Está en la página 1de 57

MOVILIDAD

SOCIAL
EN LA CIUDAD
DE MÉXICO
2019

A
MOVILIDAD SOCIAL EN
LA CIUDAD DE MÉXICO

2019

INFORME
CONSEJO DIRECTIVO Coordinación general
Amparo Espinosa Rugarcía Roberto Vélez Grajales
Presidenta
Amparo Serrano Espinosa Autores
Vicepresidenta Mónica E. Orozco Corona
Julio Serrano Espinosa Rocío Espinosa Montiel
Secretario Claudia E. Fonseca Godínez
Manuel Serrano Espinosa Roberto Vélez Grajales
Tesorero
Roberto Vélez Grajales Edición
Director Ejecutivo Sara E. García Peláez Cruz

Diseño
COMITÉ ASESOR DE MOVILIDAD SOCIAL José Luis Lugo
DEL CEEY
Raymundo M. Campos Vázquez, COLMEX Citación recomendada:
David B. Grusky, Stanford University Orozco et al. (2019) Informe
Gonzalo Hernández Licona, Coneval de movilidad social en la
Juan E. Huerta Wong, Vocería Presidencia Ciudad de México 2019,
de la República México: CEEY Editorial.
Luis Felipe López-Calva, PNUD
John Scott, CIDE
Enrique Seira, ITAM
Patricio Solís, COLMEX
Isidro Soloaga, UIA Santa Fe
Miguel Székely Pardo, CEES
Iliana Yaschine Arroyo, PUED-UNAM
Florencia Torche, Stanford University

CEEY Editorial

Centro de Estudios Espinosa Yglesias A.C.


Abasolo 152, Col. Del Carmen, Coyoacán
C.P. 04100

Impreso en México
MOVILIDAD SOCIAL EN
LA CIUDAD DE MÉXICO

2019

INFORME
4
Contenido

Presentación 7
Prólogo 8
Agradecimientos 10

1. Introducción 13
Conceptos e importancia de la igualdad de oportunidades
y la movilidad social 14
Resumen de resultados 15
Propuesta de política pública 18
Política de cuidados: un Sistema de Cuidados para la cdmx 18
Política laboral: un mercado de trabajo más estable y formalizado 19
Contenido del informe 20

2. La movilidad social intergeneracional en la cdmx 21


Movilidad educativa 24
Movilidad ocupacional 25
Movilidad socioeconómica 26

3. La movilidad social por género: la situación


de las mujeres 29
Diferencias de movilidad social por sexo 29
Movilidad educativa 29
Movilidad ocupacional 32
Movilidad socioeconómica 33
La acumulación de desigualdades: causas e implicaciones 34

4. La desigualdad de oportunidades 37
El peso de la desigualdad de oportunidad en la
desigualdad de resultados 40
El peso de las circunstancias de origen en la
desigualdad de oportunidades 41

5. Consideraciones finales 45
Resumen de hallazgos 45
Los retos a enfrentar 47
Instrumentos de política para lograr la movilidad social 48
Política de cuidados: un Sistema de Cuidados para la cdmx 48
Política laboral, un mercado laboral más estable y formalizado 50
Presentación

Medir la movilidad social en México ha sido, desde 2005, uno de los principales
objetivos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (ceey). En aquel entonces,
conocer de manera sistemática cómo se comportaba esta crucial variable social
a nivel nacional no era posible. Simplemente no había información al respecto.
Podíamos investigar a fondo el comportamiento de la pobreza o de la desigual-
dad en la distribución del ingreso, incluso para comparaciones a nivel estatal y
local, pero sobre movilidad social no había nada.
En el ceey y en la Fundación Espinosa Rugarcía (esru) esta omisión nos pare-
ció muy grave. Entender la movilidad social no solo es intrínsecamente valioso,
sino que también nos sirve para contextualizar otros problemas sociales, como
la pobreza y la desigualdad. Algunas de las interrogantes que nos ayuda a
esclarecer son, por ejemplo: ¿qué tanto el origen de las personas determina su
futuro? ¿Basta con talento y esfuerzo para salir adelante? ¿Se perpetúa la
pobreza de generación en generación? ¿La desigualdad es producto del mérito,
o existen elementos estructurales que la fomentan?
Impulsar la movilidad social tiene consecuencias muy positivas, ya sea para
un país o para una región en particular. La más relevante es que permite apro-
vechar mejor el capital humano. Si factores externos impiden el progreso de las
personas, se desperdicia talento. Potenciales empresarios, científicos, em-
prendedores, funcionarios y académicos se quedan en el camino solo por haber
nacido en una situación de desventaja y no contar con las oportunidades nece-
sarias para salir adelante. Además, en un país o región donde la movilidad
social es fluida, existe un mayor sentimiento de justicia y una mayor cohesión
social.
Las principales herramientas del ceey para conocer y promover la movilidad
social en México son las Encuestas esru de Movilidad Social en México (esru-
emovi), las cuales se han llevado a cabo cada seis años desde 2006. La última
encuesta, realizada en 2017 y cuyos resultados dimos recientemente a
conocer, nos permite, por primera vez, desagregar el país por regiones y
comparar resultados. A partir de este levantamiento de información es que
anteriormente presentamos el Informe de movilidad social en México 2019: hacia
la igualdad regional de oportunidades y ahora Movilidad social en la Ciudad de
México 2019.
Pese a que todavía se debe ampliar mucho más el acceso a las oportunida-
des para los capitalinos —y el ceey incluye propuestas concretas al respecto—,
los resultados de cdmx representan una luz en el sombrío panorama de movili-
dad social nacional. Esperamos que sirvan de estímulo y de referencia para que
otras regiones del país mejoren su desempeño.
Julio Serrano Espinosa
patrono fundación esru

miembro del comité directivo del ceey

7
Prólogo

Cuando iniciamos el proceso de planeación de la Encuesta esru de Movilidad


Social en México 2017 (esru-emovi 2017), nos enfrentamos a una disyuntiva.
Una opción era apostar por el diseño de una encuesta longitudinal que nos
permitiera dar seguimiento a las trayectorias de vida de las personas. La otra,
era mantener nuestra tradición de estudios de corte transversal, pero con una
nueva posibilidad: contar con representatividad estadística desagregada por
regiones. Aunque la decisión fue la segunda, nos aseguramos de solicitar a los
entrevistados el permiso para volver a sus hogares en el futuro. De esta forma,
la esru-emovi 2017 se constituye como la primera encuesta de movilidad social
intergeneracional en México desagregada regionalmente y que cuenta con
representatividad nacional. Ahora bien, además de contar con desagregación
estadística para cinco grandes regiones del país, también se levantó una sobre-
muestra para la Ciudad de México. Gracias a lo anterior, estuvimos en condi-
ciones de realizar un análisis de movilidad social e igualdad de oportunidades
para la capital del país, el cual se presenta en este Informe.
El Informe de movilidad social de la Ciudad de México 2019 arroja resulta-
dos positivos en términos de movilidad social. Al realizar el comparativo de
resultados regionales en el Informe de movilidad social en México 2019: hacia
la igualdad regional de oportunidades, se observa que la Ciudad de México se
constituye, en términos relativos, en un espacio con mayores posibilidades de
ascenso social, y por lo tanto, de la superación de la pobreza para aquellos que
nacieron en ella. Este resultado refuerza la idea de que la movilidad social as-
cendente es un fenómeno con un perfil metropolitano. Esta situación, sin em-
bargo, no implica que la rigidez en cuanto a la estratificación social no exista.
De hecho, y aunque los resultados del Informe ubiquen a la Ciudad de México
en una mejor situación de igualdad de oportunidad en comparación con las

8
regiones sur y centro, no es el caso en comparación con las regiones del norte
y occidente del país. Además, los resultados también muestran una desventaja
para las mujeres capitalinas en comparación con los hombres.
Los resultados antes descritos colocan a la Ciudad de México en una situa-
ción privilegiada en comparación con otras regiones del país. Lo anterior, y el
que muchas de las tendencias de política pública de la Ciudad de México even-
tualmente permean en las políticas nacionales y locales del resto del país, ge-
neran una responsabilidad para todos los actores clave de la Ciudad. El hecho
de que exista un margen de mejora en la distribución de las oportunidades, y
que en particular, este sea tan visible en casos como el de la población feme-
nina, confiere la necesidad de diseñar mecanismos que impulsen la movilidad
social de una manera más potente y equilibrada entre los distintos grupos de
población de la Ciudad de México.
En cuanto a la propuesta de ruta planteada por el ceey a partir del diagnós-
tico obtenido, se refuerza la idea de construir y fortalecer pilares de arranque
y avance en la vida de las personas en educación, salud y protección social.
Estos ámbitos dependen, en buena medida, de las políticas federales, pero
pueden reforzarse de manera significativa desde la acción gubernamental lo-
cal. En particular, y dado que la Constitución local lo prevé, el ceey identifica
un espacio clave en la política de cuidados para poder ampliar las oportuni-
dades de desarrollo y bienestar de la población, principalmente de mujeres,
niños, adultos mayores y personas con discapacidad. Sirva este Informe de
movilidad social para aportar un diagnóstico con implicaciones directas
de política pública local, así como para promover e impulsar un enfoque de
igualdad de oportunidades que derive en un mayor bienestar para la pobla-
ción mexicana.

Roberto Vélez Grajales


director ejecutivo del ceey

9
Agradecimientos

El Informe de movilidad social en la Ciudad de México que aquí se presenta es


el primero en su tipo; lo preceden los dos informes nacionales publicados en
los años 2013 y 2019. Al igual que en los anteriores, la fuente de información
utilizada para la elaboración del reporte fue la Encuesta esru de Movilidad Social
en México (esru-emovi), en este caso específico, la submuestra para la Ciudad de
México de la versión 2017 de la encuesta. A lo largo del proceso de elaboración
del presente Informe, una gran cantidad de personas han aportado su talento y
esfuerzo para que podamos conocer a detalle el proceso de la movilidad social
y la igualdad de oportunidades en la Ciudad de México.
En primer lugar, queremos agradecer al Patronato de la Fundación esru,
encabezado por la Dra. Amparo Espinosa Rugarcía, por liderar y financiar, de
manera ininterrumpida por los últimos 14 años, el esfuerzo de profundizar en
el estudio de la movilidad social y la igualdad de oportunidades en México.
En especial, del Patronato de la Fundación esru, reconocemos a Julio Serrano
Espinosa como el principal promotor de esta iniciativa, la cual, al día de hoy, ha
logrado establecerse en la agenda nacional.
Con relación a la retroalimentación sobre el diseño y validación del
cuestionario de la esru-emovi 2017, agradecemos las aportaciones de todos
los miembros del Comité Asesor de Movilidad Social del ceey. Entre ellos
queremos extender un agradecimiento especial a David B. Grusky, Patricio Solís
y Florencia Torche, a quien debemos el diseño original de la esru-emovi 2006,
encuesta que estableció las bases para los levantamientos nacionales de los
años 2011 y 2017. También queremos extender un agradecimiento especial
a Luis Ángel Monroy-Gómez-Franco por sus aportaciones antes, durante y
después del levantamiento de la encuesta.
Por supuesto, agradecemos a todos los mexicanos que accedieron a ser
entrevistados durante el levantamiento de la esru-emovi 2017, y en particular,

10
a los originarios y entrevistados en la Ciudad de México. También agradecemos
a la empresa Suasor Consultores por el profesionalismo mostrado durante
todas y cada una de las etapas que conllevó el levantamiento de la encuesta.
Muy en especial, queremos reconocer la labor de todo el personal que realizó
el trabajo de campo.
Durante la etapa de limpieza y revisión de la base de datos, incluida la
validación de los ponderadores de la muestra, se contó con la colaboración
determinante de investigadores y especialistas en el manejo de bases de datos.
En este sentido, agradecemos a todos ellos, en concreto, a Enrique Minor,
quien además realizó el diseño muestral de la encuesta.
En el equipo de trabajo del ceey, reconocemos a uno que siempre estuvo
dispuesto a colaborar en este proyecto. Del área de investigación, extendemos
nuestro agradecimiento por sus aportaciones a Mariana Becerra, Rodolfo de la
Torre, Enrique Díaz-Infante y Dositeo Graña. De dicha área, queremos extender
un agradecimiento especial a Marcelo Delajara, quien colaboró con nosotros
durante el proceso de la encuesta. Del área de relaciones institucionales y
medios de comunicación agradecemos por el esfuerzo de coordinación a
Fernanda Diez, Ninfa González y Lucero Hernández. Del área administrativa y
de apoyo reconocemos la labor diaria de todo el equipo encabezado por Gladys
Pérez, vaya nuestro agradecimiento para todos ellos: Carmen Brito, Gabriela
Hernández, Silvia Hernández, Luis G. López, y Gerardo Lozada. De ceey Editorial,
agradecemos muy en especial a Sara García Peláez Cruz por todo su trabajo de
revisión y edición para hacer de este texto uno más legible para el público.
A nuestros familiares, amigos y colegas queremos agradecerles por
acompañarnos en lo personal e intelectual a lo largo de todo el proyecto. Sin
ellos, esfuerzos como este perderían el fuelle necesario para llevarlos a cabo
con el entusiasmo que nosotros lo hemos hecho.

Mónica Orozco Corona


Rocío Espinosa Montiel
Claudia E. Fonseca Godínez
Roberto Vélez Grajales
Diciembre de 2019

11
1. Introducción

El reciente Informe de movilidad social en México 2019: hacia la igualdad regional


de oportunidades, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (ceey) inicia con una
pregunta clave sobre la situación de la población mexicana: ¿el destino de las
personas está determinado por sus condiciones de origen?
Para responder esta pregunta, desde 2006, y cada seis años, el ceey ha le-
vantado la Encuesta esru de Movilidad Social en México (esru-emovi).1 La principal
motivación para desarrollar una encuesta con enfoque de movilidad social ha
sido identificar la forma en la que se distribuyen las oportunidades entre la po-
blación mexicana, así como la manera en la que distintas personas pueden —o
no— acceder a oportunidades para lograr distintos resultados de vida.
Una de las principales razones que han motivado la agenda de investigación
sobre movilidad social del ceey es que, en un contexto como el mexicano, con
elevados niveles de pobreza y desigualdad, la escasa movilidad social contribu-
ye a que la sociedad se polarice y presente elevados niveles de estratificación.
En un contexto así, la cohesión social se rompe y el crecimiento económico
y los logros en el bienestar de las personas se estancan. Cuando la movilidad
social es baja, no importa qué tan grande sean los esfuerzos de quienes nacen
en situaciones de mayor desventaja, sus posibilidades de mejorar serán muy
limitadas.
La principal aportación de la esru-emovi 2017 es proporcionar mediciones
con representatividad estadística para cinco regiones de México (ver Mapa 1.1).2
Además, la encuesta se diseñó para contar con información representativa de la
Ciudad de México (cdmx). Así, el objetivo principal del presente informe es ana-
lizar los resultados de movilidad social para esta demarcación del país.
Contar con representatividad para la cdmx en la encuesta permite analizar
1 La esru-emovi tiene como finalidad principal medir la
un territorio que concentra una proporción muy importante de la población
movilidad social entre generaciones. En otras palabras, nacional y que tiene un peso específico en cuanto a la infraestructura y a la
busca saber qué cambios sociales y económicos se han
dado, y en qué magnitud, entre las personas entrevista-
actividad económica, tanto en términos políticos, como sociales. Por estas ca-
das y sus padres. La encuesta recopila información de racterísticas, se espera que la estructura de oportunidades para los originarios
hombres y mujeres con edades entre 25 y 64 años, a
través de una serie de preguntas que permiten conocer
y, en general, para los habitantes de la cdmx, sea diferente a la que caracteriza a
su situación actual y la de origen. El punto de referencia la población del país en su conjunto.
para la comparación es el perfil de los padres y los hoga-
res cuando las personas entrevistadas tenían 14 años.
A pesar de las desigualdades socioeconómicas entre su población, la cdmx
es el territorio con mayor cantidad de infraestructura médica y educativa en los
2 Por primera vez, la esru-emovi 2017 recopila datos
que permiten acercarse a la medición de la movilidad
niveles básicos, en los de alta especialidad, y en otros servicios sociales básicos.
social en salud, que es fundamental para determinar A la vez, tanto la concentración económica en la cdmx, como su dinamismo,
el bienestar de las personas. Asimismo, la encuesta da
seguimiento a las trayectorias laborales a partir de las
crean condiciones para la inserción laboral y el emprendimiento, lo que no se
características del primer empleo y del actual. En la logra en otras partes del país. Gracias a estas condiciones, hay estructuras de
encuesta hay datos que permiten saber si en el pasado,
o en la actualidad, las personas han enfrentado situa-
oportunidades que facilitan la movilidad social, como se verá a lo largo de este
ciones de discriminación y exclusión laboral. informe.

13
Mapa 1.1 Mapa de México con las regiones delimitadas en la esru-emovi 2017

Norte

Norte-occidente

Centro-norte

Centro

Sur

Ciudad de México

Nota: La esru-emovi 2017 es representativa de


hombres y mujeres entre 25 y 64 años a nivel
nacional, para la cdmx y cinco regiones.

Fuente: Elaboración propia.

Conceptos e importancia de la igualdad de oportunidades


y la movilidad social
La movilidad social puede definirse como los cambios que experimentan las per-
sonas en su condición socioeconómica. Esta movilidad puede ser de carácter ver-
tical u horizontal, absoluta o relativa. A los cambios de posición que experimen-
tan las personas entre los distintos estratos socioeconómicos se los denomina
movilidad vertical. Este tipo de movilidad también se llama movilidad relativa,
pues mide el cambio en la posición socioeconómica de las personas en relación
con la que alcanzaron sus padres. La movilidad horizontal, por su parte, se refiere
a transiciones sociales que ocurren entre quienes se encuentran en un mismo
estrato socioeconómico.
Ahora bien, la movilidad absoluta evalúa el cambio en el nivel de vida que
existe entre distintas generaciones de todo un país o región. La movilidad ab-
soluta es el resultado de avances tecnológicos, cambios económicos y demo-
gráficos, entre otros. En cambio, la movilidad relativa compara las oportunidades
de alcanzar una determinada posición socioeconómica que tienen las personas
con orígenes distintos. Sin embargo, ambas pueden no ocurrir de forma simul-
tánea. Pueden darse, por ejemplo, niveles altos de movilidad absoluta porque
a una sociedad «le fue mejor» en su conjunto, pero, al mismo tiempo, puede
haber bajos niveles de movilidad relativa, pues la posición que los hijos ocupan,
en comparación con la de sus padres, no cambió de manera significativa (Vélez,
Campos y Huerta 2013).

14
El presente reporte se concentra en analizar la movilidad social relativa entre
una generación y otra, para los habitantes de la cdmx. Bajo este enfoque, si las
personas mejoran o empeoran su posición socioeconómica con respecto a la de
su hogar de origen, entonces se dice que «se mueven». Mientras menos injeren-
cia tengan los recursos sociales y económicos de los padres en los logros de los
hijos, mayor será la movilidad social.
La movilidad social va de la mano con la igualdad de oportunidades. En la
medida en que las circunstancias de origen sean menos relevantes en los logros
de vida, y que estos reflejen las recompensas al esfuerzo, la movilidad social
resultará mayor (Roemer 1993). La igualdad de oportunidades no implica igual-
dad de resultados. Por ello, las personas deben tomar iniciativa sobre su propio
bienestar: una vez eliminada la desigualdad de oportunidades, el esfuerzo de
los individuos es el que determina la desigualdad de resultados. En un contexto
de movilidad social con igualdad de oportunidades también se observará un de-
sarrollo con mayores beneficios para toda la sociedad, más allá de la generación
en curso, con efectos para las generaciones futuras.
Además de la distribución de oportunidades, el estudio de la movilidad so-
cial permite identificar la relación entre desigualdad y crecimiento económico
(ocde 2015). Si bien existe una relación negativa entre desigualdad y movilidad
social, coexiste una positiva entre movilidad social y crecimiento (Hassler y Ro-
dríguez 2000). Como es de esperarse, hay una regularidad cuando se observan
elevados niveles de movilidad social, bajos grados de desigualdad y altas tasas
de crecimiento económico (Galor y Zeira 1993, Hassler y Rodríguez 2000, Hass-
ler, Rodríguez y Zeira 2007).
La clave para identificar el mecanismo detrás de la relación negativa entre la
desigualdad económica y el crecimiento económico se encuentra en la desigual-
dad de oportunidades. Así, cuando las oportunidades son desiguales, el creci-
miento es menor, y viceversa (Marrero y Rodríguez 2013). Un estudio realizado
por Aiyar y Ebeke (2019) para 111 países confirma que, en una sociedad con
baja movilidad social —que es el resultado de la alta desigualdad de oportuni-
dades—, la desigualdad económica afecta en mayor medida a la acumulación
de capital humano de las personas. Esto, a su vez, impacta sobre el crecimiento
económico futuro de los países. Lo mismo sucede entre regiones al interior de
los países.
Aunque es imposible que no haya un legado de los padres a los hijos, por
ejemplo, de capital humano, de capital social o de bienes materiales, pueden
darse condiciones de mayor igualdad a través de políticas públicas que empare-
jen las oportunidades.

Resumen de resultados
La movilidad social ascendente en la cdmx es mayor que en cualquier otra
región del país. Ello la hace un territorio en donde, a pesar de las grandes desi-
gualdades económicas y sociales, la población encuentra oportunidades de
ascenso en la escalera socioeconómica nacional. Ahora bien, quienes nacen en
los estratos más altos de la cdmx, también tienen una mayor probabilidad de
permanecer ahí, en comparación con lo que sucede en el resto del país.
En otras palabras, la cdmx también se caracteriza por tener menor movilidad
descendente si se la compara con el resto de las regiones.
3 Para el análisis se divide a la población en cinco gru- En todo México, 74 de cada 100 mexicanos que nacen en la base de esta
pos o estratos socioeconómicos (quintiles) con base
en un Índice Socioeconómico del Hogar: del grupo
escalera, no logran superar la condición de pobreza.3 En contraste, en la cdmx,
socioeconómico más bajo (Grupo 1) al más alto esta última cifra asciende a 41 de cada 100. Esto significa que al comparar las
(Grupo 5).
15
posibilidades de logro de vida en el país como conjunto, un número considera-
blemente menor de personas que nacen en los hogares más pobres en la cdmx
se quedan para siempre en condición de pobreza.4 Esta cifra es menor, incluso,
que en el norte, región del país con la menor persistencia en la pobreza —con
55 de cada 100. Además, equivale a menos de la mitad de lo que ocurre en el
sur, en donde 85 de cada 100 personas de origen muy pobre no pueden supe-
rar la pobreza durante su vida (Gráfica 1.1).
En los patrones de movilidad entre las clases sociales de la parte superior de
la escala socioeconómica también hay diferencias. En el país, 57 de cada 100 de
quienes nacen en hogares del extremo superior de la escalera socioeconómica,
se mantienen ahí el resto de su vida. Mientras tanto, en la cdmx esta cifra es
mayor, ya que corresponde a 69 de cada 100. En otras palabras, la persistencia
4 Si se considera al total de la población en pobre- en el grupo superior de la distribución es elevada (Gráfica 1.2).5
za —aquellos con origen en el Grupo 1 más los del
Grupo 2—, entonces a nivel nacional 66 de cada 100
La mayor movilidad ascendente se explica porque la desigualdad de oportu-
mexicanos que nacen en hogares pobres permanecen nidades es menor en la cdmx. Si se considera que las personas tienen un origen
pobres en su vida adulta; es decir, se mantienen en el
grupo más bajo de la escalera socioeconómica (Grupo
igual, en la cdmx, al menos el 41 % de la desigualdad en los logros de vida se
1) o se mueven solo un escalón (Grupo 2). Esta cifra, en debe a que las oportunidades con las que cuentan para salir adelante no son
la Ciudad de México, asciende a 39 de cada 100.
las mismas para las personas que nacen en distintas posiciones de la escalera
5 En el Informe de movilidad social en México 2019 se social. Esta proporción es menor en comparación con el país en su conjunto, en
analiza la movilidad de la población que proviene del
Grupo 1, para la cdmx se agrupan los datos de los
donde al menos 48 % de la desigualdad económica (o desigualdad de resulta-
grupos 1 y 2 por razones del tamaño de muestra dos) se explica por la desigualdad de oportunidades. Lo anterior significa que,
disponible en la esru-emovi 2017. Cabe mencionar que
los grupos definidos para el análisis de la cdmx se
en la cdmx, la desigualdad económica se atribuye, en menor medida que a nivel
construyen en términos de la distribución nacional. nacional, a la desigualdad de oportunidades. Así, el esfuerzo que realizan las

Gráfica 1.1 Población que nació en los hogares más pobres y que en su vida adulta permaneció
en situación de pobreza o que salió de ella.

Personas que nacieron en los hogares 86 %


más pobres (Grupo 1) y se quedaron en
condición pobreza (grupos 1 y 2).
74 %
Personas que nacieron en los hogares
más pobres (Grupo 1) y lograron salir de 67 %
la condición de pobreza (grupos 3, 4 y 5). 63 %
59 % 59 %
54 %

46 %
41 % 41 %
37 %
33 %

26 %

Nota: La región norte incluye a Baja California,


Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y 14 %
Tamaulipas; el norte-occidente comprende a Baja
California Sur, Sinaloa, Nayarit, Durango y Zacatecas;
el centro-norte considera a Jalisco, Aguascalientes,
Colima, Michoacán y San Luis Potosí; el centro lo
conforman Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Estado
de México, CDMX, Morelos, Tlaxcala y Puebla; y el Nacional CDMX Norte Norte-occidente Centro-norte Centro Sur
sur incluye a Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz,
Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Región de residencia a los 14 años de edad
Fuente: Estimaciones propias con base en la
esru-emovi 2017.

16
Gráfica 1.2 Movilidad socioeconómica de la población de origen pobre frente a la población que
nació en los hogares más ricos.

Nacional Ciudad de México

Personas que nacieron en hogares pobres 69 %


(grupos 1 y 2). 66 %

Personas que nacieron en los hogares más


ricos (Grupo 5). 57 %

Línea de pobreza

Línea de pobreza
39 %

28 %
26 % 26 %
23 %
18 %

11 % 11 %
6% 6% 7%
5%
3%

Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5


(quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V) (quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V)

Grupo socioeconómico alcanzado por los hijos Grupo socioeconómico alcanzado por los hijos
Fuente: Estimaciones propias con base en la
esru-emovi 2017.

personas para salir adelante es más redituable, lo que facilita las posibilidades
de salir de la pobreza. Aun con ello, la cdmx no ha logrado alcanzar los niveles
de oportunidad de las regiones norte y norte-occidente, en donde la propor-
ción de la desigualdad que se debe a la desigualdad de oportunidades es de
alrededor de 30 %. En otras palabras, la cdmx tiene amplios márgenes para
igualar las oportunidades de sus habitantes.
En cuanto a las desigualdades de género, por un lado, los resultados mues-
tran que, incluso con condiciones de origen equivalentes, los logros que alcan-
zan las mujeres son más limitados que los de los hombres. Esto, claramente,
se potencia cuando las mujeres inician en posiciones menos favorables. Lo
anterior, aunque coincide con los resultados nacionales, resulta más marcado
en la cdmx. Si una mujer y un hombre nacen en hogares pobres (grupos 1 y 2),
ella tendrá menos probabilidades que él de escapar de la pobreza: 41 de cada
100 mujeres que nacen en dicha posición no logran superarla. La proporción
de hombres es de 36 de cada 100 (Gráfica 1.2). A nivel nacional, el contraste es
68 contra 64 de cada 100, entre mujeres y hombres. Entre quienes nacen en
hogares del grupo de mayor riqueza (Grupo 5), 65 mujeres, en comparación con
72 hombres, se mantienen ahí el resto de su vida (Gráfica 1.3). A nivel nacional,
dicha razón es de 50 mujeres contra 57 hombres.
Como en todo el país, la cdmx no es la excepción en lo que respecta a la
relación entre movilidad, nivel socioeconómico y color de piel: los capitalinos de
tono más oscuro experimentan menor movilidad ascendente y mayor movilidad

17
Gráfica 1.3 Movilidad socioeconómica de mujeres y hombres: persistencia en los extremos de
la distribución socioeconómica, cdmx.

72 %
Mujeres
65 %

Hombres

41 %
36 %

Población que nació en hogares pobres Población que nació en los hogares más ricos
(grupos 1 y 2) y permaneció ahí en su vida adulta. (Grupo 5) y que se quedó ahí en su vida adulta.

Fuente: Estimaciones propias con base en la


esru-emovi 2017.

descendente respecto de quienes tienen un tono de piel más claro. En este


sentido, cuando se analiza la importancia de las circunstancias de origen en la
conformación de la desigualdad de oportunidades, llama la atención que, en la
cdmx —en donde las oportunidades son más iguales—, el tono de piel pese más
del doble para determinar los logros de las personas que en cualquier otra
región del país. El resultado es similar al de la región norte, en donde, al igual
que en la cdmx, la movilidad y el dinamismo económico son altos.

Propuesta de política pública


La posición estratégica de la cdmx, por la amplia infraestructura y recursos de
que dispone, la dotan de una ventaja competitiva para la consolidación y am-
pliación progresiva de medidas de política con potencial transformador para
impulsar la movilidad social. La cdmx ha sido precursora de programas de
transferencias a los adultos mayores que operan ya a nivel nacional. En la
medida en la que se alcancen y consoliden logros en materia de políticas de
protección social de la cdmx, habrá resonancia positiva para escalarlas a todo
el país.
6 Este enfoque se suma a las políticas en materia de
Uno de los aspectos más innovadores en la cdmx, por su potencial para
educación, salud, mercado laboral y de protección disminuir el peso de las condiciones de origen y contribuir simultáneamente a
social. Para conocer detalles de la propuesta de política
pública del ceey, revisar El México del 2018. Movilidad
la igualdad de género, es la política de cuidados que prevé la Constitución
social para el bienestar en: www.ceey.org.mx. Política de la Ciudad de México.6

Política de cuidados: un Sistema de Cuidados para la cdmx


La cdmx es la primera entidad del país que ha plasmado en su Constitución
Política la obligación de las autoridades de establecer un Sistema de Cuidados
que preste servicios públicos universales, accesibles, pertinentes, suficientes
y de calidad. Asimismo, pide el desarrollo de políticas públicas que atiendan
este tema. La población prioritaria del sistema son las personas en situación
18
de dependencia por enfermedad, discapacidad, ciclo vital —especialmente
la infancia y la vejez— y quienes están a cargo de su cuidado en forma no
remunerada.
Junto con los sistemas de educación, salud, asistencia social, cultura y
7 De conformidad con lo establecido en la Constitución
deporte, el Sistema de Cuidados forma parte de la política social en la cdmx.7
Política de la cdmx artículos 9, 17. Su implementación habrá de considerar, al menos:

� Acciones y servicios para la provisión de cuidados a la población infantil, a


través de guarderías o estancias.
� Servicios educativos de horario extendido para mejorar las competencias
de la población escolar.
� Servicios de estancia diurna o residencial para personas adultas mayores,
enfermas o con discapacidad.
� Servicios domiciliarios de apoyo a cuidados especializados, en particular,
de salud.
� Atención al bienestar y protección social de personas cuidadoras.
� Regulación y estándares de protección de los derechos de las personas
trabajadoras del hogar, así como de los cuidadores de personas enfermas,
adultas mayores o con alguna discapacidad.
� Mecanismos de conciliación entre trabajo y familia.
� Políticas para el financiamiento del gasto social y estrategias de gasto
fiscal para la provisión de cuidados mediante personas cuidadoras remu-
neradas.

Política laboral: un mercado de trabajo más estable y formalizado


La articulación entre las políticas laborales y el Sistema de Cuidados para la
cdmx es la punta de lanza para la inclusión económica y social de la población
de la Ciudad. La lógica es la de igualdad de oportunidades con base en el re-
conocimiento de las brechas de género que, como se ha visto, hacen que una
abrumadora mayoría de la población excluida del mercado de trabajo —cuatro
de cada cinco— sean mujeres.
Para propiciar la movilidad social se requiere:

� Mantener una estrategia que impulse el poder adquisitivo del salario míni-
mo en la Ciudad.8
8 De conformidad con lo establecido en el artículo 32 � Contribuir al tránsito hacia un sistema de protección social. En este, serán
de la Constitución Política de la cdmx, es competencia
de la jefatura de gobierno: realizar estudios, análisis e
las personas quienes porten los derechos, y no sus puestos. Así también,
investigaciones apropiadas que permitan proponer al debe aumentar la flexibilidad de los mercados laborales, la seguridad
Gobierno Federal la implementación de políticas de
recuperación de los salarios mínimos históricos de las
social y el empleo. Lo anterior debe hacerse, en especial, a través del
personas trabajadoras de la Ciudad. seguro de desempleo, procesos graduales de formalización y mecanismos
9 De conformidad con lo establecido en la Constitución
de conciliación entre trabajo y familia, así como a través de la reducción
Política de la cdmx, artículos 10, B13, 9, 5g. de los costos de la formalidad.9
� Garantizar que las mujeres puedan insertarse en el mercado de trabajo; es
decir, que se reduzca la intermitencia asociada con la etapa reproductiva
para que puedan continuar con sus trayectorias laborales. El sistema de
cuidados que prevé la Constitución Política de la Ciudad de México es un
instrumento que promueve esta garantía.
� Replantear el diseño y alcance de las políticas activas del mercado laboral,
incluso mediante estrategias de vinculación entre escuelas y empresas.
� Incorporar acciones afirmativas y compensatorias a las políticas y progra-
mas en favor de la población con condiciones socioeconómicas desfavora-
bles de origen, de la población indígena y de las mujeres.

19
� Mejorar las condiciones del crédito a Mipymes para detonar la productivi-
dad y el crecimiento.
� Facilitar el aprovechamiento del potencial económico mediante políticas
de movilidad urbana, en especial para la población que habita en las peri-
ferias, que es en donde se concentra la mayor incidencia de pobreza. Debe
haber garantías de seguridad para todos.

Contenido del informe


A lo largo del presente, se aborda el tema de la movilidad social relacionada con
la educación, la salud, la ocupación y el estatus socioeconómico. Todo el análisis
se realiza desde la perspectiva de la cdmx y se la contrasta con el contexto na-
cional. Se tocan asimismo las diferencias en la movilidad social desde el punto
de vista de género y del color de piel. Una vez hecho lo anterior, se incluye un
estudio sobre la problemática de la desigualdad de oportunidades.
El documento está organizado de la siguiente manera. En el capítulo 2 se
presentan los resultados sobre movilidad educativa, ocupacional y socioeco-
nómica entre generaciones. El capítulo 3 reporta información sobre movilidad
social y el género. El capítulo 4 considera el tema de desigualdad de oportuni-
dades en México y, en particular, en la cdmx. Finalmente, el capítulo 5 presenta
las conclusiones.

20
2. La movilidad social
intergeneracional en la cdmx

Este capítulo analiza los cambios sociales y económicos que han experimentado
los habitantes de la cdmx desde diversas perspectivas. Se observa la movilidad
social que los adultos de hoy experimentaron en relación con el momento en el
que habitaban la cdmx a los 14 años de edad. Aunque las distintas ramas que
conforman el análisis global de la movilidad social se relacionan entre sí, cap-
turan distintos momentos de la vida de las personas. Analizarlas por separado
ayuda a comprender mejor qué es lo que condiciona que experimenten o no
movilidad social.
En particular, en este apartado se estudia la movilidad social entre genera-
ciones en educación, ocupación y estatus socioeconómico. Cada uno de estos
tres aspectos considera: (a) el capital humano de las personas de acuerdo con
su nivel educativo; (b) el logro en términos de ocupación en el mercado laboral;
y (c) el bienestar material y económico; es decir, con qué activos, servicios y
perfil social cuentan los hogares de las personas.
La educación es uno de los indicadores que se utiliza para saber con qué
competencias cuentan las personas. Además, permite inferir su potencial de
ingreso permanente. La educación refleja —aunque no de manera exclusiva—
las oportunidades que tendrá la persona desde la infancia hasta la juventud. En
esta etapa del ciclo de vida es cuando ocurre la mayor acumulación educativa.
La ocupación, a diferencia de la educación, no indica el potencial en el mer-
cado laboral de las personas, sino su realización socioeconómica. En una econo-
mía en la que el mercado laboral sea lo suficientemente grande, sin estratifica-
ción, y que cuente con varios niveles de especialización, el estatus laboral de las
personas se relacionará de manera directa —en la mayoría de los casos— con las
características educativas y de capital humano de cada quien.
La acumulación de beneficios obtenidos a lo largo de la vida de los integran-
tes de los hogares es el reflejo de la movilidad socioeconómica. A diferencia de
la ocupación, aquella se mide con base en qué tanta acumulación de activos y
servicios haya en el hogar. El resultado indica no solo la realización socioeco-
nómica en términos del pago que se obtiene por el trabajo que se realiza, sino
también el uso que se da a ese salario en cuanto a acumulación material y de
capital humano. Además, el nivel de riqueza refleja qué tanto los hogares pue-
den absorber choques negativos inesperados, o generar planes de inversión de
más largo plazo (educación de los hijos, inversiones productivas, entre otros).
Para obtener información sobre los tres temas antes mencionados, en la
esru-emovi 2017 se entrevistó a adultos de los hogares sobre su situación ac-
tual y de origen, es decir, sobre sus padres y los hogares en los que habitaron
con ellos. Para saber si ha habido o no movilidad social entre generaciones, se
utilizan las siguientes categorías:

21
�E
 ducación. Son cinco categorías: a) sin estudios o con primaria incompleta,
b) primaria, c) secundaria, d) preparatoria, y e) estudios de nivel profesional.

�O
 cupación. Son tres categorías: a) agrícolas (asalariados y pequeños pro-
pietarios), ocupaciones manuales de baja calificación (ayudantes, peones
fabriles, trabajadores de limpieza, etc.), y ocupaciones manuales de alta ca-
lificación (capataces, supervisores industriales, técnicos no especializados,
etc.); b) comercio (pequeños patrones, trabajadores por cuenta propia);
y c) ocupaciones no manuales de baja calificación (oficinistas, asistentes
administrativos, etc.), y ocupaciones no manuales de alta calificación (altos
directivos, grandes empleadores, u ocupaciones que requieran una carrera
profesional, etc.).

�E
 status socioeconómico. Se mide con base en el nivel educativo y en las
propiedades y servicios del hogar en ambas generaciones. A partir de ahí,
se divide a la población en cinco categorías o grupos socioeconómicos,
que van del de menor estatus socioeconómico al de mayor.

Una vez que se cuenta con lo anterior, es posible comparar el origen (ge-
neración de los padres) con el destino de los hijos (entrevistados). Existen tres
posibles escenarios de movilidad:

1. Movilidad ascendente. Posicionarse en una categoría superior a la del


hogar de origen.

2. Movilidad descendente. Posicionarse en una categoría inferior a la del


hogar de origen.

3. Persistencia. Mantenerse en la misma categoría que la del hogar de origen.

Se dice que hubo movilidad social de largo alcance cuando una persona
que nace en el grupo más pobre logra llegar al más rico y viceversa: cuando al
haber nacido en los estratos más ricos, se desciende a los más pobres. Por su
parte, la movilidad de corto alcance sucede cuando la persona se mueve de un
estrato al siguiente, ya sea superior o inferior; es decir, no se mueve de extre-
mo a extremo.
A continuación, se muestra la movilidad social en los ámbitos educativo,
ocupacional y socioeconómico. En cada caso, se reflejan las medidas de movili-
dad para la cdmx en contraste con lo que sucede en el país en su conjunto. Hay
tres tipos de resultados: a) la probabilidad de permanecer en el estrato más bajo
de la distribución nacional entre una generación y otra; b) el tener movilidad de
largo alcance, y c) la persistencia en el estrato más alto.
En la actualidad, cuatro de cada cinco personas que habitan en la cdmx son
originarias de la ciudad, mientras que 19 % proviene de otras regiones del país.
Sin embargo, este dinamismo poblacional no solo se refleja en la importancia de
la población que llega a vivir a la Ciudad, sino que, además, una importante pro-
porción de la población originaria migra hacia otras regiones del país. Se estima
que una tercera parte de las personas que habitaban en la ciudad cuando te-
nían la edad de 14 años partieron hacia otros estados.

22
Recuadro 2.1 Movilidad en salud y educación

Una manera de medir la movilidad en salud entre padres e hijos es mediante un


índice que compara la esperanza de vida entre ambas generaciones. Para el caso de
la cdmx, la esperanza de vida al nacer es de 76 años.
Con base en la información de la esru-emovi 2017, para la cdmx, prácticamente
todos los hijos superan en 17 puntos porcentuales la esperanza de vida de sus pa-
dres. Lo anterior se replica en el resto país, lo que muestra una considerable movi-
lidad absoluta. Además, de una generación a otra, la desigualdad en los índices de
salud disminuye notablemente.
Al igual que con otros indicadores de movilidad social, en el extremo inferior
del Índice de Salud la inmovilidad es alta: 63 % de aquellos con padres en el primer
grupo del Índice de Salud permanecen en ese estrato, una cifra semejante a la del
sur del país, que tiene la más elevada tasa de persistencia en las condiciones de sa-
lud más precarias. Asimismo, la asociación entre el indicador de salud de los padres
y de los hijos es alta (0.67), es decir, hay una gran determinación de la situación
de destino que está dada por las oportunidades de origen, más incluso que a nivel
nacional.
Al tomar en cuenta todos estos elementos en un solo indicador, se encuentra
que la cdmx tiene una movilidad muy superior a la región centro y semejante a las
regiones norte y norte-occidente, las más elevadas del país. Aquellos quienes por su
trabajo cuentan con acceso a los servicios de salud, presentan el doble de movilidad
que quienes se encuentran adscritos a otros sistemas o no tienen cobertura, y la
mayor parte de la movilidad en salud en la cdmx (53 %) proviene de ellos. Por ello,
la universalización de los servicios de salud con estándares semejantes a los de la
seguridad social para el trabajo formal beneficiará notablemente a la población de
la cdmx.
En el caso de la educación, la escolaridad esperada de quien inicia la educación
básica en la cdmx es de 14 años, 80 % de la máxima que se considera posible alcan-
zar dentro del sistema escolar. Esta cifra supera en poco más de un año la escolari-
dad esperada en el país (74 % de la máxima). En la cdmx, alrededor de 72 % de los
hijos superan en este indicador a sus padres con 7 años de escolaridad; es decir,
hay una movilidad absoluta considerable. En paralelo, la desigualdad en años de
escolaridad disminuye notablemente entre generaciones, en 5 % (de acuerdo con la
desviación estándar del Índice de Educación), lo que refleja una importante movili-
dad igualadora intergeneracional.
Asimismo, 42 % de los hijos de padres con la menor escolaridad permanecen en
ese estrato, una cifra semejante a la región norte del país, que tiene la más baja tasa
de persistencia, 38 %. La asociación entre el indicador de educación de los padres
y de los hijos es de 0.50. En otras palabras, hay una determinación significativa del
destino sobre el origen, misma que es menor al nivel nacional (0.55).
La cdmx tiene una movilidad educativa semejante al promedio nacional. Esto
permite atribuirle una contribución de 6 % a la movilidad educativa ascendente
total del país, pese a representar solo 3 % de la población nacional. En el caso del
indicador de salud, dicha contribución es cercana en proporción a la distribución
poblacional de 3 %.

Fuente: «Movilidad social en salud», boletín no. 2, ceey.

23
Movilidad educativa
Más de la mitad (56 %) de los padres de quienes hoy tienen edades entre 25 y
64 años solo alcanzó niveles educativos de primaria, o inferiores. Ese porcen-
taje se ha reducido a 13 % entre la generación actual (los hijos). Por otra parte,
la población con preparatoria o superior, prácticamente se duplicó en una ge-
neración. A pesar de estos avances —en términos de movilidad absoluta—, la
movilidad relativa aún es muy desigual según el origen de procedencia. Las po-
sibilidades de logro educativo están marcadas por género y por los niveles que
alcanzaron los padres (ver sección 3).
Entre los hijos de padres sin estudios o con primaria incompleta, 9 de cada
10 lograron movilidad educativa ascendente. Solo 1 de cada 10 permaneció en
la misma situación que sus padres; lo que es la mitad con respecto a la tasa de
quienes se mantuvieron sin educación en el indicador nacional. En otras pala-
bras, entre la población originaria de la Ciudad de México —a diferencia de lo
que ocurre con el resto del país—, ser hijo de padres sin estudios no representa
una condena a no tener educación.
Ahora bien, las posibilidades de llegar a la educación superior por parte de
quienes nacieron en los entornos más desfavorables es muy baja. Uno de cada
10 hijos de padres con primaria incompleta, o menos, logra alcanzar la
educación profesional. La tasa es muy cercana a la nacional (Gráfica 2.1).

Gráfica 2.1 Movilidad educativa de la población con padres con primaria incompleta o menos frente
a la población con padres con estudios profesionales.

Población con padres con


primaria incompleta o menos. Nacional Ciudad de México

Población con padres con


estudios profesionales.

66 %
64 %

36 %
33 %

25 % 26 % 25 %
24 %
20 % 19 %
16 %
11 % 10 %
8% 7% 8%

2%
0% 1% 1%

Primaria Primaria Secundaria Preparatoria Profesional Primaria Primaria Secundaria Preparatoria Profesional
incompleta incompleta
o menos o menos

Nivel educativo alcanzado por los hijos Nivel educativo alcanzado por los hijos
Fuente: Estimaciones propias
con base en la esru-emovi 2017.

24
En contraste con estos resultados, los hijos de padres que contaban con
nivel profesional habrán alcanzado 66 de cada 100 veces el mismo nivel edu-
cativo que tuvieron sus padres. Lo anterior significa que se mantendrán en el
estrato educativo más alto. En contraste, 10 de cada 100 hijos de padres con
primaria incompleta o menos alcanzarán estudios profesionales. El resultado es
muy similar al del país en su conjunto.
Por su parte, la tasa a la que los hijos de padres profesionistas alcanzan la
educación superior es más del triple que la de los hijos de padres con solo nivel
de secundaria, y más del doble para los hijos de padres con preparatoria.
Ahora bien, en lo que respecta a la movilidad de mediano alcance, poco
más de un tercio de los hijos de padres sin estudios o con primaria incompleta
alcanzaron el nivel de preparatoria o más. Mientras que la movilidad educativa
en los niveles intermedios es considerable, 72 de cada 100 hijos de padres que
estudiaron hasta la secundaria logran concluir la preparatoria o llegar a la edu-
cación profesional. Lo mismo ocurre con 84 de cada 100 hijos de padres que
concluyeron la preparatoria. Si se compara con los resultados a nivel nacional,
estas mismas proporciones de logro educativo son de 66 y 81 por cada 100,
respectivamente. En otras palabras, la movilidad ascendente en los estratos
intermedios es mayor en la cdmx, si se compara con lo que ocurre en el país en
su conjunto.

Movilidad ocupacional
La cdmx, al igual que en todo México, ha experimentado transformaciones en
el perfil ocupacional de la población entre una y otra generación. Una de las
poblaciones ocupadas que por la misma naturaleza y dinámica de la Ciudad ha
reducido casi por completo su participación entre la población total ocupada es
10 En el análisis nacional realizado en el Informe de mo-
la de los trabajadores agrícolas. Para el propósito de este análisis, y en razón del
vilidad social en México 2019, se utilizan seis categorías tamaño de muestra de la encuesta para la cdmx, se consideran tres categorías
ocupacionales. Para fines de comparación con lo que
ocurre en el país, en esta sección se recalcularon los
ocupacionales: trabajadores agrícolas y manuales, comerciantes y trabajadores
datos nacionales y se unieron las categorías en tres. no manuales.10
La movilidad absoluta ascendente se traduce en que el porcentaje de traba-
jadores en la categoría más baja de la estratificación ocupacional es 38 % para
los entrevistados, comparado con 59 % entre sus padres. Por su parte, en el
estrato ocupacional medio, resalta el crecimiento considerable de la población
ocupada en el sector comercio, que es 30 % comparada con el 21 % en la gene-
ración anterior. Los resultados son similares con las ocupaciones no manuales
que, en conjunto, representan 31 %. En la generación de los padres, el porcen-
taje era 20 %.
Si se compara con lo que sucede en el contexto nacional, la cdmx presenta
mayor movilidad relativa ascendente desde las ocupaciones agrícolas y manua-
les y, al mismo tiempo, tiene mayor persistencia en los estratos más altos. Aun
cuando la desigualdad de logro que se relaciona con las ocupaciones de origen
de los padres es menor en la Ciudad, existen patrones heterogéneos de movi-
lidad ocupacional. Mientras que 47 de cada 100 hijos de padres agricultores o
trabajadores manuales persisten en la misma ocupación —en comparación con
62 de cada 100 a nivel nacional—, tres de cada diez experimentan movilidad de
corto alcance hacia ocupaciones comerciales (Gráfica 2.2). En otras palabras, en
la cdmx, la probabilidad de permanecer en el estrato ocupacional más bajo es
mucho menor que en la escala nacional.

25
Gráfica 2.2 Movilidad ocupacional de la población con padres en ocupaciones agrícolas o manuales
frente a la población con padres en ocupaciones no manuales.

Nacional Ciudad de México

62 %
Población con padres en ocupaciones
agrícolas y manuales.
50 % 52 %
Población con padres en ocupaciones 47 %
no manuales.

30 % 28 % 30 %

23 %
22 % 20 %
20 %
17 %

Agrícolas Comercio No manuales Agrícolas Comercio No manuales


y manuales y manuales

Fuente: Estimaciones propias con base Ocupación alcanzada por los hijos Ocupación alcanzada por los hijos
en la esru-emovi 2017.

La tasa a la que ocurre la movilidad ascendente de largo alcance entre quienes


provienen del estrato ocupacional más bajo es mayor a la tasa nacional —23 %
en comparación con 17 %. Como resultado de estos patrones de movilidad, en la
cdmx, y según el origen de las personas, las desigualdades en el logro ocupacional
son menores, lo que quizá se deba a que las oportunidades son más parejas.
En el extremo superior de la estratificación de ocupaciones, las desigualda-
des de logro en la cdmx son mucho menos contrastantes si se las compara con
las del resto del país. Mientras que a nivel nacional, 50 de cada 100 personas
con padres que se desempeñaron en posiciones no manuales alcanzan el máxi-
mo nivel de ocupación, en la cdmx esta cifra asciende a 52 de cada 100.

Movilidad socioeconómica11
La cdmx se caracteriza por tener niveles muy bajos de concentración de su
población entre la población pobre del país. Si se comparan sus características
socioeconómicas a partir de la esru-emovi 2017, solo 17 % de la población en-
trevistada se ubica en condición de pobreza —grupos 1 y 2—, menos de la mitad
11 Para el análisis se divide a la población en cinco gru- de lo que ocurre con la población del país en su conjunto. A la vez, la Ciudad de
pos o estratos socioeconómicos (quintiles) con base en
un Índice Socioeconómico del Hogar: del grupo socioe-
México concentra una proporción elevada de la población en el grupo socioe-
conómico más bajo (Grupo 1) al más alto (Grupo 5). En conómico más alto, 39 % se ubica en el Grupo 5 —el doble que lo que sucede
el Informe de movilidad social en México 2019 se analiza
la movilidad de la población que proviene del Grupo 1,
en el país en su conjunto.12
para la cdmx se agrupan los datos de los grupos 1 y 2 Si se comparan estas cifras con la situación que tenían los padres de los en-
por razones del tamaño de muestra. Cabe mencionar
que los grupos definidos para el análisis de la cdmx se
trevistados, se observan dos resultados: a) la proporción de personas que per-
construyen en términos de la distribución nacional. tenecen a los grupos 1 y 2 se ha mantenido en un nivel constante (alrededor del
12 La concentración de población en la cdmx respecto
17 %); y, b) la proporción de personas que pertenecen al Grupo 5 incrementó al
de los quintiles nacionales de ingreso corriente total per pasar de 36 % a 39 %. En otras palabras, la estructura socioeconómica de la po-
cápita que calcula el Consejo Nacional de Evaluación de
la Política de Desarrollo Social (Coneval) son: 24.6 % en
blación en la cdmx se ha polarizado entre generaciones, pues aumentó el núme-
los quintiles I y II; y, 33 % en el quintil V. ro de personas que se ubican en el estrato superior de la distribución nacional.

26
Por otra parte, la movilidad relativa ascendente en la cdmx es muy elevada
con relación a la que se observa en el país, 39 % de quienes nacieron en
13 El dato nacional de referencia para quienes tienen
origen en el Grupo 1 y se quedan en pobreza (grupos
pobreza (grupos 1 y 2) permanece ahí, mientras el resto (61 %) experimenta
1 y 2) corresponden a 74 de cada 100. movilidad ascendente. Esta cifra contrasta con lo que ocurre en todo México,
14 A nivel nacional, la movilidad del Grupo 1 al Grupo 5
en donde 66 % de quienes nacen en estos grupos de pobreza se queda ahí
es de solo 3 de cada 100. (Gráfica 2.3).13
Este resultado indica que, en general, la cdmx es un lugar mucho más pro-
picio para salir de la pobreza que el resto del país. No obstante, esta movilidad
sigue ciertos patrones y es distinta para diferentes grupos de la población
—como se verá en la sección 3, que aborda las desigualdades entre mujeres y
hombres. La gran movilidad ascendente que se observa es, sobre todo, de me-
diano alcance: se da, en la mayoría de los casos, hacia el Grupo 3 de la distribu-
ción socioeconómica nacional, donde se trasladaron 28 % de los hijos de padres
que vivían en condiciones de pobreza.
La movilidad de largo alcance, por su parte, es tan limitada como lo es en
general en todo el país. En la cdmx, solamente 7 de cada 100 personas nacidas
en pobreza (grupos 1 y 2) alcanzan el Grupo 5, comparado con 5 de cada 100 en
el resultado nacional.14 A la vez, la persistencia en el estrato más alto es consi-
derablemente mayor entre los citadinos, 69 % de quienes nacieron en el estrato
socioeconómico nacional más alto se ha de quedar ahí toda su vida, en compara-
ción con 57 % de persistencia entre todos los habitantes del país (Gráfica 2.3).

Gráfica 2.3 Movilidad socioeconómica de la población de origen pobre frente a la población


que nació en los hogares más ricos.

Nacional Ciudad de México

Personas que nacieron en hogares pobres 69 %


(grupos 1 y 2). 66 %

Personas que nacieron en los hogares


más ricos (Grupo 5). 57 %
Línea de pobreza

Línea de pobreza

39 %

28 %
26 % 26 %
23 %
18 %

11 % 11 %
6% 6% 7%
5%
3%

Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5


(quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V) (quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V)

Grupo socioeconómico alcanzado por los hijos Grupo socioeconómico alcanzado por los hijos
Fuente: Estimaciones propias con base en la
esru-emovi 2017.

27
28
3. La movilidad social por género:
la situación de las mujeres

Diferencias de movilidad social por sexo


Las desigualdades entre mujeres y hombres tienen efecto sobre la movilidad
social entre generaciones. Muchas de estas desigualdades se expresan en los
logros educativos, ocupacionales y, en general, en el estatus socioeconómico
que unas y otros llegan a alcanzar. Los roles de género interfieren no solo sobre
estos logros, sino sobre distintas dimensiones del bienestar, que más allá de las
posibilidades de poseer bienes y activos, se relacionan con las libertades que
las mujeres y los hombres pueden ejercer para alcanzar sus logros de vida (Sen
1990). Entender qué es lo que lleva a que hombres y mujeres tengan distintos
logros, requiere profundizar en torno a estas desigualdades y el papel que jue-
gan las normas e instituciones formales e informales que rigen la convivencia
social (Nussbaum 2000).
Medir las diferencias en la movilidad social por sexo a través de un conjunto
de factores estándar, tanto individuales, como a nivel del hogar, puede reflejar
ciertas desigualdades de género. Sin embargo, tal como lo señala el Informe de
movilidad social en México 2019, profundizar en la relación género-movilidad
requiere, sin duda, de un esfuerzo aún por venir.

Movilidad educativa
Como se ha dicho, más allá de las características educativas de los padres, exis-
ten condicionamientos sociales que relacionan el género con el acceso a oportu-
nidades, con la discriminación y con la igualdad de trato. Estos limitan las posibili-
dades de movilidad social en función del sexo de las personas. Los resultados que
aquí se muestran, indican que, en materia educativa, en la cdmx estas desigualda-
des se exacerban en comparación con lo que sucede en el país en su conjunto.
La movilidad absoluta ha sido considerable entre una generación y otra,
pues se duplicó el porcentaje de población que logró concluir la preparatoria,
o incluso, la educación superior. Sin embargo, los cambios fueron mucho más
fuertes en el caso de los hombres que en el de las mujeres. Mientras que 70 %
de ellos logró estos niveles educativos, solamente 62 % de las mujeres alcanzó
esta posición.
En términos de movilidad relativa, al igual que sucede en todo el país, tam-
bién en la cdmx las características de origen determinan, en buena medida, el
logro educativo. En materia de persistencia en los niveles inferiores de la dis-
tribución educativa, tanto para hombres como para mujeres, 11 de cada 100
permanecen con primaria incompleta o menos. La movilidad ascendente
es de corto alcance, sobre todo, en el caso de las mujeres. La mayoría de las
hijas de padres sin estudios concentran sus logros educativos y logran llegar a
secundaria (40 % en comparación con 31 % de los hombres) (Gráfica 3.1).

29
Recuadro 3.1 Movilidad subjetiva

La percepción de movilidad ascendente puede ser determinante para motivar que las
personas inviertan y se esfuercen en desarrollar sus talentos cuando perciben que se
las recompensa. Por el contrario, quienes no ven frutos de sus esfuerzos personales,
tendrán pocos incentivos para hacer inversiones que propicien la movilidad ascenden-
te. Más aún, las percepciones individuales sobre movilidad influyen sobre los patrones
de integración social y la vida en comunidad (Vélez, Campos y Huerta 2013). En otras
palabras, la movilidad subjetiva refleja las percepciones de las personas sobre su mo-
vilidad social, lo que, a su vez, tiene efectos sobre las formas en las que se relacionan.
Para analizar la movilidad subjetiva, se contrasta la percepción de las personas sobre la
posición de su hogar, con la que consideran que tenía su hogar de origen.
Las percepciones sobre la posición en la que la gente se ubica son muy similares
entre mujeres y hombres. Ni en todo México, ni en la cdmx, las personas se perciben
a sí mismas en el estrato socioeconómico más alto. En ambos espacios, menos de
2 % piensa que se encuentra ahí. La gran mayoría de la población se piensa en el es-
trato intermedio (Grupo 3). Sin embargo, en la cdmx, tanto mujeres, como hombres,
se perciben más arriba en la escalera social en comparación con la población del res-
to del país. En la cdmx, 24 % se considera en el Grupo 2, comparado con 32 % de la
población nacional; mientras que 29 % se considera en el Grupo 4, en comparación
con el dato nacional de 16 %. En relación con la situación de sus padres, ambos se-
xos perciben de manera similar su movilidad ascendente, no importa si se trata de la
población nacional o de la originaria de la cdmx. No obstante, esa percepción no es
consistente con la movilidad socioeconómica observada. En el caso de las mujeres,
la percepción es más optimista que la situación real de movilidad, particularmente
entre las más pobres.

Gráfica R.3.1 Movilidad subjetiva en los extremos: percepción sobre la posición relativa del hogar
actual con respecto a la posición relativa del hogar de origen.

Nacional Ciudad de México


61 %
Población que percibe su hogar de origen
en los grupos 1 y 2 (pobres).

Población que percibe su hogar de origen


en el Grupo 5 (más rico). 45 % 45 %
41 % 42 %

32 %

27 % 28 %

22 %
19 %

13 % 13 %

7% 5%

0% 0%

1y2 3 4 5 1y2 3 4 5
(pobre) (más rico) (pobre) (más rico)

Percepción sobre la posición relativa del hogar actual Percepción sobre la posición relativa del hogar actual
Fuente: Estimaciones propias con base
en la esru-emovi 2017.

30
Comparado con las percepciones de movilidad a nivel nacional, en la Ciudad de
México una mayor proporción de personas en los estratos más bajos (grupos 1 y 2)
considera que se ubica actualmente en una mejor posición —55 % en comparación
con 39 % nacional. En general, 42 % —contra el 32 % del dato nacional— de las per-
sonas que perciben que su hogar de origen se ubicaba en el estrato más bajo, con-
sidera que su posición actual es mejor en comparación con la de sus padres, aunque
solo se percibe en el estrato cercano al que ubicó a sus progenitores (Grupo 3); otro
13 % se considera en el Grupo 4, en comparación con solo 7 % a nivel nacional
(Gráfica R.3.1).
En el extremo superior de la distribución, es decir, entre quienes perciben que sus
padres estaban en el estrato que representa la riqueza (Grupo 5), el 28 % se percibe
igual —comparado con 19 % en el dato nacional— y un 45 % considera que bajó al
Grupo 4. Este porcentaje se acerca al nacional, que es de 41 %.
En resumen, tanto la percepción de movilidad ascendente, como la persistencia
en la cima de la estratificación social son mayores en la cdmx, en comparación con
lo que sucede en todo el país. Una mayor proporción de los originarios de la cdmx
provenientes del estrato más bajo considera que ha tenido movilidad ascendente.
Al mismo tiempo, una mayor proporción de quienes provienen del estrato más alto,
considera que su situación se ha mantenido.
Ahora bien, ¿qué tanto coinciden la movilidad socioeconómica observada con
la percepción de movilidad? Mientras que a nivel nacional, la distribución socioeco-
nómica de los entrevistados muestra que 66 % de las personas con origen en los
grupos 1 y 2 de la distribución de hecho permanece ahí, y 61 % considera haber
permanecido ahí, en la cdmx la percepción es de menor movilidad: 39 % permane-
ció en la posición, pero 45 % se percibe ahí. En el extremo opuesto, la posición de
mayor riqueza, en todo el país —y también en la Ciudad—, la gente se percibe peor
de lo que su situación socioeconómica refleja. La persistencia observada indica que
69 % de quienes tienen origen en el estrato de mayor riqueza permanece ahí, pero
solo 28 % se considera en dicho estrato (a nivel nacional las cifras son 57 % y 19 %,
respectivamente).
La percepción subjetiva del bienestar tiene un claro patrón territorial en el
país, y la cdmx no es la excepción. Mejores condiciones del entorno generan una
percepción de mayor bienestar, lo que es consistente con la mayor movilidad
ascendente que se registra. Entre quienes pertenecen a la parte más baja de la
distribución socioeconómica nacional, y viven en el sur del país (Grupo 1), 40 % se
considera en la base de la distribución, mientras que en la cdmx y la región norte,
únicamente alrededor de 13 % de las personas de este mismo grupo se percibe en
estas condiciones.

En lo que se refiere a la movilidad de largo alcance (respecto a padres con


primaria incompleta o sin estudios), solamente 9 de cada 100 mujeres alcanzan
la educación profesional, en comparación con 12 de cada 100 hombres —a
nivel nacional 6 y 8, respectivamente. De hecho, el patrón de menor movilidad
educativa para las mujeres puede observarse desde el nivel preparatoria: mien-
tras que solo 30 de cada 100 alcanzan la educación preparatoria o profesional,
esta cifra asciende a 39 de cada 100 en el caso de los hombres.

31
Gráfica 3.1 Movilidad educativa de las mujeres frente a la de los hombres: población con origen
en los extremos de la distribución educativa, cdmx.

Población con padres con


primaria incompleta o menos. Mujeres Hombres
70 %
Población con padres con
estudios profesionales. 62 %

40 %

31 % 31 %
27 %

21 % 20 %
18 % 18 %

11 % 12 % 12 %
11 %
9%
4%
1% 2% 1% 0%

Primaria Primaria Secundaria Preparatoria Profesional Primaria Primaria Secundaria Preparatoria Profesional
incompleta incompleta
o menos o menos

Nivel educativo alcanzado por las hijas Nivel educativo alcanzado por los hijos
Fuente: Estimaciones propias
con base en la esru-emovi 2017.

En la cdmx, en el extremo superior de la distribución educativa, la brecha de


género se amplía en relación con la situación nacional, lo que se deriva principal-
mente de un incremento en la persistencia de los hombres hijos de padres pro-
fesionistas (70 de cada 100), en comparación con 62 de cada 100 mujeres con el
mismo origen educativo —esta última, cifra similar al 61 de cada 100 nacional.

Movilidad ocupacional
Aunque debido al tamaño de muestra disponible para la cdmx, no es posible
analizar las categorías de ocupación por sexo con la misma desagregación que a
nivel nacional, la movilidad ocupacional desde la base (ocupaciones agrícolas y
manuales) entre mujeres y hombres sugiere que ellas experimentan mayor mo-
vilidad ascendente desde la base de la estratificación. En el caso de las mujeres,
42 de cada 100 permanecen en ocupaciones agrícolas o manuales de cualquier
calificación, en comparación con 50 de cada 100 hombres (Gráfica 3.2).
En la cdmx, 58 % de las mujeres experimenta movilidad de mediano y largo
alcance, en comparación con 50 % a nivel nacional. Para los hombres, esta mo-
vilidad es menor, alcanza 50 %, lo que produce una brecha de género invertida.
Sin embargo, la movilidad en el caso de los hombres de la cdmx es mucho ma-
yor que en el dato nacional de 28 %. En el caso de la persistencia en el estrato
ocupacional más alto, la cifra es similar a la del resto del país: 54 % de las muje-
res y 51 % de los hombres permanecen ahí.

32
Gráfica 3.2 Movilidad ocupacional de las mujeres frente a la de los hombres: población con origen
en los extremos de la distribución ocupacional, cdmx.

Población con padres con ocupaciones


agrícolas y manuales. Mujeres Hombres

Población con padres con ocupaciones


no manuales.

54 %
50 % 51 %

42 %

35 %
32 %
28 % 28 %
26 %
22 %
18 %
14 %

Agrícolas Comercio No manual Agrícolas Comercio No manual


y manuales y manuales

Ocupación alcanzada por las hijas Ocupación alcanzada por los hijos
Fuente: Estimaciones propias con base en la
esru-emovi 2017.

Movilidad socioeconómica
La movilidad socioeconómica por sexo se puede resumir en dos grandes resul-
tados. Las mujeres experimentan menor movilidad ascendente desde la base
(grupos 1 y 2), y mayor movilidad descendente desde el estrato superior (Grupo
5). Al igual que en todo el país, las citadinas tienen menos posibilidades de salir
de la pobreza y más probabilidades de caer desde el estrato más rico, en com-
paración con los hombres.
Más aún, en la cdmx los contrastes de género son mayores en compara-
ción con lo que pasa en el territorio nacional: 41 % de las mujeres con origen
en los grupos 1 y 2 permanecen ahí, en comparación con 36 % en el caso de
los hombres. En el otro extremo, 65 % de ellas permanecen en el Grupo 5,
en comparación con 72 % de los hombres (Gráfica 3.3). Una brecha equiva-
lente al triple de la brecha nacional, de alrededor de dos puntos en ambos
extremos —la permanencia en pobreza (grupos 1 y 2) es de 68 % y 64 % , y la
15 El dato nacional para la persistencia en pobreza
(grupos 1 y 2) cuando el origen es el grupo socioeconó-
persistencia en el estrato más rico (Grupo 5) es de 56 % y 58 %, para mujeres
mico más pobre (Grupo 1) es 74 de cada 100. y hombres, respectivamente.15
Cabe mencionar que en la cdmx una proporción considerablemente mayor de
mujeres que de hombres (19 % frente a 15 %) se ubica en los estratos socioe-
conómicos de mayor pobreza. En otras palabras, el porcentaje de población en
condiciones de pobreza en la cdmx es mucho menor en comparación con el país
en su conjunto, pero al igual que en el resto del territorio nacional, existe una
brecha de género desfavorable para las mujeres —en el país, 43 % de las mujeres
y 36 % de los hombres se encuentran en los grupos socioeconómicos 1 y 2.

33
Gráfica 3.3 Movilidad socioeconómica de las mujeres frente a la de los hombres: población con
origen en los extremos de la distribución socioeconómica, cdmx.

Mujeres Hombres

72 %
Población que nació en hogares pobres
(grupos 1 y 2).
65 %
Población que nació en los hogares más
ricos (Grupo 5).

Línea de pobreza

Línea de pobreza
41 %

36 % 35 %
33 %

24 %
21 % 21 %
19 %

11 %
8%
5% 5%
3% 2%

Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5


(quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V) (quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V)

Grupo socioeconómico alcanzado por las hijas Grupo socioeconómico alcanzado por los hijos
Fuente: Estimaciones propias con base en la
esru-emovi 2017.

En el extremo opuesto de la distribución, el 45 % de los hombres se ubica


en el quintil de mayor riqueza (Grupo 5). Ese porcentaje baja a 34 % en el caso
de las mujeres. Esto significa que, aunque en la cdmx la proporción de pobla-
ción en riqueza sea mayor, la brecha de género es mayor en comparación con
el país en su conjunto (11 puntos frente a 5 puntos). Ambas brechas de género,
tanto en la base, como en la cima de la distribución, han permanecido relativa-
mente constantes entre la generación de los entrevistados y la de sus padres.

La acumulación de desigualdades: causas e implicaciones


Las normas e instituciones formales e informales que definen la organización
social y económica tienen un papel central en la acumulación de desigualdades
de género a lo largo del ciclo de vida. Estas desigualdades restringen la movi-
lidad social de las mujeres en distintas dimensiones y logros de vida. Las dife-
rencias en los roles sociales de mujeres y hombres son, a la vez, causa y conse-
cuencia de las desigualdades de género. Lo anterior porque, entre otras cosas,
inciden de manera determinante en la distribución del trabajo remunerado y del
trabajo no remunerado que se realiza al interior de los hogares, así como en la
violencia de género y la discriminación.
Como lo señala Amartya Sen en su ensayo «Diversos rostros de la desigual-
dad de género», hay además otros tipos de desigualdades, como las de opor-

34
16 Sobre las desigualdades y la división del trabajo, tunidad de escolarizarse o cultivar talentos para participar en la comunidad; la
véase una síntesis de cómo se entrelazan estas desigual-
dades con el enfoque de capacidades de Sen en Orozco,
formación para el trabajo; el empleo; la propiedad de tierra y vivienda, y sus po-
Beltrán y Straffon (2016). sibilidades de insertarse en el comercio, la economía y en actividades sociales.16
De esta forma, las desigualdades de género se entrelazan a lo largo del curso de
vida y afectan el bienestar (Sen 1995, Nussbaum 2000 y 2011, Robeyns 2008)
y la movilidad social de las mujeres (Abrantes y Abrantes 2014, Aguilar 2016,
Ravazzini y Chesters 2018).
La estructura de organización social y económica que marca las diferencias
de género se construye desde etapas tempranas del ciclo de vida. El cuidado de
hermanos, personas adultas mayores, enfermas o con alguna discapacidad, así
como el apoyo en las tareas del hogar comúnmente recaen en las niñas y ado-
lescentes, lo que limita sus oportunidades de acceso educativo y participación
social. Aunada a la fecundidad y la formación temprana de los propios hogares,
esta asignación de tareas incide sobre los logros educativos y la participación
laboral femenina en la juventud y edad adulta.
Que estas desigualdades se reflejen en una brecha amplia de género en la
participación en el mercado de trabajo es por demás común, y hay mayor inci-
dencia en ocupaciones de tiempo parcial y el autoempleo que, por su flexibili-
dad, permiten a las mujeres hacer compatibles las tareas de cuidado del hogar
y la familia. Lo anterior provoca que las mujeres se concentren en la parte baja
de la distribución de los ingresos laborales y, en general, de las posiciones de
menor jerarquía en el mercado de trabajo y más aún, que estén sobrerrepresen-
tadas en el trabajo informal.
Sobre la problemática descrita, la esru-emovi 2017 arroja que, en la cdmx,
la tasa de participación laboral femenina es 46 % entre quienes no tienen hijos
menores de 6 años, en comparación con 38 % entre quienes tienen al menos
un hijo en este mismo grupo de edad. Lo anterior se traduce en una diferencia
de 8 puntos, similar a la que existe en el ámbito nacional entre mujeres sin y
con hijos (43 % y 36 %, respectivamente). En perspectiva, la magnitud de esta
diferencia, debida a la fecundidad de las entrevistadas, se compara con el cam-
bio ocurrido en la participación laboral entre la generación de las entrevistadas
y la de sus madres.
Por otro lado, entre la población no económicamente activa en edad de tra-
17 Cálculos propios a partir del primer trimestre de la
bajar, 23 % —cifra muy similar a la nacional— declaró que quisiera participar en
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe 2017). el mercado de trabajo, pero no puede hacerlo por factores fuera de su control.17
El 80 % de esta población son mujeres, un porcentaje inferior al 86 % nacional,
pero que asimismo refleja una evidente desigualdad de género. Se trata de
personas «excluidas» del mercado de trabajo, de ellas, 25 % experimenta esta
exclusión por razones que se asocian con la baja movilidad social —a nivel na-
cional esta cifra asciende a 40 %.
Así, la esru-emovi 2017 refleja que, entre estas últimas, 51 % se encuentra
excluido debido a que tienen que dedicarse a tareas del hogar o a los cuidados
no remunerados de niños o personas mayores o enfermas, o bien, porque algún
miembro de su familia les ha impedido ejercer su derecho a trabajar —en com-
paración con 59 % a nivel nacional. Otro 21 % está excluido porque sus habili-
dades o competencias no son las que el mercado busca, o no cuenta con redes
activas en el mercado de trabajo. Otro 23 % no trabaja por razones de discrimi-
nación debido a su edad o apariencia física; y 3 % debido a cuestiones de salud
—a saber, tienen alguna discapacidad o sufren algún problema de salud crónico
que los excluye del mercado de trabajo. Estos mismos factores se asocian con
las causas de abandono del trabajo o renuncia. Más de la mitad de las salidas de
un empleo está ligada con factores de baja movilidad social, y un 78 % está

35
directamente asociado con razones de género. Lo anterior representa la imposi-
bilidad de que estas personas exploten su capital humano y se beneficien
18 Cálculos propios a partir de Delajara y Graña (2019). de ello.18
De todas las ramas de la desigualdad, la dimensión del trabajo representa
una de las más relevantes, dada la disparidad que existe entre mujeres y hom-
bres, así como por sus consecuencias sobre la desigualdad social y su repro-
ducción de generación en generación. En la juventud y edad adulta, las tasas de
participación de las mujeres en el trabajo remunerado son mucho menores que
las de los hombres, a pesar de la tendencia creciente de su inserción al mer-
cado laboral (Campos y Vélez 2015). A través de múltiples interrelaciones, las
desigualdades de género también inciden en otras dimensiones de la movilidad
social. Estudios como el de Mateo y Rodríguez-Chamussy (2017) documentan
que 30 % de la disminución de la pobreza en América Latina en los últimos
años se puede atribuir, en parte, al crecimiento de la participación femenina en
las actividades económicas. Así, las ineficiencias que impiden que se despliegue
el potencial de trabajo femenino, también repercuten sobre las desigualdades
socioeconómicas, y estas, a su vez, sobre la movilidad social.
Las condiciones de origen, a su vez, afectan la movilidad social en el curso
de vida. Quienes trabajan en circunstancias afectadas por la desigualdad o la
discriminación, tienden a tener historias de trabajos con baja remuneración o
de baja calidad, falta de acceso a la seguridad social y subempleo. Esto impide
escapar de los entornos desfavorables que, en primer lugar, ponen a las perso-
nas en el camino de los trabajos precarios (Delajara y Graña 2019).
La exclusión de las mujeres del mercado laboral tiene implicaciones sobre el
acceso a los recursos económicos y la seguridad social. En el mediano y largo
plazo, lo anterior repercute sobre la acumulación de activos y la creación de
patrimonio, así como sobre el acceso a pensiones por jubilación (onu Mujeres
2015). Factores como la desigualdad en la inclusión financiera interactúan con
la transmisión de desigualdades de madres a hijos y, por ende, con los resulta-
dos de movilidad social que estos alcanzan (López-Rodríguez 2019).
La desigualdad económica también se relaciona con la movilidad social y la
violencia de género (Arceo 2019). Las hijas de padres en los grupos de mayor ri-
queza y aquellas que experimentan movilidad ascendente, o las mujeres que se
quedan en el grupo más alto, tienen menor probabilidad de haber vivido episo-
dios de violencia familiar o de pareja. Ahora bien, la violencia en otros entornos,
como la escuela, el trabajo o la calle, se concentra más entre las mujeres de los
estratos más altos debido a un efecto de exposición. En este sector, los recur-
sos familiares permiten que las mujeres puedan ingresar a la escuela en mayor
proporción y, en la edad de trabajar, tengan más oportunidades de participar en
el mercado laboral.

36
4. La desigualdad de oportunidades

La movilidad social se incrementa cuando, independientemente de sus caracte-


rísticas individuales y de origen —posición socioeconómica de los padres, lugar
de nacimiento, género, culto o religión, preferencias sexuales, talla, peso, color
de piel, etc.—, las personas tienen las mismas oportunidades para acceder a edu-
cación, servicios de salud, protección social, crédito, o a un puesto de trabajo.
El Informe de movilidad social en México 2019: hacia la igualdad regional de
oportunidades confirma que la baja movilidad social en México se debe, en
buena medida, a la alta desigualdad de oportunidades que impera. Asimismo,
concluye que dicha desigualdad sigue patrones territoriales muy claros que con-
dicionan la movilidad. Cuando hay igualdad de oportunidades, son el esfuerzo y
el talento los que determinan los logros de las personas, y no sus características
de origen o el lugar en el que nacieron. Por el contrario, cuando no hay igual-
dad de oportunidades, la movilidad social es baja y los resultados de vida de las
personas se determinan por su origen más que por sus decisiones, su talento y
su esfuerzo. Un escenario así puede considerarse injusto, porque pesan más las
condiciones sobre las cuales las personas no tienen control y por las que no pue-
de reconocerse mérito o demérito alguno, que sus esfuerzos.
Esto da lugar a que, quienes a lo largo del ciclo de vida se desenvuelven con
carencias o en ambientes desfavorables, acumulen desventajas en términos de
oportunidades y de progreso económico y social. Lo anterior los pone en des-
ventaja con respecto de quienes lo hacen en un ambiente favorable. Se trata de
un círculo vicioso de baja movilidad social: la desigualdad de oportunidades de
origen se traduce en mayor desigualdad de logros de una generación, la cual, a
su vez, se traduce en la persistencia —o incluso incremento— de la desigualdad
de oportunidades de origen de la siguiente generación.
Esto último sucede con mucha mayor intensidad en el sur del país, con un
gradiente que se diluye conforme se acerca al norte. Aunque la región centro,
como conjunto, no presenta condiciones de movilidad particularmente destaca-
das, a su interior, la cdmx sí se distingue por sus elevados niveles de movilidad
con respecto a la distribución nacional. Lo anterior puede que se deba a que
la cdmx presenta condiciones más favorables para que las personas tengan las
mismas oportunidades. Entre estas, hay un mayor acceso a la protección social,
a la educación y a salud, al mercado laboral, o a la inclusión financiera, lo que se
reflejan no solo a través de mayor cobertura, sino la calidad y la distribución de
los servicios entre la población.
A pesar del escenario descrito, al interior de la cdmx, desde las primeras
etapas de vida, los hijos de padres con mayores desventajas socioeconómicas
enfrentan rezagos educativos y de salud, derivados de la falta de acceso o de
la calidad desigual de los servicios públicos que reciben. En etapas posteriores

37
Recuadro 4.1 Movilidad social y color de piel

De acuerdo con el Informe de movilidad social en México 2019: hacia la igualdad regional
de oportunidades, en México la población con los tonos más claros de piel se encuentra
concentrada en el norte y centro del país, mientras que la de tonos más oscuros se
concentra en la región sur.19 En México, al igual que en otros países, las personas con
tono de piel más oscuro, no solo alcanzan sistemáticamente menores niveles educati-
19 A partir de la escala de tono de piel del proyecto
vos, sino que están subrepresentadas en los estratos socioeconómicos más altos. Ade-
perla (Project on Ethnicity and Race in Latin America),
color de piel autorreportado de la esru-emovi 2017. más, son más propensas a sufrir discriminación.
En el caso de las mujeres, las de tonos de piel más oscuros tienen menos posibi-
lidades de conseguir un empleo y, entre las adolescentes que estudian la educación
media superior, se reducen las expectativas de alcanzar mayores logros en su vida
(Arceo y Campos 2014, Campos y Medina 2018). El color de piel es un factor que
pesa para diferenciar opciones de movilidad social: los mexicanos de tono más oscuro
experimentan menor movilidad ascendente y mayor movilidad descendente con res-
pecto de quienes tienen un tono de piel más claro (Monroy-Gómez-Franco, Vélez y
Yalonetzky 2018).

del ciclo de vida, estas circunstancias determinan, en buena medida, su ruta


en el mercado laboral.
Como reportan Delajara et al. (2018), en la juventud y edad adulta, el impacto
de las condiciones socioeconómicas de origen, y una seguridad social fragmen-
tada sobre la asignación del talento en el mercado laboral informal producen
un aprovechamiento menos eficiente de los recursos y las capacidades de las
personas. En las familias de niveles socioeconómicos bajos, los jefes y jefas de
hogar trabajan en mayor medida en el sector informal, por lo que, en todo caso,
disponen de acceso a la seguridad social no contributiva (ssnc). En contraste, los
de mayor estatus socioeconómico obtienen cobertura de seguridad social con-
tributiva (ssc). Esta asegura mecanismos de protección social superiores a los de
la ssnc, tanto a los trabajadores, como a sus familiares más cercanos.
Así pues, la desigualdad de oportunidades pesa de manera significativa en
la desigualdad de resultados, lo cual, al obstaculizar el desarrollo de las capa-
cidades y el talento individual, impacta en el patrón persistente de bajo cre-
cimiento económico. El acceso restringido a las oportunidades mina también
la cohesión social y las condiciones para que la sociedad alcance acuerdos de
inclusión y no discriminación, que fomenten la participación ciudadana y la
confianza interpersonal en un entorno con sentido compartido de pertenencia.
Cuando se brindan oportunidades y se genera cohesión, resulta más viable
establecer objetivos para superar las condiciones iniciales de desventaja. En la
medida en la que se elimine la desigualdad de oportunidades, las opciones de
movilidad resultarán mayores y el reconocimiento entre quienes forman la so-
ciedad se ampliará, pues los objetivos y necesidades se vuelven más cercanos
(Delajara et al. 2018).
En las dos secciones siguientes se presentan resultados que muestran que,
en la cdmx, si bien una proporción importante de la desigualdad de resultados
se explica por la desigualdad de oportunidades, dicha proporción es relativa-
mente menor que en el país en su conjunto. Asimismo, se identifica el peso que
tienen distintas circunstancias de origen sobre la composición de la desigualdad
de oportunidades observada.

38
Gráfica R.4.1 Color de piel y nivel socioeconómico actual de la población, cdmx.

41 %
Población de tono de piel
oscuro (autorreportado).

Población de tono de
28 % 28 %

Línea de pobreza
piel claro
24 % 25 %
(autorreportado).
20 %
17 % 17 %

Grupos 1 y 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5


(quintiles I y II) (quintil III) (quintil IV) (quintil V)
Fuente: Estimaciones propias
con base en la esru-emovi 2017. Grupo socioeconómico alcanzado

Gráfica R.4.2 Movilidad socioeconómica según color de piel: persistencia en los extremos de la
distribución socioeconómica, cdmx.
71 %
Población de tono de piel
oscuro (autorreportado). 58 %

Población de tono de
piel claro 39 %
38 %
(autorreportado).

Fuente: Estimaciones propias Población que nació en hogares pobres Población que nació en los hogares más ricos
con base en la esru-emovi 2017. (grupos 1 y 2) y permaneció ahí en su vida adulta. (Grupo 5) y que se quedó ahí en su vida adulta.

En particular, en las zonas urbanas, las personas con tonos de piel más claros
alcanzan mayores logros educativos, mejores salarios y posiciones más altas en la
distribución del bienestar. En la cdmx, 24 % de la población de tono de piel oscuro se
encuentra entre la población pobre (grupos 1 y 2), comparado con solo 17 % de la
población de piel clara. En el otro extremo, 28 % de la población de tono de piel os-
curo pertenece al grupo de mayor riqueza (Grupo 5), en comparación con 41 % entre
la población de piel clara (Gráfica R.4.1).
En la cdmx, la población experimenta la mayor movilidad ascendente de todo el
país, independientemente del color de piel. A pesar de lo anterior, la persistencia en
el estrato de mayor riqueza (Grupo 5) es mayor para las personas de piel clara, 71
de cada 100, en comparación con 58 de cada 100 entre las personas de piel oscura
(Gráfica R.4.2). De manera similar a lo que ocurre en la región norte, en la Ciudad de
México el tono de piel pesa más del doble para determinar los logros de las personas.
Tanto en la cdmx, como en el norte del país, la desigualdad de oportunidades es
menor que en cualquier otra región del territorio nacional. Lo que indica que, si bien
la desigualdad de oportunidades puede disminuir como resultado de un descenso en
el peso de las condiciones de riqueza de origen, la importancia del tono de piel preva-
lece y de hecho explica parte de la desigualdad económica en el país.

Fuente: Elaboración propia con base en Monroy-Gómez-Franco y Vélez (2019).

39
El peso de la desigualdad de oportunidad en la desigualdad
de resultados
El Informe de movilidad social en México 2019 señala, a partir del trabajo de au-
tores como Corak (2013) y Krueger (2012) que, al comparar distintas regiones,
a mayor (menor) desigualdad de resultados, se observa menor (mayor) movili-
dad social. Esta regularidad empírica se conoce como la Curva del Gran Gatsby.
El patrón se explica por la desigualdad de oportunidades que reduce la movi-
lidad social y amplía la desigualdad de resultados. En un contexto altamente
estratificado como el de la cdmx —y como el de México en su conjunto—, esta
situación se manifiesta de manera clara.
Para entender el mecanismo de la desigualdad de oportunidad sobre la
movilidad social y la desigualdad de resultados, hay que tomar en cuenta que
los logros de vida de las personas dependen de dos elementos: del esfuerzo
personal y de sus circunstancias. Mientras que el esfuerzo engloba aspectos
sobre los que las personas tienen capacidad de decisión y que determinan su
potencial, las circunstancias comprenden todos aquellos elementos que les
son externos, sobre los cuales no tienen capacidad de decisión (Dworkin 1981,
Roemer 2012).
La desigualdad de oportunidades en la sociedad hace que los más afectados
por circunstancias que generan desventajas no logren alcanzar los mismos re-
sultados que el resto de la población, incluso si no hay diferencia en los esfuer-
zos de unos y otros. De esta manera, la desigualdad de oportunidades limita las
posibilidades de alcanzar mejores resultados, coarta la movilidad social de dis-
tintos grupos de la población, y reproduce la desigualdad en los resultados de
vida. En cambio, en una sociedad en donde existe igualdad de oportunidades, el
peso de las circunstancias es menos determinante en los logros de las personas.
En otras palabras, el esfuerzo es el que dicta los resultados a los que se llegue.
Según John Roemer (1993), propiciar la igualdad de oportunidades implica es-
tablecer mecanismos para compensar a las personas que obtengan resultados
pobres debido a sus circunstancias.
El bienestar de las personas es una función de tres factores centrales: i) su
consumo, ii) su esfuerzo y iii) aspectos de su entorno social y biológico (que
definen «tipos» de persona). El entorno comprende todos aquellos aspectos
sobre los que los individuos no son responsables. Por su parte, el esfuerzo es
una medida de las acciones que las personas realizan para influir positivamente
sobre sus resultados de vida. Sin embargo, no podemos dejar de considerar
que el grado de esfuerzo de las personas puede estar a su vez influido por sus
20 Estos autores utilizaron, además de las circuns- circunstancias de origen. Cada individuo es parcialmente responsable de su
tancias personales, familiares y regionales de origen
analizadas en estudios previos, un conjunto de
esfuerzo, en especial, en un entorno dado; es decir, es responsable del esfuer-
circunstancias que caracterizan el entorno o barrio de zo relativo que realiza en comparación con otras personas de su mismo «tipo»
origen de los entrevistados (si las localidades de origen
donde los entrevistados residían a la edad de 14 años
(Roemer 2012).
tenían disponibilidad de alumbrado público, escuelas o En el Informe de movilidad social en México 2019, a partir del trabajo de Mon-
bibliotecas públicas cercanas, centros de salud, lugares
de esparcimiento, centros clandestinos de venta de
roy-Gómez-Franco y Corak (2019),20 se estima que en México, la contribución
alcohol, terrenos/ casas abandonadas, facilidad para de la desigualdad de oportunidades sobre la desigualdad de resultados de ri-
transportarse a otros lugares, seguridad en la colonia, y
si las calles estaban limpias).
queza es de al menos 48 %.21 En lo que se refiere a la cdmx, esta cifra asciende
a 41 %, lo que posiciona a la ciudad en el medio del sur (45 %), y las regiones
21 Un resultado consistente, pero mayor debido a la
inclusión de otras circunstancias, en comparación con
del norte (28 % y 31 %, respectivamente) (Gráfica 4.1).
los datos de Monroy-Gómez-Franco, Vélez y Yalonetzky Los resultados de movilidad en cuanto al estatus socioeconómico, educa-
(2018) y Vélez, Monroy-Gómez-Franco y Yalonetzky
(2018). Hay niveles de desigualdad de resultados que
ción y ocupación, colocan a la cdmx en una situación significativamente mejor
se pueden atribuir en una proporción elevada a la que la del país en su conjunto. No obstante, la desigualdad de oportunidades
desigualdad de oportunidades. Esta proporción es alta
si se contrasta con la de otros países, como se puede
es aún elevada si se compara a esta región con el norte del país. Esto significa
ver en el estudio de Ferreira y Gignoux (2011). que existen áreas en las que se puede mejorar la estructura de oportunidades,

40
Gráfica 4.1 Proporción que representa la desigualdad de oportunidades en la desigualdad
económica (o desigualdad de resultados).

48 %
45 %
41 %

31 %
28 %

Nacional Norte-occidente Norte Ciudad de México Sur

Región de residencia a los 14 años de edad


Fuente: Elaboración propia a partir de Monroy-Gómez-
Franco y Corak (2019) con datos de la esru-emovi 2017.

dado que la cdmx es la zona del país que registra la desigualdad económica
más grande. Así, el reto de reducir la brecha de oportunidades entre la pobla-
ción de la Ciudad de México, así como elevar la calidad de las oportunidades,
no es menor.

El peso de las circunstancias de origen en la desigualdad


de oportunidades
Dada la importancia de la desigualdad de oportunidades para determinar el
grado de desigualdad económica observada en la cdmx, es crucial identificar
los principales factores que la originan. La influencia de las circunstancias
de origen que conforman cada «tipo» o grupo de la población es distinta, y
algunas de ellas son más relevantes, lo que sin duda depende del contexto o
características de cada región del país. La medida en la que las circunstancias
de origen condicionan la movilidad social refleja las oportunidades que tienen
las personas: sus efectos combinados inciden sobre los resultados de vida que
cada quien pueda alcanzar.
Cuantificar la influencia de las distintas circunstancias de origen tiene, al
menos, dos usos prácticos. El primero es que permite identificar cómo cada
una de ellas contribuye a la estructura de la desigualdad de oportunidades.
El segundo es que identifica los distintos niveles de contribución y da elemen-
tos para priorizar las acciones de política más apremiantes para enfrentar la
desigualdad de oportunidades. Si las condiciones de origen de las personas tie-
nen un menor peso en su logro de vida, el origen no será sinónimo de destino;
por lo tanto, se generarán beneficios para la población mexicana.
Los factores territoriales son relevantes al medir las desigualdades. En Méxi-
co, a nivel local, la pobreza multidimensional y la desigualdad de oportunidades
a lo largo del tiempo se expresan en un menor nivel de bienestar económico y
mayor privación social. En este sentido, la región que presenta la situación más
delicada es el sur del país. Se estima que entre 20 y 60 % —esto en algunos

41
servicios en el hogar— de la desigualdad de oportunidades en pobreza, educa-
ción y condiciones de las viviendas, se explica por factores territoriales (Pereira
y Soloaga 2016).
El Informe de movilidad social en México 2019: hacia la igualdad regional
de oportunidades documenta las contribuciones de distintas circunstancias de
origen a la desigualdad de oportunidades relacionadas con la acumulación
de riqueza y el logro educativo, así como con el estatus socioeconómico.22
A nivel nacional, el territorio de origen influye más en la posibilidad de alcanzar
la mitad de la distribución (Grupo 3) que en la posibilidad de alcanzar el Grupo
5, que en este caso es el de mayor riqueza —28 %, en comparación con 22 %—
(Gráfica 4.2). En este último caso, el efecto de la desigualdad de oportunidades
22 En la dimensión socioeconómica se considera el sobre la desigualdad de resultados se conforma de la siguiente manera: 44 %
impacto de las variables en alcanzar los grupos (o
quintiles) 3 y 5; para educación se considera cursar la
corresponde a las circunstancias familiares, 22 % a las territoriales y 33 % se
secundaria o más, o bien, cursar la universidad. debe a las individuales.
La situación cambia en la cdmx, en donde el peso de las circunstancias fa-
miliares se incrementa considerablemente, por encima de 51 %, al igual que el
peso de las características personales. No obstante, la importancia de las carac-
terísticas del entorno se reducen a casi una sexta parte en el Grupo 3 y a solo la
mitad en el Grupo 5 (Gráfica 4.2).
El capital de origen, tanto físico, como humano, tiene una contribución
mayor que la disponibilidad de bienes públicos para explicar las diferencias en
los resultados de vida. De hecho, esta circunstancia es incluso mayor en com-
paración con lo que lo que sucede en el ámbito nacional. A diferencia de lo que
ocurre en el resto de México, en la cdmx, la contribución de los bienes públicos,
más la contribución territorial, es relativamente pequeña —5 % de la desigual-
dad de oportunidades en comparación con 28 % del dato nacional. Esto se
debe al elevado nivel de urbanización y de servicios que caracteriza a la cdmx,

Gráfica 4.2 Contribución de diferentes factores a la igualdad de oportunidades.

Familiar

29 % 44 % 33 % 35 %
Territorial

Personal

28 % 22 % 11 %
5%

Nota: (1) En la estimación de los grupos de riqueza o


quintiles se considera el Índice de Riqueza del Hogar.
(2) Las características o conjunto de circunstancias
incluyen las siguientes variables: «Familiares»: vivía
con sus padres a los 14 años; educación de los
padres; activos del hogar a los 14 años; y miembros 43 % 51 % 44 % 53 %
en el hogar a los 14 años. «Territoriales»: cambio de
municipio; tamaño de localidad; y región a los 14 años.
«Personales»: edad del entrevistado y del padre o
madre; sexo del entrevistado; asistir a escuela privada
al menos una vez; y educación del entrevistado. (3) Los
Nacional Ciudad de México Nacional Ciudad de México
resultados pueden no sumar el 100 % por el redondeo
de cifras.
Grupo 3 (quintil III) o más Grupo 5 (quintil V)
Fuente: Elaboración propia a partir de Plassot, Rubio y
Soloaga (2019) con datos de la esru-emovi 2017.

42
Gráfica 4.3 Factores determinantes de la desigualdad de oportunidades.

Padre o madre hablante de lengua indígena


11 %

Sexo del entrevistado

Máximo logro educativo de los padres 46 % 53 % 54 % 51 %

Localidad urbana

Características del barrio/colonia de origen


2%
5% 4%
2% 12 %
Color de piel
11 % 15 % 14 %
10 %
0%
Riqueza del hogar de origen 9% 5%

23 %
Región de origen 14 % 22 %
18 %
2%
1% 6% 2% 1%
2% 2% 2%
Nota: Los resultados pueden no sumar el 100 %
Nacional Norte Ciudad de México Sur
por el redondeo de cifras.

Región de residencia a los 14 años


Fuente: Elaboración propia a partir de Monroy-
Gómez-Franco y Corak (2019) con datos de la
esru-emovi 2017.

que la hacen distinta al resto del país. Por ello, una estrategia de reducción de
la desigualdad en la cdmx debe atender, de manera primordial, los aspectos
relacionados con las condiciones personales y familiares de origen, así como las
características del entorno inmediato o barrio.
En la cdmx, las circunstancias con el efecto más relevante sobre la desigual-
dad de oportunidades son, al igual que en el contexto nacional, la riqueza del
hogar de origen (54 %), seguida del máximo logro educativo de los padres (23 %),
aunque en proporciones mayores (Gráfica 4.3). Después de las circunstancias
familiares, las siguientes en importancia son las condiciones del entorno social
de origen o barrio de residencia (14 %).
El que la riqueza del hogar de origen tenga un peso tan alto sobre la desigual-
dad de oportunidades, refleja que los recursos materiales y económicos de los
hogares representan una herencia de desigualdad difícil de romper entre gene-
raciones. Lo anterior se evidencia de manera más sensible dadas las condiciones
que prevalecen en la Ciudad de México. Por su parte, el entorno, representado
por las características del barrio de residencia y por el tamaño de la localidad,
explica las posibilidades de la gente de tener acceso a servicios sociales básicos,
tales como la salud y la educación, pero también la infraestructura de agua, sa-
neamiento, transporte, seguridad y otros servicios indispensables para el funcio-
namiento de los mercados de trabajo y de la sociedad en general.
Monroy-Gómez-Franco y Corak (2019) estiman que la importancia de cada
circunstancia es casi constante entre regiones (Gráfica 4.3). En otras palabras,
no importa si se nace en la cdmx o en cualquier región del país, el mayor efec-
to sobre la desigualdad de oportunidades proviene de la riqueza del hogar de

43
origen, seguido de la educación de los padres y las características de la colonia
o barrio en la que se vivía a la edad de 14 años. Dado este patrón general por
región, algunas de las circunstancias pesan de forma distinta en la desigualdad
de oportunidades. Así, por ejemplo, tanto en la cdmx, como en el norte, el tono
de piel pesa más del doble sobre la desigualdad de oportunidades. Por su parte,
la escolaridad de los padres resulta menos relevante que en cualquier otra re-
gión del país (Recuadro 4.1).
De los resultados anteriores se deriva que México —y la cdmx en particular—
no haya aún logrado transitar a una situación donde la acción del Estado esta-
blezca mecanismos igualadores de oportunidades entre su población. Más allá
del orden de importancia en cuanto a los factores que determinan el alto grado
de desigualdad de oportunidades en México, el hecho de que, tanto las circuns-
tancias familiares, como las territoriales resulten significativas, implica que las
personas en México se enfrentan, al menos, a una doble lotería en la vida: la de
la suerte de cuna.

44
5. Consideraciones finales

En la cdmx, como en el resto del país, el origen de las personas afecta sus op-
ciones de movilidad social. Si se la compara con el sur del país, en la Ciudad
pesa menos la desigualdad de oportunidades sobre las posibilidades de alcan-
zar mejores resultados de vida. Sin embargo, aún no alcanza los niveles que
presenta el norte del país. La desigualdad de oportunidades debe reducirse
aún más para que las condiciones de origen no determinen los resultados de
vida de las personas.
Para incrementar la movilidad social y el bienestar de la población son más
que necesarias políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades.
Un crecimiento económico incluyente, en una sociedad más justa y cohesio-
nada, pasa por la construcción de políticas sociales, económicas y de bienestar
que brinden oportunidades a las personas para que sus esfuerzos sean recom-
pensados, sin importar la familia en la que nacieron, su sexo o la región del país
a la que pertenecen.

Resumen de hallazgos
En términos generales, la movilidad social en México aún es baja, aunque el
territorio nacional presenta muchos contrastes. Dentro de estos, la cdmx es el
lugar en donde la movilidad es mayor. Sin embargo, en las zonas en donde es
menor, se debe, en gran medida, a la desigualdad de oportunidades. El origen
de cuna es lo que suele marcar el destino de las personas. Nacer en pobreza,
ser mujer, o tener tono de piel más oscuro, limita las posibilidades de movilidad
social ascendente en la cdmx.
La desigualdad de oportunidades es injusta y tiene consecuencias negativas
para toda la sociedad; una de estas es la polarización. Si no se iguala el piso
para todos los ciudadanos, no importará cuán grandes sean los esfuerzos de
quienes nacen en situaciones de mayor desventaja, sus posibilidades de mejo-
ra serán limitadas. Ahora bien, si hay igualdad de oportunidades, habrá mayor
movilidad social, lo que se traduce en mayor desarrollo y beneficios para todos,
tanto de la generación actual como de las futuras. Cuando el conjunto de resul-
tados de vida de las personas es fruto del esfuerzo y no de las condiciones de
origen, la sociedad se hace más justa y cohesionada, además de que detona un
mayor potencial de crecimiento económico.
Entre los resultados de movilidad social obtenidos del análisis de la esru-emovi
2017 para la cdmx, resalta lo siguiente:

• Educación. La movilidad educativa ascendente desde la base de la distri-


bución, aunque es alta, todavía resulta limitada: los hijos de los padres con

45
los mayores niveles de educación alcanzan la formación profesional a una
tasa nueve veces mayor que los hijos de los padres sin escolaridad.
• Ocupación. Entre los hijos de padres con ocupaciones agrícolas o manua-
les, 23 % alcanza el nivel ocupacional más alto, mientras que quienes tu-
vieron padres con ocupaciones no manuales de baja o de alta calificación,
presentan una probabilidad del doble de llegar a ese nivel.
• Estatus socioeconómico. 41 de cada 100 citadinos que nacen en los gru-
pos socioeconómicos más bajos, no logran superar la condición de
pobreza.

En lo que se refiere a cuestiones de género, se observan diferencias significativas:

• Mujeres y hombres. Los resultados muestran que las ventajas o logros que
alcanzan las mujeres son más limitados que los de los hombres con condi-
ciones de origen equivalentes. Esto se agudiza cuando las mujeres parten
de posiciones menos favorables. Si una mujer nació en condiciones de
pobreza, tendrá menos probabilidades que un hombre de escapar de esta.
Asimismo, si sus padres tienen bajos niveles educativos, ellas tendrán más
probabilidades de quedarse con baja educación que ellos.
• Tono de piel. Se observa que, en la cdmx, el tono de piel pesa el doble sobre
los logros de vida que en otras regiones, como el sur, por ejemplo. Las perso-
nas de tono más oscuro experimentan menor movilidad ascendente y mayor
movilidad descendente con respecto a quienes reportan un tono de piel más
claro.
En cuanto al análisis regional, destaca la heterogeneidad observada:

• Persistencia de la pobreza ante la baja movilidad social. Mientras que en


el sur, 86 de cada 100 mexicanos nacidos en los hogares más pobres no
logran superar la condición de pobreza, esta cifra se reduce a menos de la
mitad en la cdmx (41 de cada 100). La cifra es menor que en el norte del
país (54 de cada 100).

• El alcance de la movilidad social ascendente. Cuando se comienza desde


la parte más baja de la escalera social, las probabilidades de llegar a la más
alta son algo mayores en la cdmx que en el país: 7 % de la población que
parte de los hogares más pobres de la escalera social llega al escalón más
alto. A nivel nacional, este porcentaje es de 5 %.

Sobre los mecanismos detrás de la baja movilidad social observada se encuen-


tra que la desigualdad de oportunidades juega un papel importante. En este
sentido, los resultados muestran lo siguiente:

• A nivel nacional. La contribución de la desigualdad de oportunidades sobre


la desigualdad económica es de al menos 48 %. En cuanto a las circunstan-
cias que determinan dicha desigualdad, resaltan las familiares de origen,
pero también se identifica un peso significativo de las condiciones territoria-
les. En particular, la riqueza de los hogares de origen aporta casi la mitad del
peso de la desigualdad de oportunidades en la desigualdad económica.
• En la cdmx. Existe una heterogeneidad importante en el peso de la desigual-
dad de oportunidad sobre la desigualdad económica. En las regiones del
norte, la desigualdad de oportunidad representa alrededor de 30 % de la
desigualdad económica. En cambio, en la cdmx, esta proporción es de 41 %.

46
Los retos a enfrentar
No todas las personas tienen la suerte de heredar de sus padres un legado
positivo. Por esto, la acción del Estado debe concentrarse en ampliar e igualar
oportunidades para lograr mayor movilidad social. Para alcanzar una situación
de justicia, cohesión social y crecimiento económico incluyente, se requiere
del diseño de políticas públicas que liberen el potencial de toda la población.
Así, quienes nazcan en condiciones de pobreza no estarán condenados a
permanecer en ella, y sus logros de vida no se limitarán por sus condiciones
de origen.
Para lograr todo lo anterior, se requiere diseñar una serie de mecanismos
de acción pública en los ámbitos de la protección social, más allá incluso de las
esferas de la educación y salud, con énfasis en las áreas de los cuidados y el
mercado laboral. Estos solo podrán establecerse con una propuesta y plan de
acción que responda de manera eficaz y que reconozca, con acciones afirmati-
vas, las desventajas relativas que enfrentan grupos específicos de la población,
así como las particularidades de la cdmx en su dinámica social y económica.
Para que el conjunto de políticas de bienestar y desarrollo económico se
constituyan en mecanismos de igualdad de oportunidades que incrementen
la movilidad social, se debe apostar por lograr transformaciones sostenibles
y de largo plazo en las condiciones de bienestar de las distintas generaciones
entre quienes habitan la cdmx. De no ocurrir estos cambios, la exclusión de
los beneficios sociales y económicos de una buena parte de la población no
será resuelta.
Garantizar el fondeo sostenible para la operación de la política social y la
estrategia de desarrollo económico de la cdmx es ineludible. Para lograr una
transformación de fondo, se deben fortalecer los sistemas de diagnóstico, mo-
nitoreo y evaluación de las problemáticas sociales. De la misma forma, es nece-
sario generar evidencia y aprendizajes sobre los logros y las fallas del enfoque e
implementación que han tenido lugar en las últimas décadas.
La cdmx ha avanzado en sus políticas de evaluación, auditoría y rendición
de cuentas; sin embargo, el conocimiento que se ha generado solo es útil si
su finalidad última es la de romper la inercia vigente, si se adopta una reforma
hacendaria que enfatice no solo el fortalecimiento de los mecanismos de recau-
dación e ingresos, sino particularmente el gasto social y el gasto fiscal, en una
lógica progresiva de transformación de la desigualdad de oportunidades para la
población. El combate efectivo a los obstáculos que limitan la movilidad social
de la población mexicana requiere de instrumentos efectivos de gobernanza.
Esto incluye a aquellos destinados a eliminar las prácticas de corrupción y el
manejo clientelar de los recursos públicos, así como la participación social y la
construcción de cohesión social que eventualmente contribuya y converja hacia
una reforma nacional.
El Informe de movilidad social en México 2019: hacia la igualdad regional de
oportunidades señala siete retos para que las políticas públicas nacionales fa-
vorezcan la movilidad social de manera prioritaria, aunque no exhaustiva. Se
relacionan con la cobertura, calidad y pertinencia de la educación; la transición
de la escuela al mercado de trabajo; la ruptura de la dualidad vigente en el mer-
cado de trabajo; eliminar la exclusión y la desigualdad en el mercado laboral;
la protección social universal; la atención a las desigualdades de los distintos
entornos y territorios; el financiamiento, la priorización presupuestal y la redis-
tribución del gasto. Este marco general aplica también a las políticas locales de
la cdmx y de sus ayuntamientos, considerando las características del entorno
en las distintas zonas de la ciudad.

47
Instrumentos de política para lograr
la movilidad social
Los resultados de este informe contribuyen a enriquecer la visión en torno a los
instrumentos de política pública que se requieren para impulsar la movilidad
social y reducir la desigualdad de oportunidades que el ceey promueve. Más
aún, la posición estratégica de la cdmx, por la amplia infraestructura y recursos
de que dispone, la dotan de una ventaja competitiva para la consolidación y
ampliación progresiva de medidas de política con potencial transformador para
impulsar la movilidad social. La cdmx ha sido precursora de políticas como el
programa de transferencias a los adultos mayores, que opera ya a nivel nacio-
nal. En la medida en que se alcancen y consoliden logros en materia de políti-
cas de protección social de la cdmx, estos pueden resonar positivamente para
orientar las políticas a escala país.
23 Este enfoque se suma a las políticas en materia
Uno de los aspectos de política más innovadores en la cdmx, por su poten-
de educación, salud, mercado laboral y de protección cial para disminuir el peso de las condiciones de origen y contribuir simultánea-
social. Para conocer detalles de la propuesta de política
pública del ceey, revisar El México del 2018. Movilidad
mente a la igualdad de género, es la política de cuidados que prevé la Constitu-
social para el bienestar en: www.ceey.org.mx. ción Política de la Ciudad de México.23
La implementación del Sistema de Cuidados es fundamental para detonar
mejores condiciones de inclusión económica y social, especialmente para las
jóvenes y mujeres mediante su articulación con un conjunto de políticas labo-
rales. Solo a través de medidas de este tipo podrá aprovecharse la ventaja del
dinamismo económico de la cdmx con relación al resto del país. Los siguientes
son aspectos centrales que habrán de tomarse en cuenta para propiciar la igual-
dad de oportunidades y la movilidad social.

Política de cuidados:
un Sistema de Cuidados para la cdmx
Las políticas de cuidados, si proveen condiciones que propicien el desarrollo
de quienes requieren cuidados, en especial de la población infantil y en edad
escolar, pueden de hecho incidir sobre la movilidad social. La razón es que pro-
mueven igualdad de oportunidades y desvinculan las posibilidades de logros de
vida de las condiciones de origen de esta población. También contribuyen a la
autonomía y bienestar de otros grupos de población que requieren de cuidados,
como las personas enfermas o con discapacidad.
Los niños y adultos mayores son generalmente dependientes económicos de
otros integrantes de sus hogares. Aunado a ello, requieren de cuidados espe-
ciales para satisfacer sus necesidades, mismas que los hogares que carecen de
protección social o están en condiciones de pobreza difícilmente pueden cubrir.
De manera simultánea, un sistema de cuidados facilita las oportunidades de
elección de las personas cuidadoras —que son principalmente mujeres— para
desarrollar otras actividades de acumulación y aprovechamiento de sus propias
capacidades, educativas, laborales y de participación social, política y económi-
ca. Todo lo anterior contribuye a la reducción de las desigualdades de género
(Orozco 2018).
Fortalecer la protección social a través de ampliar los esquemas de transfe-
rencias monetarias para la población en mayor desventaja y caminar hacia un
sistema de cuidados podría contribuir a mayor igualdad de oportunidades, es-
pecialmente de la población más desfavorecida.
La cdmx es la primera entidad del país que ha plasmado en su Constitución
Política la obligación de las autoridades de establecer un sistema de cuidados
que preste servicios públicos universales, accesibles, pertinentes, suficientes y de
calidad y que asimismo pide el desarrollo de políticas públicas que atiendan este

48
Recuadro 5.1 Hacia el Sistema de Cuidados, programas de Escuelas de Horario
Extendido y Servicios Médicos Domiciliarios

La prestación de servicios escolares en horario extendido y servicios de salud me-


diante modalidades como la visita domiciliaria pueden contribuir de manera muy
importante a la reducción y redistribución del trabajo de cuidados (Elson 2017, ilo
2018). Políticas y programas de esta naturaleza parten de reconocer las necesidades
de cuidados de la población que los requiere, pero también las implicaciones que esas
necesidades tienen sobre los patrones de gasto de los hogares y el uso del tiempo de
las personas cuidadoras, que se relaciona directamente con sus posibilidades de par-
ticipación en el mercado de trabajo y de generación de ingresos.
En la última década, la administración federal de Servicios Educativos de la Secre-
taría de Educación Pública (sep) en la cdmx ha implementado una política de horario
ampliado en escuelas públicas. En este esquema, la población escolar permanece por
más horas en la escuela, para desarrollar actividades de aprendizaje de inglés y com-
putación, además de recibir alimentación. En 2019, la cdmx cuenta con 1,663 escue-
las dentro del Programa Escuelas de Tiempo Completo. De ellas, 39 % son preescola-
res, 46 % primarias, 11 % secundarias. El resto son escuelas de educación especial.
Este programa busca que alumnos y alumnas de escuelas públicas de nivel básico
cuenten con aprendizajes integrales para así favorecer la retención escolar. En parale-
lo, la ampliación de horario puede favorecer que las madres de familia, que en la prác-
tica, son las principales responsables del cuidado, puedan compatibilizarlo con el desa-
rrollo de otras actividades, como la participación económica en el mercado de trabajo.
La cobertura del programa en escuelas de educación básica representa alrededor
de 12 % del total de escuelas públicas y privadas que hay en la cdmx, por lo que tiene
un amplio potencial de ampliación de cobertura. Las asignaciones presupuestales y
ampliación de cobertura de este programa podrían contribuir de manera importante
al bienestar de la población, dados sus impactos documentados en rezago escolar,
desempeño en pruebas de aprendizaje evaluados por el Banco Mundial (2018).
En materia de salud, a través del programa Médico en tu casa el gobierno de la
cdmx brinda atención médica domiciliaria a población vulnerable, especialmente

personas adultas mayores con enfermedad crónico-degenerativa, con discapacidad,


en etapa terminal y mujeres embarazadas sin control prenatal, y lo hace a través de
brigadas con equipos multidisciplinarios de salud. Se atiende a personas que, por su
condición económica o de salud, no pueden trasladarse a las unidades médicas. Parti-
cipan en el programa estudiantes en formación, con lo que se busca contribuir a una
formación más integral y humanista de los egresados universitarios. La cobertura del
programa es aún de corto alcance: 2,663 personas atendidas durante el año 2018.

Fuente: Elaboración propia a partir de los reportes de cobertura de los servicios educativos de la cdmx y
resultados del estudio «¿Qué impacto tiene el Programa Escuelas de Tiempo Completo en los estudiantes
de educación básica?» del Banco Mundial, y del 6o Informe de Gobierno de la Ciudad de México.

tema. El sistema tiene como población prioritaria a las personas en situación de


dependencia por enfermedad, discapacidad, ciclo vital, especialmente la infancia
y la vejez, y a quienes están a cargo de su cuidado en forma no remunerada.
Junto con los sistemas de educación, salud, asistencia social, cultura y de-
24 De conformidad con lo establecido en la Constitu-
porte, el sistema de cuidados forma parte de la política social en la cdmx.24
ción Política de la cdmx artículos 9, 17. Su implementación habrá de considerar, al menos:

49
• Acciones y servicios para la provisión de cuidados a la población infantil, a
través de guarderías o estancias.

• Servicios educativos de horario extendido para mejorar las competencias


de la población escolar.

• Servicios de estancia diurna o residencial para personas adultas mayores,


enfermas o con discapacidad.

• Servicios domiciliarios de apoyo a cuidados especializados, en particular,


de salud.

• Atención al bienestar y protección social de personas cuidadoras.

• Regulación y estándares de protección de los derechos de las personas


trabajadoras del hogar, así como de los cuidadores de personas enfermas,
adultas mayores o con alguna discapacidad.

• Mecanismos de conciliación entre trabajo y familia.

• Políticas para el financiamiento del gasto social y estrategias de gasto


fiscal para la provisión de cuidados mediante personas cuidadoras remu-
neradas.

Política laboral, un mercado laboral


más estable y formalizado
La baja movilidad social en México se relaciona con las desigualdades de opor-
tunidad, las ineficiencias y la baja productividad en el mercado laboral. Existen
problemas estructurales y de incentivos que generan una elevada informalidad
y baja cobertura e ineficacia del sistema de seguridad social. Además de la
situación estructural, las condiciones socioeconómicas de origen de las perso-
nas y el género tienen un papel importante en las posibilidades de inserción al
mercado y las trayectorias laborales, por lo que contribuyen a generar el típico
patrón de desigualdad en las oportunidades laborales.
La articulación entre las políticas laborales con el Sistema de Cuidados para
la cdmx es la punta de lanza para la inclusión económica y social de la población
de la Ciudad, en una lógica de igualdad de oportunidades basada en el recono-
cimiento de las brechas de género que, como se ha visto, hacen que una abru-
madora mayoría de la población excluida del mercado de trabajo —cuatro de
cada cinco— sean mujeres.
Por otra parte, la extendida informalidad —que se deriva de la distribución
de los costos de la formalidad— se traduce en condiciones laborales de baja
productividad y falta de protección contra riesgos laborales o de salud para casi
la mitad de la población ocupada. En la cdmx, como en el resto del país, el mer-
cado informal responde a las posibilidades de flexibilidad que el mercado formal
no tiene, aunque el precio para las personas trabajadoras sea el no acceder a la
seguridad social. Más aún, las condiciones de segregación espacial en barrios y
periferias marginadas, la movilidad urbana y otros aspectos característicos de la
cdmx hacen que los costos de la formalidad se exacerben para los sectores so-
ciales más desprotegidos y que enfrentan mayor desigualdad de oportunidades,
situación que también afecta con más fuerza a las mujeres en edades producti-
vas. Para propiciar la movilidad social se requiere:

50
 antener una estrategia que impulse el poder adquisitivo del salario míni-
•M
mo en la Ciudad.25

25 De conformidad con lo establecido en el artículo 32  ontribuir al tránsito hacia un sistema de protección social en el que
•C
de la Constitución Política de la cdmx, es competencia
de la jefatura de gobierno: realizar estudios, análisis e
sean las personas las portadoras de los derechos y no los puestos. Debe
investigaciones apropiadas que permitan proponer al aumentar la flexibilidad de los mercados laborales, y, a la vez, la seguridad
Gobierno Federal la implementación de políticas de
recuperación de los salarios mínimos históricos de las
social y el empleo. Lo anterior ha de hacerse, en especial, a través del se-
personas trabajadoras de la Ciudad. guro de desempleo, procesos graduales de formalización y mecanismos
26 De conformidad con lo establecido en la Constitu-
de conciliación entre trabajo y familia, así como a través de la reducción
ción Política de la cdmx, artículos 10, B13, 9, 5g. de los costos de la formalidad.26

 arantizar que las mujeres puedan insertarse en el mercado laboral; es


•G
decir, que se reduzca la intermitencia asociada con la etapa reproductiva
para que puedan continuar con sus trayectorias laborales. El sistema de
cuidados que prevé la Constitución Política de la Ciudad de México es un
instrumento que promueve esta garantía.

 eplantear el diseño y alcance de las políticas activas del mercado laboral,


•R
incluso mediante estrategias de vinculación entre escuelas y empresas.

• I ncorporar acciones afirmativas y compensatorias a las políticas y progra-


mas en favor de la población con condiciones socioeconómicas desfavora-
bles de origen, de la población indígena y de las mujeres.

 ejorar las condiciones del crédito a Mipymes para detonar la productivi-


•M
dad y el crecimiento.

 acilitar el aprovechamiento del potencial económico, mediante políticas


•F
de movilidad urbana, especialmente para la población que habita en las
periferias, en donde se concentra la mayor incidencia de pobreza, y garan-
tías de seguridad para todos.

51
52
Bibliografía

Aiyar, S. y C. Ebeke (2019) «Inequality of Opportunity, Inequality of Income and Econo-


mic Growth», Documento de trabajo 19/34, imf.
Abrantes, P. y M. Abrantes (2014) «Gendering Social Mobility: A Comparative Perspecti-
ve on the Nexus of Education and Class across Europe», Gender and Education, 26(4):
377–396.
Asamblea Constituyente de la Ciudad de México (2017) Constitución Política de la Ciudad
de México, Ciudad de México.
Aguilar, O., P. Pérez, C. Mora y O. Blanco (2016) «The Intersection between Class and
Gender and its Impact on the Quality of Employment in Chile», Revista de la CEPAL,
6: 141–161.
Arceo, E. (2019) «Household of Origin, Gender Discrimination and Violence: Implications
for Labor Market Outcomes and Social Mobility», Documento de trabajo ceey, Cen-
tro de Estudios Espinosa Yglesias.
Arceo, E. y R. Campos (2014) «Race and Marriage in the Labor Market: A Discrimination
Correspondence Study in a Developing Country», American Economic Review, 104(5):
376–380.
Campos, R. y R. Vélez (2015) «Oferta laboral femenina y formación intergeneracional de
preferencias: evidencia para México». En México, ¿el motor inmóvil?, eds. R. Vélez, J.
Huerta y R. Campos, 423–460, México: ceey Editorial.
Campos, R. y E. Medina (2018) «Identidad social y estereotipos por color de piel. Aspi-
raciones y desempeño en jóvenes mexicanos», El Trimestre Económico, LXXXV(337):
53–79.
ceey (2019) «Movilidad social en salud», boletín no. 2 ceey, Centro de Estudios Espinosa

Yglesias.
Corak, M. (2013) «Income Inequality, Equality of Opportunity, and Intergenerational
Mobility», Journal of Economic Perspectives, 27(3): 79–102.
Delajara, M. y D. Graña (2019) «Exclusión social en el mercado laboral de grupos vulne-
rables», Documento de trabajo ceey, Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Delajara, M., R. De la Torre, E. Díaz-Infante y R. Vélez (2018) El México del 2018. Movili-
dad social para el bienestar, México: ceey Editorial.
Dworkin, R. (1981) «What is Equality? Part 2: Equality of Resources», Philosophy and
Public Affairs, 10(4): 283–345.
Elson, D. (2017) «Recognize, Reduce, Redistribute Unpaid Care Work: How to Close the
Gender Gap» New Labour Forum, City University of New York. Disponible en https://
newlaborforum.cuny.edu/2017/03/03/recognize-reduce-redistribute-unpaid-ca-
re-work-how-to-close-the-gender-gap/
Ferreira, F. y J. Gignoux (2011) «The Measurement of Inequality of Opportunity: Theory
and an Application to Latin America», Review of Income and Wealth, 57(4): 622–657.
Galor, O. y J. Zeira (1993) «Income Distribution and Macroeconomics», The Review of
Economic Studies, 60(1): 35–52.

53
Hassler, J., J. V. Rodríguez y J. Zeira (2007) «Inequality and Mobility», Journal of Economic
Growth, 12: 235–259.
Hassler, J., y J. V. Rodríguez (2000) «Intelligence, Social Mobility, and Growth», American
Economic Review, 90(4): 888-908.
ilo (2018) Care Work and Care Jobs for the Future of Decent Work, Ginebra, Suiza: Interna-

tional Labour Organization.


Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México (2018), Sexto Informe de Gobierno de la
Ciudad de México, Ciudad de México.
Krueger, A. (2012) «The Rise and Consequences of Inequality». Presentación en el Cen-
ter for American Progress.
Lavy, V., A. Kott, y G. Rachkovski (2018), «Does Remedial Education at Late Childhood
Pay Off After All? Long-Run Consequences for University Schooling, Labor Market
Outcomes and Inter-Generational Mobility» nber Working Paper no. 25332.
López-Rodríguez, P. (2019) «Políticas públicas para la inclusión financiera de las mujeres
para la movilidad social en México», Documento de trabajo ceey, Centro de Estudios
Espinosa Yglesias.
Marrero, G. y J. Rodríguez (2013) «Inequality of Opportunity and Growth», Journal Deve-
lopment of Economics, 104: 107–122.
Martínez, A. y M. Molano (2013) El México del 2013. Propuesta para transformar el Siste-
ma Nacional de Salud, México: ceey Editorial.
Mateo, M. y L. Rodríguez-Chamussy (2017) Educación que rinde. Mujeres, trabajo y cui-
dado infantil en América Latina y el Caribe, Washington: Banco Interamericano de
Desarrollo.
Monroy-Gómez-Franco, L. y R. Vélez (2019) «Movilidad social, desigualdad de oportuni-
dades y color de piel en las regiones de México», Documento de trabajo ceey, Centro
de Estudios Espinosa Yglesias.
Monroy-Gómez-Franco, L. y M. Corak (2019) «A Land of Unequal Chances: Social Mobi-
lity and Inequality of Opportunity across Mexican Regions», Documento de trabajo
ceey, Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Monroy-Gómez-Franco, L., R. Vélez y G. Yalonetzky (2018) «Layers of Inequality: Social


Mobility, Inequality of Opportunity and Skin Colour in Mexico», Documento de tra-
bajo ceey no. 003, Centro de Estudios Espinosa Yglesias. 
Nussbaum, M. (2011) Creating Capabilities: the Human Development Approach, Cambrigde
Mass – London: Belknap Press.
Nussbaum, M. (2000) Women and Human Development: The Capabilities Approach, Cam-
bridge, ma: Cambridge University Press.
ocde (2015) Estudios económicos de la ocde: México 2015, París: oecd Publishing.
onu Mujeres (2015) El progreso de las mujeres en el mundo 2015 – 2016. Transformar

las economías para realizar los derechos, un Women.


Orozco, M. (2018) «El trabajo, los cuidados y la pobreza». En El trabajo de cuidados: una
cuestión de derechos y políticas públicas, coord. M. Ferreira, Ciudad de México: onu
Mujeres.
Orozco, M., B. Beltrán y B. Straffon (2016) Incorporación de la dimensión de género en
la medición multidimensional de la pobreza, México: Inmujeres – onu Mujeres.
Orozco, M., Espinosa, R., Fonseca, C. y R. Vélez (2019) Informe de movilidad social en
México 2019: Hacia la igualdad regional de oportunidades, México: ceey Editorial.
Pereira, M. e I. Soloaga (2016) «Trampas de pobreza y desigualdad en México: 1990-
2000-2010». En Trampas territoriales de pobreza, desigualdad y baja movilidad social:
los casos de Chile, México y Perú, eds. A. Bebbington, J. Escobal, I. Soloaga y A. Toma-
selli, 167-230, México: ceey Editorial.

54
Plassot, T., G. Rubio e I. Soloaga (2019) «Movilidad social intergeneracional y desigualdad
de oportunidades en México. Educación y activos: un enfoque territorial», Documen-
to de trabajo ceey, Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Ravazzini, L. y J. Chesters (2018) «Inequality and Wealth: comparing the gender wealth
gap in Switzerland and Australia», Feminist economics, 24(49): 83-103.
Robeyns, I. (2008) «Social Justice: Ideal Theory, Nonideal Circumstances», Social Theory
and Practice, 34(3): 341 –362.
Roemer, J. (2012) «On Several Approaches to Equality of Opportunity», Economics and
Philosophy, 28(2): 165 –200.
Roemer, J. (1993) «A Pragmatic Theory of Responsibility for the Egalitarian Planner»,
Philosophy & Public Affairs, 22(2): 146–166.
Sen, A. (1995) «Gender Inequality and Theories of Justice». En Women, Culture, and Deve-
lopment, eds. M. Nussbaum y J. Glover, Oxford: Clarendon Press.
Sen, A. (1990) «Gender and Cooperative Conflicts». En Persistent Inequalities: Women and
World Development, ed. I. Tinker, Oxford University Press.
Silveyra, M., M. Yáñez y J. Bedoya (2018) ¿Qué impacto tienen el Programa Escuelas de
Tiempo Completo en los estudiantes de educación básica?, Documento del Banco
Mundial.
Vélez, R., L. Monroy-Gómez-Franco y G. Yalonetzky (2018) «Inequality of Opportunity in
Mexico», Documento de trabajo ceey no. 001, Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Vélez, R., R. Campos y J. Huerta (2013) Informe de movilidad social en México 2013: Imagi-
na tu futuro, México: ceey Editorial.

55

También podría gustarte