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Los generadores de desigualdad en la salud

“Esta política de Estado debería abordar los cuatro mecanismos generadores de desigualdad
en el estado de salud propuestos por Evans Diderichsen y Whitehead (11), referidos a las
desigualdades de ingreso, desigualdades de dispersión poblacional, grupo étnico y exposición a
riesgos ambientales; grupos en riesgo biológico y de capacidades (ancianos, niños, mujeres en
edad fértil); enfermos más débiles o personas sin educación y grupos con enfermedades
crónicas o discapacidades.”

(Seclen,2008, pg 9)

El crecimiento económico como origen de la desigualdad

El crecimiento económico, como sucede en nuestro país, genera desigualdad. Si, como lo
señala Simon Kusnetz (10) —otro premio Nobel de Economía—, en las primeras etapas del
crecimiento la desigualdad se acentúa, para después corregirse a largo plazo, se requiere el
desarrollo de un conjunto de políticas públicas que permitan que la sociedad peruana logre
crecimiento con desarrollo humano y el Estado debería generar verdaderas reformas para
proteger a los más pobres y aminorar las desigualdades que traen consigo estos procesos.

La buena salud de las personas, según Amartya Sen, no es solo consecuencia de su carga
genética, de la edad y del género, sino también de la distribución de los servicios de salud, de
las condiciones nutricionales, de saneamiento, educación, cohesión social y de sus ingresos
económicos generados por el empleo. Debería ser producto, entonces, de un proceso
responsable de Política de Estado de protección social, en el que deberían confluir políticas
públicas de servicios de salud, nutrición, educación e infraestructura sanitaria.

(Seclen,2008, pg 9)

¿Qué es injusto y desigualdad?

La aproximación teórica define las inequidades como aquellas desigualdades, situaciones o


barreras que impiden a las personas alcanzar los mejores estados de bienestar posibles.
Considera la utilización que el individuo hace de los recursos en base al conjunto de
capacidades, que tiene para alcanzar la máxima realización posible. Entre estas capacidades, al
menos dos tienen una relación directa con la salud: la capacidad de vida y la capacidad de
salud física (Nussbaum 1985)2.

(OPS,2017, pg 13)

La definición más extendida es la propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS),


que señala que son: “desigualdades evitables entre grupos de personas dentro de un país o
entre países […] que surgen de desigualdades en el seno de las sociedades y entre sociedades”.

(OMS 2016)1. A esta definición se agregan otras que comparten tres características comunes:
es un tipo de desigualdad, es evitable y es injusta (Whitehead 1992, Departamento de
Sistemas y Servicios de Salud- HSS 2010, OMS 2016) (Figura 1)

(OPS,2017, pg 14)
Pilares para una igualdad universal

A través de esta estrategia, OPS establece prioritario avanzar progresivamente hacia el Acceso
Universal a la Salud (AUS) y la Cobertura Universal en Salud (CUS), ambos, componentes del
concepto de Salud Universal. La OPS entiende como AUS la “capacidad de utilizar servicios
integrales, adecuados, oportunos y de calidad en el momento en que se necesiten”, y por CUS
“la capacidad del sistema de salud para responder a las necesidades de la población, lo cual
incluye la disponibilidad de infraestructura, recursos humanos, tecnologías de la salud
(incluyendo medicamentos) y financiamiento” (OPS/OMS 2014). Reconociendo que cada país
debe definir su propio plan de acción hacia la Salud Universal, la OPS plantea cuatro líneas
estratégicas que debieran ser usadas por los Estados Miembros y otros socios en la
consecución de este objetivo (Figura 3): a. Línea estratégica 1: ampliar el acceso equitativo a
servicios de salud, integrales, de calidad, centrados en las personas y las comunidades. b. Línea
estratégica 2: fortalecer la rectoría y la gobernanza. c. Línea estratégica 3: aumentar y mejorar
el financiamiento, con equidad y eficiencia, y avanzar hacia la eliminación del pago directo que
se convierte en barrera para el acceso en el momento de la prestación de servicios. d. Línea
estratégica 4: fortalecer la coordinación intersectorial para abordar los determinantes sociales
de la salud. Aunque estas cuatro líneas estratégicas promueven mayores niveles de equidad en
la población, la ampliación del acceso y la mejora del financiamiento inciden de forma más
directa en este problema.

(OPS,2017, pg 15)

¿En que debe mejorar la salud peruana?

De este análisis se obtienen cuatro conclusiones que pueden servir de orientación para
mejorar la equidad del sistema de salud peruano:

1. En primer lugar, es conveniente dar un nuevo impulso al aseguramiento en salud. Todavía


una tercera parte de la población no reconoce estar cubierta por ningún tipo de seguro,
público o privado, lo que origina persistentes desigualdades en acceso, utilización y protección
financiera.

2. En segundo lugar, es necesario plantearse cómo avanzar en este ámbito en relación con la
actual situación de un sistema fragmentado. Será muy difícil combatir las desigualdades si se
mantienen dos redes de atención distintas para afiliados a seguros públicos. El mantenimiento
de dos redes públicas paralelas genera desigualdades e ineficiencia en el acceso, lo que
dificulta el logro de la cobertura real universal. Posiblemente sea necesario avanzar en la
unificación de redes e incorporar de esta forma un componente de solidaridad y distribución
de riesgos en el Sistema

3. En tercer lugar, se debe aumentar la protección financiera de las familias en general. La


autoexclusión de acceso a servicios formales de salud continúa siendo alta, con diferencias
significativas por nivel de ingreso e incluso entre los propios seguros públicos. Si se quiere
avanzar en igualdad, no se puede permitir que el nivel de ingresos sea un determinante tan
importante de acceso. En este punto, conviene poner atención no sólo en la protección de los
más pobres, sino también en la evolución del gasto de bolsillo de las familias de ingresos
medios y medio-bajos.
4. En cuarto lugar, las desigualdades territoriales son insostenibles en un contexto de mayor
igualdad. Para poder reducirlas es necesario establecer un mecanismo de monitoreo cercano
de información que permita orientar los recursos en salud a las zonas más necesitadas y que
esté primera línea de acceso para los tomadores de decisiones. Por último, volver a destacar la
necesidad de transversalidad de las políticas de salud, sociales y laborales. Cada sector por Si
sólo será incapaz de acabar con las inequidades que afectan a la población y sólo así se pueden
consolidar las bases para el desarrollo social y humano del país.

(OPS,2017, pg 121-122)

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