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Comentario H. Giannini: “La reflexión cotidiana” Cap.

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Branco Millacaris Castro

El método arqueológico de Giannini obtiene validez al presentar la tensión de diferentes


extremos; domicilio y trabajo, pues estos espacios serán los principales para formar una
identidad, que hipotéticamente se puede desarrollar en una comunicación que de vida a una
cotidianidad que funciona como subsuelo de principios comunes. Es en la concepción de
trabajo donde quiero centrarme, pues no parece funcional a la investigación arqueológica
reducir la acción laboral a un lenguaje y a una postura que se estanca en la jerarquía y
competitividad, ante esta reducción me parece que es posible deducir que se enfoca en un
exclusivo modo de producción, esto es, un exclusivo sector de la sociedad lo que es
contradictorio para encontrar una “experiencia común”.

El fenómeno a investigar es la cotidianidad, éste se estudiará “arqueológicamente” pues se


buscan los principios que se pueden encontrar en la normalidad de la vida “donde no pasa
nada”, sin más está búsqueda será tanto en un plano topográfico como cronológico. La
topografía se centra en la estructura espacial donde se desarrolla nuestra experiencia y
Giannini diferencia tres espacios sustanciales; domicilio, trabajo y calle. El domicilio es un
espacio que se relaciona con la pasividad y con el ser para uno mismo, el trabajo por otra
parte se relaciona con una disponibilidad a la producción donde prima una comunicación
jerarquizada y competitiva donde se ve disminuido el ser para uno mismo, y por último la
calle que corresponde al punto de intersección entre domicilio y trabajo donde se efectúa un
espacio posible de una comunicación ciudadana.

Ahora bien, el concepto de trabajo mencionado por Giannini está caracterizado


fundamentalmente, al igual que los otros espacios, como una actitud que se toma en el lugar
en cuestión. Esta actitud se ve reflejada en que el sujeto actúa más que para sí mismo para
un tercero (un superior, un cliente, un auditorio), está relativización del trabajo a un plano
meramente productivo hace referencia a un sujeto que funciona como mercancía en la
estructura económica, donde pareciera que su aporte no significa nada para él pues su
participación no es más que funcional al trabajo, lo que queda demostrado en el lenguaje
operacional que se adopta. La jerarquía es un componente esencial en la concepción de
trabajo para Giannini, además el sujeto toma una postura competitiva ante sus pares. Esta
forma de ver el trabajo llama bastante la atención por el contexto político-económico de la
sociedad en la cual se produce el texto, pues pareciera que el apogeo de ésta forma de
producir es en nuestros días, principalmente por la gran parte de la sociedad chilena que se
encuentra inmersa en la producción jerárquica del neoliberalismo, a mi parecer este detalle
no es menor ya que nos da un indicio del tipo de individuo al cual parece hacer referencia la
investigación. Tal como se pronuncia en un principio, la importancia del domicilio es
primordial para entender el sujeto en estudio que nos quiere mostrar el autor, puesto que
alguien que no tiene mayor injerencia en su lugar de trabajo se debe desarrollar
cómodamente en algún lugar. Así el interactuar con otros se muestra como algo accesorio
entre la tranquilidad del hogar y la mecanización del trabajo, de esta forma deambula el
individuo por las calles de la ciudad.

El problema con el sujeto minimizado al hogar, es que se supone que nos debe permitir
realizar una arqueología de principios en una sociedad, pero al caracterizar a un individuo
como lo hace Giannini excluimos a otra gran parte de la sociedad que no se comporta en el
trabajo como un sujeto solamente operacional, este sector de la sociedad que ve en su labor
una realización personal, o más simple aún, que no observa jerarquía ni competitividad en
su quehacer para subsistir no se analiza ni actúa de la manera como indica el autor. Se
puede concluir que al no existir una tensión demarcada entre extremos de comportamientos
(domicilio y trabajo) la perspectiva que se tiene tanto del mismo domicilio como de la calle
no será la misma que la del sujeto descrito en primera instancia, y también podríamos
afirmar como esta nueva interpretación de la actitud laboral complejiza y deja obsoleta una
arqueología que tenía como objetivo una investigación en los principios de la cotidianidad.

La cotidianidad que busca analizar Giannini, a mi parecer, no puede ser estudiada desde el
punto de vista de un sujeto que se desarrolla entre la serenidad de su hogar y la sumisión
laboral, porque se presenta como un observador, como alguien que solamente deambula en
la calle, que ve a otros sujetos como algo ajeno a su realidad. La calle no es solamente el
lugar de intersección entre extremos, de hecho aquellos sujetos que parecen
complementarios a la ruta de lo cotidiano tienen un rol igual o más importante que el
individuo descrito por el autor en la formación de una experiencia común.

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