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Gabriela Origlia
22 de diciembre de 2018
En abril de este año la compañía inició una nueva etapa; cambió de constitución
accionaria y de nombre. Era de la familia Pescarmona (ahora controla 35% de las
acciones); en 2014 entró en default y en los últimos meses completó la reestructuración
de un pasivo cercano a los US$1100 millones. Desde entonces 65% de las acciones son
del Banco Interamericano de Desarrollo; el Banco Nación y bonistas. Su ex-CEO,
Enrique Pescarmona, está involucrado en la causa de los cuadernos de las coimas .
Por estos días, en la "nave nuclear" de la empresa -una de las 11 del predio en Mendoza
de la empresa- se está trabajando en las distintas partes del recipiente de presión del
reactor modular. La nave, a requerimiento de las certificaciones internacionales, cuenta
con condiciones especiales de temperatura, humedad, presurización, filtrado de aire y
limpieza. También hay un horno para tratamientos térmicos de los proyectos nucleares.
La empresa es una de las tres de Latinoamérica con certificación Asmen (la requerida en
el mundo para diseñar y producir componentes nucleares); es la única que en la práctica
la está empleando. Empezó a trabajar en el área hace 30 años, fabricando algunos
componentes para Atucha 1, después realizó los generadores de vapor de Atucha 2 y los
de Embalse.
"Lo más importante es el próximo Carem, que dará continuidad al trabajo que se viene
desarrollando desde la Conea y Nucleoeléctrica Argentina y que acompañamos, afirmó a
LA NACION el CEO, Juan Carlos Fernández. Es un proyecto que pone a la Argentina
en la vanguardia mundial en reactores medianos. Es crucial no perder el dinamismo,
que no se vuelva a cortar el proceso". Nucleoeléctrica tiene en carpeta la construcción de
nuevas centrales nucleares, algunas en sociedad con China.
Hasta antes del default, la facturación promedio de Impsa era de entre US$200
millones y US$250 millones anuales -con picos excepcionales de US$1000 millones-;
este año será de unos US$60 millones. "Por el alto contenido local de nuestros
productos, entre 70% y 77%, pagamos 22% más de impuestos que quienes importan,
además de tener un efecto derrame importante en otras industrias locales", definió
Fernández.
La firma también trabaja en seis de las turbinas de 154 MW cada una de Yacyretá (ganó
dos licitaciones convocadas por el Ente Binacional); las dos primeras tienen un fuerte
grado de avance con alto porcentaje de avance de fabricación. En el área hidroeléctrica
también están trabajando en tres turbinas de 103 MW para la Compañía Paranaense de
Energía (Brasil); en la repotenciación y modernización de generadores para la
Administración Nacional de Energía Eléctrica de Paraguay y en la repotenciación con
nuevo diseño hidráulico y mecánico de central tres Rodetes Francis de 22,7 MW cada
uno en Malasia.