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Zona Arqueológica
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1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS
Arqueología e historia de un pueblo
de la edad del hierro
Zona Arqueológica
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1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS
Arqueología e historia de un pueblo
de la edad del hierro
COMUNIDAD DE MADRID
EDITOR
B.O.C.M.
1579-7384
DE ARCHIVOS ISBN
DEPÓSITO LEGAL
M-32327-2014
COMUNIDAD DE MADRID
Enrique Baquedano
© De las fotografías: sus autores
JEFA DEL ÁREA DE CONSERVACIÓN E INVESTIGACIÓN © De las ilustraciones y gráficos: sus autores
Isabel Baquedano Beltrán
Inmaculada Escobar
Luis Palop
La revista ZONA ARQUEOLÓGICA ha sido evaluada por el Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas
(EPUC), asociado al Consejo Superior de Invesigaciones Científicas (CSIC), y está incluida, entre otras, en las siguientes bases
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1 SIMPOSIO SOBRE LOS CARPETANOS
Arqueología e historia de un pueblo
de la edad del hierro
Número 17
Alcalá de Henares, 2014
Ponencia
Comunicaciones
Ponencia
Comunicaciones
71 La Segunda Edad del Hierro en la cuenca media del río Henares: asentamiento y territorio.
85 Últimos avances en la investigación del oppidum de Titulcia (Titulcia, Madrid). José Polo
(Santorcaz, Madrid). Miguel Contreras Martínez, Gabriela Märtens Alfaro, Gonzalo Ruiz
125
El hábitat carpetano del parque Miralrío (Rivas Vaciamadrid). Daniel Pérez y Marta Bueno
Evolución del poblamiento en el enclave carpetano de “Cerro de las Brujas” (Pinto, Madrid).
135
Miguel Rodríguez Cifuentes
Ponencia
175 Tierras, huesos, semillas y personas. Economía y sociedad en la Carpetania. Dionisio Urbina
Martínez
Comunicaciones
211 Los grandes poblados carpetanos cercanos a fuentes salobres: Cerro de La Gavia, Titulcia,
223 El poblado “en espolón” carpetano del cerro de “Fuente de la Mora” en Leganés (Madrid).
Jorge J. Vega y Miguel, Juan Carlos Méndez Madrid, Roberto C. Menduiña García,
Ponencia
235 Los Carpetanos y sus vecinos: fenómenos de interacción a la luz de la cultura material.
Comunicaciones
267 Celtíberos y carpetanos: ¿frontera cultural, lingüística y étnica? Mª Luisa Cerdeño y Emilio
Gamo Pazos
279 Estudio de la cerámica itálica de barniz negro en El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid):
doméstico a partir del estudio del material cerámico. Gabriela Märtens, Miguel
Ponencia
317 Datos para el estudio del mundo funerario durante la II Edad del Hierro en la Meseta Sur: Las
Comunicaciones
349 Cerámica lañada: arte, economía y estética en la Carpetania prerromana. Esther Andreu y
Alexandra Uscatescu
9
Ponencia
Verónica Estaca
Comunicaciones
377 El Llano de la Horca: primeras valoraciones del análisis de los restos faunísticos. Mª Dolores
López Gila, Gabriela Märtens, Miguel Contreras, Gonzalo Ruiz Zapatero y Enrique
Baquedano
Ponencia
Ponencia
Comunicaciones
427 “El Llano de San Pedro” (Valderrebollo, Guadalajara): Un oppidum en los confines de la
Cámara
447 Una ciudad en la zona meridional de la antigua Carpetania: Consabura (Consuegra, Toledo).
a llegada de la civilización romana a los confines de lo que terminó siendo uno de los imperios
L
más relevantes de la historia universal implicó un fenómeno uniformizador, incluso globaliza-
Este fenómeno que despierta un razonable interés en todos los campos del saber y especialmen-
te de cuantos nos dedicamos a bucear en el pasado, no se manifestó, sin embargo, de la misma for-
De tal manera que en unos lugares el sustrato cultural pervivió con mayor o menor relevancia
En la Península ibérica, la resultante de esa mezcla social y cultural es conocida como el mundo
territorios.
“indígenas” entre comillas, dio lugar a una cosa nueva en cada una de las zonas de aquel territorio.
Por ello, era inevitable que el sarampión centrífugo llegara a nuestro país junto con la recupera-
A nadie le sorprendió que los gobiernos de las Comunidades Autónomas primaran en la investi-
nos, “indígenas”.
Sin embargo esto no ocurrió en la Comunidad de Madrid. Por razones complejas, la Comunidad
esta región, reconocida hasta en el himno oficial escrito por el filólogo y poeta Agustín García Cal-
traron probablemente más atractivo, con excepciones muy meritorias, el trabajo en lugares más leja-
nos. Quienes investigamos al lado de nuestra casa y también en lugares exóticos sabemos bien de
lo que hablamos.
regional, como el Museo Arqueológico Regional, contribuía a esa laguna en el saber sobre un mun-
do conocido mucho más por las fuentes literarias clásicas que por sus restos arqueológicos.
Por ello una de nuestras primeras tareas en el M.A.R., inaugurado en mayo de 1999, fue determi-
La ignorancia arqueológica sobre los carpetanos era clamorosa. Prácticamente casi todo lo poco
que sabíamos de ellos era por prospecciones o excavaciones de carácter preventivo y escasamente
En 2000 revisamos la carta arqueológica y varios yacimientos carpetanos in situ para optar por
En 2001 comenzamos las excavaciones arqueológicas en aquel cerro alcarreño y tras once cam-
pañas de excavación y una de prospección geofísica llegamos a unas conclusiones que hemos anti-
la Horca (Santorcaz, Madrid) que se presentó en 2012 con gran éxito de público y crítica, como decí-
an los clásicos.
ZONA ARQUEOLÓGICA. La misma serie que en 2007 sacó de la imprenta dos volúmenes monográfi-
cos dedicados a la Edad del Hierro en la Carpetania como forma de presentar un estado actual de la
celebrado en 2013. También se ha publicado la tesis doctoral de Jorge de Torres, en 2012, titulada La
tierra sin límites. Territorio, sociedad e identidades en el Valle Medio del Tajo (ss. IX - I a.C.). Y muy
la Segunda Edad del Hierro y la época romana (ss. III a.C. - I d.C.): el Valle Bajo del Henares.
El presente volumen recoge las actas de aquel congreso dirigido científicamente por Gonzalo
Ruiz Zapatero, y secretariado por Gabriela Märtens y Sandra Azcárraga. De ellos y de los ponentes
Confiamos en que puedan celebrarse más congresos futuros sobre los carpetanos, en Alcalá de
Henares o en cualquier otro punto de la Carpetania, pero deseamos que este episodio no sea un hito
más sin continuidad, como es tan frecuente entre nosotros, los arqueólogos españoles.
Y confiamos también en que este texto no resulte excesivamente autocomplaciente, pero cree-
mos que los gestores estamos obligados a explicar y justificar lo que hacemos con nuestras respon-
Enrique Baquedano
Arqueológico Regional
Encuentros en la Carpetania: panorama de los
del terreno donde se inserta este poblado, la evolución del patrón de asen-
de este sitio como de otros asentamientos de la misma época. Todo ello nos
mente por los Carpetanos durante la II Edad del Hierro (ss. III-I a JC). Tenien-
Palabras clave
Llano de la Horca
Abstract
We have taken into consideration the characteristics of the land where this
area and the archaeological record information both on this site and other
and then by the Carpetanians during the Late Iron Age (ss. III -I BC). Given
outline about what has given such studies in the area considered.
Key words
Llano de la Horca
Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos
en el centro peninsular
Paloma Uzquiano*
publicados, existiendo todavía amplios vacíos y un Comunidad, las diversas obras de infraestructura lleva-
fuerte desequilibrio si lo comparamos con el ámbito das a cabo a lo largo de las dos últimas décadas son
mediterráneo (Buxó, 1997; Buxó y Piqué 2008). Desde responsables del incremento de las excavaciones de
los primeros estudios realizados en las décadas de los urgencia y de una creciente demanda de analíticas de
60 y 70 hasta los trabajos más recientes existe un largo encargo por parte de las empresas arqueológicas. Aun-
período de inactividad y ausencia de información. Es el que algunos estudios han sido publicados en obras
caso de los poblados Vacceos de la I y II Edad del Hie- monograficas (López coord., 1997; Díaz del Río et alli,
rro del valle medio del Duero (Hopf, 1973; Cubero, 1995; 1997; Morín y Pérez-Juez, 2002; Morin et alli, 2007; Que-
Uzquiano, 1995; Mariscal, 1995; Yll, 1995; Ruiz-Zapata, ro et alli, 2005; Urquijo y Urbina, 2007; Allué et alli,
1995; Mariscal et alli, 1995), Castilviejo de Yuba (Hopf y 2012), la mayoría permanecen aún inéditos.
2002a; Arnanz, 2002; Uzquiano, 2002a). De yacimientos El paisaje vegetal en el Holoceno reciente
cueva Mayor (Apellaniz y Hopf, 1979); en las cuevas Desde el punto de vista polínico el periodo que nos
neolíticas del Valle de Ambrona (Stika, 1999, 2005); compete, está definido por una pérdida importante de
Cueva Maja (Soria) (Uzquiano, 2002b); La Vaquera la masa forestal, claramente materializada tanto en
(Segovia) (Uzquiano, 2002c; López et alli, 2003); y la depósitos naturales (García-Antón et alli, 1986; Gil-Gar-
cueva de El Mirador (Burgos) (Allué y Euba, 2008; cía et alli, 2007; Jalut et alli, 2000; López-Merino et alli,
Rodríguez y Buxó, 2008) (Fig. 1). 2009; Mariscal, 1983; Martín-Puertas et alli, 2008; Ruiz-
En la Comunidad de Madrid los estudios polínicos Zapata et alli, 1996a, 1996b, 1997, 2002b, 2006, 2009)
publicados son por tradición bastante más numerosos como en asentamientos humanos (Allué et alli, 2012;
(Alía et alli, 1957; Menéndez Amor y Florschütz, 1961, Arenas et alli, 2008; Franco-Múgica et alli, 1998; López-
1963; Franco et alli, 1998, 2001; Gil-García et alli, 1995, Sáez et alli, 2006; 2008; 2012; Ruiz-Zapata, 1995; Ruiz-
Fig. 1.- Mapa con la localización del antíguo territorio carpetano y la ubicación de El Llano de la Horca y del resto de yacimientos
mencionados en el texto: 1-Llano de la Horca; 2-6 Poblados Vacceos del Valle medio del Duero (Valladolid); 7-Castilviejo de Yuba
(Soria); El Ceremeño (Guadalajara); 9-Cueva Mayor (Burgos); 10-cuevas del Valle de Hambrona (Soria); 11-Cueva Maja (Soria); 12-
La Vaquera (Segovia); 13-El Mirador (Burgos); 14-Rascafría y otros depósitos higroturbosos de la Sierra de Guadarrama (Madrid);
primer lugar al enfriamiento generalizado (Bond et alli, de los yacimientos. Pero es en estos últimos donde
1997), que caracteriza el inicio del Subatlántico (2.800- queda más patente el papel del hombre en el desarro-
2.200 cal BP), caracterizando a la práctica totalidad de la llo del paisaje, mediante la potenciación generalizada
edad del Hierro y que actúa sobre los bosques desarro- de pastizales y taxones nitrófilos (Arenas et alli, 2008;
Sin embargo durante este periodo es importante la 2008; Ruiz-Zapata et alli, 1997, 2008) relacionados con
actuación del hombre sobre el paisaje, materializada en prácticas ganaderas. De un modo más puntual (Allué et
el detrimento de la masa forestal al tiempo que poten- alli, 2012; López-Sáez et alli, 2012; Yll, 1995) es posible
cia determinados elementos, (Poaceae, Asteraceae, también detectar mediante la identificación del polen
taxones nitrófilos, y microfósiles no polínicos de afini- de Cerealia la evidencia de agricultura. El escaso des-
dad coprófila), a partir de los cuales (López-Sáez et alli, arrollo de Fabaceae y de Oleaceae no permite inferir
2007), es posible determinar el tipo de explotación de una mayor diversidad en lo referente a las prácticas
los recursos naturales. Así observamos como se produ- agrícolas. La gráfica sintética (Fig. 2) realizada sobre
ce la reducción de los bosques dominantes durante el dos depósitos naturales (Pinilla del Valle y Rascafría, en
Bronce, fundamentalmente basado en la pérdida de Madrid), tres yacimientos (Las Camas, Madrid; La Mota,
elementos mesófilos; esta pérdida es más notable en Valladolid y el castro de Olmeda, Guadalajara), y El Lla-
las proximidades del mundo carpetano, tanto en la no de la Horca, ilustra bien estos hechos a partir del
práctica totalidad de los parajes naturales como en la comportamiento general del grupo arbóreo, de los
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 391
Fig. 2.- Síntesis polínica sobre la evolución de la vegetación en el Holoceno reciente en la zona central de la Península Ibérica
taxones nitrófilos y del cereal. En el caso de los depósi- nado sobre la fisionomía del paisaje vegetal anterior al
tos naturales el periodo de tiempo contemplado está horizonte Carpetano (Uzquiano, 2002c) (Fig. 3).
poco representado, pero se visualiza como se produce Su estudio nos muestra disminución gradual del
la pérdida del bosque en Pinilla del Valle y Rascafría, pino albar desde el Neolítico a la Edad del Bronce en
(norte de Madrid); en este caso, al igual que en el yaci- relación con factores ambientales responsables de la
miento de Las Camas se aprecia la escasa cobertera fragmentación de las áreas de dispersión de este taxón
arbórea, así como la diferencia en la explotación del tan abundante en la primera mitad del holoceno. La
paisaje, de carácter ganadero en el Llano de la Horca y presión antrópica ejercida sobre esta comunidad vege-
de carácter más agrícola en Las Camas. Algo similar tal a lo largo de la ocupación es responsable de su pro-
podemos observar en los otros dos yacimientos, ubica- gresiva reducción y de su práctica desaparición ya en la
dos en la denominada “periferia del mundo carpetano” Edad del Bronce de las zonas de los páramos segovia-
(fig. 2): en La Mota dominan las actividades agrícolas, nos. La disminución del pino constituye pues una pri-
frente a las prácticas ganaderas detectadas en Olmeda. mera ruptura que conduce primeramente a los grupos
La información sobre el paisaje vegetal del antíguo terri- (robles, encinas, fresnos…) durante el Calcolítico. A
torio Carpetano y zonas limítrofes se ha efectuado a par- partir del Bronce se produce una segunda ruptura esta
tir de un registro muy reducido (Figs 3, 4). Desde un vez irreversible donde el pino ha desaparecido y el
punto de vista diacrónico La Vaquera (Segovia) es por el medio es esencialmente abierto caracterizado por una
momento el que mayor información nos ha proporcio- explotación dual de Sabinas y matorral de Jaras (Juni-
ER
392 1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS
Fig. 3.- Síntesis antracológica sobre la evolución de la vegetación durante el Neolítico, Calcolítico y Bronce en diversas áreas del
centro peninsular
perus thurifera, Cistus laurifolius-ladanifer) junto a lar. Este dato explica que durante el Hierro existieran de
valores menores de quejigos, encinas y fresnos. La manera relictual algunas poblaciones de pino albar y
alternancia de zonas húmedas con la explotación del que éste continúe siendo explotado como material de
fresno y de las laderas más secas del páramo (Sabinas, construcción en algún poblado vacceo (Padilla del Due-
Cistaceas) es propia de una economía eminentemente ro), pero sobre todo hacia el centro-este (El Ceremeño).
ganadera basada en la explotación de bóvidos y ovicá- La apertura del medio que tiene lugar en el tránsito
pridos. Si la reducción del pino albar es drástica en las a la Edad del Bronce producirá en todo este territorio
zonas del páramo segoviano, no lo es tanto en zonas de una serie de cambios sustanciales. En lo referente al
montaña de la Sierra de Guadarrama según los datos poblamiento se constata el abandono de cuevas como
obtenidos en a ocupación del Bronce de la Cueva de la lugar de habitación en el caso del páramo segoviano,
Buena Pinta (Madrid). Por tanto los datos antracológi- unido a la presencia creciente de asentamientos al aire
cos son coherentes con la información polínica de este libre a partir de ese período en adelante (G. Delibes,
No obstante en zonas de páramos del noreste del tos madrileños (Ecce Homo, Las Camas). La gestión
sistema Ibérico (Soria) hemos constatado la persisten- alternativa de robles quejigos, encinas, fresnos, alcor-
cia de pino albar en la ocupación del Bronce de Cueva noques y pinares mediterráneos que emergen a partir
Maja, y en clara consonancia con los registros polínicos de la desaparición del pino albar, es otra característica
circundantes de Quintana Redonda (Soria) y Quintanar de este período. La presión intensa ejercida sobre todas
de la Sierra (Burgos). La posición geográfica más sep- ellas conlleva una serie de procesos de deforestación
tentrional y más oriental es responsable de la persisten- continuos perfectamente evidenciados a nivel polínico.
La Agricultura
cos.
Horca
Introducción
como hábitat.
territorio.
394 ER
1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS
El entorno donde se ubica el yacimiento se encuen- Por encima de este nivel del Bronce se asienta el
tra fuertemente humanizado con cultivos de olivos y poblado carpetano donde se han podido documentar
cereales. El paisaje vegetal de estos páramos es abier- cuatro fases de ocupación (ss III y I aC).
rus thurifera y Quercus ilex junto a un matorral de Cis- 13A una estancia situada en la parte trasera de una
taceae y Rosaceae. Quercus faginea aparece en zonas vivienda cuya funcionalidad sería la de almacén, y en
de mayor humedad. Las zonas aluviales albergan Salix, los recintos 1 y 14, mientras que los recintos 2, 3, 5 y 18
and Rivas-Martínez 1987; Blanco-Castro et alli, 1997). El contexto arqueológico ha proporcionado a su vez
El modelo de poblamiento que surge en el centro múltiples evidencias de otros hogares y de restos de
peninsular a partir del Bronce final y Hierro I es el de un combustión dispersos a lo largo de todas las estancias
poblamiento reticular con poblados ubicados a lo largo de las viviendas que probablemente sean el resultado
de las cuencas hidrográficas principales (Cuenca del de tareas de procesado de alimentos u otro tipo de acti-
Tajo) y tributarias (Manzanares, Jarama, Tajuña), adap- vidades laborales (Martens et alli, 2009).
captación de recursos de cada poblado con respecto al La extracción de los granos de polen se llevó a cabo
curso fluvial, hace posible un aprovechamiento múlti- mediante ataque con ácidos y álcalis (Couteaux, 1977;
ple del espacio útil de cara al autoabastecimiento (Urbi- Faegri et alli, 1989; Girard and Renault-Miskovsky, 1969;
na in Quero et alli, 2005): cursos de agua, llanura alu- Moore et alli, 1991) y el residuo obtenido fue sometido
vial, tierras de secano y zonas de laderas y escarpes se a técnicas de enriquecimiento en licor de Thoulet
encontraban geográficamente próximos y eran fácil- (Goeury and de Beaulieu, 1979). La determinación polí-
mente controlados desde la posición de cada asenta- nica se realizó mediante la palinoteca de la Universidad
A partir del Hierro II surge el modelo de los pobla- (1987), Moore et alli (1991) y Reille (1992). Los microfó-
dos fortificados en altura, con un claro carácter defensi- siles no polínicos (MNPs), siguen la terminología pro-
vo y un fuerte control visual del territorio y del área de puesta por van Geel (1978); van Geel and Aptroot
captación de recursos circundante (Urbina, 2007; Quero (2006); López-Sáez y López-Merino (2007); Riera et alli,
et alli, 2005; Baquedano et alli, 2007; Martens et alli, (2006). La riqueza polínica del perfil presenta una media
2009) que sigue siendo objeto de una explotación de de 400 granos por preparación, a excepción de las
Las primeras intervenciones corresponden a una datos, y su representación gráfica se ha llevado a cabo
serie de Sondeos perimetrales y excavaciones vertica- con TILIA®, TILIA-GRAPH® (Grimm, 1987; Grimm,
les de diversos recintos de las cuales solamente hare- 1992) y TGVIEW 1.6.2 (Grimm, 2004). La diversidad bio-
mos mención de las efectuadas en los recintos 1, 2, 3, lógica del registro se ha realizado mediante el cálculo
I) situada en la parte NW del oppidum, donde se ha Los macrorrestos carbonizados fueron exhaustivamen-
registrado la estratigrafía más completa. El análisis te recuperados durante las campañas de excavación
polínico procede de un perfil de 60 cm obtenido en este utilizando una combinación de técnicas de flotación,
sector y cubre toda la estratigrafía. cribado del sedimento con agua (mallas de 5.0-mm,
La fase más antigua de ocupación corresponde a un 3.0-mm y 0.5-mm de grosor) y posterior triado de los
poblado de extensión limitada: diversas estructuras con fondos de criba de manera sistemática conforme a la
una vivenda (R-19) que cronológica y culturalmente 1989) que vienen siendo aplicados en todo tipo de yaci-
pertenecen a la Edad del Bronce, todos ellos han libra- mientos a lo largo del territorio peninsular (Buxó and
El sedimento excavado en ambos recintos fue pro- La identificación de semillas se basa en la observa-
cesado en su totalidad: 900 l en R 13 A (UE 1331 600 l; ción de las características anatómicas en sección late-
UE 11346 300 l) y un volumen similar en R-19. ral, ventral y dorsal con la ayuda de un microscopio
Los carbones se fracturan con la mano de cara a estereoscópico (NIKON SMZ 645), de la colección car-
obtener los tres principales planos de observación ana- pológica de referencia de la Universidad del Salento
tómica (transversal, tangencial y radial) que son obser- (Italia) y de algunos Atlas específicos (Jacomet, 2006;
no carbonizadas (Greguss, 1955, 1959; Jacquiot, 1955; Los resultados polínicos ponen de manifiesto unos
Jacquiot et alli, 1973; Schweingruber, 1990) y carboni- valores poco relevantes de Pinus que contrastan con el
zadas (Vernet et alli, 2001). La nomenclatura sigue los dominio de Juniperus; Quercus caducifolio y Q. peren-
criterios de Flora europaea (Tutin et alli, 1964). nifolio, Corylus y Alnus presentan valores puntuales.
Fig. 5.- Diagrama polínico sintético obtenido a lo largo de las ocupaciones humanas del Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid)
396 1
ER
SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS
Entre los elementos no arbóreos, dominan Asteraceae MNPs asociados a prácticas de fuego. En el resto de la
liguliflorae y Asteraceae tubuliflorae y en menor medi- zona se produce una importante pérdida en los valores
da Chenopodiaceae, así como el MNP Glomus cf. fasci- del índice de Rarefacción (de 30 a 20) y de la diversidad
culatum (tipo 207), asociado a procesos de deforesta- del grupo arbóreo (Pinus y Juniperus), asociado al
ción. A lo largo de toda la secuencia estudiada la señal dominio de los taxones Nitrófilos antrópicos. La reduc-
antrópica se superpone a la ambiental, por este motivo ción de los taxones Nitrófilos, de los MNPs de afinidad
los datos polínicos obtenidos han sido agrupados en un coprófila y de los Pastos de siega, serían indicativos de
diagrama sintético (Fig. 5), teniendo en cuenta las afini- una menor presión ganadera (explotación de carácter
dades ecológicas de los taxones. De este modo se han agropecuario). La ausencia de taxones de ribera y la
detectado una serie de etapas en el uso del territorio a presencia de Pleospora sp o tipo 3.b, indicarían unas
Arqueología:
Fosa (Edad del Bronce) Esta zona se caracteriza por un ligero descenso de los
Las muestras son pobres a nivel polínico debido a pro- taxones Nitrófilos antrópicos y de Juniperus y por el
blemas de conservación. Esta circunstancia no permite aumento de Pinus, de los taxones Nitrófilos, de los
inferir características climáticas y/o antrópicas, pero sir- MNPs coprófilos y Meso-eutróficos, de los Pastos de
ve para avalar la permanencia de los taxones mayorita- siega, así como por la presencia de los MNPs indicado-
rios (Juniperus), relacionado con la existencia de paisa- res de fuego. Hacia el techo de la secuencia se observa
jes similares a los del resto de la secuencia, abiertos y cómo la caída de Pleospora sp., y el aumento de Cype-
deforestados (Glomus cf. fasciculatum), quizá por el raceae y de Spyrogira, definen un aumento de la hume-
efecto de la presión antrópica (Nitrófilas antrópicas, dad. El índice de Rarefacción se mantiene en valores
Nitrófilos y MNPs de afinidad coprófila), y desarrolla- entorno a 25. Se trata por tanto de una etapa, donde se
dos bajo unas condiciones de carácter seco (Pleospora intensifican de nuevo las actividades de tipo “pecuario”
una masa arbórea constituida por Juniperus, Pinus, Este relleno corresponde a una etapa bastante poste-
Quercus perennifolio, Corylus, Juglans y Alnus. Los rior. La presencia de Cerealia, ausente de todo el regis-
taxones Nitrófilos, los MNPs coprófilos y los Pastos de tro prehistórico, es debida al efecto de explotaciones
las plantas Nitrófilas antrópicas. El valor del índice de Los datos antracológicos que han proporcionado
Rarefacción (entre 22 y 27), es el más alto de la secuen- mayor información no solo a nivel de vegetación sino
cia, coincidiendo con los máximos de los indicadores también acerca de la gestión de comunidades vegeta-
de presión pastoral. La presencia del MNP Neurospora les corresponden a los recintos 19 (Edad del Bronce) y
sp (tipo 55 C), permite inferir prácticas de fuego fre- 13A (fase II carpetana). En el recinto 19 Quercus ilex es
cuentes. La detección del bosque de ribera y la ausen- dominante, mientras que el recinto 13A revela la co-
cia de Pleospora sp (tipo 3 b), representaría un episodio dominancia de Juniperus thurifera-Quercus ilex (Fig. 6).
menos seco, bajo el cual la explotación del territorio La presencia de Quercus faginea es significativa con
tendría un fuerte carácter pecuario. unos valores similares en ambos recintos. Las frecuen-
Zona-III (Fase Carpetana III) el contrario, poco relevantes aunque algo superiores en
Se inicia con la muestra, M-5, sin apenas contenido en la fase carpetana. Fraxinus, Quercus suber, Erica y
polen pero donde se han contabilizado un elevado Fabaceae aparecen únicamente en el recinto 13A carpe-
Los resultados obtenidos en los sondeos y en los conjuntos de cereales distintos en lo referente a trigos
otros recintos (tabla 1) han proporcionado una informa- desnudos y cebadas vestidas (Fig. 7). En el recinto 19
ción análoga a nivel taxonómico. Fraxinus angustifolia, correspondiente a la Edad del Bronce las cebadas ves-
Quercus ilex y Q. suber son los taxones más relevantes tidas parecen haber sido sensiblemente más importan-
en los sondeos (Fase III), mientras que Quercus faginea, tes que en el recinto 13a carpetano donde el dominio
Q. ilex y Pinus pinaster-pinea son los más característi- absoluto de los trigos desnudos le confiere un carácter
cos de los recintos (fases II y III), junto a Juniperus thu- quasi monespecífico.
rifera y Pinus sylvestris-nigra. Sin embargo al proceder El estudio de las cariópsides de cebada ha revelado
de intervenciones más puntuales (catas verticales) la el predominio de las variedades dísticas frente a las
información acerca de su gestión no ha sido posible. polísticas siguiendo los criterios de Jacomet (2006) y
Los carbones del recinto 19 son restos claros de Fiorentino (1998). La presencia de algunos granos de
combustible producto de diversos vaciados de hogares cebada germinada ha sido igualmente atestiguada en
donde han aparecido (fosas). En el recinto 13A los car- Las cariópsides del recinto 13a presentan un mejor
bones han aparecido de manera dispersa a lo largo de estado de conservación que las procedentes del recinto
la superficie excavada y corresponden a restos de com- 19 debido al carácter doméstico diferencial de los dos
bustible teniendo en cuenta los pequeños hogares evi- contextos en los que dichos restos fueron hallados.
recogieron estos carbones y su estado de dispersión, La imagen de la vegetación circundante (Fig. 5) revela
así parecen indicarlo. Las únicas evidencias claras de un paisaje abierto y deforestado como muestran los
madera de construcción en este poblado proceden de altos porcentajes del polen herbáceo y de Glomus cf.
los Recintos 2 y 3 (Fase III). Los fragmentos de viga fasciculatum, desarrollado bajo un clima de tipo medi-
recuperados en el recinto 2 corresponden a Quercus terráneo seco, (altos valores de Asteraceae Liguliflorae,
faginea. En el recinto 3 aparecen dos vigas de encina, A. Tubuliflorae y Chenopodiaceae y presencias de Ple-
to de excavación junto a varios fragmentos de poste o Bajo estas condiciones (Fig. 6) Juniperus (J. thurife-
de viga correspondientes a Pinus pinaster-pinea y Pinus ra) y Quercus ilex constituyen a nivel antracológico, los
El análisis carpológico ha librado prácticamente en su lio presenta a nivel polínico unos valores muy puntua-
totalidad cereales representados por trigos vestidos les pero a nivel antracológico (Quercus faginea) sus
Triticum dicoccon Schrank. (emmer), Triticum mono- valores son relevantes. Las formaciones de Quejigos
coccum L. (einkorn), trigos desnudos Triticum aestivum quedarían circunscritas en las vertientes más húmedas
/durum / compactum, y dos variedades de cebada ves- y las zonas de valle próximas (áreas de vega del
tida Hordeum vulgare L. ssp. vulgare (cebada de múlti- Anchuelo y demás arroyos) junto a Fraxinus angustifo-
ples hileras o polística) and Hordeum vulgare ssp. disti- lia y otros taxones mesófilos (Corylus, Alnus, Juglans),
chum (cebada de dos hileras o dística) (von Bothmer, determinados solamente a nivel polínico.
1992) junto a escasas evidencias de Leguminosas y La presencia de pinares ha quedado registrada por
malas hierbas (Polygonaceae, Chenopodium album). ambas disciplinas de manera muy discreta. A nivel
Los trigos desnudos Triticum aestivum/compactum antracológico los valores de Pinus sylvestris-nigra son
and Triticum aestivum/durum (con una presencia abun- inferiores a los de P. pinaster-pinea.
dante de formas compactoides (Jacomet, 2006) son El escaso desarrollo del pinar de Pinus sylvestris es
dominantes en los dos departamentos estudiados. Los consecuencia de un evento climático de carácter regio-
trigos vestidos por el contrario son bastante escasos nal registrado en los depósitos higroturbosos del Siste-
también en ambos departamentos. Considerando el ma Central en torno a 4Ka BP (Franco et alli, 1998). Las
punto de vista diacrónico este estudio ha revelado dos áreas de dispersión del pino se fragmentan y reducen
398 1
ER
SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS
Fig. 6.- Resultados antracológicos procedentes del poblado del Bronce y de la fase II carpetana de El Llano de la Horca
siendo sustituidas por paisajes abiertos con un aumento El alcornoque ha quedado atestiguado a nivel antra-
de taxones heliófilos. En yacimientos arqueológicos en cológico en el recinto 13A. Su presencia podría indicar
cueva de la esta misma zona, ha podido también perci- zonas con substrato de sílice en las inmediaciones don-
birse este episodio desde el Calcolítico-Edad del Bronce de este árbol proliferaría aunque también suele encon-
(Uzquiano 2002c; Ruiz-Zapata et alli, 2007, 2008; López- trarse mezclado con la encina en las dehesas mixtas
Sáez et alli, 2009; Mercuri et alli, 2011). De este modo el (Díaz et alli, 1995).
Horca es el resultado de una combinación de factores (calcáreo y sílice) es discreta en ambas analíticas y apa-
naturales y antrópicos relacionados con una presión de rece solamente en las fases carpetanas. Calluna Cista-
carácter agropecuario que va incrementándose desde la ceae y Rosaceae han quedado registradas a nivel polí-
Edad del Bronce en adelante según se ha podido consta- nico, mientras que Erica sp y Fabaceae lo han sido a
an existir aún en el área de captación de recursos del Gestión del territorio durante la Edad del Bronce
Llano de la Horca. Sin embargo las formaciones de P. El cruce de datos polínicos y antracológicos ha puesto
pinaster-pinea serían más características del entorno de manifiesto la existencia de un mosaico de comuni-
inmediato del poblado teniendo en cuenta su presencia dades vegetales cuya distribución está estrechamente
recurrente en todas la muestras antracológicas estudia- ligada a la topografía de esta zona, donde a su vez ha
das. La presencia de rodales de pino resinero se podido evidenciarse una presión antrópica clara que se
encuentra hacia el Este ya en la provincia de Guadala- traduce por unos usos diversos del territorio.
jara, cercana al poblado, y en la Serranía de Cuenca Durante la fase del Bronce los datos polínicos (Fosa)
(Alía et alli, 1996). aunque escasos permiten deducir no obstante una cier-
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 399
ta actividad antrópica a partir de los grupos de Nitrófi- terrenos más pobres con suelos poco desarrollados, su
las antrópicas asociadas a cultivos y también de las ubicación se situaría en laderas o en lo alto de cerros
Nitrófilas y de los NPM de afinidad coprófila, asociadas circundantes, de acuerdo con las carácterísticas topo-
La explotación de las comunidades arbóreas (Antra- nivel son poco informativos dada ausencia de Cerealia,
cología) está circunscrita básicamente al encinar sin durante el periodo de tiempo considerado.
duda situado en las inmediaciones del poblado, con fre- Trigos desnudos y cebada vestida serían por tanto
cuentaciones hacia las zonas más desprotegidas del los principales cereales cultivados. Los trigos se sem-
páramo (Juniperus) y hacia zonas más húmedas tam- brarían durante el otoño-invierno, y la cebada durante
bién próximas: fondo de valle y laderas de umbría la primavera, teniendo en cuenta que el estudio de
(Quercus faginea) según se desprende de los datos cariópsides de cebadas ha revelado el predominio de
alternativa de zonas húmedas y más secas, ponen de En cuanto a los trigos vestidos su presencia es míni-
relación con una cabaña ganadera constituida por ovi- cia general observada a partir del Bronce final y la Edad
cápridos y bóvidos, y una posible existencia de activi- de Hierro en la Península Ibérica, donde éstos van con-
dades cinegéticas. En ausencia de información arqueo- virtiéndose en cultivos secundarios e incluso residuales
zoológica completa para este período, este supuesto (Buxó et alli, 1997; Buxó y Piqué, 2008).
está basado en el estudio de los niveles del Bronce de El hecho de que el conjunto de cereales evidencia-
la cueva de La Vaquera donde esta explotación dual de dos corresponda solamente a cariópsides, revela otro
las comunidades vegetales ha sido apoyada por los tipo de información ligada al uso domestico del cereal.
datos faunísticos (Uzquiano, 2002c). El contexto arqueológico donde aparecieron estos cere-
Los valores discretos de los pinos sugieren tal vez ales: fosas y su relleno correspondiente con diferentes
un aporte algo más alejado en relación con el área de materiales arqueológicos (cerámica, carbones, fauna,
captación de recursos principal, o simplemente que etc.), es indicativo de un área de vertidos en relación
éstos eran menos abundantes, al igual que ocurre en el con actividades culinarias diversas como molienda, la
área serrana para este periodo (Ruiz-Zapata et alli, preparación de alimentos y posiblemente la elabora-
las tierras de fondo de valle, fácilmente accesibles des- tens et alli, 2009) y los granos de cebada germinada
de el yacimiento (Valle del Anchuelo), confieren a este encontradas en estas fosas, así parecen atestiguarlo. El
territorio una potencialidad agrícola importante. Los registro arqueológico así como las analíticas de resi-
resultados carpológicos han puesto de manifiesto la duos contenidos en recipientes cerámicos han puesto
existencia de una agricultura cerealística donde los tri- de manifiesto la práctica de la elaboración de cerveza
gos desnudos son dominantes frente a evidencias míni- en la Península Ibérica sobre todo en el Noreste penin-
mas de trigos vestidos y donde la cebada vestida debió sular durante el Neolítico y en la Edad del Bronce (Blas-
de ser un cultivo importante en el asentamiento duran- co et alli, 2006; Buxó, 1997) así como en asentamientos
te la Edad del Bronce (Fig. 7). Los escasos estudios car- de época ibérica (Juan-Tresserras, 1999; Buxó y Piqué
pológicos realizados en el área de Madrid así parecen 2008). En el interior peninsular el único dato obtenido
confirmarlo (Allué et alli, 2012; Díaz del Río et alli, 1997). procedía del asentamiento del Bronce de Motilla del
En el interior de la península, el binomio trigos desnu- Azuer (Ciudad Real) (Buxó, 1997). Las evidencias halla-
dos/cebada vestida es bastante común desde la Edad das en Llano de la Horca constituyen por tanto un dato
del Bronce en adelante (Buxó et alli,. 1997; Buxó, 1997; más para esta zona del interior y el primero obtenido
Alonso in Morín de Pablos y Pérez-Juez, 2002; Cubero para la Edad del Bronce en la Meseta.
1995).
Los cultivos de este asentamiento debieron desarro- El uso del territorio por los Carpetanos
llarse principalmente en las zonas aluviales cuyos terre- La información polínica ha revelado a lo largo de todas
nos son propicios para los trigos desnudos. Sin embar- las fases de ocupación carpetanas un proceso de defo-
go teniendo en cuenta que la cebada suele cultivarse en restación continuo sobre toda la masa arbórea registra-
400 ER
1 SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS
da, ligado a un uso del territorio de carácter agropecua- ciada a la gestión del encinar, teniendo en cuenta el
rio con una presión ganadera fluctuante y donde las régimen de explotación cíclica llevado a cabo en las
prácticas de fuego fueron frecuentes (Fig. 5). dehesas (Montoya-Oliver, 1988; San Miguel-Ayanz,
mento de la explotación del sabinar en alternancia con Quercus faginea y Fraxinus angustifolia a nivel
el aprovechamiento del encinar (Fig. 6). La dualidad antracológico, así como Corylus, Juglans y Alnus a
ahora se establece entre estos dos taxones y sería indi- nivel polínico, traducen de nuevo una explotación de
cativa de una mayor frecuentación de las cumbres y de las vaguadas y fondos de valle. La ganadería de bóvi-
las vertientes peor expuestas de los páramos circun- dos aparece en menor proporción lo que explicaría las
dantes (Sabinas), así como de las laderas con mejor bajas frecuencias del fresno a nivel antracológico. La
exposición de los mismos (Encinas). La presión gana- menor presencia de bóvidos se debe a que se trata de
dera registrada a nivel polínico es sin duda responsa- animales de tiro, no destinados para el consumo de su
ble. La cabaña ganadera dominante parece ser la cons- carne (Martens et alli, 2009).
tituida por rebaños de ovejas y cabras según los estu- Quercus suber, ausente en la ocupación anterior del
dios arqueozoológicos efectuados en este asentamien- Bronce, aparece de manera discreta y estaría en rela-
to (Cerdeño et alli, 1992) y en otros poblados carpeta- ción con el aumento de las áreas de captación de recur-
nos próximos (Quero et alli, 2005). De hecho el uso de sos que parece producirse en las fases carpetanas del
presencia de peines de cardar, agujas, fusayolas y asociada al encinar, pone de relieve el gran potencial de
pesas de telar (Martens et alli, 2009). Los suidos, équi- esta formación. Este taxón ha sido puesto de manifies-
dos y especies cinegéticas como cérvidos liebres y to a nivel antracológico en otros poblados de la I Edad
conejos, también se encuentran entre los restos de fau- del Hierro del centro peninsular (Uzquiano, 1995; Ruiz-
na del asentamiento. La presencia de éstos estaría aso- Zapata et alli, 1997; Allué et alli, 2012).
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 401
La presencia discreta de los pinos Pinus sylvestris- nos donde se ubican los asentamientos así como del
nigra y Pinus pinaster-pinea se mantiene durante la contexto económico y social en el que se desenvuelven
Edad del Hierro, con unas frecuencias algo superiores las fases de ocupación de éstos.
respecto a las registradas en la fase precedente sin La presencia de Fabaceae a pesar de ser tan testi-
duda debido también al incremento de las áreas de monial, podría ser indicativa de la existencia de cultivos
En la fase II el binomio trigos desnudos/cebada ves- con los cultivos de cereal, de cara a mantener un suelo
tida (Buxó et alli, 1997) es claramente favorable a los altamente productivo y buenas cosechas con el fin de
primeros (Fig. 7). La cebada por tanto parece disminuir cubrir las necesidades de esta comunidad en creci-
Bronce, igualmente minoritarios. La presencia de Faba- Los cultivos de escanda menor y escaña, aún pervi-
ceae ha quedado registrada en este período, si bien sus ven de manera minoritaria conforme a la tendencia
Los trigos desnudos se convierten por tanto en los Península Ibérica durante este período. (Buxó y Piqué,
tación de las tierras de aluvión situadas en las zonas de El conjunto de cereales de este recinto corresponde
vega de los arroyos que circundan el asentamiento. Las nuevamente a cariópsides limpias de restos de trilla y
razones de este cambio responden probablemente a en excelente estado de conservación. Estas característi-
factores de tipo económico y social. Este asentamiento cas vuelven a ponernos de relieve un contexto domés-
alcanza en la II Edad del Hierro la entidad de oppidum, tico esta vez el de un almacenaje en la vivienda en rela-
con mayores dimensiones ocupando toda la superficie ción con la manipulación y preparación de alimentos
las tierras de aluvión y en consecuencia, de los cultivos fases carpetanas procede en su mayor parte del regis-
de los trigos desnudos destinados al sustento de esta tro polínico (fases III y IV) y de manera muy puntual del
La cebada constituiría un aporte adicional menor La presión antrópica ejercida en este territorio sigue
donde volvemos a encontrar indicios de elaboración de manifestándose con unos procesos de deforestación
bebidas a base de cereales apoyados esta vez por el continuos teniendo en cuenta las necesidades de una
cerámicos (Martens et alli, 2009). No obstante, durante antracológico la presencia de pinos, sabinas, quejigos,
la II Edad del Hierro el vecino asentamiento de La Gavia encinas, fresnos y alcornoques siguen siendo objeto de
ha registrado un dominio de la cebada vestida, debido explotación tanto para combustible como para cons-
a su ubicación en una zona de suelos yesíferos más trucción, teniendo en cuenta los restos documentados
pobres. Sus autores (Urbina in Quero et alli, 2005) a la en dos de las viviendas excavadas de la fase III. La pre-
luz de estos resultados, señalan que las zonas de vega sión ganadera registra oscilaciones siendo menor
en época carpetana debieron permanecer en su mayor durante la fase III en virtud del aumento de las Nitrófi-
parte incultas ubicando los cultivos en lo alto de los las antrópicas (cultivos), para volver a ser dominante
cerros cuyo substrato yesífero no es tan difícil de traba- durante la fase IV.
jar con el arado prerromano. Los resultados obtenidos Las evidencias de prácticas de fuegos son constan-
en Llano de la Horca demuestran que las zonas aluvia- tes en todo el perfil polínico y presumiblemente tendrí-
les pudieron ser objeto de explotación importante des- an una finalidad sanitaria en relación con las activida-
de la Edad del Bronce, incrementándose incluso en des ganaderas. Aunque también es probable que se
época carpetana. Las dos hipótesis muestran dos visio- relacionen en parte con los hogares domésticos y labo-
A la luz de estos resultados, las fluctuaciones regis- do en los espacios vacíos existentes entre las viviendas
tradas entre trigos desnudos y cebada vestida en el (Baquedano et alli, 2007b). Esta proximidad explica que
territorio carpetano, parecen depender del tipo de terre- la señal ganadera a nivel polínico haya quedado bien
402 1
ER
SIMPOSIO SOBRE CARPETANOS
Tabla 1: Resultados antracológicos completos obtenidos en las distintas intervenciones arqueológicas del Llano de la Horca
registrada. No sucede así sin embargo en lo referente a xión con el cambio de entidad y de las dimensiones que
la señal agrícola puesto que el polen de Cerealia sola- se registra en este poblado y con el aumento de pobla-
mente aparece en el relleno posterior de época bastan- ción que ello trae consigo. Se produce por un lado una
te reciente (Fig. 5). La localización del perfil polínico en intensificación en la explotación de laderas y cumbres
el interior del poblado es sin duda responsable. Sin de páramos calcáreos (sabinar y encinar), en consonan-
embargo la importancia que tuvo el cereal en este asen- cia con una cabaña ganadera compuesta mayoritaria-
tamiento no solamente se ha puesto de relieve a nivel mente por rebaños de ovejas y cabras. Por otro, la
carpológico sino que además a nivel arqueológico hay explotación de las llanuras aluviales y los fondos de
que sumar los hallazgos de hoces, de piedras de moli- valle también se intensifica, en relación con una agri-
La combinación de los datos aportados por las tres dis- parecer ser relevante. Sin embargo en otros asenta-
ciplinas arqueobotánicas ha puesto de relieve un paisa- mientos carpetanos la cebada parece ser el cultivo
je vegetal abierto y sometido a procesos de deforesta- mayoritario, demostrando que el binomio trigos desnu-
ción debido a la incidencia antrópica ejercida sobre una dos y cebada vestida sigue siendo característico duran-
serie de comunidades vegetales cuya distribución está te la II Edad del Hierro siguiendo las estimaciones de R.
ligada a las características topográficas de este territo- Buxó para la Península Ibérica (Buxó et alli, 1997; Buxó,
La posición en lo alto de un cerro confiere a este Teniendo en cuenta el panorama de los estudios
poblado un control visual del área de captación de arqueobotánicos esbozado en la introducción, este
recursos circundante así como facilita un modo de estudio constituye uno de los pocos trabajos de carác-
aprovechamiento múltiple de todos ellos, en relación ter interdisciplinar que ha conseguido ver la luz en
con el estudio del modelo de poblamiento de toda esta diversos foros de divulgación científica. A pesar de
zona durante las Edades del Bronce y Hierro (Urbina, haber aportado una información bastante completa lo
2007; Quero et alli, 2005). cierto es que todavía quedan algunos aspectos que
Durante la Edad del Bronce el área de explotación completar en el estudio de este poblado.
principal estaría cercano dadas las dimensiones más Por un lado sería interesante el poder retomar las
reducidas que parece haber tenido este poblado. Esta excavaciones en extensión y que éstas tuvieran en
situación cambia durante la II Edad del Hierro donde los cuenta el asentamiento de la Edad del Bronce del cual
estarían en relación con una mayor ampliación de las En lo referente a la gestión de la leña en el poblado
áreas de captación de recursos circundantes en cone- carpetano, habría que excavar más recintos y sobre
PALOMA UZQUIANO, Mª BLANCA RUIZ ZAPATA / Encuentros en la Carpetania: panorama de los estudios arqueobotánicos en el centro peninsular 403
todo hacer especial hincapié en la excavación de diver- APELLÁNIZ, J.M.; HOPF, M. (1979): “Bronzezeiltliche Pflanzen-
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133-137. Teruel.
aún no ha evidenciado. Es cierto que estamos ante un
BAQUEDANO, E.; CONTRERAS, M.; MÄRTENS, G.; RUIZ-
contexto de almacenaje de cereales típico de esta zona,
ZAPATERO, G. (2007a): “En busca de los últimos carpe-
no obstante sería necesario procesar más sedimento tanos. El poblado de El Llano de la Horca (Santorcaz,
podría extenderse también fuera del recinto, con el fin Edad del Hierro en la Carpetania Registro Arqueológico
Por último habría que verificar si las prácticas de west-European plant species with morphological
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