Se hace difícil hablar de Colombia y no mencionar su diversidad cultural, sus tan
diferentes costumbres en cada parte del país, al norte, al sur, al este o al oeste, sus diferentes comportamientos, rituales o tradiciones que se han vuelto en cierto sentido virales, en una sociedad que le apunta a la equidad, la igualdad, la globalización y porque no la modernización. Consecuentemente, hablar de la palabra etnoeducación, es transmitirnos a los pueblos o razas y permitir la enseñanza abierta en estas comunidades como bien lo indica la “Guía didáctica 1, Educación, multiculturalidad” , permitiendo que se retomen sus raíces y puedan ser protagonistas de su propia enseñanza, buscando así, a través de sus costumbres y tradiciones, la mejor forma para que los mas pequeños aprendan el “ser indígena”, respetando su lengua y cosmovisión, y así continuar en la instrucción de una cultura, una tradición o un legado. Sin embargo, cuando hablamos de los agentes educativos de la escuela regular y su papel frente a la etnoeducación en la práctica docente, se debe reconocer que el docente trabaja como guía, instruyendo o enseñando a pensar abierta y sobre todo críticamente, que para mi criterio, es una de las tareas más complejas y más importantes que se tiene hoy en día en la educación. Así pues, esta tarea consiste en dar bases, en llevar a los niños, jóvenes, adolescentes y adultos en un proceso social permanente de reflexión y construcción colectiva, sobre su identidad y lo que podemos aportar y nos pueden aportar otras comunidades o grupos sociales, con la capacidad de reconocerse y relacionarse con otras culturas en términos de mutuo respeto cómo se manifiesta en la “declaración de San José En Costa Rica”, sin necesidad de quitar la diferencia, sino aprendiendo a vivir y convivir con ella; la etnoeducación debe ser en la práctica docente un mecanismo para permitir la socialización de los grupos culturalmente diferentes. Pues la identidad se desarrolla o se crea cuando “Mi “yo” ha surgido de los “tú” que me fueron dirigidos; se construye con los lazos que tejo con los demás”. Y es por eso que, la educación se debe fundamentar en la meditación de la diversidad humana como oportunidad de intercambio y enriquecimiento. Por otra parte, al analizar las influencias de la globalización en la identidad cultural colombiana, debe partirse de que esta se presenta como un fenómeno moderno que camina bajo dos líneas, la primera permite el crecimiento en la economía, pero al mismo tiempo aumenta la pobreza y el hambre, en segundo lugar, la identidad cultural se ha visto influenciada por la economía, el libre comercio, etc., como consecuencia de la globalización. No obstante, este fenómeno ha tenido una gran influencia no solo a nivel económico, sino también a nivel cultural, a tal punto que podemos hablar abiertamente de como a medida que pasa el tiempo y aunque se hace hincapié en la enseñanza y conservación de costumbres y tradiciones, la identidad o prácticas de la gente, cambia según la economía y la dinámica del consumismo, constantemente copiamos o extraemos cosas de otras países, por su popularidad se cae en el vacío de imitar otras culturas, perdiendo de antemano la identidad que nos fue formada desde nuestros antepasados. Finalmente considero que en Colombia se trabaja una doble moral, en primer lugar porque ante otras entidades se quiere representar la igualdad, la equidad y la conservación de tradiciones culturales, pero al mismo tiempo en el afán de entrar en la modernización, en vez de preservarla en realidad la distorsionan, pues intentan que esa cultura colombiana adopte para sí estilos de vida, transformaciones sociales y alimenticias, modas, deportes y entre muchas otras cosas, que se alinean más con patrones estadounidenses. El consumismo ha llegado al nivel de autodestrucción, pues aunque lo necesitamos, el exceso de este ha permeado tanto la cultura colombiana que se ha perdido la identidad, y es por ello el afán de una minoría por recuperar las tradiciones y la diversidad por la que siempre se ha caracterizado Colombia, tarea que se hace difícil cuando este fenómeno nos bombardea por todo lado. Colombia con su deuda externa, abrió la puerta a un sin número de condicionamientos que nos hacen dependientes de otros países, y los medios de comunicación han ayudado para que el pueblo entre en ese sistema de consumismo y mansificación de determinados patrones de comportamiento, de gustos o maneras de vestir, generando así una cultura global de masas.
Una Voz Que Vino de Lejos. Memorias de La Comunicación de Los Programas Radiales Escucha Chile y Radio Magallanes, Durante La Dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)