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Bryan Plaza

6 de diciembre de 2010

La manipulación comercial en los artefactos tecnológicos

Entre los debates de si las personas nacen con una predisposición a cierta conducta o la

crea a través del desarrollo humano, la antropología hace un paralelismo: se crea al nacer en una

cultura adaptada a la conducta en tema. Tal podría ser el caso de los compradores compulsivos,

donde el materialismo y la posesión de ciertos artículos o accesorios pueden posicionarte en

diferentes estratos sociales. Es tal el caso de los artefactos tecnológicos y el comercio de los

mismos que en esta economía capitalista ha vuelto la conducta de la compra compulsiva un

ejemplo de la cultura mal adaptativa. La manipulación comercial en las empresas sobre los

artefactos tecnológicos puede crear cierta adicción en el comprador. Hay varias claves con las

que podemos descifrar estos procesos de manipulación y adicción, y en su mayoría los

representantes lo son los siguientes tres personajes tecnológicos: los ordenadores, los

reproductores de música y los teléfonos celulares.

Con esto, la manipulación crea la adicción en el consumidor y lo vuelve comprador

compulsivo. Esto se logra cuando una gran masa de alguno de los artefactos avanza en algún

grado. Por ejemplo, el cambio del CD al almacenamiento por USB, la capacidad en aumento de

dicho USB; el teléfono con un teclado simple a aquel con pantalla táctil, memoria inteligente o

hasta comando de voz. El mercado manipula al consumidor demostrándole que con los avances

de la ciencia un producto puede mejorarse y dejar en ridículo lo que antes fue innovador. Y no

sólo en ridículo, sino en inútil dado el hecho de que grandes masas se adapten a los mismos: la

educación, los empleos, la política, entre otros. Además, la intención de manipular no es casual,
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escribe el catedrático en filosofía Alfonso López Quintás lo siguiente respecto al tema: “La

manipulación responde, en general, a la voluntad de dominar a personas y grupos en algún

aspecto de la vida y dirigir su conducta. La manipulación comercial quiere convertirnos en

clientes, con el simple objetivo de que adquiramos un determinado producto, compremos

entradas para ciertos espectáculos, nos afiliemos a tal o cual club…”

Pero no podemos perder de vista que la adicción a comprar es una costumbre creada por

la comercialización. Manifiesta Teresa Marqués Chang, antropóloga y tecnóloga, en su artículo

científico La ciudad incorporada. Los artefactos como política y resignificación lo siguiente:

“Se plantea entonces que la producción cultural, el contexto y la ciudad misma, se manifiestan en

la producción de artefactos tecnológicos”. La educación, como ejemplo, no tendría acceso a estos

cambios si no fuese por su adhesión al comercio capitalista, donde primero el sistema cambia,

luego el educador, y por consiguiente e indefenso, el educado. Es un “efecto en domino” que

busca acaparar todos los sectores y estratos de la sociedad, de alguna manera u otra, y con el

acceso que el comercio permita a cada cual. Cada cambio en la tecnología repetirá este círculo

vicioso, pues como indica Esteban Ierardo “El objeto que motiva la percepción estética fascinada

siempre está expuesto, o ya está condenado, a su cosificación, su reducción a un valor de

cambio.”

Por consiguiente a esto, no es raro que las compañías le dan más capacidad a los

artefactos de lo que te dejan utilizar. Tal es el caso de los computadores, donde la memoria a la

que no tienes acceso sí sirve para soportar nuevos programas mejorados, y al tiempo, verás en el

mercado la misma marca del objeto, con los programas que descargaste, pero con una mágica

mayor capacidad para la memoria del mismo. Y no ocurre solamente con la capacidad, también

con la resolución, el sonido, y todo aquello que pueda mejorar alguna propiedad del sistema. La
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información que te ofrece, la cantidad de cosas que puedas hacer con tus archivos o contactos, y

otras cosas más.

Pero esto, más que un avance de la tecnología es una manipulación con el compulsivo

que espera más. Las empresas juegan con la mente del consumidor mostrándole el mismo

artefacto de manera distinta. Lo triste del caso no es el que compremos muchas veces objetos

parecidos, es el daño a terceros que la economía capitalista y el mercado libre promueve. El

periodista español Sergio Cebrián en un artículo digital expone que “el sistema capitalista de

libre mercado, a partir de ahora mercado salvaje, no persigue otro fin más que el de conservar el

estatus social de los ricos, mientras se amedrenta las posibilidades de crecimiento y desarrollo de

las clases bajas, entendiendo éstas en un conjunto global sin importar las barreras nacionales. La

gran victoria del capitalismo del mercado salvaje ha estado en vender un supuesto progreso y

libertad que, en un conjunto global, no ha existido para la mayoría de los seres humanos.” Así

que la mano de obra barata, como una esclavitud modernizada, es lo que se encuentra detrás de

este monstruo consumidor de consumidores, que nos convierte en adictos al desarrollo

tecnológico mediante las más infames técnicas de manipulación comercial donde nos hacen

depender cultural y socialmente de productos que por el alcance de sus usos pasan de tener una

utilidad práctica a una más social y del colectivo que nos rodea. Un ejemplo de utilidad práctica

correcta lo da M. Harris en su estudio en la India llamado Madre Vaca donde mediante la idea

del materialismo cultural un artefacto un organismo de la sociedad tiene una importancia

económica y cultural real. Ese no es el caso de los artefactos tecnológicos, pero culturalmente

hemos sido creados pensándolo así.

Adicional a los cambios y avances entre artefactos, hay otro gancho de compra y venta.

Los fabricantes y promotores cambian algún detalle y te venden el mismo producto dos veces. El
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mercado busca personalizar el producto a los gustos de las personas. Conrad Phillip Kottak

enumera las características de una cultura entre las cuales se encuentra que la cultura es

compartida, es total y está integrada a todos los componentes unos con otros. Muy a pesar de

esto creemos ser únicos, o intentamos alcanzar la originalidad sin despistarnos de los estándares

de nuestra sociedad. Así juega el mercado con los colores de los artefactos, los símbolos en ellos

y los diseños, de forma que nos parece que somos originales, o que el artefacto está

personalizado para ser como nosotros nos sentimos, pero es una variedad controlada por el

mismo mercado.

Finalmente, cada una de las respuestas a los métodos de mercadeo que hace el

consumidor favorece su continuidad y la adicción a los productos. Las empresas aprovechan el

sistema capitalista y nuestras necesidades de comunicación y entretenimiento –mejor definidas

en general como necesidades físicas y emocionales- para comercializar estas necesidades y

volverlas una moda, un artículo de primera necesidad. La adicción no es enteramente sicológica,

es una social, donde todo el colectivo tiende a la compra y renovación de ciertos productos cuyo

fin deja de ser la comunicación, el almacenamiento de información u otros, y pasan a ser

artículos de lujos, que no solo alimentan la mala adaptación cultural que Kotttak menciona en su

libro, también estratifica y divide grupos sociales y pone en peligro el constructo social en todos

sus aspectos. La manipulación comercial en las empresas sobre los artefactos tecnológicos

puede crear cierta adicción en el comprador.


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Bibliografía

Cebrian, S. Social Democracia. El capitalismo, el libre mercado y sus consecuencias. 2009,7,6.

Accesado 2010,12,4.http://www.socialdemocracia.org/reflexiones/91blogoconversa

ciones/2452-el-capitalismo-el-libre-mercado-y-sus-consecuencias-i.html

Harris, M.. Baúl de filosofía. Ensayo Antropológico: Madre Vaca. Accesado 2010, 12, 4.

www.bauldefilosofia.com/pdf/.../La%20madre%20vac1.pdf

Ierardo, E. Temakel: Mito, arte y pensamiento. Lo real y el poder de las cosas. La percepción

artística en Léger, Beckmann y de Chirico. Accesado 2010,12,4.

http://www.temakel.com/galeriapobjeto.htm#Art%C3%ADculo

Kottak.2007.Introducción a la Antropología Cultural: Espejo para el Mundo .V Edición.

McGrawHill. Michigan. Texto

López, A. Editora Mandruvá. La Manipulación del Hombre a Través del Lenguaje. Accesado

2010,12,4. http://www.hottopos.com/harvard3/alfonso.htm

Márquez, T. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana.. The city

incorporated. The role plays by technology and artifacts as politics and re

significance. pp. 36-48. Año V, No. 9. Universidad Iberoamericana A.C., Ciudad de

México. www.uia/iberoforum

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