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PUTIN

Vladímir Putin le ha lanzado un cabo a Donald Trump. El líder ruso ha defendido este jueves al
presidente estadounidense en su proceso de destitución contra lo que considera acusaciones
“espurias” y “fabricadas”. Repitiendo el argumentario de su homólogo norteamericano y del
Partido Republicano, ha cargado contra los demócratas y les ha acusado de maniobrar a través del
impeachment para tratar revertir su derrota electoral en 2016. En su conferencia de prensa anual,
un evento maratoniano y multitudinario, Putin se ha mostrado bastante convencido de que
Trump, con el que siempre ha dado muestras de mantener gran sintonía, sobrevivirá al histórico
proceso.

Putin, que siempre ha rechazado las investigaciones de las agencias de inteligencia


estadounidense que en 2017 determinaron que Rusia intervino en las elecciones presidenciales de
2016 para ayudar a que Trump fuese elegido, se mofó del Partido Demócrata. “Perdieron las
últimas elecciones y ahora quieren ganar por otros medios. Primero acusaron a Trump de
conspirar con Rusia. Luego resultó que no había colusión y que no podían tomarla como base de
un juicio político. Y ahora están con esta presión inventada sobre Ucrania”, ha dicho Putin al ser
preguntado por el impeachment ante más de 1890 periodistas.

Esta madrugada, la Cámara de Representantes aprobó el proceso de destitución contra Trump por
abuso de poder al presionar al presidente ucranio, Volodímir Zelenski para que investigase a un
hijo de su rival político Joe Biden, y obstrucción al Congreso. Pero firme, el presidente ruso ha
dudado de que el Senado, de mayoría republicana, vaya a aprobar el impeachment por lo que
definió como “cargos inventados”.

Las relaciones entre Washington y Moscú están bajo mínimos por las acusaciones de injerencia, las
sanciones y la retirada de un tratado nuclear clave desde la Guerra Fría. Pero Putin ha vuelto así a
dar su apoyo a Trump después de que el año pasado en su cumbre de Helsinki declarase que
deseaba que su homólogo ganase las elecciones y a quien ha invitado el próximo mayo a Moscú a
la gran conmemoración por el 75º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. Trazando una
línea imaginaria entre el presidente estadounidense y su Administración, el líder ruso afeó sin
embargo a la Casa Blanca su “falta de interés” por renovar un acuerdo de control de armas
nucleares y reiteró que a cualquier maniobra de EE UU, Rusia responderá “de manera simétrica”.

En una comparecencia maratoniana de cuatro horas y 20 minutos con una escenografía cuidada,
Putin ha abierto la puerta a ciertos cambios en la Constitución de Rusia. Con un discurso
deliberadamente ambiguo, ha alimentado así la especulación sobre sus opciones de permanecer
en el poder o saltar de nuevo al sillón de primer ministro. “Los cambios constitucionales requieren
una amplia discusión dentro de la sociedad y deben hacerse con mucho cuidado”, ha comentado
sin más el presidente ruso, sentado en un estrado frente a una pantalla gigante que alternaba un
enorme mapa de Rusia con imágenes históricas.

El líder ruso no puede perpetuarse legalmente más allá de 2024, año en que expira su actual
mandato. Qué ocurrirá entonces sigue siendo una de las mayores incógnitas del panorama político
de Rusia. Putin, de 67 años, no tiene un sucesor claro. Hasta ahora, ha rehusado aclarar de
ninguna forma sus planes.
Putin cumple este año dos décadas en el poder —entre sus años de primer ministro y de
presidente— y ha aprovechado su tradicional cita invernal con los periodistas para presumir de
gestión y recordar a los rusos que ahora se vive mejor que en los turbulentos años noventa;
consciente de que una de sus bazas electorales más potentes siempre ha sido la estabilidad. Sin
embargo, este año no hay muchas razones para presumir, la economía rusa está estancada: se
estima que no crecerá más del 1,3% este año, cifra por debajo del 1,8% que el presidente ruso
pronosticó el pasado; tampoco se han cumplido sus promesas de una mejora en el nivel de vida de
los rusos.

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