedim os tam bién que m anifiesten “lo que no quieren que
pase”, a lo que nos responden que: “no haya respeto, hipocresía
y actitudes negativas”.
Primera co n c e p t u a li z a c ió n
La dram atización sirve para localizar varias cosas:
1. El espacio del conflicto.
2. Los personajes protagónicos y secundarios del conflicto.
3. Los personajes invisibles, que no siem pre se ven: nuestros
fantasmas, p o r ejem plo nuestra familia d e origen que nos
ha ed u cad o h aciendo que tengam os ciertas expectativas
con respecto a la pareja.
M anejo de co n flicto s en la em presa • 99
Segunda jornada
Ca lde ami en to
C om enzam os con un caldeam iento verbal, tom ando com o p u n
to de partid a el m aterial de lectura que se le entregó al g ru p o
antes del curso. Casi todos participan activamente.
Segunda co n c e p t u a li z a c ió n
A hora conceptualizam os a partir de la teoría psicodram ática de
la com unicación:
• factor tele
• transferencia
• em isión y percepción de mensajes
Sociometría en a cc ió n
Para te rm in a r la dram atización le pido a Mabel que ubique a
los com pañeros como esculturas para representar la unión de los
vecinos (la reja que los protege, en tre otros sím bolos). A conti
nuación les pido que cam inen y piensen si eso les hizo pensar
en algo personal o en su propio grupo. P redom ina esto último,
p o r lo que arm am os las esculturas que sim bolizan las distintas
áreas. C ada escultura da un mensaje:
• Seguridad: tres personas tom adas de la m ano, com o una
valla, que dicen: “N osotros nos encargarem os de que a na
die se le haga d a ñ o ”.
• Dalila y dos jefas más dirigiendo la orquesta.
• Mabel, Javier y M eche, con las m anos entrelazadas son los
teléfonos que dan la bienvenida.
• La recepcionista hace pasar a los visitantes.
• La encargada de personal gira entre todos pidiendo ayuda
y conectándolos en tre ellos y con lo de afuera.
Tercera jornada
Calde am ie nto
C ada vez va siendo más previsible que en esta clase abordare
mos más directam ente los conflictos del grupo. Nos preparam os
p a ra d ram atizar la escena de Ju lio , “u n co m p añ ero que no es
u n c o m p añ ero ”.
Cuarta jornada
Cal dea mi en to
Es el últim o día. H ago u n psicodram a in te rn o con el tem a de
nuestros recursos para resolver conflictos.
104 • M aría Carm en Bello
Escena de Meche.
La in ju s t i c ia y la c o r ru p c i ó n
M eche llega a su casa después de varios días de n o h ab er d o r
m ido en ella, p e ro se e n cu e n tra con que está abierta, vacía y
adem ás la están p in ta n d o y arreglando; u n vecino suyo que se
ocupa de buscar casas intestadas y desocupadas p ara usurparlas
es el culpable. La escena es larguísim a, de detalle en detalle.
M eche está muy furiosa y yo aprovecho para que todos avienten
cojines expresando el enojo de sus propias escenas en los que
hayan sido atropellados o injustam ente tratados.
Co n c e p tu a li za c i ó n y cierre
H acem os u n a conceptualización p ro fu n d izan d o en el trabajo
anterior. Y cerram os haciendo u n a ro n d a d o n d e cada uno dice
en voz alta el m ejor recurso personal con el que cuenta para
m anejar conflictos; esto se rep resen ta con cojines. Jaim e dirige
u n a ro n d a de “Lo que me llevo de este curso”, tom ando los co
jin e s del centro.
El p s ico d ra m a en
la form ación profesional 1
El espac io de
reflexión sobre
el rol del psicólogo,
a d e m á s de hacerse
en la Facultad
de Psicología y en
la form a ción de
La formación profesional
p s ic o te ra p e u ta s,
fue d an d o lu g a r
E ducar es algo más que en señ ar co n ten i
a ta lleres en otras dos que deben aprenderse. En español se
u nive rsidade s ha popularizado el térm ino formación para
y nos dio la e x p e
r ie n c ia de t r a b a ja r
d ar cu en ta de esta acepción más am plia
en p s ic o d ra m a de la educación.
p ed a g ó g ic o con C uando se trata de u na carrera profe
g rupos g randes.
sional, adquirir u n a form ación implica:
a. A prender contenidos; inform arse so
bre los conocim ientos acum ulados
de d eterm in ad a disciplina.
b. Adquirir experiencia y m adurar en el
ejercicio de u n a práctica; o dicho en
térm inos psicodram áticos: m adurar
en el desem peño de un rol profesional.
107
108 • M aría Carm en Bello
El p s ic od ra m a en la pr áctica
En la form ación universitaria o de posgrado hem os observado
que cuando se ofrece u n curso com o Introducción al psicodrama,
Psicodrama pedagógico o Método clínico, p o r ejem plo, con u n a m e
todología participativa com o la del psicodram a o la del g ru p o
operativo, el g ru p o tiende esp on tán eam en te a aprovechar este
espacio para reflexionar sobre:
a. el g ru p o mismo
b. la relación del g ru p o con la institución
c. el rol profesional en ju eg o
Relato de una e xp er ie nc ia
C uando trabajo con grupos pequeños, d o n d e se enseña psico
dram a con psicodram a, aun cuando el tem a sea el psicodram a
pedagógico, el trabajo se parece m ucho a la coordinación de
cualquier g ru p o de psicodram a. El reto está en trabajar con
g ru p o s grandes, d o n d e haya un tem a com o eje que no sea el
m ism o aprendizaje de psicodram a.
Es un reto, cierto, p ero tam bién es la gran posibilidad del
psicodram a, en el sentido de que el coordinador sea u n facilita
d o r para que el g ru p o elabore y conceptualice tem as que pue
d en incluso no e n tra r en la órbita de conocim iento del coordi
nador. T rabajar con g ru p o s grandes y seguir u n eje tem ático
im plica, tam bién, adaptar los recursos técnicos del psicodram a
sin p e rd e r la riqueza del m étodo.
En o ctu b re de 1998 nos invitaron a u n a universidad para
co o rd in a r un taller en la Facultad de A dm inistración; el tem a
e ra el rol del administrador. Se invitó a todos los alum nos de la
c a rre ra de adm inistración; el cupo lím ite lo dio el tam añ o de
los espacios que conseguim os para trabajar: ciento cin cu en ta
estudiantes en diferentes niveles de form ación.
La invitación nos la hizo la c o o rd in ad o ra del área, que ha
bía tom ado un diplom ado de psicodram a pedagógico con noso
tros. A cordam os trabajar dos jo rn a d a s de cinco horas, en las
horas habituales de clase de los estudiantes, sustituyendo sus
clases curriculares p o r el taller d u ran te esos dos días.
110 • M aría Carm en Bello
Primera jornada.
Los superadministradores
Encuadre
La p rim e ra jo r n a d a com enzó con u n a p re sen ta c ió n form al
p o r p a rte de las a u to rid ad es de la facultad q u ien es in au g u ra
ro n el curso. A continuación la C oordinadora planteó el encua
dre (el marco dentro del cual trabajaríamos esos dos días), indicó
los horarios, los lugares de trabajo y apeló a la responsabilidad
del g ru p o para trabajar con esta m etodología. Tam bién explicó
brevem ente que el psicodram a y el sociodram a p erm itían
a p re n d er ju g a n d o m ediante la acción; señaló la diferencia con
la enseñanza tradicional, instándolos a participar, m u ch o o
poco, con su ritm o y su estilo personal. Finalm ente pidió “un
voto de confianza” para nuestra form a de trabajar y p o r nuestra
experiencia en la coordinación de grupos.
Calde am ie nto
Prim ero hicim os un trabajo de sociom etría en acción p ara co
n o cer la com posición del grupo: había más m ujeres q u e h o m
bres, en u n a relación com o de tres a dos; la m ayoría oscilaba
en tre los 20 y los 24 años de edad; casi todos eran oriu n d o s del
D istrito Federal; los que no, provenían del Estado de México,
del de H idalgo, de Veracruz y de distintas ciudades del n o rte
del país. Sólo unos pocos estaban casados y tenían hijos; aproxi
m ad am en te u n a tercera p arte o más trabajaba p ara p ag ar sus
estudios, los otros se dedicaban tiem po co m pleto a eátudiar.
Seis profesores habían decidido participar en el taller ju n to con
sus alum nos: ellos eran parte del g ru p o de los casados y de los
que trabajaban. Les propusim os ju g a r a Este es un grupo de...:
• chicle (gom a de mascar) • plum as
• acero inoxidable • superhéroes
• algodón • m ariposas m onarca
• agua • niños
• viento
El p sico d ram a en la form ació n ... • 111
Trabajo en s u b gr up o s
El trabajo del subgrupo consistió en:
1. U n nuevo caldeam iento, más específico ahora, consisten
te en u n psicodram a in te rn o dirigido a que reco rd aran
los motivos por los que habían elegido la carrera de admi
nistración.
2. C om partir en voz alta y de m an era g eneral estos motivos
y, en m inigrupos afines de ocho a diez personas, com par
tirlos con mayor p rofundidad en el p eq u eñ o grupo.
3. E laborar en cada m in ig ru p o un perfil del a d m in istrad o r
u sa n d o alg u n o de estos recursos: collage, e sc u ltu ra o
m aqueta.
4. Integrar los productos de los m inigrupos en u n producto
final que pudiera representar al subgrupo a fin de presen
tarlo en plenaria al grupo grande.
El subgrupo chicle
El g ru p o chicle contaba con el inco n v en ien te de ser el más
g ran d e (55 asistentes) pero con la ventaja de ser chicle, es de
cir, les interesaba trabajar juntos, sentirse unidos, les había gus
tado el calorcito del contacto en el ju eg o . En general hicieron
u n gran trabajo de equipo.
Los motivos para elegir la carrera de administración variaban
p o r lo que dieron lugar a que se form aran seis m inigrupos que
elaboraron a su m anera el perfil:
112 • M aría Carm en Bello
un óm nibus que corría por todos lados; un joven con som brero
se convertía en el conductor y, com o necesitaba una pareja, se
le dibujó u n a “escultural secretaria” que corría ju n to a él con la
com putadora; otros com pañeros, con sombreros, pañuelos en la
cabeza y delantales, eran los campesinos.
El relato r estaba inspirado, decía: — O h, qué bello paisaje,
hasta parece que tuviera vida-. Y todo el grupo coreaba: — ¡Oh, sí!
C on otro m icrófono un com pañero hablaba en voz más baja
diciendo palabras en inglés: unas bien y otras inventadas, para
re p re se n ta r la voz original del program a. El p in to r movía la
boca p ara sim ular que era él quien hablaba.
— Im aginem os unos billetes -d e c ía la voz. — B ueno, que
sean dólares -ag reg ab a-, oh, qué bellos dólares. Y los com pañe
ros que tenían camisas verdes aparecían p o r arte de m agia con
el signo de pesos dibujado en u n papel. La gran organización
trasnacional se rep resen tab a p o r u n a ro n d a de estudiantes que
abrían y levantaban cada vez más los brazos m ientras la voz del
p in to r insistía: — ¡Más grande, más grande!
La voz en inglés se escuchaba p o r debajo: — Big organization,
very big. Great.
El lago separaba a la organización de la com unidad, p o r lo
qu e se necesitaba u n p u e n te y, finalm en te, p ara p o d e r darle
co h eren cia a todo: ¡la superadm inistrad o ra visionaria hacía su
en tra d a triunfal! La situación conflictiva la p o n ía a p ru eb a, los
personajes in ternos la acosaban, los carteles de ¡Pum!, y ¡Cras!,
subían y bajaban; al triunfar el bien o tro cartel anunciaba: f i n ,
happy end.
El cier re de la p r im e r a j o r n a d a
N osotros seguim os los pasos habituales del m étodo psicodramá-
tico. Después del caldeam iento y la acción propusim os u n espa
cio p ara co m p artir desde la experiencia, las em ociones y los
sentim ientos. El clim a era de em oción y de euforia; m uchos
com partieron m ientras el m icrófono pasaba de una m ano a otra;
varias veces el grupo coreaba “¡Oh sí!” continuando el juego.
116 • M aría Carm en Bello
Segunda jornada.
La cruda realidad
Todos estam os diferen tes el segundo día. Jaim e y yo llegamos
tarde: a m í m e duele el estóm ago, la c o o rd in ad o ra y Carolina
están m uy serias, C onstantino no ha venido, los integrantes del
grupo se ven reflexivos, cansados, serios. Son menos porque algu
nos maestros no les han perm itido a sus alum nos faltar dos días.
Les pregunto cóm o quisieran comenzar, si en m ovimiento o con
un trabajo de imaginación: todos prefieren la segunda opción.
C a lde am ie nto
Dirijo u n psicodram a in te rn o p ara que re c u e rd e n situaciones
d o n d e el perfil del adm inistrador se h a puesto a p ru e b a en la
realid ad de la vida. Les pido que escriban esa historia o situa
ción en u n a hoja blanca, sin nom bre. Planeam os trabajar con
retram atización4 p orque es un recurso que perm ite trabajar con
escenas personales sin exponer a los protagonistas, y p o rq u e se
adapta a grupos grandes.
Explico brevem ente en qué consiste la retram atización: per
m ite q u e los dram as personales se e n tre cru ce n en u n a tram a
g ru p al abarcando los contenidos de todos. Al colocarse nueva
m ente todos en el centro, se reconocen, se saludan, se hablan
en u n idiom a desconocido y luego se dividen en tres grupos,
tra ta n d o de fo rm ar g ru p o s diferentes de los del día an terio r
p ara te n er la o p o rtu n id ad de interactu ar todos con todos.
4 Recurso creado por Arnaldo Liberman y desarrollado por Marcia y Luis Amadeu
Bragante, junto con su equipo en San Pablo, Brasil.
118 • M aría C arm en Bello
¿ Y ahora ?
D udé m ucho si este gru p o debía ser el últim o o no. Yo lo coor
d iné y sabía que el final era sum am ente depresivo; lo consulté
con los com pañeros de equipo y con los in teg ran tes del
subgrupo: todos coincidieron en que era m ejor que se term ina
ra así, ya q u e eso iba a “in d u cir a la reflex ió n ”. Fue u n a deci
sión com partida.
Lo señalo p orque eso quiere decir que n o se quiso eludir el
d o lo r te rm in a n d o con rep resentacion es más hum orísticas. Jai
m e tom ó el m icrófono y p reg u n tó qué sentim ientos había des
p e rta d o esta p arte del trabajo:
• enojo • confusión • m alestar • reflexión
• cansancio • desilusión • frustración
C a p í t u l o 9
Algunos trab a jo s
con grupos m e
r esu ltan in c la s ifi
cables; no porque
no se p a si se tr a ta o
no de p s ic o d ra m a
H ace ya m ucho tiem po q u e tengo el m a
p ed a g ó g ic o , que es
lo de m enos, sino terial com pleto en u n a carpeta para escri
p orque en ellos el bir este trabajo; no obstante pasan los días
dolor ju e g a un
y no m e siento a escribir. Varias veces me
p a p e l que oscurece
mi e n te n d im ie n to . p re g u n to p o r qué. Algo m e h a q u ed ad o
Me refiero sobre sin term in ar y espero que este escrito me
todo a mi p a r t i c i p a ayude a saber qué es.
ción en u n a
in v e stig a ció n sobre Días atrás tom é u n taxi. En u n a esqui
los niños de la na, ju n to a un sem áforo, u n n iñ o hacía
calle.' m arom etas y m e pidió u n a m oneda; sin
pensarlo busqué en mi bolsa y se la di. El
taxista no disimuló su molestia, em pezó su
com entario con “D isculpe que m e m eta,
p e ro ...” y siguió con el consabido “n o de
bem os darle a esta gente p o rq u e ...”
C on u n a vehem encia que n o justifica
b a el com entario, em pecé a tartam udear
121
122 • M aría C arm en Bello
La casa
La casa era muy grande y estaba en u n a zona alejada de la ciu
dad, cam ino a Puebla. C uando llegam os h ab ía albañiles a rre
glando una terraza que se había convertido en taller de cerám i
ca. En la parte del frente había un patio, con un espacio que se
usaba com o cancha de baloncesto; a la derech a, u n a cocina
com edor grande d o n d e las vecinas se reu n ían p ara ayudar con
la com ida.
Los platos y cacerolas los lavaban los niños en u n gran lava
bo, fuera de la cocina. Los baños eran com o los de las escuelas
y los cuartos nu n ca los vi bien, pero me di cu en ta que había li
teras y casi siem pre había algún niño nuevo d u rm ien d o . C uan
do recién llegaban do rm ían horas y horas.
El taller era amplio, con una escalerita muy precaria y había
estantes con trabajos hechos p o r los niños. En la en trad a tam
bién se veían a d o rn o s de cerám ica, p eq u eñ ito s, dispuestos sin
n in g ú n o rd e n ; h a b ía tam bién u n ap arato de sonido, mesas y
Los personajes
Daniel. Es el p rim ero que conocem os p o rq u e, desde la plaza
nos indica el cam ino para llegar el p rim er día: tiene doce años
y está en segundo de secundaria; es el que más sabe de cerám i
ca y enseña a los dem ás. Ayuda m u cho en el q u e h ac e r de la
casa y es muy reservado: es todo lo que sabem os de él.
El Estopa. Es u n o de los más grandes, tiene u n a m ata de pelo
hirsuta que le am eritó el sobrenom bre; es c o rp u len to y tiene
un a cara rara, “estilo Picasso”, dice Inés. Con el tiem po, al igual
que otros de los m uchachos, se corta el pelo y se em pieza a ver
“más lin d o ”, le digo. Poco a poco se va convirtiendo en u n o de
los líderes, estudia com bustión de m otores en el Conalep, pero
su sueño es ir a la universidad a estu d iar m edicina. “No sé”,
dice y nos m ira a los ojos “si yo pu d iera volver a te n er la edad
de los más chicos de acá, aprovecharía de o tra m an era las co
sas”. D esgraciadam ente un día se p elea a los golpes con el di
recto r del C onalep p o r u n a pelota.
El Charly. Tam bién es de los grandes, ju eg a muy bien al balon
cesto y cada vez se va poniendo más fornido y atlético. A prende
a usar algunas herram ientas y ayuda en los arreglos de la casa;
cu an d o se da cu en ta que m e p o n e nerviosa que asuste a los
chiquitos con el to rn o en cen d id o , lo hace to d o el tiem po,
com o si fuera u n a gracia.
Daniel Tres. Es u n p e q u eñ ito risu eñ o travieso que habla con
acento norteño; a veces es muy bullanguero y otras se le ve triste.
Quique. Es un chiquito inteligente que h a aprovechado bien la
escuela desde q u e está en la casa; p ero com o n o es éste un
am b ien te p a ra p resum ir de intelectual, trata de disim ular sus
conocim ientos.
Los niños de la c a lle :... • 125
anim ales, soldados o superhéroes, por ejem plo: no, esos juegos
no. Al parecer no hay m ucho lugar para la fantasía en la calle,
en tre las alcantarillas, la policía y las bandas.
La sociom etría en acción, en cambio, les gustó más. Les in
teresaba saber de d ó n d e era cada uno, cuántos años tenían, si
tenían o no herm anos... los datos les eran im portantes. La ex
plicación que les dim os fue la verdad, en los térm inos más sen
cillos posibles: “Esta es u n a investigación sobre los niños que
trabajan en la calle. Si podem os aclarar p or qué los niños llegan
a trabajar a la calle, esto va a ayudar a otros n iñ o s.”
En la tercera entrevista logro com enzar a dram atizar. Les
digo q u e para la investigación nos es más fácil ver las cosas
com o son y no sólo hablar de ellas; les explico que el psicodra
m a es com o “u n teatro de la vida re a l”. El parecid o del psico
dram a con el teatro lleva a Uriel a entusiasmarse: en u n o de los
tantos hogares d o n d e él ha estado se presentó u n a obra de tea
tro llam ada Pinocho y la drogadicción; obviam ente el clásico cuen
to de Pinocho adaptado al tem a de la calle y de la droga.
E ntre las protestas de Dulce Angélica, que p referiría rep re
sentar el cuento de la zapatilla dorada, y las tímidas sugerencias
de El M uppet para usar el tem a de la canción de las dos m one
das3, em pezam os a trabajar. El tem a de P inocho sirve com o
p u n to de p artid a p o rq u e es la historia de u n niño; m e resulta
fácil ir pasando de la obra ya prefabricada que conoce Uriel, a
“las escenas de la vida re a l”.
Trabajo en un nivel sociodram ático más que psicodramático,
d eb id o a que tengo un tem a com ún a todo el g ru p o ; no obs
tante, en cada escena, en cada m om ento del trabajo, surge un
p ro tag o n ista en el que se c en tra la acción. La o b ra com ienza
con un niñ o que es atropellado p o r u n coche. Al principio no
avanzamos m ucho, p o r lo que pido que vayamos a ver qué está
sucediendo en la casa, m ientras el n iñ o tiene el accidente.
3 La canción de las dos m onedas es una canción terrible donde un niño muere con
dos m onedas apretadas en la mano: más o m enos la pequeña vendedora de
cerillos, pero en versión Tepito.
128 • M aría Carm en Bello
tam poco. “Las cosas son así”, parece que m e explicaran siem pre
que m e sorprendo de alguna injusticia. A hora sí mezclan la dra-
m atización con el ju eg o . D anie Tres se sube sobre El Estopa
p ara hacer la sirena del coche de policía y co rren p o r todo el
salón aullando.
Quinta escena: El a c c i d e n t e
Sobre el tem a del accidente hay discusiones: U riel q u iere ate
nerse al cuento de Pinocho, d o n d e u n p ad re a rre p en tid o llora
ju n to al hijo atropellado; pero a nadie le parece real esa escena.
D aniel dice q u e m ejor que venga la m ad re y lo agarre a
chingadazos.
—C u an d o a m í u n a vez casi m e atropelló u n coche, mi ma
d re m e ag arró a tubazos y cinturonazos -d ic e , convirtiéndose
ah o ra él en protagonista de la escena. Todos coinciden en que
esto es m ucho más real.
D aniel rep resen ta a la m adre con vehem encia: le pega y lo
insulta con fiereza.
—Ese coche te po d ía matar, pendejo. Y si te m ata, tu p ad re
m e m ata a mí.
Es u n a m adre desesperada y loca; su discurso no tiene más
lógica que la de la desesperación: tom a al hijo de las crenchas y
lo lleva al hospital.
Q uique, ah o ra com o doctor, fren a la violencia de la m adre
para curarle el pie al n iño e, inventando u n detalle chusco de
q u e hay que darle cinco inyecciones en la cola, desvanece un
poco el carácter trágico de la escena. A unque todos sabem os
que esto sí que n o es real, D aniel dice tristem en te que su m a
d re no lo llevó al hospital: “Me sobó y ya”.
Caleidoscopio grupal.
Fronteras y puentes
entre p s ic o d ra m a clín ico
y p s ic o d ra m a p e d a g ó g ic o
Uno de los
te m a s polém icos
del p s ic o d ra m a
peda g ó g ic o
es el de las
fro n te ras entre
Sin que n u n c a m e lo h u b ie ra p ro p u esto ,
lo clínico y lo
ped a g ó g ic o . mi vida va tran scu rrien d o en tre fronteras.
En mi vida p erso n al p rim ero m e cam bié
de país y viví todo el proceso del m igran
te: separarse a desgarrones y te n d e r p u en
tes; p e rd e r todo lo a n terio r y g an ar cosas
nuevas; tejer de nuevo la p ro p ia historia
incluyendo dos países: mi fam ilia de o ri
gen en M ontevideo, u n hijo en U ruguay
estudiand o en la m ism a facultad que yo,
dos hijos en México e ch an d o raíces al ca
sarse con mexicanas; am igos aquí y allá.
En mi vida profesional, tam bién com o
quien no quiere la cosa, m e fui desplegan
do en dos terrenos: en el psicodram a clíni
co y en el pedagógico, con los grupos tera
péuticos, los de estudio y los de empresas.
Es muy habitual q ue u n profesor que
ha trabajado to d a su vida en la docencia
136
C aleidoscopio g ru p al... • 137
Polémicas
U na de las m áxim as del psicodram a pedagógico q ue p o r m u
cho tiem po no cuestioné fue: “No se debe trabajar con escenas
regresivas en psicodram a pedagógico y m ucho m enos en los
grupos de em presas o instituciones.” Prohibido, tabú total. En
nuestros grupos de form ación en Psicodrama Aplicado, u n a de las
cosas que enseñábam os era cóm o no ab rir lo personal en las
dram atizaciones y eludir las escenas regresivas aunque aparecie
ran cantadas. Sin d u d a las escenas regresivas m e aparecen siem
p re cantadas p o r mi form ación clínica, p ero de u n a m an era o
de o tra todo está presente en el trabajo dram ático:
• lo personal, lo laboral y el aprendizaje
• lo individual y lo grupal
• el pasado y el presente
Un g r u p o
El d irecto r de u n a p eq u eñ a em presa dedicada a las ventas nos
pidió u n a intervención con su grupo de gerentes. ”No hay equi
p o ”, dijo. ‘T en g o que viajar a m enudo y m ientras n o estoy nada
funciona. No p u e d o confiar más que en dos o tres p erso n as.”
(H abía cu atro geren tes en la re u n ió n , p o r lo ta n to todos se
m iraron con desconfianza a ver quién q u ed ab a e x clu id o ).
Les propusim os abrir el pan o ram a con técnicas dram áticas
y, en un breve trabajo de caldeam iento, les ped im o s que cada
u n o visualizara u n a escena que les resu ltara significativa d e lo
que cada quien considera hay que cam biar en el equipo.
De esta m an era em pezaron a desplegarse en el espacio d ra
m ático varias escenas de la vida de la em presa:
Quinta escena: La in d if e re n ci a
La g e re n te de contabilidad, Paulina, está sen tad a con tristeza
fren te a su co m p u tad o ra. T iene en el teléfo n o u n proveedor
que le reclam a q u e no le h a n pagado; u n v e n d ed o r toca a su
p u e rta p ara reclam arle las com isiones atrasadas y Ana le dice
Caleidoscopio grupal... • 141
La empresa
Si observam os lo sucedido desde el p u n to de vista de la empre
sa, efectivam ente: se gasta más de lo q ue se gana, se invierte
más de lo que se vende y las funciones no están claram ente
delim itadas. De todo esto ha h ech o un inform e Jaim e, hacien
do un análisis de la em presa com o tal.
Pero, si observam os al equipo com o u n g ru p o , particular
m ente en esta sesión, vemos cóm o se h a desarm ado y desarm o
nizado el caleidoscopio g ru p al desde la visión p articu lar de
cada integrante. Desde el director, la em presa es u n lugar don
de cada un o ve p o r sus propios intereses y n ad ie ve a nadie;
nadie se p reo cu p a p o r nadie. El oscila en tre expanderse y que
re r ser com o el p atriarca de u n a gran familia, a ocuparse sólo
de sí m ismo e invertir en proyectos de o tro tipo.
A na es su brazo d erech o , su co lab o rad o ra incondicional;
ella todo le p e rd o n a y todo le justifica, sufre p o r él cuando las
cosas salen mal. Es eficiente y superresponsable, p ero sin duda
a veces abusa de las prerrogativas que le da esta preferencia: no
form a realm ente equipo con los dem ás, sólo con él.
Ariel es sum am ente servicial con el director; con los dem ás
es am iguero. Sus subalternos (subalternas casi todas) lo quieren
m ucho; él cree firm em ente que si M aría se fuera de la em presa
todo m archaría sobre ruedas.
M aría se ha convertido en el chivo expiatorio del equipo: se
persigue m ucho con los com pañeros, p ero es de ella de quien
se dice que “ro b a clientes” y se aprovecha del trabajo de los
dem ás. El director la ha conservado p o rq u e es excelente en su
especialidad.
142 • M aría Carm en Bello
2 Cuando Elena N oseda dice en su artículo Taller de bioética clínica y psicodrama peda
gógico que “N o es adecuado al encuadre [...] preguntar, por ejem plo, y, ¿esto tiene
alguna relación con tu vida?”, porque nos alerta del psicologismo barato, yo estoy ab
solutam ente de acuerdo en que esas exploraciones son gratuitas, salvo cuando sus
contenidos no son puramente contenidos asociativos que pueden aparecer a pro
pósito de cualquier cosa, sino que están obstaculizando la interacción grupal. Esa
diferenciación me parece central.
144 • M aría Carm en Bello
A lt e r n a ti v a s técnicas: d r a m a t i z a r ,
i m a g i n a r , m e t a fo r iz a r
Desde el p u n to de vista técnico hay m uchas opciones:
• D ram atizar las escenas personales y elaborarlas dram ática
m ente.
Puentes
Pichón Rivière decía que n ing ú n aprendizaje es com pleto si no
resulta terap éu tico y q u e n in g u n a terap ia es b u e n a si no se
a p re n d e algo.5 C ada vez más resulta obvio que la salud de las
futuras generaciones d e p en d e de la posibilidad de trabajar en
equipos interdisciplinarios, tanto en m edicina com o en psicolo
gía y en educación. El sacerdote o cham án que antes cum plía
todas las funciones se d esp arram ó en varios especialistas que,
sin querer, nos bifu rcaro n dem asiado: ah o ra ten em o s q ue en
co n trarn o s o tra vez y ap re n d er a fu n cio n ar ju n to s. Quizás sería
b u en o , p ara em pezar, “p restarn o s los le n te s”, p ara ver las mis
mas experiencias desde diferentes p u n to s de vista.
5 Zito Lema, Vicente, Conversaciones con Enrique Pichón Rivière, Editorial Cinco, Bue
nos Aires.
C a p í t u l o 11
Conclusiones
Todos estos a r t í c u
los son el te s tim o
nio de mi incursión
. en un terreno donde
prim e ro m e sentí
in tru sa y ahora
te ngo el deseo de
Los pasos del psicodrama
h a c e r un aporte
desde otro lugar.
En cualquier sesión de psicodram a, se si
Entre todos n a r r a n gue u n a secuencia m etodológica de la
u n a historia, un a cual d e p en d e el éxito de la experiencia.
b u e n a p arte de mi
historia como
El p rim er paso es el cald eam ien to o ca
p s ic o d ra m a tista . lentam iento, la p rep aració n p ara la ac
Pasemos ahora a ción. N inguna acción p u ed e realizarse en
p e n s a r sobre la
frío, com o tam poco puede com enzarse un
ex p e rie n c ia .
d ep o rte sin p re p a rar los m úsculos para el
esfuerzo. En psicodram a este calentam ien
to puede hacerse de muy diferentes m ane
ras, m ediante el m ovim iento, los juegos, la
música, la im aginación o las palabras. Pos
teriorm ente se desarrolla la acción propia
m ente dicha: la dram atización, d o n d e un
protagonista va desplegando en el espacio
dram ático las escenas de su vida y de su
historia; o el sociodram a, d o n d e todo el
gru p o se convierte en protagonista.
147
148 • M aría Carm en Bello
\
Conclusiones • 151
A l e j a n d r a , futura psicodramatista
El prim ero es muy gratificante, no tuve que buscarlo: poco an
tes de escribir estas líneas, A lejandra, u n a alum na de Élite que
tam bién está tom ando cursos de form ación en psicodram a con
nosotros, m e en treg ó u n a copia de su tesis. De allí transcribo
aquí, con su autorización, lo que escribió en la introducción:
Cuando cursaba el quinto semestre de la licenciatura, ya llevaba
más de dos años tomando clases con el mismo grupo. En el salón se
vivía un ambiente de competencia que provocaba una gran tensión en
tre los alumnos. Los conflictos crecieron a tal grado que terminamos
yendo a un lugar desconocido para nosotros, en el que se suponía íba
mos a trabajar los conflictos para mejorar la convivencia. Ese lugar
resultó ser la Escuela Mexicana de Psicodrama y Sociometría. Asistimos
a tres sesiones de cuatro horas cada una.
A la primer sesión, fuimos con una actitud de total escepticismo,
pues, nos preguntábamos: ¿cómo es posible que la coordinación de nues
tro grupo piense que nos vamos a convertir en amigos que se quieren
mucho? ¡Eso era imposible! No obstante, todos asistimos a la cita. Por
un lado sentíamos curiosidad de saber qué podía pasar con el grupo y
por el otro, queríamos aprender qué era el psicodrama.
La primera sesión no estuvo tan mal. Nos divertimos mucho y has
ta platicamos con compañeros con los que nunca se nos hubiera ocurri
do compartir algo. La segunda vez, fuimos gustosos de reanudar el tra
bajo que habíamos iniciado. Finalmente, en la última cita, no
queríamos que se acabara el psicodrama. ¿Qué pasó con el grupo du
rante las doce horas que estuvimos ahí? Eso no lo sabíamos. Lo único
154 • M aría Carm en Bello
Atravesa nd o fronteras
Con un tono muy diferente, el equipo del capítulo 10 escribe, a
petición mía, este inform e:
El proceso, en un principio, causó cierta resistencia por parte de los
participantes debido a falta de conocimiento acerca de las técnicas del
psicodrama.
Consideramos desde nuestra experiencia, que las intervenciones fue
ron muy provechosas para nosotros, pues al evidenciar ciertos comporta
mientos, nos dimos cuenta que lo que para uno era normal o lógico, pu
diera no serlo para otros miembros del equipo. También nos dimos
cuenta que todo comportamiento actual proviene de una serie de cir
cunstancias del pasado y cómo esto contamina nuestro proceder, repi
tiéndose continuamente.
A nivel grupal, consideramos que se logró mayor apertura en la
comunicación, mayor integración y comprensión de los procesos grupales
coadyuvando a una mejor cohesión.
Todo este proceso impactó en algunos resultados que consideramos
positivos. Las personas que no cabían dentro del desarrollo y adapta
ción continua que demanda el entorno de la empresa misma, se aparta
ron del grupo. Los que quedamos actualmente, nos sentimos más com
prometidos y alertas a evitar repetir comportamientos dañinos a la
organización y a nuestra propia proyección dentro de la empresa.
Gente creativa
A lgunos de los profesores y pedagogos que p articip aro n en los
g rupos de psicodram a pedagógico siguieron estu d ian d o psico
dram a con nosotros y son ahora egresados o estudiantes avanzados
4 Inés Cornejo Portugal, “Los hijos del asfalto. U na prospección cualitativa a los ni
ños de la calle”, en Convergencia, revista de Ciencias Sociales, Año 6, Núm. 19,
mayo-agosto 1999, pp. 239-40.
158 • M aría C arm en Bello
Definición
El psicodram a fue definido p o r su creador,
Jaco b o Levi M oreno, com o “un m étodo p ara explorar a fondo
la verdad del alm a a través de la acción”. Esta definición parece
am biciosa y poco científica; pero sigue siendo u n a de las m ejo
res. ¿Qué p u ed e acercarnos más al fondo de la verdad del alma
de u n ser hu m an o que las simples escenas de su vida cotidiana,
de sus relaciones con otros, de sus encuentros y desencuentros?
Podemos decir también que el psicodrama ayuda al hom bre a
ser protagonista de su propia vida, en lugar de u n actor secunda
rio que rep resen ta argum entos escritos p o r otros, lo hace m e
d ian te la rep resen tació n de escenas, p o r m edio del ju eg o , del
desarrollo de la espontaneidad y la creatividad, de explorar el lu
gar del o tro en las situaciones vividas y, sobre todo, p o r m edio
de re c rea r la experiencia en el espacio dram ático.
159
Anexo: ¿Qué es el psicodrama? 1
Definición
El psicodram a fue definido p o r su creador,
Jacobo Levi M oreno, com o “u n m étodo p ara ex p lo rar a fondo
la verdad del alm a a través de la acción”. Esta definición parece
am biciosa y poco científica; pero sigue siendo u n a de las m ejo
res. ¿Qué p u ed e acercarnos más al fondo de la verdad del alma
de u n ser h u m ano que las simples escenas de su vida cotidiana,
de sus relaciones con otros, de sus encuentros y desencuentros?
Podemos decir también que el psicodrama ayuda al hom bre a
ser protagonista de su propia vida, en lugar de u n actor secunda
rio que rep resen ta argum entos escritos p o r otros, lo hace m e
d ian te la rep resen tació n de escenas, p o r m edio del ju eg o , del
desarrollo de la espontaneidad y la creatividad, de explorar el lu
gar del otro en las situaciones vividas y, sobre todo, p o r m edio
de recrear la experiencia en el espacio dram ático.
159
L
160 • M aría Carm en Bello
El m étodo psicodramático
El psicodrama es u n m étodo para co o rd in ar grupos p o r m edio
de la acción, y fue creado a partir de y para grupos hum anos. Su
cuerpo de teoría básico es la sociometría, que p u ed e ser defini
da com o la ciencia de las relaciones interpersonales.
Anexo: ¿Q ué es el p s ic o d ra m a ? • 161
Tele y transferencia
Así com o la teoría de los roles p uede ser considerada una teo
ría de las relaciones hum anas, los conceptos de tele y transfe
rencia, ju n to con los conceptos sociom étricos de criterio, signo,
emisor, receptor, m utualidad e incongruencia, constituyen u na
teoría de la com unicación. En este núcleo teórico, como en los
dem ás, están presentes todos los elem entos de la filosofía more-
niana, la espontaneidad-creatividad, la filosofía del m om ento y,
especialm ente, la filosofía del encuentro.
Los seres hum anos vivimos p e rm a n en te m e n te eligiéndonos
de acuerdo con el cum plim iento de ciertas tareas que M oreno
llamó criterios. Los criterios p ueden ser tareas tan sencillas como
trabajar ju n to s, co n tarn o s un secreto o pasar u n m o m en to di
vertido, o tan com plejas com o la de fo rm ar u n a familia.
Las elecciones p u e d en te n e r tres signos posibles: positivo,
negativo y n eu tro . Si son elecciones m utuas (m utualidades),
siem pre tienen el carácter de encuentro; el rechazo m utuo para
u n criterio dado es, desde el p u n to de vista moreniano, u n e n
cuentro: dos amigos pueden elegirse con signo positivo para ser
confidentes y com partir m om entos de descanso y diversión y, en
cambio, elegirse con signo negativo para estudiar juntos, ya que
am bos se distraen y el estudio no resulta productivo.
Desde el prim er m om ento en que dos personas se en cu en
tran, inm ediatam ente se establece una com unicación a distancia.
Esta m ínim a u n id ad de com unicación que da lugar a los e n
cuentros m utuos, de cualquier signo que sean, es el factor tele:
es la más pequeña unidad de sentim iento trasm itida de un indi
viduo a otro. En esta trasmisión, am bos son receptores y emiso
res de mensajes, pudiendo percibirlos y emitirlos correctam ente.
Todo e n c u e n tro o c u rre en el aquí y ahora. La trasm isión
m u tu a de sentim ientos adquiere el carácter de momento de en
cu en tro . La historia de cada u n o form a p a rte de ese instante
au n q u e no sea consciente para los involucrados en el e n cu en
tro, quienes tienen la posibilidad de com prenderse a sí mismos
d e n tro de la situación y al otro, desde su p u n to de vista. En
166 • M aría Carm en Bello
otras palabras, el factor tele incluye los dos polos de la com uni
cación: es u n a em patia bidireccional.
Sin em bargo, no siem pre las relaciones h u m an as tien en el
carácter de u n e n cu en tro . M uchas veces la co m unicación se
distorsiona. Los fantasmas de la historia nos llevan a in terp retar
la realidad con base en nuestras experiencias anteriores, en lu
gar de que nos ayuden ú n icam en te a percib ir de m an era co
rrecta el p resente en térm inos de vínculos. C om o n o podem os
vivir el m om ento, nuestra espontaneidad se limita y experim en
tamos un des-encuentro.
A esta distorsión del factor tele, q ue casi siem pre se m ani
fiesta p o r u n a inco n g ru en cia (u n a elección de signo diferente
para u n criterio dado), M oreno la llam a transferencia. En algu
nos textos afirm a que el factor tele es el fu n d am en to de todas
las relaciones sanas, m ientras que la transferencia es el fenóm e
no patológico.
La diferencia fu n d am en tal e n tre el co n cep to moreniano y
psicoanalítico de transferencia radica en q u e el p rim ero n o la
lim ita a la situación terapéutica y adem ás niega la existencia de
la co ntratransferencia: la transferen cia del te ra p e u ta es, p ara
M oreno, transferencia, no contratransferencia: para él, n o tiene
p o r qué te n e r un valor diferente.
En el trabajo terapéutico, u n o de los objetivos es siem pre
restablecer el factor tele, pero p ara ello es necesario, igual que
en psicoanálisis, analizar la transferencia. En psico d ram a este
trabajo se hace p o r m edio de la acción. C om o los obstáculos
transferenciales de la com unicación ad q u ieren carácter de fa n
tasmas, el cam ino del psicodram a es especialm ente útil, p orque
en el espacio dram ático los fantasm as p u e d e n ser fácilm ente
convocados. En el capítulo 10 podem os ver cóm o la com unica
ción e n tre los in tegrantes de u n equipo de trabajo está distor
sionada p o r los fantasmas personales de cada uno.
En la capacitación y en la docencia, así com o en cualquier
tipo de gru p o no terapéutico, el factor tele se centra en la rela
ción grupal. Los llam ados “trabajos d e e n c u e n tro ” tie n d e n a
Anexo: ¿Q ué es el p s ic o d ra m a ? • 167
Teoría de la técnica
Elementos o instrumentos del psicodrama
Ya vimos que los elem entos del psicodram a surgen de la teoría
del desarrollo del niño. El psicodram a re c rea la vida, y para
hacerlo, debe tom ar los elem entos de la vida misma.
Anexo: ¿Q ué es el p s ic o d ra m a ? • 169
Mecanismos de a cci ón
Catarsis de integración. El térm ino catarsis en su origen signifi
có lim piar, purificar. En los escritos hipocráticos se refiere a
vom itar o p urgar la enferm edad; más adelante va ad q u irien d o
un sentido psicológico: purgar em ociones o expresar. Aristóteles
lo utiliza para designar el efecto de la tragedia en el público. El
filósofo griego h ab ía hablado de la tragedia com o “u n a im ita
ción de la vida”. Al respecto, M oreno dice: “El psicodram a defi
ne el dram a com o u n a extensión de la vida y la acción, más que
com o su im itación.”2
Freud habló tam bién de la catarsis en sus prim eros trabajos
para designar una descarga emocional producida p or el recuerdo
y la verbalización de una situación traumática vivida. El concepto,
ya no circunscrito a la idea de rememoración y abreacción, sino
tam bién de repetir para elaborar, p o r ejem plo, m ed ian te la trans
ferencia, sigue presente en la teoría de la cura psicoanalítica.
M oreno reto m a el concepto aristotélico y lo am plía para
describir un proceso que se da en el psicodram a. Dice: “es un
proceso que no sólo apacigua y descarga al sujeto, sino que
tam bién le sum inistra equilibrio y paz in te rio r”3; en o tro texto
agrega: “la catarsis es en g en d rad a p o r la visión d e u n nuevo
universo y p o r la posibilidad de un nuevo crecim ien to (la
abreacción y el desahogo de em ociones son solam ente manifes
taciones superficiales). La catarsis com ienza en el actor cuando
éste representa su propio dram a, escena tras escena, y llega a su
clím ax en el m om ento en que ocu rre su p erip ecia.”4
H asta este p u n to , M oreno habla de catarsis a secas y es ob
vio que hace hincapié en que la catarsis n o consiste solam ente
en una descarga emocional. Sin duda, la catarsis de integración,
así e n te n d id a , es u n m ecanism o de acción del p sicodram a:
p e rm ite que el pasado pase a la categoría de historia, y q ue la
Elaboración verbal
Este m ecanism o de acción fue co n ceptualizado p o r D alm iro
Bustos. C onsideram os que en esta expresión se h an condensado
varias aspectos diferentes: u n o de ellos es el proceso de sim bo
lización en el q u e el protagonista, g e n eralm e n te después de
cada sesión, p o n e en sus palabras lo que aprendió, aquello que
re c u p e ró de su p ro p ia historia o de su circu n stan cia actual,
d u ra n te la dram atización.
Anexo: ¿Q ué es el p s ic o d ra m a ? • 179
La sociometría
C reada tam bién p o r M oreno, la sociom etría p u ed e ser conside
rada u n a disciplina independiente, cuyo objetivo es la investiga
ción y m edición de las relaciones interpersonales. La originali
d ad del m étodo sociom étrico consiste en que su base es la
reflexión y espontaneidad del sujeto, quien se convierte en un
investigador; deja de ser sujeto pasivo p ara ser u n actor que
participa en las experim entaciones y evalúa sus resultados.
E tim ológicam ente, la palabra deriva del latín: socius, “com
p a ñ e ro ” y metrum, “m ed id a”. A un cuando parece u n a tarea im
posible, M oreno logró con elem entos aritm éticos muy sencillos,
m edir y expresar gráficam ente algo tan inasible com o las rela
ciones interpersonales.
No existe una línea divisoria clara entre el psicodram a y la so
ciometría: ambos m étodos coexisten en el trabajo con grupos. Es
posible trabajar sociom étricam ente tan to en g ru p o s tera p éu ti
cos y familias, com o en grupos de aprendizaje o en la em presa.
Com o se ve en los capítulos 5, 6, 7 y 10, el trabajo psicodram á-
tico p uede com plem entarse con investigaciones sociom étricas o
a la inversa: un estudio sociom étrico p u e d e en riq u ecerse con
psicodrama y sociodrama. Los trabajos de encuentro, ya descritos,
p u d ie ra n considerarse recursos técnicos p erten ecien tes a cual
q uiera de los dos m étodos.
Síntesis
El psicodram a, creado p o r el m édico ru m an o Jaco b o Levy Mo
re n o (1889-1974), es un m étodo para co o rd in ar g rupos hu m a
nos m ediante la acción; el cam po más conocido del psicodram a
es la psicoterapia, p ero ha dem ostrado tam bién su utilidad en
la pedagogía, en la psicología social y preventiva, en el desarro
llo de la organización, en la capacitación a las em presas y en la
form ación de actores y directores de teatro.
Anexo: ¿Q ué es el p s ic o d ra m a ? • 181
183
184 • M aría Carm en Bello
P a r a c o m u n ic a r s e c o n l a a u t o r a :
Escuela M exicana de Psicodram a y Sociom etría
Temístocles 107, P.B., México, D.F. 11560
5 280 • 3737 Fax: 5 280 • 2447
yuyo@ psicodrama.com
P r i m e r a e d ic ió n
S e p t i e m b r e 2 0 ,2 0 0 2
Im p re s ió n y e n c u a d e r n a c i ó n :
O f f s e t V i s i o n a r y , S.A. d e C .V .
H o r t e n c i a N o . 97-1
COL. Los ÁNGELES, IZTAPALAPA
M é x i c o , D.F.
El psicodrama
es científico,
artístico
y m á g i c o , de la m i s m a m a n e ra que la vida
tiene sus leyes,
I psicodram a está estructurad o
su estética como un m étodo. Tiene raíces fi
y su m agia. losóficas que lo sustentan, una
teoría que lo fundam enta, procedim ientos técnicos cohe
rentes con esta te o ría y una secuencia m eto d o ló g ica a
seguir. Según su objetivo, puede ser terapéutico o apoyar
el aprendizaje, o pued e cab alg ar en la fro n te ra donde
ambos campos se tocan e intercam bian posibilidades. Ha
heredado de la m agia los rituales, el carácter de cerem o
nia, el uso de símbolos y en lugar de solem nidad ha in
corporado el juego. Tiene tam bién una fuerza estética, que
puede adm irar o conmover. *
El objetivo de este libro, que surge de la experiencia
práctica de su autora, es com partir la historia de una prác
tica, mostrar los alcances de este m étodo que es ap lica
ble donde quiera que exista un grupo hum ano que esté
en disposición de reflexionar acerca de sí mismo y abrir
una reflexión sobre los tem as que surgen de este trabajo
de recreación de la realidad.
El psicodrama favorece la integración grupal y la ela
boración de situaciones de conflicto o crisis en grupos de
aprendizaje, de trabajo, de mujeres, de niños de la calle,
entre muchos otros.
ISBN I b ñ - ñ b G - l l ü - l
EDITORIAL *
PAX M ÉXICO
9 799688 60 1104