«N o fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anun-
ciarles el misterio de Dios». Los medios no deben entorpecer la acción de Dios. Dar demasiada importancia a los medios es sustituir a Cristo. Apoyarse en los medios es una idolatría, además de una in- sensatez. Toda sabiduría que no viene de Cristo y no conduce a Él es un estorbo. «¡Mire cada cuál cómo construye!» (1 Cor 3,10). «No quise saber sino a Jesucristo, y éste crucificado». ¿Cuándo nos convenceremos de que Cristo basta? No se trata de tener a Cristo y «además» otras cosas, otros medios, etc. En Cristo tenemos todo. Él es para nosotros «sabiduría, justicia, santificación y redención» (1 Cor 1,30). La santidad viene sólo del costado abierto de Cristo crucificado. Sólo Él redime, sólo Él convierte. Quedarnos en los medios es quedar- nos sin la gracia que sólo de Él procede. Más aún, es Cristo lo único que tenemos que dar al mundo. Como Iglesia, hemos de sentirnos di- chosos de no tener otra cosa que ofrecer. ¡Ojalá nuestra Iglesia pudie- ra decir con toda verdad como los apóstoles: «No tengo oro ni plata, te doy lo que tengo: en nombre de Jesús Nazareno echa a andar!» (He 3,6). No tengo nada más que a Cristo –¡y nada menos!– Cuando la Igle- sia es verdaderamente pobre, entonces es cuando brilla con fuerza su auténtica riqueza: Cristo, con todo su poder salvador. «Mi palabra... fue una demostración de Espíritu y de poder». Desde la debilidad del apóstol y desde la pobreza de los medios se manifiesta la potencia infinita de Dios. Desde la carencia se pone de relieve que el milagro de la conversión, el cambio de los corazones, es absolutamen- te desproporcionado a los medios humanos y por tanto es obra de la acción omnipotente del Espíritu Santo. De esta manera se construye con solidez para la vida eterna, pues la fe se apoya no en razones o convicciones humanas, sino en el poder de Dios. SALMO 111 El justo brilla en las Evangelio En «ustedes aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: son la sal de la tierra. Pero si la MONI CION INICIAL tinieblas como una luz. Según sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que Bienvenidos hermanos a la Eucaris- San para tirarla fuera y tía del Quinto domingo del Tiempo ordinario. • ¡En las tinieblas brilla como una Mateo que la pise la gente. El Evangelio de San Mateo nos luz el que es justo, clemente y com- (5, 13-16) dice hoy que por mandato de Cristo pasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus Ustedes son la luz todos los discípulos tenemos una del mundo. No se puede ocultar una misión primordial y universal: dar asuntos. R/. sentido a la vida de todos mediante •V/. Porque jamás vacilará. El re- ciudad puesta en lo alto de un monte. el amor y las buenas obras, siendo cuerdo del justo será perpetuo. No Tampoco se enciende una lámpara sal y luz del mundo. Tengámoslo temerá las malas noticias, su corazón para meterla debajo del celemín, sino en cuenta en nuestra vida e inicie- está firme en el Señor. R/. para ponerla en el candelero y que mos así nuestra celebración. •V/. Su corazón está seguro, sin te- alumbre a todos los de casa. mor. Reparte limosna a los pobres; su Brille así su luz ante los hombres, pa- caridad dura por siempre y alzará la ra que vean sus buenas obras y den frente con dignidad. R/.. Lectura del libro de Isaías gloria a su Padre que está en los cie- los».» Palabra del Señor. (58,7-10) Lectura de la primera carta ESTO dice el Señor: «Parte tu pan del apóstol san Pablo a los con el hambriento, hospeda a los Corintios (2,1-5) pobres sin techo, cubre a quien ves desnudo y no te desentiendas YO mismo, hermanos, cuando de los tuyos. vine a ustedes a anunciarles el O R AC I Ó N D E L O S F I E L E S Entonces surgirá tu luz como la misterio de Dios, no lo hice con El Señor Jesús es el principio de la creación nueva; en él todo hombre se abre a la fe y aurora, enseguida se curarán tus sublime elocuencia o sabiduría, a la esperanza. Con este espíritu, dirijamos nuestra oración al Padre, diciendo: heridas, ante ti marchará la justi- pues nunca entre ustedes me pre- cia, detrás de ti la gloria del Se- cié de saber cosa alguna, sino a Venga a nosotros tu Reino, Señor ñor. Jesucristo, y este crucificado. 1. Por la santa Iglesia, peregrina en el mundo: para que, en el fervor de su fe y Entonces clamarás al Señor y te También yo me presenté a ustedes de su testimonio, sea fermento evangélico de salvación. responderá; pedirás ayuda y te débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue 2. Por los que tienen responsabilidades educativas y sociales: para que pro- dirá: “Aquí estoy”. con persuasiva sabiduría humana, muevan el crecimiento integral de la persona humana, abierta a Dios y a los Cuando alejes de ti la opresión, el dedo acusador y la calumnia, sino en la manifestación y el po- hermanos. cuando ofrezcas al hambriento de der del Espíritu, para que su fe no 3. Por todos los que sufren a causa de la violencia o de la opresión: para que lo tuyo y sacies al alma afligida, se apoye en la sabiduría de los les sea reconocido el derecho a construir su futuro en plena dignidad e igual- brillará tu luz en las tinieblas, tu hombres, sino en el poder de dad, conforme al plan de Dios. oscuridad como el mediodía.» Dios.» Palabra de Dios. 4. Por nosotros: para que nuestra familiaridad cotidiana con la Palabra de Palabra de Dios. Dios nos haga capaces de valorar con discernimiento maduro lo que Dios quie- re en las situaciones concretas de la vida.