Está en la página 1de 3

METRÓPOLIS, FRIGZ LANG

dIRECCION DE FOTO:

Karl Freund
Gunther Rittau
Walter Ruttmann

Ambientada en el año 2000, nos presenta la clásica historia de amor entre dos personas de
estratos sociales antónimos. Contiene algunos planos y escenografías que son una auténtica
maravilla.

del director Fritz Lang con guión de su esposa Thea Von Harbou. El film es de 1927 y es el
único declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco.

Año 2026. En una ciudad-estado llamada Metrópolis los humanos se dividen de forma
extremadamente segregada entre poderosos y trabajadores. Estos últimos viven en una urbe
subterránea donde trabajan sin descanso para cubrir todas las necesidades de los que disfrutan de sus
privilegios en la superficie, con los que tienen prohibido cualquier tipo de contacto, funcionando así el
mundo conforme a una distopía llevada al límite. Reina sobre esta barbarie el todopoderoso Joh
Fredersen (Alfred Abel), gobernador de la ciudad, que parece controlar todo perfectamente hasta
que su propio hijo Freder (Gustav Frölich), asiduo de la inopia de los ricos, conoce por casualidad a
María (Brigitte Helm), una mujer que lucha de forma pacífica y persuasiva por la causa de los
trabajadores, y a la que decide seguir hasta las catacumbas urbanas. Allí es testigo de la desgraciada
existencia del proletariado y decide unirse a ellos. Sin embargo, su padre, tras conocer estos hechos
recurre a la ayuda de un científico, quien fabrica un robot capaz de asumir la forma física de cualquier
humano, con el que el magnate-gobernador sustituirá a María y alentará los disturbios de los obreros,
teniendo así una excusa para lanzar una represión violenta contra ellos.

Los deseos ocultos del científico y la resistencia de María y Freder a su destino se interponen en el
desenlace de esta asombrosa pieza clave del expresionismo alemán, que todavía hoy sigue generando
todo tipo de hipótesis sobre su mensaje. Colgada de las teorías básicas del marxismo, y de la entonces
reciente revolución rusa, reivindicada después por el nacionalsocialismo de Hitler, plagada de filosofía
visual hasta su último fotograma, plenamente actual, mutilada y luego restaurada, 'Metrópolis' es una
de esas grandes obras maestras, una apología social épica e irrepetible que Fritz Lang regaló a un
planeta de espectadores aún sin entrenar en tales aventuras, y sin las que la historia del cine, y más
aún la ciencia-ficción (después del 'Viaje a la Luna' de George Méliès), no podría comprenderse.

En Metrópolis en cuanto a montaje se refiere hay mucha variedad, métrico, rítmico, y los más
destacables tonal y sobre tonal. La estética, la luz y la forma son elementos participativos en
toda la escenografía de la película, los elementos estilísticos no solo se presentan en la
escenografía, si no también, se presenta en la luz y las sombras que nos remiten a presenciar
altos contrastes. Otro elemento que representa mucho en metrópolis es la manera en que
ocupan las viñetas, este elemento es utilizado con dos propósitos, en primera para hacer mas
expresión de en el rostro de un personaje y el segundo para cerrar algún ciclo o una escena
pareciéndose la viñeta como un punto y aparte.

Ambientada en el año 2000, nos presenta la clásica historia de amor entre dos personas de
estratos sociales antónimos. Contiene algunos planos y escenografías que son una auténtica
maravilla.

1
del director Fritz Lang con guión de su esposa Thea Von Harbou. El film es de 1927 y es el
único declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco.

Fritz Lang, en metrópolis simboliza una de las principales películas que representa al
“Expresionismo Alemán”, Metrópolis es una película que encierra todos los elementos
representativos del expresionismo, claramente el sentimiento de desesperanza, es reflejado en
la clase obrera de este film

Metrópolis’ llevó 310 días y 60 noches de rodaje, con un costo de unos seis millones de marcos
de la época, gran parte de los cuales se fueron en los aproximadamente 25000 efectos
especiales. La película fue un fracaso descomunal, con un resultado en cifras lamentable. Se
reestrenó recortada, pero aún así sólo consiguió recuperar la séptima parte de los costes de
producción. Puso a la UFA y a toda la industria cinematográfica alemana al borde del precipicio.

Fritz Lang compuso la matriz en cuanto a planos, narraciones en paralelo, panorámicas y secuencias de
infarto. Pero más allá de su función mecánica como cuna del cine-espectáculo, más allá del desafío
técnico que supuso para su realizador, sus intérpretes y todos los que participaron en sus fastuosos
decorados, se encuentra el sentido argumental de la misma. Pocas películas mudas consiguen
conmover tanto en sus fotogramas de palabras escritas en la pantalla. Porque entre su frenética
narración y aspavientos de epopeya, encontramos un mensaje moral que todavía hoy podría servirnos
para el uso de las nuevas tecnologías, de nuestros 'smartphones' multifunción: “Mittler zwischen him
und hand muss das herz sein” o, lo que es lo mismo: “Mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el
corazón”. Un lema sencillo y humano, como al final son todos sus protagonistas, aunque queramos
revestirlos de idealismo e ingenuidad.

Gestos exagerados, grandes muecas, brazos continuamente arqueados o levantados, son elementos
que se unen al excesivo maquillaje y a esa dirección nublada que en los años veinte volvía etéreo cada
fotograma.

El debate sobre la misma ha vuelto a revivirse tras sus recientes restauraciones, la más sonada la
derivada de la copia encontrada en las bodegas del Museo del Cine de Buenos Aires en 2008, con unos
26 minutos inéditos de la cinta, en tal mal estado que no se pudo hacer un nuevo montaje hasta dos
años después, que se estrenó en la Berlinale de 2010.

cumple con la mayor parte de las características del expresionismo alemán, ya sea
por los rostros excesivamente maquillados e iluminados de sus personajes, por la
hiperbólica caracterización, por la utilización de decorados fantásticos y fantasiosos,
por los espacios opresivos y agobiantes, por la inclusión de elementos irracionales y
proféticos y por la constante utilización de contraposiciones. Toda METRÓPOLIS se
estructura siguiendo parejas de elementos opuestos: el obrero y el empresario, el
trabajo y el descanso, la superficie y el subsuelo, la tecnología y el ser
humano, María y Futura, el bien y el mal, Freder y Rottwang, la revolución y el
diálogo. Pero como ocurre en muchas de las películas del expresionismo alemán,
así en NOSFERATU, la oposición no es completamente maniqueísta, sino que existe
una cierta ambigüedad, representada en el arrepentimiento de Frederman. El
espacio, que es todo un prodigio, consigue agobiar al espectador, ya sea en los
interiores oscuros y llenos de artefactos mecánicos como en los exteriores llenos de

2
grandes y fríos edificios, con sus formas geométricas y deshumanizadas —las
miniaturas son obra de Eugene Shuftan, siguiendo un proceso que posteriormente
se exportaría a Estados Unidos—. El efecto que se consigue tanto en exteriores
como en interiores es similar, consiguiendo dotar al film de un aire artificial e irreal
que era precisamente lo que el expresionismo buscaba con ese tipo de decorados.

Abordaría por primera vez en el cine el tema apocalíptico y daría una imagen del
futuro que es la que perdurará ya para siempre en las mentes de todos: un futuro
brillante y al mismo tiempo oscuro, frío, mecanizado, la megalópolis presidida por
el orden, por los altos rascacielos de formas geométricas y línea limpia. Y sin
embargo, le resultó imposible a Lang deshacerse de la estética de los años veinte y
treinta, que está presente en la película y que hace que sea aún más interesante.
Esta es la imagen del futuro que posteriormente adoptará el cine. La primera gran
deudora de METRÓPOLIS es BLADE RUNNER de Ridley Scott, que es un auténtico
homenaje a la obra de Lang.

También podría gustarte