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En una ciudad muy lejana, llamada “Ciudad sin valores” vivía mucha gente con falta
de valores. No conocían el amor, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, entre otros.
Cada día esta ciudad iba decayendo ya que en ella sólo podías encontrar maldad,
egoísmo, intolerancia y falta de vergüenza. Pero en una de las casas de esta ciudad
vivía un niño llamado Juan Diego, que se sentía muy triste por todas las cosas que veía
y vivía su ciudad, todos los días sus vecinos peleaban por todo y los niños no eran
tolerantes con sus compañeros.
Juan Diego era un niño soñador y dócil al cual le entristecía todas estas situaciones
que a diario vivía; por ello una noche asomado en su ventana vio pasar una estrella
fugaz, a la que le pidió un deseo:
¡Ay! Linda estrellita si me concedes el deseo que mi barrio cambie y que todo se
vuelva diferente yo por fin seré feliz y así podré salir felizmente a la calle a jugar sin
peligro.
Juan Diego pidió este deseo con todas las fuerzas de su corazón confiado que así
sucedería, se acostó.
Al día siguiente Juan se Levantó con la esperanza de que su deseo se hiciera realidad,
pero ese día no hubo ningún cambio, todo seguía igual, generando en jun una gran
tristeza. Al caer la noche juan nuevamente se asoma a la ventana y observa una luz
que ilumina fuertemente su ventana, y con ella una sombra que lo asustó y lo hizo
cerrarla.
No tengas miedo, yo soy tu amigo y vine porque escuché tu deseo, y tengo ganas de
ayudarte pues tu deseo conmovió mi corazón; i nombre es Capitán Valores y con mi
ayuda sacaremos de Ciudad sin Valores a todas estas personas que no permiten una
buena convivencia en Ciudad Valores.
L le respondió usando mis superpoderes subiré hasta el sol, y con mis rayos los
pondré allí para que cuando este salga reparta sobre toda la tierra, valores
importantes como:
El amor, Respeto, Tolerancia, Compañerismo, igualdad, equidad, bondad, y sobre todo
paz.
Claro que sí! Mañana al anochecer llevaré a todos los ciudadanos de Cuidad sin valores
al centro de la ciudad, para cuando amanezca, pueda llevarse a cabo nuestro plan.
Tal como se lo había prometido Juan Diego se acuesta a la espera que el capitán
cumpla su promesa.
Luego de pasado este tiempo el capitán valores fue, a cada una de las casas que
conformaban la ciudad e invitó a sus ocupantes a reunirse en la plaza principal de la
ciudad estos estaban desconfiados de esta invitación pero aun así e capitán logró
convencerlos de que asistieran y así lo hicieron; estando ellos allí el capitán valores
voló hacia el sol, para poner en él todos sus valores, pero cuando iba llegando se
cruzó en su camino su enemigo el antivalores, quien había gobernado ciudad sin
valores durante mucho tiempo siendo el causante de todas las situaciones que
preocupaban a Juan Diego.
Así comienza una gran lucha en el cielo, entre capitán Valores y su enemigo (Capitán
Antivalores), teniendo a Juan Diego como un ajustado espectador en su ventana, Ay
Dios mío que haré? ¡Exclamó Juan!
Pero su susto duró poco pues el Capitán con sus superpoderes logró vencer al el
antivalores, haciendo que la gente que esperaba en la plaza, comenzara a darse cuenta
del plan que quería hacer el capitán con ellos, finalizada la lucha ellos empezaron a
sentir muchos cambios en sus vidas y comportamientos, y al recibir los rayos emitidos
por el sol, que estaban llenos de los poderes del capitán se logró la unidad y amistad
entre todos los ciudadanos, que se dieron cuenta que su comportamiento estaba,
generando una gran tristeza, en Juan Diego, este con gran alegría al ver lo sucedido
sale corriendo al encuentro con su amigo el Capitán valores y este le dice:
Juan Diego ya que mi misión aquí se ha cumplido debo viajar por el resto del mundo,
ayudando a otros niños que al igual que tú necesitan de mi ayuda.
Pero no olvides nunca que los valores son muy importantes en nuestra vida y nos
ayudan a ser mejores personas. Hasta pronto! Siempre estaré para ayudarte.