Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Autorreferencia y Estilo Terapeutico PDF
Autorreferencia y Estilo Terapeutico PDF
159-171
* Correspondencia: Dora Isabel Garzón, Maestría en Psicología Clínica y de Familia, Facultad de Psicología, Universidad Santo Tomás, Bogotá,
Colombia. Correo electrónico: doraisabeldelaverde@hotmail.com. Dirección postal: Cra. 9 No 51–11, Bogotá, Colombia.
Abstract
This paper refers the mode how in the Auto-reference and therapeutic style seminary of the
Magister in psychology and the family program in the Santo Tomas University, contribute to the
therapist education in a systemic paradigm, through a life experience that refers to “self” in its
intersubjective dimension. It is made through complex human interchanges contextualized within
psico-social-anthropological relational dynamics which give frame to conversational, reflective and
metaobservation processes, in the emergency of meanings directly associate to the knowledge in
the formation and in the therapy. The final aim is to construct a knowledge that is put to the ser-
vice of the transformation of the human suffering through therapist as a conscious manager of the
change from an ethical position. In this way is insisted on the experiential components required by
the psychotherapists to make its transit towards the second order epistemology proposed by Von
Foerster through an exercise based on the self-reference.
de ubicar la maestría con una epistemología de sionales conscientes de su respuesta ética frente
segundo orden centrada en los sistemas obser- al dolor y al sufrimiento de los seres humanos, al
vantes, lo cual hace que se trabaje con dos re- estar preparados conceptual, teórica y experien-
ferentes básicos: los procesos autorreferenciales cialmente para asumir el compromiso personal y
y hetero-referenciales presentes en todo proceso profesional que hoy les demanda la labor clínica.
de conocimiento, en forma conjunta con la cons-
trucción del estilo personal del terapeuta, que al
experimentarse subjetivamente, requiere auto-
rreferenciarse reflexivamente para su compren- Marco general
sión y definición.
Actualmente, en la formación de terapeutas sisté-
Estos referentes aportan la base a la estructura micos existe un énfasis centrado en la persona del
de los contenidos temáticos que se desarrollan en terapeuta. Se reconoce la necesidad de formar
cada encuentro del seminario. Se constituyen en un profesional cada vez más autónomo, reflexivo
puntos de referencia paradigmática y epistemo- y propositivo en oposición al terapeuta de otras
lógica para la reflexión que emerge asociada a épocas, estereotipado, definido en su estilo por
cada acción y experiencia desarrollada, reflexión los modelos teóricos y por sus maestros. Se per-
que permite configurar nuevas comprensiones en sigue potencializar el impacto de su intervención
la búsqueda de sentido dentro del ejercicio inter- en los contextos en que realiza la actividad profe-
subjetivo del diálogo, en el cual se conjugan las sional por su mayor capacidad para asumir con un
ideas de los terapeutas en formación de partici- criterio ético la responsabilidad social y política
pantes y de la docente, establecidos como comu- de su labor. Esta responsabilidad se entiende des-
nidad observadora. de el vínculo que establece con el sistema consul-
tante y sus redes, y la interdependencia que los
En relación con los referentes también se explici- une, lo cual conduce a la definición de una rela-
tan algunas ideas que fundamentan la orientación ción terapéutica compleja en la que el terapeuta
de la formación de terapeutas en la maestría, así es un agente de la terapia y sus resultados.
como las estrategias metodológicas que hacen
posible su aplicación en el seminario. Se espera que desarrolle creatividad, espontanei-
dad y flexibilidad, con una gama de posibilidades
Más que un campo teórico y conceptual comple- para hacer frente a las demandas de un campo de
tamente estructurado para validarse, este texto acción heterogéneo en relación con los sistemas
muestra una experiencia vital, cuyo protagonista humanos y sus dilemas; que integre la práctica
es el terapeuta, quien al concebirse como un par- empírica y clínica en el campo de la salud mental,
ticipante de la unidad de sentido que representa con amplio repertorio de recursos para evaluar su
el contexto de la terapia, requiere actuar reflexi- intervención, organice el conocimiento de acuer-
vamente frente a la posición que ocupa en tal do con su estilo personal, defina sus particulari-
unidad; no se desconoce a los demás miembros dades y rediseñe las estrategias adecuadas que le
por su participación activa en la configuración ofrecen las teorías según cada contexto.
de esta unidad, sino que para efectos de un des-
empeño terapéutico que implica la relación de Esta tarea le demanda al terapeuta mirarse a sí
ayuda, centra el interés en el terapeuta de una mismo en relación con otros, disponerse al en-
manera generativa al facilitarle poner en juego cuentro humano emocional e intelectualmen-
intencionalmente todos sus recursos como activa- te: conversar, reflexionar y recrear actividades
dor del cambio que busca la terapia. Se trata, en complejas que, en una u otra forma, remiten a
últimas, de reflejar el compromiso de la Maestría la noción de autorreferencia, la cual implica una
en Psicología Clínica y de Familia, como una es- postura epistemológica referida al proceso recur-
cuela de pensamiento en el campo de la psicote- sivo de observar las observaciones; de este modo
rapia sistémica, dirigida a la formación de profe- se da cuenta de la reflexividad en contexto para
vo que involucra el diálogo. Plantea sobre este la identidad terapéutica como un proceso que le
punto John Dewey (1934, citado por Hedges y permite reconocerse en sus habilidades y compe-
Lang, 1993), que la vida humana distintivamente tencias para una práctica ética y estética en el
mantiene abierta la posibilidad de elaboraciones contexto de la psicoterapia.
creativas de nuestra experiencia vivida; así se ve
que la identidad no es algo fijo, que simplemente La autorreferencia y la reflexividad
se posee; es una actividad, un hacer en procesos
interactivos, que requiere una estructura social en relación con prácticas éticas en
para su desarrollo, representación que sufre per- el contexto de la terapia
manentes incorporaciones, requerimientos y re-
ordenamientos. Esa estructura social se refiere al Para Francisco Varela (1998), la noción de autorre-
contexto, no simplemente como un entorno que ferencia, sinónimo de circularidad y reflexividad,
alberga, sino como “aquella porción del universo tiene tres figuras entrelazadas que circulan, pero
con la cual el self (yo, sí mismo, identidad) in- que pueden mantener distinciones: en un primer
teractúa significativamente, vitalmente” (p. 50) nivel estaría la reflexividad como anillo lógico en
como conceptualiza Guevara (1995), quien cita a la operatividad de los sistemas formales.
Minuchin cuando afirma que una persona no ter-
mina en los límites de su piel, ya que el ser que La segunda figura está en la reflexividad como
existe es un self más su contexto. clausura operacional, propia de los sistemas so-
ciales que les permite instituirse como entida-
Por tanto, aquí resulta relevante entender la con- des autónomas, desde la calidad de red de las
ciencia en su acepción de “conocer juntos”, como interacciones que los componen, anillos multidi-
la define Humphrey (citado por Pakman, 2000), mensionales que permiten su emergencia. Afir-
cuyo sentido se refiere a un conocimiento com- ma el autor: “La clausura no es cierre, es decir,
partido, producto social, en el que el ser cons- ausencia de interacción o la separación respecto
ciente de sí mismo es el resultado de un proceso del mundo. Se trata más bien de otra manera de
relacional, de la interacción, sin que predomine comprender la forma en que un sistema se articu-
el matiz moral que restringe la comprensión des- la con su mundo” (p. 128). Uno de los ejemplos de
de mandatos sociales negativos sobre las accio- clausura organizacional es la noción de autopoie-
nes de las personas, como trazado de distinciones sis que caracteriza a los sistemas vivos. Estupiñán
que desestima cualquier reflexión que pueda dar (2001) expone: “Este acto de autoorganización le
sentido a la participación en procesos relaciona- permite construir su identidad, constituirse como
les, situacionales y encarnados de la conducta unidad y crear sus límites como parte de él, en su
humana. espacio de existencia” (p. 5), relativa autonomía
que posibilita nuevas aperturas para dar paso a la
Compartimos por ello la explicación que da Ma- autoconciencia.
turana (1998), para quien la conciencia cambia
nuestras vidas como cambia nuestra corporeidad; El tercer nivel está asociado a la cibernética de
como sistema vivo, estamos de manera constituti- segundo orden, pero como reflexividad engendra-
va en un cambio estructural continuo; así pues, en da en tanto proceso generador que engendra al
terapia, el curso de nuestras dinámicas estructu- observador. Es una forma de clausura operacional
rales está asociado a la conciencia de la concien- “que incluye explícitamente las interacciones hu-
cia de participación en el sistema terapéutico, manas lingüísticas y no lingüísticas, que dan forma
acto reflexivo que involucra dinámicas relaciona- a los seres humanos, con su cuerpo, en el tiempo
les asociadas a tal nivel de conciencia. Esto signi- y el espacio” (Varela, 1988, p. 129). El lenguaje
fica que en la relación terapéutica se desarrollan se ve así como acción que puede cambiar la rea-
diferentes prácticas de observación y de reflexión lidad, es decir, es una práctica contextualizada
que dan cuenta de la autorreferencia. Entonces, en la que se resalta el proceso en el cual emerge
el psicoterapeuta requiere desarrollar y asimilar el sujeto partícipe de la observación en el acto
existencia del sujeto; en su lugar se propone la de tres estrategias básicas: talleres en escenarios
emergencia del mismo en las prácticas lingüísti- pedagógicos, ejercicio de mapeo personal y con-
cas y no lingüísticas que constituyen la vida del versaciones con un autor elegido.
terapeuta. Gracias a esa metodología reflexiva
del seminario se articulan ajustes emocionales y Los talleres en escenarios pedagógicos se diseñan
se hace el despliegue de habilidades operativas para promover un aprendizaje creativo y motivan-
y prácticas en coherencia con la teoría, lo cual te que permite al terapeuta la apropiación del
aporta al enriquecimiento y flexibilización del conocimiento y el desarrollo de procesos autorre-
desempeño profesional. ferenciales. Tales escenarios son realizados por
los participantes del seminario mediante una guía
El seminario consta de un marco conceptual que que la docente les proporciona, la cual contie-
sustenta su abordaje como una experiencia prác- ne tema del encuentro, preguntas orientadoras,
tica que se ha implementado en la Maestría en competencias que hay que desarrollar, procedi-
Psicología Clínica y de Familia de la Universidad mientos y estrategias de la sesión que compren-
Santo Tomás, con el fin de brindar un contexto den el escenario pedagógico, diseñado y desarro-
para desarrollar procesos autorreferenciales que llado por los estudiantes responsables del mismo;
posibiliten al terapeuta la lectura de la realidad éste incluye los momentos por realizar, sus obje-
desde una epistemología de segundo orden, a tivos, procedimientos y estrategias particulares,
través de la reflexión sobre sí mismo y sobre las así como también los criterios de evaluación de
relaciones que se establecen tanto en el contexto todo el encuentro, las tareas proyectadas y la bi-
de la terapia como en otros escenarios del mun- bliografía recomendada para consultar.
do del terapeuta, entre estos el contexto de la
formación. El trabajo conjunto de cada grupo responsable del
taller y la docente implica que ella haga el encua-
El proceso formativo en el seminario se define en dre conceptual y práctico de la sesión; además,
tanto experiencia que involucra emocionalidad, que coordine los procesos de reflexión conjunta-
cogniciones y acciones conjugadas como actos uni- mente con el grupo de estudiantes responsable
ficados en el ámbito formativo. Es una propuesta del diseño del guion para, a su vez, ponerlo en
de estructura de trabajo que se instala en la auto práctica con su ayuda. Cada taller involucra en-
y heterorreflexividad, cuyo cometido es ayudar a trevistas autorreferenciales, equipos reflexivos,
los terapeutas a implementar la visión sistémica, discusión y reflexión de lecturas previamente
comprendiendo que la apreciación de la realidad asignadas, juegos de roles, utilización de videos,
depende de la posición que ellos ocupan dentro ejercicios autorreferenciales, exposiciones por
del sistema de formación conectado al contexto parte de la docente y de los estudiantes encarga-
de la terapia. Se invita así al estudiante a rela- dos de su implementación, y análisis conceptual
cionar sus ideas con las de otros, a metaobservar sobre método de casos tomados de la experiencia
sus propios procesos y los de los demás compa- de los participantes y la docente, entre otros.
ñeros del seminario, y a aplicar dispositivos que
faciliten la complejización de las observaciones, El trabajo experiencial se engrana en las teorías,
logrando la recursión entre ellas. conceptos y el marco paradigmático que orientan
el seminario. Así, los terapeutas en formación vi-
vencian en sí mismos la conceptualización, que se
vuelve un aprendizaje por experiencias directas.
Metodología
A partir de cada encuentro los estudiantes elabo-
Todo lo dicho demanda que el seminario sea una ran la segunda estrategia, que es el ejercicio de
experiencia de carácter participativo, interacti- mapeo personal. Se utiliza la “bitácora de mapeo
vo, conceptual y reflexivo. Se desarrolla a través de historias personales y profesionales”, como un
• Relacionar las ideas con el paradigma sisté- Tema de la sesión del seminario: Demandas psico-
mico ecológico, los procesos autorreferen- lógicas y existenciales para el psicoterapeuta.
ciales y el estilo terapéutico, conectados con
el rol terapéutico, la experiencia de la for- 1. Preguntas orientadoras
mación en la maestría y la historia personal, ¿Cómo se asocian la autorreferencia genera-
que dan cuenta de procesos identitarios, las tiva y el estilo personal del terapeuta con las
demandas psicológicas y existenciales para el demandas psicológicas y existenciales que se
terapeuta, el dominio relacional de las emo- le hacen en el contexto de la terapia?
ciones y la postura ética del terapeuta.
2. Competencias por desarrollar
• Plasmar los mapas a manera de gráficas, de
pinturas, de metáforas, etc., para su ejer- Capacidad de reconocer al terapeuta a partir
cicio reflexivo, el cual queda consignado en de procesos de metaobservación, las deman-
escritos personales. das existenciales, emocionales, cognitivas y
relacionales que le hace el contexto terapéu-
Como complemento del ejercicio de mapeo y de tico, para desarrollar a partir del ejercicio
los escenarios pedagógicos, cada estudiante revi- reflexivo nuevas posturas y miradas que pro-
sa el texto de un autor cuya teoría está interesado muevan oportunidades para el cambio en la
en conocer, así como el estilo personal en cuanto multidimensionalidad ética, estética y política.
El terapeuta indica ideas, sentimientos, premisas, rapia, y el estilo terapéutico que asume (tiempo
creencias y formas de acción y de relación, co- del estudiante responsable: 90 minutos).
nectadas con el estilo asumido en la psicoterapia
desde la apertura emocional e intelectual que el Procedimiento y estrategias
encuentro psicoterapéutico le demanda.
Paso 1. Realizar, de acuerdo con los dilemas abor-
3. Procedimientos y estrategias de la sesión dados en el ejercicio anterior, una figura en arci-
Escenario pedagógico. lla que represente la forma personal de enfrentar
las demandas psicológicas, éticas, cognitivas, re-
Momento 1 lacionales y existenciales asociadas a los mismos
Objetivo: Dar contexto al encuentro. en el contexto de la terapia.
Procedimiento y estrategias: conceptualizar el
tema del encuentro y dar contexto al escenario Paso 2. Ponerle un nombre y luego conversar con
pedagógico (tiempo del docente: 20 minutos). dos compañeros respecto a dicha representación
simbólica, a partir de la siguiente pregunta: ¿cómo
Momento 2 se relaciona el manejo que como terapeuta hago
Objetivo: A partir de procesos autorreferenciales, de las demandas del contexto terapéutico con el
el terapeuta identifica algunas demandas exis- estilo que asumo en la psicoterapia, representa-
do en determinadas respuestas frente al sistema
tenciales, emocionales, cognitivas y relacionales
consultante?
dentro de los procesos terapéuticos, privilegian-
do las que propician entrampamientos en la psi-
Paso 3. Equipo reflexivo para la socialización de
coterapia (tiempo del estudiante responsable: 40
las dinámicas planteadas en los momentos 2 y 3.
minutos).
Preguntas orientadoras: ¿cómo perciben mis com-
pañeros ciertas posturas personales que asumo
Procedimiento y estrategias en el contexto de la terapia? ¿Desde qué ideas
de ser terapeuta nos relacionamos con el siste-
Paso 1. Solicitar a los participantes que plasmen ma consultante? ¿Qué nos dicen las voces de los
en una breve historia o relato algunas situacio- consultantes? ¿Cómo asumimos las demandas psi-
nes asociadas a su experiencia terapéutica, en cológicas y existenciales que se hacen al sistema
las cuales se encuentren frente a dilemas exis- terapéutico?
tenciales, éticos, cognitivos, emocionales o psi-
cológicos. Momento 4
Objetivo: Cierre del escenario pedagógico
Paso 2. Identificar la relación entre los dilemas Procedimiento y estrategias: reflexión respecto a
plasmados en el contexto de la terapia con sus las ideas nuevas y cuestionamientos surgidos en
propios dilemas personales. el encuentro en plenaria coordinada por la docen-
te (tiempo destinado: 20 minutos).
Paso 3. Con un compañero, socializar la experien-
cia para responder la siguiente pregunta: ¿qué me 4. Criterios de evaluación de la sesión: ideas,
dicen las voces de los consultantes en cuanto a mi reflexiones y conceptualizaciones expuestas
postura terapéutica frente a sus dilemas? por los estudiantes
Guevara, L. (1995) Violencia familiar y mundos lencia. En Sistemas Familiares. Julio. Buenos
posibles. Sistemas familiares. Agosto. Buenos Aires.
Aires.
Rodríguez, D. & Niño, J. (2005). Marco compren-
Guevara, L. (1996). La fascinación por los isomor- sivo para el estudio de los procesos de for-
fismos. En Sistemas familiares, 12 (3), 53-58. mación de terapeutas. Texto Maestría en
Buenos Aires. Psicología Clínica y de Familia. Bogotá: Uni-
versidad Santo Tomás.
Hedges, F. & Lang, S. (1993). Mapping personal
and professional stories. Human systems:
Varela, F. (1998). Las múltiples figuras de la cir-
The Journal of Systemic Consultation & Ma-
cularidad. La terapia familiar en transforma-
nagement, 4.
ción. Barcelona: Ed. Paidós.
Mahoney, M. (1998). Las demandas psicológicas
para un psicoterapeuta constructivo. Cons- Varela, F. (2000). El fenómeno de la vida. Santia-
tructivismo y psicoterapia. Buenos Aires: Ed. go de Chile: Dolmen Ediciones.
Paidós.
Varela, F. (1996). Ética y acción. Santiago de Chi-
Maturana, H. (1995). Ontología del conversar. le: Dolmen Ediciones.
Desde la biología a la psicología. Santiago de
Chile: Editorial Universitaria. Von Foerster, H. (1998). Observar la autorrefe-
rencia en emergencia. La terapia familiar en
Maturana, H. (1998). Seres humanos individuales transformación. Barcelona: Paidós.
y fenómenos sociales. La terapia familiar en
transformación. Barcelona: Paidós. Von Foerster, H. (2000). Ética y cibernética de se-
gundo orden. En Terapia estratégica. Buenos
Maturana, H. (1998). Observar la observación. La Aires: Paidós.
terapia familiar en transformación. Barcelo-
na: Paidós.
Watzlawick, P. (1991). Paradoja y autorreferen-
cia. En Primer inventario de una herencia de
Minuchin, S. Lee W. & Simon, G. (1998). El arte de
Bateson G. Argentina: Ed. Nueva Visión.
la terapia familiar. Barcelona: Paidós.