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Integradora
N°2
Historia Argentina II
Profesor: Maina Marcelino
Síntesis Integradora N°2 - Historia Argentina II 2
Síntesis Integradora N° 2
1)
A través de la siguiente síntesis se pretende, en base a la bibliografía enunciada como parte
del corpus de lectura enmarcado dentro de las unidades tres y cuatro de la asignatura,
proceder a la identificación de categorías analíticas a los fines de analizar el sistema
político de Argentina, en una concepción amplia, entre los años 1955 a 1976. En primer
lugar daremos paso a la enunciación de aquellos temas que consideramos destacados para
el análisis del período de tiempo antes mencionado, y posteriormente procederemos con la
vinculación y el desarrollo de los mismos.
Las principales categorías que identificamos para llevar adelante un análisis del sistema
político en un sentido amplio de la Argentina entre los años 50 y 70, son aquellos que
refieren a la alternancia entre gobiernos civiles y militares, el régimen semidemocrático y la
idea de una comunidad desarticulada, y la vinculación entre Estado, trabajadores y
empresarios. Como son todas nociones que van de la mano, consideramos pertinente no
proceder a un desarrollo individual y particularizado de cada uno de ellas, sino mas bien
enlazarlas en torno a un desarrollo conjunto que evidencie que dicha vinculación.
En 1955 una insurrección cívico-militar puso fin al gobierno peronista. Lo que diferencia
cada una de las experiencias de golpes de estados que se suceden a partir de la presente es
el creciente carácter marcadamente más totalizador que las versiones y concepciones que
subyacieron a los gobiernos militares y constitucionales previos. Volviendo sobre la
insurrección de 1955, ésta no sólo produjo el derrocamiento de Perón, sino también tuvo
éxito en cuanto al desmantelamiento del modelo político prevaleciente durante los diez
años anteriores, junto con lo cual procedió a la implementación de mecanismos
proscriptivos para erradicar a aquella fuerza que había gobernado durante dicho período, el
peronismo. De esta manera, se produjo una profunda redefinición de los patrones de
procesamiento de los conflictos y relaciones socioeconómicas, y es en este sentido que
Cavarozzi analiza la forma en que se fueron definiendo los modos de hacer política.
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En el ámbito empresarial, la caída de Perón había sido recibida con gran entusiasmo, y muy
pronto fue acompañada de una nueva relación de fuerzas entre empresarios y trabajadores,
que tendió a favorecer a los primeros. Mientras que las entidades empresariales se
reorganizaron, diferenciándose y tomando nuevas posiciones, a partir de 1955, se inició un
camino de dura lucha en el campo gremial. El gobierno militar procedió a la intervención
de los sindicatos y a la persecución de la dirigencia peronista, sin embargo ello no
contribuyó al debilitamiento de las bases obreras que resistieron las tentativas empresariales
de aplicar programas de racionalización. Es más, el impacto de la experiencia peronista y
de la resistencia iniciada en 1955 acentuó la identidad peronista de la mayor parte de la
clase trabajadora. En esta línea, una nueva generación de líderes gremiales se hizo cargo de
la conducción de los sectores populares. De un sindicalismo dependiente del Estado se pasó
a otro orientado a la confrontación, cuyos dirigentes lograron su reconocimiento a partir del
entrelazamiento de los conflictos políticos con las reivindicaciones laborales, consolidando
así una progresiva autonomía del sector sindical respecto a Perón.
2)
En el marco de la segunda consigna indicada para la presente síntesis integradora, es
nuestro objetivo proceder a identificar las principales líneas de debate e intervención en el
mundo de ideas de nuestros años sesentas, dentro del corpus de lecturas obligatorias
propuesto para las unidades tres y cuatro. Consideramos pertinente aclarar previamente
que, para que no resulte en un entramado complejo el relevamiento del debate ideológico,
nos hemos atenido a la estructura que Sarlo (2001) utiliza en el desarrollo de su escrito, lo
cual nos brinda un marco en el cual podemos anclarnos con seguridad.
¿Qué hacer con el peronismo? ¿Qué hacer con las masas? ¿Cuál debía ser la fórmula del
posperonismo? ¿Sería posible asimilar de alguna manera al peronismo? Éstas y muchas
preguntas más son las que podemos identificar en torno al debate de ideas que se desarrolla
previo, durante y posterior al período que identificamos como “los años sesentas”. El
enfrentamiento entre peronistas y antiperonistas, lejos de desaparecer se acentuó,
generándose un intenso debate en lo referido al pasado, presente y futuro del país. A su vez,
dentro de la explosión político-cultural antiperonista encontramos dos matices bien
identificados: una minoría más radicalizada, frente a otra vertiente mucho más heterogénea
y dinámica.
Por otra parte, lo tenemos a Sábato que en El otro rostro del peronismo expuso una tesis
fundada en tres puntos principales: el resentimiento, el hiato entre élites y pueblo, y el de la
culpa. Respecto a este último enunciaba que la conciliación nacional requería que el pueblo
fuera comprendido, lo que equivalía a comprender el peronismo, es decir, a la idea del
advenimiento del pueblo desposeído a la vida política de la Nación. Ahora bien, ¿quiénes
eran culpables de la forma en que se desarrolló? El autor dirá que todos, de modo que los
que en el presente reclamaban que la “masa peronista” fuera reeducada tenían que admitir
la reeducación también para los antiperonistas. Podemos también pasar por otros espacios
como lo era Contorno, para el cual el peronismo había tenido aspectos que ellos también
abominaban, pero bajo él se había despertado igualmente la “conciencia de los oprimidos”
-el blanco polémico de la revista eran las “clases morales”, es decir, las clases medias y las
élites intelectuales y políticas del liberalismo-.
Nos encontramos también con estudios tales como los llevados a cabo por Germani, de
carácter sociológico, en los cuales enuncia que el peronismo había sido una respuesta de
integración de las clases populares a la vida política pero con tinte autoritario. Para el autor
se trató de una experiencia de ampliación de derechos políticos y sociales en cuanto a
aspectos inmediatos al trabajador, anulando a su vez la organización política y los derechos
básicos que constituyen pilares de la democracia, de modo que era necesario disociar el
contenido propio del peronismo de su forma, para asociarlo a otra distinta.
Tenemos los casos de otros intelectuales como lo fueron Jauretche, Puiggros y Ramos. El
primero de ellos debatió más sobre la cuestión de los intelectuales argentinos y su
extrañamiento respecto de la realidad nacional, y para él lo esencial del peronismo radicaba
en la industrialización, la independencia económica y la prosperidad de los trabajadores,
buscando abatir así a lo que denominaba bajo el nombre de intelligentsia, aquellos
pertenecientes a la izquierda liberal. Por otro lugar, los otros dos intelectuales vinculados al
nacionalismo marxista, consideraban que el derrocamiento de Perón era una
contrarrevolución que detuvo, el movimiento de liberación nacional que conducía, una
especie de variante argentina de las revoluciones antiimperialistas que estaban dando lucha
a la dominación colonial en los países dependientes.
grupo de católicos el marxismo había dejado de ser un adversario para convertirse en lo que
considerarían llamar como la secularización del pensamiento cristiano. Es entonces que nos
encontramos con espacios como el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo,
fundado en 1967, impulsado por esta trama integradora de perspectivas religiosas
secularizadas y perspectivas seculares con mandatos divinos, para el cual la misión en el
mundo es la misión política de liberación.
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Bibliografía:
Beatriz Sarlo, La batalla de las ideas (1943-1973), Buenos Aires, Ariel, 2001.
Claudia Hilb, “La responsabilidad como legado”, en César Tcach (comp.), La
política en consignas. Memoria de los setenta, Rosario, Homo Sapiens, 2003.
Claudio Bellini y Juan Carlos Korol, “Políticas ortodoxas e intentos de
transformación 1955 - 1966” en Historia Económica de la Argentina en el siglo XX,
Editorial S. XXI, 2012.
Guillermo O´Donnell, “Tensiones en el estado burocrático-autoritario y la cuestión
de la democracia”, en Contrapuntos, Buenos Aires, Paidós, 1997.
Marcelo Cavarozzi, Autoritarismo y democracia (1955-2006), Buenos Aires, Ariel,
2006.
María Estela Spinelli, “Ideas fuerza en el debate político durante los años de la
Libertadora, 1955-1958”, en Estudios Sociales, n° 24, Santa Fe, UNL, 2003.
Oscar Terán, Historia de las ideas en la Argentina, Diez lecciones iniciales, 1810 –
1980, Buenos Aires, Siglo XXI.
Ricardo Sidicaro, Los tres peronismos, Buenos Aires, Paidós, 2000,