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En la presente reflexión se expone un análisis histórico-geográfico en torno a la creación del Petro, como moneda virtual del Estado

venezolano. Para tal efecto se realiza un esbozo del surgimiento de este proyecto, desde una breve caracterización del contexto (con
base en una visión de totalidad); se refieren brevemente aspectos sustantivos de la emisión de ese nuevo instrumento financiero; y se
plantean retos y perspectivas para la implementación de esta moneda virtual, en un contexto signado por notables contradicciones en
los ámbitos nacional e internacional.

El Petro como producto social e histórico de las crisis nacional y global

La emisión del Petro se produce en el marco de profundas convulsiones en la formación económico-social venezolana e intensas
contradicciones en el sistema-mundo. En el presente trabajo se parte de la hipótesis de que el Petro es producto de dos variables
fundamentales:

En primer lugar, la grave, compleja y densa crisis que experimenta la formación económico-social venezolana, signada por una
caída abrupta y sostenida del PIB durante los últimos 4 años, así como por significativos desequilibrios de orden macroeconómico
(entre la cuales sobresale el descenso de las reservas internacionales y el aumento exponencial de la liquidez monetaria). La crisis
venezolana se ha acentuado recientemente, ante las sanciones económico-financieras impuestas por el gobierno de los Estados
Unidos en agosto de 2017, las cuales han tenido efectos severos y nefastos para el pueblo venezolano[1].

En segundo lugar, las condiciones histórico-sociales del sistema mundo, signadas por la combinación de tres fenómenos de gran
impacto: i) La recesión económica (2007-2008) dada por la crisis de financierización del sistema global, la cual sigue vigente en la
actualidad y amenaza con un nuevo reflujo; ii) las profundas tensiones entre los Estados Unidos y el bloque China-Rusia en pugna por
la hegemonía económica-financiera global; iii) el desarrollo de un proceso de transición tecnológica-informacional que ha permitido el
surgimiento y crecimiento de monedas virtuales en la economía mundial[2].

El surgimiento del Petro y sus perspectivas de implementación

La profundización de las hostilidades hacia Venezuela en el ámbito económico-financiero, han determinado el desarrollo de
medidas que han significado una ruptura con el dogmatismo y la inercia que habían caracterizado al gobierno de Nicolás Maduro en
materia de macroeconomía, tales como la propuesta de reestructuración de la deuda; la necesaria instauración de un nuevo convenio
cambiario (aún insuficiente para contrarrestar el perjuicio producido por el tipo de cambio paralelo e ilegal que impone Dólar Today
pero en el camino correcto); y el anuncio de creación de la moneda virtual, propuesta innovadora por presentarse respaldada por
una porción de las reservas de petróleo del país[3].

El Petro ofreció su primera preventa el pasado 20 de febrero. Su incursión en el mercado internacional se llevará a cabo con la
emisión de un número determinado de monedas digitales[4], las cuales serán preminadas por agencias del Estado que se crearán
para tal efecto.

Mediante este instrumento, el gobierno venezolano espera eludir el bloqueo financiero impuesto –con perspectivas de
profundizarse- desde el gobierno de los Estados Unidos de América, con el cual se han afectado los sistemas de pagos y se restringen
las posibilidades de financiamiento internacional, y además obtener una fuente confiable y sostenible de divisas internacionales que
favorezcan la liquidez del país.

El diseño e implementación del Petro estará condicionado por la capacidad de maniobra y la audacia para tomar decisiones
acertadas y oportunas por parte del gobierno, en el marco de un asedio financiero transnacional y del crecimiento exponencial de
tensiones sociales internas generadas por demandas legítimas del pueblo venezolano (víctima de una situación de hiperinflación que
ha redundado en la precarización de sus condiciones materiales de vida), demandas que en las condiciones objetivas actuales del
país no es factible solventar.

La moneda virtual venezolana también estará condicionada por la dinámica de las contradicciones geopolíticas dadas entre el
orden mundial, con los Estados Unidos como regente del sistema financiero mundial (cuyos nodos fundamentales se localizan en New
York, Frankfurt y Tokio), a través del denominado Petro-Dólar; y la transición hacia un nuevo orden mundial de signo multipolar, en el
cual sobresale como contrapeso la alianza China-Rusia[5], con sus respectivas propuestas de monedas virtuales, las cuales pueden
representar un factor geopolítico sustantivo porque pueden acelerar el proceso de instauración del Petro en el mercado mundial.

El Petro es un experimento, por tanto es susceptible de riesgos en un área sensible, como es el mundo de las finanzas. Sin
embargo la situación económica de Venezuela exige de medidas enérgicas y audaces para la recuperación del PIB, el desarrollo de
las fuerzas productivas, la reactivación del mercado nacional y de manera indispensable, la contención del fenómeno de hiperinflación
y el consecuente empobrecimiento de la población vigentes en la actualidad.

La moneda virtual constituye una alternativa para el país, en la medida en que se convierta en un instrumento para: la obtención de
divisas internacionales, a través de mecanismos como la subasta de unidades de moneda para la obtención de liquidez; la creación de
un sistema de pagos inmune a las sanciones financieras de los Estados Unidos y relativamente autónomo de los procesos de
especulación inherentes a la lógica del Petro-Dólar; y la estabilización macroeconómica del país.

Pero la situación del país demanda que la implementación del Petro, tenga un impacto tangible sobre la economía familiar de los
venezolanos, en virtud de las amplias expectativas que se han generado en torno a esta medida. Si bien es cierto, en su esencia se ha
concebido como una herramienta macroeconómica, las condiciones intersubjetivas venezolanas exigen que la moneda digital
venezolana sea objeto de un proceso de democratización.

Dicho de otra manera, que su funcionamiento no sea exclusivo de las altas esferas del mercado mundial, sino que se desarrollen
mecanismos para que la población pueda tener acceso a la moneda virtual en escalas ajustadas a la realidad económica, mediante
procesos asociados al desarrollo de las fuerzas productivas del país, sea a través del factor fuerza de trabajo –es decir, para personas
naturales como parte del salario o los beneficios laborales-, o para personas jurídicas con base en inversiones orientadas hacia la
industrialización y la producción de valor agregado (en bienes y servicios esenciales para el mercado nacional y/o susceptibles de
exportación).

Retos de la moneda virtual venezolana

Tal y como plantea el economista Oscar Forero en el documento precitado: “El hecho de ser emitida en un momento tan crítico para
las finanzas nacionales le coloca en una condición desventajosa”. Por tal motivo, el desempeño del Petro en el mercado mundial no
estará exento de amenazas y dificultades, en virtud de que surge en un escenario complejo y saturado de contradicciones de
naturaleza económico-financiera y geopolítica, entre las que sobresalen los siguientes:

1. La implementación del Petro es objeto de especulaciones en cuanto al alcance y al impacto inmediato de sus resultados, en razón
de las desproporcionadas expectativas que se han creado a partir de la propuesta. Los buenos augurios emitidos por voceros oficiales
de alto rango en el gobierno, expertos en materia de economía y finanzas de los ámbitos nacional e internacional, han derivado en que
una proporción importante de la población manifieste esperanzas en que esta moneda virtual va a estabilizar la economía nacional.

Es altamente probable que el Petro tenga un impacto positivo en la economía venezolana, pero para revertir las profundas distorsiones
de la misma, se requiere de medidas integrales e integradoras –de naturaleza macroeconómica y microeconómica-, que sobre la base
del estudio y el análisis permanente de la dinámica financiera del país respecto al mercado nacional y global, permita obtener liquidez
en divisas internacionales, así como el aumento de las reservas internacionales; pero fundamentalmente permita aplicar una
intervención económica rigurosa, orientada a mitigar y superar la depresión productiva, la devaluación monetaria, la fuga de divisas y
la dependencia estructural hacia la actividad petrolera; y en un estadio superior, de incentivar y materializar el desarrollo de las fuerzas
productivas y de transformar las relaciones sociales de producción y el régimen de división jerárquica que permite el usufructo del
trabajo.

2. El Petro es y seguirá siendo objeto de acciones de guerra (especialmente de propaganda de guerra), con la finalidad de producir
su desprestigio y de socavar la confianza sobre el mismo. Por tanto, el sistema de funcionamiento debe ser confiable, transparente,
auditable e infalible en sus operaciones, así como incuestionable en sus mecanismos de defensa ante la posibilidad de que se
produzcan monopolios o legitimación de capitales sobre sus activos.

3. El Petro debe desarrollar un sistema que le permita tener la capacidad de evitar y contrarrestar la fuga de capitales (e incluso
estimular la repatriación de los mismos). Por tal motivo deben descartarse la convertibilidad y las transacciones respecto a la moneda
nacional. Es necesario que sea así, como mecanismo de defensa de su valor nominal, lo cual no significa que este instrumento sea
exclusivo de la burguesía nacional y mundial, o de sectores pequeño burgueses poseedores de divisas internacionales.

4. En ese orden de ideas y en coherencia con lo planteado en un apartado anterior, el gobierno debe promover dispositivos que
permitan la democratización en el acceso al Petro, mediante el pago de una porción de los salarios, así como de las bonificaciones por
concepto de vacaciones y utilidades de fin de año, mediante la moneda virtual venezolana. Asimismo, se deben estimular las
asociaciones con fines productivos de valor agregado, mediante el acceso de esas personas jurídicas a la moneda virtual. En ese
sentido, se valoran de manera positiva los anuncios del Presidente Nicolás Maduro en cuanto al pago mediante estos instrumentos en
procesos de exportación sustantivos para la economía nacional y en determinados bienes y servicios en el mercado nacional (como
por ejemplo los servicios turísticos).

5. El anclaje en la valorización nominal del Petro respecto al valor del barril del petróleo en el mercado internacional, en combinación
con la vertiginosa depreciación que ha experimentado el signo monetario nacional, van a determinar el auge de una demanda
significativa de Petros en el mercado nacional, en detrimento del Bolívar. Por tal motivo, el Estado venezolano debe crear políticas
sistémicas y sistemáticas dirigidas a defender el valor de la moneda nacional, para evitar distorsiones en el mercado y reducir los
riesgos de evitar la exacerbación de la dependencia financiera del país.

6. Resulta necesario que el Estado venezolano adapte la legislación para que la implementación del Petro sea factible en el mercado
nacional, pero fundamentalmente es indispensable el fortalecimiento de la infraestructura del sistema eléctrico y de las redes de voz y
data telefónica en el espectro nacional –con inversiones de gran escala-, pues la implementación del Petro redundará en un aumento
ostensible de la demanda en ambos servicios, los cuales presentan en la actualidad notables deficiencias, variable que de no ser
corregida representará un obstáculo para el desarrollo de la moneda virtual en el territorio nacional.

7. Se precisa de un sentido estratégico en la administración del Petro, pues por su característica esencial de ser un criptoactivo con
respaldo tangible, puede ser objeto de una saturación de demanda (que podría tender a generar emisiones desproporcionadas en una
especie de Dorado Virtual del Siglo XXI), ante la cual hay que actuar con precaución y responsabilidad.

8. Se requiere de responsabilidad ante la república y de un rigor extraordinario en la lucha contra la corrupción en la hacienda
pública, lo que implica además romper con la carga histórica de impunidad vigente ante el desfalco (más bien el desangre de nuestra
economía). Si los fondos obtenidos mediante el Petro son administrados bajo los mismos criterios y por los mismos agentes que
gestionaron CADIVI, SITME, SIMADI, el Fondo Chino y un largo etcétera, la economía nacional seguirá en su depresión, se
profundizará la pauperización de las condiciones materiales del pueblo y la república estará condenada a desaparecer.

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