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Eficacia del alcance y la ejecución de los fallos de la corte interamericana de derechos humanos

en Colombia

Briguitte Andrea Castillo Peña

Jaime Torres Coronado

Victoria Castillo Tamayo

Corporación universitaria de Colombia -ideas-

Facultad de derecho

Bogotá D.C., Colombia

2019
II

Eficacia del alcance y la ejecución de los fallos de la corte interamericana de derechos humanos

en Colombia

Briguitte Andrea Castillo Peña

Jaime Torres Coronado

Victoria Castillo Tamayo

Anteproyecto de grado para optar al título de

Abogado

Director:

Corporación universitaria de Colombia -ideas-

Facultad de derecho

Bogotá D.C., Colombia

2019
III

Agradecimientos

Primero que todo a Dios que nos premia con cada día de vida, brindarnos la oportunidad

de adquirir conocimiento, sabiduría y aprendizaje durante estos años.

A nuestros preciosos hijos por ser los motores y el motivo de seguir adelante sin desistir de

la lucha constante.

A nuestros padres, cónyuges, pareja y hermanos; gracias por creer y tener fe en nosotros, por

el apoyo brindado y el espíritu de fortaleza que nos aportaron para lograr esta meta.

A todos aquellos seres maravillosos que han compartido junto a nosotros sus enseñanzas y

logros en estos años, así como quienes han estado para darnos una voz de aliento en los

momentos difíciles. En especial a nuestras familias quienes ayudaron a construir nuestro

presente.

A nuestros amigos y docentes por su disposición para apoyarnos y abrirnos muy

amablemente las puertas de su conocimiento, sin su colaboración el presente trabajo de grado no

se habría podido llevar hasta el final.

¡Dios los bendiga a todos!

¡Briguitte, Victoria, Jaime ¡


IV

Nota de aceptación

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___________________________

___________________________

Firma del presidente del jurado

___________________________

Firma del jurado


V

Bogotá D.C., 2019

Resumen.

El presente documento trata desde una perspectiva general y dentro el ordenamiento jurídico

colombiano, la eficacia y el alcance de ejecución de los fallos de la Corte Interamericana de

Derechos Humanos en el territorio colombiano, a través del análisis de la jurisprudencia del

referido Tribunal que intenta dotar sus sentencias de efectos erga omnes, en los casos en que el

Estado Colombiano ha sido condenado, para poder determinar el acatamiento respecto al

resarcimiento de los derechos que se estimaron vulnerados, las medidas de reparación impuestas

y el estado de cumplimiento de las mismas; evidenciando el vacío jurídico en que se encuentra la

efectividad de estos fallos, para finalmente, determinar las circunstancias o factores que han

dificultado o impedido la completa ejecución de las sentencias emanadas de la Corte, y las

medidas a tener en cuenta para la optimización en su cumplimiento, sin tener que acudir a una

reforma constitucional, como solución de la problemática.

Palabras Claves: Corte Interamericana de Derechos Humanos, Convención Americana de

Derechos Humanos, Control de convencionalidad, medidas de reparación, supervisión de

cumplimiento de sentencias, optimización del cumplimiento.


VI

Abstrac.

This article deals in a general perspective and from Colombian law, the effectiveness, the

value, scope, compliance and binding nature of the judgments of the Inter-American Court of

Human Rights in the domestic legal system, through the analysis of the jurisprudence of the

referred Court that tries to give its judgments of erga omnes effects, the scope of the rights that

were considered violated, the measures of reparation imposed and the state of fulfillment of the

same to, finally, determine the circumstances or factors that have hindered or prevented the

complete execution of the judgments emanating from the Court, it being understood that the

prevalence of international law over domestic law is problematic because it implies a possible

substitution of sovereignty.

Key Words: Inter-American Court of Human Rights, American Convention on Human

Rights, Control of Conventionality, Control of Constitutionality, Measures of Reparation,

Monitoring Compliance with Judgments


VII

Introducción ..................................................................................................................................... 9

1. Antecedentes metodológicos .................................................................................................. 11

1.1 Planteamiento o formulación del problema ....................................................................... 11

1.2 Descripción y Sistematización del problema. .................................................................... 11

1.3 Objetivos ............................................................................................................................ 12

1.3.1 Objetivo General ......................................................................................................... 12

1.3.2 Objetivos Específicos .................................................................................................. 12

1.4 Justificación........................................................................................................................ 13

2. Marco histórico ........................................................................................................................ 15

2.1 Evolución del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. ........................................ 15

2.2 Historia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos .............................................. 16

2.3 Historia de la Comisión Internacional de Derechos Humanos .......................................... 18

3. Marco conceptual ..................................................................................................................... 19

3.1 El Sistema Interamericano De Protección De Derechos Humanos.................................... 19


VIII

3.1.1 Tratados que conforman el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos

Humanos................................................................................................................................. 20

3.2 ¿Qué es una Corte de Derechos Humanos? ....................................................................... 21

3.3 ¿Qué es la Corte Interamericana de Derechos humanos? .................................................. 21

3.4 Que es la comisión internacional de derechos humanos .................................................... 22

4. Marco teórico ........................................................................................................................... 24

4.1 Efectos de las sentencias emitidas por la Corte IDH ......................................................... 24

4.1.1 Alcance y carácter vinculante ..................................................................................... 25

4.1.2 Control de Convencionalidad ...................................................................................... 26

4.2 Casos Contenciosos del Estado de Colombia ante La Corte IDH...................................... 27

4.2.1 Caso de la "Masacre de Mapiripán" Vs. Colombia. .................................................... 27

4.2.2 Caso 19 Comerciantes Vs. Colombia.......................................................................... 29

4.2.3 Caso Las Palmeras Vs. Colombia. .............................................................................. 30

5. Consideraciones ....................................................................................................................... 32

5.1 Medidas De Reparación Impuestas Por La Corte Idh Al Estado De Colombia - Obligación

De Reparar.................................................................................................................................. 32

5.2 Cumplimiento Y Ejecución De Las Sentencias De La Corte Por El Estado De Colombia.

.................................................................................................................................................... 34

5.3 Obstáculos Para El Cumplimiento Y Ejecución De Los Fallos De La Corte IDH ............ 35

6. La obligación del Estado Colombiano de adoptar mecanismos que hagan efectivas las

sentencias de la Corte IDH. ............................................................................................................ 36


IX

6.1 Mecanismos jurídicos internos ........................................................................................... 38

6.2 El proceso ejecutivo ........................................................................................................... 39

6.3 La Acción de tutela ............................................................................................................ 41

Conclusiones .................................................................................................................................. 43

Referencias ..................................................................................................................................... 45
Introducción

Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, surgió la necesidad de reconocerle a cada

ser humano una serie de derechos fundamentales e inherentes a su propia existencia,

consolidándose a mediados del siglo XX el Sistema Interamericano para la promoción y

protección de los derechos humanos (SIDH), dentro del marco de la Organización de los Estados

Americanos (OEA), asumiendo como objetivo principal el reconocimiento de la libertad

personal, la justicia social y el principio de dignidad personal (1969).

Lo anterior llevó a la creación de un sistema complejo que en el año 1948 crea la

Organización de los Estados Americanos (OEA), estructura dentro de la cual en 1959 nace la

Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) y la Comisión Interamericana de

Derechos Humanos (CIDH) como órganos principales y autónomos y se aprueba la Declaración

Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

Con el paso del tiempo el sistema interamericano de protección de los derechos humanos,

avanza y se afianza con el surgimiento de la Convención Americana de Derechos Humanos,

adquiriendo vigencia y fuerza su finalidad de velar por el cumplimiento de las garantías

reconocidas por cada Estado parte, quedando su custodia a cargo de la Corte IDH quien asume la

facultad de condenar a los Estados y disponer la reparación pertinente; el desarrollo de sus

pronunciamientos ha involucrado la condena por la violación del derecho internacional

humanitario a países miembros sometidos a su jurisdicción.

Desde el momento en que el Estado de Colombia decide formar parte de la Organización de

Estados Americanos, ratificando la Convención Americana de Derechos Humanos y

reconociendo la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pasa a

convertirse en destinatario de un conjunto de derechos y obligaciones internacionales, que


10

pretenden promover, proteger y garantizar los derechos humanos, obteniendo el deber de adoptar

las medidas necesarias para hacer efectivos los derechos inherentes del ser humano y dar

cumplimiento a las sentencias emanadas de la Corte IDH en todos los casos en que sea parte1.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha conocido y se ha pronunciado en

diferentes casos contenciosos contra el Estado de Colombia, en los cuales ha declarado la

responsabilidad estatal por violación a derechos consagrados en la Convención Americana de

Derechos Humanos, imponiéndole el deber de resarcir los daños, ejecutando el cumplimiento las

acciones impuestas, en acatamiento a sus obligaciones internacionales, lo cual no resulta sencillo

cumplir a cabalidad para el Estado, a raíz del vacío jurídico por el cual la eficacia y ejecución de

las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, presenta un problema aún no

resuelto plenamente en nuestro ordenamiento jurídico, por falta de figuras legales, mecanismos o

instituciones que medien, agilicen y aseguren su observancia y total cumplimiento.

1
Arts. 1.1, 2 y 63 de la Convención Americana de Derechos Humanos –CADH-.
11

1. Antecedentes metodológicos

1.1 Planteamiento o formulación del problema

Al indagar sobre el valor y la importancia de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de

Derechos Humanos, su carácter vinculante y obligatoriedad de sus decisiones, y del uso del

control de convencionalidad por los tribunales constitucionales, surgen diferentes interrogantes

en relación al cumplimiento y ejecución de sus providencias, cómo ¿La Corte IDH Puede obligar

al Estado Colombiano a cumplir las órdenes impuestas en sus fallos o resultan meramente una

guía de interpretación? ¿Tiene el Estado Colombiano la facultad de omitir o desacatar los

pronunciamientos de la Corte IDH?; razones que motivaron a la adopción de la problemática

como objeto de reflexión de la presente investigación, al estimar como inquietud de mayor

importancia, la búsqueda de respuestas para por determinar ¿Cuál es el nivel de cumplimiento

respecto al alcance y ejecución de las providencias emanadas por la Corte IDH en el Estado

Colombiano? y ¿Qué propuestas jurídicas, ajenas a intereses políticos, pueden reforzar u

optimizar la obligatoriedad de las sentencias de la Corte IDH que condenan la violación de

derechos humanos en Colombia?. Commented [C1]: El problema de investigación no puede


ser sino uno. Esos interrogantes debe sintetizarlos en una
sola pregunta

1.2 Descripción y Sistematización del problema.

Realizando un análisis de lo anterior, desde el punto de vista de los pronunciamientos en los

que ha sido condenado el Estado de Colombia, brindaremos una conclusión que permitirá dar

una solución a los interrogantes planteados, pasando desde los derechos que se estimaron

vulnerados a las medidas de reparación impuestas y el cumplimiento de las mismas, estipulando


12

las circunstancias o factores que han dificultado o impedido la completa ejecución de las

sentencias emanadas por la Corte IDH, para finalmente poder determinar mecanismos,

instituciones o medidas administrativas, legislativas o de otro carácter, totalmente eficaces, que

optimicen y garanticen el cumplimiento o ejecución de las sentencias, sin tener que acudir a una

reforma constitucional, generando un espectro más claro y garantista de los derechos de las

víctimas.

1.3 Objetivos

1.3.1 Objetivo General

Formular los mecanismos jurídicos o medidas pertinentes que garanticen, optimicen y

brinden mayor eficacia en la ejecución o cumplimiento de los fallos de Corte IDH, mediante la

implementación de dichos planteamientos por parte del Estado de Colombia.

1.3.2 Objetivos Específicos Commented [C2]: Los objetivos específicos constituyen el


camino para la construcción del objetivo general y no deben
pasar de tres
 Identificar el sistema internacional de derechos humanos SIDH

 Conceptualizar en que consiste la Corte Interamericana De Derechos Humanos

 Distinguir la Comisión Americana de Derechos Humanos. Commented [C3]:


Que quiere decir con “Distinguir la Comisión Americana de
Derechos Humanos”
 Conocer los efectos de las sentencias emitidas por la Corte IDH (Alcance - carácter

vinculante – control de convencionalidad – control de constitucionalidad).

 Reseñar los diferentes casos contenciosos en contra del Estado de Colombia conocidos

por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en los cuales ha declarado la responsabilidad


13

estatal por violación a derechos consagrados en la Convención Americana de Derechos

Humanos.

 Señalar las medidas de ejecución de las sentencias emitidas por la Corte IDH

 Advertir los factores que determina el cumplimiento parcial o total de los fallos emitidos

por la Corte IDH

 Determinar las medidas legales a utilizar para efectivizar el cumplimento de los fallos

emitidos por la Corte IDH.

1.4 Justificación

La temática abordada en este proyecto estudia el cumplimiento del Estado colombiano

respecto a las órdenes de reparación emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos

y se justifica en que se desarrollará lo referente a la estructura y evolución del Sistema de

Protección Interamericano, con énfasis en las resoluciones de la Corte IDH y sus respectivas

consecuencias jurídicas para el Estado de Colombia, abordando algunas de las sentencias más

relevantes en donde el estado ha sido condenado por la vulneración de derechos humanos,

buscando conceptualizar el proceso de cumplimiento con relación a la eficacia del alcance y

carácter vinculante de los fallos emitidos por la Corte IDH, permitiendo concluir las medidas a

tener en cuenta como solución de la problemática, a través de la investigación de factores

jurídicos, institucionales, informales y externos.

Es axiomático que los informes finales de la Comisión IDH y las sentencias de la Corte IDH

son meritoriamente valiosas y de gran importancia por declarar la responsabilidad internacional

de los Estados frente a un determinado caso por vulneración de derechos humanos, por lo que la
14

mayoría de estudios abordan su contenido, formación, criterio, competencia, efecto erga omnes,

problemática de soberanías, y el control de convencionalidad, perdiendo de vista la

materialización de las reparaciones, que son sumamente importantes para que el Sistema IDH

logre los objetivos que se ha trazado, por lo que son pocos los estudios existentes que abordan los

factores que determinan el cumplimiento de una sentencia de la Corte IDH y muchos menos los

estudios que analizan las medidas de ejecución para obligar a un estado. Razón por la cual esta

investigación se centra en la efectiva materialización de las reparaciones ordenadas en las

providencias de la Corte IDH, brindando la indicación de mecanicismos que podrían adecuarse

para optimizar y garantizar su ejecución, generando un espectro más claro y garantista de los

derechos de las víctimas, a través del análisis de medidas jurídicas o administrativas que aseguran

el cumplimiento de las sentencias emitidas, comprobando el vacío jurídico en que se encuentra

enmarcada la efectividad de estos fallos en nuestro país, ya que hasta el momento no existen

procedimientos, acciones o figuraras legales, creadas exclusivamente en caso de incumplimiento

de las ordenes impuestas por la Corte IDH.


15

2. Marco histórico

2.1 Evolución del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

La OEA es una organización internacional creada por los Estados americanos2 con el fin de

lograr un orden de paz y justicia, fomentar su solidaridad y defender su soberanía, su integridad

territorial y su independencia. Desde su creación, se han adoptado una serie de instrumentos

internacionales que se han convertido en la base normativa de un sistema de promoción y

protección de los derechos humanos, y sus propósitos esenciales son: a) afianzar la paz y

seguridad del Continente; b) promover y consolidar la democracia representativa dentro del

respeto al principio de no intervención; c) prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar

la solución pacífica de las controversias que surjan entre los Estados Miembros; d) organizar la

acción solidaria de éstos en caso de agresión; e) procurar la solución de los problemas políticos,

jurídicos y económicos que se susciten entre ellos; f) promover por medio de la acción

cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural; g) erradicar la pobreza crítica, que

constituye un obstáculo al pleno desarrollo democrático; y h) alcanzar una efectiva limitación de

armamentos convencionales que permita dedicar el mayor número de recursos al desarrollo

económico y social de los Estados Miembros. 3 (Carta de la OEA, 1969).

Dentro de este sistema está la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del

Hombre adoptada el 2 de mayo de 1948 como el primer instrumento internacional de derechos

2
Los Estados Miembros de la OEA son Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil,
Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Grenada, Guatemala,
Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía,
San Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.
3
Artículos 1 y 2 Carta de la OEA.
16

humanos de carácter general. Aproximadamente ocho meses después de su adopción, la

Organización de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos.

(La OEA y la Evolución del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, s.f.)

Luego tiene lugar la Convención Americana sobre Derechos Humanos (“Pacto de San José de

Costa Rica”) adoptada el 22 de noviembre de 1969 y entrada en vigor el 18 de julio de 1978,

permitiendo incrementar la efectividad de la Comisión, establecer una Corte Interamericana de

Derechos Humanos y modificar la naturaleza jurídica de los instrumentos en los que se basa la

estructura institucional. En su primera parte, la Convención Americana establece los deberes de los

Estados y los derechos protegidos por dicho tratado, en su segunda parte, establece los medios de

protección: la CIDH y la Corte IDH, a los que declara órganos competentes para conocer de los

asuntos relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos por los Estados partes

de la Convención. (La OEA y la Evolución del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, s.f.)

2.2 Historia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

En noviembre de 1969 se celebró en San José de Costa Rica la Conferencia Especializada

Interamericana sobre Derechos Humanos, en donde los Estados Americanos redactaron la

Convención Americana sobre Derechos Humanos, que entró en vigor el 18 de julio de 1978,

tratado regional obligatorio para aquellos Estados que lo ratifiquen o se adhieran a él y representa

la culminación de un proceso que se inició a finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando las

naciones de América se reunieron en México y decidieron que una declaración sobre derechos

humanos debería ser redactada, para que pudiese ser eventualmente adoptada como convención.

Tal declaración, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes de la persona, fue


17

aprobada por los Estados Miembros de la OEA en Bogotá, Colombia, en mayo de 1948. (CIDH,

2013)

Para salvaguardar los derechos esenciales del hombre en el continente americano, se

instrumentaron dos órganos para conocer de las violaciones a los derechos humanos: La Corte

Interamericana de Derechos Humanos y La Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La

Corte IDH había sido creada en 1959 e inició sus funciones en 1960, cuando el Consejo de la

OEA aprobó su Estatuto y eligió sus primeros miembros. Sin embargo, el Tribunal no pudo

establecerse y organizarse hasta que entró en vigor la Convención. El 22 de mayo de 1979 los

Estados Partes en la Convención Americana eligieron, durante el Séptimo Período Extraordinario

de Sesiones de la Asamblea General de la OEA, a los juristas que, en su capacidad personal,

serían los primeros jueces que compondrían la Corte Interamericana. La primera reunión de la

Corte se celebró el 29 y 30 de junio de 1979 en la sede de la OEA en Washington, D.C. (CIDH,

2013)

Los Estados Partes, mediante la convención en 1978 aprobaron el ofrecimiento formal del

Gobierno de Costa Rica para que la sede de la Corte se estableciera en ese país, la ceremonia de

instalación de la Corte se realizó en San José el 3 de septiembre de 1979 y durante el Noveno

Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA fue aprobado el Estatuto de la

Corte y, en agosto de 1980, la Corte aprobó su Reglamento, el cual incluye las normas de

procedimiento, pero en el 2009, entró en vigor un nuevo Reglamento de la Corte, el cual se aplica

a todos los casos que se tramitan actualmente ante la Corte. (CIDH, 2013)
18

2.3 Historia de la Comisión Internacional de Derechos Humanos Commented [C4]: Interamericana

La Quinta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores celebrada en Santiago

de Chile en 1959 adoptó importantes resoluciones relativas al desarrollo y fortalecimiento del

sistema interamericano de derechos humanos, una resolución emanada de esta reunión fue

aquella referida a Derechos Humanos, en la cual se declara que dados los progresos alcanzados

en materia de derechos humanos, se considera indispensable que tales derechos sean protegidos

por un régimen jurídico a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la

rebelión contra la tiranía y la opresión. Es así como mediante dicha resolución, en 1959 se

dispuso crear una Comisión Interamericana de Derechos Humanos, encargada de promover el

respeto de tales derechos. (OEA, 2012)

El Consejo de la Organización aprobó el Estatuto de la Comisión el 25 de mayo de 1960 y

eligió a sus primeros miembros ese mismo año. En 1961 la CIDH comenzó a realizar visitas a

varios países para observar la situación de derechos humanos. En enero de 1962, los Ministros de

Relaciones Exteriores recomendaron al Consejo de la OEA la reforma del Estatuto de la CIDH

con el objetivo de ampliar y fortalecer sus atribuciones y facultades de manera que le permitiera

llevar a cabo eficazmente la tarea de promoción del respeto a los derechos humanos en el

Hemisferio. (OEA, 2012)

La Comisión se rigió por su Estatuto hasta que en noviembre de 1965 en la Segunda

Conferencia Interamericana Extraordinaria celebrada en Río de Janeiro, Brasil, lo modificaron

ampliando las funciones y facultades de la Comisión, la principal modificación fue la atribución

de la facultad de examinar peticiones individuales y, en dicho marco, formular recomendaciones

específicas a los Estados miembros. (OEA, 2012)


19

Pero actualmente se rige por el estatuto aprobado en el Noveno Período Ordinario de

Sesiones de la Asamblea General de la OEA (La Paz, Bolivia, 1979), que refleja las importantes

innovaciones introducidas por la Convención Americana con relación a la Comisión. Los siete

miembros que la integran son elegidos por la Asamblea General por un período de cuatro años.

(OEA, 2012)

3. Marco conceptual Commented [C5]: Los capítulos empiezan en pagina


nueva

3.1 El Sistema Interamericano De Protección De Derechos Humanos

Son un conjunto de mecanismos de promoción y protección de derechos humanos que

depende de la estructura, organigrama y presupuesto de la Organización de los Estados

Americanos (OEA). Son todos aquellos tratados internacionales que ha creado sobre derechos

humanos y que conforman un sistema regional, que reconocen y protegen una serie de derechos

que los Estados deben respetar, sin ningún tipo de discriminación en sus territorios. Su principal

tratado es la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica

de 1969, que reconoce derechos civiles, políticos y derechos colectivos, derechos para personas y

grupos vulnerables o discriminados, en particular para eliminación de la violencia contra la mujer

y eliminación de la discriminación contra las personas con retos especiales 4. (Rescia V. R., 2009)

4
Artículo 26 Convención Americana de Derechos Humanos (derechos económicos, sociales y
culturales)
20

3.1.1 Tratados que conforman el Sistema Interamericano de Protección de los

Derechos Humanos.

A la fecha, los anteriores derechos están reconocidos en los siguientes instrumentos que

hacen parte del sistema interamericano:

 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

 Convención Americana sobre Derechos Humanos

 Pacto de San José Commented [C6]: Ojo Pacto de San José de Costa Rica .
Qué es eso

 Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de

la Pena de Muerte

 Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura

 Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas

 Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador”

 Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación

contra las Personas con Discapacidad.

Aparte del reconocimiento de esos derechos, el SIDH dispone de los órganos para

supervisarlos y de los mecanismos procesales para constatar si un Estado los ha violado o no. La

sentencia de la Corte Interamericana es el último instrumento procesal que pone fin al conflicto y

dirime la causa a favor de la víctima con la determinación de las reparaciones. (Rescia V. R.,

2009)
21

3.2 ¿Qué es una Corte de Derechos Humanos?

Como lo manifiesta Víctor Rodríguez Rescia, Vicepresidente del Subcomité para la

Prevención de la Tortura de las Naciones Unidas, una Corte de derechos humanos es un tribunal

internacional que permite a las personas demandar a sus países (Estados) por actos de sus

funcionarios que, en lugar de cumplir con funciones de respeto de los derechos de las personas,

realizan actos que afectan sus derechos humanos. Estas cortes de derechos humanos han sido

creadas por los mismos Estados, que deciden someterse a su competencia cuando no han

cumplido con sus obligaciones de proteger a sus habitantes y cuando las Cortes nacionales,

tampoco han reconocido esos reclamos. (Rescia V. R., 2009)

3.3 ¿Qué es la Corte Interamericana de Derechos humanos?

Siguiendo lo dicho por el Dr. V. Rodríguez, la Corte IDH es un tribunal de derechos

humanos creado por el tratado internacional llamado “Convención Americana sobre Derechos

Humanos”. Esta Corte está conformada por siete jueces que deben ser nacionales de algún país

americano, y que son elegidos por los países que han aceptado, mediante la aprobación de una ley

(ratificación), aquella Convención Americana. Como su nombre lo indica, su ámbito de acción es

interamericano y solo respecto de los Estados que han aceptado su competencia contenciosa. Este

tribunal verifica que los Estados no violen derechos humanos contenidos en los distintos artículos

de la Convención Americana y que, normalmente, coinciden en sus contenidos con derechos

constitucionales, también puede declarar violaciones de derechos humanos contemplados en otros

tratados interamericanos que le otorgan esa competencia, por ejemplo, de la Convención contra la

Tortura, Protocolo de San Salvador.


22

La sede de la Corte Interamericana está en San José, Costa Rica y entró en funciones en

1979, cuando fueron elegidos sus primeros magistrados. La Corte Interamericana no es un

tribunal permanente, solo se reúne dos o tres veces al año por una o dos semanas, tanto la Corte,

como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cumplen con uno de los más

importantes mandatos de la OEA que es la promoción y protección de los derechos humanos, lo

que ha permitido establecer parámetros regionales sobre las obligaciones que tienen los Estados

americanos de respetar los derechos humanos de sus habitantes.

La Corte IDH, únicamente conoce y resuelve sobre casos concretos donde las personas han

sido afectadas por violaciones a derechos humanos, emitiendo una sentencia internacional que les

reconoce sus derechos y les permite reclamar la reparación integral de los daños ocasionados,

pero el principal requisito es que antes de acudir a ella, hayan agotado los recursos legales en su

país y hayan planteado su caso ante la Comisión Interamericana, que es la que puede plantear la

demanda ante la Corte Interamericana. No lo pueden hacer las personas afectadas directamente

porque la Convención Americana establece que “solo los Estados Partes y la Comisión

Interamericana” pueden someter casos al conocimiento de la Corte Interamericana. (IIDH, 2009)

3.4 Que es la comisión internacional de derechos humanos

El SIDH se inició formalmente con la aprobación de la Declaración Americana de los

Derechos y Deberes del Hombre en la Novena Conferencia Internacional Americana celebrada en

Bogotá en 1948, en el marco de la cual también se adoptó la propia Carta de la OEA, que

proclama los "derechos fundamentales de la persona humana" como uno de los principios en que

se funda la Organización. La Carta establece la Comisión como un órgano principal y autónomo


23

de la Organización de los Estados Americanos (OEA) creada en 1959 e instalada en 1979, que

tiene como función promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en el

continente americano y servir como órgano consultivo de la OEA en dicha materia (OEA, 2012).

Está integrada por siete miembros independientes que se desempeñan en forma personal y tiene

su sede en Washington, D.C. (OEA, 2012)

La CIDH realiza su trabajo con base en tres pilares de trabajo:

 el Sistema de Petición Individual;

 el monitoreo de la situación de los derechos humanos en los Estados Miembros, y

 la atención a líneas temáticas prioritarias.


24

4. Marco teórico

4.1 Efectos de las sentencias emitidas por la Corte IDH

Como lo presenta el jurista Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot5, de conformidad con los

artículos 67 y 68.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las sentencias de la

Corte IDH son de carácter "definitivo" e "inapelable" y los Estados Partes en la Convención se

comprometen a "cumplir la decisión" en todo caso en que sean partes. Son el fundamento

principal en el marco del Pacto de San José para otorgar a los fallos del Tribunal Interamericano

su carácter "firme" y "con eficacia vinculante", por lo que no procede ningún medio de

impugnación y en consecuencia, no pueden ser revisadas en el ámbito nacional por ninguna

autoridad.

Existe una instancia de interpretación de la sentencia, previsto en el artículo 67 de la

Convención Americana sobre Derechos Humanos, que pueden presentar las partes dentro de los

noventa días a partir de la fecha de la notificación del fallo, sin embargo, no constituye

propiamente un recurso, en razón que su objetivo es aclarar el sentido o alcance de la resolución,

cuando alguna de las partes alega que el texto de sus puntos resolutivos o de sus consideraciones

carece de claridad o precisión, siempre y cuando esas consideraciones incidan en dicha parte

resolutiva, sin que pueda en modo alguno modificar o cambiar su sustancia. (MAC-GREGOR)

Las sentencias que emite la Corte interamericana de Derechos Humanos con motivo de los

casos contenciosos que se someten a su jurisdicción son vinculantes para los Estados partes en el

5
Investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y Juez de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
25

proceso, pero, además, son ejecutivas. Dicha ejecutividad es lo que hace la diferencia entre los

fallos de la Corte Interamericana y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el cual ha

reconocido que sus sentencias son "declarativas".

El artículo 68.2 de la Convención Americana que remite a los trámites procesales internos de

ejecución de sentencias contra el Estado a efecto de que las sentencias de reparaciones que emita

la Corte Interamericana también puedan ser ejecutadas por esa vía, es la norma que, por remisión

convencional, elimina obstáculos palos Estados partes se nieguen a cumplir con dichos fallos.

(Rescia V. M., 1997)

Finalmente, un detalle que no debe perderse de vista es la importancia que tiene el efecto de

cosa interpretada de las sentencias y opiniones consultivas de la Corte Interamericana. Al margen

de la ejecutividad que puedan tener las sentencias que establezcan reparaciones para un caso

concreto, el resto de los fallos que dicte la Corte sobre el fondo de un caso, no solo sirven para

resolver los asuntos que se le someten, sino para aclarar, amparar y desarrollar las normas de la

Convención Americana, lo que contribuye a que los Estados partes respeten los compromisos

internacionales contraídos. (Rescia V. M., 1997)

4.1.1 Alcance y carácter vinculante

Manifestó la Corte Constitucional, al resolver una tutela, describiendo el alcance y carácter

vinculante, como efectos de los fallos de la Corte IDH, que estas sentencias proferidas por los

tribunales internacionales de derechos humanos, en ejercicio de la función jurisdiccional que le

reconocen los estados, no deben encontrar obstáculos en su cumplimiento y no deben tener

oposición por parte de las autoridades encargadas de cumplirlos. (Corte Constitucional , 2012).
26

4.1.2 Control de Convencionalidad

El principio o control de convencionalidad, es producto de la suscripción de tratados

internacionales por parte del Estado colombiano, como la Convención Americana sobre Derechos

Humanos, con el fin de salvaguardar los derechos esenciales del hombre en el continente

americano (Álvarez, 2006), al haber sido ratificada por Colombia el 28 de mayo de 19736. Es

fruto de la aplicación de los principios básicos del Derecho Internacional Público, que más que

una necesidad, proyectan una obligación por parte de los Estados partes, de no tener

disposiciones de derecho interno que contraríen las libertades y derechos ratificados en la

convención, por lo que se hace imprescindible su aplicación7.

El profesor Rey (2008) expresa, el control de convencionalidad es un mecanismo de

protección procesal que ejerce la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el evento en

que el derecho interno (constitución, ley, actos administrativos, jurisprudencia, prácticas

administrativas o judiciales, etc.) sea incompatible con la Convención Americana sobre Derechos

Humanos u otros tratados –aplicables–, con el objeto de aplicar la Convención u otro tratado,

mediante un examen de confrontación normativo (derechos interno con el tratado), dictando una

sentencia judicial y ordenando la modificación, derogación, anulación o reforma de las normas o

prácticas internas, según corresponda, protegiendo los derechos de las personas humanas, con el

objetivo de garantizar la supremacía de la Convención americana.

6
(Defensoría del Pueblo, 2001 y la Ley 16 de 1972)
7
artículo segundo de la Convención Americana de Derechos Humanos
27

De acuerdo a lo anterior, el principio de convencionalidad, es una obligación en cabeza de

cada estado, consistente en revisar la congruencia entre sus normas nacionales y la convención

americana de derechos humanos.

4.2 Casos Contenciosos del Estado de Colombia ante La Corte IDH

4.2.1 Caso de la "Masacre de Mapiripán" Vs. Colombia.

El proceso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado Colombiano, mediante

petición presentada ante la CIDH el 6 de octubre de 1999, remitida a la Corte IDH el 5 de setiembre

de 2003, por la muerte, lesiones y abusos cometidos en contra de pobladores de la localidad de

Mapiripán, por parte de agentes paramilitares, así como la falta de investigación y sanción de los

responsables. Los hechos del presente caso se iniciaron el 12 de julio de 1997 cuando un centenar

de miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) aterrizaron en el aeropuerto de San

José de Guaviare en vuelos irregulares y fueron recogidos por miembros del Ejército sin exigirles

ningún tipo de control. El Ejército colombiano facilitó el transporte de los paramilitares. El 15 de

julio de 1997, más de cien hombres armados rodearon Mapiripán por vía terrestre y fluvial. Al

llegar a Mapiripán, los paramilitares tomaron control del pueblo, comunicaciones y oficinas

públicas, y procedieron a intimidar a sus habitantes. Un grupo fue torturado y asesinado. La fuerza

pública llegó a Mapiripán el 22 de julio de 1997, después de concluida la masacre y con

posterioridad a la llegada de los medios de comunicación, cuando los paramilitares ya habían

destruido gran parte de la evidencia física. A pesar de los recursos interpuestos por las víctimas, no
28

se realizaron mayores investigaciones ni se sancionaron a los responsables. (Caso de la “Masacre

de Mapiripán” Vs. Colombia, 2005)

En el presente caso, una vez establecida la vinculación de las Fuerzas Armadas con ese grupo

de paramilitares al perpetrar la masacre con base en el reconocimiento estatal de los hechos y en el

conjunto de pruebas, la Corte concluye que la responsabilidad internacional del Estado se ha

generado por un conjunto de acciones y omisiones de agentes estatales y de particulares realizadas

en forma coordinada, paralela o concatenada con el propósito de perpetrar la masacre. En

consecuencia, y en los términos del reconocimiento de responsabilidad estatal, la Corte consideró

que el Estado colombiano es responsable por la violación de los derechos consagrados en la

Convención, en relación con el artículo 1.1 de dicho tratado, en perjuicio de cierto número de

víctimas – que el propio Estado mencionó como “aproximadamente 49”, de las cuales apenas han

sido individualizadas algunas.8

Se debatieron temas de Derecho internacional humanitario; Garantías jurisdiccionales y

procesales; Derecho a la integridad personal; Jurisdicción penal; Jurisdicción militar; Libertad

personal; Personalidad jurídica; Protección judicial; Responsabilidad internacional del Estado;

Tortura; Derecho a la vida, Obligación de respetar derechos. (Caso de la “Masacre de Mapiripán”

Vs. Colombia, 2005)

El Estado realizó un reconocimiento parcial de responsabilidad internacional, el cual fue

aceptado por la Corte IDH.

8
Los señores José Rolan Valencia, Sinaí Blanco Santamaría, Antonio María Barrera Calle, Álvaro Tovar Muñoz,
Jaime Pinzón, Raúl Morales, Edwin Morales, Manuel Arévalo, Hugo Fernando Martínez Contreras, Diego Armando
Martínez Contreras, Omar Patiño Vaca, Eliécer Martínez Vaca, Gustavo Caicedo Rodríguez, Enrique Pinzón López,
Luis Eduardo Pinzón López, Jorge Pinzón López, José Alberto Pinzón López, Jaime Riaño Colorado y Uriel Garzón
y la señora Ana Beiba Ramírez.
29

4.2.2 Caso 19 Comerciantes Vs. Colombia.

El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado Colombiano, mediante petición

presentada ante la CIDH el 6 de marzo de 1996, remitida a la Corte IDH el 24 de enero de 2001,

por la desaparición forzada de 19 comerciantes por parte de un grupo paramilitar, así como a la

falta de una investigación para esclarecer los hechos y la falta de sanción a los responsables. Los

hechos del presente caso ocurrieron el 7 de octubre de 1987 cuando miembros de un grupo

paramilitar que operaba en el Municipio de Puerto Boyacá detuvieron a 17 comerciantes,

presuntamente por sus relaciones con grupos guerrilleros. Los comerciantes se dedicaban a

actividades comerciales, tales como transporte de mercaderías o de personas, o compra y venta de

mercancías en la frontera colombo-venezolana. - Luego de su detención, fueron asesinados y

descuartizados por lo que lanzaron sus cuerpos a un río. Dos semanas después de ocurridos los

hechos, otros dos comerciantes fueron en búsqueda de los desaparecidos. Igualmente fueron

detenidos y asesinados por el grupo paramilitar (Caso 19 comerciantes Vs. Colombia, 2004).

En el presente caso quedó demostrado que miembros del referido grupo “paramilitar” o grupo

delictivo que operaba en el Municipio de Puerto Boyacá, con el apoyo y colaboración de miembros

de la Fuerza Pública, detuvieron y dieron muerte a los 19 comerciantes en octubre de 1987 y que,

no bastándoles con esto, descuartizaron sus cuerpos y los lanzaron a las aguas del caño “El

Ermitaño”, afluente del río Magdalena, frente al sitio “Palo de Mango”, con el propósito de hacerlos

desaparecer para que no fueran encontrados ni identificados, lo cual efectivamente sucedió. Se

debatieron temas de Desaparición forzada, falta de garantías judiciales y procesales; Jurisdicción

penal y Jurisdicción militar; y los derechos vulnerados contemplados en la convención fueron:


30

Artículo 1 (Obligación de respetar derechos) - Artículo 4 (Derecho a la vida) - Artículo 5 (Derecho

a la integridad personal) - Artículo 7 (Derecho a la libertad personal) - Artículo 8 (Garantías

judiciales) - Artículo 25 (Protección judicial) (Caso 19 comerciantes Vs. Colombia, 2004).

El Estado realizó un reconocimiento de responsabilidad internacional, el cual fue aceptado por

la Corte IDH.9

4.2.3 Caso Las Palmeras Vs. Colombia.

El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado colombiano por la muerte de

Artemio Pantoja Ordóñez, Hernán Javier Cuarán, Julio Milcíades Cerón Gómez, Edebraiz Cerón

Rojas, William Hamilton Cerón Rojas, Hernán Lizcano Jacanamejoy y Moisés Ojeda por parte de

miembros de la Policía Nacional y el Ejército, así como de la falta de investigación y sanción de

responsables de los hechos. Los hechos del presente ocurrieron el 23 de enero de 1991 en la

localidad de Las Palmeras. El Comandante Departamental de la Policía de Putumayo ordenó a

miembros de la Policía Nacional y del Ejército llevar a cabo una operación armada en dicho

lugar. Los miembros de la Policía y el Ejército acudieron a una escuela rural donde detuvieron y

asesinaron a Artemio Pantoja Ordóñez, Hernán Javier Cuarán, Julio Milcíades Cerón Gómez,

Edebraiz Cerón Rojas, William Hamilton Cerón Rojas, Hernán Lizcano Jacanamejoy y Moisés

Ojeda. Sus familiares presentaron una serie de recursos. El proceso disciplinario absolvió a todas

las personas involucradas. Asimismo, se iniciaron dos procesos contencioso administrativos en

9
La Corte declaró que el Estado Colombiano violó los derechos consagrados en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de los señores Álvaro Lobo Pacheco,
Gerson Javier Rodríguez Quintero, Israel Pundor Quintero, Ángel María Barrera Sánchez, Antonio Flórez Contreras,
Víctor Manuel Ayala Sánchez, Alirio Chaparro Murillo, Álvaro Camargo, Gilberto Ortíz Sarmiento, Reinaldo Corzo
Vargas, Luis Hernando Jáuregui Jaimes, Luis Domingo Sauza Suárez, Juan Alberto Montero Fuentes, José Ferney
Fernández Díaz, Rubén Emilio Pineda Bedoya, Carlos Arturo Riatiga Carvajal, Juan Bautista, Alberto Gómez
(posiblemente de segundo apellido Ramírez) y Huber Pérez (posiblemente de segundo apellido Castaño) y s us
familiares.
31

los que se reconoció que las víctimas del operativo armado no pertenecían a ningún grupo

armado. Finalmente, se llevó a cabo un proceso bajo la jurisdicción penal internacional, el cual

sigue en etapa de investigación (Caso Las Palmeras Vs. Colombia, 2002).

La petición fue presentada ante la comisión el 27 de enero de y remitida ante la Corte IDH el

6 de julio de 1998. La CIDH solicitó a la Corte IDH que declare la responsabilidad internacional

del Estado de Colombia por la presunta violación de artículos la Convención Americana, en

relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento. En su sentencia de 6 de diciembre de 2001, la

Corte decidió que Colombia es responsable por la muerte de una persona desconocida, llamada

en la causa N.N./Moisés. Así mismo resolvió que, en perjuicio de los familiares de Artemio

Pantoja Ordóñez, Hernán Javier Cuarán Muchavisoy, Julio Milciades Cerón Gómez, Willian

Hamilton Cerón Rojas, Edebraes Norverto Cerón Rojas, NN/Moisés y Hernán Lizcano

Jacanamijoy (Caso Las Palmeras Vs. Colombia, 2002).


32

5. Consideraciones

5.1 Medidas De Reparación Impuestas Por La Corte Idh Al Estado De Colombia -

Obligación De Reparar

El incumplimiento y trasgresión a los deberes consagrados en los artículos 1.1 y 2° de la

Convención Americana, hace incurrir a los Estados partes en responsabilidad internacional. Así

lo establece la CIDH:

…la responsabilidad internacional del Estado puede generarse por actos u omisiones de

cualquier poder u órgano de éste, independientemente de su jerarquía, que violen la

Convención Americana. Es decir, todo acto u omisión, imputable al Estado, en violación de

las normas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, compromete la

responsabilidad internacional del Estado (Caso Olmedo Bustos y otros vs. Chile, 2003).

Pero la CADH no establece o determina las medidas de reparación ni instaura parámetros

para el establecimiento de éstas. Ha sido la CIDH la que a través de la interpretación sistemática

del artículo 63 de la Convención, de los derechos y libertades consagrados en ella y de las

obligaciones generales de los Estados (arts. 1.1 y 2° de la CADH), ha definido e impuesto en sus

fallos las diferentes formas de reparación, las que van mucho más allá de las solas

indemnizaciones de perjuicios por el daño experimentado, como a) declarar que la propia

sentencia constituye per se una forma de reparación; b) publicación de un resumen de la

sentencia en el Diario Oficial, en un diario de circulación nacionales, íntegramente, en el sitio

web oficial del Estado; c) indemnización de perjuicios a favor de las víctimas o sus familiares por

los daños materiales e inmateriales causados; d) obligación de pagar los gastos y costas generadas
33

en virtud del proceso respectivo; e) adecuar el ordenamiento jurídico interno a los estándares

internacionales con el fin de suprimir la censura previa, garantizar la libertad de pensamiento y

expresión, ajustar la jurisdicción penal militar a los parámetros internacionales estableciendo

límites a la competencia material y personal de los tribunales militares de forma tal que en

ninguna circunstancia un civil sea sometido a la jurisdicción militar, garantizar el derecho de

acceso a la información bajo el control del Estado y, asegurar que el ordenamiento jurídico no

presente obstáculos para la investigación, juzgamiento y, en su caso, sanción de los responsables

de graves violaciones a los derechos humanos; f) garantizar el debido proceso en la jurisdicción

penal militar y la protección judicial respecto de las actuaciones de las autoridades militares; g)

entregar en el plazo prudente, a través de la entidad correspondiente, la información solicitada

por las víctimas o, en su caso, adoptar una decisión fundamentada al respecto; h) capacitar,

dentro de un plazo razonable, en materia de acceso a la información pública a los órganos,

autoridades o agentes públicos encargados de atender las solicitudes de acceso a la información

bajo control del Estado y seguir implementando programas y cursos permanentes de educación y

capacitación dirigidos a funcionarios públicos y particularmente a funcionarios judiciales de los

distintos escalafones del poder judicial en materia de discriminación por orientación sexual;

k)brindar atención médica y psicológica o psiquiátrica gratuita y de forma inmediata, adecuada y

efectiva, a través de sus instituciones públicas de salud a las víctimas que así lo soliciten y k)

realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional, entre otras.


34

5.2 Cumplimiento Y Ejecución De Las Sentencias De La Corte Por El Estado De

Colombia. Commented [C7]: Por el Estado colombiano

Colombia aceptó la competencia contenciosa de la Corte IDH al ratificar la CADH por medio

de la Ley 16 de 30 de diciembre de 1972 (Congreso de la Republica de Colombia, 1973), pero ha

llegado a ocupar el sexto lugar entre los Estados con más alto porcentaje de incumplimiento de las

sentencias del alto Tribunal (González-Salzberg, 2018); a la fecha cuenta con 22 condenas en su

contra de las cuales ninguna ha concluido o se ha cumplido por completo, todas se encuentran en

etapa de supervisión de cumplimiento (CIDH, 2017).

De los datos reseñados, se concluye que la eficacia en la reparación difiere mucho de ser la

idónea, tanto por el tiempo de cumplimiento y el modo como se llevan a cabo las acciones relativas

a las reparaciones por parte del Estado Colombiano, que no constantemente satisfacen, según

reflejan os informes de cumplimiento de las sentencias y las intervenciones de los representantes

de las víctimas, para quienes el incumplimiento se convierte en un desagravio a sus derechos

humanos.

De modo que la eficacia no sólo vale por la posibilidad de pronunciarse sobre los casos

sometidos a su conocimiento, sino que implica la garantía de materialización y vigencia de sus

fallos, ya que la eficacia de una norma o institución, implica un problema de aplicación que recae

en determinado grupo social, y un examen de idoneidad de la estructura de las instituciones que

persiguen la consecución de los fines que se proponen. (Pietro Sanchis, Betegón Carrillo, & Gascón

Abellán , 1997)

Al analizar los informes de supervisión de cumplimento, se puede observar, en general, que

el cumplimiento de los fallos de la Corte IDH ha ido evolucionando hacia una cultura de
35

cumplimiento a través de los últimos años y cada vez los estados prestan mayor importancia a su

participación en el derecho internacional por lo que cada vez el cumplimiento de los fallos es más

efectivo. Sin embargo, aún se presentan diferentes causas que dificultan ese cumplimiento, como

las realidades sociales y económicas, razones de política interna de los Estados o la conformación

política de los órganos representativos, que no permiten alcanzar las mayorías constitucionales

para adoptar los cambios legislativos necesarios para adecuar los ordenamientos jurídicos

internos a la CADH y al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Lo anterior, implica analizar los medios e instituciones que existen para que los fallos emitidos

por la Corte IDH se cumplan de manera coercitiva.

5.3 Obstáculos Para El Cumplimiento Y Ejecución De Los Fallos De La Corte IDH

El SIDH ha declarado que el incumplimiento de los Estados partes se presenta, por estos no

asumir políticas públicas que permitan el total cumplimiento de las sentencias, a pesar que en los

estrados y en los informes de declaración de cumplimiento, muestren voluntad, lo anterior, se debe

a la carencia de un marco jurídico interno de los estados, que permita hacer ejecutivos los fallos de

la Corte, por la falta de coherencia y coordinación de las diferentes entidades, por el

desconocimiento de algunos funcionarios y a la posición de los Estados que en algunas ocasiones

tratan de estropear la relación entre las víctimas y sus representantes (González-Salzberg, 2018)

Los instrumentos procesales internos de los Estados partes no siempre resultan eficaces para

estos fines, por lo que los poderes públicos deben remover los obstáculos que impidan o

dificulten la plenitud de los derechos fundamentales reconocidos en la Convención Americana y


36

que en caso de que su violación haya sido demostrada, sean las reparaciones fijadas por la Corte

el medio para resarcir tales violaciones.

En ese sentido, es fundamental traer a discusión el tema de la ejecutividad de los fallos de la

Corte a fin de fomentar iniciativas para que los Estados partes se concienticen sobre la creación

de instrumentos procesales internos para implementar el cumplimiento de esas sentencias.

Resultando necesario establecer esos cauces procesales adecuados para ser coherentes con la

obligación internacional contraída en los términos del artículo 1 de la Convención Americana, es

decir, para dar efectividad a los derechos y libertades reconocidos en ese tratado. En segundo

lugar, para que haya complementariedad y coordinación entre la obligación internacional

asumida por los Estados partes y sus sistemas constitucionales. Y en último lugar, para no utilizar

el recurso de amparo, de revisión, o cualquier otro, como método ad hoc de ejecución de

sentencias de la Corte Interamericana. (Rescia V. M., 1997)

6. La obligación del Estado Colombiano de adoptar mecanismos que hagan efectivas las

sentencias de la Corte IDH. Commented [C8]: Este apartado puede ser unificado con
el anterior

Como se ha manifestado reiterativamente, Colombia al suscribir y ratificar la CADH, se ha

obligado tácitamente a cumplir con los deberes contempladas en los artículos 1.º y 2.º de la CADH

y de todo su articulado en general. Sus principales obligaciones son respetar y garantizar los

derechos y libertades reconocidos a través de la Convención; y adoptar las disposiciones de derecho

interno que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.
37

De lo anterior y de acuerdo con el principio básico de derecho internacional denominado pacta

sunt servanda (lo pactado obliga) (UN, 2004), podemos predicar que dentro de las obligaciones del

Estado Parte, se hace necesario la integración de la CADH al ordenamiento jurídico interno,

creando disposiciones legislativas o de otro carácter que aseguren los derechos y libertades

consagrados en ella. En consecuencia, la inejecución de una sentencia internacional supone no la

violación de dicha sentencia, sino la obligación internacional de dar aplicación a ese fallo, en donde

el Estado cuenta con autonomía para determinar los instrumentos que va a utilizar para cumplirlas.

La CADH en su artículo 25 establece el derecho que tiene todo individuo a un recurso judicial

efectivo que lo ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la

Convención, el incumplimiento del fallo internacional viola el derecho a obtener una justa

reparación, razón que apoya nuestra teoría de crear recursos judiciales efectivos, que garanticen el

acatamiento real de las decisiones y ordenes de la Corte IDH, que deben estar a cargo del Estado

Colombiano.

El SIDH no cuenta con mecanismos jurídicos para ejercer una presión eficaz en los Estados

referente al cumplimiento de sus sentencias. En estos términos, el responsable de crear y brindar

esos medios jurídicos es el Estado miembro, ofreciendo garantía a los derechos establecidos en la

misma Convención; mecanismos que deben estar dispuestos a vincularse jurídicamente con la

Corte Interamericana, y por ende, las modificaciones adecuadas dentro del derecho interno deben

ser paralelas y encaminadas a la ejecución de las sentencias de dicho tribunal internacional.

(Rescia V. M., 1997)

La Corte Constitucional en sede de tutela, mediante Sentencia T-558 de fecha 10 de julio de

2003 (Sentencia T-558-03 M.P. Clara Ines Vargas Hernandez, 2003), al referirse al tema de
38

ejecución de las sentencias internacionales, manifestó que los órganos que deben llevar la carga

de crear y poner a disposición mecanismos de cumplimiento, son los Estados miembros de

conformidad con los principios del derecho internacional público, en razón que las decisiones

internacionales no se refieran a un órgano interno específico sino al Estado colombiano en su

conjunto, por lo que sería ilógico atribuirle a la Corte IDH la carga de conocer específicamente los

diferentes órganos, instituciones, secciones, programas, etc., de cada Estado Parte, para establecer

un mecanismo jurídico de cumplimiento que actúe en el terreno nacional, y seguramente el SIDH

se vería en la complicada tarea de regular un mecanismo de cumplimiento por país, debido a que

todos los sistemas jurídicos son disímiles entre sí.

No obstante, se considera importante el fortalecimiento del control y seguimiento de los

órganos propios del sistema, en especial de la Corte IDH.

6.1 Mecanismos jurídicos internos

En nuestro ordenamiento jurídico no se identifican instituciones jurídicas procesales, que se

puedan activar o a las que se puedan acudir en caso de incumplimiento de las sentencias de la Corte

IDH. Lo más cercano en relación al tema es la Ley 288 de 5 de julio de 1996 (Congreso de la

Republica de Colombia, 1996) por medio de la cual se establecen instrumentos para la

indemnización de los perjuicios causados a víctimas de violaciones a derechos humanos en virtud

de lo dispuesto por determinados órganos internacionales, estableciendo procesos conciliatorios e

incidentes de liquidación de perjuicios en relación con las resoluciones de la Comisión

Interamericana de Derechos Humanos y del Comité de Derechos Humanos, creado en el marco del

Pacto de Derechos Civiles y Políticos, igualmente dispone el cobro ejecutivo de la indemnización


39

declarando que el auto aprobatorio de la conciliación tendrá los alcances de un crédito

judicialmente reconocido.

Lo anterior nos da luz a las posibles soluciones de la problemática planteada en el presente

trabajo, en razón que esta ley presenta un gran vacío jurídico, y es, que omitió incluir al único

órgano jurisdiccional regional, que es la Corte IDH. De esta manera al carecer de medidas

específicas creadas por el ordenamiento jurídico interno para llevar a cabo el cumplimiento o

ejecución de las sentencias de la Corte IDH, analizaremos algunos mecanismos que están siendo

utilizados como el proceso ejecutivo, disposición expresa de la CADH y la acción de tutela, por

cuanto el tema en conflicto son derechos humanos.

6.2 El proceso ejecutivo

De la Convención Americana de Derechos Humanos, se desprende que se puede exigir el

cumplimiento de las obligaciones pecuniarias (obligaciones de dar) por medio de la acción

ejecutiva interna, cuando dispone en su artículo 68 inciso segundo: “La parte del fallo que disponga

indemnización compensatoria se podrá ejecutar en el respectivo país por el procedimiento interno

vigente para la ejecución de sentencias contra el Estado”

Pero que sucede con las demás reparaciones, es decir con las obligaciones de hacer o no hacer,

estas no pueden ser solicitadas a través del mismo proceso ejecutivo, y no cuentan con estipulación

específica dentro de la CADH, que permita establecer el mecanismo para perseguir su

cumplimiento y de tratar de incluirse dentro de este proceso a través de disposición internacional

o interna, su ejecución sería un proceso debidamente complicado porque todas las reparaciones no

pueden ser consumadas de inmediato y otras no tiene un plazo específico, por ejemplo la obligación
40

de investigar, juzgar y sancionar o la de identificar a otras presuntas víctimas, entonces el plazo

para interponer la demanda ejecutiva dependería de cada una de las obligaciones que se derivan de

la sentencia, habría un número igual de procesos ejecutivos, al número de medidas de reparación,

las cuales son bastantes e indeterminadas.

Ahora, el proceso ejecutivo regulado en nuestro Código Civil Colombiano (Congreso de la

Republica de Colombia, 1873) no es el referido por el artículo 68 de LA CADH, pues se trata

procesos de ejecución contra el Estado, lo cual no es asunto que le competa a la jurisdicción

ordinaria (Acosta Lopez & Londoño Lazaro, 2010). De otro lado el Código de Procedimiento

Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (Congreso de la Republica de Colombia, 2011)

solo reconoce como título ejecutivo a las sentencias debidamente ejecutoriadas y proferidas por la

Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, mediante las cuales se condene a una entidad

pública al pago de sumas dinerarias. Es decir, por un lado, se podrían negar aquellas acciones

encaminadas a ejecutar obligaciones distintas a las de dar y por otro, la norma que regula la acción

ejecutiva de sentencias contra el Estado excluye las sentencias internacionales.

Desde otro punto, si procediéramos ejecutivamente a través de la jurisdicción contenciosa

administrativa, respecto a la legitimación por pasiva ¿a quién deberíamos demandar

ejecutivamente? Porque de acuerdo al Código Contencioso Administrativo colombiano, debemos

dirigirnos a la entidad que causó el hecho, pero en las sentencias de la CORTE IDH las reparaciones

se refieren al “Estado” es decir a un todo y no a una entidad en particular como garante de cumplir

dicha reparación, generando otro problema y es que no se podría afirmar que cada entidad seria la

obligada a cumplir determinadas obligaciones.


41

6.3 La Acción de tutela

La acción de tutela puede ser procedente para el cumplimiento de las sentencias

interamericanas pues con ella se pretende proteger el derecho fundamental de acceso a la justicia

que implica el cumplimiento de decisiones judiciales, protegido por la Constitución Política de

Colombia en su artículo 288 y por el bloque de constitucionalidad, (Sentencia C-401 de 2005 M.P.

Manuel Jose Cepeda Espinosa, 2005) siempre que se demuestre su carácter subsidiario para el caso,

para aplicar este mecanismo como transitorio, pero para hacer cumplir las obligaciones de hacer,

cuando se interpone en orden a garantizar la ejecución de una sentencia, pero contrario al proceso

ejecutivo, la tutela no es procedente frente a la ejecución de obligaciones de dar, porque para estos

eventos el instrumento idóneo de carácter ordinario es el proceso ejecutivo.

En este sentido la Corte Constitucional, manifestó en Sentencia T-403 de 23 de agosto de

1996, lo siguiente:

…al cumplimiento de sentencias judiciales por vía de tutela, …cuando lo ordenado en la

providencia incumplida es una obligación de hacer, es viable lograr su cumplimiento por

medio de la acción de tutela, pues los mecanismos consagrados en el ordenamiento jurídico

no siempre tienen la idoneidad suficiente para proteger los derechos fundamentales que

puedan verse afectados con el incumplimiento de una providencia. En cambio, cuando se trata

del cumplimiento de obligaciones de dar, la ley ha previsto un mecanismo idóneo para lograr

su cumplimiento, como es el proceso ejecutivo, cuya adecuada utilización garantiza el forzoso

cumplimiento de la obligación que se pretende eludir… (Sentencia T-403 de 1996 M.P.

Vladimiro Naranjo Mesa, 1996)


42

Según lo anterior podemos concluir que la tutela procede para el cumplimiento de obligaciones

de hacer estipuladas en una sentencia de la Corte IDH, de conformidad al artículo 2.º del Decreto

2591 de 19 de noviembre de 1991.º que dispone: “La acción de tutela garantiza los derechos

constitucionales fundamentales. Cuando una decisión de tutela se refiere a un derecho no señalado

expresamente por la Constitución como fundamental, pero cuya naturaleza permita su tutela para

casos concretos, la Corte Constitucional le dará prelación en la revisión a esta decisión”.

Pero por desdicha se está algo lejos de que los jueces colombianos examinen tal viabilidad y

reciban órdenes de tribunales internacionales, manifestación que sustentamos en: 1. Sentencia T-

558 de 200355; 2. Sentencia T-327 de 15 de abril de 2004; y 3. Sentencia T-367 de 2010. Sentencias

que tienen un común denominador y es que la Corte Constitucional se contradice porque si bien

les otorga efecto vinculante directo a los fallos de la Corte IDH, no le parecen suficientes como

para en forma exclusiva decidir con base a ellos, de lo que se deduce que los jueces solo usan las

órdenes de la Corte IDH, como punto de apoyo para proteger derechos fundamentales consagrados

en la Constitución Política.
43

Conclusiones

El cumplimiento de las sentencias emitidas por la Corte IDH, permite llevar a cabo su propósito
que es el otorgamiento de justicia a las víctimas, por lo que su ejecución se convierte en un pilar
fundamental del derecho, al ser la medida que efectivamente repara los derechos vulnerados. Los
fallos de la Corte IDH ordena reparaciones que van desde obligaciones de dar a obligaciones de
hacer o no hacer, que en varios casos no tienen un procedimiento claro o determinado a seguir
dentro nuestro régimen interno. En Colombia se ha avanzado en cuanto al cumplimiento de las
decisiones de la Corte IDH, según se puede verificar con el seguimiento de los casos
contenciosos y los informes de supervisión.

En Colombia no existen mecanismos jurídicos específicos integrados al ordenamiento


jurídico que permitan cumplir o ejecutar las sentencias proferidas por la Corte IDH, en
consecuencia, está desacatando el artículo 2.º, 25.°, y 63.° de la CADH, que le impone el deber
de adoptar disposiciones internas, recursos judiciales efectivos y el derecho a una justa
reparación, que garanticen el cumplimiento estas resoluciones. Si bien la CADH contempla el
proceso ejecutivo para ejecutar las obligaciones, este proceso no ha sido adaptado en nuestro
ordenamiento jurídico para tal fin y por el contrario sostiene innumerables problemas tanto
procesales como sustanciales en materia jurídica positiva.

La Ley 288 de1996 al excluir las sentencias de la Corte IDH de sus efectos, nos deja el vacío
jurídico objeto del presente trabajo, pero igualmente es significativa para establecer un
mecanismo similar de orden internacional a nuestro régimen interno, al otorgarle al auto
aprobatorio de la conciliación alcances de un crédito judicialmente reconocido, que suprime
dificultades dentro de la jurisdicción nacional.

Pero para que el proceso pueda perfeccionarse, es indispensable contar con un manual de
procedimiento implementado a través de una resolución o decreto, que indique los plazos, las
actuaciones específicas, el funcionario responsable, el modo de reparar los daños, entre otros, con
44

el propósito que las victimas tenga un procedimiento que garantice el cumplimiento de las
sentencias de la Corte IDH y en consecuencia su derechos.

A nuestro criterio, el legitimado deberá ser el Ministerio de Relaciones Exteriores por ser la

principal entidad ejecutora de las medidas ordenadas por la Corte IDH, pues es el encargado de

velar por cualquier tipo de relación existente entre el país con el SIDH y tiene específicamente

asignadas las funciones de coordinación y supervisión para el cumplimiento de los fallos de la

Corte IDH, como lo manifestó La Corte Constitucional en sede de tutela (Sentencia T-367 de 2010,

2010) este es el principal órgano de cumplimiento como ente coordinador de las demás instancias

nacionales involucradas en las medidas de reparación; y su acción de coordinador no se agota

simplemente con la comunicación a las entidades que posean relación con el cumplimiento de las

medidas ordenadas por la Corte IDH, sino que debe velar y realizar todas las gestiones posibles

para que se cumpla lo estipulado.

El procedimiento debe ser conciliatorio, que preste mérito ejecutivo, con el fin, que en el caso

de no llegar a un acuerdo pueda ser liquidado y ejecutado inmediatamente ante la jurisdicción

contenciosa administrativa, radicando la competencia en los Tribunales Administrativos,

asegurando el principio de doble instancia ante el Honorable Consejo de Estado.


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