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CIENCIA Y EDUCACIÓN

Los Tres Famosos Filósofos

Sócrates
Filósofo griego. Fue hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco,
emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de
Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440),
Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó
la vida.

La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede de tres contemporáneos suyos: el


historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón. El primero retrató a
Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con
una personalidad en la que no faltaban algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes lo hizo
objeto de sus sátiras en una comedia, Las nubes (423), donde se le identifica con los demás
sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso.

Estos dos testimonios matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en
los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones
excesivamente idealizada, aun cuando se considera que posiblemente sea la más justa.

Se tiene por cierto que Sócrates se casó, a una edad algo avanzada, con Xantipa, quien le dio
dos hijas y un hijo. Cierta tradición ha perpetuado el tópico de la esposa despectiva ante la
actividad del marido y propensa a comportarse de una manera brutal y soez.

En cuanto a su apariencia, siempre se describe a Sócrates como un hombre rechoncho, con un


vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, del mismo modo que se le atribuye también
un aspecto desaliñado. Sócrates se habría dedicado a deambular por las plazas y los
mercados de Atenas, donde tomaba a las gentes del común (mercaderes, campesinos o
artesanos) como interlocutores para someterlas a largos interrogatorios.

Este comportamiento correspondía, sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza, la


mayéutica, que él comparaba al arte que ejerció su madre: se trataba de llevar a un interlocutor
a alumbrar la verdad, a descubrirla por sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un
diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las
respuestas recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de
su interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.

La cuestión moral del conocimiento del bien estuvo en el centro de las enseñanzas de
Sócrates, con lo que imprimió un giro fundamental en la historia de la filosofía griega, al
prescindir de las preocupaciones cosmológicas de sus predecesores. El primer paso para
alcanzar el conocimiento, y por ende la virtud (pues conocer el bien y practicarlo era, para
Sócrates, una misma cosa), consistía en la aceptación de la propia ignorancia.

Sin embargo, en los Diálogos de Platón resulta difícil distinguir cuál es la parte que corresponde
al Sócrates histórico y cuál pertenece ya a la filosofía de su discípulo. No dejó doctrina escrita,
ni tampoco se ausentó de Atenas (salvo para servir como soldado), contra la costumbre de no
pocos filósofos de la época, y en especial de los sofistas, pese a lo cual fue considerado en su
tiempo como uno de ellos.

Con su conducta, Sócrates se granjeó enemigos que, en el contexto de inestabilidad en que se


hallaba Atenas tras las guerras del Peloponeso, acabaron por considerar que su amistad era
peligrosa para aristócratas como sus discípulos Alcibíades o Critias; oficialmente acusado de
impiedad y de corromper a la juventud, fue condenado a beber cicuta después de que, en su
defensa, hubiera demostrado la inconsistencia de los cargos que se le imputaban. Según relata
Platón en la apología que dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a
los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir, pues como ciudadano se sentía
obligado a cumplir la ley de la ciudad, aunque en en algún caso, como el suyo, fuera injusta.
Peor habría sido la ausencia de ley.

Frases

*Yo sólo sé que no sé nada.


*La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
*El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.
*El grado sumo del saber es contemplar el por qué.
*La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia.
*Habla para que yo te conozca.
*Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
*Sólo Dios es el verdadero sabio.
*El mayor de todos los misterios es el hombre.
*Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia.

Platón
Nacido en el seno de una familia aristocrática, abandonó su vocación política por la Filosofía,
atraído por Sócrates. Siguió a éste durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los
sofistas (Protágoras, Gorgias…). Tras la muerte de Sócrates (399 a. C.), se apartó
completamente de la política; no obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar
central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado. Viajó por Oriente y el
sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de Pitágoras; luego pasó algún tiempo
prisionero de unos piratas, hasta que fue rescatado y pudo regresar a Atenas.
Allí fundó una escuela de Filosofía en el 387, situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín
dedicado al héroe Academo, de donde procede el nombre de Academia. La Escuela, una
especie de secta de sabios organizada con sus reglamentos, residencia de estudiantes,
biblioteca, aulas y seminarios especializados, fue el precedente y modelo de las modernas
instituciones universitarias.

En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la Filosofía
englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron apareciendo -en la propia
Academia- las disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del saber,
como la Lógica, la Ética o la Física. Pervivió más de novecientos años, hasta que Justiniano la
mandó cerrar en el 529 d. C., y en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental
como Aristóteles.

A diferencia de Sócrates, que no dejó obra escrita, los trabajos de Platón se han conservado
casi completos y se le considera por ello el fundador de la Filosofía académica (a pesar de que
su obra es fundamentalmente un desarrollo del pensamiento socrático). La mayor parte están
escritos en forma de Diálogos, como los de La República, Las Leyes, El Banquete, Fedro o
Fedón.

El contenido de estos escritos es una especulación metafísica, pero con evidente orientación
práctica. El mundo del verdadero ser es el de las ideas, mientras que el mundo de las
apariencias que nos rodean está sometido a continuo cambio y degeneración. Igualmente, el
hombre es un compuesto de dos realidades distintas unidas accidentalmente: el cuerpo mortal
(relacionado con el mundo sensible) y el alma inmortal (perteneciente al mundo de las ideas,
que contempló antes de unirse al cuerpo). Este hombre dual sólo podría conseguir la felicidad
mediante un ejercicio continuado de la virtud para perfeccionar el alma; y la virtud significaba,
ante todo, la justicia, compendio armónico de las tres virtudes particulares, que correspondían a
los tres componentes del alma: sabiduría de la razón, fortaleza del ánimo y templanza de los
apetitos. El hombre auténtico será, para Platón, aquel que consiga vincularse a las ideas a
través del conocimiento, acto intelectual -y no de los sentidos- consistente en que el alma
recuerde el mundo de las ideas del cual procede.

Sin embargo, la completa realización de este ideal humano sólo puede realizarse en la vida
social de la comunidad política, donde el Estado da armonía y consistencia a las virtudes
individuales. El Estado ideal de Platón sería una República formada por tres clases de
ciudadanos -el pueblo, los guerreros y los filósofos-, cada una con su misión específica y sus
virtudes características: los filósofos serían los llamados a gobernar la comunidad, por poseer
la virtud de la sabiduría; mientras que los guerreros velarían por el orden y la defensa,
apoyándose en su virtud de la fortaleza; y el pueblo trabajaría en actividades productivas,
cultivando la templanza.

Las dos clases superiores vivirían en un régimen comunitario donde todo (bienes, hijos y
mujeres) pertenecería al Estado, dejando para el pueblo llano instituciones como la familia y la
propiedad privada; y sería el Estado el que se encargaría de la educación y de la selección de
los individuos en función de su capacidad y sus virtudes, para destinarlos a cada clase. La
justicia se lograría colectivamente cuando cada individuo se integrase plenamente en su papel,
subordinando sus intereses a los del Estado.

Platón intentó plasmar en la práctica sus ideas filosóficas, aceptando acompañar a su discípulo
Dión como preceptor y asesor del joven rey Dionisio II de Siracusa; el choque entre el
pensamiento idealista del filósofo y la cruda realidad de la política hizo fracasar el experimento
por dos veces (367 y 361 a. C.).

Sin embargo, las ideas de Platón siguieron influyendo -por sí o a través de su discípulo
Aristóteles- sobre toda la historia posterior del mundo occidental: su concepción dualista del ser
humano o la división de la sociedad en tres órdenes funcionales serían ideas recurrentes del
pensamiento europeo durante siglos. Al final de la Antigüedad, el platonismo se enriqueció con
la obra de Plotino y la escuela neoplatónica (siglo iii d. C.).

Frases

*Lo poco que sé se lo debo a mi ignorancia.


*El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra.
*El cuerpo es la cárcel del alma.
*De virtud hay una especie, de maldad, muchas.
*Lo que no sé, tampoco creo saberlo.
*Donde reina el amor, sobran las leyes.
*Todo lo que se llama estudiar y aprender no es otra cosa que recordar.
*Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.
*Si bien buscas, encontrarás.
*La peor forma de injusticia es la justicia simulada.

Aristóteles
Filósofo griego. Hijo del médico real de Macedonia, estuvo veinte años en la Academia de
Platón, primero como discípulo y luego como investigador y como tutor. Candidato a ser el
sucesor del maestro, se afirma (aunque es dudoso) que quedó despechado por el nepotismo
de la elección de Espeusipo y marchó a Assos (Asia Menor), donde escribió su diálogo Sobre
la filosofía "la carta de Assos" y fundó un centro de estudio bajo la protección de su amigo
Hermias, gobernador de Atarnea, con una de cuyas parientes, llamada Pitias, se casó.

Muerto Hermias (capturado y crucificado por el sátrapa Mentor), partió hacia Lesbos como
huésped de Teofrasto; fiel a la amistad, compuso la Oda a la virtud, en memoria de Hermias y
por la que veinte años después sus enemigos intentaron procesarle por impiedad. Aceptó luego
de Filipo II de Macedonia el cargo de preceptor de Alejandro (de 13 años), quien siempre
conservaría un gran respeto por su maestro, le apoyaría económicamente e incluso le
mandaría desde el Indo ejemplares de la fauna y de la flora de su imperio.

Aristóteles se había trasladado mientras tanto, de nuevo, a Atenas y había fundado el Liceo,
donde enseñaba paseando (de ahí el nombre de escuela «peripatética»), seguía sus
investigaciones y análisis de datos, correspondientes a los más diversos campos (arte
dramático, constituciones políticas, deportes olímpicos, zoología), y elaboraba una veintena de
obras. Sin embargo, al morir Alejandro (a los 33 años), el clan de Demóstenes (autor de las
Filípicas y, por tanto, enemigo de Aristóteles) se envalentonó y «el Estagirita» volvió a decidir
su partida, para «ahorrar a los atenienses un segundo atentado contra la filosofía» (el primero
lo habían cometido con Sócrates). Al año siguiente, moría en Eubea de úlcera de estómago.

Escondidas en una bodega -para protegerlas de los proveedores de Pérgamo-, sus obras
fueron olvidadas, descubiertas por azar, ordenadas y editadas por Andrónico de Rodas en la
Roma de Cicerón, redescubiertas como totalidad en la Edad Media por los árabes,
cristianamente interpretadas (bautizadas) por los tomistas y neoescolásticos, relegadas por los
modernos y, por último, definitivamente rehabilitadas a partir de Hegel.

De ellas, la tradición ha recogido con el nombre de Órganon las obras de lógica: Categorías,
De la interpretación, Primeros y Segundos analíticos, Tópicos y Refutaciones de los sofismas.
Además de la Retórica, de la Poética (en parte) y de Sobre el alma, la «antropología» de
Aristóteles comprende la Ética a Eudemo, la Ética a Nicómaco, la Política y la Constitución de
Atenas. Sus obras sobre la naturaleza son: Del cielo, De la generación y corrupción, los
Meteoros, la Mecánica, De las partes de los animales, De la generación de los animales, Sobre
el caminar, Sobre el movimiento, etc. Los varios libros de la Física y de la Metafísica
fundamentan y coronan el conjunto.

Gracias a él, sabemos de la ciencia positiva de la época y de los trabajos y concepciones de


sus predecesores y contemporáneos. Aristóteles aporta siempre agudas y originales
observaciones y no pocas de sus adquisiciones lo han sido de las ciencias naturales de todos
los tiempos (algunas, incluso, no confirmadas hasta el s. XIX): describió unas 400 especies (de
las que disecó unas 50), distinguió entre animales «sanguíneos» (vertebrados) y «exangües»
(invertebrados), clasificó a los murciélagos como mamíferos, describió la vida social de las
abejas, distinguió entre insectos dípteros e himenópteros y entre rocas y minerales y aportó la
noción capital de especie.

Clasificador y analista universal (de regímenes políticos, de géneros literarios, de categorías y


de modos de razonar e, incluso, del ser y de las causas) y tan atento al fenómeno del lenguaje
como reticente con los abusos del habla, Aristóteles se planteó además y sobre todo las
grandes cuestiones de fondo: la estructura de la materia, la organización de la vida, el poder
del espíritu y sus límites, la libertad del hombre y su sentido y la trascendencia misma de la
divinidad y su misterio.
Frases

*El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.


*El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
*La esperanza es el sueño del hombre despierto.
*Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
*La duda es el principio de la sabiduría.
*Hay la misma diferencia entre un sabio y un ignorante que entre un hombre vivo y un cadáver.
*Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces las frutas.
*El ser humano es un animal político.
*Solamente haciendo el bien se puede realmente ser feliz.
*La naturaleza nunca hace nada sin motivo.

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