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UNIDAD II NATURALEZA, DEFINICION Y ALCANCES JURIDICOS

DE LOS TITULOS

2.1 NATURALEZA JURIDICA DE LOS TITULOS DE CREDITO

Desde el punto de vista estrictamente práctico, es decir, litigioso, tal vez este sea el
más apreciado de los elementos del título de crédito, porque implica la posibilidad,
cada vez más rara en los juicios privados, de litigar con la deuda garantizada, lo que
le confiere al actor una posición de fuerza.

La LGTOC establece expresamente, por una parte, que la acción cambiaria se


ejercita por la falta de pago o de aceptación, o por la quiebra del obligado a pagar
un título de crédito; y, por otra, que la acción cambiaria en contra de cualquiera de
sus signatarios, es ejecutiva por su importante y por los intereses y gastos
accesorios, sin necesidad de que el demandado reconozca previamente su firma,
incluso tratándose de un título extraviado o robado.

2.2 CONCEPCION LEGAL DE LOS TITULOS DE CREDITOS

La mayoría de la doctrina está inspirada en el gran maestro italiano César Viviante


y toma como concepto mínimo de títulos de crédito el suyo: "Es el documento
necesario para Ejercitar el derecho literal y autónomo en él consignado." Sin
embargo, la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito en su Artículo
5° al transcribirla omite la palabra autonomía. Pedro Astudillo Ursúa lo considera
una superación, siendo que el documento no es autónomo sino hasta que entra
en circulación.
2.3 CARACTERISTICAS ESENCIALES DE LOS TITULOS DE
CREDITOS

Como características de los títulos de crédito tenemos las siguientes:

2.3.1 INCORPORACION

El título de crédito es un documento que lleva incorporado un derecho, íntimamente


unido a él y su ejercicio está condicionado por la exhibición del documento. Si no se
presenta el documento no se cumple.

La incorporación es tan íntima que el derecho se convierte en un accesorio del


documento, esto es que el derecho amparado en el título ni existe ni puede
ejercitarse, si no es en función del documento y condicionado por él.#

Para Dávalos la incorporación es la ficción legal mediante la cual un trozo de papel


deja de serlo y adquiere un rango jurídico superior al que tiene materialmente, al
convertirse en un derecho patrimonial de cobro, porque así es calificado y tratado
por la ley.

En este sentido el artículo 7 de la ley de Títulos de Crédito dice que los títulos de
crédito dados en pago, se presumen recibidos bajo la condición "salvo buen cobro".

Así mismo, el numeral 18 del mismo ordenamiento indicado antes, indica que la
trasmisión del título de crédito implica el traspaso del derecho principal en él
consignado y, a falta de estipulación en contrario, la trasmisión del derecho a los
intereses y dividendos caídos, así como de las garantías y demás derechos
accesorios.

Los títulos representativos de mercancías, atribuyen a su poseedor legítimo, el


derecho exclusivo a disponer de las mercancías que en ellos se mencionen.

La reivindicación de las mercancías representadas por los títulos a que este artículo
se refiere, sólo podrá hacerse mediante la reivindicación del título mismo, conforme
a las normas aplicables al afecto.
2.3.2 LIGITIMACION

Esta es una consecuencia de la incorporación, pues para “legitimarse” se debe


exhibir el documento y sólo así se podrá ejercitar el derecho consignado en él.

La legitimación puede ser activa o pasiva. Es activa, cuando quien posee el título lo
es de manera legal y con esta portación exige el cumplimiento del derecho
consignado en él. Es pasiva cuando el obligado cumple su obligación y se libera de
ella, recuperando el documento de quien se lo presente, bajo la citada obligación
cumplida.

Las únicas condiciones que puede presentar el obligado para poner en duda la
legitimación activa son:

a) Que el último poseedor no acredite su identidad.

b) Que se acredite la transmisión del documento con una serie ininterrumpida de


endosos cuyo término sea precisamente quien se legitima para cumplir la
obligación.

c) Si se trata de título a la orden y se trasmitió sin endosos se legitimara al poseedor


si el documento fue endosado después de su vencimiento o fue cedido de manera
legal o judicial.

En este sentido se expresa el numeral 17 de la ley en estudio que dice que el


tenedor de un título tiene la obligación de exhibirlo para ejercitar el derecho que en
él se consigna. Cuando sea pagado, debe restituirlo. Si es pagado sólo parcialmente
o en lo accesorio, debe hacer mención del pago en el título.
2.3.3 LITERALIDAD

Aunque el Art. 5° la enuncia, ni la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito,


ni el Código de Comercio definen la literalidad. La doctrina la define como: el
derecho derivado del título es literal en el sentido de que en cuanto al contenido, a
la extensión y a las modalidades de ese derecho es decisivo exclusivamente el tenor
del título. Es decir, que las palabras escritas son la exacta medida del derecho.

Esta literalidad es imponible al beneficiario como al deudor, como por Ejemplo:

- El beneficiario no puede cobrar antes del vencimiento

- No puede cobrar más que lo estipulado

- Sólo puede cobrarlo en el domicilio señalado

- Si no se paga la totalidad, retendrá el documento, pero disminuirá textualmente el


monto ya pagado Como documento, el título de crédito no sólo es un
documento probatorio, sino un documento constitutivo y más aún dispositivo,
porque tiene la virtud jurídica de que crea el derecho que expresa y que lo mantiene
vivo después de nacido, dentro de los plazos legales de caducidad o prescripción.
Vemos que esta literalidad no es del todo absoluta, porque sí puede estar
contradicha y aun nulificada por elementos extraños al título o por disposición de la
ley.

Es por ello que Pedro Astudillo concluye que en materia de títulos de crédito la
literalidad significa que presuntamente la medida del derecho incorporado en el
título está determinada por el texto del documento.
2.3.4 AUTONOMIA

El Artículo 5° la infiere al decir: "derechos que en ellos se consigna". El derecho de


cada poseedor es sui generis, distinto al del poseedor anterior o posterior.
Autónomos, no son los títulos de crédito sino el derecho de los poseedores, que es
originario y no derivado, aunque la adquisición del título sea derivativa. También se
puede resumir que la autonomía es la independencia de causa de transmisión.

Los efectos resultantes son:

a) Sólo se admiten las excepciones personales que el demandante tenga contra el


actor, b) la autonomía opera desde que el título entra en circulación,

c) si el que transmite en realidad no tiene el derecho de hacerlo, porque no es


poseedor legítimo, el adquiriente de buena fe sí adquiere el derecho autónomo e
independiente del derecho del anterior poseedor,

d) si el título es alterado, los poseedores anteriores a la alteración, se obligan según


el texto original y los posteriores según el texto alterado. Cuando no se puede
comprobar si la alteración fue anterior o posterior a una firma, se presume
anterioridad.

La autonomía es un elemento muy discutido de los títulos de crédito. Pedro


Astudillo y otros doctrinarios, como Viviente, distinguen entre la autonomía y la
abstracción.

Sin embargo la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito los confunde


diciendo: " A fomentar la circulación de los títulos de crédito tiende, sobre todo, la
concepción de éstos como instrumentos autónomos del acto o contrato que les dé
origen, es decir, con vida propia y, por tanto, capacitados para garantizar al tenedor
de buena fe independizando el Ejercicio de su derecho, de los defectos o
contingencias de la relación fundamental que dio nacimiento a tales títulos."
También los tribunales usan abstracción y autonomía como sinónimos. De ahí, se
entiende que Dávalos Mejía al analizar la definición legal sólo alude a la autonomía,
como ya vimos con anterioridad (en el capítulo: denominación - definición legal).
2.4 CRITERIOS DE DISTINCION DE LOS TITULOS DE CREDITOS

Son tan especiales estos documentos que incluso su defensa legal se encuentra
muy limitada, tan es así que el artículo 8 de la Ley de Títulos de Crédito sólo
considera como posibles defensas en contra de estos, las siguientes

a) Las de incompetencia y de falta de personalidad en el actor.

b) Las que se funden en el hecho de no haber sido el demandado quien firmó el


documento.

c) Las de falta de representación, de poder bastante o de facultades legales en


quien subscribió el título a nombre del demandado, salvo que sea una persona que
conforme a los usos del comercio pueda suscribirlos o bien, sea poseedor de buena
fe.

d) La de haber sido incapaz el demandado al suscribir el título.

e) Las fundadas en la omisión de los requisitos y menciones que el título o el acto


en él consignado deben llenar o contener y la ley no presuma expresamente, o que
no se hayan satisfecho antes de la presentación del título para su aceptación o para
su pago.

f) La de alteración del texto del documento o de los demás actos que en él consten,
sin perjuicio de que en caso de alteración del texto de un título de crédito, los
signatarios posteriores a ella se obligan según los términos del texto alterado, y los
signatarios anteriores, según los términos del texto original. Cuando no se pueda
comprobar si una firma ha sido puesta antes o después de la alteración, se presume
que lo fue antes.

g) Las que se funden en que el título no es negociable;

h) Las que se basen en la quita o pago parcial que consten en el texto mismo del
documento, o en el depósito del importe de la letra en el Banco de México a
expensas y riesgo del tenedor y sin obligación de dar aviso a éste.
i) Las que se funden en la cancelación del título, o en la suspensión de su pago
ordenada judicialmente.

j) Las de prescripción y caducidad y las que se basen en la falta de las demás


condiciones necesarias para el ejercicio de la acción.

k) Las personales que tenga el demandado contra el actor.

En efecto, algunos doctrinarios estiman que los títulos de crédito, tal cual se
contemplan en los artículos 5º, 6º,

14, y 167 L.G.T.O.C., sólo pueden ser mercantiles. Y los títulos que representan
créditos o actos organizados de manera típica o innominada por el Código Civil son
documentos que constituirán prueba.

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