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C.C.Pagiel Enseñanza para Grupos.

¡NI UNA PEZUÑA!, NO NEGOCIAMOS


CON EL ENEMIGO.
INTRODUCCIÓN. La negociación está presente en nuestra vida a cada momento.
Siempre buscamos obtener un beneficio de las opciones que nos presentan. Los
hijos negocian con sus padres las salidas de los fines de semana, los esposos
negocian la división de responsabilidades, el gobierno negocia con socios
internacionales, en fin, siempre negociamos, pero con quien nunca debemos
negociar es con el enemigo.

Éxodo 3:18-22 . Cuando Dios quiso sacar a Su pueblo de la esclavitud de Egipto,


sabía que Faraón no los iba a dejar ir tan fácil, por lo que había que negociar, pero
también sabía que Él obtendría la libertar de Israel y también buenos recursos para
ellos.

Pero no fue fácil, porque Faraón se resistió. Cuando Moisés le pidió que los dejara
ir a servir a Jehová, solo quería dejar ir a los varones Éxodo 10:8-11.

Pero Moisés insistió en que debían ir todos, incluso los ancianos, los niños y el
ganado. Lo mismo debe suceder ahora; no debes aceptar que solo una persona
de la familia sirva al Señor, no debes negociarlo; todos, esposo, esposa, hijos,
nietos, abuelos, sobrinos, todos deben comprometerse en la vida de servicio a Dios.
El diablo siempre quiere negociar a su favor, si ve que te comprometes con una vida
digna y correcta, él te dirá: “Sirve tú a Dios, mientras yo meto en drogas a tus hijos”.

¡No le abras la puerta a la negociación! Si tu esposo no ha venido a los pies de


Cristo, sigue intercediendo por él, fiel al Señor y se hará realidad la promesa de que
tu casa será salva. ¡No aceptes contraofertas del diablo, no te acomodes ni te
acostumbres a la mediocridad de una vida entre Dios y Satanás, entre el bien y el
mal!

1. Al enemigo no hay que darle ni una pezuña de tu ganado. Es decir, no


hay por qué negociar porque en la cruz del Calvario, Jesús compró todas
nuestras bendiciones y debemos tomarlas. No dejaremos nada para
Satanás; nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra salud no es negociable.

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2. Todo le pertenece a nuestro Padre, si sabemos que la plenitud y todo lo


que existe es Suyo Salmo 24:1 dice: De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan. Le daremos la espalda al diablo porque
no tiene nada que ofrecernos, por lo que sabremos que su intención es
tendernos una trampa y ganarnos para su reino que ya ha sido derrotado. No
te equivoques, el poder y la sabiduría son de nuestro Padre Daniel 2:19-20.

Todo lo que hay es Suyo, Él lo creó, así que no hay autoridad que el diablo pueda
ofrecerte o delegarte.

¡No permitas que las tinieblas te ofrezcan algo que Dios ya te concedió! Tu sanidad,
tu seguridad espiritual, familiar y económica solo están al lado del Señor. Toma
autoridad como Jesús lo hizo y dile al diablo: “Vete, tú y tus ofertas se van ahora”.
Entonces verás la gloria de Dios y toda la plenitud de Su reino vendrá a tu vida.

3. No aceptes ser siervo de nadie más que del Señor. Hebreos 2:14-15

Él es el único dueño del oro y de la plata, así que es el único que te los puede
entregar. Dios desea bendecirte, pero de forma correcta, no con mentiras, sobornos
o corrupción. El imperio del diablo está derrotado, no hay por qué negociar con él.
Tú estás en victoria, así que sigue al victorioso, al Rey, no al humillado que ya fue
derrotado.

4. Jesús tiene toda potestad. Mateo 28:18 enseña: Y Jesús se acercó y les
habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Con esa autoridad nos envía a hacer discípulos, por lo tanto, debemos asumir
esa instrucción y obedecer. Tu nación doblará sus rodillas para confesarlo como
Señor y Salvador, esa es otra verdad que no debes negociar con el diablo.
Ordénale con toda seguridad y autoridad que se largue de tu vida y de tu país
porque le pertenecen a Jesús.

Conclusión. No te acomodes, toma todo lo que sabes que no está bien y


devuélvelo, no hay un área de tu vida que deba estar en tinieblas, acepta la
luz de Cristo y aleja la oscuridad y negocios turbios de Satanás.
Jesús no pagó a medias, pagó todo el precio por tu salvación y por tu vida
en abundancia.

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