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Zona Arqueológica

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1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS
Arqueología e historia de un pueblo
de la edad del hierro
Zona Arqueológica

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1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS
Arqueología e historia de un pueblo
de la edad del hierro
COMUNIDAD DE MADRID

PRESIDENTE ZONA ARQUEOLÓGICA, Nº 17


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Ignacio González González 1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS

ARQUEOLOGÍA E HISTORIA DE UN PUEBLO DE LA EDAD DEL HIERRO

Consejería de Empleo, Turismo y Cultura

EDITOR

CONSEJERA DE EMPLEO, TURISMO Y CULTURA Enrique Baquedano

Ana Isabel Mariño Ortega

VICECONSEJERA DE TURISMO Y CULTURA

Carmen González Fernández DISEÑO, MAQUETACIÓN Y PREIMPRESIÓN

Vicente Alberto Serrano / Esperanza Santos

SECRETARIO GENERAL TÉCNICO

Alfonso Moreno Gómez IMPRESIÓN Y ENCUADERNACIÓN

B.O.C.M.

DIRECTOR GENERAL DE PATRIMONIO HISTÓRICO

Fernando Gonzalo Carrión Morales ISSN

1579-7384

DIRECTORA GENERAL DE BELLAS ARTES, DEL LIBRO Y

DE ARCHIVOS ISBN

Isabel Rosell Volart 978-84-451-3497-9

DEPÓSITO LEGAL

M-32327-2014

MUSEO ARQUEOLÓGICO REGIONAL DE LA

COMUNIDAD DE MADRID

DIRECTOR © De los textos: sus autores

Enrique Baquedano
© De las fotografías: sus autores

JEFA DEL ÁREA DE CONSERVACIÓN E INVESTIGACIÓN © De las ilustraciones y gráficos: sus autores
Isabel Baquedano Beltrán

JEFA DEL ÁREA DE EXPOSICIONES

Inmaculada Escobar

JEFE DEL ÁREA DE DIFUSIÓN Y COMUNICACIÓN

Luis Palop

La revista ZONA ARQUEOLÓGICA ha sido evaluada por el Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas

(EPUC), asociado al Consejo Superior de Invesigaciones Científicas (CSIC), y está incluida, entre otras, en las siguientes bases

de datos: Arts & Humanities Citation Index ® , DICE y LATINDEX


Zona Arqueológica

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1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS
Arqueología e historia de un pueblo
de la edad del hierro

Número 17
Alcalá de Henares, 2014

MUSEO ARQUEOLÓGICO REGIONAL


Índice

13 Los carpetanos y el M.A.R. Enrique Baquedano

15 1ª Sesión: Historiografía de la Carpetania

Ponencia

15 La investigación protohistórica en la Carpetania. Jorge de Torres Rodríguez

Comunicaciones

39 Carpetania no es Celtiberia. Un axioma en la historiografía humanista. Rosario Ortega

45 2ª Sesión: Paisaje, poblamiento y urbanismo

Ponencia

45 Paisaje y poblamiento en la Carpetania: un territorio en proceso de definición. Antonio F. Dávila

Comunicaciones

71 La Segunda Edad del Hierro en la cuenca media del río Henares: asentamiento y territorio.

José Ángel Salgado Carmona y Elena Vega Rivas

85 Últimos avances en la investigación del oppidum de Titulcia (Titulcia, Madrid). José Polo

López y Mª del Carmen Valenciano Prieto

99 Procesos de urbanización durante la Edad del Hierro en el yacimiento “Momo” de Alcalá de

Henares (Madrid). César Heras Martínez y Ana Bastida Ramírez

111 Oppidum, urbanismo y organización de los espacios de hábitat en El Llano de la Horca

(Santorcaz, Madrid). Miguel Contreras Martínez, Gabriela Märtens Alfaro, Gonzalo Ruiz

Zapatero y Enrique Baquedano

125
El hábitat carpetano del parque Miralrío (Rivas Vaciamadrid). Daniel Pérez y Marta Bueno

Evolución del poblamiento en el enclave carpetano de “Cerro de las Brujas” (Pinto, Madrid).
135
Miguel Rodríguez Cifuentes

149 El Cerro de la Cruz (Puebla de Almenara, Cuenca). Arquitectura defensiva y urbanismo de un

enclave carpetano en los albores de la romanización. Luis Andrés Domingo Puertas

La Carpetania Meridional: el poblamiento durante la II Edad del Hierro en el interfluvio


161
Riansares-Cigüela de La Mancha toledana. Luis Andrés Domingo Puertas
8

175 3ª Sesión: Economía y sociedad

Ponencia

175 Tierras, huesos, semillas y personas. Economía y sociedad en la Carpetania. Dionisio Urbina

Martínez

Comunicaciones

201 Actividades productivas en La Cuesta (Torrejón de Velasco, Madrid). Raúl Flores-Fernández y

Primitivo Javier Sanabria Marcos

211 Los grandes poblados carpetanos cercanos a fuentes salobres: Cerro de La Gavia, Titulcia,

Oreja y Valdelascasas. Santiago Valiente Cánovas, Fernando López Cidad, Francisco

Ramos Sánchez y Mariano Ayarzagüena Sanz

223 El poblado “en espolón” carpetano del cerro de “Fuente de la Mora” en Leganés (Madrid).

Jorge J. Vega y Miguel, Juan Carlos Méndez Madrid, Roberto C. Menduiña García,

Sonia Díez Baranda y Marta Cuesta Salceda

235 4ª Sesión: Cultura material

Ponencia

235 Los Carpetanos y sus vecinos: fenómenos de interacción a la luz de la cultura material.

Concepción Blasco y Juan Francisco Blanco

Comunicaciones

267 Celtíberos y carpetanos: ¿frontera cultural, lingüística y étnica? Mª Luisa Cerdeño y Emilio

Gamo Pazos

279 Estudio de la cerámica itálica de barniz negro en El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid):

primeros resultados. Sandra Azcárraga Cámara, Gabriela Märtens, Miguel Contreras,

Gonzalo Ruiz-Zapatero y Enrique Baquedano

293 Viviendas en El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid); la jerarquización del espacio

doméstico a partir del estudio del material cerámico. Gabriela Märtens, Miguel

Contreras, Gonzalo Ruiz-Zapatero y Enrique Baquedano

317 5ª Sesión: Mundo funerario, arte y simbolismo

Ponencia

317 Datos para el estudio del mundo funerario durante la II Edad del Hierro en la Meseta Sur: Las

necrópolis carpetanas. Juan Pereira Sieso y Jorge de Torres Rodríguez

Comunicaciones

335 El ascenso de los jefes: desigualdad, competición y resistencia en la necrópolis de Palomar

de Pintado. Juan Pereira Sieso y Jorge de Torres Rodríguez

349 Cerámica lañada: arte, economía y estética en la Carpetania prerromana. Esther Andreu y

Alexandra Uscatescu
9

361 6ª Sesión: Arqueozoología

Ponencia

361 Implicaciones de la zooarqueología en la economía en la Edad del Hierro. José Yravedra y

Verónica Estaca

Comunicaciones

377 El Llano de la Horca: primeras valoraciones del análisis de los restos faunísticos. Mª Dolores

López Gila, Gabriela Märtens, Miguel Contreras, Gonzalo Ruiz Zapatero y Enrique

Baquedano

387 7ª Sesión: Arqueobotánica

Ponencia

387 Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro

peninsular. Paloma Uzquiano y Mª Blanca Ruiz Zapata

407 8ª Sesión: Romanización: etapa republicana

Ponencia

407 La romanización de Carpetania durante la República Romana. Julio Mangas

Comunicaciones

427 “El Llano de San Pedro” (Valderrebollo, Guadalajara): Un oppidum en los confines de la

Carpetania. Emilio Gamo Pazos

435 Nuevos datos sobre la romanización de la Carpetania centro-septentrional. Sandra Azcárraga

Cámara

447 Una ciudad en la zona meridional de la antigua Carpetania: Consabura (Consuegra, Toledo).

Juan Francisco Palencia García

455 Conferencia de clausura

Presente y futuro de una arqueología carpetana. Gonzalo Ruiz Zapatero


Los carpetanos y el M.A.R.

a llegada de la civilización romana a los confines de lo que terminó siendo uno de los imperios

L
más relevantes de la historia universal implicó un fenómeno uniformizador, incluso globaliza-

dor en opinión de algunos, que conocemos todos como romanización.

Este fenómeno que despierta un razonable interés en todos los campos del saber y especialmen-

te de cuantos nos dedicamos a bucear en el pasado, no se manifestó, sin embargo, de la misma for-

ma ni con la misma intensidad en todos los confines del orbe latino.

De tal manera que en unos lugares el sustrato cultural pervivió con mayor o menor relevancia

que en otros, en virtud de muchos factores.

En la Península ibérica, la resultante de esa mezcla social y cultural es conocida como el mundo

hispanorromano. Y como en el resto de fronteras no se manifestó de la misma forma en todos sus

territorios.

El origen, la impronta y la personalidad de cada uno de los diferentes pueblos prerromanos,

“indígenas” entre comillas, dio lugar a una cosa nueva en cada una de las zonas de aquel territorio.

Por ello, era inevitable que el sarampión centrífugo llegara a nuestro país junto con la recupera-

ción de las libertades al retornar a la democracia.

A nadie le sorprendió que los gobiernos de las Comunidades Autónomas primaran en la investi-

gación de la historia, y singularmente en la arqueología, el conocimiento de los pueblos prerroma-

nos, “indígenas”.

Sin embargo esto no ocurrió en la Comunidad de Madrid. Por razones complejas, la Comunidad

no primó en sus orígenes la investigación arqueológica. Desde luego la identidad no identitaria de

esta región, reconocida hasta en el himno oficial escrito por el filólogo y poeta Agustín García Cal-

vo, es seguramente la razón más importante.

Los investigadores de las universidades, museos y centros de investigación madrileños encon-

traron probablemente más atractivo, con excepciones muy meritorias, el trabajo en lugares más leja-

nos. Quienes investigamos al lado de nuestra casa y también en lugares exóticos sabemos bien de

lo que hablamos.

Por último, la inexistencia de un Centro específicamente dedicado a la arqueología madrileña

regional, como el Museo Arqueológico Regional, contribuía a esa laguna en el saber sobre un mun-

do conocido mucho más por las fuentes literarias clásicas que por sus restos arqueológicos.

Por ello una de nuestras primeras tareas en el M.A.R., inaugurado en mayo de 1999, fue determi-

nar esas lagunas en nuestro conocimiento arqueológico para intentar paliarlas.

La ignorancia arqueológica sobre los carpetanos era clamorosa. Prácticamente casi todo lo poco

que sabíamos de ellos era por prospecciones o excavaciones de carácter preventivo y escasamente

publicadas. Salvo muy pocas excepciones.

En 2000 revisamos la carta arqueológica y varios yacimientos carpetanos in situ para optar por

El Llano de la Horca, en Santorcaz, debido a varios argumentos explicitados en otras páginas.


14

En 2001 comenzamos las excavaciones arqueológicas en aquel cerro alcarreño y tras once cam-

pañas de excavación y una de prospección geofísica llegamos a unas conclusiones que hemos anti-

cipado en varias publicaciones y en la exposición Los últimos carpetanos. El oppidum de El Llano de

la Horca (Santorcaz, Madrid) que se presentó en 2012 con gran éxito de público y crítica, como decí-

an los clásicos.

Actualmente preparamos la correspondiente memoria de excavación que verá la luz en la serie

ZONA ARQUEOLÓGICA. La misma serie que en 2007 sacó de la imprenta dos volúmenes monográfi-

cos dedicados a la Edad del Hierro en la Carpetania como forma de presentar un estado actual de la

investigación, de manera previa a la organización de un congreso específico sobre Los Carpetanos,

celebrado en 2013. También se ha publicado la tesis doctoral de Jorge de Torres, en 2012, titulada La

tierra sin límites. Territorio, sociedad e identidades en el Valle Medio del Tajo (ss. IX - I a.C.). Y muy

próximamente se publicará la de Sandra Azcárraga, titulada La Carpetania centro-septentrional entre

la Segunda Edad del Hierro y la época romana (ss. III a.C. - I d.C.): el Valle Bajo del Henares.

El presente volumen recoge las actas de aquel congreso dirigido científicamente por Gonzalo

Ruiz Zapatero, y secretariado por Gabriela Märtens y Sandra Azcárraga. De ellos y de los ponentes

íntegramente son los méritos de aquel cónclave y de estas actas.

Confiamos en que puedan celebrarse más congresos futuros sobre los carpetanos, en Alcalá de

Henares o en cualquier otro punto de la Carpetania, pero deseamos que este episodio no sea un hito

más sin continuidad, como es tan frecuente entre nosotros, los arqueólogos españoles.

Y confiamos también en que este texto no resulte excesivamente autocomplaciente, pero cree-

mos que los gestores estamos obligados a explicar y justificar lo que hacemos con nuestras respon-

sabilidades y con los fondos públicos.

Gracias por tu benevolencia, lector amable.

Enrique Baquedano

Director del Museo

Arqueológico Regional
Encuentros en la Carpetania: panorama de los

estudios arqueobotánicos en el centro peninsular


Resumen

En este trabajo presentamos de manera conjunta los resultados arqueobo-

tánicos (pólen, carbón y semillas) obtenidos en el asentamiento carpetano

de El Llano de la Horca. Hemos tomado en consideración las características

del terreno donde se inserta este poblado, la evolución del patrón de asen-

tamiento en toda esta zona y la información del registro arqueológico tanto

de este sitio como de otros asentamientos de la misma época. Todo ello nos

permitirá elaborar de manera integral una discusión sobre los modos de

vida y la explotación económica llevada a cabo en este territorio primera-

mente por un substrato de población indígena del Bronce final y seguida-

mente por los Carpetanos durante la II Edad del Hierro (ss. III-I a JC). Tenien-

do en cuenta la escasez de estudios arqueobotánicos en el centro peninsu-

lar vamos a presentar primeramente en una serie de apartados un esbozo

de lo que ha dado de sí este tipo de estudios en el área considerada.

Palabras clave

Arqueobotánica integrada, Paisaje vegetal, Holoceno reciente, Carpetanos,

Llano de la Horca

Abstract

This work reports a series of archaeobotanical analyses (pollen, charcoal

and seeds) obtained in the carpetanian settlement of El Llano de la Horca.

We have taken into consideration the characteristics of the land where this

settlement is inserted, the evolution of the settlement pattern throughout the

area and the archaeological record information both on this site and other

settlements of the same period. This will allow us to comprehensively devel-

op a discussion on the ways of life and economic exploitation conducted in

this area primarily by a Late Bronze age indigenous substrate of population

and then by the Carpetanians during the Late Iron Age (ss. III -I BC). Given

the scarcity of archaeobotanical studies in central Spain we present first an

outline about what has given such studies in the area considered.

Key words

Integrated Archaeobotany, Vegetal landscape, Late Holocene, Carpetanians,

Llano de la Horca
Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos

en el centro peninsular

Paloma Uzquiano*

Mª Blanca Ruiz Zapata**

La arqueobotánica en la meseta Ruiz-Zapata et alli, 1996a, 1996b, 1997, 2006, 2007,

El panorama de los estudios arqueobotánicos en la 2008, 2009).

Meseta se ha caracterizado por la escasez de estudios En lo concerniente a la Arqueobotánica de esta

publicados, existiendo todavía amplios vacíos y un Comunidad, las diversas obras de infraestructura lleva-

fuerte desequilibrio si lo comparamos con el ámbito das a cabo a lo largo de las dos últimas décadas son

mediterráneo (Buxó, 1997; Buxó y Piqué 2008). Desde responsables del incremento de las excavaciones de

los primeros estudios realizados en las décadas de los urgencia y de una creciente demanda de analíticas de

60 y 70 hasta los trabajos más recientes existe un largo encargo por parte de las empresas arqueológicas. Aun-

período de inactividad y ausencia de información. Es el que algunos estudios han sido publicados en obras

caso de los poblados Vacceos de la I y II Edad del Hie- monograficas (López coord., 1997; Díaz del Río et alli,

rro del valle medio del Duero (Hopf, 1973; Cubero, 1995; 1997; Morín y Pérez-Juez, 2002; Morin et alli, 2007; Que-

Uzquiano, 1995; Mariscal, 1995; Yll, 1995; Ruiz-Zapata, ro et alli, 2005; Urquijo y Urbina, 2007; Allué et alli,

1995; Mariscal et alli, 1995), Castilviejo de Yuba (Hopf y 2012), la mayoría permanecen aún inéditos.

Ortego-Frías, 1974), El Ceremeño (Ruiz-Zapata et alli,

2002a; Arnanz, 2002; Uzquiano, 2002a). De yacimientos El paisaje vegetal en el Holoceno reciente

en cueva, contamos con los trabajos realizados en la Los archivos polínicos

cueva Mayor (Apellaniz y Hopf, 1979); en las cuevas Desde el punto de vista polínico el periodo que nos

neolíticas del Valle de Ambrona (Stika, 1999, 2005); compete, está definido por una pérdida importante de

Cueva Maja (Soria) (Uzquiano, 2002b); La Vaquera la masa forestal, claramente materializada tanto en

(Segovia) (Uzquiano, 2002c; López et alli, 2003); y la depósitos naturales (García-Antón et alli, 1986; Gil-Gar-

cueva de El Mirador (Burgos) (Allué y Euba, 2008; cía et alli, 2007; Jalut et alli, 2000; López-Merino et alli,

Rodríguez y Buxó, 2008) (Fig. 1). 2009; Mariscal, 1983; Martín-Puertas et alli, 2008; Ruiz-

En la Comunidad de Madrid los estudios polínicos Zapata et alli, 1996a, 1996b, 1997, 2002b, 2006, 2009)

publicados son por tradición bastante más numerosos como en asentamientos humanos (Allué et alli, 2012;

(Alía et alli, 1957; Menéndez Amor y Florschütz, 1961, Arenas et alli, 2008; Franco-Múgica et alli, 1998; López-

1963; Franco et alli, 1998, 2001; Gil-García et alli, 1995, Sáez et alli, 2006; 2008; 2012; Ruiz-Zapata, 1995; Ruiz-

Zapata et alli, 1997, 2007, 2008; Yll, 1995). En todos los

* UNED casos Pinus es el elemento dominante, acompañado de


p_uzquiano@hotmail.com
los dos tipos de Quercus y de un elenco florístico aso-
** Universidad de Alcalá de Henares
ciado a cada uno de ellos. Estos hechos responden, en
blanca.ruiz@uah.es
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390 1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

Fig. 1.- Mapa con la localización del antíguo territorio carpetano y la ubicación de El Llano de la Horca y del resto de yacimientos

mencionados en el texto: 1-Llano de la Horca; 2-6 Poblados Vacceos del Valle medio del Duero (Valladolid); 7-Castilviejo de Yuba

(Soria); El Ceremeño (Guadalajara); 9-Cueva Mayor (Burgos); 10-cuevas del Valle de Hambrona (Soria); 11-Cueva Maja (Soria); 12-

La Vaquera (Segovia); 13-El Mirador (Burgos); 14-Rascafría y otros depósitos higroturbosos de la Sierra de Guadarrama (Madrid);

15-Plaza de Moros (Toledo); 16-La Gavia (Madrid)

primer lugar al enfriamiento generalizado (Bond et alli, de los yacimientos. Pero es en estos últimos donde

1997), que caracteriza el inicio del Subatlántico (2.800- queda más patente el papel del hombre en el desarro-

2.200 cal BP), caracterizando a la práctica totalidad de la llo del paisaje, mediante la potenciación generalizada

edad del Hierro y que actúa sobre los bosques desarro- de pastizales y taxones nitrófilos (Arenas et alli, 2008;

llados en el Bronce. Franco-Múgica et alli,, 1998; López-Sáez et alli, 2006;

Sin embargo durante este periodo es importante la 2008; Ruiz-Zapata et alli, 1997, 2008) relacionados con

actuación del hombre sobre el paisaje, materializada en prácticas ganaderas. De un modo más puntual (Allué et

el detrimento de la masa forestal al tiempo que poten- alli, 2012; López-Sáez et alli, 2012; Yll, 1995) es posible

cia determinados elementos, (Poaceae, Asteraceae, también detectar mediante la identificación del polen

taxones nitrófilos, y microfósiles no polínicos de afini- de Cerealia la evidencia de agricultura. El escaso des-

dad coprófila), a partir de los cuales (López-Sáez et alli, arrollo de Fabaceae y de Oleaceae no permite inferir

2007), es posible determinar el tipo de explotación de una mayor diversidad en lo referente a las prácticas

los recursos naturales. Así observamos como se produ- agrícolas. La gráfica sintética (Fig. 2) realizada sobre

ce la reducción de los bosques dominantes durante el dos depósitos naturales (Pinilla del Valle y Rascafría, en

Bronce, fundamentalmente basado en la pérdida de Madrid), tres yacimientos (Las Camas, Madrid; La Mota,

elementos mesófilos; esta pérdida es más notable en Valladolid y el castro de Olmeda, Guadalajara), y El Lla-

las proximidades del mundo carpetano, tanto en la no de la Horca, ilustra bien estos hechos a partir del

práctica totalidad de los parajes naturales como en la comportamiento general del grupo arbóreo, de los
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 391

Fig. 2.- Síntesis polínica sobre la evolución de la vegetación en el Holoceno reciente en la zona central de la Península Ibérica

taxones nitrófilos y del cereal. En el caso de los depósi- nado sobre la fisionomía del paisaje vegetal anterior al

tos naturales el periodo de tiempo contemplado está horizonte Carpetano (Uzquiano, 2002c) (Fig. 3).

poco representado, pero se visualiza como se produce Su estudio nos muestra disminución gradual del

la pérdida del bosque en Pinilla del Valle y Rascafría, pino albar desde el Neolítico a la Edad del Bronce en

(norte de Madrid); en este caso, al igual que en el yaci- relación con factores ambientales responsables de la

miento de Las Camas se aprecia la escasa cobertera fragmentación de las áreas de dispersión de este taxón

arbórea, así como la diferencia en la explotación del tan abundante en la primera mitad del holoceno. La

paisaje, de carácter ganadero en el Llano de la Horca y presión antrópica ejercida sobre esta comunidad vege-

de carácter más agrícola en Las Camas. Algo similar tal a lo largo de la ocupación es responsable de su pro-

podemos observar en los otros dos yacimientos, ubica- gresiva reducción y de su práctica desaparición ya en la

dos en la denominada “periferia del mundo carpetano” Edad del Bronce de las zonas de los páramos segovia-

(fig. 2): en La Mota dominan las actividades agrícolas, nos. La disminución del pino constituye pues una pri-

frente a las prácticas ganaderas detectadas en Olmeda. mera ruptura que conduce primeramente a los grupos

humanos a efectuar una explotación “en equilibrio” de

El aporte de la Antracología las diversas comunidades vegetales del entorno

La información sobre el paisaje vegetal del antíguo terri- (robles, encinas, fresnos…) durante el Calcolítico. A

torio Carpetano y zonas limítrofes se ha efectuado a par- partir del Bronce se produce una segunda ruptura esta

tir de un registro muy reducido (Figs 3, 4). Desde un vez irreversible donde el pino ha desaparecido y el

punto de vista diacrónico La Vaquera (Segovia) es por el medio es esencialmente abierto caracterizado por una

momento el que mayor información nos ha proporcio- explotación dual de Sabinas y matorral de Jaras (Juni-
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392 1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

Fig. 3.- Síntesis antracológica sobre la evolución de la vegetación durante el Neolítico, Calcolítico y Bronce en diversas áreas del

centro peninsular

perus thurifera, Cistus laurifolius-ladanifer) junto a lar. Este dato explica que durante el Hierro existieran de

valores menores de quejigos, encinas y fresnos. La manera relictual algunas poblaciones de pino albar y

alternancia de zonas húmedas con la explotación del que éste continúe siendo explotado como material de

fresno y de las laderas más secas del páramo (Sabinas, construcción en algún poblado vacceo (Padilla del Due-

Cistaceas) es propia de una economía eminentemente ro), pero sobre todo hacia el centro-este (El Ceremeño).

ganadera basada en la explotación de bóvidos y ovicá- La apertura del medio que tiene lugar en el tránsito

pridos. Si la reducción del pino albar es drástica en las a la Edad del Bronce producirá en todo este territorio

zonas del páramo segoviano, no lo es tanto en zonas de una serie de cambios sustanciales. En lo referente al

montaña de la Sierra de Guadarrama según los datos poblamiento se constata el abandono de cuevas como

obtenidos en a ocupación del Bronce de la Cueva de la lugar de habitación en el caso del páramo segoviano,

Buena Pinta (Madrid). Por tanto los datos antracológi- unido a la presencia creciente de asentamientos al aire

cos son coherentes con la información polínica de este libre a partir de ese período en adelante (G. Delibes,

mismo yacimiento. com. pers.), como parece constatarse en los yacimien-

No obstante en zonas de páramos del noreste del tos madrileños (Ecce Homo, Las Camas). La gestión

sistema Ibérico (Soria) hemos constatado la persisten- alternativa de robles quejigos, encinas, fresnos, alcor-

cia de pino albar en la ocupación del Bronce de Cueva noques y pinares mediterráneos que emergen a partir

Maja, y en clara consonancia con los registros polínicos de la desaparición del pino albar, es otra característica

circundantes de Quintana Redonda (Soria) y Quintanar de este período. La presión intensa ejercida sobre todas

de la Sierra (Burgos). La posición geográfica más sep- ellas conlleva una serie de procesos de deforestación

tentrional y más oriental es responsable de la persisten- continuos perfectamente evidenciados a nivel polínico.

cia de pino en determinadas áreas del centro peninsu-


PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 393

La Agricultura

Las prácticas agrarias a partir de la Carpología tam-

bién han quedado atestiguadas como parte inte-

grante de la economía de los grupos humanos de

la Prehistoria reciente, aunque de manera irregular.

Los datos del Neolítico son bastante fragmenta-

rios pero en Vaquera se han constatado evidencias

de cultivos de trigos (vestidos y desnudos) de

cebadas y recolección de bellotas.

Trigos desnudos y cebadas vestidas son los

principales cultivos durante el Bronce y la Edad del

Hierro. Este binomio tan característico de otras

zonas del Levante, se repite en el centro peninsular,

junto a una presencia residual de los trigos vesti-

dos que como en zonas del NE de la península

pasan a ser cultivos secundarios.

Los contextos de almacenaje parecen cobrar

cierta relevancia en el horizonte carpetano donde

aparecen conjuntos prácticamente monoespecífi-

cos.

Finalmente las características del territorio car-

petano unido al patrón de asentamiento reticular

(Urbina, 2007) serán claves para entender el modo

de aprovechamiento de autosuficiencia de estos

poblados en lo referente a las llanuras aluviales

como terrenos potencialmente cultivables.

Estudio arqueobotánico integral en el Llano de la

Horca

Introducción

El oppidum del Llano de la Horca se encuentra en

el NE de la provincia de Madrid (40°28’50’’ N lat.

/3°14’ W long) (Baquedano et alli, 2007; Martens et

alli, 2009) a 879 m snm en lo alto de un páramo

subrayando su carácter defensivo y de control del

territorio (Urbina, 2007; Quero et alli, 2005). La

zona de vega del río Anchuelo se halla próxima al

poblado y es fácilmente accesible desde el mismo.

El control visual de las tierras potencialmente férti-

les, su fácil acceso y la proximidad de los puntos

de agua justifican entre otros la elección del sitio

como hábitat.

El clima de la zona es mediterráneo de tipo con-

tinental con una fuerte amplitud térmica anual de

Fig. 4.- Comunidades vegetales explotadas en algunos asentamientos


inviernos muy fríos (6-8 meses de heladas) y vera-
de la Edad del Hierro del centro peninsular
nos secos y calurosos. Páramos y cerros ameseta-

dos alternan junto a llanuras aluviales y fondos de

valle mostrando la fuerte compartimentación del

territorio.
394 ER
1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

El entorno donde se ubica el yacimiento se encuen- Por encima de este nivel del Bronce se asienta el

tra fuertemente humanizado con cultivos de olivos y poblado carpetano donde se han podido documentar

cereales. El paisaje vegetal de estos páramos es abier- cuatro fases de ocupación (ss III y I aC).

to y degradado con ejemplares diseminados de Junipe- La fase II ha quedado documentada en el Recinto

rus thurifera y Quercus ilex junto a un matorral de Cis- 13A una estancia situada en la parte trasera de una

taceae y Rosaceae. Quercus faginea aparece en zonas vivienda cuya funcionalidad sería la de almacén, y en

de mayor humedad. Las zonas aluviales albergan Salix, los recintos 1 y 14, mientras que los recintos 2, 3, 5 y 18

Populus nigra, P. alba, Alnus, Ulmus (Peinado-Lorca corrresponden a la fase III.

and Rivas-Martínez 1987; Blanco-Castro et alli, 1997). El contexto arqueológico ha proporcionado a su vez

El modelo de poblamiento que surge en el centro múltiples evidencias de otros hogares y de restos de

peninsular a partir del Bronce final y Hierro I es el de un combustión dispersos a lo largo de todas las estancias

poblamiento reticular con poblados ubicados a lo largo de las viviendas que probablemente sean el resultado

de las cuencas hidrográficas principales (Cuenca del de tareas de procesado de alimentos u otro tipo de acti-

Tajo) y tributarias (Manzanares, Jarama, Tajuña), adap- vidades laborales (Martens et alli, 2009).

tados a las carácterísticas topográficas de estos cursos

fluviales (meandros abandonados, cerros más o menos Métodos de estudio

escarpados…). La situación perpendicular del área de Polen

captación de recursos de cada poblado con respecto al La extracción de los granos de polen se llevó a cabo

curso fluvial, hace posible un aprovechamiento múlti- mediante ataque con ácidos y álcalis (Couteaux, 1977;

ple del espacio útil de cara al autoabastecimiento (Urbi- Faegri et alli, 1989; Girard and Renault-Miskovsky, 1969;

na in Quero et alli, 2005): cursos de agua, llanura alu- Moore et alli, 1991) y el residuo obtenido fue sometido

vial, tierras de secano y zonas de laderas y escarpes se a técnicas de enriquecimiento en licor de Thoulet

encontraban geográficamente próximos y eran fácil- (Goeury and de Beaulieu, 1979). La determinación polí-

mente controlados desde la posición de cada asenta- nica se realizó mediante la palinoteca de la Universidad

miento. de Alcalá de Henares y los manuales de Valdés et alli

A partir del Hierro II surge el modelo de los pobla- (1987), Moore et alli (1991) y Reille (1992). Los microfó-

dos fortificados en altura, con un claro carácter defensi- siles no polínicos (MNPs), siguen la terminología pro-

vo y un fuerte control visual del territorio y del área de puesta por van Geel (1978); van Geel and Aptroot

captación de recursos circundante (Urbina, 2007; Quero (2006); López-Sáez y López-Merino (2007); Riera et alli,

et alli, 2005; Baquedano et alli, 2007; Martens et alli, (2006). La riqueza polínica del perfil presenta una media

2009) que sigue siendo objeto de una explotación de de 400 granos por preparación, a excepción de las

autosuficiencia. muestras 5, 16 y 17. El tratamiento estadístico de los

Las primeras intervenciones corresponden a una datos, y su representación gráfica se ha llevado a cabo

serie de Sondeos perimetrales y excavaciones vertica- con TILIA®, TILIA-GRAPH® (Grimm, 1987; Grimm,

les de diversos recintos de las cuales solamente hare- 1992) y TGVIEW 1.6.2 (Grimm, 2004). La diversidad bio-

mos mención de las efectuadas en los recintos 1, 2, 3, lógica del registro se ha realizado mediante el cálculo

5, 14 y 18 ya que proporcionaron restos antracológicos. del índice de Rarefacción (Bronk-Ramsey, 2000).

Las excavaciones en extensión se concentran en la


2
actualidad en un área extensa de unos 1500 m (Sector Carbones y Semillas

I) situada en la parte NW del oppidum, donde se ha Los macrorrestos carbonizados fueron exhaustivamen-

registrado la estratigrafía más completa. El análisis te recuperados durante las campañas de excavación

polínico procede de un perfil de 60 cm obtenido en este utilizando una combinación de técnicas de flotación,

sector y cubre toda la estratigrafía. cribado del sedimento con agua (mallas de 5.0-mm,

La fase más antigua de ocupación corresponde a un 3.0-mm y 0.5-mm de grosor) y posterior triado de los

poblado de extensión limitada: diversas estructuras con fondos de criba de manera sistemática conforme a la

materiales de relleno hallados en la parte trasera de metodología empleada en Arqueobotánica (Pearsall,

una vivenda (R-19) que cronológica y culturalmente 1989) que vienen siendo aplicados en todo tipo de yaci-

pertenecen a la Edad del Bronce, todos ellos han libra- mientos a lo largo del territorio peninsular (Buxó and

do carbones y semillas abundantes. Piqué, 2003).


PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 395

El sedimento excavado en ambos recintos fue pro- La identificación de semillas se basa en la observa-

cesado en su totalidad: 900 l en R 13 A (UE 1331 600 l; ción de las características anatómicas en sección late-

UE 11346 300 l) y un volumen similar en R-19. ral, ventral y dorsal con la ayuda de un microscopio

Los carbones se fracturan con la mano de cara a estereoscópico (NIKON SMZ 645), de la colección car-

obtener los tres principales planos de observación ana- pológica de referencia de la Universidad del Salento

tómica (transversal, tangencial y radial) que son obser- (Italia) y de algunos Atlas específicos (Jacomet, 2006;

vados con la ayuda de un microscopio de reflexión Anderberg, 1994; Berggren, 1981).

(OLYMPUS BX60 con objetivos de fondo claro y fondo

oscuro). La determinación botánica sigue las claves de Resultados

identificación publicadas en diversos Atlas de maderas Palinología

no carbonizadas (Greguss, 1955, 1959; Jacquiot, 1955; Los resultados polínicos ponen de manifiesto unos

Jacquiot et alli, 1973; Schweingruber, 1990) y carboni- valores poco relevantes de Pinus que contrastan con el

zadas (Vernet et alli, 2001). La nomenclatura sigue los dominio de Juniperus; Quercus caducifolio y Q. peren-

criterios de Flora europaea (Tutin et alli, 1964). nifolio, Corylus y Alnus presentan valores puntuales.

Fig. 5.- Diagrama polínico sintético obtenido a lo largo de las ocupaciones humanas del Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid)
396 1
ER
SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

Entre los elementos no arbóreos, dominan Asteraceae MNPs asociados a prácticas de fuego. En el resto de la

liguliflorae y Asteraceae tubuliflorae y en menor medi- zona se produce una importante pérdida en los valores

da Chenopodiaceae, así como el MNP Glomus cf. fasci- del índice de Rarefacción (de 30 a 20) y de la diversidad

culatum (tipo 207), asociado a procesos de deforesta- del grupo arbóreo (Pinus y Juniperus), asociado al

ción. A lo largo de toda la secuencia estudiada la señal dominio de los taxones Nitrófilos antrópicos. La reduc-

antrópica se superpone a la ambiental, por este motivo ción de los taxones Nitrófilos, de los MNPs de afinidad

los datos polínicos obtenidos han sido agrupados en un coprófila y de los Pastos de siega, serían indicativos de

diagrama sintético (Fig. 5), teniendo en cuenta las afini- una menor presión ganadera (explotación de carácter

dades ecológicas de los taxones. De este modo se han agropecuario). La ausencia de taxones de ribera y la

detectado una serie de etapas en el uso del territorio a presencia de Pleospora sp o tipo 3.b, indicarían unas

lo largo de las fases de ocupación definidas por la condiciones más secas.

Arqueología:

Zona-IV (Fase Carpetana IV)

Fosa (Edad del Bronce) Esta zona se caracteriza por un ligero descenso de los

Las muestras son pobres a nivel polínico debido a pro- taxones Nitrófilos antrópicos y de Juniperus y por el

blemas de conservación. Esta circunstancia no permite aumento de Pinus, de los taxones Nitrófilos, de los

inferir características climáticas y/o antrópicas, pero sir- MNPs coprófilos y Meso-eutróficos, de los Pastos de

ve para avalar la permanencia de los taxones mayorita- siega, así como por la presencia de los MNPs indicado-

rios (Juniperus), relacionado con la existencia de paisa- res de fuego. Hacia el techo de la secuencia se observa

jes similares a los del resto de la secuencia, abiertos y cómo la caída de Pleospora sp., y el aumento de Cype-

deforestados (Glomus cf. fasciculatum), quizá por el raceae y de Spyrogira, definen un aumento de la hume-

efecto de la presión antrópica (Nitrófilas antrópicas, dad. El índice de Rarefacción se mantiene en valores

Nitrófilos y MNPs de afinidad coprófila), y desarrolla- entorno a 25. Se trata por tanto de una etapa, donde se

dos bajo unas condiciones de carácter seco (Pleospora intensifican de nuevo las actividades de tipo “pecuario”

sp o tipo 3b). que suponen un aumento de los indicadores mesoeu-

tróficos y de los MNPs que permiten inferir prácticas de

Zona-I-II (Fases I y II Carpetanas) fuegos.

Se detecta un notorio proceso de deforestación (altos

valores de Glomus cf. fasciculatum) que actúa sobre Relleno

una masa arbórea constituida por Juniperus, Pinus, Este relleno corresponde a una etapa bastante poste-

Quercus perennifolio, Corylus, Juglans y Alnus. Los rior. La presencia de Cerealia, ausente de todo el regis-

taxones Nitrófilos, los MNPs coprófilos y los Pastos de tro prehistórico, es debida al efecto de explotaciones

siega, dominan inicialmente la secuencia, aunque a cerealísticas recientes y muy próximas.

techo de la misma y coincidiendo con la desaparición

de Corylus y Juglans, comienzan a ser sustituidos por Antracologia

las plantas Nitrófilas antrópicas. El valor del índice de Los datos antracológicos que han proporcionado

Rarefacción (entre 22 y 27), es el más alto de la secuen- mayor información no solo a nivel de vegetación sino

cia, coincidiendo con los máximos de los indicadores también acerca de la gestión de comunidades vegeta-

de presión pastoral. La presencia del MNP Neurospora les corresponden a los recintos 19 (Edad del Bronce) y

sp (tipo 55 C), permite inferir prácticas de fuego fre- 13A (fase II carpetana). En el recinto 19 Quercus ilex es

cuentes. La detección del bosque de ribera y la ausen- dominante, mientras que el recinto 13A revela la co-

cia de Pleospora sp (tipo 3 b), representaría un episodio dominancia de Juniperus thurifera-Quercus ilex (Fig. 6).

menos seco, bajo el cual la explotación del territorio La presencia de Quercus faginea es significativa con

tendría un fuerte carácter pecuario. unos valores similares en ambos recintos. Las frecuen-

cias de Pinus sylvestris-nigra y P. pinaster-pinea son por

Zona-III (Fase Carpetana III) el contrario, poco relevantes aunque algo superiores en

Se inicia con la muestra, M-5, sin apenas contenido en la fase carpetana. Fraxinus, Quercus suber, Erica y

polen pero donde se han contabilizado un elevado Fabaceae aparecen únicamente en el recinto 13A carpe-

número de partículas de carbón junto a presencias de tano.


PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 397

Los resultados obtenidos en los sondeos y en los conjuntos de cereales distintos en lo referente a trigos

otros recintos (tabla 1) han proporcionado una informa- desnudos y cebadas vestidas (Fig. 7). En el recinto 19

ción análoga a nivel taxonómico. Fraxinus angustifolia, correspondiente a la Edad del Bronce las cebadas ves-

Quercus ilex y Q. suber son los taxones más relevantes tidas parecen haber sido sensiblemente más importan-

en los sondeos (Fase III), mientras que Quercus faginea, tes que en el recinto 13a carpetano donde el dominio

Q. ilex y Pinus pinaster-pinea son los más característi- absoluto de los trigos desnudos le confiere un carácter

cos de los recintos (fases II y III), junto a Juniperus thu- quasi monespecífico.

rifera y Pinus sylvestris-nigra. Sin embargo al proceder El estudio de las cariópsides de cebada ha revelado

de intervenciones más puntuales (catas verticales) la el predominio de las variedades dísticas frente a las

información acerca de su gestión no ha sido posible. polísticas siguiendo los criterios de Jacomet (2006) y

Los carbones del recinto 19 son restos claros de Fiorentino (1998). La presencia de algunos granos de

combustible producto de diversos vaciados de hogares cebada germinada ha sido igualmente atestiguada en

culinarios o laborales teniendo en cuenta el contexto ambos recintos.

donde han aparecido (fosas). En el recinto 13A los car- Las cariópsides del recinto 13a presentan un mejor

bones han aparecido de manera dispersa a lo largo de estado de conservación que las procedentes del recinto

la superficie excavada y corresponden a restos de com- 19 debido al carácter doméstico diferencial de los dos

bustible teniendo en cuenta los pequeños hogares evi- contextos en los que dichos restos fueron hallados.

denciados en el mismo. Esta misma categoría funcional

puede atribuirse a los carbones hallados en los recintos Discusión

1, 5, 14 y 18. La proximidad de los hogares donde se Paisaje Vegetal

recogieron estos carbones y su estado de dispersión, La imagen de la vegetación circundante (Fig. 5) revela

así parecen indicarlo. Las únicas evidencias claras de un paisaje abierto y deforestado como muestran los

madera de construcción en este poblado proceden de altos porcentajes del polen herbáceo y de Glomus cf.

los Recintos 2 y 3 (Fase III). Los fragmentos de viga fasciculatum, desarrollado bajo un clima de tipo medi-

recuperados en el recinto 2 corresponden a Quercus terráneo seco, (altos valores de Asteraceae Liguliflorae,

faginea. En el recinto 3 aparecen dos vigas de encina, A. Tubuliflorae y Chenopodiaceae y presencias de Ple-

claramente diferenciadas por su posición en el contex- ospora).

to de excavación junto a varios fragmentos de poste o Bajo estas condiciones (Fig. 6) Juniperus (J. thurife-

de viga correspondientes a Pinus pinaster-pinea y Pinus ra) y Quercus ilex constituyen a nivel antracológico, los

sp respectivamente. principales componentes de la vegetación arbórea

teniendo en cuenta la disposición de vertientes de

Carpología mejor o peor exposición (Páramos). Quercus caducifo-

El análisis carpológico ha librado prácticamente en su lio presenta a nivel polínico unos valores muy puntua-

totalidad cereales representados por trigos vestidos les pero a nivel antracológico (Quercus faginea) sus

Triticum dicoccon Schrank. (emmer), Triticum mono- valores son relevantes. Las formaciones de Quejigos

coccum L. (einkorn), trigos desnudos Triticum aestivum quedarían circunscritas en las vertientes más húmedas

/durum / compactum, y dos variedades de cebada ves- y las zonas de valle próximas (áreas de vega del

tida Hordeum vulgare L. ssp. vulgare (cebada de múlti- Anchuelo y demás arroyos) junto a Fraxinus angustifo-

ples hileras o polística) and Hordeum vulgare ssp. disti- lia y otros taxones mesófilos (Corylus, Alnus, Juglans),

chum (cebada de dos hileras o dística) (von Bothmer, determinados solamente a nivel polínico.

1992) junto a escasas evidencias de Leguminosas y La presencia de pinares ha quedado registrada por

malas hierbas (Polygonaceae, Chenopodium album). ambas disciplinas de manera muy discreta. A nivel

Los trigos desnudos Triticum aestivum/compactum antracológico los valores de Pinus sylvestris-nigra son

and Triticum aestivum/durum (con una presencia abun- inferiores a los de P. pinaster-pinea.

dante de formas compactoides (Jacomet, 2006) son El escaso desarrollo del pinar de Pinus sylvestris es

dominantes en los dos departamentos estudiados. Los consecuencia de un evento climático de carácter regio-

trigos vestidos por el contrario son bastante escasos nal registrado en los depósitos higroturbosos del Siste-

también en ambos departamentos. Considerando el ma Central en torno a 4Ka BP (Franco et alli, 1998). Las

punto de vista diacrónico este estudio ha revelado dos áreas de dispersión del pino se fragmentan y reducen
398 1
ER
SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

Fig. 6.- Resultados antracológicos procedentes del poblado del Bronce y de la fase II carpetana de El Llano de la Horca

siendo sustituidas por paisajes abiertos con un aumento El alcornoque ha quedado atestiguado a nivel antra-

de taxones heliófilos. En yacimientos arqueológicos en cológico en el recinto 13A. Su presencia podría indicar

cueva de la esta misma zona, ha podido también perci- zonas con substrato de sílice en las inmediaciones don-

birse este episodio desde el Calcolítico-Edad del Bronce de este árbol proliferaría aunque también suele encon-

(Uzquiano 2002c; Ruiz-Zapata et alli, 2007, 2008; López- trarse mezclado con la encina en las dehesas mixtas

Sáez et alli, 2009; Mercuri et alli, 2011). De este modo el (Díaz et alli, 1995).

paisaje abierto y deforestado registrado en el Llano de la La presencia de matorral de diversa procedencia

Horca es el resultado de una combinación de factores (calcáreo y sílice) es discreta en ambas analíticas y apa-

naturales y antrópicos relacionados con una presión de rece solamente en las fases carpetanas. Calluna Cista-

carácter agropecuario que va incrementándose desde la ceae y Rosaceae han quedado registradas a nivel polí-

Edad del Bronce en adelante según se ha podido consta- nico, mientras que Erica sp y Fabaceae lo han sido a

tar en los archivos florísticos regionales mencionados. nivel antracológico.

Enclaves dispersos de Pinus sylvestris-nigra deberí-

an existir aún en el área de captación de recursos del Gestión del territorio durante la Edad del Bronce

Llano de la Horca. Sin embargo las formaciones de P. El cruce de datos polínicos y antracológicos ha puesto

pinaster-pinea serían más características del entorno de manifiesto la existencia de un mosaico de comuni-

inmediato del poblado teniendo en cuenta su presencia dades vegetales cuya distribución está estrechamente

recurrente en todas la muestras antracológicas estudia- ligada a la topografía de esta zona, donde a su vez ha

das. La presencia de rodales de pino resinero se podido evidenciarse una presión antrópica clara que se

encuentra hacia el Este ya en la provincia de Guadala- traduce por unos usos diversos del territorio.

jara, cercana al poblado, y en la Serranía de Cuenca Durante la fase del Bronce los datos polínicos (Fosa)

(Alía et alli, 1996). aunque escasos permiten deducir no obstante una cier-
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 399

ta actividad antrópica a partir de los grupos de Nitrófi- terrenos más pobres con suelos poco desarrollados, su

las antrópicas asociadas a cultivos y también de las ubicación se situaría en laderas o en lo alto de cerros

Nitrófilas y de los NPM de afinidad coprófila, asociadas circundantes, de acuerdo con las carácterísticas topo-

a actividades pecuarias. gráficas de la zona. Los resultados polínicos de este

La explotación de las comunidades arbóreas (Antra- nivel son poco informativos dada ausencia de Cerealia,

cología) está circunscrita básicamente al encinar sin durante el periodo de tiempo considerado.

duda situado en las inmediaciones del poblado, con fre- Trigos desnudos y cebada vestida serían por tanto

cuentaciones hacia las zonas más desprotegidas del los principales cereales cultivados. Los trigos se sem-

páramo (Juniperus) y hacia zonas más húmedas tam- brarían durante el otoño-invierno, y la cebada durante

bién próximas: fondo de valle y laderas de umbría la primavera, teniendo en cuenta que el estudio de

(Quercus faginea) según se desprende de los datos cariópsides de cebadas ha revelado el predominio de

antracológicos obtenidos en R-19. La frecuentación las formas dísticas (Buxó, 1997).

alternativa de zonas húmedas y más secas, ponen de En cuanto a los trigos vestidos su presencia es míni-

manifiesto la existencia de actividades pecuarias, en ma en el yacimiento y guardaría relación con la tenden-

relación con una cabaña ganadera constituida por ovi- cia general observada a partir del Bronce final y la Edad

cápridos y bóvidos, y una posible existencia de activi- de Hierro en la Península Ibérica, donde éstos van con-

dades cinegéticas. En ausencia de información arqueo- virtiéndose en cultivos secundarios e incluso residuales

zoológica completa para este período, este supuesto (Buxó et alli, 1997; Buxó y Piqué, 2008).

está basado en el estudio de los niveles del Bronce de El hecho de que el conjunto de cereales evidencia-

la cueva de La Vaquera donde esta explotación dual de dos corresponda solamente a cariópsides, revela otro

las comunidades vegetales ha sido apoyada por los tipo de información ligada al uso domestico del cereal.

datos faunísticos (Uzquiano, 2002c). El contexto arqueológico donde aparecieron estos cere-

Los valores discretos de los pinos sugieren tal vez ales: fosas y su relleno correspondiente con diferentes

un aporte algo más alejado en relación con el área de materiales arqueológicos (cerámica, carbones, fauna,

captación de recursos principal, o simplemente que etc.), es indicativo de un área de vertidos en relación

éstos eran menos abundantes, al igual que ocurre en el con actividades culinarias diversas como molienda, la

área serrana para este periodo (Ruiz-Zapata et alli, preparación de alimentos y posiblemente la elabora-

2007). ción de bebidas fermentadas a base de cereales. Las

La riqueza de recursos hídricos y la proximidad de evidencias de un fragmento de molino de granito (Mar-

las tierras de fondo de valle, fácilmente accesibles des- tens et alli, 2009) y los granos de cebada germinada

de el yacimiento (Valle del Anchuelo), confieren a este encontradas en estas fosas, así parecen atestiguarlo. El

territorio una potencialidad agrícola importante. Los registro arqueológico así como las analíticas de resi-

resultados carpológicos han puesto de manifiesto la duos contenidos en recipientes cerámicos han puesto

existencia de una agricultura cerealística donde los tri- de manifiesto la práctica de la elaboración de cerveza

gos desnudos son dominantes frente a evidencias míni- en la Península Ibérica sobre todo en el Noreste penin-

mas de trigos vestidos y donde la cebada vestida debió sular durante el Neolítico y en la Edad del Bronce (Blas-

de ser un cultivo importante en el asentamiento duran- co et alli, 2006; Buxó, 1997) así como en asentamientos

te la Edad del Bronce (Fig. 7). Los escasos estudios car- de época ibérica (Juan-Tresserras, 1999; Buxó y Piqué

pológicos realizados en el área de Madrid así parecen 2008). En el interior peninsular el único dato obtenido

confirmarlo (Allué et alli, 2012; Díaz del Río et alli, 1997). procedía del asentamiento del Bronce de Motilla del

En el interior de la península, el binomio trigos desnu- Azuer (Ciudad Real) (Buxó, 1997). Las evidencias halla-

dos/cebada vestida es bastante común desde la Edad das en Llano de la Horca constituyen por tanto un dato

del Bronce en adelante (Buxó et alli,. 1997; Buxó, 1997; más para esta zona del interior y el primero obtenido

Alonso in Morín de Pablos y Pérez-Juez, 2002; Cubero para la Edad del Bronce en la Meseta.

1995).

Los cultivos de este asentamiento debieron desarro- El uso del territorio por los Carpetanos

llarse principalmente en las zonas aluviales cuyos terre- La información polínica ha revelado a lo largo de todas

nos son propicios para los trigos desnudos. Sin embar- las fases de ocupación carpetanas un proceso de defo-

go teniendo en cuenta que la cebada suele cultivarse en restación continuo sobre toda la masa arbórea registra-
400 ER
1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

Fig. 7.- Agricultura y evolución de los cultivos cerealísticos en el Llano de la Horca

da, ligado a un uso del territorio de carácter agropecua- ciada a la gestión del encinar, teniendo en cuenta el

rio con una presión ganadera fluctuante y donde las régimen de explotación cíclica llevado a cabo en las

prácticas de fuego fueron frecuentes (Fig. 5). dehesas (Montoya-Oliver, 1988; San Miguel-Ayanz,

Durante la fase II el antracoanálisis revela un incre- 1994).

mento de la explotación del sabinar en alternancia con Quercus faginea y Fraxinus angustifolia a nivel

el aprovechamiento del encinar (Fig. 6). La dualidad antracológico, así como Corylus, Juglans y Alnus a

ahora se establece entre estos dos taxones y sería indi- nivel polínico, traducen de nuevo una explotación de

cativa de una mayor frecuentación de las cumbres y de las vaguadas y fondos de valle. La ganadería de bóvi-

las vertientes peor expuestas de los páramos circun- dos aparece en menor proporción lo que explicaría las

dantes (Sabinas), así como de las laderas con mejor bajas frecuencias del fresno a nivel antracológico. La

exposición de los mismos (Encinas). La presión gana- menor presencia de bóvidos se debe a que se trata de

dera registrada a nivel polínico es sin duda responsa- animales de tiro, no destinados para el consumo de su

ble. La cabaña ganadera dominante parece ser la cons- carne (Martens et alli, 2009).

tituida por rebaños de ovejas y cabras según los estu- Quercus suber, ausente en la ocupación anterior del

dios arqueozoológicos efectuados en este asentamien- Bronce, aparece de manera discreta y estaría en rela-

to (Cerdeño et alli, 1992) y en otros poblados carpeta- ción con el aumento de las áreas de captación de recur-

nos próximos (Quero et alli, 2005). De hecho el uso de sos que parece producirse en las fases carpetanas del

la lana ha quedado atestiguado en el poblado por la poblado. La presencia de alcornoque, posiblemente

presencia de peines de cardar, agujas, fusayolas y asociada al encinar, pone de relieve el gran potencial de

pesas de telar (Martens et alli, 2009). Los suidos, équi- esta formación. Este taxón ha sido puesto de manifies-

dos y especies cinegéticas como cérvidos liebres y to a nivel antracológico en otros poblados de la I Edad

conejos, también se encuentran entre los restos de fau- del Hierro del centro peninsular (Uzquiano, 1995; Ruiz-

na del asentamiento. La presencia de éstos estaría aso- Zapata et alli, 1997; Allué et alli, 2012).
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 401

La presencia discreta de los pinos Pinus sylvestris- nos donde se ubican los asentamientos así como del

nigra y Pinus pinaster-pinea se mantiene durante la contexto económico y social en el que se desenvuelven

Edad del Hierro, con unas frecuencias algo superiores las fases de ocupación de éstos.

respecto a las registradas en la fase precedente sin La presencia de Fabaceae a pesar de ser tan testi-

duda debido también al incremento de las áreas de monial, podría ser indicativa de la existencia de cultivos

explotación ya mencionado. de leguminosas, bien por rotación o entremezcladas

En la fase II el binomio trigos desnudos/cebada ves- con los cultivos de cereal, de cara a mantener un suelo

tida (Buxó et alli, 1997) es claramente favorable a los altamente productivo y buenas cosechas con el fin de

primeros (Fig. 7). La cebada por tanto parece disminuir cubrir las necesidades de esta comunidad en creci-

y los trigos vestidos son como en la fase anterior del miento.

Bronce, igualmente minoritarios. La presencia de Faba- Los cultivos de escanda menor y escaña, aún pervi-

ceae ha quedado registrada en este período, si bien sus ven de manera minoritaria conforme a la tendencia

valores son escasos. general experimentada por los trigos vestidos en la

Los trigos desnudos se convierten por tanto en los Península Ibérica durante este período. (Buxó y Piqué,

cultivos por excelencia indicándonos una mayor explo- 2008).

tación de las tierras de aluvión situadas en las zonas de El conjunto de cereales de este recinto corresponde

vega de los arroyos que circundan el asentamiento. Las nuevamente a cariópsides limpias de restos de trilla y

razones de este cambio responden probablemente a en excelente estado de conservación. Estas característi-

factores de tipo económico y social. Este asentamiento cas vuelven a ponernos de relieve un contexto domés-

alcanza en la II Edad del Hierro la entidad de oppidum, tico esta vez el de un almacenaje en la vivienda en rela-

con mayores dimensiones ocupando toda la superficie ción con la manipulación y preparación de alimentos

del páramo. La necesidad de mantener a una población (evidencias de hogares).

mayor conllevaría un incremento de la explotación de La información arqueobotánica para el resto de las

las tierras de aluvión y en consecuencia, de los cultivos fases carpetanas procede en su mayor parte del regis-

de los trigos desnudos destinados al sustento de esta tro polínico (fases III y IV) y de manera muy puntual del

población. antracológico (fase III) (Fig. 5; Tabla 1).

La cebada constituiría un aporte adicional menor La presión antrópica ejercida en este territorio sigue

donde volvemos a encontrar indicios de elaboración de manifestándose con unos procesos de deforestación

bebidas a base de cereales apoyados esta vez por el continuos teniendo en cuenta las necesidades de una

análisis químico de residuos contenidos en recipientes comunidad en crecimiento ya mencionadas. A nivel

cerámicos (Martens et alli, 2009). No obstante, durante antracológico la presencia de pinos, sabinas, quejigos,

la II Edad del Hierro el vecino asentamiento de La Gavia encinas, fresnos y alcornoques siguen siendo objeto de

ha registrado un dominio de la cebada vestida, debido explotación tanto para combustible como para cons-

a su ubicación en una zona de suelos yesíferos más trucción, teniendo en cuenta los restos documentados

pobres. Sus autores (Urbina in Quero et alli, 2005) a la en dos de las viviendas excavadas de la fase III. La pre-

luz de estos resultados, señalan que las zonas de vega sión ganadera registra oscilaciones siendo menor

en época carpetana debieron permanecer en su mayor durante la fase III en virtud del aumento de las Nitrófi-

parte incultas ubicando los cultivos en lo alto de los las antrópicas (cultivos), para volver a ser dominante

cerros cuyo substrato yesífero no es tan difícil de traba- durante la fase IV.

jar con el arado prerromano. Los resultados obtenidos Las evidencias de prácticas de fuegos son constan-

en Llano de la Horca demuestran que las zonas aluvia- tes en todo el perfil polínico y presumiblemente tendrí-

les pudieron ser objeto de explotación importante des- an una finalidad sanitaria en relación con las activida-

de la Edad del Bronce, incrementándose incluso en des ganaderas. Aunque también es probable que se

época carpetana. Las dos hipótesis muestran dos visio- relacionen en parte con los hogares domésticos y labo-

nes distintas, pero no son excluyentes, sino que se rales mencionados.

complementan. El ganado debió permanecer en el interior del pobla-

A la luz de estos resultados, las fluctuaciones regis- do en los espacios vacíos existentes entre las viviendas

tradas entre trigos desnudos y cebada vestida en el (Baquedano et alli, 2007b). Esta proximidad explica que

territorio carpetano, parecen depender del tipo de terre- la señal ganadera a nivel polínico haya quedado bien
402 1
ER
SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS

Tabla 1: Resultados antracológicos completos obtenidos en las distintas intervenciones arqueológicas del Llano de la Horca

registrada. No sucede así sin embargo en lo referente a xión con el cambio de entidad y de las dimensiones que

la señal agrícola puesto que el polen de Cerealia sola- se registra en este poblado y con el aumento de pobla-

mente aparece en el relleno posterior de época bastan- ción que ello trae consigo. Se produce por un lado una

te reciente (Fig. 5). La localización del perfil polínico en intensificación en la explotación de laderas y cumbres

el interior del poblado es sin duda responsable. Sin de páramos calcáreos (sabinar y encinar), en consonan-

embargo la importancia que tuvo el cereal en este asen- cia con una cabaña ganadera compuesta mayoritaria-

tamiento no solamente se ha puesto de relieve a nivel mente por rebaños de ovejas y cabras. Por otro, la

carpológico sino que además a nivel arqueológico hay explotación de las llanuras aluviales y los fondos de

que sumar los hallazgos de hoces, de piedras de moli- valle también se intensifica, en relación con una agri-

no y de un variado instrumental agrícola (Martens et cultura cerealística caracterizada básicamente por el

alli, 2009). cultivo de trigos desnudos destinados a satisfacer el

sustento de esta comunidad en crecimiento.

Conclusiones y Perspectivas El cultivo de cebada decrece hasta el punto de no

La combinación de los datos aportados por las tres dis- parecer ser relevante. Sin embargo en otros asenta-

ciplinas arqueobotánicas ha puesto de relieve un paisa- mientos carpetanos la cebada parece ser el cultivo

je vegetal abierto y sometido a procesos de deforesta- mayoritario, demostrando que el binomio trigos desnu-

ción debido a la incidencia antrópica ejercida sobre una dos y cebada vestida sigue siendo característico duran-

serie de comunidades vegetales cuya distribución está te la II Edad del Hierro siguiendo las estimaciones de R.

ligada a las características topográficas de este territo- Buxó para la Península Ibérica (Buxó et alli, 1997; Buxó,

rio. 1997 y Buxó y Piqué, 2008).

La posición en lo alto de un cerro confiere a este Teniendo en cuenta el panorama de los estudios

poblado un control visual del área de captación de arqueobotánicos esbozado en la introducción, este

recursos circundante así como facilita un modo de estudio constituye uno de los pocos trabajos de carác-

aprovechamiento múltiple de todos ellos, en relación ter interdisciplinar que ha conseguido ver la luz en

con el estudio del modelo de poblamiento de toda esta diversos foros de divulgación científica. A pesar de

zona durante las Edades del Bronce y Hierro (Urbina, haber aportado una información bastante completa lo

2007; Quero et alli, 2005). cierto es que todavía quedan algunos aspectos que

Durante la Edad del Bronce el área de explotación completar en el estudio de este poblado.

principal estaría cercano dadas las dimensiones más Por un lado sería interesante el poder retomar las

reducidas que parece haber tenido este poblado. Esta excavaciones en extensión y que éstas tuvieran en

situación cambia durante la II Edad del Hierro donde los cuenta el asentamiento de la Edad del Bronce del cual

procesos de deforestación constantes a nivel polínico desconocemos prácticamente todo.

estarían en relación con una mayor ampliación de las En lo referente a la gestión de la leña en el poblado

áreas de captación de recursos circundantes en cone- carpetano, habría que excavar más recintos y sobre
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 403

todo hacer especial hincapié en la excavación de diver- APELLÁNIZ, J.M.; HOPF, M. (1979): “Bronzezeiltliche Pflanzen-

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133-137. Teruel.
aún no ha evidenciado. Es cierto que estamos ante un
BAQUEDANO, E.; CONTRERAS, M.; MÄRTENS, G.; RUIZ-
contexto de almacenaje de cereales típico de esta zona,
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no obstante sería necesario procesar más sedimento tanos. El poblado de El Llano de la Horca (Santorcaz,

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lógicos han podido conservarse. El área de excavación
(Santorcaz, Madrid)”. En A. Dávila (ed.) Estudios sobre la

podría extenderse también fuera del recinto, con el fin Edad del Hierro en la Carpetania Registro Arqueológico

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de detectar el polen de cereal y poder determinar la ubi-
Madrid.
cación de los cultivos.
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Por último habría que verificar si las prácticas de west-European plant species with morphological

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