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Estudiante: Jennifer Corcho Hurtado

Programa: Maestría en Familias y Género


Semestre I
Universidad de Cartagena

Mujeres, sumisión y sufrimiento.

El cambio que se da a medida que nacen nuevas generaciones con el paso agigantado de
los años, décadas y siglos, es notado en el actuar de las personas y en las dinámicas familiares.
Conocer las dinámicas familiares de hace más o menos 60 años atrás, por medio del testimonio
de una mujer mayor de 60 años, permite identificar los cambios y reproducciones que se viven
en la actualidad; para esto se entrevistó a Carmen Isabel Batista Ríos, de 90 años, nacida el 27 de
septiembre de 1927.

La conformación del hogar de Carmen era la siguiente: mamá, Juana Ríos Alfaro; papá,
Manuel Batista Martínez; unión libre. 8 hermanos, Carmen (Mayor), Vilma, Argénida, Joaquín,
Manuel, Romana, Vilberto y Elías. Posteriormente, su padre tuvo una relación donde nacieron
Manuel Esteban, Isabel y Alcides. Finalmente, Carmen crio a todos mis hermanos al morir su
mamá, ella dice que, “me tocó pasar a ser la mamá de ellos”, y su padre “se quedó viviendo con
Rosa Gómez, y allá fue donde se murió, y no tuvieron hijos” -en palabras textuales de ella-. En
este apartado, se confirma lo dicho por Gutiérrez (Gutierrez, Diapositivas enviadas por la
profesora Yolanda Puyana) donde afirma que “el macho auténtico es aquel que muestra su
virilidad procreando una descendencia ilimite, rica en varones que multipliquen su sangre y se
apellido y se conviertan en prueba de su capacidad genitora”.

Carmen cuenta que su mamá “trabajaba en la casa, haciendo las tareas del hogar”,
mientras ella empezó a trabajar en modistería a los 15 años, “las tareas del hogar las hacía con
mis hermanas e iban al colegio; mis hermanos se iban para la calle o ayudaban a mi papá en la
carpintería”. Cabe anotar que, le llama trabajo a la domesticidad, algo poco común, debido a que
este es uno de los componentes culturales asignados como características femeninas, por lo tanto,
se socializaba que hace parte del rol femenino (Burin & Meler, 1998). Su padre era carpintero y
tenía su propia carpintería. La familia se caracterizaba por ser matrilocal (Gutierrez, Diapositivas
enviadas por la profesora Yolanda Puyana), pues crecieron en casa de su abuela materna.
Ella reproducía las mismas costumbres de la mamá y de su abuela, así aprehendió ser
mujer. Cuenta que “no se hablaba de la menstruación y se compraban pañitos que son como
trapos para usarlos, después uno los lavaba. Los hombres no se enteraban de eso, ¿pa’qué?”, en
ese tiempo, ser mujer estaba rodeado de muchos secretos y tabúes, se le enseñaba la vergüenza
por ser mujer y se mantenía en el ámbito privado, mientras los hombres se mantenían en la esfera
pública.

Además, agregó que “Uno -como mujer- debe hacer lo que el hombre dijera, respetarlo,
atenderle sus cosas, su ropa, sus comidas. Ser atento con él para que no cambie”, por lo cual, se
puede leer que las mujeres aprendían y aprehendían la sumisión y el sufrimiento para que el
hombre no cambie en su trato, porque en esta cultura patriarcal, se socializaba al hombre como
ser superior a quien se le debe respeto por ser hombre y las mujeres deben atenderlos, respetarlos
y hacer lo que ellos digan. En la actualidad, en algunas familias se sigue reproduciendo esta
socialización y en otras el cambio es notorio.

Entre otras características se encuentra que “a las mujeres no nos pagaban los trabajos
como barrer y ayudar en las iglesias, en los parques, a organizar las fiestas y atender a la gente,
eso uno lo hacía por propia voluntad de uno, eso no lo hacían los hombres”, debido a que estas se
reconocían como tareas propias de las mujeres, así como que, las mujeres eran completamente
asociadas con la atención, servir y todo lo relacionado con el cuidado. En este orden de ideas,
también se puede decir que, el patriarcado es socializado más por las mujeres que por los
hombres, porque las mujeres se encargan de la socialización de los roles de género y de la
división sexual del trabajo; el papá de Carmen trabajaba todo el día, mientras la mamá se
encargaba de la crianza y la enseñanza del comportamiento, por lo tanto, se aplica que “el padre
no se preocupa por la socialización patriarcal, dado también su trashumancia” (Gutierrez,
Diapositivas enviadas por la profesora Yolanda Puyana).

Por otra parte, Carmen afirma que “el mundo ha cambiado mucho y antes no se sabían
muchas cosas”, así como, “las mujeres usábamos vestidos debajo de las rodillas y los hombres
casi siempre pantalones y camisas”, con lo cual se asume que el mundo ha cambiado tanto que
las mujeres provocan los malos tratos como castigo por no cumplir con su rol femenino, puesto
que ellas tienen que estar en función de los hombres.
En este orden de ideas, se puede concluir que a las mujeres se les enseñaba a ser sumisas
porque debían ser “buenas mujeres” para su esposo o marido, esto debido al patriarcado con el
cual se socializaban los roles de género. La sociedad patriarcal se reconoce gracias a ser
falocentrica, relacionado con la virilidad del hombre y el respeto que se le debe a él.

Cambios y reproducciones en la familia del siglo XX.

La sociedad colombiana está marcada por diferentes hechos sucedidos a lo largo de la


historia de su formación hasta la actualidad, estos dieron lugar a épocas como la prehispánica, la
colonial y la republicana. Las estructuras y dinámicas familiares fueron el pilar del cambio en la
sociedad, dado el papel que cumplen en la conformación de esta.

Los cambios más significativos se yuxtaponen con los avances médicos, que traen con
sigo el control de las enfermedades y epidemias para evitar una cadena sistemática de
problemáticas de muertes y cuarentenas, de esta forma traer mejoramiento en la expectativa de
vida; asimismo, se iniciaron campañas de vacunación a gran escala y saneamiento ambiental para
el mejoramiento de aguas y leches (Pachón, 2007).

Tras el mejoramiento de la expectativa de vida se inician campañas de control natal para


reducir la cantidad de hijos que permitieron el nacimiento de niños deseados y planeados. La
violencia también juega un papel importante en la transformación de la familia, de la mano de la
colonización y la concentración urbana, al igual que los desastres naturales que llegan de manera
sorpresiva, el desplazamiento de diferentes poblaciones rurales, la transformación y crisis de
valores que tuvo gran influencia de la modernización y los medios de comunicación masiva.
(Pachón, 2007)

La familia se caracterizaba porque la autoridad era del padre y del esposo, además
ocupaban la esfera pública como lo es la política, los negocios y el trabajo. En la esfera privada
estaban las mujeres con su papel de buenas cristianas y administrar el hogar de manera austera,
ser cuidadoras, ordenadas y aseadas; principalmente enseñaban a sus hijos a ser “buenos
cristianos” y mantener el hogar con la domesticidad con apego a la religión. (Puyana, 2003)
Las mujeres estaban limitadas a ser esposas apegadas a la religión o solteronas caritativas.
Al principio las primeras para las mujeres eran el trabajo social, la enfermería y la docencia,
porque se consideraba que desempeñaban estas actividades sin titularse y se asociaban con el rol
tradicional femenino de ser cuidadoras (Puyana, 2003). Por otro lado, se reconoció que la familia
extensa y patriarcal era el patrón que se imponía a principios de siglo en la sociedad colombiana.
Luego, a mediados de siglo, gracias a la participación de la mujer en esferas diferentes a la
privada, se redujo el tamaño de la familia, pero se mantuvo el pensamiento patriarcal del hombre
como autoridad y el apego a la religión. Entonces, se toma como resistencia al cambio mantener
la línea patriarcal. A pesar de esto aparecen nuevas formas familiares, especialmente en estratos
medios y altos, donde la cantidad de hijos disminuyó gracias a que planeaban la cantidad que
deseaban y podían tener. (Pachón, 2007)

A finales de siglo se hablaba del abandono por parte de la mujer del rol tradicional que
ellas debían ejercer, es por ello que, instituciones conservadoras como la iglesia, los colegios
religiosos, ciertos periódicos, etc., lanzaban alertas sobre las consecuencias de la ausencia de la
mujer cumpliendo con su rol tradicional en el hogar. También, se habla del madresolterismo y
diferentes estructuras y dinámicas de familia que rompían la estructura patriarcal se visibilizaron
con mayor fuerza, dejando de lado la autoridad que infundía el hombre y los adultos para dar
paso a relaciones más igualitarias y cooperativas en el interior de la familia, dando paso a
unidades domesticas extensas con hombres que reclaman su posición de forma violenta. (Pachón,
2007)

Existe cambio y al mismo tiempo reproducción porque el patriarcado sigue imponiéndose


en las familias de finales del siglo XX en la sociedad colombiana, porque la carga domestica es
sumada a las nuevas tareas que realiza la mujer y si no cumple con la domesticidad no era
considerada una buena mujer.

Análisis de la película “La otra familia”.

La película “La otra familia”, dirigida por el mexicano Gustavo Loza, aborda la temática
de las parejas homosexuales, la cual es considerada un tabú aún en el siglo XXI, a pesar de los
logros en derechos de esta población. Los protagonistas principales son una pareja de hombres,
Jean-Paul Jaubert y José María "Chema" Fernández, quienes llevan más de diez años en pareja y
que conforman una familia manejada de manera natural, con su cotidianidad irrumpida por la
necesidad de ejercer el rol de la paternidad. Este director, entrega una perspectiva distinta sobre
la homosexualidad al alejar a los personajes de la burla.

En el transcurso de la película, la pareja de Jean y Chema, después de haber celebrado su


décimo aniversario, su amiga Ivana les pide que por favor se hagan cargo de Hendrix, debido a
que ha quedado abandonado durante varios días, porque su madre, Nina se encontraba viviendo
excesos con drogas y alcohol, dejando olvidado al niño. A partir de esto, la pareja homosexual se
enfrenta la situación de criar a un niño al punto de encariñarse con él, aunque al comienzo
mostraron algo de resistencia. Al final, el niño se siente cómodo, respetado y atendido por sus
padres adoptivos, por lo tanto, a raíz de la muerte de su madre y con la cesión de la patria
potestad de la pareja de su madre, llamado “el Patrick”, pasaron a ser una familia homoparental.

Los trabajadores de Jean y Chema, Chuy y Gabino, tienen una marcada socialización de
familias tradicionales y religiosas. Chuy tiene problemas para responder las preguntas que
Hendrix formulaba por su arraigo en la religión, además oraba para proteger al niño,
posteriormente se dio cuenta que el niño no corría peligro con sus jefes. Por otra parte, Gabino
tiene una socialización de roles de género tradicional e intentó enseñar al niño, por su imaginario
de los meros machos y la homosexualidad como enfermedad contagiosa.

Además, se puede identificar una pareja lésbica, Ivanna y Luisa, quienes quieren tener un
bebé con inseminación artificial, usando al hermano de Ivanna (George) como donador. Después
de la indecisión de George, lograron la inseminación con la esperanza de ser una familia
homoparental.

Por otro lado, la mamá de Hendrix tiene una relación inestable con “el Patrick” y en
ocasiones olvidaba a su hijo por su problema con las drogas y el alcohol, esta familia de tipo
nuclear y reconstruida, se caracteriza por tener un hogar completamente inestable y poco
favorable para el niño.

Finalmente, la familia conformada por Agustín y Gloria es de tipo nuclear tradicional,


con pensamiento homofóbico, lesbofóbico y patriarcal; por parte de Agustín se da reproducción
por la socialización dada por sus padres. Agustín estaba acechado por la presión de su padre para
procrear, pero Gloria tiene problemas para concebir; su amante le propone tener un hijo juntos,
pero a él no le agrada la idea.

Esta película permite ver el fenómeno social de las familias homoparentales como algo
que es más natural con el paso del tiempo, teniendo en cuenta que el niño recibió mucho amor y
quería que su madre viviera con sus dos nuevos padres. Vale la pena anotar que Hendrix estaba
orgulloso de tener dos padres hombres y que ellos se amaran.

Bibliografía

Burin, M., & Meler, I. (1998). Género y Familia. Buenos Aires, Barcelona, México: Paidos.

Gutierrez, V. (Diapositivas enviadas por la profesora Yolanda Puyana). Complejo Cultural

Negro.

Pachón, X. (2007). La familia en Colombia a lo largo del siglo XX. En Y. Puyana, & M.

Ramirez, Familias, cambios y estrategias (págs. 145-160). Bogotá: Universidad Nacional

de Colombia.

Puyana, Y. (2003). Padres y madres en cinco ciudades colombianas. Bogotá: Almudena

Ediciones.

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