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Ciudad Down para una vida especial y diferente

CIUDAD DOWN PARA UNA VIDA ESPECIAL Y DIFERENTE


ANÁLISIS Y DOCUMENTOS EDUCATIVOS
PABLO BENSAYA, bensaya@gmail.com, presencias@hotmail.com
INTERNET, presencias.net, R. ARGENTINA, MAR-2017
ORIGINAL

Ciudad Down para una vida


especial y diferente

Tal vez tengamos mayor variedad humana de lo


que pensamos. Nuestro modo de pensar actual
sumado a una tecnología precaria no nos permite
ver la explosión de vida que habita en el hombre

En el presente escrito especulo sobre ideas que tuve hace unos años y
que recién por estos tiempos doy a conocer de modo orgánico ya que
parcialmente se difundieron en varios materiales.

Hay temas que necesitan ser repensados de modo urgente aun a


riesgo de decir un montón de sandeces o inexactitudes. En todo caso
deben pesarse el ridículo y el posible beneficio. Cada uno decide. El otro
aspecto inicial a considerar en determinados análisis se encuentra en el
orden del lenguaje y las convenciones. Esto último tiene tanto ascendiente
en la actualidad que hasta puede afirmarse que las personas no oirán nada
que no disponga de cierto formato. Pero así son las cosas en este
comienzo de milenio. Probablemente la desesperación formal no es otra
cosa que un mecanismo de defensa sobre aquello que no deseamos
abordar.

Si vamos a la selva veremos monos, tigres, elefantes, jirafas. Todos


viviendo en el mismo mundo y teniendo diferentes grados de interacción
mutua y con el medio. A nadie le caben dudas de que los aludidos son
animales. Y lo hemos incorporado de un modo simple y claro:
naturalmente. Aceptamos, aunque aún no sepamos tanto, que dentro de
una vara humana, la única disponible, los hay muy capaces de resolver
determinados problemas, otros con notable habilidad de escape físico, un
tercer grupo integrado por individuos sumamente pesados y lentos pero
dotados de una fuerza que los pone a cubierto sin necesidad de moverse.
Así al infinito, la variedad de situaciones y condiciones es de tal magnitud
que desafía nuestras más doctas catalogaciones. Es decir: variedad dentro
de un mismo criterio. O para ponerlo en otras palabras: los animales son
variados en toda la extensión del concepto.

No somos tan abiertos ni tan francos al realizar similar observación


sobre el ser humano. Tenemos un criterio unívoco, tomamos la realidad de
las razas pero allí nos detenemos. Y no se trata, porque es bueno decirlo
de entrada, de superioridad o inferioridad ni mucho menos de adoptar la
falsa posición comprensiva para camuflar la discriminación, nos importa
verdaderamente la cuestión y pretendemos los mejores razonamientos
posibles.

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Ciudad Down para una vida especial y diferente

Aquí va la pregunta que intenta ser extensiva a otros colectivos, ¿el


síndrome de Down es una alteración o un nuevo proyecto humano? Es a
tal punto la diferencia entre una u otra respuesta que estamos decidiendo
decenas de fenómenos sociales por los próximos siglos con una acertada
respuesta. La humanidad ha respondido hace tiempo, no importa cuántas
palabras maquilladas se hayan dicho, lo concreto es que hasta este
momento se sostiene, y además con vehemencia, que se trata de una
alteración.

¿Qué es una alteración? Es algo que en principio se aparta de aquello


considerado no alterado. Nosotros y los otros. Unos alterados y otros no
alterados. Sí, suena feo pero es la estricta verdad. Lo no alterado es lo que
debe ser, afirmamos como si supiéramos todo, y lo alterado, por serlo,
necesita de nuestra ayuda, caridad y solidaridad. Y esto porque somos
buenos. Recuerdo un pobre médico inglés que a través de los años fue
cambiando con cirugías a su pequeña hija para eliminarle los rasgos
Down. Es el reflejo de una era. Hay oscurantismo pronunciado aunque nos
dediquemos a decir lo contrario. Hace unos días un médico le dijo a una
vecina mía, me consta, "tu hijo no podrá dedicarse a cuestiones del
intelecto pero sí a la carpintería". ¿Y quién diablos es él para tener
semejante extra límite? ¿Será el plan de la vida en persona? Un
impresentable al que no le asiste el mínimo derecho de decir esa locura.

Caminemos por tramos. En el desatino, por ser suave, podemos


entender que si no puede dedicarse al intelecto es porque otros sí pueden.
Ahora bien, en el universo de esos otros existe la disyuntiva, decide la
persona. En el mundo de los Down solo se puede optar, si cabe, por algo
que no sea el intelecto. El médico es brujo y ya sabe que no podrá y se lo
trasmite a la madre acentuándole la motivación por el no. Magnífico
modelo de estupidez e impotencia humana. Que, finalmente, nos
demuestra lo poco que nos importa. De ser su hijo hubiera pensado dos
veces antes de decir tan cruenta frase. Lo peor es que lo piensa y su
quehacer está matizado en ese sentido, que no es otro, aparte de la falta
de respeto, que el signado por el prejuicio. No importa que lo diga toda la
ciencia, nadie sabe el futuro ni mucho menos un futuro con trabajo,
dedicación y motivación. Otra cosa es plantearlo en términos de
probabilidad en cuyo caso sobran las palabras de desaliento. No es la
primera vez que aparece la medicina descreyendo de la profundidad del
estímulo, un pésimo resabio positivista que mutila más de lo que "cura".

Pero salgamos del médico analfabeto, la sociedad piensa


mayoritariamente así, lo ejerce más allá de lo que diga. ¿Es así? Sigamos
adelante.

A partir de pensar que el síndrome de Down solo existía en el patrón


de referencia y que era un trazo evolutivo en sí mismo, un verdadero y
único proyecto del plan, supuse que sus niveles de ocurrencia se
mantendrían estables. Del mismo modo que no nacen todos los animales
elefantes, vacas o lobos. Pueden moverse temporalmente algunos
parámetros pero esencialmente los números son constantes. Claro que el
criterio vigente diría que no es lo mismo un elefante y una gallina que un
humano corriente y otro con SD. Allí el punto. Aquí decimos que hay
variedades de humanos que aún no han sido computadas como tales. El
Sr. Spock compartía decenas de característica humanas y a nadie se le
ocurrió operarle sus largas orejas. Se dirá que como era vulcano no es el
mismo caso. Sí, son casos de convivencia y de aceptación real de las
diferencias, se confiaba en él a pie juntillas.

Para poder clarificarme yo mismo en la cuestión concebí algo que


seguramente se verá, en el mejor de los casos, dentro de varias
generaciones: Ciudad Down. Es un sueño gigante que reúne
concretamente lo que pienso de la variedad humana. Se trata de una

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ciudad en donde viven solo personas con SD (dicho para que podamos
entendernos). Negocian, diseñan, ejercen la medicina, la abogacía, la
albañilería, etc., todo lo que requiere una ciudad para funcionar. Los
problemas serán de ellos y no de nosotros que somos los otros. Tendrán
sus propios códigos y leyes y gozarán la cantidad de hijos, parientes y
amigos que se les cante. Disfrutarán de medios de comunicación
autóctonos y escucharán y harán la música que les plazca. Realizarán
intercambios con otros colectivos y ciudades. Se emborracharán sin pedir
permiso y dispondrán de propia policía en caso de hacerles falta. Y tendrán
el sexo que quieran cuando quieran. Harán lo que a su real saber y
entender quieran hacer. Lo dicho, una ciudad libre. ¿Peligroso?,
¿inapropiado?, ¿una locura? No. No ocurre solo porque ni siquiera nos
hemos atrevido a pensarlo. Una vez y ya. Ese primer impulso de nuestra
parte es completamente necesario. Nadie piensa en libertad en tiempos de
esclavitud naturalizada. Se requiere un esfuerzo para ello. Nosotros
creemos que es una alteración y punto, allí se termina todo: culpa de ellos
si nacen diferentes, son diferentes a nosotros porque deberían no serlo. No
son en sí mismos. Vamos, dígalo, sáquese las ganas de decirlo. Nada de
eso, ni son una alteración ni mucho menos un error. Son otros humanos.
Es otro proyecto dentro de la misma ruta. No van a evolucionar hacia
nosotros sino hacia ellos. Es estupendo el plan de la vida, diseña distintos
biotipos pero no para mejorar uno en particular sino para desarrollarlos a
todos en sus más absolutas posibilidades. Sin dudas, el plan es
beethoveniano. Lleva tiempo, pero lo tiene todo de su parte. En cambio, los
mortales sucumbimos a la primera diferencia y la queremos enderezar,
encima, a martillazos desatendiendo que podríamos tomarnos un siglo
sabático para razonar más acabadamente.

Hay una plaza a la que concurren cientos de niños y jóvenes con SD


provenientes de instituciones educativas y recreativas de la zona. Como
son muchísimos los dejan solos, los tutores se quedan por ahí pero no
participan. Mientras están entre ellos, se "vuelven personas comunes",
juegan con sus celulares, se arrojan y se dan besos, ponen música y
bailan, varias chicas se maquillan… nada que no sepamos. Lo que más
hacen es comunicarse de diversas maneras, se hacen muchas bromas y
ríen a granel pero por cosas reales, no por forzamiento ni por histerias. Allí
son ellos. Pueden ser ellos. Cuando se enteran que ya casi es hora de
partir, el cambio es increíble, comienzan a encorvarse y a ser lentamente
lo que eran. Ninguna dramatización, es plenamente visible para cualquier
observador.

Es mala idea minimizar al ser humano, las capacidades que traemos


desde millones de años, aun cuando no éramos, son notables pero
debemos tener espacio para desarrollarlas.

¿Podría hacerse realmente Ciudad Down? Cuando concebimos


inventos o realizaciones sociales de gran envergadura no estamos
obligados a generar la cadena completa del cómo, eso suele ser resorte de
personas especializadas que dedican sus vidas a llevar a cabo lo que otros
crean. Claro que desde el mismo germen de ideas deben existir los
mínimos pasos o directivas a fin de sentar las bases que desemboquen,
técnicos mediante, en su consecución. La clave de CD es que todos los
servicios para su funcionamiento se hallen en manos de personas con SD.
Habría niños nacidos allí y otros que irían de paseo, provenientes de
familiares sin SD y que, obviamente, no vivirían en la ciudad como
habitantes estables.

En todo caso la Ciudad Down es un posicionamiento intelectual dentro


de dos temáticas al mismo tiempo: realidad de las personas con síndrome
de Down y el crecimiento del concepto de que se trata de una variedad
estable dentro del homo sapiens. Desde luego que ambas son parte de
una misma realidad pero nos queda claro que una jerarquización adecuada

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de la primera podría conducir naturalmente a la primera.

Para no hablar de otros grupos y colectivos, porque no es la idea su


revista en el presente espacio, reflexionemos sobre una realidad futura o,
si usted prefiere, hiper futura. Seremos decenas, cientos de variedades
humanas, cada cual estable y con propio camino y evolución. Todos
humanos así como los animales con su infinita variedad. Tal vez esa
increíble capacidad del plan para producir biotipos se deba a habilitar más
variantes de relacionamiento con especies fuera de la tierra. Acaso por
lejanos lugares ocurra la misma explosión de variedad y las cruzas y
gustos compartidos serán más probables. Si es así, y todo me indica que
lo es, el plan no cesa en aportar vida rica y abundante.

El plan ha comenzado hace rato con la variedad aunque aún no la


veamos nítidamente. Hagamos un ejercicio. Supongamos que la ciencia
determina que el homo sapiens tiene cuatro millones de años. Si
pidiéramos a un biólogo genetista que buscara en un ADN de cinco
millones de años algo que preanunciara al hombre, seguramente lo
encontraría, creo que se entiende la idea que persigo. Pero no hay
generación espontánea, no aquí por lo menos, y suponemos que los
rasgos no solo son detectables a los cinco millones de años sino a los
cincuenta pero nuestro biólogo no vería ninguna modificación por carecer
de semejante tecnología requerida. Lo cierto es que esa mutación está
aunque no pueda ser vista hasta muchísimo tiempo después. Igual puede
estar ocurriendo ahora mismo, podríamos no estar viendo lo que vendrá
dentro de 30 millones de años. ¿Importa? Sí y mucho. Porque si el
comportamiento es ese, hoy se impone que cambiemos radicalmente
nuestros modos de pensar respecto de ciertas diferencias y de las
diferencias en general.

Definitivamente no es lo mismo saber que somos decenas de


variedades reales y sobre todo potenciales a beber la idea de una sola
línea troncal sin mayor variedad que la de un par de razas. La respuesta
está a la vista aunque no la veamos, el plan es así.

Proyecto páginas educativas

Una producción de Presencias de Música, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


R. Argentina, http://presencias.net

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