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Un modelo que resume y trata de integrar los enfoques anteriores es el aportado por Bell,

Fisher,BaumyGreene(1996).Segúnestosautores,lascondicionesfísicasdelentorno,conjuntamente
con las diferencias individuales (por ejemplo, en los niveles de activación, de adaptación y otros
por el estilo), factores situacionales (por ejemplo, el control sobre los estímulos),
condicionessociales(porejemplo,elapoyosocial)yfactoresculturales(porejemplo,eldiseño del
entorno) inciden, todos estos factores, en la percepción del entorno. Dicha percepción puede
conformarse dentro de un rango óptimo de estimulación, lo que genera una situación equilibrada
(homeostasis), o bien puede darse fuera de dicho rango (sobreestimulación, infraestimulación,
restricción conductual…) y provoca, entonces, la consiguiente activación y/o estrés y/o sobrecarga
y/o reactancia. En este punto, las estrategias
paraafrontarlainteracciónconelentornopuedenteneréxito,loqueconducealaadaptación, con sus
posibles efectos secundarios y acumulativos. En caso negativo, puede acentuarse el estrés y/o la
activación hasta el punto extremo de inhabilitar la capacidad para afrontar la
situación.Entalcaso,losefectossecundariosyacumulativospuedenconduciralaindefensión aprendida
y otros déficits de rendimiento

Evidentemente cualquier enfoque teórico se encuadra dentro de una determinada visión en la


manera de entender la relación entre las personas y los entornos. Una cuestión que alude a la
distinción metaparadigmática destacada por Altman y Rogoff (1987) en sus cuatro visiones del
mundo en Psicología —individualista, interaccionista, organísmica o sistémica y transaccional— en
la forma de entender los diferentes procesos que dan cuenta de la interacción persona-entorno.
Una vez reflejada la relevancia del entorno físico en el comportamiento, nos queda por precisar
algunos de los desarrollos teórico-conceptuales que pretenden dar cuenta de estos
procesosdeinteracciónalosquealudimos.Másconcretamentenosreferimosacontinuacióna
laterritorialidadyalespaciopersonal,alosquededicamoslosapartadossiguientes.Laterritorialidadyele
spaciopersonalsondosformasomecanismosambientalespararegularlaprivacidad, cuestión que tiene
que ver precisamente con la regulación de la interacción social.

Si la excesiva o no deseada estimulación ambiental puede llevarnos a determinada


activación(arousal)opresión sobre nuestra capacidad de procesar información (sobrecarga), una
posibleconsecuenciaeslapérdida decontrolpercibido sobrelasituación.Imaginemoselcaso de que se
averiase el tren en el que viajamos y no nos dieran ningún tipo de explicación sobre
loqueocurreyloquepudieratardarenrestablecerseelservicio,nisenosinformaseo,incluso, que no se
supiera nada acerca de lo sucedido. La pérdida del control percibido es el primer
pasodelmodeloderestricciónconductualdelaestimulaciónambiental(Proshansky,Ittelson y Rivlin,
1983; Stokols, 1979), en el que además del control psicológico se destacan aquellos aspectos del
entorno físico que pueden limitar o interferir en lo que queremos hacer (estar parados en la vía
del tren y sin poder salir). Entre los principales efectos estudiados sobre lo que ocurre en tal
situación, cabe destacar laTeoría de la reactancia psicológica (Brehm, 1966), según la cual, si
percibimos que nuestra libertad de acción está siendo restringida, trataremos de recuperarla en la
medida que nos sea posible, como cuando la tormenta nos agua la fiesta que teníamos prevista al
aire libre y decidimos hacerla dentro de casa
Un modelo que resume y trata de integrar los enfoques anteriores es el aportado por Bell,
Fisher,BaumyGreene(1996).Segúnestosautores,lascondicionesfísicasdelentorno,conjuntamente
con las diferencias individuales (por ejemplo, en los niveles de activación, de adaptación y otros
por el estilo), factores situacionales (por ejemplo, el control sobre los estímulos),
condicionessociales(porejemplo,elapoyosocial)yfactoresculturales(porejemplo,eldiseño del
entorno) inciden, todos estos factores, en la percepción del entorno. Dicha percepción puede
conformarse dentro de un rango óptimo de estimulación, lo que genera una situación equilibrada
(homeostasis), o bien puede darse fuera de dicho rango (sobreestimulación, infraestimulación,
restricción conductual…) y provoca, entonces, la consiguiente activación y/o estrés y/o sobrecarga
y/o reactancia. En este punto, las estrategias
paraafrontarlainteracciónconelentornopuedenteneréxito,loqueconducealaadaptación, con sus
posibles efectos secundarios y acumulativos. En caso negativo, puede acentuarse el estrés y/o la
activación hasta el punto extremo de inhabilitar la capacidad para afrontar la
situación.Entalcaso,losefectossecundariosyacumulativospuedenconduciralaindefensión aprendida
y otros déficits de rendimiento.

Es bastante probable que la palabra territorio induzca al lector hacia ciertas nociones como la
defensa, la invasión y la demarcación de un espacio, entrelazadas tal vez a través de una imagen
del mundo animal, en una escena protagonizada por algún espécimen depredador. Veremos que
algunasdeestasideasconcurrenenelconceptodeconductaterritorial,perotambiénincidiremos en
otros aspectos que nos permitan especificar la territorialidad “animal” de la especie humana,
eminentemente simbólica. Permitimos la entrada a nuestra casa a determinadas personas,
mientras que evitamos la interacción con otras. Nuestra chaqueta colgada en el respaldo de la silla
de la biblioteca indica, durante nuestra ausencia, que ésa es “nuestra” silla en ese momento.
Como ya se ha indicado, la territorialidad es un mecanismo con que los seres humanos podemos
regular la interacción con los demás. Invitamos a entrar, indicamos a los demás que no ocupen
“nuestro”espacio…,dicharegulacióndelainteracciónsocialtienequeverconlaprivacidad.Nos
detendremosprimeroenquéesla privacidad paraluegoabordarla territorialidad.

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