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Cirene

Tienes un amargo gusto a tempestad en los labios, un vestido rojo como la sangre
En el oro profundo del verano cuentas en el agua desnuda tus días
Y el aroma de los jacintos por donde vagabas era frio como una planta marina
En lo hondo de tus suspiros un sentimiento se desgarraba
Yo abrí mis manos diciendo tu nombre cuando encontré aquella estrella de mar
Cometí muchos errores contigo, pero incluso al final me sonreíste
Notaste cuando se agitaba en mi cerebro el destruido eco del cielo
Tocando sobre sus tumbas la trompeta de blancos lienzos
Evitaste que me perdiera en el viento maligno de mi lengua
Que fuera un pájaro marino huérfano de las olas
Tengo tanto para admirarte, tanto por lo que agradecerte
Deseoso siempre estuve de volver a compartir charlas
Destilaba la felicidad dentro de mí en aquellos momentos que vivimos
Ojalá pisar la espléndida tierra color castaño con nuestros amigos
Dormir en el vapor de la zarzamora del follaje y correr por ríos inexplorados
Todo me vuelve ahora, las visiones de nuestras almas cantando
Nuestros pies resonando por el impulso de la juventud
El olor de la mañana y el calor de los escenarios
Todo me parece un sueño que algún día veré extenuado
Quiero pedir perdón gloriosa compañera
Mi garganta se volvió de piedra, mis entrañas ardían en la medianoche
Lentamente mis pensamientos me arrastraban hasta oscuros arrecifes
El viento me enloquecía reduciendo el mundo a mentiras fugaces
No conocía la noche, terrible anonimia de la muerte
Cuando grabo allí la enfermedad sus miles de colores
De purpura me vistió la sangre del amor
Me oxide con el vendaval de la humanidad
Ahora retorno con paso calmado hasta mis puertos
Mis brazos se extienden nuevamente hacia el mar
Eres maravillosa, tienes esa aura de insomnio de los cisnes
En el peligro de las rocas con un peinado de tormenta despides tu enigma
Deseo que tus pies te conduzcan hasta los más deliciosos sueños
Que la felicidad te dé la bienvenida en sus playas
Que recorra tu vida un verano inmenso
Porque ha llegado el viento fresco a la hora del otoño la separación
El amargo instante de apoyar el codo en el recuerdo
Para encarnar el destino de los soñadores
Gracias por todo.

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