Está en la página 1de 25

54

Capítulo 3
LA CIUDAD DE LAS HUACAS DEL SOL Y DE LA LUNA

En este capítulo presentaré información geográfica del contexto donde se ubica el


yacimiento arqueológico, así como la descripción del mismo, en especial de sus
elementos arquitectónicos mayores. Igualmente, vamos a conocer cómo es que se
entiende en la actualidad, a partir de la interpretación de la evidencia arqueológica, el
crecimiento de la ciudad, su apogeo, y el periodo que empieza en el 600 d.C. y se
extiende hasta el 850 d.C., considerado como un periodo de grandes cambios religiosos
y políticos, y que es el escenario temporal en donde se ubican los talleres de producción
especializada registrados en el núcleo urbano del yacimiento arqueológico.
55

3.1. Geografía del complejo arqueológico de las huacas del Sol y de La Luna

La Costa Norte es un espacio de morfología variada y relieve muy complejo dominado


por llanuras desérticas, colinas y cerros elevados. Se ubica entre la cordillera de los
Andes Centrales, al este, y el Océano Pacífico, al oeste. Las ramificaciones de los andes
en algunos casos corren paralelas al mar, pero en otros se ubican a distancias entre 100
y 200 kilómetros con relación a la línea costera. Conformada por las costas de los
departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y Ancash, esta franja
desértica estrecha que conforma la Costa Norte tiene una extensión de norte a sur de
700 km, siendo más amplia en su porción septentrional. No es una zona árida
homogénea; mientras que en los departamentos de Ancash y La Libertad el suelo es
absolutamente árido, en las costas de los demás departamentos (Lambayeque, Piura y
Tumbes), el desierto se transforma en un sahel bajo el efecto de las lluvias que caen
periódicamente
134
. Sus condiciones climáticas son generalmente estables ofreciéndonos un ambiente
tropical; sin embargo, a intervalos irregulares, esta estabilidad se rompe debido a la
presencia de un evento natural conocido como “El Niño”, ocasionado por diversos
factores de tipo atmosférico y marino. El paisaje desértico está cortado por valles
formados por ríos que se forman en las alturas de los Andes, algunos de los cuales
tienen caudal permanente, mientras otros permanecen prácticamente secos hasta la
aparición de lluvias torrenciales debidas al evento “El Niño”.

Figura 7. El desierto de la Costa Norte y los valles que lo cortan. En la vista, el desierto que domina el
lado sur del cerro Blanco y la Campiña de Moche. Foto PAHL.

134
Santiago Uceda, “Las lomas: ¿un fenómeno holocénico?”. Revista del Museo de Arqueología,
antropología e Historia 1995. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Trujillo. Trujillo,
1994, pp. 365.
56

El complejo arqueológico se ubica en el valle de Moche, llamado también valle


de Trujillo y valle de Santa Catalina. Este valle tiene una superficie total de 2708 km2 y
una altitud que oscila entre 0 y 4000 msnm, es decir ocupa zonas de costa y de sierra. El
río Moche se origina en la zona de lluvias regulares de la cordillera y, tras
aproximadamente 102 kilómetros de recorrido, desciende para desembocar en el mar, en
el distrito de Moche. Políticamente, se ubica en el departamento de La Libertad,
comprendiendo las provincias de Trujillo, Otuzco, Santiago de Chuco y parte de Julcán,
pero la zona costera del valle sólo comprende la provincia de Trujillo, cuyo desierto
premontano, cerca al mar, ofrece los mejores suelos agrícolas. El clima del valle de
Moche pertenece al tipo desértico seco, sin lluvias. Cerca al litoral presenta una
temperatura cuyo promedio anual es de 19,5º C, con su punto más alto en el mes de
marzo (22,7º C) y el punto más bajo en el mes de julio (17º C). Las precipitaciones son
escasas en la zona costera a excepción de los meses de verano, dentro del evento “El
Niño”.
El complejo arqueológico Huacas del Sol y de la Luna se extiende por encima de
depósitos coluvio-aluviales, conformados por limo y arcilla con clastos irregulares, que
son depósitos sedimentarios producto de avenidas de agua que han bajado de los cerros
formando torrenteras permitiendo la dispersión de material suelto y formando los
abanicos135. En la campiña de Moche, el suelo es por lo general plano y apto para el
cultivo en limpio, y por ser arcilloso-arenoso es altamente productivo, especialmente
para plantaciones de prolongado periodo vegetativo136.

135
Municipalidad Provincial de Trujillo. Atlas 2002, Trujillo 2002, pp.12.
136
Según la ONERN, Inventario, Evaluación y Uso Racional de los Recursos Naturales de la Costa –
Cuenca del Río Moche. Vol I, Lima, 1973.
57

3.2. Ubicación y descripción del complejo arqueológico y contextos arquitectónicos


muestras

El complejo arqueológico Huacas del Sol y de la Luna se ubica en una llanura desértica,
a 600 metros aproximadamente de la margen sur del curso actual del río Moche, a 6
kilómetros de la línea costera y a 5 kilómetros de la ciudad de Trujillo, capital del
departamento de La Libertad. Hacia el norte, el yacimiento está limitado por un
pequeño promontorio rocoso conocido como cerro Negro; hacia el este, es el cerro
Blanco el que lo limita; las tierras de cultivo de la Campiña de Moche sirven de límite
oeste; y una muralla de adobes y barro actualmente destruida y enterrada marca el límite
sur, dándole al sitio una extensión de 1500 m de norte a sur por 500 m de este a oeste
(figura 8).

Figura 8. Mapa
de localización
del complejo
arqueológico de
las huacas del
Sol y de la
Luna.
58

El complejo arqueológico es un asentamiento urbano con características de


ciudad. Está conformado por tres elementos arquitectónicos mayores o principales. Los
dos grandes edificios o huacas, la huaca de la Luna y la huaca del Sol, y un tercer
elemento que se extiende a lo largo y ancho de la planicie desértica: el núcleo urbano
(figuras 9, 10 y 11).

Figura 9. Fotografía aérea del complejo arqueológico de las huacas del Sol y de la Luna.
Tomado del Google Earth.
59

Figura 10. Plano del complejo arqueológico de las huacas del Sol y de la Luna. Plano dibujado
por PAHL.
60

Figura 11. Vista general desde el cerro Negro de la ciudad de las huacas del Sol y de la Luna. Fotografía PAHL.
61

La huaca del Sol


La huaca del Sol es el edificio más grande. Ubicada en el límite oeste del complejo
arqueológico, esta estructura imponente hecha en adobes de barro presenta una longitud
norte-sur de 380 metros, un ancho este-oeste de 159 metros y una altura máxima de 41
metros. C. Mansfield Hasting y M. Edward Moseley126 creen que se utilizaron más de
143 millones de adobes de barro en su construcción. Estas medidas la convierten en la
estructura de adobes más grande de Sudamérica. Las investigaciones en este edificio
son pocas, y la información que tenemos es parcial en cuanto a su función. Por el
momento se cree que pudo ser un palacio con funciones administrativas.

Figura 12. Vista del lado este de la huaca del Sol. Fotografía del autor.

126
Mansfield Hasting y Edward Moseley, “The adobes of Huaca del Sol and Huaca de la Luna”,
American Antiquity 40 (2), Nueva York, 1975, pp. 197.
62

Figura 13. Reconstrucción hipotética de la huaca del Sol. Modificado de Theresa L. Topic (1977)127.

127
Theresa L. Topic, Excavations at Moche. Tesis de doctorado, Departamento de Antropología, Harvard
University. Cambridge , 1977.
63

La huaca de la Luna
La huaca de la Luna, ubicada a los pies de la ladera oeste del cerro Blanco, es el
conjunto de estructuras donde los trabajos de investigación han sido más intensos, pues
las excavaciones y trabajos de conservación dentro de sus múltiples estructuras
empezaron en el año 1991 y han continuado de manera constante hasta la actualidad.
Las evidencias sugieren que este conjunto de estructuras conocidos globalmente como
la huaca de la Luna, en realidad conformaron dos templos, utilizados en diferentes
momentos de la ocupación. En ambos templos se celebraron las ceremonias y ritos más
importantes del calendario ceremonial mochica, entre ellos las ceremonias de sacrificios
humanos.
El denominado Templo Viejo es el más grande; tiene una extensión de 290 m
por 210 m con su eje mayor orientado en sentido norte-sur. Está compuesto por las
plataformas I y II y los patios 1, 2, 3a, 3b y 3c. La plataforma I, la más grande, es una
pirámide escalonada que presenta una secuencia de cinco edificios superpuestos
(edificios F, E, D, BC y A, siendo A el último de los construidos). Anexo al lado oeste
de la plataforma I se encuentra la plataforma funeraria denominada plataforma Uhle.

Figura 14. Plano de la huaca de la Luna. Se aprecia el Templo Nuevo al norte, y el Templo Viejo, al sur.
64

Figura 15. Vista noroeste de la huaca de la Luna. Foto del autor.

Figura 16. Vista parcial de la fachada norte del Templo Viejo de la huaca de la Luna. Foto PAHL.
65

Figura 17. Reconstrucción hipotética del Templo Viejo de la huaca de la Luna. Dibujo PAHL.

Figura 18. Mural con representación en alto relieve del Dios de las Montañas. Patio ceremonial del
Templo Viejo de la huaca de la Luna. Foto PAHL.
66

El Templo Nuevo, ubicado al noreste del Templo Viejo, es el templo más


pequeño, aunque sus medidas aún no son del todo claras. Está compuesto por la
plataforma III y el patio 4 y los estudios sobre el mismo se iniciaron apenas en el año
2008. La plataforma III es el resultado de la superposición de dos edificios. El edificio
más antiguo o edificio 1, del que se tienen mejores datos, estuvo compuesto de tres
terrazas escalonadas, con una rampa empotrada. El edificio 2, el más tardío, se
encuentra muy destruido y de él se tiene menos información aún128.

Figura 19. Plano de la plataforma III del Templo Nuevo – huaca de la Luna.

128
Moisés Tufinio, Carol Rojas y Rony Vega, “Excavaciones en la plataforma III”. En: Informe Técnico
2009 – Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna, S. Uceda y R. Morales, editores, Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo, 2010, pp. 109-173.
67

Figura 20. Vista panorámica del Templo Nuevo de la huaca de la Luna. Fotografía PAHL.

Figura 21. Reconstrucción hipotética del edificio 1 del templo nuevo – huaca de la Luna. Modificado de
Tufinio et al., “Excavaciones…”, figura 32.
68

El Núcleo Urbano
Entre ambos edificios se extiende la planicie donde se han registrado evidencias de
habitación, actividades administrativas y trabajos de producción en talleres (figura 22).
Este núcleo urbano, está configurado por conjuntos arquitectónicos (CA por sus siglas),
articulados por plazas y callejones. Una gran avenida que corre en sentido norte-sur
separa este sector de la huaca de la Luna, el sector sagrado. Una segunda avenida nace
del extremo sur de la huaca de la Luna y corre en sentido este-oeste.

Figura 22. Vista desde el este de la parte central del Núcleo urbano del yacimiento arqueológico. Foto
PAHL.

Debo resaltar que los estudios realizados sólo nos permiten una visual parcial de la
trama del núcleo urbano129 y este conocimiento se limita en casi su totalidad a los
últimos 3 pisos de ocupación de la parte central del mismo. Estos pisos corresponden a
la ocupación del sitio entre el 600 y el 850 d.C. Los conjuntos arquitectónicos (CA)
varían en cuanto a extensión superficial, y pueden ser simples o complejos. El material
constructivo que se utiliza es el adobe, un ladrillo de barro cocido al sol.
Los conjuntos arquitectónicos simples, o independientes, “presentan por lo
general un espacio central abierto, generalmente con una o varias banquetas [de tipo
plataforma, hechas también de adobes], con muros presentando hornacinas; un área de
cocina, con uno o más fogones, con presencia de batanes. A estos ambientes básicos se
suman recintos para descanso y depósitos. Estos conjuntos deben corresponder a
residencias de gente de elite, donde junto a las áreas de actividad doméstica se

129
S. Uceda, “Relaciones sociales,…”, op. cit., pp. 20.
69

observan áreas de producción de chicha y de reunión”130. Ejemplos de este tipo son los
CA 17 y 25. Los conjuntos arquitectónicos complejos poseen dos o más subconjuntos.
Son residencias complejas con áreas de cierta independencia, pero que se
complementan, teniendo un carácter multifuncional. En este sentido no todos los
subconjuntos presentan un patio central ni áreas de cocina y se pueden considerar como
espacios complementarios. Ejemplos de este tipo son los CA 9, 27, 30 y 35, entre otros.
En este tipo de CA se han registrados áreas de producción artesanal (cerámica, textiles,
metales y abalorios) además de los espacios descritos en los conjuntos arquitectónicos
simples. Uno de ellos (el CA5) parece ser un centro administrativo (Chapdelaine et al.
2000: 101-125) aunque pienso que también podría tratarse de un taller de producción de
“tiza de huaca” (concha quemada) y de unos objetos particulares hechos de ese material
cuya función aún nos es desconocida.
Los CA están distribuidos alrededor de plazas, las cuales podrían haber servido
para reuniones multifamiliares, como espacios de fiesta, rituales, de intercambio y
distribución. Ambos tipos de CA están delimitados por muros gruesos y al interior están
configurados por varios ambientes de niveles ligeramente similares. Estos ambientes
están distribuidos en algunos casos alrededor de espacios abiertos o patios, pero también
están articulados por pasajes de circulación o corredores. Los CA parecen incorporar
varias unidades domésticas mínimas, difieren en tamaño, organización espacial y
actividades, sugiriendo que la naturaleza de los grupos sociales residentes era por
consiguiente muy variable.
Varios conjuntos arquitectónicos pueden formar un bloque arquitectónico o
manzana, el cual está delimitado por callejones, de la misma manera que el sistema
urbano moderno. Dentro de estos bloques, las unidades específicas pueden ser la
combinación de conjuntos independientes o de varios subconjuntos131.
Las evidencias materiales – la calidad de los alimentos, de la cerámica,
materiales constructivos y el ajuar de los contextos funerarios registrados en las
excavaciones - apuntan a sostener que la ciudad estuvo habitada por miembros de la
elite, mientras que el pueblo se encontraba disperso en diversas partes del valle
formando aldeas. Las tumbas de algunos residentes de los CA fueron elaboradas dentro
de los mismos ambientes arquitectónicos y su ajuar funerario muestra una cierta
supremacía social.

Contextos arquitectónicos “muestras”


Las muestras seleccionadas para el análisis que se realiza en cada capítulo sobre
especialidad artesanal, proceden de seis conjuntos arquitectónicos: 17, 21, 27, 30, 35 y
39.
De estos, los cinco primeros nombrados se ubican en la zona central de la ciudad,
mientras que el CA39 se ubica en la zona septentrional.
EL CA17

130
S. Uceda, “Relaciones sociales,…”, op. cit., pp. 22.
131
Ibid., pp. 22.
70

Fue excavado en las temporadas 1996 y 2005. Abarca un total de 300,27 m2. Limita, por
el norte con el CA25, por el sur con el CA35, por el este con la avenida 1, y por el oeste
con el CA21. Según sus investigadores, al menos durante su antepenúltima ocupación,
“… estuvo destinado principalmente a la producción de ornamentos corporales líticos,
evidenciado por sus diversos componentes propios de un área de taller; asimismo
también estaría destinado a la preparación y almacenamiento de alimentos, sustentado
por la abundante presencia de áreas de cocina y depósitos”132. Habría formado un
bloque arquitectónico junto con el CA21 y el CA35.

El CA21
Este conjunto arquitectónico fue excavado en las temporadas 1997 y 2006. Abarca un
área de 397,73 m2. Limita, por el norte con el CA25, por el sur con el CA35, por el este
con el CA17, y por el oeste con la plaza 3. Este contexto arquitectónico ha sido
interpretado por sus investigadores como un área destinada a la producción alfarera,
“orientado esencialmente a la producción de ornamentos corporales, objetos rituales e
instrumentos musicales”133.

El CA27
Fue excavado en la temporada 2003. Abarca un área de 1200 m2. Limita al norte con el
CA30, al sur con una zona no excavada, al este con la avenida 1 o Gran Avenida, y al
oeste con la plaza 3. Sus investigadores identificaron a este conjunto arquitectónico
como un espacio multifuncional donde se realizaron actividades de producción
metalúrgica y de chicha, así como actividades domésticas como preparación de
alimentos, reunión y descanso134.

El CA30

132
Jorge Chiguala, Christian Almonacid, Milagros Orbegoso, Diana Rojas y María Consuelo Sandoval.
“La integración funcional de los conjuntos arquitectónicos 17 y 35 como parte de un bloque
arquitectónico en el núcleo urbano”, en: Proyecto Huaca de la Luna – Informe Técnico 2005. S. Uceda
y R. Morales, editores. Trujillo, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo,
2006, pp. 205.
133
Jorge Chiguala, Fanny Rodríguez, Ana Morales, Pilar Soto, Marilaura López y José Gómez. “Áreas de
actividad del conjunto arquitectónico 21 y su integración al bloque arquitectónico 2”. En: Proyecto
Huaca de la Luna – Informe Técnico 2006. Santiago Uceda y Ricardo Morales, Trujillo, Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo, 2007, pp. 155.
134
Jorge Chiguala, Nadia Gamarra, Henry Gayoso, Gabriel Prieto, Carlos Rengifo y Carol Rojas,
“Dinámica ocupacional del conjunto arquitectónico 27 – núcleo urbano de complejo arqueológico Huacas
del Sol y de la Luna”, en: Proyecto Huaca de la Luna – Informe Técnico 2003, S. Uceda y R. Morales,
editores, Trujillo, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo, 2004, pp. 83-150.
71

Fue excavado en las temporadas 1999 y 2004. Limita al norte con el CA30, al sur con el
CA27, al este con la avenida 1, y al oeste con la plaza 3. Según sus investigadores135, en
este conjunto arquitectónico se habrían realizado actividades administrativas
relacionadas a los bienes y actividades realizadas en el mismo y en el CA27, además de
ser la residencia de un personaje importante.

El CA35
Es el conjunto arquitectónico más intensamente excavado del Núcleo Urbano, que
incluye las temporadas 2000 al 2005. Abarca un área de 495,00 m2. Limita al norte con
el CA17 y el CA21, al sur con el CA30, al este con la avenida 1 y al oeste con una zona
no excavada.

El CA39
Fue excavado durante las temporadas 2006, 2009 y 2010136. Abarca un área de 299,00
m2. Limita por el norte con la avenida 3, mientras que su límite sur lo constituye el
CA42; por el este limita con el CA43, y por el oeste con el CA40. A partir de las
investigaciones realizadas se cree que fue un espacio destinado a la producción de
alimentos a gran escala. En términos generales, se ha confirmado la idea del CA39 y el
CA43 como un bloque arquitectónico destinado a la celebración de fiestas de miembros
de la elite dentro de escenarios de relaciones recíprocas.

135
Jorge Chiguala, María Bezzolo, Sinthya Cueva, Ana Linares, Ana Mauricio, Rolando Paredes y Liana
Quiroz, “Rasgos arquitectónicos formales que definen y delimitan un bloque arquitectónico: el caso de
los conjuntos arquitectónicos 30 y 27”, en: Investigaciones en Huaca de la Luna 2004. S. Uceda, E.
Mujica y R. Morales, editores, Trujillo, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
Trujillo, 2010, pp. 143-150.
136
Francisco Seoane, Yajaira Cundia, Rober Casas, Alfredo López, Alindor Rojas, Manuel Terrones y
Robertson Torres. “Investigaciones iniciales en el sector Norte del Núcleo Urbano Moche”, en: Proyecto
Huaca de la Luna – Informe Técnico 2006. Santiago Uceda y Ricardo Morales, editores, Trujillo,
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo, 2007, pp. 211; Henry Luis Gayoso
Rullier, “Excavaciones en los CA 39 y 43, o Bloque Arquitectónico 4: un espacio de fiesta en el núcleo
urbano de Huacas del Sol y de la Luna”, en: Proyecto Huaca de la Luna – Informe Técnico 2009,
Santiago Uceda y Ricardo Morales, editores, Trujillo, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de Trujillo, 2010, pp. 397-432; Jorge Meneses, Feren Castillo, Mirta Figueroa, Melissa García,
Belisa Gómez, Julio Torres, Víctor Velásquez y Luis Villanueva, “El bloque arquitectónico 4: una
residencia de elite durante el Moche Tardío del Complejo Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna”, en:
Proyecto Huaca de la Luna – Informe Técnico 2010, Santiago Uceda y Ricardo Morales, editores,
Trujillo, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo, 2011, pp. 397-432.
72

3.3. El crecimiento de la ciudad

Corre entre la gente de la Campiña de Moche un relato sobre la fundación de las Huacas
del Sol y de la Luna. Aunque existen diversas variaciones del mismo, el relato
básicamente cuenta que en una zona cercana al yacimiento vivían algunas familias en
una pequeña aldea. Dos hermanos, que recorrían los campos aledaños a la aldea,
encontraron una pequeña serpiente de dos cabezas, la recogieron y se la llevaron a su
casa, donde la alimentaron. Con el tiempo, la serpiente creció y creció tanto que los
padres de los dos jóvenes les obligaron a llevarla fuera, lejos de la aldea, pues la vida de
sus pobladores podría correr peligro.
Los hermanos le habían cogido cariño a la serpiente, y con gran pesar la llevaron
hasta las orillas del mar, donde la abandonaron, regresando a la aldea muy tristes. La
serpiente, al darse cuenta de la ausencia de los hermanos, empezó a arrastrarse,
siguiendo el rastro dejado por los hermanos, de vuelta a la aldea. En el camino iba
comiendo todo lo que se podía digerir y creció tanto que era más grande que un
humano, comiéndose llamas enteras y devorando incluso algunos hombres.
Un señor de la aldea la divisó a lo lejos y corrió avisando a todas las familias.
Todos juntos se fueron a esconder al cerro Blanco, para que la serpiente de dos cabezas
no los devorara. Fue en ese momento que el cerro Blanco se abrió y por él entraron
todos los habitantes, cerrándose a su paso. Cuando el peligro pasó, los hombres salieron
desde adentro del cerro y viendo que este era mágico y les había ayudado a ocultarse de
la serpiente, le construyeron la Huaca de la Luna y vivieron a sus pies, fundándose la
ciudad. La línea negra que atraviesa el cerro Blanco sería la cicatriz que quedó luego de
que el cerro se abrió y se cerró. La gente cuenta de que pocos pueden entrar a las
entrañas del cerro y que dentro existe un paraíso con hermosos árboles, una laguna y
patos de oro.
Más allá de la leyenda popular, pocos son los datos que se tienen sobre la
fundación del asentamiento, y cómo fue este en sus inicios. Posiblemente, la mayor
parte de las evidencias aún permanecen enterradas. Tal como lo señala Theresa Topic el
yacimiento, en los momentos de su fundación, asociados a la fase Mochica II, puede ser
considerado como un asentamiento humano circundante, periférico, quizás el
“asentamiento más lejano de la zona sureña del banco sur del río Moche. Su fundación
podría estar bien correlacionada con intentos preliminares de irrigar la extensión de
tierra al sur del Cerro Blanco”. La ubicación del asentamiento no usurpaba la tierra
agrícola y permitía controlar los sistemas de irrigación y agrícolas del valle. La cercanía
del río y los materiales de los que provee es un condicionante importante (adicionando
la presencia de barro arcilloso para la elaboración de adobes para la construcción de las
huacas). El sitio es regularmente llano y ofreció mucho espacio para la construcción de
arquitectura doméstica y monumental. La presencia del cerro Blanco también parece ser
un factor condicionante, por su carácter de Apu o montaña divina.
73

En Mochica III la ocupación se expande137. Todos estos cambios se reflejan en


el aumento demográfico y los comienzos de la construcción monumental en tiempos
Moche III, que incluye los primeros niveles de construcción de Huaca de la Luna138.
Huaca del Sol parece haber funcionado en este momento como un palacio139.
En la transición de los estilos Mochica III y IV, el Templo Viejo de la huaca de
la Luna aún está vigente, pero en su último proyecto arquitectónico (o sea el edificio
A)140. Mientras el Templo Viejo estuvo vigente, la huaca del Sol era pequeña y no
sobrepasaba en su penúltima construcción los 15 metros de altura. En ese mismo
momento estuvieron funcionando los pisos 3 a 5 del Núcleo Urbano. Teniendo en
cuenta su tamaño, en ese momento el Templo Viejo de la huaca de la Luna era más
importante en volumen que la huaca del Sol. Esta data corresponde al momento de
mayor desarrollo de la sociedad Mochica sureña y cuando las huacas del Sol y de la
Luna era el centro de poder de este territorio141. El sitio ya presenta a este punto todas
las características la ciudad capital de una entidad política con características estatales.
Mochica IV parece ser la fase en la cual se alcanza el punto máximo de tamaño
arquitectónico, población, prestigio, poder y riqueza y podría ser el periodo de mayor

137
T. Topic asegura que Michael Moseley encontró buena evidencia de una considerable expansión del
área total de área irrigada en el lado opuesto del río (al norte), así como la construcción de un nuevo canal
de máxima elevación a lo largo de las faldas de Cerro Orejas, al noreste. Estos refinamientos del sistema
de irrigación fueron datados para Moche IV pero bien pudieron haber sido planeados e iniciados durante
la subfase Moche III. Mientras que el cuello del valle fue un buen lugar para aquellos que controlaban los
sistemas más tempranos y restringidos de irrigación agrupados a lo largo del río, Moche está mejor
localizado para supervisar un sistema en expansión. Y por supuesto Moche está mejor localizado para
controlar las comunicaciones con los valles del norte y del sur, está más cerca de la planicie costera que
fue tradicionalmente la ruta principal de comunicaciones. Mientras el poder central cambia a o emerge en
Moche, los matices defensivos del cuello del valle son abandonados, y Moche se vuelve no sólo
preeminente sino conspicuo ((Excavations..., op. cit., pp.339).
138
Este dato ha sido corroborado por las investigaciones del Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna.
Según S. Uceda, los pisos 5, 6 y 7 del Núcleo Urbano están claramente asociados al estilo cerámico
Moche III. Un fechado de radiocarbono datado en el 240 d.C. nos estaría brindando, aunque de manera
provisional una mejor posición cronológica de este estilo en sus inicios. Los edificios F, E, D, y BC de la
plataforma I de la huaca de la Luna, con sus respectivas plazas mayores, debieron haberse construido en
ese orden durante este periodo. El edificio BC, partir de los datos obtenidos de muestras de los sacrificios
en la plaza 3c, arroja una datación radiocarbónica de 410-680 d.C. con curvas de calibración entre 530 y
el 580 d.C. En este periodo se empieza también la construcción la plataforma Uhle, cuyos fechados
radiocarbónicos oscilan entre el 395 y el 774 d.C. (“Relaciones sociales,…”, op. cit.).
139
Santiago Uceda, en comunicación personal, en noviembre de 2006.
140
Para S. Uceda, el Templo Viejo de Huaca de la Luna en su última fase constructiva incluye el edificio
A de plataforma I, plazas 1, 2 y 3 y Plataforma II). El templo Nuevo (plataforma III y plaza 4) aún no
había sido construido. La ampliación oriental de la plataforma Uhle pudo darse en este periodo,
posiblemente entre el 439 y el 661 d.C. (“Relaciones sociales,…”, op. cit.).
141
Ibid., pp. 19.
74

duración. Pero también es la fase asociada al colapso político. Santiago Uceda asocia la
ocupación final del sitio con los pisos 1 y 2, en algunos casos 3, del Núcleo Urbano. Las
fechas asociadas a cerámica Moche IV oscilan entre el 415-885 d.C.142. Se clausura y
abandona el Templo Viejo y se construye el Templo Nuevo, en época posterior al 600-
650 d.C. Además se emprende la última construcción en Huaca del Sol, momento
contemporáneo con los pisos 1 y 2, e incluso 3 del núcleo urbano. Es en este momento
que la Huaca del Sol adquiere mayor importancia, si tomamos en consideración su
volumen. El sitio habría sido abandonado por los mochicas después del año 850 d.C.,
debido a un nuevo colapso, esta vez implicando la caída de las elites mochicas y la
desaparición de lo mochica como cultura material.

142
Estas fechas estarían indicando que no existe un abandono del sitio Moche cómo sugirieron algunos
investigadores, como consecuencia del Mega Niño entre el 550 y el 600 d.C., basados en la poca
evidencia de cerámica de la fase estilística Moche V. Sostiene S. Uceda que si las fechas radio-carbónicas
son correctas se puede argumentar que no existió un colapso catastrófico, sino por el contrario, lento y
progresivo. En este sitio no se hizo uso del estilo Moche V; el estilo Moche IV, en teoría su antecedente
estilístico, tuvo en este sitio su más amplia duración. El estilo Moche V no fue popular o no fue asimilado
por la elite o gente de esta ciudad (“Relaciones sociales,…”, op. cit., pp. 17).
75

3.4. El 600 d.C.: una época de cambio

El cierre o abandono del Templo Viejo, fechado por el proyecto Huaca de la Luna entre
el 550 y el 600 d.C. es un suceso que estuvo asociado según la lectura de la estratigrafía
a la presencia de fuertes lluvias, producto de un Meganiño (evento El Niño de gran
magnitud). Sin embargo, como se ha mencionado, el abandono del Templo Viejo no
significó el abandono de la ciudad que continúa habitada hasta el 850 d.C., sino la
construcción del Templo Nuevo y el inicio del último proyecto de crecimiento
arquitectónico de la huaca del Sol143. Creo que una explicación a estos sucesos es que el
modelo teocrático imperante no pudo responder a los problemas ocasionados por las
periódicas sequías e inundaciones y consecuentes problemas internos entre los grupos
de poder. Si el Señor de la ciudad de las huacas del Sol y de la Luna, representante del
Dios de las Montañas, o acaso encarnación del dios supremo, y su sequito, acaso
encarnación de los dioses menores, no eran capaces de dominar a la naturaleza, algo
andaba mal. Los rituales ya no funcionaban, ni siquiera las medidas más extremas.
Quizás los dioses ya no estaban en gracia con ellos, y sus sacerdotes no eran ya sus
representantes, o habían perdido sus poderes como dioses terrenales. El cambio era
necesario e imperativo. Así, la clase urbana toma de alguna manera el control del poder.
Santiago Uceda afirma que los cambios arquitectónicos dramáticos estarían
relacionados con el cambio del poder de una clase sacerdotal (estado teocrático) a una
clase civil urbana y la consecuente secularización del poder144. Lo que aún no tenemos
en claro, es si para este momento, sigue existiendo un estado mochica sureño o la
sociedad mochica involuciona hacia una organización de tipo cacical limitada al valle
de Moche. Uceda sostiene que el colapso político se podría deber a causas internas
como por ejemplo el modelo teocrático que no respondió a factores internos, esto es a
los conflictos entre las elites dominadas no-mochica, así como aquellos entre los
intereses entre la clase urbana emergente y los dirigentes sacerdotales mochica; y a
causas externas como la influencia de los waris o de Pachacamac y las presiones de
grupos serranos como los cajamarcas o los huamachucos; en este sentido la presencia de
catástrofes naturales debió acelerar estos procesos en marcha. Uceda señala que una de
las consecuencias del colapso del poder político es la pérdida de las colonias sureñas, y
deja entrever que hay una involución a estados fraccionarios o cacicazgos, dos o tres en

143
S. Uceda, “Relaciones sociales,…”, op. cit., pp. 42.
144
Según S. Uceda, parece ser que en este momento el rol de la ideología religiosa había sufrido cambios
substantivos. Otra opción es que nuevos dioses tomaron importancia frente a los viejos dioses mochicas.
En el Templo Viejo de la huaca de la Luna las divinidades representadas en casi todas sus etapas
constructivas tienen una aparente afiliación con las divinidades cupisnisques. En el Templo Nuevo, el
mural en que se representa la “rebelión de los objetos”, presenta símbolos emblemáticos relacionados con
una divinidad femenina y con el Guerrero del Búho. Esta secuencia temporal en la aparición de nuevos
dioses en el arte moche ha sido advertido por Elizabeth Benson en el arte cerámico (Ibid., pp. 20).
76

el valle: las huacas de Sol y de la Luna, Chan-chan (posterior capital del Estado Chimú)
y Galindo145.
Vemos que la sociedad mochica del sur pudo “retroceder” o readaptarse a un
modelo organizacional tipo jefatura: en cada valle aparecieron uno o más centros de
poder que compitieron entre sí, formando alianzas con unos y otros sin lograr que uno
de ellos se imponga en definitiva. En el caso del valle de Moche, la elite de la zona de
Chan-chan es la que da el gran salto a la constitución de un estado secular, el estado
Chimú.
En cuanto a las características de la población de la ciudad de las huacas del Sol
y de la Luna, en especial de aquella asociada al periodo entre el 600 y el 850 d.C.,
existen algunos datos a tener en cuenta. La presencia cuantiosa de material de
producción artesanal (moldes, herramientas, objetos en proceso de producción y
productos terminados) y no artesanal indican que se tenía una alta producción de bienes
de muy diversa índole, principalmente asociados a aspectos ceremoniales y suntuarios.
La presencia abundante y variada de desechos de recursos agrícolas y animales
(mamíferos y recursos marinos), aparte de darnos una idea sobre la dieta diversa y la
capacidad del acceso a estos recursos por parte de los pobladores de la ciudad, también
nos indican que debió existir una red de aprovisionamiento y un mecanismo de
intercambio entre los pobladores de la ciudad y los productores de dichos recursos,
algunos de ellos de carácter especializado no-artesanal como es el caso de los recursos
marinos.
La presencia de tumbas dentro de las estructuras residenciales y de producción
con una riqueza variable en cuanto al ajuar funerario, nos indica que (1) la población de
la ciudad podría enmarcarse dentro de una clase media y alta, (2) que las estructuras
arquitectónicas pertenecían a estas elites, de diverso rango y estatus. Según Santiago
Uceda, tomando como base la idea que las tumbas de cámara indican mayor estatus
sobre las de fosa y las múltiples sobre las simples, la correlación de estas variables con
las de género y edad de los individuos enterrados nos indicarían que, que el estatus es
adquirido por herencia, que no hay una segregación hacia las mujeres146 aún cuando,
por las ofrendas de cerámica y metales, se detecta un mayor status de los hombres
adultos.
Vemos que después del colapso político del 600 d.C., hay aumento de la
población, de la actividad doméstica, de la actividad ritual, del ajuar funerario, del
acceso a los recursos, entre otros aspectos.
Según Santiago Uceda, esto se debe a una mayor concentración de poder en
manos de las elites urbanas y el debilitamiento del poder de las clases sacerdotales y de
Huaca de la Luna como símbolo del poder central estatal. Esta última consideración se
consolida al observar como en los pisos tardíos aparecen claramente actividades
productivas ligadas o controladas por los habitantes de los conjuntos arquitectónicos

145
S. Uceda, “Relaciones sociales,…”, op. cit., pp. 42.
146
Ibid., pp. 31.
77

residenciales147. Este incremento del poder en la clase urbana, es el inicio de una


secularización del poder, proceso que culminará con la aparición del Estado Chimú.
Esta nueva clase urbana se comportaría como un grupo corporativo y de él se desprende
el poder central que debió ser frágil y quizás efímero. La punta de la pirámide social sin
embargo pudo estar conformada por los residentes en el palacio de Huaca del Sol.
Continuando con este autor, existe un aparente inconveniente a esta línea de
conjeturas y es el de explicar cómo una sociedad en plena crisis logró edificar uno de
los monumentos más grandes de la América prehispánica: la huaca del Sol. Uceda
resalta como otras culturas iniciaron en su ocaso obras majestuosas como el caso de la
arquitectura de Puuc, en las tierras altas mayas, a finales del periodo clásico e inicios del
post clásico (Dunning 2000). Para Uceda se trata, pues, de una respuesta de la sociedad
y de su elite ante la crisis. Este proyecto “faraónico” se convirtió en el símbolo de
unidad para los grupos corporativos de la clase urbana, pero su ejecución en lugar de
cumplir el objetivo perseguido debió empobrecer paulatinamente a la clase urbana,
hasta que agotó sus propios esfuerzos y con ello motivó la desaparición de una de las
sociedades más brillantes de los Andes centrales para su época. En otras palabras, la
construcción de un proyecto de esta magnitud debió implicar el reclutamiento de una
gran cantidad de personas mediante diversos mecanismos, dentro del marco de la
reciprocidad. Esto a su vez habría incluido un masivo uso de bienes tanto a la hora del
reclutamiento de la mano de obra como durante el proceso de construcción del edificio,
lo que habría generado el agotamiento de los recursos disponibles.
Tendríamos que preguntarnos también ¿De dónde provienen los pobladores
elitistas de la ciudad? ¿Por qué viven allí? ¿Por qué tienen un status alto? ¿Tienen sus
raíces en otros lugares? ¿Viven en la ciudad por cuestión de prestigio? Si se conquistó
un territorio durante la fase Mochica III y acaso inicios de Mochica IV y luego se perdió
con el colapso político, y se detecta un aumento de la población asentada en la ciudad,
esto ¿podría ser consecuencia del repliegue de las elites mochicas de los valles
conquistados, ya perdidos, hacia la ciudad de las huacas del Sol y de la Luna?
Los talleres de producción artesanal especializada excavados en el núcleo
urbano de la ciudad de las huacas del Sol y de la Luna, corresponden a este periodo
entre el 600 y el 850 d.C., es decir al momento de dominio del modelo secular,
traducido en el poder de la clase urbana. Es en este momento en que se enmarca el
presente estudio.

147
I S. Uceda, “Relaciones sociales,…”, op. cit., pp. 42.
78

Figura 23. Plano de la parte central del Núcleo Urbano con los CA y los talleres de producción artesanal, asociados a la fase estilística Mochica IV (600-850 d.C.) registrados
durante las excavaciones arqueológicas.

También podría gustarte