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DAMNUM COLLATERALIS

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El joven desollado que apareció cerca de la zona industrial de Iguala, en perefirico norte, era
estudiante de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa, se llamaba julio Cesar Mondragón,
cursaba el primer año y era originario del Distrito Federal, le apodaban El Chilango.

GUADALAJARA, JALISCO (19/ENE/2014).- La noche de la boda me sangraron los


pies. Las ampollas se tronaron y se me pegaron a los calcetines. Me los quité con
pedazos de piel. Fue como a la medianoche. A esa hora la fiesta estaba a todo y lo de
las ampollas fue lo de menos.

El infierno de a de veras no lo vimos venir.

Fue una boda de un millón de pesos, aunque nosotros cobramos nomás 400 mil.
Nosotros, es decir nuestra empresa familiar de organización de eventos. Así nos
anunciábamos. Silvia, la novia, nos había visitado los primeros días de enero,
recomendada por unos paisanos de ella. Al principio le dijimos que no podíamos
organizar una boda de mil invitados en un mes, que teníamos trabajo. Nos rogó tanto.
Nos dijo que no nos preocupáramos que la quería igualita que otra que organizamos,
tiempo atrás, para unos pochos en su mismo pueblo. Incluso, que el novio iba a
contratar a sus propios meseros, a sus propios cocineros, a sus propios músicos.
Acabamos diciéndole que sí.

Ahora que lo platico me siento de a tiro taruga, porque Silvia tiene toda la pinta de que
nunca le debimos organizar la boda. Trae siempre unas joyas muy caras, unas uñas
muy largas, una ropa bien versace.

Para su boda quería una carpa de circo donde cupieran, sentados a gusto en sillas
finas, 400 invitados y, además, sillas y mesas de plástico para otros 600. Dijo que iba
invitar a todo el pueblo. Los centros de mesa de los 400 asistentes principales fueron
cilindros de orquídeas y rosas, con luces fluorescentes. La mesa de los novios la
escogió de cristal. Para ese espacio quería una carpa de telas fucsia y rosa pastel,
con pedrería. Todo le conseguimos.
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Silvia se casó a principios de febrero. Mi compañera Florencia, dos asistentes de


cocina, tres auxiliares de protocolo, un vigilante y yo llegamos a montar su boda a las
siete de la mañana, nada menos que en la plaza del pueblo. Para guardar nuestras
cosas nos prestaron el consultorio de Salubridad, que está a un lado del kiosko.
Según el contrato, nuestros servicios se acababan a las dos de la mañana.

Casi a esa hora fuimos a enterarnos de que estábamos en un pueblo donde hay más
cuernos de chivo que azadones.

Pero cuando se acabó la misa iban a dar apenas las ocho de la noche. Cómo íbamos
a saber lo que nos esperaba. Al contrario, ignoramos todas las alarmas.

A las siete y media de la noche Silvia recorrió el pueblo, seguida por un cohetero y
una banda sinaloense que cobra 40 mil pesos la hora. El detalle se nos pasó por el
ajetreo de la pachanga.

Porque la novia nos agarró de sus sirvientes. A mí me insultó porque el vestido le


quedaba largo y se lo tuve que coser. A mis compañeros les gritó porque la comida
que contrató su novio llegó tarde.

Para los de la carpa de circo hubo una cena de tres tiempos con postre. A los de
abajo, porque instalamos las mesas en las calles que rodean la plaza, les dieron birria
y frijoles. Entre ellos estaba el borracho del pueblo, un señor de pants y gorra, de
unos 60 años, que fregaba y fregaba que quería bailar con Florencia o conmigo. A los
de la calle nomás les sirvieron cerveza: toda la que quisieron. Los de la carpa de circo
tomaron Buchanan´s 18 hasta que se hartaron.

Con todo aquel despilfarro Silvia nos insistió mucho en que no se nos fueran a olvidar
los alfileres, para que le pegaran billetes cuando bailara la tanda húngara. Después,
todo fue banda del sicariato, cantada por sus autores, los mismos cantantes que
posan con metralletas en las portadas de sus discos.

Con música de narcos y toda la cosa, había sido una boda como muchas, hasta la
medianoche. A las 12 empezó a ponerse fea de veras.

La gente acabó de cenar y empezamos a recoger los cubiertos, para que no se los
fueran a robar: eran cubiertos finos. Perseguida por el borracho del pueblo, que
quería bailar con ella, Florencia recogía en una ala de la carpa de circo y yo en la
otra. De repente la vi venir toda pálida: “¡Facunda, Facunda!”, me dijo, envolviéndose
una mano con la otra, “allá hay tres hombres con metralletas”. Le propuse que yo
retiraría los cubiertos de los de las metralletas.
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No eran tres, eran como cinco treintañeros, vestidos todos con camisas de seda y
chalecos de satín gris. Traían relojes de oro y dijes de cuerno de chivo incrustados
con diamantes. Los acompañaban tres veinteañeras. Una de ellas, la más guapa,
traía un vestido dorado, muy corto. Se notaba que era la mujer a la que todo el pueblo
desea.

Cuando terminé de recoger le pedí a Florencia que le dijera a los otros de nuestro
equipo de producción que no se acercaran a la mesa de las metralletas. Uno de los
meseros del novio se burló de mí: “¡Uyyy, mija! ¿Pos qué no sabías quién es el novio?
El novio es la mano derecha del mero mero. Esto va pa largo”.

No le pregunté quién es el mero mero. En parte porque ahora el borracho del pueblo
estaba a duro y dale que bailara con él.

Para que llegaran las dos de la mañana pasó una eternidad. A las dos Fui con Silvia y
le dije que iba a empezar a recoger mesas y manteles. Me miró con desprecio y me
dijo que yo no iba a recoger nada. Que la boda seguía. Que le dijera de una vez
cuándo iba a cobrarle. Me pagó en efectivo.

Pero después, Silvia vino a mí, humilde otra vez y muy nerviosa: “¡Vámonos! ¡Esto se
acabó! ¡Ayúdame, rapidito!”. Ella y el novio y los papás de ella empezaron a quitar
manteles, como perseguidos por el diablo. Le dije a los muchachos que se
escondieran y me fui a esconder a la barra. Era las tres y media de la mañana. Mi
compañera Florencia había desaparecido.

El cocinero del novio me tranquilizó con modos paternales: “No se preocupe, mi niña.
Está usted en el pueblo más seguro de México”, me dijo. Le pedí al equipo que saliera
de su escondite y me ayudaran a recoger todo: “¡En una hora, muchachos!”, ordené.
Pero mi gente ya no quería salir y le di la razón.

Los de la metralleta eran ya una docena a esa hora. Habían puesto un puño de
cocaína en la mesa de al lado. Iban y venían esnifando, rodeados por la banda de los
40 mil pesos la hora, que no había dejado de tocar. Desde la barra vi que la
muchacha del vestido dorado, la más deseada del pueblo, seguía con los de las
metrallas. Le gritaba a uno: “¡A mí no me dices que soy una cualquiera!”. Y el otro le
contestaba: “Eres una recualquiera”. El hombre insistía en que sí, ella en que no y así,
hasta él sacó un revólver, se lo puso a la muchacha en la cabeza y le ordenó: “¡A ver,
dime que no eres una recualquiera!”.

La fiesta seguía, sólo en esa mesa. Los de la metralleta esnifando, la banda tocando
y una corporación oficial llegando. Nomás que lejos de espantarse, los de la
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corporación saludaron, aceptaron un Buchanan´s y le pidieron a uno de los sicarios el
radio que le habían prestado: “Mi jefe me va a fregar, ya dámelo”.

Tuve que pensar ¿a quién no le ha tocado una de éstas?

Me fui a esconder al consultorio de Salubridad que nos habían prestado. La luz


estaba apagada y oí que mi compañera Florencia estaba llorando, debajo de una
cama. ¿Y ahora? Me dijo que el borracho del pueblo que quería que bailáramos con
él le fue con el chisme a uno de los sicarios. El sicario abrió la puerta del consultorio
con una llave y gritó: “¿Dónde está la que no quiso bailar con mi amigo?”. No sabe si
para consolar a mi compañera o para consolarme yo, me metí debajo de la cama.

Desde ahí, las dos oímos que la banda tocaba hasta las siete de la mañana. Luego,
que los de las metralletas discutían dónde iban a seguirla.

Del resto del equipo de producción de eventos no supimos hasta el día siguiente.
Todos se habían escondido y estaban bien. En la mañana, cuando los de la carpa de
circo vinieron a desmontarla, sólo había niños en las calles. Me acosté en una troca
de redilas, sobre los 100 manteles que llevamos a la boda.

La última imagen, antes de quedarme dormida, fue la de cuatro niños de unos siete
años de edad, dos en bicicleta y dos a pie, enrolados en un juego perverso:
“¡Cállense, cualquieras!”, le gritaban los de la bicicleta a los otros. “¡Ustedes son más
cualquieras!”, respondían los de a pie. “Cualquieras retecualquieras”, contestaban los
de arriba, apuntándolos, con armas imaginarias. Luego todos soltaban carcajadas
diabólicas.

AYOTZINAPA: “YO PARTICIPÉ MATANDO A DOS…” Por: Martín Moreno - octubre 24


de 2014 - 0:05 INVESTIGACIONES, MÉXICO, TIEMPO REAL - 133 comentarios Los
documentos, en poder de SinEmbargo Ciudad de México, 23 de octubre
(SinEmbargo).– Hablan los presuntos asesinos de algunos normalistas de
Ayotzinapa, en declaraciones ministeriales hechas ante el Agente del Ministerio
Público del Fuero Común Adscrito a la Dirección General de Control de
Averiguaciones Previas, Miguel Ángel Cuevas Aparicio, durante la primera semana
de octubre de 2014, con sede en la Procuraduría General de Justicia del Estado de
Guerrero: “Yo participé matando a dos de los ayotzinapos, dándoles un balazo en
la cabeza, y no son de los que quemamos, están enteritos… la forma de matarlos
fue ancados [sic] y les disparamos por un lado de la cabeza”. “El Gaby junto con
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Choky ya habían matado a los tres ayotzinapos, les pegaron un tiro en la cabeza a
cada uno, el Gaby mató a dos y Choky a uno, esto por andar de revoltosos, dijo el
Choky”. “El Choky ordenó que bajáramos a los diez[...] Yo le disparé a dos en la
cabeza con el arma de la Mente, Gaby mató a otros dos, Choky mató a uno, la
Vero mató a otro y dejamos vivos a cuatro…”. “En ese momento arrastraron el
Chaky, la Vero y la Mente a los seis muertos al hoyo en donde El Gaby les roció el
diésel y también les prendió fuego hasta que se calcinaron”. Así lo manifiestan en
sus declaraciones ministeriales en la Procuraduría General de Justicia del Estado
de Guerrero. Estas declaraciones obran en poder de SinEmbargo. Las
declaraciones fueron hechas antes de que la Procuraduría General de la República
(PGR) atrajera el caso, el sábado 4 de octubre de 2014. Los presuntos verdugos
de normalistas de Ayotzinapa describen cómo habrían dado muerte a parte del
grupo de estudiantes de la Normal “Raúl Isidro Burgos”, entre la noche del 26 de
septiembre y las primeras horas del sábado 27, en Iguala. Afirman que los
ejecutaron con tiros en la cabeza. También dicen que los quemaron y los echaron
en fosas que, a decir de los sicarios de “Guerreros Unidos”, estaban afuera de
Iguala. Sus declaraciones coinciden con las del padre Alejandro Solalinde, quien
declaró ante la prensa, primero, y luego ante las autoridades, que los normalistas
estaban muertos y que algunos fueron quemados vivos. Los presuntos asesinos
narran cómo ajusticiaron a normalistas. También indican en dónde los enterraron.
Las declaraciones de los detenidos abren las dudas planteadas por los padres de
los normalistas a las afirmaciones del Procurador General de la República, Jesús
Murillo Karam, quien asegura que las pruebas de ADN indican que los cuerpos
hallados en las fosas días después de la desaparición, no corresponden a los de
estudiantes. “¿De quiénes son los cuerpos hallados en las primeras fosas al pie de
los cerros en Iguala?”, cuestionaron los padres. Esta y otras preguntas parecen
reafirmarse en las declaraciones. Una fuente cercana a la investigación dijo a
SinEmbargo que los cuerpos en esas fosas “también son de normalistas”. No supo
aclarar si esos supuestos normalistas son o no los 43. Foto proporcionada por los
comunitarios LAS DECLARACIONES HONORIO ANTÚNEZ OSORIO (Ex militar): “El
oficial de barandilla Ulises Bernabé García, al que le dicen ´El Gay´, los entregó (a
los normalistas) a los sicarios de Cocula, a los de Protección Civil y a elementos
del Grupo de Reacción Inmediata también conocidos como ´Los Bélicos´, entre los
que se encuentran: Francisco Salgado Valladares, Director de Seguridad Pública,
quien tiene a su mando a los elementos, al comandante Héctor Aguilar alias ´El
Chombo´, quien es el segundo de a bordo de la célula de Valladares; Leodan
Pineda Fuentes, Christian, sin recordar sus apellidos, pero sé que le dicen el
´Mataviejitas´o ´Sargento Cebollas´; Neftalí Pérez alias ´El Pan Crudo´; otra
persona de apellido Vieyra alias ´El Taxco´; otra persona de apellidos Carreto
Pérez con el apodo de ´La Sombra´; Juan Carlos Delgado alias el ´Toxicológico´ o
´El Capulina´; Alejandro Mejías Meza alias ´El Granito de Oro´; una persona de
apellido Cabañas, alias ´El Cabañitas´; Uribel Cuevas, alias ´El Gordo´; Agustín
Cuevas, alias ´El Quequis´ o ´El Quijadas´; Nicolás, sin saber sus apellidos…
MARTÍN ALEJANDRO MACEDO BARRERA: “Recibí la instrucción de dispararles (a los
normalistas), por parte del Choky; los disparos que les realizamos fue en el centro
de Iguala…El Choky pidió apoyo a la Policía Municipal, por lo que supe que El
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Choky sí alcanzó a chingar a varios ayotzinapos, ya que se estaban poniendo muy
locos; una vez que se comienzan a bajar los estudiantes comienzan a correr y
logramos asegurar a diecisiete, los cuales subimos a nuestras camionetas y los
llevamos a la casa de seguridad donde los matamos inmediatamente ya que no
se querían someter y como eran más que nosotros, El Choky dio la instrucción que
les diéramos piso… “A algunos los mataron con tiro de gracia en la cabeza y a
otros a golpes ya que se pusieron muy violentos cuando estaban secuestrados y
para que no estuvieran chingando se decidió matarlos; creo que utilizaron la
excavadora para enterrarlos en el mismo rancho que tenemos, a siete de estos
muchachos los quemamos por instrucción del Choky…quiero señalar que una vez
que me pusieron a la vista unas fotografías de las personas que se dicen
desaparecidas, no reconozco a ninguno ya que inmediatamente los subimos a las
camionetas la instrucción fue cubrirlos para que nadie los viera… “Yo participé
matando a dos de los ayotzinapos, dándoles un balazo en la cabeza, y no son de
los que quemamos, están enteritos…la forma de matarlos fue ancados (sic) y les
disparamos por un lado de la cabeza…”. MARCO ANTONIO RÍOS BERBER “Los
ayotzinapos se bajaron del autobús y de la urban sobre la calle de Guerrero y
Bandera; eran varios, como unos cincuenta, todos iban encapuchados y se
dirigieron al evento, al llegar hicieron detonaciones de arma de fuego al aire, yo
me encontraba afuera de la Iglesia de San Francisco y la gente empezó a correr…
los ayotzinapos empezaron a robar carros para escaparse, se los quitaban a la
gente, entre los que recuerdo fue una CRV negra y varios taxis… “Posteriormente
Chino me avisó que Choky había levantado a tres ayotzinapos… “Choky dijo que
se iban a jalar para el cerro, fue cuando El Chino me mandó que fuera a comprar
diésel, a la gasolinera de la calle Zaragoza; como a los veinte minutos regresó con
ellos al cerro arriba de la colonia Pueblo Viejo para dejarles el diésel; en ese
momento el Gaby junto con Choky ya habían matado a los tres ayotzinapos, les
pegaron un tiro en la cabeza a cada uno, el Gaby mató a dos y Choky a uno, esto
por andar de revoltosos, dijo el Choky… “La Mente me dijo que ordenó al Chaky
que hiciera una fosa y que posteriormente el Gaby con El Choky los aventaron al
hoyo, y Gaby roció con diésel los cuerpos y les prendió fuego hasta que se
calcinaran; para esto, el Chino me avisó por teléfono que les llevara más diésel
por órdenes del Choky… “Cuando llegué al cerro al rato llegó también El Gaby en
la Tacoma blanca y llevaba a diez de los ayotzinapos, llegó con la Vero; la Mente
lo estaba esperando abajo y bajaron a los diez en ese momento, el Choky ordenó
que bajáramos a los diez…yo le disparé a dos en la cabeza con el arma de la
Mente, Gaby mató a otros dos, Choky mató a uno, la Vero mató a otro y dejamos
vivos a cuatro; en ese momento arrastraron el Chaky, la Vero y la Mente a los seis
muertos al hoyo en donde El Gaby les roció el diésel y también les prendió fuego
hasta que se calcinaron y posteriormente El Gaby junto con El Chaky taparon el
hoyo con tierra y ahí dejaron amarrados a los otros cuatro a quienes golpearon y
dejaron inconscientes…”.

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PERSONAJES

ALEJANDRA: Directora de escena y esposa de Damián. 34 años.


DAMIAN: Actor principal. 45 años.
MARIO: Actor. 40 años.
CAROLINA: Estudiante de teatro. 17 años.
AMANDA: Actriz. 24 años
CAMILA: Jefa de Foro, luego asistente de la compañía de Alejandra. 28 años
SANDRA: Actriz. 25 años.
PAULA: Actriz. 30 años.
DON SOTO: Rico hombre de negocios. 65 años
DAFNE: Protegida de Don Soto. 27 años.
GRIEGO: Hijo de Don Soto. 13 años.
DOS ASESINOS A SUELDO. DOS TECNICOS DEL TEATRO

ACTO I
ESCENA I
Entran dos hombres con palas arrastrando un bulto. Lo avientan en el fondo de la escena. Uno saca
un cigarro, lo enciende, es de noche, solo la luna alumbra que se cuela entre los árboles de la sierra,
alumbra sus rostros.

ASESINO I: ¿Quieres uno?


ASESINO II: No fumo, eso mata.
ASESINO I: No seas mamón. Cualquier día te matan de un plomazo y te preocupa morir de cáncer.
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(Ríe a carcajadas)
ASESINO II: Mejor muerto sano que tuberculoso.
ASESINO I: ¿Tu tampoco fumas? (Patea el bulto) ¿ O te da miedo de morir por el cigarro? (Ríe
escandalosamente).
ASESINO II: Déjalo, creo que se desmayó por le susto.
ASESINO I: Mejor, así me duran, que pa encontrar una tienda, hasta que regresemos al poblado.
ASESINO II: Deberíamos acabar con éste de una vez, (Saca un cuchillo) ¿Qué caso que sufra si
sabemos que éste ya no regresa?
ASESINO I: Espera Loco. No seas arrebatado. El patrón lo quiere vivo. Este tiene utilidad especial. Es
pa Grieguito.
ASESINO II: Es un chamaco, qué ideas de dárselo a él. El ultimo nomás lo hizo llorar. No está hecho
pa estas cosas.
ASESINO I: Pos tendrá que hacerse, si no quiere que su apá se enmuine.

Lejos el sonido de un motor de una cuatro por cuatro se acerca, las luces atraviesan los troncos de los
árboles.

ASESINO II: ¡Hablando del diablo que se aparece!

Entra Don Soto, Dafne y Griego

DON SOTO: ¿Todo listo muchachos?


LOS DOS: Listo.
ASESINO I: ¿Lo desembolsamos?
GRIEGO: Vamos ya. Te digo que no voy a hacerlo.
DON SOTO: ¡Qué la chingada! Ya vas a empezar otra vez con tus niñerías. (Saca una pistola). Tómala
y has lo que te corresponde. Ya lo hablamos. (A los hombres) Acérquenlo. (A Griego) Me haces pasar
vergüenzas con los muchachos. No está bien que te vean dudar. (Le da la pistola) Toma. Ya va siendo
hora que empieces a aprender a tener el control y estos desplantes tuyos nomás te hacen ver débil frente
a todos.
GRIEGO: Lo haré, pero no ahora. Aun no estoy listo.
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DON SOTO: ¿Y entonces cuándo? ¡Basta de estupideces Griego! Es solo una rata que hay que aplasta.
GRIEGO: ¡Déjame! ¡Te digo que no lo haré! ¡No tienes derecho a obligarme a hacerlo!
DON SOTO: (Lo abofetea) ¡No me alces la voz muchachito!
DAFNE: Aun no está listo Álvaro.
DON SOTO: ¡Tu no te metas!

Los hombres acercan el bulto, Griego regresa corriendo a la camioneta.

ASESINO I: Listo señor. ¿Lo despertamos?


DON SOTO: ¡Me lleva…! (Dispara al bulto) ¡Regresa acá! (A los hombres) Hagan el hoyo.

Don Soto sale tras Griego, Dafne lo sigue, los hombres empiezan a cavar.)
ASESINO I: Creo que ahora sí se le va a armar al muchachito.
ASESINO II: Oye. ¿Deberás es su apá?
ASESINO I: Pos eso dicen las malas lenguas.
ASESINO II: Mira las cosas que se ven.
ASESINO I: ¡Ándale! Apúrate y deja de andar de comadre, no vaya a regresar el viejo y pa qué
quieres.
ASESINOII: No pus eso sí. En boca cerrada…

Oscuro

ESCENA II
CAMILA, CAROLINA DAMIAN Y TÉCNICOS
En la sala del Teatro.
CAMILA: ( A un técnico) ¡Órale! ¡Pásame las mamparas! hay que ponerlas hasta atrás.
TECNICO I: OK. ¿Entonces todas?
CAMILA: Sí. Vamos. ( Salen cargados).
CAROLINA: (Ensayando “La Dama del Olivar”)
¿Qué hacéis aquí, afeminados,
hombres sólo en la apariencia,
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en conversación infame,
que no sentís vuestra afrenta?
Gallinas, y aun no gallinas,
pues ya saben volver éstas
los picos contra el milano
que sus polluelos le lleva.
DAMIAN: Tirso de Molina se debe retorcer en su tumba.
CAROLINA: Señor Dam, Dam, Da, Da.
DAMIAN: Damián muchachita, Damián. Me gustaría saber qué está haciendo usted en éste escenario.
CAROLINA: Ensayo mi escena señor.
DAMIAN: Lo impresionante es que tengas una.
CAROLINA: Sí, señor. La directora me dio ésta pequeña escena. Sé que aún no está bien... y quiero
pedirle... con el debido respeto... si puedo ensayar aquí... la escena... claro...
DAMIAN: Continua.
CAROLINA: (Extremadamente nerviosa)
¿Qué hacéis? ¡Aquí afeminados!,
¿Hombres sólo? en la apariencia.
En conversación, infame
que no sentís vuestra afrenta.
Gallinas y aun, no, gallinas,
DAMIAN: ¡No! ¡No! ¡No!. ¡Basta! ¿Cómo te atreves a existir siquiera?
CAROLINA: Lo siento señor. No quise ofenderlo. ¿Qué hice mal?
DAMIAN: ¡Todo! Es una vergüenza. No sabes leer, tartamudeas, respiras como vaca, tienes una voz
chillante y tu falta de energía me parece insoportable.
CAROLINA: Pero señor. Yo solo quiero... Lo siento mucho.
DAMIAN: ¡Basta! No lo soporto mas. ¡Fuera!¡Fuera de aquí!
CAROLINA: Pero, la directora me dijo que podía ensayar aquí.
DAMIAN: Alejandra qué sabe. ¡Fuera!¡Fuera de mi escenario dije!
CAROLINA: Pero...
DAMIAN: ¡Largo Mocosa insalubre, vil engendro de la imperfección humana, asquerosa imitación de
la imitación, miserable profanadora de la cultura, execrable asesina de la poesía. ¡Fuera de aquí!
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¡Fuera!

Sale la estudiante.

ESCENA III
El Teatro
Damián y Camila

DAMIAN: “¿Qué hacéis aquí, afeminados,


hombres sólo en la apariencia,
en conversación infame,
que no sentís vuestra afrenta?
Gallinas, y aun no gallinas,
pues ya saben volver éstas
los picos contra el milano
que sus polluelos le lleva.”
CAMILA: (Gritando) Apúrense muchachos, que tenemos que sacar todo para la próxima función.
DAMIAN: Perdona, pero debes tener un poco de respeto, estoy ensayando. No seas impertinente.
TECNICO 1: Vamos, tráete eso. ¿Y esos foco?
CAMILA: Sí señor, soy muy inteligente. Me llamo Camila. ¿ No nos habían presentado?
TECNICO 2: Yo voy a sacar este bulto. (Al técnico 1) ¿Sabes desconectarlos?
DAMIAN: No.
TECNICO 2: ¡Abuelita!
DAMIAN: No intercambiamos nombres. Damián. Un gusto Camila, pero, estoy ocupado. ¿Podrías
hacer menos ruido por favor?
CAMILA: Estoy apurando a los muchachos para que terminen pronto y no te molesten más querido
Damián.
TECNICO 2: (Al técnico 1) Deja ya eso, horita venimos por eso.
DAMIAN: Señorita, no me llame querido. Por favor salgan y déjeme ensayar. (Pausa). Gracias.
CAMILA: Claro que sí Diamantito.
DAMIAN: Gracias.
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CAMILA: ¡Quiten esas luces! ¡No, esas no! Las azules. Saquen todos los telones y coloquen ya los
paneles. ¡ Tú! ¡Los paneles! Corran por los muebles que están en la bodega y los traen aquí.
DAMIAN: (Ensayando) “Amor, no te llame amor, el que no te corresponde…”
CAMILA: ¡Muchachos! ¡Muchachos! ¡No olviden quitar todo lo que estorbe entre las piernas!

Risas. Camila baja del escenario. Damian la sigue a la sala, entre los pasillos de las butacas

DAMIAN: ¡No puede ser! Señorita...


CAMILA: Camila.
DAMIAN: Camila, no puede interrumpirme a cada rato. Estoy ensayando y usted solo grita y grita.
CAMILA: Sí, claro. Permítame. ¿Cuántas veces tengo que repetirles que primero apagan el “master”
desenchufan todo, y después cambian las luces? ¿Me decías Diamantito?
DAMIAN: Señorita. ¡Camila! No te acerques tanto.
CAMILA: Tranquilo Damian. Estas muy nervioso.
DAMIAN: Solo un poco tenso.
CAMILA: ¿Solo poco?
DAMIAN: No me tientes. Lo puedes lamentar.
CAMILA: ¿Es amenaza?
DAMIAN: Promesa.

Camila lo besa.

ESCENA IV
DAMIAN, CAMILA, ALEJANDRA Y CAROLINA
Entra Alejandra con Carolina por la puerta que da a la recepción del teatro.

DAMIAN: ¡Basta le digo! Esto es inaudito, usted no puede estar aquí, interrumpiendo todo el tiempo y
gritando como si fuera una vecindad. Esto es un escenario y yo estoy ensayando, debería tener un poco
de respeto por el trabajo creativo, en lugar de berrear como si en ello le fuera la vida.
CAMILA: ¿Qué? (Mirando a los que entran) Pues sí, curiosamente de eso vivo señor, de berrear...
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ALEJANDARA: ¿Qué pasa? ¿Por qué discuten?
DAMIAN: ¡Alejandra, ésta mujer no me deja trabajar!
CAMILA: Solo hago lo mío señora.
ALEJANDARA: Ven Damián. Sigue trabajando Camila. Mas tarde hablamos nosotras. Damián, dime:
¿ Sabes cambiar un Elipsoidal?
DAMIAN: ¿Un… Qué? ¿De qué me hablas?
ALEJANDARA: ¿Eres capaz de subir al paso de gato hacerlo?
DAMIAN: Bueno, no se, nunca lo he hecho.
ALEJANDARA: ¿Entiendes mi amor?. Camila sólo está haciendo su trabajo, y es tan importante como
el tuyo. Tu tienes que ensayar, pero ella debe tener lista la escena para ésta noche.
DAMIAN: Alejandra... Lo siento. Trataré de ser mas tolerante con estas cosas. Pero sabes, es el
estreno y estoy nervioso.
ALEJANDARA: No te preocupes amor. Me tengo que ir. Ah, te presento a Carolina, es la nueva
intérprete de Laurencia. Es muy buena.
DAMIAN: Sí, ya la escuché.
CAROLINA: Ya nos conocimos hace rato señora. Espero poder aprender del maestro Damián y de su
gentileza.
ALEJANDARA: Bueno, vamos que tenemos mucho que hacer. Ciao amor.(Salen Alejandra y
Carolina).
CAMILA: “Ciao amor”. ¿Por eso estaba nervioso señor Damián?
DAMIAN: Camila, solo déjame que ensayar.
CAMILA: Ensaya pues.
DAMIAN:
“Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo,
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones, el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,todo eso es tan poco,yo lo quiero de vos porque te quiero.
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Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito de tu entrega se estrelleen la cara de un jefe de oficina,y que el placer que
juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.”
CAMILA: ¡Bravo! Me encantó.
DAMIAN: Tomaré un descanso.
CAMILA: Te invito una cerveza. ¿Vienes o te pegan agruras?
DAMIAN: No. Vamos.

Salen.

ACTO II

ESCENA I
En la sierra.
Don Soto, Griego, Dafne y los dos hombres.

Los dos hombres en la penumbra entierran el bulto.

DON SOTO: (Impaciente) Toma. Esta es la carta que tu madre te dejó. ¿Estás seguro de querer
conocerlo? (Pausa) ¿Si te rechaza? ¿Qué vas a hacer?
GRIEGO: Sí, estoy seguro, necesito comprobar por mi mismo... (Llora). Quiero darle la oportunidad,
tal vez ha cambiado.
DON SOTO: Eres solo un niño Griego. No quería aceptarlo. En el fondo sabía que hoy tampoco lo
lograrías.
GRIEGO: No soy un asesino abuelo. No quiero serlo.
DON SOTO.- Tampoco yo. ¿O crees que me gusta hacer esto? ¿Para ti no soy mas que alguien que
disfruta matar? No conoces a los hombres. He sido un padre para ti. ¿Para qué necesitas a ese imbécil
que te abandonó? Entiende m'hijo. Ese hombre te va a despreciar y vas a sufrir.
GRIEGO: ¿Cómo estás tan seguro? Si eres tan poderoso como dices, me pregunto por qué sigue vivo.
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Si ofendió a mi madre, si se burlo de ella y nos abandonó. Me parece increíble que lo dejaras vivir. Tal
vez él es mucho más hombre que tú. Tal vez él tuvo razón al alejarse de ésta maldita familia.
DAFNE: ¡Griego! No le hables así a tu abuelo.
DON SOTO: Dafne déjalo. A su tiempo, él mismo me dará la razón, lo conozco bien. Recuerda que
puedes arrepentirte de ésta decisión Griego. (Saca una cartelera teatral y se la da). ¿Quieres conocer a
tu padre? Ve a verlo. Aquí lo encontraras.
GRIEGO: ¿En un teatro?
DON SOTO: Corre a buscar a tu papi, mocoso. (Ríe) Pero no regreses llorando y pidiendo ayuda si te
desilusionas.
GRIEGO: Iré a verlo. Si no es el hombre que pienso...
DAFNE: Voy contigo.
DON SOTO: Bien Dafne, no te alejes de él. Solo escucha bien Griego. Tienes 13 años. Cuando empecé
en éste negocio, mi padre me inicio a tu edad. Este es el último capricho que te consiento. Pase lo que
pase, debes prepararte para relevarme.
GRIEGO: ¿A qué viene eso ahora?
DON SOTO: Que no voy a soportar mas niñerías. Ve a hacer lo que quieras ahora, solo tienes una
semana, tómalo como tu ultimo descanso, después harás lo que yo te diga, quieras o no. Es hora de que
empieces tu preparación para que un día tomes el control de todo y lo vas a aprender con sangre, como
lo aprendí yo. No estoy jugado muchacho. Sabes que yo no juego. ¿Está claro?
GRIEGO: Sí señor. Así será.
DON SOTO: (A Dafne) Cuídalo bien, cualquier cosa avisa y te mando gente.
DAFNE: No hay problema.

Don Soto se acerca a sus hombres.

ESCENA II
GRIEGO Y DAFNE
DAFNE: Vamos. Espero tengas razón. Aunque eso no cambiará nada.
GRIEGO: Yo sé que estoy en lo correcto. Presiento que mi abuelo oculta algo. No me ha dicho la
verdad sobre mi padre, estoy seguro.
DAFNE: Griego, tu abuelo te ha protegido de todo, simplemente ya no puede esperar mas. ¡Anda!
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¿Temprano vamos al campo de tiro antes de salir?
GRIEGO: Sí. Buena idea.
DAFNE: Subamos a la camioneta. Hace frío.
GRIEGO: Dafne. ¿Es posible que alguien en mi situación pueda negarse a continuar?
DAFNE: Tu destino esta ya marcado, eres el único varón, el único que lleva su sangre.
GRIEGO: ¡Odio a mi abuelo! Siempre cree tener la razón.
DAFNE: La tiene, así es como ha logrado toda su fortuna.
GRIEGO: La razón ganada por la fuerza no es razón.
DAFNE: En éste mundo sí.
GRIEGO: Entonces odio este mundo.

Dafne y Griego van a la camioneta. Don Soto los sigue con la vista.

ESCENA III
EL CAMERINO
Sandra, luego Paula, Amanda Y Carolina.
PAULA: Hola Sandra, ¿Estas lista?
SANDRA: Sí, bueno, eso creo.
PAULA: A ver como nos va.
SANDRA: Seguramente muy bien. ¿Tienes todo en su lugar?
PAULA: Sí. ¿Me prestas rímel?
SANDRA: Claro. Toma.
PAULA: Gracias. ¿Ya viste que hay una nueva en la compañía?
SANDRA: ¿A si? ¿Quién es?
PAULA: Una tal Camila, parece que es la nueva asistente de Alejandra.

Entran Amanda y Carolina.

SANDRA: Oh. No la he visto. ¿De dónde salió esa?


PAULA: Era la jefa de foro del teatro donde actuamos la semana pasada. Al parecer la recomendó el
dueño del teatro a Damián, o al menos eso supe.
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SANDRA: Ah, sí, la recuerdo. Muy simpática ¿no?
PAULA: Y muy guapa.
CAROLINA: ¿La nueva? Es guapa cierto.
SANDRA: ¿Vieron mi peluca?
AMANDA ¿Es ésta?
SANDRA: Sí, gracias chula.
PAULA: Al parecer Damián también piensa que es linda.
CAROLINA: Estoy muy nerviosa. Espero que no se me olvide el texto.
AMANDA: Espero que no, porque no hablas mucho que digamos. Damián está rarito ¿Verdad? Anda
como muy contento, esta cantando en su camerino, parece gorrioncito. (Ríe).
CAROLINA: De cualquier forma estoy nerviosa. ¡Ahhhh! Necesito un poco de aire.
AMANDA: ¡Ya se me hizo tardísimo!
SANDRA: Tranquilízate, todo estará bien. Sí, creo que la nueva lo impresionó un poco.
PAULA: ¡Bastante diría yo! Prefiero verlo enojado.
AMANDA: (A Paula) Lo vi muy nervioso hablando con ella en el pasillo.
PAULA: ¿Hablando con ella? ¿Ahora?
CAROLINA: No estoy de acuerdo, yo lo prefiero contento.
AMANDA: Afuera, justo ahora. En el pasillo.
(Se dirigen a la puerta para ver hacia el pasillo).
AMANDA: Yo lo prefiero contento. Solo lo siento por Alejandra. Damián es un cola floja y ella no se
merece eso.
SANDRA: Mira yo en esas cosas no me meto. Lo que me preocupa es que Camila anda de coqueta y
eso puede traernos problemas en la compañía.
PAULA: Eso es lo mas seguro. Tendremos problemas.

Camila entrando.

CAMILA: Hola ¿Hablaban de mí? Me pareció escuchar mi nombre. (Pausa) Sí, soy la nueva asistente.
Camila Estrada, para servirles. ¿Necesitan algo?
PAULA: No, nada, muchas gracias.
AMANDA: (Para sí) ¡Tan fresca!. ¡Yo sí, ¿Puedes conseguirme un seguro porfis?
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CAROLINA: Y para mí una aspirina, creo que me empieza a doler la cabeza.
PAULA: A mí me duele también desde hace poco.
CAMILA: Claro que sí, ahora se los traigo. Chicas, tienen 5 minutos para estar en el escenario. Ya casi
es hora de dar las llamadas. Regreso en un segundo. (Sale).
SANDRA: Ya ven, casi nos oye, va a pensar que somos muy curiosas.
PAULA: Préstame un delineador por favor, y vamos al escenario.
AMANDA: Sí. ¿listas? A concentrarse que vamos a triunfar esta noche.
CAMILA: (Entra) Aquí están la aspirina con una coca y el seguro. ¿Listas?
CAROLINA: Gracias.
PAULA: ¿Listas?.
TODAS: ¡Listas!
AMANDA: Muchas gracias, ya vamos.
SANDRA. Pues vamos. ¡Mucha mierda preciosas! ¡Nos vemos en la ficción! (Sale).
CAMILA: ¡Mucha mierda! Voy a dar las llamadas, nos vemos al final de la función. Rómpanse una
pierna. (Sale).
PAULA: ¡Igualmente!
CAROLINA: Qué violenta es la nueva ¿No?
PAULA: ¿Mm?
CAROLINA: ¿Por qué quiere que nos rompamos una pierna?
PAULA: ¡Andale Carolina! Así es la tradición.
AMANDA: Esperen no me dejen sola. ¿No han oído decir que en este teatro espantan?
CAROLINA: ¿No? ¿En serio? ¡Qué miedo! ¡Vamos!
AMANDA: Ya estoy lista. ¡Ah, mis zapatillas!
PAULA: No crean todo lo que dicen muchachas. Andando que ya están en la tercera llamada y nosotras
todavía aquí. (Salen).

ESCENA IV
LA REPRESENTACION

SKETCH SIN DIALOGO “LA CACERIA” LAS CUATRO MUJERES (PAULA, SANDRA,
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AMANDA Y CAROLINA) EN UNA PARADA DE AUTOBUS BUSCAN AL AMOR DE SU VIDA Y
ESTAN DISPUESTAS A PELEAR POR EL COMO FIERAS. CADA UNA DE ELLAS
EXAGERANDO SUS CUALIDADES. UN HOMBRE (DAMIAN) APARECE POR UN EXTREMO.
ELLAS SE PELEAN POR ATRAER SU ATENCION. EN EL CENIT DE LA DISPUTA, UN
SEGUNDO HOMBRE (MARIO) ENTRA Y ELLAS SE ENFRENTAN CON MAYOR FUERZA,
TRATANDO DE ATRAER A AMBOS HOMBRES. LOS HOMBRES SALEN JUNTOS, TOMADOS
DE LA MANO, DEJANDOLAS SOLAS. LAS MUJERES DESOLADAS, BAJAN HACIA EL
PUBLICO, SELECCIONANDO A SU GUSTO UNA PAREJA DE BAILE . SUBEN A EL
ESCENARIO A UNO DE LOS HOMBRES DEL PUBLICO CON LOS QUE BAILARON.
DESAPARECEN TRAS BAMBALINAS. FINALMENTE ARROJAN AL SUJETO HACIA LA
SALA, EL TIPO SALE DEL ESCENARIO CUBIERTO DE BESOS. LOS DOS HOMBRES DEL
PRINCIPIO, SE DESPIDEN DEL ESPECTADOR, SONRIENTES Y CON UN LAPIZ LABIAL EN
LAS MANOS. FIN DE LA REPRESENTACION.

ESCENA V
CAMILA, GRIEGO, ALEJANDRA, DAMIAN.
CAMILA: Disculpa, ¿Qué haces aquí? Tengo que cerrar el teatro.
GRIEGO: Espero a Damian.
CAMILA: ¿El sabe qué estas aquí?
GRIEGO: No pero quiero verlo. ¿Puedo?
CAMILA: Claro, espera aquí. (Sale).

ENTRA ALEJANDRA

ALEJANDRA: (Desde la puerta de entrada del teatro) Perdona. ¡Hey! muchacho, debes salir, no
puedes quedarte aquí, ya cerramos el teatro.
GRIEGO: Lo siento, pero no puedo irme, estoy esperando a alguien.
ALEJANDRA: ¿Hay alguien más dentro? ¿Donde están tus padres?
GRIEGO: Mi madre muerta, a mi padre lo estoy esperando.
ALEJANDRA: No te entiendo, habla claro. ¿Vienes con tu papá y está en los camerinos? ¿Es amigo de
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alguien de la obra?
GRIEGO No. Vengo solo. Pero creo que mi papá es uno de los actores de la obra.
ALEJANDRA: ¿Qué dices? ¿Cómo se llama tu papá?
GRIEGO: Damián Salazar.
ALEJANDRA: No puede ser. ¿Estás seguro?
GRIEGO: No. Por eso quiero hablar con él, para asegurarme.

(Entra Damián)

DAMIAN: ¿Hola. Me buscabas?


GRIEGO: ¿Usted es Damián Salazar?
DAMIAN: Sí, para servirte. (A Alejandra) Hola mi amor, ¿Cómo estas?
ALEJANDRA: Bien, ¿Y tú? (Damián intenta besarla, ella lo evade.) Espero que no tengas nada
pendiente.
DAMIAN: ¿Cómo? ¿Qué pasa Alejandra?
ALEJANDRA: Te esperan, hablamos mas tarde. (Sale).
GRIEGO: Me gustó mucho tu obra, actúas de maravilla.
DAMIAN: Muchas gracias. ¿Qué es lo que quieres?
GRIEGO: Bueno, tengo un par de preguntas. ¿Conoces a Maria Soto?
DAMIAN: ¿María Soto? ¿Qué María Soto?
GRIEGO: María Soto de Hermosillo.
DAMIAN: ¿María? . ¿De dónde conoces a María ?
GRIEGO: Ella me dijo que viniera a buscarte.
DAMIAN: ¿Está aquí?
GRIEGO: No, solo me dijo que viniera a verte, me pidió que te buscara. De pronto me encontré esta
cartelera con tu nombre y vine a conocerte
DAMIAN: Y ¿Dónde está?
GRIEGO: Falleció hace seis meses.
DAMIAN: ¿Murió? Lo siento.
GRIEGO: Sí. Claro. ¿De verdad es usted Damián Salazar?
DAMIAN: ¡Claro! Conocí a tu madre hace muchos años. ¿Sabes por qué me buscaba?
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GRIEGO: Se veía diferente en escena.
DAMIAN: Claro, el escenario cambia a las personas.
GRIEGO: Mi madre me dijo que usted es mi padre. Por eso lo busco.
DAMIAN:¿Qué dices? ¿De qué me hablas?
GRIEGO: Mi madre quería que lo conociera y que le entregara esta carta. (Le entrega un sobre).
Mucho gusto señor Damián, espero que nos veamos pronto. Debo irme, me esperan afuera. (Sale).
DAMIAN: (Mira la carta. Oscuro).

ACTO III

ESCENA I
DON SOTO Y DAFNE
En el lecho, frente a una soberbia vista al mar.
DON SOTO: Vigílalo bien. Griego es un muchacho listo y fuerte, pero se ha empeñado demasiado en
seguir el rastro de su padre, que esto se vuelve un problema.
DAFNE: ¿Nunca le dirás que tú eres su padre?
DON SOTO: Escúchame bien niña lista. No confundas los privilegios que te otorgo con libertades
propias. Tu no tienes más opinión que obedecerme.
DAFNE: ¡Lo siento señor! Me lastima.
(Pausa).
DON SOTO: No vuelvas a mencionar nunca éste tema. ¿Entendiste?
DAFNE: Sí señor, lo siento. No volverá a ocurrir.
DON SOTO: Eres mi perra y nada más. Eso no te da ningún derecho. ¡Déjame!
DAFNE: ¿A dónde vas?
DON SOTO: Necesito aire.
DAFNE: Perdóname te lo ruego. No volverá a pasar.
DON SOTO: Levántate. Dame tu mano. (Saca una navaja) Juro que si un día me traicionas. Te desuello
viva. (Le quita un pedazo de piel del dorso de la mano). Juro engullir cada pedazo tuyo hasta que no
quede ni rastro de tu miserable existencia. (Se come el pedazo de piel).
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DAFNE: (Tragándose el grito) Juro ser siempre tu lebrel mas fiel. (Lo besa).
DON SOTO: Manténme al tanto de Griego. Cuídalo con tu vida si es necesario.
DAFNE: Así lo haré. (Sale).
DON SOTO CONTEMPLA EL MAR. (Oscuro).

ESCENA II
ENSAYO de “Juarez un Amor a Muerte” de M.A.O.R.
MARIO: Hola Celeste. Ven, tengo que contarte algo: ¿Conoces a María José?
AMANDA: Sí. Bueno, la ubico.
MARIO: Celeste, la amo. Creo que tengo que matarla.
AMANDA: ¡Diego! ¡Por favor! No digas esas tonterías.
MARIO: Necesito tu ayuda. ¿Sí? Anda ayúdame a tenerla.
AMANDA: Está bien Dieguito, está bien. Pero solo porque eres mi mejor amigo y quiero verte
contento, con quien sea, ¿Eh?
MARIO: ¡Gracias Celestita! Sabia que no te negarías. ¡Gracias!
AMANDA: ¿Y qué? ¿Piensas violarla y matarla?
MARIO: ¡Ah! Pues... No sé. Me gustaría que viviera para poder gozarla hasta saciarme.
AMANDA: ¿Qué te parece un secuestro?
MARIO: Me parece encantador. Pero, ¿En cuanto me va a salir el chistecito?
AMANDA: ¿Ya te vas a poner remilgoso? ¿Quieres o no?
MARIO: Pues claro que quiero, pero la ultima vez me dejaste en la ruina.
AMANDA: Un banquero no se arruina nunca. Para eso están los recates ¿Qué no? Al fin y al cabo,
sabes que eres mi preferido (Ambos voltean a verse haciendo exageradas manifestaciones de pasión. Se
encuentran en el centro de la escena, se besan furiosamente. En el momento mas álgido de la escena,
voltean de vez en vez hacia la sala como en espera de algo.).
ALEJANDRA: (Sale de la cabina) Gracias. Vamos a descansar. La grabación quedó perfecta por ahora.
Mañana les digo si se necesita algo mas o no. Muchas gracias, vamos a descansar un poco de esta
escena y vayan a prepararse para la función.
AMANDA: Vamos por algo para comer antes de la función ¿No?
MARIO: Vamos a las Filos ¿Orale? Alejandra, ¿Quieres algo de comer?
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ALEJANDRA: No gracias, estoy bien.
MARIO: ¿Agua? ¿Algo?
ALEJANDRA: No gracias. No tarden ¿Eh?
MARIO: No dilatamos nada jefecita preciosa.
ALEJANDRA: Mario, espera. Quiero hablar contigo.
MARIO: Pues vamos a las tortas y me platicas. ¿No?
(Salen los tres).

ESCENA III
PAULA Y DAMIAN
Tras bambalinas
PAULA: No, Damián, ya deja de molestar.
DAMIAN: ¿Pero cuál molestia? Paula por favor, si solo vamos a cenar.
PAULA: De veras Damián que eres un descarado.
DAMIAN: Andale Pau, por los viejos tiempos.
PAULA: ¡Damián, cállate! Eso no pasó nunca.
DAMIAN: ¡Ya lo creo que pasó! Y sabes que deseo que vuelva a pasar.
PAULA: Por favor Damián. Alguien te puede escuchar.
DAMIAN: No hay nadie. Paulina. Vamos a alguna parte al final de la función.
PAULA: Damián, eres casado. ¿Dónde vas a meter a tu mujer? ¿Le invitamos a hacer un trío? No seas
cínico.
DAMIAN: Eso no te importó antes. (Trata de besarla).
PAULA: Déjame, por favor Damián. ¡Ya dije que no!
DAMIAN: Sé que lo deseas tanto como yo.
PAULA: ¡Déjame te digo! (Lo golpea.).

ESCENA IV
Entra Alejandra con Mario.
ALEJANDRA: ¿Listos?
DAMIAN: ¡Preparados solamente!
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PAULA: Voy a ordenar mis cosas.
MARIO: Damián, ¿Tienes un momento? Quiero hablar contigo.
DAMIAN: Claro. Espera. Alejandra, mi amor...
ALEJANDRA: Ahora no tengo tiempo Damián y tu tampoco, creo que tienes muchas cosas que
arreglar.
DAMIAN: ¿Te sientes bien? Has estado muy rara últimamente.
ALEJANDRA: Por favor vete Damián, no estoy de humor para discusiones.
MARIO: Vamos Damián.
DAMIAN: ¿Pero qué le pasa? ¿Ale, de verdad no entiendo? ¿Te he dado motivos? ¿Dime?
MARIO: Vamos Damián, déjala sola, se siente mal.
DAMIAN: ¿Y tu porqué te metes en lo que no te importa? ¿No creas que no sé que te gusta mi mujer?
¡Eres tan obvio!
ALEJANDRA: ¡Damián! Por favor, no empieces con tus celos infundados. Mario es un muy buen
amigo y solo quiere mi bienestar.
DAMIAN: Lo siento Alejandra, pero has estado actuando de forma muy extraña últimamente. No se
qué creer.
ALEJANDRA: Mañana hablamos Damián. No me siento bien. Me voy con mi tía esta noche. Es lo
mejor, no estoy de humor para discusiones, hablamos mañana con calma.
DAMIAN: Pero... Ale...
ALEJANDRA: Por favor Damián. Hasta mañana (Sale).

ESCENA V
DAMIAN Y MARIO
AL LADO DEL ESCENARIO EN UNO DE LOS PASILLOS DEL TEATRO
MARIO: No me gustó lo que dijiste.
DAMIAN: ¿Sobre Alejandra y tú? ¿Crees que se me ha olvidado?
MARIO: Eso fue hace mucho tiempo, ahora somos muy buenos amigos.
DAMIAN: Sé que tus intenciones no son buenas, solo estas esperando una oportunidad para que ella te
haga caso. Serías muy feliz si Alejandra me deja, entonces volverías a tener esperanzas. ¡Carroñero!.
MARIO: No me insultes. Si estoy aquí, tratando de hablar contigo es por ella.
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DAMIAN: Eso me queda claro.
MARIO: Alejandra sabe de tu hijo.
DAMIAN: ¿De qué hablas? (Pausa) ¡Ese niño no es mío! ¿Con que ese escuincle ya está ocasionando
problemas? Espero que no aparezca más. Ya es suficiente con todo el desorden que ha causado.
MARIO: Damián. Sinceramente, ¿Ese niño es tu hijo?
DAMIAN: ¡Claro que no! Puedes ir con Alejandra a decirle. ¡No! Ese niño no es mío. Es verdad que
conocí a su madre hace muchos años pero ese niño no puede ser mío.
MARIO: ¿Estas seguro?
DAMIAN: Por supuesto. A Maria la dejé de ver hace 15 años exactamente. Ese niño debería entonces
tener 16 años y ¿Lo viste? es un mocoso mucho menor.
MARIO: ¿Le preguntaste su edad?
DAMIAN: ¿Te dejas de tonterías y preguntas idiotas? Ese niño no es mío. ¡Carajo!
MARIO: Espero que así sea. (Sale).
DAMIAN: (Saca la carta y lee). “ Damián. Hace mucho tiempo. ¿Sabes que tienes un hijo? Mi padre
no quería que lo supieras. El ha cuidado de Griego y lo ha educado a su imagen y semejanza. Damián,
te lo suplico, no permitas que hagan de mi hijo un asesino. Sé que Griego quiere conocerte, por eso le
pedí que te buscara. Tu hijo necesita de ti. No lo abandones. Es un niño magnifico, pero necesita una
guía. Cuida de él por mí, es el último ruego de una mujer a la que sé, amaste profundamente. ” Pero
¿Qué esta pasando? No puede ser. Maldita Maria, ¿Por qué me haces esto ahora?

(Sale).

ACTO IV

ESCENA I
EL ESCENARIO
PAULA, SANDRA.

SANDRA: Hola Pau.


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PAULA: ¿Estás bien? Te ves nerviosa.
SANDRA: No. Todo bien gracias.
PAULA: ¿Necesitas algo? ¿Qué buscas?
SANDRA: Mis aretes. No se donde los dejé.
PAULA: ¿Son éstos?
SANDRA: Ay sí. Gracias chula. ( La besa).
PAULA: Te noto rara. (Pausa) ¿Por qué te fuiste casi corriendo ayer? ¿Eh?
SANDRA: Bueno... tenía prisa.
PAULA: Sandra, te conozco bien. Anda, dime qué pasa. ¿Qué tienes hermosa? Somos amigas desde
hace años, nunca nos hemos ocultado nada. Sabes que puedes confiar en mi, ¿ Cierto? (Sandra
asiente.). Pues cuéntame ¿Qué pasa?
SANDRA: Ay amiga. Es que no sé cómo decirte esto. Es algo que no debe importarme y a ti tampoco
de hecho, pero... sé bien que aún te afectan las cosas de Damián y pues... no quisiera molestarte...
PAULA: Lo que Damián haga o deje de hacer no es mi asunto, no soy su mujer como para que me
importe.
SANDRA: Pero sí te importa, no puedes negarlo, no creas que no me di cuenta como te retuerce que
Camila esté detrás de él.
PAULA: ¿Se trata de ella? ¿Ya calló en las redes de ese puerco espín?
SANDRA: No, no se trata de ella. Es...
PAULA: Espera, me cuentas más tarde.

ESCENA II
ALEJANDRA, CAROLINA Y CAMILA.
ALEJANDRA: La luz del especial está mal, revísala por favor. Carolina...
CAMILA: Inmediatamente. (Sube al paso de gato).
CAROLINA: ¿Señora?
ALEJANDRA: Trata de decir tu texto de forma mas natural, estas cargando demasiado las palabras y se
escucha exagerado.
CAROLINA: ¿Estoy exagerando señora? Lo siento, no fue mi intensión. (Llora) No puede ser, he
tratado de poner mucha atención en eso. Lo siento.
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ALEJANDRA: Tranquilízate Carolina. Tranquila. No es grave. Sólo, di tu texto con menos... ímpetu...
como si hablaras con alguien de mucha confianza.
CAROLINA: Sí señora, lo haré. De verdad lo siento.

ALEJANDRA: ENTRA A LA CABINA

CAROLINA: No pude ser. ¿Oyeron? Pero si siempre he sido muy cuidadosa con mis textos. No sé qué
pasó.
SANDRA: Es solo que remarcas un poco las intenciones, pero no es grave. Tranquila.
PAULA: (A Sandra). ¿De qué se trata entonces?
CAROLINA: No sé, yo siempre pensé que lo hacia bien.
SANDRA:(A Paula). De Amanda.
PAULA: ¿Amanda? ¿Qué pasa con ella?
SANDRA: Ayer, después de la función, escuché ruidos extraños en el camerino de Damián. Risitas,
murmullos, cuchicheos.
PAULA: ¡Ay Sandra!
CAROLINA: Yo también los oí. Pensé que Mario y Damián se peleaban y mejor me fui.
SANDRA: ¿Ves? Yo me acerqué y estuve escuchando con atención. Reconocí la voz de Amanda y me
enteré que hoy después de la función Amanda y Damián se verán es su casa, aprovechando que
Alejandra se va con su tía.
PAULA: Eres una paranoica.
CAROLINA: Esto lo tiene que saber Alejandra.
SANDRA: Espera Carolina, no seas tonta, nosotros no podemos meternos, eso es asunto de ellos.
PAULA: Lo que sí podemos hacer es prevenir a Amanda. Damián solo quiere jugar con ella y esa niña
tonta está cayendo en su juego.
CAROLINA: Hablemos con las dos.
SANDRA: No Carolina...
ALEJANDRA: (Entrando). ¿Qué tienen que decirme?
PAULA: ¡Alejandra!
CAROLINA: Señora. Este... Al parecer... ay, no sé cómo...
ALEJANDARA: No te esfuerces Carolina. Lo escuché todo desde la cabina. Todo se está grabado,
DAMNUM COLLATERALIS

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afortunadamente olvidé desconectar mis micrófonos. ¡Víboras! Supuestas amigas. Me parece increíble
su capacidad de llenar de ponzoña con sus cuentos infundados.
SANDRA: Alejandra, nosotras solo queremos protegerte.
ALEJANDARA: ¿De qué? ¿De mi marido? Sepan que no lo sería si no confiara en él. Sus lenguas
venenosas no podrán ensuciar nuestra relación que con tanto amor y empeño hemos hecho crecer. (A
Paula) Y tú, ramera, todos sabemos cómo has tratado una y otra vez de enredar a Damián con tus
insinuaciones, él mismo me lo ha dicho.
PAULA: No me insultes, no tienes ningún derecho a hablarme así.
ALEJANDARA: Te hablo como me da la gana. ¡Prostituta!
SANDRA: ¡Alejandra por favor cálmate!
ALEJANDARA: ¡Suéltame! No permitiré que una mujerzuela venga a insultarme de esa manera.
PAULA: Deberías conocer mas a la persona con la vives entonces.
CAROLINA: No se peleen por favor.
SANDRA: Quietas las dos, Ale, escucha.
ALEJANDRA: ¡Déjame te digo!
PAULA: Lo tienes todo grabado dices ¿Cierto?. Escucha pues como minutos antes tu marido fiel me
acosaba. (Pausa) Tus “orejas” ya lo habían grabado todo, pero no lo querías escuchar.

(Alejandra va a la cabina, regresa la grabación).

SANDRA: Tranquilízate Paula por favor.


CAROLINA: ¿Qué pasará ahora?
Grabación:
“PAULA: No, Damián, ya deja de molestar.
DAMIAN: ¿Pero cuál molestia? Paula por favor, si solo vamos a cenar.
PAULA: De veras Damián que eres un descarado.
DAMIAN: Andale Pau, por los viejos tiempos.”

(Alejandra sale lentamente de la cabina, escuchando la grabación)

Grabación:
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“PAULA: ¡Damián, cállate! Eso no pasó nunca.
DAMIAN: ¡Ya lo creo que pasó! Y sabes que deseo que vuelva a pasar.
PAULA: Por favor Damián. Alguien te puede escuchar.
DAMIAN: No hay nadie. Paulina. Vamos a alguna parte al final de la función.
PAULA: Damián, eres casado. ¿Dónde vas a meter a tu mujer? ¿Le invitamos a hacer un trío? No seas
cínico.
DAMIAN: Eso no te importó antes.
PAULA: Déjame, por favor Damián. ¡Ya dije que no!
DAMIAN: Sé que lo deseas tanto como yo.
PAULA: ¡Déjame te digo! “

ALEJANDARA: No es posible. Se cancela la función de hoy.


SANDRA, PAULA y CAROLINA: ¿Qué?
ALEJANDARA: Se cancela. Vayan a su casa. (Se dirige a la salida). Avisen a todos. Digan, digan que
salí de emergencia.
CAROLINA: Señora ¿Esta bien?
SANDRA: Lo siento Ale...
ALEJANDRA: Me disculpo Paula. Debo irme.
ESCENAIII
Entra Amanda.
AMANDA: Perdón por llegar tarde. ¿A donde vas Ale? (Alejandra sale). Falta sólo media hora para
empezar. (Pausa) Se veía triste. Ni siquiera me saludó. Ustedes tampoco están listas. (Silencio).¿Qué
pasa? Parece que se murió alguien.
PAULA: Se cancela la función de hoy.
AMANDA: ¿Pero por qué?

Entra Griego con un gran ramo de flores.

GRIEGO: ¿Pasa algo? La señora que acaba de salir me dice que no habrá función hoy. ¿Eso es cierto?.

(La grabación que ha seguido corriendo desde la escena anterior. Se intercala con los textos siguientes.
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Todos escuchan con gran expectativa.).

Grabación:
“MARIO: Alejandra sabe de tu hijo.
DAMIAN: ¿De qué hablas? ¡Ese niño no es mío! ¿Con que ese escuincle ya está ocasionando
problemas? Espero que no aparezca más. Ya es suficiente con todo el desorden que ha causado.
MARIO: Damián. Sinceramente, ¿Ese niño es tu hijo?
DAMIAN: ¡Claro que no! Puedes ir con Alejandra a decirle. ¡No! Ese niño no es mío. Es verdad que
conocí a su madre hace muchos años pero ese niño no puede ser mío.”
PAULA: (A Sandra) Apaga esa grabación.
CAMILA: (Desde el paso de gato) ¿Qué es eso?
SANDRA: Nada.
GRIEGO: No, déjame escuchar. Es la voz de Damian Soto. ¿Verdad?

Grabación:
“MARIO: ¿Estas seguro?
DAMIAN: Por supuesto. A Maria la dejé de ver hace 15 años exactamente. Ese niño debería entonces
tener 16 años y ¿Lo viste? es un mocoso mucho menor.
MARIO: ¿Le preguntaste su edad?
DAMIAN: ¿Te dejas de tonterías y preguntas idiotas? Ese niño no es mío. ¡Carajo!”

CAMILA: (Desde el paso de gato) ¿Pero de qué niño hablan?

Grabación:
“MARIO: Espero que así sea.”

GRIEGO: ¿Están hablando de mi?

Grabación:
“DAMIAN: “ Damián. Hace mucho tiempo. ¿Sabes que tienes un hijo?”
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PAULA: Niño, no es conveniente que sigas escuchando.

Grabación:
“ DAMIAN: Mi padre no quería que lo supieras. El ha cuidado de Griego y lo ha educado a su imagen
y semejanza. ”

GRIEGO: ¡Deje esa grabación en paz le digo!


Grabación:
“Damián, te lo suplico, no permitas que hagan de mi hijo un asesino. Sé que Griego quiere conocerte,
por eso le pedí que te buscara. Tu hijo necesita de ti. No lo abandones. Es un niño magnifico, pero
necesita una guía. Cuida de él por mí, es el último ruego de una mujer a la que sé, amaste
profundamente. ” Pero ¿Qué esta pasando? No puede ser. Maldita Maria, ¿Por qué me haces esto
ahora?”

GRIEGO: Ese tipo. Ha maldecido a mi madre.


PAULA: (Apaga la grabación) Niño, por favor, ven. Siéntate.
GRIEGO: Suélteme. Ese miserable.
CAROLINA: Niño, por favor.
GRIEGO: Dejen de decirme niño. Me llamo Griego.
CAROLINA: Ok. Perdón.
GRIEGO: Esas flores son para Damián. Díganle que Griego se las trajo y que muy pronto tendrá
noticias mías. (Sale).
CAROLINA: Que chico tan raro. Se puso muy violento de pronto. ¿Qué le habrá pasado?
AMANDA: ¿Pero qué es lo que pasa?
PAULA: Alejandra descubrió que su esposo tiene un hijo y le es infiel.
AMANDA: ¿Pero cómo...?
PAULA: No te preocupes, nadie habló de ti. Aléjate de ese hombre. Nada bueno puede traerte. ¡Si lo
sabré yo! Me voy, no quiero estar aquí cuando llegue Damián.
SANDRA: Yo tampoco. ¿Te quedas Carolina?
CAROLINA: No. Vamos. Nunca pensé que se cancelaría la función. (Salen).
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ESCENA IV
DAMIAN Y CAMILA

CAMILA: (Bajando del paso de gato) ¡Esperen! ¡Oigan! Bueno. Y ahora ¿Yo que hago aquí? Claro,
como siempre, la que tiene que dar la cara es la que menos vela tiene en el entierro. Ni siquiera
arreglaron sus cosas. Sí, sí. Y yo, a recibir las mentadas de madre por la cancelación.

Se oyen ruidos afuera. Camila se asoma por la puerta de entrada del teatro.

CAMILA: ¿Y'ora? ¿Quién será?

Camila se esconde.

ENTRA DAMIAN.

CAMILA: (Saliendo sorpresivamente) ¡Hey! (Ríe.). ¿Te asusté Diamantito?


DAMIAN: ¡Ah!. No. ¿Qué pasa aquí? El portero me dijo que cancelaron la función. (Pausa). ¿Qué
sucede?
AMANDA: Creo que hoy no es tu día Diamantito. Qué bonitas flores. ¿Te las enviaron?
DAMIAN: Sí. Mi supuesto hijo.
AMANDA: Pus creo que por eso fue la cancelación. ¿Tienes un hijo?
DAMIAN: Eso es lo que dicen.
AMANDA: Hijole Diamantito, creo que tu mujer te calló en la movida. Lástima, ya me estaba
animando. (Sonríe. Lo besa). Pero para qué echarle mas leña al fuego, si así ya estas bien quemado.
Bueno, voy a cerrar la taquilla y a poner el letrero de “ se cancela función”. ¿Y tú? ¿Te quedas o te
vas?
DAMIAN: ¿Eh?, ¡Ah!, me quedo un rato mas.
Sale Camila hacia camerinos. Damián observa las flores.
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ACTO V

ESCENA I
DAMIAN GRIEGO y DAFNE
GRIEGO: Buenas noches Damian. Veo que has recibido mis flores.
DAMIAN: Claro.
DAFNE: ¿Con que éste es tu supuesto padre?
GRIEGO: Sí. Creo que no vale la pena.
DAMIAN: ¿Sabes que ya has ocasionado muchos problemas? Deberías hacer las cosas con mas
conciencia. No sabes el daño que le puede causar a las personas por tu impertinencia.
GRIEGO: Nunca fui mas oportuno que ahora. Damián, ¿sabes que mi abuelo ha pensado matarte desde
hace mucho tiempo?
DAMIAN: ¿Qué dices? Estas loco niño. ¿Qué es lo que quieres? Lárgate o llamo a seguridad.
GRIEGO: Grita, suplica, haz lo que quieras, pero nadie te va a salvar ahora. (Le apunta con una
pistola)
DAMIAN: Pero, ¿Qué haces? ¿Te haz vuelto loco? Baja eso. (Griego y Dafne ríen) No juegues con eso
te digo.

Damián y Griego Forcejean.

DAFNE: ¡Suéltalo! (Saca un arma) Perro maldito ¡Déjalo ya!


DAMIAN: ¡Baja el arma!
GRIEGO: No lo mates Dafne. Es mío. (A Damián) Te haré sufrir, sacaré tu corazón, lo cortaré en un
millón de pedazos...
DAMIAN: No digas estupideces mocoso. (Le apunta a Griego) (A Dafne) Tú, déjame salir.
DAFNE: Suelta el arma Damian, no puedes huir, el lugar esta infestado por la gente de Don Soto. No
tienes salida.
DAMIAN: (Dispara a Dafne. Dafne muere.). ¡Dios mío! Oh, no. ¿Dios, qué hice?
GRIEGO: ¡Dafne! (Colérico) Te voy a matar maldito. ¡Beberé tu sangre!
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DAMIAN: No te acerques.
Damian saca un celular y llama.

ESCENA II
LOS MISMOS. MARIO AL TELEFONO.
DAMIAN: Mario, escucha con claridad. Habla con Alejandra, dile que necesito que venga al teatro, es
urgente. He tratado de comunicarme con ella, pero en la casa no responden y trae el celular apagado.
MARIO: Tranquilízate Damian. ¿Trataré de localizarla?
DAMIAN: Escucha, estoy metido en un problema muy grande. Necesito salir de aquí lo antes posible.
Acabo de matar a una mujer.
MARIO: ¿Qué dices?
DAMIAN: Fue un accidente. Te explico luego. Necesito un coche, algo que se mueva rápido, creo que
me tienen vigilado y no tardaran en venir por mi.
MARIO: Espera allá. Voy por ti.

DAMIAN CUELGA

GRIEGO: Eres un pobre imbécil, nadie puede ayudarte ahora. ¿Crees que podrás salir de aquí? Pronto
estarás de rodillas pidiendo perdón.
DAMIAN: ¿Qué te he hecho? ¿Por qué quieres destruirme? Escúchame, no eres mi hijo. Tu abuelo te
ha engañado. Conocí a tu madre, es verdad, pero solo eso. Nunca tuve nada que ver con tu madre.
GRIEGO: Embustero. ¡Cobarde! ¿Qué mas piensas decir para salvarte?
DAMIAN: Es verdad. Escucha: Todo esto es una invención de tu abuelo.
GRIEGO: ¡Mientes!
DAMIAN: Escúchame. Escucha por favor, tu abuelo quería vengarse de mi porque cree que estaba
manipulando a tu madre. La conocí en Hermosillo, cierto. Yo estaba de gira y fue a verme al teatro. Fue
a todas las presentaciones que se hicimos en el teatro de la Ciudad. Repentinamente me confesó que
quería ser actriz. Después la encontré en cada una de la salas donde me presentaba, en prácticamente
todos los estados de la república.
GRIEGO: Qué historia tan estúpida. ¿Piensas que voy a creer...?
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DAMIAN: Es cierto. Tu abuelo siempre supuso que era yo el que le había metido todas esas ideas. Pero
no fue así.

ESCENA III
LOS MISMOS, DON SOTO Y DOS ASESINOS A SUELDO.
DON SOTO: Lo sigo creyendo. Debí matarte la primera vez que se me presentó la oportunidad.
DAMIAN: No me mató porque sabe que yo no soy el padre de éste niño.
DON SOTO: (A GRIEGO) ¿Lo ves? Te dije que jamas te reconocería. Esta raza putrefacta, de
“artistas” no tiene ni una pizca de moral, ni de ética. (A Damián) Te mataré como la miserable culebra
que eres.
GRIEGO: No lo mates.
DON SOTO: ¿Lo defiendes? ¿Has creído en sus estúpidos cuentos? (Ríe) Sabía que no tendrías el valor
de enfrentarlo como hombre. (Griego apunta a su abuelo). ¿Qué pretendes?
(A los asesinos). Ustedes quietos. Déjenlo tranquilo.
GRIEGO: ¿Que me suelten no oyeron?
DON SOTO: ¡Vamos! Dispara. Quiero saber si eres de mi sangre o no. Mira al cobarde de tu padre,
muerto de miedo. ¿Eso eres Griego? ¿Un cobarde?
DAMIAN: (Apunta a Don Soto.). ¡Loco desgraciado!

GRIEGO DISPARA A DAMIAN. BREVE OSCURO.

DON SOTO: ¡Griego! Querido hijo mío.


GRIEGO: No te defendí abuelo. Solo cumplí con mi promesa.
DON SOTO: De eso estoy orgulloso.

Los dos asesinos sujetan a Damián que agoniza, Griego en una esquina los observa.

DON SOTO: Así es Damián. Al final ha sido muy entretenido para los dos. ¿No es así? Quería
divertirme un poco más contigo pero no es posible ¿Sabes? Me tengo que ir. Muchachos ¿Tienen todo
listo? ( Los hombres asienten) Muy bien. Pues es todo Damián. Lo único que puede servirte de
consuelo, es que te volverás un ejemplo para los demás. (Lo golpea) Nunca debiste tocar a Dafne, era
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mi preferida, basura inmunda. Extrañaré acecharte muchacho, al fin y al cabo fuiste el único que logro
darle algo de esperanza a mi María, ella te quiso mucho y dejaste que se marchitara poco a poco. Eso
no se hace Damián. Eso no se hace. ¡Muchachos! Amárrenlo bien. Griego, hijo, acércate. ¿Sabes qué es
lo que tienes que hacer?
GRIEGO: ¡Déjame en paz! (Se acerca a Damián) Tenías razón, no puedo ser hijo de un miserable
como tú. (Saca una navaja y lo degüella. Bebe su sangre. Llora. Un asesino le acerca una cartulina y
escribe con sangre en ella) Estoy listo abuelo.
DON SOTO: Sí. M'hijo. (Lo abraza) Siempre he sido como un padre. No necesitas de nadie Griego.
¿Entiendes?
GRIEGO: Sí abuelo. (Recapacita) No tengo a nadie más qué a ti (A los asesinos) Cuelguen su cuerpo y
salgamos de este lugar.
DON SOTO: Algún día yo tampoco estaré, m'hijo.
OSCURO

ESCENA IV
ENTRADA AL TEATRO
ALEJANDRA, MARIO, LUEGO CAMILA.
MARIO: Nadie. Ni un solo guardia. ¿Qué pasa aquí?
ALEJANDRA: ¿Qué es eso?
MARIO: ¡Oh, por dios!
ALEJANDRA: (Grita aterrada) ¡No, Dios mío! ¡No! ¡Damián! ¡Damián! ¿Qué te hicieron? ¡Oh, por
dios! ¡No puede ser!
MARIO: Santo cielo, que horror. ¡Oh! Señor. ¡No! No puede ser verdad.

ENTRA CAMILA DE CAMERINOS

CAMILA: (Desesperada) ¡Gracias al cielo! Son ustedes. (Llora) Creí que habían regresado. ¡Qué
bueno que son ustedes! El cielo nos socorra. Pobre Damián. Que el cielo nos ampare.
ALEJANDRA: ¡Damián! ¡Qué te han hecho! ¡Oh no divino dios! ¡No, santísimo señor! (Se desploma).
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EL CUERPO DE DAMIAN CUELGA EN EL CENTRO DEL ESCENARIO COMO UN CRISTO
INVERTIDO. DE SU PECHO PENDE UN LETRERO QUE REZA “ EN ESTE PAIS ESTAMOS EN
PAZ. EN ESTE PAIS NO PASA NI PASARA NADA” . OSCURO.

FIN DE DAMNUM COLLATERALIS

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