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confines de las psicosis / 1

Confines de las psicosis


Nieves Soria Dafunchio

Serie del Bucle


2 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 3

Soria Dafunchio, Nieves Presentación


Confines de las psicosis. – 1a. ed. – Buenos Aires: Del Bucle, 2008.
304 p.; 20 x 13 cm. – (Del Bucle)

ISBN 978-987-21011-3-8

1. Psicoanálisis. I. Título
CDD 150.195

© Nieves Soria Dafunchio, 2008

Edita:
Del Bucle, Buenos Aires
El presente volumen reúne el conjunto de las clases dictadas durante el
Diseño de colección año 2007 en el seminario que mantengo desde el año 2005 en el espa-
Wainhaus cio de seminarios diurnos de la Escuela de la Orientación Lacaniana.

Contacto En esta oportunidad fui movida a incursionar en la clínica de las psico-


wainhaus@interlink.com.ar sis, fuertemente causada por mi práctica como analista y como supervi-
sora, entusiasmada con el deseo de intentar llevar al nudo, de un modo
Producción editorial más bien intuitivo, algunos hallazgos de la misma.
Factoría Sur
No soy una entendida en topología ni pretendo serlo. Mi práctica me
Impresión ha llevado a cierto uso del nudo que sigue la indicación que nos legaba
Artes gráficas Delsur J. Lacan en la clase del 17 de diciembre de 1974 de su seminario:

Contacto Para operar con este nudo de una manera que convenga, es preciso
www.nievesoriadafunchio.com.ar que ustedes usen de él a lo bruto. Sean sus incautos. No entren en
nievesoria@fibertel.com.ar su materia con la duda obsesiva. No remoloneen demasiado. (…)
Yo los invito a repudiar las hipótesis, y, aquí, a ser lo suficiente-
mente brutos como para no plantearse cuestiones concernientes
al uso de mi nudo. El no nos servirá para ir más lejos que allí
de donde sale, a saber, la experiencia analítica. Es de ésta que da
cuenta. Ahí está su valor.1
Prohibida la reproducción del material contenido en este libro, a través de cualquier medio
de impresión o digital en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o cualquier Este movimiento no se produjo sin el encuentro con el texto de Fabián
otro idioma, salvo autorización por escrito del autor. Hecho el depósito de ley 11.723. Schejtman “Acerca de los nudos”. Le agradezco su prólogo, que es tam-
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bién una invitación a una precisión en el uso del nudo que me seguirá Realismo nodal
causando.
Fabián Schejtman
Como el lector podrá apreciar, mis partenaires en este seminario han
sido aquellos colegas que han respondido a mi invitación a exponer
su práctica causada por aquél que nos interrogaba, y que por ello se
había constituido en caso: el psicótico, singular, particular, universal,
de quien sólo podemos saber a partir de ese deseo tan asombroso (y del
que ha testimoniado cada uno de estos colegas, por lo que les agradez-
co) que es el deseo del analista, que por esta vía demuestra su existencia,
también en la práctica con las psicosis.

El lector encontrará en estas páginas un eco de mi entusiasmo: se trata


del de un auditorio comprometido e interesado. Agradezco especial-
mente a Cynthia Gasparini por su paciente y atento trabajo de desgra-
bación, así como a Luciana Saldivia, por su dedicado y creativo aporte
en el establecimiento del texto. Frente a nuestra “modernidad líquida”1 en la que no deja de promover-
se un nominalismo relativista, progresista y políticamente correcto, que
Nieves Soria Dafunchio conlleva entre otras cosas, y en especial para el campo del psicoanálisis,
un desmantelamiento de la clínica y un descrédito del diagnóstico –til-
dado no pocas veces de resabio médico-psiquiátrico del que habría que
desembarazar al análisis–, se vuelve decisivo retomar la orientación de
Jacques Lacan, quien no cejó en intentar dotar a la clínica del psicoa-
nálisis de un apoyo real. La gradual pero firme incorporación del nudo
en la última parte de su enseñanza encuentra en ello, nos parece, su
razón más relevante.
En efecto, Lacan enseñó que el nudo es de lo real. Que no es metáfora,
modelo o analogía2. Que el número, que es su soporte –no hay nudo
sin número– determina imposibilidades, esto es, la marca, en lo simbó-
lico, de que hay de lo real. Enseguida volveremos sobre esto: si insisti-
mos destacando un real de lo que no hay –que no hay relación sexual–,
no conviene descuidar la perspectiva de un real… de lo que hay.
Tómese, por ejemplo, el nudo de cinco puntos de cruzamiento al que
Lacan quiso dar su nombre. Porque, puede constatarse, no se privó de

1. Bauman, Z., Modernidad líquida, Fondo de Cultura Económica, Buenos


1. Lacan, Jacques. Seminario 22. R.S.I. Clase del 17 de diciembre de 1974. Aires, 2002.
Inédito. 2. Cf. p. ej., Lacan, J., El seminario. Libro 22: “R.S.I.”, inédito, 15-4-75.
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ello: en el Seminario 23 propuso nombrar a ése que en las tablas de nudo”5 a cambiar, en determinado punto de cruzamiento, la hebra que
nudos es nomenclado 52 como… “nudo de Lacan”3. Y bien, resulta que pasa por debajo por aquella que pasa por encima y viceversa, tómese el
en lo real, sólo existe otro nudo de cinco puntos de cruce: el que en esas nudo del Che y se verá que es preciso introducir al menos dos lapsus del
tablas se inscribe 51. Aquí, a éste, lo nombraremos –¡aunque no lo pin- nudo, para que éste “se desanude”, o lo que es lo mismo, para que de-
temos de rojo!–: “nudo del Che”, de apellido Guevara, por supuesto4. venga nudo trivial (el nudo más sencillo de todos, uno sin ningún punto
de cruce: 01). En la figura siguiente efectuamos los lapsus, primero en el
punto de cruce 2 y luego en el 1… para desanudar el nudo 51.
2
1 2

1 4 3
1 2 1 2 1
3 4

5 3 4 3 4 2
5
5 5 3
51: Nudo del Che 52 : Nudo de Lacan

Como indicamos recién, en lo real hay sólo dos nudos con cinco pun-
1
tos de cruzamiento: únicamente estos dos. Y ello no porque no se ha
conseguido aún encontrar algún tercero que, escurridizo, debería escri-
birse 53. Sino porque no puede haberlo: su imposibilidad ha sido de-
mostrada. Por supuesto que hay infinidad de presentaciones de nudos 2
de cinco puntos de cruce, pero todas ellas se reducen a uno de estos
dos: por isotopía pueden deformarse en el nudo 51 o en el nudo 52. Es 3
decir, el nudo del Che y el nudo de Lacan son los dos únicos nudos de
cinco puntos de cruce que existen: son diferentes, no pueden deformar-
se uno en el otro, no son equivalentes. Pero, por supuesto, podríamos haber elegido otros puntos de cruce.
Nos serviremos ahora de un muy sencillo –y no demasiado poderoso– Efectivamente, el mismo resultado obtenemos en 51 al introducir los
invariante de la teoría de nudos –podría utilizarse otro– para corroborar lapsus en cualquiera de sus cinco puntos de cruce, y ello resalta la evi-
esta ausencia de equivalencia entre 51 y 52: el llamado “número de des- dente simetría reinante en el nudo del Che: cada punto de cruzamiento
anudamiento” (unknotting number). Si con Lacan llamamos “lapsus del tiene la misma relación con los otros cuatro. Lo que deja absolutamente
claro que es un nudo… ¡revolucionario!: hágaselo girar como una ru-
3. Lacan, J., El Seminario. Libro 23: “El sinthome”, Paidós, Buenos Aires, 2006, leta, 360º, y se volverá sin más al punto de partida, siempre igual a sí
p. 91. mismo, cada punto de cruce indistinguible de los demás. Pero, volvien-
4. En estos días se cumplen ochenta años del nacimiento de Ernesto “Che”
Guevara. 5. Cf. Lacan, J., El Seminario. Libro 23: “El sinthome”, op. cit., cap. V y VI.
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do al número de desanudamiento, señalemos que el de este nudo 51 es cambios en los puntos de cruzamiento necesarios para que un determi-
2. Sí, para desanudar el nudo del Che se necesitan dos lapsus. nado nudo se torne nudo trivial).
En cambio, puede verificarse que, en cuanto al nudo de Lacan, no es
indiferente el punto de cruzamiento en el que cometamos el lapsus 2 2
–algo que al mismo Lacan no se le escapa en el momento en que decide 1

dar su nombre a este nudo–. Si el lapsus se efectúa en los puntos de


1 3 1 3
cruce 5 o 4 –como lo mostramos a continuación–, un solo lapsus basta
4 4 2 3
para que éste se desanude.

2 2 5 5

1 4 3 1 4 3

2 3

5 5

En fin, a partir de este sencillo invariante –el número de desanuda-


1 4 3 miento– se verifica que 51 y 52 no son equivalentes, no son dos pre-
sentaciones diversas de un mismo nudo: son dos nudos realmente dis-
tintos.
5
Ahora bien, que el nudo sea de lo real, permitió a Lacan dar el paso an-
ticipado más arriba: agregar al hecho de que no hay relación sexual, la
Mientras que –no deja de ser sorprendente– no ocurre lo mismo si el indicación de lo que hay… de lo que hay en lo real: “tipos de síntomas,
lapsus se efectúa en cualquiera de los otros tres puntos de cruce: si se es decir de nudos”7. No debe pasar desapercibida esta enormidad: aquí
produce en 1, 2 o 3 (a continuación lo hacemos en 3) será preciso un vemos a Jacques Lacan alejarse de cualquier nominalismo relativista. Su
lapsus adicional (lo producimos otra vez en 3) para que este nudo se posición, nos parece, merece denominarse realismo nodal.
vuelva trivial. En efecto, así como hay un diferencia real entre aquellos dos nudos de
Se destaca así la disimetría presente en el nudo de Lacan, a diferencia cinco puntos de cruce, siguiendo a Freud, Lacan pudo subrayar que “el
de aquel del Che. En 52 los puntos de cruce no son simétricos (quizás síntoma del obsesivo no es el síntoma de la histérica”8, y entonces, que
no es otra la razón que movió a Lacan a darle a este nudo su nombre: el nudo de la histeria no es el de la obsesión. Y más drásticamente to-
cada vez que tuvo que elegir, prefirió siempre nudos o cadenas disimé- davía, que el nudo neurótico no es el de la psicosis. En cuanto a ello, es
tricas6). Y el número de desanudamiento del nudo de Lacan es 1 (ya decir, en cuanto a lo que llamó estructura, Lacan no dio nunca el brazo
que éste se define en la teoría de nudos como el mínimo número de
7. Lacan, J., “Autocomentario”, en Uno por Uno, Revista Mundial de Psicoaná-
6. Cf. Schejtman, F., “RSI…”, en Schejtman, F., La trama del síntoma y el lisis, 43, Buenos Aires, Eolia, 1996, p. 18.
inconsciente, Serie del Bucle, Buenos Aires, 2004. 8. Ibid.
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a torcer: lo sostiene de uno a otro extremo de su obra, especialmente gado, hasta el momento, más que una porción de lo que prometen.
cuando sobre su final halló en el nudo su soporte real y su escritura. Nos preguntamos así, a partir del tratamiento que aquí se realiza de
Y es, en fin, de este realismo de la estructura –del nudo en su última los desencadenamientos: ¿corte de un registro o lapsus del nudo? En
enseñanza– que sostuvo la posibilidad, para el psicoanálisis, de una clí- sus ensayos nodales la autora parece más bien dispuesta a abrirse a la
nica transmisible, que eventualmente “arroje alguna luz”, a partir “de la primera opción. Si ambas están presentes en el último Lacan, ofrecen
idea del síntoma como nudo”9, sobre la clínica que lo antecede: la que sin duda posibilidades diferentes y, especialmente, determinan modos
hereda de la psiquiatría clásica. diversos de concebir y escribir la reparación, el reencadenamiento pos-
Y bien, puede decirse que el presente libro de Nieves Soria Dafunchio terior. Interrogamos también las variaciones que la diacronía impone
es una tentativa de despliegue, para el campo de la psicosis, de esta a los casos: ¿cómo se pasa de un encadenamiento al siguiente a partir
posición de Lacan. Un sostenido ejercicio de aplicación de esta tesis de los virajes que en aquellos se corrobora? El nudo se nos aparece,
lacaniana que avanza sobre la diversidad clínica de la psicosis… hasta en verdad, hasta cierto punto insuficiente para su tratamiento –el de
sus confines. esa diacronía–: conlleva un carácter estático que quizás el recurso a la
La autora comienza presentando el abordaje diacrónico de la elabora- trenza logre sortear al incluir el vector de la temporalidad10. Y, por fin,
ción lacaniana de la psicosis escandiendo su enseñanza hasta producir asoma la siguiente pregunta: ¿será posible en la instrumentación clínica
el contrapunto entre el “paradigma Schreber” (de los años ’50 de esa del nudo, llegado el caso, desprenderse de los elementos perfectamente
enseñanza) y el “paradigma Joyce” (de los años ’70 de la misma), para extrínsecos a su teorización –flechas, girias, sentidos y nominaciones,
intentar, más adelante, una escritura nodal de las diversas formas clíni- que se agregan tantas veces a la estricta escritura nodal– para reducir
cas de la psicosis. Se ensaya así, en estas páginas, la construcción de los nuestra consideración al único expediente del punto de cruzamiento,
nudos y cadenas que en la esquizofrenia, la paranoia, la parafrenia, la a saber, la determinación que surge de que una hebra pase en tal loca-
manía y la melancolía disponen lazos determinados entre lo simbólico, lidad por encima de otra y no al revés?, o lo que es lo mismo, ¿podrá
lo imaginario y lo real. soportarse nuestra elaboración clínica únicamente de la consideración
Pero el tipo clínico no deja de ser puesto en cuestión y reconsiderado, de lo real del nudo? Que la respuesta sea negativa seguramente deja es-
por Nieves Soria Dafunchio, a partir del examen de casos singulares pacio para el “esfuerzo de poesía”11 exigible al psicoanalista, incluso, en
que no cesan de jaquear la tipificación a partir de su despliegue, y de la tanto que clínico. Pero que el psicoanálisis no se pretenda ciencia de lo
consideración de las maniobras analíticas que lo “interfieren” en fun- real, no vuelve menos rica y necesaria la exploración de los confines…
ción de lo que usualmente llamamos cura. Nos conduce así de lo par- del matema y del nudo.
ticular del tipo clínico a lo singular del anudamiento propio de cada Por último, no puede dejar de destacarse que el recorrido y la cons-
caso… y retorna, en una dialéctica que abre la posibilidad misma de la trucción misma que nos propone Nieves Soria Dafunchio en su libro
transmisión, indispensable para que la práctica analítica no se reduzca se sostiene del lugar fundamentalmente que, en su despliegue, le hace a
a un esoterismo inefable. la palabra del practicante del psicoanálisis. En efecto, en cada capítulo
El resultado es de una riqueza considerable: a la prolongación creativa –estrictamente, en cada clase de su seminario que este libro transcribe–
de las propuestas nodales del propio Lacan se suman los interrogantes un psicoanalista testimonia de su encuentro –nunca sencillo, nunca sin
que los desarrollos de este texto nos despiertan, promoviendo la investi-
gación sobre temáticas –el abordaje de la psicosis y sus confines a partir 10. Cf. “Introducción de la trenza”, en Ancla –Psicoanálisis y Psicopatología–,
del nudo, pero aún más allá: el uso que puede hacerse de la escritura Revista de la Cátedra II de Psicopatología de la Facultad de Psicología de la
nodal para hacer avanzar la clínica del psicoanálisis– que no han entre- Universidad de Buenos Aires, nº 2, 2008.
���. Cf. Miller, J.-A., Orientation lacanienne III, 5: Un effort de poésie, 2002-
9. Ibid. 2003, inédito.
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consecuencias– con la psicosis, allí donde decide no retroceder frente a Confines de las psicosis
ella. Especialmente por ello, el volumen que el lector tiene ahora entre
sus manos es un libro de clínica psicoanalítica. Es que ésta –la clínica
psicoanalítica– no consiste únicamente en interrogar al psicoanálisis
sino, sobre todo, como enseñó Jacques Lacan12, en interrogar a los psi-
coanalistas para que, de su práctica, declaren sus razones.

12. Cf. Lacan, J., “Apertura de la sección clínica”, en Ornicar?, 3, Petrel,


1981.
14 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO

1. Introducción

I. El confín

Empezamos por el título que elegí darle a este seminario que es Con-
fines de las Psicosis. El término confín es utilizado por J. Lacan en su
escrito “El Atolondradicho” en referencia al campo de las psicosis.
La particularidad que tiene este término es que ubica una zona, una
zona sin ser exactamente un límite.
El límite es un término que, por ejemplo en un mapa político, será lo
que deslinde los territorios en países, estados, provincias, etc. –es decir
que ahí hay una convención que ubica un límite muy preciso que es el
límite político–, y que sería efecto de una operación simbólica.
Pero también tenemos los mapas geográficos, en los cuales encontra-
mos esas zonas intermedias, que dividen los distintos territorios según
sus características naturales, esas zonas limítrofes, esos confines en los
cuales no es tan sencillo ubicar un límite preciso.
Y me pareció interesante este término, porque Lacan en su texto sobre
las psicosis habla de lo que ocurre en esos confines en la estructura de
la psicosis. Cuando tenemos que vérnoslas con la psicosis en la práctica,
nos encontramos muchas veces con el problema de dónde están esas
zonas en las que no es tan sencillo encontrar el límite.
También es un término que posteriormente Lacan va a emplear para
referirse a ciertas formas del límite que no obedecen a la lógica fálica,
edípica, sino que obedecen más bien a lo que él va a llamar la lógica del
lado femenino, que no es propiamente edípica. Y como justamente lo
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que encontramos en la psicosis es que hay ausencia de Edipo, podría- conceptualiza la estructura psicótica a la altura del paradigma Schreber,
mos decir que la clínica de la psicosis es una clínica de los confines, una para internarnos luego en su concepción del tratamiento posible de la
clínica del límite cuando falta el límite. psicosis. A la vez trataré de hacer un contraste, incluso un contrapunto
Esto hace también que sea necesario estudiar no solamente dentro de con lo que podemos deducir a la altura del Seminario 23 –el seminario
cada caso de psicosis esas zonas oscuras en las que no queda claro dónde sobre Joyce– sobre la concepción de la estructura psicótica y de su po-
termina una cosa y dónde empieza otra, sino también dentro de lo que sible abordaje por el psicoanálisis a esa altura.
sería la estructura misma de la psicosis, es decir, donde están los límites Vemos que se abren perspectivas muy distintas, que van a permitir
de la psicosis. abordar la diversidad de casos con diferentes elementos. Vamos a in-
¿Podemos pensar que existe un límite estricto entre neurosis y psicosis o tentar aplicar también la lógica del confín, la lógica femenina, a cada
tenemos que hablar de confines, de zonas limítrofes en las cuales poder caso que vaya siendo presentado.
ubicar un límite? Es un trabajo más complejo de lo que puede parecer Mi propuesta es que, luego de estas tres primeras clases, en cada re-
una primera aproximación a la cosa. unión un practicante del psicoanálisis presente un caso de psicosis.
Entonces, en estos encuentros tengo ganas de introducir esta compleji- Esos casos seguirán la siguiente secuencia: los primeros representan
dad que implica el término mismo de confín en el campo clínico de las muy claramente algún tipo clínico dentro de las psicosis, por ejemplo:
psicosis. La manera en que pensé este seminario es dedicarle en primer en la cuarta clase un caso de manía, en la quinta un caso de melancolía,
lugar tres clases a un desarrollo teórico de las psicosis para brindarles al- etc. Son casos en los cuales se puede ubicar de manera precisa cierto
gunos elementos mínimos, con los cuales abordar posteriormente toda tipo clínico dentro de la estructura de la psicosis. Pero a la vez que
una serie de casos que van a ser presentados y trabajados aquí. vamos a intentar dar cuenta de la particularidad de ese tipo clínico,
En estas primeras tres clases lo que vamos tratar de trabajar son los intentaremos internarnos en la zona de los confines, es decir, ubicar
dos grandes paradigmas que podemos encontrar en la enseñanza de eso que hay de único en cada caso, eso que en el caso es imposible de
Lacan para abordar la clínica de las psicosis. El primer paradigma es el ser reducido al tipo clínico, a lo universal. Entonces vamos a ir al rasgo
de Schreber, caso que Lacan trabaja en el Seminario 3, que es del año singular, a lo que hace no solamente a lo único del caso desde el punto
‘56, y también en el ‘58 en el texto “De una cuestión preliminar a todo de vista de lo que no se puede clasificar, sino también de cómo se juega
tratamiento posible de la psicosis” que se encuentra en Escritos 2. esto en el consultorio o en el hospital (donde sea), en la dirección de la
Posteriormente, en el año ‘75, Lacan va a volver sobre la cuestión de las cura psicoanalítica, donde no se trata solamente del tipo clínico, sino
psicosis, pero no en un seminario dedicado a la psicosis en sí mismas, que se trata justamente de la singularidad del caso.
sino que vamos a poder encontrar muchas enseñanzas respecto de las Finalmente, en las últimas clases, intentaré entrar más de lleno en la
psicosis en el Seminario sobre Joyce, en el Seminario del Sinthome. En zona de los confines de la estructura. Para ello trabajaremos con casos
este seminario Lacan va a deducir una estructura psicótica en Joyce y se en los cuales no es tan sencillo el diagnóstico diferencial entre neurosis
va a interesar por la manera en que él resuelve su problema de carencia y psicosis, y donde vamos a intentar, por un lado trabajar la cuestión
del recurso edípico, y cómo logra mantener una estructura psicótica sin del diagnóstico, y por otro lado ver si podemos llegar a una conclusión
desencadenar. Esto va a permitir abordar toda una serie de casos que respecto de cómo se articulan lo singular y lo universal en la diversidad
quedarían por fuera del primer paradigma –el paradigma Schreber–, de casos.
que es el paradigma de la psicosis francamente desencadenada. Iremos
entonces de Schreber a Joyce, éste va a ser el movimiento que intenta-
remos realizar en estas primeras tres clases.
Por otra parte, también intentaremos seguir de algún modo la lógica
de la enseñanza de Lacan, y plantear algunas consecuencias de cómo
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II. Una diacronía lacaniana –en la estructura y en la práctica del psicoanálisis– del hecho de que en
esta operación haya un resto real. Este movimiento podríamos decir a
Comenzamos entonces con el tema introductorio de este seminario, grandes rasgos que llega hasta el Seminario 20.
que es la diacronía en la enseñanza de Lacan. Y si vamos a ubicar el En un cuarto tiempo podemos ubicar ya el Seminario 18, en el que
movimiento que se opera desde el paradigma Schreber hasta el para- Lacan empieza a construir las fórmulas de la sexuación (las que a su
digma Joyce, es fundamental seguir un poco la lógica que orienta los vez lo llevan al nudo borromeo), que es lo que prevalece en el último
distintos momentos. tiempo de su enseñanza a partir del Seminario 20, donde justamente
Ubicando los distintos momentos en la enseñanza de Lacan tenemos un cae la idea de la primacía de lo simbólico (aunque nunca totalmente).
primer tiempo, que es el tiempo en el que él se dedica a estudiar el regis- Entonces en este cuarto momento podemos decir que Lacan se encuen-
tro imaginario, en el cual va a trabajar fundamentalmente el estadio del tra con que hay una equivalencia entre los tres registros, real, simbólico
espejo. Me parece que no es casual que Lacan empiece por ahí, ya que él e imaginario.
–a diferencia de Freud– entra al psicoanálisis por la psicosis. Así es como en el primer tiempo se interesó por lo imaginario, en el
Si bien Freud inventa el psicoanálisis a partir de su encuentro con las segundo por lo simbólico, en el tercer tiempo por ese resto real produ-
histéricas, Lacan tiene una formación psiquiátrica, y lo que lo llevó al cido por lo simbólico, y en este cuarto tiempo –en el cual los tres regis-
psicoanálisis fue su encuentro con los psicóticos. Lo que a él más le in- tros son equivalentes– se va a interesar por estudiar fundamentalmente
teresó de las psicosis son los profundos desarreglos de lo imaginario que el registro de lo real. Obviamente estos movimientos traen enormes
encontramos en el desencadenamiento: el derrumbe imaginario, el des- consecuencias respecto de cómo llevar a cabo la dirección de la cura.
moronamiento que sobreviene en el campo de la imagen en la psicosis. Como éste es un seminario dedicado a las psicosis, vamos a detener-
Tampoco es casual que si entró al psicoanálisis por las psicosis empiece nos someramente dando algunos elementos para ubicar cuáles son las
por lo imaginario. Incluso en el Seminario 3, Lacan va de lo imaginario consecuencias en la concepción de la estructura psicótica y su abordaje
a lo simbólico. Hace un movimiento que va de todas las perturbaciones por el psicoanálisis, de este movimiento que se realiza en la enseñanza
de lo imaginario en la psicosis –de lo que Freud llamaba la pérdida de de Lacan.
realidad, del derrumbe de la realidad en el desencadenamiento psicó-
tico– a tratar de esclarecer cuáles son los resortes simbólicos de esta
catástrofe en lo imaginario.
En un segundo tiempo –claramente a partir del Seminario 4– Lacan III. Schreber. El paradigma de una realidad
comienza a estudiar el registro de lo simbólico, incluso podríamos decir
que va a estudiar la primacía de lo simbólico sobre lo imaginario. Comenzaremos por el segundo tiempo, que es en el que vamos a ubi-
Pero así como en el primer tiempo se detuvo a estudiar la cuestión del car el paradigma Schreber, momento del texto de 1958 “De una cues-
estadio del espejo, los esquemas ópticos y demás, en este momento va a tión...”, que es un texto contemporáneo al Seminario 5. Es decir, dos
estudiar lo simbólico: cómo es lo simbólico, la estructura del lenguaje, años después del Seminario 3 de las psicosis, él hace este escrito donde
y qué efectos tiene en la constitución de lo imaginario. Podemos seguir a la luz de la manera en que está trabajando ese año la estructura, extrae
claramente este movimiento desde el Seminario 4 al Seminario 11. lo que sería su doctrina de la psicosis.
Luego en un tercer momento –que comienza en el Seminario 11– lo Es entonces en esta época que Lacan concibe una primacía de lo simbó-
que ocurre es que Lacan de tanto estudiar el campo o registro simbólico, lico sobre lo imaginario, en la cual se va a detener especialmente en los
llega a la conclusión de que la operación simbólica de la constitución resortes simbólicos de la estructura y en cómo afectan a lo imaginario.
del sujeto deja un resto real, que en ese momento va a conceptualizar Es ahí donde Lacan aborda el texto de Freud sobre el caso Schreber, y
como el objeto a. Se dedicará entonces a determinar las consecuencias se dedica –como generalmente hace con la obra de Freud– a matema-
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tizar los planteos freudianos. Para eso se va a servir de un esquema, del padre en el lugar del Otro– opera una separación, una interdicción, lo
esquema R. que garantiza que ese eje no sea reversible. Ese tercero establece diferen-
El esquema R es un esquema en el cual Lacan complejiza lo que había cias, diciéndole a la madre: “no reintegrarás tu producto”, y al niño: “no
introducido en el Seminario 3 como el esquema Lambda. Recordarán poseerás a tu madre”. De ese modo establece diferencias haciendo que el
ustedes el esquema Lambda: niño no pueda creerse que es el falo de su madre.
De esta manera se puede ver hasta qué punto el esquema Lambda es
el precursor del esquema R, ya que en realidad en este eje imaginario
(Es) S a’ otro
ia
podemos ubicar la relación del niño con su madre, mientras que en esta
nar punta del eje simbólico –formando ya el triángulo edípico– situamos al
m agi
i Inc
aci
ón on
s
padre en posición del Gran Otro, que intercepta la reversibilidad ima-
l cie
Re nte ginaria, introduce un corte y pacífica la relación entre el yo y el otro.
(yo) a A Otro Esta estructura, complejizada, dará lugar al esquema R.
i
ϕ i M  M
En este esquema encontramos el eje imaginario, en el que se juega la S a
reversibilidad propia del espejo, y por detrás encontramos el eje simbó- I
lico entre el sujeto y el Otro. R
En el Seminario 3 Lacan se replanteaba la relación especular, la rela-
ción imaginaria, concluyendo que la relación entre el yo y el semejante yo m
quedaba sujeta a fenómenos de transitivismo, de reversibilidad, que
llevaban al conflicto, a la ruina, a la destrucción, cuando no operaba la a’ ‘S
mediación del eje simbólico. Lacan propone entonces que la relación
imaginaria es una relación agresiva, incestuosa, que solamente encuen- A
N P I P
tra cierta paz gracias al complejo de Edipo, a la introducción del eje
simbólico. Es por esto que la conclusión de lo que Lacan plantea en Hijo deseado=Ideal del yo
el Seminario 3, es que esa relación imaginaria incestuosa es la relación
entre el niño y su madre. Ubica acá a la madre y acá al niño. ¿De qué se trata en el esquema R? De la preocupación por cómo se
construye el campo de la realidad, de allí su nombre. Freud dice que
tanto en la neurosis como en la psicosis hay pérdida de la realidad, sin
(Es) S a’ otro M
a
embargo, no se la pierde de la misma manera ni quedan las mismas
ari consecuencias en cada estructura. Entonces, el esquema R intenta dar
a gin
m
n i Inco cuenta de cómo se constituye en un sujeto neurótico (que cuenta con
la ció nscie
Re nte el padre) el campo de la realidad.
(yo) a A Otro El esquema R tiene dos grandes triángulos: el triángulo simbólico y el
N
triángulo imaginario. El campo de la realidad está inserto dentro del
registro de lo imaginario, pero justamente dentro del registro imagina-
Desde esta perspectiva, la relación incestuosa del niño con la madre so- rio, en esa zona que confina con el registro simbólico, allí donde ambos
lamente encuentra un corte, encuentra la paz, cuando ese tercero –el se entrecruzan.
22 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 23

¿Y qué es lo que va a posibilitar que se constituya el campo de la reali- En su texto “De una cuestión preliminar...” Lacan arma este cuadrán-
dad (que es la banda central del esquema)? Lacan va a decir que acá está gulo que es el esquema R, que será el punto de partida para estudiar
la madre, la M, el objeto primordial, y en este otro extremo el falo, el ϕ, lo que ocurre en la estructura psicótica. Dirá que cuando la psicosis se
que el niño le atribuye a la madre en el primer tiempo del Edipo. desencadena lo que ocurre es que se desarma el campo de la realidad,
En la formalización que hace Lacan del Edipo freudiano, va a decir sobreviniendo la catástrofe imaginaria.
que en el primer tiempo del Edipo –que es lo que le pasa a Juanito, En Schreber podemos situarlo en ese momento en el que entra en un
que considera que incluso todos los seres vivos poseen falo– se da la estado de perplejidad del cual sale diciendo que había estado muerto
primacía universal del falo, adjudicándole de esta manera un falo a la –incluso lee la noticia en el diario de que había estado muerto. Se tra-
madre. Es el primer momento del Edipo en el cual el niño aún no se ta de todo un tiempo en el que está en un estado de perplejidad casi
enteró de la castración materna, por ende, de la castración femenina. catatónico, en el que pierde la realidad, no pudiendo relacionarse con
Acá vemos al sujeto, la S, alojado como falo de la madre, al sujeto en el otro. Sale lentamente, y a lo largo del tiempo va construyendo ese
posición de falo materno. delirio que nos lega en sus memorias, de las cuales Lacan dice que son
Pero no alcanza con este eje para armar el campo de la realidad. Para el testimonio de un trabajo de reconstrucción del campo de la realidad
que éste se constituya, Lacan plantea que tiene que haber una tensión que había sido perdido en el desencadenamiento psicótico.
entre estos dos vértices: aquél en que el niño se ubica como falo de la De ese modo Lacan concibe el esquema I, con el que intentará dar cuen-
madre y aquél donde se encuentra el Otro materno. Entre ambos debe ta de cómo se reconstruye el campo de la realidad a través de su delirio.
haber una tensión posibilitada por un tercero, la P del padre en el lugar Pero en esta reconstrucción de la realidad no se vuelve al estado anterior,
del Otro. Nuevamente esta terceridad entre el niño y su madre abre la en todo caso en esa reconstrucción el campo de la nueva realidad no que-
dimensión simbólica que sostiene lo imaginario. Esto posibilita cierta dará circunscrito del mismo modo que en el esquema R –que es como
distancia entre el yo y su imagen, cierta distancia entre el objeto y la queda en la estructura neurótica.
imagen del objeto en el otro.
Estos cuatro lugares, cuatro puntos: i – a – a’ – m, son los cuatro vér- (se dirige a nosotros) M
r
tices imaginarios del campo de la realidad. Se trata de la relación entre i goce transexualista ad
o
cre
el yo y su imagen en el espejo en un extremo, y del lugar del otro y la del

la de tura
no
imagen del otro en el otro extremo. Eso es lo imaginario. ma

im la
cri

ag
la

a
e

en
Pero a la vez, este borde del campo de la realidad –el borde inferior– es o ad
jad
imaginario y simbólico, entonces a la vez que ustedes encuentran allí al I R de ‘S
otro con minúscula, el pequeño otro y sus imágenes, a la vez tenemos Po
ra

cri de l bra
al Otro primordial que es la madre, y al ideal del yo. Podemos decir que atu

atu a
cri

pa
a Palabra

ras
el

la
el campo de la realidad está sobredeterminado, imaginaria y simbólica- d
mente, por lo que en este eje encontramos al pequeño otro y sus imáge- fu
tu
ro donde se mantiene lo creado I
nes, y a la vez, al ideal del yo que es un mixto imaginario y simbólico. m a’ (ama a su mujer)

Que el padre viene al lugar del Otro quiere decir que viene a garantizar
la cadena simbólica como ley, que viene a garantizar que hay una ley y En este esquema podemos observar hasta qué punto lo que en el esque-
que esa ley va a prohibir la relación incestuosa entre el niño y su madre, ma R es una franja, se encuentra estirado hacia los cuatro vértices del
extrayendo al niño del cuerpo-falo de la madre. Aquí interviene el padre cuadrángulo en el esquema I.
como tercero, como garante, como hombre. Es lo que volverá posible la Este esquema se basa en lo que falta, por eso en algún sentido podemos
constitución del campo de la realidad. decir que a la altura del paradigma Schreber, Lacan tiene una concep-
24 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 25

ción deficitaria de la psicosis. Si bien no se trata del déficit orgánico al encuentra con Un-padre en lo real, con un Otro gozador, comenzando
que se refería la psiquiatría, sí se trata de un déficit simbólico. Ya que a a delirar con que Flechsig lo quiere someter sexualmente. Y de Flechsig
la altura del Seminario 3, Lacan piensa que al psicótico le falta el Nom- a Dios hay un paso, con lo que termina armando su solución delirante
bre del Padre, le falta un significante fundamental, el significante que gracias a su encuentro con Flechsig.
ordena el conjunto de los significantes, el significante que garantiza la El encuentro con este agujero en lo simbólico, Po, va abrir a su vez un
cadena simbólica como ley del Otro, que por ello es el significante que agujero en lo imaginario. De esta manera el triángulo imaginario se
garantiza la salida del infierno imaginario, especular, incestuoso. Esa desarma al ser habitado por un agujero, en el que se hace presente la
concepción de la estructura psicótica como una estructura deficitaria, forclusión del falo. Es entonces que el significante fálico se demuestra
en déficit simbólico, será la que anima el esquema I. inexistente para el psicótico.
Lacan planteará entonces que, así como en las neurosis el campo de la En el caso de Schreber esto se verifica clínicamente, en el momento en
realidad se arma gracias a estos elementos, en las psicosis se va a tener que empieza a desencadenarse su psicosis, antes de entrar en ese estado
que arreglar con la falta de estos elementos, de allí que todo el esquema de perplejidad catatónica, cuando tiene una cantidad inusitada de po-
I gire alrededor de la forclusión del Nombre del Padre, que es un aguje- luciones nocturnas, recordarán que refiere que una noche tiene muchas
ro en el registro simbólico, el agujero que es el Nombre del Padre, Po. eyaculaciones. En ese momento el órgano deja de funcionar como un
En “De una cuestión...”, Lacan plantea que la psicosis se desencadena condensador de goce, siendo invadido por un goce sin límite.
cuando el sujeto –por alguna contingencia en su vida– requiere del
Nombre del Padre en el lugar del Otro. Necesita que el significante Pregunta: Entonces por lo que acaba de decir, el significante Nombre del
del Nombre del Padre esté en el lugar del Otro para enfrentar deter- Padre y el significante fálico, ¿los dos estarían forcluídos en las psicosis?
minada situación de su vida. Lacan habla de “llamado vano”, llamado
que no encuentra respuesta, y entonces un agujero en lo simbólico se Exactamente, ya que para Lacan la metáfora paterna es una operación
hace presente. en la cual el Nombre del Padre significa metafóricamente el Deseo de
En el caso Schreber podríamos decir que fue su nominación como la Madre. ¿Qué desea la madre?, desea el falo del padre. Será entonces
presidente de la corte de Dresde, nominación que lo lleva a una po- la operatoria del Nombre del Padre la que posibilite que se inscriba la
sición simbólica de padre, ya que él ahí va a tener a cargo hombres significación fálica.
que podrían ser sus padres, hombres de una generación anterior. De Lacan va a plantear que el significante Nombre del Padre es el signi-
este modo, para poder enfrentar esa situación tendrá que contar con ficante del significante. Es el significante al que se refieren todos los
cierto elemento simbólico que le permita hacer de padre para otros que significantes, es el significante que los ordena, que es distinto a todos
podrían ser –desde el punto de vista generacional– sus propios padres. los demás y que posibilita entonces que todos se relacionen entre sí.
Esta es una lectura posible acerca de qué desencadena la psicosis de De allí que también lo llame significante impar. Y allí su referencia es
Schreber a la altura del Seminario 3. el pasaje bíblico en el que Dios habla y dice “yo soy lo que soy”. Es au-
En cambio, en “De una cuestión preliminar...” Lacan no plantea el torreferencial, se refiere a sí mismo, exceptuándose del conjunto de los
desencadenamiento en esos términos, sino más bien a partir de la pre- significantes, pero posibilitando a la vez el cierre de ese conjunto.
sencia de Flechsig como Un-padre en lo real. Pero podríamos decir que Mientras que lo simbólico está conformado por el binario S1 → S2. El
son dos momentos lógicos distintos: un primer momento lógico que significante siempre es oposicional, entonces todo significante se define
es la nominación, cuando se hace presente en lo simbólico el agujero a partir de otro significante, con la excepción de este Dios que dice “soy
forclusivo y comienza lentamente el derrumbe de lo imaginario, y un lo que soy”. Dios es un S1 sin un S2, mientras que todos los demás sig-
segundo momento lógico que se abre cuando va a buscar a Flechsig, nificantes remiten a otro significante, como lo demuestra la existencia
quien lo había tratado en su primera enfermedad hipocondríaca, y se del diccionario.
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Siguiendo la lógica de conjuntos, lo que permite cerrar al conjunto tos efectos van a denotar cierta ambigüedad, y esto ocurre justamente
es la extracción de un elemento que puede permanecer como exterior porque no hay un significante que corresponda a un significado. Es por
al mismo. eso que nadamos en el malentendido, por eso nada de lo que decimos
termina de poder apresarse totalmente. Todo lo que hablamos o escri-
Pregunta: O sea ¿la forclusión del significante fálico es efecto de la for- bimos es pasible de interpretaciones varias.
clusión del Nombre del Padre? Ahora bien, estos efectos de significación que no se pueden fijar en
un sentido único, tienen algún límite. Es decir que habitualmente no
Sí, aunque Lacan interroga esa relación en el escrito “De una cuestión hablamos absolutamente sin ton ni son, hay cierto límite en el efecto
preliminar…”. Sí, la forclusión del significante fálico es consecuencia de significación, y ese límite justamente es posibilitado por el signifi-
de la forclusión del Nombre del Padre, pero lo que se pregunta Lacan cante fálico, que va a dar una significación fálica. Así es como si bien
es si se trata de un efecto directo o indirecto. Y esto es interesante por- para nosotros, los seres hablantes, las palabras no están pegadas a las
que permite pensar una serie de casos en los que se puede demostrar la cosas, existe una posible relación entre las palabras y las cosas gracias a
forclusión del Nombre del Padre sin que se haga presente el agujero en la significación fálica. Gracias a ella cualquier cosa no quiere decir cual-
lo imaginario. O al revés, casos en los que hay evidencia de la forclusión quier otra para nosotros, aunque tampoco podamos decir que esta cosa
del falo, presentándose el agujero en lo imaginario, con fenómenos quiere decir unívocamente esta otra. Hay un margen de cierta indeter-
elementales en el campo de la significación, sin que encontremos aque- minación, que soportamos gracias a la significación fálica. Es como si
llos otros fenómenos elementales en el campo del significante que dan dijéramos: “está bien, te entendí, no sé exactamente qué quisiste decir,
cuenta de la existencia del agujero en lo simbólico. Podemos entonces pero te entendí”.
hacer de esta distancia entre ambos agujeros un instrumento funda- Tanto el significante Nombre del Padre como el significante fálico son
mental para abordar la diversidad de la clínica. diferentes a los demás significantes. El del Nombre del Padre porque
Al plantear Lacan que esta relación puede no ser directa, puede ocurrir es el que de algún modo funciona como referente de todo el conjunto
que en una psicosis se haga presente un agujero y no el otro –lo que significante; y el significante fálico porque es el que funciona como
no quiere decir que ese otro agujero no esté, latente. Puede estar en la referente de todos los efectos de significación.
estructura sin manifestarse en la clínica. Esto ocurre para ambos aguje- Volvamos ahora al esquema I. En el derrumbe de su realidad Schreber
ros (Po y Φo) en la psicosis previa al desencadenamiento. Pero también siente que se muere, se dan una serie de fenómenos de órgano, dice que
puede ocurrir que el desencadenamiento afecte sólo a uno de los dos le comen el cerebro, etc. Claramente se pierde la imagen especular, se
agujeros, quedando el otro latente. desarma la unificación narcisista, y entonces tiene toda una serie de vi-
vencias de goce en los órganos interiores del cuerpo. Lacan plantea que
Schreber con todo su trabajo de delirio logra restablecer el campo de
la realidad, y este esquema I da cuenta del estadio terminal del delirio
IV. Significante del significante. Significación fálica de Schreber.
Lo que leemos en sus memorias es el resultado de todo ese trabajo
Volvamos. El Nombre del Padre es el significante del significante, y el del delirio que consigue restablecer el campo de la realidad, lo que le
falo es el significante de la significación, es el significante que va a dar posibilita salir de la internación, volver a su posición de jurista y reco-
cuenta de los efectos de significación. En la neurosis toda significación brar todos sus derechos, gracias a que logra testimoniar de cómo puede
va a ser fálica, y como no hay una relación biunívoca entre significante relacionarse con la realidad más allá de ese pequeño delirio de ser la
y significado, sino que el significante se relaciona con otro significante, mujer de Dios. Es entonces que se restablece la realidad, pero con otro
S1 → S2, esto es lo que va a producir efectos de significación. Pero es- esquema diferente del de la neurosis.
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Lo que dice Lacan es que como le falta el Nombre del Padre, Schreber lo hace que en algún momento pueda volverse a desencadenar, ya que
va a sustituir estirando este vértice (del esquema R), que es el vértice del el agujero sigue estando, y cualquier acontecimiento de la vida puede
Ideal, hasta obligarlo a cumplir la función faltante del Nombre del Padre. hacer que el campo de al realidad se vuelva a desarmar. Es lo que le
En el esquema I el Ideal viene al lugar del Nombre del Padre. Es decir que pasó a Schreber cuando murió su padre y comenzó un litigio por los
para Schreber el Ideal va a cumplir la función que no cumple el Nombre Schrebergärten. Los Schrebergärten eran unas instituciones que había
del Padre. Esto es algo que más adelante veremos en los casos. inventado su padre para recrear la vida natural en la ciudad. Se habían
Claramente se ve en muchos casos de psicosis que lo que estabiliza al construido distintas sedes, y el problema o la disputa estaba en cuáles
sujeto es algún Ideal que le ordena su mundo de la misma manera que se quedarían finalmente con el nombre Schrebergärten y cuáles no.
el Nombre del Padre le ordena el mundo al neurótico. Entonces Schreber es convocado a determinar cuáles van a tener el
En la parte superior del esquema pasa lo mismo. Arriba encontramos la nombre del padre y cuáles no. Finalmente, cuando vuelve a necesitar
i, que es la imagen del cuerpo; Schreber va a estirar la imagen del cuerpo del Nombre del Padre para responder a una situación de la vida, todo
desde el centro hasta el vértice izquierdo y la va a forzar a cumplir la fun- ese trabajo que le había costado años llevar adelante, se derrumba en
ción del falo que le falta. Encontramos entonces a i en el lugar del falo. un momento.
¿Cómo se juega esto en el delirio de Schreber? Lo que dice Lacan es que El agujero no se cubre sino que se lo bordea. Y Lacan justamente plan-
el Ideal va a venir a garantizar el mantenimiento de lo creado, así como teará que se da toda una lucha alrededor del agujero. Se trata de todo el
en la neurosis el Nombre del Padre garantiza el orden del mundo. sufrimiento de Schreber acerca de que Dios lo quiere mujer y al comien-
Y por otra parte, en este vértice donde tendría que estar funcionando zo él no quiere, hasta que al final se reconcilia con esa idea. El campo de
el falo, encontramos la imagen del cuerpo y el goce transexualista. Us- la realidad se restablece entonces alrededor de estos dos agujeros, y por
tedes recordarán que Schreber arma todo ese delirio en el cual él es la otra parte hay dos cuestiones que quedan por fuera de ese rearmado del
mujer de Dios y va a procrear a la nueva humanidad. Pero además de delirio. Hay cuestiones subjetivas, singulares, que quedan por fuera del
ese delirio, él necesita tener una práctica transexualista, por lo tanto to- delirio, quizás incluso del tipo clínico, que seguramente responden a la
dos los días se pone frente al espejo, se viste de mujer, y dice de la parte estructura del sujeto, pero quizás no a la estructura clínica.
superior de su cuerpo, que cualquiera que lo viera llegaría a la conclu- El tipo clínico, neurosis o psicosis, no es todo lo que es un sujeto. En
sión de que es un busto femenino. Pero para poder quedar ubicado en ese sentido podríamos decir que la estructura subjetiva y la estructura
el lugar al que va a parar en su delirio –como mujer de Dios– necesita clínica no se recubren completamente, es decir que hay rasgos del suje-
de una práctica transexualista con su cuerpo, para poder cada vez, cada to que no obedecen al tipo clínico. En el caso de Schreber se trata del
día, volver a dibujar su cuerpo de mujer. Necesita todo el tiempo volver campo del amor, tanto en el plano del amor por su mujer como de la
a hacer esa práctica que le garantice que su cuerpo es femenino y que él transferencia con el saber.
es la mujer de Dios. Es lo que Lacan llama goce transexualista. Ven cómo debajo del borde inferior del esquema I, en el eje que va de a’
a I, encontramos la frase de Lacan “ama a su mujer”. Este amor por su
mujer permanece por fuera del delirio, ya que Schreber ama a su mujer
antes del desencadenamiento, durante y después de que logra la estabi-
V. El Agujero sigue estando lización en el delirio. El hecho de que se haya transformado en mujer,
que sea la mujer de Dios, que vaya a tener hijos con Dios, todo eso no
Lacan plantea que en la estabilización de la psicosis hay un trabajo de impide que ame a su mujer. El amor por su mujer queda por fuera del
reconstrucción del campo de la realidad alrededor del agujero. En esta delirio, por fuera de su locura.
estabilización no se trata de que estos agujeros lleguen a recubrirse, Es llamativo cómo las dos cuestiones que quedan por fuera de lo que
sino que quedan rodeados, acorralados. Y seguramente eso es lo que se define específicamente en el plano de la estructura psicopatológica
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son del orden del amor. Fíjense cómo por encima del borde superior a la conclusión de que en la constitución de la realidad, además de lo
del esquema I, en el eje que va de a a i, Lacan escribe “se dirige a imaginario y lo simbólico interviene lo real. Es entonces que investiga-
nosotros”. Allí está la transferencia. En última instancia Schreber es- rá de qué manera interviene lo real, cuestión que no encontramos a la
cribió sus memorias para nosotros, escribió para el saber médico o el altura de los esquemas R e I, ya que en ellos encontramos lo imagina-
saber psiquiátrico, se dirige a nosotros, es decir, a quienes querramos rio, lo simbólico y la realidad, que no es lo mismo que lo real, ya que la
estudiarlo. Y gracias a esa direccionalidad al Otro, gracias a ese interés realidad se puede desarmar, pero lo real no. Como dije anteriormente,
en ser estudiado por el Otro, es que se vuelve a estabilizar, ya que el el objeto a para Lacan es un real segregado por lo simbólico.
proceso de escritura de sus memorias es lo que termina de fijar la re- Lo que Lacan va a decir es que en un primer momento de su constitu-
construcción del campo de la realidad. Gracias a que él las escribe, es ción en relación con el Otro del lenguaje, el sujeto acepta la alienación
que puede presentarse ante un jurado y consigue retomar sus funciones a los significantes del Otro, acepta estar determinado por el Otro, y
de jurista. Es decir que, gracias a que él se dirige a nosotros, es que a la
vez puede volver al campo de la realidad.
Se podría decir que el amor lo salva, que este amor que queda por fuera Especialmente los puntos para los que no por casualidad (ni por juego) hemos
de la estructura clínica lo salva de la locura y le permite hacer algo con escogido las letras con que se corresponden m M, i I y que son los que enmar-
→ →
caron el único corte válido en este esquema (o sea el corte m i, M I), indican
su estructura. Esto es especialmente interesante, porque allí estamos en la
suficientemente que este corte aísla en el campo una banda de Moebius.
zona de los confines.
Con lo cual está dicho todo, puesto que entonces ese campo no será sino el
lugarteniente del fantasma del que este corte da toda la estructura. Queremos
decir que solo el corte revela la estructura de la superficie entera por poder
destacar en ella esos dos elementos heterogéneos que son (marcados en nuestro
VI. Atravesados por el lenguaje logaritmo [$<>a] del fantasma): el $, S tachada de la banda que aquí ha de
esperarse donde en efecto llega, es decir recubriendo el campo de la R de la
Cuando abordemos cada caso, vamos a detenernos en estas cuestiones realidad, y la a que corresponde a los campos I y S.
que van más allá de la estructura psicopatológica y que entran en la Es pues en cuanto representante de la representación en el fantasma, es decir
dirección de la cura. Ya que en el psicoanálisis no tratamos solamen- como sujeto originariamente reprimido, como el $, S tachado del deseo, so-
te la estructura psicopatológica del sujeto, sino también su estructura porta aquí el campo de la realidad, y éste solo se sostiene por la extracción del
subjetiva en tanto tal. objeto a que sin embargo le da su marco.
Dejé para el final de la clase de hoy el agregado que hace Lacan en “De Midiendo por escalones, todos vectorializados de una intrusión del único cam-
una cuestión preliminar...” a pie de página, en el año 1966, en la página po I en el campo R, lo cual solo se articula bien en nuestro texto como efecto
5351. En 1966 Lacan ya conceptualizó el objeto a. Es decir que ya llegó del narcisismo, queda pues enteramente excluido que queramos hacer entrar
de nuevo, por una puerta de atrás cualquiera, que esos efectos (“sistemas de
las identificaciones”, le demos) puedan teóricamente fundar, de una manera
1. “Ubicar en este esquema R el objeto a es interesante para esclarecer lo que cualquiera, la realidad.
aporta en el campo de la realidad (campo que lo tacha). Quien haya seguido nuestras exposiciones topológicas (que no se justifican por
Por mucha insistencia que hayamos puesto más tarde en desarrollar –denun- nada sino por la estructura por articular del fantasma), debe saber bien en la
ciando que este campo solo funciona obturándose con la pantalla del fantas- banda de Moebius no hay nada mesurable que sea de retenerse en su estructu-
ma–, esto exige todavía mucha atención. ra, y que se reduce, como lo real aquí interesado, al corte mismo.
Tal vez hay interés en reconocer que enigmáticamente entonces, pero perfec- Esta nota es indicativa para el momento actual de nuestra elaboración topo-
tamente legible para quien conoce la continuación, como es el caso y pretende plógica (julio de 1966).”
apoyarse en ello, lo que el esquema R pone en evidencia es un plano proyectivo.
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entonces, en un juego dialéctico con el Otro del lenguaje, se va cons- hecho de que la pulsión contornea un objeto vacío, no un objeto de la
tituyendo como sujeto a través de distintas operaciones que van a ser realidad, que está en relación con un objeto que está perdido por estruc-
resumidas en la dialéctica alienación-separación. tura, lo que va a posibilitar retornos localizados de goce en lo que Freud
Ahora bien, al final de toda esa operatoria Lacan dice que queda un llamaba zonas erógenas. Por eso después Lacan va a hablar de “plus de
resto que no es simbólico. De esta operación de constitución del sujeto gozar”, de retornos de goce que van a dar cuenta de lo que es el goce pul-
queda algo que es insimbolizable, que no es especular, es decir, que no sional, goce que en la neurosis está acotado a los agujeros del cuerpo –que
es ni simbólico ni imaginario, y lo llamará objeto a. Éste va a ser el ob- Lacan va a llamar zonas de borde– que están entre el adentro y el afuera
jeto del psicoanálisis, un objeto con el que tiene que vérselas el sujeto. del cuerpo, en ese borde moebiano que une el adentro y el afuera.
Se trata de un objeto paradojal, que no es ni simbólico ni imaginario, En cambio en la psicosis cuando está desencadenada, el goce se encuen-
que tiene la consistencia de un vacío y que va a estar ligado a lo que en tra en el interior del cuerpo, es lo que explica la vertiente hipocondríaca
Freud es el objeto de la pulsión. que suele acompañarla en los llamados fenómenos de órgano. En el
De este modo, a la altura de este tercer tiempo, Lacan propondrá que desencadenamiento –al menos en la esquizofrenia– el goce vuelve al
como resto de la constitución subjetiva, el sujeto queda atrapado en interior del cuerpo (no a las zonas de borde) y esto ocurre porque no
una relación muy compleja con este objeto; una relación entre simbó- se constituyó esa relación mohebiana entre el sujeto y el objeto; por
lico y real. La relación del sujeto con este objeto complejo que es el lo tanto el objeto a no está extraído. Por eso Lacan en un texto que se
objeto a, es la que encontramos en el fantasma, que se escribe: $<>a. llama “Discurso a los psiquiatras”, dice que el psicótico lleva al objeto a
En este matema el rombo da cuenta de que la relación del sujeto con en el bolsillo, es decir, que no está extraído. En consecuencia el campo
el objeto es moebiana, ese rombo es una banda de moebius. de la realidad está agarrado con alfileres.
Vamos al agregado de la página 535. Este agregado es interesante por- Esto me parece que es lo fundamental de lo que él agrega en esta nota
que Lacan ubica en el esquema R al objeto a para esclarecer lo que a pie de página.
aporta éste a la constitución del campo de la realidad. Lacan sostendrá Y esto es lo que nos va a llevar en la próxima clase al paradigma Joyce, al
que dicho campo se sostiene por la extracción del objeto a, por eso cuarto momento, ya que este esquema da cuenta de lo que pasa entre los
podemos decir que para que se constituya la realidad, el objeto a debe registros imaginario y simbólico pero no de qué pasa con el registro real.
estar tachado, debe estar afuera, no tiene que estar presente. Incluso la solución que consigue Schreber es imaginario–simbólica,
Aquí Lacan conceptualizará esta banda del campo de la realidad como dado que esa metáfora delirante es una metáfora que viene a suplir a la
→ →
una banda de moebius, por lo que para pasar del lado m–i al lado M–I metáfora paterna faltante. Pero esta metáfora delirante está sostenida
se pasa de un lado a otro, al igual que se pasa de un lado a otro en una por un Ideal, y este Ideal es simbólico–imaginario (no es puramente
banda de moebius, sin cruzar ningún borde. Planteará entonces que simbólico, lo que sí ocurre con el Nombre del Padre, que es una metá-
el campo de la realidad va a estar sostenido por el fantasma, y que ese fora, puramente simbólica) y a la vez está soportado por una práctica
campo solamente se sostiene por la extracción del objeto a. Es decir con la que él tiene que sostener todo el tiempo una imagen femenina
que para que se constituya el campo de la realidad, el objeto a tiene en su cuerpo. La solución de Schreber es entonces una solución preca-
que estar extraído del cuerpo, lo que es muy importante para tratar la ria, y por eso luego se vuelve a desencadenar.
lógica de la psicosis. Este agregado posterior que hace Lacan, en el que habla de la extrac-
Para decirlo rápidamente, lo que posibilita que el objeto a sea extraído ción del objeto a, nos lleva a preguntarnos cómo pensar la estructura
es el hecho de que lo simbólico afecta al cuerpo, el significante mata la psicótica si además del triángulo simbólico-imaginario agregamos el re-
cosa, extrae el goce del cuerpo, lo vacía. La operación simbólica consis- gistro real, cómo afecta éste a las estructuras de la neurosis y la psicosis.
te en vaciar al cuerpo de goce, en extraerlo como objeto a. Es en ese momento que Lacan va a proponer a la estructura no como
La primera versión freudiana de esta operación es el objeto perdido, es el una estructura de dos, sino de tres: real-simbólico-imaginario, RSI.
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Seguramente hay muchas cosas que quedan sin entender, pero vamos a Bibliografía
volver sobre ellas con la prueba de la clínica. Lo que me interesa es que
se pueda seguir el problema lógico que plantea el paradigma Schreber, 1. J. Lacan, “El Atolondradicho”. En Escansión N°1. Ed. Paidós, Bi-
ubicar el límite del paradigma Schreber, situando hasta qué punto toda blioteca Freudiana. Buenos Aires, 1984.
esta conceptualización tiene ese límite de no dar cuenta de lo que pasa 2. J. Lacan, El Seminario, Libro 3, Las Psicosis. Ed. Paidós, Buenos Ai-
en el registro de lo real. res, 1984.
3. J. Lacan, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
19 de abril de 2007 la psicosis”, en Escritos 2. Ed. Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
4. J. Lacan, El Seminario, Libro 23, El sinthome. Ed. Paidós, Buenos
Aires 2006.
5. J. Lacan, El Seminario, Libro 1, Los Escritos Técnicos de Freud. Ed.
Paidós, Buenos Aires, 1981.
6. J. Lacan, El Seminario, Libro 4, La Relación de Objeto. Ed. Paidós,
Buenos Aires, 1994.
7. J. Lacan, El Seminario, Libro 11, Los Cuatro Conceptos Fundamentales
del Psicoanálisis. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1987.
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12. S. Freud, “Neurosis y psicosis” y “La pérdida de realidad en la neu-
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13. Ibíd. 10.
14. Ibíd. 3.
15. J. C. Maleval, La forclusión del nombre del padre. El concepto y su
clínica. Ed. Paidós. Buenos Aires, 2002.
16. J. Lacan, “Breve discurso a los psiquiatras”, del 10 de Noviembre
de 1967. Inédito.
36 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 37

2. De las condiciones lógicas


para el arribo al paradigma Joyce

I.De la realidad al Infinito

La vez pasada introduje una suerte de diacronía en la enseñanza de


Lacan para ubicar lo que di en llamar el paradigma Schreber, basándo-
me en el escrito sobre las psicosis “De una cuestión preliminar a todo
tratamiento posible de la psicosis”.
Nos acercaremos al término que da título a este seminario. Vamos a
aproximarnos al confín realizando una suerte de progresión en la en-
señanza de Lacan, antes de llegar a la próxima clase, que será la última
meramente teórica, en la cual entraremos en el paradigma Joyce, en la
clínica borromea.
En la clase de hoy iremos ubicando las condiciones lógicas que desem-
bocan en ese segundo paradigma de la psicosis que podemos encontrar
en la enseñanza de J. Lacan.
Para comenzar me remontaré a lo que considero central de los esquemas
que vimos la vez pasada, al hueso de los esquemas R e I. El esquema R,
como esquema de la realidad en la neurosis, y el esquema I, como una
posible solución al problema de la pérdida de la realidad en la psicosis.
Habíamos visto cómo el esquema I muestra la manera en que Schreber
consigue –en el estadio terminal de su psicosis– rearmar, reestructurar,
reconstruir, el campo de la realidad sin contar con los significantes del
Nombre del Padre y del falo.
Entonces, para poder avanzar un poco en la formalización que va a
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llevar a Lacan hasta los nudos, a la clínica borromea y con ella al para- una banda moebiana, la cual estaría sostenida, instalada, a partir de la
digma Joyce, empiezo por esta fórmula conocida por todos ustedes, la extracción del objeto a. Allí podría decirse que hay cierta operación que
fórmula de la metáfora paterna, que está en la base de los esquemas que debe producirse en el campo de lo real para que se arme el campo de
desarrollamos la vez pasada (esquemas R e I). la realidad neurótica. Esto es algo que Lacan introduce bastante poste-
riormente al momento del escrito, recién en el año 1966, cuando está
NP . DM → (A) conceptualizando el objeto a como referente del registro real.
DM χ j Pero a la altura del escrito “De una cuestión…”, a la altura el esquema
R y del esquema I, sólo contamos con los registros imaginario y simbó-
Esos esquemas, como ustedes recordarán, tienen como referente –justa- lico, entre ellos la primacía es de lo simbólico sobre lo imaginario. De
mente para que se pueda sostener esa banda intermedia entre imaginario allí la idea de Lacan de que Schreber luego del derrumbe imaginario
y simbólico, que es el campo de la realidad– al significante Nombre del producido por el desencadenamiento de su psicosis logra rearmar el
Padre y a la significación fálica, los que encontramos tanto en la metáfora campo de la realidad (esquema I), estirando los vértices del esquema
paterna como en el esquema R. R para suplir de algún modo la falta del significante del Nombre del
Es decir que si uno quiere depurar totalmente la metáfora paterna y redu- Padre y del significante fálico.
cirla a su mínima expresión, podríamos señalar que consiste finalmente De esta manera lo que hace Lacan es mostrar todo el trabajo de Schre-
en esa operación en la que se trata por un lado del significante Nombre ber alrededor de estos dos agujeros, un trabajo con el que reconstruye
del Padre en tanto significante del significante, y por otro del falo en tanto a través del delirio –y de su condensación final en la metáfora deliran-
significante de la significación. te– el campo de la realidad, pero de modo distinto al esquema R. Por
supuesto que esta reconstrucción del campo de la realidad es imperfec-
NP ta, en el sentido de que hay un cierre que no se consigue.
Φ En el esquema I que dibujo acá, Schreber rearma el campo de la reali-
dad con una metáfora delirante. Pero en lo que me interesa detenerme
En fin, ésta sería la estructura mínima de la metáfora paterna, que des- hoy, es en esto que queda abierto acá, en estos espacios que quedan
plegada da los esquemas R e I. Está el primer Lacan, aquel que había abiertos y que marco con el símbolo del infinito.
desplegado el registro imaginario, regido por el estadio del espejo. La
clave en este segundo momento de su enseñanza, a la altura del paradig- M
ma Schreber, es la fórmula de la metáfora paterna. Vamos a retomar hoy i
algunas cuestiones ya planteadas, pero en principio podría decir que el
paradigma Schreber tiene ciertos límites.
o
El esquema R, que da cuenta de cómo se constituye la realidad en las
neurosis a partir del Nombre del Padre y del falo, posee algunas limi- R Po
taciones. Por un lado, y como ustedes recordarán, el esquema R es un
esquema que solamente cuenta con dos registros, que son el imaginario
y el simbólico, regidos uno de ellos por el significante Nombre del Pa- I
dre y el otro por la significación fálica. m
Es un esquema que no da cuenta de cómo juega el registro de lo real.
Recién con el agregado de la nota a pie de página –que les mencioné Es esa realización asintótica a la que hace referencia Lacan en este texto.
en la clase anterior– Lacan complejiza la banda de la realidad como Schreber va a transformarse en mujer de Dios y va a procrear genera-
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ciones de hijos de Dios en una “temporalidad asintótica”, según Lacan. el hecho de que tuvo un tercer desencadenamiento, del cual Lacan no
Es decir que esto se va a realizar en un tiempo que no se sabe cuál es, parece haber llegado a enterarse.
pero es justamente la perspectiva de esa realización asintótica lo que a Cuando Lacan hace el esquema I y ubica esta solución, la misma es la
él lo estabiliza, el hecho que no tiene por qué ser ahora, que no se sabe que podemos encontrar leyendo las memorias de Schreber. Las memo-
cuándo va a ocurrir. rias fueron escritas justamente en el momento en el que logra la máxi-
Podemos ubicar el infinito en cada uno de estos vértices que quedan ma estabilidad de su delirio. La escritura de su delirio y el testimonio
abiertos. Son líneas que no terminan de cerrarse, de juntarse, o que se ante un jurado es lo que le va a permitir recobrar sus derechos civiles,
juntan asintóticamente, por eso en el esquema hay algo que no cierra, incluso su posición profesional. De este modo, el esquema I da cuenta
que queda abierto. A diferencia de lo que ocurre en el esquema R, donde de ese momento de la vida de Schreber, de la estabilidad que le duró
tenemos este cuadrado en el que los dos triángulos de lo imaginario y lo varios años.
simbólico están perfectamente cerrados y el campo de la realidad es una
banda que está también perfectamente cerrada.
La estabilización de la psicosis de Schreber tiene como síntoma esta
abertura de los cuatro vértices al infinito, implicados por la realización II. Nominación Paterna. Basta con la madre
asintótica de su delirio, y se puede decir que en esta apertura, que en
esta solución temporal que encuentra Schreber, ahí se encuentra justa- Antes de llegar al paradigma Joyce y de poder ubicar toda la perspectiva
mente el núcleo de lo que va a ser su tercer desencadenamiento. Porque que se abre allí, tenemos que dar pasos intermedios. Vamos a dedicar la
esto no es algo que queda verdaderamente cerrado, sino que está listo clase de hoy a esos pasos.
para volver a abrirse. El punto de partida de los esquemas R e I es la metáfora paterna. El
Por eso me interesa situar los límites de la solución de Schreber y con significante Nombre del Padre que viene a suplir al significante Deseo
ellos también los límites de este paradigma, en la medida en que en el de la Madre, instala el significante fálico como el significante que daría
escrito “De una cuestión preliminar...”, Lacan intenta pensar el trata- cuenta de los efectos de sentido, de los efectos de significación. La me-
miento psicoanalítico de los psicóticos. En este texto termina diciendo táfora paterna es una operación absolutamente simbólica para Lacan,
que su finalidad era dar una idea de cuál es la posible maniobra de la o en todo caso, simbólico-imaginaria, ya que el Nombre del Padre es
transferencia con los psicóticos, de modo que finalmente se trata de un un significante de lo simbólico y el significante fálico es un significante
texto clínico. de lo imaginario.
Entonces, ¿qué es lo que se dedujo de este paradigma?, o mejor dicho Como ubicamos al final de la clase pasada, Lacan comienza a pregun-
¿qué se dedujo durante mucho tiempo en Buenos Aires? Estaba la idea tarse por el resto real de esta operación metafórica, predominantemen-
de que en la dirección de la cura del psicótico se trataba de que el sujeto te simbólica. Seguramente su práctica lo lleva a encontrarse con eso
se estabilice por la vía de alguna metáfora delirante; y entonces había que va a llamar objeto a, que es algo que no logra en ningún momento
problemas con los pacientes psicóticos cuyos delirios no llegaban nun- entrar en la lógica simbólica, y que es de algún modo el hueso duro de
ca a una formulación metafórica, ya que se presentaba como la única roer del análisis.
posibilidad de que se rearme el campo de la realidad en la psicosis. Y ni Así entramos en un tercer tiempo en la enseñanza de Lacan, en el que
hablar de la gran cantidad de psicóticos que nunca deliran. Éste es el a partir de esta operación por la que lo simbólico constituye un imagi-
límite del paradigma Schreber: la reducción a la solución por la vía de nario se produce un resto real, que es el objeto a. Como dijimos la vez
la estabilización a través de la metáfora delirante, que en realidad es una pasada, en este esquema lo real está segregado por lo simbólico, es un
solución que queda bastante abierta. efecto de lo simbólico, y es el objeto a. Lo podríamos escribir así:
En el caso de Schreber queda clínicamente confirmada su apertura en
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S > I / R(a) es garantía de la cadena, que permite el establecimiento del conjunto


de los significantes.
A esta altura Lacan tiene que reformular el Edipo freudiano, ya que Otra manera de escribir la formulación S1 → S2 es: porque se extrae
necesita de una operatoria que vaya más allá de los límites puramente un significante del conjunto de los significantes, se puede cerrar el con-
simbólicos de la metáfora paterna. La nueva formulación que va a ha- junto. Éste que extraigo, que es la función del -1 en matemáticas, es el
cer Lacan del Edipo freudiano es el discurso del amo. En él Lacan va Nombre del Padre, y es el que permite que todos los otros significantes
a tratar de dar cuenta de la operación edípica teniendo en cuenta ese se ordenen, que se pueda contar y que entonces se constituya un saber.
resto real. A todo este conjunto lo podemos llamar S2, es el saber, son los signi-
Éste es el discurso del amo: ficantes que están ordenados a partir de la extracción de uno de esos
significantes, distinto, impar.
S1 → S2 Esa es la función que cumple el Nombre del Padre como carretera prin-
↑ ↓
$ // a cipal, aquella que ordena a todos los significantes a su alrededor. Por
eso instala el discurso del amo, ya que permite que las cosas marchen,
En el discurso del amo encontramos nuevamente una operación emi- permite un ordenamiento del lenguaje. También podemos decir que el
nentemente simbólica, es una operación de articulación entre dos sig- discurso del amo es, como dice Lacan, el discurso del inconsciente.
nificantes, S1 y S2, que produce un efecto que es el efecto sujeto, sujeto La operatoria edípica arma eso que llamamos inconsciente, donde te-
dividido, sujeto del inconsciente, el sujeto que queda dividido entre nemos un nivel, el nivel superior del discurso en el cual se produce la
dos significantes, por ejemplo en el lapsus. Encontramos este efecto operatoria significante, en el que los significantes copulan entre sí, y van
sujeto cuando alguien está hablando y quiere decir una cosa pero dice armando una cadena que va a ser leída, descifrada en el campo analítico.
otra, quedando dividido entre lo que quería decir y lo que dice, produ- Y en el piso inferior del discurso del amo tenemos la fórmula del fantas-
ciéndose la emergencia del sujeto del inconsciente, ya que en ese lapsus ma, con esa doble barra de la imposibilidad.
él es la división misma entre dos significantes. Es en ese espacio de imposible relación entre el sujeto y el objeto, que
Lo que agrega ahora Lacan es que esta operación simbólica tiene un res- se va a establecer el rombo que da lugar a la fórmula del fantasma:
to al cual le va a dar lugar en su formalización, que es el objeto a. Pero $<>a, en la que se trata de pegar dos elementos heterogéneos, uno de
este resto es distinto, heterogéneo respecto de los otros tres elementos ellos real (a) y el otro simbólico ($). Es que aquí no hay cópula –la
del discurso, por eso entre los otros elementos hay flechas pero aquí que sí encontramos en el piso de arriba entre los significantes–, sino
abajo no, aquí encontramos la doble barra de lo imposible que dice que que se trata de la imposible relación que tiene el ser hablante con su
no hay ninguna flecha en este lugar, porque este resto no puede volver objeto. Los seres hablantes estamos relacionados paradojalmente con
a ser asimilado por lo simbólico, ya que es un desecho de lo simbólico, el objeto, no somos sujetos que nos acomodemos directamente con
es un desecho porque no lo puedo volver a meter en la maquinaria sig- el objeto como lo hacen los animales, sino que tenemos esta relación
nificante, se resiste a ser absorbido. En ese sentido, el objeto a cumple romboidal, paradojal, compleja, con el mismo. Una relación donde
en la división del sujeto exactamente la misma función que cumple el se trata de pegar dos registros que no tienen nada en común uno con
resto en la operación matemática de la división: es un número que no el otro.
entra en las siguientes operaciones matemáticas. El fantasma es una especie de forzamiento que trata, mediante una
A la vez, este discurso del amo ubica como agente un S1. El S1 es el sig- operación topológica, de pegar estas dos cosas que en realidad no pegan
nificante amo, es el significante primordial, es también el Nombre del con nada. Ésta es la complejización de la metáfora paterna por la cual
Padre. El Nombre del Padre es un significante único, un significante Lacan le empieza a dar lugar a este resto real.
impar, es el único significante que se significa a sí mismo, y en tanto tal Hay una cuestión en la que no vamos a poder detenernos demasiado,
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pero que quisiera dejar señalada y que quizá alguno de los casos que imposibilidad misma que habita cada discurso la que lleva a la necesidad
veamos hacia el final del seminario de alguna oportunidad para des- de pasaje a otro discurso.
plegar más, que es la cuestión de la época, la que también va a hacer al Ustedes se darán cuenta de que el discurso del capitalismo no obedece
pasaje del paradigma Schreber al paradigma Joyce. a este esquema. En el discurso del capitalismo ¿qué encontramos?, hay
Lo que va a decir Lacan es que lo que ocurre en esta época, es que el dis- cuatro flechas, un movimiento circular; y no encontramos por ningún
curso del amo clásico, que es el discurso de la función paterna clásica, lado la doble barra de lo imposible. Es un discurso que en realidad no
fue modificado por lo que él llama la mutación capitalista. es un discurso, porque infringe las reglas del discurso, empieza a fun-
Es decir que el discurso del amo actual es el resultado de un cambio en cionar locamente de otra manera, ya que desarma la doble barra de la
la escritura del discurso por el cual se invirtieron dos términos: imposibilidad y entra en un funcionamiento autónomo, en el que está
todo el tiempo retroalimentándose. Es el carácter entrópico que Marx
$ S2 le atribuía al capitalismo. Es en ese punto que suele decirse que el capi-
↓ ↓
S1 a talismo es un pseudo-discurso.
Veamos ahora qué implica esta inversión de las letras en el discurso del
En esta escritura no sólo se invierten los términos sino que todo el capitalismo. Por empezar lo que implica es que en el discurso del capi-
funcionamiento discursivo cambia. Lacan dice que con el surgimiento talismo el agente pasa a ser el sujeto dividido. El discurso del capitalis-
del capitalismo se opera una mutación radical del discurso del amo. La mo es para Lacan el discurso del amo actual. El otro sería el discurso del
mutación es un término de la genética que indica que hay un cambio amo clásico, el discurso que posibilitó el surgimiento del inconsciente,
en la escritura que se transmite a la generación posterior. del sujeto del psicoanálisis.
Lo que Lacan está dando a entender cuando habla de la mutación del En este discurso del amo actual, en lugar de tener como agente a un
discurso del amo es que a partir de determinado momento de la historia significante amo, a un significante fundamental como es el Nombre
de los seres hablantes de occidente surge el capitalismo, se produce una del Padre, tiene a un sujeto que en principio parece un sujeto dividido.
transformación que va a afectar a todas las generaciones subsiguientes, y Pero en realidad esta barra no es una división efecto de una articulación
a partir de entonces algo del estatuto del sujeto va a cambiar. Este sujeto entre dos significantes, es decir que no es el sujeto del lapsus, no es el
barrado del discurso del capitalismo no será ya el mismo que el sujeto sujeto que emerge en la equivocación entre significantes, sino más bien
dividido del discurso del amo clásico, que es el sujeto del inconsciente. es un sujeto que está en posición de agente, en posición de dominio.
Antes de avanzar con el discurso del capitalismo, querría aclarar que para De este modo, en el discurso del amo actual el amo es un sujeto, no es
Lacan los discursos, el de la histérica, el de la universidad, el del analista, el Nombre del Padre, no es un S1, no es un significante que comanda,
son discursos que surgen a partir del discurso del amo clásico, a partir de sino que es el sujeto mismo.
distintas rotaciones del discurso del amo clásico. Es por eso que Lacan Ahora bien, esta barra que afecta a este sujeto no es la misma barra que
dirá que el discurso del analista es el reverso del discurso del amo. En afecta al sujeto del discurso del amo clásico, que es la barra del él no lo
estos cambios de discurso se trata sólo de rotaciones, cambian las letras sabía, la barra de ese no saber que en realidad es un saber que está en
de lugar pero la estructura permanece siempre igual, la estructura de base otro lugar, en el inconsciente. La barra que afecta al sujeto del discurso
es igual para los cuatro discursos, que son discursos habitados por un im- del capitalismo es la barra de lo que Lacan va a llamar en Radiofonía la
posible, por esta doble barra de lo imposible, en los que algún elemento falta-de-gozar. Es un sujeto que está carente del goce absoluto, que no
va a venir al lugar del producto (inferior derecho), que va a ser lo real de logró ser un sujeto completo. Los sujetos del discurso del capitalismo
cada discurso, lo que va a volver imposible la permanente reabsorción de son amos, están en posición de amos, pero están movidos por una falta
la operación. Es a partir del punto de imposible que habita cada discurso de goce, les falta algún goce que los complete, algún goce que los llene,
que surge la posibilidad de pasar de un discurso a otro. Para Lacan es la que los sature. A este sujeto del capitalismo lo llamamos el consumidor.
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El consumidor es alguien que quiere consumir, que está en posición dre. Ahora bien, si ya no es más el reino del padre, si lo que impera no es
de amo y que justamente exige un objeto que venga a hacerle creer, el Nombre del Padre, entonces hay que ver si se puede seguir sosteniendo
aunque sea por un rato, que no está dividido, que realmente es un amo; la división neurosis-psicosis, ya que entonces nuestro referente deja de ser
reclama que el objeto venga a rellenar su falta. la presencia o ausencia del Nombre del Padre. Ya se trata de otro tipo de
Obviamente, estos dos sujetos no son iguales, y no es lo mismo que estructura que está nominada, nombrada de otra manera.
llegue al analista uno u otro. No tengo mucho tiempo para desplegar esto, lo dejo indicado: Lacan
Hay otra cuestión. En el discurso del amo clásico, el sujeto del inconsciente habla de otro tipo de nominación en el Seminario 21 “Los nombres del
es determinante para el lugar de agente del Nombre del Padre en posición padre” o “Los no-incautos yerran”. Dice que en esta época cada vez se
de S1. Hay un efecto desde este lugar que es el lugar de la verdad, habitado prefiere más otro tipo de nominación que la nominación paterna, y a
por el sujeto dividido, sobre el agente en posición de amo. En cambio en este otro tipo de nominación la va a llamar el nombrar-para. Va a decir
el discurso capitalista encontramos una inversión de la flecha por la que el que en este tipo de nominación basta con la madre, no es necesario el
sujeto consumidor en realidad hace un uso de estos significantes amos, de padre, y que además en este tipo de nominación lo social toma preva-
esos significantes fundamentales que lo determinan. Por ejemplo, pode- lencia de nudo, es decir, que lo que anuda la estructura, lo que entrama
mos ubicar en este lugar al toxicómano, que es el consumidor ideal, que la estructura del sujeto es un tejido social.
está buscando ese objeto químico que lo haga olvidar de su falta de gozar, En este tipo de nominación no entra el Nombre del Padre, puede ser
que le permita entrar en el sueño de una completud eterna. emitida por la madre o incluso por el padre del sujeto, pero Lacan dice
También se ve que la relación entre el sujeto y el objeto es una relación que solamente basta con la madre y se prefiere al Nombre del Padre.
que pierde toda esa riqueza topológica paradojal que tenía la relación Es una nominación más rígida, porque va a implicar la pérdida de la
entre el sujeto y el objeto en el campo del fantasma neurótico, en el dimensión amorosa.
que se palpa lo imposible del encuentro entre el sujeto y el objeto. Ese Lo que el psicoanálisis nos enseña es que siempre que estamos en el
sujeto del inconsciente en algún lugar sabe que es imposible apropiarse campo del amor está en juego el Nombre del Padre, que el amor es en
del objeto y por eso requiere del fantasma. primer lugar amor al padre, y que cuando se pierde ese tipo de nomina-
Mientras que el consumidor exige que el objeto se le acomode, de lo ción se entra en otra zona.
contrario, hará los reclamos que le corresponden a sus derechos de con- El nombrar-para designa un proyecto rígido para el hijo, es el Otro que
sumidor. Entonces está la idea de que hay un objeto que tendría que nombra al hijo para algo, le marca un camino en la vida. A diferencia
acomodársele y rellenar su falta de goce, con lo que se pierde esa relación de la nominación paterna que nombra al hijo diciendo: “tú eres mi hijo,
imposible, se pierde de vista la imposibilidad. Por eso Lacan dice que el haz tu camino”; o “te doy la posibilidad de ser en una cadena de generacio-
discurso del capitalismo forcluye la castración, forcluye la imposibilidad, nes, te doy la posibilidad de la filiación, pero vos vas a tener que encontrarte
deja por fuera la imposibilidad de acomodación entre el sujeto y el obje- con tu deseo”. Es ahí que se abre la posibilidad del psicoanálisis.
to, al creer que el objeto puede borrarle la barra al sujeto. Mientras que con la otra nominación, el nombrar para algo, es general-
En fin, hay mucho más para decir sobre esto, pero no nos podemos mente la madre que dice “te nombro para tal cosa”. Entonces el sujeto se
detener ahí. Sí es importante tener en cuenta que el surgimiento de este pasa la vida cumpliendo con ese mandato, hay una rigidez en la relación
discurso y de este tipo de sujeto cambia la clínica, cambia los cuadros con el objeto, a diferencia de lo que es esa cadena flexible que es la cade-
clínicos, tanto en el campo de las neurosis como en las psicosis. na del fantasma posibilitada por la nominación paterna.
Incluso llega a poner en cuestión la división neurosis–psicosis, ya que Otra cuestión para pensar los casos actuales es que justamente esta no-
esta división se sostiene en el Nombre del Padre, ya que solamente po- minación rígida arma una estructura muy encadenada, es decir, que el
demos hablar de neurosis y psicosis si decimos que el Nombre del Padre sujeto que está nombrado-para, que no está nombrado por el Nombre del
está admitido o está forcluído, es decir, si lo que impera es el reino del Pa- Padre, no está desencadenado. Es un sujeto que tiene un encadenamien-
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to muy rígido, mucho más rígido que la neurosis, entonces las formas a la disimetría del Edipo en los sexos, es decir que necesita formalizar
clínicas cambian. lo que pasa del lado de las mujeres. Así es como entramos al cuarto
Desde luego que no va a ser lo mismo una psicosis que se desencadena, en tiempo de su enseñanza.
la que encontramos todos esos fenómenos que conocemos en el caso Schre- Es un tiempo en el que Lacan introduce las fórmulas de la sexuación y
ber por ejemplo, del derrumbe de la realidad, que siente que su cuerpo se con ellas, cierta equivalencia entre simbólico y real.
desarma, que lee en el diario que se murió, etc.; que este otro tipo de nomi- En este tiempo Lacan se olvida un poco de lo imaginario y por eso más
nación, en la que no está en juego el Nombre del Padre pero el sujeto anda adelante irá a buscar en el nudo, además de lo simbólico y lo real, a lo
derechito, como una especie de packman, o como un robot, cumpliendo imaginario. Pero entonces ya se trata del momento quinto, que desple-
como un muñequito con un mandato. Sin embargo hay una rigidez de ese garemos la próxima clase con el paradigma Joyce.
tipo de funcionamiento; y acá queda la pregunta de cómo diagnosticamos La reintroducción de la disimetría de los sexos en el Edipo implica en
estos casos. Porque podemos decir que en esta época todavía sigue habien- este cuarto momento dar cuenta de dos lógicas distintas. Por un lado, la
do sujetos del inconsciente, para quienes funciona la nominación paterna, lógica del macho, que daría cuenta de cómo entra y sale el varón en el
pero también están estos otros sujetos. Dejamos abierta esta cuestión. Edipo, y por otro, la lógica del lado hembra, que daría cuenta de cómo
entra y sale la mujer. Podríamos decir que la lógica del lado macho es
una lógica de lo simbólico y que la lógica del lado hembra es una lógica
de lo real. Trataré de fundamentarlo.
III. Las fórmulas de la sexuación
x x x x
E E
La última parte de esta clase la voy a dedicar a dar otro pasito más, para
x x x x
A A
ir hacia el paradigma Joyce en Lacan.
La cuestión es que la metáfora paterna y el discurso del amo son for-
mulaciones del Edipo que en algún sentido podríamos decir que son El referente que utiliza Lacan para las fórmulas de la sexuación no es
pre-freudianas. ¿En qué sentido?, en el sentido de que no dan cuenta el mito de Edipo, sino el mito de Tótem y Tabú. Este mito sería según
de la disimetría de los sexos, es decir, de cómo se articulan el Com- Freud la versión filogenética del Edipo, en la cual de lo que se trata, al
plejo de Edipo y el Complejo de Castración en el varón y en la nena. igual que en el mito de Edipo, es de qué hacen los varones con el poder
Freud decía que la nena entra al Edipo por el Complejo de Castración, sexual del padre. En el caso del mito edípico, lo matan y se acuestan
mientras que el varón sale del Edipo por el Complejo de Castración. con la madre, pero sin saberlo –de allí la genialidad de Freud, al ir
Pero la metáfora paterna y el discurso del amo no dan cuenta de estas a buscar justamente ésa entre tantas tragedias antiguas para inventar
distinciones, de estas diferencias. Podríamos decir que son formula- un mito, éste sí ya moderno, que habla del surgimiento del sujeto del
ciones asexuadas del Edipo, que no dicen nada de la manera en que inconsciente: él no sabía que mataba a su padre, tampoco sabía que se
interjuegan tanto el Nombre del Padre como el Significante Fálico en acostaba con su madre.
el caso de un varón o una mujer, o qué papel juega el fantasma en los En el mito de Tótem y Tabú también los hijos terminan matando al
hombres y en las mujeres. padre, pero a diferencia del mito edípico, no se acuestan con la madre.
Así como en el segundo tiempo de su enseñanza, a Lacan no le alcan- Ahí encontramos la versión freudiana del pasaje de la vida salvaje, de
zó con los registros simbólico e imaginario y tuvo que conceptualizar la naturaleza, a la cultura; y la instalación de la prohibición del incesto
al objeto a, en este cuarto tiempo –tiempo posterior al que estamos como una ley y no ya como el resultado de un comportamiento déspo-
ubicando acá en el nivel de la formalización de los discursos–, no le ta de un jefe de horda que tiene todas las mujeres para él.
alcanza con pensar la estructura desde el Edipo masculino y necesita ir Lacan toma el mito de Tótem y Tabú, y a partir de él formaliza una
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lógica. Comienza por el lado izquierdo, que es el lado masculino, es- goce que son las mujeres en esta lógica mítica que regula las estructuras
cribiendo: elementales de parentesco.
Volvamos a la cuestión de la disimetría entre los sexos. Los sujetos del
x x existe una x para la cual no se cumple la función fálica mito –tanto del mito edípico como del mito de la horda– son los hom-
E
bres, son los varones. Edipo es un varón, y se trata de qué hace el varón
Existe una x, que será encarnada por el padre de la horda. Se trata de un con su amor por su madre. En el mito de la horda los sujetos son los hijos,
elemento para el cual no se cumple la función de la castración, ya que y se trata de qué hacen esos hijos con ese padre despótico, tirano, cruel.
el padre de la horda está por fuera de la ley, debido a que para él no se Mientras que las mujeres ¿qué son? Son objetos de goce. En el mito
cumple la ley de la castración, porque tiene acceso a gozar de todas las edípico es Yocasta, en el mito de la horda son las mujeres de la tribu.
mujeres. Todas las mujeres de la tribu le pertenecen y él puede gozar de Ellas entran al mito como objetos de goce, no son sujetos del mito.
ellas a su antojo, no hay ninguna prohibición que lo afecte. La conse- Podemos concluir entonces que las mujeres no están hechas con esta ló-
cuencia de la existencia de esta función de excepción es que todos los gica. Ya que esta lógica da cuenta de cómo se constituye la posición del
hijos están afectados por la función de la castración: varón, mientras que la mujer entra sólo como objeto. Pero ella ¿cómo
se constituye en su posición, más allá de ser objeto del goce eventual de
x x para todo x se cumple la función fálica un hombre? Ésa es la pregunta.
A
Es guiado por esta pregunta que Lacan, en su escrito del año ’58, en
Todos los hijos quedan castrados, ninguno puede gozar de las mujeres “Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina”, propo-
de la tribu, ya que de todas ellas goza el padre. nía un programa de investigación sobre lo femenino, en el cual figuraba
Del lado macho tenemos entonces dos cuantificadores: el primero, la pregunta acerca de por qué no existe en el psicoanálisis un mito que
que es la función de la excepción, está encarnada por el padre de la dé cuenta de la relación incestuosa entre la hija y el padre. ¿Por qué pasa
horda – x x – y el segundo cuantificador, que llamamos universal eso? Tiene que haber una razón de estructura, no se trata de inventar
E
– x x –, es una consecuencia directa, un resultado de la función ese mito, sino más bien de dar cuenta de su inexistencia. De hecho,
A
de la excepción. también clínicamente se verifica que hay más casos de incesto padre-
Es porque hay uno que goza de las mujeres, que todos los demás quedan hija, que madre-hijo, es un tipo de límite, de barrera diferente el que se
afectados por la función de la castración y que les es impedido el acceso atraviesa en uno y otro.
al goce de las mujeres de la tribu a los hijos de este padre tirano. ¿Cuál es el mito del lado de las mujeres? Es un mito que va a intro-
Ustedes saben que en el mito de la horda hay dos tiempos: el primer ducir Lacan, que no está en Freud. El mito que va a introducir en el
tiempo en el que encontramos al padre despótico que goza de todas las Seminario 20, en el que concluye la construcción de las fórmulas de la
mujeres y no deja que ninguno se acerque; los hijos confabulan, lo asesi- sexuación, es el mito del Don Juan. Lacan propone este mito para dar
nan, se lo comen y la culpa retroactiva lleva entonces a que decidan que cuenta del goce femenino, de la posición femenina, ya que se trata de
ninguno va a ocupar ese lugar. En el primer tiempo (que es el que logifica un mito inventado por las mujeres.
el primer cuantificador) hay uno que encarna la función de la excepción, En el mito del Don Juan, Lacan va a tomar como referencia la versión
mientras que en el segundo tiempo (logificado por el segundo cuantifi- que vamos a encontrar en la ópera de Mozart “Don Giovanni”. Se
cador) nadie va a ocupar el lugar del padre, dejará de haber excepción. detiene en una parte de esta ópera en la cual el criado de Don Juan,
Lo mataron y después ya nadie va a volver ocupar ese lugar, se instala la llamado Leporello, le muestra a Doña Elvira, que está enamorada de él
prohibición del incesto, se ponen de acuerdo en que ninguno va a gozar y lo anda persiguiendo por todos lados, la lista de todas las mujeres de
de las mujeres de la tribu y van a buscar mujeres a otra tribu. A partir las que gozó Don Juan, de ahí el famoso pasaje de la ópera en que él le
de este segundo tiempo se establece el intercambio de esos objetos de dice que ella es una de las mil tres (mille e tre) de la lista.
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Lacan se detiene en esa lista. Podríamos pensarla de este lado, el ma- Del lado hembra no hay nada parecido a lo que es del lado macho la
cho que a la manera de los cazadores va haciendo las muescas que mar- función del padre.
can la cantidad de presas que lograron capturar. Pero lo que dirá Lacan Desde esa perspectiva, la madre nunca va a poder ubicarse del lado fe-
es que la lista de Don Juan es una lista inventada por mujeres, no por menino. La lógica de la madre quedaría también de este lado (macho),
hombres; y entonces es otro tipo de lista, porque es una lista en la cual de allí que Freud propusiera la posición materna como fálica. Pero lo
cada una tiene un valor único. Entonces Lacan dice que Don Juan las propiamente femenino, que no es lo mismo que lo materno, carece de
cuenta una por una. Don Juan les hace el amor una por una. la función de la excepción. Podría decirse que madre hay una sola pero
Y también va a hacer una diferencia entre lo que de este lado (lado mujeres no, mujeres hay una por una.
macho) va a quedar ubicado en la versión española como joder, y que Esta es la lógica de lo femenino que tiene como punto de partida la
nosotros decimos coger, y de este lado (hembra) se llamará más bien inexistencia de una excepción. En tanto mujer, no hay ninguna que
hacer el amor. esté en posición de excepción, no hay ninguna que no esté afectada por
Desde la perspectiva macho uno podría decir que el padre de la horda la castración.
se coge a todas las mujeres de la tribu, las agarra de los pelos, las toma Hay otra cuestión que me interesa señalar. Entre el primer cuantifica-
como objeto. Esta versión de la mujer como objeto de goce es la que dor y el segundo de este lado (hembra) no tenemos la misma relación
da el varón. de causalidad, o de necesidad lógica que encontramos del lado macho.
Del otro lado se trata de qué lógica se juega para ellas, las mujeres, en lo Porque de ese lado, decíamos que hay uno –que es el padre– que goza
que respecta a su goce sexuado. Ellas no se sienten formando parte de de todas las mujeres y que todos los demás –que son los hijos– quedan
un todo, sino que cada una se siente única, distinta a todas las otras. La castrados, quedan afectados por la función de la castración. Encon-
lógica de la lista de Don Juan es que él las ama una por una, las cuenta tramos una relación de causa-efecto, de necesidad lógica entre los dos
una por una, les hace el amor una por una, y por eso todas desean a cuantificadores del lado izquierdo, que Lacan rubricará con la fórmula:
Don Juan, y algunas se enamoran. De hecho si ustedes ven esta opera de la excepción confirma la regla. Es allí donde vemos que ya del lado
Mozart, es muy claro todo el trabajo que se toma Don Juan en enamorar izquierdo, cuando tiene que dar cuenta de la lógica que organiza el
a cada una de estas mujeres. Don Juan las conquista una por una. goce macho, Lacan infringe las reglas de la lógica proposicional, para la
Para dar cuenta de la lógica femenina, Lacan va a escribir una lógica de cual la excepción refuta la regla. Es en este punto que Lacan recurre a
lo real en la cual el punto de partida es la inexistencia de la excepción: Cantor y a Russell, quienes dan cuenta de la necesidad de la función de
excepción para poder armar el conjunto universal, el para-todos.
x x No existe ninguna x para la cual no se cumpla la función fálica Pero del lado femenino la infracción a las reglas de la lógica proposi-
E
cional está desde el vamos, desde las fórmulas mismas. En primer lugar
Se trata de la inexistencia de la excepción, es decir que cada una es una, porque en lógica no se puede negar el cuantificador, solamente se pue-
cada una es una en sí misma, es una que no refiere a un todo. De algún de negar el predicado. Se puede decir: existe una x que sí o que no ϕx.
modo eso ya está en el mito de la horda, porque entre las mujeres de Pero no existe la posibilidad de negar el cuantificador, cosa que Lacan
la horda no hay ninguna que esté en posición de excepción, son todas hace, ya que del lado femenino Lacan niega tanto el cuantificador que
objetos de goce. No hay al menos una con la cual, por ejemplo, el padre indica la excepción como el todo, dando lugar al famoso no-todo, que
no puede, o con la cual los hijos sí pueden, no hay nada de eso. es una invención propia, ésa es la primera infracción:
Del lado femenino claramente lo que encontramos es esta formulación
mítica, y el mito es siempre alguna versión que intenta captar lo real de x x no toda x cumple la función fálica
A
la estructura. Y todas estas formulaciones míticas, cuando intentan dar
cuenta del lado femenino, muestran la inexistencia de una excepción. Lo femenino obliga a Lacan a introducir una doble inconsistencia
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en la lógica proposicional clásica, ya que en verdad el no-todo no se IV. Empuje a La Mujer. ¿Qué es lo que
deduce de la inexistencia de la excepción desde esa lógica. El hecho funciona como límite del lado femenino?
de que no exista ninguna excepción no da cuenta del no-todo, y ¿por
qué no da cuenta? Porque la inexistencia de la excepción lo que dice Dedicaré los últimos minutos de hoy a la cuestión del Empuje a La
es que no existe ninguna x que no esté sujeta a la función de la castra- Mujer en la psicosis, para después ir hacia el paradigma Joyce, ya que
ción, de lo que es imposible deducir la consecuencia de que entonces Lacan va a introducir esta expresión de “Empuje a La Mujer” en la
la x esté no toda sujeta a esa función. Y es en este punto que volvemos psicosis cuando formaliza las fórmulas de la sexuación en su escrito “El
a Cantor y a Russell, dado que si no contamos con la función de la atolondradicho”.
excepción no podemos armar el todo, no podemos construir el uni- En estos pasajes Lacan revisa la versión del desencadenamiento de la
versal de La mujer: psicosis que había propuesto en “De una cuestión preliminar...”, es
decir, a la altura del paradigma Schreber . En “El atolondradicho”
E
x x plantea esta revisión del siguiente modo: “Podría aquí, con desarrollar
la inscripción, que hice mediante una función hiperbólica, de la psicosis
x x
A
de Schreber, demostrar en ella lo que tiene de sardónico el efecto incita-a-
la-mujer...”.
Ahora bien, el segundo cuantificador lo que dice es: no toda x está En primer lugar, la función hiperbólica de la psicosis de Schreber tiene
sujeta a la función de la castración, y ésta sería para Lacan la posición que ver con la realización asintótica de la solución schreberiana que ya
propiamente femenina. ¿Qué quiere decir esto? Que ella no está tan habíamos ubicado en los puntos que quedan abiertos a la infinitud en
sólo sujeta a la función de la castración, sino que en ella hay algo de el Esquema I.
más, hay otro tipo de goce que va a manifestarse en relación con una Si van al texto “De una cuestión preliminar...” no van a encontrar en
ausencia, y no con la función falo-castración. Entonces, ella es no-toda ningún momento que Lacan hable del Empuje a La Mujer, en todo
porque está en relación con el falo, con el lado fálico, que es el lado caso a esa altura –como Lacan pensaba a la psicosis exclusivamente
masculino. Está en relación con el Edipo, se constituye como sujeto desde la perspectiva fálica o edípica con sus efectos– van a encontrar
edípicamente, y sin embargo, por ser mujer a la vez está en relación con que dice que como Schreber no puede ser el falo de la madre, entonces,
un vacío que no tiene nada que ver con la castración, con un vacío que va a ser La Mujer que les falta a los hombres. En este momento Lacan
no le debe nada a la lógica edípica o fálica. conceptualiza la solución de Schreber de ser una mujer en términos de
En ese punto Lacan corrige a Freud –ya que para Freud todo lo feme- la imposibilidad de ser el falo, es decir que la feminización de Schreber
nino es falta de falo– porque Freud aborda a las mujeres desde el lado sería, desde esta perspectiva, una consecuencia del empuje a ser el falo
fálico, entonces desde su perspectiva a ellas les falta, están castradas. (posición propia de la mujer, que se contrapone al tener el falo propio
En cambio para Lacan la mujer está castrada, a ella le falta en tanto de la posición masculina).
es sexuada edípicamente, en tanto ella es un sujeto del lenguaje, pero Pero el Empuje a La Mujer en tanto tal recién es formulado por Lacan en
por otra parte al ser mujer está en relación con un vacío que no es una “El atolondradicho”, que es del año 1972, y entonces lo liga con un efec-
falta, ni una castración, al contrario. Lacan ubica al goce femenino to sardónico. Lo sardónico, la risa sardónica, es una risa aparentemente
como un exceso, es algo que está de más, que sobra, y que no obedece inmotivada que muchas veces se describe en las psicosis. El término pro-
a la lógica fálica. viene de la sardonia, planta cuya ingestión provoca justamente una mue-
ca semejante a una risa. Lacan se refiere justamente al efecto sardónico
del Empuje a La Mujer cuando hace referencia a su sin razón.
Aquí Lacan retoma su escrito del año ’58 sobre la psicosis, refiriéndose
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a la siguiente frase: “...que es por la irrupción de Un-padre como sin razón, un forzamiento total, ya que Un-padre en lo real no aparece en ningún
que precipita aquí el efecto experimentado como forzamiento, en el campo lado y entonces Lacan de algún modo está diciendo: “Si para dar cuenta
de un Otro que ha de pensarse como lo más ajeno a todo sentido...” . del empuje a la mujer o la feminización en la psicosis vamos a recurrir a
Ustedes recordarán que en “De una cuestión preliminar...” Lacan pro- esta lógica, si llevamos la lógica de un-padre al extremo nos despistamos,
pone la tesis del desencadenamiento de la psicosis por la irrupción de nos perdemos, como le ocurre a Laplanche con Hoelderlin”.
Un-padre en lo real. Ubica una coyuntura en la vida del sujeto que re- Y Lacan continúa: “¿Acaso no es mucho más cómodo, y aún promesa de
quiere de la función simbólica del Nombre del Padre y ante su ausencia delicias, acreditar al otro cuantor el singular de un “confin”, porque obliga
–Lacan dirá “el llamado vano”–, lo que irrumpe es Un-padre en lo real. a la potencia lógica del notodo a habitarse con el receso del goce que la
Es decir que desde esta perspectiva, esta función de la excepción es feminidad sustrae...”.
necesaria por estructura. Si no se juega en lo simbólico, se jugará en lo Después sigue con todo un despliegue que podría llevarnos mucho tiem-
real: o es el significante del Nombre del Padre –que es un significante po descifrar. Lo que me interesa señalar es que Lacan está rectificando de
excepcional que permite que lo simbólico se organice de determinada algún modo su planteo de “De una cuestión preliminar...” y está dicien-
manera–, o no se cuenta con ese significante y entonces aparece Un- do que para entender el Empuje a la Mujer en la psicosis se requiere de
padre en lo real, –que en el caso de Schreber es Flechsig, como un Otro la potencia lógica del no-todo. Y es entonces que introduce lo singular
gozador que va a querer feminizarlo, que va a querer gozarlo como si de un confín, con lo que volvemos al título de nuestro seminario.
fuese una mujer. En Flechsig se le hace presente a Schreber la iniciativa Lacan va a insistir en toda esta época con esta cuestión, también en
del Otro. Finalmente será Dios mismo quien tomará la posta de esta su texto “Televisión” se pregunta ¿qué es lo que funciona como límite
función de Un-padre en lo real. del lado femenino? Ese gran problema que a veces vuelve locos a los
Entonces, retomando esta formulación de “De una cuestión prelimi- hombres, ya que la castración no es un verdadero límite para la mujer,
nar...”, una manera de entender el Empuje a la Mujer es pensarlo desde que no tiene qué perder. Es por eso que a veces cuando las mujeres
este primer cuantificador (del lado macho): x x , donde en esta quieren algo son más decididas que los hombres –porque ellos tienen
E
irrupción de Un-padre en lo real el sujeto queda como un objeto de qué perder, pero la mujer no–, siempre está en juego el hecho de que
goce de este padre gozador, vivo, real, porque no cuenta con el Nombre la amenaza de castración no es real para la mujer y entonces, ¿qué la va
del Padre. Se tratará entonces de un sujeto que va a ser gozado por el a detener? Esto acerca la locura a la feminidad, y va a hacer que Lacan
padre real, que vendrá al lugar del padre vivo de la horda, posición que diga en “Televisión” que son todas locas, aunque no locas del todo.
lo feminiza y lo lleva a tener que transformarse en mujer. Es decir que Introduce el término de confín para dar cuenta de cómo funciona, o
si quiere responder lógicamente a esa experiencia de goce va a tener que cuál es el límite del lado femenino, que no tiene la precisión lógica-
inventarse que es una mujer, va a tener que delirar con que es una mu- simbólica del límite político de un mapa, pero hay algo que finalmente
jer. Ésta sería la explicación del empuje a la mujer desde el lado edípico funciona como separación, algo muy difícil de precisar, de determinar.
masculino, que es un poco como lo hace Lacan en “De una cuestión Es por eso que Lacan propone en “El atonlondradicho” que para dar
preliminar...” cuando intenta dar cuenta de la feminización de Schreber cuenta de esto que queda abierto en la psicosis, habría que pensar jus-
con esta lógica. tamente desde la lógica femenina, y que lo que da cuenta del Empuje
En cambio en “El atolondradicho” va a decir: “Pero llevar a su potencia de a la Mujer en la psicosis es el hecho de que el psicótico no cuenta con
extrema lógica la función, desorientaría. Pude medir el esfuerzo que la buena el límite de la castración por no haberse subjetivizado edípicamente.
voluntad hizo de aplicarla a Hoelderlin: sin éxito”. Acá hace referencia a El Empuje a La Mujer es entonces una manera de buscar el confín, de
un texto de Laplanche que se llama “Hoelderlin y la cuestión del padre”, buscar algo que le funcione como límite allí donde no cuenta con el
donde Laplanche toma el escrito de Lacan “De una cuestión prelimi- límite de la castración.
nar...” y trata con esa lógica de dar cuenta de la psicosis de Hoelderlin. Es
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Bibliografía 3. La estructura psicótica y su posible tratamiento


1. J. Lacan, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
la psicosis”, en Escritos 2. Ed. Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
2. Ibid. Pág. 539.
3. J. Lacan, El Seminario, Libro 17, El Reverso del Psicoanálisis. Ed. Pai-
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ma. Pág.59. Barcelona, 1977.
5. J. Lacan, Seminario 21 “Los nombres del padre” o “Los no-incautos
yerran”. Inédito. Clase del 19/3/1974.
6. J. Lacan, El Seminario, Libro 20, Aun. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1981.
7. S. Freud, “Tótem y Tabú”. Obras Completas, Tomo XIII, Tótem y Tabú
y Otras Obras. Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1980.
8. J. Lacan, “Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femeni- I. Con Edipo no alcanza
na”, en Escritos 2. Ed. Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
9. Ibíd. 6. Hoy comenzaremos haciendo una suerte de contrapunto de lo que es la
10. Como señala J.-A. Miller en su seminario “La lógica del significan- concepción de la estructura psicótica y su posible tratamiento, entre el
te”, incluido en Matemas II. Buenos Aires, 1990. Ed. Manantial. Págs. paradigma Schreber y el paradigma Joyce. Para eso nos vamos a dedicar
47/50. al último período de la enseñanza de Lacan, el del paradigma Joyce,
11. J. Lacan, “El Atolondradicho”. En Escansión N°1. Ed. Piados, Bi- en el cual –como hemos propuesto en la primera clase–, se trata de la
blioteca Freudiana. Buenos Aires, 1984. Págs. 36/37. equivalencia entre los tres registros: real, simbólico e imaginario.
12. Ibíd. 11. Pág.36. Ésta es la perspectiva que queda abierta a partir de las fórmulas de la
13. Ibíd. 12.El subrayado es mío. sexuación, ya que el lado femenino de las mismas –y todo lo que la vez
14. Ibíd. 11. Pag.37. pasada trabajamos sobre la noción de confín–, da cuenta de una lógica
15. Ibid 14. que es justamente la que habita el campo de la topología. Es la lógica
16. J. Lacan “Televisión”, en Radiofonía y Televisión, Editorial Anagrama. que vamos a encontrar en todas las operaciones posibles que se pueden
Pág. 129. Se trata del siguiente párrafo: “”Dejémoslo torcido. Pero viene hacer entre, por ejemplo, el 1 y el 2, entre los números naturales.
justo para la mujer que no es fiable el axioma célebre de M. Fenouillard, y Es decir que en las fórmulas de la sexuación está de algún modo el ger-
que, pasados los lindes, no hay límite: a no olvidar”. men de la topología, que permite volver equivalentes los tres registros,
Me atrevo a corregir la valiosa traducción de Oscar Masotta y Orlando ya que a partir de la última enseñanza de Lacan, el registro real sostiene
Gimeno-Grendi a la luz de la versión francesa: “Laissons ca de traviole. una existencia propia y no es un producto de la operación simbólica
Mais c’est bien pour la femme que n’est pas fiable l’axiome célèbre de M. –como lo era en el tiempo anterior de su enseñanza.
Fenouillard, et que, passées les bornes, il y a la limite: à ne pas oublier” (J. Para poder armar un contrapunto entre el paradigma Schreber y el pa-
Lacan, “Télévision”, en Autres écrits, Editions du Seuil, París, 2001, p.540). radigma Joyce, vamos a retomar algunas cuestiones que vimos en clases
Propongo entonces traducir: “… pasados los lindes, hay límite: a no anteriores del paradigma Schreber. Lo que me interesa recordarles es
olvidar”. lo que vimos en “De una cuestión preliminar…”, –allí ubicamos el
17. Ibid. Pág.128. paradigma Schreber– donde la psicosis es abordada o conceptualizada
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a partir de la neurosis como norma. en la psicosis se trata de la pregunta por el padre, una pregunta que en
Es a partir de la norma edípica, de la norma neurótica que Lacan en la psicosis no tiene respuesta –aunque en la neurosis sí, para ello está
el paradigma Schreber conceptualiza la psicosis como un déficit del el significante del Nombre del Padre. En la psicosis justamente está
Edipo. La forclusión del Nombre del Padre y la forclusión fálica como forcluído el significante del Nombre del Padre, que vendría al mismo
un déficit respecto de la norma edípica. Es así como en el esquema que lugar que vienen en las neurosis esos significantes que están forcluídos,
vimos en la primera clase –el esquema R, que está desarrollado a partir que son la muerte y la mujer.
del esquema del Seminario 5, donde encontramos los registros imagi- En las psicosis está forcluído el Nombre del padre y por lo tanto es una
nario y simbólico–, de lo que se trata es de qué pasa en la psicosis, en la pregunta que no tiene respuesta para el psicótico, que no tiene cómo
que el Nombre del Padre y el falo están forcluídos, y cómo se desarma responder qué es un padre. Eventualmente responderá a través de un de-
el campo de la realidad. lirio. En el caso de Schreber, va a responder qué es un padre inventando
Entonces, la norma o el paradigma de la neurosis no funciona en la una nueva humanidad en la cual va a ser la mujer de Dios padre.
psicosis, y por lo tanto se desarma, se derrumba el campo de la realidad. Lo que va a decir Lacan, es que si bien hay pregunta en la psicosis, es
El referente del estatuto de déficit simbólico de la psicosis es para Lacan una pregunta sin sujeto, que se hace sola; y por eso el tratamiento del
el desencadenamiento. Es el momento en que se verifica ese déficit, eso psicótico no puede ser como el de un neurótico.
que falta: le falta el Nombre del Padre, le falta el falo. Seguimos con el contrapunto entre los dos paradigmas. Está la cuestión
Para dar cuenta de la estructura psicótica en este texto Lacan se detiene de la clínica de la pregunta y está la otra cuestión de que en el para-
en el momento de desencadenamiento, del derrumbe de lo imaginario, digma Joyce hay una equivalencia de los tres registros –que todavía no
de la caída del campo de la realidad; y luego en el esquema I da cuenta desplegamos y luego vamos a ver.
de cómo se reconstruye de algún modo ese campo–que ya vimos en la Pero en el paradigma Schreber tenemos solamente imaginario y simbó-
primera clase. lico, es decir, que la estructura psicótica está abordada solamente desde
Por otra parte, también a la altura de “De una cuestión preliminar…”, la estos dos registros. Además es una época en la cual hay una primacía de
clínica psicoanalítica es abordada por Lacan como una clínica de la pre- lo simbólico sobre lo imaginario, porque para Lacan a esta altura todo
gunta. Ustedes recuerdan que ya en el Seminario 3 hay un capítulo sobre pasa por el hecho de que falta el Nombre del Padre; y como falta el
la pregunta histérica donde Lacan dice que se trata de la pregunta por Nombre del Padre (simbólico) eso tiene efectos en lo imaginario, o sea,
lo femenino en la histeria, de la pregunta por la existencia en la neurosis va a faltar también el falo y a derrumbarse la realidad.
obsesiva, y de la pregunta por el padre en la psicosis. Pero esta última pre- Habíamos visto también cómo en el suplemento del ’66 Lacan agrega-
gunta, la del psicótico, es una pregunta distinta de las preguntas histérica ba la noción de objeto a, pero en realidad, en el momento en que La-
u obsesiva, ya que es una pregunta sin sujeto que pregunte. can construye el paradigma Schreber y piensa su tratamiento posible,
De todos modos, Lacan piensa la clínica con los referentes de la pre- solamente cuenta con esos dos registros, sin tener en cuenta lo que pasa
gunta, entonces estudia las distintas estructuras clínicas en referencia a con el registro real, por lo tanto, a esta altura tenemos una concepción
eso. Por ejemplo, a la neurosis como una pregunta acerca de la muerte limitada de la estructura psicótica.
o acerca de la mujer, que son los dos significantes que no tienen exis- El hecho de que la estructura psicótica se piense solamente en términos
tencia simbólica. Recuerden que Freud ya decía que no hay inscripción de imaginario y simbólico, hace que Lacan en el Seminario 3 proponga
en el inconsciente del sexo femenino ni de la muerte. Justamente eso que lo que hace que una psicosis pueda mantenerse sin desencadenar
que no se inscribe es lo que insiste como pregunta en la neurosis, en la es la compensación imaginaria del Edipo ausente. La compensación
neurosis histérica la pregunta por el qué es ser una mujer, en la neurosis imaginaria del Edipo ausente se presenta a esta altura como la única
obsesiva por la existencia. posibilidad por parte de un psicótico de evitar el desencadenamiento. Y
Pero también Lacan en el Seminario 3 va a llegar a la conclusión de que ¿por qué?, porque Lacan cuenta solamente con imaginario y simbólico,
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entonces dice que si falta este simbólico, el psicótico lo va a compensar las supervisiones de casos de psicosis se escuchaba siempre la pregunta
con un imaginario, ésa es la noción que él tiene. ¿dónde está el padre en lo real?, había que ubicarlo, siendo ésta en rea-
Entonces va a plantear que la psicosis no desencadenada –a la que él lidad una indicación de Lacan. En la página 559 de “De una cuestión
va a llamar prepsicosis–, consiste en una compensación imaginaria del preliminar...” Lacan dice “Búsquese en el comienzo de la psicosis esta co-
Edipo ausente, y esa compensación va a tomar la forma de identifica- yuntura dramática”. De esta manera, el desencadenamiento siempre es
ciones imaginarias. No sé si ustedes recuerdan, pero en el Seminario 3 la irrupción de Un-padre en lo real, porque la lógica es ésta, el sujeto se
Lacan desarrolla toda la cuestión del “como si” en relación con un caso encuentra con un agujero en lo simbólico y en ese mismo lugar en que
de un paciente que hacía todo lo que hacía su amigo, hasta que una chi- falta ese significante, irrumpe Un-padre en lo real.
ca se le tira a él –y no a su amigo–, y ahí se desencadena su psicosis. La otra cuestión que ya mencionamos es la solución para ese desen-
De esta manera la psicosis no desencadenada se reduce a cierta acep- cadenamiento, y la misma es la posibilidad de producir una metáfora
ción de la prepsicosis, es decir, a una psicosis que en cualquier momen- delirante que venga a suplir a la metáfora paterna que falta. No se trata
to se desencadena porque está mal amarrada, porque está sostenida aquí de una verdadera suplencia. Recuerden que la manera en que se
en identificaciones imaginarias, de ahí la advertencia que suena tanto reestablece el campo de la realidad en la psicosis es fallida, en el sentido
a la altura del paradigma Schreber, que es: ¡Cuidado si toman a un de que queda siempre esa apertura al infinito de los cuatro vértices. Por
prepsicótico en análisis porque se puede desencadenar! Si bien Lacan lo tanto, no llega a cumplirse la misma función que cumple la metáfo-
propone no retroceder ante la psicosis, está todo el tiempo advirtiendo ra paterna, lo que lleva al nuevo desencadenamiento de la psicosis en
lo problemático de su abordaje por el psicoanálisis. Schreber. Pero eso no está a esa altura, es algo que podemos pensar no-
La otra cuestión o consecuencia del paradigma Schreber, es que no van sotros ahora. Para Lacan en ese momento de su enseñanza la solución es
a poder encontrar una gran explicación de en qué consiste la prepsi- que la metáfora delirante venga a suplir a la metáfora paterna que falta.
cosis, o cómo funciona realmente la estructura de esa compensación La última cuestión a la altura del paradigma Schreber es la cuestión de
imaginaria del Edipo ausente, ya que cuando él realmente despliega la transferencia. El texto se llama “De una cuestión preliminar a todo
con lujo de detalles qué es la estructura psicótica, se sirve del momento tratamiento posible de la psicosis”, título con el que está diciendo que
de desencadenamiento. Es ahí que Lacan despliega toda su fineza de para saber cuál es la maniobra de transferencia con el psicótico hay que
clínico, por ejemplo en el caso de Schreber. tener en cuenta todo esto.
En fin, todos esos estudios que él hace de las psicosis se basan en el Entonces, ¿cuál fue la orientación que se tomó, por lo menos en Bue-
desencadenamiento, pero poco sabemos del antes, de la prepsicosis; nos Aires, a partir de “De una cuestión preliminar...” para el tratamien-
por ejemplo de qué fue de la estructura de Schreber antes de que se to de la psicosis en el psicoanálisis lacaniano? Se tomó la orientación de
desencadene. apuntalar al paciente en la construcción de la metáfora delirante desde
Por otra parte, el desencadenamiento mismo es pensado de una sola ma- la posición de secretario del alienado, que era una posición que Lacan
nera, si ustedes leen “De una cuestión preliminar…”, en el desencade- propuso en el Seminario 3 para el analista. El analista como secretario
namiento de la psicosis se trata de la irrupción de Un-padre en lo real. del alienado impulsando al psicótico a escribir alguna suerte de escrito
Lacan dice ahí que el sujeto entra en oposición simbólica a una pareja –al estilo de las memorias de Schreber– que vendrían a cumplir la fun-
imaginaria y necesita buscar ese lugar tercero, necesita del Nombre del ción de reestablecer el campo de la realidad y de lograr producir una
Padre, no cuenta con él, entonces se encuentra con Un-padre en lo real. metáfora delirante que venga a suplir a la metáfora paterna faltante. Lo
La secuencia es la siguiente: irrupción de Un-padre en lo real, iniciativa que llevó a veces a intentos muy forzados por parte de los practicantes
del Otro, derrumbe de lo imaginario. Lacan decía algo así como: “Bus- del psicoanálisis, de provocar que el sujeto delire cada vez más, para
quen esta configuración cuando se desencadena la psicosis, busquen ver si llegaba a armar la metáfora delirante –cuestión que casi nunca se
ese Un-padre en lo real”. Al punto que años atrás, en Buenos Aires, en lograba y producía gran frustración.
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Además, lo que se verificaba en muchos casos es que mientras más de- otro. Una forma que tiene Lacan de definir al nudo borromeo, es que
liraban, más enloquecían, y más descompensados estaban, entonces no son redondeles que se anudan de no anudarse, porque en realidad no se
necesariamente delirar los curaba o solucionaba algo. Efectivamente, anudan, ni se tocan, sino que están unos enganchados a otros de modo
había un hueco ahí, ya que lo que Lacan había dicho era eso. De ahí la tal que si cortamos uno se sueltan los otros.
importancia de ir a buscar el paradigma Joyce, donde se abre un panora- Por lo tanto, el nudo borromeo de tres no existe. El nudo borromeo de
ma mucho más amplio para pensar el tratamiento de la psicosis. tres sería la estructura si la relación sexual existiera, pero como la rela-
ción sexual no existe, como hay algo que está fallado por estructura en
el ser hablante, siempre hay lapsus del nudo. El nudo borromeo de tres
está fallado siempre, incluso en las neurosis. En este punto encontra-
II. Lo real de la estructura del ser hablante mos una diferencia con el paradigma Schreber, ya que en el paradigma
Joyce el déficit es generalizado. Con el lapsus generalizado del nudo
Ahora vamos a entrar al paradigma Joyce, teniendo en cuenta que en queda en evidencia que estamos todos en déficit, que todos venimos
este paradigma se trata del nudo borromeo, donde los tres registros son con el nudo mal hecho, con lapsus del nudo, ya que el nudo borromeo
equivalentes. Los referentes de este paradigma van a ser los Semina- de tres –que sería si la relación sexual existiera– no existe.
rios 22 y 23, ya que allí Lacan logra una máxima conceptualización del El asunto, y lo que va a hacer la diferencia entre las distintas estructu-
nudo. Si quieren entender bien las cuestiones que vamos a plantear hoy, ras clínicas, es de qué manera se soluciona el lapsus del nudo. A esta
sería muy importante que lean un artículo de Fabián Schejtman que altura para Lacan ya no se trata más de la clínica de la pregunta –como
esclarece mucho la lógica de los nudos, y que es mi punto de partida en en el paradigma anterior, en el que las distintas estructuras clínicas se
todo lo que plantearé a continuación respecto de las psicosis. El artículo diferenciaban por la pregunta–, sino que la clínica diferencial es una
se llama “Acerca de los nudos”. clínica diferencial de la solución. Según qué solución le encuentra el
Voy a plantear lo central de la lógica de los nudos, para poder ubicar sujeto al lapsus del nudo, va a ser neurótico, psicótico o lo que fuere.
después las consecuencias en el campo de las psicosis y el contrapunto Y en esta clínica de la solución, lo que se invierte respecto del paradig-
con el paradigma Schreber. ma Schreber, es que la norma ya no es la neurosis, sino que la norma
A la altura del Seminario 23 Lacan ya llegó a su célebre formulación “la es la psicosis. La estructura es pensada a partir de la psicosis, por eso
relación sexual no existe”, es decir, la inexistencia de la relación sexual. Lacan piensa el nudo a partir del caso Joyce –que él considera como
¿Qué quiere decir la inexistencia de la relación sexual?, quiere decir que una psicosis.
hay algo que no anda en la estructura humana, y eso que no anda está En el punto 2 del capítulo VI del Seminario 23 Lacan hace referencia
ligado al hecho de que somos seres del lenguaje, que hay algo que está a un caso de una presentación de enfermos –este caso fue publicado al
fallado, y eso que está fallado se manifiesta en el campo de la sexuali- final de la edición “pirata” del Seminario 23 con el título “una psicosis
dad. En consecuencia toda su elucubración en relación con los nudos lacaniana”–, donde se trata de un hombre que testimonia de hasta qué
apunta a tratar de explicar algo de eso, algo de lo real de la estructura punto las palabras se le imponen. Lacan comenta en referencia a esta
del ser hablante. presentación: “…el viernes pasado tuve un caso –seguramente de locu-
De la lectura de los últimos seminarios de Lacan podemos concluir ra– que comenzó con el sínthoma palabras impuestas, es al menos así como
que, en el campo del nudo, la cuestión de que la relación sexual no el paciente mismo articula esa cosa que parece lo más sensato en el orden de
existe se manifiesta en el hecho de que en el ser hablante no existe el una articulación que podemos decir ser lacaniana. Y acá viene la pregun-
nudo borromeo de tres. El nudo borromeo de tres es un nudo de tres ta, ¿Cómo es que no sentimos todos que palabras de las que dependemos
redondeles que se anudan de manera tal que si soltamos uno, cualquie- nos son de algún modo impuestas?”. Y de algún modo es esto lo que
ra de ellos, se sueltan los tres, es decir que ninguno está anudado al Lacan va a desplegar. Y plantea entonces que la cuestión es no tanto
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saber por qué este tipo está loco, sino saber por qué un hombre normal
no se da cuenta de que la palabra es una plaga, de que la palabra es
una forma de cáncer de la que el ser humano está afligido. ¿Cómo es
que llegamos a no sentir eso? Lacan invierte la pregunta, cuestionando
cómo es que no somos todos psicóticos, cómo es que no nos damos Ésta es la estructura neurótica: el lap-
cuenta de que las palabras se nos imponen – que es justamente lo que sus estrucural del nudo hace que los
cierta dimensión de la psicosis testimonia. El psicótico está más cerca tres se suelten y la neurosis restablece el
de lo que es realmente la estructura del ser hablante como afectado anudamiento borromeo
por el lenguaje. De este modo se invierte la perspectiva de la neurosis por medio de un cuarto, que es el Nom-
como norma, y se trata más bien de cómo nos las arreglamos los que bre del Padre, que va a venir a anudar
no somos psicóticos, justamente para no percibir todo el tiempo ese borromeanamente los tres registros.
real de la estructura.
La posibilidad de los tres registros y de pensar su anudamiento va a am-
pliar notablemente las posibilidades para pensar las psicosis no desen-
cadenadas, así como los desencadenamientos y las soluciones. Además que vendría a ser el sínthoma padre, cualquiera que cortemos se sueltan
pasamos de lo que a la altura del paradigma Schreber es “la psicosis”, a los cuatro.
la pluralización de las psicosis, es decir, a la posibilidad de pensar dis-
tintos anudamientos según el tipo de psicosis del que se trate. El texto de Schejtman plantea entonces una cuestión fundamental en
A la altura del paradigma Schreber los referentes son el esquema R y la clínica: la diferencia entre las neurosis y las psicosis a la altura del
el esquema I y una teoría de las psicosis que generaliza para todos los Seminario 23 consiste en que las psicosis implican reparaciones del
casos aquello que encontramos en un singular caso de esquizofrenia lapsus del nudo que no son borromeas, de modo que lo propio de la
paranoide. estructura psicótica es que las soluciones no son borromeas, es decir
A la altura del paradigma Joyce tenemos por el contrario distintas po- que el anudamiento que consiguen no hace que al cortar un redondel
sibilidades de anudamiento, que van a dar distintas estructuras psicó- se suelten todos los demás.
ticas posibles.
Hagamos un breve paréntesis para detenernos en cómo considera La-
can a esta altura a las neurosis. En el Seminario 23 Lacan considera que
el lapsus del nudo en la neurosis consiste en que los tres redondeles se III. Pluralización de las psicosis. Los tratamientos posibles
suelten. Lo que Lacan propone es que es un cuarto término, la realidad
psíquica (que en este momento hará equivalente al edipo, es decir al Vamos entonces a la pluralización o la diversidad de las psicosis. En el
nombre del padre) el que vendrá a suplementar el registro de lo simbó- Seminario 23 podemos encontrar claramente distinguidas dos formas
lico anudando borromeanamente a imaginario, simbólico y real. de psicosis, que son la esquizofrenia y la paranoia.
Comenzaré hoy por un planteo mínimo, ya que ya vamos a ir viendo
Es en el capítulo I, punto 3 de la versión establecida del Seminario 23 más detalladamente cómo es el nudo en cada tipo de psicosis, también
que Lacan desarrolla esta versión del nudo neurótico, cuya particula- en distintos momentos de una misma psicosis, y finalmente, qué tipo
ridad consiste en ser borromeo ¿Qué quiere decir borromeo? Quiere de solución encuentran (si es que esto ocurre) en las diferentes clases
decir que si se corta cualquiera de los cuatro redondeles, ya sean los tres cuando vayamos recorriendo los casos que irán siendo presentados.
que se distribuyen entre los tres registros R, S e I, o aquél más oscuro Hoy daré simplemente un esbozo de panorama general, distinguiendo,
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sin desarrollar demasiado, la diversidad de psicosis desde la perspectiva


del paradigma Joyce.
En primer lugar, podemos deducir del Seminario 23 que en la esqui-
zofrenia se suelta el registro imaginario: es el paradigma Joyce, ya que a
partir de los desarrollos de Lacan podemos diagnosticar a Joyce como
un esquizofrénico, teniendo en cuenta –esto es lo que después voy a
desplegar– que la psicosis de Joyce nunca se desencadenó. La que sí Ésta es la solución Joyce, una solución genial,
desencadenó una psicosis fue su hija Lucía. Joyce pudo, mediante una excepcional. Con su ego hace un broche que
maniobra de la que Lacan dará cuenta en el Seminario 23, impedir que impide que se suelte lo imaginario de un modo
el registro imaginario se suelte, logró hacer una fantástica suplencia del muy efectivo.
Nombre del Padre. Pero de todos modos, la estructura nodal –aunque
no desencadenada– es una esquizofrenia.
En la esquizofrenia el lapsus hace que se suelte el imaginario, mientras
que lo simbólico y lo real quedan enganchados, lo ubicamos entonces Ésta es una de las soluciones posibles, y es por eso que son tan diferen-
como interpenetración entre simbólico y real. Esto explicaría las alu- tes las esquizofrenias entre sí. La solución Joyce corrige el lapsus del
cinaciones verbales y todos los fenómenos elementales de las psicosis; nudo en el mismo lugar donde se había producido. El ego corrector
mientras que el soltamiento del imaginario daría cuenta del derrumbe viene a poner un broche en el lugar que se soltó, es una reparación
imaginario. En la psicosis pasa lo que no pasa en las neurosis, en las que sinthomática que consigue retener lo imaginario, sin por ello volver
no hay interpenetración de registros, ya que todos se anudan con todos borromeo el anudamiento.
borromeanamente. Hay algo que es importante tener en cuenta –otra cuestión central del
En el caso de Joyce el soltamiento del imaginario no se produce ya que texto de Schejtman, ya lo voy a desarrollar en más detalle– y es el hecho
él logra evitárselo por medio de una suplencia, de un sínthoma que re- de que no es lo mismo corregir el lapsus del nudo en el mismo lugar
parará el lapsus del nudo. La solución de Joyce del lapsus del nudo es una que se produjo, que corregirlo en otro lado. Si se soluciona en el mismo
reparación sinthomática del mismo. Lo que va a plantear Lacan es que lugar que se produjo el lapsus, yo aventuro por mi parte la hipótesis de
Joyce se hace un Nombre Propio a expensas del Nombre del Padre, se que es más eficaz la solución, de que es un sínthoma más sólido y de que
hace un Nombre Propio a través de su escritura, de su deseo de ser famo- tiene menos efectos secundarios.
so y de ser estudiado por los universitarios. Ésta es una meta para él, no
se trata sólo de escribir. Si bien Schreber también escribe, no lo hace en Pregunta: ¿Cómo se explicaría el síntoma catatónico con esta concep-
el campo de la literatura, su escrito sólo nos interesa a los psicoanalistas, ción de lo imaginario que se desprende?
con lo cual su Nombre Propio se sostiene en su enfermedad misma.
Mientras que Joyce le interesa a muchos, en especial a los estudiosos El síntoma catatónico podría dar cuenta justamente del momento del
de la literatura, que es a quienes iba dirigida su obra. Es así como Joyce desprendimiento de lo imaginario cuando el sujeto no cuenta con nin-
escribió, publicó su obra y se hizo un nombre. Con ese trabajo cons- guna solución. Se trata allí del sujeto totalmente afectado por lo real,
truye un ego que va a darle lustre a su Nombre Propio, a pesar de su totalmente estupefacto, invadido por lo real del lenguaje. La salida del
carencia de Nombre del Padre. Ésta sería entonces la corrección del síntoma catatónico daría cuenta justamente del inicio por parte del sujeto
lapsus del nudo en Joyce, que no es la única corrección posible en la de algún movimiento en la vía de la solución.
esquizofrenia: El otro nudo que encontramos en el Seminario 23 es el de la paranoia.
Este nudo es muy particular, ya que no toma la forma de algo que se
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suelta sino todo lo contrario –y eso es muy clínico–, más bien que hay conceptualizar psicoanalíticamente, plantea que el registro de lo real se va
algo que está demasiado agarrado. por su cuenta, es decir que se suelta el registro de lo real.
Entonces en Lacan el nudo de la paranoia es éste:
I

R S I

R S En el caso de la Srta. B, por ejemplo, Lacan dice que ella es solamente un


vestido, sin ningún cuerpo para poner debajo. Que es un puro semblante
sin ningún real que lo lastre, ya que al soltarse lo real quedan interpene-
trados imaginario y simbólico, lo que hace justamente a la dimensión del
Se trata de un nudo de tres, pero en lugar de tratarse de un anudamien- semblante.Ya tendremos oportunidad de verificarlo en el caso de parafre-
to borromeo –recordemos que el nudo borromeo de tres no existe– en- nia que presentaremos en una de las clases.
contramos una continuidad entre los tres registros. Por otro lado están la melancolía y la manía. Las pongo juntas pero tam-
Pueden encontrar la referencia en el capítulo 3, punto 3 del Seminario bién las distingo. En esta oportunidad, mi texto de referencia es “Televi-
23 donde Lacan dice: “el sujeto anuda de a tres, lo imaginario, lo sim- sión”. Propongo que en ambas se suelta el registro simbólico, quedando
bólico y lo real, sólo que soportado por su continuidad. Lo imaginario, lo interpenetrados real e imaginario. La diferencia que encuentro es en que
simbólico y lo real, son una sola y misma consistencia y es en eso en que en la melancolía, lo real gira sobre lo imaginario, es decir que lo real
consiste la psicosis paranoica”. arrasa sobre lo imaginario; mientras que en la manía lo imaginario arrasa
Si ustedes quieren imaginarse esto, tienen que agarrar tres redondeles y con lo real.
luego coserlos o pegarlos en el punto de cruce. Hay continuidad por- Manía
que al estar pegados en el punto de cruce se puede pasar de un redondel
al otro sin solución de continuidad, lo que no ocurre en las demás
presentaciones del nudo que abordaremos. Esta parece ser la única mo-
dalidad de la estructura que se anuda de tres y no de a cuatro.
Les propondré ahora mi idea de cómo pueden concebirse los nudos de S I R
la parafrenia, de la melancolía y de la manía a partir de ciertas referencias
de Lacan. Se trata de una propuesta mía basada en la lectura de Lacan. Melancolía
Cuando veamos un caso de parafrenia les voy a comentar la referencia que
voy a citar ahora, es del año ’75 aproximadamente. Se trata de una pre-
sentación de enfermos a cargo de Lacan, en la que entrevista a la Srta. B,
que según tengo entendido no está publicada en ningún lugar. Yo cuento
con una versión mecanografiada de la Biblioteca del Centro Descartes. R
S I
De este caso de parafrenia, Lacan dice que psiquiátricamente se podría
diagnosticar como una parafrenia imaginativa. Cuando él lo empieza a
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De modo que dentro de la clínica de la interpenetración entre los registros Es por esto que en las dos últimas clases del seminario vamos a hacer
real e imaginario tendríamos diferencias, ya que no tiene las mismas conse- un contrapunto entre las prepsicosis y lo que yo llamo las psicosis sin-
cuencias clínicas que lo real avasalle la imagen narcisista, que la desintegre thomadas, que son psicosis que lograron realmente resolver el lapsus del
(como ocurre en la melancolía) a que lo imaginario, la imagen inflada y nudo en el lugar donde se produjo, y que de todas formas pueden con-
completa, arrase con todo real. sultar igual. Les doy como ejemplo el caso de una paciente psicótica que
Insisto en que se trata simplemente de un planteo inicial. atiendo hace años, que logró –desde la infancia– solucionar su psicosis
Comenzamos por desplegar la riqueza que nos ofrece la diversidad de con una obesidad y una fobia. Ahora ella consulta justamente por esta
los distintos tipos de psicosis. Dedicaremos ahora un pantallazo a lo que obesidad y esta fobia –que son absolutamente rígidas–, pero de hecho la
ocurre con las psicosis no desencadenadas, y también con la diversidad misma obesidad y la misma fobia son las que la sostienen. En este caso
de desencadenamientos, soluciones y tratamientos posibles que se abren es posible trabajar sobre las identificaciones –y le viene muy bien porque
con el paradigma Joyce. puede de algún modo poner cierto límite a una especie de empuje que
Comenzaremos por las psicosis no desencadenadas. hace que cada vez coma más o que cada vez pueda salir menos de su
A la altura del paradigma Schreber la psicosis no desencadenada es la casa–, sin que se desencadene nada, al contrario, ya que ella está muy
llamada prepsicosis, que es una compensación imaginaria del edipo au- bien sostenida en esas dos patas que son su fobia y su obesidad.
sente. Como decíamos anteriormente, se trata de una psicosis que está La otra cuestión es el desencadenamiento. Desde la perspectiva del pa-
sostenida con alfileres. Por lo que si en el trabajo analítico se hacen radigma Schreber, cada vez que se desencadena una psicosis hay una
caer las identificaciones, la estructura, que está sostenida únicamente irrupción de Un-padre en lo real, hay una catástrofe en lo imaginario, y
en ellas, se desencadena. esto tiene que ser algo muy franco, algo muy evidente. Esto llevó a que
Con esta nueva concepción de la estructura se abre muchísimo el campo, en Buenos Aires pasara que muchos casos de psicosis fueran considera-
ya que a la altura del paradigma Joyce es posible plantear que las psicosis dos neuróticos ya que no era posible detectar este desencadenamiento
no desencadenadas sostenidas en identificaciones imaginarias, serían sólo franco, descripto en “De una cuestión preliminar...”, ya que no se en-
una de las tantas soluciones posibles al lapsus psicótico del nudo. Esto contraba ese Un-padre en lo real, no se encontraba esa catástrofe en lo
abre a una clínica diferencial de las psicosis no desencadenadas, ya que no imaginario. Éste es un problema que fue muy trabajado en el campo
es lo mismo que nos llegue a análisis un sujeto cuya psicosis no está des- freudiano, dando lugar al texto “La psicosis ordinaria”.
encadenada, pero que solamente cuenta con identificaciones imaginarias Desde la perspectiva borromea una psicosis puede no necesariamente
para no desencadenarse, que otro sujeto que cuenta con otras soluciones tener un desencadenamiento tan evidente. Se abre la perspectiva clíni-
–que también le traen problemas y es por eso que viene al análisis–, solu- ca, lo que obliga a una rigurosidad mayor a la hora de hacer el diag-
ciones que no son identificaciones imaginarias. Es distinto el tratamiento nóstico diferencial, ya que muchos casos que aparentemente son casos
posible en cada caso, es distinta la forma en que se puede intervenir y de neurosis desde el paradigma Schreber, desde el paradigma Joyce se
tampoco se trata del mismo riesgo de desencadenamiento. verifican como psicosis.
Esto abre, por ejemplo, la perspectiva de estar tratando psicoanalítica- Tengamos en cuenta por otra parte que la forma de derrumbe de lo
mente a una psicosis no desencadenada creyendo que es una neurosis imaginario es sólo propia del desencadenamiento esquizofrénico, pero
(lo cual es más que posible que ocurra dada la extrema dificultad que que en otros tipos de desencadenamiento –como el parafrénico, el ma-
plantea el diagnóstico diferencial entre neurosis y psicosis no desen- níaco, o el melancólico– no solemos encontrar esos fenómenos elemen-
cadenada) y que la estructura sin embargo no se desencadene. Ya que tales que Lacan describe con tanta precisión en el Seminario 3, ya que
quizás la solución conseguida por este sujeto no es el “como si”, no son lo que se suelta en esos otros tipos clínicos es otro registro.
las identificaciones imaginarias (o al menos, no solamente), con lo que Luego está la cuestión de la solución. La metáfora delirante pasa a ser una
quizás pueda servirse del discurso analítico. solución excepcional, al alcance de muy pocos y no de las más eficaces.
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Digo al alcance de muy pocos porque si ustedes toman en cuenta todo Bibliografía
el trabajo de años que le llevó a Schreber poder llegar a una metáfora
delirante y lo comparan con los resultados del trabajo (que muchas veces 1. J. Lacan, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
no quieren tomarse) de los pacientes psicóticos que escuchan habitual- la psicosis”, en Escritos 2. Ed. Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
mente, coincidirán conmigo en que es una solución por demás rara. Pero 2. J. Lacan, El Seminario, Libro 3, Las Psicosis. Ed. Paidós, Buenos Ai-
además de ser una solución excepcional es poco eficaz, ya que es una res, 1984. Caps. XII y XIII.
solución imaginario-simbólica que no toca lo real. De hecho en Schreber 3. Ibid 1, página 535.
mismo, en el momento de solución de su delirio, en el momento final 4. J. Lacan, Seminario 22. Inédito.
del delirio, necesita recurrir a una práctica travestista diaria para poder 5. J. Lacan, El Seminario, Libro 23, El sinthome. Ed. Paidós, Buenos
de algún modo integrar lo real de su cuerpo a esa solución delirante. Y Aires 2006.
eso es lo que demuestra que lo real queda por fuera de la solución: el 6. F. Schejtman, “Acerca de los nudos”, en Las dos clínicas de Lacan. Ed.
hecho de que todos los días tenga que trabajar su cuerpo frente al espejo, Tres Haches. Buenos Aires, 2000.
vistiéndose de mujer. 7. Ibíd. 5, página 93.
Desde el paradigma Joyce no se trata entonces de apuntar a construir la 8. Ibíd. 5, página 53.
metáfora delirante, no se va a tratar de ayudar a delirar al paciente. Si 9. J. Lacan “Televisión”, en Radiofonía y Televisión, Editorial Anagra-
el paciente delira por su cuenta, que lo haga, pero la orientación no es ma. Pág.107. Barcelona, 1997.
alentar ni mucho menos forzar ese tipo de solución. Con la perspectiva 10. J. A.-Miller y otros, La psicosis ordinaria. Ed. Paidós- Icba. Buenos
borromea se abren como posibles otros recursos, quizás más eficaces, Aires, 2003
que no estaban a la altura del paradigma Schreber. Es así como va a
haber muchas soluciones posibles, que van a hacer justamente que el
tratamiento posible de la psicosis también se diversifique. Podemos ha-
blar entonces de “los tratamientos posibles”.
Va a ser muy distinto el tratamiento de un psicótico a otro, según de
qué tipo de psicosis se trate, de qué registro se haya soltado. No es lo
mismo cómo se va a abordar a un sujeto que se encuentra ante la tarea
de reconstituir el lazo imaginario, que si se trata de que reconstituya el
lazo con lo real, ya que por otra parte la vía de entrada a la estructura
no es la misma.
Por ejemplo: si a un sujeto se le soltó lo simbólico, no vamos a poder
entrar por lo simbólico –no contamos con ese registro–, vamos a tener
que entrar seguramente por lo imaginario, entonces vamos a tener que
tener intervenciones por el lado del sentido, por el lado de la consistencia,
etc. Pero si a alguien se le suelta el imaginario, entonces sí vamos a poder
entrar por lo simbólico, por la escritura, por la letra, etc.
Con lo que se abre muchísimo la perspectiva de los tratamientos posibles.
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4. Un caso de manía / Perdida en el amor

I. Perdida en el amor

Hoy está con nosotros la Lic. Karina Millas. Es miembro de la EOL1, ade-
más está en varias instituciones. Nos va a presentar un caso de manía.
K. Millas: L consulta a la red asistencial de la escuela a través de una ami-
ga. Tiene cuarenta y ocho años. Rápidamente me informa que en el año
‘92 fue internada en una clínica privada, debido a una crisis de excitación
psicomotriz, de la cual sale con el diagnóstico de bipolar –palabra que la
atormenta y angustia.
Estuvo diez años bien luego de este episodio, y de pronto, siente que todo nue-
vamente se desencadena: la tristeza, la cama y la excitación por las noches.
Fecha cuidadosamente que el 30 de abril –un mes y medio antes de la con-
sulta que me hace– tiene una relación con un hombre que según sus pala-
bras: “colmó todas mis expectativas, pero me plantó mal”. Este hombre era
marino y amoroso con ella. Convivieron dos meses, luego de los cuales él la
deja porque no quería depender de nadie, y sin más explicaciones se fue.
“No quiero estar sola, me había hecho muchas expectativas, soy como las
mujeres que aman demasiado. Me meto en la vida del otro y me olvido de
mí. Pierdo mi independencia. Siempre fui dadora, nunca me había encon-
trado con alguien dador. No tengo explicación para lo que pasó.”
En esta ruptura comienza a conectarse a una red telefónica para hablar
con hombres durante la noche: “Eso me hace bien, yo busco protección”. Los

1. Escuela de la Orientación Lacaniana.


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llamados ininterrumpidos hasta altas horas de la noche se convierten, en que ser una madre, que cocine, que lo cuide. Por lo general él se aísla, no
algunas oportunidades, en encuentros ocasionales que la entusiasman y la puede verme enferma.”
sacan de la cama. “Ellos me activan, me llenan de energía”. Al terminar esta relación una nueva pareja vuelve a llenar la ilusión del
En el momento de la consulta se encuentra medicada y con licencia en su compañero perfecto. Según ella, el padre de su hijo sabotea esa relación, hizo
trabajo. Es profesional y trabaja en una auditoría, trabajo que realiza con todo lo posible para arruinarla, metiéndose en el medio y usando a su hijo. Y
gran dificultad ya que a veces debe relacionarse con pacientes psiquiátricos es en la ruptura de esta relación que sobreviene el desencadenamiento.
que le recuerdan su estado y la internación: “Yo me siento enferma, la bi- En el primer tiempo de entrevistas se produce su regreso al trabajo, un
polaridad no me la banco, quiero una cosa más estable”. notable cambio de humor, y cierto alivio por la aparición de un proyecto:
Refiere que realiza un gran esfuerzo para tratar de disimular delante de su quiere volver a estudiar, esta vez, antropología. “Creo que me va a permitir
jefa la sensación de verse reflejada en lo que le pasa a los enfermos. una independencia de los hombres, tener la cabeza en otra cosa, salir de esa
“Lo que siento es que no tengo red, mis amigas son todas casadas, yo necesito posición de regalo”.
que me contengan, tener ese calorcito humano.” Es evidente que el llamado En una oportunidad llega a la sesión y rápidamente refiere: “Quiero venir
a la red asistencial tenía de entrada la particularidad de incluir el signifi- otra vez más por semana, pensé en pedir horas extras para poder pagarlo”.
cante red, cuya significación se vinculaba –para ella– al hecho de sentirse Ella está muy preocupada por el dinero ya que se encuentra endeudada
acompañada y protegida. con su tarjeta de crédito, deuda hecha por la novia de su hijo al ofrecerle
Describe muy reticente el momento del desencadenamiento, coincidente una extensión. En relación a este punto le planteo que puede ser pero que
con la ruptura de una pareja que en aquel momento la llenó de ilusiones. vamos viendo, eso significaba que antes de tener esa sesión, primero nos
“Empecé a salir de noche, no dormía, prácticamente no comía, fumaba sin comunicábamos por teléfono para ver si era necesaria o no. Ella acepta
parar. Sentía que los semáforos tenían un imán, que cuando los miraba y definitivamente los llamados telefónicos iban acotando el tiempo entre
se ponían en verde. Sin parar escuchaba todo el tiempo discursos políticos sesión y sesión, pero no aumentaba la cantidad en la serie. En general lo
sobre el país y sus problemas. Cruzaba la calle sin detenerme, y más de una hacía por las noches, momento de mayor ansiedad. En ella contaba lo que
vez casi me atropella el tránsito.” había hecho en el día y sus proyectos para la noche.
Este deambular sin límite culmina en la internación –de la que no tiene A partir de esta maniobra surge en las sesiones, cada vez de manera más
buenos recuerdos–, luego de la cual rearma la relación con su trabajo. Estuvo precisa, el profundo malestar de sentirse en dos extremos; o muy deprimida
bien durante diez años, siempre medicada y en tratamiento psiquiátrico. y sin fuerza; o muy excitada y eufórica.
A lo largo de las entrevistas va contando su historia: es la hija menor, su En una sesión, llega quejándose del aumento de la dosis en la medicación
madre sufrió de cáncer de mama –una enfermedad que duró mucho tiem- indicada por el psiquiatra, luego de lo cual refiere: “… no tengo el eje en
po– desde que ella tenía diez años. “No me pudo dar mucha bola, siempre mí, todo está en el afuera, busco placeres y después me excedo”. Y en relación
estaba ocupándose de sus tratamientos médicos y de las operaciones. Mi a los hombres dice: “… entrego toda la carne al asador, voy muy rápido, no
padre era muy afectuoso conmigo, me hacía la vida fácil, me daba todo, soy histérica, soy así, es mi esencia entregarlo todo”. Ante lo cual intervengo
siempre decía que se me iban a abrir todas las puertas. Yo me parezco a él, diciéndole: “Falta la dosis”. Ella asintiendo dice: “Es todo o nada, no puedo
siempre buscando placer”. otra cosa, yo peleo por ser sana”.
Se casa a los veinticinco años con un hombre al que la unía la militancia A la sesión siguiente trae un sueño cuyo relato lo hace sin mi pedido: el
política y los ideales de justicia. Se separa a los once meses al enamorarse ex-marido cobra una herencia y ella se preocupa por que todos reciban lo
perdidamente de un hombre que dirige su vida. Accede al pedido de él y mismo, que el dinero esté repartido por igual. Ella dice que ese sueño le
tiene un hijo, actualmente de veintitrés años que vive con ella. recuerda a su sentido de justicia, su pasado al que llama revolucionaria
En referencia al hijo dice: “Siempre fue una carga para mí, nunca pude de café.
disfrutarlo a pleno, siempre siento culpa de no ocuparme de él como tiene Cuenta que esa semana se sentó por primera vez en mucho tiempo con su
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hijo, y pudieron charlar de los proyectos que tienen para el futuro. Refiere con una pareja. De modo que en ambas oportunidades lo que la desen-
que se sintió cómoda hablándole, luego sintió ganas de cocinarle, y que por cadena es la pérdida de un objeto de amor.
un momento se sintió sana. Podríamos desarrollar –según lo que plantea Karina al final de su relato
Pero comienza a cuestionar su relación con la red telefónica. “Tengo que acerca de que en realidad se trata de un vacío, de un agujero del cual
cortar con la línea, estoy adicta. Después del trabajo siento una ansiedad ella trata de salir con la excitación maníaca–, que ese agujero es el que
oral que empiezo a hablar por teléfono y no puedo parar. Me siento in- le dejan los hombres tras las rupturas, y lo que parece imposible de
completa sin un hombre”. Uno de los llamados terminó en el encuentro soportar, de enfrentar para L, es el agujero que deja el objeto de amor
con un hombre, con el que estuvo quince horas, faltando al trabajo por no al ser perdido.
haber podido dormir, y dice: “tuvo la mejor idea que se le puede ocurrir a De este modo el problema de L es con el objeto perdido, su dificultad
un hombre, raptarme, ponerme la soga al cuello”. Luego se despidieron, y para soportar esa pérdida, para enfrentarse con ese agujero que deja el
nuevamente el vacío. objeto tras de sí. Y en cuanto a lo que L comenta en el primer encuen-
Puede ubicarse entonces, que es en el terreno del amor donde se desencadena tro con Karina: “Soy como las mujeres que aman demasiado, me meto en
la locura, y en cuyos efectos hicieron escuchar el retorno de lo real del discurso la vida del otro y me olvido de mí, pierdo mi independencia”, se trata de
político, o el verde de los semáforos que la deja en un deambuleo sin límite. una frase que testimonia de hasta qué punto ella se pierde en el otro.
Sin embargo, y perdida en la relación con los hombres, es restitutivo –de Al final de la última clase dejé dibujados distintos nudos posibles para
perderse de otro modo– el encuentro con el vacío del que solo encuentra el abordar los diferentes tipos de psicosis, y había dejado planteada la hipó-
recurso de la excitación como salida. tesis de que en los casos de manía y melancolía el registro que se suelta
En una de sus últimas sesiones viene con una novedad: “La corté con la red es el registro simbólico.
telefónica, unos llamados obscenos me terminaron de decidir”. En relación
a este punto se le ocurrió pertenecer a un grupo de “solos y solas”, que se
reúnen los sábados a la noche con algún evento cultural mediante. “Lo creo
mejor”, refiere de su decisión.
Se tratará de ir hacia el sábado en ese nuevo acotamiento de la voz.

II. La pérdida imposible



Se trata de una paciente que viene en un segundo desencadenamiento.
Ya diez años antes, ella había tenido un desencadenamiento previo que
la había llevado a una internación. En esa oportunidad se trataba de R
una crisis de excitación psicomotriz, y había salido con el diagnóstico I
de bipolar. Diez años después es cuando llega a Karina.
La paciente está medicada, con tratamiento psiquiátrico y lo que le
pasa es que siente que todo nuevamente se desencadena: la tristeza, la Se suelta el registro simbólico y hay una interpenetración entre real e
cama y la excitación por las noches. imaginario.
Lo que va a plantear L es que tanto en esta oportunidad como en el En este caso, L oscila entre esa tristeza que la deja en la cama y esa ex-
primer desencadenamiento de su psicosis, estuvo en juego la ruptura citación maníaca que la lleva a no poder parar.
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Así podríamos señalar que esto que le pasa con su pareja, de algún cierta estabilización en la vida, yo creo que el discurso político le sirvió de
modo reproduce o intenta tratar esta cuestión. Ella en su posición me- artificio para no encontrarse con ese vacío radical –que comentaba Nieves–,
lancólica queda como un objeto a sin el velo del narcisismo; y entonces ese vacío nombrado como pérdida, dando a su vez muestras de la posición
lo que hace es infiltrarse en la vida de un hombre para poder encontrar melancólica en algún momento.
allí algo que le funcione como algún tipo de velo narcisista. Podría de- Pero hay presencias y presencias, compañeros y compañeros. Compañeros que
cir que ésa es la operación que ella hace con los hombres. le permiten a ella mantenerse en un nivel de cierta regulación del goce y otros
que tienen la característica de ser intrusivos –como el padre de su hijo.
a i( )
Lo que queda en evidencia es que ella se encuentra con un agujero en
esta segunda ruptura. Es lo que la lleva al tratamiento con Karina, y
hay algo enigmático en ese agujero, algo acerca de lo que ella no tiene
Tratar de quedar envuelta por la vida de él, de introducirse acá, (dentro explicación.
del paréntesis) con él. Asimismo, el relato da cuenta de cómo rápidamente recurre al objeto
Intenta unificarse con él para poder de algún modo recubrir ese ser de voz como un modo de tratar ese agujero. Ya que inmediatamente ella
desecho –que ella por su posición melancólica experimenta– con la empieza a conectarse con esta red telefónica para hablar con hombres
vida del otro. Y de alguna manera, la marca de lo que a ella le pasa es durante la noche. Dice: “Eso me hace bien, yo busco protección”. Esa
encontrarse con un agujero, es de lo que dice que no tiene explicacio- red le provee la voz masculina, que funciona rearmando algo de ese
nes: hay algo enigmático en esta pérdida del objeto. narcisismo perdido junto con el partenaire, y que de alguna manera
Te quería preguntar, Karina –porque no queda demasiado claro en el la revitaliza –aunque parece que no por mucho tiempo, llenándola de
relato– cómo se produjeron las rupturas anteriores. Queda explicado energía, activándola.
con el marido, en este caso ella se enamora de otro y lo deja. Pero des- Otra cuestión que me parece importante señalar es que como siempre
pués, aquel otro del cual ella se enamora, con el que tiene un hijo, que –si bien no nos vamos a detener hoy en la melancolía–, si hay manía
comandaba su vida y demás, no queda muy claro cómo se produce la hay melancolía de fondo.
ruptura de esa pareja. También quisiera dejar situada la prevalencia del objeto voz en la clínica
de la melancolía. Si hay algo que está presente sin mediación en la me-
K. Millas: Uno podría pensar que en realidad el marido era para ella un par- lancolía es el superyó, como una voz que manda a gozar. En ese sentido,
tenaire imaginario que la sostenía, durante los años donde la cuestión política uno podría decir que el recurso a la voz es algo así como lo que tiene “a
tenía su eficacia. Y este hombre le venía a servir como un compañero, como un mano”, eso que le viene del Otro, de modo que ella hace una torsión
a’ donde ella se sostenía. con lo que le viene del Otro a través de algún movimiento o de alguna
Lo verdaderamente intrusivo es la presencia de este otro hombre del que se práctica con la voz, que le permite soportar esa intrusión superyoica.
enamora, que se mete en su vida, se la ordena, quiere un hijo, etc. Y luego
cuando ella intenta ponerse a un costado y volver a lograr una relación
con otro compañero, que la vuelva a estabilizar, este hombre rompe con
esa relación. Allí ella comienza con toda esa especie de excitación –donde III. La excitación maníaca
no puede parar–, más la presencia de todos los fenómenos elementales que
eran abundantes, y que terminan en la internación y en la medicación por Vayamos al relato del primer desencadenamiento de su psicosis. En esa
primera vez. oportunidad se trataba también de la ruptura de una pareja que la había
Se trata de una paciente que tiene treinta y ocho años, que había logrado llenado de ilusiones. En este caso la cuestión de la ilusión no es menor,
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se ve la importancia que tiene la ilusión en la manía. Están la cuestión Podríamos decir que en toda psicosis hay un rechazo del inconsciente,
de la ilusión y la ruptura. en el sentido de que todo psicótico está desabonado del mismo, no
Entonces se manifiesta el desencadenamiento: empieza a salir de no- cuenta con ese cuarto término. Pero la particularidad de la manía y la
che, prácticamente no duerme, no come, fuma sin parar, siente que los melancolía –que va a plantear Lacan en Televisión–, es que justamente
semáforos tienen un imán que cuando los mira se ponen verdes. En eso que se rechaza, que es el inconsciente, es el lenguaje también, es lo
principio está la crisis maníaca: esa excitación corporal que rompe in- simbólico mismo; y en ese sentido hay una pobreza simbólica, tanto en
cluso con los ciclos vitales (no dormir, no comer, etc.) y luego, está esa la melancolía como en la manía.
ausencia de límites, los semáforos están siempre verdes y ella no puede
parar, incluso una vez casi la pisa un auto. K. Millas: Se ve en el delirio del melancólico que es un delirio pobre, que
se regodea en la culpa, en la indignidad, en el que el sujeto siempre está
K. Millas: Es interesante, porque mientras vos hablabas me acordaba de la metido y no trae nuevos elementos. Siempre el objeto culposo es él o ella, y
reticencia que ella tenía para hablar del desencadenamiento. Le resultaba no hay mucha elaboración delirante más que rodeando eso. En la manía
realmente muy difícil, era una reticencia real, no neurótica del estilo “no porque es difícil localizar al sujeto. Cuando el sujeto está en plena crisis
quiero contarlo porque no me animo”, sino más bien una reticencia en maníaca gracias si lo sentás a la silla, realmente a veces no se puede ni
cuanto a que hablar de eso era enfrentar eso. La palabra no le servía como dialogar.
distancia con el fenómeno.
Aunque tengamos un paciente que venga con el diagnóstico de bipolar, que Es entonces en aquel primer desencadenamiento, que había ocurrido
esté medicado como psicótico y demás, de todos modos, es muy importante sin medicación –porque en este último desencadenamiento, cuando
la reconstrucción de lo que es el desencadenamiento, porque es como una consulta con Karina, ahí sí ya estaba medicada–, que además de la crisis
brújula que nos indica por dónde va la lógica del caso, nos da un elemento de excitación podemos señalar que también ya hay un recurso a la voz,
precioso para poder construir después la lógica de ese tratamiento. pero en lo real. Porque ella escuchaba todo el tiempo discursos polí-
ticos sobre el país y sus problemas. Ahí podemos ubicar el fenómeno
Por otra parte, hay manifestaciones de la estructura que la medicación elemental de la alucinación verbal: la voz. Pero digo que era un recurso
neutraliza, hay muchos fenómenos elementales que después no se vuel- –como en el segundo desencadenamiento el recurso es hablar con la red
ven a encontrar. telefónica–, porque es una voz que hablaba de sus ideales, hablaba de
los discursos políticos referidos al país y sus problemas. Recuerden que
K. Millas: Pero la reticencia con que le costaba poder hablar del desencade- ella se define como una revolucionaria de café, y había armado todo su
namiento también es un indicador de su rechazo a saber en relación con eso. primer matrimonio en función de esos ideales. De modo que el hecho
Un paciente neurótico hablaría, por ejemplo, de su ataque de pánico con de que la voz hablara de eso ya es restitutivo, ya es un intento de tratar,
cierta necesidad de entender, de poder saber cuál es la causa, a qué respon- de alguna manera, ese agujero con el que se había encontrado ante la
de, y por supuesto, deposita el saber en quien consulta. Es el fenómeno del ausencia de su pareja.
encuentro neurótico con el análisis. Pero en L no había ningún intento de Luego está la cuestión de la historia de L, de las coordenadas de su
saber, al contrario, saber provocaba cierta intriga que a ella la ubicaba posición, donde lo que queda bastante claro es que ella fue dejada
en la posición de sentirse nuevamente objeto de los fenómenos a los cuales caer por el Otro materno, una madre que no le prestaba atención, que
desestimaba. Sin poder buscar ningún saber acerca de eso ni de su posición estaba siempre preocupada por hacer sus cosas. Así podemos decir
–la de ser tomada por los fenómenos–, como modo de ubicar el rechazo al que ya en este dejar caer materno ella queda ubicada como un resto,
inconsciente. Lacan describe para los dos –manía y melancolía– el rechazo como un deshecho, donde podemos situar la posición melancólica
del saber inconsciente, rechazo del inconsciente como saber. más profunda de L.
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A su vez está la cuestión del padre. Ella lo define como muy afectuoso, Pregunta: Pero, ¿quedó en un proyecto o comenzó a estudiar?
que le hacía la vida fácil, que le daba todo, que le decía que se le iban a
abrir todas las puertas. L comenta que se parece a él, siempre buscando K. Millas: Sí, empezó a estudiar, pero de manera libre.
el placer. Podemos relacionar esto que decía el padre con esta experien-
cia que ella tiene en la excitación maníaca de sentir que los semáforos L ubica en el estudio cierta posibilidad de independencia respecto de
siempre están verdes, que siempre dan paso: twenty four hours open. los hombres, recordemos que decía que no era independiente y que se
En este sentido, la posición del padre al quedar en disyunción con la metía en la vida de los hombres. En esas relaciones ella quedaba ubica-
función paterna, parece orientarla –a esta paciente que queda como da en el plano puramente imaginario, intentando armarse un narcisis-
caída, como resto del Otro materno– al goce maníaco al decirle que se mo, lo que la dejaba totalmente a expensas del otro. Es así que cuando
le van a abrir todas las puertas, hacerle la vida fácil, etc. Es así como ella hay una ruptura, cuando ese otro deja de estar, ella se desencadena, y
no cuenta con la función simbólica del padre, pero sí con este empuje se encuentra con un agujero imposible de enfrentar. En este caso del
a un sin límite en la búsqueda de placer –que es lo que ella vive en los estudio el ideal funcionaría como un tercero, como algo que quedaría
momentos de excitación maníaca. mas allá de la relación con un hombre, y en ese sentido es interesante
La función paterna consiste justamente en cerrar alguna puerta para cómo se propone como un regulador para ella, como algo que podría
que el sujeto pueda abrirla, llegado el momento, para salir al mundo; darle cierta independencia.
y también para que el sujeto pueda cerrarla cuando tenga que hacerlo, También está la cuestión de la red y de las mejorías tan rápidas, que
cuando tenga que decirle que no a alguna invasión de goce. Pero no- creo tienen que ver no solamente con el encuentro con el analista y
toriamente encontramos en la posición del padre un mandato al goce, sus intervenciones, sino también con la eficacia –como ya señaló Ka-
en contraposición con lo que es la función paterna, que es más bien la rina– de este significante red. Ya que ella venía buscando una red en
función del no, del límite. la red telefónica, y además diciendo: necesito una red. Está la cuestión
que a veces se plantea –quizás en este seminario tengamos la oportu-
K. Millas: Esta paciente nos trae una versión de la función paterna como nidad de plantearlo en más de un caso– de la red en la psicosis. Y en
ordenador del tránsito, y como no funciona, lo que queda es un tránsito el caso de L, está Karina como analista y también está el psiquiatra, de
caótico y sin límites, donde ella queda arrojada al tránsito como puro modo que hay más de un referente más allá de la persona del analista.
desecho. Puede tratarse de una institución –en este caso la red asistencial–, que
arma algo de ese espacio topológico que está todo el tiempo a punto
Esta falla en la función paterna se verifica también en cómo L llega de desarmarse.
a esta primera ruptura en la que se hace presente un Otro gozador, L es alojada en una red, y podríamos indicar que hay cierto efecto de
encarnado en el padre de su hijo, que irrumpe desarmando esa pareja puerta, que poder encontrar un lugar en la red cierra alguna puerta, y
a-a` en la que ella se sostenía. Ese hombre como ese tercero que ubica permite que algunas cosas se encuentren en su lugar, que pueda volver
Lacan en “De una cuestión preliminar…”, como Un-padre en lo real a trabajar, que pueda empezar a estudiar.
que la desencadena.
Lo que a su vez es interesante, es cómo al poco tiempo de empezar el
tratamiento, ella puede volver al trabajo, hay un cambio en el humor; y
también ese alivio por la aparición de ese proyecto de estudiar antropo- IV. El deseo del analista como dosis
logía. Digamos que retoma un poco estos ideales de política, se vuelve a
conectar por la vía del Ideal. Uno podría decir que también rápidamente la cuestión maníaca toma
la transferencia, cuando le hace el planteo a Karina de venir más, de
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pedir horas extras para poder pagarlo. Me parece que ahí, cuando vos está en el afuera, ella es un resto y el afuera es todo. Propongo ubicar ahí la
intervenís diciéndole que puede ser, que lo van a ir viendo, es porque lógica de cómo opera el sujeto con estos dos registros con los que cuenta,
justamente escuchás que hay algo que va del lado del empuje al goce, que son imaginario y real, ya que el registro con el que no cuenta –que es
que en esta demanda de más sesiones hay algo de ese sin límite, algo de el que se ha soltado– es el simbólico. Ella es un resto, entonces está ubicada
esa puerta que no se cierra nunca. Considero crucial tu intervención como resto acá –en el registro de lo real–, y se dirige al imaginario para
de manifestarle que no, ya que introducís un límite introduciendo la cubrirse con ese velo, y lo encuentra. Pero al no haber mediación simbólica,
lógica de la puerta. el real retorna. Es un exceso de imaginario, es la ilusión maníaca.

K. Millas: En realidad, son las primeras intervenciones que dan forma a


la posibilidad de hacer un tratamiento con psicóticos, hay ciertas inter-
venciones de entrada que generan las condiciones para que se pueda seguir S
hablando. El psicótico todo el tiempo convoca a que sea uno el que llene Lapsus
un vacío, bajo la forma de, por ejemplo, un imperativo. Se le podría haber
S
contestado: sí, sí, venga todos los días, porque el pedido de ella es que ese
vacío se llene con sesiones; y uno puede caer en la idea de que eso es posible,
y no sabe que cuando se llena ese lugar en la transferencia lo que sobreviene
es encarnar la erotomanía, ese vacío se encarna en una persona, entonces
ya no hay ningún tipo de demanda, ni ninguna posibilidad de seguir ha-
blando. Es decir, ese pedido de ella es un momento crucial, pero tampoco
era decirle que no, porque ese no, no sería un no que regule. R I R I

Hay casos en los que uno puede atender todos los días a un psicótico
sin que eso suceda. En este caso estaba la cuestión, además, de que Esto sería el registro imaginario que arrasa sobre lo real y lo infla. Y
ella iba a pedir horas extras, y que estaba endeudada. Se abría también me parece que la ilusión es un poco eso, es el globo que de tanto que
una especie de agujero en el plano del dinero, un agujero que iba a ser se infla explota. Es un poco ésa la imagen de cuando lo imaginario es
después imposible parar. convocado a cubrir lo real.

K. Millas: Sí, toma la forma del pedido de sesiones, pero en verdad la lógica K. Millas: Era muy particular, ella llegaba a la sesión y era automático: se
es llenar ese punto de vacío. Y éste es el momento difícil del trabajo con el prendía un cigarrillo, lo fumaba y con el mismo prendía el otro, lo fuma-
psicótico, y lo fue en este caso, porque es un pedido de respuesta, pero ¿de qué ba, y entonces un día llegó un momento en que terminé la sesión y le dije:
modo, para no encarnar ese lugar? bueno, por hoy…, y fue muy gracioso porque ella me dice: “Bueno, mejor,
porque ya no daba más”. Ella no puede regular su goce, y menos mal que le
A su vez hay otra cuestión en ese profundo malestar de L de sentirse entre dije encontrémonos la próxima, porque ella en eso no podía parar.
esos dos extremos: el melancólico, o el maníaco. Y hay una frase que trae Estas son cuestiones que les marco para ir viendo el detalle de cómo se puede
ella: “…no tengo el eje en mí, todo está en el afuera, busco placeres y después me ver esta cuestión donde ella queda arrojada a un goce desregulado, a un
excedo”. No tener el eje en ella ubica claramente una topología distinta de la goce en exceso, sin que pueda ponerle a eso ningún freno.
división subjetiva, del sujeto barrado, que es un sujeto que tiene el eje en sí Además, se ve la necesidad del límite ortopédico que le venga del otro como modo
mismo, pero que a su vez está dividido por ese eje. En cambio en ella todo de ponerle fin a eso que funcionaba de manera automática, y así hay muchos
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ejemplos. Incluso, cómo ella describe el quedar escuchando las conversaciones una desviación, y entonces ella puede soñar con la necesidad de una
telefónicas con los hombres, lo hacía muy gracioso, me decía:” ay no sabés, me regulación en lugar de buscarla con el cuerpo.
dijo así o asá, hablé con uno que me decía tal cosa, me invitó a tal lugar, etc.”,
pero después, el tono iba tomando una dimensión donde ella no podía parar, ni K. Millas: Sí, además es interesante poder ubicar en el caso, cómo a partir
de escuchar ni de hablar, era como una conversación que no tenía corte. de una intervención –que fue una intervención ajustada a eso puntual que
traía–, surge la respuesta del sueño, porque además lo que muestra es que
Se encontraría con otro maníaco. hay un significante que empieza a funcionar con cierta eficacia, si bien es
una eficacia no del mismo modo que en la neurosis.
K. Millas: Sí, tal vez, pero ahí se ve también eso que funcionaba automá- Sabemos que en toda psicosis, aparece bien claramente la ruptura de la ca-
ticamente. No podía parar de escuchar, es más, se la pasaba toda la noche dena significante, patente en esta cuestión de no poder parar de la manía, o
hablando con distintos tipos, salía uno y entraba el otro, y así. Pero después, en la cuestión del goce sobre el sujeto en la melancolía. Se ve la ruptura del
toma otra dimensión cuando dice: ”paré porque escuché obscenidades”, y encadenamiento significante, y el significante no pudiendo alcanzar –como
ahí ya es interesante porque ella ya estaba en tratamiento, y hay algo que decía Nieves– ninguna eficacia por sobre ese goce en exceso.
evidentemente comienza a poder ser regulado. Sin embargo, se puede ver bien que hay algunos significantes que sí pueden
funcionar –a veces de manera momentánea u otras veces de manera más du-
Y lo que me parece esencial –que va en la misma línea de la intervención radera–, que hagan alguna incidencia o sean intermediarios en esa posición
que tiene Karina cuando L le pide más sesiones–, es cuando L dice: voy entre ese sujeto y el goce. Es decir, que algún significante puede servir –en este
muy rápido, soy así, es mi esencia entregarlo todo. Además le había au- caso dosis, dando lugar a cierta eficacia por sobre lo que no tiene regulación
mentado la dosis el psiquiatra y Karina le dice: falta la dosis. por estructura.
Es interesante cómo a partir de esa intervención, la paciente trae un
sueño a la sesión siguiente: el ex-marido cobra una herencia y ella se
preocupa por que todos reciban lo mismo. Es decir, se hace presente
la distribución por la regulación del goce, justamente cuando falta V. El nudo de L
la ley paterna que sería la que ordena la distribución del goce. Este
sueño está mostrando claramente la necesidad de una regulación, de Justamente el significante dosis encarna la regulación misma. Y lo inte-
una instancia reguladora, que es lo que encarna Karina cuando le dice resante es que junto con ese sueño, lo que L trae en la sesión posterior
“falta la dosis”. a la intervención de la dosis, es que empezó a poder hacerse cargo del
Notoriamente Karina toca ese punto –el cual me parece muy impor- hijo, que le dieron ganas de cocinarle, que incluso se sintió sana. Pero lo
tante de situar– debido a que se trata de empezar a armar algún recur- más interesante es que anteriormente ese hijo quedaba como un resto,
so en relación con eso. Fundamentalmente en la medida que es algo así como había sido ella un resto para la madre, ya que ella decía que
que viene del inconsciente, y por supuesto que el inconsciente en la ese hijo era una carga para ella.
psicosis está –como dice Lacan– en lo real, que no es el mismo estatuto Podríamos decir que la intervención analítica –habría que poner la fle-
que el inconsciente del neurótico, pero ya implica cierta conexión con cha acá, entre imaginario y real– introduce alguna regulación,
lo simbólico.
Podemos decir que ella está hablando de la necesidad de la regulación
en el lenguaje de lo simbólico, y no poniéndolo con su cuerpo. Hay
algo en la intervención “falta la dosis”, que logra que de algún modo
se reanude el simbólico entre imaginario y real, hace que se introduzca
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S de que se nombran así, con lo cual parece difícil que puedan salir de ese
lugar. Si un sujeto comienza por nombrarse como solo o sola, ya tie-
ne de algún modo garantizado el desencuentro, termina funcionando
como un talismán contra el encuentro.

Pregunta: Ella decía que era independiente de los hombres, ¿era por esa
línea, no?
dosis
I Claro, por eso digo que me parece que ella ahí encuentra un nombre
R
que hable de este lugar sin otro, lugar en el que ella ha quedado. Pero
a la vez es un nombre que comparte con otros, con el que ella puede
alguna mediación, y entonces cierto recubrimiento de ese puro resto hacer lazo con otros. Entonces el nombre mismo –si bien toca el punto
se produce. de ese ser de deshecho– funciona como cierto recubrimiento, que es un
Algún recubrimiento de ese puro resto se produce, algo se opera, ya que poco lo que viene al lugar de la red telefónica. No sé, Karina, si querés
el hijo encarna un poco algo de su mismo ser de resto. Es así como en la comentar algo más acerca de qué destino tuvo este grupo para L.
medida que puede ocuparse del hijo también puede sentirse ella misma
sana. Al ocuparse de él siente también que sale del lugar de resto. K. Millas: Bueno, eso tuvo un alcance importante, no fue solamente ir
Al mismo tiempo empieza a cuestionar la relación con la red telefónica, algunas veces, fue sostener una actividad ahí dentro. Ella es trabajadora
a tomar cierta distancia. Surge la posibilidad de algún otro recurso, de social, recupera algo de lo solidario y de la cuestión de estar con otros.
otro que no sea ese recurso tan fallido. Porque si bien están las voces que Trae un discurso del estilo: nos contamos todo lo que tenemos para decir,
cubren el agujero, a la vez hay un empuje a un goce sin límite ahí. De nos agarramos de las manos, el otro contiene, el otro te mima. Decía que
hecho está ese episodio del encuentro con ese hombre con el que está 15 necesitaba cariño humano, un discurso que se actualiza de una manera
horas, que no va a trabajar por eso, etc. interesante para ella en este grupo donde hay una regulación clara, ya que
en estos grupos no cualquiera va con cualquiera, hay ciertos códigos, es más,
K. Millas: Sí, yo ahí en el medio pondría “dosis”. Y por otro lado fue al que no respeta esos códigos lo excluyen. Entonces hay algo que ella recu-
también un momento importante cuando ella empezó a plantear que pera en algún sentido, y a la vez le permite ciertos acercamientos, y lo que
los llamados ya no los escuchaba. El tema ahí era ver qué iba a funcio- es interesante también, es que no terminan en encuentros sexuales, sino que
narle ahora de suplencia. Decías vos Nieves –y estoy de acuerdo– que el los contactos que ella hace ahí adentro van por la vía de ser compañeros.
fenómeno elemental era el primer recurso, que era la primera manera de
tratamiento de ese goce. El segundo me parece que era la posibilidad del Más en el plano de la amistad.
llamado, pero si eso se quitaba, si ya no hacía uso de eso, qué alternativa
podía ser. K. Millas: Claro. Yo creo que el problema en esta paciente es que el amor es
un recurso, pero es un recurso que luego se le vuelve en contra. Es así como
A mí me parece que precisamente en este movimiento, a través de la do- están siempre esas idas y vueltas, que en realidad terminan en episodios o
sis se llega a algo que yo ubicaría transitoriamente –y que no sé que fun- melancólicos o maníacos, como dos caras de la forclusión, porque en reali-
ción cumplió posteriormente en el tratamiento de L–, y es este nombre dad se trata de eso.
de sola, porque es entonces que ella pasa a “solos y solas”. Siempre Para Lacan se trata de eso, tanto en una posición como en la otra, son efectos
cuando surge esta cuestión del nombre “solos y solas”, surge el hecho de la forclusión, donde lo que aparece siempre es la mortificación –ya sea de
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la excitación que no para, o del lado del dolor de estar encerrada en la cama en juego, y no simplemente su desconocimiento”. Es importante distinguir
sintiéndose una mierda .Y este lugar, este grupo, hace que su cuerpo no pase algún fenómeno neurótico en el que puede haber un desconocimiento
a otra escena –que es el encuentro sexual– en donde se desrregula mucho el del objeto a, de la no función de a en la manía. Y sigue: “En ella –ha-
asunto. Es decir, queda en el plano más de la camaradería, de lo amoroso, blando de la manía– el sujeto no tiene el lastre de ningún a, lo cual lo
de los mimos, por ahí llega a un beso, pero es esta cosa más romántica, más entrega, sin posibilidad alguna a veces de liberarse, a la pura metonimia,
regulada, y cuando ese lugar se ponía ya pesado se busca a otro. infinita y lúdica, de la cadena significante.”
Y bueno, en ese deambular no sé cuanto tiempo más seguirá L, pero De modo que en la manía el sujeto no está lastrado por ningún a por-
la búsqueda ha resultado hasta ahora efectiva para ella, hasta que otro que él es el a, ese a que no está extraído del cuerpo. Ya que lo que
episodio haga que nuevamente eso no alcance; y entonces tengamos de permite que se constituya el narcisismo es justamente la extracción del
nuevo la pregunta de qué se hace con eso, siempre con la lógica que ella objeto a del cuerpo. Mientras que la inflación imaginaria del maníaco
presenta y que me parece tratable, que me parece que tiene posibilidad sobrepasa los límites de la imagen narcisítica, empujando hacia ese filo
de sobrellevar. mortal en el que se encontrará con su ser de resto. Es ese sin límite el
Ella sale de los episodios melancólicos y frena los episodios maníacos con que lo hace quedar tomado por la cadena significante, y es lo que a
cierta posibilidad. En otros casos no es así, sabemos que hay posiciones to- veces se presenta como fuga de ideas en la crisis maníaca.
talmente decididas que llevan la cosa al extremo. En este caso se veía claramente en esa cuestión de que L escuchaba todo
el tiempo –sin parar– los discursos políticos.
Sí, el extremo es la muerte.
K. Millas: La lógica es ésa. Al no haber esa articulación S1→S2, que es la
K. Millas: Sí, el extremo es la muerte en ambas posiciones. Creo que Lacan articulación propia de la cadena significante, lo que queda es la asociación
ha tomado con seriedad, no tanto la descripción de los fenómenos, sino que de los S1 sin articulación, y entonces es pura sucesión, pura metonimia.
el goce puede matar al sujeto.
Y el otro planteo es el de Radiofonía & Televisión, donde Lacan articula
nuevamente la manía con la melancolía y dice que la tristeza no es un
estado del alma, sino que es una falta moral. Y siguiendo a Dante y a
VI. La lógica del velo y el soltamiento de lo simbólico Spinoza planteará que es un pecado, una cobardía moral, diciendo:
“...lo que se sigue de ello, por poco que esta cobardía –por ser rechazo del
Quisiera ahora comentar un par de cuestiones de la bibliografía. inconsciente– llegue hasta la psicosis, es el retorno en lo real de lo que es
La primera está en la última clase del Seminario de La Angustia, sobre rechazado del lenguaje. Es la excitación maníaca por la cual este retorno
el final del punto 3. Lacan está hablando de Hamlet, y hace referencia se hace mortal.”
a la diferencia entre lo que ocurre en el duelo y lo que ocurre en la me- En este punto es posible ubicar una continuidad entre la melancolía y la
lancolía y la manía. Va a decir que para poder entender el ciclo manía- excitación maníaca. Y en esta excitación maníaca lo que hay es un retor-
melancolía, hay que referirse a a, hay que hacer la distinción entre a e no en lo real del lenguaje en tanto tal, que es lo que ha sido rechazado.
i(a), y ubicar todos los problemas neuróticos –del duelo y demás– en Propongo extraer de este pasaje la tesis de que en la melancolía lo que se
relación con i(a), y todos los problemas de la manía y la melancolía en suelta es lo simbólico. Es el lenguaje en tanto tal, por eso lo que retorna
relación con a. En éstas últimas, el problema sería que a no está recu- es todo el lenguaje. Es todo el lenguaje en el sentido de esta fuga de ideas,
bierta narcisísticamente por el velo del amor. en el sentido de esta cadena que no para, y que no es un significante en
Lo que está en juego es la referencia radical a a, de allí que Laccan diga: particular. Por eso no encontramos habitualmente en la melancolía esos
“en la manía, precisemos enseguida que es la no función de a lo que está fenómenos elementales propios de la esquizofrenia, en los que se escu-
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chan determinados significantes recortados, una voz que dice algo, que Pero vos lo pensás ¿como reemplazo de qué?
dice cosas. En este caso L lo que escucha son discursos.
Pregunta: Ella toma la decisión de estudiar antropología para tal cosa,
K. Millas: Sí, no es una injuria –en el sentido de “marrana” como describe para lograr cierta independencia de los hombres. Y veo como que ahí
Lacan–, sino que el significante injurioso que retorna, no es un significante hay una sustitución, ¿no?
que retorna bajo la forma de algo que toca el ser del sujeto.
Estás refiriéndote a una sustitución de algo que antes no estaba, no es
Así es, es todo el lenguaje. L escucha una especie de máquina, una voz una verdadera sustitución. Ya que lo que ella en verdad dice es que no
que habla discursos políticos, no son significantes recortados, sino que era independiente de los hombres, y piensa que de esta manera va a ha-
es todo el lenguaje en su extensión. Si hay algo que recorta eso que ella ber algo que funcione como un lugar en el cual no esté corriendo todo
escucha, es el ideal. el tiempo atrás de un hombre, que no se meta totalmente en la vida del
También está el texto de C. Soler pero me parece que es muy extenso, otro, que va a tener su propia vida de estudiante o de oyente.
si les interesa léanlo porque plantea cosas muy interesantes.
K. Millas: Sí, aún así no es ésa la suplencia, una suplencia tiene que ser
Pregunta: La decisión de estudiar antropología vos mencionaste que efectiva, tiene que servir las veces de regular el goce de modo de que eso no
podía funcionar como un regulador, ella dice “para independizarme de retorne nunca de la misma manera. Y en este caso no podría decirse que su
los hombres”, entonces ¿no se podría pensar que es un reemplazo lo que estabilización pase por ser oyente de antropología, es un recurso que surge
L está haciendo ahí? en el análisis, en el trabajo –que tiene el valor de ir indicando lo que va
sirviendo las veces de suplencia–, pero no es una suplencia lograda, son ele-
¿Pero un reemplazo de qué? mentos, elementos significantes; me gusta más llamarlo así que pensar que
es efectivo o eficaz, porque se sabe que tal vez el mes que viene va a decir
K. Millas: Porque el tema es que no hay reemplazo, no hay sustitución que que tanta antropología la pudrió, y ya necesita otra cosa.
funcione. Mas vale podríamos pensarlo como algo que viene a neutralizar
un poco, a servir como separador, pero siempre es provisorio, porque no se Pregunta: En este caso, ¿tenés que apuntar a tratar que se sostenga eso
podría decir que es efectivo totalmente. Ese es el otro punto complicado, la de la antropología?
estabilización en la manía y en la melancolía, que no toman la forma de
un delirio con cierta justeza lógica que permite acercarse a lo que podría K. Millas: No, no, lo que hago es acompañar eso al modo de que me cuente la
ser una metáfora delirante. clase, lo que escuchó, y es de algún modo un acompañamiento que le permite a
ella seguir avanzando en ese camino con cierta pacificación de lo que escucha.
Y en otros casos tampoco, es rarísimo que se logre. Ella no queda como objeto de lo que escucha, es hacer lazo, y se trata de eso, de que
ella pueda lograr algún lazo posible en esta ruptura estructural que presenta.
K. Millas: Pero es complicado en este sentido, de que nada viene a ocupar
ese lugar de regulador efectivo, entonces siempre es provisorio y momen- Pregunta: Me parecía interesante, porque a veces la intervención en la
táneo. Sin embargo yo creo que sí, que L entra en una serie de cuestiones psicosis no es sencilla, cómo vos te ofreces ahí al teléfono para esta mujer,
que a ella le permiten mantenerse a cierta distancia de su mortificación, además de cortar con el tema de las sesiones te ofreces telefónicamente.
a cierta distancia de ese punto en el cual ella se siente un desecho. Ahí ella
toma otra posición, escucha la antropología y el discurso antropológico, que K. Millas: Eso, la verdad fue una estrategia calculada, mejor dicho calculada
tienen bastante que ver con ella y con el discurso social. hasta ahí, porque con la psicosis no se puede calcular mucho ¿no? Me acuerdo
confines de las psicosis / 99

que en un momento dije: uy le dije por teléfono, e inmediatamente pensé que Bibliografía
entonces mi voz podía empezar a funcionar en el teléfono, pero yo sabía que
el teléfono era un recurso, entonces en ese sentido respondí a una lógica. Pero 1. J. Lacan, “Televisión”. Radiofonía & Televisión. Págs. 106/109. Ed.
también era crucial ver qué destino le iba a dar a lo que yo le decía por telé- Anagrama. Barcelona, 1997.
fono. Y ahí es donde yo tenía mucho cuidado, de qué digo por teléfono –que 2. J. Lacan, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible
no era lo mismo que lo que digo frente a ella. Ya tomaba otra dimensión, era de la psicosis”, en Escritos 2. Ed. Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
una voz sin la presencia de mi cuerpo, se desprendía de lo que podía ser la Pág. 559.
importancia imaginaria de verme en cada sesión, de mi presencia. 3. J. Lacan. El Seminario. Libro 10, La angustia. Ed. Paidós, Buenos
Aires, 2006. Pagina 363.
Quizás no era tanto que tu voz se metía, sino que ella recurría a tu voz. 4. J. Lacan, “Radiofonía”. Radiofonía & Televisión. Pág. 107. Ed. Ana-
grama. Barcelona, 1997.
K. Millas: Sí, y eso funcionó. Ella llamaba, y aparte los llamados eran 5. C. Soler. “La manía, pecado mortal”. En Estudios sobre las psicosis. Ed.
acotados no enloquecedores, me contaba que había hecho tal cosa y tal otra, Manantial. Buenos Aires, 1991.
como si se tratara de una amiga. Pero tenía una función de acotar, sin que
entrara en la dimensión de esa demanda feroz de quiero más sesiones. Y
bueno, es así, hay que construir ese lugar porque no existe, y entonces diga-
mos que en la construcción uno va tratando de ser lo más respetuoso posible
con la lógica de lo que el sujeto plantea, de ver –como decía Nieves– cuál
significante para ella sí y cuál no.
100 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 101

5. Un caso de melancolía /
La metamorfosis de la Barbie

I. La metamorfosis de la Barbie

Hoy está con nosotros la Lic. Florencia Surmani. Es psicoanalista, do-


cente en la Facultad de Psicología en varias materias: Psicopatología,
Escuela Francesa y Clínica del Síntoma.

F. Surmani: La paciente Romina –en adelante R–, consulta tras ser deriva-
da de un hospital donde estuvo un año en tratamiento luego de un intento
de suicidio (ingesta de pastillas), tras una ruptura de pareja. Dicho trata-
miento consideraba que su problema había sido solucionado, pero restaba
-según la derivación- tratar su trastorno por atracones.
En la primera entrevista, R relata que consultaba por una separación que
sufrió y pasa a relatar eso. Hace dos años conoció a un chico por Internet.
Dice: “me encantó, veía sus fotos y me encantaban. Yo le mandé las mías de
cuando estaba flaca –cabe aclarar que ella, cada vez que estaba flaca se sa-
caba fotos con un fotógrafo y se armaba un book– y él decía que era hermosa,
que era el amor de su vida, que vaya”.
Ella vende casi todo lo que tenía y se muda con él a otra ciudad. Sentía
que por primera vez la suerte estaba de su lado, pero llegó allá y las cosas
empezaron a estar mal. Ella empezó a tener atracones –los tiene desde ado-
lescente, pero hacía tiempo no tenía–, engordó quince kilos y empezó a estar
muy deprimida, “depresión” –así lo llama ella– que aún persiste.
Muy depresiva para ella es que así como tiene atracones y no sabe cuánto lleva
102 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 103

comiendo, también sale a caminar y no sabe dónde está, pasa varias horas ca- Más tarde traerá un recuerdo infantil. Su padre gritaba mucho y a ella le
minando y no sabe adónde va hasta que vuelve en sí, hasta que se recupera. daba miedo. Su mamá y su tía ya sabían que iba a ser bulímica, porque
Cuando le pregunto qué piensa, qué le pasó allá, no puede explicarme, pero siempre le decían “no comas tanto pan”.
hay algo que le molestaba demasiado: las cucarachas. Las cucarachas que Luego relata que tiene problemas con sus padres, que ellos no entienden qué
había, era algo que no podía soportar, me dice: ”me sentía sucia”. le pasa. Me cuenta que sus padres la acompañaron a la consulta, y me pide
Ella siente culpa por la separación, se siente una basura: ”tan basura que no que por favor los vea. Trato de ver qué estaba en juego en ese pedido, pero
pude hacer lo mínimo para que él me quiera. No merezco nada, él tampoco no pudiendo ubicar mucho al respecto, acepto, y al finalizar la entrevista
merece alguien así”. También comenta que se siente una basura cuando el día los hago pasar. Todo esto pasa en la primera entrevista. Ella quiere estar
está lindo, ve el sol radiante y ella se siente oscura. Al hablar de esto su relato presente, pasamos los cuatro al consultorio, y los padres refieren su preocu-
empieza a cambiar, va bajando el tono de voz, dice que quiere venganza, que pación mayor: ”R está siempre diciendo que se va tomar veneno para ratas,
ella perdió todo y él nada, y que eso no va a quedar así. Se le vuelve insultante que merece morir como una rata. R dice que no hace nada por miedo,
que él tenga todos los aparatos último modelo, buena ropa y ella nada. Quiere aunque tenga la idea de suicidarse”.
hacer algo para lastimarlo. Orienté a los padres para una consulta y al terminar la entrevista quedé
“Me estoy acercando a su círculo de amigos, me cambié de nombre, primero con la paciente para que me llame si así lo necesitara.
empecé por chat, luego por mensaje de texto. Ellos no saben quién soy, no sé Voy a relatar las entrevistas como se sucedieron: dos meses de tratamiento
que quiero hacer pero algo quiero hacer, sé que va a tener consecuencias”. Me aproximadamente, pero más que una diacronía voy a relatar ciertos puntos
pregunta si me parece mal, le digo que no sé, pero que seguramente eso va a tal como se presentaron separadamente. En su discurso -por decirlo de algu-
tener consecuencias, que a mí me daría miedo. Baja el tono de voz, dice que na manera- hay algo que no engancha, por lo cual yo le supongo -y así se lo
está triste, que ella es una basura, que todo el mundo le dice que deje de pen- digo a ella- una causa. Así, vamos armando algo.
sar en él, que ya pasó mucho tiempo, que el duelo a lo sumo dura un año - y Lo que no engancha es lo que más la enloquece: empieza por algo, pasa a
ya había pasado más tiempo. Le digo que de ninguna manera, que su dolor otra cosa, de ahí a otro tema hasta que todo deriva en que ella es una basu-
es respetable y que nadie sabe cuánto puede durar. ra, que merece lo peor. Cuando las cosas van armándose, R se alivia, puede
R trabaja en relación con lo físico y lo corporal, dice que es muy buena en lo volver a sus actividades, al trabajo, etc.
suyo, que en su adolescencia competía en actividades deportivas y es en esa época Esos puntos que no enganchan podría resumirlos de la siguiente manera:
que empezó con los atracones. Hizo tratamiento durante muchos años en una La separación: más que nada, eso que ella sitúa como habiendo perdido
institución especializada en esos trastornos. En el momento que le iban a dar el todo y él nada. Eso la lleva a pensar todo el tiempo en él, no se lo puede
alta tenía irregularidades en la menstruación y el médico se negó a dársela. sacar de la cabeza, todo le hace signo, si ve un televisor en una vidriera, él
Señala: “Para mí que me quería ahí, creo que me quería cagar, yo igual me tiene ése o uno más grande, si ve a una mujer linda, él puede enamorarse de
fui. Pero en ese lugar el tratamiento me servía porque me tenían controla- ella. Cualquier objeto que vea, él lo tiene. Ella perdió todo, él nada.
da. Pero nunca entendí por qué tenía atracones”. En ese contexto me llama un viernes a la noche para decirme que se va a
Por otra parte dice que siempre quiso dar clases en lo suyo para que, mien- tomar todas las pastillas. Empiezo a ubicarle que ella está triste, le hablo
tras las diera, todos la miren y digan “mirá que buen cuerpo el de la profeso- de eso, de lo doloroso que puede ser una pena de amor. Fue cediendo, y
ra”. Refiere que si estuviera flaca estaría bien, pero para ella eso es algo fijo: durante el fin de semana nos mantuvimos hablando por teléfono sobre el
” flaca, rubia y tostada”. Eso significa: flaca, rubia y tostada. tema de amor. Dice “ Me hace bien hablar con vos, perdón que te arruine
Antes de esta pareja no hay mucho. Tuvo un novio a los catorce años que la el fin de semana, no entiendo lo que me pasa porque mientras hablo con
degradaba. Nunca le gustó la escuela. Recuerda que en primaria esperaba vos pienso bien, pero cuando pienso sola las ideas se me confunden, y todo
la hora de salida, porque lo único que quería hacer era volver a la casa para lo que hasta ese momento había hablado y me parecía claro, se desarma en
mirar novelas y comer, ésa era su única alegría. dos minutos”.
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Tiempo después dirá: “Yo no te llamo por obsesiva-compulsiva, sino porque punto más complicado para mí de transmitir, porque no parece ser sólo lo
mis pensamientos son muy rebuscados y si no los cuento me voy a la mierda”. que se suele entender como imagen del cuerpo. Por un lado, está ese book
Otro de los puntos que no engancha son los atracones. El atracón aparece sin que ella tiene y sus fotos; en su casa hay posters de ella posando; sus tarje-
relación con nada. De repente -dice ella- se encuentra comiendo sin poder tas personales también tienen fotos así, posando. Yo nunca vi esas fotos, a
parar. Algunas veces se da en un contexto en que ella se siente una basura mí nunca me las mostró, pero habla mucho de ellas. Esas fotos, según sus
y necesita hacer algo. Otras, en momentos en que sale a comprar comida, propias palabras, muestran lo que ella tiene que ser, lo que ella es cuando
porque si se tira en la cama se le empiezan a dar vuelta las ideas. Pero en está bien: flaca, rubia y tostada. Pero cuando lo relata no parece un ideal
ninguno de los dos casos ella los relaciona. Su nutricionista le indicó que se de belleza. Por ejemplo, quiere operarse y ponerse las tetas de una vedette
cuidara en el atracón, y ahora ya tiene atracones con productos light. conocida, pero cuando le pido detalles sobre eso, es una imagen sin volu-
Relata que come hasta dormida, se acuesta en la cama, come compulsiva- men; al decirle sobre la cantidad que eso tendría, lo incómodo para ciertas
mente, se va quedando dormida masticando, dormita, se despierta y sigue actividades etc., ella dice: “pero no la cantidad, ¿no viste las fotos?, ¿viste
masticando. Ante esto ella me llama con culpa por tener atracones, ante lo que las tiene redondas y tostaditas?”
cual yo le decía que estaba en tratamiento por eso, que era de esperar que Por otro lado, ella trabaja –según lo que menciona– con la imagen, la miran
los tuviera, que yo no esperaba que los dejara de tener. Fue todo un tema, para copiarla en su trabajo, pero ella además trabaja por la imagen de los
porque su psiquiatra esperaba que los atracones cedieran. Y eso era un pro- otros. También está en ella la desilusión de la imagen que su ex-novio tenía.
blema, porque yo consideraba que los atracones, hasta el momento, era la Como señalé anteriormente, en el discurso de R hay cosas que no engan-
mejor suplencia que ella podía tener. chan: la imagen, la conducta con los hombres, los atracones, la separación;
Con el tiempo comenzaron a disminuir los atracones, y para cuando se y es en el tratamiento que vamos armando algo.
producen, ella adoptó un método: encontrarle alguna situación previa que A veces me dejaba mensajes contándome alguna de estas cosas, y me decía
la llevó a eso, para poder explicarlo. que no era necesario que la llame urgente, que era para ver qué podíamos
Otras de las cosas que no enganchan es su conducta con los hombres y sus armar. El camino que tomé fue tratar de introducir el cuerpo en todo lo que
“persecuciones”, así lo llama ella. Conductas que dan consistencia a la signifi- ella contaba. Por ejemplo, ella trabaja con la imagen, pero yo le introduzco
cación de que ella es una basura. Cuenta que desde que se separó hacía cosas el cansancio cuando hace ejercicios (podía llegar a hacer hasta siete horas
para juntar plata para poder viajar, y en ese contexto de que él tiene todo, de gimnasia seguidas), los músculos, le hablo del cuerpo. En esa época yo
que puede comprarse todo, ella expuso su cuerpo de una manera complicada. estuve enferma un par de veces y le hablaba de mi cuerpo. Lo mismo hacía
En esas conductas, hay algo de su imagen que se pone en juego, Se siente bien respecto de los atracones, así como también de las relaciones sexuales con
haciéndolo, pero luego eso se le volvió persecutorio, porque hay momentos que los hombres. Ella comenta “Se ve que necesito hacer cosas, meter mi cuerpo
piensa que el padre sabe lo que ella hizo, después puede relativizarlo y dice para calmarme”.
que su padre se moriría si se enterase, que él tiene una imagen de su hija pura. Durante el tratamiento, se empieza a preocupar por sus dientes, ya que
Asimismo, muchas veces le echa la culpa al padre de su separación, ya que el seguramente los atracones y el comer dormida le fueron generando caries.
padre llamó en una oportunidad a los familiares del ex-novio cuando estaban También introduje las cuestiones del cuerpo en la operación, ella se había
juntos, y cuando ella recuerda eso, piensa que el padre es la causa de que él la puesto muy insistente con el tema de que ahora quería juntar plata para
haya dejado. operarse las tetas, y yo le planteaba si no le iba a incomodar para hacer
Respecto de estas persecuciones, una sesión vino muy angustiada, porque deportes, le hablaba de los dolores y demás.
un hombre se le metía en su chat, un hacker que cambiando de nombre le
decía cosas desagradables. Esto se solucionó sugiriéndole que sea ella quien Por otro lado, también fui introduciendo la tristeza y las penas de amor. En
cambie de seudónimo. una de las últimas sesiones me dice que estuvo mal esa semana, pero que se
Otro de los puntos que no engancha en el relato es la imagen –que es el dio cuenta que era porque estaba triste por su ex, porque él no iba a volver,
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y agrega: “te iba a llamar pero me acordé que vos me decís que puedo estar La clase pasada, Karina Millas presentó un caso de manía en el que
triste, entonces no te llamé, lloré un rato y después salí”. justamente, toda la cuestión también se desencadenaba a partir de una
Esto es al momento en que yo escribí este caso, el tratamiento duró un tiem- ruptura de pareja.
po más, e iba en la línea de que ella, de alguna manera, aceptara que él no No es casual que lo que desencadena sea una pérdida. En ese punto ya
iba a volver, que empezara a cerrar con eso. hay algo para considerar. Algo que en este caso comienza a desencade-
Respecto del tratamiento, estaba la cuestión del “avance” con respecto a la narse antes, pero que culmina en un pasaje al acto tras la ruptura con
bulimia. El psiquiatra estaba muy contento con eso, lo que jugaba en con- la pareja.
tra. Cada vez que eso se ponía en cuestión, podía dejarla del lado del pasaje Ya desde su presentación queda en evidencia, en relación con este in-
al acto, así como la posibilidad de la ausencia real mía. tento de suicidio tras la ruptura de la pareja, su dificultad para perder
Luego vinieron las presiones del padre. Cuando ella empieza a dejar de el objeto, que es la diferencia que va a señalar Freud entre el duelo y la
actuar como una basura, porque en realidad no es que ella no siguiera melancolía (1), la distinta respuesta a la pérdida del objeto en el duelo
pensando que era una basura, pero ya no estaba tanto la cuestión de morir y la melancolía. Y esta presentación de R nos hace pensar la posibilidad
como una rata, entonces ahí el padre avanza, no soporta verla triste, no de que la sombra del objeto haya caído sobre el yo, y que la respuesta
soporta verla callada. de ella a la ruptura de la pareja o a la pérdida del objeto amoroso haya
sido perderse ella misma.
Parece que soportaba más escuchar que se iba a suicidar como una rata Luego está el relato de esa primera entrevista en la que dice que consul-
que verla así. ta por una separación que sufrió hace un año y medio, y entonces relata
cómo conoció a este chico por Internet: “Me encantó, veía sus fotos y
F. Surmani: Totalmente. Y el padre avanza asustándola, le dice que no me encantaron, yo le mandé las de cuando estaba flaca y él decía que
puede estar así, y eso a ella le empieza a pesar mucho. yo era hermosa, que era el amor de su vida, que vaya”.
Se trata aquí de un enganche por la imagen, en una relación de espejo
entre las fotos de ella y las fotos de él. Las fotos de él le devuelven en
espejo el brillo de sus propias fotos, y viceversa. Podríamos decir que
II. La metamorfosis cada uno realmente y claramente se enamora de sí mismo en la imagen
del otro. Es ese tipo de enamoramiento meramente narcisista.
Este caso me hizo acordar al cuento de Kafka “La Metamorfosis”, por En este punto podemos retomar algo que habíamos dejado planteado
esto que le pasa a ella cuando viaja. Primero está la imagen de ella, sus fo- la vez pasada como el problema de la melancolía. El sujeto melancóli-
tos, las fotos del chico, el cuento en el plano de la imagen, donde parece co, cuya vivencia fundamental es un ser de resto, de desecho, de objeto,
que va a buscar algo que está más o menos armado. Y después cómo se va puede llegar a recurrir a incluirse en una imagen en el otro, intentando
desarmando, y se va transformando en una cucaracha, o en una rata. encontrar allí algún lugar, algún velo, algún revestimiento. Pero se trata
Dos versiones distintas de un objeto espantoso, y en contraposición, de una pura imagen vacía. R. se enamora de una foto y hace un pasaje
esa imagen de una especie de Barbie. En ese viaje que hace R se opera al acto. Se enamora de una foto y vende todo, deja todo, deja su vida
una metamorfosis de la Barbie a la cucaracha o a la rata. acá y se va tras esa imagen, buscando alojarse en el brillo que encuentra
Vamos a retomar un poco el relato que hizo Florencia. en ella, devolviéndole el brillo a su propia foto.
R es tratada por Florencia, y además por un nutricionista y un psiquia- Y así es como en toda relación puramente narcisista y especular, cuando
tra, derivada de un hospital, en el cual había estado un año en trata- se atraviesa el plano de la imagen las cosas empiezan a andar mal. Qui-
miento por un intento de suicidio. Viene con este antecedente, de un zás si ella hubiese mantenido la relación en el plano del contacto por
intento de suicidio un año antes, tras la pérdida de una pareja. internet, hubiese podido durar años. Hay muchos casos así, casos en los
108 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 109

cuales hay relaciones que se mantienen, justamente con la condición Hay un fenómeno de pérdida del yo, que es lo que a ella le permitiría
de no encontrarse. Eso permite cierto funcionamiento para algunos ubicarse en tiempo y espacio en esos momentos.
sujetos en el plano de la imagen, sin atravesar ese plano, manteniendo Manifiestamente, en el momento en que ella pierde este velo y se en-
cierta distancia. cuentra caída en ese ser de desecho, cae como una cucaracha, perdien-
Ese punto de atravesamiento del plano de la imagen, es cuando se pro- do también los límites corporales del yo. Al perder este velo, pierde ese
duce nuevamente, o por primera vez, el desencadenamiento. Porque regulador del goce corporal y entonces se manifiesta el exceso.
quizá en ese punto es donde realmente se desencadena. Podemos supo- Ese exceso se va a manifestar, por un lado, en los atracones; y por otro
ner que hasta ese momento ella encontraba con el recurso de su trabajo lado, en este comportamiento de fuga donde lo que se ve es la ausencia
con lo físico, con lo corporal, cierta envoltura imaginaria para su ser de de límite en el movimiento corporal.
desecho. Pero a partir de este atravesamiento del plano de la imagen,
cuando va al encuentro de este hombre, cae al lugar de resto. a i( )
Hay algo de ese velo imaginario que se pierde, entonces ella empieza a
atracones
engordar, engorda quince kilos, y se siente deprimida. Y cuando Flo-
rencia apunta a ubicar esto, R responde que le molestaban demasiado a
cucaracha
las cucarachas, que era algo que no podía soportar, y dice: “Me sentía
sucia, un asco”. De modo que la cucaracha resulta ser finalmente ella
misma, hay una metonimia entre ese objeto cucaracha que da asco, y la
manera en que ella misma pasa a sentirse.
Es decir que en el momento que ella atraviesa el plano de la imagen, III. Los vaivenes del odio
se encuentra con su ser de desecho del Otro, con su ser de resto, y esto
queda manifestado en el significante cucaracha. Y en ese sentido me so- Está el detalle de que ella se siente una basura cuando el día está lin-
naba al cuento “La metamorfosis” de Kafka, donde se trata justamente do, que ve el sol radiante y ella se siente oscura. Es en ese punto que
de la transformación del protagonista en una cucaracha. podemos ubicar que ella queda por fuera del brillo fálico: la luz del sol
Y a la vez podríamos decir que justamente, en la medida que pierde esa radiante, el punto luminoso queda por fuera de su ser, no la toca, dán-
regulación del goce corporal que posibilita el velo imaginario, hay un dole de algún modo más consistencia a su ser de objeto.
retorno de goce en el cuerpo, que toma la forma de atracones; de allí Eso explica un poco toda la onda dark. Muchas veces escuchamos a
que ella engorde en ese momento. No solamente se siente un asco y se sujetos que se nombran así. Habitualmente escuchamos en ellos rasgos
deprime, sino que engorda. Concretamente hay una invasión del goce melancólicos bastantes marcados. Finalmente, lo dark sería una manera
corporal bajo la forma del objeto alimentario. Más adelante retomare- de defenderse del sol radiante, de que no haya sol radiante por ningún
mos esta cuestión. lado, lo que les facilita encontrar algún lugar.
Por otra parte, R comienza a estar muy deprimida, y la manera en que R en esa primera entrevista empieza en un tono bajo. En la melancolía
describe esa depresión va mas allá de lo que entendemos por depresión, lo primero que se presenta es lo que habitualmente se denomina como
ya que Florencia refiere: “muy depresiva es para ella que así como tiene delirio de indignidad, se siente una basura, tan basura que no pudo ha-
atracones y no sabe cuánto lleva comiendo, también sale a caminar cer lo mínimo para que alguien la quiera, no merece nada y él tampoco
y no sabe dónde está, cuánto tiempo lleva caminando, no sabe hacia merece a alguien así. El delirio le da una certeza de ser una basura, un
adónde va hasta que vuelve en sí”. En este punto encontramos cierta desecho, un resto.
coincidencia con lo que desde el punto de vista psiquiátrico se define R empieza con un tono bajo de voz, pero enseguida levanta el tono y
como fuga. R queda totalmente perdida, sin ningún tipo de referente. empieza a decir que quiere venganza, que ella lo perdió todo y él nada,
110 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 111

y que eso no va a quedar así. Se le vuelve insultante que él tenga todos ser de objeto y esa imagen fálica que queda del lado de él, entonces:
los aparatos último modelo, buena ropa y ella nada. Nuevamente está todo para él y nada para mí.
la cuestión de la imagen, lo que él tiene y ella no es claramente una Es un momento en el que ella quiere revertir esto, de allí el recurso a la
imagen fálica, en consecuencia, quiere hacer algo para lastimarlo. Es venganza, a atacarlo, a sacarle eso que él tiene. Se trata de atacar en el
ahí donde podemos escuchar cierta proximidad al pasaje al acto: “me otro ese objeto precioso que a ella se le escamotea.
estoy acercando a su círculo de amigos, me cambié de nombre, primero
empecé por chat, luego por mensaje de texto… algo quiero hacerle, sé
que va a tener consecuencias”.
Lo interesante es que le pregunta a Florencia si le parece mal, y ahí es fun- IV. La historia de R
damental la intervención de la analista, cuando le dice que no sabe, pero
que seguramente eso va a tener consecuencias, y que a ella le daría miedo. Como suele ocurrir en estos casos, el sujeto muchas veces se las arre-
Esa intervención, por un lado retoma lo que la paciente decía: que gla más o menos bien con el recurso a la imagen en la infancia, pero
iba a tener consecuencias - un pasaje al acto tiene consecuencias-, y cuando con la adolescencia se produce la irrupción de la feminidad
por otra parte, introduce en la maniobra transferencial el límite de la corporal, hay algo que ya no puede quedar contenido por el recurso a
castración, al decir Florencia “yo tendría miedo”. Se muestra barrada, la imagen, hay algo del goce corporal que excede el plano de la ima-
y de ese modo introduce la barra, introduce cierto límite, cuyo efecto gen, que ya no puede seguir siendo tratado exclusivamente en esa vía.
inmediato es que R baja el tono de voz y dice que está triste. De modo El cuerpo exige un nuevo tratamiento del goce, imponiéndose alguna
que aquello que de algún modo amenazaba ponerse en juego como un direccionalidad al cuerpo del otro. Y ahí es donde se hace presente un
ataque al objeto, vuelve sobre el yo. Entonces R dice que está triste, que impasse para R. Se manifiesta ese goce propio de su feminidad corporal
es una basura, etc. que irrumpe en su cuerpo, y que va a tomar la vía de la bulimia, la vía
En ese momento, cuando el sujeto está tomado por la lógica imagi- de un exceso oral.
naria, por la lógica especular (aquello tan bien descripto por Freud en De modo que ya a los quince años hay un primer desencadenamiento,
“Duelo y Melancolía” acerca de la relación del melancólico con el obje- cuya única manifestación parece ser la bulimia, no parece ir más allá de
to), se pone de manifiesto el odio al objeto. El melancólico identificado eso, coincidiendo de ese modo con lo que puede ser también un sínto-
con el objeto perdido, en la medida en que se trata de un odio hacia el ma neurótico. Pero en el caso de R se verifica retroactivamente como
objeto, odio que eventualmente puede tomar la forma de un pasaje al un antecedente de sus dificultades para regular el goce corporal cuando
acto, de un ataque al objeto –que era lo que ella estaba pensando. solamente cuenta, por un lado, con un ser de desecho, y por otro lado,
Muchos pasajes al acto psicóticos se pueden considerar con esta lógica, con el recurso a una imagen bastante vacía.
en la que el sujeto para salir del ser de desecho por el que se siente Por otra parte es también en ese momento de su adolescencia, a los ca-
totalmente invadido, ataca el cuerpo del otro. Ya que en esta lógica torce años, que R se hace degradar por su novio. Dado que su bulimia
–cuando ella va a buscar este lugar en el otro, pero atraviesa el plano de se inició a sus quince años, podemos conjeturar que quizás ésta ya fue
la imagen– cae de ese lugar. una primera manifestación melancólica, con relación a este novio que
ella no pudo terminar de perder. Podría suponer que quizás este novio
a i( ) le funcionaba como una manera de tratar su feminidad, permitiéndo-
le ubicarla como algo degradado. Y entonces, una vez que ella pierde
a ese objeto (podemos suponer que quizás tenía alguna dificultad para
perderlo, como pasó ahora con este último novio), irrumpe la bulimia,
De este modo, lo que se produce es una disyunción absoluta entre su como un querer volver a incorporar ese objeto todo el tiempo.
112 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 113

V. El soltamiento de lo simbólico imaginario de la imagen. No es lo mismo que el arte cinematográfico,


que llega a lo simbólico de lo imaginario, o a lo simbólico y real de lo
Es de subrayar que R relate que nunca le gustó la escuela. En este punto imaginario. Pero en la telenovela lo que se pone en escena es toda la
les recuerdo mi hipótesis acerca de la estructura de la melancolía: el lap- virulencia del espejo.
sus del nudo consiste en el soltamiento de lo simbólico, de modo que el
sujeto va a tener que arreglárselas con eso. Se suelta lo simbólico, dando Pregunta: Yo pensaba en la telenovela, y que está siempre la cuestión trian-
lugar a una interpenetración entre lo real y lo imaginario. gular ahí.
Como falta la mediación simbólica de la castración, hay algo que no
encaja entre el i y el a. Allí se verifica la interpenetración. Es triangular en lo imaginario. Es lo triangular, pero al faltar el tercero
simbólico, eso siempre termina mal, ese tercero no funciona median-
a i( ) do. Es por eso que siempre el incesto y el asesinato, que vendrían a ser
los dos actos que se ponen en juego en el plano especular cuando falta
R I el Otro simbólico, están dando vueltas ahí. Puede parecer redundante
decir el goce imaginario con la imagen, pero como decía recién, con la
Si entre lo real y lo imaginario estuviera mediando lo simbólico, no imagen se puede hacer otra cosa, se puede hacer un trabajo simbólico, se
estarían interpenetrados, la relación con el cuerpo sería un poco más la puede fragmentar imponiendo lo real, pero acá es esto: la comida que
amable para R. Se trata de ver cómo se puede reanudar. ella come, y la telenovela, sin ningún tipo de mediación simbólica.
Que se suelta lo simbólico se verifica en el hecho de que a R no le guste
la escuela. Es algo que se escucha mucho en los casos de melancolía, se R I
verifica un rechazo al saber, no solamente del saber del inconsciente, a i( )
sino una dificultad para incorporar el saber en general. Generalmente
los melancólicos tienen dificultades para estudiar, para incorporar el
saber, porque hay un rechazo al orden simbólico en tanto tal.
Asimismo hay un rechazo del lazo con el otro, porque la razón por la
que los chicos quieren ir a la escuela es porque juegan con los compa- VI. El deseo del analista vs. el deseo de muerte
ñeros, porque se divierten con ellos. Y ninguno de estos dos atractivos
que podría tener la escuela –la relación con el saber y la relación con el Luego está el deseo de muerte. R le pide a Florencia que pasen los padres,
semejante– están en juego para ella. Notoriamente hay un rechazo del y los padres hablan de algo que ella no había hablado, que ella dice que
Otro, un rechazo de lo simbólico. se quiere matar.
Su única alegría era mirar novelas y comer, es decir, alegría autoeróti-
ca. Ahí están nuevamente el objeto alimentario y la imagen, ella co- Pregunta: Perdón, el intento de suicidio ¿es anterior al año de inter-
miendo y tomada por una imagen. En este punto sería interesante nación?
investigar el goce de las mujeres con las novelas, que en definitiva son
todas iguales, ya que están limitadas por una lógica totalmente ima- F. Surmani: Estuvo 2 o 3 meses internada, y después estuvo un año en
ginaria. En ellas se trata de la envidia, de los celos, de la rivalidad, del tratamiento ambulatorio y luego en tratamiento conmigo.
incesto y del asesinato, de todo lo que hace al plano especular, al plano
imaginario, entonces también hay un rechazo del saber. El goce con la Pregunta: Cuando llega a vos, ya había pasado un año del intento.
telenovela implica un rechazo del saber, es un tratamiento puramente
114 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 115

Sí, pero la ideación suicida seguía. Por eso creo que acá lo que se verifica S
es que hay un error en la derivación, porque la derivan diciendo que
el problema había sido solucionado, y que que quedaba por tratar su
trastorno por atracón. Evidentemente no tenían la menor idea de que
era una psicosis melancólica y demás, o se la querían sacar de encima.
Sí tenían idea de que no querían saber nada de esta paciente.
La ideación suicida estaba totalmente presente. R les decía siempre a
los padres que se quiere suicidar, que se va a tomar veneno para ratas,
armado
que merece morir como una rata, y ahí es que le dice a Florencia que no
R I
hace nada por miedo, pero que tiene la idea de suicidarse.
En esta cuestión de la bulimia en la melancolía, me parece que se ve
precisamente esto en lo que se detuvo tanto Abraham, que son los tras-
tornos alimentarios presentes en la melancolía, y que él abordó por el Además, suena parecido amar –armar, hay algo del amor de transferen-
lado de la oralidad. Abraham trabajó la relación entre melancolía y fija- cia que -podríamos decir– se arma.
ción oral, y en este caso se ve muy bien esa relación, después lo vamos
a desarrollar más. Pregunta: ¿Cómo se ve esto de que el discurso no engancha?, ¿qué es lo
Parece que R no le puede decir a Florencia que se quiere suicidar, ne- que pasaba?
cesita hacer entrar a los padres para poder decirlo, y la respuesta de
Florencia ahí es darle el teléfono a la paciente para que la llame si la F. Surmani: Ella hablaba de los temas como algo separado, y todo derivaba
necesita. Hay algo de la apertura al Otro que fuerza esta intervención en cualquier cosa, y era imposible una conexión, relacionar algo. Además
-ella venía de hablar justamente de ese encierro autoerótico-, y la ana- estaba todo muy desorganizado, y si terminaba en algo, era que ella era una
lista que abre el espacio a que la llame, más allá de los encuentros de basura, que se merecía lo peor, etc.
las entrevistas.
Luego en el relato de Florencia, quedan esos puntos que no enganchan
en el discurso. Y uno podría decir que lo que no engancha en su dis-
curso es justamente el hecho de que lo simbólico esté suelto, eso hace VII. Re-anudando lo simbólico
que no enganche el discurso, porque lo simbólico es lo que le da un
orden al mismo. R dice que piensa todo el tiempo en él, puntualmente no puede perder
Y me parece que ella misma –la analista– se propone como sostén de ese objeto, esto está presente todo el tiempo (es lo que plantea Freud
un orden simbólico cuando ubica la cuestión de la causa, y posibilita en “Duelo y Melancolía”). A su vez está esa lógica según la cual él es
entonces un armado, y un armado es un ordenamiento. El deseo del todo y ella nada, propia de la melancolía también. Y cuando ella ubica
analista apunta a devolver algo del ordenamiento que posibilita lo sim- esta cuestión, nuevamente se aproxima al pasaje al acto, una noche la
bólico a las relaciones entre real e imaginario; y acá podemos ubicar llama a Florencia para decirle que se va a tomar todas las pastillas. Es
el armado, el significante armado, así como la vez pasada ubicamos el interesante cómo frente a la inminencia del pasaje al acto, ella cuenta
significante dosis. con el recurso que ya le había provisto la analista: el llamado al Otro.
La intervención de Florencia es ubicarle que ella está triste, hablarle de
lo dolorosa que puede ser una pena de amor.
Nuevamente introduce algo del orden de la causa, es decir, de un orden
116 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 117

simbólico que daría cuenta de ese goce que la invade, que la empuja al Es interesante cuando ella llama a Florencia con culpa por tener atraco-
pasaje al acto. nes y Florencia le dice que está en tratamiento por eso, que es de esperar
Por otra parte están los atracones. R de repente se encuentra comiendo que los tenga, y que ella no espera que los deje de tener. Nuevamente
sin poder parar. Lo que va a ubicar Freud en el texto de “Tótem y Tabú” encontramos un efecto de barra, de transmisión de la castración en esa
(2), y en el otro texto que les propuse en la bibliografía, que es “Síntesis respuesta del analista, al decirle “no espero otra cosa” se opera un límite
de las neurosis de transferencia” (3), es cómo en la melancolía el sujeto en el campo del goce, por el que comienzan a disminuir los atracones.
queda detenido en el momento posterior al asesinato del padre. Identi- Y en este punto Florencia señala el problema de la posición del psiquiatra
ficado con el padre muerto, no puede terminar de incorporar al padre, o el nutricionista. El problema de la significación que le dan a esta dismi-
el padre está muerto pero no lo puede terminar de comer, no lo puede nución de los atracones tanto el psiquiatra como la nutricionista, la de un
terminar de tragar, no se termina de operar el pasaje del padre vivo al éxito terapéutico. Por supuesto que es interesante que se haya operado en
padre muerto –es decir, al Nombre del Padre. Lo que se verifica en la ese punto cierto límite a la invasión de goce, pero el problema es si que si es
bulimia es que el sujeto no puede terminar de comerse al padre, está leído rápidamente como una mejoría, el sujeto melancólico puede respon-
todo el tiempo comiéndoselo, una y otra vez. der con una reacción terapéutica negativa. ¿Vos ubicás allí una de las causas
Hay algo que no termina de cerrarse en el plano de la incorporación de que se vuelva a acercar al pasaje al acto después, ¿no?
del padre, que es el plano de la identificación primaria, de la incorpo-
ración del significante del Nombre del Padre. Y concretamente, de eso F. Surmani: Sí, sí.
se trata en “Tótem y Tabú”, en la comida totémica. De modo que no
es casual la incidencia, la frecuencia, de los trastornos alimentarios en
la melancolía.
Cuando ella se tira en la cama y se le empiezan a dar vuelta las ideas, se VIII. La mirada viva y la imagen vacía
verifica la ausencia de lo simbólico, que es lo que permite ordenar, que
las ideas no den vuelta en redondo. Otro tema es la conducta con los hombres, cierto orden de prostitu-
El hecho de comer dormida muestra muy bien hasta qué punto está ción. Es paradójico que ella solamente pueda gozar de su lindo cuerpo
desregulado el goce corporal, son esas cosas que solamente pasan con degradándose. La vertiente melancólica se verifica en su necesidad de
el cuerpo en las psicosis o en neurosis graves. También eso de que esté degradarse para poder soportar el brillo de ese cuerpo.
tantas horas haciendo gimnasia, más allá del entrenamiento que tenga Considero que no es casual que en ese tiempo empiece a ubicar la mira-
alguien que se dedica a eso, se ve que hay un mundo de excesos, se da del padre como persecutoria. Por un lado está por momentos la idea
escucha el exceso. Allí apunta Florencia: hay algo del cuerpo que no de que el padre sabe lo que hizo -aunque esto después cae-, y luego está
termina de mediarse simbólicamente. la idea de que el padre es la causa de que ella se haya separado.
Otra cuestión que hace también a la clínica de la melancolía es el miedo Empieza a hacerse presente algo del orden de ese padre vivo, gozador,
de R a los gritos del padre, lo que verifica que la clínica de la melancolía que R no puede terminar de matar, y que además parece que estaba
es una clínica del superyó. Pero, a diferencia de la neurosis obsesiva, muy bien encarnado por la persona del padre. Esto se refleja en lo que
donde el superyó opera en lo simbólico, en la melancolía el superyó relató Florencia acerca de que el padre la empieza a presionar justo
opera en lo real. cuando ella comienza a dejar de sentirse una basura. El padre ayuda
En este caso encontramos por un lado la voz del padre, los gritos del bastante a que ella no se lo pueda tragar.
padre que le dan miedo; y por otro lado, el mandato materno que la Es muy interesante cómo describe Florencia la particularidad de la imagen
condena, recordemos que R dice que la mamá y la tía ya sabían que iba en este caso, cuando dice que no es lo que se suele entender como la ima-
a ser bulímica, ya que le decían que no coma tanto pan. gen del cuerpo. El ejemplo más claro es el de las tetas de la vedette, cuando
118 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 119

la analista hace referencia a la cantidad, al volumen, y ella dice: “no la can- incursión en la pornografía. Se trata de episodios sin Otro, que no tienen
tidad, ¿no viste las fotos…?”. Ella quiere las tetas de foto, la imagen es una la estructura del acting out, de un llamado al Otro, sino que ella sale de
foto para R, que es lo mismo que se pone en juego en el encuentro con el una escena, vende todo y se va.
ex-novio. Se trata de una imagen realmente vacía, es la i con el paréntesis
vacío: i ( ), es decir, es la i, pero sin carne, sin volumen. F. Surmani: Y sin retorno.
Puntualmente lo que se ve en la descripción que hace Florencia -en lo
que es la imagen para R-, es la disyunción entre el i y el a: están separa- Claro, es sin retorno, de allí el desencadenamiento. En ese momento
dos. De esta manera, en el tratamiento, el “ir armando algo”por un lado se queda sin el Otro de lo simbólico, volviéndose manifiesta la interpe-
toma esa vertiente, la vertiente de reanudar el i y el a, por ejemplo, cuan- netración entre imaginario y real. En la interpenetración pueden darse
do Florencia introduce el cuerpo en todo lo que ella cuenta, haciendo distintos movimientos. A veces, es lo real que avanza sobre lo imagi-
referencia al cansancio corporal, hablando de su propio cuerpo, etc. To- nario, el resultado es el afecto depresivo, la denigración, el delirio de
das esas maniobras transferenciales, y todas esas intervenciones apuntan indignidad, que es lo real del objeto como deshecho desarmando, que
a introducir alguna mediación que re-anude el i y el a. pulveriza el narcisismo, el amor por sí misma.

IX. El tratamiento de la pérdida imposible

La otra vertiente en la dirección de la cura es el tratamiento de la pér-


dida, o de lo imposible de la pérdida. En la melancolía la imposibilidad S
de la pérdida es estructural. Pero tratar esa imposibilidad alojando la
tristeza –es el principio fundamental de las intervenciones de Floren-
cia-, hablarle del dolor de las penas de amor, es darle un lugar sacándola
de la urgencia por un tiempo.
R viene diciendo que estuvo mal el fin de semana, pero que se dio
cuenta que era porque estaba triste por su ex que no va a volver, y le dice R I
que la iba a llamar pero que se acordó que Florencia le había dicho que
podía estar triste y por eso no lo hizo. Sale de la urgencia, se abre cierta
distancia entre lo que era esa llamada el viernes a la noche, y este poder
esperar, este poder estar triste, porque eso ya tiene un lugar en la trans- También está el movimiento contrario, cuando lo imaginario arrasa
ferencia, más allá de que hable o no con la analista. sobre lo real, ésa es la manía. Los episodios maníacos en la melancolía
son momentos en los cuales el sentido del giro de los redondeles en la
Pregunta: En el inicio del tratamiento, con toda esa pregnancia de la interpenetración se revierte, y entonces el sujeto pasa a tratar lo real
imagen, del enamorarse de la imagen de él, etc., ¿se trata del empuje a por lo imaginario, pero sin la mediación de lo simbólico, es una pura
un pasaje al acto o a un episodio maníaco? imagen.

Propongo abordar el episodio maníaco con la estructura del pasaje al


acto. Efectivamente, se trata de un episodio maníaco, al igual que su
confines de las psicosis / 121

Bibliografía

1. S. Freud “Duelo y Melancolía”. Obras Completas, Tomo XIV. Ed.


Amorrortu. Buenos Aires, 1980.
2. S. Freud, “Tótem y Tabú”. Obras Completas, Tomo XIII, Tótem y Tabú
S y Otras Obras. Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1980.
3. S. Freud “Sinopsis de las neurosis de transferencia”. Barcelona. Ed.
Ariel. 1989.

R I

En este caso, el primer episodio maníaco, que también es un pasaje al


acto, se manifiesta en que ella cree que es una pura foto, y que con la
foto va a hacer todo lo que quiere hacer. Ella, como pura foto, se ve
lanzada como si no hubiera otras cosas en juego en la relación amorosa
con otro, como si se tratara de un puro asunto de imagen.
En la incursión por la pornografía se trataría de algo parecido: tratar el
real de ese objeto, de ese cuerpo denigrado, poniendo en juego su lindo
cuerpo, poniendo en juego su imagen, y que le paguen por eso. Se trata
allí de obtener un tipo de valor fálico, pero puramente imaginario.

21 de junio de 2007
122 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO

6. Un caso de esquizofrenia /
Sin extensión

I. Sin extensión

Hoy tenemos como invitada a Noelia Dabrowski, es jefa de residentes


en el Hospital Moyano, y nos va a presentar un caso de esquizofrenia
sobre el que después vamos a conversar.

N. Dabrowski: El caso clínico que presentaré corresponde a una paciente


que he atendido, hace ya un par de años atrás, en un servicio de interna-
ción de agudos. Allí, he seguido a la paciente durante el mes en que ha
estado internada, como así también durante los meses siguientes a su egreso,
luego de lo cual ha sido derivada al servicio de Consultorios Externos del
Hospital.
Silvia llega al servicio con veintiocho años de edad y una gran historia
clínica, que da cuenta de su primera internación y del posterior trata-
miento en Consultorios Externos del Hospital, hasta el momento de esta
internación.
Allí puede leerse que a los diecinueve años, tras una serie de problemas fami-
liares, tales como la pérdida de trabajo de su padre, discusiones entre su madre
y una tía que vive con ellos; y según sus palabras “problemas de relacionarse
con la gente”, Silvia realiza un intento de suicidio, rompiendo un vidrio y
cortándose con éste la muñeca. Éste será el motivo de su internación.
A lo largo de las páginas que dan cuenta de los años siguientes puede leerse:
angustia, depresión, desgano, abulia. A esto se suman, desde el año 1998
124 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 125

aproximadamente, ciertas interpretaciones autorreferenciales, ideas de tinte delirio de posesión demoníaca y le salía la voz del diablo, y la verdad que
paranoide, por ejemplo, relacionadas a personas del lugar donde trabajaba. asustaba. Se entiende que en la época de la Edad Media se recurriera a
Más adelante, aparecen “las voces” y el despliegue del cuadro que motiva aquellos exorcismos.
su internación.
En su admisión, Silvia nos cuenta que “hace bastante” escucha voces, de N. Dabrowski: Cuando los trances terminan, Silvia no puede recordar
su abuela fallecida y de Satanás. Esto se agrava hace aproximadamente un muchos detalles de los mismos y se angustia por lo que sí recuerda.
mes, cuando junto con el insomnio y el permanecer todo el día en su cama, En una ocasión Satanás le dice: “o yo o Dios”. Como ella elige Dios, él
las voces comienzan a darle órdenes que, por momentos, no puede dejar de comienza a torturarla con órdenes. Intentamos ver qué sucede si trata de
obedecer. Así, por orden de las voces, intenta agredir a su madre y a su tía engañarlo, por ejemplo responder “vos” para dejarlo tranquilo, aunque en
con un cuchillo, tras lo cual se decide su ingreso al Servicio. su fuero íntimo sepa que Dios es la respuesta. Pero esto no funciona, pues
Intenta rezar, pero cuando las voces son “intensas” esto no funciona. Sabe Satanás “sabe todo lo que ella piensa”.
que son producto de su enfermedad, pero igual tiene miedo, la acompañan En los momentos en que Silvia no estaba tan tomada por las alucinacio-
todo el tiempo. Satanás dice cosas tales como: “serás puta o loca”, “terminarás nes, hablaba de su infancia, sus trabajos, su dificultad para relacionarse.
en la cárcel de mujeres”. Su abuela repite: “o Dios o el Diablo”. Puede ma- Era notable el contraste, se mostraba muy analítica, lográbamos reflexionar
nejar las voces, salvo en los momentos “de trance”, en que se hacen “intensas” sobre la relación entre determinados hechos. Sin embargo, esto quedaba
y “no paran de dar órdenes”. Estas voces hablan por su boca, en general sólo sujeto a lo que sucediera con las voces, y, aunque las mismas estuvieran
ella las escucha, salvo cuando tiene un trance y las escuchan los demás. relativamente “tranquilas”, Silvia estaba confundida y no podía precisar
En sus primeros días en el Servicio padece varios trances. En una ocasión algunos hechos ni las fechas en las que habían acontecido. Intentábamos
intenta ahorcar a una compañera, también quema la toalla de otra. Silvia entonces ir ordenando estos sucesos.
se angustia y teme por esto que no puede controlar. Otras veces logra avisar Considero que en este primer tramo del tratamiento, las intervenciones se
a enfermería lo que le está sucediendo, por lo que la guardia acude antes ubicaban en la línea de alojar al sujeto, lográndose cierta pacificación en la
de que actúe conforme a las órdenes, que eran: “matá a tus compañeras”, paciente en tanto la presencia del analista se prestaba para soportar el empuje
“agredí a las enfermeras”, “cogete al Doctor X” (su médico tratante). mortífero que pedía ser transferido. De hecho, con el correr de los días, los
Estaba de guardia en una de esas ocasiones, por lo que pude presenciar un trances comienzan a disminuir y sólo se producen durante la tarde o la noche,
trance. Si bien había visto a la paciente alucinada, interceptada, nada se cuando yo no me encontraba en el servicio.
comparaba a la expresión de horror y perplejidad que tenía en ese momen- Una mañana Silvia se presenta a la entrevista con un escrito donde habla
to. Cuando nos contaba que la voz le decía que agrediera a sus compañeras, de lo que le sucede, menciona su problema de integración con las compañe-
se le transfiguraba el rostro y modificaba su voz. Tenía miedo de actuar ras de sala, su temor a insertarse en sus actividades luego del alta. Interrogo
conforme a las mismas. De pronto se queda callada y cuando le pregunto y me cuenta que siempre le ha gustado escribir, en una época hacía cuentos,
qué le estaban diciendo en ese momento, responde con esa voz casi demo- le hubiera gustado escribir una novela. Le propongo que durante la tarde,
níaca: “que te parta la boca de un beso”. cuando yo no estoy, escriba sobre lo que le ocurre, así podemos trabajarlo
Acá me gustaría aclarar –porque me resultó muy difícil a la hora de escribir al día siguiente. Es más, podemos probar qué pasa si intenta escribir en los
cómo transmitirlo, era muy rara la sensación–, era como cuando uno ve esas momentos de trance.
películas del tipo “El exorcista”, que está la persona hablando como ella, y Esto se produce simultáneamente a que su médico le anuncie que van a
en el momento que reproducía lo que la voz decía era otra voz, otra cara, hacerle análisis para realizar un cambio en la medicación, comenzará a
como cuando en el cine se ve a los endemoniados, era tal cual. tomar Olanzapina, una droga que es “la mejor” para estos casos.
Es notable la mejoría que se produce a partir de entonces. Desde ese mo-
Sí, es muy impresionante. Una vez presencié a una paciente que tenía un mento -y aún antes de que la Olanzapina comience a producir efecto-,
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Silvia ya no vuelve a actuar en consecuencia de las voces, que se hacen cada cosas, hacían todo por ella. Así, si bien de grande intentó aprender algunas
vez menos frecuentes. En una sola oportunidad le dan órdenes pero, refu- cosas, quedó “temerosa e insegura”.
giada en su escritura, logra desobedecerlas. Cambia su expresión, su rostro Con su hermano mayor, con quien tiene una muy buena relación, eran
refleja alivio, se maquilla y arregla. Comienza a conversar e integrarse con distintas, lo dejaban salir a la calle a jugar, le daban libertad.
sus compañeras. Con su padre se lleva bien, no discute. El problema es con su madre. Dice:
Me trae un escrito cada entrevista, encabezado con mi nombre (al modo de “el vínculo con mi mamá antes no era normal, yo era una extensión de mi
una carta) y luego consigna las diferentes horas del día en las que escribió mamá”. “Éramos muy pegadas. Ahora intento ser independiente, pero por
y sus sensaciones y reflexiones de cada momento. A partir de la lectura, cómo me criaron, yo era como una parte de ella”. “No sólo de chica, cuando
podemos retomar y desplegar dichas temáticas, que van desde cuestiones trabajaba o iba a la facultad la llamaba por teléfono todo el tiempo, nece-
actuales –tales como lo que dicen las voces, el vínculo con sus padres–, hasta sitaba sus consejos, más bien necesitaba su presencia, me bastaba escuchar
recuerdos de su historia que asocia con su padecer. su voz, saber que está aunque no está presente. Eso tengo que lograr: la
Si tomamos en cuenta que sólo el significante puede introducir una falta en presencia en la ausencia”
lo real, creo que algo de esto se produce, diría, por dos frentes: los escritos y En esta infancia acontece un hecho que marca un antes y un después. Ha-
la Olanzapina en su valor significante. blando de sus problemas de relación con los demás, Silvia dice: “hasta los
Al proponerle que escriba –sin darme cuenta de esto en el momento, sólo diez años era normal”. Y así cuenta una escena de su quinto grado, una
después por sus efectos– creo que pude dirigir a Silvia a posibilitar una maestra suplente estaba hablando de las palomas y pregunta dónde se po-
palabra –sus textos– entre ella y las voces. dían ver. Ella responde que en la plaza Carlos Gardel. Al día siguiente la
También considero importante el ir entretejiendo un imaginario que aco- maestra le dice que ha pasado por dicha plaza y no ha visto palomas. Es-
tara el agujero, lo que hacíamos al hablar de los distintos sucesos de su histo- taba en lo cierto, pues ella de grande certificó que no, pero en ese momento
ria, que íbamos relacionando entre sí. De hecho, con la mejoría desaparece creía que sí, por eso había respondido.
la confusión y Silvia comienza a hablar cada vez más de su historia y a ubi- A partir de entonces, con esta “acusación de mentirosa” por parte de la maes-
car hechos como “causales” de lo que le sucede. Así, se propicia un trabajo tra suplente, ella cambió. “No fueron los chicos, ellos no dijeron nada”, pero
de historización, de subjetivación del tiempo. Conforme en sus escritos iba ella comenzó a “ser callada”, “introvertida”, “a alejarse de los compañeros”.
pudiendo ordenar temporalmente los acontecimientos, las fechas imprecisas A pesar de esto, al concluir el secundario, Silvia se ha desempeñado en dis-
iban dejando lugar a hechos cronológicamente ordenados. tintos trabajos: recepcionista, cajera. Pero como implicaban “contacto con
Debo aclarar que, en lo que hace a esta tarea, mi lugar fue el que se designa la gente”, “le costaba y los dejaba”.
como de secretario, en tanto que fue Silvia la que desplegó el relato de sus Comienza a estudiar Psicología y realiza la carrera durante tres años, obteniendo
vivencias, realizando asociaciones. Yo me limitaba a preguntas o interven- muy buenas notas, ya que, “como era insegura estudiaba todo el día”. Dice: “Soy
ciones que favorecieran el relato u ordenaran los hechos. muy autoexigente, en tres años no hice otra cosa que encerrarme a estudiar”.
A continuación, los hechos más significativos: Hasta que ocurre un acontecimiento que la lleva a abandonar sus estudios.
Algo que insiste es lo que la paciente denomina “problemas para relacionarse Cursando Proyectivas, comienza a notar que el profesor la miraba “de un
con la gente“, algo que no puede precisar pero que la angustia. Cuenta que modo intenso, especial”. A partir de esto se siente atraída por él, comienza
esto, si bien presente desde antes, se incrementa a sus dieciocho años, cuando a participar mucho en las clases que se convierten en “un diálogo entre los
termina el secundario y la búsqueda de empleo o comenzar a estudiar impli- dos”. Decide escribir y darle una carta expresando sus sentimientos. El no
caban “enfrentarse con el afuera”. A esto asocia su primera internación. responde, ella deja la cursada, sin embargo concurre a todas las clases de di-
Poco a poco va relacionando esta dificultad con su crianza, ya que, según cho docente para observarlo desde la puerta. Hasta que recibe una llamada
sus palabras, “me criaron en una cajita de cristal”. Cuenta que su madre y telefónica de la facultad en la que le advierten sobre su comportamiento,
su abuela (la de las voces, que vivía con ellos en la casa), en vez de enseñarle con lo que deja de asistir a la misma.
128 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 129

Cuenta que no era la primera vez que esto le ocurría, ya había sucedido con fiere haber estado caída, sin ganas de hablar, angustiada. Se hacen eviden-
un cliente del locutorio donde trabajaba. tes el desgano, la falta de voluntad, permanece la mayoría de tiempo en su
A partir de este relato Silvia logra ubicar cuando comienzan las voces, aun- casa. Continúa asistiendo a las clases de inglés. Al comienzo se preocupaba
que en esta temática no logra situar con exactitud determinados sucesos. por no integrarse con sus compañeros, pero de a poco se instala la idea de
Hace unos tres años, luego de lo acontecido con el profesor, comienza a “no exigirse tanto a ella misma”, “aceptar que es callada”.
escuchar “la voz de Dios”. Esto no la asustó, al contrario, “me sentía bien”, Varias veces se propone arreglar un encuentro con un par de amigas que
“protegida”. Más adelante se suma la voz de Satanás. “Al principio se mez- hace tiempo no ve, pero no lo lleva a cabo. Tampoco se concreta alguna de
claban, no sabía bien cuál era cuál”. Hasta que “sólo quedó la de Satanás”. las invitaciones que su hermano le hace, como ir a algún espectáculo o ir a
Dice de las voces: “Sé que son por mi enfermedad pero no entiendo el me- tomar algo.
canismo por el que hablan por mi boca” Esta ausencia de lazo social me preocupaba. También el hecho de que las
Es difícil precisar cuándo este cuadro se agrava. Cuenta que en diciembre voces, aunque esporádicas, no hubieran dejado en ningún momento de
visitó con su madre a unas tías de Mar del Plata, y una de ellas le dijo: “lu- acompañarla y que, si bien no hubiera vuelto a actuar conforme a las
chá por lo que querés”. Esto “me hizo un clic”, lo entendió en la línea de no mismas, en varias oportunidades intentaban, según sus palabras, “boico-
estar tan pegada con su madre y, apoyada por su médica tratante, comenzó tearla en lo que le gusta” (por ejemplo: “no vayas al gimnasio”). Silvia decía
a estudiar inglés con miras a rendir el examen de ingreso al profesorado. A encontrar alivio en dichos momentos conversando con sus familiares, pen-
su vez, consiguió un par de alumnos particulares. Unos quince días antes sando que es producto de su enfermedad, o buscando distraerse caminando
de su internación debe dejar esto ya que los trances habían comenzado y le o mirando la televisión.
imposibilitaban la tarea. A esta altura del tratamiento debí dejar de atender a Silvia, que fue deri-
Es en este período cuando, una noche, Satanás le dice: “dejá de ser virgen”. vada a Consultorios Externos.
Sale de su casa, se dirige a una villa cercana, se acerca a un “tipo cualquie- Creo que un problema de esta cura es que, si bien se logró avanzar en la
ra” y le dice de tener relaciones sexuales, lo que acontece en un auto. “Me línea de intentar negativizar el exceso de goce, no así en la que lleve a al-
ofrecí como una prostituta”, dirá de este suceso del que casi no habla a lo gún tipo de estabilización. Hubo un esbozo con la escritura y he intentado
largo de todo el tratamiento y que, si bien queda claramente ubicado como fomentarla, pero Silvia dejó de escribir y refería que, por el momento, no
obedeciendo a las órdenes, ajeno a su voluntad, no se acompaña de angustia tenía ganas de retomar. Los recursos que utilizaba para hacer frente a las
(o algún afecto semejante) a la hora de ser relatado. voces (distraerse, conversar con alguien) eran insuficientes en tanto no to-
Días después de dejar de recibir órdenes de Satanás, Silvia va dejando poco caban lo real.
a poco de escribir, hasta que ya no trae escritos a las entrevistas. No sólo No obstante, en los últimos meses de tratamiento, Silvia parecía muy entu-
abandona la escritura asociada a sus sensaciones y sentimientos, sino que siasmada con la idea de ingresar al profesorado de inglés y se preparaba para
también cae el proyecto que había esbozado sobre retomar la escritura en el examen de ingreso. Tal vez, de haberlo logrado, pueda allí encontrar un
una vertiente literaria, con la creación de cuentos o poemas. camino que la lleve a alguna estabilización posible y a la constitución de
Ya de alta, retoma sus estudios de inglés y el gimnasio. algún lazo social.
Debimos trabajar la temática de la búsqueda de empleo, que en un comienzo
aparecía más del lado de un mandato materno, ella aún no se sentía lista. Le puse un título a este comentario, lo llamé “Sin extensión”, ya daré
Cabe aclarar que las “exigencias” por parte de sus padres, especialmente de su cuenta del mismo. Voy adelantando que quiero tocar el punto de lo que
madre, son enunciadas al modo de “preocupación”. “Se preocupan de que no sería la particularidad del nudo esquizofrénico, teniendo en cuenta que
tenga algo cuando ellos no estén” (sus padres son mayores), “me pone mal ver lo que se suelta en la esquizofrenia es el registro imaginario, es decir,
a mi madre preocupada si estoy caída, tengo que estar bien por ella”. el cuerpo. Algo del cuerpo se desprende, y en ese sentido podríamos
En los meses siguientes a su internación, en varias oportunidades, Silvia re- decir que Silvia, a partir del desencadenamiento queda sin extensión -si
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tomamos el término extensión en el sentido de Descartes que hablaba materna por cómo está armada toda la constelación familiar. Tía ma-
del cuerpo como res extensa-, y además, y es en lo que voy a tratar de terna que además -me aclara Noelia- es una esquizofrénica que no llega
centrarme en el comentario, ya que ella se vivía como una extensión a desestabilizarse demasiado, pero que es alguien que tampoco pudo
de la madre. despegarse.
Vamos a seguir el relato de Noelia. En un tiempo posterior, ella ya está medicada. Habría que ver qué hu-
Silvia llega al tratamiento con Noelia en una segunda internación, a biera pasado si no hubiese sido medicada, qué tipo de fenómenos se
los veintiocho años, pero ya había tenido una primera internación a hubiesen presentado. En todo caso, lo que se lee a partir de esta interna-
los diecinueve años. Noelia habla de esa extensa historia clínica, que ción es: angustia, depresión, desgano, abulia, todos aquellos rasgos que
da cuenta de que hacía casi diez años que Silvia estaba en tratamiento dan cuenta de esa introversión libidinal propia de un esquizofrénico.
psiquiátrico, y supongo que psicoterapéutico también, ¿no? Luego se suman, a partir del año noventa y ocho, ciertas interpretacio-
nes autorreferenciales, ideas de tinte paranoide relacionadas con perso-
N. Dabrowski: No, ella en consultorios externos tenía su psiquiatra y su nas del lugar donde trabajaba. Y más tarde se hacen presentes las voces.
psicóloga, y parece que un tiempo antes de la internación su psicóloga se A partir de esa ruptura, de ese momento de ataque al cuerpo narci-
había tenido que ir y no le habían asignado una nueva. Y ella ubica una sista, en el cual ella rompe el vidrio y se corta la muñeca, se produce
diferencia ahí, porque dice que con la psiquiatra mucho no hablaba, que le este proceso, este surgimiento, primero de interpretaciones, es decir, de
preguntaba acerca de la medicación, pero que no podía hablar. cierto agujero enigmático en el campo de la significación, y luego, la
intrusión del significante en lo real a través de estas voces. (Proceso que
De modo que también hay un corte en la ausencia de la psicóloga en quizás -como decía antes-, si no hubiese estado la medicación de por
relación con esta segunda internación. Entonces, hubo un primer tiem- medio, se hubiese producido más rápidamente).
po –que es esa primera internación a los diecinueve años–, y luego este Ahora cuando viene a la segunda internación a los veintiocho años de
tratamiento por Consultorios Externos, hasta que ahora, a los veintio- edad, cuenta que ya hace bastante que escucha voces, estas voces que
cho años, entra por una segunda internación. escucha son las de su abuela fallecida y de Satanás. Esas voces además le
Aquella primera internación refiere a una serie de problemas familiares, dan órdenes que la empujan al pasaje al acto, órdenes que por momen-
entre los cuales estarían la pérdida de trabajo del padre y las discusiones tos ella no puede dejar de obedecer, y es en el marco de estas órdenes
entre su madre y una tía que vive con ella; y por otra parte, problemas que le dan las voces, que ella ataca justamente a esa pareja imaginaria
para relacionarse con la gente. Ya este primer abordaje es en ese mo- madre-tía con un cuchillo.
mento que no sabemos si es propiamente el del desencadenamiento de Abordemos lógicamente este movimiento. A partir del momento en el
la psicosis, pero sí sabemos que es un momento de desestabilización cual hay cierta caída de la figura del padre (teniendo en cuenta que la
que la lleva a un pasaje al acto, un intento de suicidio, en el que rompe función paterna en tanto tal no está, ya que es una psicosis), ella nece-
un vidrio y se corta la muñeca. sitaría refugiarse en la relación especular con la madre. Pero allí está la
El contexto en juego es, por un lado, cierta caída de la figura del pa- tía. Es la imposibilidad de este refugio la que la desestabiliza y la lleva
dre, del padre imaginario, en esta pérdida de trabajo del padre; y por al pasaje al acto.
otro lado, cierta intensificación de un eje especular –que me parece que Conjeturo que la madre y la tía son dos hermanas que no han podido
después atraviesa todo el caso–, que son las discusiones entre la madre separarse una de la otra, y ninguna de las dos de su propia madre. Re-
y la tía. Este pasaje al acto habla del atravesamiento de cierto plano del cordemos que ellas vivían con la abuela materna, de modo que Silvia
espejo que ella traspasa, atacando al cuerpo. vivía con su madre, con su tía, y con su abuela materna. El padre estaba
Yo le preguntaba a Noelia hace un rato si esta tía era la tía materna o un poco al costado, con lo que Silvia queda atrapada en una suerte de
no, ella no lo sabe, pero podemos hacer la hipótesis de que era la tía linaje matriarcal del que su hermano también queda afuera –ya se había
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ido. A la que retienen tanto la madre como la abuela es a ella. Se arma ción, ya en el tratamiento con Noelia. Este movimiento es un resultado
una especie de linaje matriarcal y de nudo entre estas mujeres. Un nudo del empuje al goce, donde la falta de un límite transforma a Dios en un
precario, teniendo en cuenta que a veces se logran nudos consistentes diablo. Finalmente las voces lo que hacen es ordenarle, y ¿qué le orde-
en el linaje matriarcal, dando lugar a psicosis que no se desencadenan. nan?: pasajes al acto, atacar al otro, atacar el cuerpo imaginario.
En este caso hay un nudo flojo, al menos flojo para Silvia. Podemos ubicar algo del empuje a la mujer en boca de Satanás, cuando le
A su vez está la cuestión del insomnio. Un mes antes del ataque a la ma- dice: “Serás puta o loca”, o “Terminarás en la cárcel de mujeres”. Hay una
dre y a la tía, del pasaje al acto y de la internación, ella empieza –además relación entre Satanás y lo femenino, Satanás encarna un goce que lleva a
de que se intensifican estas voces– a tener insomnio y a permanecer todo la feminización. Este aspecto del diablo está muy presente en el texto de
el día en la cama, a medida que las voces le dan cada vez más órdenes. Freud acerca del pintor Haitzmann, aunque Freud lo lee como histeria,
Se trata de un momento de fuerte desregulación del goce corporal, de la como una neurosis demoníaca. De todos modos está la cuestión de Satanás
que el insomnio es un índice contundente. Para poder dormir se necesita y de la feminización en juego en ese caso.
cierta homeostasis del goce, y el insomnio justamente es un índice muy Ubico en esta vía esa escena con Noelia, en la que la voz le dice que
claro -que es muy habitual de encontrar en los desencadenamientos, o en le parta la boca de un beso –ahí visiblemente se hace presente el em-
las desestabilizaciones de los psicóticos-, de desregulación del goce corpo- puje a la mujer. Satanás la lleva para el lado de un goce que no puede
ral: el cuerpo no puede descansar, no puede parar. A la vez que ella estaba regularse fálicamente, y que entonces empieza a tomar la significación
todo el día en la cama, Silvia no podía dormir, no podía ausentarse. de lo femenino. Cuando falta el límite de la castración lo femenino
toma la significación de algo malo, es la sede de lo maligno del goce.
Por eso puta o loca, o la cárcel de mujeres, donde estaría lo peor de lo
femenino.
II. El significante en lo real Asimismo está la voz de la abuela, que vendría a ser la voz de la razón,
que la obliga a elegir: “O Dios o el diablo”. Se trata de una elección
Por otra parte está la cuestión de las voces, que son las voces de Sata- forzada, porque si ella elige a Dios, el diablo la tortura de un modo tal
nás y la voz de la abuela. Lo que es interesante es cómo Silvia ubica que se hace más presente todavía, de modo tal que, elija lo que elija, es
claramente que las voces hablan por su boca. Es interesante –en rea- el diablo el que la invade.
lidad ya lo habían estudiado algunos psiquiatras (como por ejemplo
Séglas), y lo había retomado Lacan en “De una cuestión preliminar a
todo tratamiento posible de la psicosis”– el hecho de que las alucina-
ciones verbales son alucinaciones motrices verbales, y que finalmente, III. El empuje al pasaje al acto
es el mismo sujeto psicótico el que las emite de modo más o menos
articulado. En el caso de Silvia esto está registrado por ella misma, Las órdenes apuntan a operar sobre el cuerpo imaginario del otro:
que las voces hablan por su boca, y se pregunta cuál es el mecanismo “Matá a tus compañeras”, “Agredí a las enfermeras”, “Cogete al Doctor
que hace que hablen por su boca. Ella tiene en claro que es ella quien X”, etc. Efectivamente, se trata del cuerpo en el espejo: es coger, o ma-
habla, o que las voces hablan en ella. Y luego está la particularidad tar, o agredir. Son las cosas que se pueden hacer con el cuerpo del otro
de que cuando está en trance, la voz se hace escuchar por otros –es lo en el plano imaginario: cogerlo o matarlo. Las voces le ordenan avanzar
que Noelia presenció. sobre el cuerpo del semejante.
También están las figuras de Dios y el Diablo. Empezó escuchando la Satanás sabe todo lo que ella piensa, notoriamente es la figura de un
voz de Dios, a la que más tarde se suma la de Satanás, pero eso es una Otro omnipotente, de un Otro gozador, que puede encarnar muy bien
construcción posterior, cuando ella puede hacer esa suerte de historiza- lo que es el padre real, ese padre vivo de la psicosis. Ese padre del que
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Freud nos dió una figura en el padre de la horda, ese padre gozador, sus problemas de integración con las compañeras de la sala, sobre su
omnipotente, tirano, despótico, cruel, que tenía todo el goce para sí, temor a insertarse: la integración, la inserción, el formar parte de, el
que gozaba de todas las mujeres y dejaba a los sujetos castrados, atemo- hacer lazo con el otro. Y entonces, a partir de la iniciativa de Silvia
rizados, inseguros, como se siente ella. de traer el escrito, la intervención de Noelia propone servirse de la
Así es que podríamos decir que esa presencia de Satanás es un poco la escritura como un instrumento transferencial, como una suerte de
presencia del padre real que viene al lugar del Nombre del Padre que objeto transicional, de modo que durante la tarde –cuando Noelia no
falta. Ahí donde el sujeto recurre al Nombre del Padre, se encuentra está– escriba sobre lo que le ocurre. Porque cuando Noelia estaba no
con un agujero, y en ese lugar irrumpe Un-Padre en lo real, y es esta había trance, pero el asunto era cuando Noelia no estaba, entonces
figura de un Otro gozador que invade el cuerpo de ella con su goce había que ver si la escritura podía venir a suplir la presencia de la ana-
empujándola al pasaje al acto. lista y detener el trance. Propongo definir a éste como un momento
La transferencia empieza a introducir cierta detención de este movi- de tratamiento de la voz por la letra, ya que en el trance se trata de
miento de empuje al pasaje al acto. En esos momentos Silvia puede esto: de la voz que juzga al goce. En este tratamiento se apunta a que
hablar de su infancia, de su trabajo, de su dificultad para relacionarse, la letra venga al lugar de la voz, posibilitando que Silvia desobedezca
se vuelve muy analítica. Puede establecer ciertas relaciones entre hechos a las voces.
de su historia, pero también se hace presente cierta confusión. Este Lacan ubicaba la voz del superyó –que en la psicosis se hace presente en
trabajo de historización es un intento de hacer algún ordenamiento del lo real– como una voz que ordena gozar. Jouis!, que en francés significa
significante que permita ubicar algo del orden de lo que es la relación, “¡goza!”, y que a la vez es homofónico a J’ouis, “oigo”. Goza en francés
la causa-efecto. Algo que abroche, viniendo a cumplir esa función que es homofónico a oigo. Él justamente señalaba que el oído es el único
le falta en lo simbólico: el Nombre del Padre. agujero que no se puede cerrar. Entonces, si oigo, obedezco. De allí que
si la voz mandaba a Silvia al pasaje al acto, ella lo ejecutaba.

S1 → S2 LETRA
VOZ → j’ouis → oigo → obediencia
Las intervenciones se dirigen en este tiempo a alojar al sujeto. Tienen un
efecto muy claro, que es que los trances empiezan a disminuir y sólo se A partir de este trabajo con la letra sobre la voz, se opera el efecto de
producen en ausencia de la analista. La presencia del analista detiene el desoír, efecto de des-obedecimiento, podríamos decir también de des-
empuje al pasaje al acto goce, de ir en contra del empuje al goce.

Pregunta: Ella, ¿logra no tener más trances?

IV. El tratamiento de la voz por la letra N. Dabrowski: Ya tenía menos trances, por ahí aparecían las voces con
algún comentario, nombrándola, pero sin dar órdenes. Hubo un par de
Es así como la presencia de la analista detiene ese movimiento, y es momentos donde le dan alguna orden y ella escribe: “la voz me está dicien-
entonces que surge –de Silvia misma– algo muy interesante: trae un do tal cosa, eso me angustia, me da miedo”. Digamos que logra poder hacer
escrito. Silvia lleva a la transferencia un recurso con el que cuenta, y algo con eso.
entonces por un lado va a hablar de su gusto por la escritura, de que
cuando era chica escribía cuentos, etc.; y por otro lado, en lo que Sí, vos dijiste que en una sola oportunidad le dan órdenes, pero que, re-
escribe va a mencionar sus dificultades con el lazo. Ella escribe sobre fugiada en su escritura, logra desobedecerles. O sea que realmente hay
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un efecto de límite, de dique, y ese dique además introduce un efecto que da cuenta del empuje a la mujer como algo maligno, empujándola
sobre lo imaginario. De la desobediencia a cierta reconstitución de la al ataque al cuerpo imaginario.
imagen narcisista, porque justamente lo que nos dice Noelia cuando lo Es así como en la primera internación ataca su propio cuerpo atrave-
describe es que Silvia “cambia su expresión, su rostro refleja alivio, se sando un vidrio y cortándose las muñecas. Mientras que en ocasión de
maquilla y arregla, comienza a conversar y a integrarse con sus compa- la segunda internación quiere atacar a la madre y a la tía, quiere atacar
ñeras”. A partir de que se rearma la imagen narcisista encuentra cierto el cuerpo del otro, busca romper ese imaginario, empujada por las vo-
lugar en relación con el semejante. ces. Las voces empujan a la ruptura del cuerpo imaginario, y ella puede
rearmarlo cuando puede dejar de obedecerles.
LETRA → desobediencia → i ( ) Este rearmado no se opera en la vía de la identificación con un semejante,
VOZ → j’ouis → oigo → obediencia sino como resultado de un trabajo con la letra sobre la voz. Se trata de un
recurso más interesante que la identificación imaginaria, ya que con la iden-
Y después empieza cierto viraje en la escritura, que vira a la carta. De tificación imaginaria pasa lo que pasó en el tratamiento que vimos la vez
todos modos –y seguimos con el francés–, en francés la letra y la carta pasada, que la analista se va de vacaciones y el sujeto se queda sin cuerpo.
se escriben igual. Digamos que hay algo de carta en la letra misma, pero Es realmente un problema cuando uno está soportando con su cuerpo
es interesante el hecho de que ella empiece a encabezar con el nombre la transferencia. Por eso siempre que se puede hay que tratar de que sea
de la analista sus escritos, transformándolos en cartas de amor, en cartas otra la vía de estabilización, algo más allá de la identificación imagina-
dirigidas al Otro. Es una letra que está dirigida al Otro, y el lugar del ria. No siempre se logra. En este caso es interesante que Silvia misma,
Otro es un soporte libidinal fundamental. Esta direccionalidad al Otro que está realmente en transferencia, trae el escrito. Ella misma trae algo
en la transferencia vuelve posible cierto trabajo de historizacion más con lo que se puede empezar a hacer otra cosa.
sistemático que ese esbozo que había surgido anteriormente. Después está la cuestión de la olanzapina. Seguramente que hay algún
efecto químico, y también hay un efecto por el lado del significante, ya
Pregunta: Nieves, cuando hablabas de la imagen narcisista, ¿dijiste que que Noelia dice que la mejoría se produce incluso antes de que la olan-
la desobediencia permite rearmar la imagen narcisista? zapina comience a producir efecto. Pero está el hecho de que el médico
le dice que es la mejor droga para estos casos.
Sí, a partir de la desobediencia, ella puede rearmar algo de la imagen
narcisista. Al llegar a desobedecer a las voces, puede empezar a arre- N. Dabrowski: Sí, es una droga con la que se necesita hacer ciertos análisis
glarse, a maquillarse, a relacionarse con las compañeras de internación. clínicos antes de administrarla, entonces el médico le dice esto, y mientras
Algo del lazo con el propio cuerpo y con el semejante (están los dos en le van haciendo los análisis, están los resultados, y se la empiezan a dar,
el plano del espejo) se pacifica. pasan por lo menos unos tres días, y ella antes de esos tres días comienza a
estar mejor. Hasta el médico mismo estaba asombrado, porque cuando se
Pregunta: ¿Y ahí a quién toma como para identificarse, a Noelia? comienza a dar un fármaco tarda unos días en lograrse cierto efecto, y en
ella todo se produjo antes de ese tiempo.
No me parece que se trate de una identificación imaginaria con al-
guien, ya que es el trabajo de escritura el que opera una extracción de Por eso, evidentemente hay algún efecto en otro plano.
goce que la rearma. Podríamos distinguir diferentes dimensiones de las También están estos hechos más significativos, que pueden ir surgiendo
voces. Hay un primer momento, cuando ella empieza a escuchar la voz en este período del tratamiento más dedicado a la historización a partir
de Dios que la protege. En este tiempo la voz protege el cuerpo narcisis- de cierto aplacamiento del empuje al goce. Entonces aquí surgen cues-
ta, lo contiene. En un segundo momento surge otra voz, la de Satanás, tiones fundamentales:
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Ella siempre tuvo problemas para relacionarse con la gente, pero esta V. La ilegitimidad del narcisismo esquizofrénico
dificultad se incrementa a los dieciocho años, un año antes de la pri-
mera internación. Hay una cuestión a tener en cuenta –que estuvimos Otro tema que me parece sumamente interesante es el siguiente: mu-
hablando con Noelia , pero que no mencionó en el relato clínico–, y chas veces cuando el sujeto psicótico logra historizarse –no siempre se
es que esa abuela tan importante –que es la que se hace presente en la puede hacer ese trabajo en el tratamiento– surgen acontecimientos de
voz–, había muerto en la adolescencia de Silvia, a los quince o dieciséis la infancia que quedan como traumáticos, y que no tienen nada que ver
años, y considero que no es un dato menor. con los acontecimientos traumáticos de las neurosis, en los que siem-
De todos modos, es a los dieciocho años donde ella ubica cierta inten- pre hay alguna cuestión sexual en juego, que termina quedando ligada
sificación de la angustia. A esa edad termina el secundario, de modo a algún fantasma. En este caso, es el acontecimiento de los diez años
que tiene que salir de cierto núcleo familiar más o menos endogámi- de Silvia que marca un antes y un después. Claramente ubicamos una
co, buscar empleo, empezar a estudiar. Ella dice “enfrentarse con el ruptura temporal, algo del orden del trauma, de un agujero. A partir de
afuera”, asociando directamente su primera internación con la difi- ese momento ella deja de vivirse como normal. Podemos incluso ubicar
cultad para salir, para enfrentarse con el afuera. Silvia lo relaciona con en ese suceso el desencadenamiento originario, ya que en ese momento
que la criaron en una cajita de cristal, que su madre y su abuela en Silvia se pierde o se corta el lazo con el otro.
vez de enseñarle cosas, hacían todo por ella. La madre y la abuela la Se trata de una maestra suplente que pasa por la plaza Carlos Gardel y
anulaban, y si bien de grande intentó aprender algunas cosas, quedó no ve las palomas de las que Silvia le había hablado. Silvia siente que es
temerosa e insegura. acusada de mentirosa. En esta sensación de ser acusada podemos ubicar
Encontramos una falencia en la construcción del narcisismo desde el una primera interpretación, fenómeno elemental que daría cuenta de
vamos, por el hecho de que es el otro el que hace por ella, y cuando cierta confrontación con un vacío en el plano de la significación.
es ella quien intenta hacer algo, queda con esta inseguridad, con este
temor, que habla un poco de algo que no termina de sostenerse en el N. Dabrowski: Yo le preguntaba si la maestra le había dicho algo, pero
plano del narcisismo. nunca la maestra dijo mentirosa.
Silvia queda totalmente tomada por esta cadena estragante de mujeres:
la abuela, la tía, la madre y ella, yo diría, casi anulada por estas otras Claro, dijo que no había palomas en la plaza Carlos Gardel. Ella dice
mujeres. Y supongo que la que llevaba la voz cantante era la abuela, ya que la acusaron de mentirosa y que a partir de esto ella cambió. No
que es la voz que ella después alucina. fueron los chicos, ellos no dijeron nada, pero ella comenzó a ser callada,
Otra cuestión es la extensión, que le da el título a mi comentario. Silvia introvertida, a alejarse de los compañeros. Pero además está el hecho
relata: “yo era una extensión de mi mamá, éramos muy pegadas. Ahora de que ella dice “hasta los diez años era normal”, en ese momento ella
intento ser independiente, pero por cómo me criaron, yo era como una deja de verse como normal, se sale de la norma. Se produce una suerte
parte de ella.” Ella como parte, como extensión de la madre. de desencadenamiento, un desencadenamiento acotado, que da cuenta
Hay un asunto interesante en relación con la voz de la madre. Esta de un punto de impasse en la confrontación con un agujero. Se trata de
voz la sostenía, es como el reverso de la voz de la abuela, de la voz del una hipótesis, ya que no es fácil dar cuenta de esto. Lo que no impide
diablo. Ella dice que no sólo de chica, sino también cuando trabajaba o pensar algunas cosas.
iba a la facultad, la llamaba por teléfono todo el tiempo, necesitaba sus Por ejemplo, podemos pensar en por qué Silvia no tenía problemas
consejos, le bastaba con escuchar su voz. La voz de la madre la acom- con la escolaridad. Podemos conjeturar que quizá ella lograba cierta
pañaba como una extensión que le permitía salir de la casa. Gracias a la continuidad, cierta extensión en la relación con la maestra. Algo de la
voz seguía conectada con la madre y entonces podía trabajar o estudiar, relación madre-hija, de la extensión madre-hija se ponía en juego, y es
pero siempre con esa conexión casi física por el lado de la voz. esta continuidad la que se corta entonces en esta escena.
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VI. El desencadenamiento en el corte de la extensión Frente a eso que se le desarma del cuerpo narcisista, al quedar excluida
de la relación con el otro en este episodio con el profesor, viene la voz de
Cuando ella no puede continuarse con la mirada de la maestra –porque Dios a suplementar la mirada del Otro, a acompañarla, a protegerla. Pero
ella ve las palomas, pero la maestra no–, hay un corte. Así como antes el problema es que empieza a aparecer Satanás. La presencia de Satanás es
estaba la extensión por el lado de la voz con la madre, en este corte se cada vez mayor, al final queda Satanás solo, destruyendo a Dios.
localiza la mirada. La mirada también se hará presente en ese otro acon- La voz de Satanás la empuja al pasaje al acto. Le dice que tiene que dejar
tecimiento con un profesor, en la facultad. En ambos acontecimientos de ser virgen, entonces ella se acerca a un tipo cualquiera y tiene relacio-
están en juego la mirada y el sentimiento de exclusión. nes sexuales con él. Tiene que ser una puta. Se trata del empuje a la mujer
La mirada como algo que irrumpe en un punto de corte, de exclusión, como maldita, como maldicha, que se encarna en ese pasaje al acto.
esa mirada de la profesora que vio que había algo no legítimo en ella, Hay otro eje que también es muy importante. ¿Cuándo se agrava el
algo mentiroso. Es como si la maestra hubiese visto que ella estaba sos- cuadro de Silvia que la lleva a esta segunda internación? En diciembre
tenida en una identificación imaginaria, como si hubiese apuntado a la visita con su madre a unas tías de Mar del Plata y una de ellas le dice:
verdad de la posición de su ser, al hecho de que ella en realidad no podía “luchá por lo que querés”. Esto le hizo un clic, lo entendió en la línea
responder por sí misma, que ella estaba sostenida en el otro, pero en el de no estar tan pegada con la madre, y apoyada por su médica tratante,
sentido más fundamental. Hay un lazo que se corta, pero ese lazo que se empieza a estudiar inglés con miras a rendir el examen de ingreso.
corta con los otros, con los semejantes, es el resultado de un lazo que se Silvia se agrava cuando quiere despegarse de la madre, cuando quiere
corta en el plano especular con la maestra, donde hay algo de la mirada salir o cortar la extensión. Siempre lo que la desestabiliza es eso: cuando
que irrumpe, y que la deja ubicada en otro plano distinto. hay algún movimiento -ya sea producido por el otro o producido por
A pesar de esto ella puede terminar el colegio, trabajar en distintas ella misma- de desconexión del soporte imaginario en el otro, de la
cosas. Pero va cambiando los trabajos porque implicaban contacto con identificación imaginaria.
la gente y le costaba. Después estudia psicología, y a los tres años de Con respecto al último tiempo del tratamiento con Noelia, Silvia deja
estudiar psicología ocurre el episodio con el profesor de Proyectivas. de recibir órdenes de Satanás, dejando caer la escritura. La escritura fue
Me parece que no es casual que sea justamente la materia Proyectivas, sólo un instrumento para tratar la voz –ni más ni menos–, y considero
es una materia que llama a la posición interpretativa. Es en ese marco que ya es bastante, pero no se transforma en un recurso de suplencia.
que la mirada del profesor –ella dice que el profesor la mira de modo Es simplemente un dique, un recurso que detiene la invasión de goce,
intenso y especial– toma una significación especial. pero que no logra re-anudar los registros. Cuando el simbólico logra
Se trata de un atisbo de erotomanía: ella se siente atraída por él, las reanudar con la escritura, la misma cumple una función central en la
clases se convierten en un diálogo entre los dos. Digo atisbo, porque estructura, pero en este caso es un recurso que se limita al tratamiento
evidentemente este profesor no estaba interesado en ella, sino hubiera de la intrusión de la voz.
hecho algo, no la hubiera dejado atrás de la puerta.
Estuvo tres años estudiando psicología. Como era insegura, estudiaba todo
el día. Seguramente que en este punto hay algo que se rearma para ella.
Con este profesor de Proyectivas se trataba del diálogo entre los dos, en el VII. El nudo de Silvia
eje especular: la extensión, la continuidad, ellos dos se entendían, se habla-
ban con la mirada. Hasta que hay algo que se corta ahí: ella le escribe, avan- Ya de alta, retoma el inglés y el gimnasio. En el momento en que se
za, el hombre no responde, y entonces se corta esa continuidad, se corta termina este tratamiento están esas dos vertientes: por un lado, la ver-
la extensión, el lazo. Y así Silvia queda afuera, del otro lado de la puerta. A tiente del recurso que sigue la vía de la letra, el idioma como el recurso
partir de ese momento empieza a escuchar la voz de Dios que la protege. a la apropiación de un simbólico que no sea materno, eso es la lengua
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extranjera. La posibilidad de entrar en un uso de la voz que no la lleve I


a este linaje materno que la desencadena. Y por otro lado, el gimna- interpretación
erotómana
sio como un tratamiento del cuerpo imaginario, como una manera de
rearmarlo, donde los ejercicios de la gimnasia logran cierto rearmado
del cuerpo. En el caso de la psicosis pueden cumplir una función fun-
damental, una función de dibujo del cuerpo. Además están los espejos
en el gimnasio, la posibilidad de verse, de verse en movimiento, per-
mitiendo cierto armado del cuerpo en el plano puramente imaginario.
No alcanza sólo con el gimnasio, hay que ver si alcanza también con el
inglés. Noelia deja abierta esta cuestión.
Volvamos al nudo. En la esquizofrenia el registro que se suelta es el S R
registro imaginario, y hay interpenetración entre simbólico y real.
Las voces se van a manifestar acá, como intrusiones de lo simbólico en Voz
lo real; es el significante que retorna en lo real. En este caso es la voz el
fenómeno elemental. Por el lado de la intrusión de la voz, el tratamiento de la escritura opera
un movimiento contrario: la letra sobre la voz. Con lo real de la letra,
detiene ese movimiento intrusivo de la voz, anulando esa intrusión.
Esta operación deja abierto cierto espacio para que se re-anude lo ima-
I ginario, y es cuando vemos ese efecto en el cuerpo imaginario de que
Lapsus ella pueda empezar a arreglarse, a tratarse con las compañeras, movi-
I miento que finalmente la lleva al gimnasio.
Ese espacio que abre la letra en el tratamiento de la voz permite cierta
reconexión de lo imaginario. En esta reconexión ubicamos su posibi-
lidad de reanudar cierto lazo con el otro, toda la cuestión del arreglo
del cuerpo, y después el recurso al gimnasio. En la vía más directa del
tratamiento de la voz por la letra podemos ubicar primero la escritura
y después el recurso del inglés.
S R S R Queda abierta la cuestión de si de esta manera Silvia va a poder o no,
efectivamente, re-anudar el registro imaginario con los otros dos regis-
Voz tros. Por ahora hay un esbozo de re-anudamiento, hay algo del cuer-
po narcisista que se rearma, cierta posibilidad de lazo. Pero de ningún
Precisando más, parece tratarse de una esquizofrenia paranoide. Está la modo podemos decir que se logra una suplencia, como por ejemplo
cuestión interpretativa, hay ciertos esbozos erotómanos, y, junto con la en el caso de Joyce, que logra efectivamente que el registro imaginario
voz, una prevalencia de la mirada. De modo que lo que emerge en este vuelva a anudarse con los otros dos. En el caso de hoy hay todavía un
espacio en el que el imaginario se suelta del real, es la mirada. El sujeto espacio abierto.
intentará interpretar, es decir, re-anudar esa mirada por el sentido. Es
en ese punto que ella siente que el profesor la mira especialmente, en N. Dabrowski: Algo que me surge como pregunta. Había pensado sobre
un esbozo erotómano. este episodio de dejar de ser virgen, y a mí se me hacía muy parecido al tema
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de la paliza que recibe Joyce, y el punto que Lacan sitúa de desprenderse ficantes de la lengua que permite un ordenamiento, posibilitando un
del cuerpo como una piel y que no hay ahí ningún afecto. Y a mí ese he- sentido, también es una manera de re-anudar lo imaginario. Se trata de
cho –cuando Silvia me lo cuenta– fue algo que me resultó muy llamativo, una orientación causal de los significantes que contribuye al rearmado
porque no era cualquier cosa, sin embargo ella me lo cuenta totalmente del campo de la realidad. Ubico entre simbólico e imaginario la histo-
desafectivizada. rización:
I
Ya tenemos claro que el imaginario está suelto. Se trata de un indicio
clarísimo de ese soltamiento fundamental del nudo en la esquizofrenia.

Pregunta: Yo me quedé pensando en lo que ella dice al final del caso,


acerca de que hay una mejoría, pero no una estabilización, y el tema historización gimnasio
de la escritura que la vemos en este caso como un recurso pero que no
llega a anudar. Eso de que ella deja la escritura, da lugar a pensar en la
insondable decisión del ser, a pensar esta cuestión de por qué algo que
tiene tanta posibilidad de hacer frente a la voz, que es el fenómeno más
intrusivo para ella, y lo pensaba por esta cuestión de que muchas veces S R
en los tratamientos se ve que hay algo que funciona y el sujeto lo deja
caer y no continúa con eso.

De todos modos está el inglés, recurso que no es del orden de la reco- inglés
nexión con la madre, no es del orden de la vuelta a la extensión, sino
más bien de abrir otro espacio. No sabemos cuál será su alcance. Lo interesante de la letra como recurso es que, a diferencia de la histori-
zación, además toca lo real. Habíamos ubicado en las primeras clases a
Pregunta: Vos planteaste esta cuestión de historización, y yo me pregun- partir del artículo de Schejtman, cómo el lapsus del nudo se puede repa-
taba ¿qué lugar dar a la historización en la psicosis?, porque a partir rar en el mismo punto del lapsus, o en dos o tres puntos distintos, que
de ahí se puede armar todo este segundo momento que Nieves presentó. parecería que es hacia donde tiende este tratamiento. Podríamos decir
¿Qué hace el analista con esto? que la historización, el inglés, y el gimnasio, reparan distintos puntos del
nudo, apuntando a volver a anudar el imaginario.
N. Dabrowski: Es un trabajo fundamental, pero que no siempre se logra.
Esta era una paciente muy particular, no todos los pacientes psicóticos van Pregunta: ¿Por qué dicen que no llega a armar un delirio con lo del
logrando hacer ese despliegue, ella decía: esto me debe pasar por esto, o por profesor?
esto otro.
N. Dabrowski: Porque no llega a armar un delirio con eso, podríamos
Pregunta: Claro, porque ella incluso sitúa este momento de mentirosa, decir que es una idea delirante, queda en esa idea solamente.
que en muchos pacientes no aparece. Pero a partir de eso, me parece que
se puede enganchar este segundo momento, no es sin eso,¿no? En ese episodio con el profesor, hay algo más de querer sostenerse en
una relación dual con el otro, donde ella entra en una conexión especial
Así es. La historización, que es este trabajo de conexión entre los signi- con él, estableciendo un diálogo entre ellos dos en la clase.
confines de las psicosis / 147

Pregunta: Eso tiene aspecto delirante. Bibliografía

Sí, tiene aspecto delirante, erotómano, que le hace escribir esa carta al 1. Seglas. “Las perturbaciones del lenguaje en los alienados”. 1892.
profesor. Y la paciente queda mirando desde el otro lado de la puerta, 2. J. Lacan. “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
queda excluida, al igual que había quedado excluida en el episodio de la psicosis”. Siglo XXI ed. Buenos Aires, 1985. Págs. 519/522.
los diez años, cuando queda desconectada de la mirada de la maestra, es 3. S. Freud. “Una neurosis demoníaca en el siglo XVII”. En Obras
un fenómeno del mismo orden. No llega a armar un delirio con eso, no Completas. Ed. Amorrortu. Tomo XIX. Buenos Aires, 1996.
sigue, de la facultad la llaman, le dicen “basta” y ella no retoma esto. 4. F. Schejtman. “Acerca de los nudos”. Las dos clínicas de Lacan. Ed.
Tres Haches. Buenos Aires, 2000.
N. Dabrowski: En un momento –porque lo que tenía Silvia es que como
había estudiado psicología manejaba algunos conceptos–, cuando le estaban
por dar de alta, me acuerdo que me dijo que lo que ella había tenido era
un episodio psicótico con ideas místicas. Y creo que eso también favoreció el
trabajo de historización, porque ella tenía presente eso de que al analista se
le cuenta la infancia, entonces lo traía todo el tiempo y hacía este intento
de ir relacionando un suceso con otro.

Seguramente que hay algo del saber de la psicología que le funcionó


como recurso en el tratamiento.
Gracias, Noelia, hasta la próxima.

5 de julio de 2007
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7. Un caso de paranoia / El damnificado

I. El damnificado

Hoy nuestra invitada es Paula Cáceres. Ella es residente en el Hospital


Alvear y nos va a presentar un caso de paranoia, paranoia desde la pers-
pectiva del psicoanálisis, después habría que ver desde el punto de vista
psiquiátrico cómo se podría diagnosticar; ella trajo su hipótesis. Así que
vamos a escuchar a Paula.

Paula Cáceres: Por el tono de voz y ademanes empleados para hablar, José
no pasa inadvertido ante la mirada de ningún espectador. Aún su relato
más dramático esta teñido de cierta comicidad, que en ocasiones, logra el
arrebato de una sonrisa.
Desde 1995 vive solo en un inmueble que será ejecutado por deudas banca-
rias, ya que ha fraccionado los vínculos con todos los integrantes de la fami-
lia. Estuvo casado durante veintitrés años, y como fruto de ese enlace nacie-
ron cinco hijos –la primera falleció a raíz de una enfermedad genética.
Durante algunos años sólo mantuvo contacto con Lucy –que es la hija me-
nor– los días domingos por el lapso de una hora, dispuesto por un régimen
de visita.
En septiembre de 2004, el paciente se presentó a su primera entrevista psi-
coterapéutica conmigo. Luego de sentarse, y sin prestar atención a mi nom-
bre, extrajo torpemente papeles de su portafolio, muchos de ellos cayeron al
piso, otros fueron colocados arriba del escritorio. Yo no lograba comprender
de qué se trataba semejante alboroto. Ese día exclamó exaltado “¡No veía
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la hora de llegar, no sabe todo lo que tengo para contar!, vine buscando mi parte, la apuesta residió, y aún reside, en una sumisión completa a las
una psicóloga que me escuche todo lo que tengo para demostrar”. Trajo posiciones subjetivas del enfermo.
consigo fotocopias de una antigua historia clínica, denuncias, pericias psi- El paciente llegó al Hospital en busca de un amparo porque vivía en estado
quiátricas, cartas enviadas a diferentes organismos gubernamentales, una de alerta permanente; una certeza lo inquietaba: en cualquier momento
agenda. Ofrecía estas pruebas intentando esclarecer qué lo acercaba hasta podían volver a secuestrarlo. Se sentía un objeto, incluso desecho, sin defen-
el hospital. sas, frente al goce infinito del Otro. Necesitaba un equipo de profesionales
Su discurso era elíptico, desorganizado y avasallante. que respondiera por su caso.
A posteriori, tras un gran esfuerzo, logré reconstruir lo siguiente: El 13 de Durante los primeros meses de tratamiento, el paciente me advertía sobre
Agosto de 1995 fue llevado a una comisaría, y posteriormente internado los riesgos que corría al atenderlo. Según me hizo saber, el Director General
en Open Door a causa de un suceso de violencia familiar. Al salir de su de Hospitales de la Provincia y su Secretario fueron asesinados por involu-
primera internación José se separó de su mujer, que en ese entonces estaba crarse con él.
embarazada de su hija menor, y perdió el rastro de su familia. Decidió des- Por otra parte, se mostraba eufórico, y solicitaba que las sesiones sean más
vincularse de ellos, convencido de que todo fue producto de una artimaña prolongadas, que hiciera una excepción con él. Exclamaba frases como la
de su cuñado, avalada por el falso testimonio de sus hijos. siguiente: “Necesitaría cuatro o cinco horas para transmitir todo lo que me
En el año 2000 fue internado por segunda vez. Ese día se había acercado pasó, no me alcanzan cuarenta minutos, una hora”. Cuando esta clase de
hasta la Asesoría de Menores para modificar el régimen de visita. Dijo “Al pedidos hacían su aparición yo intentaba establecer un límite, informán-
presentar mi D.N.I. me reconocieron y me sometieron a una junta médi- dole que respondía a las normas de la Institución, y que por tal motivo no
ca”. A la luz de estos hechos José interpretó “Fui injustamente secuestrado y era posible que extendiera la duración de los encuentros. “Tenemos muchas
torturado por la policía y los médicos, me acusaron de querer atentar contra entrevistas por delante, y en ellas trataré de comprender lo que me trans-
mi vida. En el hospital no me quería quedar dormido, si lo hacía me iban mite”, le explicaba.
a sacar los órganos para traficarlos. Es una mafia, están por todos lados y Además, le pedía permiso para tomar nota de lo que se trabajaba en la se-
se relacionan entre sí. Lo mío es un asunto de estado, no saben en lo que se sión, pues consideraba que podía ser útil para organizar la información, el
están metiendo” paciente asentía, no sin cierta suspicacia. “Tomá nota de lo que quieras, pero
Entre 1995 y el año 2000, el paciente comenzó una infatigable lucha a decime, ¿qué escribiste ahí?”, preguntaba José al tiempo que supervisaba mi
fin de reivindicar los daños que había sufrido. Se comunicó con figuras de trabajo. “Lo que usted comenta, nada más, ni nada menos”, le respondía.
Amnesty Internacional, Asamblea de Derechos Humanos, Programa Na- Paulatinamente comenzó a traer a la entrevista papelitos en los que apun-
cional Anti-impunidad, Ministerio de Desarrollo Social, Defensoría del taba aquellos temas que le preocupaban. Relataba que por las noches no
Pueblo de la Nación, y otros medios de comunicación. Quería demostrar podía conciliar el sueño porque le comenzaban a caer las fichas acerca de
que había sido víctima de un Otro despiadado, vale decir, él lo dice con sus diversos hechos acaecidos. Rastreaba en el pasado, incluso en su infancia,
palabras “de un ogro” al que describió como personas que se comen a otras las razones de las torturas de 1995 y 2000, de este modo se entretejía una
personas. Su meta es, fue, y será, el resarcimiento económico y moral por historia en la que él, su padre, los ingleses y los militares, eran los princi-
parte del Estado. pales protagonistas. “Siempre han existido irregularidades, sólo que en ese
La posición inocente, la sospecha retroactiva, el control padecido, el dicho momento no comprendía lo que sucedía”, afirmaba.
alusivo, la atribución subjetiva, constituyen la trama de un cóctel delirante Por aquella época José no sólo interpretaba diversos sucesos cotidianos, sino
que remite a la estructura de la paranoia y a lo que Clérambault denomi- también lo que acontecía en cada encuentro conmigo. Semana tras semana
naba “una psicosis pasional”; ésta es mi hipótesis. se quejaba de algún comentario o gesto que consideraba inapropiado, por
De acuerdo a los dichos de José, los psiquiatras a los que concurrió anterior- ejemplo si yo inadvertidamente dejaba alguna frase inconclusa, a la si-
mente se dormían al escucharlo o lo incitaban a abandonar su lucha. Por guiente entrevista traía su interpretación delirante acerca de la misma.
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Percibí que al responder con humor a sus acusaciones cedía su desconfianza der asearse y recibir comida. Para alcanzar este fin decía “Si hago creer que
hacia mí. “Por favor, no me venga con eso, ésa es una interpretación suya”, estoy haciendo huelga de hambre me van a tener que internar porque estoy
le decía. poniendo en riesgo mi vida y, de acuerdo a la ley, eso no puede ocurrir”.
Frecuentemente el paciente me convocaba al lugar del Otro que sabe y goza, Durante esta época, no sólo ninguna respuesta laboral le resultaba convin-
y manifestaba su descontento porque me rehusaba a quedar ubicada allí. cente, sino que tampoco podía ocultar que había estado internado en Open
Cierta vez expresó: “Atendeme una cosita. Acá la relación médico-paciente Door, y esto obviamente constituía un estigma para él. Cuando se conversa-
no funciona de manera tradicional, no sé si es una estrategia que estás im- ba acerca de ello, yo intervenía sin neutralidad alguna. “Si bien la meta es
plementando, pero no me siento indagado ni cuestionado. Sos psicóloga, y que el Estado lo indemnice, usted necesita otro tipo de ingresos. Le sugiero
no es pertinente que respondas “no sé” cuando te hago una pregunta. Te noto que todo lo que concierne a su lucha lo converse en su tratamiento. A una
apabullada e insegura, no sabes cómo manejarte conmigo”. Mi respuesta entrevista de trabajo no tiene que llevar todas sus pruebas ni los detalles de
no se dejó esperar, le dije: “Existe una distancia entre ser psicóloga y saber su vida, no es ése el propósito”.
acerca de todo. Hay cosas que no sé, ¿que quiere que le haga?, por eso se las Asimismo, le indicaba el modo más conveniente de administrar su escasa
pregunto a usted”. cantidad dinero. “Intente no gastar la totalidad de su ingreso en llamadas
Pese a sus querellas José admitía sentirse conforme con el tratamiento, traía telefónicas, telegramas y demás. No estoy de acuerdo en que pase días sin co-
sus pruebas y empezaba a hablar. Yo lo escuchaba y anotaba, pero cuando su mer, ¿entiende?”. Al escuchar mis prédicas, el paciente no podía menos que
relato se volvía engorroso, lo detenía utilizando como recurso la dramatiza- echar a reír. “No te enojes conmigo, coincido con vos, además me gustaría
ción: “Por favor, hable más pausadamente, no puedo seguirlo, me duele la ahorrar porque me quiero arreglar los dientes y la prótesis sale muy cara”,
cabeza, no entiendo nada de lo que me cuenta, ¿me explica esto otra vez?”. me explicaba.
Con el fluir de los meses su excitación sólo se manifestaba por medio de una Durante algunas semanas José no concurrió al Hospital porque no podía
leve exuberancia, se lo observaba menos inquieto y más ordenado. “Ahora solventar los viáticos. Frente a esta situación alarmante, se estableció una
no me tiembla la mano y puedo dormir de noche sin tomar medicación”, comunicación más fluida con Trabajo Social y se conversó la posibilidad
afirmaba. Al sentirse más sereno alcanzó a desplegar un tema del que hasta de gestionar un certificado de discapacidad, sin perder de vista las conse-
el momento no había hecho mención: el amor. Ya lo había anticipado hace cuencias que esta intervención podía acarrear. Si bien en un principio el
tiempo “Cuando termine de contar todo lo que ocurrió, quiero hablar del paciente no se mostró de acuerdo con la propuesta, culminó aceptándola
amor”. La preocupación concernía a su soledad y a la falta de vida sexual. “No quiero traicionarme a mí mismo, tantos años de lucha, de denuncias,
A raíz de la desconfianza, la realidad de su vida amorosa estaba marcada para demostrar que el Estado se ha comportado mal conmigo y ahora voy a
por la ausencia de todo encuentro concreto. En las entrevistas, evocaba a su declarar en mi contra. Si acepto que tengo un trastorno delirante crónico,
ex esposa, sostenía que pese a extrañarla, se sentía decepcionado de ella; al nada de lo que diga va a tener valor. Tengo miedo pero lo voy a hacer, ¿me
ubicarla en el lugar de perseguidor, el amor se teñía de carácter mortífero. podrían acompañar a hacer este trámite?”.
A veces traía a sesión un libro, y leía en voz alta fragmentos que había Me pregunto: ¿no es acaso producto del lazo establecido lo que posibilitó que
seleccionado, explicaba y reflexionaba acerca del ideal funcionamiento de José consagrara el esfuerzo que sostuvo durante tantos años? En la actuali-
una pareja. Yo pienso que tal vez, al hablar de estos temas, dejaba de estar dad, este hombre que emprendía una lucha reivindicativa en soledad ha
cautivo de Otro que lo gozaba, para convertirse en un cautivo del amor, en logrado hacer lazo con otros. Durante algún tiempo se denominó a sí mismo
el sentido de transformarse en un teórico del tema. “coordinador” de un grupo de familiares de víctimas de actos delictivos, y
Sin embargo, mas allá de que hubo un momento en que él empezó a estar una vez por semana se reunía con ellos para brindarles contención. Por su
más tranquilo, al comenzar el invierno la crítica situación social del pa- conocimiento en temas legales, asesoraba a inexpertos que no sabían cómo
ciente se agudizó. Sus ingresos no le alcanzaban para cubrir las necesidades manejarse en el Sistema. Además, ha podido administrar su dinero y pagar
básicas, y a raíz de ello solicitaba insistentemente una internación para po- un tratamiento odontológico.
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Cabe destacar que, si bien el núcleo delirante se mantiene intacto, no des- El primer momento es el 13 de Agosto de 1995, cuando parece ser el
tina tiempo para hablar de ello en las entrevistas, su preocupación radica agente de un suceso de violencia familiar, que lo lleva primero a una
en las transacciones que debe realizar para concretar sus proyectos laborales. comisaría y luego a ser internado en Open Door; y este suceso parece
Acude asiduamente a la Municipalidad para que le otorguen la habilita- haber llegado tan lejos que provocó, no sólo la separación de la mujer,
ción de un local que quiere poner en alquiler. Señalo que antes no podía ni sino también la desvinculación de su familia. Salvo de esta hija menor
acercarse a la Municipalidad porque era el lugar de donde habían surgido de la que estaba embarazada su mujer al momento de la separación,
todos estos personajes que lo habían secuestrado y demás, pero ahora va sin pero a la que ve una hora por semana, de un modo muy pautado. Ade-
problema. más él está convencido de que lo sucedido es producto de una especie
Y lo más importante para él es que espera ansiosamente reencontrarse con su de conspiración entre su cuñado y sus hijos.
familia para conversar sobre lo ocurrido. Explica que está dispuesto a pedir Es decir que en 1995, él es el agente de un pasaje al acto en el que ataca
disculpas, hace años atrás tuvo un comportamiento agresivo. al cuerpo del otro en este episodio de violencia familiar. Pasaje al acto
que culmina con una internación, y además con una separación radical
de su familia, ya que era padre de cinco hijos. La hija que muere, ¿mue-
re antes o después de las internaciones?
II.En busca de amparo
Paula Cáceres: Antes, aunque no puede precisar las fechas, fue hace como
Escuchamos el caso de este paciente que consulta por su cuenta a Con- veinte años. Cabe destacar que durante el tratamiento esta hija entra en la
sultorios Externos hace ya tres años, y se encuentra con Paula. Me pa- trama delirante. Porque si bien una de las principales perseguidoras es la
rece que es muy interesante esta direccionalidad al Otro que parte del esposa, los hijos también, excepto Lucy. A José le resulta extraño que la hija
sujeto mismo que va a buscar amparo –se es el termino que él utiliza. mayor haya muerto por un problema genético y el resto de los hijos no lo
Va a buscar amparo al Hospital Alvear y se encuentra ahí con Paula y haya tenido. Entonces, o la primer hija no era de él, o el resto de los hijos
con un equipo tratante. Pareciera que los dos encuentros terapéuticos no eran suyos.
previos que tuvo fueron de otro orden, se produjeron a partir de inter-
naciones, de modo que anteriormente había sido llevado. Es importan-
te subrayar el tiempo notable de duración del tratamiento y sus efectos.
La importancia del hecho de que el sujeto mismo se dirija a este lugar III. La atribución del goce al Otro
y que no sea llevado allí, es fundamental en este caso.
Claramente desde el primer momento, y como señala Paula, la ubica a Lo que vos no comentaste en tu relato de hoy, pero que me parece es
ella como testigo, porque ella dice que ni siquiera presta atención a su un dato importante, es que su primera internación -este pasaje al acto-
nombre y empieza a mostrarle todas las pruebas, una cantidad apabu- coincide con que le piden que se haga cargo de la madre que estaba con
llante de toda clase de pruebas: denuncias, una antigua historia clínica, un episodio grave.
cartas y demás.
Paula logra establecer la prehistoria de esta consulta en medio de la Paula Cáceres: Me cuesta mucho precisar algunos datos porque nunca pude
dificultad del discurso del sujeto, y sitúa estos dos puntos fechados que citar a ningún familiar. Trabajo sólo con el paciente porque no tiene amigos,
son: 1995 y 2000, fechas de la primera y la segunda internación. De ni ningún familiar responsable. Por ese motivo, con la médica que forma
modo que este es un sujeto que ha tenido por lo menos dos descom- parte del equipo tratante, tuvimos que realizar muchas maniobras: por ejem-
pensaciones. Después veremos si podemos pensar en el nudo cómo plo, acompañarlo a hacer el trámite que certifica que es un discapacitado. En
ubicar estos dos momentos. esa época, estábamos permanentemente en contacto telefónico con él...
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Lo que José comenta es esto: que la hermana le pidió que se haga cargo de su desarrolla esta lucha infatigable para reivindicar los daños que sufrió, es
madre enferma y en ese punto, evidentemente, no pudo responder. impresionante a la cantidad de organismos a los que concurre.

Me parece un dato crucial, ya que inmediatamente él interpreta este Paula Cáceres: A los que sigue concurriendo y desde donde lo llaman. Lo
suceso en términos de una injusticia, porque en verdad la hermana y llaman de Presidencia, de Canal Siete, y ahí también hubo que poner un
el cuñado se habían quedado con el dinero de la casa de los padres, o una límite.
cuestión así. Entonces ya, en relación con ese pedido de que él se haga
cargo empieza a ponerse en juego la idea de estar perjudicado por el otro. Entonces lleva adelante esta lucha reivindicativa, en la que se juega una
Podríamos ubicar en ese momento cierta confluencia en relación con esta búsqueda de un reconocimiento, ya que su meta es un resarcimiento
primera internación y este pasaje al acto, y no sabemos si hay otras co- económico y moral por parte del Estado. No se trata solamente de que
ordenadas, pero sí contamos con éstas: por un lado, este pedido de que le paguen por daños y perjuicios, sino que además, lo resarzan moral-
se haga cargo de la madre que estaba grave, y por otro lado, si bien él ya mente. Es decir, que hay algo de su dignidad, de su amor propio que él
tenía varios hijos, de todos modos estaba próximo a una nueva paterni- siente que necesita reivindicar.
dad, su mujer estaba embarazada. Entonces tenemos esas coordenadas, Podríamos decir que justamente, en la medida en que no cuenta con
esa coyuntura. No sabemos si eso da totalmente cuenta de lo que ocurrió, el Nombre del Padre, ve su nombre mancillado por el Otro y necesita
pero es en ese campo, en esa situación que se produce este episodio que reivindicarlo, reivindicar su buen nombre. Es decir que busca en ese
evidentemente ha sido muy grave. Este pasaje al acto parece no haber Otro que encarnan el Estado, los medios, etc., aquel reconocimiento
sido menor, para terminar en una comisaría y después quedar internado que no obtuvo del padre por estructura. No sabemos nada de la historia
tiene que haber habido efectos fuertes de esta violencia. Eso es la primera con su padre, pero podemos conjeturar que ese reconocimiento que no
internación. encontró allí lo busca fundamentalmente en los organismos del Estado
Cinco años más tarde está la segunda internación. Nuevamente entra -que encarnan algo de ese Otro que viene al lugar del padre de todos.
en juego la constelación familiar: él se acerca a la Defensoría de Me- Por otra parte me interesa resaltar la distinción entre la posición de los
nores para modificar el régimen de visita, y cuando presenta el D.N.I. psiquiatras que trataron anteriormente a José y la posición de su ana-
algo se desencadena nuevamente allí, hace un nuevo pasaje al acto. Esta lista actual. Distinguir esa posición que puede eventualmente tener el
vez es un intento de suicidio, no es un ataque al cuerpo del otro sino al Otro que trata a un sujeto -particularmente a un sujeto paranoico: esa
propio cuerpo, y él hace una interpretación paranoica de este intento posición en la que, o bien lucha contra los molinos de viento tratando
de suicidio. Dice: “Al presentar mi D.N.I. me reconocieron y me sometie- de hacerlo abandonar su lucha, o bien se duerme –se da por vencido– y
ron a una junta médica. Fui injustamente secuestrado y torturado por la la diferencia con la posición de un analista. Cómo un analista logra
policía y los médicos, me acusaron de querer atentar contra mi vida”. En encontrar un lugar ahí, apelando a toda su creatividad, lo que no es
ese momento, también tiene un episodio de insomnio: “En el hospital nada fácil.
no me quería quedar dormido, si lo hacía me iban a sacar los órganos para
traficarlos”. Podríamos decir que el insomnio coincide con un estado
de alerta paranoica; y el peligro allí es la fragmentación corporal, dice
que van a sacarle los órganos. “Es una mafia, están por todos lados y se IV. La docilidad del analista
relacionan entre sí”. Ahí está la mirada como omnipresente que llama a
cierta versión megalómana: “Lo mío es un asunto de estado, no saben en Lo que me parece fundamental es que lo que Paula ubica allí es una
lo que se están metiendo”. apuesta a una sumisión completa a las posiciones subjetivas del enfer-
Entre 1995 y 2000, o sea, entre la primera y la segunda internación se mo, o sea, una apuesta a cierto lugar de objeto, a dejarse tomar, a cierto
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uso instrumental por el Otro. Pero no dejarse tomar así, de cualquier modo le da un lugar a ese exceso, no es una respuesta de rechazo. Es
manera, sino con una posición. muy importante esto como maniobra transferencial. Es fundamental
¿Cuál es el temor, el peligro, del que busca amparo en el Otro tera- respecto de qué viso toma después la transferencia, porque Paula lo
péutico? Justamente es el peligro de ser tomado por el Otro, volver que recalca es cómo la transferencia toma esta modalidad de corriente
a ser secuestrado, es decir, que siente la inminencia, la proximidad, tierna, hay algo del orden del amor ahí; y en esto tiene mucho que
la amenaza de la posibilidad de un goce que lo invada nuevamente. ver la posición de la analista. Seguramente que alguien que se duerme
De un goce que lo invada bajo la figura de un Otro gozador que frente a esta posición, o que trata de hacerlo desistir del delirio, no va
lo tome y se lo lleve, es una figura imaginaria de una invasión de a generar ese efecto.
goce próxima. Por otro lado está la cuestión de la interpretación retroactiva que él
Es muy pertinente cómo la analista le disputa ese lugar de objeto, más hace. Dice que siempre habían existido irregularidades, sólo que antes
bien es ella la que se deja tomar por el goce de José –no totalmente, no comprendía lo que sucedía, y en ese sentido me parece pertinente
ya que Paula va a maniobrar allí– y esto alivia a José de su posición de plantear la cuestión del diagnóstico psiquiátrico, y más sabiendo que
objeto, y lo aleja de esta proximidad del pasaje al acto. Porque sabemos hoy vinieron varios médicos de tu residencia. Ya que por un lado tene-
que si él siente que está por ser tomado por el Otro, actúa. mos el diagnóstico de paranoia más general que podría pensarse desde
Podríamos decir que el amparo es el nombre de la transferencia, no la Escuela Alemana; y después está la propuesta que Paula hace de pen-
solamente en relación a la analista, sino también a la institución hospi- sarla como una psicosis pasional. Porque justamente Clérambault hace
talaria y a todo el equipo tratante. De hecho, no sé si Paula lo comentó una distinción entre psicosis pasional y psicosis interpretativa. Si nos
hoy, pero José se refiere al equipo como “su familia”. Después vamos a queda tiempo podemos discutir después sobre esto.
comentar ese punto. Está también la cuestión del tratamiento por el lado del humor, y es
A su vez es muy interesante el tratamiento por Paula de ese exceso -que interesante el efecto. Según mi experiencia, es raro que el humor paci-
debe ser bastante difícil de soportar transferencialmente- de alguien fique la desconfianza, más bien suelo escuchar como respuesta del lado
que dice que necesita cuatro o cinco horas de sesión. del sujeto paranoide una vivencia de que el Otro lo está gozando. Pero
en este caso, evidentemente hay una predisposición en relación con la
Paula Cáceres: No solamente eso. Si bien no lo incluí en el trabajo, una posición que Paula le ha generado en la tranferencia, y además quizás
vez se puso paranoide porque vio que yo tenía un celular. Lo observó dete- alguna virtud especial que tengas vos, Paula, con la cuestión del humor,
nidamente y explicó que ése no era el número que le había dado –claro, él y para dramatizar, se ve que te gusta. Hay un saber hacer que me parece
sólo contaba con el número de la residencia, del beeper–. Dada su actitud, que tiene Paula que hace que eso no sea vivido por el sujeto como un
decidí darle mi número personal aclarándole que confiaba que sólo en un goce del Otro, porque en realidad es un lugar ideal para adjudicarle al
caso de urgencia me podía llamar; obviamente esto no fue así. Bueno, en Otro que lo está gozando.
realidad los motivos por los que él me llamaba eran concebidos como una
urgencia. Más de una vez me ha llamado un fin de semana y, como yo vivo Paula Cáceres: Más bien se apiada, creo, porque me ve muy loca, es como
en Ramos me ha dicho: “Me voy hasta Ramos y tenemos una sesión”; Yo que la locura de él pasa de mi lado.
le marco que eso no corresponde, que no es pertinente. Ahora no son tan
frecuentes esos pedidos. O sea que tus intervenciones fueron más del lado de lo cómico que del humor.

Es interesante que frente a este exceso de querer sesiones de cuatro o Paula Cáceres: Sí, por ejemplo, cuando yo le digo “Ay por favor, me duele la
cinco horas, Paula, por un lado le dice las normas de la Institución, cabeza, me voy a desmayar” ahí para, mejor dicho paraba, porque ahora no
pero después le dice “Tenemos muchas entrevistas por delante”, de este está tan avasallante con su discurso, esta hecho todo un señorito inglés.
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Otra cuestión interesante es el lugar del Otro castrado que encarna la caso de Schreber, cuando no hay amor o respeto por el padre es necesaria
analista aquí. Esto que te dice José “Atendeme una cosita, acá la relación una ortopedia educativa, en este caso podríamos decir que cuando no
analista-paciente no funciona de manera tradicional ... sos psicóloga y no es hay castración, es decir, la posibilidad de amar a alguien, de dar a alguien
pertinente que respondas…”. La describe como un Otro barrado, y ella que no lo es lo que no se tiene, lo que se hace presente es un saber sobre
de algún modo insiste en esa posición diciéndole “Hay una distancia el amor que queda ligado a un ideal de salud. Por eso cómo “deberían”
entre ser psicóloga y saberlo todo”. funcionar las parejas. Se trata de un saber que no incluye la castración, y
Esto tiene mucho que ver con cómo se va instalando esa transferencia por eso efectivamente, él no puede ser más que un teórico del amor. De
positiva tan difícil de conseguir, tan difícil de lograr -la confianza- en el vivir un amor ni hablar, sólo puede teorizar sobre un amor ideal ligado a
paranoico. Y cómo inmediatamente se ve el efecto: cuando hay trans- la salud, en el cual no habría castración.
ferencia hay una operación sobre la economía libidinal del sujeto, y Y por eso el amor queda por fuera de su particular anudamiento. El
hay un efecto de regulación del goce que es muy evidente en este caso amor no queda por fuera de las psicosis en general, pero sí queda por
“a pesar de que sigue insistiendo con las querellas, está comprometido fuera de la paranoia. Un paranoico no puede amar, sí puede quizás, es-
en el tratamiento, se lo observa menos inquieto, más ordenado, no le tablecer este lazo tierno al que hace referencia Paula, sí puede instalarse
tiembla la mano, puede dormir…”, y demás. en un lazo amoroso en el marco de la transferencia, pero otra cosa es
amar a una mujer como hombre.
Paula Cáceres: Quería agregar algo. Si bien en alguna ocasión fue necesa-
rio aplicarle un Decanoato de Haloperidol –es un antipsicótico cuya dosis
dura un mes en sangre– actualmente, está tomando dosis sub-terapéuticas
de antipsicóticos. Por lo tanto, es notable el trabajo que hizo. Para mí VI. El tiempo de hacerse al ser
José está estabilizado en este momento. Esto no se logró sólo con los psico-
fármacos, sino que es producto del trabajo que fue haciendo junto con el Luego, cuando se agrava la situación social del paciente, me parece que
equipo tratante. son esenciales las intervenciones de Paula, que le dice por ejemplo “Si
bien la meta es que el Estado lo indemnice, usted necesita otro tipo de in-
Evidentemente acá la transferencia es al equipo. Además esto se ve en gresos. Le sugiero que todo lo que concierne a su lucha lo converse en su tra-
las citas que vos traés, por ejemplo cuando él dice: “Yo llamo porque tamiento, a una entrevista de trabajo no tiene que llevar todas sus pruebas
ustedes son como mi familia”, dice “ustedes”. ni los detalles de su vida, no es ése el propósito…”; y otras intervenciones
del mismo estilo. Además el paciente con estas intervenciones se siente
cuidado, y finalmente acepta este certificado de discapacidad, que se
pone un poco en tensión con su lucha.
V. Un teórico del amor Paula pregunta si esto no es producto del lazo establecido, por supuesto
que sí, sin ese lazo establecido hubiera sido imposible que José acepte el
Después está la cuestión del amor. “Se preocupa por su soledad, y su certificado. Pero no olvidemos que el paciente concurre al Hospital para
falta de vida sexual, evoca a la ex-esposa, la extraña, pero se siente decep- obtener amparo, y este certificado es un signo de amparo, va en la misma
cionado por ella”. Vos ahora no trajiste el título del libro, pero a mí me línea de la demanda inicial, por eso me parecía elemental esa direcciona-
interesaba porque ese libro –del que él lee en voz alta fragmentos– que lidad al Otro inicial en el sujeto.
explica y con el que reflexiona el modo en que debería funcionar una También está el tiempo en el cual fue coordinador de víctimas de actos
pareja, se llama “Metafísica para la salud”, no es un libro de poemas de delictivos, se reunía con ellos y asesoraba con sus conocimientos de temas
amor. Me hacía acordar a los libros del padre de Schreber. Así como en el legales a los inexpertos. Claramente allí podemos ubicar esta expresión
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que utiliza Lacan “el psicótico es el amo en la ciudad del discurso”, en Lacan para la paranoia en el Seminario 23, que es la continuidad entre los
este caso asesorando con su saber a los que no saben. De hecho, también tres registros:
podría dar un curso sobre el amor.
I

Paula Cáceres: De hecho, en la actualidad está personificando a un “men-


talista”. Hace unos meses conoció a un hombre que tiene problemas sen-
timentales y le da consejos por teléfono. Le dice, por ejemplo: “Quedate
tranquilo que esta mina que se fue va a volver”, entonces el hombre se
tranquiliza y le paga por el trabajo.
R S
Y podemos decir que en este título de “coordinador de familiares de
víctimas de actos delictivos”, hay algo de la restauración del narcisismo,
devolviéndole la dignidad al nombre propio. Incluso llega a servirse de
ser un damnificado, cuenta con un saber hacer con el síntoma, hace un
uso del síntoma por el cual eso mismo que lo ubicaba en un lugar de
desecho, de víctima del Otro, comienza a funcionar como un recurso, En este Seminario, en la clase III “El nudo como soporte del sujeto”,
él tiene un saber y sabe hacer con ese saber en relación con otros. Eso le justamente Lacan va a plantear lo siguiente “En tanto que un sujeto
da brillo a su nombre. Porque no es lo mismo ser alguien perjudicado anuda de a tres, lo imaginario, lo simbólico y lo real, es soportado sólo
por el Otro, que ser un “coordinador de….”. por su continuidad. Lo imaginario, lo simbólico y lo real, son una sola
También está el hecho de que el paciente dice que el equipo es como su y misma consistencia, y es en eso en que consiste la psicosis paranoica”.
familia, y también, Paula no leyó la frase final pero José le dice: “Paula, Sabemos, y lo vimos en las primeras clases, que el nudo borromeo de
atendeme una cosita, no quiero meterte en líos, no me gustaría que te pase tres no existe. El nudo de tres existiría si la relación sexual existiese,
nada malo. Te quiero como a una hija” . Él como padre, y la analista por lo tanto siempre hay lapsus del nudo, y según qué tipo de lapsus
como hija. del nudo, qué tipo de anudamiento lo repare, vamos a tener, o una
estructura borromea, neurótica, o una estructura no borromea, por
ende psicótica.
La cuestión es que si el nudo de tres está fallado, siempre es necesario
VII. El nudo de José un cuarto. ¿Cómo concebirlo en la paranoia? Lo que habíamos ubicado
en las primeras clases es que el soporte, lo que funciona como cuarto,
Es un caso en el cual, si hacemos una distinción amplia –como solemos es la costura entre los tres redondeles, es lo que los vuelve continuos.
hacer en el psicoanálisis– entre lo que sería el polo esquizofrénico y el Podemos suponer en la paranoia, que, porque hay lapsus del nudo, en
polo paranoide en la psicosis, está claramente del lado de la paranoia. principio están los tres sueltos. Imaginémoslos como superpuestos, uno
No encontramos fenómenos elementales en el plano del significante, encima del otro, y la operación que equivaldría al cuarto nudo sería
como serían por ejemplo las alucinaciones verbales, no encontramos coser los puntos de cruce, entonces se puede pasar de un registro a otro
ese tipo de perturbaciones del lenguaje, sino que el fenómeno elemen- como si nada. Es lo mismo lo imaginario, lo simbólico, que lo real,
tal se sitúa en el plano de la significación, es delirante. En todo caso si no hay distinción entre los tres registros. Eso sería la paranoia lograda,
hay un fenómeno elemental es el delirio mismo. a la que también Lacan va a llamar personalidad, y va a decir que en
Entonces podemos pensar este caso en relación con el nudo que propone realidad la personalidad es eso, es la continuidad entre los tres registros
164 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 165

que funciona como cuarto en la paranoia, que hay que distinguir de lo I


que sería el cuarto cuando es un sínthoma neurótico –que queda ligado
al inconsciente.
Es así que el anudamiento cuarto en la paranoia es la costura misma, no
hay un cuarto redondel, como sí encontramos en la reparación sintho- interpretación
mática en la esquizofrenia de Joyce. O como hallamos en los casos que delirante
escuchamos de manía y melancolía, donde había un cuarto que venía
a re-anudar lo simbólico que se soltaba. Acá lo que funciona como
cuarto es la costura que introduce un anudamiento sumamente rígido,
porque no se puede hacer ninguna operación, ningún movimiento,
S R
con estos redondeles.
En la esquizofrenia se suelta lo imaginario, se vuelve a abrochar con
un cuarto –en caso de Joyce con el Ego– entonces hay ciertos movi-
mientos que se pueden hacer, mientras que en la paranoia no se puede En el momento en que él tiene que acceder al lugar de padre, su res-
hacer nada, está todo cosido, no se puede mover nada. De ahí la rigidez puesta no es la perplejidad, no hay derrumbe de lo imaginario. Por el
del nudo paranoico, la rigidez de la posición paranoica. Obviamente contrario, vive ese momento como una injusticia y entonces él tiene
que ésta no es una paranoia lograda porque ha tenido por lo menos que hacer valer sus derechos. Inmediatamente con el delirio repara.
dos momentos de desencadenamiento, y en estos momentos el recurso Hay un momento previo al pasaje al acto que da cuenta de que hubo
del sujeto es el pasaje al acto, ahí está la posición paranoica. No llega cierto desencadenamiento y que algo se soltó, pero inmediatamente
a soltarse el registro imaginario y a quedar el sujeto a expensas de la vienen el pasaje al acto y el delirio.
interpenetración entre simbólico y real, interprenetración que verifica- Lo que podemos colegir es que, al menos en esta segunda internación,
mos en la esquizofrenia cuando presenta perturbaciones del lenguaje, lo que viene a soltarse es el imaginario, porque hay un fantasma de frag-
alucinaciones verbales, y demás. mentación corporal –que si se queda dormido le van a sacar los órga-
En este caso de paranoia, algo comienza a soltarse en el nudo en el nos– pero, a diferencia de la esquizofrenia, no se suelta. Si se soltara lo
momento en el que el sujeto por alguna razón tiene que acceder a un imaginario tendríamos todos esos fenómenos –que describió Lacan en
lugar de padre, por ejemplo, cuando fue puesto en situación de hacerse el Seminario 3– que ocurren en el desencadenamiento esquizofrénico y
cargo de su madre, y además está por tener próximamente una hija (no que no ocurren en este caso.
sabemos si hay otra cosa más). Entonces ¿qué quiere decir la continuidad entre los tres registros? Que
Es entonces que recurre al pasaje al acto como un intento de restablecer todo lo real, que es el goce que lo invade, a la vez es simbólico. Inme-
lo que se soltó: ataca a la familia –seguramente empezó por atacar a su diatamente se traduce en términos de significante, y hace la trama del
mujer, la más persecutoria para él. Ataca al cuerpo del otro, y en este delirio. Todo lo real es simbólico, y es imaginario, e inmediatamente
mismo pasaje al acto re-anuda –en ese mismo momento en que se está adquiere un sentido, de ahí la tendencia a la interpretación.
soltando– ese redondel que podría llegar a soltarse. Es también en ese
momento que empieza a operar el delirio, la interpretación delirante.

VIII. Efectos del tratamiento en el nudo

¿Cómo juega este pedido de tratamiento, tan singular, y tan poco co-
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mún en la paranoia? Justamente él viene a pedir, viene a buscar un su dignidad a partir de que él puede hacerse valer, hacer valer su saber
recurso de amparo. El amparo vendría a ser el nombre de lo que lo va en la relación con otros, como coordinador del grupo de víctimas, o en
reanudando más fuertemente. Porque parece que en estas reparaciones la posición de mentalista.
delirantes que él logró, no se había quedado tranquilo, ya que siente que Y lo último que dejo planteado es que él encuentra una familia susti-
hay una amenaza de secuestro. En cualquier momento podría volver a tuta. Cuando se desencadena su psicosis, José rompe con la familia que
ser invadido por el goce del Otro, entonces con esta consulta realiza había armado, porque no puede seguir ocupando el lugar de padre,
una suerte de maniobra preventiva. En lugar de ser internado, o antes porque hay algo del lugar del padre que entra en crisis radical, por lo
de llegar al punto del pasaje al acto, viene él mismo, y es interesante que que no puede volver nunca más a ese lugar. Lo interesante es que él es
busca amparo en un Otro terapéutico, cuando podría haberlo buscado padre de una hija que lo cuida, es un padre de puro semblante; es una
en un Otro legal. Es cierto que a este último lo estuvo buscando todo relación padre-hija en la cual toda la responsabilidad y todo el peso
el tiempo, pero no le dieron bolilla; de todos modos, él no tendría por recae sobre la hija. Yo me preguntaba, frente a este proyecto de reen-
qué tener algo que ver con lo terapéutico, y es interesante que en este contrarse con la familia, qué posibilidades hay de que se produzca un
caso hay un saber de la estructura que no es habitual en la paranoia, en nuevo desencadenamiento. Lo dejo abierto como una pregunta.
el sentido de dirigirse a un Otro terapéutico en busca de amparo.
De algún modo, me parece que el amparo lo que hace es operar en esto Paula Cáceres: Lo que nosotros le decimos es que este acercamiento tiene
que para José está complicado desde 1995, reforzando estos puntos que que ser paulatino y desde el Hospital, y que lo vamos a ir trabajando y pen-
quedaron como deshilachados. Entonces podríamos ubicar el amparo sando desde el espacio terapéutico, o sea psicológico y psiquiátrico, porque
como el nombre de este nudo cuarto que, en realidad, refuerza la costu- la verdad, no sabemos qué puede llegar a pasar.
ra de la paranoia, refuerza la continuidad entre los registros. Podríamos
llamar “el amparo” a este sínthoma. Ubicar ahí como fundamental la Seguramente le van a reclamar todas las cosas y las metidas de pata que
obtención de este certificado de discapacidad que, lo deja amparado se mandó. Probablemente lo reclamen a un lugar de padre que él no
por el Otro, que hace un poco de este paciente el hijo del equipo, que le puede sostener.
consigue un nuevo nombre, el nombre de discapacitado.
I
Paula Cáceres: Él ha intentado manejarse solo con este tema. Hace poco fue
a tocarle el timbre a una hija y ella lo atendió desde atrás de una ventana.
José se entristeció mucho con esta actitud, lo sintió como un rechazo. Le
expliqué que era esperable que sucediera esto ya que hacía diez años que
amparo no mantenían contacto. Le remarqué que era necesario ir paso a paso y con
cautela. La última vez que tuvo el impulso de acercarse a su familia meditó
en función de lo que habíamos estado trabajando. Prefirió no concurrir,
como una manera de preservarse. Con respecto a la familia, logramos tener
interpretación una entrevista el año pasado con su esposa y una de las hijas. Ellas creen
delirante que José es un hombre violento, no un paciente psiquiátrico. Por ese motivo
S R
les cuesta acercarse a él. Para el paciente, el reencuentro con su familia es
asintótico, al igual que el encuentro con una mujer. Es decir que llegado el
momento, lo deja para más adelante. Lo que no ha dejado para más adelan-
Gracias a este amparo consigue a la vez terminar de darle consistencia al te es el tratamiento odontológico... y eso le ha cambiado la imagen a José.
registro imaginario con este Nombre Propio que queda restableciendo
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La posición que encontró Paula en la maniobra transferencial es un Bibliografía


logro importante, no es nada fácil. Se ubica en un lugar tan difícil de
lograr, que no está en los libros. Justamente lo que vos decís es que lo 1. J. Lacan, El Seminario, Libro 23, El sinthome. Ed. Paidós, Buenos
que leíste acerca del amor en la psicosis dice algo distinto de lo que vos Aires 2006. Página 53.
lograste con tu posición en el tratamiento. Es interesante para pensar 2. J. Lacan, El Seminario, Libro 3, Las Psicosis. Ed. Paidós, Buenos Ai-
la cuestión del deseo del analista en la psicosis, ¿se tratará de hacer re- res, 1984.
sucitar un amor muerto?

Pregunta: Bueno, eso se verifica en la transferencia, pero ¿por fuera de eso?

Ya es bastante. Eso se verifica en la transferencia pero tiene efectos sobre


el nudo, sobre el cuerpo, sobre la posición subjetiva. Lo que me parece
difícil es que este sujeto pueda realmente reanudar el lazo con la familia
de un modo tierno, o, que pueda armar un lazo con otra mujer.
Por cómo está armado su nudo, tendría que deshacer todo el nudo y
hacer otro para poder tener algún acceso al amor real y no teórico, o
a un amor que no sea esta corriente tierna que pudo armar con Paula.
Pero además ¿por qué?, ¿no es bastante ya, teniendo en cuenta los pa-
sajes al acto, las dos internaciones?, me parece que no hay que ser tan
ambiciosos…

16 de agosto de 2007
170 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 171

8. Un caso de erotomanía / La busca

I. La busca

Buenas tardes, les quiero presentar a Verónica Caamaño, ella es psicoa-


nalista y va a presentar un caso de erotomanía que atiende en el Hospital
Moyano. Además, Verónica es docente en las Cátedras Clínica del Sín-
toma y Psicopatología de la Facultad de Psicología de la U.B.A. Le doy
entonces la palabra a Verónica.

Verónica Caamaño: Titulé el trabajo “La busca”. Comienzo a atender a


María en el año 2002, en un servicio de pacientes crónicos del Hospital
Moyano. María me es derivada, ya que su anterior terapeuta finaliza su
concurrencia en el Hospital. En ese momento se encontraba compensada,
vivía con su madre, y realizaba tratamiento ambulatorio. Transcurren ape-
nas dos meses de entrevistas cuando se produce una nueva descompensación
psicótica y el reingreso al Servicio, luego de una denuncia policial por ame-
nazas a un famoso actor.
La permanencia constante frente al edificio del actor y la insistencia en ver-
lo, luego de haberse fugado de la casa de su madre, fueron la causa de la in-
tervención policial y la consecuente internación. Tres días y noches durante
los cuales María vigila sigilosamente el acontecer del actor. María dice “Me
enamoré de él cuando lo vi en la tele, lo vi y me enamoré, por cómo estaba
vestido, igual que mi marido”. El la llevó allí, él la llamó, él hizo que ella
vaya a buscarlo. Relata María: “Me habla con la mente y me envía signos”,
por ejemplo, la luz prendida o apagada de la ventana de su departamento
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eran las señales que él le enviaba para comunicarse con ella. celos y consumo de drogas. Cuando María se distancia de su madre, el
Durante esos dos meses de entrevistas sólo había mencionado al pasar que vínculo con Rubén se estrecha.
estaba “enamorada de él”. Ése tema era para ella un “cajoncito aparte”, es Sobre la primera internación:
decir, que si bien María acepta que yo continúe con su tratamiento psicoló- Su primera internación –en el año ‘94– sucede luego de conocer a Amilcar,
gico, no habla de su delirio. Nada de esto es comentado a su terapeuta. amigo de su pareja Rubén. Lo conoció y se “enamoró inmediatamente”. Su
María comenzó a consumir drogas a los diecisiete años, luego de terminar madre y Rubén deciden internarla, ya que encuentran a la paciente en la
el colegio secundario, ya que su novio consumía. Ella comenta “Yo terminé calle, hablando y riendo sola, luego de permanecer dos días frente a la casa de
el colegio y entonces dije: ahora es el momento de probar la cocaína”. A raíz Amilcar, a quien había ido a buscar.
de su adicción, su madre la interna en una granja para adictos en Men- La paciente relata “Me enamoré de Amilcar. Lo busqué en la calle, como
doza, y es allí donde ve por primera vez a este actor –en la telenovela Los loca, yo sentía que Amilcar me llamaba con la mente, no podía hacer
Buscas. Dicha internación en la granja de rehabilitación sucede en el año otra cosa. Algo me llamaba a ese lugar. Eso me volvía loca: hablaba sola,
1994, luego del primer desencadenamiento, cuando la madre supone que cantaba. Amilcar me sigue llamando, pero no voy a buscarlo porque no sé
el tratamiento en el Hospital no daba resultado. Su madre adjudica lo que dónde está”.
le sucede a su hija al consumo de cocaína, y cuestiona el tratamiento por no Es a partir de ese momento que comienza a “hablar con la mente”, ya que
tomar precisamente esa dirección. afirma que la tele le “habla desde siempre, pero ella se da cuenta desde
La convivencia con su madre siempre fue difícil, sin espacio, imposible. Amilcar”. Dice: “Amilcar me mandó a Mendoza, todo por la mente. Amil-
María intenta averiguar qué quiere su madre de ella, sin lograrlo. Dice car tiene la estructura de Dios, a veces bueno, otras veces es malo”.
que su madre es nerviosa, agresiva y celosa: “Ella quiere saber todo de mí, Respecto del famoso actor, María sentencia: “Soy su mujer, yo sé como hacer-
me tira abajo. Estoy encima de ella o ella encima mío, quiere algo para le el amor”. Las charlas mentales la atormentan, los celos de él, su confusión.
mí, pero no sabe qué. Cuando me pregunta si estoy bien, siento que me “Él no me dice “no me gustás”, con la mirada me dice “¡quedate!”, me “dice
enferma”. te quiero coger””.
María no puede perdonarle a su madre que haya metido en su casa a “un El actor la toma como “La Mujer”, cuestión que se repite con varios hom-
tipo que recién conocía”. Esto retorna una y otra vez en su relato. Dice que bres: con la pareja de su madre, con un albañil que trabajó un tiempo en
su madre tenía que elegir entre su hija y un tipo, y eligió al tipo. Haciendo su casa, etc. “Él siente algo por mi. El está como si fuera mi marido, como si
referencia a que su madre conoció a su actual pareja cuando María tenía yo fuera la mujer. El me toma como la mujer”. Estas son frases que denotan
diecisiete años y lo metió en la casa casi inmediatamente. Fue para ella una hasta qué punto la cercanía de un hombre hace signo para ella. Sobreviene
“invasión de su privacidad porque ella no podía conocer sus intenciones”. La un momento del tratamiento en el que manifiesta la desilusión que le pro-
presencia de este hombre en la casa la intranquilizaba. vocó que el actor le enviara a la policía para arrestarla; el enojo de que él
Sus padres se separaron cuando María tenía once años. Al preguntarle por piense que ella quería matarlo, y la espera desesperada, de que él venga a
el padre, dice inmediatamente “Mi papá tiene cinco hijos del primer matri- rescatarla, espera que se traduce en abismo desolador.
monio, después la tuvo a mi mamá conmigo. Mi mamá lo echó porque era María recuerda que su madre siempre buscó hombres en el colectivo. “Mi
alcohólico y golpeador, era muy celoso, yo la cuidaba a ella. Desde que nací la mamá tiene un vacío que necesita llenar con un hombre”. Además, el actor
cuidé a ella de que él no le pegara”. insiste telepáticamente con que ella vaya a buscarlo, insistencia que por otro
La temática de los celos marca todo comentario acerca de cualquier pareja y lado complica el orden institucional, ya que en este momento estaba con
fue el motivo que la llevó a su primera consulta psicológica, ya que los celos, guardia policial. “El es el demonio, yo soy la Virgen María. También quiso
los propios o los de su pareja, imposibilitaban cualquier relación. que lo trate como una madre. Yo a Rubén lo cuidaba como un hijo, de las
Su madre no acepta a Rubén –pareja de María desde los veinte años– “por drogas y de los negocios sucios”.
meterla en la droga”. La relación de María con Rubén está rebasada de El intento –como maniobra del tratamiento– por novelar este amor y pos-
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poner el encuentro no logra consolidarse. Su “teoría del alma pura” no sirve de una telenovela, como si entrara en la televisión y se transformara en
como defensa frente a lo que irrumpe, el impulso sexual, “ir a buscarlo para una busca. Vamos a ver que en el delirio se trata de una realización ima-
coger”, como respuesta a ser tomada como mujer. ginaria del amor, de un anhelo de amor, y es también muy interesante
La idea de fugarse del Hospital se reiteraba y amenazaba continuamente, cómo este anhelo de amor responde a un anhelo de amor materno
en la medida en que la desesperación por responder al llamado del actor y (recordemos que su madre salía a buscar hombres al colectivo). O sea
la “necesidad de verlo” se acrecentaban. que está ese significante buscar, La busca, la madre buscando hombres
En un primer momento, verlo en la tele o en las revistas apaciguaba esa en el colectivo, y la erotomanía vendría a ser una suerte de efecto in-
desesperación, pero eso duró poco tiempo. Antes, dice la paciente, “me tran- vertido, en espejo, de esta posición de busca. Es el Otro quien la busca
quilizaba verlo en la tele, ahora, me pone loca, me hace ir a querer bus- a ella. Hay algo ahí que se revierte en espejo, de la misma manera que,
carlo”. Esa espera la desespera, es una espera sin espera, sin tiempo, espera como veremos, entre ella y su madre hay una especie de transitivismo
alucinatoria que la deja en el vacío y con un único medio de escape, em- especular.
pujada a su búsqueda. Considero que es un nombre que nombra muy bien la posición de este
Intervengo entonces intentando modalizar esa espera. Hay que pensar cómo sujeto, porque además ella efectivamente lo que hace es ir a buscar a
esperar, le digo. A partir de aquí empieza a plantear diferentes formas de estos hombres que tiene la certeza que la aman. Es ella la que en reali-
esperar, lo que la paciente llama “unir la espera con el pensamiento”. Se dad va a buscarlos.
introduce el tiempo en la espera, y el armado de una escena en la espera, y si
bien esto reduce notablemente el empuje al encuentro, esta espera amenaza
con eternizarla y cronificarla en el Hospital.
María dice que el actor “es enfermo de los celos, él quiere que lo espere en el II. El amor por el vestido
Hospital. No soporta que me vista bien y salga. Dice “voy a tener que espe-
rarlo acá”. Hay que destacar que la actividad diaria de María se reducía Vamos a hacer un recorrido más preciso del relato que hace Verónica de
prácticamente a hablar con él. ”Estamos conectados todo el tiempo. Quiere este tratamiento. Queda claro que Verónica recibe a María, que venía
que me quede tirada en la cama esperándolo. Todo el tiempo me dice lo que siendo tratada por otra psicóloga que deja de trabajar en el Moyano.
tengo que hacer”. Intervengo entonces cuestionándolo, apuntando a quebrar Son dos meses de entrevistas –que tiene María con Verónica– donde
la fijeza de esa significación; cuestiono los celos, dudo de que él quiera que casi no habla de su delirio, hasta que realiza esta escena de ir frente a la
ella lo espere en el Moyano, pido razones de los dichos de él. No cuestiono el casa del actor, y quedarse durante tres días. Evidentemente él hace una
amor que él tiene por ella, sino a esos celos, al “esperar sentada”. denuncia policial, y ella termina internada.
Comienza a partir de aquí a salir del Hospital, hasta que su ex pareja la De este modo, cuando ella empieza el tratamiento con Verónica, vivía con
invita nuevamente a vivir con él. su madre. Veremos más adelante cómo la relación con su madre va deve-
Actualmente concurre al Hospital una vez por semana, a retirar medica- lándose como imposible. Hay alguna relación entre el hecho de que esa re-
ción y a realizar terapia. Se intentan recortar ciertos momentos para hablar lación sin espacio e imposible con la madre culmine en alguna actuación,
con el actor, ya que esto le lleva todo el día, y su locura la confunde, la en la que ella va a buscar otro espacio, otro lugar. Se esboza una lógica en
intranquiliza, la aturde sin poder hacer otra cosa. ese sentido: ella no puede estar demasiado, y termina siendo expulsada a
otro lugar que la reenvía a la internación.
El título que le puso Verónica a esta paciente me pareció interesante: Lo que ella dice respecto de ese enamoramiento del actor es: “Me enamoré
“La busca”. Es un título que ubica varias cuestiones: ella dice que se de él cuando lo vi en la tele, lo vi y me enamoré, por cómo estaba vestido...”.
enamora del actor cuando lo ve en la televisión, en una telenovela que La frase sigue, pero yo la corto ahí. Por un lado, llama la atención la in-
se llamaba “Los buscas”, como si ella misma pasara a ser un personaje mediatez del enamoramiento. Podríamos decir que el amor erotómano
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es un amor sin mediación, es un amor inmediato, sin la mediación de a buscarlo, que le habla con la mente y le envía signos. Se trata del
lo simbólico, es una pura captura imaginaria: “lo vi y me enamoré”. Es fenómeno de la interpretación, ella interpreta como signos de amor
cierto que el flechazo es así, y no siempre el flechazo es erotómano, pero todos los movimientos del actor. Esto también hace a la fenomeno-
es más difícil que el flechazo lleve a la siguiente formulación “por como logía del amor, sobre todo a la fenomenología femenina del amor,
estaba vestido”, es un flechazo un tanto particular. por eso yo les propuse como bibliografía para hoy, un trabajo mío
El amor por el vestido –que es estructural del amor– es algo que siem- que se llama “La erotomanía del amor femenino”, que tiene como
pre está velado, salvo en estos casos en los cuales encontramos la estruc- referencia el hecho de que Lacan justamente lo que dice es eso, que
tura del amor al desnudo. las mujeres son locas de amor y que hay un aspecto erotómano en el
No sé si ustedes recuerdan el primer capítulo del Seminario 20, donde amor femenino.
Lacan habla de la cotorra de Picasso, que estaba enamorada de su cor- Podríamos señalar que hay cierta relación entre feminidad y erotoma-
bata. Voy a leerlo, es la página 13: “Puedo contarles un cuento, el de una nía, y seguramente no debe ser casual que éste sea el caso de una mujer.
cotorra que estaba enamorada de Picasso. ¿En qué se notaba?. En la manera Si hay tiempo, intentaremos luego un contrapunto entre el caso que
en cómo le mordisqueaba el cuello de la camisa y las solapas de la chaqueta. vimos la última vez, que era un caso de paranoia de un hombre, a
En efecto, la cotorra estaba enamorada de lo que es esencial al hombre, su quien todo le hacía signo de que lo querían perjudicar, y este caso de
atuendo (…) Pasa lo mismo en todo lo tocante al amor. El hábito ama al erotomanía en una mujer, a la cual todo le hace signo de que la aman.
monje, porque por eso no son más que uno. Dicho de otro manera, lo que En este punto se vuelve evidente cómo se articulan las estructuras clí-
hay bajo el hábito y que llamamos cuerpo, quizá no es más que ese resto nicas con la sexuación, y cómo hay una estructura erotómana del amor
que llamo objeto a. Lo que hace que la imagen se mantenga es un resto. El femenino, que en la psicosis llega al delirio.
análisis demuestra que el amor en su esencia es narcisista…” Las mujeres sabemos de esta tendencia a leer los gestos o los actos del
Se trata de la importancia del vestido, del hábito, en el amor. Lacan in- otro como signos de amor, es algo que nos pertenece bastante, que hace
dica que lo que hace que ese cuerpo se sostenga es el objeto a, que está bastante a nuestra estructura, al punto que una mujer puede llegar a
escondido bajo el hábito. Como estuvimos trabajando en las primeras decir “no se da cuenta de que me ama”, o “él no se da cuenta, pero está
clases de este seminario, justamente ésa es la función a la que no tiene enamorado de mí”.
acceso el psicótico –en la medida en que no ha extraído el objeto a. Eso que forma parte de la erotomanía propia del amor femenino,
Podríamos decir que en ese punto, si logra acercarse a algún fenómeno lo encontramos en este caso llevado al delirio. Por eso digo que este
del orden del amor, puede tratarse del encuentro con el vestido sin el amor muestra lo más real del amor, lo más real de la estructura del
objeto a, sin lo real. Ella dice exactamente lo que es, que se enamoró amor, pero a cielo abierto, sin el velo que en la neurosis opera en la
del vestido, de cómo estaba vestido. represión. A su vez está la cuestión de que María durante esos dos
Y por otra parte dice: “igual que mi marido”, señalando una equiva- meses previos a este momento en que es impulsada a la casa del actor,
lencia entre el actor y su marido. En este caso encontramos todo el simplemente había dicho que estaba enamorada de él, pero parece
tiempo series de transitivismo, donde los personajes son prácticamente que el delirio estaba en un cajoncito aparte, y que es en ese momento
intercambiables. que se abre el cajoncito. Conjeturo que lo que lo abre tiene que ver
con lo imposible de la convivencia con la madre, y quizás también,
con el cambio de terapeuta. A la terapeuta anterior, ¿María le hablaba
del delirio?
III. La erotomanía del amor femenino
Verónica Caamaño: No, no le hablaba. Le hablaba de que le gustaba el
Luego está la cuestión de que él la llamó, que él hizo que ella vaya actor, que era fan, de que estaba enamorada de él, pero no más que eso.
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IV. El desencadenamiento Evidentemente ese goce del padre –que se manifestaba a través de los
celos– cae sobre ella en las relaciones con los hombres, ya que incluso
Vamos a la historia de la paciente. La enfermedad de María parece come- posteriormente, en su delirio erotómano, llega a decir que el actor es
zar a los diecisiete años, cuando termina el colegio secundario y comien- celoso. Es notorio hasta qué punto el síntoma de los celos es el que
za a consumir drogas junto con su novio. En ese momento su madre arma esta estructura de un Otro gozador que toma la iniciativa, y que
la interna en una granja para adictos y María se enamora del conocido la busca para amarla y cogerla, y no para pegarle –como hacía el pa-
actor. Lo que queda indicado –Verónica vuelve sobre esto más adelante dre. Pero siempre está esa estructura de la iniciativa del Otro, del Otro
en el relato– es que había habido un desencadenamiento previo, una gozador, de un hombre como Otro gozador, con la marca de los celos.
internación previa, y que la madre la había sacado del tratamiento en el La marca de los celos que en este caso da cuenta de la forclusión del
Moyano y la había puesto en una graja de rehabilitación para adictos, Nombre del Padre y de la figura de un padre real, gozador.
adjudicándole la causa de la enfermedad de su hija a la droga.
Encontramos desde el inicio el estrago en la relación madre-hija. Esta
relación difícil, sin espacio, imposible con la madre. María intenta ave-
riguar qué quiere su madre de ella y no lo logra: no hay espacio entre V. El encuentro con El Hombre
ella y su madre. De hecho, lo que ocurre en este momento en que todo
comienza a complicarse, es que la madre mete a un tipo en su casa, y Lo que queda muy claro también, es cómo ella vive en una relación de
esto es algo que María no puede perdonarle. Ella dice que tenía que espejo con la madre, y ese lugar de la madre, eventualmente puede ser
elegir entre su hija y un tipo y lo eligió a él, que lo metió en la casa, y ocupado por un hombre –por ejemplo por Rubén–, pero siempre es esa
le invadió su privacidad. relación en espejo. Entonces, cuando María se distancia de la madre,
Entiendo que ése debe haber sido el momento del desencadenamiento, el vínculo con Rubén se estrecha, pero tampoco ese vínculo se puede
más allá del momento cronológico de manifestación del mismo. Se- sostener, y vuelve a la madre, parece que esa es un poco la modalidad,
guramente hubo el efecto de irrupción de Un-padre en lo real, de un el espejo.
Otro gozador que la invadía, en ese momento en el que la madre metió A la vez tenemos la descripción de la primera internación, donde ella
a este hombre en la casa, ya que ella pasó a sentirse “La Mujer” para él. tiene ese primer episodio erotómano con Amilcar. Se enamora inmedia-
Quizás gracias al recurso a la droga logra no descompensarse totalmen- tamente de él, donde se verifica nuevamente esa estructura de ausencia
te en ese momento, lo que no implica que no haya sido justamente ése de mediación. Amilcar queda claramente ubicado como “El Hombre”.
el momento de desencadenamiento de la estructura. Les propuse como bibliografía para hoy unas páginas de “Televisión”
Es posible encontrar ese lugar persecutorio de un padre desde el inicio: en las que Lacan propondrá que la mujer solamente encuentra a El
“desde que nací la cuidé a ella de que él no le pegara”. En el relato de la sepa- Hombre en la psicosis. Plantea la difrencia entre La Mujer sin barrar
ración de los padres (cuando ella tenía once años) queda muy en eviden- –que no existe– y El Hombre sin barrar –que la mujer se prohíbe. Les
cia la estructura del transitivismo cuando dice: “Mi papá tuvo cinco hijos leo lo que dice en “Televisión”, página 128: “De ahí que una mujer,
del primer matrimonio, después la tuvo a mi mamá conmigo”. De modo puesto que de más de una no se puede hablar, una mujer no da con El
que ella está en el lugar de la madre, y la madre en el lugar de ella. Hombre más que en la psicosis. Planteamos este axioma: no que El Hombre
Otra cuestión que es fundamental y que queda indicada por Verónica, no existe –caso de La Mujer–, sino que una mujer se lo prohíbe”.
es el síntoma de los celos. Parece que la primera consulta psicológica Lo que dice en francés es: “une femme se l’interdit” es decir, que no
que hizo María fue a causa de los celos de ella o de la pareja. Los celos puede encontrarse con El Hombre porque hay algo que está, además
son un rasgo del padre –el padre era muy celoso–, y parecería que por de prohibido, entredicho, velado, dicho a medias. Sigo el texto: “No
eso golpeaba a la madre, por esos celos alcohólicos. porque sea el Otro, sino porque no hay Otro del Otro”. En la medida en
180 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 181

que no hay Otro del Otro, ella necesita este entredicho que prohibe lo que ella describe: “Él también quiso que lo trate como una madre.
a El Hombre. De allí que solamente vaya a dar con El Hombre en la Yo a Rubén lo cuidaba como a un hijo”. Ella es la Virgen María, es una
psicosis. madre. Esto puede suceder cuando la mujer no se anuda de algún
María dice que Amilcar todavía la sigue llamando, pero que ella no va a modo al falo.
buscarlo porque no sabe dónde está. Cuando describe a Amilcar es como Podemos abordar toda la lógica del delirio de María desde las fórmulas
si hablara de Dios -que no se lo puede encontrar en ningún lugar. Ella de la sexuación alrededor de cómo se juega en relación con este agu-
sabe dónde está el actor, pero El Hombre, insituable, es Amilcar, quien, jero, con este vacío de lo femenino –que a la vez es la castración en la
a la manera de Dios, está por todos lados y no está en ningún lado. Así madre–, sin el recurso al anclaje en el falo. Este recurso posibilitaría que
dice: “Amilcar tiene la estructura de Dios, a veces bueno y a veces malo”. toda esta cuestión erotómana que se juega con el hombre, esté entredi-
También está la descripción del Dios del psicótico: un Dios que no es cha, interdicta, justamente porque operaría la barra del falo -que es lo
garantía de ningún orden, que a veces es bueno y a veces malo; ese Dios que no está en juego en el delirio de María.
caprichoso que ya Schreber describía como un Dios distinto al del resto
del mundo. Ese estatuto de Dios habla justamente de la forclusión del S (A)
Nombre del Padre, de que no funciona ninguna garantía, ninguna ley. Φ L/a
Correlativamente, Amilcar es El Hombre y ella es La Mujer: está dicho
con todas las letras por ella. Ella sabe, el saber está de su lado. Sabe
cómo hacerle el amor al actor, ella es su mujer, dice: “él me toma como
la mujer”. Finalmente, ella es La Mujer. En realidad no sólo el actor la
toma como La mujer, sino también otros hombres, por eso es La Mujer VI. El corte en la espera
para todos los hombres.
Esto es algo que dice Lacan en “De una cuestión preliminar a todo tra- Está el asunto de la estrategia en el tratamiento y las tácticas. Primero hay
tamiento posible de la psicosis”, acerca de Schreber: “Ya que no puede un intento de postergar el encuentro con el actor, que no alcanza como
ser el falo de la madre, va a ser La Mujer de todos los hombres”, algo para tratar ese goce de la inmediatez. Ahí es donde se introduce una mo-
de esto va con María. dulación, con la intervención “hay que pensar cómo esperar”; en esa in-
También está el punto de la insistencia del delirio, ya que a pesar de tervención, lo que hace Verónica es justamente llamarla al pensamiento,
la desilusión que le provoca que Pablo le haya mandado la policía, ella produciendo como efecto cierta negativización de la acción. El acento ha-
espera que él vaya a rescatarla. Y también la insistencia del delirio se lee bía que ponerlo en el pensar, que tenía que esperar se sabía, pero el asunto
en cómo queda ligada con un punto de vacío insoportable en la madre, era cómo. Ese llamado al pensamiento tiene algún efecto, porque María
esta madre que siempre buscó hombres en el colectivo, que tiene un va- misma habla de “unir la espera con el pensamiento”. Se cumple alguna
cío que necesita llenar con un hombre. Ese vacío de la castración mater- función de corte en esta inmediatez: “Se introduce el tiempo en la espera y el
na, insoportable, es el que ella busca llenar con el delirio. Es ese agujero armado de una escena en la espera”, es decir, algún lugar para la espera.
el que se le hace presente en la espera, que –como señala muy bien Veró- También están estas intervenciones –que son muy interesantes porque
nica– se le vuelve casi imposible. Considero que el trabajo fundamental apuntan a equivocar el delirio o ciertos significados del delirio–, sin
en el tratamiento consiste en introducir una temporalidad. cuestionar la erotomanía misma, es decir, sin cuestionar el amor del ac-
Es interesante cómo ella dice: “Él (refiriéndose al actor) es el demonio, tor por ella. Pero sí cuestiona los celos –que es justamente ese síntoma
yo soy la Virgen María”. La Mujer finalmente es la Virgen María, como que se vuelve tan mortífero para ella–, duda de que él quiera que María
La Mujer que no está castrada. En el mito religioso sería la mujer que lo espere en el Moyano. Surge el planteo de cómo sacarla de la cama,
no ha sido tocada por el falo, pero que a la vez es madre. Y es un poco cómo sacarla de esa reclusión.
182 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 183

Me comentaba recién Verónica, que no solamente estaba todo el tiem- Eso que quedó abierto, podemos suponer que se abrió por la irrupción
po hablando con el actor, sino que no hacía lazo con nadie en la inter- de Un-padre en lo real, en el momento en que la madre –a los diecisiete
nación, no hacía lazo con sus compañeras. ¿Cómo abrir eso? Ése es el años de María– trae a esta pareja a la casa. Ella pareciera intentar tratar
motivo de equivocar esta idea de que el actor quiere que ella lo espere eso que se abre, primero a través del recurso a un real químico –que
en el Moyano. Verónica cuestiona este esperar sentada, intentando po- es la sustancia droga–, que no resulta un recurso eficaz, y es así como
nerla en movimiento, y a partir de ahí comienza a salir del Hospital, necesita empezar a delirar, es decir, a tratarlo mediante lo imaginario
hasta que su ex pareja Rubén la invita a vivir nuevamente con él. del sentido.
La dirección de la cura apunta a recortar ciertos momentos para hablar En el delirio se trata de un padre gozador que la desea, que la llama, y
con el actor, que haya alguna función de corte. que presenta la marca de los celos, la marca del padre real, y su cuerpo
Una cuestión que me comentó Verónica, cuando yo le preguntaba qué debiendo responder a ese llamado. Ella no tiene lugar con la madre, para
pasó después con este delirio, y que me pareció muy interesante, es que María el Moyano termina siendo un lugar sólo de espera. Para ella “el lu-
cede el delirio a partir de que el actor tiene una hija. Luego hace un gar” es con él, como si fuera el único lugar, respondiendo con su cuerpo
intento delirante con un cantante famoso, pero más acotado. a esa llamada de ese Otro gozador.
Para pensar en qué tipo de psicosis podemos ubicar esta erotomanía,
Verónica Caamaño: Ese cantante estaba muy lejos. la pregunta sería: ¿podemos ubicarla del lado de la paranoia, y plantear
que se trata de un delirio de interpretación propiamente femenino, en
Sí, era más difícil ir a buscarlo a la casa. Pero es una ocasión para traba- el que ella lee como signos de amor las diferentes manifestaciones que
jar con María en las sesiones qué era el amor para ella. Se produce una encuentra en el campo de la realidad?
transformación en el delirio, y decanta una necesidad de ser madre, que No se trata de una esquizofrenia, no hay fenómenos elementales que
posteriormente se va a manifestar en un delirio de embarazo con un den cuenta, ni de la fragmentación corporal, ni de perturbaciones del
camillero del Hospital, quien sería el supuesto padre de sus hijos. lenguaje, ni de la irrupción del significante en lo real.
Y siguiendo con la hipótesis de una paranoia, podemos hacer un con-
trapunto entre la paranoia masculina y la paranoia femenina.
La vez pasada habíamos escuchado un caso del Hospital Alvear, donde
VII. El nudo de María justamente se trataba de un hombre que se sentía damnificado por el
Otro, y toda su actividad delirante estaba dedicada a reivindicar su yo,
Lo que me parecía interesante de este relato, es cómo ella realiza en afectado por el Otro –problemática que en la neurosis obsesiva es muy
el delirio todo aquello que Lacan en el Seminario 3 llama la función común. Mientras que, en el caso de hoy, se trata de una mujer que in-
femenina: lo realiza imaginariamente. Porque ella podría, a partir de la terpreta como signos de amor todo lo que encuentra en el campo de la
necesidad de ser madre, decirle a Rubén que quiere tener un hijo, pero no: realidad –lo que también es típico de escuchar en neurosis de mujeres
ella delira que está embarazada. Así como ella podría amar a un hombre, que sufren por amor.
pero no: ella delira que ama o es amada, habiendo un hombre que parece Propongo entonces pensar a la erotomanía como una paranoia femeni-
amarla en serio, Rubén. Ella realiza tanto el amor como la maternidad na. Si habíamos ubicado el nudo en la paranoia como la continuidad
–estas cuestiones que hacen a la función femenina–, imaginariamente, sin entre los tres registros, podíamos pensar el delirio erotómano como un
ninguna conexión con lo real. Así nos vamos acercando al nudo. intento de rearmar la continuidad entre los tres registros. Pero ahora,
María arma delirios femeninos: o bien este delirio amoroso, o bien este ¿qué es lo que no cierra en esta hipótesis de pensar a la erotomanía como
delirio de embarazo, se enamora de imágenes, de vestidos. Intenta tra- una paranoia femenina? No cierra el hecho de que el cuerpo real queda
tar mediante lo imaginario algo que quedó abierto en algún momento. afuera de todo este tratamiento, mientras que el paranoico, como en el
184 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 185

caso de la vez pasada, no presenta esa dificultad con respecto al lugar,


no tiene ningún problema en hacer cierto tipo de lazo con el otro. De J (A) t ido
sen
hecho ese hombre hacía con bastante facilidad lazo con otros, incluso
había podido llegar a cobrar por el saber que tenía acerca de cuestiones
judiciales, y ayudaba a los damnificados en ese grupo que coordinaba. J
Visiblemente él tenía un lugar, tenía lazos, no estaba en cuestión el
lugar para él, sino que se trataba más bien de reivindicar su yo.
Pero el hecho de que María solamente en el delirio pueda realizar el Ahora, lo que es interesante, y no sé si está escrito en algún artículo,
amor, solamente en el delirio pueda realizar el embarazo, y este efecto pero Fabián Schejtman suele trabajar y suele poner mucho el acento en
de quedar tomada por la imagen, de quedar tomada por el vestido, de esto, es que en los lugares en los que él escribe el Otro barrado, acá en
quedar tomada por el signo del Otro, ¿no nos hace pensar más bien en el goce del Otro, esto queda abierto:
una parafrenia?
Creo que tendríamos que ubicarla entre la paranoia y la parafrenia.
Podemos descartar la esquizofrenia y también la melancolía, porque J (A) tido
sen
en la melancolía el sujeto queda identificado en el lugar de resto, en
cambio María se siente deseada, ella se siente amada, tiene la certeza de
serlo, ella sabe, ella tiene el agalma. No siente nada parecido a la culpa J
ni a lo que sería un delirio de indignidad, por eso, claramente no se
trata de una melancolía
Lo que ya anticipamos en las primeras clases, es que en la parafrenia el
registro que se suelta es el registro real. En este caso, efectivamente, pa- Mientras que cuando escribe el goce del Otro sin barrar el trébol queda
reciera que a María le faltara cierto anclaje real para que todo esto que cerrado –como lo hicimos antes.
ella vive como femenino quede localizado en algún cuerpo, es un puro Habría una relación entre la presencia del goce del Otro barrado y que
imaginario, un puro delirio. ¿En qué punto no coincide del todo con algo en la continuidad entre los tres registros se abra. Podríamos hacer
una parafrenia? En el hecho de que en el caso de María, tenemos un la hipótesis de que en la paranoia la mujer está fallada por estructura,
delirio que tiene cierta consistencia, que tiene cierto orden lógico, que porque ella está conectada con este goce del Otro barrado por su propia
tiene cierta persistencia; está presente la iniciativa del Otro, la irrupción feminidad, por lo que hay algo en la continuidad de los tres registros
de un Otro gozador; está el Otro que le hace signo, y fundamentalmen- que se vuelve imposible para una mujer.
te, está la actividad interpretativa –cosas que no encontramos de modo Y también podríamos ubicar acá, en este goce del Otro barrado, el
tan sistemático en la parafrenia. punto preciso en el que irrumpe el goce de María, que es justamente
Por eso, yo dejaría un poco abierta la cuestión de en cuál de los dos tipos ese punto que remite a la castración materna, ese vacío de la madre que
de psicosis ubicamos la erotomanía, pero lo que sí ubicaría claramente en la llevaba a buscar hombres en el colectivo, y que después es ese vacío
el nudo, es en qué punto se arma el problema. insoportable, es ese abismo que María siente cuando no está pegada a
Cuando Lacan hace el nudo de la paranoia –en el Seminario 23–, a veces la imagen del actor, o a la imagen del hombre con el que delira. Algo de
hace el nudo de trébol. Entonces, en el nudo él lo que suele ubicar es: esa feminidad queda como una pura abertura, y que luego ella trata de
cubrir, de cerrar con el delirio erotómano, con un recurso imaginario:
186 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 187

delirio
erotómano J (A) tido
sen

J (A) tido
sen
J

J

Si vamos ya al nudo borromeo, podemos plantear que el goce del Otro R S


barrado –que sería el goce propiamente femenino–, que habita corpo-
ralmente a una mujer, impide que se cierren los tres registros, abriendo
un agujero acá: Sigue delirando y buscando a través del delirio un lugar que nunca
encuentra. A diferencia del caso de la paranoia, donde efectivamente el
I
sujeto encuentra un lugar en el mundo “yo soy el centro del mundo, y
todos me persiguen porque soy muy importante”. En el caso de la ero-
tomanía hay algo que queda de todos modos abierto, hay un intento de
tratarlo por lo imaginario, pero hay algo que queda abierto igual, y me
parece que es lo grave de la erotomanía, lo que la deja siempre al borde
J (A) tido
sen del pasaje al acto. Justamente allí donde no se anuda lo real, la solución
suele ser el pasaje al acto.
J
Pregunta: acerca de lo que queda abierto en el nudo.
R S
El asunto es que cuando Lacan ubica el goce del Otro barrado, cuando
se hace presente la castración del Otro en relación con el goce, ahí es
Y, el intento del delirio erotómano, es estirar el campo del sentido para donde Lacan deja abierto el nudo. Pero, por otra parte, el nudo bo-
reanudar este punto de cruce que queda suelto. Intenta a través del rromeo de tres no existe, porque sería que exista la Relación Sexual. El
sentido –que es simbólico/ imaginario–, tratar este punto de real, este nudo borromeo de tres queda abierto justamente porque la Relación
punto de imposible, este agujero de lo femenino, pero no logra termi- Sexual no existe, porque lo que quiere decir el goce del Otro barrado
nar de anudar lo real, por eso es que ella no encuentra un lugar y sigue es eso, que no hay Otro del Otro, y que no se puede cerrar ahí. Eso
delirando. vendría a ser lo que Lacan llama el lapsus estructural del nudo. Después
la cuestión sería en cada estructura dónde se opera y cómo se trata ese
lapsus. En la neurosis, se trata a través de un cuarto que reestablece
el anudamiento borromeo. Pero en la psicosis el anudamiento no es
borromeo, por eso yo les había dado el ejemplo del nudo de trébol que
Lacan propone como el nudo de la paranoia, donde quedan pegados,
quedan en continuidad los tres registros. Pero esto ya sería algo más es-
188 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 189

pecífico de la paranoia, más allá de la estructura del ser hablante. En el Verónica Caamaño: Ella habla imaginariamente todo el tiempo. No son
caso específico de la paranoia, si el sujeto es habitado por el Otro goce, alucinaciones auditivas.
por el goce femenino, hay algo que queda abierto, que impide cerrar
la continuidad entre los tres registros. Esto para abordar la hipótesis de Claro, porque habla más bien en una especie de telepatía, de conexión
que en la paranoia femenina hay algo fallido. imaginaria.

Pregunta: La dirección de la cura ¿debería mantener esa apertura del Pregunta: ¿Cómo pensar cómo incluir el cuerpo?
nudo, ese Otro barrado?
Es complicadísimo, eso depende mucho de los recursos de cada sujeto.
Lo que pasa es que esa apertura no se puede cerrar, en todo caso se El recurso estructural es la escritura, lo que no significa necesariamente
trata de bordearla de una mejor manera. El delirio tampoco logra ce- el papel y el lápiz. Pero la escritura sería una manera de reanudar lo real
rrarla. Lo femenino es un conjunto abierto que hace que el goce quede partiendo de lo simbólico. La escritura tiene distintas manifestaciones,
abierto, y eso no se puede cerrar. El delirio lo intenta pero no lo logra, una puede ser el trabajo mismo de escritura, pero otras veces hay distin-
la deja sin cuerpo, la deja sin lugar, la deja al borde del pasaje al acto. tas prácticas, hay que ver qué pasa con los talleres, con el trabajo.
Por lo que me contaba Verónica -no sé si querés comentarlo- hay cier- Lo mas probable es que si ella encuentra una estabilización, seguramen-
to efecto de acotamiento del delirio después de todo este tiempo de te va a ser por fuera del lazo con un hombre, va a tener que ser con el
tratamiento. cuerpo jugado en otra escena que no sea el encuentro con su feminidad
en relación con el goce fálico, porque ahí es donde se presenta el Otro
Verónica Caamaño: En principio, cuando yo ubico el intento de recortar gozador.
ciertos momentos, eso era un acto analítico también, porque estábamos
en la entrevista y María estaba charlando con él, sin poder mantener un Verónica Caamaño: Lo que estamos trabajando actualmente es en relación
diálogo, y no sólo con sus compañeros, sino también conmigo. El estar co- al teatro, porque sería tomar el cuerpo como una ficción.
nectados todo el tiempo era literal. En ese punto yo empecé a decirle que no
era momento para charlar con él, y eso empezó de algún modo a acotarse, El cuerpo tomado como una ficción ya es una manera de hacer una
y ella comienza a quejarse de que él está invadiéndola todo el tiempo en la escritura, y ahí hay un lugar para el cuerpo que la deja a distancia del
cabeza, y que ella no puede hacer otra cosa. Claramente hay un efecto de encuentro.
corte. Y en ese punto es que empezamos a ubicar momentos para que ella
hable con el actor: en la ducha, después de cenar, en términos bien imagi- 6 de septiembre de 2007
narios, lo que le permitía que se abra otro espacio que no sea el del delirio.
Además, el vínculo en la transferencia de algún modo posibilitaba que ella
pudiese tener otros espacios, en talleres por ejemplo, y esto funcionó, porque
actualmente tiene a dos o tres compañeras de sala con las cuales charla mu-
cho, pasean, van a hacer compras, hace varios talleres, y comenzó a pensar
en la posibilidad de trabajar.

Pregunta: Entonces ¿ella escucha la voz del actor?, ¿No hay ahí un
fenómeno elemental alucinatorio?
confines de las psicosis / 191

Bibliografía 9. Un caso de parafrenia / Multifacética


1. J. Lacan, El Seminario, Libro 20, Aún. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1981.
Página 13.
2. Nieves Soria Dafunchio, La erotomanía del amor femenino, publica-
do en El Caldero de la Escuela, Nº 63, octubre 1998. Páginas 59/61.
3. J. Lacan Televisión, en Radiofonía & Televisión, Editorial Anagrama.
Página 128.
4. J. Lacan, “Télévision”, en “Autres écrits”, Ed. Seuil. París, 2001. Pá-
gina 540.
5. J. lacan, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
la psicosis”, en escritos 2. Editorial Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
Página 547.
6. Ibíd. 3
7. J. Lacan El Seminario, Libro 23, El Sinthome. Editorial Paidós. Bue- I. Multifacética
nos Aires, 2006.
Buenas noches, les presento a Fernando Matteo Bertolozzi. El es psicoa-
nalista, estuvo un tiempo como jefe de residentes en el Hospital Moya-
no. Actualmente está practicando en el Hospital Borda, y participa de la
Cátedra Psicoanálisis Freud de la Facultad de Psicología de la U.B.A.

F. Matteo: Comienzo a atender a P por consultorios Externos del Hospital


Moyano en enero de 2006. Tiene alrededor de cuarenta y cinco años, y
desde el primer momento se presenta conmigo como terapeuta transpersonal,
actriz, productora de cine y futura empresaria, entre otras cosas. A la vez me
revela que es la reencarnación de Evita y la Mesías de los Judíos. Ya en el pri-
mer tiempo de tratamiento muy sonriente me aclara: “soy multifacética”.
Pero volvamos un poco atrás. Consulta por primera vez en el Hospital Mo-
yano en julio del año 1994, presentándose como habiendo cursado hasta
tercer año de la carrera de Psicología, y diciendo ser, ya en esos tiempos,
la reencarnación de Evita, tener poderes sobrenaturales y ser la Mesías del
pueblo judío. En ese momento también dice haber descubierto lo siguiente:
“Estamos en estado de sitio, hay militares, gente con poder por todos lados”.
Según consta en la historia clínica se irrita si se le presenta oposición o
dudan de su palabra, lo que se puede constatar respecto de comentarios que
hace de los diferentes profesionales que la trataron anteriormente. Dice “El
doctor X decía que lo mío es un delirio, es un imbécil, yo no soy esquizofré-
nica, soy una histérica de libro”.
192 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 193

Estuvo internada en el Hospital Alvear en dos oportunidades en el año la reencarnación de Evita. Dice “Mi conciencia se expandió. Estaban en la
1993, y también en una conocida clínica privada. Consta en la historia tele hablando de Evita y me fui para atrás por el impacto. Ahí me di cuenta
clínica que su padre falleció en 1984, y que su madre trabajaba para una que yo era Evita”.
fuerza militarizada. Alude a una serie de coincidencias en fechas y actividades: su iniciación
En su discurso, tanto en la actualidad como según consta en la historia, como actriz, su pasaje por la prostitución, su edad al momento de enterarse
presenta numerosas críticas respecto de la corrupción de los políticos, la po- de todo esto, sus ideas en relación a los pobres, etc.
breza, la masificación de la gente, y la despreocupación del gobierno por la A la vez, ya en el transcurso del tratamiento actual, le informa a su médico
cultura. Dice tener una misión que nunca queda del todo bien definida, y tratante que éste sería la reencarnación de Azucena Villaflor –la primera
por momentos consistiría en ayudar a los pobres, y en otros, en traer la paz desaparecida–, y antes de eso, la reencarnación de San Francisco de Asís.
al mundo entero. También dice tener premoniciones y haber, por ejemplo, Mucho tiempo después, me comenta que yo mismo soy la reencarnación de
predicho el atentado a la AMIA. Dr. Ramón Carrillo.
Desde el año 1994 hasta el comienzo en Consultorios Externos, ha sido in- Volviendo al momento del descubrimiento de su verdadera identidad, me
ternada numerosas veces por cuadros de excitación psicomotriz, pero general- cuenta que decide revelarle ese secreto de Estado –así lo llama ella– al único
mente, por un tiempo bastante reducido. A la vez, se ha mantenido por con- que según sus palabras podría creerle: R, un conocido cineasta relacionado
sulta externa en los Servicios de Internación y Hospital de Día por períodos con el peronismo. Comenta haber concurrido a su oficina, y en una charla
de tiempo considerables, sin reinternarse. que relata varias veces en el transcurso del tratamiento, le expresó que el país
Ha intentado conseguir trabajo en muchas oportunidades, pero siempre re- estaba en estado de sitio y que había cámaras y micrófonos en su oficina.
nuncia a las dos o tres semanas por sentirse “explotada” por el jefe de turno. Según dice, a R se le llenaron los ojos de lágrimas y le dijo que sí, pero que ahí
Al comienzo de nuestros encuentros me cuenta algunos hitos de su historia. no se podía quedar, frente a lo cual ella se retiró muy angustiada.
Refiere que el vínculo con su madre fue siempre conflictivo, y que tanto ella Por otra parte en la televisión comenzaban a hablar de ella. Cuenta que
como su hermana la envidian por su belleza e inteligencia. Recuerda una en programas como el de Susana Giménez o el de Mirtha Legrand, a las
escena de cuando tenía alrededor de trece o catorce años, se encontraba con que odia por mediocres, se decía: “Alguien en el país dice que es Eva Perón”.
su madre haciendo una cola para un trámite y ésta le dice: “Vos sí que con Llegamos a este punto y me aclara que ella no es psicótica, que los psicóticos
el cuerpo que tenés nunca vas a tener que trabajar”. creen que en la televisión hablan de ellos, y agrega: “Yo no creía que habla-
Terminado el secundario estudió psicología un par de años. Me cuenta que ban de mí, hablaban de mi”. Además me dice que es muy inteligente, que
aprobó Psicoanálisis y que acuerda con muchas de las ideas de Freud, que tiene muchas ideas, y que se las roban; hasta escribió un libro donde cuenta
abandonó la carrera porque en un final escuchó la voz de sus padres que muchos hechos de su vida, y algunos elementos respecto de su propuesta po-
le decían: “Vos no tenés que estudiar, andá a trabajar”. Según dice, es la lítica de unir la izquierda con la derecha: “El liberalismo social”. Dice que
única vez que escuchó voces, y en esa oportunidad entregó la hoja en blanco al presentarle su libro al Juez la declararon esquizofrénica.
y no regresó nunca más a la facultad. A la vez, un médico tratante anterior, después de leer sus escritos le dijo que
Alrededor de los veintitrés años viajó a Europa, donde se prostituyó un todo era un delirio. Me pregunta si yo creo que ella es la reencarnación de
tiempo, y a su regreso, con el dinero conseguido se compró un departamento Evita y le respondo que no tengo razones para asegurar que no lo sea, lo que
que actualmente le proporciona una renta, mientras vive con su madre y parece alcanzarle. Me trae una copia de su libro, y pregunta insistentemen-
con su hermano recientemente separado. te cómo voy con su lectura.
Dice que siempre quiso saber quién era, y realizó diferentes terapias, mu- Asimismo, otra actividad respecto a la escritura está asociada a los anagra-
cho psicoanálisis, terapia transpersonal y de vidas pasadas, hasta que un mas: de una construcción basada en las iniciales de su nombre y agregando
día, saliendo de su terapia, se encontró en una librería con el libro “Evita un sol, explica que el “peso” va a ser la moneda más fuerte del mundo. A la
íntima” y luego de haberlo leído, descubrió que todo indicaba que ella era vez con el nombre de su médico y el mío (ambos comienzan con la letra F)
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deduce que este tratamiento va a ir muy bien porque ella le tiene mucha y sus carcajadas en nuestras charlas se escuchan por los pasillos para curiosidad
“Fe”, y a la vez “Fe” es el inicio de felicidad. Cuenta también que escribió de muchos.
esto en la pared de su cuarto. A la vez, por las letras de su primer nombre y Por momentos dice querer casarse y tener hijos, y se angustia por la posi-
de su apellido P, S; arma la palabra “psíquica”, lo que identifica como uno bilidad de que eso no suceda. Sin embargo, en otras oportunidades dice
de sus atributos. que eso de estar casada no es para ella, que está bien así, y que no toleraría
En el primer tiempo de su tratamiento me cuenta que utiliza la mayor vivir con un hombre, que el amor de su vida es su madre, y que no tiene
parte del día en escribirle e-mails a R, leer algunos libros, y visitar de ma- necesidades sexuales.
nera alternada distintas iglesias y credos religiosos en los que realiza aportes Pasa por un período difícil en el que empieza a dudar de si realmente es
económicos. Va a la Iglesia Católica, a la Iglesia Universal, al Centro Sai Evita, si no se lo habrá creído erróneamente, y a la vez, comienza a angus-
Baba, etc. tiarse notablemente y a tener ideas de suicidio. Las entrevistas son tres veces
Me aclara que escribirle mails a R es su trabajo, ya que a través de los mis- por semana, y finalmente, expresa que el país está bien, que no tiene proble-
mos ella le da indicaciones acerca de los siguientes movimientos políticos o mas, que la gente está bien, que no hay tantos pobres, y que por consiguiente
sociales a realizar y él los lleva adelante. ya no se necesita a Evita. Le respondo que lo que yo vengo leyendo en los
Dice estar enamorada de R y querer tener hijos con él, pero éste no responde diarios y viendo en la televisión, no coincide con lo que ella me plantea,
a sus mails, cree que porque no lo dejan, pero que igualmente los lee. Por que sigue habiendo muchos problemas en el país; P asiente y se estabiliza.
momentos dice que R es Dios, en otros, que Sai Baba es Dios y ve todo lo Con las entrevistas comienza a sentirse mejor, plantea querer despegar de la
que ella hace, en otros, que ella misma es Dios, o que todos somos Dios y Sai locura, y por consiguiente, dejar de tratarse en el Moyano.
Baba es el diablo –el que le pone los límites a ella, etc. Su médico comienza a reducirle la medicación a su pedido, y me plantea en
Tiene variables y diferentes proyectos: respecto de su misión de llevarle la algún momento pasar a privado porque quiere seguir analizándose. Acepto
paz al mundo, dice que lo va realizando a través del cumplimiento de los su propuesta pero intento postergarla un poco en el tiempo.
mandamientos, pero por otra parte, también se propone llegar a Hollywood, Comienza a tener conflictos con su madre porque no duerme. Según la ma-
lo que estaría vinculado con la idea de reivindicar a Evita como actriz “por dre pasa la noche frente al televisor dando órdenes e indicaciones a los gri-
todos los que dijeron que era una actriz de cuarta”. tos. En las entrevistas se muestra estable, pero finalmente se hace intervenir
El tiempo libre se le vuelve insoportable: “Mi problema es que no sé qué a la policía por lo que es reinternada, continuando el tratamiento con los
hacer con el tiempo, me angustio y me voy a dormir temprano porque no mismos profesionales. La internación es breve, y luego de un costoso trabajo
sé qué hacer”. Por esta vía, intentado encontrar algún tipo de anclaje, la con la madre, ésta acepta recibirla nuevamente en su casa.
animo a reiniciar sus clases de teatro –seguramente llegar a Hollywood Ahora tiene un nuevo plan: ser vendedora de una conocida marca de cos-
requiere estudiar y comenzar por algún lado. Al principio accede, pero méticos. Al respecto dice: “Compuse veinte años el papel de Evita, ahora voy
abandona rápidamente, no está muy interesada ya que a Evita la rei- a componer el papel de una vendedora de cosméticos”; la aliento, pero en
vindicó las veces que actuó en Hospital de Día del Moyano, por ejem- dos días esto ya pasó al olvido: no le interesa, prefiere dedicarse a los medios,
plo, y no hace falta nada más. Además, ella no puede empezar con y crear guiones televisivos.
un personaje secundario, porque sería degradante, y actualmente todos Me trae un libro acerca de cómo construir guiones, y comenzamos a su
empiezan así. pedido un trabajo de lectura del libro y comienzo de escritura de un guión
Otro recurso, que sólo se instauró momentáneamente, estaba vinculado con entre varias posibilidades. En una de las posibilidades que trae para escri-
la escritura: de cada entrevista quedaba algún tema, que posteriormente bir, ella es el personaje principal, se encuentra con Katherine Zeta Jones, y
ella desarrollaba por escrito para que yo pudiera entenderlo mejor; eso duró descubren que son hermanas separadas al nacer. En otro, actuaríamos todos
poco también. los profesionales del pabellón; ella sería la heroína de la novela, enamorada
Las entrevistas se desarrollan generalmente en un clima de hilaridad notable, del personaje que haría su médico tratante, varias residentes del servicio
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serían las hermanastras malas –se quieren quedar con su amor–, el jefe cine, futura empresaria, reencarnación de Evita y Mesías de los judíos.
del servicio sería su padre, una psicóloga de planta sería la amante de su Digo identidades puramente imaginarias, ya que no parece haber nin-
padre, y yo su hermano menor –que tiene la función de “defenderla de los gún anudamiento entre ninguna de estas identidades y alguna práctica
malos y sufre”. efectiva, real, que realice. Entonces es francamente como ella se nom-
Finalmente avanza con un tercer guión, en el que la protagonista se en- bra: “multifacética”. Son distintas caras, pero que no son más que eso,
cuentra enamorada de Rodrigo, y tiene con su madre y su hermano las puros semblantes.
mismas relaciones que la autora. Por mi parte intento trabajar sobre la En lo que Fernando recorta de la historia clínica, ella ya había consul-
legalidad de las pautas formales de la presentación que indica el libro, el tado en el ‘94, bastantes años antes, y ya en ese momento planteaba ser
trabajo se continúa por varias semanas, hasta que finalmente, pierde todo multifacética; y también estaba un poco paranoide, en ese momento
interés en él y deja de hacerlo. advertía que había un estado de sitio, que había militares, gente con
Un día, luego de un período en el que estuvo al borde de una nueva inter- poder por todos lados.
nación, al recomponerse, afirma que descubrió que quiere ser monja. “Me Pero esa consulta que ella hace en el ´94 es posterior a toda una serie
di cuenta que me producen desagrado las relaciones sexuales, y me angustia de internaciones previas. Ya en el ´93 había tenido internaciones en
pensar en la posibilidad de estar con un hombre o ser madre. Esas cosas no el Alvear y en una clínica privada. Y el dato anterior es la muerte del
son para mí, quiero ser monja y rezar por la paz en el mundo”. Dos sema- padre en 1984.
nas después se mudaba a la casa de un hombre, en un asentamiento, decla- Otra cuestión que ya consta en la historia clínica es una sensibilidad
rando que iba a trabajar en la villa, que ya tenía marido –con el que tenía hacia lo que no anda en lo social, que de alguna manera insiste de dis-
muy buen sexo–, que estaban por adoptar un hijo, y que tenían un perro tintas maneras en el decir de P. Y esa sensibilidad hacia lo que no anda
llamado Perón. Dos semanas después, se peleó con su pareja y volvió a vivir en lo social le abre la vía a cierta vertiente megalómana en su delirio.
con su madre hasta la actualidad. Actualmente continúa su tratamiento. Ella termina entonces en una misión, pero esa misión nunca termina
de tomar peso, de instalarse como una unidad, sino que toma distintas
caras, se termina dispersando un poco.
La otra cuestión que consta en la historia clínica es que hay momentos
II. El soltamiento de lo real en los cuales hay algo de esta función del delirio que evidentemente
vacila o falla, y entra en períodos de excitación psicomotriz que la lleva
Esta risa que provoca el caso de P me parece una respuesta a esta incon- a las internaciones.
sistencia en el decir del sujeto, que lo vuelve difícil de captar. Uno siente A su vez, algo que me parece fundamental y que hace a la característica
que P se escapa todo el tiempo, y que cada vez que parece que hay algo más clara del cuadro, es su imposibilidad de sostener un trabajo. Cuan-
que podría definirla, que podría decir algo de su ser, eso rápidamente se do trabaja se pone paranoide, se siente explotada, termina yéndose.
desarma, y hasta podríamos decir que se invierte en el signo contrario Este cuadro general, que es el que presenta la historia clínica, ubica
con una rapidez asombrosa, y P se va, se nos escapa. Creo que ésta es un por un lado esta personalidad múltiple, estas identidades puramente
poco la sensación que tenemos al escuchar este relato. Aunque P siga imaginarias que ya dan cuenta de una diferencia con lo que sería -por
estando allí, siga en el tratamiento, hay algo inasible en ella. ejemplo- una psicosis esquizofrénica, en la que justamente es lo ima-
Voy a seguir un poco el relato que hizo Fernando. ginario lo que se suelta, lo que se disuelve; mientras que aquí tenemos
Ella se atiende con Fernando desde hace casi dos años hasta la actua- toda una serie de versiones imaginarias del sujeto, pero es lo real lo que
lidad, pero tiene toda una historia de internaciones previas, y ya en se suelta. No encontramos ninguna conexión entre esas identidades
su presentación encontramos esta multiplicidad de identidades, todas imaginarias y algún real que la ancle.
puramente imaginarias: terapeuta transpersonal, actriz, productora de Por otra parte, pareciera que esta sensibilidad social funciona como
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causa de una operación de tipo paranoide, por la que ella termina ubi- se presenta ella, como una pura imagen, brillante, Evita, Mesías, sin
cando el goce en el lugar del Otro. Esto que no anda en lo social, ter- ninguna conexión con algún real. Es como si ella estuviese realizando
mina siempre conectando de algún modo –pero siempre de un modo esa frase de la madre en el delirio.
difuso– con algún Otro gozador: gente con poder, los militares. Por Otro hito en la historia de P es el abandono de la carrera de Psicología.
momentos ella está más perseguida, por momentos está más megaló- Cuando en un final escucha la voz de los padres diciéndole que no tiene
mana, pero hay cierto tinte paranoide en su discurso. Más adelante que estudiar, que tiene que trabajar.
abordaremos las divergencias con la paranoia cuando lo comparemos
con el caso del paranoico que escuchamos hace un mes atrás. Pregunta: Nieves, cuando hablabas de lo real, cuando te referías al
Si P tuvo tantas internaciones con cuadros de excitación psicomotriz trabajo ¿te referías al registro real?
es porque hay momentos en que esta operación paranoide que intenta
localizar el goce en el lugar del Otro para mantenerlo a distancia falla, y Sí, al registro real. Es decir, a alguna práctica en la cual ella tenga que
hay un goce que invade el cuerpo bajo la forma de la excitación psico- poner en juego –en algún anudamiento con lo real– eso que aparece
motriz. Esta operación paranoide es débil, es inconsistente y, no logra como una identidad puramente imaginaria. Por ejemplo, ella dice que
mantener verdaderamente el cuerpo separado de la invasión del goce. es actriz de Hollywood, pero alguna conexión con lo real sería que ella
En cualquier momento ese goce puede volver al propio cuerpo, y en esa trabajara como actriz en Hollywood.
vuelta al propio cuerpo yo ubicaría la excitación psicomotriz. Todo lo que ella predica sobre sí misma no tiene ninguna conexión con
Respecto del problema que tiene P para mantener los trabajos, po- lo real. Y asimismo, cada vez que ella tiene que hacer con lo real, como
demos decir que apenas ella lleva adelante una actividad que implica ser trabajar, es donde no alcanza con la imagen. Una cosa es decir “soy
algún tipo de contacto con lo real, se persigue. Cuando ella necesita Evita”, eso es una imagen que se articula con un nombre, es un semblan-
conectarse con lo real, inmediatamente es presa de algún goce que la te. Pero después ella tendría que demostrar que es Evita de alguna mane-
invade, y es cuando realiza la operación paranoide, dice que es explo- ra. Si ella fuera una paranoica, entonces pediría que le hagan el estudio
tada y deja el trabajo. Su falta de recurso al registro real la empuja a la del ADN para demostrar que es Evita, para buscar alguna conexión entre
operación paranoide. ese imaginario-simbólico del delirio y algún real.

Estábamos con la cuestión del final en la facultad, ella estaba llevando


adelante esta actividad del estudio. El final no es cualquier momento,
III. La frase materna es el momento del acto, en el que justamente eso que se estuvo es-
tudiando pasa a escribirse de algún modo. Es un acto que posibilita
Vamos a pasar ahora de la historia clínica a la historia de P, es así el alguna inscripción simbólica y que también implica un pasaje por lo
orden que sigue el relato de Fernando. real, ya que hay que dar cuenta frente al Otro de lo que se estudió, es
Su propia historización toma esta misma vertiente megalómana que un momento de verificación.
encontramos en el delirio. Ella es envidiada por su madre y su herma- No es casual que sea en ese momento que ella escucha estas voces, justa-
na, se ubica como la bella y la inteligente envidiada por éstas. Por otra mente son voces que la mandan a otro lado. Por otra parte, las voces la
parte hay algún empuje a ese lugar que podemos ubicar en esa frase de mandan a trabajar, que es lo que ella justamente no puede sostener.
la madre cuando ella tenía trece o catorce años, que le dice: “Vos con el Ese momento es el único en el cual ella escucha voces, momento de
cuerpo que tenés nunca vas a tener que trabajar”. Esa frase le arma la es- irrupción clara del significante en lo real, en que ella abandona la escena,
tructura a P, diciéndole de algún modo: “vos sos una pura imagen, que entrega la hoja en blanco, y aparentemente inicia esta serie de terapias
no va a tener ningún contacto con un hacer en lo real”. Y así es como buscando saber quién era.
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F. Matteo: Sí, ese es el momento en el que hace un viaje a Europa y empieza rencia que se instalan y es importante que haya esa multiplicidad de
a prostituirse. Esa actividad sí la llevó a cabo aunque implicaba algo de transferencias en el tratamiento del psicótico.
poner el cuerpo. Ella encuentra cierta certeza de ser, cierta identidad en la identificación
con Evita, y ya habiendo asumido esa identidad busca a un otro. Con-
Efectivamente, no es cualquier trabajo, es del orden de “con el cuerpo sidero que encuentra una identidad que la ubica un poco del lado de
que tenés no vas a necesitar trabajar”. Es un trabajo que realiza la frase La Mujer. Evita sería una figura –también multifacética– de lo femeni-
de la madre. Es cierto que pone el cuerpo, pero al servicio de esa frase no, y desde ese lugar se dirige a alguien que va a ocupar el lugar de El
de la madre. Hombre, que es R. Entonces se dirige a ese Otro, que no es cualquier
Otro, porque es un Otro que le cree.

Pregunta: Y también lo ubica como el que sufre.


IV. La identidad imposible y el lazo con el Otro
Sí, es interesante, porque hay cierto efecto de castración que ella puede
Y cuando vuelve de Europa, empieza esa serie de terapias donde ella ubicar en él, que es lo que la engancha amorosamente con él de ese
quiere saber quién es, ésa es la cuestión central ahí: esta multifacética modo no erotómano. Al llenársele los ojos de lágrimas, R le da su cas-
P ¿quién es? Y tropieza con cierto punto de anclaje, cierta respuesta, tración, y a la vez le dice que sí, le cree. Es fundamental esa respuesta,
cuando sale de la terapia y encuentra este libro “Evita íntima”. Ella que lo deja en el lugar de un referente, de un Otro al que ella se dirige
se estaba preguntando quién era, sale de la terapia, y encuentra en delirantemente.
este libro la solución a ese enigma que se abría en el campo de la Y es llamativa la serie que hay entre R y Fernando. Así como P va a R
significación. y éste le dice que sí, después está el tema de si Fernando le cree que ella
Es interesante interrogarnos acerca del estatuto de esta pregunta ¿quién es la reencarnación de Evita. Fernando tiene una respuesta más racional
soy? Esa pregunta –que es estructural en el ser hablante– se vuelve li- (no es un artista, es un analista), le dice: “No tengo razones para ase-
teral en la psicosis. Ella se pregunta ¿quién soy?, encuentra el libro y se gurar que no lo sea”, dejando abierta la posibilidad de la certeza. Ella
responde “soy Evita”. Efectivamente, en la medida en que el sujeto no escribió un libro, le trae una copia a Fernando, insiste en que Fernando
cuenta con el Nombre del Padre, no puede asumir su nombre propio lo lea, le pregunta por dónde va, lo pone a prueba. Fernando ahora,
y tiene que buscar una identidad en el sentido más literal del término. como R en su momento, viene al lugar de referente.
Y es así como realiza una identificación imaginaria bastante inmediata Después está ese juego que P hace con las iniciales de su nombre y de sus
con Evita, ya lee ese libro buscando coincidencias. terapeutas. Todo este juego la ubica a ella en una especie de optimismo
Después está la cuestión de la transferencia con el médico tratante y fuerte, algo megalómano también: el peso va a ser la moneda más fuerte
con el analista, Fernando. Es interesante que para el médico tratante del mundo, ella tiene mucha fe, y fe es indicio de felicidad, etc. Todo
se trata de figuras más ajenas: Azucena Villaflor, San Francisco de Asís. este trabajo que hace está al servicio de esta vertiente megalómana.
En cambio Fernando es más familiar, Ramón Carrillo es como de la El aporte a las distintas iglesias se parece a su idea de unir la izquierda
familia peronista, y luego es el hermano menor en la obra de teatro. con la derecha: le da lo mismo cualquier iglesia, va a todas. Se trata de
Con la transferencia ocurre algo similar al caso de paranoia del Alvear. acciones que intentan articular algo de la vertiente simbólico-imagi-
En ese caso, el paciente se había puesto erotómano con la médica, pero naria del delirio con alguna acción real. Son intentos de ir un poquito
con la analista había podido armar una relación padre-hija. En este caso más allá en el del delirio, acercándose un poco más a la posición del
también, con el médico arma una relación erotómana y con el analista paranoico –que empieza a escribir cartas a todo el mundo y demás. Pero
puede tener otra proximidad. Se trata de distintos tipos de transfe- acá eso tiene un límite, y termina diluyéndose.
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La otra cuestión son los mails que le escribe a R, donde le advierte y le esas carcajadas que se escuchan por los pasillos. Se verifica cierto efecto
da indicaciones respecto de los movimientos políticos sociales a realizar. maníaco al ser creída, al ser escuchada, al sentir que el Otro le cree y
En ese momento queda en evidencia que él es El Hombre, que viene que la escucha -R le dijo que sí pero que se vaya, ella salió angustiada.
al lugar del padre que no hay en la psicosis, entonces P le pide tener El asunto es que cuando hay un Otro que le cree, o que hace semblante
hijos con él. Ella interpreta la ausencia de respuesta de R como que no de creerle y también la escucha, hay cierto efecto expansivo que habla
lo dejan, no le dejan escribirle. No existe la posibilidad de que él no le de una inflación imaginaria complicada por sus consecuencias.
corresponda, haciéndose notoria la certeza erotómana en juego. Hay momentos de máxima inconsistencia en el decir de P. Por ejemplo,
relata que quiere casarse y tener hijos, se angustia ante la posibilidad de
que eso no suceda, que ya pasó los cuarenta años, y a la vez dice que eso
V. Cuando falta lo serio falta la serie de estar casada no es para ella, que está bien así, que no toleraría vivir
con un hombre, que el amor de su vida es su madre, y que no tiene
Luego está la mezcla entre R, Dios, el Diablo, Sai Baba y ella; mezcla necesidades sexuales.
que verifica la falta de un orden, porque de pronto R es Dios, pero De todos modos hay cierto punto de real allí, y es que seguramente
después Sai Baba es Dios, después ella es Dios, después todos somos el amor de su vida es su madre, ya que P está respondiendo a esa frase
Dios; pero después Sai Baba es el diablo. Punto de inconsistencia del de la madre “con ese cuerpo no tenés que trabajar”. Hay algo de la
delirio que no encuentra, como sí ocurre en Schreber, la solución de la existencia de La Relación Sexual que se jugó en el todo poder que tiene
sistematización. la madre para ella. Y el amor por un hombre –como vimos en el caso
Podemos comparar esta mezcla, esta inconsistencia entre el delirio de de erotomanía de la clase pasada– se realiza en el plano puramente
P, esta confusión entre éstos que vienen al lugar del Otro y se van mez- imaginario. De modo que ella puede ubicar ese real: que el amor de su
clando y confundiendo –es ella, ella es el otro, el otro es ella–, con vida es su madre, y luego está la consecuencia de si puede o no estar
el trabajo del delirio tan minucioso que hace Schreber, por ejemplo, con un hombre. En la relación con un hombre entra entonces en juego
cuando arma una especie de escalafón de dioses. Schrbeber encuentra el obstáculo, se pone de manifiesto que La Relación Sexual no existe,
un orden jerárquico que impide la reversibilidad de los lugares, y es mientras que con la madre sí. Como decía Lacan: “La relación sexual
interesante cómo ese trabajo lógico que hace Schreber con su delirio (...) no la hay, salvo incestuosa o asesina”.
le permite llegar a la metáfora delirante. En cambio el delirio de P es Podemos hacer un contrapunto entre la parafrenia y la paranoia. En la
pura inconsistencia: Dios, R, Sai Baba, todo se mezcla y nada termina parafrenia, el registro que se suelta es el registro real, mientras que la pa-
quedando anclado en un lugar, no hay un sistema. ranoia consiste en la continuidad entre los tres registros, de modo que
Por otra parte, los proyectos de P también están totalmente desligados para el paranoico lo imaginario es lo simbólico y es lo real, de modo
de toda práctica efectiva, verificándose entonces que si bien ella pone a tal que es un ser absolutamente consecuente, que vive según su delirio.
prueba al otro, es ella misma quien no termina de creer en su delirio. Este punto era evidente en el caso de paranoia que escuchamos, donde
Este es el punto más complicado: P no se toma en serio. Ella puede decir él dedica su vida a su delirio, y todas sus acciones están dedicadas a
cualquier cosa y no importa, eso no tiene ninguna consecuencia. El ana- hacer existir ese delirio, a darle consistencia, y a una y otra vez llevar las
lista la toma mucho más en serio de lo que se toma ella misma: Fernando pruebas. ¿Se acuerdan de todos esos papeles que ese paciente le llevaba
la reanima a seguir con las clases de teatro, después a ser vendedora de a la analista? Todos esos papeles vendrían a ser las pruebas reales, y
cosméticos, más adelante con la escritura, y P enseguida deja todo. P no además ese paciente paranoico justamente con ese delirio había logrado
se toma en serio, en consecuencia no hace serie, no se conecta con lo real hasta trabajar y cobrar por el saber que había adquirido en cuestiones
por la vía de la repetición, de lo que vuelve siempre al mismo lugar. legales, transformándose en una suerte de defensor de pobres y ausen-
Esa ausencia de seriedad se verifica en ese clima de hilaridad notable, tes. De modo que logró alguna práctica real con ese delirio, logró ha-
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cerlo existir en lo real, como hacen muchos dirigentes de diversa índole ese punto –pero no sé qué alcance tendría esa intervención. Mencio-
(política, religiosa, etc.). narle que no puede ser que ella sea todo eso, que tiene que elegir algo,
Entonces, una cosa es desplegar un delirio y anudarlo de algún modo que tiene que quedarse con algo, estar en algún lugar, creerle a alguna
a lo real, que es lo que hace el paranoico, ya que su real es su delirio. cosa pero no a todo.
Pone su cuerpo y su existencia al servicio de su delirio y le da con su ser
coherencia y consistencia, quedando los tres registros en continuidad. Pregunta: O sea, ¿ésa sería una intervención?
En cambio a P no le interesa sostener ninguna acción ligada al delirio. Es
más, ni se le cruza por la cabeza, si no fuera porque Fernando la alienta. A Ése sería un intento. Lo que se verifica en esta presentación de enfer-
ella le alcanza con decir que es actriz, pero no se preocupa en acercarse a la mos que realiza Lacan –él no es el médico tratante de la Srta. B– es que
cuestión, ya sea actuando o tomando clases de teatro. No tiene ninguna con sus preguntas en algún momento la lleva a ese punto. Si ustedes
iniciativa de anudar algo del delirio –que es simbólico-imaginario– con van el texto, van a encontrar que hay un par de veces en que él le dice
alguna práctica real. Es así como el gran problema de la parafrenia es que a ella algo así como “Algo concreto tiene que haber en todo eso”, y ella
está suelto lo real, que no hay un anclaje. igual se le escapa.
Allí encontramos la gran dificultad para el trabajo con la parafrenia, Lo que quería leerles –porque no vamos a leer toda la presentación– es
porque por otro lado, cuando el sujeto se queda sin el delirio, surge esa lo que dice Lacan al final. El médico, que yo supongo que es el médico
angustia de muerte. Pero a la vez, cuando se le alimenta el delirio, se tratante de la paciente, le dice a Lacan: “Ella ponía todo su acento en sus
produce este efecto de inflación maníaca que termina estallando como posibilidades de identificación variables en los personajes que pasaban a
un globo, girando en vacío. su alcance”. Y Lacan le responde: “Ella no tiene la menor idea del cuerpo
que tiene para poner dentro de ese vestido, no hay nadie para habitar la
Pregunta: Por eso es muy común que se diagnostique como manía, ropa. Ella es ese trapo, ella ilustra aquello que yo llamo el semblante, ella
¿no? es eso, hay una ropa y nadie para meterse adentro. Ella no tiene relaciones
existentes –la idea de relaciones entre cierto número de personas con ropas,
Claro, porque tiene momentos maníacos. Claramente está mucho más esto existe para ella”.
del lado de la manía que de la melancolía. En este caso no está la cuestión del vestido, pero sí la cuestión del puro sem-
blante, del cuerpo como imagen, que está en esa frase de la madre: “Con ese
Pregunta: ¿Hay algún tipo de posibilidad de suplencia? cuerpo, no tenés que hacer nada”.
Después Lacan continua: “Podemos llamar a esto una parafrenia, y por qué
Es muy difícil, hay que buscarla. no señalarla con el término de imaginativa…” –me parece que le cabría
el mismo diagnóstico al caso de P, y sigue– “…no hay una sola persona
que haya llegado a hacerla cristalizar. Sería tranquilizador que fuera una
enfermedad mental típica, sería mejor que alguien pudiese habitar la ropa.
VI. El nudo en la parafrenia, de P a la Srta. B La parafrenia es la enfermedad mental por excelencia, es la enfermedad
de tener una mentalidad, no es una enfermedad mental seria, situable,
En la bibliografía para hoy, yo recomendaba que leyeran la presenta- caracterizada. Ella va a formar parte de esos locos normales que constituyen
ción de enfermos del caso de la Srta. B. Es interesante cómo en la nuestro ambiente. Actualmente todo puede suceder, ella puede todavía en-
manera en que Lacan se dirige a ella y le pregunta, él trata de articular contrarse un lugar que se cristalice en una enfermedad bien caracterizada,
algo real, pero ella en un momento se enoja y se va. pero por el momento es inasible. Todo lo que le sucede es absolutamente sin
Una cuestión sería decirle: “Pero eso que usted dice no es serio”, ubicar peso, no hay ninguna articulación en lo que dice”.
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Todo lo que dice es como si estuviera hablando de P. Pregunta: ¿A partir de la muerte del padre?
Lacan es bastante escéptico respecto del pronóstico del caso de la Srta.
B, y supongo que Fernando también lo será respecto de P, aunque no F. Matteo: Uno podría pensar que es ahí, pero tampoco es localizable.
sé si tanto.
Pregunta: Pero ella, ¿confiesa algún interés de hacer algo y sostenerlo
F. Matteo: No sé si tanto, pero sí un poco. en el tiempo?

Pregunta: Y pensando en la dirección de la cura, ¿no sería un poco ir F. Matteo: No, a veces dice: “Tengo que trabajar”. Hace poco había con-
sosteniéndole estos raptos de delirio lo que le dure?, porque ¿qué se hace seguido otro trabajo pero volvió a dejarlo porque la explotaban, lo cual
si no? está escrito innumerables veces en la historia clínica. Ella dice “Tengo que
trabajar”, pero porque tengo que trabajar, nada más.
Sí, eso es un poco lo que intentó Fernando, pero con eso no se logró
ningún anclaje en lo real. Intervención: La verdad es que para mí es la primera vez que veo tan
clara la posición del analista en el lugar de testigo.
F. Matteo: Lo que se logró en este último tiempo es que no se interne, que
no se interne tantas veces, pero no logramos anclarla. Con todos los perso- Pero no alcanza con que el analista esté en el lugar de testigo, ésa es la
najes intentamos que fuera un poco más serio, también con lo de ser monja, cuestión complicada. No alcanza nunca, pero menos en este caso. En
vamos con la monja y ella: no, no, me equivoqué. Probablemente no la este caso, lo difícil es cómo ubicarse en otro lugar que no sea justa-
iba a aceptar ninguna congregación, pero ella había dicho de ser monja, y mente el de testigo, porque el testigo es alguien que simplemente acusa
bueno, intentamos. recibo.

Pregunta: Para ella, ¿cuál es su problema?, ¿por qué ella acepta trata- F. Matteo: Sí, por eso también se intentó propiciar las diferentes activida-
miento?, ¿no es solamente porque la internan y la mandan, no? des que iban surgiendo.

F. Matteo: Hay una expresión que ella tiene y es que a veces “se enferma de
poder”. Yo creo que esto va en la línea de esto que dice Nieves, que a veces Pregunta: Recién cuando dijiste que no alcanzaba con ser testigo, ¿qué
se pone megalómana y expansiva y que esto la lleva a descompensarse total- se tendría que poder lograr?
mente. La única vez que ella nombra algo que para ella es un problema,
es el tema de que ella se puede enfermar de poder, pero sino, ella viene a Lo que se tendría que poder no existe, existe lo que uno puede, si no
charlar porque analizarse está bueno, así como una cuestión algo snob. nos vamos de lo real, nos vamos al ideal. No alcanza en el sentido de
que no se logra ni siquiera una estabilización –no hablemos de una
Pregunta: Y se puede pensar antes del desencadenamiento, ¿qué era lo suplencia, de un anudamiento firme.
que la desestabilizaba?, ¿ella cuenta de su historia, qué hacía? El relato de Fernando justamente lo que muestra es que hay algo que
está en estado de disolución casi permanente, entonces en ese sentido, a
F. Matteo: Tal vez se puede, pero yo no puedo. Con lo que contamos, que es lo lo que se apunta en el tratamiento del psicótico es a lograr por lo menos
que cuenta P, es más o menos lo que está en la historia. Con la madre hemos cierta estabilidad, y si es posible dar un paso más, algo que anude bien
hablado, ésta dice que siempre fue rara, pero que la secundaria la transcurrió los tres registros.
más o menos bien, y en un momento arrancaron las ideas de Evita. Acá queda claro que el registro real está suelto, y eso hace que inevita-
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blemente este proceso de trabajo del delirio desanudado de lo real la Pero eso sería interesante. Si ella se viera obligada a pagar, quizás la
lleve necesariamente a estas crisis que terminan en internaciones. cuestión de lo real se volvería ineludible por ese lado.
Lo que se ve es que no está encontrando algo que la estabilice clara-
mente más allá de la transferencia. Habría que ver qué pasa si se toma Pregunta: Yo me preguntaba, ¿por qué buscar lo serio?, parecería que que-
–aunque me parece de todos modos poco probable– esta posición de dan del lado del analista las ganas de que la paciente arme algo serio.
insistirle en que ella no se toma en serio, o por ejemplo decirle: “Yo ya
no sé si tomarte en serio porque vos no te tomás en serio”, insistirle en Es que es por ahí que se puede anudar lo real. Lo que busca el analista
esa cuestión y llevarla a alguna elección, habría que ver qué pasa. es que el nudo se reanude, y no tener que estar soportando sólo con la
propia presencia los vaivenes de una estructura desencadenada. La idea
Pregunta: ¿Sería algo así como el acto del analista introduciendo lo real? es que sea el sujeto mismo el que sepa hacer con su estructura y pueda
Porque hay algo enfermo en ella en esto de enfermar de poder, de creer prescindir del analista, porque sino nosotros qué somos, ¿madres de los
que puede todo. pacientes?, no. Queremos que tenga algo serio porque queremos que de
algún modo se reanude el registro de lo real.
Claro, porque al no confrontarse con lo real, entre imaginario y sim-
bólico no hay límite. Lo real es lo que funciona como una mediación 20 de septiembre de 2007
que permitiría un límite, por eso está bien lo que vos decís: el acto del
analista como introduciendo lo real, me parece que sería una línea,
pero es difícil.
Les dije que Lacan no era el analista de la Srta. B, y por eso su palabra
no tiene el mismo peso que la palabra de su analista, que tiene más
posibilidades de intervenir -si bien es Lacan, que no es poco y ella lo
reconoce en un lugar importante. Y la Srta. B se burla en un momento
de Lacan, con una ironía al estilo del perro Perón. Le dice algo así como
“Usted es la estatua del saber que atraviesa los tiempos, y yo soy el cor-
piñito que se plancha todos los días”, algo por el estilo, como diciendo:
“nosotros dos nos tenemos nada que ver”. Y después, cuando Lacan
la quiere confrontar con algo serio en lo que ella dice, ella se termina
enojando y se va.
Habría que ver qué pasaría con la transferencia si Fernando se pusiera
en una posición de “vamos a tomarnos esto en serio”, hay que ver si P
soportaría eso.

Pregunta: Quizá se trata de ir sosteniéndole los cambios.

Es complejo, porque eso es el tratamiento al infinito.

F. Matteo: Es una paciente, que además, no tiene muchos recursos, no


puede pagar mucho tampoco.
210 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 211

Bibliografía 10. Confines entre esquizofrenia y melancolía /


1. J. Lacan. Seminario 24. L’insu que sait de l’une bévue s’ aile à mourre. El miedo al cuerpo
Clase del 15/3/1977.
2. J. Lacan. Presentación de enfermos. El caso de la Srta. B. Inédito.

I. El miedo al cuerpo

Buenas noches, les presento a Liliana Cantagalli, ella es psicoanalista,


coordinadora del Equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital de
San Isidro, y docente en la Cátedra de Clínica con Púberes y Adolescen-
tes de la Universidad de Buenos Aires. Hoy nos va a presentar un caso en
el que abordaremos los confines entre esquizofrenia y melancolía.

L. Cantagalli: Voy a referirles el recorte de un tratamiento que se inicia en


el año 1998 en la guardia del Hospital de San Isidro, y que continúa a la
fecha sin interrupciones.
Aquella era una joven de treinta y tres años, a quien llamaré S, que es-
peraba en la guardia una cama para internación por desnutrición; siete
años de dieta líquida y treinta y un kilos confirmaban una anorexia que
padecía desde los diecinueve años. A esa edad, la caída de su padre que se
fractura tres costillas, y la de su madre que se fractura la muñeca en otra
caída, determinan la internación de S en una clínica psiquiátrica, ya que
además de su anorexia, estaba deprimida, lloraba mucho, y nadie podía
cuidarla. Tras cuarenta días de internación medicada con psicofármacos,
es dada de alta.
Fecha lo que llama su “enfermedad” a partir de los catorce años, momento en
que coinciden la menarca y una hepatitis. Es a partir de entonces que ya no
podrá parar de comer. Tras el reposo, los cambios corporales se habían hecho
212 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 213

evidentes, era una robusta jovencita a quien le decían: “Sos igual a tu mamá, “Son como mellizos, se llevan tan poco tiempo que en realidad es como que
pero gorda”. son iguales”. Para mí no, yo era más grande, lo tenía que cuidar. Yo sentía
Por entonces, tenía la sensación que alguna vez hubiera comido algo que que no me miraba, que no le gustaba como era. Jamás me sentí cuidada
le hizo muy mal. Sentía como si su madre fuera el brujo de la película por nadie, nunca me sentí su nena, su querida”. En ocasiones se refiere a
“Fantasía” y ella Mickey –el aprendiz de hechicero, que trata de desatar sí misma como “soy la que no”, “la que nació para no ser”. “Yo siento que
tormentas pero no las puede controlar. no soy significante en el vínculo para el otro para nada. Me siento sola,
“El conflicto fuerte que yo siento es que desaparezco cuando como. No pue- huérfana… sensación de nada que uno tiene detrás, y de nadie. Uno no
do apropiarme del deseo…si no como me muero, pero si como también me supo ni disponer de un lugar ni donde caerse muerta. Fui nada, soy como
muero. No podía parar de comer, era compulsivo, me hacía mal. La comi- nada. Peleando por existir. Creo que soy una porquería, caprichosa, tonta.
da tiene un poder enajenante. Yo no podía despegar. La principal dificul- Mamá me decía que era mala porque no estaba conforme con nada. A
tad con la comida es que lo supuestamente rico está igual, la omnipresencia veces me pegaba. Yo creo que era como un cuerpo muerto”. “Me molesta mi
de la cual uno no puede sustraerse. Me da una angustia mortal, no quiero propia creencia que yo decepciono a los otros. Ser rechazada te deja muy
estar ni impotente, ni víctima… Habérmela tragado, no me importa que hambrienta y llena de disgusto”.
hable afuera, no quiero que hable adentro. No puedo no escuchar. Porque El lento trabajo de dialectizar “lo rico”, fragmento de la frase de la madre
algo es rico, yo no puedo no quererlo”. que le ordena “comé, que es rico”, tan recurrente en todas las sesiones, frase
Este tramo del tratamiento estaba signado por la intensa angustia y un de una gran fijeza, y que según la paciente, se le imponía, produce junto a
desconsolado llanto todas las sesiones, y así se mantuvo por años. Con in- esa intervención de compartir almuerzos, un cambio hacia la decisión de
tervenciones del estilo de: “Se puede comer y despegar”, se intentaba desar- alimentarse, aunque se hizo necesaria una segunda y última internación
ticular este conflicto fuerte, del mismo modo que con esta otra intervención por razones nutricionales, en coincidencia con mis vacaciones.
que ella retoma reiteradamente: “Cuando me decís: “Comé tranquila que El aumento de peso le provoca temor al cuerpo de mujer, a pesar de lo cual
no es la comida”, ¿qué es? Con esto de la comida encuentro un obstáculo progresivamente come sin tantas dificultades, mejoran todos los valores en
para ser adulta. La comida es algo que se desea de un modo que lastima. sus análisis clínicos, ya ni siquiera está anémica, pero el cuerpo…
Como si fuese un deseo que acaba con los otros deseos. Este fin de semana Empieza ahora un largo período de síntomas más claramente ligados al
fui solamente comida yo”. cuerpo: vértigo y mareos, colitis, miedo por el sangrado intestinal en algunas
Decido entonces compartir algunos almuerzos juntas, en una apuesta para per- deposiciones, y luego miedo a la reanudación del ciclo menstrual. Los angus-
mitirle comer sin ser comida. Progresivamente comienza a pedir comer juntas. tiosos llamados telefónicos los fines de semana sólo esperaban encontrar una
En un almuerzo refiere que su bisabuela fue nodriza y que ni su madre palabra que calmara y tranquilizara, que dijera que nada va a pasar, que
ni su abuela pudieron amamantar a sus hijos: “Mamá no tenía suficiente no va a morir, que no se iba a desangrar, que no estaba enferma.
cantidad de leche. Ella tenía veintiséis años. Los dos (su hermano menor Las diarreas eran para su madre una enfermedad: “Mamá me agarraba
y ella) nacimos el mismo mes. Me enojaba mucho que dijeran que éramos y hacía lo que quería conmigo. Me cantaban la vaca lechera; quería ser
como iguales, como mellizos. No nos amamantó a ninguno, nos moríamos bailarina, pero el cuerpo no me daba, yo intentaba ser bailarina. El cuerpo
de hambre, entonces el médico dijo que tome mamadera. Yo era muy tran- me quitó la alegría de crecer. En la adolescencia, engordar fue igual a no
quila, a veces se le pasaba la hora de darme la mamadera, y mi abuela le poder ser mujer. Lo angustiante es tener un cuerpo femenino. Empiezo a
decía: ¿“Hace mucho que no come?” (llorando). Mi abuela le hacía acordar sentir que me sobran cosas por todos lados. Lo que me sobra son las cosas
que yo tenía que comer. Me quedé pegada con esta espera. Ahora yo me que- femeninas: cola muy grande, piernas muy anchas…Yo soy un bofe, cosas
do pegada a la leche. Para ella fue una gran cosa, nos crió a los dos juntos amorfas. Eso me pasó cuando cumplí catorce años. El cuerpo es un obstá-
(a ella y su hermano apenas un año menor), todo junto, de un saque, no culo para mí en este momento. Estoy fea, estoy mala. Todo sobra, yo sobro.
duplicó en el tiempo. A ella le había facilitado, no había sido una carga: Como si hubiera debido morirme después que cumplí los catorce años. No
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tengo un cuerpo que me sostenga. Me parece que me voy a morir. Me parece Rechazo del Otro que cae sobre el cuerpo, desintegrándolo. “No quiero sen-
que me falta vida, vitalidad, me falta fuerza para existir, como si tuviera tir el malestar que siento conmigo misma, malestar con mi cuerpo, lasti-
que luchar contra una especie de muerte, de cosa de desaparición. A veces marme, sacarme pedazos. Se me mueven cosas que yo antes ni tenía. Me
siento que debajo de mis pies no hay nada. No hay respaldo, que me caigo intranquiliza mi cuerpo, ya una vez encontré cómo: dejé de comer, no es
en un vacío”. que lo resolví. Por qué angustia la comida, olerla. La voz de mi mamá,
Se decide acompañamiento terapéutico para los fines de semana, y se in- toda la comida tiene la voz de mi mamá, es como si yo desapareciera:
cluye en algunos talleres de la red: el de expresión corporal y letras. En uno sobra el cuerpo. Como dice mi hermano: Me parece que tengo la voz de
de los talleres hay un muchacho que le gusta. Ambos talleres la causan a mi mamá adentro, te escucho aunque no estés o no hables. Mi hermano
incluirse en actividades por fuera de ellos, por las que paga. la desafiaba con el cuerpo: se escapaba, yo me desarmaba, era capaz de
“Yo siempre siento que a los hombres los incomodo. A mis hermanos, a mi hacerme pis de miedo. Yo le creo, me dice: vos tenés las defensas bajas, y yo
papá. Mi papá es alguien con quien te podés llegar a sentir nada”. Produce me descompongo”.
un sueño: “Soñé que mi primo estaba acostado en la mesa y a mí me daban Mis intervenciones apuntaban a acotar algo de lo inacotable, por ejemplo
ganas de acostarme con él, y me acostaba, y lo empezaba a mimar. Él no cuando le decía que las enfermedades empiezan y terminan, uno se enferma
me rechazaba. Entraba mi papá y yo me bajaba de la cama… de la mesa. y se sana. O bien que ella estaba sana, o que su madre se equivocaba, o
Fue lindo. Me daba como una alegría, como si por fin yo pudiera sentirme simplemente no sabía todo sobre ella, cuando se manifestaba oracularmente
querida por un hombre. Era como poder con eso.” acerca del aspecto de la salud de S.
Se evidencia un movimiento que va de la comida como obstáculo al cuerpo En una ocasión, tras haberse hecho un análisis de sangre una vez más, refiere
como obstáculo, a la vez que cede algo de esa angustia tan intensa. Ahora tristeza, sensación de enfermedad y cuenta: “cuando estoy en silencio, escu-
bien, el cuerpo es un obstáculo, es cierto, pero ¿de qué manera?, ¿a la manera cho un zumbido, la cabeza te hace ruido, me angustia sentirme enferma, o
de la esquizofrenia?, no lo parece, no por lo menos a la de una esquizofrenia no saber si estoy sana o si estoy enferma, no puedo salir de la duda, quiero
desencadenada. ¿De qué estructura es índice este cuerpo como obstáculo? ¿De estar sana, esto del murmullo en la cabeza, mmm adentro, me entristeció
una melancolía? mucho sentir eso”.
Algunas citas de sus dichos de esa época: “Cuando tengo miedo, cualquier Digo entonces: “Después de este análisis, ¡basta!”, indicando un término a
manifestación del cuerpo me desarma: de golpe quedaron separados yo y la oferta de su cuerpo, innecesaria o excesiva a la mirada de la medicina,
mi cuerpo, era distinto de mí. Como si tuviera algo ajeno adentro”. “Si que no la pacifica, ni la unifica. A la sesión siguiente refiere haberle trans-
yo tuviera que decir de qué estoy enferma: de miedo, la enfermedad es la mitido esto a sus médicas: “Vos me dijiste que basta con los análisis, me dio
certeza, es difícil ponerlo en duda. Antes, cuando yo no comía, tenía certeza una alegría”.
sobre mi cuerpo, suponía que era un roble, que nunca me iba a pasar nada. Quedaron atrás los días de intenso llanto, tal como recuerda de su infancia,
Estoy enojada, ¿qué me pasa que no puedo dejar de estar enferma? A mamá también los almuerzos compartidos, las internaciones, los acompañamientos,
le molesta que me enferme, se enoja si me enfermo, como si yo cayera en un talleres de letras y expresión corporal, las sesiones diarias de tratamiento.
agujero, si tengo anginas, hay un vacío alrededor. Cuando me siento gorda, Se pregunta: “¿Qué tiene de malo enfermarse? ¿Por qué yo me voy a mo-
me hace acordar a ese rechazo: ¡Salí plaga! El cuerpo es un lugar, como si rir?, ¿por qué no puedo enfermarme sin que pase algo terrible? Cuando
yo perdiera mi lugar adentro, me desagrada donde estoy adentro; extraña a empecé a estar un poco mejor, no tan encerrada con la comida aparece
mí misma; justo eso que no me gusta está adentro mío”. esto: las descomposturas y el miedo, que estoy débil, enferma. Yo no quiero
“Papá dijo: ¿no tenés más luces que prender? Mamá se enojó de que yo tener miedo. Es el único sentimiento que recuerdo de toda la vida”. Pero
estuviera hablando por teléfono. Estoy de más ahí, como si sobrara. Yo soy otro también es el sentimiento que la acompañó en su infancia: la triste-
solamente gasto. Parece que nada tenía valor. Lo único que quiero es adel- za. Relata un episodio de sus cuatro años, cuando por equivocación toma
gazar, yo siento que me sobra cuerpo”. ODEX, y el terror que sintió de que algo así pudiera estar tan al alcance
216 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 217

de sus manos; al contarle a la madre, ésta responde golpeándola y dándole Un 8 de Marzo, un grupo de trabajadoras eran asesinadas en una fábrica
a tomar leche. O la profunda tristeza por los chicos pobres y sin hogar, textil en Nueva York por pelear por sus reivindicaciones laborales.
“Me daba tanta tristeza que me descomponía, lloraba, me empezaba a Hoy aquí también avasallan nuestros derechos.
doler el estómago”. ALTO Paremos la destrucción del Centro Municipal de la Mujer
Un nuevo movimiento se verifica: del miedo al cuerpo, al miedo por fuera BASTA De abuso de poder, arbitrariedad y autoritarismo
del cuerpo. ¿Será índice de cierto acotamiento de goce corporal? “Ahora me DEFENDÁMONOS De la violencia laboral desatada para destruir un
doy cuenta que me asusto y me angustio. Me siento muy sola, no tengo en centro pionero en la promoción de los derechos de las mujeres.
quién apoyarme. Como si necesitara alguien de afuera que me diga que no Desarmar equipos de trabajo especializados y destruir procedimientos de
me va a pasar nada, una presencia. Con vos, la enfermedad se achica”. De intervención estudiados y consensuados, también es robar, es robarles el
a poco va comprendiendo que “las emociones no son síntomas, aunque se derecho de atención responsable a las ciudadanas.
sientan cosas en el cuerpo. Yo me siento mal porque dudo, no porque me El Estado está obligado a promover y garantizar nuestros derechos:
siento mal; lo que me pasa es el miedo. Se puede decir que aunque yo tengo .Que tu pareja te descalifique es violencia.
problemas, ¿no tengo anorexia?”. Se pregunta: “¿Me angustia sentir, o lo .Que tu jefe/a te desvalorice es violencia.
que siento es angustia? Me jode que yo estoy siempre sola. Me siento frágil, .Un sueldo de miseria es violencia.
indefensa y sola”. “Esa emoción de debilidad, me parece que es una caída, .Nos estamos defendiendo nosotras, te estamos defendiendo a vos.
no tiene que ver con lo que me pasa físicamente”. “Hay cosas a las que yo .Jueves 8 de marzo a las 18 Hs.
antes estaba agarradísima: papá, mamá, y ahora las rechazo. Hay cosas Nos reunimos para reflexionar sobre la problemática de género.
que yo estoy como cortando, las quiero cortar, pero tengo miedo”. “Antes
creía que porque tenía determinada condición física tenía miedo, ahora es Antes de enfermar, había sido electa por sus compañeros del secundario
al revés”. “El miedo hace que yo siempre esté agarradita ahí. Una sensación para integrar el centro de estudiantes, lugar al que sólo accedían alumnos
de que se desarma. Me da tanta bronca tener tanto miedo”. “Estoy cómoda, de años superiores, y ella que recién entraba a primer año. Alguna vez al-
contenta con mi cuerpo, me gusto”. guien la llamó: “la cabeza de la resistencia”, ¿o será la voz de la resistencia
Actualmente hace gimnasia Pilates, atravesó una intervención quirúrgica que le permite hacer lazo con el Otro y ser reconocida allí, más allá de sus
programada por cálculos en la vesícula con laparoscopia sin descompensarse miedos?
ni producir complicaciones clínicas, y consigue un nombramiento como tra- “Yo tengo pasión por el decir, pero a la vez es mi debilidad. En la transmi-
bajadora social en planta, tras muchos años de trabajo por contrato, dado que sión oral algo se inventa”. “En el trabajo me dijeron: ¡sos brillante!, te lleva-
es muy reconocida en su trabajo por cómo piensa y cómo dice lo que piensa. ría a mi casa y te pondría en la mesita de luz; yo me sentía muy incómoda,
Una anécdota de su infancia da cuenta de un episodio entre ella y sus pri- enmudecí. Para mí, ese hablar es como un hacer”.
mos varones: “Yo hablaba y los juntaba, y todos atrás mío, como el flautista
de Hamelin”. En su trabajo, es la que acuña las llamadas “frases célebres” Le puse a mi comentario el título de “El miedo al cuerpo”, ya que con-
que sus compañeras citan, oralmente o por escrito en trabajos presentados sidero que todo este tratamiento gira alrededor de esa cuestión, que nos
en congresos. llevará a interrogarnos acerca del estatuto del cuerpo en este caso. Hay
Es la autora de volantes, circulares o petitorios en una Comisaría de la Mu- una pregunta que plantea Liliana en un momento de la presentación:
jer donde ejerce el cargo mencionado, atendiendo junto a abogadas y psicólo- si éste es un cuerpo de la melancolía o un cuerpo de la esquizofrenia.
gas la problemática de violencia familiar, asesorando a mujeres golpeadas. Abordaremos en esa delimitación.
Un afiche de su autoría es el siguiente: Quisiera dejar planteada también la que considero la dirección en el
8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer tratamiento de S: se trata de una apropiación de la voz.
Nada que festejar y sí mucho por qué luchar. Vayamos al relato clínico.
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Cuando S llega al tratamiento –hace diez años– era una joven de treinta de tragar, no lo pudo terminar de incorporar. Eso que le cayó mal ubica
y tres años que llevaba siete años de dieta líquida. Llega a la guardia del justamente su dificultad para la incorporación, que se manifiesta en
Hospital en un estado muy delicado clínicamente, pesaba treinta y un este sentimiento que ella tiene de desaparecer cuando come. Es eso que
kilos. Llevaba tomando sólo café con leche durante siete años: una ano- le cayó mal, esa dificultad de terminar de asimilar la incorporación del
rexia absolutamente radical, que había empezado mucho tiempo antes. padre, lo que luego le impide asimilar los alimentos, porque siente que
El desencadenamiento de la anorexia se produce a los diecinueve años. los alimentos la asimilan a ella, que es ella la comida cuando come.
En ese momento ella tiene una internación psiquiátrica, empieza con Por otra parte, hay una expresión que S utiliza en ese momento del rela-
un estado depresivo y con la anorexia. Parece ser una respuesta de S a ese to, y que ubica a la comida casi como a un fenómeno elemental, cuan-
extraño episodio en el cual ambos padres tienen en el mismo momento do dice: “Habérmela tragado, no me importa que hable afuera, no quiero
caídas y fracturas. En ese momento en que los padres caen, S queda que hable adentro”. En este punto la comida se vuelve equivalente a la
absolutamente caída y tiene cuarenta días de internación psiquiátrica. voz. El objeto alimentario y el objeto voz quedan superpuestos. Luego
Considero que no es casual esta caída doble de la pareja parental, que encontraremos en ese lugar la voz de la madre, cuando dice: “La voz de
indica cierto funcionamiento en el eje a → a’ –donde uno cae, cae el mi madre habla en la comida”. De modo que cuando ella incorpora el
otro–, y ella, que evidentemente también estaba sostenida en este eje, objeto oral está incorporando la voz materna.
cae junto con los padres: En la lógica de esta psicosis falta el no, por lo que S dice en ese momento:
“No puedo no escuchar”. Yo recortaría ahí: “no puedo no”, además de que
a ———— a’ el escuchar está directamente ligado con la voz del Superyó, que en este
↓ caso se manifiesta en la voz materna. “No puedo no” dice que no puede
a introducir el no, le falta el no –que es justamente la función paterna.
En muchas oportunidades Lacan jugará con la homofonía en francés
Es indudable que había cierto sostén especular en la pareja parental, entre non –que es no–, y nom –que es el nombre. Le falta el no del Nom-
cierta función de velo que se pierde, y entonces ella cae como objeto. Es bre del Padre, en consecuencia no puede no escuchar la voz superyoica
un momento de caída melancólica: anorexia y depresión. La anorexia de la madre, esa voz superyoica que le dice: “Comé que es rico”, obligán-
es un síntoma muy común en la melancolía. dola a comer todo porque todo es rico. No le dice “Comé tal cosa que es
rica”. Le dice “Comé que es rico, es rico comer, hay que comer, hay que in-
corporar el objeto”, y entonces lo que termina incorporando ávidamente,
compulsivamente, y sin límite es la voz de la madre.
II. La voz materna Liliana ubica en este tramo del tratamiento la intensa angustia y el
desconsolado llanto en todas las sesiones durante años. Es decir que en
S ubica el comienzo de su enfermedad a los catorce años. Es en ese todo el primer tramo del tratamiento asistimos a la vertiente melancó-
momento que surge la idea de que comió algo que le cayó mal. Aquí lica de la psicosis de S.
podemos volver sobre algo que situamos en la melancolía, y es cómo en Hay una serie de intervenciones que hace Liliana en ese primer tiempo
la melancolía lo que está en crisis es la identificación primaria, la iden- del tratamiento, por ejemplo le dice: “Se puede comer y despegar”, o
tificación amorosa al padre por incorporación. En este caso hay algo de le dice: “Comé tranquila que no es la comida”, o le propone almorzar
esa identificación malograda que se pone en crisis a partir de esta caída juntas. En esas intervenciones lo que podemos ubicar es una operación
de la pareja parental, y no es casual que ella tome la vía del rechazo del que apunta a equivocar la comida, a introducir otra cosa en la comida,
alimento ya en ese momento. otra cosa que no sea la voz de la madre. Lo que está claro cuando S dice:
Eso que le cayó mal al sujeto anoréxico es el padre: no lo pudo terminar “Este fin de semana fui solamente comida yo” es que ella está totalmente
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tomada en ese momento por un fantasma de devoración: cuando ella Y después: “Ser rechazada te deja muy hambrienta y llena de disgusto”.
come es la madre la que la devora. Allí podemos hacer un contrapunto entre el hambre y el apetito. El
Con estas intervenciones de Liliana, entre las que recorto especialmente hambre como esa voracidad que se pone en juego en el sujeto que ha
ésta en la cual comparten almuerzos juntas, se disuelve el valor persecu- sido dejado caer por el Otro y al que nada de lo que pueda sacarle al
torio de la comida. A partir de ese momento ella empieza a pedir comer Otro le alcanza; y que es tan distinto del apetito que elige, que va a
juntas, y además concretamente puede empezar a comer -recordemos buscar algo, un objeto como causa del deseo.
que venía con siete años de dieta líquida. Esto se debe a que si hay algo
que enlaza a S con Liliana es la función de la palabra. Es en la medida
que esa boca empieza a servir para hablar, y a ser esperada en ese lugar
por la analista, que la incorporación queda en otro plano, reducida, III. La feminidad como enfermedad
acotada al acto de comer.
En este caso la cadena del estrago madre-hija toma la modalidad de esa Podemos dejar planteada la pregunta acerca de si ya en ese momento
historia de madres con mala leche, que no podían amamantar a sus hijas. tan temprano, este sentirse de más, o sentir que sobra, no queda direc-
En esa historia lo que queda en evidencia es que ella no ocupó el lugar tamente ligado con su condición de mujer, dado que su hermano es
de falo para la madre, “Nunca me sentí cuidada por nadie, nunca me sentí varón. En esa unificación que realiza la madre, donde ella siente que
su nena, su querida”. S fue dejada caer por el Otro, la abuela le tenía que sobra, ¿sobra porque es mujer?, ¿sobra lo femenino? Planteo esto ya que
recordar a la madre que hacía mucho tiempo que ella no comía. Es muy ella después va a desencadenar su estado melancólico justamente con la
evidente la ausencia temprana de interés de la madre por ella. S se quedó irrupción de la feminidad corporal –con la menarca– a los catorce años.
esperando, dice: “Me quedé pegada en esa espera”. Es muy común en el Todo se empieza a poner en evidencia a partir de esa edad. Se puede en-
estrago madre-hija que la hija menos deseada, en la que menos se interesó tonces empezar a articular ese ser de resto que sobra en la pareja con el
la madre, es la que se queda más pegada a la madre, esperando. hermano con lo que sobra con ser mujer. Ella dice: “El cuerpo me quitó
Nos detendremos ahora en una peculiaridad del Deseo Materno, que la alegría de crecer”. “Lo angustiante que es tener un cuerpo femenino”.
de algún modo reproduce esta estructura original, especular, que había- “Empiezo a sentir que me sobran cosas por todos lados, lo que me so-
mos ubicado en la pareja parental: a - a’. En este caso el Deseo Materno bra son las cosas femeninas: cola muy grande, piernas muy grandes, yo
solamente puede unificar. La devoración es una versión de la unifica- soy un bofe”. “Todo me pasó cuando cumplí catorce años, –se ve que
ción: por un lado está la pareja parental, y por otro lado la madre arma este ser de sobra queda entonces articulado con la feminidad–, como si
una pareja de hermanos. También unifica a S y a su hermano menor, hubiera debido morirme después de los catorce años”.
los cría de un saque, dos por uno. En este punto se trata de una lógica que insistirá todo el tiempo, por la
Ahí ya podemos ubicar claramente que ella tiene la experiencia de so- cual cualquier irrupción de la feminidad en el cuerpo es significada como
brar, de estar de más, sentimiento que se hace presente en el discurso de una enfermedad.
S todo el tiempo. El resultado de esto es que ella siente que cae como Se trata de lo femenino vivido como una enfermedad orgánica. Esa inter-
objeto, como una sobra. pretación de lo femenino por la vía de la enfermedad –que eventualmente
En la comida se utiliza el término sobra para referirse a lo que no se puede transformarse en una enfermedad real– está presente todo el tiempo
come, a lo que no es apetecible, a lo que se tira a la basura, las sobras. en el caso. En este momento, en el cual a los catorce años tiene la menarca,
Ella es “las sobras” del Deseo Materno. Está esa frase tan elocuente: “Soy es decir que irrumpe lo femenino junto con la hepatitis, ella comienza con
la que no, la que nació para no ser”, en la que claramente ella define su la impulsión bulímica –no puede parar de comer a partir de ese momento.
ser de puro deshecho, de resto del Otro, “Era como un cuerpo muerto”, el De modo que ella vive esa irrupción de la feminidad corporal como la
cuerpo absolutamente desvitalizado, arrasado por la pulsión de muerte. invasión de un goce en el cuerpo que toma la forma de la oralidad.
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IV. La eficacia del análisis gría de sentirse querida como mujer en un marco incestuoso, que es con
este primo, e incluso de esa alegría la desaloja la irrupción del padre, que
Hay una eficacia muy evidente del análisis. Por un lado, esta chica hace presente la mesa en la cama. S no puede terminar de tragar al padre,
que llega al borde de la muerte después de siete años de dieta líquida, y es eso lo que le hace obstáculo para poder entrar en una cama –porque
en ese primer tramo del tratamiento comienza a alimentarse, y tiene está con el problema de la mesa.
solamente una internación más, que coincide con la ausencia física de
la analista que se va de vacaciones. En este punto se verifica que la fun-
ción de alimentarse está muy sostenida en la presencia de la analista,
empieza con este compartir almuerzos juntas, y hay cierto efecto de V. Confines entre melancolía y anorexia
duelo patológico cuando la analista se va de vacaciones, lo que la lleva
a lo que será su última internación. Después de ese momento no volvió En este segundo tramo del tratamiento, cuando ya se ha desarma-
a ser internada, y ha ido mejorando clínicamente. do la defensa anoréxica, melancólica, ella dice: “Cuando tengo miedo,
Podríamos ubicar un primer viraje en el tratamiento a partir del mo- cualquier manifestación del cuerpo me desarma, de golpe quedaron sepa-
mento en que ella vuelve a alimentarse: del estrago –que es el estado rados yo y mi cuerpo, era distinto de mí”. S está haciendo referencia a
en el que llega ella con su cuerpo– al síntoma somático. Ya que de ese una vivencia de fragmentación corporal, del cuerpo que se desarma,
estado de estrago, de estar al borde de la muerte, el goce comienza a por ende del imaginario que se suelta: “quedaron separados yo y mi
localizarse bajo la forma de síntomas somáticos, síntomas tales como cuerpo”; a la manera de la golpiza de Joyce tal como Lacan la lee en
vértigo, mareos, colitis, miedo por el sangrado intestinal en algunas de- el Seminario 23.
posiciones, miedo a la reanudación del ciclo menstrual. Y es en ese punto que ella ubica claramente que frente a este solta-
Y lo que va quedando en evidencia es que S interpreta los fenómenos miento de lo imaginario la anorexia le otorgaba una certeza sobre el
vitales del cuerpo como anuncios de muerte, por lo que las intervencio- cuerpo. La única manera de sentir que tenía un cuerpo era a través de la
nes de la analista apuntan todo el tiempo a desarmar esa interpretación: operación anoréxica, unificando un interior vacío a través del rechazo
nada va a pasar, no va a morir, no se va a desangrar, no está enferma. del alimento.
Son todas intervenciones que desarman esta interpretación de los fenó- Por otro lado lo que va a plantear es que no puede apropiarse del cuerpo,
menos vitales como anuncios de muerte. y, con esa lucidez que la caracteriza, ubica el cuerpo como equivalente al
Propongo definir estos síntomas somáticos que aparecen cuando se lugar. Entonces dice: “El cuerpo es un lugar, como si yo perdiera mi lugar
desarma la defensa anoréxica como síntomas hipocondríacos. Nos di- adentro”. S no tiene un cuerpo, no tiene un lugar, no puede apropiarse
rigiremos ahora hacia la vertiente esquizofrénica de la estructura de S. del cuerpo, y ahí es donde ella ubica la enfermedad del miedo. Dice: “Ya
Pareciera que cuando algo de la defensa más melancólica se desarma, se sé de que estoy enferma: de miedo” y entonces puede relacionar la hipocon-
pone en evidencia una vivencia del cuerpo por el lado de los órganos del dría con el enojo materno. Dice que la madre se enojaba cuando ella se
cuerpo, y a su vez, estos anuncios de muerte interpretan a los fenómenos enfermaba, de modo que ese ser de sobra, de ser rechazada por el Deseo
vitales. Se trata de fenómenos hipocondríacos, y la intervención de la Materno, se hacía especialmente presente cuando su cuerpo se enfermó.
analista apunta a desarmar el delirio hipocondríaco. Es en ese punto que la operación anoréxica se verifica como un intento
Es de señalar esa breve y acotada referencia tan elocuente al padre, que de adelgazar para quitar eso que sobraba en el cuerpo. Queda entonces el
sitúa muy bien la forclusión de la función del nombre: “Mi papá es al- cuerpo situado como causa de malestar, de intranquilidad, el lastimarse
guien con quien te podés llegar a sentir nada”. Es lo único que S dice del como un modo de tratar ese malestar, de sacarse pedazos. La referen-
padre, no hay nada más para decir. cia es la fragmentación corporal, y es en el mismo momento en que se
Por otra parte está ese sueño, en el que ella solamente puede tener la ale- hace presente la fragmentación corporal, que se pone más en evidencia
224 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 225

la presencia de la voz de la madre, voz que ella mantenía a distancia al hogar en los que ella se veía reflejada. Le daba tanta tristeza que se
no incorporar. Entonces dice: “Mi hermano la desafiaba con el cuerpo: se descomponía y le dolía el estómago, podemos ubicar ahí la descompo-
escapaba, yo me desarmaba, era capaz de hacerme pis de miedo”. Ella perdía sición del cuerpo.
el control del cuerpo, en ese punto se hacía presente la fragmentación En contrapartida, su trabajo queda situado justamente como un hacer
corporal, la descomposición, el cuerpo fragmentado. que recompone ese cuerpo especular, que es el cuerpo de aquellos que
En este momento podemos ubicar las intervenciones de la analista como están en el lugar de resto o deshecho en lo social, –es de eso justamente
intervenciones que velan la voz materna, que le quitan omnipotencia al de lo que el trabajador social se va a ocupar. Entonces ella con su pro-
decir materno, que trabajan en la vía de debastar la devastación materna, fesión viene, a través del lazo con el otro y del trabajo con el cuerpo
allí donde claramente la voz de la madre se hace presente en la dimensión del otro, a recomponer de algún modo, o a volver a velar, algo de ese
del fenómeno elemental: “Cuando estoy en silencio escucho un zumbido, la cuerpo que queda como puro resto, a recomponer ese cuerpo que se
cabeza te hace ruido”. El silencio es ese zumbido, ese ruido, que hace pre- descompone. En ese sentido es muy interesante cómo ella avanza en su
sente el fenómeno mínimo del significante en lo Real, que es el fenómeno trabajo, llegando a obtener este nombramiento y demás.
del significante como voz, de la cadena significante en su dimensión de Es muy interesante cómo luego de este tramo en el que se pone más en evi-
voz, absolutamente áfona, absolutamente por fuera de la fonación, como dencia la estructura esquizofrénica, a partir de las intervenciones de la ana-
pura voz, que no es más que un zumbido, no es más que un ruido. lista, S puede salir de la fragmentación corporal, puede volver a unificarse,
Ella justamente puede referir este fenómeno elemental luego de haberse y pasar del miedo al cuerpo, al miedo por fuera del cuerpo. Ahora S está
hecho un análisis de sangre por enésima vez, y es interesante cómo este advertida de que el problema es que ella lee o interpreta los signos vitales
fenómeno desaparece a partir de que la analista de algún modo le dice como enfermedad, pudiendo tomar cierta distancia del fenómeno hipo-
“Basta, después de este análisis basta, basta de hurgar en los órganos, en el condríaco. Éste último pierde certeza, ya que S se da cuenta de que lo que
interior del cuerpo, basta de gozar con eso”. Son las intervenciones de la le pasa es otra cosa, que se asusta y se angustia, y no que se va a morir.
analista las que van velando esa presencia de la voz que en un momento Y ahí sobreviene o insiste el significante caída, que estaba en el origen de
se vuelve efectivamente fenómeno elemental. su desencadenamiento psicótico a los diecinueve años, cuando ella cayó
Es entonces que ella hace la siguiente constatación: “Cuando empecé tras la caída de los padres. Entonces dice: “Esta emoción de debilidad me
a estar un poco mejor, no tan encerrada con la comida aparece esto: las parece que es una caída”. No tiene que ver con lo que le pasa físicamente,
descomposturas y el miedo”. De modo que es cuando cede la anorexia logra aislar el significante caída, que habla de este ser que cae al lugar
como modo de tratamiento del malestar que induce el cuerpo, que de resto, del cuerpo de ella que cae cuando cae esa pareja parental que
sobreviene la fragmentación. funcionaba como un uno. Es la presencia de la analista la que reduce en-
Podemos ubicar que la fragmentación corporal es lo que viene al lugar tonces la invasión de goce en el cuerpo: “Con vos la enfermedad se achica”.
donde estaba la anorexia: Está clarísimo que ahí la presencia de la analista y la palabra de la analis-
ta, el decir de la analista, reduce la invasión de goce en el cuerpo, y S dice
fragmentación corporal esta frase, gloriosa: “Estoy cómoda, contenta con mi cuerpo, me gusto”.
anorexia

A partir de este momento comienzan una serie de referencias a cómo


ella ya tempranamente sintió el dolor de existir, la tristeza, este senti- VI. Apropiándose de la voz
miento de ser dejada caer por el Otro materno. Y también la descom-
posición del cuerpo cuando veía a estos niños que eran como otros Es entonces que ella es nombrada en el trabajo. Este nombramiento parece
especulares que le mostraban su ser de resto, estos niños pobres y sin cumplir cierta función de nominación, por la que ella se siente reconocida
226 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 227

por el Otro en este lugar de tomar la voz de los sin voz. Allí es ella la que Pero antes quisiera plantear una cuestión ética crucial, que es la si-
se apropia de la voz, ella es la voz, ella es la que dice lo que los otros no guiente. A veces es posible ubicar en un caso –lo que no siempre ocu-
pueden decir, o no saben decir. Este nombramiento funciona de algún rre– cómo determinado síntoma es una defensa en una psicosis. Por
modo como el reconocimiento que no le dio el padre, recuerden que con ejemplo en este caso, la anorexia es una defensa en una psicosis, que
ese padre “te podés llegar a sentir nada”. En el trabajo le reconocen sus frases cumple la función de permitirle a S cierto dominio del cuerpo. Este
célebres y la nombran, lo que viene a reparar la función del Nombre del caso es absolutamente dramático, porque S estaba llegando al borde de
Padre. Se trata de una nominación que viene a suplir la nominación pa- la muerte a causa de esta defensa, entonces no quedaba otra opción que
terna, lo que no ocurre sin el trabajo de la analista. Sin éste probablemen- atacar el síntoma. Pero hay casos en los que el síntoma que funciona
te a esta altura S ya estaría muerta o viviría internada. Quien la nombra como defensa no es tan grave, y entonces nos preguntamos: ¿vale la
es el Otro laboral, pero que se llegue a esta operación de nominación no pena o no trabajar en la vía de levantar el síntoma? Me estoy refiriendo,
es sin el análisis. Podríamos decir que el movimiento del tratamiento de por supuesto, a aquéllos casos en los que es posible calcular que se trata
S es pasar de estar invadida por la voz de la madre a adquirir algún saber de una estructura psicótica que está sostenida o sinthomatizada, por
hacer con la voz y apropiarse de la voz. En esa vía de separación podemos ejemplo, con una anorexia, con una fobia, o con una toxicomanía.
ubicar la identificación con el a. De esta operación da cuenta su identifi- En este caso, si no se hubiese levantado el síntoma de la anorexia, ella
cación con el flautista de Hamelin, que separa a los niños del pueblo para no podría estar haciendo lo que hace con su ser, con su síntoma, con su
siempre de esos padres canallas, impostores de algún modo. cuerpo, con su goce, y demás.
Ella logra hacerse un nombre a partir de este saber hacer con la voz, ha- Lo planteo porque a veces los analistas tenemos la tendencia a creer
cerse reconocer por el Otro en ese lugar; y ahí podríamos ubicar esta di- que si se trata de una psicosis no desencadenada no hay que tocar lo
mensión que introduce Lacan cuando habla del psicótico como amo en que funciona como anudamiento porque se puede desencadenar. La
la ciudad del discurso. Ella es la que arma las frases célebres que después pregunta se plantea especialmente cuando el paciente quiere perder ese
otros van a copiar, ella es la que organiza el discurso. síntoma. En ese caso ¿por qué no acompañarlo?, aún a riesgo de que se
Por eso le pedí a Liliana que trajera este volante -que ya me había mos- desencadene, pero dándole la posibilidad de que haga quizás un nuevo
trado cuando nos juntamos para charlar del caso. Lo que me parece in- encadenamiento, mejor.
teresante es cómo también logra un tratamiento de lo femenino, ya que En el caso de S, me parece que no cabe duda que había que hacer esa
ella, trabajando en la comisaría de la mujer, trata por la vía del derecho y apuesta porque iba a la muerte directo. Pero lo planteo más allá de este
de la reivindicación social eso que no puede tratar como mujer. caso, ya que me parece que es una cuestión a dirimir del lado del uno por
Eso que no puede poner en juego en su cuerpo con un hombre, ella lo uno del deseo del analista.
trata por la vía del discurso jurídico, por la vía del reclamo social. Tam- Propongo repensar esa idea de no tocar nada porque se trata de una
bién ahí podemos decir que hay un tratamiento de lo femenino, un saber prepsicosis y se puede desencadenar. Me parece que este caso, y muchos
hacer, y cierta localización de lo femenino en el discurso que apacigua esa otros, enseñan y muestran que tampoco en ese punto hay que retroce-
invasión de la feminidad en el cuerpo. der frente a la psicosis. Me refiero a seguir el deseo del psicótico –por
supuesto que después tenemos que definir qué es el deseo en la psicosis,
que no tiene el mismo estatuto que en la neurosis–, pero seguirlo en su
deseo, en el sentido de que hay un decir que busca habitar su cuerpo.
VII. Una cuestión ética S no viene diciendo: “me quiero morir”, entonces me parece que ahí
hay que seguirla.
Dedicaremos los últimos minutos a hablar de la estructura, de los con- Distinto es cuando un sujeto viene diciendo “me quiero morir”. Enton-
fines entre la melancolía y la esquizofrenia. ces habría que ver por qué uno tendría que intentar resucitarlo, habría
228 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 229

que fundamentarlo…. En principio hay que escucharlo y acompañarlo De modo que si desplegamos este nudo, tenemos como resultado esta
y ver si es posible hacer surgir otro decir. presentación:
Pero digo esto porque me parece muy interesante cómo en este caso,
cuando se levanta la anorexia, hay un momento en el que se hace bas-
tante manifiesta la fragmentación corporal, llegando la estructura a
presentarse en un cierto nivel de fenómeno elemental de la voz. Sin
embargo es posible salir de ese momento y armar algo mucho más
interesante que lo que ella había conseguido armar antes espontánea-
mente.
Propongo que éste es un caso en el cual hay una presentación melancó- I R S
lica, en el que la anorexia sostiene el cuerpo unificado, pero el problema
es que si bien la anorexia unifica al cuerpo, no anuda la estructura total- anorexia
mente.
Vamos a escribirlo para ver qué pasa con el nudo en el momento ano- Entre imaginario y simbólico está suelta la estructura, falta algo que
réxico, y qué pasa luego de la intervención analítica. enlace. Es allí justamente donde vamos a ubicar la operación analítica,
ya que lo que hace Liliana es trabajar en el campo del sentido. El sentido
I se ubica en la intersección entre lo imaginario y lo simbólico. Al trabajar
en la vía del sentido, el tratamiento le devuelve la incorporación, va so-
cavando el síntoma anoréxico, por lo que en un momento se hace más
presente la fragmentación corporal. El trabajo con el sentido va reanu-
anorexia dando el imaginario de una manera diferente que la anorexia.
Vayamos ahora a lo que introduce el tratamiento analítico en el nudo. El
imaginario lo dibujo separado porque es el registro que tiende a soltarse
en la esquizofrenia, aunque en este caso en ningún momento se suelte
totalmente. Durante este tratamiento hay un momento de máximo sol-
tamiento, en el que hay fenómenos de órgano, hipocondríacos, y tam-
R S
bién ese fenómeno elemental del ruido. Es cuando se está desarmando la
lapsus
solución previa que era el síntoma anoréxico.
En este momento en el que queda bastante suelto el imaginario, está
operando por otro lado la intervención analítica en la vía del sentido,
Este primer nudo muestra el estado en el que llega S. Se trata de una aún cuando sea para equivocar el sentido que trae el sujeto. Y por otro
esquizofrenia en la cual el imaginario no está totalmente suelto, ya que lado, lo interesante del tratamiento es que al mismo tiempo este trabajo
la anorexia lo anuda con lo real. Funciona como un síntoma que anuda con el sentido posibilita un anudamiento entre imaginario y real por el
imaginario y real, permitiéndole mantener unificado el cuerpo y velar lado de la voz. Es allí donde ubico la apropiación de la voz.
la dimensión real del cuerpo a través del dominio en juego en el ayuno
por un lado, y a través del rechazo de la voz que se le impone en el
objeto oral por otro.
El problema es que el nudo queda suelto entre imaginario y simbólico.
230 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 231

I
Hay que ver si se puede llegar mucho más lejos en el tratamiento de
apropiación
una esquizofrenia. Respecto de Joyce, que logró una suplencia muy
sentido
de la voz efectiva, Lacan señalaba sin embargo un inquietante avance del signifi-
cante en lo real que se traducía en la progresión de su escritura en la vía
del efecto de sin sentido. De modo que lo que llamamos suplencia no
llega nunca a suplir efectivamente aquello que falta. Por más solución
que logre el sujeto, sigue tratándose de una estructura psicótica, con sus
fenómenos elementales más o menos embarazosos para el sujeto. De
R S
modo que el goce en la psicosis nunca queda normalizado, ya que la
suplencia no es de ningún modo equivalente a la norma edípica, todo
Esto me parece que es lo que produce el tratamiento: que se reanuda lo lo contrario, es absolutamente singular y única.
imaginario con lo simbólico por el lado del sentido, y entonces S puede En el caso de S, me parece que no es poco lo que consigue a partir de su
apropiarse de la voz, tomar la palabra y ser escuchada –en lugar de escuchar encuentro con una analista. Un sujeto que llega literalmente al borde
a la madre. Esta operación produce un efecto sobre la relación entre imagi- de la muerte y sin ningún recurso, ya que el único que tenía (su ano-
nario y real, o sea, de lo que hace su cuerpo con la resonancia de la voz. rexia) es justamente el que la está matando. No es poco conseguir este
Finalmente dejo planteada una pregunta, ya que habría que ver cómo movimiento por el que ella pierde esa defensa, el cuerpo se descompone
evoluciona el caso de S. Queda por verificarse si este lugar que ella y después se rearma en otro lugar. Mejor dicho, construye un lugar por
adquiere en el trabajo, si la nominación en el trabajo (que implica ade- primera vez.
más un reconocimiento de su saber hacer con la voz) no constituye un
cuarto nudo de por sí. ¿Se trata de esta nominación como suplencia del Pregunta: Pero esta posibilidad del cuarto nudo, ¿no nos estaría dejan-
Nombre del Padre, lograda a partir del reanudamiento de lo imaginario do entrever la posibilidad de la salida de la psicosis?
que se realiza en el tratamiento? No podemos responder esta pregunta
ahora, habrá que ver si S realmente logra cumplir esa función o no, es Desde la perspectiva lacaniana no hay salida de la psicosis, ya que ese
decir, si S puede sostenerse ahí, o no. cuarto nudo no anuda borromeanamente los tres registros. Se trata de
una suplencia de la función de anudamiento que realiza el Nombre del
I
Padre en la estructura, pero en este caso el tipo de anudamiento sigue
siendo psicótico, no es borromeo. De modo que no se logra esa rela-
ción tan particular entre los tres registros que posibilita el anudamiento
borromeo. Pueden revisar este punto crucial en el texto de Schejtman
“Acerca de los nudos”.
Lo que tiene de interesante el anudamiento borromeo es que siempre
entre dos registros hay una mediación. Por ejemplo: entre imaginario y
real, está lo simbólico; entre simbólico y real, está lo imaginario; entre
R S
imaginario y simbólico, está lo real. Como la relación sexual no existe
(y con ella el nudo borromeo de tres), esta función de mediación es
efectivizada en el ser hablante por ese cuarto redondel que es el Nom-
¿nombramiento? bre del Padre, con sus efectos: imaginario (de inhibición), simbólico
(de síntoma) y real (de angustia). En consecuencia, el neurótico tiene
232 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 233

una libertad de movimiento que no es absoluta, pero que es mucho enseñanza que voy obteniendo de la práctica (tanto del análisis como de
más abierta en cuanto a sus posibilidades, justamente por estar anclada, la supervisión) es que en muchas oportunidades la presentación melan-
por jugarse en un margen. De allí que Lacan en “Subversión del sujeto cólica puede ser un momento de la estructura psicótica. Lo importante
y dialéctica del deseo en psicoanálisis” proponga al fantasma como una respecto de la dirección de la cura es intentar localizar cuál es el registro
cadena inextensible pero flexible, con lo que hace referencia a ese poco que se suelta. Tengamos en cuenta que hay una vertiente melancólica
de libertad que tenemos los neuróticos. Mientras que el psicótico tiene, en toda psicosis, por el hecho de que todo psicótico rápidamente vira
por un lado, la libertad absoluta del desencadenamiento, y por otro, esa al lugar de resto por no contar con la significación fálica.
restricción de movimientos que le posibilita la solución que logre, que En consecuencia, la presentación melancólica no indica por sí misma la
siempre implicará una interpenetración entre registros. estructura melancólica, y en este caso me parece que se puede verificar
En este caso por ejemplo, se re-anuda lo imaginario, pero sigue ha- detrás de esa presentación melancólica una estructura esquizofrénica.
biendo interpenetración entre real y simbólico. Esto no quiere decir En muchos casos que yo escucho (por ejemplo en las supervisiones
que un psicótico no pueda llevar una vida mucho más rica que un del Hospital Moyano, donde muchas veces se cuenta con una historia
neurótico, ya que depende también de lo que haga el sujeto con los re- clínica de larga data), el sujeto puede llegar, por ejemplo, con un delirio
cursos que tiene. Hay neuróticos que no hacen nada con su vida, y hay esquizofrénico-paranoide, pero no es infrecuente encontrar que hubo
psicóticos que hacen cosas muy interesantes, que pueden llegar a ser alguna internación anterior con un diagnóstico de bipolar, con una
absolutamente originales o geniales. Eso no los hace neuróticos, todo presentación melancólica.
lo contrario. Podríamos decir: para mejor o para peor. Siguiendo con esta cuestión de los confines, recordemos que Schreber
tuvo una primera enfermedad diagnosticada como hipocondría, res-
L. Cantagalli: Ella tiene que hacer el ejercicio de pensar que lo que le pasa pecto del cual él testimonia que nada rozó el ámbito de lo sobrenatural.
en el cuerpo no es del cuerpo, lo tiene que hacer, no es sin eso. Podemos deducir de ello que se trató de un desencadenamiento parcial
(soltamiento parcial de lo imaginario) que lo llevó a ciertos fenómenos
Así como Schreber tiene que hacer el ejercicio de imaginarse mujer o de órgano que fueron acotados sin necesidad del recurso a la significa-
vestirse de mujer todos los días… ción (que fue lo que lo llevó a la solución de la metáfora delirante luego
de su segundo desencadenamiento).
Pregunta: La voz de la madre, ¿podría ser el objeto a que no fue extraí- Y también podemos conjeturar que, así como Freud proponía a la his-
do del cuerpo? teria como la posición fundamental de la estructura neurótica, quizás
podamos aventurar que la esquizofrenia es la posición fundamental de
Sí, en algún sentido uno podría decir que la voz de la madre es lo que la estructura psicótica. Es una vía para continuar investigando.
ella no pudo perder, y es lo que la invade. Exactamente, es el objeto a
no extraído del cuerpo, que en el caso de la esquizofrenia siempre es la Pregunta: Es que tiene tanta lucidez esta paciente… Yo asociaba a la
voz, así como en el caso de la paranoia es la mirada… esquizofrenia más por el lado de una disgregación en el pensamiento,
tal vez lo mío es más de clisé, pero no pensaba que podía haber tanta
lucidez…
VIII. Volviendo a los confines
L. Cantagalli: Sí, a mí me llevó mucho tiempo pensar que era una psico-
Vayamos finalmente a la cuestión de los confines dentro de la estruc- sis...
tura psicótica. Podemos encontrarlos entre melancolía y esquizofrenia,
entre melancolía y parafrenia, o entre melancolía y paranoia, etc. Una Porque la presentación melancólica también puede darse en una neu-
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rosis. Pero cuando se pone tan en riesgo la vida sin una razón ética Bibliografía
definida, muchas veces se verifica que lo que está faltando es el límite
de la castración. 1. J. Lacan. El Seminario 23. El sínthoma. Editorial Paidós. Buenos
Aires, 2007.
Pregunta: Cuando vos decías que la operación analítica tiene que ver 2. J. Lacan. Reseñas de enseñanza. Segunda parte. “Reseñas de enseñanza
con el sentido… (1964-1968). V. El acto psicoanalítico” (1967-1968) Editorial Manan-
tial. Buenos Aires, 1988. Página 53.
Son intervenciones por el lado del sentido. Liliana le da un sentido dis- 3. F. Schejtman. “Acerca de los nudos”, en La segunda clínica de Lacan.
tinto al que le da S, por ejemplo, a lo que le pasa en el cuerpo, o a lo que Ed. Tres Haches. Buenos Aires, 2000.
es la comida. “Comé tranquila que es otra cosa” –le dice–, está ubicando 4. J. Lacan. “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el incons-
otro sentido. Son intervenciones que no apuntan a dejarla perpleja, o ciente freudiano”, en Escritos 2. Editorial Sigloveintiuno. Buenos Aires,
a internarla en el campo del sin sentido, sino que ella pueda encontrar 1985.
otro sentido, un sentido distinto del sentido mortífero que traía.

Pregunta: Lo bueno es que ella toma estos sentidos, podría no hacer-


lo…

Efectivamente, eso último es lo más frecuente. Me parece que en este


caso a S la ayuda mucho su inteligencia, la lucidez. Cuenta con un
talento singular.

4 de octubre de 2007
236 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 237

11. Un caso de psicosis ordinaria /


Del limbo a la obra, un caso de fobia asocial

I. Del limbo a la obra, un caso de fobia asocial

Buenas tardes, les presento a Marisa Fenochio, ella es psicoanalista, en


este momento es residente de Salud Mental en el Hospital Alvear, y nos
va a presentar un caso que ella viene tratando allí.

M. Fenochio: Titulé este trabajo: “Del limbo a la obra, un caso de fobia


asocial”.
Cómo describir a R, con sus veintinueve años, su lenguaje en pretérito
perfecto, el caminar robótico. Inicia su conversación: “…bueno, de alguna
manera comenzaré relatando los hechos acaecidos en el transcurso de la
semana…”.
A partir de agosto de 2005 me hago cargo del tratamiento de R en Con-
sultorios Externos del Hospital Alvear junto al Dr. L. Se presenta a la
admisión atiborrado de un manojo de papeles “... lo mío es fobia social,
me lo diagnosticaron en el fobia club...”, y describe su padecer: “arcadas,
vómitos, a veces no puedo tragar, es como si tuviera algo atorado, no puedo
comer, tengo la sensación de que se comprime el estómago, así no puedo
vivir…”. Comenta haberse aliviado mucho al enterarse de que lo de él era
un trastorno de ansiedad: “alguien le puso un nombre a lo que me pasa”,
pasó por distintas especialidades médicas y descartaron algo orgánico. Dice
que hay “indicadores” en el cuerpo que lo orientan para detectar si están
por producirse los síntomas, que la señal es la “transpiración en las manos”
238 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 239

y que hay otra señal que es “eructar”, que es una sensación de alivio e indica murió hace dos semanas, que era rector de un prestigioso colegio católico y
que “el episodio ha pasado”. Otro indicador es que “...La rótula se sube y se que era hipocondríaco (pensaba que se le pegaba la comida a las paredes
baja...me ha pasado estando con alguna chica en la calle…es increíble la del colon). Le decía a R “si necesitás psicólogo yo te psicoanalizo, si necesitás
violencia con que se mueve, sube y baja, sube y baja…” un cura yo te confieso”. De su infancia cuenta “fue un tormento, cuando
Cuenta que no trabaja y que planea seguir estudiando Computación. R era chico sufrí privaciones, faltaba la comida a fin de mes, tenía trastornos
intenta historizar, todo empezó a los trece años: jugando al handball le alimentarios”; le pregunto qué trastornos: “faltaba la comida, a veces yo
venían estas sensaciones y no podía jugar, pesaba cincuenta kilos. A los die- dejaba de comer para que coman mis hermanitos, eso no debí contarlo”,
ciocho termina de estudiar y su madre le dice: “vos sos una carga”, después ¿por qué?, “porque eso es una obra de bien y las obras de bien no se dicen”.
de eso no come nunca más con ella y se prepara su propia comida. En ese Una entrevista pregunta preocupado si lo suyo es edipo ya que él no está
momento se va a vivir solo con la ayuda de su padre. Un compañero mus- frustrado o enamorado de la madre. Le digo que no se preocupe, que lo de
culoso le dijo “si querés engordar: carne carne, carne”; y desde ese momento él no es un tema de edipo y se queda más tranquilo.
durante dos años dice, “monopolicé mis comidas en carne”. Para R son una tarea casi imposible las entrevistas laborales, intenta memo-
Actualmente el único menú que come todos lo días es fideos que cocina una rizar una mecánica de la entrevista, pero cambian algo y se desconcierta, dice
vez y le duran cinco días. El Dr. L le indica consultar al Nutricionista para que en ellas hay que aparentar y eso es una falsedad, le pido que me explique.
mejorar la dieta, de lo cual sólo una vez logró comer papas, compró cinco “Claro, ofrecerse como si uno fuera lo máximo, ser un sobrador, adular, eso no
kilos y comió una semana entera puré para no desperdiciar. Describe que me agrada, es una mentira desmedida en todos los órdenes, la adulación es un
los síntomas le pasan en situaciones sociales y con desconocidos, por ejemplo enemigo suave”. Dice que esa frase la sacó de una fábula de La Fontaine “El
estando un día en el colectivo con su novia y los hermanitos de ésta, le vinie- zorro y el cuervo”, que su padre siempre le contaba.
ron los síntomas y explica refiriéndose a los nenes “y... eran desconocidos”, le Sitúa la presión que recibe a los dieciocho años como lo que lo llevó a fracasar,
pregunto quiénes, “los hermanitos de mi novia... también cuando íbamos cuando el padre le da dinero y una casa a R y le dice “Yo te pago para que
al Memorial la semana pasada a enterrar a mi padre viajé con los hijos de estudies pero vos tenés que trabajar“, “¡Él debió haberme dado una Beca
mis medias hermanas, desconocidos, y me ahogaba en el auto…” y repite honoraria!, no entiendo cómo a mí con dieciocho años se me ocurrió y a él no,
“eran desconocidos”. Comenta que sólo dos veces en su vida recuerda que hubiera evitado mi fobia”. Al cuestionarle esto que el padre debía darle dice
los síntomas ceden, una de ellas fue al dejar un trabajo “los síntomas se “quiero que quede bien claro que pido apoyo, no colaboración”, explica que
evaporaron por meses”, la otra fue en la facultad (R estudia para Analista apoyo es cuando alguien acepta que ahí hay un problema y colaboración es
de Sistemas), sale con una chica y dice “experimenté un milagro”. Esa re- beneficencia. Que colaboren con él “desencadena mi ira”, “el Dr. L me dijo
lación termina al mes y luego conoce en la facultad a quién sería su novia que me ve mejor, él no me cree, no cree que acá haya un problema”. Le aclaro
por cuatro años y de ella dice: “era una relación condicionada, salía con con seriedad que tanto el Dr. L como yo pensamos que hay un problema, que
ella porque algo me aliviaba los síntomas, pero me asfixiaba”, a la pregun- no se trata de colaboración sino de apoyo.
ta permanente de la enamorada al pretendiente “¿Por qué me querés?”, él En este punto empieza a hablar de su media hermana María Laura. “Des-
respondía siempre “Y… he vuelto a comer”. de que murió mi padre es quien ha sucedido su lugar, me molesta su acti-
R no puede precisar nada de la relación de sus padres. El padre estaba casa- tud directiva, tiene todas las respuestas”. Una vez la misma contacta a un
do desde mucho tiempo atrás con otra mujer y tenía una familia paralela: conocido para que R trabaje en un banco, el test psicotécnico le da mal y
su madre, R y dos hermanos. De la historia familiar nunca se animó a queda fuera, la hermana consigue los resultados de los test y los guarda, R
preguntar. Acerca de la madre aclara que “es irritante, una paranoica, nos se irrita. “Ella retiene información vital para mi tratamiento, tengo que
decía “ustedes no tienen padre””. Luego se queja de que ella “derrocha, no exigirle que me la devuelva”; le digo que esa información no es importante
sabe administrar el capital, pero yo soy austero, mi padre era austero y regu- para su tratamiento y acepta no insistir con esto. Asistió un tiempo a un
laba en vida los derroches de mi madre”. Del padre dice muy al pasar que psicoanalista amigo de ella, quien le hablaba a ella de su evolución: “es
240 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 241

una estúpida, una imbécil, me dan ganas de ahorcarla, ay perdón, es inco- Matemático, alcanzar el saber, ser profesional”. Luego, avanzado el trata-
rrecto hablar en esos términos“. Intento quitar consistencia con un poco de miento intercala una etapa dentro del limbo, pero que lo regocija, que es
humor, “vamos R ¿qué puede saber ella de lo que a usted le pasa?”, lo cual la “Etapa de la Obra”, que es el momento en que se pone a refaccionar una
suele tranquilizarlo, también dirá “permanentemente lucho por no caer en propiedad de la madre para alquilar, decide arreglar la casa de su madre y
las conclusiones de quienes no conocen mi patología, sólo voy a escuchar la la suya acomodando sus cosas.
opinión de los profesionales”. En año nuevo R tiene gastroenterocolitis, le indican dieta y dice: “Si no es fu
En una entrevista R trae un genograma y una línea vital, dice que se le es fa, mi propósito es engrosar la masa muscular y así no puedo”. Tres semanas
ocurrió que podría ayudar, me fue mostrando lo que escribió y yo escuché el después de curada la enfermedad permanecía haciendo dieta porque no le
desarrollo que fue pensando. La siguiente entrevista R se sienta, me mira y dijeron hasta cuándo hacerla. Dice que siempre para esa fecha la pasaban
dice “Bueno, la escucho, ¿ha descubierto algo nuevo de mi caso esta sema- solos con su padre encerrados en la habitación y que cada año R padecía de
na?”. Le Respondo “Y usted R, ¿qué tiene para contar?”. fuertes dolores de panza. Empieza a hablar de algo que lo avergüenza: “Ten-
Saca un cuaderno y hace preguntas: “Uno. Hipnosis. Si la hipnosis es el go el tórax hundido, pectus excavatum, soy el único hijo que heredó esto de
método científico que obtiene resultados en mi trastorno, entonces HIP- mi padre”, explica que esto define su vida. Al preguntarle por esto, dice que es
NOTÍCEME, ¿qué espera para probar?”. Le explico que no sé de hipno- lo que lo ha hecho fracasar en pruebas de resistencia, o no poder asistir a un
sis: “Aprenda conmigo, experimente conmigo”. Insiste y vuelvo a negarme. asado, ni ir de vacaciones por la estética, que en la playa una vez se descubre y
“Dos. Tiempo de terapia. Se viene el calor, los días se ponen pesados, pode- todos lo miraban, que los médicos dijeron que sólo por estética podía operarse.
mos hacer las entrevistas más breves porque con el calor usted pierde capa- “Eso solucionaría mis problemas de fobia social, la operación consiste en que a
cidad de escuchar y eso a mí no me beneficia.”.”¿Qué más R?: “Lo último uno le rompen una costilla, se hace un gran agujero en el pecho y se deja que se
(casi en un grito y a punto de levantarse del asiento) SI ME QUIERE vuelva a soldar solo, lo cual deja un agujero a pesar de todo, pero más disimu-
INSULTAR, INSÚLTEME”, “No entiendo R ¿a qué se refiere?”, “Es que lado”. Luego me pregunta si operarse del pectus excavatum es lo mismo que
la gente siempre termina insultándome, siéntase con libertad, HÁGALO, intentar suicidarse. No sé qué decirle. Cuenta un episodio en que los síntomas
DESCÁRGUESE CONMIGO”. Le digo que no, que no tengo por qué retornaron. Fue a retirar una lijadora que compró y queda paralizado al ver
insultarlo. Luego de estas preguntas comenta que en la semana pasada no a un perro vomitar, la mujer que se lo vende lo invita a quedarse un rato y
tuvo síntomas. le relata a R sus intentos de suicidio. “Fui sometido a tortura, no sé decir no,
R habla de las personas normales, se ubica excluido de ese grupo, que su sólo con papá, él me llamaba el Señor No, porque siempre rechazaba lo que
vida es una tortura. Por ejemplo, explica su odisea para comer: “A la maña- me ofrecía”. Luego los síntomas de R comienzan a ceder, los ataques en los
na no desayuno porque siento que voy a vomitar, lucho por tener vitalidad, medios de transporte son menos frecuentes o ya no le molestan tanto, se queja
lo que es común para la humanidad, sentarse a comer sólo o con otros me de cierta somnolencia. “Estoy como dormido, parezco un zombi”, pero dice
resulta impracticable”. Pregunta si la gente común tendrá un cierto patrón preferir este estado al padecimiento anterior.
que él desconoce. Termina concluyendo “El cuerpo me ha fallado”. El de- Me pregunta si conozco a algún paciente que se ría mucho de noche sin
partamento en donde vive es de la esposa de su padre, Eda. Dice “Donde razón, que eso le pasa a veces. También explica que suele emplear palabras
habito estoy rodeado de trastos acumulados, todas cosas que encuentro por extrañas, de otra época, o tiempos verbales que la gente no utiliza, con lo
la calle, no se puede ni pasar, maderas apiladas, libros, maceteros, artefac- cual a veces le preguntan si es extranjero, de Bolivia o alguna provincia.
tos eléctricos, tengo once sillas apiladas que conseguí en mercado libre, me Dice ser lento y con dificultades en la comprensión. El Dr. L decide pedirle
pueden ser útiles, invierto en sillas”. Dice que está atravesando una “Etapa que asocie sobre el significado de refranes populares (mejor pájaro en mano
Límbica”, aludiendo al limbo. “El tiempo no avanza, está todo estancado, que cien volando, en casa de herrero cuchillo de palo, etc.). R no puede dar
es una etapa sin vida, es una etapa solitaria, veo los días de sol a través de una respuesta, si alguien hace un chiste, no lo entiende. Plantea también
la ventana, mi objetivo no está cumplido, mi lucha final es rendir Análisis sus dificultades de audición: “Siempre escucho mal, no he aprendido a oír”.
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Dice que en las audiometrías siempre le da todo bien, “No comprendo lo II. La descomposición del cuerpo y la nominación social
que escucho, ya con que me hablen con tonada del norte o por el teléfono,
no entiendo”. Se trata de un tratamiento que lleva más de dos años. R tiene veinti-
Cuenta con pocos amigos del secundario, de uno de ellos dice “Los padres lo nueve años cuando llega. Ya en la manera en que es presentado por la
presionan, la madre le pone la corbata, hay un consentimiento”. ¿Consenti- analista, se vuelve evidente en R una afectación singular del cuerpo y
miento? pregunto, “Sí, es un consentido”. De otro amigo cuenta una anécdo- del lenguaje: el caminar robótico, el lenguaje en pretérito perfecto, que
ta viajando en auto con él y dos chicas, le vienen todos los síntomas, queda llaman la atención de Marisa.
paralizado en el auto y el amigo sorprendido le dice que nunca lo había visto Por otro lado, R se presenta con una nominación. Dice: “Lo mío es fo-
así. R aclara “Él no veía el problema, ahora lo vio y entendió, avala lo que bia social, me lo diagnosticaron en el fobia club”, y trae toda una serie de
me pasa, el incrédulo ahora tiene fe”. Éste le pide a R que sea testigo del civil papeles que avalarían esa nominación que consiguió en lo social. Esos
y eso lo perturba porque se pregunta si podrá usar corbata, ya que el simple papeles juegan como su documento de identidad, de alguna manera
roce de algo en el cuello le da arcadas. Habla varias veces de un collar ajus- vienen al lugar de lo que sería el D.N.I., lo que parece producirle cierto
tado al cuello que no se anima a poner. Un día llega a la entrevista diciendo alivio, ya que él dice que se alivió mucho cuando se enteró que lo que
que ha logrado ponerse el collar y aclara “Ésta es la medida de mi mejoría”. le pasaba tenía un nombre. Un nombre que además lo incluye en un
Una amiga lo visita en su casa y se queda a dormir porque vive en el gran conjunto más vasto, atestiguando que lo que le pasaba a él también le
Bs. As. y estudia en Capital. De ella dice “Es muy sexual, yo no quiero nada pasaba a otros, de modo que con esa nominación podía hacer algún
sexual con ella pero la ayudo, le ofrecí que por cincuenta pesos al mes se quede orden de lazo, entrar en alguna suerte de universal. De todos modos,
en mi casa, es otra fuente de ingresos”. esta nominación que consigue en el Fobia Club, si bien cumple cierta
R dice que no trabaja pero está ocupado. “Armé un proyecto por cinco años, función y lo alivia, no es suficiente, porque es una nominación de lo
hice muchos cables”. Explica que en Excel hizo una planilla con los consumos universal.
y gastos mínimos para sobrevivir, que planificó incluso la inflación, que es una Cuando R describe su síntoma, queda claro que se trata –y en este pun-
“subsistencia de emergencia”, que se va a dar dos años para aprobar matemá- to y también en otros, vamos a ver que se asemeja al caso presentado la
ticas, alquilará el departamento de la madre y sacará una renta. Dice estar clase anterior por Liliana Cantagalli– del cuerpo que se descompone, y
desvelado: “¿Ésa es la ansiedad de los normales?”, se alivia al suponer eso: “Ah, también de cómo esa descomposición queda ligada a la función de la
¿entonces es eso lo que sienten?”. Está actualmente dedicado a la obra. El que incorporación. R describe así su padecer: arcadas, vómitos, a veces no
los síntomas vayan cediendo genera en R calma y una sensación al caminar. puede tragar, es como si tuviera algo atorado, no puede comer, etc.
“He luchado por ser independiente, ahora no estoy bajo el mandato de nadie, Por otra parte están estos indicadores: la transpiración que le indica que
me siento como la persona más poderosa al caminar, superior. Estoy calmo al va a comenzar la crisis, el eructo que indica que el episodio pasó, y la
hablar, inmutable, estoy seguro, firme, no me siento doblegado, intimidado. rótula que sube y que baja. Hay una presencia inquietante del cuerpo
Antes al andar por la vereda si venía alguien me corría, ahora no quiero que le hace signo, y por otra parte está este fenómeno de fragmentación
bajarme de la vereda. Ya no hago ademanes exagerados, estoy quieto y al mínima ubicada en la rótula, que se mueve por cuenta propia. Debe-
sentirme inmutable veo la mutabilidad de los demás, por ejemplo veo al Dr. mos señalar también que el padecimiento corporal de R toma la forma
L desganado, ¿qué le pasa? Ahora veo a la gente nerviosa, haciendo ademanes de crisis, de crisis que vienen y se van, ahí hay un punto que se puede
torpes, veo su incomodidad y mi tranquilidad, es algo compensatorio, en estas distinguir del caso anterior.
condiciones hasta puedo dar una clase, así cualquiera”.
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III. El peso de un cuerpo (que en realidad eran las hijas de su media hermana). Este curioso rela-
to parece sostener para R la explicación que le dieron de su fobia social
Luego tenemos esta suerte de historización que hace R. El asunto co- frente a la coyuntura de la muerte de su padre.
mienza a los trece años, en la pubertad. En ese momento se hace pre- R parece haberse sentido mal en el entierro del padre, y dado que la ex-
sente algo que no anda en el cuerpo. Él juega al handball y empieza a plicación recibida consistía en que sus síntomas se hacían presentes en
tener sensaciones corporales que le impiden jugar. De manera que en situaciones sociales con desconocidos, a él no se le ocurre que el sentirse
ese momento en que él necesita disponer al máximo de su cuerpo para mal puede tener que ver con la muerte de su padre, en absoluto. Por
ponerlo al servicio del juego, hay algo que no anda, algo que no funcio- otra parte es llamativo que a los que él llama desconocidos, realmente
na. Además está el dato de que pesaba cincuenta kilos, y lo importante no lo son, ya que eran los sobrinos de la novia y las hijas de la media
es que está señalada la cuestión del peso. hermana. De modo que también a este significante “desconocido”, R lo
Por un lado están las sensaciones que invaden el cuerpo y le impiden emplea neológicamente, y ese empleo neológico del término también
desarrollar el juego, y por otro lado parece que esto tiene algo que ver habla de cierta dificultad para establecer los lazos entre el adentro y el
con el peso para él; se hace presente la significación de un peso que afuera, entre lo familiar y lo extraño, lo conocido y lo desconocido, o
parece tener algo que ver con el asunto. Y este punto del peso se anuda sea, toda la cuestión de la filiación, lo que serían las estructuras elemen-
entonces con el otro episodio de los dieciocho años, que es cuando él tales de parentesco.
termina de estudiar y la madre le dice que es una carga. Allí se trata del
peso que él es para la madre, donde encontramos algo que va a insistir
a lo largo de todo el relato clínico, que es la literalidad de la palabra del
Otro para R: la madre le dice que es una carga, entonces él no come IV. Efectos de estabilización
más con ella, para luego separarse de la casa materna -con la ayuda del
padre-, dejando de ser una carga para la madre. Es en esta historización que encontramos la descripción de los momen-
Por otra parte, a los dieciocho años parece intensificarse de algún modo tos en los cuales cedieron los síntomas espontáneamente. La primera
su crisis con el cuerpo, ya que en ese momento se ubica la referencia al vez es cuando él deja un trabajo. Este punto me parece fundamental,
compañero musculoso que le dice: “Si querés engordar: carne, carne, ya que él se desestabiliza seriamente cuando el padre le pide que tra-
carne”. Se trata de la función del ideal del cuerpo musculoso en este baje. De hecho, lo que R no puede hacer es trabajar. Es un problema
caso, que luego intentaremos ubicar en el nudo. En esta vía, R dice: cuando un psicótico no puede trabajar, no es cualquier problema. En-
“Monopolicé mis comidas en carne”, una expresión llamativa –como contramos aquí una cuestión compleja, en el hecho de que quede tan
la mayoría de las que utiliza R– en la que hace un uso neológico de la localizado en el trabajo lo que R no puede sostener.
lengua. Si bien utiliza palabras que existen en la lengua, las utiliza de un El otro momento en que los síntomas ceden es cuando él tiene una
modo peculiar, de un modo muy singular. También en la respuesta de relación que no dura mucho tiempo, con una chica de la facultad, se
R a la sugerencia del amigo musculoso, se ve el peso que tiene para él la trata de una relación que dura sólo un mes. R dice que experimentó un
palabra del Otro: el amigo le dice carne y es carne, no hay otra cosa. milagro, y que mientras duró esa relación no tuvo síntomas. Hay algo
A su vez está el peso de lo que le dicen en el fobia club, ya que segu- del orden de un encuentro especial con una chica, que por otra parte
ramente le dijeron que sus síntomas le ocurren en situaciones sociales no puede sostener en el tiempo, y que también produce cierta retirada
con desconocidos, esto es algo que evidentemente le vino del Otro. En de los síntomas. O podríamos decirlo al revés: algo del cuerpo se rear-
su interpretación de este dicho del Otro, queda dicho al pasar que el ma cuando sale con esta chica.
padre acaba de morir, lo que hace que el centro del relato del momento Después tiene una novia por cuatro años. Con esa novia los síntomas
del entierro del padre no sea su muerte, sino que iba con desconocidos se mantienen a raya pero están, ya que ella lo asfixia un poco, de modo
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que parece que esta chica y la anterior no cumplían la misma función cierto efecto desregulador de la muerte del padre, ya que algo de su
para él. Podemos conjeturar que esta novia tenía algún rasgo materno y presencia imaginaria regulaba el exceso materno. Al no tratarse de la
que eso era lo asfixiante, también lo que hacía que de todos modos los función simbólica del Nombre del Padre podemos suponer que junto
síntomas estuvieran, aunque aliviados. con el padre se ha perdido también esa función reguladora en la estruc-
Es esta novia quien le preguntaba a R por qué la quería y él le contestaba: tura familiar.
“porque he vuelto a comer”. La incorporación se vuelve posible cuando En este caso es posible verificar la forclusión del Nombre del Padre,
está esa presencia que le sostiene algo del cuerpo, ya que para poder co- como efecto de la posición de este padre que prescinde del Otro, no
mer hay que poner el cuerpo, y me parece que ésa es la cuestión central ubica un Otro por fuera de él: “si necesitás un psicólogo yo te psicoana-
que podemos ubicar en estos casos. lizo, si necesitás un cura yo te confieso”. Él es el gran Otro, es decir que
De modo que la presencia femenina lo alivia, pero no su eventual cos- el padre está fuera de la ley ya que él es la ley, no hay una ley exterior, no
tado materno. Esto se confirma en ese episodio en que recrudecen los tiene que responder a ninguna ley. En ese sentido, este padre se corres-
síntomas, cuando él va a comprar una lijadora, ve ese perro que vomita ponde claramente con algunas de las figuras del padre del psicótico que
y encuentra una mujer que lo aloja maternalmente. Podemos ubicar en Lacan propone en “De una cuestión preliminar…”, donde finalmente
este suceso cierto efecto de una presencia materna que lo descompone. se trata de la impostura del padre en la psicosis. Efectivamente, ¿con
qué derecho el padre podría analizar o confesar al hijo?, encuentro allí
el punto de impostura más radical.
Hay una cuestión que es muy interesante: cuando le pregunta al analista
V. La forclusión del Nombre del Padre y el recurso al padre imaginario preocupado si lo de él es edipo. Allí se comprueba que en algún punto,
parecería que en R prevaleciera la preocupación por la significación de
Asimismo, está el asunto un poco oscuro de sus orígenes, donde lo su malestar, por sobre el malestar mismo. Es impresionante el alivio que
que sí queda claro, es que su familia es una familia paralela a la familia le produce que le digan que lo de él es ansiedad social, o que le digan
del padre. Hay algunas cuestiones para señalar en el relato de su vida que no es edipo, él se queda más tranquilo. Es algo del orden de la
familiar. Una es que de la historia familiar nunca se animó a pregun- significación lo que lo alivia, y es importante tenerlo en cuenta, ya que
tar, allí no parece haber lugar para la pregunta, que sería justamente justamente la significación le abrocha algún sentido.
la modalidad más neurótica de ubicarse respecto de esta singularidad Luego está la descripción de lo que le ocurre en las entrevistas labora-
familiar. Por otro lado, hay una frase materna que tiene toda la fuerza les, donde se ve bien algo que a veces es uno de los pocos indicadores
conclusiva, que es muy contundente, cuando les dice a sus hijos: “us- que podemos tener de una posible psicosis. No es éste el caso, ya que
tedes no tienen padre”, lo que no es cierto. Encontramos allí un punto acá tenemos muchos indicios de la estructura psicótica, pero hay casos
donde claramente en el deseo materno hay un rechazo muy radical, en los que no hay ninguna suerte de desencadenamiento, y entonces
muy contundente hacia el padre, que seguramente ha tenido incidencia uno de los pocos indicios que a veces encontramos es esta vivencia de
en la elección de la psicosis de R. falsedad tan radical de la que R testimonió. Ya que en el psicótico la
También encontramos acá un contrapunto entre ambos padres -que nos estructura especular está tan en primer plano, está tan poco velada, que
puede hacer pensar cuál es el verdadero motivo de consulta-, ya que sabe realmente que yo es el otro. El psicótico lo sabe, y en ese punto tes-
ubica del lado de la madre el derroche, mientras que él se identifica timonia de la falsedad de las identificaciones que hacen al ser hablante,
imaginariamente con el padre por el lado de la austeridad. La cuestión y muchas veces las sufre de un modo insoportable.
es justamente que ese padre que regulaba el exceso materno en vida, ha La otra cuestión interesante es cuando habla de las entrevistas laborales
muerto recientemente. De modo que podríamos conjeturar que quizá en las que hay que adular, aparentar, y entonces trae esa frase que toma
el verdadero motivo de consulta, desconocido por el sujeto, es que hay de la fábula de “El zorro y el cuervo”, que dice que la adulación es un
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enemigo suave. Me parece muy interesante esta frase que él toma del función paterna, es justamente lo que el padre hace en ese momento:
padre, ya que así como en algún momento él se puede identificar con la separación de la madre y el don al hijo de las herramientas para salir
la austeridad del padre, y de ese modo ubicar algún límite imaginario al al mundo.
exceso, también la posibilidad de servirse de estas expresiones sofisticadas El punto es que con esta intervención del padre parece tambalear la pre-
de la lengua podría llegar a ser un recurso para él. No digo que lo sea ac- misa materna, y junto con la misma, el propio R, dado el peso que él le
tualmente, pero me parece que no es poco contar con ello, ya que esa so- otorga a la palabra de la madre. Precisamente tuvimos la oportunidad de
fisticación de la lengua puede ser interesante como tratamiento del goce. verificarlo respecto de la ocasión en que ella le dice “sos una carga” y R
deja de comer y se va. Si la madre le había dicho que él no tenía padre,
entonces no sabe qué hacer con este padre que se presenta tan nítido, en
ese momento en que interviene habilitándolo como hombre.
VI. Lógica del desencadenamiento
Pregunta: ¿Podemos ubicar la irrupción de Un-Padre en lo real?
Los dieciocho años parecen ser el momento de desencadenamiento más
franco -al menos podríamos ubicar en ese momento un desenganche Efectivamente, se trata de la irrupción de Un-padre en lo real, es decir,
de lo imaginario-, que se manifiesta claramente en el campo de una de la función paterna sin el nombre. Sólo que en este caso no se trata
práctica deportiva que es el handball. Si bien a los dieciocho años hay de un desencadenamiento franco con esos efectos de derrumbe de lo
algo que se suelta más fuertemente, me parece que en este caso –luego imaginario, que describe Lacan en “De una cuestión preliminar…”.
iremos a la hipótesis del nudo– el registro imaginario no termina de Es en este sentido que el caso se acerca más a lo que llamamos psicosis
soltarse. Tengamos en cuenta que R llega a decir que si su padre le hu- ordinaria.
biera dado en ese momento una beca honoraria se hubiese evitado su
fobia, este soltamiento quizás no se hubiera producido. De modo que
él mismo ubica en los dieciocho años el desencadenamiento de lo que
llama su enfermedad, si bien hay un momento previo a los trece años VII. Introducción de la inconsistencia
en el que ya algo de lo que será su padecimiento posterior empieza a
insinuarse. Vayamos a las intervenciones de la analista: apuntan a desarmar ciertas
De todos modos la situación más franca es a los dieciocho, en ese mo- significaciones, por ejemplo, cuando interviene entre la colaboración y
mento en el cual el padre le posibilita separarse de la madre, le paga el el apoyo. También están las intervenciones que hace la analista cuando
estudio, pero le pide a cambio que trabaje, es decir que exige alguna aparece la media hermana como un Otro gozador que viene al lugar del
responsabilidad. Es justamente en ese momento, en que el padre actúa padre, estas intervenciones le quitan consistencia a esa significación que va
como padre, ayudándolo a separarse de la madre, apoyándolo, dándole adquiriendo esta figura en la vida de R. Le dice: “Esa información no es
plata, y pidiéndole a cambio alguna responsabilidad, es allí donde no lo importante para el tratamiento”, “¿Qué puede saber ella de lo que a usted
trata como un objeto, cuando más se suelta lo imaginario para R, qui- le pasa?”. Se produce un interesante movimiento transferencial a partir de
zás porque justamente de ese modo hace fracasar la premisa materna estas intervenciones de la analista, que le quitan consistencia a ese Otro
que consistía en que él no tenía padre. gozador, tanto en el primer momento en el cual sería el médico el que lo
Es entonces el momento en que el padre interviene efectivamente en quisiera gozar –porque querría colaborar con él y tratarlo como un resto–,
tanto tal, que se produce el llamado vano al Nombre del Padre. R no o después la media hermana. Estas intervenciones finalmente llevan a que
cuenta en lo simbólico con qué enfrentar ese momento de intervención R diga: “Yo sólo voy a escuchar la opinión de los profesionales”, agregando
paterna que lo separa de la madre. Si hay algo que está en juego en la que no va a caer más en las conclusiones de quienes no conocen su pato-
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logía, con lo cual confirma que no aceptará cualquier significación que se me ha fallado”. Efectivamente, la ausencia del patrón fálico, que es el
le presente y sí aquellas que pueda armar a partir de las intervenciones del que inyecta el sentimiento de vida en el hablante, se traduce en la falla
Otro de la transferencia. La transferencia le abre el recurso a un Otro que en la consistencia imaginaria del cuerpo. En este punto R mismo da
lo saque de aquella versión del padre que lo deja indemne, ya que cuando cuenta de la lógica de su caso.
el padre le dice: “Si necesitás un psicólogo yo te analizo...etc.”, deja a R Es a partir de esta lógica, que podemos diagnosticar este caso como un
sin Otro. Entonces cuando él dice que sólo va a escuchar la opinión de los caso de esquizofrenia, donde el problema es justamente la consistencia
profesionales, da cuenta de que está pudiendo introducir alguna media- imaginaria del cuerpo.
ción entre él y ese Otro, que de otra manera se le vuelve gozador, ese Otro Y por otra parte, en este mismo momento del relato clínico, podemos
que sabe todo: la media hermana que sabe todo, el médico que sabe todo, ubicar también una relación entre esa falla en la consistencia imagi-
el padre que sabía todo. naria del cuerpo, y el exceso de objetos inútiles que él acumula -que
además también es otro dato clínico que se encuentra en muchos casos
de esquizofrenia-, esos objetos que en algunos casos le impiden incluso
al sujeto moverse en su casa. Se ve en las once sillas que compró en
VIII. La consistencia imaginaria y la lógica de la inhibición Mercado Libre, ¿no?
Luego R empieza a hablar de que él está en la etapa límbica, en la cual
Esas intervenciones que hacen inconsistir a ese Otro permiten instalar el tiempo no avanza, está todo estancado. De ese modo, él describe su
un saber que es no-todo, que es el saber profesional. Pero el problema recurso a la inhibición generalizada, que por un lado es una solución en
transferencial es que empieza a ofrecerse como objeto a ese saber, y es la psicosis, ya que mantiene la estructura más o menos estable, pero al
cuando dice: “¿Ha descubierto en mi caso algo nuevo esta semana?”, o terrible costo de que el sujeto no puede hacer casi nada.
“¡Hipnotíceme, insúlteme!”, se propone como objeto a ser gozado por La etapa límbica, el limbo. El limbo era un lugar a donde iban los ni-
el saber del Otro. Es un momento complicado de la transferencia, en el ños que no estaban bautizados, hasta la llegada del Papa actual, que lo
que la analista opera con el no, se niega a eso, desarmando esa posición anuló. Verdaderamente, era una crueldad que estuvieran allí, afuera de
que propone R. De hecho, lo que vemos hacia el final de este relato es todo, porque ahí iban los que no estaban ni con Dios ni con el Diablo.
que, por el contrario, más bien hay algo de la consistencia narcisista Es interesante la figura del limbo. Podríamos generalizar esta figura y
que se rearma. decir que el psicótico está en el limbo, que no está ni con Dios ni con el
Otra vía en la que se manifiesta la estructura, es en la que él advierte Diablo, en el sentido de que al no tener el Nombre del Padre, tampoco
que está afuera de lo universal, está excluido del grupo de las personas puede pecar, tampoco puede entrar en la lógica de la ley, del deseo y
normales, está fuera del para-todos, por lo tanto no tiene vitalidad, tiene sus transgresiones.
que luchar para tenerla. Éste suele ser otro indicador, que en algunos No es casual que el padre de R haya sido rector de un colegio católico.
casos es el único, de la estructura psicótica: el gran esfuerzo que tie- En este caso la religión va encontrando lugares en los cuales manifes-
ne que hacer el sujeto para hacer las cosas que los demás hacen sin tarse, entramándose en la topología propia de la psicosis para proponer
esfuerzo. Ese gran esfuerzo lo separa del resto, a quienes la vida les ciertos nombres secundarios, accesorios, que hacen al sostenimiento
fluye, mientras él tiene que luchar para tener esa vitalidad. Es un dato del nudo.
interesante, el sujeto que tiene que esforzarse para gozar de la vida. Si R habla de esta etapa límbica, y lo interesante es cómo en medio de esa
no recuerdo mal, creo que J.-A Miller en el libro “Los inclasificables” etapa, en medio de esa inhibición, hay un punto de orientación -punto
hace esta observación. que tiende al infinito. R está efectivamente inhibido, está en el limbo,
Para R hay una relación entre este sentimiento de falta de vitalidad y su pero hay un objetivo, hay un Ideal, que es: saber, ser profesional, que me
sensación de estar fuera del universal, que lo lleva a concluir: “el cuerpo parece fundamental. Porque además el ser profesional, en algún sentido
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es estar más allá del padre, ya que, más allá de si el padre era profesional o psicosis masculinas-, en R la solución no cae del lado del tener sino
no, este padre hacía inconsistir el saber profesional al decir, por ejemplo, del ser, del ser musculoso, y ahí es donde encuentra su lugar el pectus
que él puede analizar o confesar. excavatum.
Entonces, está ese punto de fuga, ese punto al infinito, que a la vez funcio- En el pectus excavatum encontramos justamente la localización de esa
na como un ideal, donde pareciera que por lo menos por ahora se jugara falla original que afecta a la significación fálica, encarnando de algún
cierta realización asintótica: no se sabe cuándo va a llegar, mientras tanto modo en el cuerpo la forclusión del falo en sí misma. Ese tórax hundi-
está la etapa de la obra. do lo enlaza con el padre por una vía que no es la de la transmisión del
Lo interesante de la etapa de la obra de la casa es que surge en el análisis, falo, sino todo lo contrario. Es la transmisión de algo que no anda en
de allí el título propuesto por Marisa, que apunta al pasaje del limbo a el cuerpo, de algo que desarma la imagen narcisista, y es en ese punto
la obra. Es decir que R sigue estando en el limbo porque todavía no lo- que el ideal de masa muscular ofrecería una solución. La otra solución
gró su objetivo final, pero sale de la inhibición, se pone a hacer –que no que se vislumbra es la operación. Éste es un caso en el que yo evaluaría
es lo mismo que trabajar, hay que distinguirlo, ya que lo que él no pue- la posibilidad de alentarlo a operarse, ya que él claramente dice que se
de producir es dinero. En este caso tiene la suerte de tener una familia le iría la fobia social si se operase.
de dinero, otro sería su destino si no tuviera quien lo mantuviese. En ese punto, cuando él pregunta si no es lo mismo que suicidarse,
En la etapa de la obra, si bien está ese punto ideal de ser profesional habría que ver qué pasa si se le dice, por ejemplo: ¿Qué tiene que ver
que no se sabe cuándo se va a realizar, él hace. Y además, en este hacer con suicidarse?, o si se trabaja más esa significación. Ya que es intere-
él puede lograr lo que no puede lograr por la vía del trabajo, es decir, él sante que él piense que si se opera se le va a ir la fobia; es decir que él
no puede ganar un sueldo pero sí puede arreglar la casa para alquilarla, o ubica como la causa de su fobia esa falla original de su cuerpo que le
cobrarle cincuenta pesos a la amiga, hacer esas otras cosas con las cuales transmite el padre.
arreglárselas en un esquema de supervivencia. A continuación ocurre esa escena en la que R se identifica con el perro
Por otro lado, por el lado del cuerpo, está la cuestión de la gastroente- que vomita, se encuentra con esa mujer en posición de madre y vuelven
rocolitis, donde se repite lo que le pasaba con los fideos, con la papa, los síntomas. Es interesante cómo se arma un contrapunto entre que él
con la carne. Ahora le pasa con la dieta, le indican una dieta y la sigue no le puede decir que no a esa mujer, mientras que al padre sólo le po-
haciendo porque no le dijeron que la tiene que dejar de hacer. El tiem- día decir que no. Allí se verifica el rechazo forclusivo al padre: al padre
po se eterniza, ya que la cuestión del limbo es ésa, el limbo está fuera lo único que hacía era decirle que no.
de tiempo, ya que del limbo no se puede pasar al cielo o al infierno, es
la inhibición eternizada.
A su vez, en este plano del cuerpo encontramos otro ideal: “Mi propó-
sito es engrosar la masa muscular”. Intentaremos luego llevarlo al nudo, IX. El descanso en el Otro y la cesión de los síntomas
donde vamos a distinguir un ideal que toca más a la cuestión de la
forclusión del Nombre del Padre, que es ser profesional; de otro ideal, Luego hay un efecto de cesión de los síntomas, los síntomas van ce-
que toca más a la forclusión del falo y sus efectos en el cuerpo, que es diendo paulatinamente y en su lugar es afectado por cierta somnolen-
tener masa muscular. La masa muscular vendría un poco al lugar de la cia. Podríamos preguntarnos si no hay algo del cuerpo que empieza a
virilidad, a adquirir una significación de virilidad. descansar en el Otro de la transferencia, que los síntomas ceden porque
Propondría que R, a falta de poder tener el falo, la vía que toma es serlo hay cierto efecto de poder descansar en el Otro –que es la posibilidad
en lo imaginario, tener un cuerpo fálico, ser él un falo. Es el intento que el padre le cerraba.
de sostener todo el cuerpo como un músculo fálico. R no tiene nin- También encontramos toda una serie de descripciones de perturbacio-
guna preocupación por el órgano -como se escucha a veces en algunas nes del lenguaje: la risa inmotivada, el agujero en la significación, el no
254 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 255

contar con la significación fálica, no entender los chistes ni los refranes, X. El nudo de R
la literalidad.
Y a continuación la referencia a ese pasaje bíblico: “el incrédulo ahora Ahora voy a tratar de ubicar brevemente cómo pienso el nudo en este
tiene fe”, cuando el amigo cae en la cuenta de lo que son sus síntomas. caso. Como les dije, me parece que es un caso de desencadenamiento
Es exactamente lo que le pasa a Cristo cuando Tomás le pide que mues- parcial en una esquizofrenia. Ese desencadenamiento me parece que en
tre las llagas de la cruz y recién entonces cree que murió y resucitó. Y un primer tiempo toma la forma de un desenganche de lo imaginario
R ahí está identificándose con Cristo, él le contaba al amigo de sus a los trece años, cuando R tiene que poner el cuerpo en juego en una
síntomas, pero el amigo hasta que no ve no cree. Este es otro pasaje actividad viril social que es el handball.
del relato clínico en el que podemos ubicar la incidencia de la vertiente
religiosa en el armado de la posición subjetiva de R.
Llegamos entonces a un punto crucial: junto con esta cesión de los
síntomas y esta etapa de la obra –que logra introducir el tratamiento–,
hay cierta inclusión en el universal: él pasa a sentirse alguien normal,
por ejemplo, empieza a desvelarse y dice: “¿ésa es la ansiedad de los
normales?”, aliviándose al suponer que eso que él siente es una ansiedad
de los normales y no esos fenómenos extraños que lo excluían del lazo
con el otro. Pasa a quedar ubicado en el para todo x.
Por otro lado, está el proyecto que él arma, el proyecto de subsistencia
de emergencia. Es interesante porque él tiene en cuenta su falla, que
viene un poco al lugar de ese apoyo que él le pedía al padre. De algún
modo él está llevando a cabo en el tratamiento, con la ayuda de la ana- Podríamos decir en este primer tiempo que algo se deshilacha a los trece
lista, aquello que él cree que el padre le debería haber dado a los diecio- años, cuando R tiene sensaciones corporales que lo inhiben y le impiden
cho años: tener en cuenta su problema, una subsistencia de emergencia seguir jugado. Propongo que en este primer tiempo algo se deshilacha, no
que no es la de cualquiera. queda del todo suelto.
Hay un efecto de calma, y junto a este efecto, a la cesión de los sínto- Es recién en un segundo tiempo, a los dieciocho años, que podemos ubi-
mas y a la sensación de normalidad, una inflación yoica, que se vuelve car un soltamiento más franco, una descomposición más evidente del
un tanto megalómana, y que recompone lo imaginario. Entonces él se cuerpo, que se acompaña entonces de los trastornos de la incorporación.
siente la persona más poderosa, inmutable, ahora el médico es el que
está nervioso, etc.
Podemos ubicar un efecto de estabilización por la vía de una recom-
posición de lo imaginario, pero podemos también conjeturar que esa
recomposición de lo imaginario es sin la mediación de lo simbólico, lo
que hace a lo precario de esta estabilización. En efecto, hay una estabi-
lización pero no una suplencia.
256 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 257

De todos modos esa descomposición del cuerpo está acotada, la topo- La nominación de fobia social apunta de algún modo a suturar con un
logía del agujero de algún modo sigue funcionando, por ende no es nombre común ese espacio. No alcanza a suturarlo totalmente porque
todo el cuerpo el que se descompone, la descomposición está bastante no tiene el estatuto del nombre propio, que es el que sí tiene, por ejem-
localizada en el campo oral. Y en este punto la masa muscular viene a plo, el nombre que se hace Joyce –que logra realmente un broche que
funcionar como un equivalente imaginario del falo, por lo que el sujeto suple la función paterna al hacerse un nombre propio.
empieza a anhelar, a partir de ese momento, la masa muscular. Es ese A R este nombre lo alivia, pero como es un nombre común, no termina
momento en que R habla con el amigo musculoso y éste le dice: carne, de suplir la falta del Nombre del Padre. Me parece que R viene porque
carne, carne. Al mismo tiempo que se descompone el cuerpo surge tiene miedo de que el imaginario se suelte totalmente, de terminar de
entonces la idea de que algo que podría solucionar este problema sería perderse a partir de la muerte del padre, ya que había cierto efecto regu-
la masa muscular, como un equivalente imaginario del falo. lador de la presencia de éste, que en vida regulaba los excesos maternos.
I Por otra parte, podemos ubicar los fenómenos de perturbación del len-
guaje (neologismos, etc.) como interpenetración entre simbólico y real.
Masa
muscular I

R S

Pero habría algo que está fallado estructuralmente en lo imaginario, y


que toma la forma del pectus excavatum, R no logra la masa muscular. R S
En su lugar surgen todos esos síntomas algo caóticos, síntomas de lo
que no termina de anudarse, hasta que el sujeto consigue cierto anuda-
miento de los mismos a través de la nominación de fobia social. Mi hipótesis es que el anudamiento entre imaginario y simbólico no
llegó a deshacerse, pero estaba en peligro de soltarse -por eso lo dibujo
punteado. Y propongo que lo que viene a empezar a cerrar ese espacio
deshilachado, a entramarlo en la transferencia, es el apoyo. En este sen-
tido es fundamental la posición que sostiene la analista, el trabajo que
realiza la analista. Es el apoyo el que le posibilita pasar a la obra, que es
un invento del tratamiento. Es algo que R inventa en el tratamiento y
que con el apoyo de la analista puede pasar a algún hacer, puede salir
de la inhibición generalizada, pero falta.
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con la operación algo de esta falla real que afecta al cuerpo imaginario
logre repararse. En ese punto ubico la posible operación entre imagina-
rio y real, sin mediación simbólica. Eso resolvería de alguna manera este
agujero, y le quedaría este trabajo por hacer en el plano simbólico. Son
algunas cuestiones hipotéticas que dejo planteadas.

Pregunta: Relativa a la psicosis ordinaria.

La psicosis ordinaria en realidad no es una clasificación psicopatoló-


gica, sino una descripción. Define a aquellas psicosis que no son ex-
traordinarias. Es la definición de un campo en el interior del cual hay
que hacer otras distinciones. Las psicosis ordinarias son las psicosis no
desencadenadas, o parcialmente desencadenadas, o sinthomatizadas.
La obra mantiene esto cerrado, pero lo mantiene cada vez, no está ase- Que pueden haberse desencadenado y después haberse reanudado, por
gurado. Por eso no hay suplencia ahí, porque no hay algo que abroche ejemplo con la medicación, o con distintos tipos de sínthomas que vie-
como lo haría una nominación. Se trata de un hacer, y en la medida que nen a reabrochar el nudo. Describen un estado de la psicosis cuando no
él hace esto se cierra, y logra cerrarse también a su vez la imagen narci- está en franco desencadenamiento.
sista, entrar en el para todos, lo que posibilita que los síntomas cedan.
Escuchamos también una inflación yoica que toma un tinte megalómano, Pregunta: Relativa a los objetos acumulados por R en relación con la
que muestra que lo que se arma acá –entre lo real y lo imaginario– es sin figura del coleccionista.
mediación simbólica, que es lo que sí conseguiría si lograra alguna opera-
ción de nominación. Es todo lo contrario al coleccionista. El coleccionista elige los objetos,
Propongo que las vías de posibles suplencias que se abren en este caso que son objetos agalmáticos, que tienen para él un especial valor fálico.
son: en el registro simbólico ser un profesional. Por esa vía podría llegar En cambio los objetos que R amontona están más del lado del desecho.
a hacerse un nombre que sí articule los tres registros, un nombre como Ilustran lo planteado por Lacan en su “Discurso a los psiquiatras”, que
mediación simbólica para abrochar con lo imaginario y lo real. en la psicosis el objeto a no está extraído, que el psicótico lleva al objeto
a en el bolsillo. En el caso de R esto es casi literal, él lleva los objetos a
Pregunta: Relativa a la relación de esa eventual nominación con el consigo, quedando atiborrado por su presencia material. En esos objetos
ideal y con el trabajo. es el propio ser de resto lo que está en juego.

El ser profesional es un título que le daría efectivamente el Otro social, 18 de octubre de 2007
en esa vía se trataría de una nominación que, en la medida en que es un
acto, excedería la dimensión meramente ideal.
En cuanto a la posibilidad de trabajo, por ahora está complicada, pero
quizá el estudio no tanto. Considero que puede llegar a ser interesante,
porque quizá si llega a ser profesional pueda trabajar.
Continúo: en el registro imaginario hay dos posibilidades: que obtenga
la masa muscular –lo cual parece complicado–, o la operación. Tal vez
260 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 261

Bibliografía 12. Un caso de Pre-psicosis / Chernobyl


1. J. Lacan, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis”, en Escritos 2. Editorial Sigloveintiuno. Buenos Aires, 1985.
2. J. A. Miller y otros, Los inclasificables de la clínica psicoanalítica. Edi-
torial Paidós. Buenos Aires, 1999.
3. J. Lacan, Discurso a los psiquiatras. Inédito.

I. Chernobyl

Les presento a Santiago Mazzuca, él es psicoanalista, docente en la Cá-


tedra de Psicopatología y de Clínica del Síntoma, en la U.B.A. Tam-
bién es docente en la Universidad Maimónides, y en el Programa de
Entrenamiento Clínico.
Vamos a dedicar estas dos últimas clases a interrogar las psicosis no des-
encadenadas. Con el caso que va a presentar hoy Santiago, les propon-
dré interrogar lo que a veces suele llamarse pre-psicosis, en el sentido
de la psicosis no desencadenada, pero insuficientemente anudada. De
allí que me haya permitido ponerle a este caso el título “Chernobyl”, al
escucharlo tendrán seguramente la oportunidad de apreciar que apun-
ta justamente a esa característica de la psicosis no desencadenada, pero
tampoco sinthomatizada, tampoco suficientemente anudada.
Vamos a escucharlo.

S. Mazzuca: Son los padres del paciente, al que llamaremos Martín, quienes
se comunican conmigo para concertar una primera entrevista a comienzos de
agosto del año pasado. Ambos son profesionales. Los llamaremos Alberto y Bea-
triz. La familia está compuesta por ellos y sus tres hijos: Martín, de veinte años,
y dos hermanas menores.
Al encontrarnos, me cuentan que quieren que su hijo intente un tratamiento
psicológico. El desencadenante puntual de esta consulta parece residir en las
dificultades de Martín para realizar el tránsito del colegio secundario a la
262 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 263

carrera universitaria; pero el motivo de fondo parece mucho más amplio y el padre por alguna nimiedad. Por ejemplo, sobre el grado de anticipación
difuso, es que la vida le pasa por el costado. con que conviene hacer la cola para entrar a un espectáculo.
Cuentan que aprobó el colegio en tiempo y forma. El año anterior había En definitiva no parece preocupado en lo más mínimo por su situación.
comenzado el CBC para ingeniería. Lleva ya año y medio cursándolo y aún Al contrario, cada tanto se preocupa por ellos. Se detiene en un momento
le falta aprobar dos materias. cualquiera de la convivencia cotidiana, se dirige a ellos y les pregunta si
Sienten que la vida le pasa por el costado, y que ellos tienen que estarle están bien.
atrás todo el tiempo para que haga las cosas. Esto se refiere en particular al Mi propia impresión ante todo este relato es la de encontrarme ante una
estudio y a la vida social. Sobre esta última, dicen que no tiene iniciativa especie de ironía, pero que al mismo tiempo parece no ser consciente de sí
ninguna, mantiene algunas relaciones con compañeros pero pasivamente, misma, lo cual la vuelve doblemente irónica.
sólo gracias a que ellos lo llaman e invitan a juntarse. Sobre el final de esta primera entrevista, Alberto menciona dos cuestiones
Lo único que Martín hace con interés es usar la computadora, sobre todo más. La primera es que él suele hacer las cosas por Martín cuando éste no
para jugar, y frente a la cual pasa la mayor parte del día, siempre que pue- las hace espontáneamente. La segunda es que suele temer que le ocurra
de. También le gusta leer historietas. Alberto dice que lo ve muy chico, muy algo cuando sale, aparentemente desde su adolescencia. Como si lo quisiera
nene, muy blandito. Beatriz lo considera tímido, introvertido. en casa, como si temiera por el hijo varón. Además agrega que él mismo,
Ambos están preocupados. Sienten necesidad de dar a su hijo herramientas Alberto, de adolescente también fue tímido, le costaba sentirse capaz, en-
para cuando ya no estén. No lo ven en condiciones de arreglarse solo, de salir frentar el mundo, y a veces ve a su hijo un poco igual a él.
a la calle, a la vida. Como han dicho, la vida parece pasarle por el costado, Acuerdo con ellos tomarme un tiempo para conocer a Martín y luego volver
él transcurre. Nunca buscó trabajo. Avanza muy lento con los estudios desde a reunirnos para hablar de la pertinencia (o no) de realizar un tratamien-
la salida del colegio, y sólo por la presión de sus padres. No tienen ningún to. Además, indico al padre que no considero conveniente que haga las
indicio de que se relacione con mujeres. Tiene poca vida social, y nunca por cosas por su hijo; sugiero que deje que se manifiesten sus omisiones y en todo
iniciativa propia. Se pasa todo el día “pegado” a la computadora. caso lo ayude o acompañe luego con sus consecuencias, si su hijo lo requiere.
Interrogo por la historia. Según la impresión de los padres, esta suerte de Como ejemplo de estas cosas que el padre dice hacer por su hijo, menciona
vacío –en estudio, trabajo, vida social y sexual– se manifestó recién hacia tareas hogareñas, como poner o levantar la mesa.
el final del secundario. Antes –y desde siempre–, lo único que les resultó Por indicación de sus padres, Martín me llama y concertamos nuestro pri-
llamativo es que jamás expresó rebeldía, ni siquiera algún enojo en relación mer encuentro. Al llegar, se presenta y permanece en silencio. Le pregunto
con el padre. Fue siempre plano afectivamente, en el sentido de que tam- por qué viene. Dice que por la preocupación de sus padres por sus proble-
poco estuvo nunca triste por nada. Sin embargo, suele ser muy afectuoso, al mas con el estudio. Hablamos entonces sobre este tema, para lo cual parece
menos en la familia, muy bueno, preocupado por ellos. necesario que yo le vaya haciendo preguntas, pues no despliega mucho un
Un poco a raíz de estas características suyas, sus amigos le han puesto por discurso por sí mismo.
apodo “Chernobyl”: suponen que algún día va a explotar. Indagando sobre cómo escogió la carrera, encuentro que parece haberlo
Cuando sus padres, según cuentan, intentan interpelar a su hijo por esta hecho por sí mismo, por gusto y por algunas reflexiones que parecen lú-
desidia extrema en que está sumido, nunca reciben como respuesta nada cidas respecto de cómo articular sus intereses con posibilidades laborales
del orden de la confrontación. Hay más bien una aceptación plena, pero futuras. Sin embargo, los contenidos que realmente le interesan comien-
al mismo tiempo totalmente despreocupada, que los deja sin interlocutor zan más adelante en la carrera. Quizá de ahí su falta de motivación para
para discutir. el estudio.
Otras veces, a la exhortación de los padres para que Martín se despegue Explica, con un tono siempre risueño -pero de manera monótona, no pro-
de la computadora y haga otra cosa con su vida, él responde que no puede vocadora-, que no se aplica a los ejercicios y luego por ello reprueba los
hacerlo, que es más fuerte que él. En cambio, sí puede llegar a “discutir” con exámenes. A veces ocurre que intenta hacer un ejercicio y no le sale. Aquí
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parece manifestarse excepcionalmente algo de enojo. Le pregunto qué hace aportes novedosos a este tipo de respuestas en relación con lo que constituye el
en esa situación. Dice que cambia de tema. Nunca pide ayuda. motivo de consulta. Por mi parte, desistí de dirigirlo a estas cuestiones e inten-
Sus padres dispusieron que recurra a un profesor particular para enfrentar té más bien interesarme por lo que pudiera surgir de él “espontáneamente”.
la cursada de estas materias del CBC que le faltan. Él preferiría arreglarse En ese intento podía ocurrir, por ejemplo, que nos pasáramos los cuarenta
solo, pues lo considera mejor y más meritorio, pero lo dice como si hablara minutos de una entrevista, él contando con todo detalle el guión de un
de alternativas en abstracto, como si tuviera que escoger con el dedo si pre- juego de computadora, yo tratando de escucharlo. Se trata de juegos donde
fiere aprobar con o sin ayuda. supuestamente el sujeto tiene libertad de acción y donde sus elecciones y mo-
Pregunto si hay algo más que lo traiga a esta entrevista. Responde que la vimientos van produciendo consecuencias y abriendo renovados escenarios y
preocupación de los padres por estar él encerrado todo el día en su cuarto situaciones. Pero en verdad –obviamente– el curso que se debe seguir hasta
con la computadora. Que creen que le falta salir a la vida. Que si ni sale a el final está escrito de antemano, si bien el protagonista no lo sabe y lo vive
pagar una cuenta, no saben cómo hará cuando tenga que buscar un depar- como si fuera descubriéndolo en el transcurso.
tamento para vivir solo. De hecho, me dice que puede perderse a diez cua- Esta descripción podría sonar semejante a la relación con el inconsciente,
dras de su casa, de tan poca atención que presta a las calles para orientarse. pero justamente el asunto es que no parece estar en juego nada de ese orden.
Pregunto qué piensa él de todo eso: “Sí, tendría que salir más”. Por eso escribí que yo trataba de escucharlo: porque intentaba percibir en
A la segunda entrevista, llega y permanece nuevamente en silencio. Decido qué punto esas tramas podían tener alguna resonancia inconsciente, mor-
esperar un momento. Transcurren unos diez minutos en silencio. Se queda der alusivamente algo de sus preguntas existenciales. Pero no pude captar
quieto mirando por la ventana del consultorio. Nuevamente soy yo quien nada así.
comienza a hablar, preguntándole cómo andan sus cosas. Responde contan- Otras veces le pedí que me trajera algunos de los dibujos que hacía, pues
do todo su día de hoy, que transcurrió entre el entierro de un familiar de había comenzado un curso de dibujo de historietas. O también que trajera
la madre y una visita al CBC con el padre para buscar horarios para este algo de su material sobre el idioma ruso, que había estudiado brevemente
próximo cuatrimestre. hacía poco tiempo. Del ruso no le entendí nada; a él mismo parecía resul-
Retomo mi pregunta por los motivos de su tratamiento. Vuelve a mencionar tarle difícil. Del dibujo, me llamó la atención el grado de maquinización
lo anterior, a lo que agrega la falta de iniciativa en la vida social. Al inte- que implicaba: les daban una suerte de esquemas sobre cómo se expresa
rrogarlo por su propia impresión al respecto, no objeta nada al discurso de cada afecto en la conformación básica del rostro (enojo, tristeza, miedo,
los padres, pero tampoco parece realmente preocupado por el asunto. alegría, etc.), a su vez cada uno de frente, perfil, ángulo, arriba, abajo, etc.,
Cuando va con amigos a reuniones o fiestas en casas, le gusta charlar y la y tenían que copiarlos. Me sorprendió lo eficazmente que se transmitía, así,
pasa bien. En boliches, en cambio, suele sentir que no encaja. Últimamente un recurso de expresión gráfica, pero al mismo tiempo lo monótono de la
uno de sus amigos intenta hacerlo acercarse a las chicas. Por lo poco que estandarización.
cuenta, parece que casi literalmente lo empuja hacia ellas. Martín dice que De todos modos, Martín había abandonado ambos cursos poco antes de
no puede hacer nada, se bloquea, no sabe qué hacer, y entonces no hace comenzar a verme. Había llegado a esas actividades junto con un amigo,
nada. Le pregunto si él lo desea. Responde que obviamente sí, que si no ten- pero ambos se habían cansado y las dejaron.
dría que preocuparse. Inquiero sobre la historia de sus relaciones con el otro Unos meses después de comenzar, tuve una segunda entrevista con los pa-
sexo. Cuenta que hubo sólo dos mujeres que se le acercaron, ellas a él: una dres. Al preguntarles qué impresión tenían sobre el curso del tratamiento
en sexto grado, cuando a él sólo le interesaba de ella su computadora para hasta ese momento, Beatriz dijo que no veía grandes cambios en su hijo,
jugar; otra en tercer año del secundario, pero estaba gorda y no le gustaba. salvo en el estudio, puesto que había aprobado las materias del CBC y
Hay otras que le resultan atractivas -aunque ninguna en particular-, pero superado esa etapa, estaban todos contentos con ese tema.
“no lo suficiente”. ¿Suficiente?, “Para hacer algo.” Alberto, en cambio, dijo que veía a su hijo un poco más maduro, colabo-
En la continuación del “tratamiento”, que por cierto fue muy breve, no hay rando más en la casa, también ocupándose –de un modo inesperado para
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el padre– de la compra de otra computadora. Ocurre que por aprobar el II. La inhibición generalizada
CBC, los padres habían acordado hacía ya tiempo regalarle una compu-
tadora nueva. Y para sorpresa del padre, fue Martín quien se ocupó de Le agradezco a Santiago este relato tan preciso, tan minucioso, tan lleno de
buscar distintos negocios por internet, pedir presupuestos y finalmente detalles, sin los cuales sería bastante difícil aproximar la hipótesis de una
elegir modelo y lugar para la compra. Al acompañarlo, el padre esperaba psicosis no desencadenada. Por otra parte recuerdo que cuando Santiago
llegar a un sucucho precario, pero se encontró con todo lo contrario, al me habló de este caso lo había comparado con el protagonista del cuento
mismo tiempo que los precios eran buenos. Por otra parte, Alberto encon- de Herman Melville “Bartleby, el escribiente”. Se trata de un escribiente
traba a su hijo últimamente un poco más interesado o conectado con las que en un momento determinado, a cada pedido que se le hace empieza a
cuestiones políticas. responder: “preferiría no hacerlo”, con lo cual queda encerrado en su lugar
Pero aún en caso de que se hubiera producido realmente un cambio en de trabajo, no recuerdo bien cómo termina.
Martín, era difícil saber si se debía a su propio espacio de tratamiento -
que yo mismo tampoco juzgaba muy eficaz- o a la sugerencia que yo había S. Mazzuca: No recuerdo bien, pero lo echan y él no se quiere ir, casi tienen
hecho al padre en la primera entrevista, y que él había seguido. que venir a llevárselo con una grúa.
Acordamos de todos modos continuar con el intento de establecer un espacio
de tratamiento, cosa que yo consideraba no lograda hasta ese momento, Sí, por la fuerza, porque se queda ahí plantado en la vida y no se mueve
pero que tampoco me parecía conveniente descartar. ni hace más nada.
Lo que siguió fueron algunas entrevistas un poco intermitentes, pues está-
bamos en verano y las vacaciones de Martín se alternaban con las mías. Él, Pregunta: Transcurre.
por su parte, no consideraba necesario el tratamiento (había sido así desde el
principio) pues no creía tener grandes problemas, pero aceptaba la voluntad Sí transcurre, tal cual. Y me parece que la descripción tan rica que
de sus padres. Yo le dije que pensaba que podía tener sentido que continuara hace Santiago permite captar con simpleza algo de ese estado del ser
en la medida en que pudiera hablar de las cosas que a él mismo le importa- que logra Martín -a través de lo que intentaré desplegar. Les propongo
ban. Destaqué en ese punto la cuestión del acercamiento a las mujeres, pues empezar a pensarlo en términos de inhibición, de una inhibición ge-
parecía ser el único tema donde él mismo registraba cierta dificultad, lo cual neralizada.
no quiere decir que se constituyera como verdadero problema. La primera cuestión llamativa es que son los padres de Martín –quien
Pero las entrevistas siguieron transcurriendo como antes: Martín llenaba ya tiene veinte años– quienes llaman, concertan ellos una entrevista. La
el tiempo de ellas contando un poco maquinalmente lo que llenaba sus iniciativa es de los padres, dicen que a Martín la vida le pasa por el cos-
días, es decir, el guión de algún juego de computadora o alguna historieta. tado, es decir que él está fuera de la vida, y ubican cierta detención en
No apareció nada nuevo. En marzo se ausentó más o menos bruscamente. el estudio. Martín lleva un año y medio cursando el C.B.C. y todavía le
Esperé algunas semanas, luego intenté comunicarme con él. Había comen- falta aprobar unas materias. Ya ahí podemos ubicar un primer efecto de
zado la facultad, con la cual estaba al parecer bastante atareado, y en reali- la inhibición, que es este detenimiento en el estudio, o esta lentitud.
dad no conseguí hablar directamente con él, sino con su madre. Me explicó Luego, el padre hace referencia a que Martín no tiene iniciativa en la
que Martín consideraba el tratamiento una pérdida de tiempo –cuestión vida social, que sus relaciones con sus compañeros son pasivas, que la
que ya sabíamos desde el principio– y que ahora que había comenzado la iniciativa es del otro, que está capturado por la computadora, es decir,
facultad estaba un poco cansado y no quería continuar. por un goce solitario en el cual no tiene que hacer lazo real con el otro,
Le pedí que le transmitiera que lo entendía, que aceptaba su decisión, y que con- no tiene que moverse, ni siquiera tiene que mover el cuerpo.
tara conmigo si en algún momento consideraba conveniente volver a verme. Y también encontramos algunas expresiones de los padres que recoge
Santiago. Me parece importante subrayar algo que después vamos a
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retomar, que es la mirada del padre. Alberto dice que lo ve muy chico, tín, sería plantear que quizás la computadora le ofrece una suerte de
muy nene, muy blandito, lo ve poco hombre. Mientras que la madre refugio de la vida, un lugar sin tener que darse un lugar, un lugar simu-
por su parte lo considera tímido. Martín es alguien que no se arregla lado, un simulacro de lugar, donde él todo los días realiza una serie de
solo, nunca buscó trabajo, no tiene calle, no presenta ninguna inicia- acciones que no tienen ninguna consecuencia real –ésas que le cuenta a
tiva propia. Con la computadora se trata más bien de un pegoteo, y Santiago largamente cuando le describe sus juegos.
parece ser que estudia por presión de los padres, es decir que ni siquiera Por otro lado, esas discusiones eventuales por nimiedades que puede
en el estudio hay una iniciativa propia. tener. Hay un contraste que resalta Santiago entre el hecho de que
Los padres sitúan que este vacío en el estudio, en el trabajo, en la vida por un lado, nunca confronta, siempre está de acuerdo con lo que
social y sexual, se manifiesta al terminar el secundario, es decir, en el se predica acerca de él, acepta plenamente todo lo que se dice de él;
momento en que él debería comenzar a tomar las riendas de su vida. y de pronto estos enojos, que en realidad no llegan a ser enojos, son
Se manifiesta en ese momento en que él debería realizar ciertos actos, discusiones por alguna nimiedad, por ejemplo, esa cuestión de si hay
o tomar ciertas decisiones. que esperar, si hay que hacer cola o no. Allí resalta claramente lo que
Luego encontramos esa expresión de que es plano afectivamente, nin- para Martín es importante, lo que para él merece una discusión, en
guna rebeldía, ninguna tristeza. En ese punto ya podemos empezar el mismo sentido de lo que para él merecería un llamado telefónico,
a pensar cierta posición de objeto, y esa especie de desafectivización o un movimiento de acercamiento a una chica. Es algo que todos
-tan propia de la esquizofrenia. Pero en todo caso, lo que está claro es consideraríamos una nimiedad, lo que demuestra que los S1 de él no
que hay una despreocupación de Martín muy evidente por su estado, tienen nada que ver con los del resto, no tienen nada que ver con los
por su situación, no parece que nada del orden de su narcisismo se S1 del discurso que organizan el lazo social. Queda claro que Martín
vea conmovido por esta inhibición generalizada, por esta detención está fuera de discurso, que para él es más importante hacer una cola
de su vida. para un espectáculo, que todas estas cosas que preocupan a sus padres,
Por otra parte, está el hecho de que la única cuestión afectiva que él mani- o a sus amigos.
fiesta es esta preocupación por los padres, podría decirse que se preocupa Otro tema que me parece interesante es que también podemos encon-
por ellos, porque depende de ellos. Cuando les pregunta si ellos mismos trar un contraste –que está muy bien marcado por la descripción que
están bien, hace pensar que quizá los únicos otros, más o menos reales hace Santiago– entre la despreocupación por su situación y la preocu-
para Martín, sean sus padres. pación por sus padres. Para Martín los que tienen que estar bien son los
A su vez está este apodo que le pusieron sus compañeros: Chernobyl. Me padres, no él, como él es un objeto que depende de sus padres, entonces
parece interesante, porque justamente lo nombran por la inhibición, con razón su verdadera preocupación es que los padres –que son los
diciendo que ahí hay algo contenido (ya que no es lo mismo –después que lo sostienen en la vida– estén bien.
lo vamos a ver en el nudo– la inhibición que la operación de anuda-
miento del síntoma, y por eso la lógica es: algún día va a explotar).
Asimismo cuando habla del estudio, lo que queda claro es que no está
implicado en su decir. No toma verdaderamente la palabra, es imposi- III. El estrago paterno
ble pescar al sujeto de la enunciación. Hay una postergación indefinida
de la acción, que deja entender: “En algún momento voy a actuar”. Ahora comenzaré a introducir algo que me parece central en este caso, y
Y luego está la cuestión de que la computadora se le impone, lo absor- que ya señalé anteriormente en las expresiones que utiliza Alberto para
be, “es más fuerte que yo” dice. Allí también, la iniciativa parece estar referirse a su hijo, y es que cuando él ya se está yendo, sobre el final de
más del lado de la computadora que de él. la entrevista, comenta algo que dice mucho, y es que suele temer que le
Me parece que una manera de empezar a abordar la estructura de Mar- ocurra algo a Martín cuando sale, al punto que cuando empezó a salir de
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noche no se podía dormir. Y dice dos frases que son fundamentales: “como miento del padre de tomarlo a Martín como el objeto de su fantasma,
si lo quisiera en casa, como si temiera por el hijo varón”. de anularlo de antemano, que él no va a poder, que le va a pasar algo.
Entonces, en primer lugar Alberto lo quiere retener, lo quiere en casa,
y Martín hace lo que su padre quiere, está en casa, no sale, es decir que
Martín responde de forma absolutamente complementaria a esa deman-
da del padre. Y luego está la cuestión de la virilidad: “como si temiera IV. “Preferiría no hacerlo”
por el hijo varón”. Él también tiene dos hijas mujeres, pero teme por
el hijo varón, cuando en general se escucha lo contrario: el padre que Vayamos ahora a las entrevistas con Martín.
teme por la hija mujer, ya que el varón es el que supuestamente tiene La presentación de Martín es del lado del silencio, algo del ser de Mar-
más armas para salir a la calle, para enfrentarse al mundo, mientras que tín se dice en ese silencio, podría decirse incluso que él es ese silencio.
la hija mujer es por la habría que temer, o a la que habría que dedicarle Viene por los padres, sus acciones están determinadas por el Otro, él no
algún cuidado especial, la que debería estar más en casa. Pero en este está en lo que hace; y ese silencio habla de eso, de que en realidad él no
caso es el varón, un varón que no tiene el recurso del varón, que no está ahí, no está ahí como tampoco está cuando estudia. Ese tener que
tiene el título de varón, es decir que ya claramente ahí Alberto pone en estar, es justamente lo que la computadora le ahorra. En la elección del
cuestión la virilidad de Martín, y finalmente lo que termina diciendo, es estudio, por ejemplo, parece haberlo guiado un interés propio -según
que de adolescente él también fue tímido, que le costaba sentirse capaz lo que cuenta a Santiago en esa primera entrevista-, sin embargo ese in-
de enfrentar al mundo, y que ve a Martín un poco igual a él. Podríamos terés queda inhibido, desconectado de la acción: le interesa pero no lo
decir que Alberto no puede transmitirle el título de virilidad a Martín, suficiente como para estudiar y aprobar las materias y pasar a otra etapa
porque él mismo no está demasiado seguro de tenerlo. del estudio. Luego, cuando Santiago le pregunta un poco más, lo que
Acá podemos ubicar un punto que me parece fundamental, porque queda claro es que la acción se detiene ante el menor obstáculo, está ha-
siempre se suele hablar del estrago madre-hija, o del hijo como objeto ciendo un ejercicio, no le sale, se enoja, hace otra cosa, deja de estudiar.
del fantasma materno, pero hay casos en los que es visible cómo el Santiago le pregunta si nunca pide ayuda, Martín le dice que no. No
estrago proviene del padre, y cómo el lugar de objeto del fantasma del parece existir en su estructura la posibilidad del llamado al Otro.
Otro que tiene el sujeto, es el de objeto del fantasma del padre. En este Es algo graciosa la manera en que Santiago describe esta cuestión del
caso es muy evidente que Martín es un objeto del fantasma de su pa- profesor particular, cuando Martín dice que sería mucho mejor, más
dre, que su padre lo quiere tener en la casa, “teme por el varón”, ya que meritorio, arreglarse solo, sin profesor, Santiago dice que habla como
no tiene cómo salir a la calle como varón. El padre lo anula, no le da si tuviera que escoger con un dedo si prefiere aprobar con ayuda o sin
crédito. Por eso yo diría que es un caso de estrago paterno. ayuda. De este modo nuevamente se ve una desconexión entre las ideas
En ese sentido es crucial la intervención que Santiago hace cuando le y las acciones.
indica al padre que no considera conveniente que haga las cosas por su Luego hay una cuestión que me parece también importante resaltar, y
hijo, que deje que se manifiesten sus emociones, que en todo caso lo es que él dice que puede perderse a diez cuadras de la casa. Hay una
ayude o acompañe. Allí podemos ubicar la eficacia de esta breve inter- desorientación espacial, que queda directamente relacionada con una
vención analítica. deslibidinización del mundo. Él no presta atención a las calles, es decir
que los nombres de las calles –que funcionan como S1 para los sujetos
Pregunta: ¿Sería como subjetivarlo? que estamos enganchados con el discurso–, para Martín no cuentan,
no tienen importancia, entonces se puede llegar a perder a pocas cua-
Claro, pero no es sólo subjetivarlo, sino que es además intervenir sobre dras de la casa. Se pierde en el espacio así como se pierde en el discurso.
el padre, es un no sobre el padre. Esa intervención detiene ese movi- Y Santiago al preguntarle qué piensa él de todo esto, la respuesta es: “Sí,
272 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 273

tendría que salir más”, y podríamos agregar: “pero preferiría no hacerlo”. ción de sus padres: “Yo le dije que pensaba que podía tener sentido que
La posición de la enunciación no es “tendría que salir más”, sino “pre- continuara en la medida en que pudiera hablar de las cosas que a él mismo
feriría no hacerlo”. le importaran”. Entonces llega la interrupción del tratamiento, Martín
En la segunda entrevista nuevamente el silencio, y luego, ante la pre- se ausenta sin dar la cara, sin tomar la palabra –así como llegó y perma-
gunta de Santiago, viene el relato del día, y lo que queda claro en ese neció en el tratamiento. Es la madre quien toma la palabra, de algún
relato es que él está en continuidad con sus padres: las dos cosas que modo Martín se hace sustituir por ella, ¿o queda tomado por el deseo
hizo fueron ir al entierro del familiar de la madre, y luego ir al C.B.C. materno, que tampoco apostaba al tratamiento?
con el padre para buscar los horarios del próximo cuatrimestre, no por
cuenta propia. No le preocupa su falta de iniciativa en la vida social.
Por otra parte, lo que va a comentar también es que fuera del ambiente
familiar se desacomoda, se siente fuera de lugar. Es así como él puede V. El nudo de Martín
estar con otros, pero en una casa. Si va a un boliche, por ejemplo, siente
que no encaja. Propongo la hipótesis de que se trata de un caso de esquizofrenia. Mar-
Y llegamos a la cuestión del bloqueo con las mujeres: no sabe qué hacer, tín vive en un mundo totalmente imaginario, desconectado de lo real,
no hace nada. Las únicas mujeres que hubo en su vida se acercaron a pero a diferencia de la parafrenia, podemos suponer aquí que el regis-
él, es decir que la iniciativa quedó del lado de ellas. Hay una cuestión tro que tendería a soltarse es el imaginario, y que la inhibición es un
que señalaba Santiago, cuando le pregunta si él lo desea y Martín dice: recurso que duplica lo imaginario, intentando mantenerlo anudado de
“Obvio, es instintivo, si no me tendría que preocupar”, pero vos Santiago todos modos. Es este recurso a la inhibición el que logra retener el ima-
tenés tus dudas de que realmente Martín sienta ese deseo, ¿no? ginario, que éste no se suelte.
La inhibición detiene el despliegue de lo simbólico. Si este despliegue
S. Mazzuca: Sí. Ahora que subrayás la importancia de la posición del no estuviese detenido, inhibido, se pondría en juego la mediación de lo
padre, pienso que yo he reproducido un poco eso en la transferencia. Si el real, la castración en la función de la palabra y la consecuente posibili-
padre no le ha dado crédito viril, luego yo tampoco le creí mucho. dad del acto. El problema es que puede dar lugar a un pasaje al acto, y
entonces se cumpliría la explosión de “Chernobyl”.
Martín de alguna manera se encuentra empujado al goce fálico, pero
sin acción, sin poder salir de la inhibición. Se siente atraído por las
mujeres, pero eso no alcanza para llegar al acto. A fin de cuentas, no
encuentra ninguna razón suficiente para actuar, en esto también dice
“Preferiría no hacerlo”.
Considero un efecto de la intervención del analista sobre el padre que
éste lo vea más maduro, la intervención del analista operó sobre la mi-
rada del padre. En ese sentido, el tratamiento apuntó a intervenir sobre
el estrago paterno, y a disputarle el lugar transferencial a la computa-
dora. Y parece que la que ganó fue la computadora, ya que el análisis
no es un refugio –que es lo que evidentemente Martín buscaba en ese
mundo virtual.
Podemos seguir los intentos de Santiago por implicar, por despertar en
Martín algún interés en su espacio analítico, más allá de la preocupa-
274 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 275

Ubiquemos ahora la computadora en la estructura de Martín. Recorde-


mos que lo único que hace con interés es usar la computadora, frente a
la cual pasa la mayor parte del día, siempre que puede. Martín está cap-
turado por un goce solitario que lo ata a la computadora. Ya habíamos
dicho que le ofrece una suerte de refugio de la vida, un lugar fuera de
lugar, un lugar simulado, un simulacro de lugar, donde él todo los días
realiza una serie de acciones que no tienen ninguna consecuencia real.
La computadora le permite un acceso a lo real por la vía de un simbóli-
co desconectado de la función de la palabra. Se trata de un imaginario
simbolizado, un simulacro.

Pregunta: Yo lo que veo es que el padre está dispuesto a hablar, dispuesto


a decir. Hay algo que se lee ahí en el padre como si te estuviese pidiendo
ayuda, tal vez podría haber comenzado un tratamiento. Te cuenta algo
de su historia personal, al final, sin que nadie le pida.

S. Mazzuca: Me parece que el padre estaba muy dispuesto a hablar por


el hijo, pero no sé si estaba en situación de interrogarse por sí mismo. El
comentario sobre su semejanza de adolescente fue hecho claramente en tér-
minos de algo pasado, y efectivamente no parecía tener inconvenientes con
eso en la actualidad. Tenía su vida organizada, su trabajo. Su único pro-
blema ahora parecía ser su hijo. Lo cual produce una situación extraña,
porque efectivamente el problema está entre los dos: el problema es el hijo
para el padre, pero no es que el padre tuviera en sí mismo un problema, ni
tampoco el hijo.
Un último punto: la ironía. Santiago dice que su impresión ante el
relato de Martín es de encontrarse ante una especie de ironía. Les re- Pregunta: Yo quería hacer una pregunta, porque acá es la intervención
comiendo que lean un texto muy interesante de J.A-Miller titulado paterna la que está en causa, y entonces, ¿cómo pensar esto, cómo arti-
“Ironía”. ¿Cuál es la función de la ironía? La ironía es del sujeto y va cularlo con la forclusión del Nombre del Padre?
contra el Otro, dice que el Otro no existe, que el lazo social en el fondo
es una estafa. La ironía habla de la caída del SSS, lugar o posición que Cuando el padre es estragante, habitualmente el problema es que justa-
no llega a constituirse en el espacio analítico. La ironía en Martín dice mente no efectiviza la función, y creo que en este caso es muy evidente.
que todo es simulacro. En eso es manifestación del arrasamiento del Me impresionó mucho lo del sucucho precario, ni siquiera ahí, en lo que
registro simbólico sobre el real en la interpretación. Martín sí sabía, este padre le supone un saber, no le da crédito al hijo.

Pregunta: Podría homologarse la posición de este padre -salvando las


276 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 277

distancias- con la posición del padre de Joyce. Porque ahí el padre es el algo que ya planteamos en otras clases, me parece que no retroceder
que encarna la causa de la psicosis. frente a las psicosis también es no retroceder frente a las psicosis no
desencadenadas. Si el sujeto está sufriendo por el arreglo que hizo para
Sí, o el padre de Kafka -habría que ver si Kafka era un psicótico o no, mantener su psicosis no desencadenada, no me parece que uno tenga
podríamos discutirlo. Efectivamente hay algo del goce del padre que que ponerse en una posición de prevención, y acompañarlo -por supues-
está presente todo el tiempo, y el lugar de objeto viene situado por el to que es del lado del deseo del analista uno por uno.
deseo del padre, y no por el deseo materno. Y además, cómo apunta El problema es que en este caso, no hay ninguna demanda del sujeto,
justamente a la virilidad, teme por el hijo varón, esta expresión me es ahí donde encontramos el límite. Realmente la ética del deseo del
parece que condensa todo el asunto. analista se guía por el consentimiento, y en ese punto me parece que
hay un impasse.
S. Mazzuca: Cuando yo sugerí al padre que no era conveniente que hiciera
las cosas por su hijo, todavía no había visto a Martín; no daba tanto peso 1 de noviembre de 2007
a ese asunto, ni tenía la idea de que la posición de Martín respondía clara-
mente a esa lógica. Indiqué eso porque me parecía conveniente, pero no con
la importancia que le damos ahora. Retroactivamente, pienso que quizá
podría haber sido útil algún trabajo un poco más fuerte con el padre, más
allá de esa explicación.

Pregunta: Pero a vos, ¿te costó llegar a pensar que era una psicosis o de
entrada te diste cuenta?, porque tiene una presentación muy adolescente
que de alguna manera puede mezclarse con la inhibición del adolescen-
te, el encierro, si bien tus detalles dan cuenta de otra cosa, pero tal vez
llegar a eso no fue de entrada.

S. Mazzuca: Ante una presentación de una primera entrevista como ésta,


y aún sin haber visto al paciente, yo pienso en esa posibilidad. Por supuesto
que no tengo ninguna certeza todavía, pero sí una sospecha. Pienso que qui-
zá esta cuestión de no haberle creído mucho, o de no haberlo interrogado un
poco más en el plano de la virilidad, convocándolo, tiene que ver también
con estas cuestiones. Si es una psicosis, está la pregunta de qué puede ocurrir
ante una confrontación fuerte. Y si bien es cierto que los padres vienen
pidiendo hacer algo con su hijo, tampoco parecen tener plena conciencia de
la gravedad de la situación. De modo que el chico, por su parte, no tenía
ninguna intención de despertarse, y los padres, por otra parte, pedían que
se hiciera algo; pero si a raíz de eso Martín se desencadenaba, no creo que
estuvieran muy contentos, ni que durara mucho el tratamiento.

El problema está en que acá no hay una demanda del sujeto. Y retomo
278 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 279

Bibliografía 13. Un caso de psicosis no desencadenada /


El Traje de Médico
1. J.A.- Miller. “Ironía”, en Uno por Uno N° 34. Buenos Aires, marzo
de 1993.

I. El traje de médico

Buenas tardes, les presento a Andrea Lucero, es psicoanalista y trabaja


como concurrente en el Servicio de Terapia a Corto Plazo del Hospital
Borda. Como estamos dentro de la serie de psicosis no desencadenadas,
la idea del caso de hoy es trabajar una psicosis no desencadenada, pero
además sinthomada, es decir, anudada. Le doy la palabra a Andrea.

A. Lucero: El caso de Raúl, al que titulé “El Traje de Médico”, permitirá


comprender la clínica de las suplencias. En particular, la función de lo
imaginario va a centrar el trabajo de la cura en la cuestión de la imagen
y de la mirada.
Raúl tiene cincuenta y dos años, no está alucinado, no presenta pertur-
baciones del lenguaje ni ningún fenómeno elemental en el sentido de la
psiquiatría. Llega al consultorio hace casi más de dos años, con una queja
y un sufrimiento dirigido a la analista para que lo alivie.
Va a comentar que tanto en el terreno personal como profesional cumple
sus tareas con mucha insatisfacción y rigor. Dice que siempre vivió “una
crisis del aspecto masculino de la vida”, que para él “lo sexual era nada más
que un detalle, algo prohibido y pecaminoso, algo nulo, que siempre estuvo
tapado, larvado”.
Es médico clínico, vive en un pueblo del interior de la Provincia de Buenos
Aires, junto a Carmen -su mujer desde hace dieciocho años.
280 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO confines de las psicosis / 281

Comenta que todavía él cree que no termina de especializarse en neurología Describe el pueblo donde vive como un pueblo de rumores, donde él es el
y en su formación como médico docente. En las primeras entrevistas va a buen médico, el que tolera, el que resiste, el que asiste, mientras que Carmen
plantear: “Necesito poder poner límites y no hacer más la vista gorda a los vive insultándolo y humillándolo desde siempre –a pesar de que ahora está
caprichos de mi mujer y de los pacientes”. Dirá: “Yo acostumbré a Carmen acostumbrado a esta situación. Dirá que “vivir la vida con ella es vivirla
a que tome la iniciativa, yo no puedo hacerlo porque se desequilibra todo, yo como si él fuera tan solo un espectador”. Sin embargo, comenta que ya está
soy una estructura armada del pueblo, allí soy y fui una figura indiscutible, acostumbrado y hasta aliviado, sobre todo, desde que se enteró que ella era
casi como un sacerdote”. así porque era psicótica.
Me parece importante aclarar este tema del sacerdote, ya que Raúl siempre Unas palabras que ofrece Raúl resumirían su posición subjetiva:”Vivo de ilu-
ha establecido como un paralelismo –referido al pueblo donde vive–, entre siones, de mi traje de médico y soportando la locura de Carmen”, “Las ilusiones
la figura del médico y la del sacerdote; que son dos figuras paradigmáticas, son para mí como un motorcito”,”El traje de médico es como un corsé ceñido
respetadas, figuras que pueden llegar a dar la vida por el otro. Además, al cuerpo que me impide respirar”. En este punto se refiere a los pacientes que
fundamentalmente antes de recibirse como médico, él estuvo muy impreg- atiende en el hospital y en su consultorio privado. Define ésos como momentos
nado por la idea religiosa, no solamente creer en Dios, sino también estar de porquería, donde estos pacientes vienen y lo apabullan, y él no puede poner
totalmente imbuido en la práctica de la religión. Esto fundamentalmente un límite en relación al tiempo. Que si bien él es médico neurólogo, termina
lo toma de la madre, esta idea de poner la otra mejilla, inmolarse por el atendiendo problemas ginecológicos, una gripe, etc. No pone un límite ni si-
otro, y demás. Después, a medida que va cursando la carrera en la facultad, quiera en su especialidad, no puede decirles que no y atiende a todos los que
pasa del sacerdote al médico. vienen y se le presentan.
Refiere: “Nunca pude contradecir a mi mujer por mantener esa estructura y La psicosis de Carmen se desencadena hace casi siete años. Durante ese tiem-
el vínculo con ella, dejé mis cosas de lado, no seguí estudiando, ni tampoco po a Raúl se le desencadena una diabetes cuya causa atribuye al brote de
pude participar de congresos porque ella no me deja ir. Tampoco puedo Carmen, más un accidente automovilístico en el que atropella a un borracho
dejarla sola, porque si la dejo, al volver, es encontrar algo roto, además de en la ruta. Sus dichos sobre este acontecimiento están salpicados de blancos
terribles insultos”. de memoria y de interrupciones. En otros momentos pide no hablar de eso
Plantea su vida como miserable, que no puede seguir viviendo, una vida ni recordarlo: “Ahí estuve realmente muerto, desesperado, fue la etapa más
de porquería, y no quiere terminarla pasando inadvertido en lo que hace. terrible de mi vida”.
Él dice querer sacarle el velo a algo instalado, se pregunta: “¿Qué se hizo de Actualmente Carmen vive encerrada en una Casona que heredó de sus pa-
mi?, ¿Por qué estuve dieciocho años con esta mujer?, ¿será por motivos ma- dres, rodeada de gatitos que tiene encerrados en jaulas que ella misma man-
soquistas?, ¿por motivos sociales?, ¿para evitar el escándalo en el pueblo?”. dó a construir, una jaula para cada uno. Las jaulas son como sus casitas,
Quiere seguir en su formación como médico docente y también especiali- con calefacción, ropa, hasta mandó a construir ahí un cementerio. Raúl se
zarse en neurología a pesar de Carmen –que no lo deja–, del pueblo y de horroriza y se avergüenza cuando comenta que la mujer ha llegado a tener
los pacientes. féretros para niños donde mete a los gatos cuando mueren. Ella los consigue
Se queja porque todo lo que hace queda por la mitad, por un desgano que haciendo una transa con un conocido que tenía en la municipalidad; y
lo alcanza, que también lo lleva a comer y a acostarse de madrugada, dice Raúl teme que alguien los denuncie por eso –es algo prohibido.
querer controlar algo que siente “que se descarriló”,“Necesito controlar a ese Él también vive allí, en un rincón, digamos que casi en otra jaula que
caballo desbocado”, “Estoy como un tren que sale a lo loco, metido en una Carmen le acondiciona. Ella misma le arma un escritorio con una biblio-
vorágine y en la locura de Carmen”. teca y el consultorio donde él atiende a los pacientes, pero Raúl también se
Habla de la diferencia entre “la imagen que uno tiene de uno mismo, y la ima- queja de que ella allí le mete cosas a escondidas. Capaz que arriba de la
gen que uno quiere tener”. Dice que tiene la imagen del hombre bueno, del per- biblioteca se encuentra con el féretro de algún gatito, o se encuentra con
misivo, casi la imagen del sacerdote, el que todo lo perdona, y quiere cambiarla. alguna madera, basura, pero fundamentalmente los gatitos que aparecen
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diseminados por su consultorio y su escritorio. “Es como si me dijera, mirá Comienza a desplegar una pregunta, que es: “¿De dónde me viene todo
que acá estoy yo también”. esto?”, y ubica un punto: la adolescencia como punto de inicio, como una
Raúl duerme en una habitación húmeda que se llueve, porque no duermen época mala, triste, también el inicio de una tartamudez incipiente -por in-
juntos desde que Carmen se brotó. Dirá: “Meterse en esa casa es meterse en seguridad debido a las dificultades que se le presentaban cuando quería es-
la estructura mental de ella, esas jaulas son el simbolismo de preservar su tablecer relaciones con los otros. También recuerda ser un alumno excelente,
propia seguridad y la enfermedad. La casa es su esquema mental, todo lo aplicado, que siempre ayudaba a sus compañeros, y lo que es llamativo es que
que pasa dentro de la casa es decidido por ella, y yo ahí no tengo ninguna él ayudaba y los compañeros lo maltrataban, se burlaban, lo bastardeaban.
voz ni voto, no puedo cuestionarle nada”. Recuerda que era en ese momento un apasionado de la religión y de la
Comenta que el sueldo que gana como jefe de un servicio, más lo que gana vida de los místicos, en particular de aquellos que ofrecían la otra mejilla.
con sus pacientes privados, se lo da directamente a Carmen, que si no lo Todos los comentarios sobre este tiempo van a ser muy significativos para él.
hace “sufre graves reprimendas, e insultos. Ella lo gasta en cosas para los ga- Mediante la práctica de la religión asume el hábito de su madre. Recuerda
tos y en comida de porquería”, ya que por su diabetes Raúl debía seguir una vivir en un altruismo religioso, sumado a la idea de inmolarse por el otro
dieta estricta, y la comida que Carmen compraba para él “es un veneno”. hasta el punto de humillarse. “Aguantar”, “tolerar”, pero según él esto le
Se queja de la existencia aislada de Carmen, sin amigos, ocupándose todo el día servía como una manera de pasar desapercibido frente al otro.
de sus gatos, y de que ella nunca recibió tratamiento psiquiátrico ni medica- “Tenía miedo de que me miraran, prefería estar guardado y que nadie se
mentoso. Solo llegó a tomar algo que él le daba a escondidas durante unas pocas diera cuenta de que estaba”. El intento de extraer el objeto mirada aparece
semanas. Un día ella se dio cuenta y le dijo: “Si estás haciendo algo que a mí me bajo la forma de sentir siempre a su lado una mirada acusadora que era
va a hacer mal, ¡dejate de joder!” Raúl se asusta mucho y deja de hacerlo. como un freno. Eso de la mirada dice llevarlo como un llavero, como un
Durante las primeras entrevistas las dificultades de su vida junto a Carmen talismán que se le terminó haciendo carne.
estaban en primer plano. Cree que el estado de ella se agravó cuando falle- Un comentario sobre una escena que, lejos de evocar una escena primitiva en
ció su madre, a quien nunca quiso internar y llevó a la casa matrimonial, un neurótico, irá confirmando cada vez más la estructura: tenía trece años,
permitiendo que sólo Raúl la atienda, hasta su muerte. La vela durante estaba en la secundaria, durante casi todo ese año al salir de la escuela, a la
casi una semana -no quería sacarla de ahí-, y después quería enterrarla manera casi de un ritual, sus compañeros le pegaban, y él no hacía nada, no se
en el fondo. Él la deja que actúe, dice que no podía hacer nada, que sólo defendía, se dejaba pegar. El decía que “ni siquiera sentía dolor en el cuerpo”.
le insistía con el tema del olor, por los vecinos, pero ella no lo escuchaba. Después lo llevaban arrastrando por la calle a la manera de un delincuente y
Lo único que se anima a hacer Raúl es llamar al sepulturero del pueblo lo dejaban tirado en la puerta de la casa. No sentía dolor, sino más bien una
para que la convenza, pero no hubo caso. Hasta que finalmente tuvo que profunda satisfacción, pues a la manera de un religioso, ponía la otra mejilla,
intervenir la policía. y eso iba a ser bien visto por Dios. Sin embargo se lo cuenta al padre, y la
Él dice que no puede intervenir porque tiene la sensación de que al hacerlo respuesta de éste es mandarlo a que aprenda boxeo para defenderse; un padre
“algo va a pasar en relación a las iniciativas que ella pudiera llegar a em- que sabe lo que es bueno para su hijo, pero no responde a su llamado. “Yo no
prender”. Señala querer cambiar la historia, su propia historia, pero tiene podía defenderme, vivía burlas permanentes por ser apocado y callado, y ellos
miedo, porque puede implicar que no le salga bien. Teme por su “seguridad me hacían cosas para hacerme sentir el rigor”.
individual, porque ella es muy agresiva e impulsiva”. Ha llegado a decirme Dice: “Antes de Carmen estaba la tutela y la mirada de mis padres, yo siem-
muchas veces que tiene miedo de que Carmen lo mate. pre necesité de ese ritual, lo necesité psicológicamente, ahora me doy cuenta
A partir de los encuentros con Raúl comencé a pensar que no se trataba de que es el precio que pago por haber perdido el timón de mi vida. Siento
un neurótico, y la orientación que fui dando a las entrevistas me fue per- como que me hubiera muerto un poco por recostarme en un pensamiento
mitiendo despejar lo que a él le permite funcionar en la vida sin el sostén rector, y es la del médico como una figura paradigmática, un referente mo-
de la metáfora paterna. ral incuestionable, indiscutible, intachable, casi como un sacerdote”.
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Cuenta también que desde siempre tuvo una relación escasa con la mujer, que Me pide que lo ayude a plantear las cosas de su vida, que me necesita para
todo fue escaso con ella, sin sexo, y que tampoco tuvo sexo con ninguna otra saber si las cosas que está viviendo con Carmen están bien o mal, que le
mujer. A los veintisiete años, antes de Carmen, vive un único encuentro con haga saber si estar ahí adentro con ella es lo mejor o no.
lo femenino. Se trata de Ana, una psicóloga que conoce en el hospital donde Comenta tenerle mucho miedo a la soledad, desde siempre, desde que
ejercía la residencia. La va a recordar como el único amor de su vida, a pesar era soltero. También tiene miedo a internar a Carmen por las represalias
de que nunca llegó a nada con ella, ni siquiera a tener relaciones sexuales. que pudiera llegar a tomar ella, también por los comentarios de sus veci-
Sólo hubo un acercamiento corporal, unas caricias, besos. nos, de los pacientes, que lo traten de intolerante o que le digan que él la
Recuerda en relación a Ana una escena traumática: “Estábamos en la abandonó.”Es el temor a ella, más la soledad, más la idea del abandono”.
cama, no podía penetrarla”. Constata luego que las sábanas están mancha- Durante ese primer tiempo de tratamiento las dificultades profesionales es-
das por su esperma, mostrando de este modo lo real de su goce que no pudo tarán también en primer plano, pues le cuesta ponerles límites a los pacien-
llegar a ser dialectizado. tes, habla de llegar a romperse “todo el cuerpo por el otro”, que los pacientes
Otra escena: Ana le confiesa que hace unos años se había practicado un van sin turno tanto al hospital como a su consultorio, al que describe como
aborto, horrorizado ante estos dichos decide dejarla, a pesar de sentir que una especie “de copetín al paso”, él dice que los pacientes ven luz y entran,
la amaba y que con ella había vivido los meses más felices de su vida. Dice: se le meten, y él no puede dejar de atenderlos, no les puede decir que no, no
“Cuando la dejé sentí un enorme vacío, estaba como paralizado, como si puede ponerles límites -ni con el tiempo ni con el dinero.
estuviese enfermo, engripado, con algo en el cuerpo. Estaba muy triste y Hay veces en las que ha percibido miradas de burla en los otros colegas y en
decaído por algo que yo había elegido y que después no lo podía soportar”. sus pacientes. Le dicen: “Dr., ¡Usted tiene que descansar, lo veo agitado!”,
“Saqué un puñal y terminé con la relación en lugar de ayudarla”.”Es como pero nunca nadie le dijo: “¡Si seguís así te vas a morir!”, “Es como que
si te regalaran un auto, no sabés cómo usarlo”.”Tuve la alegría en mis ma- me decían: ¡Te estás matando! y al mismo tiempo venían a matarme un
nos y la espanté”. poco más”. Además dice: “Escuchaba y veía algo perverso en toda esa gente
Ese mismo día va a buscar a Carmen, a quien ya conocía. Era una vecina del que me esperaba”. Llegaba a terminar a la una de la mañana, no tenía
pueblo, farmacéutica, “una chica de su casa”, “una chica buena, no salidora, tiempo, y además le llegaban para cualquier tipo de enfermedad, no solo
profesional, religiosa”. “Fui directamente a buscarla, parecía como que íbamos consultas neurológicas.
a estar bien juntos, me sentí fuerte, respaldado espiritualmente, sin embargo, Con el traje de médico se inmola por el otro, pero lo que es también una
ir a buscarla fue como quien va a comprar un objeto o va a hacer un trámite solución, se le vuelve en contra, sin poder ponerle límites. No obstante, el
al banco. Toqué el timbre, le pedí si se quería casar conmigo, le dije: vos im- viajar a la capital una vez por semana para desarrollar actividades como
ponés las reglas, ahí me puse el traje de médico”. médico y docente en un hospital, más la idea de venir a verme al consul-
Raúl encuentra puntos de coincidencia entre Carmen y su madre, que tam- torio, lo alivia. A pesar de ello hay algunos fenómenos transferenciales que
bién era muy mandona, no salía, vivía adentro de la casa. Recuerda que comienzan a revelarse al poco tiempo. Lo que es interesante marcar es que
luego del nacimiento de su hermano menor, nunca más quiso salir a la la transferencia fue tomando la vertiente erotómana. Esto se manifestaba no
calle. “Yo pasé mi infancia con mi madre encerrada, es como que la historia solamente a través de los dichos de Raúl, sino fundamentalmente a través
se repite y mi padre sin criticarla”. de regalos: CDs románticos, libros de filósofos que escriben sobre el amor,
Se hace una pregunta: “¿La imagen femenina que nos acompaña tiene que ver historias de amantes, etc. Él se vuelve a encontrar con otra psicóloga, y como
con lo que nos pasó con nuestros padres?”.”Es como si a mí me faltara un ojo, su posición del amor se le vuelve absoluta, el encuentro conmigo lo lleva a
solo ocupé la parte profesional, a la hedonista la bloqueé”,”No tuve ni tengo vida ir mas allá del recurso de los veintisiete años, dice querer conocer a alguna
social”, “Yo sólo me manifesté en lo profesional”. Cree que quizás es porque él otra chica “como yo”, pues le recuerdo a Ana. La transferencia comienza a
heredó la historia de los médicos del lugar, pues eran personalidades paradigmá- convertirse en un problema, era necesario desviar la mirada. Él necesitaba
ticas, figuras patriarcales que hasta llegaban a dar la vida por los pacientes. encontrar otro tipo de solución, además del traje, de la no mujer. Le insisto
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con que ya va a encontrar la forma, que si él quiere va a poder armar alguna lado de la prohibición, y dar un valor a lo que es su dificultad por estruc-
otra cosa, conmigo como analista y no como pareja. tura. Le digo que espere, que aún no lo entregue.
Actualmente su sexualidad descansa en la masturbación, luego de buscar El tratamiento continúa. Desde el año pasado Raúl comenzó a viajar y a par-
fotos de mujeres desnudas por Internet. Esto es como un ritual, algo que no ticipar de algunos congresos nacionales, dice haber encontrado la manera de
puede dejar de hacer cada noche, después de atender hasta cualquier hora, prepararlo todo sin que ella se entere, avisándole unas horas antes de irse: “Me
encerrado en su escritorio. Es “algo irrefrenable, como comer”, dice que voy”, y sale corriendo. “Si total, vaya o no, ¡ella me va a insultar igual!”.
necesita encontrar una medida, un límite, pues se siente como un chico que Sin embargo al volver se producen algunas “descompensaciones” bajo la for-
descubre su cuerpo, pero que al terminar el acto, siente un terrible vacío y ma de transgresiones alimentarias, melancolizaciones, que Raúl interpreta al
mucha culpa, frustración. Además le aparecen ideas de pecado, de que Dios modo de “una distracción”, “un aflojamiento, que a veces le gana la mano”.
lo va a castigar. También lo ilusiona la posibilidad de viajar en algún momento a Inglate-
Al tiempo de tratamiento comienza a hablar de una mejoría, incluso ob- rra, a un hospital de prestigio y reconocimiento, para investigar uno de los
serva cierta reducción del goce que circula en el cuerpo, desde el momento temas que lo apasionan, el Parkinson, pero dice que todavía no se puede
en que puede comenzar a controlar mejor su diabetes, a comer más sano -y dedicar “por tanto trabajo que tiene”.
no “las porquerías que compra Carmen”. Comienza a diagramar sus acti- Raúl no renuncia al traje de médico -que lo aprieta como un corsé ceñido al
vidades diariamente, con horarios para hacer ejercicio, para atender, para cuerpo, permitiéndole sostenerse en la profesión-, pero se abre la posibilidad
empezar a leer todos los libros que compra compulsivamente cada vez que de encontrar quizás un espacio, un rincón nuevo.
viene a la Capital (libros que anteriormente estaban ahí, apilados, como Las ilusiones, Carmen, el traje de médico, quizás sean el emblema de la
muertos en el escritorio). locura de Raúl, por otro lado tan normal, tan buen hombre, tan gentil, tan
Pide en el hospital donde trabaja que le pongan una persona para que le buen médico.
“filtre” los pacientes. Al tiempo él también contrata una secretaria, una
mujer mayor, para que le organice los turnos en su consultorio, le filtre Me parecieron interesantes todos esos vericuetos de la estructura de
pacientes y cobre los honorarios. También aumenta los honorarios, pero vía Raúl, ya que en los casos de psicosis no desencadenadas, los detalles di-
la secretaria. cen mucho. Seguiremos ahora el hilo del relato clínico para ir ubicando
Se da cuenta de que todo lo que tiene es viejo o está roto, que trabaja con el nudo en la estructura de Raúl.
aparatos que son obsoletos, pero él aún no se anima a cambiarlos. Piensa Raúl está en tratamiento hace más de dos años, tiene cincuenta y dos
también en la posibilidad de sacar un crédito y cambiar el auto, pero teme años. Ya desde su presentación primera es señalado un esfuerzo, algo
no poder pagarlo y que le suceda lo que al padre que fue estafado. esforzado y riguroso en su modalidad.
Hace pocos meses murió su madre. Raúl dice que su muerte lo encuentra Lo que Raúl, por su parte, plantea desde el comienzo es cierta negativi-
“firme, bien parado”, y repite permanentemente una frase en relación a dad que envuelve su posición sexual, su virilidad. Habla de que siempre
esto: “Algo me dice que lo bueno aún no llegó”. vivió una “crisis del aspecto masculino de la vida”, que para él “lo sexual
Durante el velatorio le dice al hermano que no quiere nada de la herencia era un detalle, algo prohibido, pecaminoso, algo nulo, que estuvo siempre
de los padres, que iniciaran los trámites sucesorios para vender la casa, y tapado, larvado”.
que le dará su parte a él. Me dice: “porque él sí tiene necesidades”, y además En ese momento no podía poner límites ni a su mujer, ni a sus pa-
necesita mostrarle que lo suyo va por la vía del desprendimiento. Pero va a cientes. Es respecto de esa dificultad que se erige, en contrapartida,
recordar también que en algún momento llegó a pensar en esa casa, la casa la importancia que tiene para él el traje de médico, que le permite
materna, como un rincón para refugiarse de la locura de Carmen. sostenerse en lo que él llama una estructura armada, una figura indis-
Yo le señalo que él también tiene necesidades y “algo que heredó”, y que le cutible. Raúl testimonia hasta qué punto dejó sus cosas de lado para
corresponde por ley, la ley dice que la mitad es de él. Poner un límite por el poder sostener esa estructura. Dejó todo aquello que podría llegar a
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tener que ver con algún deseo, para poder sostener y sostenerse en el lógica de ruptura de un equilibrio previo, instante en el que el sujeto
traje de médico. cae de la escena que había inaugurado con ese trámite inicial de ir a
Hay una demanda muy precisa que le dirige a la analista, que es: dejar proponerle matrimonio a Carmen. El momento del accidente está en
de vivir una vida miserable. discontinuidad con esa escena mantenida hasta el momento. En ese
Ubica cierta dificultad para llevar adelante las cosas que le interesan: sentido está fuera del tiempo y del espacio, y ésa es la razón por la que
todo por la mitad, el desgano, algo desbocado, descarrilado, y por otro Raúl no registra demasiado lo que pasó.
lado, cierto lugar de objeto de maltrato de la mujer. Raúl es insultado y Este momento de desregulación del goce corporal se verifica en otra
humillado por su mujer. irrupción, que es el fenómeno psicosomático de la diabetes. De modo
Hay una frase con la que Raúl sintetiza un poco la manera en que está que hay una doble respuesta de Raúl al desencadenamiento de su espo-
constituido su nudo. Dice:”Vivo de ilusiones, de mi traje de médico y so- sa. Por un lado el pasaje al acto, por otro el acontecimiento de cuerpo,
portando la locura de Carmen”. Las ilusiones parecen ser estas cosas que algo que podría haberse transformado en un desencadenamiento de
él quisiera poder hacer en algún momento, que están en el horizonte su propia estructura psicótica en ese momento, ya que Raúl define ese
-particularmente en relación con su profesión. momento como un tiempo de muerte subjetiva, a la manera de Schre-
Al traje de médico lo define: “como un corsé ceñido al cuerpo que me ber, cuando dice: “Ahí estuve realmente muerto…”.
impide respirar”, señalando en ese traje una relación demasiado estrecha Con el desencadenamiento de Carmen, Raúl parece perder su referente
con el cuerpo, una cierta rigidez. Entre ese cuerpo y ese traje parece no especular, que seguramente encarnaba ella con su ser tal cual sería antes
haber movimiento, espacio para respirar. Su lucidez lleva a Raúl a des- de desencadenarse, probablemente un ser “normal”, que pasó de ser
cribir con mucha precisión lo que puede llegar a ser el traje, el hábito, normal a ser una loca, la loca de los gatos. En ese punto, algo del cuer-
el velo, para un psicótico: un traje que casi no se distingue de la piel, ya po de Raúl se desarma, él está muerto, y luego sale de ese estado con un
que si decimos que está ceñido, que casi no le deja respirar, es porque pasaje al acto y un fenómeno psicosomático que le rearma el cuerpo,
no hay espacio entre ese traje y esa piel, y el traje cumple la función que pero con una lógica diferente, desde el interior del cuerpo, poniendo
debería cumplir la piel -que es la de encerrar el cuerpo. en juego la dimensión del órgano. Con lo cual podemos empezar a
plantear la hipótesis de que en el caso de Raúl se trata de una psicosis
esquizofrénica que no se llegó a desencadenar. Situamos entonces aquél
como un momento de riesgo de desencadenamiento, del que sale con
II. Desestabilización del nudo cierta vivencia de un goce más del lado del interior del cuerpo, sin lle-
gar a perder por otra parte la función de piel de su traje de médico.
Llegamos ahora a un momento crucial en la vida de Raúl, que es el mo- Resulta impresionante la descripción de cómo los gatos de Carmen van
mento en que se desencadena la estructura de pareja que había armado ocupando toda la casa y Raúl va quedando en un rincón, que progresi-
con su mujer, Carmen. Se trata del momento -siete años antes de la vamente irá siendo invadido por el goce mortífero bajo la forma de los
consulta- en que se desencadena la psicosis de ella. En ese mismo mo- féretros de los gatos, escena absolutamente unheimlich. Es en todo esto
mento Raúl atropella a un hombre en la calle. No me parece casual este que Raúl se deja hacer por la mujer que podemos verificar claramente
accidente sobrevenido exactamente en este momento en que su mujer hasta qué punto él no tiene un ego, hasta qué punto carece de amor
se hace presente como Otra. Es por ello que propongo que pensemos propio. En ese punto situamos la falla en el campo de lo imaginario, en
este accidente como un pasaje al acto, que da cuenta de hasta qué punto el campo del narcisismo: él sin voz ni voto, entregándole todo al Otro,
Raúl pierde cierto control en el campo imaginario del cuerpo. entregándole sus dos sueldos a ella, comiendo la comida de porquería
El otro punto llamativo es que él no recuerda ni quiere hablar de ese de ella, de ella que lo manda.
episodio. Efectivamente, se trata de un instante en que se juega una Está también ese episodio tan siniestro de la muerte de la madre de
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Carmen, en el que Raúl no puede actuar, verificándose su lugar de Ese estado de indefensión y de ignorancia radical en el que él se en-
objeto. En ese momento él siente que no puede actuar, que si se mueve cuentra cuando desea el cuerpo de Ana, es revertido con el recurso a
de ese lugar de objeto que encontró con ella, se va a descompensar su Carmen, que pasa a tener función de sínthoma, recubriendo esa zona
estructura. Otro indicio llamativo de su carencia en el plano del nar- que había quedado al descubierto en el encuentro con Ana. Dice: “Me
cisismo es que cuando su mujer tiene el cadáver de la madre muerta sentí fuerte, respaldado espiritualmente”. Carmen le rearma un cuerpo,
durante una semana en la casa, Raúl no habla de que él no soporta la permitiéndole ponerse el traje de médico. Recordemos que Raúl dice
presencia de ese cuerpo en descomposición, sino que se preocupa por que ése es el momento en que se puso el traje de médico.
lo que van a decir los vecinos. Señalemos esa manera tan cruda que tiene Raúl de describir su posi-
ción, cuando dice que ir a buscarla fue como quien va a comprar un
objeto o va a hacer un trámite al banco. Ya que había sido el deseo el
que había desarmado su cuerpo, ahora es la garantía de su ausencia
III. Darle el mando a una no-mujer la que le permite recomponerlo. También en la neurosis el deseo des-
arma el cuerpo, pero el sujeto cuenta con el fantasma con su función
A su vez otro dato fundamental en este hombre de cincuenta y dos años, de marco, que le permite sostenerse aún cuando la pantalla narcisista
es que es virgen, lo cual no es poca cosa. Tuvo un único encuentro con es atravesada.
lo femenino, un único amor, que fue esta psicóloga, Ana, con la cual Es como solución a ese momento de proximidad con el agujero que
no pudo ejercer su virilidad. No pudo penetrarla, sólo pudo acariciar- Carmen viene claramente al lugar de su mandona madre, mientras que
la, besarla, y parece encontrar la oportunidad para abandonarla cuando Raúl, por su parte, ocupará un lugar similar al de su padre, que según
ella le cuenta haberse practicado un aborto. De ese modo encuentra la refiere, no la cuestionaba. Es así como él le da el mando a Carmen, le
excusa desde su ideal religioso para dejarla por una madre, por alguien dice: “vos imponés las reglas”.
que quedará claramente situada en la línea materna.
Es evidente que en el encuentro con lo femenino, él no cuenta con
la función fálica, que es la función que permite suplir la ausencia de
relación sexual. Es por eso que él no puede ejercer su virilidad en el IV. La no-extracción de la mirada y la carencia narcisista
encuentro con una mujer, y que termina buscando a Carmen, quien le
garantiza que él no va a encontrar una mujer en ella. “Era una chica bue- La contrapartida directa de la carencia narcisista de Raúl, es esa pre-
na, no salidora, profesional, religiosa”, que inmediatamente aceptó una sencia inquietante de la mirada en su imagen narcisista, plasmada en la
propuesta de casamiento absolutamente disparatada. expresión de que es como si a él le faltara un ojo. Para referirse a la mirada
Lacan suele dar el ejemplo del ojo ciego, ese ojo que no ve. Raúl siente
A. Lucero: Además ella pone la condición de que no van a tener relaciones que le falta un ojo, y también en la imagen del tuerto, en ese ojo que
sexuales, y él se casa sabiendo esto. no ve, podemos delimitar una presencia inquietante del objeto mirada
en el campo de la realidad.
Se trata entonces de un matrimonio blanco, con lo cual está todo Otra cuestión a señalar es la posición masoquista que tiene Raúl en el
garantizado. Es interesante la referencia alegórica al auto: “es como si lazo con el Otro, ese lugar de objeto -de objeto roto dice él en algún
te regalaran un auto y no sabes cómo usarlo”, ya que podríamos decir momento- que se rompe todo el cuerpo por el otro. Ese objeto roto que
que el auto es lo que más se puede acercar a la imagen de un falo para padece la irrupción de esas miradas gozadoras del Otro, esas miradas de
un hombre. No saber cómo usar el auto, no saber cómo usar el falo, burla que él cree reconocer en sus pacientes y colegas.
cómo penetrarla. De modo que en esas miradas se le hace presente el goce en el lugar
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del Otro. Allí verificamos hasta qué punto el objeto mirada no ha sido más bien materno, a la manera de Carmen, ya que se trata de una señora
extraído del cuerpo, y es interesante lo que dice Raúl con ese decir tan mayor, alguien que no queda ubicada como mujer. Recurre -así como
gráfico: la mirada es como un llavero, como un talismán que se le ter- recurrió a Carmen para ponerse el traje de médico-, a la secretaria para
minó haciendo carne. Es frente a esta encarnación, esta no extracción poder cobrar, filtrar a los pacientes, poner algún límite.
del objeto mirada, que recurre a la estrategia de pasar desapercibido, de Volviendo a lo roto, están por otra parte esos objetos rotos, obsoletos,
evitar la mirada. Podríamos entonces comenzar a afinar el diagnóstico que podríamos ubicar como objetos metonímicos de su propio ser de
en la vía de una posible esquizofrenia paranoide. resto, de desecho. En este momento de tratamiento se presentan de un
Raúl deja bien en claro su demanda a la analista: él necesita saber si modo singular, surge el interés de renovarlos: sacar un crédito, cambiar
puede lograr una suplencia distinta a esa que consiguió. Me parece una el auto, comprar nuevos objetos.
apuesta interesante acompañar a un psicótico, cuya psicosis no está
desencadenada, en ese camino de búsqueda de otra suplencia -lo que no
garantiza que se encuentre-, pero ¿por qué no apostar a ello? De hecho, se
producen algunos movimientos interesantes que intentaremos seguir. V. La solución masoquista al ser de resto
En el trabajo analítico se opera una recomposición del narcisismo que le
produce alivio. La transferencia también le abre la perspectiva de la posi- Siguiendo esta línea del objeto, llegamos al inicio de su estado actual
bilidad del encuentro con alguna otra chica, que queda ahí en el horizon- que se desencadena en la adolescencia, momento en que surge su difi-
te, pero queda abierta. Al encontrarse con esta otra psicóloga, Andrea, se cultad para el lazo: la tartamudez, la inseguridad, la posición de objeto
reabre algo que había quedado cerrado luego del encuentro con Ana. -ya que en ese momento es objeto de maltratos y burlas.
En el campo del goce toma relevancia la masturbación. Raúl se vive En contrapartida, ya en ese momento tenía una relación con el saber,
como un chico que está todo el tiempo descubriendo su cuerpo en la que entronca con su interés y su ejercicio actual de la docencia (recor-
masturbación, se encuentra detenido en ese momento. En ese punto se demos que era un alumno excelente). A fin de cuentas, frente a los
verifica la imposibilidad de asumir la virilidad. maltratos y burlas por parte de sus compañeros, él recurre a la religión
Por otra parte, él hace una equivalencia entre el goce masturbatorio y como solución, recurre al ideal materno. Para tratar ese ser de resto
el goce con la comida -recuerden que es diabético-, en la necesidad que recurre a ese ideal materno, y con él arma un fantasma masoquista. En
tiene de encontrar un límite para ambos goces. Podemos observar cómo este punto nos aproximamos a Joyce.
el tratamiento analítico posibilita cierto límite al goce corporal, acota- Este fantasma masoquista comienza a manifestarse a partir de los trece
miento posibilitado por la reapertura del horizonte de lo femenino a años, con esa paliza ritual que sistemáticamente le prodigan sus com-
partir del encuentro con esta analista. pañeros durante un año, experiencia en la que Raúl no solamente no
Raúl puede entonces empezar a comer cosas que le hacen bien, a hacer siente dolor, sino que además siente una satisfacción. Éste es el punto
ejercicio, leer los libros que compraba y acumulaba como muertos en de diferencia con Joyce, quien tampoco siente dolor en su momento,
su escritorio. Esos libros que eran objetos del lado del resto, del dese- pero luego siente asco. Mientras que Raúl siente satisfacción, logrando
cho, que se acumulaban a la manera de los gatos de Carmen, libros que así enmarcar en un fantasma masoquista ese ser de resto que es su cuer-
él acumulaba sin articularse con su interés por el saber, articulación po sin ego. El recurso proviene naturalmente del ideal religioso, hacerse
posibilitada por el tratamiento. inmolar por el Otro, poner la otra mejilla.
Asimismo -y es fundamental- consigue que le filtren los pacientes en el Encuentro aquí la clave de muchos rasgos de perversión en las psico-
hospital y en el consultorio. Se pone una secretaria, empieza a cobrar los sis, en los que se trata de hacer entrar a ese ser de desecho en algún
honorarios, los sube, etc. Se trata de un rearmado narcisista muy eficaz, fantasma, obteniendo por medio de esta operación algún goce, alguna
en el que entra en juego la interposición de otro cuerpo, en este caso satisfacción en el campo del cuerpo viviente.
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Con su estilo gráfico, Raúl da cuenta de su paso de la tutela de los vimiento su interés por el saber. Raúl se las empieza a arreglar, logra
padres a la tutela de Carmen. En ese momento se opera un cambio de cierto saber hacer ahí para poder ir a los congresos, para poder ejercer
hábito: del inmolado al médico. Son figuras que se acercan mucho, ya como docente, para dar clases y ser reconocido en ese marco. Logra
que su versión del médico es religiosa, y también masoquista. Es una eludir la mirada persecutoria de la mujer, sale corriendo en una especie
figura especial para verificar el cambio de época, antes era casi una es- de operativo.
pecie de sacerdote de la vida, ahora es un empresario. Pero Raúl es un Sin embargo, la lógica del sacrificio se impone. Logra soportar la muerte
médico de pueblo, un médico de los de antes. Desde esa perspectiva, de la madre pero luego debe pagar con la libra de carne, se melancoliza.
pasar del inmolado al médico, es una transición más que un cambio. Hay un contragolpe superyoico cada vez que logra eludir la mirada.
Tanto la figura del inmolado como la del médico quedan ligadas al La pregunta, crucial, que se abre al final del relato de Andrea, es si Raúl
ideal religioso materno, y él por su parte se ubica en posición masoquis- va a poder encontrar otro rincón que no sea ése que le destina Carmen.
ta con su mujer para sostener el traje de médico.
Es interesante cómo define Raúl en este momento a la figura del mé-
dico: “Siento como que me hubiera muerto un poco por recostarme en un
pensamiento rector, que es el del médico como una figura paradigmática, VII. El nudo de Raúl
un referente moral incuestionable, etc.” La figura del médico le funciona
a Raúl como un pensamiento rector, un S1 que lo orienta a la vez que Vayamos al nudo. Ubicaremos en él tres momentos.
lo mortifica, ya que se sostiene en un esfuerzo y no en un deseo.
El primer momento. En su adolescencia el imaginario tiende a soltar-
se. Se trata de ese momento en el que Raúl se ve compelido a asumir
su virilidad, momento en que tiene que salir de ese lugar de hijo, en
VI. Perder a la madre el cual empieza a sentir inseguridad, a perder la posibilidad del lazo
social. Es en ese momento que surgen, por un lado, el goce maso-
Gracias a que está en tratamiento analítico, Raúl puede perder a su madre quista, que se verifica en esta posición de satisfacción en las palizas
sin descompensarse, ya que la muerte de la madre podría haber sido la que le dan los compañeros, donde algo de lo real del cuerpo se anuda
oportunidad para un desencadenamiento. Sin embargo, no deja de te- con un fantasma imaginario de inmolación, que se articulará con el
ner un efecto: necesita despojarse ante el hermano en ese momento de la ideal materno.
muerte de la madre, siguiendo de algún modo la lógica de la función del Correlativamente a este ideal de inmolación, en la vía del ideal mater-
sacrificio en la religión. no, operando entre los registros imaginario y simbólico, se manifiesta
Lacan ubicará en el sacrificio el ofrecimiento de un objeto que cumplirá la un goce masoquista en el plano del goce corporal, restableciendo cierta
función de seducir ese deseo enigmático de Dios. Un objeto que venga a re- regulación de goce entre imaginario y real.
emplazar de algún modo al sujeto, que entonces podrá continuar viviendo. Propongo éste como el primer arreglo que Raúl consigue en el nudo,
Raúl ofrece entonces una parte de la casa para que su madre no se lo lleve ocasionado por la perturbación y el posible desencadenamiento en la
con él. De algún modo, no deja de quedar él mismo sacrificado ahí, ya que adolescencia, por el mero hecho de la maduración sexual. Éste sería en-
pierde el único lugar que lo salvaría de la locura, la crueldad y el maltrato de tonces un primer momento.
Carmen -porque él había pensado ese rincón como un lugar donde poder
refugiarse de Carmen. En ese sentido es fundamental la intervención de la
analista, que detiene ese movimiento hacia el sacrificio.
Un efecto fundamental del tratamiento es cómo logra poner en mo-
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I Pregunta: ¿Por eso le provoca alivio cuando ella se brota?


Lapsus
Me parece que sí. No sé si cuando se brota, pero sí cuando se entera
Ideal de que es psicótica.
inmolación
El tercer momento. De todos modos, en estos arreglos que consigue
Goce
hay algo que queda suelto. Lo que no anda, lo que lo lleva al analista, es
masoquista que tiene una vida miserable. Raúl no está conforme con este arreglo,
R S hay algo que no se termina de articular ahí para él.
Es en este punto que ubicamos la transferencia. La transferencia impli-
ca el sostén en Otro cuerpo, que es el cuerpo de la analista, que encarna
algo de lo femenino para él. La única mujer con la que Raúl se había
El segundo momento. Este nudo se desarma cuando se encuentra con encontrado era psicóloga. Ahí se abre la dimensión de Otro cuerpo -
Ana. Al encontrarse con una mujer, al desearla, necesitando ejercer la que es lo que va a dar lugar justamente a la transferencia erotómana-,
virilidad, entra en un impasse. Se desarma ese arreglo conseguido an- que le abre la perspectiva, la posibilidad, la pregunta, de si él puede
teriormente, y rápidamente lo reestablece recurriendo a Carmen. Con prescindir de este arreglo con Carmen.
ella, lo que en un primer momento había sido el ideal de inmolarse, se Mientras él sigue con Carmen, el traje de médico deja de ser sólo un
transforma ahora en el traje de médico -que también se va a inmolar traje. Raúl comienza a desplegarlo en ciertas actividades que está reali-
por sus pacientes. zando: congresos, docencia. Pasa de ser una figura que se inmola por el
Y si bien lo que anteriormente era el goce masoquista de algún modo otro a leer los libros que se compra, ir a los congresos, dar clases. Aque-
sigue estando, se pone ahora en juego en relación con otro cuerpo, que llo que anteriormente quedaba circunscrito al plano del semblante de
es el cuerpo de Carmen. Toma entonces la forma más sutil de la humi- médico y de esa figura de inmolación, se empieza a abrir al registro de
llación y el maltrato. Ese cuerpo de Carmen, que condensa la locura, lo real. Carmen sigue estando, pero ya no es tan fundamental. Raúl
la de ambos. Pero Raúl deja a distancia de sí la locura, que pasará a ser ahora cuenta con la transferencia, con ese Otro cuerpo al que transferir
encarnada por Carmen. Ubico aquí, entre imaginario y real, a Carmen: goce, que es la presencia de la analista.
localización de la locura en otro cuerpo.
I

Traje de médico

Carmen
(Goce masoquista
R S y locura)
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Es interesante que sea en el momento en que Raúl viene a Capital a cinco años dice: “Voy a ser cura”, o “Voy a ser bailarina”. Lo que dice
ejercer sus tareas como docente en un hospital reconocido, que la viene Lacan es que en el nombrar-para la vida gira alrededor de ese proyecto
a ver a Andrea. del Deseo Materno (que puede estar encarnado en alguien que no sea
Ahí se abre esta perspectiva que apunta a la posibilidad de que en algún la madre, incluso el padre). Pero acá no queda claro si es la nominación
momento este nudo pueda caer, y que él pueda sostenerse en esta ope- que trajo al mundo al sujeto, o si se trata de un ideal materno al que
ración de apertura al lugar de médico más allá del traje, orientado por Raúl recurre frente a la posibilidad de desencadenamiento. En este caso
un S1, un lugar capital, que lo saca del pueblito familiar en el que queda parece haber cierto margen de apertura, que seguramente depende de
enredado en el goce materno. qué haga él con esto.

Pregunta: ¿Cómo llega este paciente? A. Lucero: Él está en un momento en que se está cuestionando todas estas
ideas, hoy por hoy habla casi al modo de un ateo.
A. Lucero: Llegó por su cuenta, y creo que no es casual que elija iniciar
un tratamiento en Capital, no podría iniciarlo en el pueblo, venir a la Raúl no se queda con el traje de médico. Efectivamente, viene diciendo
“capital” es salir de la vida miserable, del arreglo que ya no alcanza. Es que no quiere inmolarse, pone la secretaria. Los efectos del tratamiento
interesante escuchar cómo él nombra los días miércoles como el día donde muestran que no está totalmente tomado, que busca otro arreglo. Sin
puede salir de “la porquería”. duda el deseo materno es un recurso, no es un recurso que él quiera,
no está identificado con eso. Mientras que en los casos nombrados-para,
Pregunta: Yo quería preguntar si cuando vos hablás del ideal mater- se trata de una identificación absoluta con el deseo materno, con el
no, si se puede pensar como nominación materna, como el Nombrar- proyecto de la madre.
para...
Evidentemente Raúl quiere separarse de Carmen. Pero va a tener que
Sí, quizás este caso, como tantos otros, pueda ser abordado desde la ver cómo resuelve el problema de qué es lo que contiene su goce cor-
perspectiva del nombrar-para. Raúl recurre tempranamente a este ideal poral. Él mismo dice que no alcanza con el traje de médico, tiene que
materno. Habría que esclarecer si Raúl se vivió siempre como un des- buscar alguna otra cosa en la cual sostenerse para poder prescindir de
tinado a una misión religiosa -eso tal vez Andrea lo pueda esclarecer-, Carmen.
o si es algo que se le arma en la adolescencia cuando se encuentra sin También es importante la presencia de Otro cuerpo. Carmen con su
recursos. cuerpo carga con toda la locura de la pareja, allí entre imaginario y real,
donde Raúl puede poner en juego su goce masoquista. En alguna me-
A. Lucero: Claro, ahí es cuando se le comienza a armar esa cuestión que dida ella lo alivia de ese goce. El traje de médico es una imagen que
después, cuando se recibe de médico, empieza a cuestionar. se juega entre imaginario y simbólico, una imagen que no termina de
tratar el goce real en juego. Por eso es importante que él pueda tener un
De todos modos, algo de lo religioso se le juega en su posición de lugar armado para poder separarse de Carmen.
médico.
15 de noviembre de 2007
A. Lucero: Si, se le sigue jugando.

Lo que generalmente se escucha en los casos que me animaría a ubicar


bajo la rúbrica del nombrar-para, es por ejemplo, un nene que a los
300 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO

Bibliografía INDICE

1. J. Lacan. Le séminaire. Livre XXIII. Ed. Seuil. París, 2005. Capítulo


V,Pág.149.
PRESENTACIÓN

PRÓLOGO

1. INTRODUCCIÓN A LOS CONFINES DE LAS PSICOSIS


I. El confín. / II. Una diacronía lacaniana. / III. Schreber - El paradigma
de una realidad. / IV. Significante del significante. Significación fálica. /
V. El agujero sigue estando. / VI. Atravesados por el lenguaje.
2. DE LAS CONDICIONES LOGICAS PARA EL ARRIBO
AL PARADIGMA JOYCE
I.De la realidad al Infinito. / II. Nominación Paterna- Basta con la madre. /
III. Las fórmulas de la sexuación. / IV. Empuje a La Mujer - ¿Qué es lo que
funciona como límite del lado femenino?
3. LA ESTRUCTURA PSICÓTICA Y SU POSIBLE TRATAMIENTO
I.Con Edipo no alcanza. / II. Lo real de la estructura del ser hablante. /
III. Pluralización de las psicosis - Los tratamientos posibles.
4. UN CASO DE MANÍA / PERDIDA EN EL AMOR
I. Perdida en el amor. / II. La pérdida imposible. / III. La excitación maníaca. /
IV. El deseo del analista como dosis. / V. El nudo de L. / VI. La lógica del velo
y el soltamiento de lo simbólico.
5. UN CASO DE MELANCOLÍA / LA METAMORFOSIS DE LA BARBIE
I. La metamorfosis de la Barbie. / II. La metamorfosis. / III. Los vaivenes del
odio. / IV. La historia de R. / V. El soltamiento de lo simbólico. / VI. El deseo del
analista vs. el deseo de muerte. / VII. Re-anudando lo simbólico. / VIII. La mirada
viva y la imagen vacía. / IX. El tratamiento de la pérdida imposible.
6. UN CASO DE ESQUIZOFRENIA / SIN EXTENSIÓN
I. Sin extensión. / II. El significante en lo real. / III. El empuje al pasaje al acto.
/ IV. El tratamiento de la voz por la letra. / V. La ilegitimidad del narcisismo
esquizofrénico. / VI. El desencadenamiento en el corte de la extensión. / VII. El
nudo de Silvia.
7. UN CASO DE PARANOIA / EL DAMNIFICADO
I. El damnificado. / II. En busca de amparo. / III. La atribución de goce al Otro. /
IV. La docilidad del analista. / V. Un teórico del amor. / VI. El tiempo de hacerse
al ser. / VII. El nudo de José. / VIII. Efectos del tratamiento en el nudo.
8. UN CASO DE EROTOMANÍA / LA BUSCA
I. La busca. / II. El amor por el vestido. / III. La erotomanía del amor femenino. /
IV. El desencadenamiento. / V. El encuentro con El Hombre. / VI. El corte en la
espera. / VII. El nudo de María.
9. UN CASO DE PARAFRENIA / MULTIFACÉTICA
I. Multifacética. / II. El soltamiento de lo real. / III. La frase materna. / IV. La
identidad imposible y el lazo con el Otro. / V. Cuando falta lo serio falta la serie. /
VI. El nudo en la parafrenia, de P a la Srta. B.
10. CONFINES ENTRE ESQUIZOFRENIA Y MELANCOLÍA /
EL MIEDO AL CUERPO
I. El miedo al cuerpo. / II. La voz materna. / III. La feminidad como
enfermedad. / V. La eficacia del análisis. / V. Confines entre melancolía y
anorexia. / VI. Apropiándose de la voz. / VII. Una cuestión ética. / VIII. Volviendo
a los confines.
11. UN CASO DE PSICOSIS ORDINARIA /
DEL LIMBO A LA OBRA, UN CASO DE FOBIA ASOCIAL
I. Del limbo a la obra, un caso de fobia asocial. / II. La descomposición del cuerpo
y la nominación social. / III. El peso de un cuerpo. / IV. Efectos de estabilización.
/ V. La forclusión del nombre del padre y el recurso al padre imaginario. /
VI. Lógica del desencadenamiento. / VII. Introducción de la inconsistencia. /
VIII. La consistencia imaginaria y la lógica de la inhibición. / IX. El descanso
en el Otro y la cesión de los síntomas. / X. El nudo de R.
12. UN CASO DE PRE-PSICOSIS / CHERNOBYL
I. Chernobyl. / II. La inhibición generalizada. / III. El estrago paterno. /
IV. “Preferiría no hacerlo”. / V. El nudo de Martín.
13. UN CASO DE PSICOSIS NO DESENCADENADA /
EL TRAJE DE MÉDICO
I. El traje de médico. / II. Desestabilización del nudo. / III. Darle el mando a una
no-mujer. / IV. La no-extracción de la mirada y la carencia narcisista. / V. La solu-
ción masoquista al ser de resto. / VI. Perder a la madre. / VII. El nudo de Raúl.

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