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Diócesis de La Dorada – Guaduas

Parroquia Nuestra Señora de Los Dolores


Marquetalia - Caldas

Santo Viacrucis y
Coronilla de La Divina Misericordia
Santo Vía Crucis
Oremos el viacrucis con la firme intención de asemejarnos al Señor,
quien nos amó hasta el extremo.

- Nos persignamos, santiguamos, Credo y Acto de Contrición.

Cada estación se inicia con la siguiente fórmula:


V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

I. Jesús es condenado a muerte


“Ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado, y
arreciaban en sus gritos” Lc 23, 23

Señor, Tú fuiste el siervo sufriente del que nos habló


el profeta; la víctima perfecta para nuestra redención.
Por nuestra ceguera y obstinación fuiste juzgado y
condenado, pues no quisimos escuchar ni
comprender lo que viniste a hacer. Ten misericordia
de nosotros por tantas ocasiones en que condenamos sin compasión
y sin justicia, de manera que en el último día nos mires con bondad.

† Por tu condena injusta: Perdón, Señor, piedad.


Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.
II. Jesús carga con la Cruz a cuestas
“Tomaron, pues, a Jesús, y Él cargando con su cruz, salió hacia el
lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota”
Jn 19, 16b-17

Dios de bondad y misericordia, tu Hijo fue juzgado


y condenado como un criminal, sin importar cuánto
bien hizo. Nos apena esto y nos pesa la conciencia,
pues la culpa de imponerle cargas a los demás,
pesadas y humillantes, cargas de descredito y
difamación, aun las repartimos por doquier. Ten piedad de nosotros,
Tú que eres bueno, y transforma nuestro corazón para que sea
generoso a la hora de ayudar a quien está triste, angustiado y
humillado. Amén.
† Por tu cruz y tus heridas: perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

III. Jesús cae por tercera vez


“Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado,
traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros
crímenes. Nuestro castigo saludable vino sobre él,
sus cicatrices nos curaron.” Is 53, 4-6

Amado Señor, el peso de la cruz, el cansancio del


camino y la debilidad por los azotes, te hacen caer.
Perdón porque al ver que un hermano tropieza y su
vida se derrumba por lo problemas y la tristeza,
somos indiferentes y en ocasiones nos alegramos. Danos un corazón
como el tuyo, que no sintió envidia ni avaricia, sino caridad y
generosidad. Amén.
† Por tu primera caída: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

IV. Jesús se encuentra con su Santísima Madre


“Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
«Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se
levanten; será una bandera discutida:
así quedará clara la actitud de muchos corazones.
Y a ti, una espada te traspasará el alma».
Su madre conservaba todo esto en su corazón.”
Lc 2, 35-35.51

Bienaventurada seas, oh Virgen María, pues no te


acobardaste ante la presión del pueblo ni frente al
poder del Imperio. Fuiste fiel hasta el final y
acompañaste a tu Hijo con amor desde que te lo
anunció el ángel hasta que lo viste ascender al cielo.
Te rogamos que llenes de fortaleza a las madres del mundo,
especialmente a aquellas que sufren el dolor de ver a sus hijos
consumidos en los vicios y la delincuencia, para que no dejen de
orar por ellos. Amén.

† Por tu bienaventurada Madre: Perdón, Señor, piedad. Si


grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.
V. El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz.

“Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de


Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la
llevase detrás de Jesús” Lc 23, 26

Te damos infinitas gracias, Señor, por aquellas


personas generosas que nos tienden la mano y no
esperan algo a cambio; protégelas, bendícelas y que
nunca les falte lo justo en sus vidas. Te rogamos que
nos perdones por las veces en que hemos sido
desagradecidos, pues desconocemos que a través de ellas Tú nos
ayudas. A nosotros, buen Señor, danos la fuerza del cirineo, para
que no temamos ayudar a otros hermanos nuestros. Amén.
† Por tu cansancio con la Cruz: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

VI. La Verónica enjuga el rostro de Jesús

“No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto


atrayente, despreciado y evitado por los hombres,
como un hombre de dolores, acostumbrado a
sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros;
despreciado y desestimado” Is 53, 2-3

Amado Señor, en esta estación te pedimos por aquellos hermanos


nuestros que son humillados, especialmente por quienes deben
soportar este trato por la necesidad de socorrer a sus familias, para
que tu amor los llene de fortaleza, limpie sus rostros y no se den por
vencidos, y junto a Ti alcancen un día la gloria del Padre Eterno.
Amén.
† Por la caída y burlas primeras: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

VII. Jesús cae por segunda vez

“Yo soy el hombre que ha visto la miseria bajo el látigo de su


furor. Él me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin
luz. Ha cercado mis caminos con piedras sillares, ha torcido mis
senderos. Ha quebrado mis dientes con guijarro, me ha revolcado
en la ceniza.” Lam 3, 1-2. 9. 16

Señor, Tú sabes y entiendes del dolor humano, pues


tomaste nuestra carne y te hiciste semejante a
nosotros en todo, menos en el pecado; por esto, te
entregamos la vida de tantas personas que recayeron
en el pecado, especialmente por tantos jóvenes que no
consiguen apartarse de las drogas, para que les concedas tu Santo
Espíritu y los animes a levantarse para comenzar de nuevo. Amén.
† Por tu segunda caída: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.
VIII. Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén
“Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: Hijas de Jerusalén, no
lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, […]
porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?”
Lc 23, 28-31
Dios de bondad y de justicia, ten misericordia de
nosotros y no te fijes en nuestros pecados, pues
decimos amarte y seguirte pero somos inconstantes a
la hora del testimonio. En este momento, amado
Padre, te rogamos que nos perdones por la
indiferencia que tenemos frente al dolor del prójimo
aun cuando nos indignamos y cuestionamos, pero no hacemos nada
para ayudarlo, tal y como lo hicieron las mujeres al borde del
camino: se lamentaron pero no te ayudaron. Amén.
† Por tu gran inocencia: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

IX. Jesús cae por tercera vez


“Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. Que
se sienta solitario y silencioso […] Porque el Señor no desecha
para siempre a los humanos: si llega a afligir, se apiada luego
según su inmenso amor” Lam 3, 27-32

Amado Señor, al contemplar tu tercera caída oramos


por los matrimonios que después de muchas
discusiones y malos entendidos, deciden apartarse,
especialmente aquellos donde hay niños pequeños que
ven cómo su mundo se desintegra; concédeles sabiduría para tomar
la mejor decisión, amor para perdonar, humildad para reconocer los
errores y perseverancia para corregirlos. Amén.
† Por tu cuerpo maltratado: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

X. Jesús es despojado de sus vestiduras


“Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir «La
Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó,
pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su
ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo”
Mt 27,33-36

Dios y Padre eterno, Tú nos creaste a tu imagen y


semejanza y nos hiciste dignos e iguales ante Ti; por
esto te suplicamos que concedas lo necesario a tantos
hermanos nuestros que, como a tu Hijo, les fueron
arrebatadas todas sus pertenencias, especialmente, la
tierra por la violencia, y han quedado indefensos en un mundo
indiferente ante sus sufrimientos, para que por tu gracias
reconstruyan sus vidas, sanen las heridas y miren al futuro con
esperanza. Amén.
† Por tu desnudez: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.
XI. Jesús es clavado en la cruz
“Lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio,
Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en
él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos»”
Jn 19, 18-22

Tu sentencia se hace realidad y el momento final se


acerca. Tú eres el inocente que cargó con nuestros
pecados y se entregó por nuestra salvación; por esto,
amado Señor, crea en nosotros un corazón nuevo que
no se someta a los deseos del mundo ni se crucifique
por el pecado, sino que por tu amor sea libre y viva lleno de alegría
y esperanza. Amén.
† Por tu Cruz y tus clavos: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

XII. Jesús muere en la cruz


“Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre
toda aquella región. A media tarde Jesús gritó: «Elí, Elí lamá
sabaktaní», es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?» […]. Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el
espíritu. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al
ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados:
«Realmente éste era Hijo de Dios».”
Mt 26, 45.46.50

Un momento de silencio.
Señor Jesús, infinitas gracias te damos porque lo
has entregado todo por nosotros, incluso tu propia
vida. Gracias por tantas personas que se
entregaron por completo para hacer del mundo un
lugar mejor, pues a través de ellas, de tus santos y
mártires, continúas obrando en la historia. Llena
nuestro espíritu de tu fortaleza y no permitas que el miedo nos
someta, de manera que llenos de Ti, entreguemos con alegría lo que
somos para la construcción de tu Reino, venciendo la maldad de este
mundo presente. Amén.
† Por tu Pasión y Muerte: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

XIII. Jesús es bajado de la cruz y colocado en los brazos de su Madre


“José de Arimatea se presentó ante Pilato, le pidió el cuerpo de
Jesús y, después de descolgarlo, lo envolvió en una sábana ” Lc 23,52s

Madre de bondad y de misericordia, tu corazón se


llena de dolor al ver el cuerpo lastimado y sin vida de
tu Hijo, pero aun así no reniegas del Creador. A Ti
que eres la Madre del Salvador y su más fiel
servidora, te entregamos el llanto y la pena de tantas
madres que sufren la pérdida de sus hijos por causa de la violencia,
la injusticia y el pecado; fortalécelas, sana sus corazones y, según tu
ejemplo, acrecienta en ellas la fe. Amén.
† Por los dolores de Santísima Madre: Perdón, Señor,
piedad. Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.
XIV. Jesús es sepultado
“José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana
limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una
roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se
marchó.” Mt 27,59-61

Dios todopoderoso y eterno, Tú nos has creado y


somos tuyos, y te damos gracias por concedernos el
don de la vida. Permítenos aprovechar cada instante
del día para obrar el bien, de manera que cuando
llegue el momento de encontrarnos contigo en la
eternidad, llevemos con nosotros la alegría del bien cumplido. Te
rogamos que acojas con misericordia a los hermanos que partirá hoy
a tu dina Presencia; no les tengas en cuenta sus pecados sino júzgalos
en el amor. Amén.
† Por tu Santa Sepultura: Perdón, Señor, piedad.
Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

Oración final

eñor, Dios y Padre nuestro,


que has querido salvar a la humanidad
por medios de tu Hijo muerto en la Cruz, te pedimos,
ya que nos has dado a conocer en la tierra
la fuerza misteriosa de la Cruz de Cristo,
que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Coronilla de La Divina Misericordia
Dijo el Señor a Santa Faustina: rezarás esta corona de la siguiente
forma: primero dirás un Padrenuestro, un Avemaría y un Credo.
Después, en las cuentas del rosario correspondientes al
Padrenuestro, dirás las siguientes palabras: “Padre Eterno, yo te
ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu
amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en reparación de
nuestros pecados y los del mundo entero”.

En las cuencas pequeñas del Avemaría:


V. Por su Dolorosa Pasión
R. Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al finalizar rezarás tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo


Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.

Al concluir se puede rezar esta oración:


Señor Dios, que desde lo alto del cielo nos miras y ves nuestra
miseria material y espiritual, Tú, que eres Justicia, Sabiduría,
Bondad infinita, protegenos a nosotros pobres pecadores, de todos
los males y, en especial, de aquellos del espíritu. Ten piedad, Padre
de misericordia, de todos tus hijos que hemos pecado y seguimos
pecando. Delate de Ti, te invocamos, Padre nuestro, para que tu
misericordia baje sobre nosotros, nuestras familias y sobre todo el
mundo creyente. Amén.
Cantos
1. VÍA CRUCIS DE VIDAL

I III
Por mí, Señor, inclinas Oh pecador ingrato,
el cuello a la sentencia, ves a tu Dios caído,
que a tanto la clemencia /ven a llorar, herido
/pudo llegar de Dios./ de contrición aquí./
Oye el pregón, Oh Madre, Levántame a tus brazos,
llevado por el viento oh bondadoso Padre,
/y al doloroso acento /ve de la tierna Madre,
ven del amado en pos./ llanto correr por mí./

II IV
Esconde, justo Padre, Cercadla, Serafines,
la espada de tu ira, no acabe en desaliento,
/y al monte humilde mira, /no muera en el tormento,
subir el dulce bien./ la Rosa Virginal./
Y Tú, Señora, gime, Oh acero riguroso,
cual tórtola inocente; deja su pecho amante,
/que tu gemir clemente /vuélvete a mí cortante,
le amansará también./ que soy el criminal./
V VIII
Toma la cruz preciosa, Matronas doloridas,
me está el deber clamando, que al Justo lamentáis
/tan generoso cuando /¿por qué si os lastimáis,
delante va el Señor./ la causa no llorar?/
Voy a seguir constante, Y pues la cruz le dimos
las huellas de mi Dueño, todos los delincuentes
/manténgame el empeño, /broten los ojos fuentes,
Señora, tu favor./ de angustia y de pesar./

VI IX
Tu imagen, Padre mío, Al suelo derribado
ensangrentada y viva tercera vez el Fuerte,
/mi corazón reciba, /nos alza de la muerte
sellado con la fe./ a la inmortal salud./
¡Oh Reina,! de tu mano Mortales: ¿Qué otro exceso
imprímela en mi alma, pedimos de clemencia?
/y a la gloriosa palma, /No más indiferencia,
contigo subiré./ no más ingratitud./

VII X
Yace el Divino dueño, Tú bañas, Rey de gloria,
segunda vez postrado, los cielos en dulzura,
/deteste yo el pecado, /¿Quién te afligió, hermosura,
deshecho en contrición./ dándote amarga hiel?/
Oh Virgen, pide amante, Retorno a tal fineza,
que borre tanta ofensa. la gratitud pedía;
/Misericordia inmensa /cese ya, Madre mía,
pródiga de perdón./ de ser mi pecho infiel./
XI XIII
El manantial divino Dispón, Señora, el pecho
de sangre está corriendo, para mayor tormento,
/ven, pecador, gimiendo, /la víctima sangrienta,
ven, a lavarte aquí./ viene a tus brazos ya./
Misericordia imploro, Con su preciosa sangre,
al pie del leño Santo, juntas materno llanto,
/Virgen, mi ruego y llanto /¿Quién, Madre, tu quebranto
acepte Dios por Ti./ sin lágrimas verá?/
XII XIV
Muere la vida nuestra, Al Rey de las Virtudes,
pendiente de un madero, pesada losa encierra,
/¿Y yo cómo no muero /pero feliz la tierra,
de amor o de dolor?/ ya canta salvación./
Ay, casi no respira Sufre un momento, Madre,
la triste Madre yerta, la ausencia del Amado,
/del cielo abrir la puerta, /presto de Ti abrazado,
bien puedes ya, Señor./ tendrásle al corazón./

2. PERDONA A TU PUEBLO
1. Por tu condena injusta de
/Perdona a tu pueblo, Señor, muerte, no estés eternam...
perdona a tu pueblo, 2. Por la pesada cruz que
perdónale, Señor./ llevaste,…
“No estés eternamente enojado, 3. Por la caída y burlas
perdónale, Señor”, es el primeras,…
estribillo que se repite después de 4. Por el dolor de ver a la
cada afirmación, coincidente con
Madre,…
la estación.
5. Por la piedad del buen Extiende por el mundo
Cireneo,… tu reino de salvación.
6. Por la impresión del Rostro en Oh Cruz, fuente fecunda
de vida y de bendición.
el lienzo,…
7. Por la caída y befas del 4. DE NOSOTROS PIEDAD,
pueblo,… SEÑOR
8. Por la piedad de aquellas
De nosotros piedad, Señor,
mujeres,…
de nosotros piedad, Señor;
9. Por el dolor de verte de nosotros piedad, Señor,
rendido,… de nosotros piedad, Señor.
10.Por el pudor de hallarte
desnudo,… Te ofendimos con el pecado,
no escuchamos tu voz de Padre:
11.Por la punzada cruel de tus Tú perdónanos, por favor;
clavos,… de nosotros piedad, Señor.
12.Por tu agonía y por tu
muerte,… No te vimos en el hermano,
fuimos ciegos no lo negamos,
13.Por la desolación de tu
fuimos duros de corazón;
Madre,… de nosotros piedad, Señor.
14.Por la humildad de tu
sepultura,… 5. TÚ NOS DARÁS LA VIDA
Si de Ti me alejé
3. VICTORIA, TÚ REINARÁS sin luz y sin fe,
Señor, ten piedad.
Victoria, Tú reinarás, /Tú serás nuestra luz,
oh Cruz, tú nos salvarás. Tú nos salvarás,
Tú nos darás la vida./
El Verbo en ti clavado
muriendo nos rescató. Si al hermano negué
De ti, madero santo, la paz que nos das,
nos viene la redención. Cristo, ten piedad.
6. YO CREO EN LA /Perdóname, Señor,
MISERICORDIA DE DIOS hoy me arrepiento,
/Yo creo en la misericordia de Dios, perdóname, mi Dios
yo creo en la misericordia de Dios, crucificado./
yo creo en la misericordia de mi
Señor./ Yo he cargado
de espinas tu cabeza,
/Si soy fiel en lo poco cuando he vuelto
Él me confiara más, la espalda a mis hermanos;
si soy fiel en lo poco yo he llenado tu cuerpo de
mis pasos guiará./ tormentos,
cuando a algún semejante he
7. CUÁNTAS VECES, SEÑOR
/Cuántas veces, Señor, yo pequé./ despreciado.
/Mi Jesús, mi Jesús, yo te pido Y yo clavo en la Cruz tus manos
mil veces perdón./ y tus pies
siempre que a mis amigos yo
/Te he clavado, Señor, en la Cruz./ defraudo.
/Mi Jesús, mi Jesús, te he
9. HOY PERDÓNAME
clavado, Señor, en la Cruz./ Ho--y perdóname,
ho--y por siempre;
/Te prometo, Señor, ser mejor./ sin mirar la mentira,
/Mi Jesús, mi Jesús, te prometo, lo vacío de nuestras vidas,
Señor, ser mejor./ nuestra falta de amor y caridad.
8. POSTRADO ANTE LA Ho--y, perdóname,
CRUZ ho--y por siempre;
Postrado ante la Cruz aún sabiendo que he caído,
en la que has muerto, que de Ti siempre había huido,
y a la que yo también hoy regreso arrepentido
te he condenado, vuelvo a Ti, vuelvo a Ti;
sólo puedo decirte que lo siento, vuelvo a Ti, vuelvo a Ti.
sólo puedo decirte que hoy te amo.
Y te pido perdón por mis errores,
y te pido perdón por mis pecados.
10. TE PEDIMOS PERDÓN, 12. SÍ, ME LEVANTARÉ
SEÑOR
/Sí, me levantaré,
Te pedimos perdón, Señor, volveré junto a mi Padre./
por el bien que no hemos hecho,
por lo que hemos hecho mal, A Ti, Señor, elevo mi alma,
Señor, piedad. Tú eres mi Dios y mi salvador.

Perdón por haber vivido Mira mi angustia, mira mi pena


sin fijarme en los demás; dame la gracia de tu perdón.
perdón por no haber querido
en mi hermano confiar. Mi corazón busca tu Rostro,
Perdón porque he permitido oye mi voz, Señor, ten piedad.
no acusarme y acusar;
perdón por no haber vivido A Ti, Señor, te invoco y te llamo:
en pobreza y humildad. “Tú eres mi Roca, oye mi voz”.

11. ZAMBA DEL PERDÓN Sana mi alma y mi corazón,


porque pequé, Señor, contra Ti.
Perdón por aquel mendigo,
por aquella lágrima que hice brillar; No pongas fin a tu ternura,
perdón por aquellos ojos haz que me guarde siempre tu amor.
que al cruzar los míos no quise mirar.
Señor, no le di la mano, Vuelve, Señor, vuelve a nosotros
se encontraba solo y lo dejé partir; somos tus hijos, tennos piedad.
perdón, por no dar cariño,
por sólo buscarlo tan lejos de Ti. Piedad de mí, oh Dios de ternura,
lava mis culpas, oh Salvador.
Señor, ¿por qué soy así?,
estoy como ciego Tú sabes bien, Señor, mis
y no sé comprender. pecados,
/Señor, Tú eres mi esperanza, ante tus ojos todos están.
dame tu mirada y que sepa ver./
13. HOMBRE DE BARRO

¿Cómo le cantaré al Señor?,


¿cómo le cantaré?,
¿cómo le cantaré al Señor?
Hombre de barro soy.

No mira en el hombre su color,


ni mira el dinero,
es Padre de todos
y a todos quiere el Señor.

Él está en los montes y en el mar,


Él llena el silencio
de la noche en calma
y camina en la ciudad.

14. DOLOROSA

Dolorosa, de pie junto a la Cruz,


/Tú conoces nuestras penas,
penas de un pueblo que sufre./

Dolor de los cuerpos


que sufren enfermos,
el hambre de gentes
que no tienen pan;
pobreza de muchos
sin libro en las manos,
la pena del triste
que está en soledad.

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