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HISTORICISMO

El periodo victoriano fue el punto culminante de la arquitectura historicista, una forma de


construir con un estilo que reprodujera las formas arquitectónicas del pasado. La forma más
extendida y persistente de historicismo fue el neogótico, una imitación de las iglesias medievales
con arcos apuntados. El neogótico se impuso en pueblos y ciudades porque el estilo se aplicaba
no solo en la construcción de iglesias, sino también de ayuntamientos, colegios, estaciones de
ferrocarril e incluso fábricas y almacenes.

En el siglo XIX la arquitectura neogótica —arcos apuntados y edificios de piedra, según el


concepto visual y estructural de la Edad Media— volvió a estar de moda. Corresponde sobre
todo a dos arquitectos, el inglés Augustus Welby Northmore Pugin y el francés
Eugène-Emmanuel Viollet-le--Duc, el mérito de la renovación de este gótico más «correcto».
Ambos tenían una visión muy distinta del gótico, pero su influencia conjunta fue enorme.

La obra de Pugin
Al catolico A.W.N. Pugin se le conoce sobre todo por haber proyectado (con Charles Barry) las
cámaras del Parlamento de Londres. En 1836 lanzó una campaña personal para reformar la
arquitectura inglesa. Pugin partía de la idea de que el gótico representaba una cultura —la
civilización cristiana medieval— muy preferible a la de su tiempo. En 1836 publicó un libro
cuyo título resumía su asunto: ​Contrastes;​ o ​un paralelo entre los nobles edificios de los siglos
catorce y quince, y edificios correspondientes del día de hoy, que demuestran la decadencia del
gusto.​ En ​Contrastes coloca ilustraciones de ciudades medievales idealizadas al lado de
imágenes de la miseria industrial y arquitectónica del siglo XIX. Una casa pobre victoriana o un
edificio que parece una carcel se comparan con un monasterio medieval donde se brindaba
consuelo y caridad a los pobres. Después de Contrastes, Pugin público otro libro: Los verdaderos
principios de la arquitectura ojival o cristiana (1841). En estas dos obras defiende la idea de una
vuelta al gótico —y preferiblemente al catolicismo— para mejorar nuestra calidad de vida social,
moral y arquitectónica.
Pugin proyectó sorprendentes iglesias góticas, decoradas a imitación de lo ejemplos medievales.
Algunas de ellas, cómo Saint Giles de Cheadle, resplandecían cómo joyeros, con sus pinturas
murales y vidrieras de colores. Hasta los anglicanos quedaron impresionados. Paralelamente, la
iglesia anglicana (y su homóloga norteamericana, la episcopaliana) también preconizo una
vuelta, más o menos parcial, a los valores y la estética medievales. Esto ocurrió bajo los
auspicios del movimiento eclesiológico, que aspiraba a devolver a las iglesias anglicanas un
cierto esplendor gótico medieval. El autor británico John Ruskin, otro promotor entusiasta del
gótico, también contribuyó decisivamente a la difusión del estilo.

El movimiento de la eclesiología
En la década de 1830 varios teólogos de Oxford alzaron su voz contra lo que consideraban una
amenaza contra la Iglesia anglicana: el auge del liberalismo y los avances científicos que
cuestionaba la ortodoxia, cómo la versión bíblica de la creacion. Expusieron sus ideas en varios
tratados (por lo que el movimiento también se conoce cómo tractariano) que propugnaba una
Iglesia más centrada en la espiritualidad y los rituales. En Cambridge, un movimiento paralelo,
conocido primero cómo Sociedad Camden de Cambridge y después cómo Sociedad
Eclesiológica, se ocupó directamente de arquitectura, con una serie de opúsculos que contenían
instrucciones para la construcción de iglesias. En particular recomendaban que la nave y el
presbiterio estuvieran claramente separados, y que hubiese más ornamentos para realzar el altar
mayor. También tenía que haber una sacristía para el sacerdote y un porche a la entrada de la
iglesia. Los elementos georgianos, cómo las galerías, estaban mal vistos, y se optó por el gótico.
Estas recomendaciones para la iglesia anglicana se parecían mucho a las de Pugin para las
iglesias católicas, y ambas tuvieron una fuerte influencia en el modo de construir las iglesias
nuevas y restaurar las antiguas.

Viollet-le-Duc
Mientras tanto, en Francia, otro gran arquitecto y escritor, Viollet-le-Duc, hacía campaña a favor
del neogótico. Su obra más célebre fue ​Entretiens sur l’architecture (Conversaciones sobre la
arquitectura), que se editó en dos volúmenes en 1863-1872. Su punto de vista era diferente del de
Pugin. Su idea central era que la forma gótica de la estructura con pilares, bóvedas con
nervaduras y contrafuertes era una forma sumamente lógica de construir que podía adaptarse a
los materiales modernos, cómo el hierro fundido.

El resultado, en la Europa continental, Gran Bretaña y Norteamérica, fue una vuelta coordinada
al estilo gótico. Fue el más empleado en la construcción de iglesias nuevas para la población
creciente, en la restauración de las antiguas y en la construcción de todo tipo de edificios, desde
tribunales hasta estaciones de ferrocarril. Los arquitectos más destacados adoptaron el gótico, y
está importante renovación artística transformó las ciudades, de Filadelfia a Paris.

Una renovación variada

Los edificios que proyectaron estos arquitectos eran muy variados. Algunos preferían el gótico
decorado inglés del siglo XIV, mientras que otros se inclinaron por una versión más temprana y
sencilla del estilo, tal cómo había empezado en Francia en el siglo XIII. Otros acusaron la
influencia del gótico veneciano, que tanto había ponderado Ruskin. No obstante, algunos
llevaron el estilo por nuevas sendas más fantasiosas, inimaginables para un cantero medieval.
Pero cualquiera que fuese el tipo gótico escogido, las agujas de sus iglesias y los pináculos de sus
ayuntamientos y almacenes transformaron tanto los horizontes urbanos cómo los paisajes rurales.

Otras renovaciones
Aunque en el siglo XIX el estilo renovado que tuvo mayor difusión fue el gótico (ver foto 1),
también se reinventaron otros estilos del pasado. Para algunos arquitectos, el estilo románico de
arco semicircular, de la primera Edad Media, era tan apropiado para las iglesias cómo el gótico.
Se renovó en a Gran Bretaña y en Alemania, país donde fue conocido cómo Rundbogenstil
(estilo de arco de medio punto. Se construyeron grandes casas de campo en todos los estilos, del
gótico al clásico, y el que imitaba las formas compactas de la arquitectura medieval escocesa se
hizo célebre cómo estilo baronial. Más avanzado el siglo se produjo una renovación Tudor que a
menudo que incorporaba gabletes con armadura de madera y se conoció cómo inglesa antiguo. A
todas estas renovaciones contributo una profusa obra erudita sobre la arquitectura del pasado,
publicada en libros magníficamente ilustrados con grabados.

Foto 1

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