Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Números 4 1 - 5 4
Números 4 1 - 5 4
El orden de su servicio
"El oficio de los hijos de Coat en el Tabernáculo de reunión, en el
Lugar santísimo, será este: Cuando haya que trasladar el
campamento, vendrán Aarón y sus hijos, desarmarán el velo que
está a la entrada del Lugar Santísimo y cubrirán con él el Arca del
pacto. Pondrán sobre ella la cubierta de pieles finas de tejones,
extenderán encima un paño todo de azul y le pondrán sus varas
para transportarla."
Pasando ahora al versículo 15, leemos lo siguiente
"Después que acaben Aarón y sus hijos de cubrir el santuario y
todos los utensilios del santuario, cuando haya que trasladar el
campamento, llegarán los hijos de Coat para llevarlos, pero no
tocarán ninguna cosa santa, no sea que mueran. Estas serán las
cosas que cargarán los hijos de Coat en el Tabernáculo de
reunión."
Los únicos que vieron los muebles que había en el lugar
Santísimo, fueron Aarón y sus hijos. Esos muebles eran el arca,
y el propiciatorio o tapa que cubría el arca, y eran cubiertos
cuidadosamente por Aarón y sus hijos antes de que los coatitas
los transportasen. Pasemos ahora a los versículos 24 y 25:
"Este será el oficio de las familias de Gersón, su trabajo y su
carga: Llevarán las cortinas del Tabernáculo, el Tabernáculo de
reunión, su cubierta, la cubierta de pieles finas de tejones que
está encima de él, la cortina de la puerta del Tabernáculo de
reunión"
Y sigue dando una lista de algunas de las otras cortinas y cuerdas,
las cuales estaban a cargo de las familias de Gersón. Leamos
ahora los versículos 29, 31 y 32:
"Harás un censo de los hijos de Merari, por familias y según las
casas de sus padres. Su responsabilidad en cuanto a su servicio
en el Tabernáculo de reunión será transportar las tablas del
Tabernáculo, sus travesaños, sus postes y sus bases, los postes
del atrio que lo rodea y sus bases, sus estacas y sus cuerdas, con
todos sus instrumentos y todo lo que se necesita para su servicio.
Asignaréis por sus nombres todos los utensilios que ellos tienen
que transportar."
Merari llevaba los artículos pesados: los postes, las tablas y los
travesaños. Los coatitas llevaban los muebles. Parece que Gersón
se hacía cargo de lo más fácil; las cortinas, las cubiertas y las
cuerdas.
Usando ahora su imaginación, piense usted lo que ocurría cuando
se ponían en marcha. No creemos que Moisés y Aarón salieran
del tabernáculo por la mañana para discutir el asunto. Moisés no
decía: "Bueno, vamos a citar la Junta Directiva para ver si
debemos ponernos en marcha o no." No dependían de ese tipo
de cosas. Esperaban simplemente para ver si la columna de nube
se elevaba del tabernáculo. Ahora, si se elevaba, eso quería decir
que debían marchar. Si la nube no ascendía, significaba que
debían quedarse en el campamento aquel día. Moisés y Aarón
tenían que estar alertas. Debían seguir la dirección que el Espíritu
de Dios les daba. Y el hijo de Dios debe ser guiado hoy de esta
misma manera. No es que veamos una columna visible de nube,
sino que somos guiados interiormente por el Espíritu de Dios.
Como lo dice el Apóstol Pablo, escribiendo a los Romanos, en el
capítulo 8, versículo 14: "Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios". El Espíritu de Dios,
amigo oyente, quiere guiar a los que son hijos de Dios.
Cuando la columna de nube se elevaba, enseguida Aarón y sus
hijos iban primero al velo. Usted recordará que el arca y el
propiciatorio estaban dentro del lugar separado por el velo, en el
lugar Santísimo. Creemos que el arca y su tapa, el propiciatorio,
estaban colocados junto al velo, y no junto a la pared de atrás; y
así, cuando el sumo sacerdote entraba en el lugar Santísimo, se
volvía y miraba hacia el oriente, y luego rociaba la sangre en el
propiciatorio; el sumo sacerdote hacía esto solo un día al año.
Pero en el día en que debían ponerse en marcha, no entraban
más allá del velo.
El velo era sostenido por anillos y en este día el sumo sacerdote
debía entrar, tomar el velo y bajarlo. Luego, Aarón y sus hijos
dejaban caer el velo sobre el propiciatorio y sobre el arca, y luego
los envolvían en tejidos de lino y en otras cubiertas, y finalmente
los envolvían con la cortina exterior del tabernáculo. Era
solamente después que todos los enseres estuviesen envueltos,
que permitían entrar a los coatitas. Había varas que encajaban
en los anillos de todos los muebles. Los coatitas entraban
entonces y levantaban los muebles por medio de estas varas y
los llevaban afuera. Los sacerdotes que llevaban el arca iban
adelante y esperaban que la columna de nube los guiara.
Veremos el orden de su marcha en otro estudio más adelante.
Por la noche, cuando llegaban a un nuevo campamento, cada
hombre sabía lo que le correspondía hacer. Cada uno llevaba la
parte particular del tabernáculo que le correspondía durante la
marcha. Cuando acampaban, lo primero que hacían era colocar
el arca en su lugar. Luego todo el campamento era instalado,
según donde fuese puesta el arca.
Los coatitas que llevaban los otros muebles, los colocaban en
relación al arca, y luego el tabernáculo, con sus tablas y cortinas,
era armado alrededor de ellos. En otras palabras, se ponían
primero los muebles. Ahora, esa no es la manera como nosotros
construimos las casas en la actualidad. Pero recuerde que esto
estaba diseñado para una marcha y por eso, todo tenía que ser
plegable y portátil. Colocaban los muebles primero y luego ponían
el tabernáculo alrededor de ellos.
Como cada uno tenía su tarea específica que llevar a cabo,
opinamos que el campamento se instalaba con bastante rapidez.
Creemos que después de unos 15 minutos más o menos de
haberse detenido y colocado el arca en su lugar, ya estaría el
tabernáculo completamente armado.
Resumiendo, pues, tenemos que cuando Israel llegaba al lugar
donde debía acampar, lo primero que se hacía era poner el arca
en su lugar. Luego venían los coatitas, quienes traían los muebles
y los colocaban. En el momento en que los colocaban, Merari
llegaba con las tablas, los postes y travesaños y desempeñaba su
parte. Luego Gersón venía con las cortinas. Por último, el sumo
sacerdote quitaba el velo y lo colgaba. ¡Qué emoción debe haber
sido ver a Israel entrar en el campamento! Después de 40 años
de práctica deben haberlo hecho muy bien.
Cada hombre, pues, tenía su oficio. De la misma manera, hoy en
día, amigo oyente, cada cristiano tiene su don, su capacidad y un
trabajo específico que Dios quiere que haga. Creemos que Dios
nos recompensará según nuestra fidelidad en hacer lo que El
quiere que hagamos. No debemos hacer lo que nos apetezca
hacer, ni lo que creamos que debemos hacer; sino que debemos
ejercer los dones que El nos ha dado, bajo Su dirección.
(Supongamos por ejemplo, que la persona encargada de llevar la
estaca de la parte noroeste del tabernáculo se cansara de su
trabajo. Un día, al meter la estaca, diría: "Estoy cansado de hacer
esto. Ya van 20 años que llevo esta estaca de la tienda. Vengo
por la mañana y la desprendo y la quito del suelo, la pongo sobre
mis hombros y la llevo en el carro junto con la familia. Parece que
nadie ve cuánto trabajo yo. Nadie me recompensa por lo que
hago. Moisés nunca me ha llamado a pasar adelante para
premiarme por mi trabajo. Estoy cansado de hacer siempre lo
mismo y creo que cualquier día voy a dejar de llevar esta estaca."
Un día, pues, cuando están desarmando el tabernáculo, le es un
poco difícil sacar su estaca del suelo y perdiendo la paciencia, la
deja allí y dice: "¡Nadie hará caso de todos modos. Mi trabajo no
es tan importante. Todo lo que me corresponde hacer es llevar
una sola estaca de la tienda; creo, pues, que simplemente la
dejaré allí mismo."
¿Puede usted imaginarse, amigo oyente, el problema a la noche
siguiente? Tratarían de levantar el tabernáculo, pero la estaca de
la parte noroeste no estaría allí. Los hombres se lo informarían a
Moisés, y buscarían al que debía haber llevado esa estaca. Moisés
le preguntaría: "¿Dónde está la estaca?" Y el hombre respondería:
"Pues, la dejé allí donde acampamos anoche." Moisés le
preguntaría entonces, por qué la había dejado allí y el hombre
diría: "Tuve un momento de desaliento y no creí que mi trabajo
fuese verdaderamente." Moisés diría: "Tú no creíste que fuera
importante. Pero ahora, no podemos levantar el tabernáculo sin
ella. Esa estaca es muy importante y la necesitamos.")
Amigo oyente, ¿quién es el que puede determinar, quiénes hacen
las cosas de más importancia en el servicio de Dios hoy en día?
Aquel hombre había sido fiel por 20 años, y luego de repente,
perdió el control de sus actos y fíjese usted lo que sucedió cuando
trataron de armar el tabernáculo. ¿No puede ser esta acaso una
ilustración de la actitud de muchos hijos de Dios, quienes en
nuestros días no creen que su servicio sea importante? Hermano
que me escucha, Dios no le recompensará a usted según la
cantidad de trabajo que haya hecho, ni por la importancia o
categoría que los demás le den a su trabajo, sino según la manera
en que haya sido fiel en hacer lo que El le ha mandado que haga.
Si usted está llevando esa estaca de la tienda de la parte
noroeste, no se olvide de llevarla hoy. El trabajo que el Señor le
ha dado, es muy importante para Su reino.
Y tenemos ahora