Informe: Formación Docente: hacia una definición del concepto de competencia profesional docente. Alex Pavié (2011). Presentado por: Luz Amanda Rubiano Camargo Presentado a: Dr. Hugo Parra. Marcaibo, Venezuela, Junio 14 de 2019. Formación Profesional Docente La formación profesional en general involucra aspectos como el conocimiento y la práctica de determinadas disciplinas para la realización de actividades concretas teniendo en cuenta el área de desempeño; sin embargo, la formación profesional docente debería ir más allá de lo educable, de la dimensión teórica y experiencial (Pavié, 2007), ya que debería incluir la práctica reflexiva en el ejercicio de enseñar. Este escrito aborda las ideas principales de la formación docente según lo que plantea Alex Pavié (2011) en el documento: Formación docente: hacia una definición del concepto de competencia profesional docente. La docencia como disciplina en palabras de Montero (2001), citado por Pavié (2011), no tiene un cuerpo codificado de conocimientos y habilidades compartidos y sistematizadas que permita al docente accionar como elemento de juicio para afrontar situaciones diversas que se presentan en el proceso de enseñanza – aprendizaje. En contraste con el profesional de otras disciplinas, que cuenta con acervos de conocimientos, técnicas, prácticas organizadas y sistematizadas que le permiten determinar o realizar una acción pensada para afrontar la situación que se presenta; este profesional en esencia cuenta con un saber científico construido y en proceso de construcción, donde su profesionalismo se observa con la calidad de su desempeño al aplicar las diferentes competencias que su perfil le demanda. Atributos como el conocimiento, habilidades, actitudes y valores son de gran relevancia cuando se ponen en juego en un contexto de resolución de problemas. Caso contrario sucede con el oficio docente, donde no hay un acervo de conocimiento reconocido por la comunidad científica; lo que prima es un conjunto de conocimientos derivado en gran medida del quehacer diario de la actividad docente pero sin estar sometido a una contrastación reflexiva si no que es aceptada y usada de manera acrítica, hecho este que da fuerza a la afirmación de la no profesionalidad del docente. Teniendo en cuenta las premisas anteriores, Pavié (2011), sugiere que la nueva formación de docentes debe tener tópicos claros que se conviertan en hilos conductores en este nuevo proceso de formación que la sociedad globalizada le exige; aspectos como tener un conocimiento disciplinar profundo, en lo que se enseña y cómo se enseña; de igual forma, el conocimiento del rol de su profesión para él mismo y para la sociedad es de vital importancia para potenciar su profesionalismo en el ejercicio docente que se encamina a lograr un “producto” más humano pero crítico capaz de adaptarse a los nuevos cambios que la sociedad en su contexto le exige. Ante un nuevo currículo que permita reorientar las acciones hacia una profesionalización del docente se encuentra la propuesta de la formación por competencias, donde se estimula la capacidad de transferir y adaptar a nuevas circunstancias las habilidades que permitan resolver problemas en el marco del desempeño laboral. La Unión Europea genera nuevas demandas laborales, donde se observó que las características de la formación profesional no se adecuaban a los nuevos perfiles profesionales buscados por los empleadores y requeridos para el progreso de la Unión Europea; se presenta la necesidad de un currículo que llenara las expectativas. Fue a través de la Estrategia de Lisboa, el Proceso de Bolonia y posteriormente el Proyecto Tunning que originan unas clasificaciones de competencias en genéricas y específicas, que Tejada y Navío (2003) mencionado por Pavié (2011), lo relacionan con habilidades o destrezas, actitudes y conocimientos transversales que se requieren en cualquier área profesional, que son transferibles a una gran variedad de ámbitos de desempeño que fortalecen la empleabilidad que tanto caos había generado por motivo de la Unión Europea. Perrenoud (2004), afirma que “Competencia es la capacidad de movilizar varios recursos cognitivos para hacer frente a un tipo de situaciones.” En este sentido, el término competencia se refiere a la capacidad de poner en práctica los conocimientos, habilidades, pensamientos y valores que posee una persona para actuar en un contexto específico. Por lo tanto, conceptos presentados por muchos autores como Perrenoud (2004), Gary Becker (1983), Theodore Schultz (1992), Mertens, (1996), Le Boterf (2000), las orientaciones de la OCDE (2002), entre otros, se encarnan las nuevas competencias que el docente profesional y que los sistemas educativos deben potencializar en su proceso de formación. De esta forma, el ejercicio docente estaría enmarcado en la resolución de problemas, el autoaprendizaje y autoconocimiento, la motivación hacia el trabajo, el trabajo en equipo, capacidad de negociación, el pensamiento lógico, la capacidad comunicativa, responsabilidad en las tareas, las competencias básicas y genéricas que hacen parte de los lineamientos que orientan el accionar docente y que han de identificar su perfil como docente profesional, esto es tenido en cuenta por muchos sistemas educativos, como por ejemplo el de Colombia, para medir el desempeño docente; es decir, esas competencias que son un factor de gestión evaluación del desempeño docente específicamente.