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En México hace casi 200 años lo relativo a la práctica profesional, o dicho en palabras más
precisas, el proceso de práctica social de las profesiones de la salud había estado marcado por
fenómenos sociales.
La medicina subordina y resta autonomía, además determina los modos de subordinación; incluso
dentro la profesión médica ha establecido los parámetros de su desarrollo profesional
En la conformación social de las formas de atención a la salud se encuentran las claves para
entender las determinaciones sociales de los procesos de formación donde se actualizan,
revitalizan y articulan los desarrollos científicos, tecnológicos, técnicos y sociales de la profesión
Para comprender los últimos años de la nación mexicana de dividirá el tiempo en 8 partes: los 3
primeros años abarcan el México independiente hasta el revolucionario (carecimiento de
información y eclipse político), los 5 restantes son México post-revolucionario
Inicios de autonomía, pero con rasgos coloniales latentes se ve inmersa en la batalla entre:
independistas vs filiadores monárquicos.
Se crean las primeras constituciones las cuales marcan los conceptos eje que definen ese modelo
de país y sociedad.
Las atenciones médicas se practicaban en la casa del enfermo y siempre debía ser de estándar
económico alto.
Las Leyes de Reforma son el parámetro doctrinal que orienta la organización estatal, la educación
y las instituciones sanitarias.
Las instituciones de enseñanza superior son los Institutos de Ciencias y Artes que surgen en los
principales estados del país; en algunos de ellos las escuelas de medicina son espacio privilegiado
para la formación y son modelo a seguir para la profesión de enfermería.
Las acciones terapéuticas se diversifican y la cirugía adquiere autonomía de la medicina con lo que
también se produce distanciamiento de las posturas religiosas, por un lado, al intervenir sobre el
cuerpo, lo que había sido vetado por la iglesia católica, y por otro al mostrar su eficacia terapéutica
fuera de los efectos de las prácticas religiosas.
Década caracterizada por las convulsiones sociales que expresan un nuevo estado de cosas
derivado de la lucha armada además de un quiebre social y político para rearticular relaciones
entre grupos sociales y núcleos de poder político.
Todo ello produce nuevas formas de atención médica y prestación de servicios; La atención
médica y la educación en este periodo dejan de ser procesos secundarios para pasar a ocupar un
lugar protagónico en la vida nacional.
Las instituciones hospitalarias han crecido de forma diversa, Las acciones de atención medica se
centran en los hospitales que ya son una realidad en las capitales estatales y en las principales
ciudades de todo el país, los hospitales ofrecen así, el escenario para la intervención practica de las
profesiones de la salud.
A partir de aquí las políticas sanitarias se identifican dos vertientes: por un lado, la atención
curativa individual con gran participación de las profesiones de medicina y enfermería, y por otro
la acción poblacional con base higienista con la participación de personal de enfermería y técnicos
medios.
Las intervenciones poblacionales dirigidas a luchar contra vectores, campañas sanitarias marcan
la} pauta que evidencia la necesidad de formación de personal técnico adicional
a la medicina, donde la profesión de enfermería representa una opción necesaria, pero, por su
carácter femenino, no suficiente para las intervenciones poblacionales.
La influencia estadounidense sentara las bases para transformar el hospital como espacio
privilegiado de la atención médica.
se establecen las bases legales y se constituyen las instituciones descentralizadas del Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los
trabajadores el Estado (ISSSTE), ambas instituciones subsisten paralelas a la Secretaria de
Salubridad y Asistencia (SSA).
Durante este periodo surgen organizaciones que congregan a las instituciones de educación
superior, en particular en el área de la salud. Así se crean las asociaciones latinoamericanas de
Medicina (Alafem), de Enfermería (Aladefe), de Odontología (Alaefo), de Salud Pública (Alaesp), de
Trabajo Social (Alaets) y muchas otras en diversas áreas profesionales (Ceitlin, 1978).
cuando la economía del país está inmersa en crisis económicas y financieras por los ajustes del
proceso de acumulación capitalista.
La propia unidad Xochimilco de la UAM establece uno de los primeros planes de enfermería como
licenciatura, basado en una práctica profesional innovadora.
La práctica clínica e individual de la salud empieza a sufrir en este periodo cuestionamientos que
derivan de la investigación de los especialistas en la medicina social y la salud pública.
En enfermería surgen los primeros intentos por posicionar un campo de trabajo profesional con
independencia de la profesión médica, renovando expectativas de autonomía profesional al incidir
en la prestación de servicios asistenciales en el primer nivel de atención.
En salud se crea el Sistema de Protección Social en la Salud (SPSS) con su brazo operativo “el
Seguro Popular”.
y se derivan las solicitudes a otras de menor presencia histórica, pero con creciente
reconocimiento social como enfermería y nutrición, gestándose así opciones profesionales que
solo en una primera instancia representan una opción para satisfacer la demanda de educación
universitaria.
La primera fase, con los antecedentes del Renacimiento y de la Colonia; En esta fase la educación
se basa en modelos tradicionales, sin que la progresiva incorporación de los avances científicos de
la biología, fisiología y física transforme sus bases construidas sobre el pensamiento eclesiástico.
La segunda fase, dura hasta 1930, permite la entrada en la educación de la “ciencia” medica
alcanzada en los países centrales.
El modelo biomédico en las bases científicas del conocimiento de las profesiones de la salud ha
sido dominante a lo largo de estos 200 años, que no obstante con la incorporación de los aportes
de las ciencias sociales, especialmente a partir de la década de 1970, sigue siendo dominante;
obstaculizando con ello perspectivas integrales y provocando visiones cada vez más fragmentadas
de la salud y la enfermedad.
Las formas de prestación de servicios médicos a la población presentan dos grandes variantes: la
primera caracterizada por formas asistenciales individualizadas de prestación de servicios de los
profesionales de la medicina, al inicio con escasa incorporación de nociones científicas y a partir de
la década de 1930 con presencia notable de los desarrollos alcanzados en los países centrales,
principalmente Estados Unidos. La segunda forma derivada de la implantación de un modelo de
atención hospitalaria impulsado por las políticas sanitarias que llevan a la constitución de las
instituciones de seguridad social, esta segunda forma adquirirá la denominación de medicina
institucional y a partir de 1943 es la que define la lógica de otorgamiento de servicios de atención
medica determinando las características que asumirán posteriormente todas las organizaciones
sanitarias del país.
Las profesiones de la salud están inmersas, como todo el mercado laboral, en procesos de
contratación laboral frágiles y pauperizados, ratificando así el carácter individual de la práctica
profesional. Las alternativas para la formación académica serán fieles a su autonomía, gestando
cambios en los currículos profesionales, pero poco podrán incidir en las perspectivas profesionales
de los egresados.