Contemos Historias

Un día, a mediados de 1930, ingresó un
ciclista herido en el hospital donde trabajaba,

la miró y le dijo: “¿Puede llamar a un médico
de verdad?”. Eugenia Sacerdote de Lustig
nació el 9 de noviembre de 1910 y esta es su
historia #ContemosHistorias
#FelizCumpleEugeniaSacerdote
14:04 - 9 nov. 2018
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1. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 9 nov. 2018
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Eugenia estaba muy segura de cuál quería que fuera su profesión pero no se animaba a
contárselo a su mamá porque, para 1920, las mujeres no estudiaban medicina en Italia.
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Es más, ni siquiera podía aspirar a ingresar a la Universidad: su formación en el Liceo

femenino no la había preparado en matemática, química o biología sino en idiomas,
historia y literatura. ¡Ah! También le habían enseñado a hacer ropa para bebé. No le salía
muy bien.

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Pero Eugenia no se daría por vencida sin dar pelea. Junto a su prima, Rita Levi-Montalcini,
estaban convencidas de que serían médicas. Así que buscaron a un profesor particular que
aceptó prepararlas.

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Doce horas por día de estudio durante un año fueron necesarias para poder alcanzar el
título del Liceo clásico. Lugo de rendir con éxito un examen que incluía griego y latín,
ambas ingresaron a la Facultad de Medicina.
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500 varones y 4 mujeres. Esa era la cantidad de estudiantes en la Facultad de Medicina de
la Universidad de Turín en 1929.

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- “¡Bienvenidas!”. Las recibieron, felices, sus compañeros. - ¡¿En serio?! - Naaaaaah. Mentira.
Les hicieron la vida imposible.

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Los estudiantes les ponían pedazos de cadáveres escondidos en los bolsillos del
guardapolvo o se ubicaban en dos filas en la puerta de la facultad formando un pasillo que
ellas debían atravesar mientras las empujaban, les robaban sombreros o abrigos y las
golpeaban.
/>

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-¿Y nadie hizo nada? - Sí, Eugenia y Rita. Le pagaron al portero de la facultad para que les
permitiera entrar por una puerta de atrás y llegar al aula antes que el profesor. Finalmente,
en 1936, ambas se recibieron de médicas con las más altas calificaciones.

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Tiempo después, las primas siguieron caminos separados. Rita se doctoró en Neurocirugía
y Eugenia se mudó a Roma con su flamante marido, Maurizio Lustig, y empezó a ejercer su
profesión en el hospital de la ciudad. Allí fue cuando se encontró con el ciclista herido.

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Un día de junio de 1938, Eugenia abrió el diario y se encontró con una noticia terrible:
Mussolini había dictado las leyes raciales y los judíos ya no eran más ciudadanos italianos.
Tampoco podían trabajar en instituciones públicas.
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Muchas personas consiguieron documentos falsos, otras se ocultaron. Rita Levi-Montalcini,
su prima, montó un laboratorio en el dormitorio de su casa para poder seguir con sus
investigaciones. Décadas más tarde, en 1986, recibiría el Nobel de Medicina.

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Pirelli, la empresa para la que trabajaba Maurizio, estaba a punto de abrir una planta de
fundición de cobre en Argentina. Para no despedirlo, le ofrecieron el traslado. Junto con
Eugenia y su pequeña hija, en 1939, se subieron a un barco y zarparon.

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Luego del nacimiento de su segundo hijo, Eugenia quiso volver a trabajar así que intentó
que le reconocieran su título de Médica. No lo hicieron. Ni siquiera le reconocieron el título
de escuela primaria. Lo único que le permitieron fue trabajar como técnica.

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En la cátedra de Histología de la Facultad de Medicina le dijeron que no podían darle un

cargo pero sí dejarla investigar sin un sueldo fijo: si no se rompía mucho material de vidrio
en el laboratorio, ella podría cobrar lo que sobrara del fondo de reposición. ¡Trato hecho!

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Para tener material para su trabajo, Eugenia iba al mercado, compraba una gallina, le
sacaba sangre del ala, y con el suero investigaba. Fue pionera en nuestro país en el cultivo
de células in vitro.

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Tiempo después, ingresó al Instituto de Oncología Roffo para trabajar sobre el cultivo de
células cancerosas. Unos años más tarde comenzó a trabajar simultáneamente en el
Instituto Malbrán donde montó la Sección de Cultivos de Tejidos.
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Como jefa del Departamento de Histología tras la partida de su director, todo parecía
encaminarse. Hasta que llegó la epidemia de poliomielitis. Todavía no existía vacuna.
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Eugenia trabajaba haciendo diagnósticos y tenía mucho miedo de contagiar a alguien. Por
eso, todos los días, prendía fuego al material con el que habían trabajado en el Malbrán y
se cambiaba completamente de ropa antes de irse.
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La vacuna desarrollada por el virólogo Jonas Salk estaba comenzando a ser noticia cuando
Eugenia recibió una beca de la OMS para ir a estudiar con él a Estados Unidos. Allí se
convenció de su efectividad.
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Por eso, a su vuelta a la Argentina, y aunque todavía no había sido aprobada por el
Ministerio de Salud, decidió vacunarse ella y a sus tres hijos en público. Esta decisión
impulsó la vacunación y salvó la vida de miles de personas.

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Finalmente, Eugenia se convirtió en profesora universitaria por concurso (y le validaron por

fin su título). También fue Investigadora del CONICET. Renunciaría a la docencia unos años
más tarde, a raíz de la Noche de los Bastones Largos.

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Siguió trabajando en el laboratorio hasta pasados sus 80 años, cuando comenzó a perder la
vista. Finalmente, tuvo que dejar la investigación. El 27 de noviembre de 2011, murió a los
101 años de edad.

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Eugenia Sacerdote de Lustig. Médica, investigadora, pionera y luchadora. Contamos
historias para conocer, para no olvidar y para inspirar. Por las que fueron, las que somos y
las que vendrán. Esto fue #ContemosHistorias #FelizCumpleEugeniaSacerdote
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24. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 19 sept.
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A partir de este hilo, mucha investigación y entrevistas con su hija Livia, esta historia se
convirtió en una miniserie de cuatro episodios con participación especial de @dianamaffia
Pueden escucharla en el podcast de #ContemosHistorias
Hoy se cumplen 158 años del nacimiento de Cecilia Grierson, la primera médica argentina.
Se viene un hilo de #ContemosHistorias

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💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita

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Cecilia Grierson fue la primera mujer que se
licenció en medicina en Argentina y, según
algunos registros, en toda Latinoamérica.
También fue una referente en la lucha por los
derechos de las mujeres. Esta es su historia.
10:51 - 22 nov. 2017
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Cecilia nació en 1859 en Buenos Aires. Su papá John Grierson era descendiente de los
primeros colonos escoceses que llegaron a Argentina y su mamá, Jane Duffy, era de origen
irlandés.
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Su abuelo paterno, William, había establecido, en 1825 junto a su hermano John, la primera
y única colonia formada por escoceses en la Argentina.
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La Colonia de Monte Grande estaba en Llavallol, donde hoy se encuentra la Universidad

Nacional de Lomas de Zamora. Poco tiempo después de la llegada de los colonos a nuestro
país, nació el padre de Cecilia.

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Fue ella misma quien escribió, cien años después, en 1925, un pequeño libro titulado
“Colonia de Monte Grande. Primera y única colonia formada por escoceses en Argentina”.
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Cecilia fue la mayor de seis hermanos (Catalina, David, Juan, Tomás y Diego) y vivió sus
primeros años en las estancias de su padre, en Entre Ríos.

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A los seis años la enviaron a estudiar a Buenos Aires pero, cuando murió su papá, tuvo que
volver para ayudar a su familia. Desde 1873 y durante tres años, Cecilia se dedicó a ser
maestra rural. Como era menor de edad, su sueldo se lo pagaban a su mamá.

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A los 15 años volvió a Buenos Aires, para estudiar el magisterio. Ingresó a la Escuela Normal
de Señoritas, en Barracas, y se graduó de Maestra primaria en 1878.

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Sarmiento, por entonces Director de Escuelas, le dio su primer cargo al frente de un grado
en la Escuela Mixta de San Cristóbal. Con su sueldo, logró mudar a su familia a Buenos
Aires.
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Cecilia siempre había pensado que su vida profesional estaría ligada a la docencia. “Creo
que nací para ser maestra”, solía repetir. Sin embargo, el rumbo de su vida estaría a punto
de cambiar.

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Amelia Kenig, su mejor amiga, padecía una enfermedad respiratoria crónica. Luego de una
larga convalecencia, murió y esto afectó mucho a Cecilia.

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Motivada por el deseo de luchar contra la enfermedad y el dolor, Cecilia decidió estudiar
Medicina.

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Pero en la Buenos Aires del siglo XIX, iluminada por faroles a gas y querosén, con edificios
que apenas llegaban a tres pisos de altura, la carrera de Medicina estaba reservada para los
varones.
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Aunque ninguna regla escrita prohibía el ingreso de las mujeres, estaban implícitamente
excluidas de la posibilidad ser médicas.

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Sin embargo, Cecilia tenía un antecedente: Élida Passo.

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Élida había logrado ingresar a la universidad y había recibido su título de Farmacéutica en
1885, convirtiéndose en la primera mujer argentina en egresar de una carrera universitaria.

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Más tarde, Élida quiso estudiar medicina y, juicio mediante, consiguió ingresar a la carrera.
Lamentablemente, murió de tuberculosis en 1893, mientras cursaba quinto año.

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*Interludio* La vacuna contra la tuberculosis (BCG) recién se ensayó en humanos en 1921.

Hoy, es parte del calendario oficial. Es gratuita, segura y efectiva. ¡Vacunen a sus hijos e
hijas! *Fin del interludio*
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A pesar de estas dificultades y luego de un enorme esfuerzo, Cecilia consiguió un “permiso

especial” y logró ingresar a la Facultad de Medicina en 1883. Allí fue el centro de las burlas
y críticas de sus compañeros y profesores.
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A principios de 1886, la ciudad de Buenos Aires fue azotada por una epidemia de cólera y
se pidió colaboración a todos los estudiantes de medicina.
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Se improvisaron lugares de atención y refugios para enfermos. Uno de ellos fue la Casa de
Aislamiento (actual Hospital Muñiz) y, allí, Cecilia trabajó como ayudante.
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Esta experiencia la llevó a pensar en educar a enfermeras. Mientras cursaba quinto año,
creó la Escuela de Enfermeras del Círculo Médico Argentino, primera en América Latina. La
dirigió hasta 1913.
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El 2 de julio de 1889 se convirtió en la primera médica argentina. Sin embargo, nunca pudo
conseguir trabajo como médica cirujana. ¿Quién confiaría en una mujer cirujana?
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Por eso, apenas recibida, se incorporó al Hospital San Roque (luego Ramos Mejía) y se
dedicó a Ginecología y Obstetricia.

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En 1891 fue una de los miembros fundadores de la Asociación Médica Argentina y, un año
después, fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios.

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Gracias a su perseverancia logró que se abrieran salas de primeros auxilios en varios

pueblos y estableció un consultorio-escuela psicopedagógico. También colaboró con la
realización de la primera cesárea en el país.

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En agosto de 1894 llegaría un nuevo revés. Cecilia, por entonces con 35 años, se había
inscripto en un concurso para ser profesora de la Cátedra de Obstetricia para parteras.

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El concurso fue declarado desierto: las mujeres no podían aspirar a la docencia universitaria.
Deberían pasar más de tres décadas para que una mujer, María Teresa Ferrari, alcanzara
aquel cargo.

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En uno de sus discursos Cecilia cuenta: "Fue únicamente a causa de mi condición de mujer
que el jurado dio en este concurso (..) un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a
mí ni a mi competidor”.
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La mujer que tuvo la audacia de ser la primera en obtener el título de Médica Cirujana en
nuestro país, nunca tuvo la oportunidad de ser Jefa de Sala, Directora de un hospital o
Profesora de la Universidad. NUNCA.

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Cecilia dio clases por otras vías, formó parte activa de distintas asociaciones y creó la
Revista Obstétrica para ayudar en la formación de las parteras.

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Hoy se cumplen 158 años del nacimiento de Cecilia Grierson, la primera médica argentina.
Se viene un hilo de #ContemosHistorias
Es la madrugada del 21 de marzo de 1963.

Jeryl Linn, de cinco años, se despierta molesta
con fiebre y dolor de garganta. Su padre, el
microbiólogo Maurice Hilleman, lo nota
enseguida: Jeryl tiene paperas.
10:46 - 31 oct. 2018
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1. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 31 oct. 2018
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Para muchos chicos y chicas, las paperas (parotiditis) eran una enfermedad trivial sin
mayores consecuencias pero Hilleman sabía que, a veces, derivaban en un cuadro más
grave, con secuelas como sordera o meningitis.

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Hilleman tomó muestras de la garganta de Jeryl, las colocó en un caldo de cultivo y las llevó
a su laboratorio.

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A partir de un cultivo de ese virus, desarrolló una vacuna. La hermana más chica de Jeryl,
Kirsten, fue parte de los ensayos clínicos.
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El virus que aisló para la vacuna contra las paperas es el que aún hoy utilizamos en todo el
mundo. La cepa se llama “Jeryl Lynn” o “JL”.

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Más tarde, Hilleman reunió esta vacuna con otras dos para crear la “triple viral” (contra el
sarampión, paperas y rubéola).

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Hilleman también desarrolló la vacuna de la hepatitis A, hepatitis B, varicela, meningococo,

neumococo y haemophilus. También mejoró muchas otras: consiguió que fueran más
eficaces y tuvieran menos efectos secundarios.
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💚Valeria Edelsztein 💚 Retwitteó Fundación Huésped
A Hilleman se le atribuye haber salvado más vidas que cualquier otro científico del siglo XX.
No destruyamos su legado. Por favor, vacunen a sus hijos e hijas.

💚Valeria Edelsztein 💚 agregado,
Fundación HuéspedCuenta verificada @FundHuesped
ALERTA EPIDEMIOLÓGICA Durante 2018 se confirmaron

14 casos de sarampión en Argentina. El último caso endémico de sarampión
se registró en 2000 y la última persona que falleció por esta causa fue en
1998. Por eso, hablamos de brote.…
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1. Típica Inocente @nviglesias 31 oct. 2018
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En respuesta a @ValeArvejita
Valeria, tengo una página de FB para mis alumnos (secundaria, Historia), y me gustaría
compartir este y otros de tus brillantes hilos. Cómo puedo hacer? Gracias y felicitaciones!
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Si copiás directamente el link a los tuits, se pueden leer sin tener cuenta. Por otra parte,
podés escuchar seis episodios basados en los hilos en la 1ra temporada del podcast de
#ContemosHistorias Web: bit.ly/LunfaCoHi @ApplePodcasts: bit.ly/AppleCoHi

http:// http://
En la madrugada del 5 de agosto de 1888,

Bertha despertó a sus dos hijos. Fueron hasta
el patio del taller y, cuidando de no hacer
mucho ruido, empujaron el Benz Patent-
Motorwagen hasta las calles de la ciudad de
Mannheim. Dieron vueltas a la manivela y se
lanzaron a la aventura.
Cuando Karl se despertó esa mañana, encontró una nota garabateada rápidamente por su
esposa. Le informaba que había partido a visitar a su madre en su ciudad natal, Pforzheim, a
106 kilómetros de distancia.
Bertha había nacido, como Bertha Ringer en 1849. Su familia tenía una excelente posición
económica. En 1870, ella usó parte de su patrimonio para invertir en una compañía
constructora de hierro. No tuvo mayores problemas porque era una mujer soltera.
Karl era el ingeniero Karl Benz, con quien se casó en julio de 1872. A partir de ese
momento, de acuerdo con la legislación alemana de la época, Bertha perdió su poder legal
para actuar como inversora. Así que fue Karl quien puso su nombre para poder usar el
patrimonio de Bertha.
1. Parte de la fortuna sirvió para financiar la nueva empresa de fabricación de

máquinas industriales Benz & Cie. En esta compañía, Karl terminó su primer
carruaje a motor y obtuvo la patente en noviembre de 1886. Nacía el Benz Patent-
Motorwagen, el primer automóvil de la historia.

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2. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 29 ago.

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Como las leyes de esa época también impedían que una mujer casada pudiera ser
titular de una patente, solamente Karl figura como inventor del vehículo.
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A pesar del entusiasmo inicial, para 1888, se habían vendido apenas un par de
autos. Karl estaba preocupado. Hasta ese momento, los trayectos recorridos con
los flamantes vehículos eran cortos y con asistencia técnica, lo cual hacía parecer
al Motorwagen solo un juguete muy caro.
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Bertha, que confiaba plenamente en el potencial del automóvil, ideó un plan y
decidió embarcarse en un intrépido viaje, el primero de la historia, para demostrar
lo que su vehículo era capaz de hacer. Después de todo, el movimiento se
demuestra andando.
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Fue un recorrido lleno de imprevistos. Debían parar a cada rato para cargar agua y
enfriar el motor. Bertha tuvo que limpiar una manguera para el combustible con
un alfiler de su sombrero, reparar una avería con su pinza del pelo y atar un
conducto con la liga de sus medias.

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¿Y el combustible? En la farmacia del pueblito de Wiesloch, Bertha compró

bencina, líquido usado para limpiar, que por su alta volatilidad, era útil en motores
de explosión. Esta farmacia está considerada la primera estación de servicio de la
historia, monumento y placa incluidos
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Al anochecer, después de 13 horas de viaje, cubiertos de polvo y exhaustos, los

tres aventureros llegaron a Pforzheim. Bertha le envió un telegrama a su marido
con la noticia. Tres días después, regresaron por una ruta diferente.
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A su vuelta, todo el mundo hablaba del fantástico viaje de Bertha y del

maravilloso Benz Patent-Motorwagen. El automóvil empezó a venderse sin parar y
el resto es historia.
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A los 95 años, Bertha recibió el doctorado Honoris Causa en la Universidad

Técnica de Karlsruhe. Murió pocos días más tarde.
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A principios este siglo, el estado de Baden-Wurtenberg reconoció su legado
dando nombre a la Bertha Benz Memorial Route, que sigue los 194 kilómetros del
recorrido de ida y vuelta original.

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Esta fue la historia de Bertha Benz y su osadía. Contamos historias para reconocer,
para no olvidar y para inspirar. Esto fue #ContemosHistorias
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💚Valeria Edelsztein 💚 Retwitteó 💚Valeria Edelsztein 💚
Si les gustó la historia de Bertha, pueden encontrar muchas más por aquí
💚Valeria Edelsztein 💚 agregado,
💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita
¡Para leer, escuchar y compartir! Acá pueden encontrar

todos los hilos de #ContemosHistorias y también los episodios del podcast.
¡Que la ciencia y las historias nos acompañen!
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105
Recuperado de
Gisela Ximena Lozano <lozano.gx@gmail.com> 29 ago.
2019 23:05
para mí
https://twitter.com/ValeArvejita/status/1167071919138639873?s=19
el 13/09/2019
Gustave Eiffel hizo grabar en la Torre los

nombres de 72 destacados científicos,
ingenieros y matemáticos en reconocimiento
a sus aportes. NO HAY NINGUNA MUJER EN
LA LISTA.
5:32 - 15 ago. 2019
Recuperado el 14/09/2019 de
https://twitter.com/Patoquarks/status/1161979445655298051?s=03)

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Un día, a mediados de 1930, ingresó un

ciclista herido en el hospital donde trabajaba,

14:04 - 9 nov. 2018

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2. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 9 nov. 2018

Es más, ni siquiera podía aspirar a ingresar a la Universidad: su formación en el Liceo

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3. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 9 nov. 2018

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4. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 9 nov. 2018

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En la cátedra de Histología de la Facultad de Medicina le dijeron que no podían darle un

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Finalmente, Eugenia se convirtió en profesora universitaria por concurso (y le validaron por

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22. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 9 nov. 2018

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23. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 9 nov. 2018

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24. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 19 sept.

Pueden escucharla en el podcast de #ContemosHistorias

Se viene un hilo de #ContemosHistorias

💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita

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1. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

2. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

La Colonia de Monte Grande estaba en Llavallol, donde hoy se encuentra la Universidad

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4. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

5. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

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6. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

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7. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

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8. 💚Valeria Edelsztein 💚 @ValeArvejita 22 nov. 2017

Interludio La vacuna contra la tuberculosis (BCG) recién se ensayó en humanos en 1921.