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18 – Septiembre / 2019

Iglesia: Misión Vida – Asambleas de Dios


La Vega – Cundinamarca
Cesar David Torres González
UNA MUERTE SEGURA
Filipenses 1:20-23 (TLA): 20 Espero firmemente no hacer nada que pueda avergonzarme. Al contrario, sea que yo viva o
muera, quiero portarme siempre con valor para que, por medio de mí, la gente hable de lo maravilloso que es Cristo. 21 Si
vivo, quiero hacerlo para servir a Cristo, pero si muero, salgo ganando. 22-23 En realidad, no sé qué es mejor, y me cuesta
mucho trabajo elegir. En caso de seguir con vida, puedo serle útil a Dios aquí en la tierra; pero si muero, iré a reunirme co n
Jesucristo, lo cual es mil veces mejor.

Introducción: Regularmente cuando se toca el tema de la muerte física, queremos cambiar de tema; el ser
humano tiende a huir de la confrontación de este asunto, queriendo ignorar y postergar lo más posible el hecho
de pensar en este evento. Pensar en la muerte física produce muchas sensaciones, una de las más comunes es el
miedo.

LA RAZÓN POR LA QUE UNA PERSONA NO TIENE PAZ AL PENSAR EN LA MUERTE ES PORQUE NO TIENE LA
PERSPECTIVA DE DIOS SOBRE LA MISMA.

¿Qué aspectos me hacen tener una mirada errada de la muerte respecto a lo que Dios pensó para nosotros?

1. Tener mis tesoros en la Tierra (Mateo 6:19-21): Cuando nuestro corazón está en nuestros éxitos, nos
hemos vuelto idolatras, es posible que nuestras riquezas estén ocupando el lugar de Dios y por amor a
ellas tememos morir.
No está mal tener riquezas, lo malo es enamorarnos de ellas. (Gen 12:2)

2. Dudar de mi salvación (Romanos 10:9-10): La salvación es un regalo de Dios, no hay nada que
pudiéramos hacer para merecerla. Como regalo de Jesús, Él nos pidió que para aceptarla debíamos
creerle. Eso significa vivir buscando obedecerle más no obligados a ser perfectos.
Pues a veces nos sentimos juzgados en busca de perfección, pero esta es una estrategia de satanás para
que creamos que la salvación es para otros.
Dios nos salvó por amor, y nos amó conociendo nuestras debilidades y aun así murió por nosotros.
(Marcos 2:17)
No significa justificar nuestros pecados, pues Dios nos llamó a ser santos, y vivir en santidad
humanamente es imposible, por tanto nos llamó a permanecer en Él para que por medio de Él seamos
santificados.

3. Creer que el cielo es aburrido: Si pensamos en que nuestra eternidad en el cielo la viviremos adorando,
algunas personas pueden confundirse viéndose por miles de años alrededor de un coro estático
pronunciando millones de veces canciones corales. Pero adorar a Dios, significa obedecerlo con nuestra
vida, con nuestras alegrías, con nuestras pasiones, con nuestras sonrisas. No hay razón para pensar que
en el cielo no vamos a poder disfrutar con Dios mientras vivimos adorando.
Esto dice la Biblia respecto al cielo: (Apocalipsis 21: 1-4 y 10-11)

4. Desearla por encima de los planes de Dios (Job 12: 9-10): Si bien entendemos que la muerte es un paso
a una vida preparada por Jesús para nosotros, donde no habrá dolor ni angustia; desagradamos a Dios
cuando buscamos la muerte por encima de sus planes. Pues Dios tiene un propósito para todas nuestras
vidas y su plan es que no terminemos hasta que hayamos cumplido la obra que nos encomendó.

EL PUNTO PRINCIPAL DE ESTA PREDICA NO ES LA MUERTE, SINO LA FE. PARA QUE POR MEDIO DE ELLA
PUESTA EN JESÚS, TENGAMOS PAZ, UNA PAZ QUE NI LA MUERTE MISMA NOS PUEDE QUITAR.
18 – Septiembre / 2019
Iglesia: Misión Vida – Asambleas de Dios
La Vega – Cundinamarca
Cesar David Torres González

(Mateo 6:19-21)19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín


corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde
ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21 Porque donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

(Gen 12:2) Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y


serás bendición.

(Romanos 10:9-10) 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en
tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se
cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

(Marcos 2:17) Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino
los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

(Apocalipsis 21: 1-4 y 10-11) Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo
y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la
nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para
su marido. 3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos
como su Dios. 4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 10 Y me llevó
en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén,
que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante
al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.

(Job 12: 9-10) TLA Ellos saben muy bien que Dios lo ha creado todo. 10 ¡Dios tiene en
sus manos la vida de todos los seres vivos!

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