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En tanto regímenes de experimentación de lo sensible y poten—

cias de creación, arte y tecnologia han estado siempre estrecha—


mente ligados; pero no todas las zonas del arte ponen de relieve
esa confluencia. Tecnopoáticas, arte tecnológico. poéticas
tecnológicas son algunos de los non'lbres para las zonas del arte
C N O L G ÍA
que si lo hacen.

Vivimos en la era de la técnica: desarrollaunos nuestra vin-ia en un


paisaje definitivamente tecnológico en el que objetivos, acciones
y deseos están técnicamente artic-uiadosÁ “( en una 6 oca así

AETTEDE
; Y
confon"nada, irremediabiemente artificial —como si dué r'nos


también, sacrificial: sacrificada rºn el aitar 1éonico— oL->ra==,
proyectos, norobras, ideas, personas y progran1as mr'n'stícos, ' ¡¡
fin, poéticas, asun—nen de las ¡más variadas rnaneras ese anto. no
técnico del que son parte.

Este ¡ibro reúne versiones de ese conjunto inabarcable), íomando


como objeto particular las tecnopoétíc; :-: argentinas …,ue atravew
aaron ei siglo X)( y licgan ai presen'te. La 1'orn1a de reunion (:s (un
este caso la de un archivo báando. ¡o incompleto c--; ñ¿.;ura
necesaria de todo archivo, un archivo b!5xndo i¡1(“:(;n'lpiuí(i y
=;=Sgadn por decisión. Org-ani qdo alfalsét?calr… ')”(e cuca! dí :(“iu —
nario, el libro desgrana |ol:ler¿4 que ¡¡ ¡[JD u¡ ¡.*f ej-3 le..na,-Eó
del arte argel |tino“ bioarte, ocr) ¡te, g!il(.n I€:|¡ ¡II;! del ¡ eonluu ¡r

cación, instalac] n, not.ari', ren—¡ha mi ¡no. spam de


Videoat1ze, son algunas; da las tec¡ ¡ono—é cas en to: no a 1'
se articula este archivo. Y ar? % corno 6yul-s
Parc, Marta Mirnujín, David I,arnr—3!as, '

Paksa, Edgardo ¡Antonio Vigo, j.oberto .J coby, ¡


Graciela Taquini son, entre tal ¡¡os otros, uno:. de EU5 I'!F=
tes recurrentes.

I“.AJÁ
NEÍ5RD.
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Claudia Kozak (ed.)
Tecnopoécicas argentinas : ' hivo blando de ana y ¡EcnolugÍa
»
la ed. _ Buenos Aires : Caja Negra, 2012.
288 p.,: 20x14 cm.

ISBN 978-987»162246—0

1.A… Argentino. 2. Estética. [.Tn…


CDD 701.17
' TECNOPOETICAS ARGENTINAS
ARCHIVO BLANDO DE ARTE Y TECNOLOGIA

Claudia Kozak (ed.)

Escriben

Esteban Castromán (EC)


Flavia Costa (FC)
Carmen Crouzeilles (CC)
Charly Gradin (ChG)

……
Alelí Jait (AJ)
El presente libro es resultado del trabajo de investigación realizado en el
Claudia Kozak (CK)
del proyecm “Poéticas/poiíúcns tecnológicas… laArgentina (19104010)”, Inés Laitano (¡L)
Enunciado por la Universidad de Buenos Aires. Instituto de Investigaciones Gino
Mariel Leibovich (ML)
Genn;mí, Emma de Ciencias Sociales.
Laura Novoa (LN)
© 2012, Caja Negra ma… Lila Pagola (LP)
© Claudia Kozak (Ed.)
© E. Castromán, E. C…, c. c……¡ues, c. Gudjn, A. Jair, C. Kuzak, 1. María Fernanda Pinta (MFP)
Lairano, M. Leibovich, L Novoa, L. Pagula, M.E pi…, M. Rocha, L. Stubrin. Margarita Rocha (MR)
A. To…
Lucía Stubrin (LS)
Alejandra Torres (AT)
Caja Negra Mia…
Buenos Aires / Argentina
caimegm©cajanegmedímra.com.ar
www.czjmegmcdímramm.ar

Dirección editorial: Diego E…… / Ezequiel A. F…go

Diseño:]… Marcos Ventura


CAJA 702
P…d…¡ón: M…… Rey NEGRA
Impreso en Argentina / Printed in Argentina
smesmesm
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)
; INTRODUCCIÓN

Esto no es un archivo, así como la de Magritte no era una pipa.


Esto es un libro, en las manos de quien lee. Un libro que en su
subtítulo dice ser un archivo y en su introducción dice que no lo
es. Si lo incompleto es figura necesaria de todo archivo —siempre
habrá en alguna parte ese resto que le niega al archivo sus ínfulas
de totalidad—, un archivo blando es incompleto por decisión.
Organizado alfabéticamente cual diccionario, a partir de térmi—
nos que permiten dar cuenta del campo de cruce entre arte y tec-
nología, es sin embargo errático y sesgado. Blando.
Por otra parte, no hay aquí documentos archivados sino lec»
turas. Máquina blanda de lectura. La referencia a William
Burroughs se impone, pero también se trajina: domicilio proviso—
rio de modos de mirar tecnopoéticas, desparramadas por un te-
rritorio algo incierto y siempre móvil; máquina blanda que sueña
nuestras felicidades y pesadillas en la era de la revolución electró-
nica, ahora, digital.
Si como'proponía Burroughs nuestro cuerpo es una máquina
blanda atravesada por el control, un archivo blando de arte y tec—
nologi'a se hace también a la medida de esas afecciones. Cuerpos blema, ya que la novedad con su lógica del reemplazo constante
de artistas, de obras y de lecturas. Afectados por las potencias tec-
tiende a obturar la capacidad de lo nuevo para la creación de otras
nológicas, que son siempre, en nuestro mundo, formas de con- formas de estar en el mundo.
trol; muchos de esos cuerpos se filtran, sin embargo, hacia un mapa Aun asi, nos dedicamos a mapear la escena de las tecnopoe'ti—
que figura los relieves de una imaginación tecnológica desviada. cas argentinas porque esa versión del mapa nos ayuda a ver las ma—
Algunos, por cierto, también se rinden ante el control que toma neras en que las prácticas artísticas asumen el carácter político de
cuerpo bajo la forma de la novedad tecnológica. la tecnología, es decir, hoy, casi de lavida entera. Son tecnopoéti—
Una preocupación recurrente: son tiempos de archivo, de He
cas argentinas muchas veces contemporáneas pero en diálogo con
bre y de moda.Y los archivos de arte no son la excepción. Se cons—
las de más allá, en el tiempo y en el espacio.
truyen así almacenes de documentos que permiten transitar de
El tiempo es, en cuanto a estas tecnopoe'ticas argentinas, algo
mejor modo el presente, atesorar lo pasado para encontrar en el
que podría comenzar con la publicación en marzo de 1909 de los
algunas imágenes posibles de nuestro futuro. Y aunque aquí no once puntos centrales de “Fundación y Manifiesto del Futurismo”
haya documentos, hay si un forma posible de la reunión, en pre— en medio de un artículo bastante exaltatorio del escritor y critico
sente y pasado. Juan Mas y Pi en el Diario E¿Dañalde Buenos Aires, a un mes y
Lo que se ha reunido en escritura a varias voces son versio—
poco de la publicación original que hace Marinctti en Le Figaro de
nes de las tecnopoéticas argentinas que atravesaron el siglo XX
París y en su propia revista de Milán, Poesía. Pero ese momento ini-
y llegan al presente. Obras, proyectos, no—obras, ideas, perso—
cial no queda completo si no se recuerda que muy poco después,
nas y programas artísticos, en fin, poéticas, que de variadas ma-
el 5 de abril de 1909, Rubén Darío repite la operación esta vez en
neras —incluso en formas políticas a veces irreconciliables— asu—
un diario de mayor tirada, como corresponsal en París de La
men en cada momento el entorno técnico del que son parte y
Nación, y con un tono más irónico que exaltado. Así, la tensión
actúan en consecuencia.
política, la toma de posición, se instaladesde el comienzo en las
Arte y tecnología siempre comparten mundo, puesto que
tecnopoe'ticas argentinas —aunque no haya ningún argentino in-
ambos pueden entenderse como regímenes de experimentación
volucrado, si consideramos que las voces son las de un catalán
de lo sensible y potencias de creación; pero no todas las zonas del
residente en laArgentina, un nicaragtiense y un italiano.
arte ponen de relieve esa confluencia. Tecnopoéticas, arte tecno—
En cuanto al espacio, las poéticas tecnológicas tienen vocación
lógico, poéticas tecnológicas son algunos de los nombres para las cosmopolita —occidental— porque acompañan, resisten, reciclan,
zonas del arte que si lo hacen.
celebran, denostan el desarrollo de lamodernidad tecnológica. Por
En tanto las tecnopoe'ticas de todos los tiempos, y entre ellas
eso, aunque hayamos querido retener lamiradahacia laArgentina,
las argentinas, han puesto el énfasis en los procesos de experimen—
su desvío estrábico no nos importó demasiado a la hora de no
tación para arrojar el arte hacia nuevas variedades de mundo en
poder dar al producto un acabado simétrico () equilibrado. No hay
diálogo con el fenómeno te'cnico/ tecnológico, todo o al menos
pues equilibrio histórico 0 geográfico. Incluso el afán de un fede—
gran parte de este libro puede aspirar a ser leído a través del pris'
ralismo argentino se ve traicionado una y otra vez. Referirse a ar-
ma de lo experimental. A su vez, lo experimental se ha ligado siem—
tistas de Córdoba, La Plata, Rosario 0 Mendoza nombrando sus
pre con lo nuevo y la tecnología con la novedad. He ahí un pro—
ñliaciones geográficas termina señalando el hecho de que la ma-
yoría de las y los artistas mencionados en el libro, si no son de esos INSTRUCCIONES DE USO
u otros lugares explícitamente nombrados, son de —o actúan en—
Buen'os Aires.
Por último, otra referencia que se trajina: todo archivo es
también un mal de art/¡iva. Archivo, arca o arcón —nos ha dicho
Derrida— es el espacio del orden impuesto por el arconte. Pero no
somos guardianes del archivo. El archivo blando se imagina en
cambio como arcón sin arconte. En él los sesgos, las miradas, las
versiones son producto de un modo de ver que hemos macerado
en el tiempo, colectivamente, a partir de una primera reunión, en
2005, bajo la forma de un proyecto de investigación universita-
rio. Más adelante, las primeras miradas dieron paso a una nueva
forma de la reunión, quizá más visible, en internet: Ludio'n.
Explamtoría argentino depoézícar¿valíticar tecnológimr, y cuyo marco
siguió siendo, como desde el inicio, el Instituto Gino Germani de
la Facultad de Ciencias Sociales dela Universidad de Buenos Aires.
10 La mayoría de quienes han escrito el libro forma parte de Ludio'n; Aunque blando, el libro se organiza de algún modo. Las entradas se
pero también han sido invitadas a participar otras personas, en ordenan alfabéticamente, de la B a laV y no de la A a la Z ya que
función de intercambios y encuentros sostenidos en torno a la te— la distribución es despareja: hay más de una entrada en ciertas le»
mática que nos convoca. tras y ninguna en otras. Seguramente habria formas de encontrar
algo que decir en todas las letras, pero el mapa no es calco de un
orden abstracto sino construcción de sentidos.
Claudia Kazak
Las entradas, además, son de tres tipos.

> ,

Por una parte, entradas extensas, que permiten identificar grandes


géneros o campos y que incluyen derivaciones y conexiones de dis—
tinto tipo. Gráficamente, estas entradas que denominamos BLO-
QUES, se reconocen por estar precedidas por el signo >

>>
Otro tipo de entradas son los » SUBGENEROS, DESAGREGADOS Y
PARTICULARISMOS, que dan cuenta en forma más específica de tér»
minos y conceptos que en un desarrollo más amplio, y en cone-
xión con términos y conceptos afines, se tratan en los BLOQUES.
.
<< > > > Bloques: Basura, Bioarte, Ciberliteratura, Cibermuseo, Cine
En tercer lugar, los <<CONCEPTOS OPERATIVOS» que resultan ne— Experimental, Cinético, Concreto, Cultura Libre, Digital,
cesarios para el mapeo, ya que dan cuenta de nociones que en gran Ecoarte, Electroacústica, Electrónico, Fotografía Experimental,
medida atraviesan todo el libro; de allí que se presenten en estas en— instalación, lnvencionismo, Madí, Net.art, Tecnoescena,
tradas desarrollos más breves sin focalizar demasiado en casos espe— Tecnologías Sociales, Tecnopoesía, Videoarte.
cíficos o dando solo algunos pocos ejemplos a modo orientador.
>> Subgéneros, desagregados y particularismos (entre paréntesis,
Y paraque se puedan ver las líneas que atraviesan el mapa, un sis— los Bloques de los que dependen): correo (Tecnologías Sociales);
tema de referencias cruzadas permite leer recorridos que estallan glitch (Digital); guerrilla de la comunicación (Cultura Libre, Net.arr);
el orden alfabético. Para identificar esas posibles líneas se resal- hacker, hardware y software libre, remix (Cultura Libre, Digital);
tan, en negritas ¡¿ subra;gdo , a modo de palabras clave, los nom- happening y performance (Tecnoescena, Tecnologías Sociales); ho-
bres de las otras entradas del archivo hacia los que podría redi- lopoesía (Ciberliteratura, instalación, Tecnopoesía, Videoarte); rela—
reccionatse la lectura pero solo la primera vez que aparecen (para cional (Instalación, Tecnologías sociales); ruidismo (Electroacústica,
12 no abundar). Es decir, los términos así resaltados funcionan a la Electrónico, Digital); spam de arte (Ciberliteratura, Cultura libre, 13
manera de hipervínculos. Hay artistas, además, que aparecen re- Digital, Net.art,Tecnopocsía) ; videodanza (Videoarte,Tecnoescena),
currentemente como fantasmas portadores del imaginario que videopoesia (Tecnopoesia, Videoarte).
afecta a las tecnopoéticas en ciertos períodos fundacionales, muy
asociados a la modernización tecnológica; sus obras, por lo tanto, << Conceptos operativos»: experimental, hipermedia, hipertexto,
son comentadas en sucesivas oportunidades a lo largo de este ar— interactivo, intermedial, multimedia, nuevos medios, poéticas
chivo. En cada uno de estos comentarios, se señalan entre cor— tecnológicas, técnica, tecnología, transmedial.
chetes los nombres de las otras entradas en las que aparecen.

Al final de cada entrada se consignan las iniciales de sus autores


cuyos nombres completos figuran en la portada y en el apartado
final “Acerca de los autores”.

Por último, un índice onomástico de artistas argentinos y colecti—


vos de arte que pueden localizarse a través del libro; una bibliogra—
fía que, si bien limitada solo a lo específicamente consultado, re—
sulta bastante amplia, y una breve reseña acerca de quienes escriben.
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> BASURA Durante el siglo XX el arte recurrió muchas veces a la ba—
sura. El surrealismo, y sobre todo dada, con su afición por los frag—
mentos y el reciclado de imágenes y objetos tomados de lavida dia—
ria, abrieron el camino. El mingitorio de Marcel Duchamp,
presentado en 1917 como una escultura en un concurso de arte en
una galería de NuevaYork, sería recordado como el inicio de unaera
en que las obras podrían componerse a partir de materiales preexis-
tentes, hechas de pedazos tomados de distintos ámbitos, diluidas las
fronteras entre obra y resto del mundo: la primera versión del min—
gitorio se perdió poco tiempo después de su aparición estelar, y la hi—
pótesis más difundida es que terminó arrojada a la basura.
Como otros de sus ready-mades, compuestos por una pala o la
funda de una máquina de escribir, el mingitorio provenía de un
mercado de productos para la vida cotidiana, fabricado en serie,
dotado de una funcionalidad precisa. Y aunque estrictamente no
se tratara de basura, eran objetos saturados de sentido, útiles pero
reducidos a una vida improductiva. Expulsados de su lugar de ori-
gen, recuperados por un artista, y exhibidos para un fin de todos
modos incierto, al que puede evocarse según las reflexiones de ].G.
Ballard, quien una vez escribió que creía, entre muchas otras cosas,
“en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio
de los estacionamientos de varios pisos, en la poesia de los hote—
les abandonados”.
¿Qué hacer? Si esta pregunta signó los proyectos de transforma—
ción radical del mundo en el siglo XX, como el comunismo, fue
formulada en una versión más cotidiana pero no menos utópica
por el arte de vanguardia; ¿que' hacer con los objetos? Y, sobre todo,
¿qué hacer con la basura? Los experimentos de Duchamp fueron
seguidos por obras hechas de mezclas, remiendos y combinacio-
nes en torno a los desperdicios de las sociedades industriales, como
los ensamblajes del dadaísta Kurt Schwitters realizados con recor—
tes de periódicos, tickets de ómnibus, envoltorios, hilos y otros
objetos de lavida diaria con los que componía pequeñas y caóti—
cas antologías, aceleradas y sintéticas.
Desde entonces, muchos artistas recurririan a los restos producidos llantas gastadas. Pero el tono lúgubre de estos restos aparece mati—
por las sociedades industriales en buscade materia prima para com— zado por capas de colores y texturas, latas y envases con la marca
poner sus obras. Y en sus piezas hechas de momentos desvanecidos de los productos, que les dan un aire carnavalesco. En el cielo, sobre
o proyectos truncos, como los que inspiraban a Ballard, surge un este panorama de ruinas de la sociedad de consumo, Juanito, el
arte de la precariedad tecnológica que da testimonio de sus limita— niño que protagoniza las escenas, puede ser testigo del vuelo de una
ciones e imposibilidades. las máquinas rechinantes de jean Tinguely, nave espacial 0 de un llameante hongo atómico. En uno de los cua—
por ejemplo, hechas de engranajes y mecanismos tomados de la dros, extiende el brazo para tocar una mariposa tan grande como él,
basura, puestas en movimiento sin una función discernible, enta— cuyas alas brillantes sobrevuelan un montículo de desperdicios. Y así,
blan un diálogo imaginario con los sueños de una industria y su los collages de Berni hacen de labasura una sustancia maleable en
horizonte de progreso indefinido. la que puede leerse el fracaso de un modelo de sociedad, pero tam-
Este arte hecho de basura se obliga a sí mismo a imaginar un fu- bién los anhelos y sueños, no necesariamente felices, pero si de otro
turo a partir de los restos sobrevivientes de una catástrofe. Tal vez orden que pudieran surgir de ese cúmulo de derrotas; como si fue-
por eso también abundan las máquinas herrumbadas y las corn- ran materiales disponibles paraempezar a construir otro paisaje, o
putadoras en mal estado en la ciencia ficción Cyberpunk. Porque al menos imaginario. (Y de los montones de chatarra por los que
llegado un punto, el género necesitó desprenderse de la ensoña— se paseaJuanito, puede pensarse que provienen los pedazos de má—
ción tecnológica para recrear un mundo más realista y, por ende, quinas, maderas, telas, muebles y demás retazos con los que Berni
fallido, en donde los dispositivos deben reinventarse para seguir compone también por aquellos años sus series de esculturas de
funcionando más alla' de sus diseños originales. (En ese sentido, monstruos y robots, con sus figuras de pesadilla —batracios cubier—
el arte hecho de basura, acuciado por el problema epistemológi- tos de espinas, autómatas con aire de esfinges— y títulos sórdidos
co de los desechos sin utilidad ni destino, es el reverso exacto de como La matanza de los inocentes o Conquistadores interplane-
la fantasia relatada en el final de la película Valver alfi¿tura: el tarios colonizan a los terráqueos.)
auto volador que abandonaba la nafta para empezar a impulsar- ¿Qué podrá hacer el arte con los desperdicios? Las encrucijadas de
se con desperdicios introducidos en su motor, y que encarnaba Berni prefiguran las de los artistas que le seguirían en el arte del
el sueño del movimiento perpetuo, el anuncio de un mundo re— “reciclado”. Entre la utopía de un mundo que logra volver a lavida
conciliado consigo mismo en el que la basura dejaría de ser una las ruinas de la revolución industrial y la presencia imborrable de
amenaza para convertirse en una fuente de energía limpia, gra— estas, imposibles de disimular o convertir en algo más que despo-
tuita e inagotable.) Lejos de eso, el arte que recurre a la basura jos. En esa saga puede inscribirse al Grupo Escombros, formado
suele exhibir los desechos en medio de las tensiones y contradic- en laciudad de La Plata a fines de los años ochenta cuyo manifies-
ciones de lasociedad que los produjo. to de presentación declaraba: “Como los ecologistas resucitan mares
En la década de los sesenta el pintor argentino Antonio Berni cof y ríos, reconstruimos lo roto, reparamos lo violado, devolvemos lo
menzó una serie de pinturas sobre personajes de villas y barrios po- saqueado. Construimos entre los deshechos, con los deshechos.
bres de Buenos Aires. Sus paisajes estaban compuestos por baldí— Somos artistas de lo que queda”. Una de sus primeras intervencio-
os, casas precarias y basureros, a los que daba forma mediante trozos nes en una calera semi-demolida_en las afueras de La Plata consis—
de desechos tomados de aquellos lugares: chapas, hierros viejos, tió en el Centro Cultural Escombros, abierto durante un único día,
en el que se realizó un festival de artes plásticas, música, cine y po— dibujo desparramado en el suelo. (Poco después, otro robot se
esía, a la intemperie en medio de las montañas de ruinas; y en esa encargaba, a su vez, de barrerlo, para que el mecanismo volviera
decisión —que el grupo retomaría en otros espacios como un basu- a ponerse en marcha.) Por su parte, la instalación dislexiofom'a de
ral o una fábrica abandonada a orillas del Riachuelo— reluce laidea Leonello Zambón fue definida por el artista como una “kerrnesse
de un arte que necesita recurrir a las ruinas y los desechos para ha— trash de desagregación tecnológica": viejos televisores, grabadores
llar su lenguaje, para dar testimonio —como se lo propone— de las de cinta y tocadiscos a punto de agotar su vida útil, interconecta-
contradicciones y límites del orden social en que se halla inmerso. dos a través de circuitos de amplificación y redireccionamiento, y
¿Qué hacer con la basura, entonces? Imaginarle un destino. Leer puestos a disposición del público como una máquina mezcladorade
su historia dispersa en fragmentos. Adoptar —y adaptar— su imagi— imágenes y sonidos hecha con los rezagos de un mundo arruinado.
nario de abandono y proyectos fracasados. En estas alternativas La instalación multimedia El desierto crece que el artista Horacio
puede pensarse una poética de los desperdicios y la obsolescencia. Zabala —de larga trayectoria en el arte conceptual, integrante en los
¿Qué son las máquinas, las industrias y, en general, los frutos de la setenta del Grupo de los 13— presentó en la 6“ Mamfesmtíon
modernización, vistos desde lamirada periférica de Juanito Laguna? Internationale Video et/lrtElectmnique (Montreal, 2004), podríale-
¿Y qué será del país interpelado por el Grupo Escombros desde las erse también en esa línea de discusión en torno de la obsolescencia
ruinas abandonadas en los que montó sus primeras acciones? Si todo y precariedad tecnológica. Unviejo automóvil con las puertas abier»
dispositivo tiene, cada vez más, los días contados, condenado a fa— tas y el motor encendido en cuyo interior una montaña de arena des-
20 llar y requerir un recambio o una actualización, también las obras borda hacia afuera, y que al paso de los visitantes activa una graba< 21
de arte tecnológico se preparan de antemano para su ingreso en los ción que reproduce en francés palabras de Así habló Zzzmturtm: “El
depósitos de chatarra. Por eso quizás valga la pena rescatar su cos— desierto crece, ay de quien alberga desiertos”. Los desiertos no solo
tado efímero, su cercanía a los basureros, considerando, por ejem— son naturales sino también humanos y artificiales.
plo, laconocida tendencia de las obras de arte interactivas a descom' Esta dialéctica entre una tecnología y sus desperdicios, entre un es—
ponerse y requerir un permanente recambio de sus piezas. La basura plendor posible y su degradación tuvo, finalmente, una de sus me—
como una sombra que acecha a todo dispositivo tecnológico, y que jores expresiones en la propuesta del colectivo El Nuevo Municipio
por eso mismo podría constituir la materia más adecuada para un paraTecnópolis 2… 1. Este grupo de artistas y paisajistas tomó un
arte de tecnolog'a hecho en laArgentina; signado, desde su origen, predio abandonado, cubierto de escombros y parcelas de vegetación
por la necesidad de reconstruirse desde la precariedad, volcado al salvaje, y lo convirtió en Antrópolis: un paseo hecho de desnive—
desarrollo en condiciones adversas. les y montículos repartidos entre piezas de maquinaria oxidada y
Estos rasgos están presentes en obras recientes como las "msmlaciones ambientados por antiguas grabaciones radiales. Al recorrerlo, los
de botellas de plástico y bolsas de nylon del Grupo Magma, ilu— visitantes se veian obligados a descifrar sus pintadas callejeras o el
minadas y alteradas por mecanismos que las inflan y desplazan, sentido de un cuidado jardín con sus juegos para niños, que con-
asemejándolas a organismos vivos y su respiración. O en Sobre la trastaba con las ruinas circundantes; invitados a dilucidar si se tra—
falta, la instalación del Grupo Biopus donde los espectadores po— taba de un sitio devastado por una catástrofe desconocida o de los
dían arrojarle basura a un robot, a su vez construido con piezas de primeros esbozos de un lugar en_ vías de surgimiento. Una propie—
desearte, que se dedicaba a acomodarla hasta darle la forma de un dad, tal vez, de todo arte tecnológico, lade instaurar una suerte de
limbo en el que el tiempo parece detenerse y se vuelve difícil pen— los “materiales biológicos” pre—corporales o infra—corporales —genes,
sar en términos de avances o retrocesos. Una poética que las rui- células, tejidos, sangre, grasa— como materia específica; una apro-
nas y'la basura, puestas a contaminar las obras y desviar los dispo— ximación que es la que más habitualmente se menciona como
sitivos, no pueden sino agudizar aún más. ChG bioarte en sentido estricto. En esta primera serie, el foco princi—
pal es la posibilidad, para los artistas, de crear ya no solo “artefac—
tos” inanimados sino piezas vivientes —hibridos de naturaleza y ar-
> BIDARTE En el transcurso de las últimas dos décadas, diversos ar- tificio— dotadas de capacidad de reproducirse, al menos por un
tistas orientaron sus trabajos hacia la exploración de las potencia— tiempo, y de plantear al mundo los dilemas que la intervención
lidades del sustrato biológico de lo viviente. En conexión con las biotecnológica emprendida principalmente por empresas orien—
nuevas capacidades científico-técnicas para manipular las estruc- tadas por el interés del capital deja de lado: el estatuto y la propie-
turas biológicas, y la consiguiente disponibilidad de nuevos “ma— dad de los seres transgénicos o clonados, los conceptos de norma-
teriales” (desde células cultivadas hasta genes que pueden ser in— lización y mejoramiento detra's de las terapias génicas, los criterios
tervenidos, alterados o recombinados, pasando por prótesis e de desarrollo de determinadas especies y formas de vida en detri-
implantes que se introducen dentro del cuerpo para modificar su mento de otras, etcétera.
forma o su funcionamiento), los (bio)artistas han desarrollado La segunda es la que toma los cuerpos humanos como objeto de
prácticas artísticas que no solamente se limitan a replicar concep- indagación: su carácter maquinico, operable o tybarg; su carácter
tos o productos de las ciencias de la vida y las biotecnologfas, sino inestable, capaz de ser portador de sentidos diversos; su cualidad


22 23
que desnaturalizan su existencia, reflexionan acerca de sus usos so- singular e irrepetible, y al mismo tiempo, su ser “uno más”, un ser
ciales, cuestionan sus orígenes y/o sus apropiaciones (guberna- “cualquiera” en el sentido que Giorgio Agamben le da a este tér-
mentales, industriales, en el mercado de consumo) y les formulan mino en su libro La comunidad que viene. Las obras en esta línea
a los procedimientos preguntas diferentes de las que parecen estar han contribuido a géneros como el body art o incluso el “arte car—
formulándoles sus desarrolladores y usuarios habituales. Estas prác— nal” de la artista francesa Orlan, quien desde 1965 realiza piezas
ticas artísticas íí1eron denominadas “bioarte”, e implican distin—
tos niveles de incorporación entre tecnologia y organismo vivien— ron…,
que tienen como eje su propio cuerpo. Sus primeros trabajos fue—
esculturas, y ejercicios de traves—
te, así como diferentes técnicas de experimentación, desde la tismo y striptease. Desde 1990 lleva adelante una provocativa cru—
intervención técnica del propio cuerpo hasta la creación de orga- zada por convertirse en una escultura maleable, una “obra de arte
nismos transgénicos pasando por el cultivo de tejidos Vivos, las total”, empleando como soporte su propia carne y, como técnica,
transformaciones morfológicas () la creación de seres vivientes me— la cirugía plástica. Según dice, su intención es denunciar el peso
diante técnicas combinadas. represivo que los ideales de belleza femenina ejercen sobre las mu—
Desde el punto de vista de los materiales utilizados, y si se toma jeres. Su obra más conocida, con la que inauguró el género que
la escala del cuerpo humano como base, es posible diferenciar tres ella misma bautizó “arte carnal”, es la operación-performance La
grandes series de prácticas artísticas que pueden leerse, al menos reencarnqrián de umm Orlan, una obra en cinco tiempos que con»
en parte, como diálogos explícitos con la cuestión de la matriz bio- sistió en transformarse en un collage de rasgos célebres: entre 1990
tecno—politica propia de nuestro tiempo. La primera es la que toma y 1995, los cirujanos fueron trasladando al rostro de la artista la
frente de la Gioconda, los ojos de la Psique de Gérome, la nariz nía un número de identificación. Según el crítico brasileño Arlindo
de una Diana de laescuela de Fontainebleau, la boca de la Europa Machado en su artículo “Por un arte transgénico”, el objetivo de esta
de Boucher y el mentón de la Venus de Boticelli. Cada operación obra era discutir “los cambios biológicos resultantes de la implanta—
fue difundida en directo; paciente y médicos llevaban trajes diseña— ción de memorias digitales y artificiales en nuestros cuerpos”, así como
dos por Paco Rabanne, Frank Sorbier, Issey Miyake y Lan Vu. las cuestiones de la transmisión y laidentidad en esta época de inter—
Mientras duraba el procedimiento, Orlan leía en voz alta textos de venciones genéticas. A esta pieza le siguió, en mayo de 2000, laobra
Antonin Artaud y Julia Kristeva, entre otros. GFP Bunny con la presentación en sociedad de Alba, una coneja que,
La tercera serie toma en cuenta, ya como tema, ya como material iluminada con la luz correcta, resplandecía en un tono verde apenas
(habitualmente ambas cosas a lavez), el tipo de relación que se es— fosforescente. El efecto se producía porque la coneja había sido in—
tablece entre los cuerpos y el carácter tecno—político de esas relacio— tervenida con EGFP, la mutación sintetizada de un gen de una medu—
nes administradas por diversas máquinas de gestión y gobierno sa del Pacifico, laAequorea Victoria. Si bien Kac se consideraba el
(desde la máquina institucional del arte hasta la megama'quína esta- autor deAlba porque había diseñado el proyecto, tras el anuncio del
tal, pasando por la maquinaria especifica que el artista monta en y nacimiento de la coneja, el laboratorio francés que había llevado a
con su obra): colaborativas, de sumisión—dominación, de participa— cabo el procedimiento científico—técnico se negó a entrega'rsela, por—
ción. El género que en los últimos años ha sido más habitualmen— que consideró que convertirla en mascota no era un uso apropiado
te vinculado a este proceso es el denominado por Nicolas Bourriaud del experimento.
24 estética relacional tecnºlogías sociales, instalación ; pero hay otras De todos modos, no se trataba de la primera manifestación del gé— 25
prácticas artísticas (performances, instalaciones, happenings) en las nero.Ya en 1991 el artista británico Marc Quinn había sorprendi—
que se pone en cuestión el tipo de relación que el artista establece do con la pieza Self una escultura de su propia cabeza realizada con
con los cuerpos participantes en tanto “fuerza operativa”. cuatro litros y medio de sangre, que se extrajo a si mismo durante
Sin omitir el vínculo entre los tres niveles de intervención y cre- un período de cinco meses, y que debe mantenerse siempre con-
ación bio-tecno—política, resulta de interés detenerse más especi— gelada. A partir de ese momento, cada cinco años realizó una nueva
ficamente al menos en algunas de las manifestaciones de las dos escultura de su cabeza mediante el mismo procedimiento. En una
primeras series. entrevista realizada en el año 2000, señaló que buscaba con esa obra
A punto de cumplir catorce años, contados desde la publicación en “documentar mi propia transformación y envejecimiento”.
1998 del articulo-manifiesto “El arte transgénico” del brasileño Desde entonces, el género siguió creciendo: hoy los interesados en
Eduardo Kac, en la influyente revista electrónica Leonardo, el bioar- bioarte expandieron su esfera de acción a métodos que desacoplan
te tiene ya una firme trayectoria. Como género emergió a laluz pú- el par cuerpo—vida —creando Vida descorporizada sostenida artifi»
blica a fines de los años noventa gracias a una de sus ramas polémi- cialmente— y entran en relación directa con lo “interno” y con lo
cas: el “arte genético”, vinculado tanto al embeleso tecnoindustrial “otro” del cuerpo humano, animal y vegetal. Se suceden así obras—
como a los reparos suscitados en torno al Proyecto Genoma Humano. experimento a partir de cultivos de tejidos, células “inmortaliza—
Su figura más resonante sigue siendo, aun hoy, el pionero en este das”, combinaciones de biorrobótica y bioinformática, cría de hí—
campo, el propio Kac, quien ya en 1997, en la obra titulada Time bridos y transgénicos, y también casos más o menos sofisticados
Caprule, se había implantado en su cuerpo un microchip que conte— de auto—experimentación que se cruzan con el body—art. Un ejem-
yecto Cuero sin víctimas, que consistió en el desarrollo de una mini
plo argentino es la paradójica pieza Savon de corps, que la artis— chaqueta de tejido vivo cultivado similar a la piel a partir de líne—
ta plástica rosarina Nicola Costantino presentó en 2004 en el
as de células inmortalizadas —una mezcla de células de humanos
Museo'de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). La obra
y de ratones—— alimentadas por nutrientes a través de un tubo.
consistía en cien jabones con forma de espalda, cintura y cadera
“La intención no es proveer otro producto de consumo”, asegu-
femenina, que contenían un 3 % de grasa del propio cuerpo de la ran Catts y Zurr, sino “enfrentar a las personas con las consecuen-
artista, obtenida de una liposucción a la que se sometió para lle—
cias morales de utilizar partes de animales muertos por motivos
var adelante este proyecto —y de paso, para mejorar sus formas. La
estéticos y de abrigo” y mostrar que “creando una nueva clase de
pieza estaba acompañada de una campaña comercial entre iróni- semi-ser que depende de nosotros para sobrevivir, también esta-
ca y literal que decía: “Prends ton haín avec mai (bañate conmif
mos creando una nueva clase de explotación”.
go)”, junto a una imagen de Costantino en traje de baño a punto Entre los antecedentes del bioarte en la Argentina cabría pensar
de sumergirse en una pileta; al mismo tiempo, modelo de campa—
en la pieza Fitotrón de Luis Fernando Benedit, expuesta por pri-
ña y materia prima del producto. “La mirada ácida de Costantino
mera vez en 1972 y que actualmente se exhibe de manera perma—
sobre la industria del cuerpo ——se puede leer en el sitio web de la
nente en el primer piso del MALBA. El Fitotrón es un vivero hidro-
artista— toma forma en un jabón con el que no compramos la ima—
pónico, donde las plantas que viven en su interior crecen sin tierra
gen identiñcatoria del cuerpo de la modelo, sino que compramos ni luz solar: en su habitáculo de plexiglás y aluminio, son alimen»
(el cuerpo de la modelo', en una nueva concepción de consumo. 27
tadas por luz. Según el curador del MALBA, se trata de “una refle-
26 El eslogan es la clave donde reside el concepto del trabajo.”
xión desde el arte de sistemas sobre la imitación de la vida, sobre
Esta expansión del bioarte se desarrolló en paralelo a un declive y
un futuro sin agua, sobre hombres sin alimentos, sobre ciudades
pronto resurgimiento por el interés científico y social en laclona—
superpobladas”. Ya en 1967 Benedit había exhibido su primera
ción y los transgénicos: en efecto, el interés, que había decaído en
obra en la que introducía peces y, en 1970, representando a la
1997 cuando se supo que la famosa oveja Dolly había muerto rá—

….
Argentina en laBienalde Venecia, expuso su obra Biotrón que in—
pidamente porque sus células habían nacido “envejecidas”, rena— cluia cuatro mil abejas Vivas que podían alimentarse tanto natu—
ció cuando tres años más tarde se supo que no era este el destino
ral como artificialmente. En conjunto estas obras entran en corre-
necesario de los seres clonados. Desde entonces, se han manteni—
lación con lo que se podría denominar
do los motivos de asombro por las potencialidades y los riesgos de
Ya más cercano a nosotros, es posible incluir entre los precursores
la nueva experimentación tecnocientifica y de los discursos que
del género al artista rosarino Mauro Machado, quien desde la de—
circulan en torno a ella.
cada del noventa produce piezas artístico—cientificas centradas en
.

Entre los representantes más reconocidos del bioarte en la escena


el poder creador del azar. 1nfluido por el premio nobel de Física
internacional se encuentran los artistas e investigadores Oron Carts
Ilya Prigogine, Machado pone a prueba el efecto azaroso del tiem—
y lonat Zurr en SymbioticA, laboratorio de investigación en arte y
po sobre los procesos orgánicos de oxidación y cultivo celular.
ciencia de la universidad de Australia Occidental. Catts y Zurr tra-
Físico de formación, ha realizado una serie de autorretratos deno-
bajan juntos en el proyecto Tírrue Culture ÚArtr (Cultivo de
minados Retrato de mí. Azul; Retrato de mí. Amarillo y Retrato
Tejidos y Arte), donde utilizan el cultivo de tejidos celulares como de mí. Rojo (2001), que se exponen en museos y galerías como
medio de expresión. Uno de sus trabajos más recientes es el pro-
fotografías de discos de Petri. La imagen dentro del disco es el re, Inmortalidad (una instalación a partir de células de corazón de viz'
sultado de distintas escupidas (del propio Machado y de sus ami- cacha cultivadas e “inmortalizadas”, con el objetivo de formar un
gos) sobre colonias de hongos teñidas con diferentes colores. La sistema viviente que pueda perdurar de manera indefinida),
imposibilidad de controlar y conservar el hecho artístico-orgáni- Incubaedro (una escultura geométrica interactiva donde habita una
co es una preocupación del artista que, en este caso, decide mos- “naturaleza construida” con orquídeas autóctonas reproducidas in—
trar el resultado a través de imágenes fijas. En este sentido, mu— vitro), Bio—Wear (prendas de vestir creadas a partir del cultivo de cé—
chas experimentaciones con colonias de bacterias han quedado en lulas humanas) y]ardín Remoto (jardín con diferentes clases de flo—
su estudio, ya que ha sido imposible plasmarlas en soportes “ex— res: naturales, transgénicas, robóticas, solares y ¿ylmrgr, en el que se
hibibles”. El trabajo de Machado problematiza, así, las tensiones ponen en relación dos realidades: una física y unavirtual—electrónica).
entre la materia viva, el tiempo, el azar y la necesidad de conser— En el BIOLAB colabora el grupo Proyecto Untitled, cuyos integran—
vación que impone la institución-arte. tes pertenecen a la Escuelade Diseño y Comunicación Multimedial
La experiencia local más ambiciosa en este campo, no obstante, se de la misma universidad. Originado en el año 2006, el objetivo
consolidó en 2008 con la creación en la Universidad Maimónides de este colectivo artistico fue crear obras interactivas a partir de
del BIOLAB, primer laboratorio argentino especializado en bioarte la exploración del vínculo entre arte y nuevas tecnologías. Desde
—el séptimo de este tipo en el mundo—, cuyo director artístico es el el año 2008, comienza a interesarse por la relación entre arte y
ingeniero industrial, divulgador científico y artista joaquin Fargas biología, y desarrolla piezas como la recién mencionada Incubaedro
28 y cuyo director científico es el biólogo Alfredo Virullo. El espacio e Invernadero Lúdico (2008). En ambos casos, el tema es la re— 29
se propone crear un ámbito donde investigadores y artistas puedan producción in vitro de la orquídea selvática, propia de la selva mi-
“generar exploraciones basadas en la curiosidad, sin las demandas y sionera; las piezas en si consisten en réplicas de laboratorio, donde
restricciones asociadas a la actual cultura de la investigación cientí— el proceso vital de la planta se expone en pequeños frascos idén-
fica, pero sin perder de vista las cuestiones éticas”. En un intento ticos, lo que por momentos hace deslizar la obra en el terreno de
por organizar esta rama del campo tecnoartístico, Fargas establece la estetización de los procedimientos cientifico—tecnológicos. Por
una primera clasificación dentro del bioarte: las obras rqf¿y las hard. otro lado, estas obras alientan cierto nivel de contacto o intercam—
Las primeras constituyen el conjunto, más abarcativo, de las piezas bio con el espectador a partir de la instalación de sensores que, en
que utilizan organismos vivientes. Podría incluirse en esta categoría el caso de Incubaedro, activan el movimiento del icosaedro me-
a laya mencionadaobrade Benedit o a la serie Analogías, de Victor tálico que contiene las orquídeas; y en el caso de Invernadero
Grippo, creada entre 1971 y 1977, en la que el artista intentaba, a Lúdico, no solo el movimiento de los tubos estériles que se en—
través de la conexión eléctrica, extraer energía de alimentos natura- cuentran suspendidos desde el techo a distintas alturas, sino tam-
les como legumbres y cereales. Las integrantes del grupo hard son bién un mecanismo de lluvia y viento.
aquellas que incursionan en la producción, creación y transforma— En un nivel mucho más precario en cuanto a los medios y el con—
ción de “materiales biológicos” con técnicas de alta complejidad que texto involucrados en la experimentación, resulta de interés el
requieren necesariamente del laboratorio, como el cultivo tisular y Proyecto EXPVE presentado por el artista misionero Enzo Emanuel
los diferentes modos de intervención genética. Giménez en'la edición 2008 de LIPAC (Laboratorio de Investigación
Entre los proyectos ya realizados por el BIOLAB se cuentan las obras en PráctimsArtísticas Contemporáneas) del Centro Cultural Ricardo
Rojas de la UBA. Residente en Puerto Esperanza, Giménez propo- el campo de laliteratura: más allá de la muy extendida idea de ciber-
nía en ese año continuar en una particular indagación acerca de los cultura, hicieron su aparición los términos cibertexto, ciberliteratu—
cruces entre saberes de la biotecnología contemporánea y aquellos ra 0 ciberletras, ciberdrama, ciberpoesía; pero no cibermúsica, ni ci-
heredados del campo de la agricultura, al tomar la noción de “in— berpintura, por ejemplo. Tema aparte sería el caso más bien
jerto” como eje de la producción de obras de bioarte. En la descrip— tercermundista de los “cibercafés” o, al menos en laArgentina, de los
ción de obras anteriores, como por ejemplo su video Biodiagrama llamados directamente “cibers” —combinación de locutorios telefó-
(2007), sostenía que “el ritual y la magia comparten el mismo es— nicos y locales con computadoras que proliferaron en los noventa y
pacio junto a instrumentos quirúrgicos y científicos para crear vida comienzos de los dos mil debido al acceso restringido a Internet, y
a partir de diferentes elementos en sus correspondientes subdiagra— que comenzaron a decaer proporcionalmente al aumento de labanda
mas”. Este cruce de saberes residuales —los saberes de las curanderas ancha, el wifi, e Internet móvil para algunos sectores de la población.
y su “estética”, por ejemplo— con estudios informales en torno a En un comienzo, entonces, la inestabilidad de las nuevas formas
la ingeniería genética da lugar en la propuesta de Giménez a una de producción y consumo literarios se reprodujo en la inestabilií
recolocación del bioarte como práctica artística que interpela el dad de los nombres. Se habla hasta hoy de ciberliteratura, litera-
modo de ser de los organismos vivos en contextos diversos. tura digital o de manera más amplia de literatura electrónica casi
SymbioticA en Australia o el BIOLAB de laUniversidad Maimónides como sinónimos aunque no lo sean en sentido estricto. Hay quie-
en Buenos Aires están lejos del garaje/cobertizo en el que trabajaba nes ensayaron nuevas especificaciones terminológicas aduciendo
30 Giménez. Sus experimentaciones elementales con injertos o colo, la novedad misma del fenómeno respecto de laliteratura de la era 31

raciones vegetales dialogan tanto con los procesos industriales de la de la imprenta. Así Espen ]. Aarseth en su libro Cybertext.
agricultura como con la“avanzada” del bioarte, poniendo de relie- Perspective; an Ergoa'íc Literature (1997) desarrolló el concepto de
ve lo milime'trica y expansiva que se ha vuelto hoy la cuestión de la “literatura ergódica” argumentando que se trata de una literatura
gestión política de lavida. FC/LS que, a diferencia de la del libro impreso, requiere del lector nue—
vas competencias relativas al “trabajo” (en griego, ergon) del cuer-
po para recorrer el “camino” (hadas) del texto.
> CIBERL|TERATU RA A partir de una vaga inspiración en la no- Como sea, lo cierto es que en la yuxtaposición entre una cultura
ción de cibernética desarrollada desde los años cuarenta del siglo letrada organizada alrededor del objeto libro y las bibliotecas a otra
XX, lancwelas cyberpunks deWilliam Gibson instalaron en el campo cultura electrónica organizada desde las últimas décadas alrededor
de la narrativa de ciencia ficción, en los ochenta, la palabra “ciberes- de pantallas, no solamente cambian los soportes sino más bien los
pacio”. Pocos años después, con el afianzamiento de Internet, se con- dispºsitivos con todo lo que esto implica en cuanto a nuevas for-
virtió en término corriente en los países con alto o mediano desarro- mas de cognición, organización social y relaciones de poder.
llo tecnológico, para identificar con cierta facilidad un lugar o mundo Al interior de esa nueva literatura se pueden percibir con mayor
presente/ausente, cotidiano pero intangible, que se haconvertido en o menor precisión algunos subgéneros. Asi, siguiendo la clási-
la réplica fantasmática de nuestro mundo “primero”. Rápidamente ca partición entre géneros narrativos, líricos y dramaticos (y
también la palabraciberespacio comenzó a engendrar una prole más quizá habría que preguntarse por qué seguir una partición tal
o menos aceptada por el uso que funcionó en el arte sobre todo para si justamente la literatura electrónica nos llevaría a otras regiones),
hay quienes hablan de narrativa hipertextual y/o interactiva, po— literatura presenta recorridos algo diversos respecto de los desarro-
esía digital o electrónica, ciberdrama interactivo, etcétera. Los lí— llos más evidentes en otras zonas del planeta, particularmente los
mites entre estos subgéneros suelen ser difusos no solo entre sí —al Estados Unidos, Canadá y Europa. La novela hipertextual y más
interior de la ciberliteratuta—, sino también en relación con otras tarde hipermedial por ejemplo, muy transitada en los Estados
prácticas del arte electrónico. El ciberdra.ma interactivo, por ejem, Unidos, ha tenido aquí poco desarrollo, Quizá porque no hubo
plo, bien puede ser considerado una subespecie de la tecnoescena acceso por este lado del planeta a ciertos programas informáticos
y la poesía electrónica rite rpeczfc, esto es, localizada en entornos que desde finales de los años ochenta fueron las plataformas espe-
cerrados o abiertos que exceden al que ocupa un lector frente a una cíficas que se usaron en las primeras novelas hipertextuales, como
pantalla, bien puede ser considerada una forma de instalación. Los el programa Stary.spare, creado por Michael ]oyce,jay David Bolter
críticos con mayor trayectoria dentro del campo suelen adoptar la y]ohn B. Smith y perfeccionado por Mark Bernstein. Quizá ram—
idea de que leer estas manifestaciones dentro de una u otra “dis, bien porque Cortázar había publicado Rayuela en los sesenta, una
ciplina” artística 0 género es más una cuestión de tradiciones cri— myuelzz hipermedial no resultó atracción suficiente.
ticas que de otra cosa. De todos modos, la novela hipermedial en CD-ROM Tal vez ma-
De hecho, si pensamos en la literatura, hace ya rato que sus lími— ñana, coproducción argentino—uruguaya con idea y dirección
tes no pueden darse por sentado. Esto es, lainestabilidad del hecho del relizador e investigador en nuevos medios Martín Groisman,
literario en tanto tal no es producto exclusivo de la mutación tec- presentada en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires en
32 nológica ni data solamente de los años recientes. Desde inicios del 1999, es un caso pionero. Dentro de la narrativa, han sido más 33
siglo XX la literatura havenido recorriendo el camino de su pro— frecuentes las experiencias a veces colaborativas posteriores al
pia borradura o deslimitación en función, por un lado, de la pues— desarrollo de la web 2.0. Aun así, la explosión de la “literatura
ta en crisis del sentido, del lenguaje y de la experiencia y, por otro, blog”, si bien habilitó nuevas y grandes posibilidades de auto—
del cruce entre lenguajes, disciplinas artísticas, autores y lectores, publicación, no siempre generó nueva literatura. Por una parte,
arte y no arte, —lo que implica que ha recorrido el camino tanto hubo producción de ficción colaborativa propuesta en algún sen,
de su mutismo como de la puesta en cuestión de la autonomía tido a manera de juego (diarios que producen por ejemplo “jue—
para plantear impulsos de antiautonomía y hasta de posautono— gos de verano” en el que un escritor reconocido escribe junto
mia. Con todo, esa inestabilidad está también vinculada (no de- con sus lectores una ficción por entregas), también novelasvblog
terminada pero sí vinculada) a la presión ejercida por el espacio del tipo de las de Hernán Casciari (Más respeto que soy tu
tecnológico, que empuja los lindes entre las distintas ramas del madre, recopilación del Weblog de una mujer gorda publicado
arte y entre artistas y no artistas hasta hacerlos difusos de tan elás— en Internet entre septiembre de 2003 y julio de 2004 y elegido
ticos. La palabra artística ha entrado asi, por dirpºhibilz'dad temo- en 2005 como el mejor blog del mundo por la cadena alemana
la'gíca, en nuevos tratos con la imagen, el sonido y los cuerpos en Deutsche Welle), y pasajes “transformacionales” del blog al libro,
movimiento, de modo que el carácter de lo literario no siempre en donde el blog, laboratorio de escritura se transforma luego
queda del todo claro. Y la literatura electrónica contemporánea es en novela (Monserrat de Daniel Link es un muy buen ejemplo).
un ejemplo bastante paradigmático en ese sentido. Sin embargo, en muchas ocasiones el blog —bitácora, diario o te-
Podría decirse que en laArgentina la literatura electrónica o ciber- gistro del yo on line— termina (o comienza) siendo solo una “pi-
zarra” pública y el objetivo del escritor está puesto en otro lado, obra-espectador, surge un nuevo tipo de museo: el cibermuseo,
por ejemplo, en hacerse conocido a través del blog para lograr también conocido como “museo virtual”.
que una editorial lo publique. El cibermuseo podría definirse como una forma de museo vir,
Siguiendo una apreciación del crítico y poeta digital francés tual que aprovecha algunas de las potencialidades que la tecno—
Philippe Bootz, podríamos decir que si la tradición estadouniden— logía web ofrece para el campo de la museologíaz la construcción
se más fuerte en literatura electrónica ha sido en sus comienzos la _m_ultimedia de archivos (con imágenes, texto, video, sonido); la
de la ficción narrativa hipertextual, la tradición europea más visi- divulgación y publicación completa de las colecciones; la desma-
ble ha sido la que se conoce como literatura “generada” en la que terialización y deslocalización del espacio físico del edificio museo
los textos son generados automáticamente a partir de procedi- que posibilita a un público “global” un acceso remoto, extraterri—
mientos algorítmicos aleatorios, cuya iniciación se remonta a fines torial y gratuito; la interacción con las obras expuestas y la gene—
de la década de los cincuenta. Esta tradición ha dado en general ración de recorridos propios. Estas características son solo algu-
más obras de poesía electrónica que de narrativa pero se podria nas de las posibilidades que los cibermuseos pueden adoptar pero
aplicar a ambos. Y la tradición latinoamericana más fuerte —con de ninguna manera abarcan la totalidad de formas de lo que es o
mayor presencia de la poesia electrónica brasileña— sería la que se podría ser. Sus combinaciones y sus diversos diseños crean una va—
deriva de la poesía concreta en su paso hacia una imaginación di— riedad compleja de posibilidades que imponen comprender al ci-
gital tecnopoesía . CK bermuseo de una manera muy abierta, como una forma potencial
34 de museo que explora nuevas formas tecnológicas de musealidad. 35
9
Cuando exploramos a nivel locallos casos de cibermuseos, encon—
> CIBERMUSEÚ Desde mediados de los años noventa, en un contex— tramos una multiplicidad de formas de exhibición, publicación y

to de transformación del arte —tanto a nivel de las prácticas como divulgación de arte que podrían ser cibermuseos pero que no lle-
de las formas de exposición y las instituciones— laweb se convir- gan a serlo porque, en sí mismas, no alcanzan a distinguirse de
tió en un nuevo espacio de experimentación y en una herramien- todo el conjunto de sitios webs y blogs de artistas y de institucio-
ta fundamental para la diñrsión, sociabilización y gestión de la vi— nes de arte que existen hoy. En este sentido, hasta el momento, el
sibilidad artística. El desarrollo del net.art y la proliferación de cibermuseo se presenta más como una expresión programática que
colectivos artísticos que buscan una mayor autonomía en la cir- como un fenómeno concreto y expandido. A su vez, la flexibili—
culación de sus trabajos, sumados a la aparición de nuevas y di- zación de lo que hoy entendemos por museo y la utilización de
versas instituciones dedicadas al arte, dan forma a una nueva es-“ este término para designar formas diversas —no todo lo que es nom-
cena en la que Internet se presenta, desde distintas perspectivas, brado en Internet como “museo” podría ser definido específica—
como un nuevo dominio para el campo del arte. Las formas de mente como tal— colaboran con una situación que hace difícil de-

circulación que el arte digital en todas sus modalidades impone, finir claramente qué es un cibermuseo y lo convierten más en un
y la visibilidad y musealización que Internet habilita, tienen como campo de experimentación incipiente. Si bien el término ciber-
efecto una ampliación no solo del concepto de obra de arte sino museo contiene una limitación conceptual ya que muchos de los
también de la idea tradicional de museo e institución artística. En casos que mencionamos a continuación no son “estrictamente”
este marco, acompañando a la necesidad de renovar las relaciones museos, su utilización sigue siendo válida para pensar todo un
nuevo campo de ensayo para la circulación de arte. Por esto, para llan y transforman puede ser la base para pensar cualquier intento
analizar cómo se desarrolla este campo de acción, deberíamos tam- de clasificación 0 diferenciación de toda lavariedad existente de ci—
bién hablar de “cibergalerias”, “ciberespacios de arte”, “ciber cen- bermuseos. Partiendo de la idea de contenido, podemos encontrar
tros culturales”, etcétera, como ejemplos distinguibles dentro de —como propone Laura RegilVargas en “Museos virtuales: entornos
un nuevo paradigma museográfico. para el arte y la interactividad”— dos tipos de cibermuseos: a) los que
Comprender qué es un cibermuseo o que podria serlo significa, exponen obras de arte no digital, lo que significa que siempre son
primero, entender que es algo muy distinto a un museo y queno reproducciones o imágenes de obra; b) los que exponen obras de
se limita a una transcripción del museo “real” al espacio virtual, arte digital (net.art, ciberarte, webart). Dentro de los primeros, se
lo que no daría cuenta de la singularidad de estas nuevas forma- encuentran todos los sitios de los museos y espacios de arte locali—
ciones museisticas que estarían transformando no solo las capaci- zabies geográficamente. La listade ejemplos es hoy descriptivamen—
dades del museo, sino también la idea misma de museo y todo el te inútil ya que casi todos los museos e instituciones poseen sus pro-
paradigma de sentidos y prácticas que lo enmarca: la recepción, pios sitios web de difusión que funcionan como sedes virtuales en
la curaduria, el rol del artista y el surgimiento de la figura del ar— las que se proponen nuevos espacios de divulgación como materia—
tista-gestor, la valoración de las obras y el objeto arte, la idea de les educativos on line, visitas virtuales, audio—guías on line, panorá—
patrimonio, etcétera. La idea de lo virtual estaria señalando la ca— micas de sus salas y archivo de imágenes e información sobre sus co-
pacidad potencial de algo —un museo en potencia o varios muse- lecciones, entre otras cosas. La segunda clasificación supone un
36 os imaginables—, y la desmaterialización del museo continente —un problema más complejo porque hace necesario pensar la transfor- 37
museo sin edificio y deslocalizado— pero no la concreción de algo mación que por su especificidad y materialidad implica el arte de la
distinto y especíñco por su espacio y tiempo: el cibermuseo. Dentro web que vuelve indiferenciables al par continente—contenido porque
de las posibles formas imaginables, como lo fueron en su momen- la materia y los temas con los que trabaja son siempre su espacio de
to el “museo transportable” de Duchamp y el “museo imaginario” exhibición, es decir, laweb misma. Aunque en muchas ocasiones el
de Mairaux, el cibermuseo propone una nueva forma que adopta net.art es incorporado a exhibiciones en museos y galerías tradicio—
la especificidad del espacio cibernético y las tecnologías digitales nales, permitiendo una interacción con el público distinta, algunas
de la información y desarrolla experiencias artisticas específicas en obras de net.art pueden ser entendidas en sí mismas como espacios
su medio, nuevas formas de encuentro y acceso al público. En este de difusión postmuseales que crean, con una estética y un funcio-
sentido, la experiencia virtual que propone el cibermuseo es solo namiento propio, formas nuevas de exhibición tecnológica.
uno de los aspectos que lo constituyen. Desde otra perspectiva )! cruza'ndose con la clasificación anterior,
Para no convertir al cibermuseo, denominación en la que permane- a partir de la idea de continente, se puede hacer otra distinción:
ce la idea clásica de museo, en un concepto excluyente, es necesario a) los cibermuseos cuyo espacio contenedor existe solo en la web;
retomar un abordaje más amplio que piense lo “museal” como un b) y los que, siendo parte de espacios tradicionales, funcionan
proceso activo que permite abordar diversas formas de musealidad como un complemento o sede tecnológica.
que no se corresponden, en muchos casos, con los componentes tra— Las dos distinciones mencionadas permiten pensar diversas combi—
dicionales del museo como por ejemplo el par continente—conteni— naciones y c'tuces que no son excluyentes ni tampoco describen la
do. La reflexión sobre cómo el continente y el contenido se desarro— totalidad de cibermuseos que pueden encontrarse pero que, no obs—
tante sus limitaciones, esbozan una manera de abordar el análisis de no digital y que colaboran con una propuesta institucional mayor.
lo que es o podría ser un cibermuseo. En este sentido, el ejemplo Con todo, en algunos de estos casos, el espacio web entendido como
uruguayo del MUVA (Museo Virtual de Artes El País) se acerca bas- cibermuseo les permite albergar salas virtuales dedicadas en su es—
tante a lo que podria imaginarse como un cibermuseo cuya sede es pecificidad material a proyectos artísticos de características no tra—
exclusivamente virtual y que exhibe obras plásticas no digitales. dicionales y diversas. Es decir, de net.art, o arte digital en general o
Creando una arquitectura virtual en tres dimensiones, que puede ser también de divulgación de proyectos. Elsitio web del CCEBA (Centro
recorrida y transitada como si se estuviera físicamente en un edifi- Cultural de España en Buenos Aires) señala algunas de esas carac-
cio, el MUVA es un cibermuseo que traduce la idea tradicional de terísticas en sus solapas de Medialab, Talleres en Red, los Blogs olas
museo al espacio web. Es decir, planifica un edificio con recorridos dedicadas a Multimedia. En otros, encontramos propuestas parcia—
de muestras estables e itinerantes que contienen información sobre les que señalan cierto intento de experimentar con laidea del ciber—
obras y artistas y que permiten generar “selecciones personales". museo pero que, en la acción, solo innovan con algunas posibilida—
Continuando con otro caso que propone un espacio de exhibición des dadas por el mismo dispositivo te'cnico. Un poco en esta dirección,
de arte no digital exclusivo de laweb, el sitio argentino de Red Galería limitándose solo al espacio edilicio, la Dirección General de Museos
permite seguir pensando otras actitudes. Si bien Red Galería no es de la ciudad,de Buenos Aires creó recorridos Virtuales de algunos de
un museo ni pretende serlo —su mismo nombre lo deja claro—, es in— sus museos: el Museo Casa Carlos Gardel y el Museo de Arte
teresante pensarlo como tal teniendo en cuenta que otros casos que Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. Siguiendo modalida'
38 si se llaman “museos” no evitan la pregunta de si verdaderamente lo des ya implementadas por museos como el Tate Modern de Londres, 39
son, como el ejemplo del MUNTREF (Museo Virtual de la Universidad el MOMA o el Metropolitan de NuevaYork, esta tendencia a utili-
de Tres de Febrero), que solo permite acceder a las exhibiciones rea— zar laweb como espacio museable está siendo adoptada a nivel local.
lizadas en la universidad a través de imágenes y filmaciones de las Actualmente, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires
salas pero sin posibilidades de interacción. Red Galería es un ejem- está incluido en Google Project Art. Si bien este hecho se convier—
plo que ayuda a visualizar cómo en laweb comienzan a reproducir— te en un síntoma de una tendencia mundial, cualquiera que visite
se situaciones de recepción, circulación, distribución, comercializa— alguno de los museos incluidos en el GPA sabe que esta' muy lejos de
ción y legitimación del arte que no proponen nuevos hábitos de tener una vivencia virtual de museo y que su experiencia se reduce
consumo y solo ofrecen un nuevo espacio que, muchas veces, es más al acceso a una base de datos interactiva.
simple de gestionar y sostener económicamente. Al ingresar al sitio, Desde un uso muy distinto, se encuentran casos como el del sitio de
queda claro que se procura traducir virtualmente la acción de una Espacio FundaciónTelefónica que, con una marcada intención pe—
galeria tradicional de arte: nos recibe la representación de una per— dagógica, publica visitas guiadas on line que se complementan con
sona en un mostrador que introduce a salas de exposición a las cua— comentarios de especialistas, artistas y curadores. Los fines educati-
les se puede visitar y que tienen, como toda muestra, un título, ex, vos son motivadores de varias propuestas institucionales en laweb.
plicitando con esto la presencia de un curador. RedGaleria participó Las áreas educativas de sitios como los del MALBA (Museo de Arte
de ArteBA junto al stand de Fundación Proa en el año 2010. Latinoamericano de Buenos Aires), Fundación Proa o el Museo
En referencia a aquellos casos que tienen un correlato institucional Castagnino+Macro con sus ediciones digitales ciertamente no po-
y físico, en general, nos acercamos a cibermuseos que exponen arte drían pensarse como cibermuseos pero, sin embargo, adoptan mu—
chas de las herramientas que los definen. Entre ellas, audio guías on capié en la recepción y en la formación de nuevos públicos. Desde
line, materiales para docentes para trabajar en el aula, actividades e esta nueva problemática, el término cibermuseo no logra expre-
información previa sobre las exhibiciones y espacios de conversación. sar la complejidad del fenómeno que lo enmarca reduciendo la
La lectura de estos casos deja a la vista que el cibermuseo es una po- discusión a una descripción de las nuevas formas de museo que
tencialidad poco explorada hasta el momento a nivel localy un fenó— Internet alberga. Pero si entendemos la idea de museo como ins—
meno poco discutido el nivel internacional. Hasta el momento, solo titución nos aproximarnos un poco más al problema, aunque una
podemos intentar explicar lo que podria ser pero no tanto lo que es. denominación como “ciberinstituciones” recae en una amplitud
Aunque muchas veces pasado por alto o menos valorado, el po- que no permite señalar la especificidad de lo muselstico. Para
tencial más fuerte de los cibermuseos, y del uso de Internet, se en— una mayor comprensión, habría que entender al cibermuseo como
contraria en las posibilidades que ofrece para la circulación del un concepto que estaria de alguna manera incluyendo un proce-
arte, es decir, para la distribución. En este sentido, Internet, por so de emergencia de estrategias de resistencia postmuseales resul-
su cualidad de ser, simultáneamente, medio e instrumento de di— tado de dos situaciones: por un lado, el surgimiento de prácticas y
fusión seria un recurso accesible paraque artistas, curadores y ges— obras cuya materialidad exige nuevas formas de circulación pro-
tores creen museos y espacios de visibilidad propios. Como expli— blemáticas para los espacios físicos tradicionales de exposición, y,
ca José Luis Brea en “El museo contemporáneo y la esfera pública”, por otro, íntimamente relacionado con lo anterior, el resurgimien-
con el crecimiento del arte de laweb y con la emergencia de ex- to de una voluntad democratizadora que busca salir de los muros y
40 periencias artísticas, que por sus propuestas y materialidad no en- condicionamientos de la institución artística para generar formas al— 41
cuentran un lugar dentro del museo de arte contemporáneo como ternativas de circulación, más abiertas, accesibles y flexibles. MR
mecanismo legitimador, la producción estratégica de dispositivos
alternativos y la apertura de territorios discursivos autónomos de
comunicación directa, auténtica y no mediada se vuelve central. > CINE EXPERIMENTAL En tanto forma artística cuyo soporte es
En un nuevo contexto de disputa con la institución arte, los ar- intrínsecamente tecnológico, el cine —desde su misma creación—
tistas encuentran en Internet una herramienta potencial para la podría considerarse como una tecnopoética. Sin embargo, una vez
construcción de nuevas formas de museos. pasado aquel primer momento inicial de su historia, el cine se po—
Con todo, si el énfasis puesto en la difusión frena nuevas experi— siciona como dispositivo en el marco de una cultura cada vez más
mentaciones en relación con otras propiedades de la misma web, audiovisual y se institucionaliza, a partir de normativas que regu-
la construcción cibermuseal quedaría quizá a medio camino. La lan sus modos de representar. Así, de alguna forma, pierde (más
interactividad, la deslocalización y los espacios de conversación se— bien abandona) esa capacidad de hacer visible el dispositivo, de
rían aspectos sustanciales para cualquier intento de conceptualiza- cuestionar, reflexionar o innovar sobre su soporte tecnológico.
ción del término cibermuseo. La potencialidad de los cibermuse- El cine experimental es aquel que justamente irrumpe, en dife-
os para generar nuevas formas de musealidad radicaria en su rentes momentos de su historia, como una desestructuración: de
capacidad para establecer una recepción activa por parte del públi— formas de representar, estetizar, y narrar. El término “experimen—
co, convirtiéndolos en espacios de sociabilidad de acceso remoto. tal” se utiliza para englobar a una cantidad de producciones cine-
Estas posibilidades dadas por el dispositivo tecnológico hacen hin— matográficas tan diversas que resulta imposible pensarlas como
pertenecientes a un todo homogéneo. Si existe algo que las une, rimentó estéticamente con las posibilidades del medio a partir de
es una cierta voluntad de juego, de curiosidad por las posibilida— sobreimpresiones, exposiciones múltiples, y la intervención fisica
des de su propio medio que lleva a los cineastas a una indagación sobre el material fílmico, entre otros procedimientos luego reto—
(una experimentación) de/con la forma cinematográfica. mados por las nuevas generaciones de cineastas experimentales,
Fueron Marcel Duchamp, Man Ray, Luis Buñuel, entre otros, los En el plano local, siguiendo nuevamente a Marín, se puede iden—
primeros en apropiarse del lenguaje cinematográfico para, en su tificar el pasaje de una concepción de la forma cinematográfica
autorreferencialidad, provocar ese “shock” liberador en el espec- pura y absoluta acompañada de un proceso creativo aislado e in-
tador al que aspiraban las vanguardias históricas. dividual, a una visión múltiple y más amplia acompañada de un
Luego, en la década del sesenta, el experimentalismo llegó por un ' proceso creativo colectivo. Esta última concepción es la que ca—
lado de la mano del llamado cine estructural o minimalirtu, que racterizó a la llamada década prodigiosa del cine experimental ar—
consistió en la búsqueda aún más extrema y despojada de la forma gentino (1965el975), En ella confluyeron experimentalismo for-
cinematográfica a partir de un proceso creativo donde predomi- mal, a nivel estético, y underground, a nivel social y cultural.
na la racionalidad. Así, el primer film de Andy Warhol, Sleep Erigiéndose desde los márgenes, este cine se planteó como una al—
(1963), muestra a un hombre durmiendo durante aproximada— ternativa al circuito comercial cinematográfico y a sus formas ins-
mente cinco horas. titucionalizadas de representación, producción y distribución. Sus
En laArgentina, esta corriente tuvo su correlato, primero, en laobra principales exponentes fueron Narcisa Hirsch y Claudio Caldini,
42 de Horacio Coppola, y, más tarde, con el cine de Luis Bras yVíctor junto a Marie—Louise Alemann, Horacio Valleregío, Juan Villola, 43
Iturralde. Pablo Marín sostiene (en el catálogo de laobrade Narcisa Juan José Mugni, Jorge Honik, Silvestre Byron. Muchos se cono-
Hirsch, compilado por Alejandra Torres) que este cine, entendido cieron en UNCIPAR (Unión de Cineastas de Paso Reducido), un re—
como construcción abstracta y no ilusionista, prefigura al cine es- ducto de resistencia del cine independiente que fue el espacio
tructural de Narcisa Hirsch, una de las principales exponentes del donde comenzaron a difundir sus obras ante el, muchas veces, ira-
cine experimental argentino. Su film Comeout ( 1974), re-constru— cundo público. Luego, a comienzos de los setenta, el lugar que los
ye en 11.38 minutos y dos planos, la imagen de un tocadiscos, en- nucleó fue el CAYC (Centro de Arte y Comunicación, dirigido por
focando muy lentamente a medida que la toma se aleja. La banda Jorge Glusberg), para pasar a ser —con la llegada de la dictadura
sonora es una obra homónima de Steve Reich. militar— el Instituto Goethe.
Por otro lado, también en los sesenta, el lituano jonas Mekas fue Estos fueron los espacios de difusión alternativos en donde este
el referente y portavoz del cine undergroundestadounidense, una cine under y experimental tuvo lugar. Tal como sostiene Rodrigo
vertiente diferente, a nivel estético y de producción, del cine ex" Alonso en “Buenos Aires Underground”, al ubicarse al margen de
perimental. Sus film-ensayo se caracterizan por la subjetividad de la industria, estos directores pueden evadir sus determinaciones:
la primera persona, su voz y su propiapresencia, en una narración ya no existen pautas de duración, tipo de imagen, calidad, forma—
discontinua y fragmentaria. tos o temas. Y esto posibilita asimismo, un diálogo directo con el
Stan Brakhage, estadounidense y contemporáneo de Mekas, es público en las proyecciones.
considerado uno de los principales referentes del cine experimen- Si bien existía una claravoluntad rupturista y de oposición a las for—
tal. En su vasta filmografia plasmó una mirada subjetiva y expe- mas contemporáneas del cine, no hay, en la mayoria de los realiza—
dores de esa generación, una labor teórica en torno al tema, salvo Narcisa Hirsch.Asimismo, uno de los procedimientos más frecuen—
por el trabajo de Byron, que resulta fundamental para comprender tes de estos artistas fue la intervención plástica sobre el celuloide:
el desarrollo del cine underground argentino. El director propone se lo quemaba, rayaba, dibujaba, recortaba. De esa manera, se da
un Modo de Representación Opcional (en oposición al MRI —Modo la paradoja de que en la búsqueda formal por la especificidad de lo
de Representación Institucional—, término acuñado por Noel Biírch). cinematográfico, los realizadores se encuentran en un diálogo abier-
EL MRO funda un Cuarto Cine, diferente del institucional y del de to, un intercambio fluido, con otras formas de arte.
oposición (el Tercer Cine de Solanas y Getino, politico, militante, En cuanto al dispositivo mismo, este grupo de cineastas comen—
revolucionario), y que se caracteriza por el experimentalismo. Las zó filmando en 16 y 8 mm, para luego pasar al Super—8. Cuando,
imágenes opcionales quedan libradas a si mismas y carentes de las a fines dela década de los ochenta, este formato resultó de difícil
exigencias de laindustria. Una imagen autónoma, no pertenecien— acceso, algunos volvieron a los 16 mm y otros se acercaron al video.
te al sistema, puede escapar así a su dialéctica. En la actualidad, y con la multiplicidad de soportes digitales, exis—
A pesar de sus claras diferencias estéticas, algunos de estos rea— ten cineastas experimentales que apuestan a una revalorización y
lizadores se identificaron como grupo y produjeron obras co- resignificación de los formatos cinematográficos analógicos. Uno
lectivamente. Una de las primeras fue Marabunta (1967), un de ellos es Ernesto Baca; su largometraje Mujermujer (2011), fil—
documental de Narcisa Hirsch, Marie-Louise Alemann y Walter mado en Super-8, atraviesa escenas de la vida cotidiana fuerte-
Mejía, con cámara de Raymundo Gleyzer. Maru/¡unta fue a la mente subjetivas. El artista manipula su obra desde el celuloide (a
44 vez un happening (y el registro de un happening) en el hall del través de intervenciones plásticas y filtros) hasta en la proyección 45
Teatro Coliseo, durante el estreno de Blau! up de Antonioni, en misma: en ocasiones realiza el montaje del film de acuerdo a las
el que el público podía comer una figura de mujer que habían ar- reacciones del público, otorgando a la instancia de recepción un
mado con frutas y otros alimentos. carácter performático.
Otros, más alejados de esta idea de producción colectiva, crearon En otra línea, el cine de Paulo Pe'cora centra la experimentación
obras individualmente, en una concepción más perfeccionista y fundamentalmente a nivel narrativo. Lo real y lo no real, lo coti—
esteticista. Tal es el caso de Claudio Caldini: en su film Baltazar diano, lo extraordinario y lo onírico se organizan en un flujo que
(1975, 3 min.), el director experimentó con el montaje en cáma— tiende a cierta circulatidad y en la que el trabajo con recursos del
ra a través de cinco planos en los que se observa a un chico jugan— cine y la fotografía —como en Una forma estúpida de decir adiós
do en la playa. El pasaje entre los planos se da tanto a partir del (2003)— se orienta hacia esa experimentación narrativa.
montaje en cámara como mediante fundidos encadenados y cor— La producción contemporánea de cine experimental argentino es
tes que construyen un ir y venir fluido entre los movimientos del considerable. Además de los casos ya comentados, se destaca tam-
niño y la fluctuación del mar. bién la obra de Pablo Marin, Sergio Subero, Rubén Guzmán y
Al hablar de esta obra, Caldini remite a laideade un “poema zen”. Andrés Denegti, entre otros.
Resulta interesante la relación que esta generación de cineastas es— Con respecto a los integrantes del primer grupo de cine experi-
tablece con otras formas de arte como la poesia, el ensayo y ladanza: mental, Narcisa Hirsch y Claudio Caldini han tenido una exten—
“El cine experimental es poesía, una danza, una música/ Las imá- sa producción a lo largo de los años y hastala actualidad, siendo
genes tejen la trama,/ como las palabras tejen un poema”, escribe hoy los principales referentes de lo experimental en el cine. Como
cineastas y educadores, mantienen un vínculo directo con las nue minosas. En este último caso, los movimientos de luz, al iluminar
vas generaciones. Narcisa Hirsch trabaja en el presente en colabo- la obra con distintos colores o desde diferentes focos, generan cam-
ración con la realizadora de video Daniela Muttis; juntas han res- bios en su apariencia. Otras obras son estáticas y el movimiento
taurado parte de su filmografía y han construido en colaboración que generan es de carácter ilusorio, óptico. Las obras cinéticas de
nuevas obras, como El mito de Narciso (2010). estas caracteristicas están emparentadas con el arte óptico (op art),

Queda entonces pendiente la pregunta por el soporte: ¿influye en que juega directamente sobre la experiencia visual del espectador.
la determinación de la forma cinematográfica?, ¿qué pasa cuando El arte óptico ha encontrado grandes posibilidades de desarrollo
los realizadores de cine utilizan el video como soporte? Adrián en el cinetismo virtual generado por computadoras con progra-
Cangi corre el eje de la cuestión afirmando que, más que por la mas de diseño. Por último, hay obras que solicitan el desplaza-
utilización de un formato u otro, la experimentación audiovisual miento del espectador con el propósito de observar efectos cam—
se define por la configuración de un ritmo conceptual a partir de biantes que dependen del punto de vista.
la técnica que se encuentre disponible. Asimismo, Philippe Dubois, Las primeras manifestaciones del arte cinético pueden encontrar—
habla de “cine extendido” para referirse a formas que exceden aque— se a comienzos del siglo )0( en el movimiento futurista y en cier—-
llo que se llama(ba) cine, a partir de la migración de imágenes (in— tas obras de Marcel Duchamp como Rotary glassplutes (1920) y
tertextualidad visual, reciclaje y re—empleo remix ) y de disposi- los Rotorelí¿fi (1926), discos de distintos colores que al girar en
tivos (de sus lugares, modos de ser y usos). una bandeja (gramófono) producían una sensación de profundi—
46 Parafraseando a Dubois, podemos afirmar que mediante la experi— dad eomo experimento para introducir el movimiento en la pin» 47
mentación audiovisual, adopte el formato que adopte (instalaciones, tura. Poco más tarde, en la década del treinta, Alexander Calder

perfºrmances y teatro con proyecciones tecnoescena , videoarte, inventó los Móviles, esculturas formadas de hilos y piezas metáli—
videodanza; en museos, en la calle, en los cines, en teatros, en recita— cas colgantes movidas por los desplazamientos de aire del ambien—
les), la imagen cinematográfica, multiplicada y omnipresente, gana te. También pueden mencionarse las particulares esculturas pene—

terreno extendiéndose sobre los modos de pensar la imagen. ML trables del venezolano jesús Rafael Soto donde la experiencia se
modifica con el movimiento del espectador.
En laArgentina una obra precursora del cinetismo y, a la vez, ícono
> ClNéTICO El arte cinético es una corriente artística fundada en la del arte abstracto»concreto en Latinoamérica es Róyi, la primera es-
estética del movimiento. Se representa principalmente en laescul- cultura móvil y articulada creada por Gyula Kosice en 1944.A par-
tura cuando recurre a elementos móviles, y en la pintura cuando tir de la década siguiente, el arte cinético está principalmente repre-
juega con la percepción del espectador recurriendo a ilusiones óp— sentado por julio Le Parc, nacido en Mendoza en 1928 y residente
ticas. Los estudios sobre la vibración retiniana revelan la imposi— en París desde 1958, ciudad donde abandonó los medios tradicio—
bilidad de nuestros ojos de acomodar simultáneamente lavista en nales y clásicos de la pintura para experimentar con resonancias,
una superficie de dos colores violentamente contrastantes. movimientos rotatorios y giratorios, reflejos, luces y sombras. Fundó
En algunas obras cinéticas el movimiento es real: la obra puede escuelas de arte e investigó sobre lo visual, el movimiento y los co-
tener partes móviles, estar accionada por motores 0 dispositivos lores, creando junto a otros vanguardistas argentinos y franceses
mecánicos o modificarse por unjuego de luces 0 proyecciones lu- la nueva tendencia del arte cinéti'co.
Las obras cinéticas de julio Le Parc son piezas realizadas con ma— dirigidos al “ojo humano”, denunciando el elitismo del arte tradi-
teriales industriales que incluyen el factor sorpresa, el movimien— cional que apela al “ojo cultivado”. A través de la tecnología, el
toy la transformación producida, en muchos casos, a partir de la GRAV buscó una vía hacia la erosión de los límites entre arte y vida.
manipulación por parte del espectador. El artista tuvo siempre una En las obras de Julio Le Parc el encantamiento visual, la eficacia
actitud crítica frente a la concepción de laobrade arte estable y de— del efecto y la sorpresa generada por estructuras y mecanismos lu-
finitiva, Esta perspectiva lo condujo a experimentar con la luz y el minosos sumergen al espectador en un clima de fascinación. No
movimiento; ya sea ilusorio, como el creado por efectos ópticos, o se proponen como un hecho exterior al espectador sino como un
real, como el generado por motores. Sus experiencias ópticas co- ambiente en el que este último participa. Su arte es experimental
menzaron con pinturas que presentaban secuencias progresivas de no solo porque las propuestas experimentan con materiales y pro-
formas, posiciones y colores, generando inestabilidad visual. cedimientos, sino porque proponen experiencias renovadoias de
En 1960 Le Parc participó en la fundación del GRAV (Groupe de la recepción artística tradicional. Por ejemplo, las obras de arte óp-
Recherche d'Art Visuel) junto con Horacio Garcia Rossi, Francois tico basadas en estudios acerca de las ilusiones y los efectos ópti—
Morellet, Francisco Sobrino, ]6el Stein y]ean-Pierre Yvaral. En aque— cos de determinadas figuras y de los cambios en la percepción pro—
lla época, realizaba pequeñas cajas de luz con movimiento manual ducidas por el movimiento del espectador o por los cambios de
que producían cambios de imágenes y de color y, además, creaba incidencia de la luz.
sus primeros móviles que, iluminados con luz indirecta y rasante, Le Parc comenzó a incorporar micromotores en sus obras a partir
48 proyectaban sombras sobre pantallas curvas y planas. En 1963 el de 1964; las obras comenzaron a tener botones que el espectador 49
GRAV obtuvo la medalla de oro en la V Bienal de San Marino. En podiapulsar para hacerlas “funcionar”. El factor sorpresa provoca—
1964 participó de Documenta 3 y, en 1967, de la muestra Luz y ba un deshielo en el espectador que podia abandonar la pasividad
Movimiento que nie primordial en la historia del arte cinético, or- de la contemplación. La participación no se limitaba a pulsar un
ganizada por el Musee' d'Art Moderne de laVille de Paris. botón. Una familiaridad se establecía así entre el conjunto de los
Una de las preocupaciones básicas de GRAV fue motivar la participa— movimientos—sorpresa y el espectador provocando un comporta—
ción activa de un público nuevo, no especializado. Para esto realiza- miento activo y diverso.
ban encuestas, jornadas callejeras, salas de juegos y espacios recorri— También experimentó con cintas de acero inoxidable pulido sobre
bles, invitando alas personas a relacionarsedirectamente con las obras. un fondo liso o rayado. En estas experiencias empleó la luz artifi-
Buscaban que cada espectador interpretara libremente las propuestas cial en forma rasante para generar un efecto visual de luces y som-
y que esa libertad los impulsara a reflexionar sobre la situación coti— bras. Un ejemplo de este tipo de experiencias es Seis círculos en
dianade dependencia en la que podrían encontrarse, aspecto que para contorsión (1967). Esta obra, que puede visitarse en el MALBA, fue
Le Parc siempre fue el carácter politico de su trabajo. construida con cintas de acero, brazos mecánicos de aluminio y
Según el crítico Rodrigo Alonso (“Arte y tecnologia en Argentina: micromotores, en una caja blanca de madera esmaltada. Al apre-
los primeros años”), el GRAV sostenía lanecesidadde abolir la con— tar un interruptor ubicado en la pared, el espectador puede “acti»
cepción del artista como genio individual. Para ellos, el contexto var” la obra, haciendo que los seis círculos formados por las ban,
de exhibición y el lugar del espectador eran fundamentales. Esta das de acero 'comiencen a moverse lentamente. Como los círculos
convicción los llevó a experimentar con efectos ópticos y cinéticos están unidos, el movimiento de cada uno modifica la forma del
círculo de acero que está al lado. La luz rasante proyecta reflejos y te”, anteojos trucados de diferentes maneras que alteraban la vi-
sombras sobre el acero mismo y sobre el fondo de la caja, crean— sión normal de la realidad, fraccionándola, superponiendo ele-
do un juego visual que, junto con el movimiento y las formas si- mentos, multiplicándolos, dándolos vuelta, agregándole colores,
nuosas, resulta hipnótico. De cerca, además, puede oírse el ruido deformándolos, etcétera; “espejos” que deformaban, fraccionaban
que generan los motores. y multiplicaban lo reflejado; “zapatos para caminar diferente”, con
Otras experiencias desarrolladas por Le Parc son aquellas que se los que la participación física era más evidente y aquel que los en—
basan esencialmente en el desplazamiento del espectador. Por ejem— sayaba debía adaptar su manera de caminar a los zapatos que le
plo, un panel de láminas reflectantes; el espectador se descubre impedían hacerlo normalmente ya sea porque estaban montados
fraccionado y multiplicado junto a otros espectadores y objetos sobre resortes o eran muy pesados. Entonces el espectador dejaba
del entorno. Sobre este principio, Le Parc hizo otras experiencias, de serlo y devenía actor de la obra.
colocando fondos con imágenes predeterminadas que eran frac— Otros juegos basados en este principio de participación física fue—
cionadas y multiplicadas por placas reflectantes planas o curvas. ron: Suelo inestable, juego de equilibrio, Juego con cuerda sus-
En otros casos, las imágenes podían ser permutadas por el espec— pendida con un resorte. Los elementos de la Sala de Juegos no pre—
tador. Los temas buscados eran muy simples, por lo general for- sentaban mayor interés mientras permanecían estáticos, sin ser
mas geométricas repetidas uniformemente con el fin de que las objeto de manipulación. Lo interesante que se pudo constatar en
deformaciones y las Variaciones fuesen más evidentes. ocasión de su presentación fue que, sin ningún pedido ni informa—
50 Las experiencias con la luz y el movimiento se relacionan di- ción verbal o escrita, los espectadores descubrían por sí mismos la 51
rectamente con la idea de alejamiento de la obra fija, estable y manera de usarlos y en algunos casos inventaban colectivamente
definitiva. El espectador se encuentra rodeado o delante del una relación particular entre ellos y los elementos propuestos.
desarrollo de una multitud de cambios, elementos y formas, la Horacio García Rossi, nacido en Buenos Aires en 1929, es un ar—
inestabilidad queda en evidencia. La percepción del cambio es tista plástico argentino, también fundador del GRAV. García Rossi,
el elemento que completa la experiencia. A esta serie de expe— como los otros integrantes del grupo, experimentó con la luz y el
riencias corresponde el Espejo en vibración que es una placa movimiento en cambio constante. Entre sus obras cinéticas se des—
de metal pulido de 200 x 50 cm. Cuando se pulsa un interrup— taca la serie de Cilindros en rotación, que el público podía acti—


tor, un motor le imprime un movimiento de vaivén que la hace var manualmente, la serie Esferas en movimiento, obras de ple-
alternativamente cóncava y convexa, de manera que el reflejo xiglás con motor (1969-1971) y las Cajas de luz inestable
del espectador se achica y se agranda sucesivamente, lo cual pro— (1965—66), cuyos materiales son un motor eléctrico, lamparitas
voca risa. eléctricas, plexiglás y aluminio.
Estos elementos y otros parecidos fueron utilizados de diversas Las Geometrías dinámicas son obras de web art des-
maneras en las Salas de juego realizadas por el GRAV cuyo embrión arrolladas por Juan Le Parc inspiradas por trabajos de su padre, Julio
estaba en la Bienalde París en 1963. En ellas, Le Parc inauguró el Le Parc, derivados de investigaciones llevadas al final de los años
concepto de “elementos a ensayar”, por ejemplo: bancos con re- cincuenta sobre el tema de las secuencias, progresiones, transforma—
sortes que cedían bajo el peso de la persona que trataba de sentar— ciones y desplazamientos de elementos geométricos en el espacio
se quien, sorprendida, podía caerse; “anteojos para visión diferen- virtual. En esta serie, el cinetismo, en lugar de activarse con .mo-
mres, se acciona a través del diseño web: se. puede interactuar con quien retoma los postulados que en 1930 plasma Theo Van
la obra utilizando el mouse para ir de una situación ordenada hacia Doesburg en la revistaArte Concreto. En 1934 Bill toma este con-
una situación caótica: del orden al caos. La obra recuerda que la cepto )! comienza una búsqueda estética recurriendo al pensamien-
interactividad no es un invento de las herramientas informáticas, to científico, en detrimento de lo simbólico y las expresiones de
sino que ya era un concepto importante para los artistas de los la naturaleza. Mientras la matemática es la guía para la búsque—
años sesenta. CC da de formas, su paso como estudiante en la Bauhaus (y luego
fundador de la conocida escuela de diseño de Ulrn —Hae/7rrhule
f¿r Gertalmng—) le permite pensar la relación entre arte y produc—
> CONCRETO El arte concreto busca alejarse de cualquier forma ilu- ción industrial. La tradición de un arte matemático, técnico y
roriamente representativa o idealista y a lavez enfatiza el trabajo au— funcional será la pieza fundamental para el abordaje de distintas
torreflexivo con la materialidad de la obra. El concretismo que se variantes del concretismo que se desarrollaron en los años cua-
asocia así en forma bastante directa con las formas de producción renta y cincuenta, y entre las que se destacan las elaboradas en
materialde su época, y de allí con el carácter técnico, atraviesa hacia Latinoamérica, como el movimiento brasileño de poesía con-
mediados del siglo 30( diversas ramas del arte —la plástica, la mú— creta y, en la Argentina, la Asociación de Arte Concreto
sica y la poesía— que encontraron en el desarrollo científico un es— Invención[…º].
pacio que podía proveerles una nueva mirada. Pero en cada una de Max Bill es visitado en 1948 por Tomás Maldonado quien, guia—
52 estas ramas, lo concreto adquiere matices algo diferenciados que do por preocupaciones similares a las del suizo, había fundado en 53
responden a la especificidad de cada lenguaje, Enla plástica, el mo- noviembre de 1945 la Asociación de Arte Concreto lnvención
vimiento concreto fue un desagregado del arte abstracto (más allá de (AACI) junto a Edgar Bayley, Antonio Caraduje, Simón Contreras,
lo paradójico que pudiera parecer no contraponer ambos términos); Manuel 0. Espinosa, Alfredo Hlito, Enio Iommi, Obdulio Landi,
lo “concreto” radicaba en los elementos constitutivos de lavisuali- Raúl Lozza, R.V.D. Lozza, Primaldo Mónaco, Oscar Núñez, Lidy
dad: en particular las formas geométricas que permitían construir Prati, Jorge Souza y Matilde Werbin.
sistemas autónomos de composición dejando de lado toda referen- Maldonado delinea las bases en laArgentina de esta nueva concep—
cialidad. Por su parte, la música concreta, cuyo promotor más reco- ción valiéndose para ello del materialismo dialéctico, con el fin de
nocido fue el francés Paul Schaeffer, creador en 1949 del Groupe de formular una estética materialista o concreta que abarque, desde la
Recherche de Musique Coneréte (GRMC), proponía el trabajo con el plástica, al espacio y al movimiento. Mientras en la realidadlos ob—
registro directo en grabaciones de los sonidos “concretos” del jetos existen tal cual son, en el cuadro, la representación íigurativa
mundo real, es decir, exterior a la música Electroacústica]. En la los vuelve ilusorios, por ende, el concretismo mediante el plano, la
poesía, el material a reconocer como “concreto” fue el signo lin— línea y demás formas geométricas escapa a lo vago y especulativo.
giiístico ya sea en su forma oral (la materia fónica) o escrita (la ma— Lo concreto implica, según Tomás Maldonado, la invención de una
teria gráfica). belleza objetiva; en este sentido, considera que Desarrollo de 14
Uno de los máximos exponentes del concretismo en la plástica y temas (1951-1952) es su obra más paradigmática del período con—
que tendrá un rol de importancia en relación con el desarrollo creto ya que, literalmente, le permitió explorar nuevas formas y
del arte concreto en la Argentina y Brasil, es el suizo Max Bill, contenidos… Es conocido también que más adelante Maldonado
emigraria y seria el mismo uno de los directores de la escuela de Por otra parte, la poesia concreta es sistematizada en Brasil a prin—
Ulm. Su obra ha quedado más ligada a sus desarrollos como teó- cipios de la década del cincuenta a partir de la publicación de la
ricb mientras que algunos artistas del grupo como Lidy Prati, Ennio antología Noigandres, siendo sus promotores Haroldo de Campos,
Iommi, Alfredo Hlito 0 Raúl Lozza (fundador en 1948 del Augusto de Campos y Décio Pignatari. Sin embargo, hay hipóte—
Perceptismo) han quedado quizá como ejemplos más representa- sis que sostienen que el primer poema concreto fue producido
tivos debido a la mayor continuidad de su obra plástica. mucho tiempo antes y que a lo largo de la historia de la humani—
Como señala MaríaAmalia García (Elarte abstracta. Intercambiar dad existió poesía con características que permitirían situarla en
culturales entre Argentina y Brasil) durante los años cuarenta y una tradición concreta, que no fue sistematizada bajo ese nom—
cincuenta la abstracción y el concretismo comparten un mismo bre. La poesía concreta supera la disyuntiva extendida entre la
campo de significaciones que configura un arte moderno opues- forma, el contenido, la función, y la releva por la significación ma—
to a la figuración realista; pero mientras la abstracción pudo tener terial del poema que es construido a partir de elementos fónicos,
una variante geométrica y más adelante otra informalista, el con- gráficos, tipográficos yvisuales. El movimiento concreto se opone
cretismo se caracterizó por la rigurosidad constructiva de imáge- al canon poético occidental al elaborar su sentido mediantela mix»
nes premeditadas con pretensión de objetividad. Asimismo, resul- tura de lenguajes ajenos a la poesia tradicional. Según el poeta y

ta relevante la perspectiva del concretismo argentino como un arte crítico jorge Santiago Perednik en su introducción a Paería eon-
que se posiciona en relación con el desarrollo de la ciencia y la téc— creta, una de las primeras antologías de esta poesía editadas en la

54 nica de su época, tal como señala Eva Grinstein en su artículo “El Argentina, “El menosprecio que esta concepción [la del canon oc— 55

invencionismo. Una utopía antirrealista”, editado en la revista cidental] siente por el cuerpo —por la materia en general— se ma»
Arlefizct0. Pensamientos sobre la técnica. nifiesta en un menosprecio por el poema, cuyo cuerpo, culminan-
En un artículo de la revista Nueva Virz'o'n, que dirigió a partir de do un proceso de abstracción, es literalmente borrado”. La
1951, Maldonado traza una periodización de las relaciones entre abstracción supone la remisión del significante al significado, en
arte y técnica que es central para comprender el lugar que ocupan lugar de la puesta en valor que el concretismo hace del signo al
concretismo e invencionismo en el mapa de las tecnopoe'ticas ar, contar con todos, absolutamente todos los elementos que hacen

gentinas. Sostiene allí que el arte moderno pasó en este sentido por a su significación. Los poetas concretos realizan un trabajo explo—

tres etapas: la del maquinismo ingenuo del futurismo, en particular


ratorio sobre la materialidad del poema con el fin de llevar hacia
el italiano; la del constructivismo ruso y el neoplasticismo que im- los límites la posibilidad de discernir a qué campo corresponde la
plican una “exaltación en el dominio de la pintura de las modalida— poética formulada (al teatral, plástico, gráfico, arquitectónico, del
des estilísticas de la ciencia y la técnica modernas” sintetizadas en diseño, publicitario).jEn este sentido es que se puede situar a lo
“precisión, higiene en los procedimientos y pasión por el blanco”; y que dio en llamarse poesía concreta en los años cincuenta y parte
por último, el Arte Concreto que, como superación de los anterio- de los sesenta en el ámbito de las ciudades, de los medios masivos
res propone dejar de lado la exaltación de la espectacularidad de la de comunicación y de los idearios desarrollistas; siendo lo concre-
técnica para dar paso al interés por “las conquistas más secretas de la to sinónimo de modernización y constituyéndose como la alter—

ciencia [la microíisica, las teorías cosmogónicas y gravíñcas que] han nativa latinoamericana que introduce lavariante tecnológica para
cambiado radicalmente las perspectivas de lasensibilidad humana”. la producción de sus poéticas &e3nopoesía .
Los poemas figurados son las primeras expresiones que se pueden a lo largo de toda su producción, Xul Solar incorpora distinto tipo
situar como antecedentes de la poesía concreta, en ellos hay un de grafías, como en sus cuadros Reptil que sube (1920), donde se
dibujo que significa, que transmite un sentido y ese sentido puede leen intercaladas con las figuras geométricas las palabras REPTIL,
ser suplementario al texto, desviado u opuesto. Ejemplos de este 8EsUBE, ISEXTENDE, Marina (1939) y Grafía antiga (1939), en los
tipo son el poema “Huevo” de Simias de Rodas (300 a.C), los ca- que un vago paisaje de olas y aves se construye con letras y otros
ligramas de Guillaume Apollinare (de principios del 1900) o signos curvilineos estilizados, o en Barrio (1953), en el que un
“Espantapájaros” de Oliverio Girondo (1932). paisaje urbano de edificios es construido casi por completo con
Los poemas tipográficos, por su parte, encuentran la letra que es gruesas letras rectilíneas entre las que destaca la A.
arrancada del sistema de la lengua para adjudicarle una función En la década del sesenta León Ferrari y Edgardo Antonio Vigo son
plástica (es el caso de los poemas futuristas, por ejemplo). Ahora quienes continuarán esta poética a través de una suerte de “dibu-
bien, la poesia concreta propiamente dicha comienza con Nozígarmlres jos/ escrituras”, el primero, y mediante la poesía visual y la “Poesía
que recoge y se inscribe en una tradición de la (tecno)poesía expe- para y/o a realizar”, el segundo tecnopoesia].
rimental o de la preocupación de los poetas por la creación de nue— Según la poeta María Lilian Escobar —en su articulo para la revis-
vos lenguajes, siendo el hito inicial de este camino “Una tirada de ta Elsumenage, en homenaje a los 40 años de la muestra Novírz'ma
dados” de Mallamé, quien se transformó en “el Dante de la Edad Poesía organizada por Vigo en el DiTella en 1969— este “se basa en
Industrial”, debido a la plena conciencia del trabajo poético plas— principio en el poema—objeto de los dadaístas, donde el sujeto no
56 mado. Pero también, Filippo Marinetti, Ezra Pound, e.e. cummings, se pliega o meramente se identifica con el objeto, sino que avanza
james Joyce, etcétera, son los antecesores y referentes de este grupo. todavía más, tomándose también el, muchas veces, un objeto, o
El movimiento concreto implica una “manera racionalde compren— aun parte de un objeto, un complemento sustantivo de la obra”.
der su objeto, se dirige a la poesía al nivel de la percepción pro— León Ferrari a su vez realiza en aquellos años dibujos abstractos que
duciéndose a niveles materiales de los que emerge el contenido sustituyen las letras y mantienen la disposición de la escritura pero
junto a la que podríamos llamar visiva”, como se lee en uno de los con un carácter ilegible o sin traducción. La idea de una “escritu-
números de la revista argentina Diagonal Cera de 1968 que a su ra ilegible” se aplica incluso más a la obra de Mirtha Dermisache,
vez recupera el catálogo de la exposición Rotor—Internacional. Los quien a partir de fines de los años sesenta desarrolló unavasta pro-
poetas concretos trabajan “sobre los mecanismos de la lengua ca— ducción de grañsmos —escritura asémica—, sosteniendo un equili-
racterizando al poema como un objeto útil” que opera en un tiem— brío precario entre la escritura y la plástica y poniendo en primer
po y en un espacio semántico. plano el trabajo concreto con la materialidad del signo.
La poesia concreta implica un trabajo plástico del poema, aunque En la década del ochenta con la aparición de la revistaXUL. Signº
siga considerándose como poesía. En la Argentina, es Xul Solar w'ejay nueva se continúa con la exploración en el campo de la po—
quien en 1958 desarrolla una propuesta similar aunque más afian- esía concreta argentina, siendo los principales exponentes Jorge
zada en la plástica a través de sus “grafías plasti'útiles” con las que Santiago Perednik, Roberto Scheines, Arturo Carrera, Roberto
elabora un sistema de escritura derivado de la conjunción de las Cignoni, y María Lilian Escobar, entre otros, quienes desarrollan
formas geométricas provenientes del arte abstracto, la gramática una poética” que juega con los límites del género al introducir otras
y la sintaxis, las anotaciones musicales y la astrología. De hecho, materialidades ajenas, hasta el momento, al campo poético. En
los años noventa el grupo Paralengua —impulsado por Roberto gio que pudo tener en alguna época el correo como institución.
Cignoni, Carlos Estévez y Fabio Doctorovichy del que participaron De allí también que las cartas tuvieran valor de documentos cier—

…,
muchos integrantes de la revistaXUL— profundizó la indagación tec—
nopoética al llevar la poesía hacia el cruce Qgi_t_al, vi-
tos e inviolables.
Si el correo iba a funcionar, debía entenderse como un sistema
técnico altamente regulado, eficiente, administrado. En tanto ins—
sual, sonoro, performático, cuya particularidad fue el carácter en
vivo, es decir, el del espectáculo que auspiciaba la construcción trumento de comunicación confiable, un medio de comunicación

poética ¿ partir de la interacción entre el poeta y su público, des- eficaz, su ideal fue la eliminación de todo “ruido”. Y sin embar—
montando las instancias de lecturay escritura. Para dar cuenta de go, junto al sistema y la norma el correo habilitó, por antagonis-
este pasaje Fabio Doctorovich acuñó en ese contexto el término mo, una imaginación del error y el desvío. No solo por desidia de
“poesía post-tipográfica”. funcionarios postales. No solo por exceso de imaginación —como
Es posible ver entonces cómo el arte concreto tensiona cada dis— la que atacó al cartero Ferdinand Cheval quien aprovechó sus trein-
ciplina artística en un movimiento doble quizá algo paradójico: ta y tres años recorriendo los caminos de Francia para recoger toda

por un lado hacia su máxima especificidad, al jerarquizar aque— clase de piedras con las que construyó su absolutamente imprevi—
llo que constituye cada lenguaje en su materialidad —s0nido, vi- sible Palacio Ideal—, sino porque instaló desde un primer momen—
sualidad, signo linguísitico— y por el otro, haciala confluencia de to un mundo de fantasmas: el fantasma de destinatario imagina-
distintas materialidades. De todas maneras, en cualquiera de los do al redactar —decía Kafka en una carta a Milena—, pero también
58 dos casos apunta a enfatizar los aspectos autorreñexivos de la prác— el fantasma de quien redacta y que ya no será el mismo cuando el 59
tica artística al poner en jaque las técnicas, procedimientos, ma— mensaje llegue a destino. Por eso —continuaba Kafka— se inventó
teriales y reglas de composición. A]/ CK luego el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilo... Para ahuyen—
tar fantasmas.
Hoy, los fantasmas persisten, adueña'ndose del hiato aunque sea in—
>> CORREO Llevar y traer mensajes escritos ha sido siempre la fun, fimo. Los tiempos de espera del mensaje se han reducido, por su-
ción del correo cuyos antecedentes se remontan a la existencia puesto, se han hecho engañosamente instantáneos en el correo elec—
misma de la escritura. Pero la escritura fue durante mucho tiem- trónico; pero el impulso al desvío atestigua que los fantasmas siguen
po aluminio de ciertos grupos sociales y quedó reservada en gran dando batalla. Eso, exactamente, es lo que hace el denominado
medida a la gestión de lo público. El correo nace así por necesi— “arte correo” (en inglés mail :trt): da batalla contra el carácter ins—
dad de una comunicación oficial a distancia impostergable y efi- trumental de la existencia cifrado en una simple institución mun—
ciente. Parafraseando el título de un muy conocido relato de Kafka, dana: el sistema postal.
nace como memaje imperial. DelAntiguo Egipto a Romay de alli Con antecedentes en algunas experiencias de dada y el futurismo,
hasta el presente, una larga cadena de envios postales ha organi- el arte correo se inicia como práctica más o menos autodefinida
zado sistemáticamente la comunicación escrita a distancia. Hubo entre los. años cincuenta y sesenta. Hacia 1953 Ray johnson, ar-
algunos usos privados, domésticos, del correo incluso en la tista estadounidense formado, al igual que john Cage y Merce
Antigííedad, pero el uso prioritario hasta bastante entrados los Cunningham, ,en el Black Mountain College, comienza a enviar
tiempos modernos quedó del lado de lo oficial. De allí el presti— por correo postal a sus amigos textos y collages de inspiración
dada —como los Merz de Kurt Schwitters. En 1962 funda una ¿Pero cómo se construye, en la práctica, el trabajo de/en red? Los
parodia de institución: la New York Correspondance School (co- primeros artistas correo daban a conocer listas de direcciones a las
rrerpandance y no Earrerpondmre, para connotar no solo el envio cuales enviaban sus correos, listas que servían así para que otros in—
postal, sino también una suerte de movimiento 0 “danza” —rúmce— cluyeran a esos destinatarios en sus propios envios; también envia-
ligado a él). Al mismo tiempo, otros artistas asociados a Fluxus, ban sus obras incompletas con la sugerencia de “completar y pasar”,
como George Maciunas, Robert Wats, Dick Higgins, Nam ]une como hacía Ray Johnson, armando una cadena. Más adelante, la

Paik, Yoko Ono, ponen el ojo en el correo postal para proponer comunidad del arte correo comenzó a difundir lo que se llama en
una suerte de intervención de arte que, en tanto el correo es un el movimiento “convocatorias”, es decir, llamados para que a par-
medio de comunicación, podria leerse también como guerrilla tir de un tema preestablecido, quien lo desee pueda realizar un
de_la comunicación y de arte. envío postal para ser incluido en un catálogo o exhibición. La ho—
Desde entonces el arte correo se define como una práctica en la que rizontalidad de la práctica queda garantizada en este caso por el
se utiliza el correo para el envio de diverso tipo de producciones ar— hecho de que como límite autoimpuesto no se puede dejar fuera
tísticas corno poemas, obras visuales, objetos, etcétera. Pero no se trata del catálogo ninguno de los envíos recibidos. Las obras recibidas
simplemente de utilizar el correo como medio de transporte de obra. tampoco se devuelven por lo que es habitual que con el tiempo flo-
Por un lado, se trata de hacer obra ¿le correo, esto es, que implica al rezcan diversos archivos que reúnan gran cantidad de obra.
correo como modo y medio técnico de producción, con lo que esto Durante mucho tiempo, el arte correo significó así algún tipo de in—
60 significa en cuanto & transformación de la obra debido a su traslado, tervención artística en relación con el correo postal; con la llegada 61
la elección del tamaño, la elaboración de un “lenguaje” que utilizalas del correo electrónico muchas convocatorias, exhibiciones y catálo-
“unidades mínimas” de toda pieza postal esellos, estampillas, sobres gos pudieron recurrir a este nuevo medio para una comunicación
con espacios convencionales para remitente y destinatario, postales. más accesible y rápida. Pero como de lo que se trató siempre es más
Por otro lado, se trata de intervenir en el correo a partir de una serie bien de la interrupción de la tecnologia social implicada en el correo,
de políticas de desvío: realizar envios con dos destinatarios (anverso aducir rapidez, eficacia o accesibilidad no parece tener demasiado
y reverso del sobre o de la postal, por ejemplo) para dejar librado al sentido. De allí que se hayan generado en las redes de artistas correo
azar o la decisión del empleado de correos a dónde dirigirlos, reali— debates entre quienes abrazaron la nueva tecnología del correo elec—
zar envíos a direcciones inexistentes para lograr que sean devueltos a trónico y quienes suscribieron a la utilización de las redes informá-
su remitente y registrar asi en los sellos estampados en cada etapa el ticas solo como medio de difusión de las convocatorias periódicas y
recorrido de una eficacia frustrada. Por último, se trata de intervenir abiertas, pero no como medio de producción de las obras mismas
en la institución arte proponiendo tanto la creación de una comuni— que, en su mayoría, siguen siendo enviadas por correo postal.
dad de artistas en red tecnologías sociales, relacional], como un Las primeras camadas de artistas argentinos que hicieron arte co—
modo de circulación alternativa y horizontal de sus producciones. rreo incluyen, entre otros, a Liliana Porter, Edgardo Antonio Vigo,
Para lograr esto último, el arte correo, en principio, se aleja del mer— Horacio Zabala, Carlos Ginzburg, Juan Carlos Romero, Graciela
cado y otras instancias de valoración: ninguna obra se compra o se Gutiérrez Marx, León Ferrari, Hilda Paz. Con todo, hablar de arte
vende, no hay jerarquías ni distinción entre obras buenas o malas, correo argentino tiene alguna limitación porque, siendo un arte en
recomendables u olvidables. red, implica en si mismo que la red sea amplia y traspase frente»
ras. Cuando Potter, en 1967, realiza su primera obra de arte co- ta asimismo el uso de tecnologías sofisticadas en un contexto en
rreo, lo hace en Nueva York
donde, en 1965, había fundado junto que la mayoría de los “investigadores—creativos” no tiene acceso a
con Luis Camnitzer y]ose' Guillermo Castillo el NewYork Graphic él. Incluso algunos artistas europeos —sostiene Vigo— “contesta(n)
Workshop. Cuando Vigo envía por Correo, en 1969 desde La con los mismos elementos e instrumental paupe'rrimo que lo ha
Plata, cuatro membretes con la leyenda “Obras (in)completas” hecho (tradicionalmente) el latinoamericano: la tarjeta postal, in»
para que los destinatarios las completen, ya había armado una tercambio de trabajos, montajes de muestras en lugares no tradi-
red de interlocutores latinoamericanos y europeos —Clemente cionales, xerox, multicopiados, arte como idea, sello de goma, m-
Padín, jorge Deisler, julian Blaine, por ejemplo— como parte de llager manuales seriados, es el fiel reflejo de este compartir la
la red de canjes de revistas, textos experimentales y “corresponsa— necesidad de quebrar el peligroso ahogo que se cierne sobre la libre
li'as” internacionales de la revista Diagonal Cero que dirigió entre expresión del investigador-creativo universal”.
1962 y 1968. En este último caso, esa vocación de construcción Con el tiempo, aunque nunca se haya institucionalizado por com—
de redes a partir de la comunicación a distancia —como Vigo pre- pleto debido a su negativa a la mediación del mercado, el arte co-
feria llamar al arte correo— se vincula con la práctica habitual en rreo ha recibido los favores tanto de la institución académica como
la época de intercambio epistolar entre pequeños grupos de poe- de los museos 0 centros culturales. No demasiado en laArgentina
tas experimentales que editaban revistas y se asociaban en líneas pero si de manera extendida en otros lugares. Y aun aquí la difi»
generales a los movimientos contraculturales. cultad de mantener los circuitos de exhibición completamente
62 En Latinoamérica, la vocación libertaria, horizontal y comunitaria “incontaminados” de mediaciones valorativas propias de la insti- 63
del arte correo fue el marco que acentuó su carácter político an— tución artistica resulta evidente. Vigo lo sabía, y por eso la prime—
tiautoritario; así, durante los años de dictadura, el arte correo lati— ra muestra de arte correo que organizó junto a Horacio Zabala,
noamericano sacó provecho de las redes previamente construidas inaugurada en la galeria Arte Nuevo el 5 de diciembre de 1975,
y pudo sostener, aunque con precariedad y riesgo —Clemente Padín fue en realidad la Última Exposición de Arte Correo.
fue encarcelado en Uruguay debido a esto? redes de contrainfor— La fecha, el 5 de diciembre, es recordada hoy a partir de una ini—
mación artística. La estampilla y el matasello —Set Free Palomo— ciativa de Vórtice Argentina como el día del arte correo. Vórtice,
que Vigo creó en 1983 en recuerdo y denuncia de la desaparición que comenzó en 1996 como proyecto de arte correo llevado a cabo
de su hijo Abel Luis “Palomo” en 1976 a manos de la dictadura por Fernando García Delgado, fue primero una publicación au—
militar es también un caso contundente. togestionada enviada por correo postal a una serie de artistas, quie—
Pero la política del arte correo latinoamericano ya habia sido pues— nes a su vez respondían enviando material propio. El proyecto cre-
ta de relieve por Vigo en 1975, cuando publicó en el último nú— ció con bastante rapidez por lo que las distintas entregas contaron
mero de la revista Hextígana el texto “Sellado a mano”, en el que con cada vez más participantes de la Argentina y el resto del
analiza la creación de sellos de goma con recursos técnicos pobres mundo. El sitio web de Vórtice, iniciado en 1998 —al igual que la
como respuesta creativa, por un lado, a la sociedad de consumo Barraca Vorticista como archivo y espacio de encuentro físico—,
y, por el otro, al “arte pobre“ europeo que —asegura— no es más documenta la historia del proyecto y del resto de las actividades
que una exigencia de novedad en la dinámica del mercado. Los asociadas: entre ellas, el proyecto Vortex —gráfica experimental y
sellos de goma son asi paraVigo un “real” arte pobre que contes— poesía visual—, la edición anual de libros de artista, la convocato-
ria Día del Arte Correo que desde 1999 lleva ya diez ediciones duce al infinito el efecto de la licencia copyleft, evitando que el si—
realizadas en la que se solicita el envío de estampillas de artista guiente autor “cierre” su aporte restringiendo su propagación,
que son luego publicadas en plancha y timbradas con el matase— La cultura libre y las licencias legales que la sustentan tienen su
llos que el Correo Argentino, por gestión de Vórtice, ha emitido principal entorno de aplicación —aunque no exclusivo—, en las
especialmente para el día 5 de diciembre. redes digitales de usuarios de Internet. Pero el concepto de cultu—
Es claro entonces que el arte correo es una práctica artística y co- ra libre —pensado genéricamente, o en tanto intencionalidad del
municacional involucrada desde su misma conformación con los autor respecto de la circulación de su obra— es muy amplio, y no
medios técnicos de su propia circulación marginal, idealmente, por excluye a las manifestaciones culturales fuera de las redes digita—
fuera de los circuitos establecidos (galerías, museos, editoriales). les, ni tampoco a aquellas realizadas previamente a la existencia de
De alli que se lo pueda pensar como utopía técnico-mediológica. tales modos de circulación, por lo que puede pensarse retroacti-
En contraposición con concepciones instrumentales de la comu- vamente (como intencionalidadexplícitada por los autores), y fuera
nicación, el arte correo postula la comunicación como un arte de línea (en otros soportes materiales), lo cual aumenta la com—
(gratuito) y el arte como (auténtica) comunicación. CK plejidad en la definición de sus alcances e interpretaciones.
La cultura libre tiene una dimensión legal (y por lo tanto formal)
relevante, en tanto se trata de un ejercicio de los derechos de autor,
> CULTURA LIBRE Cultura libre es un concepto de amplia circula— en el marco de la legislación vigente en las jurisdicciones donde rige
64 ción contemporánea, vinculado al movimiento homónimo soste- el copyright y/o los derechos de autor. Como ejercicio de derechos 65
nido por acciones colectivas e individuales, que promueven la de autor, las licencias libres (del tipo de la muy difundida Creative
“libre" circulación de los bienes culturales. La acepción del adje- Commons) ofrecen contratos de licencia de tales derechos de tipo
tivo “libre” se entiende aqui de modo restrictivo, enmarcada en el “permisivo” (que ceden derechos) bajo fórmulas estandarizadas, y los
concepto que desarrollara originalmente el software libre con la vuelven disponibles para aquellos autores que buscan —de forma es-
Licencia Pública General (GPL), a través de la cual se introduce el porádica, a modo de testeo—, modelos alternativos de circulación
principio del copyleft. para sus producciones con validez legal, queriendo superar los pro-
Copyleft es el principio filosófico que anima las licencias de uso de cedimientos meramente retóricos sin validez legal sobre los cuales
las obras “libres” (originalmente creadas para el software), y supo— hay una profusa tradición precedente: por ejemplo, la puesta a dis-
ne la cesión de cuatro libertades a los usuarios de un bien simbó— posición on line de obras para su descarga, sin explicitar unos térmi—
lico:la libertad cero refiere a su uso con cualquier propósito (inclu- nos de uso distintos de copyright. Pero también puede considerarse
so comercial); la libertad uno, a su estudio y modificación (lo que que las licencias libres son herramientas legales para los autores que
supone el acceso a los originales “editables” o “fuentes”); la liberº están abiertamente involucrados en procesos de crítica a la noción
tad dor, habilita su copia sin restricciones y por último, lalibertad de autor, y quieren tomarlos sostenibles en sus efectos a largo plazo.
tres es lade redistribuir las modificaciones realizadas en el ejercicio El rango de las diferencias en las concepciones sobre lo permisivo,
de la segunda de estas libertades (estudio y modificación), bajo la abierto o “libre“ (usado de modo general, no restrictivo), opera desde
misma licencia copyleft. Este último punto, que contiene una con- quienes sostienen una moderada crítica al copyright —en vistas del
dición restrictiva, se conoce como “cláusula vírica”, en tanto repr0< improbable control de las copias nolautorizadas en los entornos di-
Arte libre (2000), lalicenciaverde de música abierta (2001)
gitales—, hasta quienes encuentran enlas licencias libres una forma
otras, todas basadas en la GPL. , entre
legal de poner en práctica nuevas concepciones de autor y recep—
Pero el despegue de la amplia circulación del concepto, y de su apli—
tor —que ya están en ejercicio cotidiano “de facto” por parte de
cación concreta en producciones culturales distintas del software
miles de personas, como su vía principal de acceso y creación de
comenzó a partir de 2002, con la introducción de las licencia;
cultura— y donde la naturalización de tal contradicción entre prác—
Creative Commons (CC). Las licencias CC fueron concebidas como
ticas sociales y legislación se reconoce como altamente corruptiva
transición moderadahacia formas de circulación menos restrictivas
del orden democrático; pasando por quienes —en la misma linea
anterior— apuestan a lacultura libre como un paliativo, o un modo que las de la generalidad de los marcos legales del presente, más allá
de la variación jurídica puntual entre países. Con todo, desde un
transicional de resolver algunos de los anacronismos de las leyes
punto de vista estricto, estas licencias —excepto la versión CC—BY—SA—
de derechos de autor vigentes: apuntado a promover la discusión
no son asimilables a la concepción de “libre” que anima al copyleft
estructural sobre el tema y el necesario cambio legislativo.
En función de este amplio rango de posiciones —algunas encon- y la GPL, focalizadas en las libertades garantizadas a los usuarios del
tradas entre sí—, la cultura libre ha sido definida en 2007 para software (no a sus creadores), en tanto que en palabras del propio
Lawrence Lessig “las licencias Creative Commons dan libertad de
precisar con exactitud las interpretaciones posibles que habilita
elección a los autores acerca de cómo será usada su obra”, o sea que
el adjetivo “libre”, adaptándola de modo estricto a las cuatro li»
su énfasis está puesto en las libertades que ceden los autores.
bertades del copyleft. Sin embargo, el concepto sigue utilizándo—
se de modo general para todos los modos de circulación que
Precisamente, la flexibilidad que propone el sistema Creative 67
66
Commons, y de la cual se deriva su amplia preferencia por mu—
proponen alternativas al copyright y todos los derechos reserva-
chos de los autores que quieren ceder solo algunos de sus dere—
dos, incluidos a veces los usos estrictamente ilegales o no autori—
chos, apunta a los dos aspectos de las licencias “libres” (en senti-
zados. Es en este escenario de creación y recepción de cultura re—
do estricto) que resultan más conflictivos —y discutidos— entre los
configurado por las TICs, donde emergen las licencias libres, como
artistas: las obras derivadas y los usos comerciales. Los ñandamen-
una propuesta singular: “hackear” (hacer un uso distinto del pre-
tos en estas discusiones y desacuerdos tienen causas totalmente di-
visto originalmente) el sistema del copyright en sus propios tér-
ferentes en uno y otro caso.
minos. De allí que los aspectos legales constituyan una arista cen—
Las obras derivadas se inscriben en esta larga tradición de critica
tral del fenómeno de la cultura libre. La formulación legal de la
a la noción de autoría inaugurada por las vanguardias históricas.
primera licencia copyleft (la GPL) fue la que permitió la supervi-
vencia legal y posterior crecimiento de los programas de softwa—
A pesar de estar introducidos como prácticas de artistas en el seno
del mundo del arte, las experiencias de las vanguardias no logra—
re libre y sus comunidades de desarrollo y uso. A partir de tales
ron desmantelar completamente algunas características clave aso—
experiencias, y en consonancia con la ampliación de los usuarios
ciadas a la noción canónica de autor, tales como “originalidad”
de tecnologías de información y comunicación, es que la pro-
puesta del copyleft en el software empezó a ser pensada por usua—
siendo las obras de esos movimientos señaladas, en muchas histoí
rias del arte, precisamente como gestos originales de un artista, no
rios no informáticos, surgiendo propuestas de adaptación a otro
como procedimientos potencialmente replicables por cualquier
tipo de obras: es el caso de las licencias de contenido abierto y de
persona, que pretenden desmitificar la figura del creador.
publicación abierta, como la “Open content license”, la licencia
modos que implican costos de inversión a recuperar (por ejemplo,
El concepto de originalidad es la base que habilita al autor a
imprimir), pero limita que sus posibles excesos monopólicas co—
pretender respeto por su específica resolución autoral (entre mu—
chas otras posibles), el valor alrededor del cual se concentra su mé-
miencen a colisionar con el acceso a la cultura, en tanto que laobra
rito, tanto de orden intelectual como realizativo, y por el cual ten-
siempre estará disponible para su copia legal digital, y para hacer
nuevas obras derivadas (por ejemplo, para que otro con formas más
dria derecho a limitar —en lo que está a su alcance—, otras
interpretaciones o resoluciones posibles: dicho de otro modo, las eficaces de resolver la necesidad “impresión”, la realice).
La “cultura libre” (en sentido estricto), entonces, se apoya sobre los
obras derivadas. Por lo tanto, la discusión sobre las obras deri-
vadas suele conducir, inevitablemente, a la determinación del aspectos legales porque los considera la posibilidad real para hacer
control posible que el autor ejerce sobre el acto de interpreta— emerger un cambio desde el presente, que visibilice, de manera sos-
ción: la obra derivada es una formalización —no siempre desea— tenible, las transformaciones en las prácticas de acceso y creación
cultural, e impulse el debate sobre el cambio legislativo. Desde allí,
da—, de la interpretación del otro.
Si las copias de obras históricas en clave de estudio, de homenaje la critica a la práctica de la “piratería” se enfoca en que no supone
un cuestionamiento explicito al marco legal de derechos de autor
o de crítica han sido prácúcas muy frecuentes en la historia del
arte del pasado, el elemento diferencial que introduce la¿técnica
ni representa una alternativa a largo plazo en los debates contempo—
ráneos acerca de la regulación del copyright en los entornos digitales.
en esa dinámica es la facilidad y el acceso: ya no es necesario tener
la habilidad para “volver a hacer” la obra, sino que se puede crear ¿Pero que' tan nueva es la cultura libre? La cultura libre se susten—
ta principalmente en un conjunto de prácticas recientes e históri—
con sus fragmentos circulantes en lotina de copias técnicas iden-
68
ticas y ampliamente disponibles. _ . “ . ” cas ampliamente extendidas de copia, apropiación y redistribu-
69

El segundo aspecto altamente conflictivo de las licencias libres ción de material cultural, que se han visto exponencialmente

(en sentido restringido) es que permiten los usos comerciales. potenciadas con Internet, pero que tienen amplios antecedentes
Este punto es uno de los más discutidos entre quienes entren— en la historia de las prácticas creativas.

den y participan de la lógica del movimiento de cultura libre (en Desde la perspectiva de los creadores, los modos permisivo; de cir—
sentido amplio), por lo que en muchos casos se prefieren las li- culación —como la elección de los autores—, asi como las estrate—
cencias permisivas que no habiliten usos comerciales de las obras: gias creativas que no se apoyan en la idea de “originalidad”, abar-
can prácticas como la copia para estudio o la copia homenaje, la
especialmente por aquellos beneficios a los que el autor renuncia—
ría a los fines de hacer más disponible su producción. cita, la apropiación, el principio collage, el plagiarismo o el con-
La respuesta de la comunidad de software y cultura “libre” (en sen— temporáneo re_m_ix.
tido estricto) a esta desconfianza suele girar en torno a repensar la Muchos creadores se han interesado por analizar y cuestionar los
obra como parte de una nueva ecología cultural: una en la cual los modos de circulación de sus obras, desde una perspectiva prácti—
ca y crítica tanto de las concepciones de autor, obra y creación que
derechos de copia no reproduzcan acumulaciones de poder s1mbó—
lico y/o económico que generen posiciones monopólicas zunpara- sustentan las leyes, asi como de las formas concretas a las que obli—

das en el copyright. Por el contrario, el sistema de la circulación ga la regulación legal vigente en el lugar de origen del autor (por
cultural “libre" habilitaria la sustentabilidad de las producciones ejemplo: el copyright y los derechos morales irrenunciables). En
mediante los usos comerciales permitidos, especialmente en los ese sentido, son frecuentes las experiencias de licenciamiento “a —
ternativo” Ml ¡705 en las iniciativas de producción artí s
W…(; ¿_
1t<i c a ujdí En la Argentina, ese proceso se ha dado de modo similar al que
pendiente, tales como los que referencia Marilina
en sps
en e vinculara originalmente a las iniciativas de software libre con las
tículo “Ediciones copyleft”, donde los escritores no ce -¿ de cultura libre, que reconocen en el primero su “inspiración”
rechos de autor a intermediario alguno, y aspiran a una
resultar; para extender el universo de lo “liberado” desde el software hacia
circu aci n
licencias
sin restricciones, y para las cuales las permrsivas las producciones culturales de cualquier tipo. Un ejemplo pa—
una forma coherente de ratificar una posicion politica sobre e radigmático de esta retroalimentación es el Festival de Cultura
tema de modo consecuente con la propia practica.
En particular, el remix como concepton practica se torna up Libre y Copyleft, organizado por el colectivo de la FM LaTribu
desde 2009.
de ios-entornos cu
dinamizadoíes plrin-
modo estructurante de las propias dinámicas - Muchos artistas en la Argentina pueden ubicarse en este hetero-
turales digitales; se convierte en uno de los géneo grupo que hace “usos" de materiales protegidos por dere-
cipales de su “ecología”. Dicho de otro modo, la remezc a, co- e cho de autor, a veces sin intencionalidad provocativa alguna, sino
mentario, la propia versión de las obras, “elf¿m etcetera, enmarcados en la lógica de la post—producción a la que Bourriaud
se convrertpn en
art,
habilitados por la forma técnica de las copias, refiere en su libro de 2004. Ejemplos para este análisis —entre mu-
ejercicios cotidianos de producción que desdrbujan hasta 0 …- chos otros posibles—, los encontramos en la exposición “Interfases
distinguible los roles tradicionales de receptor y autor. . Córdoba—Posadas" (Córdoba, Buenos Aires y Posadas, 2006) en
Por otro lado, la complejidad del aspecto técnico—legal cor(nbina— la cual varias de las obras presentadas eran ejercicios de pospro-
70 do, sumada a la “naturalización” de las prácticas decopia no
au— ducción: la obra 00:02:11 remix de MónicaJacobo (un ejerci—
71
torizada” de material cultural, y la recreación a partir de su dispo— cio de game—art, obra derivada del videojuego Halszf*, en la cual
los
nibilidad digital, resulta tanto en que, por un lado, productores la autora usa el entorno 3D del juego modiñcándolo para hacer
culturales no se interesen por explicitar la licencra de uso de su un recorrido personal, asimilable alfan art), 0 la performance del
producción, como que los receptores se despreocupen de las po- colectivo Pequeño Bambi (remake en clave punkie de canciones
tenciales consecuencias de ciertos usos no permitidos; modelan- románticas de los años setenta, tales como “Por qué te vas” de
do una escena contemporánea de la cultura que se puede(descrr— José Luis Perales 0 “Como una loba” de Valeria Lynch), 0 la video-
bir, en ciertos contextos y campos disciplinares, como una cultura instalación Varón en un Cerrito de Adriana Bustos (remake de
libre” de facto, o un escenario “prota-copyleft”. . . un pintor clásico de paisaje serrano de Córdoba, Egidio Cerrito),
Si bien el concepto de cultura libre incluye al softwarelibre,(his— entre otras.
tóricamente existe una cierta dependencia de origen y afinidad En otros casos relacionados con utilización de material protegido
ideológica ejercida por el movimiento de software libre —consti- por derechos de autor, los artistas hacen uso de los privilegios del
tuido principalmente por informáticos—,como referente pri;-
de estatus artístico de las obras de arte, bajo el conocido “paraguas
cipios y acciones, hacia el posterior y mas heterogeneo grupo e institucional” que cubre a muchos artistas comprometidos políti—
cultura libre, conformado por productores culturales de diversas camente; o biensiendo inevitable parte de la desactivación politica
disciplinas creativas, distintas del software, aunque con mayori;a- característica del “efecto museo”, dentro del cual pueden hacerse,
o neomediales,
ria presencia de artistas digitales usando tecno o— decirse, mostrarse acciones y representaciones que en el espacio pú-
gías de información y comunicacion. blico y desde el anonimato serían evidentemente usos no autoriza»
Articultores, por último, es un proyecto de intervención ecológi—
dos de materiales con derechos de autor, con consecuencias le- ca callejera ecoarte] que trabaja sobre la línea de la guerrilla—huer-
dp obras
sus
gales correspondientes. Un ejemplo significativº de este tipo ta, haciendo difusión, acciones de forestación DíY (Do It Yourself)
y sus potenciales riesgos es Pinche Empalme Justo, del co ectivo y huerta urbana, y que vincula al software y la cultura libre como
Cateaters de Rosario (2005), con Fabricio Caiazza comosu respon; soporte e inspiración en su fundamentación y realizaciones.
simulacwn
sable público, que es una suerte de “remake en forma de Es remarcable entonces que el principal efecto en el presente de
crítica de una empresa de televisión por cable, que acciona y refle- las licencias libres —y lacultura libre como marco conceptual—, es
xiona sobre el acceso a la TV y sobre cómo estamodela nuestras re; que someten a discusión nuestras concepciones y prácticas de ac—
delito
laciones sociales. Caiazza fue procesado por “instigación al ceso y creación de cultura, cuyas formas legales vigentes y las prác—
por esa obra, siendo desprocesado como resultado del fallo judic1al. ticas cotidianas de miles de personas se encuentran en evidente
Por último, un grupo de creadores ha comenzado a apropiarse de contradicción, radicalmente profundizada —aunque no iniciada—
las posibilidades de la cultura libre —en sentido estricto—, inttodp- con la apropiación social reciente de las potencialidad de los me—
ciendo la forma legaly el discurso politico en su propia produccmn dios digitales. LP
artistica: ejemplos paradigmáticos en la Argentina de estos ejerci-
cios es el trabajo del colectivo Compartiendo papital (lnne Martino
y Fabricio Caiazza), en producciones como thole copyleft came- > D|G|TAL Digital, según la RealAcademia Española, refiere todavía
ra (2005) o Vodka miel, open source drink; el proyecto Radical a algo “perteneciente o relativo a los dedos”. La definición puede 73
72 ATM de Iván Kozenitzky y Federico Lazcano (2009), o el proyec— sonar obsoleta para cualquiera habituado a escuchar la palabra
to Articultores, coordinado por judith Villamayor desde 2009. en los tiempos de Internet. Y sin embargo, dice algo sugestivo.
Pinhole copyleft camera es un proyecto web en el cual se genera Porque los dedos de la mano fueron el primer método utilizado
y sistematiza documentación sobre cómo hacer una camara foto- por las personas para organizar la contabilidad de sus posesio-
gráfica estenopeica (o pín/Jole), con planos y sugerenc1as de uso, nes, por lo que cabe pensar a las computadoras digitales —pasan—
así como ejemplos de resultados. . do por muchos otros métodos y artefactos, incluidas las compu—
Vodka miel, open source drink es una obra que usa estrategias de tadoras analógicas— como el último elemento en esa línea de
g¿errilla de la comunicación, aplicadas en este caso a la simula- tiempo. Aunque en un grado de complejidad que en las últimas
ción de una marca de una bebida alcóholica fabricada con una re- décadas del siglo XX se iba a convertir en sinónimo de imáge-
ceta casera. Nótese que en Compartiendo Capital el señalamien» nes y sonidos creados, almacenados y reenviados en forma de
to de la adscripción ideológica a la cultura libre está explicitado
en los títulos de las producciones.
'
datos a todo el mundo.
Lo digital, entonces, como una subespecie del mundo …,
Radical ATM, también gestado en la ciudad de Rosario, es un Tecnologías capaces no solo de transmitir señales eléctricas, como
proyecto que involucra hardware libre (open hardware), software la radio o la televisión, sino de codificadas y procesarlas. Las com-
libre y piezas de contra—información bajo licencias permisrvas. Se putadoras habían sido creadas con dicha misión: gestionar eficien—
trata de un pseudo-cajero electrónico, realizado con componen- temente grandes cúmulos de información y aplicar su poder de
tes reciclados de PC e impresoras controlados mediante hardware cálculo a la estadistica, la ingenieria, las bases de datos. Pero con
y software libre.
el correr del tiempo surgirian intentos por llevarlas al terreno del contrarse en las muestras de arte digital desde fines de los años
arte. Se intentó, para ello, convertir las impresoras y primitivas noventa, cuando numerosos centros especializados empezaron a
pantallas y parlantes en herramientas creativas, Se crearon gráfi— abrirse alrededor del mundo. Y si se tratara de pensar un elemen—
cos milimétricos y sonidos modulados por algoritmos; durante la to común a todos ellos, probablemente seria el trasfondo progra—
década del sesenta y principios de los años setenta las computa— mable que les sirve de sustento, su dependencia de un software al-
doras, todavía confinadas en laboratorios y empresas, supervisa- macenado en alguna unidad central, que controla la mayoria de
das por una casta de programadores y científicos, desconocidas sus funciones y les aporta su deliberada transitoriedad. Aunque
para la mayoria de la población, balbuceaton obras de arte que pa— con matices, para no caer en una obturación de su propia poten—
recian, por lo general, esbozos de un arte por llegar. cia, se trataría de un rasgo que —aventuran algunos— convierte al
Dos innovaciones terminarían de darle forma. Por un lado, las arte digital en el sueño cumplido de tantos movimientos de van-
computadoras personales, que a fines de los setenta empezaron a guardia que intentaron acabar con el arte del objeto, inmóvil y ofre-
popularizarse entre un público de aficionados. Internet, luego, cido a una contemplación distante, casi sagrada. Aquel programa
terminaria de sentar las bases para laactual concepción de lo di— aparece retomado en las obras digitales, destinadas a verse medi——
gital: una dimensión “inmaterial”, hecha de pura información, ficadas en tiempo real, intervenidas por variables provenientes de
maleable a voluntad por los usuarios, transmisible al instante por su entorno —como por ejemplo los usuarios—, o por factores alea—
las redes cada vez más extendidas alrededor del mundo.Todo ar— torios incluidos en su código, por información almacenada en
74 tefacto digital lleva implícita, desde entonces, la promesa de una bases de datos —tal vez perdidas en la red— o extraída de sensores 75
experiencia interactiva, quizás porque su misma naturaleza pre- que, también, podrían estar ubicados en cualquier lugar del
supone la posibilidad de que en algún momento la obra resulte mundo. Obras que, en definitiva, no constituyen objetos pasi-
modificada para convertirse en una versión distinta de sí misma. bles de ser aislados, detenidos en el tiempo y concebidos como
De ahí también la opinión del teórico Lev Manovich para quien universos cerrados, sino más parecidos a interfaces, mediaciones
el arte digital tiende menos a la representación del mundo que a entre los espectadores y un trasfondo hecho de datos y progra-
la edición de materiales y obras acumuladas a lo largo de la his- mas. Menos parecidas a los objetos tradicionales del arte, que al
toria. Porque los medios digitales abrieron el acceso a un archi- despliegue abarcador de las instalaciones, con sus límites difu-
vo inabarcable de textos, sonidos e imágenes, )! permitieron que
sos, a veces imperceptibles.
los artistas se reapropiaran de ellos, recombinándoios para crear La muestra Telefonlas (2008), por ejemplo, preparada por Mariano
nuevas obras. Traducido a la lengua franca de la información, el Sardón para el Espacio FundaciónTelefónica (EFT) de Buenos
arte podia ser concebido como un proceso de intercambio permar
Aires, reunía muchos de esos rasgos. Sobre todo, la vocación por
nente, en el que imágenes, sonidos y datos son recibidos por dis- volver visibles procesos tecnológicos que habitualmente permane-
positivos que se encargarán de visualizarlos, operar sobre ellos y cen velados; en este caso, el funcionamiento de la Central juncal,
volverlos a transmitir ya modificados. perteneciente ala empresa Telefónica, ubicada en el mismo edifi-
Pantallas conectadas a teclados y mouses, sitios de net.art, robots, cio del Espacio y dedicada a administrar el flujo de telecomuni-
sensores de sonido y movimiento, bases de datos, animaciones, caciones de lazona. Los dispositivos de Sardón, distribuidos por
cámaras de video son algunos de los dispositivos que suelen en- las salas, permitían a los espectadores tomar conciencia de un fe-
de sus modelos “oficiales”. Obras enfáticamente “digitales”, que exu—
nómeno ignorado: además de arte digital, el edificio alberga en su
dan interactividad y flujos de información, pero que ala vez los res-
interior una central de procesamiento de llamadas dedicada a una
tarea de constante redireccionamiento y registro de las conexio- tringen, sembrándolos de equívocos.
Otra obra también presentada en el EFT permite pensar esta voca—
nes. Sardón intentó devolverle visibilidad a dichos circuitos, para
ción del arte digital por disolver las fronteras entre el espacio inte-
lo cual tradujo en distintos formatos los datos procesados por las
rior de las galerías y el mundo que las rodea. Espacio cambiario
computadoras, utilizándolos esta vez como algo menos parecido
a las cifras introducidas en las planillas de cálculo y más cercano
(2011) de Leo Núñez presentaba un grupo de robots desplazán—
al caos visual de los fractales o, por caso, las viejas lámparas de lava. dose dentro de una habitación; divididos en tres grupos, competí-
an entre sí por ocupar ciertas porciones del espacio, intentando
Porque lo que hizo Sardón fue programar dispositivos para que
tomen datos de la central y conviertan ese cúmulo de información
desplazar a sus adversarios. Su comportamiento adquiría distin-
tos niveles de agresividad a partir de su conexión con una base de
insípida, hecha de códigos y números de llamadas entrantes y sa-
lientes, en manchones de colores compuestos de líneas asociadas
datos que seguía, Internet mediante, el nivel de las cotizaciones
a distintas variables. Formateadas según criterios geográficos y es»
de tres monedas (dólar, real y peso) cuya puja cambiaria teatrali-
zaban los robots. De este modo, los espectadores podían presen-
tadísticos, las pantallas se convertían en calidoscopios y ofrecían
la ilusión de un orden que no dejaba de desvanecerse. La respira- ciar una encarnación material de procesos usualmente codifica—
dos en listas de números; traducidos, ahora, a un artefacto que les
ción, en cierta forma, o el pulso de la máquina, trasladado a un
espacio físico, que también incluía una instalación compuesta de ofrecía una experiencia típica del arte digital, la de intervenir en 77
76
5000 metros de tubos transparentes por donde circulaba agua con— dispositivos que remarcan una y otra vez su condición de nodos
trolada por un sistema de válvulas. Válvulas activadas por compu— de una red, atravesados por estímulos y fuentes de información
tadoras, que introducían burbujas de aire por cada llamada pro- capaces de abarcar el mundo entero.
cesada en la Central, y generaban así otra representación tangible Los espectadores o usuarios de estas obras se veían obligados a
y envolvente de su actividad.
desentrañar su funcionamiento sin manuales, impelidos a explo»
Estas obras hacían uso de la principal facultad introducida por las rar mecanismos oscurecidos adrede. Tal vez allí radique una res-

computadoras, lade procesar todo tipo de datos y someterlos a ope— puesta posible a la pregunta por el arte digital. Frente a su diversi—
raciones lógicas automatizadas que permiten gestionados más rápi— dad de formatos, lenguajes y dispositivos, la certeza de que tras ellos
damente. “Hoy en día rescribía Marshall McLuhan en 1964— los se asientan las instrucciones de un programa destinado a coordi-
ordenadores prometen ser una herramienta de traducción instantá— narlos, y velar por su desempeño. Espectadores enfrentados, así, a
nea de cualquier código 0 lenguaje a cualquier otro”, razonamien- la necesidad de explorar sus interfaces, o contemplar sus pantallas,
to que extendía hasta atribuir a las computadoras la capacidad de para descubrir su utilidad y sentido, si es que lo tienen. Un mo-
mento —el del encuentro entre el espectador y laobra de arte digi—
promover una “Comprensión y unidad universales”. Una fascina—
ción también presente en el arte digital, aunque dotada en sus obras tal— en el que puede situarse un elemento central de su poética. Ese
de una ambigñedad deliberada. Sus dispositivos, diseñados para el instante en el que los espectadores depositan su atención en obras
intercambio de información, suelen estar plagados de falencias, dis- que se ofrecen como una pregunta abierta y exigen de ellos un tiem—
torsiones o ironías, como en una versión sobreactuada, o precaria, po de exploración: invitados a dejarse llevar por el deseo de descu—
ño y modelización 3D con los que el artista reelabora obras madí.
brir algo más sobre las obras, sometidos a la lógica de la prueba y Junto al semiólogo José E. García Mayoraz, Kosice y Gy6ri forma—
el error. Un arte digital compuesto de escenas de seducción mon—
ron el Grupo TEVAT (Tiempo, Espacio, Vida, Arte y Tecnología)
tadas a través de artefactos, a menudo, sin destino evidente. en 1994 y esbozaron un programa de investigación en el que el ci-
¿Existe una tradición de arte digital en laArgentina? El primer an- berespacio, larealidadvirtual y la inteligencia artificial anunciaban
tecedente de una computadora puesta al servicio del arte se remon—
un futuro de posibilidades inéditas y en algún punto insondables
ta a la obra presentada por Marta Minujín en la Expo Montreal
para el arte, entrevistas en hipótesis acerca de “neuronas artificia-
de 1967. En Circuit-Super Heterodyne tecnologías sociales
les” y “procesos reversobabe'licos”. Las herramientas digitales cons-
Minujín utilizó una computadora para procesar la información
tituían un entorno adecuado para la continuación de las explora—
obtenida mediante una encuesta que ella misma había publicado
ciones de Kosice, siempre dotadas de un aire especulativo. que
en las páginas de un diario.
—asistido por Gy6ri— trasladó sus esculturas curvilíneas y paisajes
Dos años más tarde, se realizó la primera muestra de arte infor-
de ciudades Futuristas al espacio virtual. Al mismo tiempo, Gyi5ri
mático en el país, cuando Jorge Ginsberg del CAYC (Centro de Arte
desarrolló obras como su Vpoem14 hecho de palabras dispuestas
y Comunicación) invitó a Buenos Aires a los integrantes del grupo
en la pantalla, impregnadas de la condición transitoria y siempre
japonés Computer Technique Group para dar un taller sobre cli-
bujo asistido por computadoras a un grupo de artistas locales …: cambiante del medio digital [tecnopoesía].
Con la mayor difusión de Internet a fines de los noventa otros
trónico]. Pero habría que esperar hastalos años ochenta para que la
artistas empezarían a explorar sus propiedades interactivas. Tal 79
78 difusión de las primeras computadoras personales popularizara la
vez por sus bajos requerimientos técnicos, el net.art fue uno de
idea de las capacidades multimedia para el procesamiento de imá—

….
los primeros y más difundidos géneros del arte digital. Y tuvo desde
genes y sonidos, y se extendiera la confianza en que éstas podrían
1996 entre sus primeros cultores al grupo formado por Gustavo
convertirse en herramientas creativas en manos de los artistas. Y aun
Romano, Jorge Haro, Belén Gache y Carlos Trilnick, reunido
…,
…,
así, durante esos años el multimedia continuó siendo una expresión
en torno al espacio virtual Fin del Mundo [mul_timng,
de deseos antes que una realidad accesible debido a una tecnolo-
gía que todavía distaba de ofrecer el grado de libertad compositie
Otros formatos más ligados a las instalaciones y la creación de
va sugerido por el término. Solo a mediados de los años noventa
dispositivos interactivos fueron incorporándose en la escena artís-
—y hacia fines de la década en laArgentina— las capacidades mul-
tica, sobre todo a partir del impulso dado por instituciones que du—
timedia se difundirian más allá de los círculos de iniciados.
rante la década de 2000 promovieron actividades vinculadas al arte
Un momento interesante en el desarrollo del arte digital en la
digital como muestras, concursos y talleres de formación, entre los
Argentina es el encuentro entre Gyula Kosice y Ladislao P. Gy6ri
que cabe mencionar al Centro Cultural de España en Buenos Aires
a mediados de los ochenta. Kosice era un artista de una vasta trae
—a través de su Medialab— y en Córdoba, y el Espacio Fundación
yectoria en el arte de vanguardia, fundador del grupo _1Nchlí en la
Telefónica. Además, en los últimos años surgieron festivales como
década del cuarenta, creador de esculturas e instalaciones pioneras
Fase, organizado anualmente por la artista y curadora Graciela
en la incorporación del movimiento y la inclusión de elementos
Taquini, y el Festival 404 de la ciudad de Rosario.También se abrie—
como el agua, la luz y la electricidad. Los primeros trabajos digita—
ron carreras dedicadas al arte digital en distintas universidades.
les de Gy6ri en la década del ochenta utilizan programas de dise-
Entre los primeros artistas argentinos abocados al arte digital pue— a seguir su marcha sin rumbo definido, en un escenario descripto
den mencionarse también a Jorge Castro, Iván Marino, Julia por la artista como “una serie de actos desvinculados que se convier-
Masvernat, Dina Roisman, Mariela Yeregui y Marcello Mercado. ten en su destino”. Seres condenados a la fobia y la “misantropía”,
Este último, proveniente del videoarte, lleva varios años dedicado atrapados en la repetición de misiones absurdas, puestos a funcio-
al cruce entre arte, biología y tecnología. Radicado en Alemania, nar en limbos tecnológicos de sentidos difusos. Esta última obra de
los soportes de sus obras varían desde la pintura y el dibujo hasta Yeregui fue el resultado de un trabajo colectivo en el marco de la
el net.art, videoarte e instalaciones. Sus dibujos se componen de Maestría de Artes Electrónicas de laUniversidadde Tres de Febrero
cúmulos de líneas y formas en las que se intuyen las coreografías —de la que es directora— realizado por un grupo de estudiantes y do—
de organismos microscópicos o provenientes de las profundida- centes del Grupo de Artes Electrónicas.
des del mar; la impresión de estar frente a instantáneas de un Hasta aquí, el arte digital fue pensado como una realización siem-
mundo animado por pulsiones biológicas, reforzada por algunas pre inestable de un código almacenado en una computadora. Y sin,
de sus obras posteriores dedicadas a trasladar a dispositivos digi- embargo, ¿no son digitales, también, otras obras carentes de cir-
tales información extraída de organismos vivos. Como señala cuitos o conexiones en red? ¿No lo son, por ejemplo, los dibujos
Mariela Cantu en un artículo sobre Mercado en la revista de Ale Cohn, un dibujante nacido en 1980, que hace dos años em—
Cibertrmic, la traducción es una operación persistente a lo largo pezó a dibujar —en sus palabras— “casi de casualidad”, realizados ín-
de sus obras. Mercado traza paralelismos entre la complejidad de tegramente a pulso, pero mediante un mouse que utilizasolo para
80 las estructuras de lavida y la de los sistemas digitales creados por depositar pixeles negros en una pantalla blanca, y cuya paciente 81
el hombre para codificar el creciente archivo de información sobre acumulación acaba recreando rostros de personas y siluetas de ob-
el mundo. Por ejemplo, en Transferring, ston'ng, sharing and hybri— jetos? En esos trazos delicados tal vez no se intuya, a primera vista,
ding: The perfect humus un parlante colocado sobre el tronco de su trasfondo digital. Pero si se percibe el ritmo quebrado, irregu-
un roble emitía, casi a perpetuidad, unavoz producida mediante lar de sus líneas, en el que se trasluce nítidamente el tiempo trans—
un software programado para recitar la sucesión de bases nitroge— currido mientras fueron dibujadas, llenas de vaivenes y ligeros des—
nadas que componen una molécula de ADN humano [bioarte . víos, que no les impiden retratar dispositivos complejos, desde
La primera obra digital de MarielaYeregui, Epithelia, es de 1998. calculadoras de bolsillo hasta robots y gigantescos paneles de con-
Además de dedicarse alvideoarte y el net.art, la artista desarrolla ar— trol de vuelo. Sus dibujos son pequeñas artesanías digitales que
tefactos digitales que interactúan entre si y con el público. En sus hacen pensar en un costado frágil de la tecnología, el de su rela—
instalaciones se delimitan territorios habitados por robots cuyo com— ción más íntima con el ser humano que, en definitiva, siempre se
portamiento escenifica dinámicas sociales y obsesiones tecnológicas halla detrás del mouse disponiendo las piezas para que las obras
del presente. En Proxemia una comunidad de esferas-robot respon- lleguen a realizarse.
día a su programación interna, impelidos los robots a mantenerse Una definición más abarcadora del arte digital podría, entonces,
en movimiento constante y desviar su camino en caso de encontrar— incluir desde videojuegos y bases de datos hasta dibujos y poemas.
se con cualquiera de sus pares. En Octópodos Sisíñcos la comuni-
dad de robots deambulaba cargando en su parte superior pantallas dos por Fabricio Caiazza en su proyecto SINCITA …,
Podría incluir, por ejemplo, carteles y murales como los elabora—
que tras-
dedicadas a transmitir imágenes de órganos internos de animales y lada frases tomadas de Twitter, blogs y otros sitios de la web, como
en un mágico cut andpaste, y los deposita en marquesinas y mu- maño de su fuente que es absolutamente ilegible en el formato
rales callejeros, organizando así unatransfusión de contenidos (lle libro, tal como hasido publicada. La posibilidad de la lectura del
gitales hacia el “viejo” mundo de lavida cotidiana. En ese caso, lo contenido del texto solo sería posible en formato digital, ya que
digital se convierte en un contexto, en el rumor que acompana a fácilmente podría en tal caso ampliarse el tamaño de fuente, cosa
tantos fenómenos de la vida contemporánea, hechos de referen' que su autor ha “prohibido” explícitamente. ChG
cias a espacios virtuales, fuentes de información y, en general, la
trama de dispositivos y mensajes puestos a circular por Internet.
Sería esa dimensión hecha de cálculos cada vez más impercepti- > ECÚARTE Asociado a la tradición del land art, el ecoarte es un
bles, pero a la vez necesarios para sostener el mundo tal como lo movimiento que se crea a comienzos de los noventa. Como con-
conocemos. Y el arte digital estaria compuesto, entonces, por obras secuencia del giro conceptual ocurrido en la década del sesenta en
que dialogan con él. Reinventando sus lenguajes, traduciendo sus el mundo occidental, el land art estaba relacionado con la presen—
dispositivos, contaminándolo. Produciendo obras, en tºdº.ca.50, tación de una obra efímera y aislada de los ámbitos de exhibición
que quizá no habrían podido ser imaginadas de no haber exrstido tradicionales, como el museo o la galería. Por esa razón, los artis—
el entorno digital que les sirve de soporte. tas referentes de este movimiento —como Christo y Robert
Un caso paradigmático en tal sentido se da en relación con la litera— Smithson— han realizado obras de gran escala tanto en el paisaje
tura digital, o en sentido más amplio, electrónica ciberlitertura& natural como en el paisaje urbano. Con todo, a diferencia del land
82 pertexto, tecnopoesi'a]: en general quienes se dedican a estudiarla art, el ecoarte no posee necesariamente el sentido delo monumen- 83
tienden a no hacer entrar en sus límites todas aquellas obras que tal y tampoco de lo efímero, y además presenta la posibilidad de
pudieron haber sido producidas por medios no digitales y que luego - interacción con actores sociales y público en general.
han sido digitalizadas. Lo mismo que sucede en el caso de las artes Los artistas o grupos de artistas que se asocian con el ecoarte tienen
plásticas: un cuadro al óleo cuya reproducción se realiza por me- una impronta militante en defensa del medio ambiente y, en parti-
dios digitales suele no entrar en la clasificación,básicamente por, cular, a favor de crear conciencia social sobre las consecuencias de la
que si las obras digitalizadas fueran pensadas como obras digitales, industrialización en lavida humana y sobre el abuso de los recursos
prácticamente toda la producción simbólica occidental contempo— no renovables. La preocupación por la protección del planeta y el
ránea (ya sea porque se use un procesador de texto en el caso de la desarrollo de economías sustentables es un tema que se ha ido insta—
literatura, o métodos digitales para la recodificación y exhibición lando en la opinión pública a partir del impulso a nivel mundial de
en diversos soportes tanto para laliteratura como para las artes plás— legislaciones que datan de finales de las década del ochenta —en 1987,
ticas) serian arte digital. Y en algún lugar hay que poner un límite la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU introduce el
si se pretende entender cierta espeeiñcidad de las prácticas. Aun concepto de “desarrollo sostenible”. En ese contexto, las obras de eco-
asi, se dan interesantes casos liminares que justamente ponen a arte buscan, con frecuencia, vincularse con el espectador desde una
prueba la consistencia de nuestro mundo más allá de la digital, perspectiva comunitaria, tratando de generar proyectos colaborati-
como la novela jibarizada digitalmente que publicó en nuestro vos. Para ello convocan al público a formar parte de la elaboración
país Pablo Katchadjian titulada Mucho trabajo: una novela escri- de la obra y establecen redes de trabajo entre artistas, científicos, or-
ta con procesador de texto y luego reducida a tal extremo en el ta— ganizaciones no gubernamentales, escuelas e interesados en general.
Para los ecoartistas, el arte es una herramienta de transformación, Otro grupo representativo dentro de la corriente ecoartística es
una praxis política. Se trata de un tipo de arte que discute con el
Articultores. A diferencia de Ala Pla'stica, estos artistas trabajan
especialmente en el ámbito urbano e incorporan la adaptación de

….
er'itorno técnico, al asumir tanto los postulados programáticos de
la ecología como sus mismas preguntas: asi, por ejemplo, se inte— sus proyectos al formato de la galeria de arte. A su vez, sus proyec-
tos se producen a escala internacional. Como se lee en sitio el web
rroga acerca de la sustentabilidad, de la relación entre la naturale—
za y lo artificial y de los modos de intervención crítica al interior del grupo, su lema es promover los valores de la …a libre, los
de la tecnociencia contemporánea. De allí que pueda pensarse desarrollos sostenibles, el libre tránsito de las personas y la inclusión.
como una
En 2010 realizaron una muestra en el Centro Cultural de España de
En la Argentina, el ecoarte está vinculado con la herencia del tipo Buenos Aires (CCEBA), que consistió en la exposición de una serie
de arte político que se inicia en los sesenta y de allí, reconfigurado de huertas de diferentes plantas controladas, algunas de ellas, por
quizá al interior de las nuevas “ecologías culturales”, tal como las software y hardware libre.A su vez, se podían apreciar videos que
conceptualiza Reinaldo Ladagga en Estética de la emergencia, se ali- proyectaban las actividades de GUERRILLAHUERTA! (una iniciativa
neacon las manifestaciones que desde los años noventa se vinculan del colectivo que consiste en bombardear con pequeñas esferas de
con modos políticos posdircíplinariat. En tal sentido, estas nuevas tierra, barro y semillas, los espacios vacíos con tierra disponible de
prácticas artísticas trascienden el ámbito específico de producción, la ciudad, para el crecimiento de alimentos orgánicos). Como parte
incorporan objetivos de lavida social a la función estética y se reia— de la exposición, también se podia apreciar una gigantografía del
84 cionan con actores especializados en otras disciplinas o simplemen- mapa de la ciudad de Buenos Aires, donde estaban identificados 85
te ciudadanos que se identifican con el proyecto propuesto.
los lugares que ya habian sido “bombardeados” y los que todavía
Un caso paradigmático son los trabajos del grupo Ala Plástica. Este no. La acción puede leerse como marcada políticamente en varias

colectivo, fundado en en el año 1991, se autodeñne como una “or— dimensiones, ya que a la política ecológica manifiesta se le suman
ganización no gubernamental, artístico/ambiental”. Desde su crea— al menos otras dos vinculaciones con el arte político de las últimas
ción es coordinado por Silvina Babich y Alejandro Meitin, quienes décadas: por un lado la vinculación con las prácticas de la guerri-
trabajan con un grupo estable de cuarenta colaboradores provenien- lladela comunicación yla guerrilla de arte (cargadas claro está del
tes de disciplinas diversas. El área de ejecución de sus obras partici- sentido del concepto de “guerrilla”), y por el otro, con las acciones
pativas y, en este caso si a gran escala, es la desembocadura del estua— de colectivos como el GAC (Grupo de Arte Callejero) y Etcétera,
rio el Río de la Plata y su delta. De acuerdo al Catálogo Ala Plástica, quienes vinculados con la Mesa de Escrache de H.I.].O.S, recurrían
su primera obra Junco/Especies Emergentes (1995)— consistió en al “bombardeo” con bombitas de pintura roja como parte de sus
un ejercicio artístico de recuperación del ecosistema costero de Punta acciones de escrache y “señalización” delos domicilios de ex repre-
Lara, a partir de “nuevas plantaciones, técnicas de crecimiento indu— sores de la última dictadura militar. En esa línea, el GAC también
cido e instalaciones temporarias realizadas con fibras naturales”. recurrió al diseño de mapas de la ciudad para la visibilización de
Asimismo la obra se completó con un foro de debate sobre la rela— las localizaciones de esos domicilios.
ción humano/naturaleza, al que asistieron “pobladores, junqueros de El riesgo de las presentaciones en museos y galerías de este tipo de
lazona, artesanos cesteros, científicos, naturalistas, ambientalistas, rev colectivos artísticos, reside en la apreciación estética de la puesta
presentantes políticos y de empresas con impacto en la riberadel río”. que puede reducirse a una cuestión meramente paisajístico/deco—
La capacidad asociativa de los artistas también se manifiesta en
rativa. Es por ello que, como declaran en la revista Gazpacho del este tipo de obras que combinan el uso de la ciencia y latecnolo—
CCEBA cuyo primer número aparecido en 2010 estuvo dedicado a
gía, así como el compromiso con lacomunidad para crear concien-
la noción de sostenibilidad, los artistas de Articultores recomiendan cia sobre lavelocidad con la que procede el cambio climático yla
girar el foco para que su trabajo en la galería pueda “ser visto como necesidad de estar en contacto para poder combatido. De acuer—
inicio, plataforma para la diáspora agricultora: el traslado de la do a la opinión de Fargas: “Sunflower se erige como símbolo, como
práctica ecológica a un interior expositivo como excusa para la recordatorio de esta problemática (. . .) se busca así generar el acer—
multiplicación de la acción”. Al igual que Ala Plástica, Articultores camiento de las comunidades para mejorar la mutua compren-
busca establecer redes de trabajo entre diferentes personas y gru-
sión, a partir del conocimiento de la situación ambiental de los
pos, a nivel nacional e internacional, y realiza además de las ac—
lugares que las flores custodian”.
ciones y proyectos artísticos, charlas, talleres, encuentros y deba-
Otro caso especialmente relevante es el de la mirada que los artistas
tes sobre sus temas de interés, con el objetivo de sumar personas
comienzan a tener hacialaAntártida Argentina, en relación con las
con iniciativas de cambio social.
consecuencias del cambio climático. En efecto, laAntártida, un lugar
Emparentado con el ecoarte se destaca también otro tipo de obras que privilegiado para las cuestiones de geopolítica, es el territorio nacio-
rozan lo biotecnológico. Así por ejemplo, la obra de Joaquín Fargas,
nal por excelencia donde se estudian los fenómenos del Cambio
artista vinculado de manera fuerte a las prácticas del bioarte. Una de
Climático Global, las causas y consecuencias en los sistemas antár—
sus obras más emblemáticas es Sunflowet, Centinela del Cambio
ticos y el impacto sobre los sistemas productivos nacionales; en la 87
86 Climático (2007), realizada en el marco de la lº Bienaldel Fin del
Antártida los científicos producen conocimiento relacionado con la
Mundo. Se trata de una escultura tecnológica de gran tamaño em—
conservación de los Recursos Naturales antárticos, así como también
plazada en el espacio público de la ciudad de Ushuaia, que es tam- se promueve el desarrollo de energías alternativas. Es en ese contex—
bién un sistema de control ambiental que permite conocer, dla por
to, que se lleva a cabo el cruce atte—ciencia»tecnología mediante el
día, la polución del aire, la radiación UV y los cambios de tempera—
Programa Antártico Argentino a cargo de la artista Andrea Juan.
tura. Laobra tiene forma de flor y sus pétalos eléctricos, cubiertos de
Numerosos artistas de todo el mundo viajan al Continente Blanco,
paneles solares, se abren al amanecer y realizan un seguimiento del hacen allí una residencia y desarrollan sus obras. Desde su primer
sol, de donde extraen la energía para funcionar. Sunflower, a su vez,
Viaje, y en casi todos sus trabajos, Andrea Juan nos recuerda la im—
tiene cámaras que registran imágenes del sol, imágenes del entorno
portancia de los mares helados y sus especies para el ecosistema te-
ciudadano y una cámara externa que controla el desenvolvimiento
rrestre. En relación con esta preocupación, ya en 1997 la artista
de la “flor” que se ilumina por las noches. Además del soporte físico
comenzó a desarrollar trabajos que focalizaban en la precariedad
posee también una plataformavirtual a la que se puede acceder a tra—
de toda existencia. Así, el Proyecto S.O.S se presentó en forma de
vés de Internet, y permite ver en vivo y en directo las imágenes que
instalaciones elaboradas con impresiones corporales y fotograbados
toman las cámaras. La obra despega geográficamente del lugar donde
fotoexperimentación realizados sobre camisolines de algodón y de
está instalada no solo por el acceso virtual, sino también porque
plástico suspendidos en la sala de exhibición. Una serie de secuen-
forma parte de un proyecto global que prevé construir otras igua—
cias fotográficas registraba una ambulancia implicada en distintas si-
les en distintas ciudades del mundo, de forma tal de poder comparar
tuaciones: circulando entre la nieve, las carreteras, la ciudad, hasta
los niveles de contaminación y la evolución del cambio climático.
llegar a un quirófano. Getíng Over continúa con esta línea de pen- estimulada por las posibilidades materiales que ofreció, por un lado,
samiento por lo que se vuelve sobre el tema del accidente, la emer— el momento histórico de posguerra y, por el otro, las propias necesi-
_gencia y la catástrofe en diferentes contextos. En esta obra, la artista dades de evolución histórica que el material, las técnicas y los proce—
intenta que el espectador sea activo y se implique. Por eso lo con—
dimientos compositivos plantearon al compositor en la escena mu—
fronta con su propia destrucción que se desencadena porla acción
sical de esos años. El surgimiento de la música electrónica se presenta,
violenta de gigantescas masas de hielo que se fracturan y volúmenes
en parte, como una continuidad a algunos de los problemas que plan-
de aguas que se desbordan sin control; el espectador se ve en la pan-
teaba el serialismo integral, esto es, el método de los doce sonidos
talla, su silueta se recorta entre los glaciares y se generan constante—
desarrollado por Sch6enbetg y que, ampliado a todas las dimensio-
mente nuevas imágenes. Entre su vasta producción artística, resalta
nes de la organización musical —altura, ritmo, dina'inica, etcétera——
laperformance Metano, registrada en fotografía yvideo d_igit_al, que
por la generación de jóvenes de posguerra, llevó al paroxismo la ta—
resulta una metáfora de la emanación de gases y sus consecuencias,
cionalización compositiva. En este escenario resultó inevitable para
basada en la investigación del doctor Rodolfo Valle y realizada
los músicos redefinir la relación compositor—interprete—audiencia.
sobre la meseta de la Base Marambio en la Antártida. El metano
Aunque en distintos momentos de la historia de la humanidad el
es una de las tres sustancias naturales más peligrosas —las otras son
impacto del desarrollo tecnológico incidió en el lenguaje musical,
el vapor de agua y el dióxido de carbono— que contribuye al efecto
a comienzos del siglo XX puede empezar a verificarse una incipien—
invernadero en la atmósfera. Destaca también El Bosque Invisible
te relación de la música con procesos artificiales. Hacia mediados
88 donde la artista toma las investigaciones del Dr. Falkowski en relación del siglo, el impulso por experimentar y manipular el sonido se vio 89
con el rol del fitoplancton marino para regular el clima en la tierra.
Facilitado por las posibilidades que ofrecían los nuevos medios de
Entre los numerosos artistas que han realizado obras en el cruce arte-
generación sonora surgidos en medio del lanzamiento comercial
ciencia—tecnología en laAntártida resulta también interesante lalabor de los grabadores de cinta magnética. Eran tiempos en que la tra—
de videastas, pintores y fotógrafos como Marty St. James, Philipe dición recibida se ponia en duda y, como decía Pierre Schaeffer
Samartzis, Werner Dafeldecket, Lawrence English, Alberto Morales, en su 7hztado de [05 objetar muricaler (1966), resultó una reacción
Marcela Santantón, Marina Curci y Marcelo Gurruchaga. ATILS
natural volver la mirada hacia la ciencia y, en particular, hacia las
más prestigiosas del momento: las matemáticas y, más precisamen—
te, las ciencias físicas.
> ELECTRÚACÚSTICA La necesidad de hacer audibles las oscilacio- Las nuevas búsquedas estéticas, en convergencia con ese espíritu
nes eléctricas tendió a sistematizarse dentro del campo musical a
cientificista, llevaron a los compositores, en un momento en que
fines de la década de los cuarenta y con mayor intensidad a lo largo
el número tenía particular prestigio, a adoptarlo como parámetro
de la década de los cincuenta y sesenta, cuando se buscó liberar al
de exploración del fenómeno sonoro, y a través de el, a crear una
sonido de las estructuras formales tradicionales y convertirlo en ma—
mayor sensibilidad hacia todas las dimensiones del sonido y asi
terial compositiva. Los compositores encontraron en la tecnología
indagar, entonces, en un nuevo tipo de expresividad.
las posibilidades técnicas necesarias para materializar sus nuevas in-
La adopción del ideario cientificista revolucionó, sin duda, las con—
quietudes expresivas. cepciones alrededor del fenómeno sonoro: la materialidad básica
La aplicación de tecnología en el campo musical estuvo doblemente
de la música pudo ser analizada y descompuesta en su microestruc—
tura en un laboratorio; la labor compositiva se concibió en térmi- En los Estados Unidos fueron principalmente las universidades
las que respaldaron estas iniciativas. Concretamente, Princeton y
nos tan complejos como los de un problema matemático en donde
se debía juzgar a través de análisis técnicos —y, según el caso, ma-
Columbia, junto con grandes empresas como Bell, IBM y RCA, ayu—
daron a fundar el Centro de Música Electrónica Columbia—Princeton
temáticos— su correcta o incorrecta resolución. De hecho, la figu—
ra del compositor fue equiparada con lade un científico. Es que la
(1959). Aunque una gran parte de la experimentación sonora se re-
alizó en laboratorios, de ningún modo la actividad estuvo acotada
ciencia prometía a la música —más que el oficio artístico— el cono-
a esos ámbitos y a esas estéticas. Sin ir más lejos, en el año 1951,
cimiento y dominio profundo del material sonoro, permitiendo la
alrededor de la figura de John Cage se organizó en los Estados
renovación formal, y con ello, la evolución del lenguaje musical.
Desde esta perspectiva, poco aportaban a este objetivo las técnicas
Unidos un grupo paradigmático que tomó como punto de parti-
compositivas, competencias y saberes de la música tradicional. da para sus actividades experimentales la crítica a los procedimien-
tos ultrarracionales de las estéticas europeas.
Además de estudios informales de matemática, física y electrónie
En este momento fundacional, dos corrientes de lineamientos es—
ca, los compositores se interesaron por la psicología, especialmente
téticos distintos aparecen enfrentadas: el de la música concreta
por la Gestalt, para estudiar con mayor profundidad las sensaciones
por un lado, y el de la electrónica, por el otro. Aunque ambas
que el sonido produce en la conciencia humana. Complementaron
estos estudios con lecturas sobre comunicación y semiótica.
compartían procedimientos como el corte de cinta y la manipu—
lación mecánica del tiempo mediante aceleración y retardo, se di—
En este contexto la cuestión técnica se volvió capital. Fue el eje
sobre el que se articuló el cambio estético e implicó, entre otras
ferenciaron en la manipulación del sonido: mientras la música 91
90
concreta utilizaba sonidos del mundo real grabados en cinta, la
cosas, el rechazo del concepto de artista inspirado, producto del
electrónica centró su trabajo en la síntesis de sonidos mediante ge—
siglo XIX, en pos de una visión más moderna según lacual el ar-
tista se involucra con los materiales pero desde una actitud inte—
neradores y otros aparatos electrónicos.
Avanzada la década de los cincuenta, Pierre Schaeffer advirtió los
lectual, especulativa.
Las nuevas poéticas sonoras de las décadas de los cincuenta y se- primeros entrecruzamientos entre ambos enfoques y propuso el
término “música electroacústica” como un intento conciliatorio
senta comenzaron a producirse en los denominados laboratorios
y centros de estudiode música electrónica, la mayoría de ellos fun— que diera cuenta de una práctica más general e inclusiva. A pesar
cionaton en ámbitos radiales y en algunos casos contaron con fi- de que la propuesta de Schaeffer no tuvo en lo inmediato una am—
nanciación de emisoras como la ORF (Organización de Radio
plia acogida, con el tiempo el término “electroacústica” fue evo—
Televisión Francesa) y la WDR (Radiodifusora de Alemania
lucionanclo y devino dominante —incluso con la emergencia de
conceptos como Acusmática 0 Arte Sonoro, entre tantos otros—
Occidental). Entre los pioneros puede mencionarse el Groupe de
Recherche de Musique Concrete (GRMC) fundado por Pierre 5cbaeifer para designar o agrupar distintos géneros y subgéneros musicales
en Francia en 1949; el estudio de música electrónica dirigido por
relacionados con la tecnología del sonido.
Herbert Eimert, fundado en Alemania en 1951 y vinculado con En el campo de la composición argentina, los músicos experimen—
la Radio de Alemania Occidental de Colonia; y el Estudio de tales adoptaron los lineamientos estéticos de la música electrónica
Fonología Musical, dirigido por Luciano Berio y Bruno Maderna, alemana y sus consecuencias se reconocen por la dirección en la que
se desenvolvió esta disciplina. En "este sentido, la adhesión al tipo
que se estableció en Italia en 1955 en el contexto de la MI.
de abstracción propuesta por la linea germana significó eludir los detectarse en el impulso que adquirió la creación de estudios —pri—
elementos sonoros de la realidad por su alto grado de referenciali— vados y públicos— dedicados a la música electrónica, asi como tam—
dad, puesto que, se sostenía, el objeto sonoro cotidiano resiste la bién las diversas actividades realizadas alrededor de la idea de ex—
formalización por su alusión a la ñiente de origen. perimentación sonora con medios electroacústicos Esto condujo
La músicaelectrónica en laArgentina fue tempranamente valorada prontamente a cambios estilísticos y expresivos.
por actual, por su capacidad de representar su propio tiempo. Su Las primeras actividades vinculadas con la música electrónica y
prestigio resulta comprensible en el contexto de modernización que concreta se iniciaron prácticamente en simultáneo en distintos
afectó a toda la región en la década de los sesenta. Las políticas cien— países de la región: en Buenos Aires, Mauricio Kagel realizó una
tíficas estatales que se llevaron a cabo a partir del año 55 en adelan- sonorización en 1954 para una exposición industrial en Mendoza
te se articularon con un vigoroso proceso de modernización que en la que incluyó música concreta. Para el cortometraje experi—
creó el contexto propicio para legitimar las prácticas artísticas expe- mental Contracampo (1958), el cineasta Rodolfo Kuhn convocó
rimentales vinculadas con la ciencia y la tecnología. a Tirso de Olazábal para realizar una banda de sonido con músi-
Quienes aprovecharon esa coyuntura y dieron impulso a la reno— ca concreta. Poco después comenzaron a realizarse experiencias
vación formal fueron los actores adheridos alas estéticas vanguar— con medios electroacústicos en la Universidad de Córdoba. De
distas impulsados por laidea de un progreso indefinido. Para ellos, acuerdo al Archivo de música electroacústica latinoamericana ela-
los aspectos técnicos y la tecnología eran valorados como agentes borado por Ricardo Dal Parray asentado en la Fundación Langlois
92 de renovación y cambio permanente; el sentido de lo novedoso de Canadá, la figura más visible fue César Franchisena quien tra- 93
atravesó su ideario. bajaba en la Radio Universidadde esa misma ciudad, ya en 1959.
Apenas un año después de que Pierre Schaelfer completara sus cinco En Brasil, Reginaldo Carvalho compuso sus primeras obras de mii»
breves estudios sobre música concreta (en 1948), en Buenos Aires sica concreta en cinta en el Estudio de Experiencias Musicais de
los músicos comenzaron a interiorizarse en el pensamiento del com- Rio de Janeiro, entre los años 1956 y 1959. En esta misma línea, en
positor y en los problemas que planteaba sobre la música concre— Chile, León Schidlowsky compuso Nacimiento en 1956. Poco des-
ta. Poco después, en 1952, comenzó a circular su libro ¿Qué ar la pués sus compatriotas Juan Amenábar y]ose' Vicente Asuar también
música concreta? en su francés original. Siete años más tarde, en experimentaron con el sonido en Radio Chilena y formaron el Taller
1959, laeditorial Nueva Visión lo tradujo y publicó en castellano. Experimental del Sonido en la Universidad Católica, en el año
La difusión de esta corriente estética no tardó en llegar a las salas de 1957. El taller tuvo escasa vida, duró apenas un año. Sin embar—
concierto. En 1958, la porteñaAsociación de Conciertos de Cámara go, Asuar produjo dos años después la primera obra electrónica
organizó el primer concierto de música concreta y electrónica con chilena, que surgió como un desprendimiento de sus investigacio-
obras de compositores europeos. El encuentro pudo hacerse gracias nes para su tesis académica en ingeniería electrónica.
a la colaboración del compositor argentino Tirso de Olazábal, pio— Pero el primer aval institucional en América Latina, y el de más largo
nero en la producción con medios electroacústicos, instalado en plazo para esta disciplina puramente electrónica, tuvo lugar dentro
París desde los primeros años de la década del cincuenta. de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
La vertiginosa revolución tecnológica de la época se hizo sentir Comenzó en 1958.Allí el compositor fundó el Estudio de Fonología
hiettetnente en el campo musical latinoamericano. Su marca puede Musical (EPM) en sintonía con la orientación estética del Estudio de
MúsicaElectrónica de Colonia y el Estudio de Fonología Musical de Pero el perfil de lo que fue convirtiéndose en una tradición cada
la RAI donde se habían compuesto las ñmdacionales e influyentes obras vez más fértil, no solo a nivel local sino también para el resto de
l(iruge y Hommagio u]ayce de Luciano Berio, con la colaboración de Latinoamérica, se afianzaría con la labor del laboratorio de mú—
Umberto Eco. Krópfl, discípulo de Juan Carlos Paz, conectaría pro— sica electrónica del Centro Latinoamericano de Altos Estudios
fundamente con el imaginario cientificista y abiertamente tecnológi— Musicales (CLAEM) que funcionó en el Instituto Di Tella desde
co de la época dando comienzo a una tradición más que fértil.
1963 hasta 1971.Allí trabajaron juntos Kropr y Fernando von
Haciafines de la década de los sesenta, el E.FM participó de Argentina
Reichenbach, como Director musical y Director técnico del
Inter-medios, evento organizado por el CAYC (Centro de Arte y
Laboratorio respectivamente. Juntos definieron el perfil del labo-
Comunicación) donde se buscó integrar la música electrónica con
ratorio más “avanzado" de América latina por el que pasaron más
films experimentales, poesía, proyecciones, danza, esculturas neu»
de una treintena de becarios latinoamericanos que hicieron las
maricas y ciuéticas. En el catálogo de dicho evento en 1969, el CAYC
primeras experiencias en el área con consecuencias decisivas para
se presenta como una Fundación de Investigación Interdisciplinaria
el desenvolvimiento futuro de esta disciplina en toda la región.
que tiene como objetivo “promover la ejecución de proyectos y mues-
A pesar de que la interdisciplinariedad no fue alentada bajo ningún
tras donde el arte, los medios tecnológicos y los intereses de la co-
programa específico, el laboratorio del CLAEM colaboró en innume—
munidad se conjuguen en un intercambio eficaz que ponga en evi-
rables ocasiones con el Centro de Experimentación Audiovisual
dencia la nueva unidaddel arte, la ciencia y el entorno social en que
(CEA) del Instituto DiTella. Los artistas del DiTella interesados en
94 vivimos. Está formado por artistas, sociólogos, lógicos, matemáti-
cruzar arte y tecnología aprovecharon los desarrollos tecnológicos 95
cos, críticos de arte y psicólogos cuya tarea común apunta a desta—
del CLAEM. El ingeniero platense von Reichenbach, dotado de una
carla conducta y el desarrollo de los fenómenos de comunicacio—
gran sensibilidad y extraordinaria capacidad inventiva, logró cap—
nes masivas yla ruptura de las formas tradicionales, para permitir
tar y materializar lo que músicos, artistas visuales y el equipo del
la apertura a nuevos sistemas de expresión donde investigadores y
CEA imaginaban para sus espectáculos y obras participativas, “Intuir
artistas intenten perfilar los intereses plásticos del hombre del siglo
el futuro y el querer acelerar la llegada de ese hituro, es una voca—
XXI”. La música electrónica tuvo un papel protagónico con la pre-
ción que no se puede frenar”, afirmó Reichenbach en una entre—
sentación del espectáculo Introducción ala Música Electrónica en
vista aparecida en la revista Lulu' en 1992 y, en efecto, su vocación
Vivo. Composición colectiva que llevó al escenario delTeatro Ópera
ayudó finalmente a achicar la brecha entre la imaginación artísti»
un laboratorio completo, donde doce compositores “ejecutaron” en
ca y sus posibilidades de instrumentación.
vivo versiones de esquemas musicales previamente armados.
Además de actualizar el instrumental del Laboratorio, Reichenbach
La presentación de un sintetizador controlado por voltaje fue, a
desarrolló en el CLAEM el Convertidor Gráfico Analógico —al que
partir de este evento, un nuevo hito en la escalada tecnológica. El
apodó Catalina—, un dispositivo que permitía traducir gráficos a
dispositivo permitía dominar en tiempo real una complejidad so—
sonido. También desarrolló alli un sistema automático de inter—
nora insospechada hasta ese momento. Entre el instrumental elec—
conexión de equipos, un programador de parlantes, aparatos lec—
trónico (Ondas Martenot, Mixtur—Trautonium) y el laboratorio
tores de microfilms para sondajes ionosféricos, un teclado de luces
tradicional, el sintetizador revelaba una plasticidad sonora nove-
para el CEA,”una perforadora ultrasónica y varios equipos de elec-
dosa al mismo tiempo que la transformaba en espectáculo.
trónica industrial y electromediciha.
A diferencia del modesto presupuesto del EPM de laUniversidad de redefinieron los modos de consumir lo sonoro o, por decirlo de
Buenos Aires, el CLAEM contó con el fuerte apoyo de la Fundación otra manera, las prácticas de escucha. Los discursos relacionados
Rockefeller. En consonancia con las políticas desarrollistas de la época, con la alta fidelidad, el sonido estéreo, la cuadrafonía, etcétera,
el Centro había logrado captar capitales locales y extranjeros. Se fi- abundaron en las publicaciones periódicas de la década de los se-
nanció casi en su totalidad con dinero de la Fundación Rockefeller senta. Desde aquel momento, las grabaciones hancambiando pro—

y estaba dedicado exclusivamente a la experimentación y entrena- fundamente las relaciones entre música, intérpretes y oyentes. Gran
miento de nuevas técnicas compositivas, Ante la disolución del parte de los descubrimientos y emprendimientos de la música Elec—
Instituto DiTella, el CLAEM logró prolongar sus actividades un año trónica pasaron a los estudios de grabación de la música popular,
más y el instrumentaldel laboratorio recorrió posteriormente distin- a los sistemas de reproducción de audio cinematográficos y tam-
tas instituciones (entre ellas el Centro de Investigación, Comunimción bién a los sistemas de reproducción caseros. Estas nuevas “tecno—
Masiva, Arte y Tecnología, CICMAT) hasta que en la década de los logias de la escucha”, como las llamaJonathan Sterne, demanda—
ochenta encontró su lugar en el Laboratorio de Investigación y ron nuevas competencias y experiencias en el modo de recibir el
Producción Musical (LIPM) del actual Centro Cultural Recoleta. fenómeno sonoro, que se vivieron en su momento, y quizá hasta
A pesar de las vicisitudes institucionales, la música electrónica local hoy, como necesariamente mejores. De algún modo, ese impulso
—devenida en electroacústica—, logró forjar una tradición fuerte. Esa progresista —entendido como una idea acumulativa, que se des-
tradición se confirma en el corpus voluminoso de obras que desde arrolla en forma lineal y asociada con un sentimiento fuerte de
96 la década de los cincuenta hastalaactualidad se alimentó de mane- avance— que también guió los intereses y creencias de un sector 97
ra ininterrumpida, y en la proliferación de instituciones de ense— del campo artístico, condujo a naturalizar y colocar en primer
ñanza y producción de música electroacústica, htndadas en Buenos plano una concepción evolucionista del lenguaje musical. Se creyó
Aires y en el interior del país. incluso que se podía barrer hasta con la tradición más afianzada
A mediados de los años noventa la actividad de los laborato- cuando se pensó que la producción asociada con lo tecnológico
rios institucionales comenzó a declinar, de manera generaliza— —con su pretendido carácter ahistórico, de acuerdo con Walter
da, en gran parte debido a la facilidad y accesibilidad de las Benjamin— permitiría superar la tradición, habilitando entonces
computadoras y los programas profesionales de producción una actualización que podría evadir el pasado.
musical. Más que centros de creación musical, muchos labo- Una vez que los compositores advirtieron que la tecnología les per—
ratorios se convirtieron en centros de investigación y desarro' mitiría ampliar el campo perceptivo y material del lenguaje musi—
llo de software, donde la población de ingenieros comenzó a cal, fueron muy pocos los que en el desenvolvimiento de esta trama
superar a la de los músicos. histórica lograron relativizat la ilusión progresista que caracterizó
Si la música electroacústica seguirá siendo parte de la trama ar— el momento fundacional de la música electroacústica. LN
tistica del futuro, permanece aún hoy como una incógnita. Lo
que sí puede establecerse con mayor certeza es que la música elec-
trónica cambió definitivamente la fenomenología sonora reali— > ELECTRONICO Si la electricidad es el flujo de electrones que cir—
zando un giro desde la reproducción a la producción. No solo se cula a través de un material conductor, la electrónica es su siguiene
redefinieron nuevas técnicas de producción musical, también se te grado evolutivo. Consiste en la fama de la ingenieria dedicada
a controlar y aprovechar la electricidad para generar, transmitir o El futurismo italiano ya había dado la bienvenida a la radio, a la
almacenar información. que Marinetti exaltaba como “imaginación sin hilos” mientras los
Desde el surgimiento de las válvulas a comienzos del siglo XX, se ñituristas rusos la imaginaban como artífice de una era de armo—
trató de organizar el flujo de electrones en dispositivos que recr- nía y paz universal. Pero no ñ.ie hastala década del sesenta, con los
bían estímulos del mundo exterior, como la luz o el sonido, y los avances en la miniaturización de los equipos, como sintetizadores
convertían en señales eléctricas. A mediados del siglo, los transis— y cámaras de video, y su abaratamiento, que se abrió la posibilidad
tores y poco después los chips 0 circuitos integrados mejoraron la de un arte electrónico de más vasto alcance. Muchos artistas co—
capacidad de los circuitos para amplificar, procesar y, sobre todo, menzaron entonces a realizar obras en las que se reflexionaba sobre
devolver al exterior dichas señales, bajo la forma de nuevos fenó- las nuevas técnicas de comunicación y sobre su efecto en las per—
menos visuales o sonoros. La radio fue, entonces, el primer uso de cepciones humanas y las relaciones sociales. Al mismo tiempo en
la electrónica dedicado al consumo masivo. La televisión y las com— que surgían fenómenos de protesta como los movimientos juveni-
putadoras le siguieron, en una línea de desarrollo que adquirió una les y de minorías en los Estados Unidos, el arte electrónico adqui-
velocidad vertiginosa a fines de la década del cincuenta; en poco ría en algunos casos un sesgo contracultural, de resistencia frente
más de diez años la humanidad pasó de lanzar al espacio su primer a los canales y formas estandarizados y alienantes de la comunica—
satélite de comunicaciones a observar en las pantallas de sus hoga- ción oficial, sintetizados en la imagen del aparato de televisión, em—
res la transmisión en directo del primer viaje tripulado a la luna. blema de la sociedad del espectáculo.
98 La electrónica permitió esta ampliación de las capacidades para el En el campo de las artes plásticas, la adopción de medios electró—
99
intercambio de mensajes a escala planetaria, y despertó el interés nicos se dio en el contexto de un creciente distanciamiento respec—
de artistas que vieron en las nuevas tecnologías la posibilidad de to de las formas tradicionales como las de la pintura o la escultu—
continuar por otros medios sus programas de experimentación y ra. A fines de los cincuenta, Allan Kaprow fue uno de los primeros
disolución de las fronteras entre el arte yla vida. en promover estas ideas a partir de sus instalaciones y happenings,
Pero si fuera necesario definir el arte electrónico, este consisti- incorporando saberes provenientes de la danza, el teatro yla esce-
ría en el arte producido mediante los nuevos medios electróni- nografía. Dick Higgins, del colectivo internacional Fluxus, creó a
cos y no solo dilimdido a través de ellos. Surgía así, hacia la mitad mediados de los sesenta el concepto de “intermedia” [intermedial
del siglo XX, la posibilidad de grabar y almacenar imágenes y para referirse a géneros artísticos surgidos en las fronteras entre los
sonidos en soportes magnéticos para ser transmitidos pero, sobre antiguos, en los que se combinaban el dibujo yla poesía, o el m»
todo, procesados y modificados con una libertad inédita hasta llage y la fotografía. En esa nueva frontera los medios electrónicos
entonces. Los nuevos medios inauguraban una era de obras cada hallaron un campo para desenvolverse. Grupos de arte como USCO
vez más desligadas de las técnicas y soportes tradicionales. (US Company) de Nueva York, hicieron uso de la electrónica en
Videoarte, música electrónica en general y lo que se dio en lla— experiencias grupales diseñadas para estimular los sentidos del pú—
mar electroacústica y arte por computadora fueron algunos de blico mediante juegos de luces, proyecciones de imágenes y soni—
estos nuevos campos que, en muchos casos, retomaron de las van- dos grabados. El coreano NamJune Paik empezó a producir obras
guardias de comienzos del siglo ideas sobre un arte abierto a la de videoarte en 1965 utilizando uno de los primeros modelos de
participación del público. cámara portátil de Sony, además de sintetizadores creados por el
mismo, que le permitían mezclar las imágenes y coloreadas. Elre- pantalla de un televisor aguardaba a los visitantes para devolverles
sultado fueron sus co/Mges audiovisuales en los que reunía image— las imágenes de si mismos tomadas minutos antes. Esta posibili-
nes provenientes de distintos países,4muchas de ellas tomadas de dad de percibirse a través de una pantalla ubicada junto a otras
transmisiones televisivas, a las que editaba para producir una suer- que seguían transmitiendo sus contenidos cotidianos, reforzaba la
te de obra coral saturada de fragmentos. Allí la electrónica actúa impresión de un dispositivo construido para incorporar a los visitan—
como una Elena disolvente que toma retazos del mundo para sa— tes a un entorno cultural saturado de estímulos y mediado por las
carlos de contexto y volverlos a compaginar en obras de múltiples nuevas tecnologías. La cultura popular en la era de la electricidad.
dimensiones que, en retrospectiva, funcionan como un anticipode Si bien no podría describirse esta obra en forma completa como
la inundación de información que iba a caracterizar a los medios “arte electrónico”, si se trata de una de las primeras del arte argen—
de comunicación en las décadas siguientes. tino en que la electrónica cumple un papel protagónico. En los
En este punto, surgen diversos interrogantes: ¿puede pensarse el años siguientes Minujín probindizaría esta línea, realizando obras,_
arte electrónico como un género nuevo? ¿Basta describir un sopor— la mayoría en galerías y eventos de los Estados Unidos y Canadá,
necesarioha—
te para caracterizar dicho género? Y, en realidad, ¿es en las que el público era invitado a interactuar a la distancia a tra—
cerlo? A esto se agrega el hecho de que muchas obras productdas vés de satélites, pantallas y teléfonos, a manipular aparatos interve—
a través de medios electrónicos incorporen elementos de diversas nidos por la artista como en la cabina de teléfono del Minuphone
disciplinas artísticas, constituyendo en realidad obras defrontera. o a someterse al análisis de sus datos personales suministrados a
100 En todo caso, se trata de obras que incluyen cierta dimensión elec— una computadora. En todas ellas se proponen situaciones en las
101
trónica para ampliar los lenguajes artísticos ya conocidos; y que quela interacción entre las personas resulta mediada por disposi-
al mismo tiempo retratan o reflexionan sobre la situación de las tivos electrónicos desviados de su funcionalidad, como detenidos
comunicaciones, y la vida social en general. en un giro sobre sí mismos, dedicados a exponer su propia con—
En laArgentina, en la década del sesenta Marta Minujín incorpo- dición de medios audiovisuales.
ra un sesgo electrónico en sus obras. Su carrera se había iniciado Estas obras de Minujín permiten retomar la definición de Marshall
en la pintura, pero no habia tardado en incluir pedazos de objetos McLuhan sobre el arte como un “traductor de experiencias”. El
como colchones que luego transformaría en estructuras en las que arte pensado como una instancia de reflexión sobre el entorno
el público estaba invitado a introducirse. En 1965 organiza en el humano, que es también la característica de cualquier medio para
Instituto DiTella de Buenos Aires junto a otros artistas larecorda- McLuhan, su capacidad para traducir bajo nuevas formas el co—
da Menesunda instalación, relacional, videoarte , una tecno—ins- nocimiento respecto del mundo que lo rodea. El habla, la escri—
talación que ofrecía a los visitantes la posibilidad de experimentar tura, la imprenta fueron, desde este punto de vista, diversos modos
distintas sensaciones producidas por dispositivos que iban desde en que los seres humanos lograron tomar distancia de objetos y
luces de neón y televisores encendidos hasta sonidos tomados de experiencias para volver sobre ellos munidos de un conocimiento
el
la calle y olores de perfumes y frituras, En su conjunto, recorri— más elaborado. Una facultad que alcanza un grado de evolución
do parecía ofrecer una versión concentrada y quizás alucmada de superior, y quizás final, en la era de los circuitos electrónicos, tal
la cultura popular contemporánea, tal como podría percibirse en como esta aparece esbozada en el estilo cifrado y laberíntico de
un paseo por las calles de una ciudad moderna. Hacia el final, la McLuhan. Si los medios son metáforas que moldean el modo en
que los seres humanos perciben el mundo, McLuhan se convir— eran interpelados por una grabación que les realizaba un breve in—
rió a lo largo de los sesenta en una suerte de guru y profeta. Su terrogatorio. A la salida, podían observarse a sí mismos en un panel
empresa estaba teñida de un entusiasmo utópico que concebía los de televisores, en el que se transmitían en loop las respuestas de
nuevos medios como el último escalón de una evoluCión hacra fa— otros participantes de la obra.
cultades ampliadas de conocer y compartir dicho conocimiento… Por otra parte, también es posible pensar el arte electrónico en re-
En sus momentos más poéticos y optimistas, formuló imágenes lación con las aspiraciones de ciertos grupos de vanguardia del
como las de la aldea global, latribu planetaria o el sistema nervio- siglo XX que imaginaron, en palabras de Bertolt Brecht —citado
so extendido compuesto de antenas y cables que cubrían el mundo por josé Luis Brea en La empastmedía——, la creación de “comuni-
y era compartido por todos sus habitantes. dades de productores de medios”. En toda obra de arte electróni—
Como en las instalaciones de Minujín, el arte electrónico puede co se hace un recorte de los contenidos de la industria audiovi-
pensarse como una tarea de reapropiación poético»estética de la sual, o bien se ofrece un prototipo de dispositivo para la difusión
infraestructura tecnológica. Una reinvención de los medios que, de dichas imágenes y sonidos. Subyace en ellas una crítica a los
como sugería Peter Weibel en el catálogo de la muestra Ezlgmwelt modos en que se desarrolla la comunicación a nivel social, y un
der appzzmtewel. Pioneer: of electronic art, aspira a crear “mundos deseo análogo al que a fines de siglo expresarían los amantes de la
autónomos de sonido e imágenes manipulables tanto por el ob, tecnología conocidos como hackers. Si “toda persona curiosa es
servador como por la máquina”. Del videoarte a la música elec— un hacker en potencia”, como reza una vieja consigna, también
102 trónica, se trataría de nuevas posibilidades de ejercer la libertad los artistas electrónicos podrían pensarse como exploradores que 103
creativa, en una experiencia que revierte, o aspira a revertir, los amplían las fronteras de lo posible en el campo de la tecnología.
rasgos regresivos de los nuevos medios de comunicación. Frente Al fin de cuentas, las proezas de una de las leyendas más antiguas
al sentido único de las emisiones de radio y televisión, el arte elec— de lacomunidad hacker, el estadounidense Cap)n Crunch, podrí—
trónico intentaba abandonar el lugar pasivo del espectador para an haber sido realizadas en el contexto de una muestra de arte de
convertirlo en creador de contenidos; poner a las máquinas a fun- los nuevos medios de los setenta: a principios de esa década,
cionar contra sí mismas, interviniendo en sus mensajes habitua— Crunch descubrió un modo de intervenir las llamadas telefónicas
les y dota'ndolas de una expresividad que su mismo desarrollo en de larga distancia para hablar sin pagar, redirigiendo las conexio-
la senda trazada por la industria no parecía destinado a producir. nes a través de distintas centrales de telefonía. Uno de sus trucos
En este sentido puede pensarse la obra de otro artista argentino, favoritos consistía en hacer una llamada entre dos teléfonos pú—
David Lamelas. Entre 1967 y 1968 realizó en Buenos Aires obras blicos contiguos, desviándola por distintos países para escuchar su
como Situación de Tiempo, en la que montó diecisiete televiso- propiavoz cargada del delay y el ruido acumulado durante su viaje
res en una habitación a oscuras. Los televisores emitían sonido de alrededor del mundo.
estética y la imagen de una pantalla en blanco, inundando la sala En este punto, cabe señalar una división dentro del arte electrónico.
en una suerte de grado cero de la experiencia televisiva. Las tecnologías (_li_'gi_ta£ permitieron el procesamiento de la infor—
Como parte del mismo clima de época, en 1969 las Experiencias mación con un grado de precisión infinitamente superior al de los
en el DiTella incluyeron la obra Espectra del Grupo Frontera, en dispositivos analógicos, como el video o el audio. La revolución elec—
la que se invitaba a los visitantes a ingresar a una cabina donde trónica vislumbrada por McLuhan, capaz de permear todos los res-
quicios de la vida cotidiana y la economía, empezó a adquirir una intermediales. Sin interés en formar una escuela o corriente es-
forma reminiscente de sus predicciones cuando a mediados de los tética, la electrónica participó en casi todos los géneros artísti-
cos aportándoles una dosis de ese mesianismo tecnológico que
setenta se lanzaron los primeros modelos de computadoras persona—
les, que empezaron a popularizar el acceso a herramientas de mani— impregnaba los análisis de McLuhan. Si en sus textos el nuevo
pulación de datos, y luego también de imágenes y sonidos, creados mundo se anunciaba bajo la forma de una comunicación amplia—
o editados íntegramente mediante software especializado.
da y participativa, esa promesa late en cada obra o instalación do—
En correlación con ese estado de cosas, en Buenos Aires por ejem- tada de un dispositivo electrónico. La de un inminente salto cua—
plo, y al son de un imaginario de época autopercibido como mo— litativo en el procesamiento de la información, ya se trate de
derno, el CAYC (Centro de Arte y Comunicación) organizó en 1969 imágenes, sonidos o, en general, el mismo entorno humano cap»
la primera muestra de arte realizado con computadoras en la turado y reacondicionado mediante cámaras y sensores.
Argentina. Para la misma, fueron invitados los artistas e ingenie- En ocasiones el arte electrónico pudo ofrecer la imagen de una tec—
ros del grupo de arte japonés CTG (Computer Technique Group) nopoe'tica gestada al margen de los intereses de la industria y el
que brindaron un taller de introducción en laEscuela ORT, del que mercado, y surgida del deseo y la imaginación de los artistas. Pero
participaron artistas argentinos como Antonio Berni y Rogelio incluso allí pudo darse, casi como contracara en algunos casos, o
Polesello. No sería hasta algunos años más tarde, con la populariza— como extensión, en otros, la opción de convertirse en una meta ex—
ción de las computadoras personales, que la idea de tecnología die hibición de los últimos adelantos, campo de prueba o rhowroom
gital empezaría a pensarse como una subespecie de la electrónica. para el acercamiento del público a los dispositivos de última ge- 105
En esta muestra, titulada “Arte y cibernética” y exhibida en la Galería neración. Tal sería la paradoja del arte electrónico, su necesidad
Bonino, las obras aún estaban lejos de la fluidez interactiva que se de tomar distancia al mismo tiempo que intenta acercarse a los
asociaría con el arte digital. Consistían en dibujos impresos me— lenguajes emergentes. Y en esa órbita intermedia se hallan sus me—
diante un plotter dirigido por coordenadas y requerían de la inter- jores obras, capaces de devolver una mirada extrañada a la mono-
mediación de los especialistas encargados de poner las computa— tonía de la novedad y la expansión tecnológica tal como es relata—
doras en funcionamiento. La obra de Berni, por ejemplo, consistía da habitualmente en los medios y la publicidad. ChG
en lasilueta de una mujer que se convertía en una mariposa tras
varios pasos intermedios generados automáticamente.
El arte electrónico seguiría desarrollándose en los años siguientes, << EXPERIMENTAL» El concepto de arte experimental —ta.n traji-
con la expansión del videoarte en los años ochenta y noventa. Pero nado en nuestros días y también tan vaciado de sentido— ha sido
Internet y las cámaras digitales, así como los programas para edi- particularmente pregnante durante el siglo XX y lo que va del XXI,
ción de sonido, dejarían obsoletas las tecnologías analógicas. Las en un primer momento asociado alas vanguardias pero al mismo
placas Arduino, de bajo costo y creadas bajo el concepto de M tiempo desasido de ellas. Si como sostiene Adorno en su Daría
Ware libre, desde hace algunos años permiten a cualquier interesa— Estética lo experimental es propio de todo arte en quelo nuevo es
do en la electrónica empezar a montar sus propios dispositivos y vinculante, resulta apropiado establecer hasta dónde lo nuevo en el
programarlos para ser controlados desde cualquier computadora. arte es parte de una dinámica de reformulaciones al interior del pro-

Desde sus inicios, el arte electrónico se diluyó en intersticios pio campo artístico 0 permite, como quisieron algunas vanguardias,
borrar la idea misma de arte. De allí la diferenciación que planteó deductivo en las ciencias, en tanto modo canónico del conoci—
en su libro La definición del arte Umberto Eco entre experimenta“ miento, plantea el experimento y la observación como aliados para
lísrno y vanguardia: producción de lo nuevo dentro de los contor— obtener resultados. La observación —como verificación de los fe-
nos del arte o producción de lo nuevo para salirse del arte como ins— nómenos— está casi siempre vinculada a la realización de un expe-
titución y discutir así las formas de constitución de lo social. rimento —en tanto producción artificial de dichos fenómenos—, a
Por otro lado, cuando lo nuevo es vinculante puede convertirse excepción de los casos en los que existe una barrera física (no puedo
también en “novedad”, si cabe la diferencia para mostrar el modo tocar la luna), tecnológica (no puedo medir el cielo) o moral (no
en que lo nuevo se ata al mero reemplazo de una mercancía por otra. puedo experimentar con humanos). Pero lo experimental en las
Y los imaginarios de modernización tecnológica que vienen “ha— ciencias es también la manipulación de aparatos, muestras y un
ciendo mundo” desde inicios de la modernidad, acelerados en el instrumental concebido a propósito del fenómeno observable,
siglo XX, participan muchas veces de esa lógica de la novedad. Por Según Robert Blanché en su libro Elmétºdo experimentaly [af/o-
esa vía se llega al debate que da cuenta del particular modo en que rafia de lafísim, la necesidad de introducir los instrumentos apro-
al interior del campo de las poéticas tecnºlógicas, la noción de piados para cada tipo de observación y experimentación es un rasgo
experimentalismo retoma sus vinculaciones con las ciencias con esencial que permite explicar tanto el pasaje del antiguo al moder-
recurso al experimento en su búsqueda de nuevas alternativas para no método en física, como dar cuenta de la emergencia de los la—
resolver problemas. De hecho, resulta significativa en este campo la boratorios. En la actualidad, la introducción de tecnología para la
106 fuerte presencia de espacios de arte llamados “laboratorios”. No todo realización de las obras en el campo del arte muchas veces requiere 107
arte experimental recurre a la tecnociencia para su elaboración ya que de la proyección del artista y la ejecución del técnico. Pero las raí—
existe incluso arte experimental “artesanal”, “aleatorio” (en el que a ces de este trabajo conjunto las encontramos en el siglo XVII, mo-
diferencia del experimentalismo científico no pueden preverse re— mento en el que científicos y artesanos impulsaron el desarrollo de
sultados) () “irracional”, pero es claro que en el campo de las poéti- la ciencia instrumental y la creación de los primeros laboratorios.
cas tecnológicas el experimentalismo de los laboratorios científicos Luego, con la proliferación de los equipos y la ampliación de las ne-
“contagia” al experimentalismo artístico aun a riesgo de que artis— cesidades que excederán los recursos económicos de los científicos
tas fascinados por las nuevas posibilidades del hacer de la tecnociem
aislados, nacerán los laboratorios comunales financiados por socie—
cia reduzcan su práctica artística a la manipulación de los materia— dades científicas oficiales, primero, y por universidades, después. La
les sin reflexión respecto de los instrumentos utilizados. colaboración entre científicos y artesanos en el pasado, y entre cien—
Sin embargo, y aquí es donde se produce una tensión productiva, tíficos y artistas en el presente, con todo, no implica una equivalen-
- muchos artistas involucrados en laboratorios experimentales estable— cia de roles: en el pasado el artesano poseía el saber necesario para
cen miradas críticas respecto de las condiciones de posibilidad de sus que un laboratorio funcionara, pero era el científico quien proyec—
prácticas 0 respecto de la manipulación de sus propios instrumentos. taba (por supuesto, podía haber en ocasiones quienes cubrieran
El poder de anticipar nuevas situaciones culturales es lavariable ambos roles); en la actualidad, y luego de siglos en los que el arte se
que condiciona las prácticas del arte llamado “experimental”. Es identificó justamente con el saber hacer, la colaboración en el campo
su fundamento. Y esta capacidad deriva de homologar el carácter de las tecnopoe'ticas experimentales “de laboratorio” implica mu—
experimental de las ciencias. El hegemónico método hipotético chas veces que el artista proyecte y el científico posea el saber técni»
co para la realización de la obra, a partir de unos instrumentos in— viejo o nuevo material para describir ordenamientos que subvier—
dustriales que tampoco él en general construye. tan lo esperado en cuanto a los principios y supuestos vinculados
Así, tanto en el caso del arte como en el terreno de las ciencias, a la composición. El artista experimental atenta contra el discur—
lo experimental se relaciona con la manipulación de “instrumen— so del arte al tergiversar las formas, gramáticas, estructuras, mor-
tos”, formas o conceptos para proyectar lo nuevo. Sin embargo, fologías y sintaxis habituales; y en esta tarea elabora un discurso
el arte experimental se aleja del parámetro, la norma, la ley, y, otro con el afán de articular un nuevo lenguaje.
principalmente, de las relaciones causales. A diferencia de lo que El orden de la legibilidad es alterado y este modo de actuar sobre
sucede con el método experimental en las ciencias, el arte expe- el mundo, que prefiere el artista con su obra, implica la puesta en
rimental no se rige por la lógica de la verificación y, en general, tela de juicio de un sistema comunicativo que acarrea determina,
renuncia de antemano a cualquier tipo de control, entendido en da cosmovisión. En este punto es donde entra en juego el carác—
términos de la producción de regularidades constatadas que luego ter anticipador del arte experimental que propone un nuevo or—
serán convertidas en leyes. denamiento del mundo a través de la apertura a nuevas experiencias
En primer lugar, el carácter experimental del arte radica en una cognoscitivas, devenidas del trabajo sobre un material o una idea
serie de operaciones desplegadas sobre diversos materiales e ideas, en la que se instaura una especie de desvío.
cuyo fin es la mismísima manipulación y el ejercicio en vistas al Muchas veces el concepto de “arte experimental” se utiliza para
descubrimiento de nuevas posibilidades formales y conceptuales. designar expresiones menores, o aún sin terminar, por oposición
No hay un paso posterior que hace necesaria la existencia de una a un arte más tradicional, clásico o clasificabie. Para algunos, el 109
etapa previa. El fenómeno se produce en el mismo instante de su arte experimental es un arte de transición, que no ha llegado a
concepción y de allí su valor intrínseco; por ende, la operación una maduración, debido a que el juego con los materiales, suma—
se efectúa con independencia de los criterios que guían al méto- do a los procedimientos azarosos, lo transforman en una prácti—
do científico dado que el camino»emprendido por el artista no ca empírica pasatista, no acabada. Otros lo definen por oposición
contempla al éxito o fracaso. Ante todo, el experimento arroja un al término vanguardia. La imprecisión terminológica proviene de
resultado que es desconocido. Por tanto, el núcleo de la diferen— la aplicación de un lenguaje normativo que se convierte en el pen—
cia se expresa en la indeterminación. samiento establecido a través de usos discursivos permitidos para
No obstante, la indeterminación está asociada a la exploración, a una época.
la búsqueda de nuevas experiencias que auspicien nuevas posibi- En muchos casos, el arte experimental convoca la presencia del pú—
lidades formales y conceptuales, lo que nos lleva a pensar que sien- blico, del receptor, generando un diálogo imprescindible para la
do esta tarea propia de toda inquietud artística, no habría a par— realización de laobra. Requiere de una activa participación, a dife-
tir de ella un rasgo típico que nos sitúe frente a un arte que no sea rencia del arte en que laobra se muestra, se exhibe y es contempla-
experimental. El arte experimental, con todo, si bien interroga las da de manera hasta cierto punto pasiva. Aun así, esto es más bien
posibilidades formales de los materiales al igual que todo arte, va una cuestión histórica: frente a un arte de recepción “pasiva” que
en contra de la tradición. He aquí el carácter novedoso de lo ex“ fuera tradición durante buena parte de la historia del arte moder-
perimental. Así, buscar posibilidades desconocidas implica trazar no, un arte interactivo puede resultar experimental. ¿Pero qué su-
propios recorridos y eludir los caminos preñjados; servirse de un cederá cuando la interactividad se 'convierta en tradición? A]!CK
> FOTOGRAFÍA EXPERIMENTAL Podría establecerse sin mucho mar— gráfico en su conjunto, incluyendo al “funcionario” que opera
gen de error que la fotografía esla madre de todas las tecnopoéticas "en función” del aparato), como la actitud que permitiría abrir-
visuales modernas. Como sostiene Vilérn Flusser en su libro se a una autorreflexividad de la práctica fotográfica en su rol
Fílasoj%z de laf)togmña —cuyo título en portugués en versión del sustentador de una nueva imagen técnica. Y en ese sentido, una
mismo autor, Fílwa_ña da mixaprmz, parece ser incluso más acer— tecnopoética fotográfica implicaría algún tipo de énfasis o foca»
tado—, la fotografía inaugura a partir del siglo )C[X una nueva on— lización sea en la materialidad de la fotografía en tanto fotogra—
tología de la imagen dando lugar a imágenes técnicas solo cono— fía, en su cualidad objetual —un caso algo ambiguo sería el del
cidas aproximativamente en tiempos anteriores, De allí entonces movimiento pictorialista de fines del siglo XIX y principios del
que ese rol fundacional deba ser puesto de relieve cuando se trata XX cuyo énfasis en una materialidad intervenida se realiza en
de pensar las relaciones entre arte y tecnología y los programas y contra de lafotografía para llevarla hacia la pintura—, sea en los
posicionamientos —las poéticas—» respecto de tales relaciones ma— procesos de su codificación simbólica (contra el discurso del ilu-
nifiestos en las obras. sionismo mime'tico), o en la lógica indiciaria del acto fotográñ—
Pero la historia técnica y social de la fotografía excede su carác- co, —tal como la ha teorizado por ejemplo Philippe Dubois en
ter tecnopoético ya que los usos sociales de la fotografía —desde Elactafbtagrá]9w—, esto es, en su propio carácter de huella de
el retrato familiar al fotoperiodismo, por dar solo un par de ejem— un acto o proceso de producción que pone en evidencia la con—
plos—— se sustraen en gran medida a la problematización del cruce tig'úidad singular y momentánea entre un real y su imagen. Esa
110 arte/tecnología/experimentación. Tal sustracción se da más allá referencialidad no necesariamente mime'tica que Roland Barthes
de que los saberes fotográficos puestos en juego puedan implicar en La cámara lúcida ya había establecido con su famosa fórmu—
decisiones en cuanto al encuadre, la luz, etcétera, que alejarían la la del “esto ha sido”.
práctica fotográfica del amateurismo o el espontaneísmo, y más Hasta cierto punto también, se podrían incluir dentro de las
allá también de que el experimentalismo sin intencionalidad es- tecnopoe'ticas fotograficas obras que toman la cuestión técnica
tética formó parte durante una buena cantidad de tiempo del como tema; aunque su inclusión en la caracterización propues-
desarrollo mismo de la técnica fotográfica hasta su “formalización”. ta resulte más clara si el tratamiento estético no llega a natura-
Quizá tampoco bastaría hablar de “fotografía artística” para pen— lizar del todo el aspecto técnico. Fotografías como Cables ¿le re—
sarla, más que en un nivel de gran generalidad, como una tec— légrafb (1924), Estadio: (1927) o La máquina de escribir de Mella
nopóetica. Aunque roda fotografía artística parta de la base de (1928) de Tina Modotti, por ejemplo, tomadas en los años que
una intencionalidad estética que guiará la operatoria técnica, este la fotógrafa pasó en México, al tiempo que ponen el ojo de la
proceso puede llegar hasta cierto punto a naturalizarse por lo cámara en los paisajes de la modernización tecnológica de la se-
que —para recortar con algo más de precisión el espectro— se puede gunda década del siglo XX, participan de una exploración esté-
focalizar en las prácticas estético'experimentales de la fotografía tico—técnica a partir del trabajo con los contrastes lumínicos o
que permiten desmontar el dispositivo fotográfico poniéndolo de los acercamientos que revelan una voluntad de mostrar cómo
alguna manera en evidencia. El mismo Flusser proponía la acti— se puede hacer “hablar” técnicamente a la cámara y no solo a
tud del fotógrafo experimental que juega en contra del “aparato” los objetos fotografiados. Es probable que pueda afirmarse esto
(no solo la cámara fotográfica sino también el dispositivo foto- mismo de toda buena fotografía artística excepto cuando, en
pos de alcanzar un ideario realista, se busca invisibilizar el pro- de un velador de noche cuyo pie es el cuerpo de una mujer en
cedimiento técnico. pose sensual.
Así las cosas, y como en tantos otros casos, es posible remontar- La modernización tecnológica de los años sesenta encontró a la
se a las vanguardias de comienzos del siglo XX para encontrar fotografía en renovada relación con la publicidady al arte pop en
ejemplos paradigmáticos de fotoexperimentación poética —0 de algún sentido como comentador de esa relación. Por qué son tan
tecnopoéticas fotográficas experimentales. Los rayogramas y sola— geniales (1965), el afiche de Edgardo Giménez, Dalila Puzzovio
rizaciones de Man Ray 0 las distintas variantes de los fotomonta— y Carlos Squirru instalado en la esquina de Viamonte y Florida
jes de integrantes de dada Berlín, como John Heartfield, Raoul en Buenos Aires resulta así paradigmático. Con todo, el desarro-
Hausmann y Hanna Hóch, son algunos de los ejemplos más co- llo del arte conceptual y la frecuente utilización de la fotografía
nocidos M]. documental en el campo del arte hacia finales de los sesenta y co-
En la Argentina, existen muchos ejemplos que merecerían to- mienzos de los setenta desplazan el impulso fotográfico muchas
marse en cuenta por su fotoexperimentación. De la primera veces por fuera de la impronta tecnoexperimental.
generación de fotógrafos modernizadores que trajeron en los Con el tiempo, y dado el pasaje de la fotografía analógica a la
años treinta el discurso de las vanguardias constructivistas y ra- digital, surgieron diversos debates y cuestionamientos en el campo
cionalistas, destaca el muy comentado caso de los fotomonta— de las poéticas tecnológicas fotográficas; el recurso a la manipula—
jes que Grete Stern publicó en la sección “El psicoanálisis la ción, por supuesto, quedó a la orden del día y con él la apertura
ayudará” de la revista Idilio a partir de octubre de 1948, y que a nuevas ontologías fotográficas que plantearon los alcances de la 113
fueron recuperados y editados en la década del noventa bajo el generación sintética de imágenes. El “esto hasido” barthesiano pa—
título de Sueños. Su carácter tecnopoe'tico presenta una canti- recía haber quedado perimido. Y sin embargo, la fotografía expe-
dad de aristas significativas. Publicados como “ilustración grá— rimental digital dialoga a menudo con ese carácter de traza de lo
fica” de una especie de consultorio psicoanalítico de masas (fe- real de la fotografía. Se han dado casos particularmente evocati-
meninas), cuyos textos eran redactados bajo seudónimo por vos de ese diálogo en las propuestas fotográficas de artistas que
Gino Germani y Enrique Burelman en respuesta a relatos de reflexionan y “actúan” sobre la memoria, como el de la serie
sueños que las lectoras enviaban para su interpretación, los fo- Arqueología de la ausencia, los fotomontajes digitales que Lucía
tomontajes de Stern hacen coexistir perspectivas aparentemen— Quiero realizó al convocar a hijos de desaparecidos, entre los que
te encontradas: una composición técnica rigurosa para el tra- se cuenta la misma fotógrafa, que quisieran aparecer junto a sus
tamiento de temas oníricos que le dan a las imágenes cierto aire padres desaparecida; en lafóta que nuncafi4e.
surrealista; una mirada crítica de género acerca de la subordi- En la era digital hay por otra parte muchos fotógrafos que en su
nación dela mujer en una revistafemenina que no hace más que búsqueda tecnopoe'tica redescrubren tecnologías pasadas. Reaparecen
reforzar esa subordinación, aunque al amparo de los discursos así distintas experimentaciones en el campo de la fotografía esteno-
publicitarios de la modernización tecnológica. Entre otros, uno peica como en las investigaciones fotográficas recientes de Jorge H.
de los ejemplos más representativos y conocidos es el del foto- Álvarez 0 la recuperación de la técnica del fotograma tal como la
montaje titulado Artículos eléctricos para el hogar, en el que practicaAndrea Ostera desde Rosario.
una mano masculina en primer plano presiona el interruptor Las tecnopoéticas fotográficas expérimentales contemporáneas se—
ñalan en realidad una gran variedad de procedimientos y con— mal funcionamiento, en un sentido artístico, es otro camino a se-
fluencias con otros medios y lenguajes: desde las experimentado— guir para la creación, un camino de mutaciones con resultados
nes con distintos tipo de químicos para el revelado y de superfi- inesperados que hacen que el creador sea a la vez partícipe y es-
cies no convencionales para las copias, o el pasaje de imágenes de pectador del error. En general, un glitch es un descubrimiento in»
un medio a otro y su manipulación »como las que GabrielValansi esperado que se produce por casualidad cuando se está buscando
tomó de archivos de imágenes televisivas en torno de la guerra, unacosa distinta. Desde un punto de vista artístico, el error es un
luego digitalizadas y copiadas en platino sobre papel en su serie hallazgo, un ready—made.
Zeitgeirt (2000)—, pasando por la invención o utilización de cáma— Según Iman Moradi, teórico del glitch, en la comunicación ana—
ras “especiales” —como la cámara panorámica que carga 505 me- lógica (como las señales de radio y TV), un defecto puede produ—
tros de película de 35 mm creada por el fotógrafo Esteban Pastorino, cir alteraciones visuales o sonoras interesantes para el glitch art.
o las fotografías con cámara infrarroja tomadas también por Valansi Por otro lado, un defecto de funcionamiento del hardware o del
en las noches de diciembre de 2001—, hasta la aparición en el lena software o una interacción inadecuada entre ellos (en los contro-
guaje exhibitivo de tipologías como las de fotoperformance, fo- ladores de las placas de video, por ejemplo) pueden generar artí—
toinstalación, entre otras. El hecho de que desde hace tiempo en j€zctr (imperfecciones que se observan en piezas audiovisuales que
el arte contemporáneo no se hable ya de artes plásticas sino de artes presentan errores en su codificación o códecs, especialmente con
visuales“ permite integrar a la fotografía a tal universo al tiempo que la compresión MPEG, entre otras). La valoración de estos am)?ch
114 el mismo se va desdiferenciando de otras disciplinas y lenguajes ar— se ha convertido en dominio del glitch art. '

115
tísticos en un típico movimiento inter y transmedial. CK Existen dos categorías de fallas. Una es la interferencia pura, el re—
sultado de un mal funcionamiento o error no premeditado de un
artefacto analógico o digital. Otra es el resultado de una decisión
>> GLITCH El término “glitch” fue acuñado por John Glenn, el pri— deliberada para generar esa falla, por ejemplo al sintetizar proble—
mer astronauta norteamericano en orbitar la tierra en 1962, mas técnicos en medios no digitales o al producir artificialmente
Originalmente se refería a un pico 0 cambio de voltaje en una co— el ambiente que se requiere para invocar una falla.
rriente eléctrica. El significado de la palabra se ha expandido desde Sean de origen natural o instigado, numerosas situaciones pueden
entonces para designar a un inequívoco e inexplicable “hipo” en dar lugar a glitches. Pueden ocurrir como resultado del rayado de


un sistema que debería funcionar sin contratiempos. un DVD, una secuencia de video dañada en Internet o televisión
En la informática y en los videojuegos, un glitch es un error que, digital, una caída del software debido a memoria insuficiente, mal
al no afectar negativamente al rendimiento, jugabilidad o estabi— funcionamiento de una cámara digital u otro dispositivo. Estos
lidad del programa o juego en cuestión, no puede considerarse problemas técnicos a veces causan patrones ilegibles al aparecer en
un defecto del software (bug) sino más bien una característica no la pantalla. Pero un artista, usuario o puede hacer que estas
prevista. En algunos videojuegos se pueden observar glitches vi- situaciones sucedan deliberadamente. Es posible dañar el código
suales debido a ficheros mal codificados o dañados que, al ser le— de un archivo digital o manipular físicamente los circuitos de un
(dos, forman figuras 0 imágenes erróneas. dispositivo digital para obligarle a “glitchear” y luego guardar la
Si en un sentido técnico un fallo es el resultado inesperado de un falla como un archivo estable. La estética glitch busca seleccionar
las regiones de interés de este material de entrada que a menudo de con algo interesante o bien hecho; a veces es mejor la no señal
es muy rico, y manipularlas digitalmente para producir imágenes que la señal televisiva. En este sentido, la obra entabla una rela—
que interesan estéticamente al artista. ción crítica con la TV. Si bien su autor no la concibió de esa ma—
Algunas características comunes de los problemas técnicos son la nera, la obra puede considerarse como glitch porque en el inten—
fragmentación o desplazamiento de partes de la imagen original, to de digitalizar los videos de los años ochenta, el proceso
los cambios de tono, la replicación, clonación visual o multipli— informático generó un error inesperado, espontáneo de la máqui—
cación de cualquier parte determinada de una imagen, el resulta— na cuyo resultado estético el artista simplemente encontró y res—
do digital del entrelazado de píxeles y la manifestación del códi- cató, como si se tratara de un abjet trouve' tecnológico.
go existente debajo de la imagen digital. Según Carlos Trilnick, los artistas suelen poner la tecnología al lí—
Numerosos artistas visuales de diversas partes del mundo se han mite y hacer un uso de ella que se expande por sobre sus cualida—
dedicado a producir en el complejo terreno del glitch art en la úl— des y características originales. Su video Absbytes (2006) es glitch
rima década, como Ant Scott, O.K. Parking, Takeshi Murata, Jon art deliberado, dado que fue realizado forzando el programa de
Satrom, Iman Moradi y Rosa Menkman. Elglitch art es también edición hasta generar ciertos errores que dan por resultado una es-
objeto de largas teorizaciones y controversias entre artistas y críti- tética que él llama “especifica de la electrónica”, donde los bytes se
cos de arte: según la artista visual y ensayista alemana Rosa hacen visibles, conformado tramas que solo pueden producirse
Menkman, al abordar el concepto de glitch desde el punto de vista con tecnología informática de edición llevada a sus extremos y ha—
116 técnico, cultural crítico o estético se generan tensiones y parado- ciendo cosas que su fabricante no recomienda hacer… CC 117
jas que afectan a su propia definición.
En la Argentina se puede analizar como glitch art la obra No
signal, no bad (2007) del videoartista Carlos Trilnick en tanto es >> GUERR|LLA DE LA COMUNICACIÓN Una de las tantas historias
producto de un error de transcodiñcación ocurrido mientras su posibles del arte del siglo XX podría ceñirse a la saga de los conspi-
autor digitalizaba videos de principios de los años ochenta. Al en- radores. Estaría integrada por artistas —y activistas— que pensaron sus
chufar todo y poner púzy, las máquinas y equipos reconocieron las obras como respuesta directa al discurso de instituciones, gobiernos
imágenes de una manera extraña: laobra es lalectura digital actual y medios de comunicación. Obras que buscaron socavar el prestigio
de un video analógico realizado treinta años atrás con tecnologías de laautoridad burlándose de la tradición y las convenciones, inci-
de video de cinta abierta Carlos Trilnick considera a esta obra tando a la revuelta, desmintiendo “verdades“ hegemónicas.
como una reescritura o una reinterpretación que la tecnología hace Su antecedente más famoso suele remontarse al momento en que
sobre sí misma. En el momento en que surgieron, esas imágenes Marcel Duchamp procedió a dibujarle bigotes a una reproducción
le gustaron porque encontró en ellas la esencia del video original de la Mona [ira y le agregó debajo un subtítulo inspirado en el
(que luego pudo copiar y digitalizar bien). Entonces, las editó humor de los baños públicos. Toda la historia de la cultura visual
como un nuevo video y les puso un título que remite a un con- acumulada en palacios y museos a lo largo de los siglos quedaba,
cepto de Fluxus sobre el hecho televisivo: No rígmtl, no badsigni— ahora, a la intemperie. Profanada su condición de obra maestra,
fica que cuando no hay señal no es que algo esté mal; no siempre aparecía en primer plano su silueta repetida, puesta en venta, so“
la señal, o ver bien una imagen de video o televisiva, se correspon— metida alos avatares de lavida mercantil.
La expansión de los medios técnicos para la reproducción y difu— imágenes a ser contempladas desde la pasividad. El arte de “gue-
sión de textos, imágenes y sonidos en el siglo XX ampliarla su campo rrilla” se preguntaría cómo romper el hechizo.
de acción. Bajo el titulo de “guerrilla de la comunicación” se reuni— En laArgentina pueden pensarse entre sus antecedentes a las obras
ria el conjunto de estrategias dedicadas a intervenir y distorsionar realizadas por Roberto ]acoby, Raúl Escari y Eduardo Costa. En
el sentido de ciertas obras de arte, pero también publicidades, mo- 1966 estos jóvenes artistas presentaron un manifiesto sobre un “arte
numentos, carteles y demás parafernalia de la culturavisual y po- de los medios” [tecnologías sociales y realizaron un happening
lítica urbana. Sus armas: el sabotaje, la parodia, el desvío, la falsi— que nunca existió: constaba solo de una gacetilla de prensa acom—
ficación ejecutados a través del cºllage, el remix 0 las performances, pañada con fotos falsas que sirvieron de base para que se publica—
entre otros medios. ran algunas notas al respecto en revistas de actualidad. La crónica
La declaración de guerra reapareceria en las vanguardias de los del evento —en el que habían “participado” conocidos intelectua-
años cincuenta. En el domingo de Pascua de 1950 un grupo de les y artistas— constituyó por sí misma la obra; hechasolo de infor-
integrantes del movimiento letrista acompañó a Michel Mourre mación puesta a circular a través de los medios, Elhappeningpara
a la Catedral de Notre Dame de París. En medio de la misa, y unjabalí difunto —como se tituló— devolvía la mirada, precisamen—
disfrazado de monje, Mourre subió hasta el púlpito y se dirigió te, alos medios y al modo en que estos construyen la realidad.
a la muchedumbre de fieles alli reunida, y a los miles que seguían Unos años más tarde, otro grupo de artistas de Buenos Aires —entre
la ceremonia a través de las primeras transmisiones televisivas de los que se contaba Roberto ]acoby— junto a artistas de lavanguar-
118 servicios religiosos. Durante su discurso, antes de que lo obliga— dia rosarina organizaron un evento en Rosario donde pusieron en 119
ran a callarse, acusó a la Iglesia Católica de estafadora, “de infec— práctica estrategias de contrainformación y manipulación que pro-
tar el mundo con su moral muerta; de ser el virus del Occidente fundizaban las concebidas por el arte de los medios: tras la facha—
putrefacto” porque “sus oraciones han sido el humo grasiento da de una “Bienal de arte de vanguardia" los artistas organizaron
sobre los campos de batalla de nuestra Europa”, para terminar Tucumán Arde, un dispositivo de difusión que intentó eludir los
anunciando la muerte de Dios. Los letristas tuvieron que ser res- mecanismos de censura de la dictadura para mostrar —mediante
catados por la policía para impedir que una masa enfurecida los una instalación de fotos, gráficos y obras plásticas— la realidad so-
linchara, y el escándalo se propagó por diarios y revistas en donde cial de los trabajadores de la caña de azúcar en la provincia de
se sucedieron debates. Tucumán. Ocultas sus verdaderas intenciones, la anunciada Bienal
El escándalo de Notre Dame reunía todos los elementos del arte se transformó, a último momento y mediante una campaña de
de “guerrilla”: el mensaje infiltrado, irónico y contradictorio, el publicidad cuidadosamente planificada, en una puesta en escena
poder de los medios de comunicación vueltos contra si mismos. de la situación de violencia y pobreza silenciada por el gobierno.
Se trataba de imaginar modos de inclinar la balanza contra la in— Desviar los medios, obligarlos a transmitir mensajes que nunca trans-
fluencia cada vez mayor de los medios masivos en la vida cotidia— mitirían. En esa saga de intervenciones puede situarse también el
na; de combatir lo que Guy Debord, el mayor teórico de la arte ancestral del graffiti, dedicado a llenar de contenido las pare—
Internacional Situacionista, llamaria años después la“sociedad del des de las ciudades. Y los collages rabiosos del punk, que asaltaban
espectáculo”: lavida en las sociedades capitalistas degradada por las tapas de discos y fanzines y aplicaban la lógica de la distorsión
la creciente mediatización de las relaciones sociales, convertida en para devolver una imagen violenta'da del mundo. El arte de "gue-
rrilla” surgía como la puesta en escena de una batalla por la ocu- inspiradas en el marketing y la publicidad. Sus acciones incluye—
pación de los medios, dedicado a encontrar resquicios para sus ron el diseño de afiches turísticos que invitaban a participar de la
propios mensajes o a distorsionar los mensajes “oficiales”, asedian- Cumbre de las Américas de Mar del Plata, en 2005, y folletos con
do sus puntos débiles, tomándolos por sorpresa. Un arte también información detallada sobre formas de evadir las alarmas de segu—
abocado a la creación de sus propios circuitos, librados de impo— ridad de las tiendas de ropa. Desde mediados de los años noven—
siciones externas, como los que desde los años sesenta genera el ta se desarrollaba en Rosario una intensa actividad de grupos de—
arte correo, a través de sus difusas redes internacionales de artis— dicados a un arte de “guerrilla” cuyos rastros fueron recuperados
tas creadas para el intercambio de obras. por Inne Martino —integrante de Cateaters y Compartiendo
Más allá del arte, estas técnicas fueron reapropiadas por organiza» Capital? en el archivo on line Not for Sale. Allí, a través de una
ciones y militantes que las convirtieron en herramientas de lucha amplia selección de materiales, es posible atisbar el sentido de in—
política, utilizadas para aumentar lavisibilidad de sus acciones y tervenciones muy diversas —expresadas en fanzines, volantes, ac-
su repercusión en los medios masivos. ciones callejeras, murales— a las que une una misma vocación de
En laArgentina, el Siluetazo de 1983 es otro de sus antecedentes. protesta, siempre matizada por un entusiasmo burlón, casi siem—
Convocada por artistas en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, la pre festivo, que es un rasgo habitual de las obras de “guerrilla”, de-
acción se convirtió en una obra colectiva, cuyos participantes cre— dicadas a plantar bandera y señalar las nuevas porciones del espa—
aron y pegaron miles de siluetas en paredes y fachadas de la ciu— cio público liberadas y puestas al servicio de su causa, se trate de
120 dad, como una forma de reclamar justicia por las personas dete— paredes, plazas 0 sitios web. 121
nidas y desaparecidas durante la última dictadura militar. lconoclasistas, finalmente, lleva las premisas de una guerrilla de la
A ñnes de los años noventa, junto a la agudización de las protestas comunicación al mundo de las redes sociales. Dedicado a la pro-
sociales, surgieron numerosos grupos de artistas como el Grupo de ducción de “recursos libres” y la organización de “talleres de cre-
Arte Callejero (GAC) y Etcétera que acompañaron con intervencio- ación colectiva”, el grupo se concibe como una usina de material
nes, material gráfico y performances las manifestaciones de las orga— gráfico referido a los reclamos y protestas de diversos movimien—
nizaciones de derechos humanos, desocupados y piqueteros duran— tos sociales, que pueden disponer de su fondo común de imáge-
tela crisis del modelo neoliberal. Con su participación, estos grupos nes para reutilizarlas en sus propias campañas de difusión. Con la
ayudaron a dar visibilidad a la práctica de los escraches con los que colaboración de los movimientos iconoclasistas genera, a partir de
la agrupación H.I.].O.S. —integrada por los hijos de las víctimas de la sus testimonios, representaciones visuales sobre los conflictos que
represión militar— empezó a señalar los puntos de las ciudades habi— los convocan, como en el caso del mapa de El corazón del agro—
tados por los funcionarios de la última dictadura, reavivando el re— negocio sojero, en donde se detallan sobre un mapa de la pampa
clamo por su juicio y castigo, diíiandiendo en los barrios su historia la ubicación de puertos e industrias, junto a todo el arco de de—
e invitando a sus vecinos a tomar conciencia de la situación. nuncias motivadas por el modelo de explotación agrícola, ofre—
Por esos mismos años, también en Rosario se multiplicaron estas ciendo una guía rápida al núcleo del conflicto. Cartografías —o
acciones. A principios de 2000, el grupo Cateaters se formó en torno “mapeos colectivos”, en sus palabras— pensadas como herramien-
a un taller sobre prácticas de guerrilla de la comunicación, y duran— tas de reflexión para volcar en imágenes la experiencia del movi—
te tres años produjo diversas campañas de comunicación visual miento y ponerla en circulación. ChG
>> HACKER Es sabido que la idea de “hacker” proviene de grupos de tot y artista Stewart Brand escribió un artículo para la revista Rolling
estudiantes y aficionados a las computadoras en los laboratorios Stone acerca de un grupo de estudiantes del Laboratorio de
d? las universidades de los Estados Unidos a fines de los sesenta. Inteligencia Artificial de Stanford, que en sus ratos libres habían
Y que aludía a un deseo de conocer el funcionamiento de máqui- estado programando el Spacewzzr, uno de los primeros videojue-
nas y sistemas. Sobre todo, de experimentar con nuevos usos y
gos de la historia. La nota, que también fue una de las primeras
ampliar sus posibilidades: los videojuegos, el software libre y la fi— presentaciones públicas de la “filosofía hacker”, mostraba a unos
losofía horizontal y abierta de Internet fueron algunos de los in- chicos sonrientes y pelilargos amontonados sobre primitivas pan—
ventos a los que se asocia su “filosofia”.
tallas, y empezaba afirmando: “Estemos listos o no, las computa—
El titulo también fue reivindicado por grupos dedicados a violar doras están llegando. Son grandes noticias, tal vez las mejores desde
la seguridad de redes y computadoras. De ahí que persista toda- la psicodelia”.
vía una discusión sobre el sentido del término. Ligado, para algu—
La mirada de los hackers sobre la tecnología ponía el acento en los
nos, a la mera pasión intelectual, para otros incluye la posibilidad modelos abiertos y colaborativos. Una de sus premisas era que el
de infringir leyes y “visitar” sistemas de acceso restringido. También acceso a la información sobre las computadoras, y el mundo en
abre muchos puntos de contacto con la mirada que el arte dedi-
general, debía ser libre; de donde surgieron propuestas como la
có desde siempre a la tecnologia. Como reza un célebre aforismo
del software libre, que a su vez inspiró la idea de trasladar dicha
del escritor Cyberpunk William Gibson: “La calle encuentra sus
lógica a otros ámbitos de la cultura, en los que fuera posible rein-
122 propios usos para las cosas"; un anhelo para nada distante del ex— ventar los sistemas de propiedad intelectual para permitir que el 123
presado por el arte en su acercamiento a los objetos tecnológicos. conocimiento o el arte pudieran ser compartidos más fácilmente
Desviar los dispositivos, apropiarse de su sentido, conocerlos cultura libre]. Esta filosofía también se trasladó, en parte, a la ar-
mejor que sus propios creadores y volverlos útiles para activida— quitectura abierta de Internet.
des impensadas. En los años setenta, grupos de hackers reunidos
La figura del hacker fue, a su vez, reapropiada por el cine y la li-
en laboratorios caseros fueron los primeros en desarrollar proto-
teratura cyberpunk, que en los años ochenta creó uno de los ima—
tipos de computadoras personales, baratas, interactivas y fáciles ginarios más difundidos sobre el futuro inmediato de la tecno-
de poner al servicio de actividades como jugar, comunicarse o es—
logia. Mundos virtuales, océanos de datos, inteligencias
cribir. En tiempos de computadoras confinadas en centros espe-
artificiales, ciudades saturadas de pantallas, megacorporaciones.
cializados, utilizadas para análisis estadísticos y cálculos avanza— En entornos hostiles, los protagonistas de este universo intenta,
dos, la miradade los hackers empezó a imaginar un futuro cercano ban sobrevivir valiéndose de lo único que disponían, su conoci-
de tecnologías incorporadas a lavida cotidiana, convertidas en he-
miento sobre el sistema y su experiencia de hackers acumulada a
rramientas creativas cuyas posibilidades apenas se vislumbraban.
su paso por el submundo de la tecnología.
En los campus universitarios estadounidenses de principios de los
Esta mezcla ambigua de utopías de la comunicación y pesadillas
setenta, los primeros grupos de hackers compartían espacios y ac—
tecnológicas en cuyo centro se sitúa la figura del hacker —esa es—
tividades con miembros de los movimientos por la libertad de ex-
pecie de usuario definitivo siempre en plena fuga hacia un más
presión, hippies y otras expresiones de la contracultura, de donde allá de la tecnología—, puede pensarse como un elemento pre—
provienen muchas de sus consignas y propuestas. En 1972, el edi— sente en buena parte del arte tecnológico: en obras ágital_es e
interactivas que tensionan la comunicación hombre-máquina que defb (Esta conferencia suc'
prometen, o en las instalaciones y objetos salidos de los talleres defb (ks, como todas las (

del hardware líh13, abocados a rediseñar el entorno tecnológico a defb (conferencias de (

la imagen de un mundo lo más alejado posible del presente. defb (((haclters”, y eso no “
En laArgentina, los primeros grupos de hackers surgieron a fines .defb (tiene nada que ver (

dela década del ochenta. Nunca formaron organizaciones de gran defb (con las buenas inten)
visibilidad, más allá de ciertos casos aislados de hackers arrestados defb ciones de F. (

por la vertiente más reñida con la ley de sus actividades. Pero en defb (Bostandante, es simpy
1994 la revista Vírur Report, dedicada a los virus de computado— defb (lemente que hablar a'
ra, organizó el Primer Congreso de Virus, Hackers y Computer defb (cerca de los hackers)
Underground de la Argentina. Un grupo de hackers, HBO, utili- defb (es pointless,
zó aquel evento para publicar un manifiesto en el que expresaba defb (Los hackers no somos'
su visión sobre el sentido del hacking; y lo hizo introduciendo el defb ni queremos ser Rock)
texto en el visor de un teléfono público descompuesto en el patio defb (Stars, y toda esta (

del Centro Cultural Recoleta, donde se realizó la reunión. defb (publicidad barata se,
Algunas líneas del código fuente introducido en la memoria del defb (la pueden meter en (

teléfono se transcriben a continuación tal como fueron publica— defb (el culo, no la ncces' 125
das en la revista a partir del archivo que los HBO enviaron al edi— defb (itamos ni nos hace (

tor, Fernando Bonsembiante. Quienes se acercaban al teléfono y defb (bien.


presionaban la tecla indicada, podian leer un manifiesto (que se defb ;Es logico que los qu)
encuentra entre comillas en el programa). La imagen resultante defb (e no saben quieran si
de la mixtura de lenguaje informático y lenguaje natural, en la ver— defb (aber que es un (

sión publicada en la revista, permite encontrar un cierto parentes— defb (((hacker", bueno vamo'
co involuntario con lo que más adelante se llamaría “poesía de có- defb (s a intentar una peq)
digº” [W: defb (ueña definicion. '
defb (def: TODA PERSONA (

; 01234567890123456789 dcfb (CURIOSA ES UN HACIGER'


,
defb (POTENCIAL. (

Linel: defb (La tecnologia nos la'


defb (venden con etiquetas'
defb 'The quick brown fox ( defb (que nos dicen para q)
defb (jumps over the lazy
( defb (ue usarla,
defb (
DOG ( defb (todo eso es mentira.'
defb ' ( defb (la tecnologia es sol)
defb (o una herramienta, y) defb (ica manera de seguir'
defb hay que saber darla)
( defb creyendo en uno mis'
(

defb (vuelta, y usarla del( defb (mo y no convertirse (

defb otro lado.Todos es'


( defb (en un pedazo de Sil?
defb (cucharon que la info' defb (on, para que venga a”
Clefb (rmacion debe ser lib) defb (lguien y se te sient'
defb ºre, esto solo signif' defb (e arriba. (

defb (ica que todos tenemo' defb ( (

defb (s que poder elegir e, defb (


Manifiesto HBO (

defb (l pasto del que come' defb (


Hacked By 0Wls (
.
defb (mos. La investigacio' ChG
defb (n en ciencias es una)
defb (
de las actividades (

defb (intelectualmente mas, >> HAPPENING Según Patrice Pavis en su Diccionario de teatro se trata
defb gratificantes, y to'
( de una forma teatral que no emplea un texto dramático previo (en
defb (dos los investigador" todo caso se vale de un guión o manual de instrucciones) y en la
126 defb (es son en cierta med) que artistas y participantes realizan una actividad recurriendo a lo 127
defb (ida hackers. si el g' aleatorio, sin el propósito de relatar una historia, imitar una acción
defb (obierno anuncia ahor( a la manera del teatro tradicional o producir sentido alguno. Con
defb (a que privatiza la C” este objetivo el happening recurre a todo tipo de lenguajes artísti—
defb (NEA, por que lo mand' cos y técnicas, así como a la realidad extra artistica, cotidiana. Se
defb (o el banco mundial, ( lo asocia, finalmente, a nociones como evento (George Brecht), ac—
defb (y si Cavallo manda a' ción (Joseph Beuys) y performance. El happening propone in actu
defb (] Conicet a lavar lo) una reflexión sobre lo espectacular y sus mecanismos de produc»
defb (5 platos, y todo eso' ción de sentido. Tiene sus orígenes en el trabajo de John Cage en
defb es tan LEGAL, nos p'
( el Black Mountain College (1952) junto a un grupo multidisci-
defb (reguntamos quien pai" * plinario de colaboradores; en el grupo japonés Gutai (a partir de
defb (a juzgar la legalidaf 1955); y en la labor de Claes Oldenburg, Michael Kirby, Allan
defb (d de un grupo de per' Karpow (Estados Unidos), Joseph Beuys y WolfVostell (Europa),
defb (sonas que lo unico q' entre otros. Perdido el entusiasmo inicial de los años sesenta, el
defb (ue buscan es el cono' happening encuentra su continuación en la performance.
defb (cimiento. Desafiar l' Algunas de las primeras publicaciones que llegan a nuestro país
defb (as leyes en las que ( acerca del fenómeno son: Happening: de Michael Kirby (1965);
defb (uno no cree es la un' “Happenings: an art of radicaljuxtaposition” de Susan Sontag (en
trucción de la realidad, sino que se propone reflexionar acerca del
Against lnterpretation and ot/aer_Ertayr, l966); Le happening (Jean-
Jacques Lebel, 1966). Este último Visita la Argentina en 1267 y agotamiento y la necesaria renovación de las técnicas del arte tra—
dicional en vistas al desarrollo de los medios masivos de comuni—
realiza una conferencia-happening en el instituto Torcuato DiTella
a la vez que se publica la traducción de su texto al español. cación y sus efectos en la cultura de masas.
El happening se instala en el medio artístico argentino sobre todo Resulta importante destacar el carácter híbrido, intermedial, que
como comentario más o menos crítico de los medios y las tecno- presentaría al happening como un género de difícil clasificación.
logías de la comunicación. Uno de sus mayores difusores en el país, Respecto de ello, Masotta señala en el programa del ciclo Acerca
Oscar Masotta, analiza el happening como un fenómeno de $0— (de): “Happenings” (1966): “Al (boom, de los medios de informa—
breínfarmacio'n de los medios masivos de comunicación, un rnito ción (sin duda, el caso especial es la televisión) de los años poste-
que poco corresponde con los happenings efectivamente realiza— riores a la Segunda Guerra Mundial, sigue una transformación esen—
dos y vistos en el escenario argentino (Happeningsf, 1967). Por su cial, una rápida metamorfosis del (objeto figurativo'. Pero ella no
parte, los medios de comunicación registran el fenómeno en clave servirá únicamente para generar o definir estilos o tendencias nue…
escandalosa, como una friv'olidad muy alejada del compromiso po- vas (…) estara' simultáneamente en la base de la producción de
lítico y social que se esperaba de los intelectuales y artistas frente a áreas nuevas de la actividad artística, híbridos de otros géneros 0
las problemáticas sociales de la época. Masotta mismo reflexiona géneros nuevos, como el (happening, gracias al cual ahora es po—
acerca de esta cuestión en el texto “Yo cometí un happening”. Según sible no solamente convertir en tema los productos de los medios
128 el autor, sin embargo, el fenómeno presenta el signo de vejez de lo de la información masiva (según la postura y la fórmula pop), sino 129
nuevo, en la medida que, tan pronto como el mito se instala en el recortar y ensanchar el campo de un (intermedia), unazona de ac—

imaginario modernizador de la época, tanto más los artistas bus- tividad que se apoya en el híbrido de los géneros a condición de
can ir más allá o después del happening. Como señala Ana Longoni colocarse, paulatinamente y cada vez más, en el interior mismo”.
en el estudio preliminar de la edición de los trabajos de Masotta El ciclo en cuestión se realizó en el Instituto Torcuato DiTella y
en torno al arte (Revºlución en el arte, 2004), el texto en cuestión consistió en dos conferencias y tres happenings, presentados por
lleva por título Happening? (con signo de interrogación), indican— Oscar Masotta: “El concepto de happening y las teorías” (con—
do sintomáticarnente cierto desencanto del propio libro sobre el ferencia de Alicia Páez); Para inducir al espíritu de la imagen
tema, pasando de su exaltación a su desmitificación. (happening de Oscar Masotta); ((Los medios de comunicación y
El pasaje abre, a su vez, un nuevo género artístico: el arte de los la categoría de (discontinuoi, en la estética moderna” (conferencia
medios de comunicación. De este modo, Roberto Jacohy, Eduardo de Oscar Masotta); Sobre happenings (happening del equipo de
Costa y Raúl Escari realizan en 1966 el Anti—happening —también Roberto Jacoby, Eduardo Costa, Pablo Suárez, Oscar Bony y
conocido como Happening que no existió o Happening para un Miguel Ángel Telechea). El happening—ambientación de Mario
jabalí difunto [grerrilla de la comunicación]ñ primera obra de Gandelsonas, Señales, que se encuentra en el programa del ciclo
arte de los medios. La mirada se desplaza de la obra artística a la finalmente no se realizó.
construcción mediática de un fenómeno artístico que no existiói Al carácter intermedial se suma una mirada interdisciplinaria (artes
La obra informacional apunta no solo a dejar al descubierto el ca- visuales, danz'a, música y teatro) articulada por el análisis de Alicia
rácter engañoso de las técnicas mediáticas con respecto a la cons— Páez (primera conferencia del ciclo del Di Tella, luego publicada
en Happeningsf), quien recorre diferentes teorías para detenerse, rango de fenómenos caracterizados tanto por la superposición de
particularmente, en la relación teatro/happening, El trabajo sin- lenguajes (yuxtaposición), como por la acción y su dimensión tem,
getiza las principales características del nuevo género: manipula“ poral (ejecución actual).
ción creativa de la relación con el público; importancia de los ma- Tanto el ciclo Acerca (de): “Happenings” realizado en el DiTella
teriales (propiedades sensibles, aspecto ambientacional); ausencia como la publicación Happeningr? dan cuenta del aspecto fuerte—
de argumento; la acción, dentro de ciertos límites, no está riguro- mente didáctico que opera en la producción intelectual de Oscar
samente pautada; carácter irrepetible de acontecimiento; la falta
Masotta en torno al arte y también del programa del Di Tella en
de destreza especial en la ejecución; uso del lenguaje como efecto general. “Sobre happenings", por ejemplo, está conformado por
sonoro y expresivo más que como medio de significación y comu-
un conjunto de happenings ya realizados en el extranjero y recons—
nicación; el sueño, lo irracional, el inconsciente y lo afectivo como truidos bien por medio de la publicación de los guiones en revis—
contenidos; temporalidad circular y repetición. A partir de estas tas especializadas, bien de primera mano, por el relato de Masotta
características, la autora compara el happening y el teatro desta— de su propia experiencia en New York, con el propósito de hacer
cando las aspiraciones renovadoras de algunas figuras teatrales del una historia del género en el pais. Otro caso resulta Pruna Flat
siglo XX como Edward Gordon Craig y Antonin Artaud en favor (Ciruela Chata, 1966), recreación de un happening de Robert
de un lenguaje teatral propio, liberado de la tradición literaria, Witmann realizado por Marta Minujín, Marucba Bo, Marilú
Las claves de lectura del fenómeno, tanto desde el punto de vista Marini y Leopoldo Maler también en el DiTella.
130 de la actuación como de la estructura del espectáculo, es la de Marta Minujín representa en el medio artístico local una de la fi“ 131
dirmntinuia'adz en primer lugar, actuación no matrizaa'a, en tanto guras más destacadas en el género del happening, con numerosos
las acciones no se proyectan en un contexto ficcional, ni tienen
trabajos realizados en el país y en el exterior desde la década del se-
una connotación psicológica; se trata, por el contrario, de accio—
senta a la actualidad, como puede leerse en su página web. Uno de
nes simples, de carácter inmediato y concreto1 En segundo lugar,
los happenings más recordados es Simultaneidad en Simultaneidad
el happening presenta una estructura compartimentada, en tanto (1966), realime en el DiTella tecnoescena, videoarte . MFP
las unidades de acción están dispuestas secuencial o simultánea—
mente, pero no presentan entre sí un encadenamiento lógico.
Ante el diagnóstico de un mundo saturado por las concepciones >> HARDWARE L|BRE ¿Hasta dónde puede extenderse la idea de
impuestas a través de los medios de comunicación de masas, mu— una cultura libre? Llevada al ámbito del hardware, esta filosofía
chas de estas prácticas artísticas se proponen reorientar lamiradadel reúne las iniciativas de artistas y desarrolladores de tecnología
espectador. En este examen se hace ineludible la referencia a Antonin volcados a una forma de creación colaborativa también inspira-
Artaud y su teatro de lasrentidor en el que los aspectos plásticos y so— da en la práctica del código abierto [software libre]. El hardwa-
noros cobran una nueva significación, donde los objetos reales ad—
re libre intenta, como aquel, preservar una lógica comunitaria;
quieren una nueva importancia, donde desaparece el aspecto lógico permitir a todos los interesados aprender y crear sus propios dispo—
y discursivo de la palabra en favor de su aspecto físico y afectivo. sitivos beneñciándose con los conocimientos obtenidos por los
Páez encuentra, por último, que la noción de peq%rming am ad— demás. Si el código abierto hace que cualquiera pueda conocer
mite la hibridación de formas en sí misma, designando un vasto de qué manera fueron escritos y diseñados los programas, acce—
diendo a sus códigos fuentes, el hardware libre aspira a lograr lo Pero la idea de un hardware libre no necesita de una tecnología
mismo pero en el campo de las máquinas: instrumentos musi' sofisticada para ser puesta en práctica. En laArgentina, desde hace
Cales, consolas de videojuegos, mezcladoras de sonidos y, en ge— años Jorge Crowe llevaadelante un proyecto de investigación y pro—
neral, circuitos programables a través de una computadora. Su ducción de obras compuestas mayormente por desechos electróni—
inclusión en proyectos de hardware libre los convierte en temas cos, máquinas en desuso como parlantes, grabadores, monitores
de análisis y estudio compartido entre distintos integrantes de de PC, cables y juguetes viejos. Con ellos, mediante nuevas cone—
la comunidad, organizados en grupos y talleres, 0 en forma in- xiones y agregados, incluyendo Arduinos, Crowe produce dispo—
dividual, comunicados a través de internet. En sus páginas y sitivos dedicados a la producción de sonidos e imágenes, asedia—
foros circulan los bocetos, planos, instrucciones y consejos para dos generalmente por la distorsión y el desorden, siempre
poner en marcha sus prototipos, a los que cada participante podrá afirmados en su condición de tecnologia rescatada de la báuggy
adaptar a sus preferencias y necesidades, en una práctica herede— devuelta a lavida en forma de aparatos imprevisibles. Una opor—
ra de la tradición estilo Do It Yourselfde los radioaficionados y la tunidad, también, de explorar la tecnologia desde un relato distin»
ciencia garage. El hardware libre propone, entonces, la creación to al de sus fabricantes. Protagonizado esta vez por una curiosi—
casera de dispositivos a costos reducidos y liberados de las restric— dad de hacker —siempre algo conspirativa— que es finalmente la
ciones impuestas por los fabricantes de tecnología para controlar que subyace a la idea del hardware libre.
su circulación en el mercado. Pero esta práctica no podria prescindir de una dimensión colee
132 Sus aplicaciones en el campo del arte son amplias. Sobre todo tiva. Asi entendido, el hardware libre presupone la existencia de 133
desde la difusión de los microcontroladores Arduino. Estas placas una comunidad activa, dedicada a producir y difundir los cono—
electrónicas, dotadas de diversos puertos de entrada y salida, per— cimientos necesarios para mantener funcionando sus creaciones.
miren conectar sensores, luces y parlantes a una computadora y El modelo libre implica un cuestionamiento de la privatización
organizar su funcionamiento mediante un lenguaje de programa— del saber y le contrapone iniciativas orientadas a hacer proliferar
ción simplificado. De este modo, se abren infinidad de posibili— los medios para acceder a él. Una actividad que adquiere la forma
dades para la creación de obras de arte interactivas, instalaciones de grupos de afinidad, talleres y hacldabs, espacios abiertos ala par—
sensibles al movimiento del público y el diseño de secuencias corn— ticipación de estudiantes, artistas, hackers y otros interesados en
plejas de luces, sonidos y video organizados mediantes programas aprender sobre tecnologia.
específicos. Habría sido difícil crear este campo de experimenta— Compartiendo Capital, originado en Rosario en 2005, impulsa—
ción utilizando las tecnologias ofrecidas por el mercado: su mo- do por Inne Martino y Fabricio Caiazza, es un ejemplo de tales
delo de negocios cerrado restringe la información sobre el diseño iniciativas. Su primer proyecto fue el Pinhole Copyleft que ponía
y funcionamiento de sus dispositivos con el objetivo de maximi- a disposición de todos —mediantc instructivos en su sitio web y
zar las ganancias obtenidas (deteriorando, así, la capacidad de los talleres abiertos— la información necesaria para fabricar cámaras
usuarios de modificarlos, aprender y compartir el conocimiento estenopeicas con materiales accesibles como cajas de cartón. Uno
acerca de ellos). La licencia copyleft bajo la que se comercializan de sus últimos proyectos, Anda, pone a disposición pública, a tra—
las placas Arduino, sumada a su bajo costo y su detallada docu- vés de videos'y tutoriales, el conocimiento necesario para que cual-
mentación, apuestan a revertir la situación. quiera pueda fabricar sus propias baldosas, diseñadas con las figu'
ras y colores de su elección, y pueda, entonces, colocarlas en los Se puede decir entonces que todo hipermedia es interactivo en
baches de las veredas de su ciudad, en una suerte de recuperación cuanto que solicita la intervención del lector. Es él quien escoge
viral y autogestionada de su espacio público. el orden de los “textos” en la navegación del hipermedia y quien,
Con un enfoque más abiertamente informático, y también en en ocasiones, puede modificar el contenido de esos “textos” res-
Rosario, en 2006 comenzó a funcionar en el espacio Planeta X el pondiendo a peticiones de la máquina. La computadora, por su
L0wLab, uno de los primeros hacklab del país dedicado al soft— parte, obedece las directrices del lector, estableciéndose así una
ware libre y la aplicación de Arduinos. conversación entre hombre y dispositivo a la que luego llamare-
Continuada en muchas otras experiencias de aficionados y artistas, mos interactividad.
la idea de un hardware libre, disponible para ser descompuesto, ana— El término hipermedia aparece, junto al de hipertexto, en el año
lizado y reapropiado según los deseos de sus usuarios, ofrece un 1965 cuando el filósofo y sociólogo norteamericano Ted Nelson
punto de partida para especular con la posibilidad de recuperar una imagina un documento creado a partir de ideas de todo tipo, no es»
cuota de autonomía —al menos parcial— respecto de los caprichos tructuradas, no secuenciales: textos interactivos, dotados de imáge-
de la industria. De revertir la situación de desconocimiento sobre nes y enlaces que los conectaban con otros textos a través de un
los mecanismos y lógicas internas de la tecnología, que suelen per- panorama potencialmente infinito. Hipermedia era un concep—
manecer veladas para los usuarios, obligados a enfrentarse con lo to superador, que extendía el hipertexto a nuevos formatos visua—
que el filósofo Vilém Flusser llamó la “caja negra”, la opacidad pro- les: diagramas, mapas, cómics y otras formas de graficar relatos e
134 pia de dispositivos de los que nada se sabe más allá de sus resulta— información. La distinción entre ambos términos se volvería di- 135
dos, impresos en pantallas u otros medios, originados en circuitos fusa con la llegada de Internet, cuyas páginas web dotarían a la
y códigos —casi siempre— invisibles o indescifrables. ChG idea de hipertexto de muchas, si no todas, las propiedades hiper-
mediales: interactivas, audiovisuales, navegables…
El primer hipermedia realmente implementado fue Aspen Movie
<< HIPERMEDÍA>> Fusión de hipertexto y multimedº, la palabra Map, un sistema de navegación virtual por la ciudad de Aspen,
“hipermedia” remite a un documento digital cuyos “textos” se en- Colorado, creado en el MIT en 1978. Esta aplicación utilizaba mi-
cuentran codificados en distintos medios (texto, sonido, ima- llones de fotografías de las calles de la ciudad almacenadas en vide-
gen, programa) y pueden leerse (escucharse, verse) siguiendo di— odiscos. El usuario manejaba unjoystick con el que podia activar los
ferentes recorridos de lectura. Al igual que en el hipertexto, no diferentes enlaces (derecha, izquierda, adelante y atrás), “saltar” a
existe en el hipermedia una lectura única y preestablecida sino cualquier lugar de la ciudad o cambiar de estación.
un conjunto de posibles recorridos sobre los cuales el lector cons— La apropiación del hipermedia por parte de los artistas en los años
truye su propio camino. Esta forma de lectura sería comparable a ochenta dio lugar a un género literario denominado hiperficción
una jugada de ajedrez: en cada “texto” el lector posee varios, uno ciberliteratura . Esta nueva forma de narrativa hipermediática si—
o ningún movimiento. Estas posibilidades fueron previamente de. guió los pasos de aquellas obras que en la segunda mitad del siglo
finidas por el autor. Si bien el lector construye su propio recorri- XX cuestionaron tanto la linealidad del discurso como el rol int0e
do, este se encuentra de alguna manera acotado por las reglas de cable del autor. En nuestro pais, podemos citar a Kolón (1996) de
juego de quien concibió el hipermedia. Raúl Lilloy como uno de los primeros hipermedias narrativos y pri-
mera novela mendocina en Internet. Se trata de una épica fantás- na lo burla llevándolo a cualquier otro elemento de la obra. Esta
tica que transporta la conquista de América al año 3492. La pági— situación se mantiene imperceptible para el lector mientras no in-
na principal de esta obra ofrece once accesos de lectura que con— tente repetir dos veces el mismo recorrido. Más aún, la navega—
ducen a fragmentos de texto e imágenes míticas en relación con el ción deviene en ocasiones circular, permite regresar a los elemen»
hecho histórico. La presencia de personajes como Kolón, Cortés, tos iniciales atrapando al lector en un bucle infinito. Este
Pinzón reafirman el vínculo con el descubrimiento del continente tratamiento original de la interacción que hace la autora permite
americano. Al mismo tiempo Lilloy utiliza astutamente una carac— repensar la libertad del lector frente a la obra y, por que' no, del
teristica del hipermedia, la falta de un único principio y un único hombre frente a la máquina. ¿Conserva el lector la voluntad de
fin, para acentuar la ausencia de tiempo en su narrativa. elegir su propio camino? ¿Puede decirse que hay una verdadera
Eveline, Fragmentos de una respuesta (2004) es otra de las obras concesión de la producción de sentido cuando es un artilugio del
en la que su autora, Marina Zerbarini, busca movilizar al espec- programa el que finalmente determinará el rumbo? IL
tador otorgándole la posibilidad de organizar y estructurar la na-
rrativa. Basada en dos cuentos de James joyce, “Eveline” y “Un
triste caso”, aborda cuestiones relativas a los afectos, los encuen- << HIPERTEXTÚ>> El concepto de “hipertexto” fue utilizado por
tros, los espacios de tránsito, el lugar del cuerpo. primera vez en 1965.Ted Nelson lo incluyó en un trabajo titula-
El telar hipermediático se construye con todo tipo de medios que do “Procesamiento de información compleja: una estructura de
136 van activá.ndose a pedido del lector. Aloja los propios textos de Joyce archivos para lo complejo, cambiante e indeterminado”, presen- 137
que pueden leerse de manera no lineal, en párrafos parciales, en tado en una conferencia de informática en Nueva York. Allí
idioma español e inglés, o pueden leerse en su versión original com— Nelson, graduado de filosofía y sociología, elaboraba ideas en torno
pleta mediante links a páginas externas. Las imágenes correspon- a la que sería la obsesión de su vida: la creación de sistemas que
den a fotografías tomadas por la autora en relación metonímica convirtieran a las computadoras en herramientas para el aprendi—
con los textos o a imágenes de la red con obras de arte europeo 0 zaje y la difusión del conocimiento.
argentino. Presenta videos cortos donde mixtura movimiento fíl— Hipertexto se refería a un sistema de almacenamiento de textos.
mico y tratamiento informático. Cada elemento aparece dentro de En sus palabras: “una escritura no—lineal, textos que se bifurcan y
un contexto sonoro que corresponde a fragmentos de obras de otros permiten al lector tomar decisiones, para ser leídos en una panta—
artistas. Existen momentos de diálogo en los que la obra interroga lla interactiva. Con el hipertexto podemos crear nuevas formas de
al lector para luego comentar sus respuestas. Finalmente, la sección escritura que reflejen la estructura de aquello sobre lo que escribi-
Bitácora lo invita a participar en la escritura de la obra con su opi- rnos; y los lectores pueden elegir diferentes caminos de acuerdo a
nión, su interpretación, su historia. su interés y el flujo de sus pensamientos”.
Quizás lo más curioso en la obra de Zerbarini es la forma en que Durante más de veinte años Nelson intentó hacer realidad su sueño,
acontece la navegación. En cada paso o escena el lector se enfren— cuya encarnación más ambiciosa seria Xanadu, un compendio de
ta a varias entradas pero al presionar una de ellas es la máquina textos e imágenes equivalente a la totalidad del conocimiento dis—
quien selecciona aleatoriamente el elemento que seguirá. Es decir, ponible a traves de las computadoras, Sus programadores, sin em-
mientras él cree haber activado un enlace en particular, la máqui- bargo, a los que reclutaba entre jóvenes estudiantes de informáti-
ca, nunca lograron ponerlo en marcha. Todavía hoy Nelson, dedi- en la manera en que su lógica contamina y deforma la escritura,
cado a la docencia en una universidad de japón, sostiene que su vi- como en los micro—ensayos que el crítico de arte Rafael Cippolini
sión original es superior y más consistente que ese otro sistema sur— publicó en su blog Cippodromo hasta 2011: citas, conceptos, en—
gido en 1990 en un laboratorio informático de Ginebra: la Web. laces, fotos, recuerdos, unidos por el hilo de una voz que se dis-
Los protocolos que le dan forma, como el HTML (del inglés, grega, halla su rumbo y vuelve a perderse una y otra vez. La res-
Lenguaje de Marcado de Hipertexto), retoman sus ideas, pero adap— piración de la Web se intuye en estas palabras, plagadas de enlaces,
tadas a la arquitectura abierta de Internet, que finalmente hizo po- pero que sobre todo parecen flotar encima de los océanos de datos
sible su sueño de un archivo global e interactivo. asediadas por referencias a mundos distantes, que obligan a in,
Desde entonces, navegar textos e imágenes mediante clics se volvió terrogar los supuestos en los que se apoyan. Ensayos que entien—
habitual, y nuevos géneros como el net.art o la hiperficción (nove- den la Web como su ambiente ideal, allí donde es posible pen-
la o narrativa hipertextual) se propusieron llevar al arte aquel vérti- sar todo de nuevo y tender lazos entre materiales que parecía
go cognitivo añorado por Nelson. Para sus impulsores, los enlaces imposible reunir. En esa ansiedad que transmite la escritura de
permiten superar las limitaciones del texto impreso agregándole nue— Cippolini, repleta de preguntas que abarcan desde la ciencia fic—
vas dimensiones: relatos de finales diversos, con imágenes flotantes ción cyberpunk y el porno hasta el arte en la era de los mundos
y efectos de sonido; libros acompañados de materiales adicionales, virtuales —por nombrar unos pocos temas—; en esa compulsión
cantidades inéditas de notas, comentarios, obras relacionadas. por enlazar a sitios web en los que laten, o parecen latir, nuevas
138 Las primeras narrativas hipertextuales [ciberliteratura , que iban pistas a punto de ser descubiertas, alli vale la pena pensar que 139
en esa dirección y se desarrollaron sobre todo en los Estados adquieren fuerza aquellas esperanzas depositadas por Nelson en
Unidos, casi no incorporaban imágenes, por lo que la noción de el hipertexto. ChG
hipertexto se les aplica más estrictamente que a la segunda gene-
ración de narrativa hipertextual que tendria que ser considerada
más bien como hipermedia. Y quienes teorizaron cerca de esa pri— >> HÚLÚPÚESÍA Las experiencias más conocidas en el campo de la
mera etapa de la hiperficción, como George Landow en su cono, holopoesía son las realizadas por el artista brasileño Eduardo Kac
cido libro sz>ertexto. La convergencia de la teoría crítica contem- en la década del ochenta. En su trayectoria artística Kac se des-
pam'nea, tendieron a plantear el hipertexto como realización de plazó desde sus inicios de la poesía visual a la poesía holográfica
anteriores desarrollos teóricos acerca de la textualidad particu— y digital, para pasar de allí en forma más general al arte digital y
larmente ligados al posestructuralismo, simplificando bastante al bioarte; es también editor de una compilación de ensayos acer—
tanto esos desarrollos como la noción misma de hipertexto leída ca de tecnopocsía en su carácter de poesía de los nuevos medios
casi como “utopía realizada” por las nuevas tecnologías digitales (Media Poeny: An International Antholºgy). La hoiopoesía, poesía
en red. Así el hipertexto era visto como una “superación” protési- holográfica, como subespecie de la tecnopoesfa, implica la compo-
ca de la literatura impresa. sición y presentación del poema utilizando la holografía para lo—
Pero la idea de un complemento o prótesis de la escritura es una grat el efecto de una proyección tridimensional en la que el texto
de las menos interesantes para pensar el hipertexto —y el propio se va comp0niendo/descomponiendo, flotando en el espacio con
Landow revisó en parte su teoría años después. Mejor detenerse variación de formas, volúmenes, colores, grados de transparencia
y posiciones, siempre en relación con la posición que ocupa en el > |NSTALACIÓNLa instalación artística es un tipo de obra que por sus
espacio el lector/espectador quien se puede mover alrededor del límites difusos da lugar a caracterizaciones inestables. Su consolida—
texto. Kac, quien se caracteriza por publicar abundante material ción se produjo a finales de la década del sesenta y comienzos de la
escrito acerca de su propia obra —textos descriptivos, teóricos y/o década del setenta. Momento en que el formato objetual delas obras
programáticos—, insiste en la idea de que el holopoema no impli- de artes visuales comienza a desaparecer a partir de la asimilación de
ca solo tridimensionalidad sino también una cuarta dimensión la herencia duchampiana y los inicios del arte conceptual.
temporal relativa a la mutación del poema en el tiempo. Lo deci— Múltiples expresiones estéticas nacen en este contexto: el b…,
sivo, por otra parte, no es solo la inscripción textual en la cinta ho— la ambientación, la intervención, la instalación. Todas comparten
lográfica para su posterior proyección sino “la creación de nuevas características comunes: son efímeras, necesitan del espacio y de
sintaxis, movilidad, no linealidad, interactividad, fluidez, discon— espectadores activos. Sin embargo, la forma en que se combinan
tinuidad y comportamiento dinámico posible en el espacio tiem- estas características permite establecer cierta especificidad para
po holográfico” (“Holopoesia y más allá”, 1997), cada caso.
En la Argentina no son conocidas experimentaciones en el campo La instalación es, principalmente, una obra de entorno. El artista
de la holopoesía, pero el proyecto de poesia virtual elaborado por contempla la necesidad de crear un espacio sensible particular al
Ladislao P. Gyóri a mediados de los años noventa, proponía tam— momento de diseñarla y por ello tiene en cuenta también el espa—
bién la exploración de las propiedades de un “efecto de tridimensio- cio expositivo donde va a ser montada. Esto implica que si la obra
140 nalidad”. Su Woem 14, por ejemplo, accesible solo en formato es trasladada, debe ser repensada en función del nuevo lugar y, po— 141
video en la galería virtual del CCEBA, permite darse una idea de las siblemente, modificada.
exploraciones de Gyóri relativas al efecto 3D en la poesía digital. La unicidad de la instalación reside, a su vez, en la particulari-
Por la misma época, a mediados de los noventa, en el campo de la dad de su condición efímera a medio camino entre la obra ma—
instalación Margarita Paksa trabajó con hologramas —aunque no ho- terial que deja una huella, materia de museo y de colección, y la
lopoemas— en su obra Entre el cielo yla tierra. Asimismo, otras obras intervención diluida en el tiempo de su actuación. Esto marca
digitales más recientes, como Libros de Arena Mteractivo o un límite, por ejemplo, entre un happening y una instalación.
Divergencia Diferente de Cero de Mariano Sardón, exploran la ca— Repetir un happening es más bien un contrasentido, no asi una
pacidad lumínica de textos que se desparraman en el espacio produ— instalación siempre que la relación con el espacio sea tenida en
ciendo un efecto, si no idéntico, al menos si emparentado con el del cuenta al momento del nuevo montaje. De este modo, la insta-
holopoema. Como parte de una generación de artistas que exploran lación sugiere hasta cierto punto que ha sido creada desafiando
el campo de la instalación digital interactiva, Mariano Sardón habi— los limites de la reproductibilidad y el mercado (una vez desmom
lita en Divergencia Diferente de Cero, por ejemplo, la posibilidad tada, la instalación es de acceso indirecto solo a través de foto-
de que las palabras proyectadas, tomadas de textos que tienen por grafias y/o videos), pero al mismo tiempo no se niega por com—
tema la relación arte/tecnologia y activadas aleatoriamente por el
pleto a su perdurabilidad.
aplauso de los participantes sobre dos libros con todas sus hojas en Por otra parte, este tipo de obra incorpora la participación del es-
blanco, broten de las hendiduras del libro y, fluidamente, se derra— pectador y, en algunos casos, permite su interacción. En general,
men en el suelo bajo los pies de los participantes. CK el tamaño de los entornos creados habilita la relación entre los
espectadores. Está en su naturaleza la aprehensión de la misma a der la vida. “Me gusta pensar la técnica como un lenguaje, como
través de una experiencia colectiva. La interacción, con todo, no
el lenguaje que hablan entre si los artefactos”, escribió alguna vez
se limita a las relaciones interpersonales que se puedan producir.
José Luis Brea. A lo que podriamos agregar: nos gusta pensar a las
Los elementos que el artista dispone para la conformación de un tecno-instalaciones como el lenguaje que hablan, entre sí y con
entorno artistico son, muchas veces, el nexo entre la idea del ar—
nosotros, los artefactos artísticos de entorno, en diálogo a su vez
tista y el espectador.
con los lenguajes técnicos que dan forma a nuestras Vidas. Si esos
La interdisciplinariedad de la instalación es una característica que
lenguajes son o no son los de las más nuevas tecnologias tiene poca
amplía las posibilidades sensitivas del espectador estableciendo importancia. Del anacronismo a la avanzada tecnológica, las tecno-
una comunicación diferente a la tradicional relación retiniana de
instalaciones hablan esos lenguajes y nos inscriben en esos diálo—
la pintura o la escultura. En este sentido, los recursos utilizados
gos para que podamos intervenir con nuestro discurso.
no son necesariamente visuales sino que pueden provenir también
Los antecedentes de la tecno-instalación en la Argentina pueden
de otras esferas artisticas o, incluso, extra—artisticas.
remontarse a las lineas del arte abstracto y/o concreto de la déca—
En este punto resulta interesante destacar que, desde su consoli— da del cuarenta. La publicación del Manijferta Ím/mcíanista ( 1946),
dación, la instalación no ha dejado de ser permeable a todas las el Manifiesto Madí (1946) y el Mamfíerto Perreptimz (1948) se da
incorporaciones técnicas que el mundo del arte ha adoptado. en paralelo a la aparición de las primeras esculturas interactivas y
Recursos tecnológicos como la luz de neón, el láser, el hologra— “artes de entorno”, como define Frank Popper a las instalaciones.
142 ma 0 nuevos soportes de expresión y comunicación como el video,
Gyula Kosice, fundador del grupo M, fue un pionero en tal 143
la TV, Internet fueron incorporados al formato de la instalación
sentido. Obras como R6yi (1944) marcaron el fin de la escultura
y muchas veces problematizados dando lugar a lo que se puede modernista y ampliaron las posibilidades sensibles del espectador.
entender como tecno-instalación.
Asimismo, Sobre relieve (1948) y Una gota de agua acunada a
Como en prácticamente todo arte, la cualidad técnica está presen—
toda velocidad (1948) incorporaron, por primera vez en el mundo,
te y forma parte de la naturaleza de la instalación. Aun sus múl—
elementos como el tubo de neón y el agua, respectivamente.
tiples posibilidades formales y materiales dan cuenta de una con—
De esta manera, podemos identificar como antecedentes de la
dición técnica que habilita la problematización. Pero no toda
tecno-instalación a las primeras esculturas expandidas de
instalación asume este terreno como ámbito de reconocimiento/in—
Kosice, una tendencia que permanecerá durante los años cin-
tervención en diálogo con el estatuto del mundo técnico, por lo
cuenta con obras como la de Lucio Fontana Struttura al neon
que se puede pensar especificamente en una sub-zona que con-
(1951), presentada en la 1X Trienal de Milán. Ambos artistas
vierte al género en tecno-instalación. Lo “tecno” no se limita a la
centraron su trabajo, sobre todo, en la construcción de escul—
tematización de la tecnología, a la presencia de un elemento tec—
turas mediante tubos de neón que generaban un ambiente de-
nológico en la obra o a la circulación de la misma en un sistema
terminado y propiciaban cambios en la percepción visual. El
masivo de comunicación, por ejemplo (aunque cualquiera de estos
eje se situaba en dos de los componentes fundamentales de la
aspectos puedan/suelan estar presentes), sino al modo en que una
tradición artística: la luz y el color, pero trabajados a partir de
instalación se abre ala exploración del “diálogo” tecnológico en un
luces y colo'rescontemporáneos a su época, producidos por ob—
mundo que ha hecho de la tecnología un cierto modo de enten-
jetos de fabricación industrial.
Durante la década del cincuenta, si bien los materiales nobles co— ra su Hidromural móvil, Iguazú portátil, una obra construida a par—
mienzan a ser abandonados, las caracteristicas que a futuro defi- tir de una fuente de energía eléctrica que hacia circular agua junto
ni_rán la tecno—instalación solo están presentes en forma aislada. con emisiones de luz y sonido. El hidrocinetismo estaba contenido
Ya en 1954, por ejemplo, se pone de relieve la importancia que en una estructura de hierro de 100 m2 de superficie, en el interior
en su primera muestra pública, en la ciudad de La Plata, el artis- de la galeria Embassy de Buenos Aires. El tamaño de este mural hú—
ta visual —y luego artecorreista, poeta visual y performer— Edgardo medo permitía que los espectadores visualizaran la obra desde cinco
Antonio Vigo [concreto, correo, tecnopoesr'a] le otorga al espec— alturas distintas (subsuelo, plata baja y entrepisos). Las variadas posi—
tador, a quien invita a explorar sus artefactos móviles construidos bilidades de contemplación retiniana que enfrentaban al espectador
en madera, que generaron el rechazo del público y hasta la des- con una “cascada de agua” en permanente mutación (según el propio
trucción de parte delas obras expuestas. Kosice), responden a la clasificación de entorno “estático” tal como
Como explica Rosalind Krauss en “La escultura en el campo ex- la presenta Popper, ya que más alla' del cinetismo interno, la obra no
pandido”, en el momento previo a la consolidación de la obra eff— habilitaba al espectador a trascender la experiencia visual y sonora.
mera, la progresiva participación del espectador, la provocación al Obras que si necesitaban de una actividad más evidente del espec—
buen gusto y la aparición de elementos de desecho como arpille— tador para la concreción de la propuesta estética fueron
ra, madera, chapa, brea basura en las obras artisticas confundie— Minuphone electrónico] de Marta Minujín, y 500 Watts
ron a la critica que carecía de conceptos para poder identificar lo 4.635Kc, 4,5 C de Margarita Paksa. Ambas realizadas en 1967,
144 que estaba pasando. En este punto, sostiene Krauss, la escultura la primera fue inaugurada en Nueva York con el asesoramiento 145
modernista aparece como una especie de agujero negro en el es- científico—técnico de un conjunto de ingenieros y artistas colabo—
pacio de la conciencia, algo que solo es posible localizar con res, radores. Minuphone consistía en una fiel imitación de una cabina
pecto a aquello que no es. telefónica neoyorquina y podría ser interpretada a caballo entre un
Por su parte, Karl Popper en el libro Arte, acción ypartícíparío'n, comentario de época (del pop a la influencia de McLuhan) y una
establece una clasificación que puede resultar útil para abordar la parodia sobre la comunicación interpersonal a través del teléfono.
variedad de expresiones artísticas que encierra el nombre artes de El artefacto creaba un ambiente de inmersión para el espectador,
entorno. Su planteo incluye obras de entorno tanto de carácter es—
quien debía oprimir los botones del teclado numérico. Mientras al
tático como cinético, En las primeras, el rol del observador se li- ingresar se proyectaba su imagen en el suelo de la cabina donde
mita a la contemplación, aunque puedan tener un elemento de habia un televisor, con cada pulsación la tecno—instalación sorpren—
representación dinámica, y aunque el observador se encuentre su— día a su visitante con una repentina coloración liquida circulando
mergido en un ambiente de desmaterialización creado por el ar- por las paredes de vidrio, la distorsión de su voz, la aparición de
tista y que es característico de la instalación. Las segundas invitan una nube verde de humo que lo envolvía, la toma de una foto po-
al espectador a explorar la obra. laroid, entre otros sucesos impredecibles. Si bien la obra no per-
Es en la década del sesenta que podemos reconocer las primeras tecno— mitia la presencia de varios espectadores a la vez, por su respeto a
instalaciones argentinas. Obras que en líneas generales responden a las características del dispositivo “cabina de teléfono público”, los
la definición de instalación y que además discuten la relación entre obligaba a hacer cola favoreciendo la sociabilidad de los mismos
las personas y la tecnología. En el año 1965, Gyula Kosice inaugu» en el momento previo a la experiencia estética.
W

Por su parte, 500 Watts 4.635Kc, de Margarita Paksa, ñ.le estrena- nes (llamadas en aquel momento ambientaciones) que privilegia-
da en el Instituto Di Tella durante la muestra Experiencias. También ba.n el concepto de “recorrido”. La propuesta de Lublin consistió en
fue creada gracias a la colaboración cientíñca, en este caso, del inge- un recorrido lúdico donde los espectadores debian atravesar distin—
niero Fernando von Reichenbacb (director del Laboratorio de Música tos ambientes e interactuar con el entorno. El texto que acompañó
Electrónica del CLAEM —Centro Latinoamericano de Altos Estudios a la instalación como material de prensa describe el recorrido. Luego
Musicales— del IDT). La obra se instaló en una gran sala desde cuyo de abonar la entrada]peaje a beneficio de Asociación de Lucha con-
extremo se proyectaba un rayo de luz que atravesaba dos prismas de tra la Parálisis infantil (ALPI), los visitantes/ espectadores/actores reco-
acrílico de 2 metros de altura, separados entre si, que poseían en rrían diferentes “zonas”: la piscina, la zona de los vientos, la zona
su interior una sustancia gaseosa que distorsionaba la proyección tecnológica, la zona de producción, la zona de luz negra, la zona
normal lineal del haz luminiscente. La impronta interactiva de esta de descarga, el Fluvio Subtunal (un túnel de plástico transparente de
tecno»instalación lumínica y sonora se manifestaba cuando los && 20 metros de largo y 2 metros de diámetro), la zona de la naturale-
pectadores atravesaban el espacio creado entre los prismas. En ese za, la zona del ocio y la participación creadora (sonorizada con un
momento, la luz se volvía sonido porque el cuerpo del visitante ac— “collage entre música beat y folclórica”). Una de las constantes del
tivaba las células fotoeléctricas contenidas en un cilindro que se en— conjunto era la tensión y/o complemento entre naturaleza y tec-
contraba, a su vez, en el interior de cada una de las espesas cajas nología ecoarte en paralelo invertido con la mega obra. El juego
acrílicas. Es claro asi que la falta de interacción del espectador puede era la excusa para vivenciar el futuro —en parte presente— y tomar
146 dejar “mudas” a muchas instalaciones. conciencia de la convivencia forzosa de distintas ontologías que ha— 147
La década del sesenta fue claramente un momento de proliferación bitan en nuestro entorno. La inversión lúdica del nombre, por su
de este tipo de obras. Resulta interesante detenerse también en la parte, enfatiza también esa convivencia forzosa.
obra de Lea Lublin, Fluvio Subtunal, o en Espectra, del Grupo En el Fluvio, en un momento del recorrido, los visitantes eran fil-
Frontera. El origen de Fluvio Subtunal fue la inauguración del Túnel


mados y las imágenes se proyectaban en televisores que se encon—
Subfluvial que, hasta el presente, une las ciudades de Santa Fe y traban en otra sala; el recurso también estaba presente en Espectra
Paraná, lo que necesariamente hace preguntarse por la relación entre del Grupo Frontera, un ejercicio massmediático que tomó forma
esta instalación y las concepciones modernizadoras que en aquel de tecno-instalación a partir de la recreación de un estudio de gra—
momento llevaron a promocionar la obra como un simbolo del pro- bación donde los espectadores ingresaban de a uno y eran filma,
greso de la región y el país. Para la ocasión se organizó en ambas dos y grabados en video mientras respondían una serie de pregun-
ciudades la “Semana del Túnel” que incluyó actividades como la tas. Espectra fue una apuesta que permitía ser repetida
Expotúnel “69, conferencias sobre ciencia y tecnología, conciertos en las mismas condiciones en cualquier parte del mundo (de
tanto de folclore como de música electrónica y e_xperimental, mues- hecho fue expuesta en 1970 en la muestra In]%rmation del Museo
tras de fotografía, eventos deportivos, entre otros. de Arte Moderno de Nueva York). Solo precisaba de una vidrie-
En el marco de tales festejos se comisionó al Instituto Di Tella de ra de televisores donde se transmitía la imagen del espectador/per—
Buenos Aires para realizar una experiencia de arte contemporáneo. former que respondía las preguntas. Al salir de la sala de graba-
La artista Lea Lublin —recién llegada de París— 616 convocada para ción, el mismo espectador podia verse a sí mismo como público
presentar un proyecto debido a que venía trabajando en instalacio- y también podía ver cómo otros r'espondían. El principio era el
mismo que en la obra de Lublin, solo que en este caso el asisten— guaje autónomo, entre muchos otros factores, hicieron que los se-
te debía hablar. renta y ochenta no se caracterizaran en la Argentina particularmen—
En realidad, el primer caso de uso artístico de un circuito de televi— te por la proliferación de obras de entorno tecnológico. De todas
sión en la Argentina había sido La Menesunda de Marta Minujín
maneras, es necesario mencionar la importancia en la década del
y Rubén Santantonín i…»…)…)
setenta del Centro de Arte y Comunicación (CAYC), dirigido por
videoarte . La famosa instalación de 1965 contaba, en uno de sus
jorge Glusberg, y su muestra Arte de Sistema; que continuó pen—
tantos espacios, con un circuito cerrado de televisión donde el es—
sando la relación con la tecnologia, aunque no exclusivamente,
pectador se veía a si mismo ni bien ingresaba en el. reducido cuar-
desde una perspectiva interdisciplinaria e interactiva dentro del
to. En la medida en que se alejaba, se salía del cuadro y por ende
marco del arte conceptual, y con repercusión internacional. Por
su imagen desaparecía del televisor. En pocos años este recurso
ejemplo, las primeras obras de bioarte, creadas por el arquitecto
técnico había incrementado su sofisticación, permitiendo nuevas
Luis Fernando Benedit, fueron desarrolladas en este contexto y
experimentaciones artísticas y posicionamientos críticos.
expuestas en la muestra del CAYC llamada De kz figuración al arte
Tanto Minuphone como 500 Watts 4.635Kc, fueron incluso rea-
de sistemas presentada en el Museo Emilio E. Caraffa de la ciudad
lizadas nuevamente en décadas posteriores, incrementando su so—
de Córdoba en 1970. Otro ejemplo emblemático fue la serie
fisticación técnica en función de ulteriores desarrollos tecnológicos.
En el caso de Minuphone, presentada en una retrospectiva de la ar— Analogias de Víctor Grippo iniciada con la exhibición en 1971
de Analogías I en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en
1413 tista en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1999, la cabina fue
el marco de la muestra Arte de Sistemar ]. Alli, Grippo dispone 149
rebautizada Minufónica, dado que la original habia sido dañada en
papas, electrodos, cables, voltímetros y textos en una obra con-
su traslado a fines de la década del sesenta desde Nueva York. La
obra, de acuerdo al catálogo de la muestra, “tenia un principio de
ceptual que permite establecer diversas analogías entre producción
de energía eléctrica y producción de energía vital—espiritual, entre
funcionamiento similar, pero operado por una PC”. Por su parte, la
lo natural y lo artificial, entre el proceso de vida y el proceso de
obra de Paksa realizada por última vez en 2006, incorporó un video
muerte. Sin embargo, aunque se tratara de disposición en el espa-
digital que proyectaba lo que había sido la tecno—instalación origi-
cio de “objetos” no convencionales para la tradición de las artes
nalmente —a través de un diseño en 3D—, además de estar acompa—
ñada de documentos, fotografias, testimonios y entrevistas a perso—
plásticas, las obras del grupo no siempre adoptaron exactamente
el formato instalación en tanto habilitaban sobre todo la percep—
nalidades de la época que contribuyeron y analizaron su trabajo.
ción visual del espectador quien, aun rodeando la obra, no era “in—
Durante las dos décadas siguientes al boom de la tecno—instalación
de los sesenta, continuaron apareciendo obras de este tipo, aun— corporado” a la misma.
En la década del ochenta, luego de la vuelta ala democracia, artis—
que en menor medida. Que los sesenta puedan ser leídos como
tas como Liliana Maresca o la misma Minujín realizaron instalacio-
uno de los períodos clásicos de inscripción de imaginarios de mo,
nes muy recordadas que, en sus disímiles opciones estéticas, dialo—
dernización tecnológica dice mucho respecto de ese bºom. La pos—
terior vuelta a la pintura, ia politización del arte con su consecuen—
gaban con la historia pública del inmediato pasado y del presente
más que con el entorno tecnológico. Así por ejemplo Lo que el vien—
te estética de la acción (centrada en el artista militante), la
to se llevó. (1989) de la primera, centrada'en restos de un recreo del
exploración de las posibilidades expresivas del videoarte como len-
Tigre arrasado por las políticas de desaparición de la dictadura, y en
la que los objetos dialogan en todo caso como restos y deshechos con modo de vida— es quizás el background de referencia de las tecno-
el paisaje del ocio tecno—industrial de las sociedades de consumo; o instalaciones de la década del noventa. Se pueden citar nuevamen—
El Partenón de libros de la segunda, en la que podía leerse una ce— te obras de Margarita Paksa —cuya trayectoria resulta central para
lebración de la vida pública. El contexto político influyó en las comprender los cruces entre arte y tecnología en la Argentina—
obras de muchos artistas de los ochenta, que se volcaron a la reali- como Entre el cielo y la tierra (1994/5), y la “remake” de El par—
zación de proyectos de alto impacto social como el Grupo GAS—TAR tido de tenis (1997) originariamente de 1967, y en la que abor-
(Grupo de Artistas Socialistas — Taller de Arte Revolucionario), da el problema del pensamiento binario que atraviesa a la socie»
CAPATACO (Colectivo de Arte Participativo Tarifa Común), Grupo
dad occidental. Entre el cielo y la tierra consistió en una
Escombros, entre otros. audio-instalación holográfica presentada por primera vez en 1994
En los años noventa, al tiempo que en la gestión de lo público hay en el Instituto de Cooperación iberoamericano (ICI), “en el marco
una retirada del Estado, se hacen visibles en el arte modos alterna-
de Loflzlro, lo virtualy lo ¡ml, donde el espectador pudo oír por
tivos de concebir lo político diseminado de manera no homogé—
teléfono un antipoema de la autora, que discurría sobre la hipo-
nea en el cuerpo social. Se retoman también problemáticas espe—
tética conversación con dios. Una línea de hologramas represen—
cíficas de la esfera del arte que la vuelven más autorreferencial y
ta la tierra; una línea de neón representa el cielo”.
se profundizan exploraciones que habían comenzado en la déca—
Tanto el Grupo TEVAT como Paksa retoman propuestas de su
da del ochenta como las del videoarte (aparece en nuestro medio
trabajo del pasado, lo que permite tender puentes entre imagina—
150 la videodanza, por ejemplo). En lo que respecta a tecno-instala-
rios de modernización de mediados del siglo XX y de la década 151
ciones se identifican nuevos lenguajes presentes en las obras. El
noventa. El primero cita la importancia de la vanguardia Madí y
desarrollo de la informática, el ciberespacio, la holografla, Internet
presenta su manifiesto en el año 1995 como una continuación de
son algunos de los desarrollos tecnológicos de la época que se ponen
aquellas ideas, ampliadas con la inscripción en la vida cotidiana
fuertemente en juego en un nuevo contexto de reinvención de
de aportes del campo de la ciencia como la inteligencia artificial,
imaginarios de modernización tecnológica.
la realidad virtual, el principio de entropía, la teoría de fractales,
En este sentido, cabe mencionar al Grupo TEVAT (Tiempo, Espacio,
el ciberespacio, entre otros.
Vida, Arte y Tecnología), integrado por Gyula Kosice, José E.
La revisión de los nuevos fenómenos de comunicación y recursos
García Mayoraz (ingeniero químico, escritor y semiólogo) y
científico—técnicos que modelan la sociedad parece una necesidad
Ladislao P. Gyóri (ingeniero en informática y poeta experimen-
para muchos artistas en el presente. En este sentido, la primera de—
tal). Si bien sus exposiciones no presentaban en sentido estricto
cada del siglo XXI, y en relación quizá paradójica (en ocasiones evi—
obras de entorno, rozaron esta categoría en la muestra Grupo TEWIT.
denciando cierto desinterés) con la pregunta por las formas de sali-
Exposición y proyección: obrar digitaler de alta entropía en el
da de la crisis política, económica, social de 2001, exacerba este tipo
Planetario de la ciudad de Buenos Aires en 1995. A la vez, se auf
de experiencias. Artistas y grupos independientes encuentran esce—
topresentaban como una vanguardia en lo que respecta a la discu—
narios para mostrar sus obras a través de la aparición de bienales,
sión y cruce interdisciplinar que supone la articulación entre arte
concursos y festivales de arte y tecnología que los acogen en institu-
y ciencia en el mundo contemporáneo.
ciones públicas y privadas… la zona más representativa de las artes in—
La problematización del universo técnico —y su correlato en el
volucradas con los nuevos escenarios tecnológicos que se hace cargo
de la dimensión política de las poéticas tecnológicas quizá no sea
Desde los noventa y hasta la actualidad, la informática aparece
la de la instalación. Se podría pensar por ejemplo que se encuentra
como ciencia cercana a la experiencia artistica, al tiempo que se
más desarrollada en el net.artivismo. El mismo dispositivo instala— expande progresivamente en la sociedad facilitando la capacidad
ción, ya ampliamente aceptado a esta altura en los circuitos de exhi-
bición, y que por su formato tiende a experimentar con multiplici—
de experimentación participativa de los receptores connuevos
recursos y lenguajes. De igual modo, los desarrollos en biotecno—
dad de lenguajes y materiales “de época” tal vez empuja en ciertos
casos hacia una apropiación tecnológica mainstream, aunque por su-
logía van ganando terreno entre distintos artistas, algunos con for—
mación científica. Muchas obras de bioarte, en efecto, trabajan el
puesto podrían darse ejemplos de lo contrario: las tecno—instalacio—
formato instalación.
instalación como
.
nes “retro” de Leonello Zambón o las altamente “meditadas” instala— ,

ciones del colectivo Towemalmi, resultan ejemplos de interés. Recuperar el surgimiento y consolidación de la for,
mato y de la tecno-instalación como subgénero permite arriesgar
En el primer caso, destaca como línea identificable en instalaciw
que, por su naturaleza multimedial, la ínstalacrón se ha caracteriza—
nes de Zambón como Música para toda ocasión (2008) 0 Mis
instrumentos favoritos (2008/2009) el trabajo con la dimensión do por constituirse en “campo de pruebas” de las llamadas nuevas
objetual de la existencia contemporánea a partir de la interven— tecnologias (incorporando tecnología, jugando con el anacronismo,
hibridando artefactos de origen pasado y presente, entre otras opcio-
ción, acople, desvío, des/re/funcionalización de objetos cotidia-
nos en gran medida parte del ambiente técnico cotidiano —diver-
de
nes). La expresión artística es una de las muchas maneras proble—
matizar la condición técnica del mundo, y la conciencia o indiferen—
152 sas generaciones de electrodomésticos por ejemplo—, en relación
cia dela obra de arte, una de las tantas formas de vivirlo. Los ejemplos
directa con montajes y desmontajes visuales/sonoros. En el segun-
do caso, el colectivo Towemalmi formado en la ciudad de Córdoba citados ayudan a identificar las distintas posturas que los artistas han
en 2007 trabaja en líneas convergentes de producción teórico-crí—
adoptado frente a la tensión que crean los artefactos. .
Toda tecno-instalación se potencia cuando su propuesta exige a sus
tico—discursiva, producción de imagen y sonido, montaje de ins-
visitantes un ejercicio crítico que redunde en una toma de concien-
talaciones e intervenciones/ acciones. Su proyecto Ausencia de res—
cia sobre la dimensión política de la tecnologia. Sin embargo, po-
puesta afectiva inmediata (2010/ 201 1) busca explorar a partir de
demos reconocer también dentro del universo del arte tecnológico
una “instalación en diversos medios”, el diálogo trunco entre ge-
otras posturas que responden a una especie de “arte espectacular”
neraciones técnicas y/ en contextos global-periféricos. En palabras
en su versión bígb-tecb. Es decir, un uso limitado al disposrtivo por
del grupo se trata de la “construcción de una instalación en diver-
sos medios, conjugando componentes de tecnologías asociadas a parte de la obra de arte que saca provecho de su novedad técnica sm
las máquinas de la sujeción doméstica (el aparato cocina), compo— discutir su repercusión social. LSICK
nentes de tecnologías asociadas a las máquinas al borde de su ex-
tinción (el aparatopape!) y componentes de tecnologias asociadas
a las máquinas informáticas de la nueva era digital (el aparato sof—
<< INTERACTIVÚ>> Desde el Gólem de la tradición judía y los au—
tómatas creados en el siglo XVIII, la interactividad con entidades
ware) en un contexto dirigido a provocar relaciones de intercam—
bios conflictivos entre ellas. Poniendo en funcionamiento y con- artificiales fue una aspiración persistente, real o imaginaria, los de
seres humanos. Un anhelo que adquirió nuevo impulso en el Siglo
frontación diferentes máquinas y mecanismos”.
XX gracias a la electrónica y las computadoras, y se plasmó en la
Y!“

imagen del robot atento a los deseos de su creador popularizada menzaria a establecerse de manera más frecuente la idea de un arte
en peliculas y libros. En las últimas décadas, tras la proliferación interactivo. Mediante sensores y cámaras, además del mouse y el te—
de,computadoras personales y teléfonos inteligentes, la interacti- clado, diversos artistas empezaron a proponer obras que detectaban
vidad se convirtió en el Santo Grial de las nuevas tecnologias: la la presencia de los espectadores y respondían a sus movimientos y
búsqueda de una interfaz que entablara una comunicación fluida, estímulos. Ya no se limitaban a generar un ambiente experimenta—
casi una fusión mistica entre usuarios y dispositivos. ble desde distintos ángulos y lugares, como en los happenings de la
En este sentido, Andy Lippman del MediaLab del MIT define la década del sesenta. Montaban, en cambio, dispositivos que asumí—
interactividad como una relación en “tiempo real” entre un ser an la tarea de establecer un ida y vuelta con el espectador, hacién—
humano y un sistema, es decir, '“la actividad mutua y simultánea dolo participar en un diálogo con la máquina.
de ambas partes, generalmente en pos de un mismo objetivo, pero Se trata de una clase de obras que incluye tipos muy variados: re—
no necesariamente”. latos electrónicos del net.art bifurcados en tramas paralelas; vi-
Sin embargo, mucho antes de que los primeros dispositivos elec— deojuegos; sistemas que capturan la imagen de los usuarios para
trónicos se pusieran en funcionamiento, el mundo del arte, en sus devolverla procesada, como herederos de los viejos salones de
formas de vanguardia, había iniciado un giro hacia formas de par— espejos; esculturas animadas según el desplazamiento de los es-
ticipación que sacaran al público del lugar de contemplación pa— pectadores; obras activadas mediante mensajes de texto, e inclu—
siva que le asignaban, según su mirada, las ideas estéticas tradicio- so mediante lectores de ondas cerebrales.
154 nales. “El artista —decia Marcel Duchamp— no realiza el acto de Si la interfaz es ese puñado de reglas y convenciones que ordenan 155
creación en soledad. Es el espectador quien conecta la obra de arte la manera de relacionarse con una computadora, cada obra de arte
con el mundo exterior al interpretarla y analizar sus cualidades interactivo reinventa la suya. Asi, al recorrer las instalaciones de una
más profundas, y al hacerlo contribuye al proceso creativo”. Sus muestra de arte electrónico, como las organizadas habitualmente
obras, desde el mingitorio hasta la puerta de madera clausurada por el Medialab del Centro Cultural de España en Buenos Aires,
de Etant Donne'r, fueron inspiradotas de un arte de participación los objetos y pantallas desafían a los espectadores, obligados a des—
que desde fines de los cincuenta buscó poner en movimiento a los entrañar de qué manera interactuar con ellos. Aveces responden, a
espectadores, obligándolos a desplazarse en el espacio, tocar las veces no. No es inusual cierta desorientación del visitante que in-
obras y percibirlas con todos los sentidos. tenta comprender de un vistazo dispositivos de cuyas respuestas y
Participar de una obra no equivale a interactuar con ella, ya que estímulos no está seguro de haber sido el desencadenante, como si
no siempre el espectador recibe nuevos estímulos producidos por la máquina en realidad no hubiera regisrrado su presencia.
la obra surgidos a su vez de sus primeras reacciones frente a ella; Ese desfasaje o delay entre la intervención de los usuarios y la
pero el arte de los happening , las ambientaciones y los objetos respuesta de las obras podría pensarse como el fantasma inheren-
manipulables había preparado el terreno para la incorporación de te a todo arte interactivo, su riesgo o accidente natural, que lo en—
la tecnologia en obras que seguían intentando pasar de la partici- frenta a la posibilidad de quedar mudo e inerte, o a responder a
pación a la interacción. destiempo frente a un espectador que ya no esta' alli para atesti-
En los años noventa, con la difusión de las computadoras persona— guarlo. (Los operadores argentinos de IBM recuerdan la desilusión
les con capacidades interactivas multimedia, y luego Internet, c04 de los niños que en 1960 se acercaron a la exhibición del primer
modelo de computadora presentado en el país. Invitados a hacer— una lucidez más que incómoda? Quizás alli radique el campo
le preguntas a la máquina, se les enseñaba, entonces, que de nada de exploración más interesante del arte interactivo. En la pre,
valía hablarle en voz alta, sino que debían elegir una pregunta entre gunta por la naturaleza de esa interfaz infinita y omnicompren—
una lista previamente impresa y señalársela a uno de los técnicos, siva; en el intento por volver a causar sorpresa frente a una idea
que sería el encargado de interactuar con el “Profesor RAMAC”, como tan extraña, y a la vez asimilada, como la de pretender interac-
había sido bautizado aquél modelo publicitario de computadora.) tuar con un aparato electrónico. ChG
Tal vez las mejores obras de arte interactivo sean las que no in—
tentan replicar la velocidad de respuesta ofrecida por la industria.
Obras que, en cambio, reinventan las interfaces electrónicas orien» << INTERMEDIAL>> De modo muy general, lo intermedial puede
tándolas a un diálogo improductivo. hacia actividades incondu- ser entendido como una mixtura de medios y/o lenguajes que
centes o imprecisas, cuya finalidad desaparece en medio de inter— privilegia los modos de ser “entre” ellos una vez que entran en
cambios de imágenes y sonidos que sin embargo no dejan de contacto en obras particulares, asi como una perspectiva de lectu—
interpelar a los espectadores. Superficies como la ofrecida por el ra de tales obras. Pero esa definición general suele ser refinada de
Grupo Biopus en su instalación Sensible, que permitía a los es— maneras muy diversas: hay quienes consideran que basta con que
pectadores desplazar sus manos para “tocar” criaturas virtuales y dos o más medios/lenguajes entren en relación en una obra, aun—
alterar las variables de sus algoritmos de vida artificial, desenca- que más no sea en una simple yuxtaposición o en relaciones de in-
156 denando nuevos patrones de movimiento, color y sonido. tertextualidad (como la cita, la parodia, el homenaje, etcétera) para 157
También, los Libros de arena del Mariano Sardón, en donde el que se de el fenómeno de la intermedialidad; otros en cambio,
movimiento de las manos sobre un cúmulo de arena invita menos sostienen que un verdadero carácter intermedial se manifiesta cuan-
a aprender a manejar el dispositivo, que a dejarse llevar por la do una obra produce significación no tanto en relación con los
cortina de sombras y palabras luminosas proyectadas sobre él, y distintos medios involucrados sino en relación con una zona in—
sobre la cual ejercemos una influencia incierta pero también su— tersticial, maleable, en la que medios y lenguajes establecen rela—
gestiva [holopoesía]. ciones muchas veces heterogéneas y cambiantes construyendo nue—
Hoy las empresas anuncian una nueva era cercana en que ha- vas “entidades” no del todo estandarizadas.
blaremos con las computadoras o les haremos señas, al tiempo Así, el concepto de intermedialidad parece tener tantas definicio-
que podrán reconocer nuestra imagen y estarán cada vez más al nes y alcances como personas dedicadas a el. Resulta quizá una es»
tanto de nuestros deseos gracias al análisis minucioso de los pecie de comodín que viene en nuestro auxilio para dar cuenta de
datos emanados de nuestras conversaciones, compras y paseos las prácticas artísticas que por su fusión de medios no encajan en
virtuales. El arte interactivo, en este contexto, podria devenir compartimentos ya transitados. Y aunque el carácter intermedial
un nicho muy reducido dentro de la vasta empresa de investi- en el arte no es en absoluto un fenómeno exclusivamente contem-
gación y desarrollo de la industria. Pero, ¿qué es, que significa poráneo eel teatro o la canción son de por si intermediales— la re—
realmente que aspiremos a interactuar, charlar, compartir y hasta levancia que ha cobrado la categoría para entender el arte desde
colaborar en pos de una meta con las computadoras? ¿Qué ha— los años sesenta del siglo XX si pareciera serlo.
remos el dia en que empecemos a recibir de ellas respuestas de Las tecnopoéticas contemporánes son de hecho con gran frecuen-
cia leidas a partir de su carácter intermedial; en ellas, en efecto, “Intermedia” y en función de la cual el carácter intermedial se evi—
distintos medios y lenguajes interactúan de modo tal de construir dencia en obras que, trabajando a partir de los materiales de for—
híbridos imposibles de ajustar a categorías preexistentes, Sin em- mas de arte preestablecidas, habilitan una “fusión conceptual” más
bargo, si esto se aplica particularmente a las tecnopoéticas con— allá de la yuxtaposición. En el caso de los estudios en teatro, ade—
temporáneas a partir sobre todo de la difusión del multimedia más, cuando se habla de intermedialidad se focaliza sobre todo en
digital —que permite producir esa mixtura con gran facilidad—, no la mixtura de la escena teatral con medios como el cine, la foto-
menos cierto es que el multimedia digital produce obras de carác- grafia y todo el conjunto de medios masivos de comunicación.
ter intermedial, a condición de que no se tome demasiado en cuen— Por último, lo intermedial suele diferenciarse con mayor o menor
ta, por supuesto, el hecho de que todos los lenguajes y medios in- precisión de otras categorías vecinas. Interesa en particular el de-
volucrados —el sonido, la imagen, la palabra, el movimiento; el bate en torno de las posibles vinculaciones entre intermedialidad
cine, la radio, la TV, internet, por ejemplo— son codificados en y transmedialidad. Esta última categoría, hasta hace poco reserva-
bits, lo que hace que en última instancia su diversidad se encuen— da solo a los fenómenos de transversalidad, en los que se analiza
tre en cierto sentido homogeneizada. por ejemplo cómo un mismo tópico, concepto, etcétera, aparece
Para complicar las cosas, en los estudios sobre intermedialidad en distintos medios, comienza a ser repensada desde una epistemo—
existen además variedad de abordajes: históricos, filosóficos, de logía de la complejidad y la mutación -—siguiendo como modelos
análisis crítico de obra, y que a su vez están atravesados por cier— nociones que van desde la transdisciplina hasta la transcorporali-
158 tas tradiciones de lectura que hacen que las definiciones y alcan— dad y transexualidad—, para especificar aún más algo que ya esta— 159
ces de lo intermedial varíen. Los abordajes literarios, por ejemplo, ba presente en la noción de intermedialidad, al menos cuando se
han sido muy desarrollados en los años noventa en Alemania a refiere a formas de hibridación que focalizan en los entramados in-
partir de nociones de intermedialidad que incluyen —como seña— tersticiales para la producción de nuevas variedades de arte… La ven-
la Irina Rajewsky, una de las voces más influyentes de esa tradi— taja de una reformulación de ese tipo radicaría en la posibilidad de
ción— fenómenos tales como transposiciones (adaptaciones de dejar de lado significaciones que también funcionan al interior del
textos literarios a films, por ejemplo), referencias intermedialcs concepto de lo intermedial, como los casos de transposiciones, in—
(evocación de técnicas de un medio en otro: efectos de montaje, tertextualidades y remisiones entre medios, para dar paso a una no-
zoom, o fundido en textos literarios; ekfrasis, musicalización li- ción más restringida donde lo “trans” no implica ya el modo en
teraria, etcétera); y combinaciones de medios, como se dan en el que un elemento atraviesa distintos medios ni el reenvío de unos
teatro, el cine, la poesía visual, la historieta, la performance, las medios a otros, sino el atravesamiento recíproco y móvil que cons-
instalaciones, entre muchos otros casos. Este último tipo de in- truye significaciones también móviles y proteicas. CK
termedialidad, la combinación de medios, se acerca bastante al
modo en que se la entiende en los estudios de teatro y performan—
ce y en los estudios en medios de comunicación (ligados a las artes > INVENC|ÚNISMÚ El invencionismo resulta de cierta recepción y
electrónicas). En ambos casos, en efecto, se toma como punto de transfiguración en la Argentina del arte abstracto europeo y del
referencia una primera definición de intermedialidad tal como la creacionismo chileno de Vicente Huidobro, En 1944 toma cuer-
postuló en 1966 el artista fluxus Dick Higgins en su articulo po a partir de la publicación de la 'revista Arturo que nuclea artis-
tas plásticos y poetas, tales como los hermanos Tomás Maldonado y luego del arte concreto y del arte m_agl_í que lo continuaron, la
y Edgar Bayley, Lidy Prati, Rhod Rothfuss, Gyula Kosice, Carmelo ruptura con el marco del cuadro tradicional. Rhod Rothfuss es-
Arden Quin y Simón Contreras. Arturo solo edita un número que cribe un ensayo en la revista Arturo “El marco. Un problema de
fue suficiente, sin embargo, para sentar el principio de la inven— la plástica actual” en el que plantea que el arte primitivo de ca-
ción como fundamento de la creación artística. rácter imitativo recién en 1907 —con el cubismo—- entró en una
En 1916 Vicente Huidobro escribe el poema “Arte poética” —del etapa superior a partir de la utilización de leyes técnicas de compo-
libro Erpq'o de agua—, en el que postula la función del lenguaje sición (proporción, colorido, etcétera). Solucionado el proble
nuevo y la tarea del poeta: “Inventa mundos nuevos y cuida tu pa— ma de la creación plástica con la llegada del cubismo, el futuris—
labra;/ El adjetivo, cuando no da vida, mata”. Los preceptos del mo, el neoplasticismo, el constructivismo, y el n(yobjetivismo
creacionismo son retornados por los poetas de la revista Arturo subsistía, no obstante, una dificultad aún mayor: el marco. Es
cuya preocupación reside en la creación de imágenes puras, no vi— por ello que Rotlifuss propone que el marco cobre un papel ac-
ciadas. Si la naturaleza crea e inventa, el poeta debe operar sobre tivo para dejar atrás la función de ventana propia de los cuadros
el mundo del lenguaje del mismo modo, con el fin de generar otras naturalistas. El invencionismo propugnaba por la intervención
realidades por fuera de las percibidas como dadas. No ser esclavo _ directa de la obra plástica o poética en la realidad, a través de la
de la naturaleza, sino amo de las realidades propias. Y en este sen- elaboración de una imagen pura, independiente y autónoma;
tido, el proyecto del invencionismo se propone emancipador. pero sobre todo controlada y ordenada, cuyo valor residía en su
160 El pasaje de la representación a la invención queda documenta— carácter novedoso.
do a partir de un ensayo, a modo de proclama, firmado por Un año más tarde de la etapa fundacional, el grupo se divide en
Arden Quin y publicado en la revista que, además, reconoce una Asociación de Arte Concreto invención (AACI) y Arte Madí, su,
filiación ideológica marxista al considerar que “El arte, superes- mando a otros artistas en cada uno de ellos. Con motivo de la pri—
tructura ideológica, nace y se desarrolla en base a los movimien— mera exposición grupal realizada en el Salón Peuser, en 1946, sale
tos económicos de la sociedad”, por ejemplo. Pero también, la publicado en la revista Arte Concreto ]numcz'o'n, el Manifiesto
emancipación es entendida a partir del rol del artista —sea artis- 1nvencionista firmado por Edgard Bayley, Antonio Caraduje,
ta plástico, poeta, etcétera— quien, vuelto inventor, tiene con— Simón Contreras, Manuel 0. Espinosa, Alfredo Hlito, Enio
ciencia de las leyes de la historia y su curso comprendidos a tra— Iommi, Obdulio Landi, Raúl Lozza, R.V.D. Lozza, Tomás
vés del marxismo como método cientifico que, a su vez, brinda Maldonado, Primaldo Mónaco, Oscar Núñez, Lidy Prati, jorge
una explicación sobre el lugar del arte y el artista en el orden Souza y Matilde Werbin.
social. De alli que la emancipación sea la condición necesaria En consonancia con la teoria marxista acuñada por el grupo ori—
para la creación de un mundo nuevo siendo el artista-inventor ginario en 1944, la AACI afirma la presencia de un hombre nuevo
su artífice. que ha dejado en el pasado una estética especulativa e idealista y
En relación con el lenguaje pictórico, este escapa a la imagen fi- la sustituye por una estética cientifica. Con ello, el arte es nueva-
gurativa y utiliza para componer formas geométricas y colores mente acción: “Que un poema o una pintura no sirvan para jus—
puros —por la amistad con Grete Stern circularon en el grupo tificar una renuncia a la acción, sino que, por el contrario, contri—
materiales de la Bauhaus—; siendo lo propio del invencionismo buyan a colocar al hombre en el mundo”.
En tanto, el grupo Madí quedó conformado por Gyula Kosice, las poéticas surrealistas con las que coexistieron en una inesta—
Rhod Rothfuss, Arden Quin, Martín Blaszko, entre otros, que ble tensión. Si en los inicios, en Arturo, la polémica con el su—
plasman en sus creaciones los postulados del invencionismo al rrealismo estaba planteada de manera directa —“1NVENCION
tiempo que se vinculan enérgicamente con imaginarios tecnoló— CONTRA AUTOMATISMO”— con el tiempo algunos poetas inven-
gicos de la época. En particular, Kosice define el concepto de in— cionistas llegaron incluso a admirar la concepción de la ima—
vención en el campo de la técnica, llevando sus postulados hacia gen vanguardista en la obra tardía de Paul Eluard y René Char,
el extremo con la posterior creación de un arte lumínico—cinético Con todo, siempre se mantuvieron en contra del solipsismo
y la propuesta de construcción, mucho después, de la Ciudad romántico, a favor de la creación colectiva, y de la búsqueda
Hídroespacial M']. de la pureza de un lenguaje poético de invención racionalmen—
Entrada la década del cincuenta, la revista Poesía Buenos Aires te concebido o proyectada en pos de una desinstrumentaliza—
continúa y poco a poco transforma los postulados del inven- ción de la palabra, A]
cionismo. Aunque la poesía invencionista tuvo influencia del o
concretismo desde la época de la revistas Arturo yArte Concreto
lm/mciárz, su deriva no llevó a la experimentación con la ma— > MADÍ Grupo formado en 1946 en la ciudad de Buenos Aires
terialidad gráfica de la palabra como en la poesía concreta. por artistas plásticos argentinos y uruguayos. Madí surgió cuan—
Luciana del Gizzo en su artículo “La mecánica poética. do el grupo Invencionista nucleado en torno a la revista Arturo
162 Exploración técnica y política en el invencionismo” arriesga se dividió en Asociación de Arte Concreto invención (AACI) 163
que los poetas invencionistas prefirieron dejar ese terreno a las [concreto y Arte Madí. Sus integrantes fueron Gyula Kosice,
disciplinas proyectuales que desarrollaban otros integrantes del Rhod Rothfuss, Carmelo Arden Quin, Martin Blaszko y Diyi
grupo de Arte Concreto Invención. El movimiento Poesía Laañ, entre otros. Carmelo Arden Quin leyó el Primer Manifiesto
Buenos Aire.r estuvo integrado por Rodolfo Alonso, Edgard Madí redactado por Gyula Kosice en la primera exposición que
Bayley, Raúl Gustavo Aguirre, Jorge Enrique Móbili, Mario realizó el grupo en el instituto de Estudios Superiores Francés de
Trejo, Nicolás Espiro, entre otros. Su particularidad fue la de Buenos Aires el 3 de agosto de 1946. En ese manifiesto se decia—
marcar la discusión sobre el lenguaje en la poesía argentina du— raban los principios esenciales del movimiento.
rante más de diez años al rescatar una tradición de poetas se- Según Gyula Kosice, el nombre Madi proviene de la palabra
ñalados como sus antecesores (Juan L. Ortiz, Macedonio “Madrid”, tal como la pronunciaban los españoles de la resistencia
Fernández, Oliverio Girondo, etc.) pero, sobre todo, por las durante la Guerra Civil, bajo el lema “no pasarán”. Sin embargo,
tareas de traducción que permitieron introducir por primera Carmelo Arden Quin afirma que el nombre del grupo proviene de
vez en nuestro pais lecturas hasta el momento desconocidas. Materialismo Dialéctico, ya que casi todos los miembros del grupo
De este modo, Poesía Bueno; Aires presentó a Guillaume estaban afiliados al Partido Comunista. Entre los Madí, Arden Quin
Apollinaire, Emily Dickinson, Dylan Thomas, e.e. cummings, representaba a la filiación marxista, que lo llevaba a presentar dia—
Wallace Stevens, Lewis Carell, etcétera. Al mismo tiempo, los le'cticamente todos sus argumentos pictóricos. Kosice, menos par-
trabajos ensayisticos de Bayley yAguirre provocaron discusio— tidista pero poseedor, también, de un proyecto de cambio social, es-
nes sobre las poéticas de su tiempo, sobre todo, en relación con grimía el concepto de invención en el manifiesto Madi: “Para el
madismo, la invención es un “método” interno, superable, y la crea—
articulada móvil de Gyula Kosice es dos años anterior al surgi—
ción una totalidad incambiable. Madí, por lo tanto, inventa y crea”.
miento del grupo Madi, pero su autor la considera parte de esta
Madí formó parte, junto a la Asociación Arte Concreto»lnvención tendencia [cinético, instalación].
y el Perceptismo, de la abstracción rioplatense que, a partir de 1944,
desarrolló una avalancha programática en contra de la representa— La propuesta de Madi' se inscribe en la linea geométrica concreta.
Está sustentada en el principio de poligonalidad, es decir, en el
ción, del culto a la expresión proveniente de la tradición románti—
uso de todas las formas y figuras geométricas en sus inagotables
ca e incluso contra el surrealismo, al que acusaban de entender el
relaciones compositivas y en la ruptura del marco cuadrado 0 rec—
arte como una “adaptación psíquica”. En particular, el grupo se de—
finía contra las restricciones impuestas a la pintura por el marco tangular como soporte de la composición. Se basa en la no-—repre-
sentación, la no—expresión, la no—significación, reivindica la inven—
convencional cuadrado o rectangular. El primero en plantear el
ción (ya postulada por el grupo invencionista) y la inclusión delo
problema del marco en la pintura fue Rhod Rothñiss en su artícu—
lo “El marco: un problema de la plástica actual” invencionismo, lúdico (siempre dentro del uso de los elementos plásticos puros y
la geometría) como medios de organización espacial con interés
concreto publicado en la revista Arturo en 1944, es decir, dos años
antes de la conformación del grupo Madi, Rothfuss se llevó con-
especial en el movimiento.
El grupo desarrolló estas concepciones a partir de las teorizacio-
sigo esta consigna a Madí y todos la adoptaron, especialmente
nes del artista holandés Theo Van Doesburg y del suizo Max Bill,
Gyula Kosice.
entablando una disputa abierta contra el arte figurativo y la abs-
164 En su artículo, Rothñrs denunciaba que el cubismo y el no-objeti—
tracción li'rica, tendencias dominantes en su época. Para Madí, 165
vismo, por sus composiciones basadas en figuras triangulares () po—
ligonales, se crearon a sí mismos el problema de que un marco rec— toda la pintura anterior era considerada idealista y metafísica, es
decir, fundamentalmente ilusoria; una actitud política distractiva
[angular cortaba el desarrollo plástico del tema. El cuadro,
y conformista. En el manifiesto de 1946, todo ello es explicito:
inevitablemente, quedaba reducido a un fragmento. Las solucio—
Kosice caracteriza al arte anterior a Madí como “un historicismo
nes intentadas por Man Ray, Léger, Braque e incluso Pettoruti,
escolástico, idealista. Una concepción irracional. Una técnica aca-
que inscribían círculos o polígonos en el cuadro, no habían sido
suficientes porque, precisamente es lo regular de esas figuras, el démica. Una composición unilateral, estática, falsa. Una obra ca-
rente de verdadera esencialidad. Una conciencia paralizada por sus
contorno ininterrumpido, geométrico, lo que domina la compo-
contradicciones sin solución; impermeable a la renovación per-
sición, cortándola. Rotbfuss llegó a la siguiente conclusión: el
manente de la técnica y del estilo. Contra todo ello se alza Madí
marco debe estar estructurado de acuerdo a la composición de la
—dice el manifiesto—, confirmando el deseo fijo, absorbente del
pintura, el borde de la tela debe jugar un papel activo en la cre-
ación plástica. Una pintura debe ser algo que empiece y termine hombre de inventar y construir objetos dentro de los valores ab—
en ella misma, sin solución de continuidad. Algunos ejemplos de
solutos de lo eterno; junto a la humanidad en su lucha por la cons'
trucción de una nueva sociedad sin clases, que libere la energía y
pintura madí que utilizan el marco recortado son Pintura Madi'
o persistencia de un contorno Madí (1946) de Rhod Rothfuss,
domine el espacio y el tiempo en todos sus sentidos y la materia
Decimal (1948) de Carmelo Arden Quin y Pintura articulada hasta sus últimas consecuencias”.
Por otra parte, al enfrentarse a lo estético de otras vertientes del
Madi', (1946) de Diyi Laañ. Róyi (1944), la primera escultura
arte concreto, el grupo se destacó por la realización de piezas cuyas
estructuras formulaban un intento por neutralizar las diferencias < < MULT|MEDIA> > Si bien existen múltiples versiones sobre el origen
entre pintura y escultura. Así, luego de la creación de R6yi en y la historia de este término, todas ellas coinciden en que refiere a
1944, Kosice amplió su búsqueda del movimiento, a partir de 1948, la utilización conjunta y simultánea de diversos medios o soportes
hacia la generación de obras hidrocine'ticas, un descubrimiento (como imágenes, sonidos, video o texto), haciendo especial énfasis
que le corresponde a nivel internacional. Se trata de la construc- en la codificación única que posibilita el medio digital. El código
ción de objetos que fusionan agua, luz y movimiento y que no binario permite reducir potencialmente todos los soportes (y fenó-
aceptan la categoria tradicional de escultura. En su búsqueda menos analógicos) a una materia común de ceros y unos, abriendo
del cinetismo, se apartó de la bidimensionalidad de la plástica el campo de la experimentación a cruces antes impensables.
e incursionó en un camino propio que lo condujo a la adop- Aunque la idea de esta fusión de medios es previa a la era de las
ción de nuevos materiales como el plexiglás y el tubo de gas computadoras, con lo cual lo multimedial se presenta también en
neón (territorio en el que fue un adelantado indiscutible), con otros contextos, el multimedia (en el sentido de multimedia digi—
los cuales su obra se diferenció nítidamente de las primeras re— tal) tuvo que esperar el desarrollo de placas de audio y video so-
alizaciones del grupo. fisticadas, de algoritmos de codificación y compresión de datos así
Ya a comienzos de los años cincuenta comenzó a elaborar, ade como el desarrollo de memorias de alta capacidad para materiali—
más, lo que sería su proyecto más ambicioso: el diseño de la zarse realmente. La llegada del CD—ROM a mediados de los ochen—
Ciudad hidroespacial (1969/70), una urbanización del espacio ta permitió finalmente su aparición. Para su divulgación y expan-
166 con ciudades suspendidas en el aire a través de una combinación sión hizo falta normalizar los estándares y adaptar los sistemas 167
de mecanismos imantados y combustiones hidráulicas. operativos, por lo que el multimedia no se desarrolló en el mundo
Fundamentaba esta utopía futurista con leyes de la física: habla— de la PC hasta la llegada de Windows 3.1 en 1992.
ba de bombardear y transformar las moléculas pentae'dricas del En la Argentina las primeras obras de multimedia digital son de
agua contenida en las nubes para crear de este modo bases de sus— los noventa, pero ya en 1986 Ladislao Pablo Gyóri realizó un
tentación para viviendas hidroespaciales sobre los océanos cuya poema digital con un programa de diseño y modelización lla-
posibilidad no le parecía tan remota en una época en la que ya se mado Psion VU—3D con el que armó una secuencia de imáge-
desarrollaban experiencias de estaciones espaciales. El proyecto nes 3D de la palabra M tomada de un fotomontaje de Grete
se vinculaba de ese modo claramente con las fantasías y realiza- Stern fotografía experimental . La computadora usada por Gy6ri
ciones técnicas de su época. era una Timex Sinclair 2068, con 48kb de RAM. La pieza se com-
Hacia fines de la década del cincuenta, en Paris, Kosice postuló el pletaba con la reproducción de una grabación del poema “Golsé-
Manifiesto de la arquitectura del agua en la escultura. En 1971 se y no termina el mundo” de Gyula Kosice, hecha con sintetiza-
publicó el Manifiesto de la ciudad hidroespacial, de donde pro— dor de voz digital. Aunque sonido e imagen no estuvieran
viene su obra Ciudad hidroespacial. Desde los primeros años del codificados en un único archivo, el multimedia digital aparecía ya

…,
siglo XXI, Kosice trabaja en la concepción de Irve', una computa— “en potencia”. Hacia 1992 Jorge Castro, artista cordobés iniciado
dora que enviaría volúmenes reales a través del espacio. Con este en el campo de la performance, luego reconocido en el del video-
emprendimiento, según el artista, “la teletransportación dejará arte y en general en el de las comienza a reali—
atrás nuestra civilización de la pantalla”. CC zar obra multimedia. Y en 1994 Fabio Doctorovich realizó su pri—
mer poema digital multimedia titulado Rotaciones. Allí se com- y 2003; o las jornada; de Arte y Medio; Digitaler en el Centro
binaba imagen, movimiento y sonido, utilizando el programa Corel Cultural de España en Córdoba, impulsadas por Lila Pagola y Laura
3D, que permitía generar los cuadros de la animación y acoplar- Benech desde el Centro de Medios, Artes y Diseño de la Escuela
los »en un único archivo .avi—, al sonido ya grabado. de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, cuya primera edi-
A partir de 1996 se registran ya varios ejemplos de obras de multime— ción es e 1999.
dia digital como el CD-ROM El medio es el diseño, realizado por Jorge ¿Pero qué es lo que define al multimedia digital como un género
La Perla y su equipo de cátedra en 1996/1997 utilme Macromedia completamente nuevo y no como un simple cambio de formato
Director; la pieza animada La Piedra de Fernando Azotegui que el de géneros anteriores? En primer lugar, la obra multrmedral no
sitio web arteUna —gestionado por la artista Anahí Cáceres— subió tiene las mismas características para su autor que para su lector.
on line en 1996, o la versión animada de Palomas y]uicio Final de El autor, por su lado, escribe un programa y solo puede imaginar
León Ferrari y Bastián, disponible en el mismo sitio desde 1997. el resultado observable de lo que escribe. Si bien obtiene una ms-
También desde 1996 se dimndieron a través del sitio web Fin del tancia en su propia máquina, es solo una instancia y no recubre
mundo obras multimedia de Gustavo Romano, Jorge Haro, Belén todo el campo de posibilidades virtualmente contenidas en el pro-
Gache y Carlos Trilnick, 4x0 de Romano y Haro, por ejemplo, una grama. De la misma manera, el lector, frente al resultado obser-
pieza multimedia interactiva en la que al paso del cursor los loops vable, solo puede imaginar el funcionamiento del programa.
de video e imagen contenidos en cada uno de los cuartos de un cír— Por otro lado, si pensamos lo digital como lenguaje, aparece con el
168 culo se activan y desactivan en diveras combinaciones, está on line multimedia un vocabulario totalmente nuevo cuya sintaxis se ar- 169
desde 1997. Algunas obras de Gustavo Romano circulaban en CD, ticula en la propia interfaz visual. La obra Untitledocument (2005)
ROM incluso antes de ser subidas a la web. Dentro de los pioneros del argentino Ciro Museres es un ejemplo ilustrativo y a la vez ex—
cabe mencionar también a Willi Peloche, actualmente VJLima, su ploratorio de este nuevo vocabulario multimedial. Conjuga de ma—
proyecto autito.com, de 1997, está hoy fuera de línea. El artista lo nera no convencional “palabras” del vocabulario como las carpetas
define como “laboratorio de experimentos audiovisuales sobre redes amarillas del sistema de gestión de archivos, los botones de maxi-
de comunicación”. Asimismo, en diciembre de 1998 aparece el nú— mización, minimización y cierre de ventanas, las pestañas, los pop-
mero 0 de la revista Observador dalta'uím, distribuida en CD—ROM, ups, los sonidos del sistema operativo, etcétera, para formar una
en cuyo editorial se sostiene: “Cada espectador decidirá cuanto tiem— interfaz que invita a clickear, mover, agrandar o cerrar. El lector se
po se queda en una imagen o como utilizar el sonido, o de navegar encuentra, desde el título, inmerso en una autorreflexión sobre el
por diferentes espacios aprovechando las posibilidades de romper la
linealidad de los discursos tradicionales. Estos nuevos medios en-
tonces constituyen un aporte al pensamiento estético y replantean
las relaciones entre arte y tecnología”. La exhibición de obras mul—
multimedia digital. CKIIL
.
> NET.ART El net.art es una forma de arte interactivo cuyo sopor—
timedia y la reflexión acerca de sus alcances tuvo por esos años in— te habitual son computadoras conectadas a Internet. Su especifi—
teresantes espacios de encuentro, tales como los Ciclos de Arte cidad radica en la necesidad de conectividad para producir inter-
Electrónica curados por Graciela Taquini los primeros domingos de cambios: éstos pueden establecerse entre las obras y sus receptores,
cada mes en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires entre 1997 entre los mismos receptores a través'de las obras o, en menos casos,
entre los artistas y receptores en tiempo real. De tales interaccio— net.art está imbuida del espíritu abierto de la arquitectura de Internet,
nes surgen las obras de net.art. inspirado en la cultura hacker, que permite que cualquiera pueda
El término puede referirse a las prácticas artísticas que toman a las ver, reusar y aprender del código HTML en el.que están escritas sus
redes de comunicación telemáticas como soporte y tema; pero tam— páginas (o al menos permitía, hasta el surgimiento de otros lengua»
bién, al movimiento artístico específico que introdujo dicha deno- jes como el ActionScript para animaciones Flash). En la actualidad,
minación a mediados de los años noventa. Con mayoría de artis- incluso en versiones menos “militantes”, muchos net.artrstas suelen
tas de Europa del Este, el net.art surge como una aproximación
impregnada de las visiones utópicas de las primeras épocas de
preferir la publicación del código fuente utilizado..
El net.art nació así del ansia experimental de artistas conectados
Internet (aquellas que habitaron la red durante los primeros tiem—
entre sí, que empezaron a explorar los nuevos lenguajes escritos y
pos como una “zona temporalmente autónoma”), a la vez que bus— audiovisuales del hipertexto y el hipermedia, y se dispusieron a di-
caba distinguir sus producciones de otros intentos de crear obras señar sus propios modos de participar en ellos. .En sentido es
este
para la red Internet, en los cuales predominaba una lógica institu—
cional tradicional, y que circulaban bajo las difusas denominacio-
el
significativo el mito de origen relatado por artista Alexei Shulgin
—pero que tiene por protagonista a Vuk Cosié, pionero del net.art,
nes de “arte web", “arte en red” o “arte de Internet”, o incluso la
nacido en Belgrado y residente en Slovenia, particularmente inte»
mera documentación de obras de arte producidas firera de línea,
que Joachim Blank distinguiera en 1996 como “arte en Internet”.
resado en el campo del ascii art tecnopoesía —, ya que se inscribe
en la tradición de las críticas a la institución arte que iniciaran las
Como concepto, el net.art apuntaba a ciertos rasgos específicos.
vanguardias históricas, identificándose abiertamente/con) ellas, al
170
171
Además de ser concebido solo dentro del flujo de información de
las redes, se subrayaba su capacidad para explorar las posibilidades
presentar su surgimiento como un ready—made: Vuk Coste encon-
tró los caracteres “net.art” en medio de una cadena ilegible de sím—
y límites tanto formales como conceptuales de la cultura de la red. bolos extraños debidos a una decodificación incorrecta de un men—
Sin embargo, “red”, en esta concepción, no implica necesariamen—
te el uso de tecnologías dig'tales, sino la búsqueda de obras que dia—
saje de correo electrónico que recibiera en 1995. En dicho cúmulo
sobresalía “net.art" como única frase a salvo del desorden informa—
loguen con las ideas y prácticas asociadas con aquella. En la prácti— tico. Mucho después Cosió pudo decodificar el texto original, que
ca, el net.art se ha presentado bajo distintas formas de crítica
precisamente era una suerte de manifiesto crítico del arte contem—
institucional hacia el mundo del arte —en distintos grados de con-
poráneo, lo cual le sugirió que la misma red le había nombre
dado
frontación y conceptualización—, con el denominador común de la a las experiencias artísticas en las que estaba trabajando desde tiem—
exploración de las posibilidades de la red como nuevo soporte de
las obras. El net.art, entonces, subraya las posibilidades de las nue-
po antes. Este mito de origen, asociado a una decodificacron inco-
rrecta, y a la exploración de los límites de la técnica con minimos
vas tecnologías para la democratización del acceso a las obras de arte
recursos, se mantendría en buena parte del net.art desde entonces,
y su documentación, para lo que propone obras ubicuas, de alcan<
volcado a la creación de experiencias saturadas de ruido y distorsión
ce global, económicas y fáciles de acceder en cuanto a los requeri-
mientos tecnológicos, y una filosofía que remite al Do It Yourser
visual, o enlaces con destinos imprevistos —sembrados cual “tram'
pas”—, como si los artistas intentaran crear una versión atormenta—
(DIY) y su idea de que cualquiera puede tomar sus herramientas y da de los sueños idílicos de la industria tecnológica, para demoler
crear sus propias obras. La misma tecnología en la que se basa el
sus aspiraciones de una web transparente, intuitiva y amigable, En
ese sentido, la aproximación de los net.artistas de la primera época
(1995-2004) podría pensarse como un impulso anti'diseño, o es- ción del mundo del arte, auto—gestionados por fuera de las influen-
pecificamente contrapuesta a los esfuerzos incipientes de los dise— cias del campo institucional. Momentos clave de discusión y rup—
ñadores web por reducir la novedad y complejidad del nuevo medio tura fueron la primera “galería de arte” de obras de net.art, como
para adaptarlo a las lógicas y estándares comunicacionales previos. tzlqzmrtaria de Olia Lialina (1999), que generó intensos debates en
Chertamente, en las primeras épocas, el desafío de la dimensión téc— las listas de correo que compartía la comunidad internacional de
nico—formal que suponía para artistas y diseñadores la exploración net.artistas, críticos, etcétera, tales como nettime, 7»11 o rhizome.
del nuevo código HTML y su especificidad como medio, los mantu— El email, como refiere Rachel Greene en su texto “Breve historia del
vo
bien
relativamente reunidos en un conjunto de difícil distinción si
los net.artistas exploraban principalmente los márgenes del
Cing (tanto desde la comunicación, como desde la informática). Con
co» net.art” fue el recurso de comunicación y participación más usado
por los net.artistas, así también como un ámbito de experimenta-
ción y juego con esa versión de la realidad que circulaba en las lis—
tas de correo: ámbito de discusión y difusión primario, generador
fines de los noventa, los tipos de usos de unos y otros empezaron
la aparición de software de animación como Macromedia Flash a
de legitimidad, no siempre visible en las salidas públicas de obras y
a divergir claramente: los diseñadores adaptaron sus prácticas pro— artistas, fue también terreno propicio para el spam de art , la su—
yectuales a la especificidad del medio, mientras que los artistas se plantación de identidades, entre otras variantes anti—institucionales
mantuv1eron y concentraron en los usos “satelitales”, o anti—diseño: Entre las obras “clásicas” de los primeros tiempos del net.art
172 justamente aquéllos que empezaban a ser identificados como “erro— pueden citarse el melancólico relato hipertextual M)! bºyfriend
res de usabilidad”, o faltos del despliegue de recursos audiovisuales came bac/¿from war de Olia Lialina (1996), la obra e/matian 173
que refuerzan las dinámicas mediáticas tradicionales (del cine y la TV HELP (1997) de Igor Stromajer inspirada en el viaje al espacio
espec1almente). Así, por ejemplo los relatos hipertextuales incor o— de los primeros astronautas rusos, Rmdme (1998) de Heath
ran la aleatoriedad del recorrido del interactor —por lo que laspse- Bunting, un manifiesto personal en forma de hipertexto que
cuencias narrativas “clásicas” se desdibujan en ellos—, o bien los cre— enlaza cada palabra que lo compone con sitios web externos ho-
adores explotan la estética del pixel, el ruido, el gl_itc_h y la “ba'a mónimos; los alterados y paranoicos experimentos web de
calidad” de las soportes digitales (para la imagen sobre todo),hacie'i — 0100101]10101101.0rg, o de la dupla de artistas ]ODI.
dose eco de las discusionesde las primeras épocas, respecto de lo que En la Argentina, proyectos como Sentido (2000) de Ernesto
se ganaba o perdia respecto de los medios analógicos tradicionales. Torres representa ese primer momento de exploración lúdica sobre
Pior otro
……
lado, el net.art representó en su primera época uno de los el HTML, desde esa aproximación del anti-diseño, satelital, pre-
ejerc1cíos de explotación más consecuentes del llamado “potencial viamente referida. Otro caso similar en nuestro pais, enmarcado

Í£íÍ?…ÍÍÍZÍÍÁÍÚZÁÍÍÍZÍÍJÍÍÁÍZÍÍÍ
en la incipiente poesía digital interactiva de los años noventa, es
_ eresaclosPºr d-º
por el uni— por ejemplo la obra 9Menem9 (1998) de Fabio Doctorovich [&
verso tecnológico se aproximaban a éste para “hacer obras de arte” nopoesía], en la que se daba también ese tipo de exploración lú—
y tratar de que las instituciones del campo artístico las aceptaran dica a partir del juego de textos y formas que remitían a un
como tales, el net.art se dedicó —durante algún tiempo— a crear cir- (im)probable plebiscito on line y que indefectiblemente, en un
cuitos autónomos, críticos del mercado y las formas de legitimiza— giro autorreflexivo respecto de la propia Web, terminaba siempre
con pantallas de “Not found”.
'
Como ejercicios curatoriales (obras colectivas, 0 también e-shows), de su utilidad. Una conspiración, tal vez, por contaminar la red y
podemos mencionar Der/etap is (1998), que reúne capturas de pan- volverla un lugar inhóspito. .
talla de escritorios de las Pc de participantes de todo el mundo, En todo caso, tanto si las obras fueron creadas para la web
o sim—
como una imagen que habla de los vínculos que establecemos con plemente “digitalizadas” para su difusión global, los artistas elegi—
la tecnología como soporte de nuestra subjetividad (Shulgin lo an la red —en primera instancia—, para abrir un canalde comuni-
llama “un psicoanalista de usuarios”); la Farm art competition: un cación nuevo con un público en muchos casos inaccesible(por
concurso que convocaba a artistas a usar elementos de programa- locación, costos, perfil de consumos culturales, etcetera) que se
ción de formularios de modos lúdicos y no convencionales, o ¿ida presumía alcanzable a través de Internet con mayor eficiencia
(o
web (1994), que fue el primer proyecto que comisionó obras de incluso, eficacia, desde una perspectiva más radical) que bajo las
net.art a artistas reconocidos como Jenny Holzer, para ser produ— formas institucionalizadas de circulación del arte.
usarse
.
cidas con la colaboración de programadores y diseñadores web. Con la web 2.0, término que comienza a a partir de 200Íí,
En la Argentina, la plataforma arteUna gestionada por Anahí esa característica mutó en lo que algunos teóricos [corno Juan Martin
Cáceres (desde 1996) realizó proyectos semejantes con artistas Prada han llamado la “segunda época” de las practicas artisticas en
como León Ferrari 0 Juan Carlos Romero. También el Instituto red. Nuevos creadores empezaron a habitar las redes, habilitados
con susdinaánácas
mayor dinarnicidad
Goethe de Buenos Aires comisionó en 1997 al videoartista por las aplicaciones 2.0, y experimentando es-
Marcello Mercado la realización de la pieza de net.art Sections of pecíficas: menor interés en el código, e con-
174 nothing, realizada con la colaboración de programadores para la tenidos y foco en las comunidades de practicas compart(i1Í3001 175

que, como ya lo hacia la generación de videoartistas de la cual Para otros autores, el net.art habria muerto alrededor 'e 1 ., ,
Mercado forma parte, eligió el idioma inglés para comunicar sus junto con su absorción institucional, y) la consecuente disc uc10n
ideas y proyectarse a la comunidad internacional, tal como lo hi— de la “zona temporalmente autónoma . al unas
cieran los net.artistas europeos no angle-parlantes de origen. En el conjunto de las tecnopoe'ticas, el net.art comparten g
Dispersa en cientos de sitios alrededor del mundo, la producción de sus características, como el carácter interactivode aque as pnl)-
del net.art es dificil de catalogar en un puñado de rasgos comu—
nes; quizás si en el deseo de comunicación inmediata imbricado convierten en cc)-autor en algunos casos, y a su vez, apprta oátros
puestas artísticas que estimulan la participacion del receptor, y o

en el dispositivo de sus obras, que lleva a muchos críticos a remon— aspectos que le son estrictamente especificos dentro de as (prdcti
cas artísticas con tecnologías digitales, como la conect1vi a
aágiínos ein
tar los orígenes de sus propuestas a los años sesenta y el interna-
cionalismo del grupo Fluxus, la poesía visual y las prácticas de a_rg tiempo real, ubicua y deslocalizada, de la cual derivan e
correo. Como en aquellos, había en el net.art de la primera época
una aspiración por volver indecidible el sentido de sus mensajes,
los fenómenos particulares de la llamada net.cultura, l e osEqulí
conceptuaí iºnnes
se ocupan especialmente las obras de net.art es.
una ambigiiedad entre el aprovechamiento de los medios técnicos las
Argentina, esta búsqueda aparece en tempranas pio uc;997)
deseo
disponibles, —ya sean el correo, la imagen fija o la web—, y su uti-
lización al servicio de obras que buscan el magnetismo de lo indes—
de Gustavo Romano, en obras como Mi deseo es tu
para la cual creó perfiles simulados de dos
(
personajes, cuyos r;-
,

sitli;;7)e
cifrable, a la manera de acertijos. O mejor, como piezas de un soft— tratos eran imágenes digitales de síntesis, y los colgo en
ware proveniente de sitios remotos, sin manuales ni señales acerca búsqueda de parejas (en la incipiente forma que tenían por ,
recogiendo por algún tiempo los mensajes que los personajes re- siendo el lugar que muchos buscaron (y lograron) resguardar hasta
cibían. La obra, compuesta por los retratos ficticiºs y la lista de que en muchos casos sobrevino el desinterés, y los dominios y ser—
los mensajes recibidos, se ha mostrado como instalación en es a- vidores dejaron de estar disponibles en un alto porcentaje de casos.
eros de arte y puede iiavegarse como obra de net.art “pura” P La netart latino database, un proyecto artístico-curatorial del artis-
El net.art en la Argentina se desarrolló y difundió mástardíamen- ta Brian Mackern, recogió en una cartografía proyectos de net.art
te gue el movimiento internacional, por la correspondiente os—
teriot entrada y accesibilidad a la red en el país(comercialmepnt de artistas latinoamericanos desde 2000 a 2005, y de sus múltiples
desde) 1995, pero escasamente distribuida hasta 2000). No con? errores “404 Not foun ” se evidencia la situación y deriva del net.art
latinoamericano: ausencia de interés institucional por la conserva—
formo una comunidad “local” o regional de prácticas de artistas ción y resguardo de las obras y su documentación, así como el re—
aun cuando se puedan mencionar experiencias relevantes como le i sultante de la incompatibilidad entre desinterés y recursos necesa—
ya menCionada plataforma arteUna que se proponía como un “es, rios para permanecer on line, por parte de los autores. ChG/LP
pacro de arte múltiple" on line, 0 las listas de correo sobre arte
tecnología como iberoamerica—act, nettime—lat (alo'ada en el Y
vidor de nettime internacional) o su versión latinoaimericana- Sri; << NUEVOS MEDlÚS>> Según Mark Tribe y Reena]ana, en su libro
creada Toda
taim, por el net.artista uruguayo Brian Mackern
estas listas, surgidas de la necesidad de comunicarse en
yl o portugués, tuvieron una dinámica principalmente
es añoi
infor€nati-
Arte y nueva: tecnaloglar, el concepto de “nuevos medios” empezó
a utilizarse hacia 1994 cuando fue adoptado por numerosas em-
va
176 177
presas de medios de comunicación “tradicionales” que abrieron
y de promoción de obras y eventos, con escasos momentos de divisiones dedicadas a ellos, como una manera de expandir su
interacción argumentativa. Varios de esos canales de comunica-
campo de influencia. Hacía solo tres años que la World Wide
cion,por otra parte, se iniciaron para reforzar vínculos interna- Web había empezado a funcionar gracias a los protocolos des-
cionales iniciados por artistas que se encontraban fuera del aís arrollados por Tim Berners-Lee mientras trabajaba como inves—
en formación o residencia en Europa (especialmente Es añ P ,
tigador en el CERN, la Organización Europea para la Investigación
los argentinos) 0 los Estados Unidos. P a Para
ha
El net.art tenido en la escena argentina del arte contemporáneo
Nuclear, en Ginebra. La idea de Berners—Lee fue implementar un
sistema de hipertexto que permitiera compartir información a tra-
una presencia mínima y escasamente comprendida, com arada co vés de Internet, hasta el momento dedicada al intercambio de ar-
otras lasiinstalacioIÍ
formas de arte digital o interactivo, tales como chivos y correos electrónicos, pero desprovista de las ventajas que
nes interactivas o los desarrollos de software de autor orientados a
brindaría luego la web: la publicación de documentos compues—
expresiones performáticas por ejemplo. Ambos formatbs se inte ran
con menores dificultades en el circuito institucional de galerías%n tos de texto, imágenes y sonidos, fáciles de navegar, vinculados

sens y centros culturales, mientras que las obras de net art si u—


entre sí y universalmente accesibles desde cualquier computado-

claraniente f":rein
Siendo reacias al formato expositivo, que les resulta
ra conectada a la red. Los (LD-ROMS, capaces de almacenar infor—

y forzado. Muchas obras de net.art fueron experimentos de artista?


gue —tal como sus homólogos europeos— veían en la web un canal
mación y distribuirla en cantidades inéditas hasta entonces, fue,
ron otros de los dispositivos asociados a la idea de nuevos medios,
que llevaron a las empresas y analistas a preguntarse por el futuro
mexplorado y libre de las lógicas institucionales del campo del arte de los diarios en papel, la radio y la televisión.
,
La idea de un “arte de los nuevos medios” también empezó a difun-
dirse por entonces entre artistas y galeristas para referirse a un blicado en 1996 bajo el título de New Medúz Poetry: Poetic lnnomtian
and New Yéchnologies, señala que la decisión de cambiar el nombre
universo de obras relacionadas de un modo u otro con estas tec-
nologías digitales: net.art, instalaciones, obras interactivas del libro por Media Poetry: An IntemationalAnt/aalogy se debe tanto
multimedia, etcétera. El concepto quedaria asociado, asi a los ri-, al hecho de que diez años después de la primera edición los medios
meros intentos por encontrar rasgos comunes o puntos de comic— electrónicos y específicamente digitales se habían instalado lo sufi—
ciente como para ya no entrar en la categoría de “nuevos” medios,
to entre una diversidad de experiencias estéticas emergentes.
de
El arte los nuevos medios, ¿era un movimiento? ¿Heredaba la como al hecho de que la identilicación habitual de la noción de nue—
vos medios principalmente con lo electrónico y digital deja afuera
tradicion de ruptura de las primeras vanguardias del si lo XX>
delgmismo
,

¿Respondi'a a la expansión de las tecnologías digitales la experimentación con otro tipo de medios entre los que mencio-
modo que aquellas habían enfrentado la masificación de la cultu- na medios fotónicos y biológicos.
1ra
y la vida cotidiana? Y, en general, ¿cuánto había de “nuevo” en
tpsstír(1;ev(c)>fs erpír)lio)sr? ¿133 postble —o deseable— definir un género ar-
Para el crítico brasileño Arlindo Machado en Arte ¿' mídía, el arte
de los medios constituiría un “metalenguaje”, un espacio de refle—
p p te e sus obras? <Hasta cuando conservari'an su xión sobre las nuevas tecnologias capaz de alejarse de los sentidos
novedad, y qué ocurriría luego? atribuidos a ellas por la lógica del trabajo y el entretenimiento.
Talespreguntas estaban destinadas a delinear un campo diverso flui— “Desprogramar” sería su consigna, reapropiarse de sus dispositi—
178 do: digital, electrónico, interactivo, de computadoras, de sistema);
lire— vos, reinventarles nuevos usos y contextos.
ron algunos de los términos utilizados para describir obras ue serí— ¿Pueden pensarse los nuevos medios más allá de su condición de 179

an reunidas dentro de la noción de nuevos medios. Y en ríalidad novedad y adelanto tecnológico? En su obra El lenguaje de [ar nue—
también hubo periodizaciones que remontaban la idea mucho más vos medio: Lev Manovich propuso analizarlos a partir de las formas
el
atrás, como en caso dela Colección de Nuevos Medios del Centro heredadas por sus dispositivos —computadoras, pantallas electró—
Cieorges Pompidou, que sitúa su inicio en el videoarte y las instala— nicas y redes— pero también de la influencia recibida por parte de
Ciones sonoras de los años sesenta, retrasando un par de décadas su distintas formas de expresión como el cine o el arte de vanguardia
de los años veinte y sesenta, integrados por capas informáticas y
surgimiento. Se puede pensar incluso que desde la invención de la
forograñ'a, el cine y distintos medios técnicos de registro y reproduc— culturales, los nuevos medios surgen para Manovich como produc—
Cion sonoros, una buena parte del arte posterior se vio confrontado tos complejos que continúan muchas líneas de investigación ini-
con la percepción de que a partir de allí una época de “nuevos me— ciadas por los artistas —desde el cºllage hasta el diseño— al mismo

artleí el(p.Lsl2131ng¿Eidms
dios tecnológicos" venia a reconfigurar por completo el mundo del
Aun así, el uso
habitual contemporáneo en relación con un arte
refiere en general al ufo de tepnologías digita—
tiempo que dan lugar a obras signadas por la nueva infraestructu—
ra tecnológica. En su propuesta más extrema invita a pensar que el
software de las computadoras expresa una continuación de las bús-
. , ya no son tampoco tan nuevas .Al respecto re— quedas estéticas iniciadas por las vanguardias del siglo XX: extra—
sulta interesante detenerse en las formulaciones del artista brasileño ñamiento visual, nuevos lenguajes y puntos de vista, experimenta-
Eduardo Kac bioart , holopoesía, tecnopoesía cuando en 2006, ción con modos de descomponer la realidad en fragmentos y
en la introducción a la segunda edición de un libro que había pu— reconstruida según nuevos códigos. Así, el software ofrecía la po—
sibilidad de que los usuarios accedieran a sus propios modos de
vincularse con el mundo, a través de interfaces que les permitían
como artísticas, y es ese universo de significación el campo de refle-
evadirse de su imagen convencional. Las computadoras conllevar
roducción de la performance.
Íai);legu£iida perspectiva es la del arte de la perfí¡rman]ee (performan-
'
ban, entre otras, la promesa de una capacidad de manipulación de '

la percepción y representación del mundo inéditas hasta entonces.


Pero el arte de los nuevos medios hace más que producir nuevos ce art), que surge en los años sesenta del cruce entre experimentf
as artes Visuaal—
amp;;
la la el
les, música, danza, teatro, poes1a, la el ,
puntos de vista sobre la realidad. Como destaca Manovich, sus
Cine

obras se abocan a la creación de interfaces para acceder y manipu— de


el videoarte y encuentran un punto encuentro en una
lar a la información almacenada en los archivos de la cultura. Trata gama de experiencias donde prima la ideade
evento y acezán.
evento se realiza en museos, salas de exposiciones yotros lugares
menos de capturar nuevas imágenes y sonidos del mundo, que de
acezan puesta ein
procesar y recuperar materiales ya existentes acumulados a lo largo
no convencionales como el espacio público. La
juego busca desarticular lo cotidiano, exponer lo prohibidoby/o ;
banal, provocar la repulsión y la atracc10nde zonas no
de la ya larga historia del arte de los medios. Un arte de la mezcla y
es e
visi
composición a partir de materiales preexistentes, puestos a disposi-
las prácticas y los discursos sociales. El artista dpvemdo perfbrmer
ción de sus espectadores () usuarios en forma de bases de datos na-
tambien la propia expe-
vegables o entornos interactivos. ChG/CK ostenta no solo su presencia física, sino
riencia biográ.fica interpelando de forma
directa al espectadofJ y su
propia experiencia de vida. En este sentido,
la performance usca
180 >> PERFORMANCE El concepto de performance puede ser aborda— capturar las tensiones políticas e historicas de su propio tiempody
amenazar el statu quo, así como el control y la admin1stracton e 181
do desde dos perspectivas. La primera es el campo de la perfzr—
los cuerpos socialmente disciplinados. .
mame cultural (culturalperfbrmanee) ; entendiendo por ello el es-
Su historia incluye diferentes expresiones: happening, arte ac—de
tudio de prácticas culturales que incluyen el juego, el ritual, los
performance siempre
no laslexc u()íredy
ción, body art, entre otras. Si bien la no in—
deportes, las actividades de la vida cotidiana, las prácticas jurídie
corpora a las tecnologías, su campo accrón de
cas, médicas y políticas, los entretenimientos populares, los me—
puede reunir, asimismo, la noción de intermedia en a me [1 .a
dios de comunicación y el arte. En Pe7fgrmance. 720ríay Práctimr
Interculturales, publicado en 2000, Richard Schechner observa que puede desarrollarse como cruce entre
comunr)camon
artist[i(;
las disc1plinas
cas y los medios masivos de y del entretenimien
que, teniendo en cuenta la expansión de la noción de performan—
glufrí€baí dlel ¿AYCP(CenU0
n ua'es dis ositivos, etcetera .
'

ce, su estudio conlleva necesariamente la aplicación interdiscipliv


maria de diferentes metodologías y herramientas de análisis como de Arte y Comunicación) resulta alí.—
un
tecedente argentino destacado que permite ver hasta que punto
las de las ciencias humanas, biológicas y sociales, de la historia, de
performance se inserta desde los sesenta en el campo tecnopgérrco.
a
los estudios de género, del psicoanálisis, etcétera. El autor señala
el
Siguiendo las experiencias del Di Tella en terreno (¿e ljls a?;
que los estudios de performance son ínter (intergene'ricos, inter—
nings y el arte de los medios, EL CAYC realiza en 12
9 rgen ¡.
disciplinarios, interculturales) y por eso, inestables, inconclusos,
abiertos y mulrívocos; se oponen a establecer ningún sistema fijo Inter—mediar. En su catálogo Jorge Glusberg señala: EnlArgentína
electrónica,/filmsexperimenta es,
de conocimiento, de valores, o de temas. Se trata del estudio de
las (re)presentaciones de las conductas sociales, ya sean cotidianas
Inter—mediar el uso de la música
poesía, proyecciones, danza, esculturasneurnancas y eineticas, cop;
tituye un envirommt total donde los diferentes estímulos, en un
tercambio dinámico, ponen los medios al servicio de la percepción co. Se trata así de un fenómeno político que no puede ser abor-
audiovisual. (. ..) en un intento de bucear soluciones, para integrar dado desde una supuesta neutralidad. En tanto las poéticas tec—
eficazmente el arte, la tecnología y el entorno social que nos rodea”. nológicas asumen el fenómeno técnico que les es contemporáneo
El autor publica, asimismo, El arte de laperfomance en 1986, donde son también políticas. CK
ofrece una historia del género poniendo especial énfasis en los as-
pectos semióticos y comunicacionales del fenómeno.
Otro rasgo destacado de la performance es que la concepción de >> RELAC|ÚNAL La noción de “arte relacional” fue puesta en circu-
la producción artística se desplaza del multado (obra de arte) al lación por el curador francés Nicolas Bourriaud a mediados de la
proceso, de la mirada unificadora del artista a las experiencias abier— década del noventa, para referirse a la producción de diversos ar-
tas por el aquí y ahora del evento y la presencia del performer. tistas jóvenes del circuito internacional de las artes visuales que fo-
Finalmente, y en estrecha relación con la crisis del paradigma teatral calizan sus trabajos en la esfera de las relaciones humanas y su
moderno y de su ilusión escénica, la noción de performance se contexto social. Las obras de arte relacional prestan especial aten-
vuelve una referencia ineludible a la hora de flexibilizar los meca- ción a las interacciones que pueden generar en el público—espec-
nismos compositivos del teatro y extender su campo de acción al tador-participante, y dan lugar a prácticas artisticas “aparentemen—
juego y al mundo y apartarse del universo cerrado y autónomo de te inasibles, ya sean procesuales o comportamentales“, donde lo
la ficción teatral tradicional tecnoescena . MFP que prevalece es la experiencia de un encuentro, de una duración
182 abierta “hacia un intercambio ilimitado”. 183
El texto-manifiesto de esta noción fue el libro de Bourriaud Efie'tíea
<< PoéritAs TECNOLÓGICAS» Cuando las prácticas artísticas y relacional, publicado en Francia en 1998 y en la Argentina en 2006.
sus “programas” asumen explícitamente el entorno tencnológico, La noción fue recibida de manera disímil. Por un lado, fue cele-
nos encontramos frente a una “poética tecnológica” 0 “tecnopoe'- '
brada como un intento logrado por “desentrañar la sensibilidad
tica”. Aunque se suele utilizar la denominación para referirse al común de nuestra época”. Por otro, y en términos muy generales,
arte que se hace cargo de las más nuevas tecnologias de una época, suscitó dos debates. El primero, ideológico e historiográfico: se le
toda práctica artística que experimenta y problematiza el fenóme— objetó ser una noción “de consenso” y de “reconciliación” social,
no técnico/tecnológico puede considerarse como poética tecno— solidaria con el sentido común posmodernista; y se le reprochó la
lógica. Y no hay allí necesariamente univocidad: al interior de las falta de conexión con las corrientes artísticas anti—institucionales
poéticas tecnológicas existen posicionamientos respecto de la re- de los años sesenta. El segundo, estético: está todavía en discusión
lación entre arte y tecnología que pueden resultar incluso opues— si se trata de un “movimiento” (es la perspectiva de Bourriaud y de
tos. De la exaltación acrítica de una suerte de novedad tecnológi- varios de sus críticos) o si se trata de un “género” (es la perspectiva
ca anclada en viejos idearios de progreso a la intervención y desvío, de la critica Claire Bishop), con sus regularidades temáticas, retó-
podrían encontrarse variadas posturas intermedias. ricas y enunciativas. La perspectiva del movimiento pone el acen-
A su vez, como el fenómeno técnico/tecnológico de cada época to en la intencionalidad de los artistas y en su interés por instaurar
está atado a una sociedad determinada, esto implica cierta histo- nuevas formas de relación social, incluso de “reparar” los vínculos;
ria y construcción social hegemónica del sentido de lo tecnológi- los analistas más críticos cuestionan que se trataría de un movi—
miento “desde arriba”, de destacados artistas del circuito europeo
En los dos casos puede darse en distintos niveles de intensidad,
y norteamericano, que más bien privilegia lo lúdico y lo festivo por
sobre la denuncia y el antagonismo. La perspectiva del género pone de los cuales se podrían identificar en principio cuatro. El prime—
ro le exige “entrar” literalmente en la obra —una exigencia común
el acento en las regularidades formales: una temática asociada a los
vínculos y las relaciones interpersonales; unaretórica que acentúa a todas las obras de instalación; de allí que toda obra de instala-
ción tenga un componente relacional, aunque en este nivelno ca—
las paradojas, las contradicciones y las ambigñedades de sentido,
aunque no necesariamente deja de tomar partido; un modo de bría hablar todavía de arte relacional en sentido estricto—. Ejemplo
enunciación que implica la participación corporal, física, del es- de esto seria La Menesunda, que presentaron Marta Minujín y
pectador dentro de la obra (por esto es una profundización del Raúl Santantonin en el Instituto Di Tella de Buenos Aires en 1965
género de la instalación, y frecuentemente una combinación de electrónico, instalación, tecnologías sociales, videoarte .
instalación y performance), así como algún tipo de acción dentro El segundo nivel implica que el espectador haga uso del espacio y
de esa obra que la modifique de manera reversible o irreversible. de los materiales que tiene a disposición. Entre los casos que men—
Se podría hablar, de este modo, de grados de relacionalidad. ciona Bourriaud en su libro, la pieza de Christine Hill Proyecta
Masaje es un ejemplo de este segundo nivel. Proyecto Masaje inte-
Siguiendo en parte a Bishop, podría decirse que el arte relacional
es una rama y al mismo tiempo una profandización del arte de ins— gra una serie de “piezas” que la artista estadounidense realizo en
talación, género que desde su emergencia en los años sesenta del Berlín en 1993, donde exploraba las habilidades y servicios que se
siglo pasado se caracteriza por un rasgo formal: la presencia del es- ponían en juego dentro y fuera del campo del arte. En este caso
pectador como parte de la obra, y por dos valores u objetivos crí— ofrecía un masaje al espectador (según ella relata, en contextos ar—
185

tico-politicos: que el espectador oriente su mirada hacia el am- tísticos y extra—artísticos, dado que no tenía permiso de trabajo) y
biente en el que se encuentra, problematizando el contexto intra recibia a cambio, a veces, una propina. Si bien el espectador—par-
y extra institucional, y que mediante su inmersión en la obra par- ticipante cambiaba cada vez, la “pieza” no era, ni podía ser, sus—
ticipe en una experiencia intensa de producción de sentido en opo— tancialmente distinta del “guión” propuesto por la artista.
sición a la rutina presuntamente pasiva a la que lo someten las El tercer nivel se produce cuando la obra, aún con un programa pre—
condiciones de vida en la gran ciudad y el bombardeo de los pro- Vio, depende de la colaboración activa y no previsible del espectador;
ductos más triviales de los medios de comunicación de masas. cuando éste la “altera” de manera perdurable, incluso irrever51ble. Y
El arte relacional, como subgénero y a la vez profundización de la puede profundizarse aun más si esa “transformación perdurable” no
instalación, implica entonces al menos una de estas dos operacio- se refiere solo a la obra, sino a un ámbito exterior a ella, como ocu—
nes: con respecto a la obra, que el espectador traspase la distancia rre con el proyecto colaborativo La Rambla deArrieta que llevóáade—
lante el equipo del museo—taller FerroWhite junto con los vecinos,
que solemos suponer como propia de lo visual y que ponga en
juego lo corporal como “material” o “medio” que constituye la en la localidad de Ingeniero White, Bahia Blanca, al sur de la pro—
obra. Y con respecto a los otros participantes (el artista y/o los vincia de Buenos Aires. FerroW/hite funciona en un ex taller de re—
otros espectadores), que entre en relación con ellos; en este caso, paraciones de la hoy desmantelada usina elécnica General San Martín.
la obra consiste en aquello que resulta de esa experiencia de rela- Desde que abrió el museo, en 2004, aloja piezas recuperadas por los
ción con las otras personas involucradas. trabajadores ferroviarios a finales de la década del noventa, durante
la privatización de los ferrocarrilesf Entre los muchos proyectos des—
arrollados por este valioso museo, en marzo de 2009 inau De modo general, los artistas que han hecho uso del collage o del
La Rambla de Arrieta, convirtiendo un descampado linder(g)urarºn
treinín dul
r:
remix han explorado formas marginales de creación, con materia—
paseo público. La idea retoma un proyecto de los años les y procedimientos no reconocidos por sus contemporáneos como
Siglo XX, cuando el intendente socialista Agustin de Arrieta º
to un hermoso balneario para la costa de los barrios Bufl)evíec— “artisticos”, desdibujando y arriesgando con ello —de modo inten—
Saladero. deArrieta ha sido un intento por materializar parte de ¿sí cional 0 como efecto involuntario—, su propio statu: de creadores,
[weno, a la vez que una apuesta por recuperar el frente marítimo de
y el carácter de obras de sus producciones; porque el remix es siem—
pre re-mezcla de algo existente que conserva su autoridad como
a ex usma como paseo público, para abrir una brecha entre los muros
original reconocible.
de cemento y hierro que hoy cierran gran parte de la n'a de Bah'
Blanca. Desde el propio museo, explican que “no es un paseo ai"a Tales desplazamientos en la aproximación a la creación, habilitados
sonar u[e')r 2—1
marq de
que vivimos en otra realidad, sino para tener más claro
principalmente por la reproductibilidad técnica, han sido aborda—
dos por algunos artistas de modo intencional, como una estrategia
alldad es esta que nos toca vivir. Un lugar para mirar el
relijnetrís
bsoc
t
º
de provocación a la tradición que les precedi'a. Ejemplos paradig—
lo que en el mar interactúa: cerealeras trasnacionales can
vadores, lanchas de pesca artesanal, buques con milldnes Íe ma'tic0s de uso intencionado de este potencial critico de las copias
técnicas, para desestabilizar la noción canónica de obra y de artista,
cubicos de gas. .. agua, sal, dragas, aves, dólares, soja polietileno ”
la.medida en que la perspectiva relacional se basa se“;
al tiempo que se exploraba un nuevo lenguaje que podía ponerse a
iin ¡gnun
En
circular con extrema facilidad (en tanto era reproducible), podemos
4

_
Bourriaud, en la idea de que “toda obra de arte produce
del
186 187
encontrarlos en los usos que las vanguardias históricas hicieran de
delo de sociedad” y que lo relevante es precisamente el dise”
la fotografia, en procedimientos como el collage () el fotomontaje.
modo“b en que, esa “sociedad” o relación funciona , estas' piezas _“º se
e
Las producciones de Hannah Hoch, Raoul Hausmann o los clási-
conci en a si mismas —y se revelan ante el espectador y el crítico—
. cos montajes de john Heartfield, en el grupo dada de Berlin son

.
, .
como maquinas
((
socxales” o tecnologías sociales FC
ejemplos históricos de referencia fotogra_fia experimental .
Si bien en estos tres casos citados las obras son significativamen-
>> REMIX La remezcla o remix designa a los procesos creativos de te diferentes entre si, respecto del tipo de material que remezclan,

pos-producción que generan nuevas obras a partir de combin todas coinciden en el hecho de que la figura del artista se “debili-
Ciones de fragmentos de otras obras, que se han tornado dis onai: ta”, especialmente en la histórica correlación entre habilidad para
los
bles a receptores para la manipulación y recreación a ariir
d
hacer y originalidad; dando paso a procesos de pos-producción de
producciones previamente existentes —en una interpretación am-
la amplia Circulación de sus copias técnicas.” , p º
plia y no instrumental—, que ha sido desarrollada por autores como
El remix como concepto y procedimiento creativo comparte en
ese sentido, la lógica del col/age, y se inscribe en la misma linea
de
Nicolás Bourriaud.
En el mundo de la música, sin embargo, el concepto de remix se
concepc10n no canónica de la autoria o la creación, y usualmen-
introduce a fines de los años sesenta y principios de los setenta,
te —aunque no de modo excluyente—, en la critica contem oráne
a lasformas legalmente autorizadas de uso de las co ias de
b a
específicamente en las prácticas de algunos músicos trabajando en
la ciudad de Nueva York, con influencias de la música jamaiqui—
protegidas por derechos de autor y copyright. P 0 ms
na. En su origen, la función del remix era remezclar una canción
muy conocida para extender su duración —especialmente a uell
fragmentos que hacen bailar al público en las discotecas— q
unalnueva versión sin dejar de mantener su dependencia rec
creos
del ºf
tura de masas como la historieta, el cine o los videojuegos), aun-
que los artistas contemporáneos suelen hacer usos satelitales o
nocimiento de la obra original de la cual deriva. º abordajes criticos, irónicos, marginales, a partir delos mismos in—
lisa aprox1mación es la que predomina también en los fotomo
sumos de los medios masivos y la cultura popular.
jes de John Heartfield, orientados al público masiv0' sus montniag En la Argentina, nuestra compleja relación histórica con las van-
se publicaban como tapas de la revista obrera antifascista doiiiis
A[Z
guardias de principios del siglo XX, dada por su inadecuación a
el reconocimiento de algunos elementos icónicos en el fotomonÍ nuestro campo artistico local en su época de gestación () inmedia-
tamente posterior, y su desigual conocimiento y comprensión por
taje' 0 collage, era estructurante de1 seund () y las interpre¡ac'ones
'

posrbles de las obras. parte de los agentes institucionales (escuelas de arte, museos, ga—
En otros casos, las obras or'1ginales leristas) hizo que la discusión de aquellas categorias clave que pro-
_ _
'
son tomadas como *

cedimienros como el fotomontaje buscaban desestabilizar (auto—


formales para los procesos de remezcla o remix, sin apelar al reCo-<
Insumºs
nocimiento de las partes usadas como referencia obli ada ria, originalidad, plagio, habilidades realizativas asociadas al autor)
construir el sentido, existiendo la posibilidad de que la ogbr Paf_a no se recuperasen con mayor amplitud sino hasta las primeras apa—
Xada sea recibida como “original”, a partir de que su en2allcm'1— riciones del procedimiento del remix asociado a las poéticas tec—
—su carácter de obra derivada— no resulta evidente inclíso 0813 nológicas, asi como a las apropiaciones contemporáneas de algu-
nos dispositivos técnicos de amplia difusión como las cámaras de
188 receptor formado. Para 61
En la Argentina,
' ' '
)

video domésticas, la PC como estación de pos—producción, etcéte— 189


un ejemplo muy representativo de esta apropia—
ra. Ejemplos de la fuerte presencia de la dinámica de la pos—pro—
c16n pueden ser los fotomontajes de Grete Stern producido
la revrsta [dí/io entre 1948 y 1951 fotografia experimental 8 Para ducción pueden ser obras como 00:02:11 de Mónica Jacobo, una
tada al público femenino, cuya función comunicativa rir?íienl instalación de Game-art que se basa en el popular videojuego Half-
se.
no apoyaba en el reconocimiento de los elementos rrfijontaci)oa Life, compuesta por un video que registra una performance de la
artista dentro del juego, usando la técnica de muchinima, que le
en la imagen —más allá de su representación literal, sin referenci s
a lahistoria del arte—, como en el caso de Heartfield en t * as permite modificar el entorno del juego y crear nuevos objetos: un
objeto idéntico se puede ver en la instalación tangible, recreado
su publico—objetivo era otro. , amº que
El remix, al igual que otros conceptos centrales a las poéticas t por la autora. En este caso —como en muchos otros referidos por
nologicas como el de hipertexto, cargan con la comple'idad d CC- Bourriaud en su texto—, la artista usa un procedimiento de remix,
conceptualización original desde el campo de las prácticas teciisu pero no incorpora en su discurso sobre la obra un señalamiento
equivaleiij
¿eslogicas, cuya homologación y contraste con conceptos
del proceso como significativo, más allá de la referencia al video—
o prev1os en otros campos (como la teoria crítica o la histori juego como un producto de la cultura de masas que se recupera
el arte), tardó algunos años en darse, y se encuentra aún en pro—a al interior del mundo del arte, en su potencial no explorado, pero
ceso de discusión y delimitación. Los procedimientos de rem' apelando a su valor experiencial para muchos sujetos “gamers”.
pueden relacionar de modo directo con prácticas o ular Otros ejemplos, que incorporan el procedimiento del remix al
gé€l€€0$ d<eeslíocriril o
IX se
el fkn-art (las recreaciones de fans de distintos discurso y la propuesta estética en grados similares, pueden ser los
artistas alineados con las ideas y prácticas de la cultura libre, como
el caso de Fabricio Caiazza y su obra SINCITA digital , que toma dos de los sesenta varios integrantes del movimiento Fluxus, supie—
frases de la blogósfera y las convierte en carteles pintados a mano
ron trabajar con la noción del ruido para dar forma a sus obras.
e instalados en el espacio público.
El remix es una estrategia que ha sido abordada instrtunental y cri-
Pocos años después, mientras que en los Estados Unidos el ruido
realizaba su desembarco Mty en el universo rock gracias a The
ticamente por los artistas: de modo instrumental, como procedi- Velvet Undergound, en Alemania Occidental empezaba a gestar-
miento creativo contemporáneo general, con la misma dinámica que se el movimiento krautrock cuyo ADN ya estaba infectado por la
sostiene las prácticas de miles de personas devenidas nuevos autores
a partir de la amplia disponibilidad de las copias técnicas en las co-
distorsión atmosférica, tanto en el sonido como en la construc-
munidades conectadas y la accesibilidad a los medios de producción
ción de un programa artistico.
Toda esta inercia renovadora le dio forma a un corpus heterodo-
de tipo profesional que supone una PC contemporánea. Lawrence
xo —que años más tarde los especialistas musicales rotularían como
Lessig, autor del libro Cultura Libre y creador del sistema de licen— “noise”— y ha influido en el origen de la música industrial
cias Creative Commons, ha desarrollado ampliamente este fenóme-
no para explicar la urgencia y complejidad dela problemática legal (Throbbin g Gristle, Einstiirzende Neubauten) y de ciertas zonas
como restricción a esa economia de creatividad y abundancia
del estallido post punk (The Birthday Party, Bauhaus, Sonic Youth,
,
El abordaje critico está presente en otros artistas, cuya conce“ The jesus & Mary Chain y Pixies).
del fenómeno es asimilable a la que propone Lessig —aunque Esual—
ción
La Argentina comenzó a vertebrar una escena noise durante los años
mente despreocupados de la dimensión legal—, en tanto apelan al noventa a partir de los trabajos de Burt Reynols Ensamble, Luis
Marte, Jorge Haro y Pablo Reche. A fines de la década anterior hubo 191
remix sobre la base de su tradición de critica a la noción de autor
tan solo algunos acercamientos semánticos (como el álbum en vivo
obra y procesos creativos. LP ,
de Soda Stereo, Ruidº Blanca) y formales (quizá el tuidismo sea el
pariente lejano y psicópata del movimiento “sónico” impulsado
>> R…DISMÚ Categoría habitualmente utilizada para definir los tra- por Daniel Melero, un rato después).
bajos de aquellos artistas que elaboran paisajes auditivos em aren- Reynols Fue una prolífica banda de música experimental argentina
tados con el arte sonoro, herederos de la cacofonía la atonílidad fundada en 1993 por Alan Courtis, Roberto Conlazo y Miguel
Tomasin. 1niciaron su carrera bajo el nombre de Burt Reynols
y la indeterminación en el arte.
Al igual que en sus comienzos, las piezas auditivas ruidistas se posi— Ensamble, pero debieron cambiarlo por cuestiones legales en 1996.
)

Cionan en el territorio de lo experimental, distanciadas conceptual—


Entre los años 1994 y 2002, editaron treinta y ocho discos, en la
mente con respecto a los consumos culturales masivos de la época
Argentina, Inglaterra, Estados Unidos, italia, Suiza, Holanda,
Todo se remite al año 1913cuando Luigi Russolo, un integrante del Alemania, República Checa y japón. Algunos títulos de su obra son
hiturismo italiano, escribió El ¿me de las mídor. carta/manifiesto donde Gordura Vegetal Hidrogenada (1995), Roto Chivas 268 (1997),
Peloto Cabras Mulusa (1999), Lo pollo de lo vivos (1999), Pauline
instaba a “sustituir la limitada variedad de timbres que una orquesta
Oliveros in the arms of Reynols (1999), Symphony for 10.000
procesa hoy por una infinita variedad de timbres que se encuentran
en los ruidos, reproducidos con los mecanismos apropiados”
Chickens (2000) y Blank Tapes (2000); este último trabajo, que data
De allí en más, artistas de dada y el surrealismo, asi como a media— del año 2000, consiste en la reproducción del sonido (ciertamente
mecánico) producido por varios cassettes vírgenes vacios, sin grabar.
*
Luis Marte creó el sello Fuga en 1994, dedicado a propagar los do a la ruptura busca rasgar todo el tiempo, sin dudas para dis—
trabajos de artistas sonoros. Durante varios años organizó Fuga tanciarse conceptualmente de los consumos culturales masrvos
Jurásica, festival de artes multimedia que mixturaba conceptos de la época. EC
tecnológicos, artísticos y biológicos. "

Por su parte Jorge Haro, compositor, artista sonoro y audiovisual,


ha editado los discos Fin de siecle (1999), Música 200(0) (2001),
u_2003 (2003) y u_xy (2005). Además ha publicado piezas mu—
> > SOFTWARE LIBRE Por software libre se entiende un modo de crear
y de poner en circulación programas informáticos para dispositi—
sicales en distintas compilaciones de Argentina, Canadá, Estados vos digitales, que garantiza ciertas libertades específicas a sus usua—
Unidos, España y Polonia. Es también co—fundador del sitio web rios: las llamadas cuatro libertades del copyleft.
de artes multimediales Fin del Mundo en el que están disponibles Estas libertades de las que pueden disponer los usuarios de soft—
desde 1996 muchas de sus obras. ware libre son, según la Free Safiware Foundation (la entidad que
Pablo Reche trabaja en el campo de la música experimental desde representa a sus creadores): . ,.
el año 2000. En sus puestas sonoras, suele utilizar el ruido como La libertad de ejecutar el programa, para cualquier proposito
elemento estético—expresivo principal. Ha realizado conciertos e (libertad 0).
instalaciones sonoras en Argentina, España, Portugal, Chile, Perú, La libertad de estudiar cómo trabaja el programa, y cambiarlo para
Canadá y Holanda. que haga lo que usted quiera (libertad 1). El acceso al código fuen—
En tanto Marte y Haro recuperan la perspectiva electrónica y ri't- te es una condición necesaria para ello. 193
mica del concepto experimental, Reche prefiere diseñar paisajes La libertad de redistribuir copias para que pueda ayudar al próji—
auditivos desoladores, mientras que Reynols fue construyendo el mo (libertad 2).
rompecabezas de un mito, de una leyenda global yvibrante, capaz La libertad de distribuir copias de sus versiones modificadas a ter-
de trascender sus propios contenidos; como una suerte de artefac—
to meta—musical.
ceros (libertad 3). Si lo hace, puede dar a toda la comunidad una
oportunidad de beneficiarse de sus cambios. El acceso al código
Si bien en la actualidad existen varios artistas que continúan fuente es una condición necesaria para ello.
trabajando en esta zona, la experiencia más destacable de la últi— Las cuatro libertades anteriores constituyen un conjunto de prin<
ma década es la aparición de Súper Siempre: grupo de iio—rock
fundado por el músico Alan Courtis (ex Reynols), el artista plás-
cipios éticos y posicionamientos ideológicos sobre la creación
y
circulación del conocimiento conocidos como copyleft, y se im-
tico Alfredo Prior, el escritor Sergio Bizzio, y el poeta Francisco
Garamona (editor del sello editorial Mansalva). Su único disco
plementan de modo legal bajo la forma de contratos de uso, tales
como la licencia GPL (Licencia Pública General), que fue la pri-
hasta el momento se titula Juicio al perro (2009). A modo de ins— mera implementación —y la más usada actualmente—),) para licen-
talaciones audio'plasticas, más que simples conciertos o perfora ciar los programas de software y mantenerlos “libres (en el sen—
mauces sonoras, las presentaciones en vivo de Súper Siempre tido de las cuatro libertades del copyleft) dentro del marco legal
—como las realizadas en MALBA, Ultra y PROA— logran renovar la vigente de derechos de autor y copyright. El copyleft, en este sen-
apuesta artística del noise; aun más: profundizan el tamaño de esa tido, no se opone estrictamente al copyright, sino que representa
“herida cultural” que el arte contemporáneo experimental aboca— un ejercicio del derecho del autor'a ceder algunos derechos en
favor del usuario, bajo una concepción de autoría que se recono— Un ejemplo paradigmático, inspirado en el software libre, es la ena
ce heredera de una tradición de ideas y realizaciones previas, a las ciclopedia en línea Wikipedia. Construida con las colaboraciones
que debe “devolver” su aporte, bajo la forma de un licenciamien- de miles de editores conectados del mundo, anónimas o identifi—
to que no obstaculice la innovación ni el acceso al conocimiento. cadas, esporádicas o frecuentes, Wikipedia representa un caso de
El copyleft ha sido presentado también como una suerte de “hackeo” obra colectiva compleja y de calidad comparable a otras obras si-
al copyright, porque sin cambiar este último, se apoya en el pero milares tradicionales (como la Enciclºpedia Británica), que resul—
busca producir efectos opuestos a los que suelen usarse desde la ta viable gracias a una cierta disponibilidad técnica (conectividad,
defensa del copyright para argumentar la necesidad de que los au- software wiki) y una licencia de uso para los contenidos creados:
tores se reserven todos los derechos: principalmente,'la cuestión inicialmente la GFDL (Licencia Libre de Documentación general)
de que los beneficios económicos “estimulan” a los autores a se— usada en el software libre para la documentación y ——agregada
guir creando. luego—, la única variante copylefi del sistema de licencias permisi—
El copyleft, por el contrario, propone que el balance de derechos y vas Creative Commons (la CC BY SA). Las licencias de uso de
restricciones en la producción cultural resultante del acuerdo del Wikipedia son las que, sin dudas, han permitido el crecimiento y
copyright, era adecuado alas condiciones técnicas de reproductibi— la subsistencia del proyecto, en el marco legal vigente en la mayo—
lidad y circulación cultural de su momento histórico (siglo XVIII y ría de los países del mundo.
XIX), pero que ha quedado obsoleto e injustamente desbalanceado Software libre, especialmente en inglés (fire sofiware), habilita una
194 (a favor de los intermediarios, y en detrimento de autores y recepto- confusión frecuente con software “gratis”. Si bien el software libre 195
res) frente al nuevo ecosistema medial de fines del siglo XXy XXI. suele estar a disposición gratuitamente en las redes digitales, por—
Elsoftware libre es uno de los casos paradigmáticos que permite que todas sus copias son legales según la libertad 2 mencionada
verificar esta situación: surgido como resguardo del modo de cons— previamente, esta no es una condición para que un software sea
truir software de las primeras épocas, aún no organizadas corpora— considerado libre (en sentido estricto). Existen multitud de pro-
tivamente, y muy cercanas al modo tradicional de avance del co— gramas gratuitos que no son libres, y también software libre que
nocimiento cientlfico, en el cual se compartían los conocimientos no es gratuito, por lo que software libre no es antónimo de soft—
en iimción de evitar la duplicación de esfuerzos y tender hacia la ware “comercial", ni sinónimo de "gratis”.
mayor eficacia y precisión en las teorías y sus aplicaciones; cuando Lo que diferencia al software libre de aquel que no lo es, se resu-
logró atravesar el umbral de uso de “solo expertos” (alrededor del me estrictamente a los términos de la licencia de uso con los que
año 2004, con versiones de GNU/Linux como Ubuntu) se convir— circula, que deben garantizar las cuatro libertades del copyleft a
tió en una alternativa real, usable y operativa para cualquier usua— sus usuarios.
no de computadoras que opte por este modo de crear y distribuir En el arte contemporáneo, el vínculo entre software libre y ciertas
software… Su filosofía y sus prácticas son totalmente opuestas a la tecnopoe'ticas habla de decisiones estructurales en las produccio-
que el copyright argumenta como intrínsecas a los procesos crea— nes de los artistas respecto de los dispositivos de hardware o soft»
tivos: el control sobre las copias reservado al titular de los derechos ware usados: por ejemplo, la reflexión y consecuentes opciones to—
de autor (generalmente cedidos por el autor a intermediarios) como madas sobre los medios de producción elegidos (qué tipo de
forma de garantizar los beneficios que hacen posible la innovación. “usuario”, con qué libertades, omisiones y restricciones sobre sus
+ ,

derechos y limitaciones, promueve un determinado software o hard— de la creación, independientemente de las posibilidades de cono—
ware, en su concepción, posibilidades de acción y modos de circu— cer o no el funcionamiento del software o modificarlo, por parte
lación). El circuit l7mding o el open hardware, presentes en las pro- de artistas. Estas posiciones se acercan más a las aproximaciones
ducciones de artistas argentinos como Mateo Carabajal, Damián críticas a la noción de autoría y circulación de la cultura. LP
Miroli 0 Jorge Crowe, confluyen o se alinean al movimiento de
software y cultura libre desde posiciones autocríticas hacia los pro—
pios modos de creación y circulación del “valor artístico”. >> SPAM DE ARTE El spam o correo basura se ha convertido en un
En lo que respecta al software de artista o mflware art, en casos presencia invasiva y persistente en la cibercultura contemporánea
como las producciones de artistas argentinos como leonardo Solaas, y muchos artistas lo han retomado siguiendo diversas líneas de
o el grupo Biopus, la relación con el software libre se torna algo desvío para la producción de arte. Se trata asi, en general, de rever—
instrumental y difusa, en tanto que las obras de software—art se apo— tir la trama económica del spam quitándole su carácter instrumen-
yan sobre concepciones de autoría “fuertes”, o canónicas transpo— tal; pero las variantes llegan a evidenciar bastante distancia entre
ladas al ámbito de la producción artística con tecnología. si en relación con tal objetivo. Es posible por ejemplo encontrar
Acerca del lugar que ocupa el software en estas producciones, po— bajo la denominación “arte spam” producción de imágenes este—
demos recorrer un espectro amplio de posiciones teóricas respec- tizadas surgidas de la aplicación a la información del spam de es—
to del tipo de condicionamiento que ejercen sobre los resultados
peciales algoritmos —como las Spam Plants de Alex Dragulescu—
196 creativos. Arlindo Machado en su texto “Repensar a Flusser y las o circulación en la web de cantidades bastante considerables de 197
imágenes técnicas”, siguiendo al filósofo checo, actualiza su teo- textos e imágenes ingeniosos o humorísticos que desvían de forma
ria de la caja negra (en Flusser resultaba del análisis del dispositi- lúdica tópicos recurrentes del correo basura.
vo fotográfico) en relación con las producciones con computado- Con todo, el origen del uso del spam para desvíos artísticos pare-
ras, y afirma que estas poseen dos cajas negras superpuestas: una ciera tener vinculaciones más militantes ya que sus inicios estuvie—
física, el hardware, por una parte, y otra lógica, el software y su ron ligados a prácticas del net.art en las que el spam se traducía a la
interface de usuario. Para Machado, los artistas no estarán realmen— vez en una forma de ataque directo a la institución artística. Se trata
te “creando” si no logran penetrar y modificar la caja negra con la en tal caso de lo que en español suele llamarse “spam de arte” y no
que trabajan, es decir si no logran superar el rol de “funcionarios”, “arte spam" (en inglés, de todos modos, idioma en el que circula
tal como Flusser lo había conceptualizado. más frecuentemente la denominación, no habría diferenciación ter—
En esa línea, el único tipo de software que puede resultar compati- minológica ya que todas las variantes serían “spam art”): envío de
ble con esa exigencia es el software de autor (m]?wzzre—art) o el soft— correo electrónico “indeseable” en general al interior de listas de co-
ware libre. Por otra parte, esta no deja de ser una aproximación de rreo temáticas, en particular las de arte, en el marco de prácticas de
tipo instrumental al software libre (práctica, y centrada en sus carac— activismo artístico: por un lado, envio de correos no avalados por
terísticas) y que resulta en ejemplos con algún grado de contradic— las normas y reglas de cada lista; por el otro, envío de arte spam a
ción, tales como obras bajo copyright realizadas con software libre. partir de la composición en general automatizada de combinacro-
Otros creadores y teóricos establecen la relación entre software nes aleatorias de textos e imágenes. En cualquiera de estos casos, se
libre y creación artística en las similitudes acerca de la concepción trata de una práctica bastante próxima a las formas contemporáneas
de guerrilla de la comunicación y otras vías de net.artivismo. da a partir de los datos que los usuarios deFacebook publican en sus
Se atribuye el término al net.artista francés Frédéric Madre, crea- muros, produce vértigo textual con nuestras peores pesadillas de ba—
dor en 1996 del primer sitio francés de net.art para quien, de acuer— nalidad comunitaria; así también (spam), libro de Charly Gradin con
do a una bastante conocida entrevista realizada en el año 2000 por textos construidos a partir de búsquedas en Google entre 2007 y 2011
Josephine Bosna en nettime.org, “el desorden crea conciencia”. El de sintagmas preestablecidos para cada caso: “cae la tarde y”, “eran
spam de arte encuentra su genealogía en el arte correo y su apues— los tiempos de”, “voy buscando”, etcétera. CK
ta a una circulación horizontal, plana, del arte sin recurso a la va—
loración institucional. La diferencia, con todo, estaría dada en su
carácter invasivo, y por ende más provocador. < < TéCNICA>> Toda técnica —del griego, réxv17 (ríe/me), arte—, en sen-
Otra variante del arte spam está dada por la llamada “poesía spam” tido restringido, implica un procedimiento o conjunto de estos, (te—
[tecnopoesía , que remite más bien a la producción automática glas, normas o protocolos), que tienen como objetivo obtener un re—
de poemas a partir de programas que mezclan aleatoriamente los sultado determinado en cualquier esfera de la vida. En un sentido
textos de los correos basura recibidos. En realidad la “spam art ma— más amplio, y recuperando el sentido denso del griego te'c/me que no
chine” de Frédéric Madre pensada para producir spam de arte ac— solo implicaba el arte de hacer u obrar sino del saber —no tanto un
tivista ya permitía realizar esa acción, por lo que los vínculos entre saber hacer sino un producir abierto al saber— la técnica, como la pre-
las diversas formas de practicar el arte spam son estrechos. Un caso senta la tradición filosófica heideggeriana, se relaciona con la mér|olg
198 latinoamericano paradigmático que permite evidenciar esos víncu- (paíerzlr) producción y creación al mismo tiempo. Esta creación es un 199
los es el CD—ROM del poeta experimental uruguayo Clemente Padín modo de acceso a lo que es y por tanto implica un des-ocultamien—
titulado The New Padíni Spams Tras/¡er (2002), curado por la ar- to 0 de—velamiento del ser. De allí la lectura heideggeriana de este des—
tista visual carioca Regina Célia Pinto y cuya versión on line se ocultat como ór7ur']f)cw. (aletheia) que en griego clásico significa ver—
encuentra en su sitio web Murreu da Essential e río Além dina. Los dad (a—let/aeia : no—olvido o no—ocultamiento). El uso corriente en
spam mzrlm de Padín combinan ironía, extrañamiento, desvío y, español del término “técnica” no establece grandes diferencias con el
como sostiene el critico y e investigador en poesía electrónica jorge término “tecnología”. En ocasiones se utiliza técnica para nombrar
Luiz Antonio en la introducción del CD, transforman la función procedimientos simples y tecnología para otros más complejos; sin
conativa del lenguaje —ésa que solo sirve para mantener el contac- embargo, la opción contraria también es frecuente. De hecho, la uti-
to con el receptor— en función poética. lización en singular casi como nombre propio (“la técnica”, o la
En la Argentina, los casos más visibles hasta el momento están dados “Técnica”, para algunos “& tecnologia”) tiende a hacer coincidir estos
en el campo de la literatura digital ciberliteramra, tecnopoesía] o términos no solo con operatorias sino con complejos entramados de
de literatura que sin ser digital dialoga con la cibercultura. Se trata en operatorias, saberes, y matrices sociales de significación que definen
general de composiciones que toman la masa de texto que circula por una época y un tipo de sociedad determinada. Si se dice, por ejem-
la web, sea o no del correo basura, para el “armado” muchas veces en plo, “la técnica moderna” no se alude a una operatoria en particular
forma manual de textos literarios que pueden transcribirse en papel sino más bien al entramado de significaciones sociales que han cons—
o en la misma web. Así por ejemplo, Red Social de Ana laura Caruso tituido el fénámeno técnico moderno. Esta utilización amplia de “la
(2011), libro en papel que, en forma de prosa encadenada construi- en
técnica” y “lo técnico” es más frecuente el discurso filosófico y so-
ciológico que en el propiamente tecnológico, excepto en inglés donde uno de los tratados sobre maquinaria escénica más relevantes de esta
la palabra technique (en ocasiones escrita como technic) solo se utili- historia es el de Nicola Sabbattini, Pmtica díízbn'azr scene e marchi—
za en sentido restringido y se reserva para technology el sentido am— ne ne'tetztri (Ravena, 1638). La experiencia de Sabbattini, quien nace
pliado (Lewis Mumford, autor del muy conocido libro Técnica ): a fines del siglo XVI, se inserta en un momento decisivo, el
Civilización —72£hnicy and Civilizatían— utilizó sin embargo la pala— Renacimiento, cuando se revisa el teatro antiguo y se buscan nuevas
bra tec/Jnicr, rescatando probablemente su etimología griega, para dar formas espectaculares y nuevas arquitecturas para las mismas.
cuenta de lo técnico en tanto confluencia de saberes, hábitos, opera— El teatro del siglo XX comienza como una rebelión contra el drama
torias e imaginarios socialmente configurados). CK decimonónico. Los artistas consideran que, debido al principio de
verosimilitud naturalista, la escena ha sido privada de sus procedi—
mientos espectaculares, su carácter constructivo, material, sensorial
> TECNÚESCENA La relación de las artes escénicas (teatro, danza, y festivo. Se trata de la búsqueda de un teatro sineste'sico, interdis-
performance, entre otras) con la tecnología debe ser considerada ciplinario. Así, el cine resulta uno de los recursos más explotados
a la luz de la multiplicidad de lenguajes y tecnologías sonoras, vi- por el teatro de la época. Un caso interesante de señalar es el espec-
suales y audiovisuales que conviven en toda representación escé- táculo R. UR. (1920) con texto de Karel Capek —del que, por otra
nica. Aunque para muchos teóricos la presencia del actor frente al parte, se origina el término “robot”—, cuya puesta en escena en Berlin
espectador continúa siendo el soporte insustituible del teatro, no en 1923, de Frederick Kiesler, contó con una ambientación futu—
se puede desconocer que las experiencias y los saberes artísticos y tista que incluye imágenes filmicas para producir el efecto de un cir— 201
no artisticos del público actual se encuentran en gran parte me- cuito cerrado de televisión. El cine también sirvió para mezclar imá—
diatizados por las nuevas tecnologías. Igual que en tiempos pasa— genes reales, oníricas e imaginarias que permitían ampliar las
dos, las artes escénicas contemporáneas participan de las transfor— experiencias perceptivas y los hábitos visuales del público. Una de
maciones de su propia época. las colaboraciones más recordadas por la historia del teatro de la
En tal sentido, es posible establecer una genealogía que no apunte época es la producción de Relaché (1924)de Francis Picabia, que
tanto a construir relaciones causales entre fenómenos remotos, sino cuenta con secuencias cinematográficas de René Clair (Entrizcte).
a señalar brevemente algunos fenómenos que, a lo largo de la histo- En los diversos proyectos de reteatralización del teatro que abren
ria de las artes escénicas occidentales, han desarrollado reflexiones el siglo )0( no se oculta la maquinaria escénica, sino que aparece
ylo prácticas relevantes en torno a la aplicación de diversas tecnolo- en todo su potencial expresivo y material. Las propuestas más au-
gías en la escena. La noción de maquinaria teatral atraviesa esta ge— daces pueden encontrarse en las escenografías móviles de Enrico
nealogía en la medida que constituye un principio de la teatralidad. Prampolini o László Moholy-Nagy, aunque sus proyectos fueron
La maquinaria escénica da cuenta tanto de la materialidad del tea- parcialmente realizados. Los nombres de Max Reinhardt, Lo'i'e
tro como de su carácter artificial y propiamente espectacular. En el Fuller, Adolphe Appia, Edward Gordon Craig, Vsévolod
antiguo teatro griego el recurso denominado dem ex mac/¡ina se uti— Meyerhold, Erwin Piscator, Oskar Schlcmmer, entre otros; así
lizaba para la intervención divina en la resolución de la historia y como las experiencias de los movimientos de vanguardia quedan
consistía en una máquina que trasladaba al personaje al escenario. El en la historia teatral como eslabones fundamentales de este pro—
recurso, así, resultaba a la vez técnico y dramatúrgico. Siglos después, »
ceso de renovación escénica y de sus recursos tecnológicos.
Los happenings y las performances de los años sesenta represen-
El Instituto, además, es el espacio de experimentación de las am-
tan otras experiencias significativas de esta genealogía. Una delas
bientaciones y los happenings participativos, realizados por el CAV,
más recordadas por los historiadores es el evento 9 Evenín ¡
(T bearreand Engineering), en los Estados Unidos en 1966 qtií también en colaboración con el CEA. Es el caso de El Batacazo
reunió a un grupo de artistas e ingenieros con el propósito dein—
(Marta Minujín, 1965), un recorrido en el que el espectador vive
cuatro situaciones diferentes en ambientes que representan las fi-
vestigar la relación teatro/tecnología. También la escena artística
guras y los hábitos propios de la cultura pop y psicodélica (figu—
argentina de los años sesenta se ve renovada con diferentes expe— ras de tubos de neón, una muñeca inflable, sonido de cinta mag—
riencias. que apuntan, en su conjunto, a la experimentación e in—
terrelacrón de lenguajes artísticos, medios y tecnologías de la co-
netofónica con ruidos espaciales, etcétera). En 1966 la artista realiza
en ese marco el recordado happening Simultaneidad en
municaCión y el entretenimiento. Se destaca en este terreno el
Simultaneidad happening, tecnologias sociales, videoarte .
Instituto Di Tella cuyo trabajo de divulgación y desarrollo del arte
tres
de vanguardia se desarrolla en su sede de la calle Florida y desde
Las ambientaciones, recorridos y happenings participativos encona
trará.n en los proyectos llevados a cabo por Oscar Masotta en el Di
frentes: el Centro de Artes Visuales (CAV), el Centro Latinoamericano
Tella en colaboración con Juan Risuleo, Roberto ]acoby, Eduardo
de Altos Estudios Musicales (CLAEM) y el Centro de Experimentación
Costa, Pablo Suárez, Oscar Bony y Miguel Ángel Telechea, otras
Audiovisual (CEA).
propuestas experimentales. La incorporación de la trama urbana, la
El primer espectáculo estrenado en la sala del CEA, Lutero (]or e
202 Petraglia, 1965) tiene como introducción un espectáculo audiovgi— televisión y el arte de los medios de comunicación tecnolog'as sociales
se proponen como diferentes estrategias para comentar los fenóme- 205
sual, además de diapositivas de imágenes fijas proyectadas en pan-
talla y un elaborado trabajo sonoro realizado en los estudios de gra—
nos mediáticos en la vida cotidiana de la época. Son los casos de El
Helicóptero (happening, 1967), El Mensaje Fantasma (obra comu—
bacton que el CEA tenia previstos para esos fines con equipamiento
nicacional, 1967), Sobre happenings (happening, 1966). Esta fuer—
de avanzada. La iluminación, la proyección de diapositivas (foro—
grafíasrealizadas en su mayoría por el Departamento de Fotografía
te impronta de los medios de comunicación en la reflexión y la prác-
tica artística del DiTella se debe al impacto de los estudios semióticos
del propio Instituto y/o dibujos) y de audiovisuales, así como la
elaboración de bandas sonoras (realizadas tanto en estudio del ra- y comunicacionales de la época. Comprender los medios de comuni—
bacrr5n de la sala como en colaboración con el Laboratoriogde cación. La; extemianes del ser humano (Marshall McLuhan, 1964) re-
sulta, asimismo, un pasaje obligado en estos recorridos por los me-
Música Electrónica) será un sello de los espectáculos del CEA como
sucederá con ¿jugamos a la bañadera? (Graciela Martínez 1966)
dios y sus tecnologías.
]azzp1um (Norman Briski, 1967), BEat, BEAT, BEATLES). Mixed De ese modo, a partir de la tematización y experimentación de
nuevos y viejos lenguajes —la televisión, la historieta, el cine, el te—
Media Show (Daniel Armesto, Roberto Jacoby y Miguel Án el
Telechea, 1967), Ultra Zu.rn!! (Cecilia Barbosa, 1965), Caperucita atro, la danza, el diseño y la moda—, el Di Tella busca dar respues-
ta al paisaje tecnológico y mediático de su época.
Rota (Leopoldo Maler, 1966), Drácula (Alfredo Rodríguez Arias
En el fin del siglo XX hemos asistido al regreso de lo espectacular,
1966—1967), Señor Frankenstein (Carlos Cutaia y Rubén de León
1967), Ubú
encadenado (Roberto Villanueva, 1968), Ceremonias como sucediera al comienzo del siglo con el cine. Uno de los facto—
en
res decisivos la expansión de la actual cultura visual es el avance
(Susana Zimmerman, 1970), entre otros espectáculos.
de las tecnologías digitales. En el campo de las artes escénicas, en-
centramos la incorporación de proyecciones manipuladas digital— En el ámbito local, también podemos caracterizar algunos de los
mente, la informatización del sistema lumínico y sonoro, la puesta
usos tecnológicos del teatro contemporáneo. Una primera área de
en escena de robots, el empleo de medios electrónicos y redes sºe
exploración es la de la tecnologia y las mediaciones de la vida co—
ciales, la utilización de sistemas de captura de señales por medios de
tidiana. La video instalación teatral El acuario electrónico
sensores, el trabajo con circuitos cerrados de TV, etcétera.
(Margarita Bali, 2007) se desarrolla en dos salas de exposiciones.
En el mapa internacional podemos caracterizar un primer campo
Entre ambas se conforma un espacio en el que conviven objetos
de exploración artística: el de la creación de seres y entornos vir-
y escenografia reales con proyecciones digitales de un acuario (con
tuales. En Mámteri ofance 1.0 (Robert Wilson, 1998), ópera di-
peces, medusas y pequeñas figuras humanas danzantes), de una
gital con música de Philip Glass y textos del poeta místico sufí del
siglo XIII Jalaluddin Rumi, el público —provisto de anteojos 3D— pareja y de la ciudad. Las figuras digitales se multiplican, se mez—
clan entre si y con los objetos reales; mientras, las voces presentan
asistia a la escenificación de los poemas protagonizada por aerorer
su propio ritmo. Los espectadores libremente ubicados en las salas
de ríntesir, numéricos, en proyección estereoscópica. Con una es-
también se ven circundados por los diálogos entre lo virtual y lo
tructura total de trece cuadros, ocho estaban creados a través de
real. Otros ejemplos del trabajo de Margarita Bali (una de las re-
un film en tres dimensiones. Se destacan también trabajos de Laurie
presentantes más destacadas de la videodanza actual) son Pizzurno
Anderson, Jan Fabre, Robert Lepage y Heiner Goebbels. Más aún,
algunas compañías, como Dumb Type, Blast Theory, The Builders pixelado (2005) y Hombre rebobinado (2010), en los que estos
cruces entre videoarte, danza y teatro expanden las posibilidades
Association, Troil<a Ranch Company 0 George Coates Performance
de espacios no especificamente teatrales y crean un espectáculo a 205
Works, se vienen especializando en la utilización de las nuevas tec-
la vez audiovisual y performático.
nologías para crear escenografías y entornos artificiales que bus-
BiNeural-MonoKultur (grupo performárico con sede en Córdoba,
can provocar un efecto inmersivo gracias a la hibridación de lo
real y lo virtual. fundado en 2004 por la alemana Christina Riif y el argentino Ariel
Un segundo campo es el de la interacción performers/espectado— Dávila) también investiga formatos artísticos que intervienen en el
res. En Afaria (1998) el performer Marcel.li' Antúnez manipula
límite de la realidad y la ficción. Entre sus trabajos más recientes
se destaca Audiotour Escénico, producción en la que —como se ex—
sonidos e imágenes en tiempo real por medio de un dispositivo
corporal exoesquelético de metal que traduce a un programa in— plica en su sitio web— un grupo de espectadores recibe un repro-
ductor de Mp3 y sigue a un personaje en su camino por la ciudad
formático los movimientos y acciones del performer. En Epízan
mientras escucha la voz de un narrador por los auriculares del re—
(1994), en cambio, son los espectadores los que manipulan, me-
diante un ordenador, el cuerpo robotizado del artista. productor. La ciudad se transforma en escenario de unas historias
Un último tópico de reflexión y experimentación: lo port—orgáni— que pueden ser ficcionales (El viajante, Berlín, 2010) o documen—
ca y lo cyborg. En el cruce entre la performance y el bioarte artis- tales (Construindo joio, Crato, Brasil, 2009). Estos recorridos por
tas como Sterlac y Orlan, entre otros, ponen en escena cuestiones
espacios urbanos utilizando yl o tematizando tecnologías audiovi-
éticas acerca de la pérdida de presencia y aura propiamente huma- suales diversas, mezclando la ficción y la realidad 6 implicando al
na, así como de los nuevos modos de explorar y manipular la sub-
espectador como actor se encuentran también en otro proyecto de
jetividad en un mundo altamente tecnologizado. Ruf y Dávila, Audiotour Ficcional (experiencia para un solo espec—
tador realizada entre 2005 y 2011), y en propuestas realizadas en
Buenos Aires como La esquina indicada (Mariano Ast y Leandro en la ópera de los hermanos Marx y, otra, la filmación de una ope-
Tartaglia, 2010) y Ciudades Paralelas (Lola Arias y Stefan Kaegi, ración quirúrgica). El espectáculo incluía, además la robótica, en
2010). Otro proyecto de BiNeural—MonoKultur es Error, un juego una nueva exploración del mundo de los objetos y los muñecos
con tra(d)ición (Teatro No-Hccional) (2011), en el que un actor humanoides a diferentes escalas (como en Máquina Hamlet, 1995,
—tambie'n licenciado en genética— y una actriz ¿activista de los pue- sobre texto de Heiner Muller).
blos fumigados de la provincia de Córdoba— participan en un juego Uno de los realizadores de El Periférico, Emilio García Wehbi,
donde el azar y el error son uno de los elementos fundamentales. desarrolla en sus trabajos individuales una extensa exploración de
En un tablero basado en el juego El Estanciera avanzan por distin— las tecnologias audiovisuales. En Bambiland (2005, sobre texto
tos casilleros donde se decide su suerte y se tematiza acerca de la de Elfriede ]elinek) el discurso político se intensifica con imáge—
soja, la vida de pueblo, el teatro, la militancia y la biotecnología nes de noticieros de la guerra de Irak. Tematizando la experien—
[ecoarte . Entre la ficción y realidad el juego se juega en vivo y se cias contemporánea de la violencia a escala global, la ficción escé-
reproduce en una enorme pantalla que sirve, a su vez, para llevar a nica se cruza con la crudeza de una realidad a su vez mediatizada
escena estos tópicos de forma audiovisual. por los medios masivos de comunicación. El orín come el hierro,
Un segundo modo de aproximación a las tecnologías visible en la el agua come las piedras o el sueño de las Alicia$ (Fragmentos
escena argentina será la tematización y puesta en escena de la vio— para la reconstrucción de un cuerpo) (2007) plantea el lugar so—
lencia y la subjetividad/corporalidad part—humana. En la instala- cial de la mujer a través de proyecciones de mujeres atacadas, ase-
206 ción teatral Manifiesto de niños (El Periférico de Objetos, 2007), sinadas, desaparecidas. 207
se presenta el alegato contra el abuso de niños en distintas épocas También un texto clásico puede ser llevado a escena desde esta óp—
y lugares. En la obra el espectador resulta un participante activo tica. Para Las troyanas (Rubén Szuchmacher, 2005, sobre el texto
tanto en lo que se refiere a la reflexión crítica sobre el tema como de Eurípides en la versión de Jean Paul Sartre), se llenó el espa—
a sus posibilidades perceptivas. Tres actores encerrados en una cio escénico de cables que colgaban y monitores que mostraban
caja/habitación intercambian juegos, se disfrazan, se agraden, tes- escenas de guerra, de despojo, de violencia. En el texto clásico (y
timonian. En las paredes exteriores de la caja se proyectan fotos en la versión de Sartre sacudido por la guerra que acababa de ter-
de niños, películas, dibujos, Dos pantallas reproducen las accio— minar) el eje de la trama esta' en las mujeres del pueblo derrota—
nes que se desarrollan en la instalación. El espectador puede obser- do, altivas a pesar de la violencia de los vencedores. Las imáge—
var lo que ocurre a través de los vidrios que rodean la caja, puede sen— nes de los monitores actualizaban la situación, ponían en evidencia
tarse enlas butacas, sin acercarse a la caja y verlo todo virtualmente un clima bélico que atravesaba el mito y la historia con implican-
en la proyección mientras oye los textos. 0puede realizar otro re— cias contemporáneas.
corrido, el de los dibujos infantiles victorianos y el de las fotos ac— Un tercer eje es el de las tecnologías como dispositivo intertextual
tuales de niños. De este modo, el espectáculo se construye con de otras disciplinas artísticas. Es el caso de Fiore di merda (Paco
cada espectador en las diferentes combinatorias. Ya en Monteverdi Giménez, 2005), en intertextualidad con el cine de Pier Paolo
Método Bélico (El Periférico de Objetos, 2000), se proponía un Pasolini. La actriz Anna Magnani aparece en una amplia pantalla
espectáculo polifónico de músicos, cantantes, actores y medios au— mientras varias actrices repiten el personaje de Mama Roma con
diovisuales (una gran pantalla proyectaba, por ejemplo, Um: noche múltiples variaciones; y lo mismo ocurre con la familia de Earema.
La reina (Alberto Montezanti, 2007, sobre el texto La reina de lo: bilidades de aquellas interacciones en el contexto de las experiencias
alisios de Elfriede Jelinek), comienza con la entrada de un cortejo vitales del actor y del espectador modeladas por los nuevos medios
que repite en vivo una secuencia de un videoclip de Madonna y y tecnologías. Se trata, asimismo, de un teatro que suprime las fron—
en varios momentos del espectáculo se interrumpe la acción escé— tetas genéricas, un teatro híbrido y de búsqueda de nuevos modos
nica para proyectar pequeñas secuencias fílmicas. Las imágenes de representación, caracteristicas que io asocian, a su vez, al concep—
operan aquí como intertextos en la construcción de la figura de to de lo pordramático desarrollado por Hans—Thies leme en 1999.
una diva. Por su parte, Manifiesto vs. Manifiesto (Susana Torres Algunos de los ejemplos contemporáneos antes mencionados agre-
Molina, 2007) se presenta como ensayo filosófico que se interro— gan, asimismo, un segundo aspecto a las condiciones mediáticas
ga sobre qué es arte, quién determina su naturaleza, cuáles son sus de producción y recepción de la obra de arte, aquél que borra las
límites a partir de la discusión en torno alAm'onírmo Vienéx de los fronteras y las jerarquías entre alta y baja cultura, entre la produc-
años sesenta. Los actores no componen personajes sino que exhi- ción y el consumo y abre un nuevo repertorio de prácticas porme-
ben sus habilidades artisticas a la vez que reflexionan acerca del dialex, Los lugares y significados culturales en torno a la produc—
arte de acción sirviéndose de las imágenes documentales que pro— ción, la distribución y el consumo de arte se han visto fuertemente
yectan en un televisor. Se trata de un ensayo crítico y escénico que modificados con la expansión y democratización de los medios y
busca un diálogo múltiple entre el público, los artistas y la histo— los dispositivos tecnológicos, derivando en prácticas de postpro-
ria del arte. En Los muertos (Beatriz Catani y Mariano Pensotti, ducción digital y comunicación via web.
208 2006) se hace referencia a la muerte en un espacio desdoblado La noción de interactividad apunta a una implicación (sobre todo 209
entre el relato de un espectáculo que tematiza a la muerte (el actor sensorial aunque no se descartan aspectos racionales) del espec-
Alfredo Martín reconstruye un espectáculo sobre el cuento de tador durante el proceso de producción de la obra de arte. No
james Joyce en el que él participó e intenta reproducir algunas es— solo se desdibujan las jerarquías en torno a la noción de autor/au-
cenas) y la reproducción, en un televisor, de un video con testi- toridad, las definiciones de actor y espectador se ven rearticula-
monios de enterradores e imágenes de cementerios, con el comen- das en nociones híbridas como interactor, según refiere el Festival
tario de un personaje/espectador. En el medio de ambos espacios, Tecnoescena (2008) realizado en Buenos Aires y en el que se lle—
un traductor al alemán, cuya mediación resulta, para el ámbito ar— varon a cabo no solo la muestra de espectáculos, sino también
gentino, un efecto de extrañamiento sobre la palabra pero, sobre espacios de reflexión en torno al tema, según puede leerse en el
todo, sobre las (im)posibilidades de representar la muerte. sitio web.
Todas estas propuestas pueden ser a su vez consideradas desde la Asimismo, varios ejemplos se configuran en torno a una noción
perspectiva de algunos conceptos que han venido a reformular depart—organicia'ad y part—humanidad que apunta en dos direccio-
la comprensión del hecho teatral contemporáneo al que se inte- nes: por un lado, hacia la pérdida de presencia y singularidad bu-
gra el fenómeno de la tecnoescena. mana en el aquí)! ahora de la experiencia teatral compartida. Se
La noción de intermedialidad designa los intercambios del arte tea— trata de una comunicación desrarporizada y la virtualidad de esta
tral con los lenguajes, tecnologías, medios y dispositivos de la comu— experiencia (por ejemplo, la ausencia de lo humano sustituido por
nicación y el entretenimiento. Sobre el modelo de la intertmualz'a'aa' su proyeccióri en una pantalla) un nuevo modo de percibir el es-
la perspectiva intermedial busca estudiar y/o experimentar las posi— pacio, el tiempo y la subjetividad. Por otro lado, el cuerpo huma—
no se vuelve un territorio de experimentación para transformarse << TECNOLOGÍA» Conjunto de habilidades que permiten modifi-
en un cuerpo prolongada, _pr0táim de la estética tybagy otras repre- car 0 adaptar el medio y satisfacer necesidades humanas operan—
sentaciones del ya tet'n0logizada. En ambos casos los fundamentos do mediante el uso de objetos o artefactos. Comparte etimología
del sujeto cartesiano moderno se ven cuestionados y superados con la palabra “técnica” pero en combinación con logar (hoyog,
por otros modos de definir la corporalidad y la subjetividad. “palabra, razón, número, discurso, tratado”). De allí que “tecno-
La definición misma de teatro, en tanto relación entre actores y
logía” incorpore explícitamente la idea delo razonado (incluso del
espectadores en un espacio físico y un tiempo real compartidos se “discurso sobre la técnica”) y por extensión, complejo. En ocasio-
ve modificada por la irrupción de las mediaciones tecnológicas y
nes, sin embargo, se utiliza la palabra “tecnologías" en plural, como
las nuevas prácticas espectaculares (desde los reality rhawr, hasta los
sinónimo de los mismos artefactos o dispositivos, lo que condu-
videojuegos y los juegos de rol) dentro y fuera de la escena teatral. ce a un sentido más restringido.
En el actual paisaje tecnológico el teatro se vuelve, sin embargo,
Es habitual sumar a la idea de tecnología la de lo contemporáneo,
una metáfora elocuente a la hora de reflexionar acerca de la rea—
aunque esto no tenga razón necesaria sino de uso. Asi enunciados
rralidad inherente a prácticas y discursos culturales: Computers a:
como “nuevas tecnologías” 0 “tecnologia de punta” se aplican tanto
tlyeatre de Brenda Laurel (1991), Hamlet en la halambierta. Elfit—
en sentido restringido a dispositivos tecnológicos específicos como
tura de la narrativa en el cibererpacio de ]. H. Murray (1999) 0
al conjunto de dispositivos (técnicas y tecnologías) que modelan
Virtual Theatrer. An Introduction de Gabriella Giannachi (2005), ,
el mundo contemporáneo. CK
son solo algunos ejemplos de esa reflexión. La noción de la rocie—
211
dad del espectáculo tal como la había propuesto Guy Debord en
1967 adquiere aqui no solo la forma del control y el disciplina- > TECNOLOGÍAS SOCIALES sr bi… todo alo largo del siglo xx las
miento del poder hegemónico, sino también algunas modalida-
prácticas artísticas han estado atravesadas por un complejo juego
des alternativas de poéticas/políticas tecnológicas, asi como nue—
de tensiones y reflexiones entre “mundo del arte” y “mundo de la
vos modos de configuración de la subjetividad y la sociabilidad.
vida”, ha sido sobre todo en las últimas dos décadas que se eviden—
Ya en los años sesenta los excesos de la tecnología llevaron a creado-
ció la creciente preocupación, sobre todo en las artes llamadas vi—
res teatrales como ]erzy Grotowski )] Peter Brook a proponer una
suales, por experimentar con formas de sociabilidad, proponer
vía regresiva o negativa del teatro que, en pos de la defensa de su pu—
modelos de vínculos —estables o fugaces—— y crear espacios de en-
reza, retomaba lo que consideraban sus orígenes: el trabajo del actor.
cuentro o situaciones dirigidas, tal como afirma Jacques Ranciére
Más allá de perspectivas tema_]9liras o ternzfábicar, las tecnologias no
en Sobrepolíticar estéticas, “a modificar nuestra mirada y nuestras
garantizan la experiencia estética del arte que continúa dependien- actitudes con respecto al entorno colectivo"… Estas situaciones se
do de su capacidad metafórica de aprehender el mundo. Resulta,
plantean, asimismo, como compensatorias, alternativas o, en los
sin embargo, que la actual experiencia del mundo se encuentra in—
casos donde la crítica está menos marcada, al menos coexistentes
disolublemente asociada alas mediaciones tecnológicas y, en este
respecto de las formas de reciprocidad y de relación con lo común
sentido, el teatro no puede desentenderse de ello; delas preguntas
que proponen los intercambios efímeros e impersonales dentro de
y respuestas que pueda formularse acerca de su propio tiempo his-
las grandes ciudades, los medios masivos de comunicación, las in—
tórico dependerá seguramente su valor estético y social. MFP
dustrias culturales e incluso la propia institución artística.
Desde la perspectiva de las relaciones entre arte y tecnología, este as— la práctica artística, incluso la obra, como un especifico artefacto
pecto delo que se llamó el "giro social” del arte puede ser abordado, sociotécnico que involucra por un determinados espacio-tiempo a
al menos en parte, como un reconocimiento —si bien con diferen— diferentes personas, y pone su foco de atención en la posibilidad de
tes actitudes: adhesión, conformidad, distancia reflexiva, tensión crear o recrear lazos entre ellas, o promover modos de participación
creativa 0 crítica, rechazo u oposición— que el campo artistico re- y colaboración novedosos para, como afirma Ranciére en el texto
aliza tanto de los dispositivos mismos como de las reflexiones te— citado, “reconñgurar material y simbólicamente el territorio común”.
óricas que, al menos desde los años sesenta del siglo XX, vienen La primera línea cuenta entre sus primeros antecedentes con la ex—
identiñcando la existencia de “tecnologias sociales”, entendidas perimentación del húngaro László Moholy-Nagy, quien en 1922,
en su doble acepción: en el sentido restringido de los artefactos preocupado por abrir procesos creativos a la incorporación de tec—
propiamente tecnológicos que promueven socialidad —los medios nología y a la valoración artística del diseño, realiza tres Elephane
de comunicación de alcance masivo, el correo tradicional o elec— pictures, obras “por teléfono”. Para ello, encargó a los empleados de
trónico, las redes sociales con base en Internet, los teléfonos fijos una fábrica de esmaltes un diseño cuyas instrucciones trasmitió te—
0 celulares y demás—. Y en el sentido más amplio, pero no nece— lefónicamente. Las piezas fueron exhibidas ese año en la galería Der
sariamente difuso, de los mecanismos institucionales que delimi— Sturm de Berlín, en una provocación a quienes sostenían la supe—
tan modalidades regulares, sistemáticas y previsibles de vínculos e _ rioridad radical de los procedimientos artísticos frente a los ¡ridqu
interacciones orientados por objetivos prácticos. Desde los gran- triales, y reivindicando el rol de la máquina y de los “ayudantes”.
des aparatos tecnosociales de vinculación obligatoria que organizan En relación con ese mismo medio, destaca la muestra/ln“ ¿y tele— 213
la vida social de una población (las instituciones jurídicas, políticas, phone (arte por teléfono) realizada en 1969 en el Museo de Arte
sanitarias, educativas. ..) hasta, en el terreno del arte, dispositivos Contemporáneo de Chicago. Consistía en que treinta y seis artis—
espaciales y simbólicos como los museos tradicionales, que pro- tas, entre ellos Sol LeWitt, George Brecht, Hans Haacke, Joseph
ponen una particular modalidad de relación a partir de establecer Kosuth y Claes Oldenburg, llamaran por teléfono al museo y die—
los lugares relativamente fijos de exhibición—expectación; el dis— ran instrucciones al rtaf sobre cómo seria su intervención. El des—
positivo comercial, con la triple relación merc/7and—artista—cliente afio estaba dado, desde ya, en hacer un uso creativo del teléfono;
en las galerías y ferias del mercado del arte, pasando por los no y en tal sentido la respuesta de los artistas fue algo tímida. La ma-
menos complejos mecanismos de promoción y difusión de los ar— yoria lo usó para dar instrucciones para la fabricación de objetos.
rutas, entre otros. Solo unos pocos se atrevieron a que la obra consistiera en una ex—
De allí que en este diálogo polifónico aparecen, en principio, dos periencia de comunicación real. Entre las excepciones sobresale la
grandes líneas de trabajo artístico: una es la que pone el acento en pieza de Robert Huot, quien propuso una obra en la que podian
los dispositivos tecnológicos —ya sea para explorar sus potencialida' participar los visitantes del museo: eligió veintiséis ciudades en los
des estéticas y creativas, para criticarlos, para desviar o alterar sus Estados Unidos cuyos nombres empezaban con una letra diferen-
usos habituales—, como el teléfono, la radio, la TV, las redes ciber— te, y eligió veintiséis varones llamados Arthur, uno en cada ciu—
ne'ticas, y también los artefactos de control social: dispositivos bio» dad… La inicial del apellido de Arthur debia coincidir con la letra
métricos para control de presencia o de acceso, cámaras de vigilan- inicial de la ciudad (Arthur Collins en California, por ejemplo).
cia, detectores o sensores de reconocimiento. La otra es la que piensa En el museo se presentó una lista los nombres y ciudades, y se in—
vitaba a los visitantes a llamar y preguntar a quien atendiera por Diez años más tarde, en 1963, el surcoreano Nam June Paik, in—
“Art”. El resultado fue la suma delas conversaciones entre “Art” y tegrante de Fluxus, utilizó televisores en su exposición Exposition
cada visitante. Huot aprovechó así la posibilidad que brindaba el owaic - Electronic 72leoiyian, en la galería Parnass de Wupperral,
aparato de actuar a distancia, en vivo, de manera relacional. La Alemania. Allí mostró trece televisores con sus imágenes distor—
pieza apuntaba, además, a crear, forzándolos, nuevos lazos entre sionadas a partir de la manipulación de los circuitos interiores de
personas, que será uno de los principales focos de atención de los los aparatos, lo que daba como resultado, a partir de la transmi—
artistas pocos años después. sión convencional, un conjunto de imágenes vibrantes e impulsos
Otro ejemplo conocido, esta vez referido a la radio, lo constitu- luminosos no figurativos. En el programa que se repartió durante
ye la performance Paisaje imaginario nº 4, de John Cage, presen— la muestra, el artista hablaba de esta pieza como un “arte de la nada”,
tada en mayo de 1951 en el teatro McMillin de la universidad de del vacío, donde el procedimiento principal es la indeterminación.
Columbia, Nueva York. En esta obra, los “instrumentos” eran Con ella, señaló Paik, nacía la televisión abstracta, lo cual conti-
una docena de aparatos de radios, veinticuatro intérpretes (dos nuaba el gesto vanguardista de indagación, a través de las poten—
por cada aparato: uno controlando la sintonía, el otro controlan- cialidades del medio, en el campo de la comunicación mediada
do timbre y amplitud) y un conductor. Entre los intérpretes es- por tecnologías. Durante toda la década siguiente, Paik profundi-
tuvieron Julian Beck y Judith Malina —creadores del Living za la investigación en torno al vínculo entre arte y tecnologías de
Theatre—, el compositor Lou Harrison y el poeta Harold Norse, la comunicación, en la que se incluyen sus proyectos de Satellite
mientras que el conductor era el propio Cage, quien con esta Art, en la que una obra podría ser ejecutada por intérpretes ubi- 215
pieza además de insistir en la creación “aleatoria” y colectiva, su- cados en diferentes partes del mundo; esa idea, que lo obsesionó
brayaba su intención de alejarse de sus propios gustos y “desper' por años, se concretó finalmente en la inauguración de la
sonalizar” la práctica artística: la radio, en efecto, no era un medio Documenta 6 de Kassel, en 1977, con una transmisión vía saté-
especialmente apreciado por él. lite de performances en directo realizadas en Europa y en los
Un año después, el 17 de mayo de 1952, el Movimiento Espacial, Estados Unidos: Nine Minutes Live. Y siete años más tarde, en el
fundado en en 1946 por Lucio Fontana e integrado, entre otros, año nuevo de 1984, logró la primera “instalación vía satélite”, lo
por Mario Deluigi, Gian Carozzi, Beniamino Joppolo y Roberto cual implicaba una acción no solo simultánea, sino también par—
Crippa, hizo un Manifiesto para la Televisión que fue leido en la ticipativa a distancia: se trataba de la pieza Good Morning Mr.
RAI de Milán con motivo de una transmisión experimental. En el, Orwell (1984), organizada entre el Centre Pompidou de Paris y la
los espacialistas celebraban las posibilidades de la televisión como cadena WNET—TV de Nueva York, en la que participaron unos cin-
fuente de creación para el arte —un arte "desvinculado de la mate— cuenta artistas, entre ellos Joseph Beuys, Laurie Anderson, Peter
ria”—. Dice el texto del manifiesto: “Es cierto que el arte es eterno, Gabriel, John Cage, Philip Glass, Yves Montand y Mauricio Kagel.
pero ha estado siempre ligado a la materia, mientras que nosotros La primera obra argentina que incluyó la imagen televisiva, tal como
queremos que se desvincule, y que a través del espacio pueda durar recuerda Rodrigo Alonso en “Hazañas y peripecias del video arte en
un milenio, aunque en la emisión de un minuto. [.. .] los espacia— Argentina”, fue La Menesunda (1965), de Marta Minujín y Rubén
listas nos sentimos los artistas de hoy, ya que las conquistas de la Santantonín, donde colaboraron diferentes artistas ligados al Instituto
técnica desde ahora están al servicio del arte que profesamos”. Di Tella electrónico, instalación, relacional, tecnologías sociales .
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La obra consistía en un recorrido a través de diferentes ambientes cero recibía información sobre los otros dos a través de la radio.
y situaciones, la última de las cuales implicaba tres televisores, uno El resultado era un ambiente inmersivo más complejo, que tem-
de ellos conectado en circuito cerrado, en los que se reproducía la pranamente intuia el papel de la encuesta como tecnología espe—
imagen del visitante. En 1966, Minujín realiza conjuntamente cifica para la formación y selección de poblaciones y ponía en juego
con Allan Kaprow yWolfVostell la experiencia Simultaneidad en una cierta noción de mutuo control o vigilancia social. Con todo,
simultaneidad lhappening, tecnoescena, videoarte , que según esta serie de piezas enfocaba todavía más el proceso creativo y el
Alonso puede ser considerada la primera obra de videoarte de nues— entorno medial, antes que las relaciones entre las personas.
tro país, y que buscaba introducir a un grupo de personas, algu— En paralelo a estas y otras exploraciones, entre 1966 y 1967, Roberto
nas convocadas de manera planificada, otras de manera casual, en Jacoby, Eduardo Costa, Raúl Escari, Juan Risuleo y Oscar Masotta,
un entorno medial inmersivo, una “simultanedidad envolvente”. desarrollaron una serie de experiencias relacionadas con procesos
La pieza consistía en que cada artista —la argentina en Buenos Aires, comunicacionales a las que denominaron arte de los medios. El ma—
Kaprow en los Estados Unidos y Vostell en Alemania— pensara un nifiesto de 1966 “Un arte de los medios de comunicación”, firma—
evento que los otros repetirían en sus países en forma simultánea do por Jacoby, Costa y Escari, señalaba el hecho de que en una so-
(por complicaciones técnicas, el de Minujín no pudo ser repro— ciedad de masas, el público ya no está en relación con las “obras”
ducido por Kaprow ni por Vostell). Minujín propuso una pieza (con las cosas en general), sino que se informa sobre ellas a través
en dos momentos: un día sesenta personalidades de los medios de de los medios. De allí que un arte que busque pensar este dilema
216 comunicación fueron invitados a asistir al auditorio del Di Tella, de manera radical no debería construir sus obras dentro de o para 217
donde fueron fotografiados, filmados y entrevistados. Once días más los medios, sino utilizar como material principal la doble lógica de
tarde, se los volvió a convocar; cuando llegaron, vieron que sus imá— desmaterialización y circulación propia de los mass media median-
genes eran proyectadas en las paredes del auditorio, sus entrevistas te la transmisión de hechos artísticos que nunca habían tenido lugar
se reproducían en altavoces, y la radio y la televisión emitían un pro- —apostando, a su vez, a que los medios masivos reproducirían esa
grama especial sobre la jornada previa. Al mismo tiempo, se reali— falsa información. Dice el Manifiesto: “De este modo se privilegia
zaban quinientas llamadas telefónicas y se enviaban cien telegramas el momento de la transmisión de la obra más que el de su constitu-
a espectadores que podían observar la grabación del evento trans— ción. La creación consiste en dejar librada su constitución a su tram—
mitida por televisión, con el mensaje “usted es un creador”. rnisián”. En julio de ese año, junto con el lanzamiento del texto, el
Al año siguiente, en la Expo 67 de Montreal, Canadá, Minujln grupo realizó el happening Participación Total 0, como fue deno-
vuelve sobre esta idea. Primero publicó una encuesta en un diario minado por la prensa, Happening para un jabalí difunto, que con-
local invitando a los lectores a completarla para participar en un sistió en un informe y fotografias de una novedosa experiencia ar-
acontecimiento artístico; una computadora identificó participan— tistica donde habrían participado, entre otros, Antonio Gasalla,
tes con rasgos afines y los organizó en tres grupos, que protagoni—
Antonio Gades, el propio Masotta, Minujín, Manuel Mujica Lainez
zaron la obra, titulada Circuit-Super Heterodyne digital . Esta yJuan José Sebreli. Diversos medios de comunicación publicaron
consistía en que un grupo recibía información sobre sus propios este acontecimiento, que en realidad no se había producido.
integrantes en televisores y pantallas, un segundo grupo recibía Sostienen los autores del manifiesto, “nos proponemos una (obra de
información sobre el primero a través de aparatos de TV, y el ter— arte) en la cual desaparezca el momento de la realización, ya que asi
se comentaria el hecho de que estas obras son, en realidad, pretex— Ahora bien, ya entrando en la segunda acepción, existen prácticas
to para poner en marcha el medio de comunicación. Desde el punto artísticas que constituyen, ellas mismas, modalidades experimen—
de vista del espectador son posibles, para este tipo de obras, dos tales de “tecnologias sociales”, prácticas cuyos ejes formal y temá—
lecturas: por un lado, la del espectador que confía en el medio y tico giran en torno de las relaciones sociales que se entablan en y
cree en lo que ve; por otro, la del espectador avisado que está al a través de la obra. Donde el núcleo de la obra consiste en una
tanto de la inexistencia de la obra que se noticia. Se abre así la po- cierta relación social, en la que se busca, además de la “participa-
sibilidad de un nuevo género: el arte de los ”mass media, donde lo ción” o “intervención” del espectador, alguna forma de mutua
que importa no es fundamentalmente (lo que se dice, sino temati— afección entre artista y participantes. En las últimas décadas, se
zar la; media: como medios. Este informe prepara, además, a los des- han desarrollado diferentes expresiones en ese sentido: desde el
tinatarios de la segunda lectura, (avisa' a algunos lectores y consti— arte relacional, tal como lo bautizó el crítico y curador Nicolas
tuye la primera parte de la obra que anunciamos”. También aquí, Bourriaud en su texto-manifiesto Estética relacional, publicado en
si bien de otro modo, la atención sobre la tecnología y la crítica a francés en 1998, hasta lo que Claire Bishop, en su reciente libro
los medios apuntaban sobre todo al proceso de producción de la Artificial Hells… Particíp4twy arts andpoliticr ofmertators/7íp, llama
obra, antes que a la relación entre las personas que la obra podía “performance delegada”, donde los artistas dejan de llevar a cabo
crear. En este sentido, como señala la frase final del manifiesto, el sus propias performances y contrataran en su lugar a no profesio-
vinculo propuesto entre artistas y espectadores es de tipo didáctico, nales o a especialistas, remunerados o no. Antecedente muy tem—
de concientización, o un intercambio de guiños entre “avisados”. prano de este tipo de obra ha sido en la Argentina La familia obre- 219
Por último, siempre en esta primera linea, cabe mencionar el gé— ra, de Oscar Bony, presentada en el Di Tella en el marco de la
nero arte correo, que tuvo entre sus pioneros a los argentinos muestra colectiva Experiencia; 1968. La pieza consistía en la mos-
Edgardo Vigo y Liliana Porter. El arte correo o arte postal —mzzíl tración en vivo de una familia verdadera de Valentín Alsina, pro—
art, en inglés— se desarrolla desde la década de los sesenta hasta vincia de Buenos Aires: Luis Rodríguez, su mujer, Elena Quiroga,
nuestros días, y designa un tipo de práctica artística que consis- y el hijo de ambos, Máximo. Los tres sentados sobre una tarima,
te en enviar a destinatarios conocidos o desconocidos distintas y con un cartel que mencionaba: “Luis Ricardo Rodriguez, ma—
producciones —dibujos, mensajes, poemas, objetos, fotografias— tricero, percibe el doble de lo que gana en su oficio por permane-
utilizando el sistema postal oficial (actualmente, también el correo cer en exhibición con su mujer y su hijo durante la muestra”. La
electrónico). Se vale de manera disruptiva de ese canal tradicional obra fue muy cuestionada en su momento, tanto desde la pets-
buscando comunicar de persona a persona, con el múltiple ob- pectiva de los ideales que transmitía (algunos la leyeron como un
jeto de crear vínculos que puedan sortear la distancia (lo Cual pre, ataque a la moral del trabajo y la familia) como desde la perspec-
tende evitar el parroquianisino), proponer un vínculo interper- tiva critica de la explotación (hubo, incluso entre los artistas par—
sonal horizontal y eventualmente reversible (en oposición a la que ticipantes de la muestra, quienes vieron en ella una humillación a
se vivencia como la “falsa comunicación” jerárquica y monológi' la familia contratada). Años más tarde, el propio Bony declaró que
ca de los medios masivos), asi como cuestionar los circuitos ins- “la obra estaba fundada sobre la ética y yo asumí el papel de tor-
titucionales de las galerías y museos, en un gesto anti—comercial turador”. Cabe tener en cuenta, de paso, que esta toma de con—
y anti—consumista. ciencia de los artistas acerca de su relación con los “actores” o “per—
milares por Oscar lN1asotta en el…
formers”, había sido ya problematizada en términos bastante si—
Para inducir al espí—
ritu de la imagen, de noviembre de 1966, en el que Masotta ex-
puso frenre al público a cuarenta hombres y mujeres mayores,
pobremente vestidos, iluminados por fuertes reflectores y bajo la
nacional del arte. Más que la simple catalogación de oficios en extin-
ción, la serie propone una serie de valores e intereses: la experiencia
vivida del traspaso de información generacional; el esfuerzo que de—
manda el intento de incorporar un saber por el cual se tiene un in—
tere's genuino; la revalorización de saberes cotidianos, en su mayoría,
incidencia de un sonido electrónico continuo, a quienes les pagó saberes femeninos (cocina, crochet, tejido); y el tipo de relación que
como extras teatrales. Poco antes del inicio de la obra, Masotta ex— se establece entre las personas. No solo el vínculo entre artista—apren—
plicó a los asistentes que las personas habían sido contratadas por diz y maestro —aunque aquí ese es el centro de la experiencia vincu—
cuatrocientos pesos —aunque luego el les pagó seiscientos— para que lar—, sino también con los “espectadores”, partícipes o convidados.
se dejaran observar. Dicho esto, prendió los reflectores y encendió Las relaciones construidas por el artista sobre la base de esta preo—
el sonido. Su happening, afirmó Masotta, constituía “un acto de cupación admiten ser pensadas como relaciones diferentes de las
sadismo social explicitado“. que proponen en sus manuales de uso, y en sus promociones pu—
Lo central en estas nuevas prácticas es la concepción de la pieza blicitarias, las tecnologías sociales mmsmzdiáticar nacidas en los úl—
como un proceso en el que intervienen diferentes personas que, lo timos años; si éstas se proponen como relaciones instantáneas, a dis—
sepan conscientemente o no, ingresan durante un lapso en una tancia, desterritorializadas, aparentemente sin jerarquías ni
nueva forma de relación social, vincular; suerte de conversación autoridades y soportadas por tecnologías high tech, las relaciones que
donde la improvisación y la contingencia tienen un lugar destaca- propone Baggio en estos Procesos son duraderas —al menos, duran 221
do, a la vez que conviven con la elaboración planificada y centra— lo necesario para que el aprendizaje se realice—, en presencia, con
lizada. En ellas, tal como afirma Reinaldo Laddaga en Estética de arraigo local, no necesariamente útiles pero si ancladas a la realiza—
laboratorio, se ponen en juego formas de autoría compleja, donde ción de una tarea; asimétricas —en la medida en que alguien, conla
participan el autor y, en general, no artistas, aunque los procesos autoridad de su saber, le transmite algo a otra persona, que recono-
se abren y se cierran por iniciativa y bajo la coordinación del o los ce esa autoridad e incluso paga para recibir ese conocimiento— y re-
artistas. No se trata de colaboraciones espontáneas, sino que los ar- alizadas sobre la base de tecnologías law tec/a, artesanales e incluso
tistas disponen estructuras, formaciones de lenguaje, imágenes, ac— anacrónicas, Y también son relaciones diferentes de las que propo—
ciones, sonidos, pero permiten que otros puedan montar sobre ellas ne tradicionalmente la institución-arte; tanto en relación con el tipo
sus propias producciones. La pieza es, entonces, por un tiempo, el de vínculos que se establece entre artista y participante-espectador
núcleo de una acción colectiva y una forma de asociación. (en las performances de Baggio el saber se ubica del lado del artesa—
En la Argentina, un ejemplo relevante lo constituyen las performan- no-maestro que le enseña al artista); como en las posiciones dentro
ces Procesos de aprendizaje, de Gabriel Baggio, donde este artista del mercado del arte, donde el artista debe producir obras vendibles
solicita a alguna persona, generalmente mayor, alejada del ámbito ar— para potenciales clientes, mientras que los Procesos de aprendizaje
tístico, que le enseñe un oficio: el tejido en crochet, un plato de cof son ejemplos de obras invendibles, y en sentido estricto, ni siquie—
eina, la fabricación de una olla de cobre; todos ellos modos de hacer ra “registrablcs”, aunque se las filme, o se las fotografíe.
en los que Baggio intuye un potencial de resistencia vital frente a la Otros ejemplos de esta clase de piezas son varios de los proyectos que
homogeneización cultural y la “deslocalización” del mercado inter— impulsó el argentino Roberto ]acoby'bajo la denominación de “tec—
nologías de la amistad”, como la experiencia Chacra 99, que trans— social: “el arte de conectar a la gente, de tejer redes, de cruzar fron-
currió en el verano de 1998-1999, o el Proyecto Venus, iniciado en teras simbólicas, de multiplicar las oportunidades de encuentros
1999y finalizado en 2006, en los que, según explica el propio ]acoby fértiles”, según se afirma en el propio sitio web. A diferencia de
en su libro El deseo nace del derrumbe, editado por Ana Longoni, se otras comunidades y proyectos puramente digitales, PV promo-
impulsa “la formación de redes donde el medio, el emisor y el recep- vía situaciones de encuentros cara a cara: fiestas, espectáculos, ex-
tor se configuran en un mismo proceso”. Chacra 99 consistió en un hibiciones, con el objeto de potenciar los cruces. Por su parte, en
ensayo de convivencia de artistas de diversas disciplinas en una ana una intervención realizada en 2002, ]acoby escribió que con PV
de las afueras de Buenos Aires, “una isla utópica, llena de todos los tenía en mente experimentar con tres cuestiones: “las redes: es
instrumentos de producción artística imaginables”, relata ]acoby en decir, con las infinitas posibilidades que hay en nuestros cuerpos
aquel mismo libro. Autodenominado “laboratorio tecno bucólico de y sus conexiones. (. . .) las tecnologías digitales, que refieren, por
experiencias multi—sensoriales”, participaron durante ese verano más una parte, a eso de que “el arte será hecho por todos,, debido a la
de cuarenta artistas —entre ellos Alejandro Ros, Carlos Moreira, Pablo accesibilidad bastante extendida a mecanismos de producción in—
Pérez, Cristina Schiavi, Fernanda Laguna, Leo García—, quienes se dependiente; y por otra parte, a las formas de conexión, comuni—
instalaron en la chacra para producir con otros por distintos perío— cación y cooperación en red. (. ..) y las nuevas formas de vida so—
dos. Entre esas producciones, está el diario que escribieron en cola— cial, que es a mi modo de ver el punto más complicado. (…) En
boración jacoby y el poeta Pablo Pérez, en el que se lee: “Queremos este sentido Proyecto Venus es un laboratorio no solamente de arte
222 producir en redes, como un sujeto más vasto, múltiple. Son las redes y tecnología, sino, sobre todo, de relaciones entre personas”. 223
virtuales las que están generando nuevas articulaciones de saberes y Es claro que estos proyectos están en un límite delicado: pueden
deseos, así como de intercambios de saberes y deseos. Se arman mi- ser vistos como obras o —como prefirió el propio ]acoby en la en-
crogrupos de intercambio y supervivencia que tienen reglas propias trevista pública realizada durante el seminario Ludión—Paragraphe
para disfrutar de la vida, hay nuevas morales en curso. (. ..). realizado en 2011 en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la UBA—
Entendiendo producción por lo que tiene que ver con la producción como construcciones deliberadas de espacios 0 ambientes propi-
simbólica y sobre todo con la producción de la producción simbó- cios para crear las condiciones de posibilidad de las obras. Esto es:
lica que es el negocio del futuro… Por eso también las universidades aquí, la creación de “obras de arte” deja lugar a la creación de “cli-
se convierten en negocios de la bolsa. Y más aún la producción de la mas”, “ambientes“, “medios”, “entornos” para propiciar que los par-
producción de la producción simbólica. Pero allí no vamos a ir pues ticipantes puedan reunirse, conocerse y crear juntos. Lo que los di—
son demasiadas jugadas del ajedrez de la especulación. Pero queda ferencia de otros espacios similares (workshops, clínicas, laboratorios,
naturalmente para el ejercicio del lector comprender de qué se trata”. residencias) es que no se inscriben en rutinas institucionales, no se
El Proyecto Venus, por su parte, consistió en una red que llegó a presentan a si mismas como formas de “enriquecer el curriculum”
reunir a más de quinientas personas, en la que se intercambiaban —aunque es innegable que muchos de los participantes sepan que,
bienes, servicios, habilidades y conocimiento en una moneda pro— en el mediano plazo, eso puede ocurrir—, no hay convocatorias ofi—
pia: el Venar, que era a la vez medio de intercambio y símbolo de ciales ni premios ni una eficacia o una productividad relativamen-
pertenencia. En este sentido, el proyecto constituía un proto-expe— te controladas. Y que tienen menos la forma del trabajo, la disci—
rimento económico-lúdico y, también, un modelo de tecnología plina, el encuentro entre los “mejores alumnos” de una generación,
que la de la fiesta, la reunión de amigos y, en última instancia, el límites, la tecnopoesi'a adquiere cierto grado de especificidad en
encuentro interesado y a la vez no necesariamente disponible de función de una experimentación con/ del lenguaje poético verbal
los que 5aben “dónde ha ue estar”. FC que podria estar ausente —aunque muchas veces no lo esté— en
otras zonas de las tecnopoe'ticas visuales o sonoras. ,

Al interior de la tecnopoesía el subgénero poesia digital, además, tiene


TECNÚPÚESÍA Cuando una confluencia asumida entre poesía y también su propia especificidad, basada en una experimentación con
V

tecnología se hace manifiesta, nos encontramos en el terreno de formas en general no narrativas que hasta cierto punto la separan de
la tecnopoesia. El término se ubica bajo el anhelo de lo abarcador, otros tipos de literatura electrónica o ciberliteratura como son la
ya que no apunta a un estado de la tecnología en particular sino narrativa hipertextual y el ciberdrama. En tal caso, se trataría de po—
a señalar una relación estrecha y estéticamente productiva entre la esia programada informáticarnente que por sus recursos habilita ser
poesía y los medios técnicos que le dan su materialidad específi— leída desde la tradición poética. De todas formas, en un campo tan
ca, así como al diálogo que la poesia establece con el entramado inestable como el de la tecnopoesía, el abordaje acerca de termino—
tecnológico del que surge. A su vez, esta relación es tomada como logias más o menos apropiadas y límites entre géneros resulta algo
objeto de experimentación, con lo cual la tecnopoesía podría lla- necesario pero también casi absurdo porque el propio desarrollo
marse también poesia experimental tecnológica. tecnológico con su lógica de la novedad desbarranca con nueva evi-
Como referencia dentro del campo, el término tecno-poesía fue dencia los intentos de limitar nombres y conceptos.
224 utilizado en 2002 porla poeta, Videasta y artista de nuevos medios En sus múltiples ramas y manifestaciones, provisoriamente enton- 225
italiana Caterina Davinio en su libro 7Íemo—Pom'a e rea/tá virtua- ces, la tecnopoesía incluye entre otros casos: tecnopoesía concreta,
/i. El interés de una denominación tan abarcadora radica en la po— visual, sonora, objetual, postal [arte correo semiótica y performá—
sibilidad de considerar obras que no forman parte del mundo de tica; videopoesí ; holopoesi ; poesía electrónica y/o digital (que


la poesía digital, que seria el campo más evidente cuando se pien- a su vez incluye diversos subgéneros).
sa en la relación poesía/tecnología en el presente. Así por ejemplo, La existencia de estas variedades muestra que la tecnopoesía expe—
la videopoesía que durante un par de décadas, antes de la “revo— rimental es poesía con una fuerte vocación intermedial y/o
lución digital”, ha tenido un importante desarrollo ligada al campo medial que la lleva a fusionar en distintos grados imagen, palabra,
del videoarte analógico. O la tecnopoesía que ha experimentado, sonido, cuerpo y movimiento y que, justamente por eso, encuen-
o lo hace incluso hoy, con medios técnicos como la radio o la má— tra en la disponibilidad tecnológica contemporánea, que permite
quina de escribir. con mayor facilidad hacer maleables esos “materiales”, un terreno
En la pre/9írtaria de la tecnópoesía contemporánea, desde fines del de exploración. Su genealogía puede hallarse en varias zonas lite—
siglo XIX en adelante, los límites entre los distintos lenguajes ar— rarias cruzadas que desde el ya mencionado Mallarmé, el futuris—
tísticos tienden a ser disueltos: “Una tirada de dados” de Mallarme', mo, dada, y Apollinaire —para limitamos solo a la literatura mo-
texto donde la poesía —en diálogo con el artefacto urbano de car— derna occidental—, se asocian a todo impulso excéntrico respecto
teles y periódicos— va hacia la imagen gráfica y hace explotar su de la materialidad del libro y de sus hábitos de lectura. A su vez, se
espacialidad hasta aquel momento más habitual, es tomado como dan en esa genealogía como mínimo dos grandes líneas de trabajo
texto inicial en ese sentido. Pero más allá de esta difuminación de que en ocasiones también se mezclan: la matemático—constructi-
vista —en la línea que va por ejemplo del caligrama a la poesía con- dibujo y la velocidad de la ciudad artefacto en el primer Oswald
creta y OULIPO— y la “de-constructivista” o “desviacional” —de dada de Andrade 0 en Oliverio Girondo; y el grafismo hitutista del uru—
a Fluxus, por ejemplo—. Los Poemas matemáticos que el platen— guayo Alfredo Mario Ferreiro en su libro El lmm¿re que re comió
se Edgardo Antonio Vigo publicaba en su revista Diagonal Cera un autobús. Poema; ran olor a naflºn, entre otros casos. De lado de
hacia 1966 —algunos de los cuales aparecen en forma de “libro” la poesía experimental de mediados del siglo XX: la poesía con-
(Vigo siempre editaba sus textos como compilados de hojas suel- creta; la poesía visual y su vinculación con el arte correo; el movi-
tas intercambiables) como Poemas matemáticos barrocos en 1967 miento por el poema/proceso —poesía de participación donde es
en Paris— resultan una interesante confluencia de ambas vertien- el “lector” quien arma el poema a partir de las “instrucciones” del
tes, aunque más corrida hacia lo desviacional que hacia lo cons— poeta— que integra un diálogo Brasil— Uruguay—Argentina; o los ar-
tructivo. Si bien la materia de estos poemas es la representación tefactos del chileno Nicanor Parra, también entre otros ejemplos.
gráfica de números, letras y figuras geométricas, estos entran en En todos esos casos, la tecnologización de la palabra y del proceso
relaciones aleatorias o inesperadas. Llamarlos “barrocos”, por otra creativo se dio en forma variable pero asumida: desde la produc—
parte, sugiere tanto una cita intertextual como una ironía: el rigor ción artesanal de las propuestas del poema/ proceso movilizado en
matemático compositivo que presentaron las composiciones ba— Brasil por los poetas posconcretos Wademir Dias-Pino, Alvaro de
rrocas caligramáticas o incluso los llamados “laberintos” —del tipo Sal y Neide Dias de Sá, 0 del poema para y/o realizar de Vigo en
de las representaciones visuales del teólogo, filósofo y matemáti— los sesenta y setenta, hasta la deriva networking que Neide Dias de
co español Juan Caramuel Lebkowitz en el siglo XVII— se presen— Sá le dio en los años noventa y dos mil. Tal genealogía esta' soste- 227
ta en estos poemas a partir de una ausencia y de un exceso. nida por la idea de una literatura en tanto “máquina” que produ—
Vigo, por cierto, Rie un referente insoslayable de la escena de la po— ce lenguajes, en el sentido no solo de literatura que produce “obras
esía experimental en la Argentina. Además de haber sido el prin- que funcionan como máquinas” sino máquinas/lenguajes para la
cipal animador de revistas como Diagonal Cero o Hexágana, tam- producción de otras obras. El énfasis, por supuesto, como en los
bién lo fue de la Expo Internacional de Navírima Paería 69, en el conceptualismos instalados antes y después, está puesto menos en
Instituto Di Tella de Buenos Aires y en el Museo Provincial de las obras producidas, y más en los procesos de producción.
Bellas Artes de La Plata; el desarrollo del arte correo en la Argentina, La aspiración, como sostuvo en una entrevista Neide de Sá, es la
por su parte —al que el prefería llamar “comunicación a distancia”— de inaugurar procesos informacionales. Vigo, por su parte, soste-
lo tiene como figura central, nía en su libro Del poema proceso a la poesía para y/o ¿: realizar
La historia de la tecnopoesía de América Latina quizá está aún (1969/1970) que si se pensaba en un arte seriado, tecnológica-
por escribirse: incluiría sin duda algunos momentos densos entre mente realizable, de fácil reproducción y con “anexiones técnicas”,
los que se cuentan al menos parte de las vanguardias latinoame- el término “programador” podía suplir al de “artista”.
ricanas de comienzos del siglo XX, la poesía experimental de me- No se trata entonces de una noción de tecnopoesía en relación
diados del mismo siglo y, de allí en adelante, la videopoesía y la con la tematización del fenómeno técnico, sino de cierto énfasis
poesía digital: del lado de las vanguardias, algunos ejemplos serí— en la experimentación y deslimitación de los lenguajes por impul-
an los poemas visuales y los poemas radioge'nicos de los estriden— so técnico, esto es, por acople de “nuevos" medios. Así la radio es
tistas mexicanos; la espacialización gráfica, la incorporación del un claro ejemplo en los llamados poemas radiogéniear y no radio—
fónicos —al decir del crítico mexicano Rubén Gallo— (poemas de la gestión. de Fernando Garcia Delgado, la Barraca Vorticista en
radio, acoplados al sonido de la sintonización de la radio de aquel gran medida reúne artistas y poetas visuales y artecorrefstas como
tiempo, y no solo para ser leídos en la radio) de la vanguardia es— Signo distintivo. El espacio abrió sus puertas en 1998 y desde
tridentista mexicana de los años veinte; pero también lo son las 2005 funciona en el barrio de Montserrat en Buenos Aires. Desde
nuevas formas de impresión gráfica que llevan a experimentacio- allí se han organizado varias ediciones de los Encuentros
nes asociadas al cartel y al periódico —y de vuelta al libro— y el pa- Internacionales de Poesía Visual, Sanoray Experimental. Asimismo
saje de la máquina de escribir como productora de grafismos a los el Archivo Vórtice curado por García Delgado funciona on line
procesadores de texto y programas informáticos de dibujo y, más desde 1998.
adelante en el tiempo, de animación en la poesía visual; o el gra— En años recientes, comienzan a hacerse visibles algunos poetas
bador, la cámara fotográfica y el video en la videopoesía. que, más asociados a la literatura y no tanto a las artes plásticas,
En la Argentina, desde los encuentros convocados por el grupo aportan nuevas opciones a esta genealogía de poesía experimen—
Paralengua, la ohtra poesía entre 1989 y 1997, la videopoesía ha te— tal y que, en parte, dialogan con su carácter de tecnopoesía: así
nido un lugar de anclaje y visibilización. El grupo Paralengua, cre— la colección de libros-objeto Spiral ]etty en la que se publicaron
ado por Roberto Cignoni, Carlos Estévez (ambos reconocidos en libros como Red Social (2011) de Ana Laura Caruso y Mucho
el ámbito de la poesía fónica) y Fabio Doctorovich (al comienzo, trabajo (201l) de Pablo Katchadjian, que presuponen un proce—
del lado de la poesía visual, la videopoesla y la poesía digital y luego so compositiva dependiente de la Cibercultura digital, spam de
cercano también a una poesía]proceso performática), reunió en sus g=rtd; así también las recopilaciones periodístico-paranoicas he-
chas
228 229
eventos a poetas como Jorge Perednik, el editor de la revista XUL, poemas visuales y textos—collages de diverso tipo de libros re-
Emeterio Cerro, Lilian Escobar, Alonso Barros Peña, Ricardo Rojas cientes de Ezequiel Alemian como El libro blanco de la revista
Ayrala, javier Robledo, entre muchos otros artistas involucrados. Time (2010) o El Talibán (2008).
Los encuentros de Paralengua combinaban videopoesía, poesia per— Si se desplaza el eje hacia el carácter sonoro y performa'tico, se re—
formática, visual, iónica, electroacústica, multimedia y digital. vela en la escena de la tecnopoesía experimental, un conjunto de
Si se siguen afirmaciones de jorge Peredenik, podriamos decir que prácticas que privilegian la conexión tecnologia7sonido/cuerpo, y
un dato particularmente interesante de este grupo en relación con que se han vuelto relativamente frecuentes desde los años sesenta
la construcción de la escena de la poesía experimental es que se trató del siglo XX en adelante, en la estela de las experimentaciones de
en lo básico de un grupo de escritores, mientras que generalmente la poesía fónica y el ºdism_o que tienen sus primeras manifesta—
en la Argentina, los cultores de este tipo de poesía experimental que ciones en dada y el futurismo. En la tradición española e italiana
trabaja en el cruce entre palabra, imagen, sonido y cuerpo, estu- este tipo de experimentaciones han llevado el nombre de polipoe—
vieron más bien vinculados al campo de las artes plásticas. Perednik sia. En la Argentina, algunos poetas/ performers se han hecho bas-
cita en relación con ello a Xul Solar, Carmelo Arden Quin, Edgardo tante visibles en esa zona. Los ya mencionados Cignoni y Estévez,
Antonio Vigo, León Ferrari y Mirtha Dermisache concreto . Ya por ejemplo, continuaron presentando sus performances en gene—
desde fines de los años noventa en adelante con el impulso de la ral en circuitos bastante reducidos y casi con el solo recurso de su
Barraca Vorticista —en continuidad con la producción de Vigo—, voz trabajada como instrumento “artificial”. En la actualidad, las
la adscripción alas artes visuales vuelve a ser preponderante. Bajo posibilidades de difusión que brinda la web podrían significar una
relativa mayor difusión de su práctica. Así, el poema fónico Mensaje En general se sostiene que el primer poema digital fue realizado
a la humanidad de Cignoni en una cuidada edición cercana a la vi- en 1959 por Theo Lutz, quien publicó en la revista Angenálío/e di—
deopoesía puede encontrarse en Experimenta TV, sección de la re- rigida por el filósofo y semiólogo Max Bense, un ensayo titulado
vista Experimenta. Ya en los ochenta el poeta, performer y drama- “Textos estoca'sticos” (aleatorios, probabilisticos) en el que presen—
turgo Emeterio Cerro registró en cassettes de audio y video (también taba la realización de textos generados por una computadora Zuse
accesibles ahora a través de la web) fragmentos de algunas de sus 222 a partir de una base de datos en la que Lutz había ingresado
obras, con interpretaciones propias o de los actores a quienes diri- dieciséis temas y dieciséis titulos extraídos de El castillo de Franz
gía, y en los que se puede apreciar el énfasis en un trabajo artificial Kafka. Aunque ya existían desde al menos 1952 experiencias con
sobre la voz. Otro caso de relevancia es el de javier Sobrino, quien generadores combinatorios de textos, en el caso de Lutz la propues—
desde comienzos de los años noventa desarrolla un cruce entre la ta de crear poesía a través de ese método era ya evidente. La poe—
performance, la investigación en “lenguas” (como quien dice “ha— sía producida por generadores artificiales tuvo luego una larga des—
blar en lenguas”), y la interacción con objetos e instalaciones, cendencia y se convirtió en uno de los subgéneros más conocidos
De ese modo, es fácil percibir cómo en general la poesía fónica, so— de la poesia digital. Algunas clasificaciones de tales subgéneros in—
nora, performática, se ha encontrado ensamblada con diversas va- cluyen: generadores de texto, poesia digital visual y animada; po—
riantes de las tecnopoéticas, asociándose casi “naturalmente” tanto esía hipertextual e hipermedial y la net.poesía interactiva, A los
con los distintos desarrollos históricos de registro tecnológico de la que se pueden agregar como subgéneros vecinos la poesía M»
230 voz, y experimentando con ellos, como con los registros de la pues— la poesía de código —en la que se componen textos utilizando ya 231
ta en escena de la performance. Y dando un paso más allá todavía: sea una mixtura entre lengua natural y lenguaje de programación
también es bastante habitual que el performer actúe sobre un fondo o exclusivamente lenguajes de programación como la poesía Perl
en el que se proyectan videos, poesia digital, etcétera. (lenguaje de programación diseñado en 1987 por Larry Wall)— y
Videopoesía y poesía digital son, de hecho, los géneros de tecnopo- la poesía ascii (acrónimo de American Standard Code for
esía experimental que tienen quizá mayor presencia en la cibercul- Information Interchange, estándar que contiene las letras del al—
tura contemporánea, debido muy probablemente a su capacidad de fabeto latino, los números y otros símbolos, y que sirve para in-
circular por la Web no solo como registros testimoniales. La poesía tercambiar información entre computadoras), un tipo de poesía
digital, en particular, que circuló anteriormente en diskettes o CD— visual digital que habitualmente produce imágenes utilizando ex-
ROM y que en lo básico se consolidó como práctica con caracterís» clusivamente caracteres ascii. De allí que en referencia a las artes
ticas más o menos reconocibles entre mediados de los ochenta y visuales se conozca también como arte ascii.
principios de los noventa, obtuvo con la apertura de Internet co- Ya a comienzos de los años setenta, en Brasil, existieron experi-
mercial en 1995 una difusión ampliada. En el caso de la net.pof mentaciones de poesía visual a partir de gráficos surgidos de la
esla hipertextual e interactiva la Web misma se convierte en as— utilización de lenguajes de programación: la serie de diez poemas
pecto compositivo imprescindible. Aun así, quizá como pasa con visuales que Erthos Albino de Souza compuso en 1972, “Le tom—
toda poesia desde hace ya bastante tiempo, no se trata de una,prác- beau de Mallarmé”, es asi un ejemplo paradigmático. La noción
tica artística de consumo masivo. Ni siquiera consigue la popula- misma de “código” habia sido central en las poéticas concretas y
rización de su nombre. posconcretas brasileñas desde la poesia semiótica de Décio
Pignatari, Luis Angelo Pinto y Ronaldo Azeredo en la que se pre- activa como en Abyssmo (1997) o 9MENEM9 (1998) en la que
sentaba una serie de signos geométricos que llevaban adjunto un el “espectautor” debe cliquear en las distintas palabras o signos ge-
“cuadroºd€ referencias" donde a cada signo le correspondía un sig— ométricos que componían palabras o imágenes figurativas de modo
nificado, al poema visual Código (1973) de Augusto de Campos, que el poema fuera mutando en diversas opciones. Más reciente—
en el que al interior de una espiral de líneas geométricas nítidas se mente Doctorovich ha trabajado en una reelaboración de la poe-
“encriptan” las letras C, D, I, G, 0. sía semiótica en clave performática a partir de la “Poesía para y/o a
Pero con anterioridad, en la Argentina, la primera experimenta- realizar” de Vigo y, más tarde, en el terreno de la invención de len-
ción en torno de un imaginario de poesía digital fue la serie de po- guajes desde su propuesta de Química Léxica, elaboración de una
emas que Omar Gancedo publicó en el número 20 de la revista Tabla Periódica Visual que clasifica los caracteres del alfabeto a
Diagonal Cero en 1966 bajo el título IBM. Se trata de poemas vi— partir de sus propiedades visuales e incita a la escritura de poemas
suales que reproducen tarjetas perforadas a las que se les ha so- con un alfabeto expandido gracias al “descubrimiento” de nuevos
breimpuesto una línea de poema verbal producto —según la des— caracteres que cubran los casilleros faltantes.
cripción que da el autor— de un procedimiento aleatorio de Ladislao Pablo Gyóri, ingeniero electrónico y colaborador por va—
perforación e interpretación automática de las tarjetas, utilizando rios años de Gyula Kosice, también es un “histórico” de la poesía
una perforadora modelo 534, Tarjetas iBM y una Card intérprete. digital argentina. Los inicios de su producción poética datan de
Si bien el poema visible, la tarjeta perforada con el texto sobreim- 1986 cuando modeliza en 3D imágenes basadas en un fotomon-
232 preso, no es electrónico, de acuerdo a la descripción algo alucina- taje de Grete Stern y lo acompaña con la lectura de un poema 233
da del poeta, no podría haber sido creado sin el recurso de la com- n1_a_dí de Kosice grabado con un sintetizador de voz multimedia .
putadora. Si se comparan los textos sobreimpresos en las tarjetas Su libro Ertiajer (1988), publicado en 1994, tiene una portada que
con la codificación que se utilizaba para esas perforadoras se en— reproduce “planos color en cuatro transformaciones por compu—
cuentra que, en efecto, las perforaciones coinciden con el texto tadora de relieves—madí”. Se trata de un libro de poemas “conven-
“traducido” a la lengua natural. Se trataría así de un primer caso cionales” pero al que el autor ha dado un tratamiento de análisis
de generador de texto en la Argentina. estadístico de unidades lingí'iísticas a partir de programas infor—
Es sin embargo recién a mediados de la década de los noventa cuan— máticos para alcanzar altas densidades de improbabilidad lingiiís—
do aparecen en forma más consiste en nuestro medio experimen- tica en las que se asienta, según explica en el ensayo final del libro,
raciones de poesía digital. En las historias internacionales del gé» la ñinción poética. Su proyecto de Poesía Virtual, elaborado a me—
nero, solo dos nombres se consignan recurrentemente: Fabio diados de la década del noventa, continuó con la idea de una ge-
Doctorovich y Ladislao Pablo Gy6ri. La trayectoria del primero re- neración poética a partir del análisis, composición y descomposi—
sulta significativa en relación con la deriva de la tecnopoesía con— ción de unidades léxicas, pero avanzó un paso más en la tarea del
temporánea: de un primer libro de poemas, POL!V%?0 (1988), que tratamiento informático del lenguaje poético a través de la utili-
fluctúan entre la espacialización de la palabra yla poesía tipográfi— zación de CAD y animaciones 3D en entornos de realidad virtual.
ca al libro bilingíie español/inglés Brihonage cartooniano (1994), De su manifiesto “Criterios para una poesía virtual” (1995), y sus
poesía visual diseñada con Corel Draw; de allí a su primer poema textos “Hacia el dominio digital” (1995) y “Algunos comentarios
multimedia, Rotaciones (1994), y luego a la poesía digital inter- sobre el dominio virtual” (1996) se desprende que cascos, guau-—
tes y trajes de RV serían en un futuro más o menos cercano herra— mentales —analizadot de endecasílabos y alejandrinos— y modelos
mientas propicias para la interacción de un “lector” que inmerso poéticos —cibersonetos, modelos combinatorios, lluvia sinfónica,
en el dominio virtual podría crear poemas tridimensionales. La entre otros. En el Manifiesto fractal (2002) señala: “En Fractales
idea es la de exceder incluso las nociones de hipertexto e hiperme— proponemos un poema generativo, interactivo —permitiendo al
dia en la búsqueda de una articulación sígnica más dinámica, y lector—autor no especializado, no solo comprender las formas, sino
hasta inteligente. El proyecto en realidad siempre ha quedado en aun participar en la creación— y esencialmente plural, ya que el
eso, ya que la infraestructura necesaria para llevarlo a cabo ha ex— poemario es varios poemas a la vez”. Más recientemente, como
cedido las posibilidades de realización de su autor, no solo en los continuación de esta tarea, Piccoli amplió los módulos instrumen-
noventa sino también en el presente. Existen sin embargo pro- tales y modelos poéticos en su proyecto Transgrama.
totipos y simulaciones realizadas por Gy6ri como los poemas Destaca también la obra de Belén Gache quien desde World Toys,
VPoern 13 y VPoem 14, en los que se puede apreciar hasta cier- su “libro” on line en cuyas páginas se puede ir leyendo e interac-
to punto cómo los bloques léxicos se agrupan y desagrupan mo- tuando con poemas experimentales de diverso tipo —por ejemplo,
vilizando los sentidos del poema. poesía visual y sonora animada e hipertextual— realizados entre
El paso de la poesía visual a la digital se ha dado “naturalmente” 1996 y 2006, no ha dejado de incidir y reflexionar sobre las lla—
para muchos artistas. Un caso paradigmático e inicial en la madas también literaturas expandidas. Uno de sus proyectos más
Argentina es el de Ana María Uribe, quien hacia fines de los no— recientes, Radikal Karaoke (2011) propone un conjunto de poe-
234 venta no solo digitaliza sus poemas tipográficos de los años sesen- sías multimedia aleatorias que toman la retórica de la propagan— 235
ta sino que comienza a producir a partir de ellos animaciones. Así, da politica —y al hacerlo producen una mirada crítica sobre su he—
pasa de los Tipoemas a los Anipomeas, iniciados en 1997. En gemonia— a partir de un software de búsquedas en Internet. Ya
ellos, una poesía centrada en la experimentación con la tipografía antes, en sus Maniñestos Robots (2009), Gache habia trabajado
y sus posibles figuraciones se une al movimiento y al sonido. En utilizando el software de IP Poetry construido por Gustavo
Gimnasia 3 (1998) las P hacen ejercicio físico —sacan una pierna— Romano, pionero del arte electrónico y multimedia en la
y se convierten en R; en ¿Metálico () de plástico? (1999) las 1acos- Argentina. junto al artista sonoro Jorge Haro y el videasta Carlos
tadas y alineadas horizontalemnte se abren en V convirtiéndose Trilnick, Gache y Romano conforman el grupo editor del sitio de
en cierres relámpago. El tono general de las piezas es lúdico, lo net.art Fin del Mundo desde 1996. En el proyecto IP Poetry
que se ve reforzado por muchos de los titulos de los anipoemas. (2004), emparentado con la poesía spam —en tanto toma la enor-
Con el tiempo otros poetas comenzaron a dar a conocer poesía me masa de información que circula por la Web, cual reservorio
digital: así por ejemplo, Héctor Piccoli, quien además de una vasta simbólico a ser intervenido— Gustavo Romano diseña software y
labor de digitalización de literatura desde los años noventa, es ges— hardware para la captura de búsquedas en la Web con las que se
tor del Centrº de Investigaciones Literarias sz>ertextuaks en el que elaboran poemas en forma automática a partir de ciertos paráme—
se puede acceder a su propuesta de poesía fractal donde poemas tros preestablecidos. Se trata de un proyecto siempre en progreso
de apariencia convencional publicados en el sitio web, que ade- que incluye instalaciones poéticas —como “Un robot poeta en
más presentan recursos poéticos de versificación tradicionales, pue— Nueva York”, realizada en el Instituto Cervantes de Nueva York
den ser “tratados” informáticamente a partir de módulos instru- en 2008, y que tomó como disparador fragmentos de Poeta en
Nueva Ybr/e de García Lorca— y acceso online al programa para la destilado de más de seiscientas páginas de alteración por borra-
generación remota de poemas. miento sobre el Origen de las espm'ex de Darwin, libro que llega
Otros artistas argentinos contemporáneos, también asociados como a abrir el “revés del texto” original, su no dicho. Particularmente
Romano a los desarrollos internacionales del arte electrónico son interesado en la iconografía médica que habita antiguos tratados
los programadores Leonardo Solaas —Migraciones de 2005 y de anatomía, en los que ha llegado a encontrar una sacra icono-
Variaciones Google de 2010 pueden ser leídas desde la tradición de grafía biológica —especie de inconsciente óptico cristiano—, resul-
la poesía hipertextual y la poesía animada respectivamente—, Mariano ta tentador pensar que sus experimentaciones retro-tecnológicas
Sardón [instalación, holopoesía e Iván Marino —cuya serie Works terminan develando nuestro sustrato técnico más contemporá—
(2) está en linea con la poesía digital visual, sonora y animada—. Es neo como en los poemas cuya visualidad parece haber sido gene—
notable también cómo, en ese panorama, la poesía digital como su— rada por algún tipo de software y que sin embargo han sido pa-
bespecie de la tecnopoesia experimental vuelve a tener en la Argentina cientemente producidos en forma manual. CK
a los artistas visuales como protagonistas antes que a los escritores.
En esa línea, la artista visual rosarina Carmen Pezido ha realizado
varias incursiones en la poesía digital animada, ya sea en forma in- < TRANSMEDIAL>> Los desbordes de límites entre lenguajes y me—

A
dividual como en Sin título, libro digital (2002), Opus negro, dios artísticos, característicos de la desestabilización de la idea misma
Palabra rota— o en colaboración con Patricia Carini —ViceVersa del arte inaugurada por las vanguardias de comienzos del siglo XX,
236 (2003)— y con Marisa Gallo —en la pieza, sutil y a la vez de gran im- encuentran en las tecnopoetícas contemporáneas un terreno de ex- 237
pacto, A disposición del poder ejecutivo (2004). ploración potenciada. En el, nociones como “multi”, “inter” y trans—
Aunque una tendencia frecuente sea la de relacionar la tecnopo— medialidad funcionan operativamente en relación con ciertas pers-
esía con aquella que trabaja los medios técnicos más novedosos pectivas tanto de producción como de recepción. La presencia de
de cada época —al punto de que se llama poesía de los nuevos me» muchos medios y lenguajes en una misma obra sería así un primer
dios— la tecnopoesía podría también ubicarse del lado del ana— dato básico que se especifica en relación con el énfasis puesto en
cronismo. Así por ejemplo, el tecno-experimentalismo escritura- algún tipo de relación entre ellos. De esa manera lo multimedial,
rio de un poeta como Mauro Césari (oriundo de Paraná, residente que en el campo de las tecnologías digitales ha dado lugar al uso
en Córdoba), quien no se conecta imperativamente con tecnolo- corriente del término multimedia, habla de la presencia simulta-
gías de época; más bien, explora distintas interfaces cuerpo—má- nea de diversos medios sin que se requiera afectación mutua, lo que
quina a partir de un trabajo cuasi-artesanal en el que abundan en la práctica no se daría casi ¡funca ya que la simple presencia o
tecnologias anacrónicas: poemas visuales con máquina de escri- yuxtaposición de medios, aunque sea en mínima medida, pone en
bir, textos fotocopiados plegados y vueltos a fotocopiar, escritu— juego alguna relación. De allí que como estrategia de lectura se
ro-imágenes producidas por una máquina de escribir conectada suela focalizar más en la idea de lo inte… que permite abrir
a un escáner, alteración por borramiento de textos de otros auto- con gran amplitud el rango de las interacciones entre medios y len-
res a partir de la aplicación de diverso tipo de filtros (ecuaciones guajes, Como categoria adicional, aparece la noción de transme—
0 moldes por ejemplo). Producto de ese tipo de procedimiento dialidad que tiene a su vez genealogías y usos diversos. Por una
es su libro artesanal, en papel, El orégano de las especies (2011), parte, se habla de lo transmedial para hacer alusión a algún tipo de
transferencia de elementos entre un medio y otro sin que cada uno cede en el atravesamiento continuo, fluido y recíproco entre len—
de ellos pierda su especificidad; desde esa perspectiva se analiza por guajes y medios para dar lugar a nuevos conocimientos, sensibili—
ejemplo—cómo un mismo tópico, estética, discurso aparece en me- dades y afecciones también transformadores. La dificultad de un
dios diversos. Esa perspectiva ha dado lugar a un uso bastante ha— abordaje tal radica, con todo, en la inevitable tensión entre for—
bitual del término asociado a las industrias del entretenimiento en maciones artísticas disciplinares y transdisciplinares no solo rela—
las que el concepto de “transmedia” o de “narrativas transmedia” tivas a los artistas sino también a los receptores de arte. CK
(trammea'ia rían/telling) designa en particular el diseño de narrati-
vas que se diseminan en diversos “soportes”: películas, series de ”IV,
mini relatos para celulares, videojuegos, etcétera, > VIDEOARTE El videoarte es lo que los artistas hacen con el video.
Por fuera de esos usos, sin embargo, existe la posibilidad de recu- Esta definición comenzó a constituirse en categoría espontánea
rrir al concepto de lo transmedial para focalizar en modos de afec— cuando, en la década de los sesenta, comenzaron a comercializar-
tación recíproca y procesual entre medios, lenguajes y tecnologías se las primeras cámaras portátiles de video. A partir del momen-
que desestabilizan a tal punto sus espacios de origen que darían lugar to en que los artistas comenzaron a usarlas, cualquier producción
a una concepción de lo “trans” como transformación y mutación. realizada por un artista con una videocámara comenzó a ser con—
En tal sentido, para algunos artistas e investigadores —como por siderada una pieza dentro de la nueva categoría “video de artista”.
ejemplo Valeria Radrigán en Chile, desde la plataforma Tramlab, Podía tratarse del registro de una performanc , una visión lírica
238 L L imT 1" ArteyP
' * C
[ ……, el de la realidad o el resultado de la manipulación técnica de imáge- 239
foco estaria puesto más en los procesos de producción que en los nes; la presencia de un artista tras la cámara era condición sufi—
productos, algo que ya aparecía en mucho arte conceptual aunque ciente para integrar la categoría de videoarte.
no se lo caracterizara como “trans”. Por otra parte, el uso de térmi— El primer equipo portátil para la grabación de videos fue la Porta
nos como “afectación” y “mutación” no es aleatorio, ya que desde Pack Sony DV—2400 Video Rover, en 1967. Hasta los años se-
esta perspectiva se concibe lo transmedial, políticamente, en relación senta, la única forma de grabar los acontecimientos familiares
con la afectación de los cuerpos en un mundo en el que el desarro— era usando cámaras de cine. Estos artefactos llevaban en su in-
llo tecnológico nos enfrenta a la incerteza respecto de lo humano. Si terior un rollo de película fotosensible de 8 ó 16 milímetros. El
bien esta via ha sido adoptada con frecuencia por quienes se intere— primer sistema de video casero lo comercializó Ampex en" 1963.
san por los cruces entre artes performáticas y tecnología tecnoesce- El conjunto estaba formado por una cámara de grandes dimen-
na , también sería aplicable a otras zonas de las tecnopoéticas como siones, un monitor de televisión aún más grande y un grabador
el bioarte, el arte relacional, la instalación, entre otros casos. de video de 45 kilos instalado en un mueble. Su precio era de
Por último, es posible tomar en cuenta también la tradición de la 30.000 dólares. No tuvo mucho éxito.
epistemología de la complejidad que promueve el concepto de La Portapack estaba integrada por una cámara de blanco y negro
transdisciplinariedad con Vistas a formular modos de conocimien- y una unidad de grabación en un bolso aparte. Aunque lo podía
to que, atravesando las disciplinas, las exceden para operar en el llevar una persona, su peso hacia recomendable que mientras uno
mundo (y transformarlo). En las artes transmediales, entonces, grababa, otro portase la grabadora colgada del hombro o la espal—
una perspectiva de lectura compleja implicaría que lo “trans” su— da. Luego, con el devenir de los años, fueron surgiendo videocá-
matas en color, cada vez más livianas y pequeñas, y fueron cam— fueron La Menesunda (1965) de Marta Minujín y Rubén
biando las tecnologías: el videocassette en 1971, las primeras vi- Santantonín instalación, tecnoescena], o Fluvio subtunal (1969)
deocámaras en 1982 y las cámaras digitales en la década de los de Lea Lublin instalación .
noventa. Si bien las cámaras portátiles, en términos estrictos, mar— Las primeras manifestaciones del videoarte argentino fueron en—
can el nacimiento del videoarte, las primeras obras que incorpo— tonces más bien investigaciones con la imagen electrónica televi-
raron televisores 0 monitores son anteriores a la invención del siva, anteriores a la existencia de la tecnología del video. Las obras
video y la crítica siempre las ha incluido dentro de esta categoría. articulaban relaciones con el espacio expositivo, descomponían la
A nivel mundial, el videoarte como manifestación artística siem— imagen magnetizando los tubos catódicos del televisor para crear
pre estuvo ligado a prácticas críticas y contraculturales, a las pro- imágenes sinuosas y abstractas o collages en múltiples pantallas que
puestas alternativas de grupos como Fluxus, La Guerrilla TV y los buscaban el cuestionamiento del propio soporte a través de estruc—
ñandadores de la performance. Artistas como Nam June Paik yWolf turas abigarradas. Todavía no existía la cinta magnética, las imá—
Vostell, agrupaciones combativas como Videofreex, Raindance o genes electrónicas intervenían directamente sobre el flujo televi-
TVTV, sentaron las bases para la utilización del video como prácti- sivo. Algunas décadas más tarde, este fenómeno estético cobró una
ca artística. A excepción de Paik, ninguno de ellos tuvo injerencia importancia inusitada. Según Rodrigo Alonso, curador y crítico
en el desarrollo técnico de la imagen electrónica. Sin embargo, cual— de arte contemporáneo, en aquellos años la imagen importaba
quier consideración estética del videoarte no puede prescindir de muy poco. El interés estaba puesto en la tecnologia, en la posibi—
240 sus nombres, sus obras y sus indagaciones formales y conceptua— lidad de trabajar con un material novedoso, vola'til e inasible que, 241
les. Este tipo de posicionamiento contracultural del videoarte tam— en el camino hacia la desmaterialización de la obra que proponí—
bién es visible en la Argentina, donde se ha destacado por perma- an los conceptualistas, ocupaba un lugar de privilegio porque su
necer alejado del sistema de poder, a diferencia del cine y la sustrato era la inmaterialidad misma.
televisión. Esta actitud ha ido en desmedro de la obtención de ayu- El videoarte, así, no solamente está ligado a la tecnología del video
das económicas o subsidios pero ha redundado en su ética, en su sino también a otras tecnologías 0 soportes tecnológicos relacio-
independencia y en su vocación de experimentación artística. nados con la producción o la reproducción de la imagen en mo-
Las primeras obras de videoarte surgieron durante la década del vimiento y sus respectivos lenguajes, principalmente la TV y el
sesenta. La primera videoinstalación realizada en la Argentina, cine. Esta característica convierte al videoarte en una categoria
en el Instituto Di Tella, fue Situación de tiempo (1967) de David blanda que desde sus orígenes ha tendido a asociarse con otras ca—
Lamelas; la obra consistía en diecisiete televisores marca Siam tegorías artísticas (como la performance, la danza, la escultura o
Di Tella alineados, que solo emitían lluvia electrónica. En esta la instalación) para incluir obras híbridas en nuevas subcategorí—
obra, además de una crítica a la contribución tecnológica del pa— as (videoperformance, videodanza, videoescultura o videoinstala-
trocinador corporativo, puede reconocerse un intento de explo- ción) y que no se deja definir exclusivamente a partir de las tec-
ración material de los medios electrónicos, de las propiedades nologías del video (que han ido cambiando a lo largo de su
estéticas de la tecnología; los televisores fueron utilizados como historia), ya que muchas obras consideradas como videoarte in—
materia artística, no como un medio de reproducción de imáge- corporan tecnologías de la TV y el cine pero también, más adelan—
nes. Otras obras argentinas pioneras en la historia del videoarte te en el tiempo, de los lenguajes digitales y de programación.
Esta facilidad del videoarte para vincularse con otras categorías bién político) se distingue del “yo he visto” de la fotografía (en su
del arte contemporáneo y, a la vez, con otros lenguajes técnicos función de registro de hechos del pasado), del “yo creo ver” del cine
proviene, probablemente del clima cultural de mediados del siglo (la ficción, la ilusión) y del “yo estoy viendo” de la televisión, siem-
XX y de cierta influencia de las vanguardias históricas que, desde pre relacionado con el flujo continuo de la actualidad en directo.
comienzos del siglo, habían obligado a replantear los paradigmas En la década del setenta en la Argentina, muchos artistas emigra-
estéticos tradicionales y a incorporar a los medios tecnológicos ron hacia sitios con mejores perspectivas de producción tras el cie—
como lenguajes de expresión en las prácticas artísticas. rre del Instituto Di Tella () debido al clima político, cuando la dic—
Para Eduardo Russo ——crítico, docente e investigador especializa— tadura militar se instaló definitivamente desde mediados de la
do en cine y artes audiovisuales—, el video es una categoría siem- década. Varios artistas que permanecieron en el pais se nuclearon
pre en proceso que no puede definirse de una vez y para siempre en el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) dirigido por Jorge
pues muta invariablemente y, al hacerlo, redefine y amplia el delta Glusberg, institución que buscó prolongar la energía creativa y
cada vez más complejo de la clasificación de los hechos artísticos. vanguardista de su antecesora. El CAYC contaba con equipos de
En el videoarte, los intentos clasificatorios de géneros y subgéne- producción de video y fomentaba la creación electrónica, no solo
ros (videocintas, videoinstalaciones, videoesculturas, videoobje— con el préstamo de tecnología sino principalmente a través de la
tos, etcétera) permiten pensar menos en categorías normativas rl— organización de los Encuentros internacionales de Video que se
gidas que en categorias móviles que se renuevan a medida que se llevaron a cabo en destacadas instituciones artisticas del mundo
242 producen cruces entre dominios del arte contemporáneo. Por ejem— entre 1974 y 1978. Entre 1972 y 1978 el CAYC organizó diez en- 243
plo, la videoinstalación podría pensarse como un subgénero del cuentros internacionales de videoarte que son esenciales para la
video o de la instalación, o también como un dominio bisagra que historia del medio.
se articula con prácticas renovadas como videoinstalaciones de cir- La mayoría de las cintas producidas en la Argentina en la época
cuito cerrado, videoinstalaciones con uialeowall, interactivas... La del CAYC se perdieron. Según los catálogos, una parte importante
lista se amplía a medida que la práctica videográ.fica anexa terri— eran videoperformances. Otro conjunto importante de produc-
torios tanto del arte como de las nuevas tecnologías. ciones estaba constituido por documentos, registros y entrevistas,
Según la videasta, curadora y crítica argentina Graciela Taquini, aparentemente sin un carácter experimental, pero que se enrola—
la raiz etimológica de la palabra “video” permite una definición ban en la categoría de videos de artistas, una línea de'trabajo muy
interesante del videoarte: “video” significa yo veo, lo cual remite pródiga en los orígenes del videoarte. Finalmente habia produc—
a un nivel de registro, a un punto de vista (el del artista), y a una ciones de corte experimental que en ocasiones poseían un funda—
libertad sin precedentes, probablemente una consecuencia de la mento literario como Argumentum Ornitologicum (1974) de
independencia que la cámara portátil otorga al videasta, y que Alfredo Álvarez inspirado en un cuento de Borges 0 Hey Joe
puede compararse con la libertad de pensamiento que el lector re- (1974) de Jorge Velurtas, basado en un texto para la televisión es-
nacentista adquirió con la práctica de la lectura silenciosa, gracias crito por Samuel Beckett. De esta década, la única obra conserva-
a la disponibilidad de libros impresos generada por la tecnología da es un video de Margarita Paksa filmado con una Portapac/e lla—
de la imprenta. Pero también remite a un tiempo presente: el “yo mado Tiempo dedescuento, cuenta regresiva, la hora 0 (1978)
veo” del video (una afirmación, un posicionamiento poético y tam- en el que un actor corre en el lugar, “cada vez más rápido, luego
sale del recuadro y se aleja. Al principio es tomado de cuerpo en— Al comenzar el nuevo siglo cobraron especial desarrollo los proyec—
tero y luego solamente de medio cuerpo con el fin de sugerir un tos más allá de la pantalla, como la videoinstalación. En bienales
gran desplazamiento espacial. y galerías, las videoinstalaciones se preferían a las piezas monoca-
En el ámbito local, en la década de los ochenta, bautizada como nal y los videoartistas tradicionales tenian dificultades para expo-
la época de la plata dulce, la relación monetaria entre el peso y el ner sus obras. En 1999, Graciela Taquini se preguntaba cuál sería
dólar favoreció la compra de equipos y muchas personas adqui- el futuro del video experimental. Ocho años después, en la mues-
rieron sus primeras cámaras portátiles. Esta circunstancia fue fa- tra Res_plandarer, Paétíms analógicas y digitales (agosto de 2007,
vorable al surgimiento de lo que Graciela Taquini bautizó como Centro Cultural Recoleta) los curadores Taquini y Rodrigo Alonso
“la generación videasta”, un grupo de artistas más ligados a lo au- eligieron obras de video monocanal (hechas para ser contempla
diovisual que a las artes plásticas, interesados en la producción das en un único monitor) y de video expandido de artistas argen-
de videoarte, con acceso a la tecnología y una conciencia inci— tinos y latinoamericanos para dar cuenta de las relaciones entre
piente sobre las posibilidades del medio. Con ellos nacieron tam- arte y tecnología.
bién los espacios de exhibición, las primeras reflexiones teóricas El video expandido es un concepto que proviene del de cine ex—
y los primeros curadores. En poco tiempo se reorganizó la pro pandido propuesto por Gene Youngblood en 1970. El término
ducción electrónica en festivales y los videos circularon más allá define un tipo de cine que busca neutralizar la linealidad de la na»
de las fronteras del país. rrativa fílmica y su preeminencia visual. Para esto, se propone la
244 Desde mediados de la década de los noventa, el videoarte se convir- multiplicación de las pantallas de proyección, el uso de la luz como 245
tió definitivamente en una práctica de las artes contemporáneas y agente estético, la abolición de las fronteras entre las formas artís-
quedó claramente diferenciado del cine o del cortometraje defi- ticas, la estimulación de la corporalidad de los espectadores y el
nido como investigación experimental con la imagen electrónica. libre juego con las técnicas cinematográficas. El video expandido
Esta tendencia experimental se separó de otros usos del video y busca la alianza entre el cine, el video y la computadora, y profe—
construyó su propio circuito de exposiciones y festivales. Algunos tiza sobre las posibilidades de las proyecciones holográficas y los
artistas se convirtieron en referentes y un diferenciado grupo de entornos virtuales de inmersión. Para Youngblood, el punto clave
críticos y curadores apoyaron la autonomía del nuevo medio. En de estas experiencias era su carácter sineste'sico, su capacidad para
los últimos años de esta década, cuando toda la cultura migtó hacia capturar sensorialmente al público, generando estados expandi-
lo digital, el video analógico recibió su sentencia de muerte. dos de conciencia.


Así, la novedad técnica de la última década del siglo XX fue la Según Rodrigo Alonso, en el nuevo siglo sobran motivos para decir
irrupción de lo digital. Para el videoarte, esta incorporación se que el videoarte está en un proceso de des—definición. En la era de
produjo con naturalidad; las nuevas facilidades técnicas no per- las nuevas tecnologias y las nuevas formas digitales, el video tiene
turbaron el estatuto del videoarte que en sus primeras experien— que competir con el y los streaming media, la animación
cias ya había desarrollado los principios de expansión, énfasis digital y los CDS interactivos. La mayor parte de los festivales de
en lo procesual, multidireccionalidad y pluridimensionalidad video se convirtieron en muestras de media art [nuevos medios ,
que hicieron de e'] un terreno propicio para el universo de los ofreciendo al video como una más de sus atracciones. Y en las uni-
lenguajes digitales. versidades, la investigación en arte y tecnología también se ha mu-
dado al campo de lo digital. Si bien el videoarte es un cainpo ar, La primera de ellas propone al lenguaje digital como principio
tístico vivo, en crecimiento y desarrollo, practicado por una va— constructor del discurso audiovisual. Como ejemplo propone
riada gama de artistas, en el siglo XXI son muy pocos los creado- Pn=n!, de Iván Marino (2007) donde un algoritmo es el sujeto de
res que se expresan únicamente a través del video. Por lo menos la enunciación. Su material son cuarenta y cuatro tomas del film
en la Argentina, muchos videoartistas pioneros de mediados de Lapan'a'n de]uamz deArm (1928) del realizador danés Carl Dreyer
los ochenta casi no persisten en la creación videogra'fica; el nuevo reordenadas por la fórmula que, a poco de comenzar el cálculo
siglo los encuentra dedicados al cine, a la televisión, a la docencia factorial, genera más de un millón de posibilidades de sintagmas
o, directamente, fuera de la actividad. narrativos. Sin embargo, pese a las permutaciones aleatorias, se re-
Sin embargo, existen importantes excepciones a esta tendencia, vela una tautologia semántica; la significación permanece inalte—
como el argentino Carlos Trilnick, considerado por los críticos rable, la tortura no puede resignificarse como ninguna otra cosa.
un ejemplo a señalar en cuanto a la continuidad en la creación En la segunda tendencia, el videoarte, a través de una perspectiva
videográfica ya que es realizador desde hace más de veinte años. intervencionista, se expande hacia el espacio físico. El ejemplo pro—
A lo largo de su obra, Trilnick va apropiándose de las diversas tec— puesto es Borderline (2007) de Graciela Taquini, una videoinsta—
nologías y da a cada una un uso artístico diverso. No solo se ex— lación proyectada en un ascensor donde la imagen simula una pu-
presa con un medio, además va generando procesos de hibridez blicidad de una empresa de vigilancia satelital. A poco de comenzar
entre uno y otro. Los medios son estables y están especificamem el video, la luz del ascensor comienza a titilar hasta apagarse por
246 te definidos hasta que la irrupción de un nuevo medio llega para completo. Borderline simula un clima de amenaza “real” en el es- 247
cuestionario y repensarlo. Trilnick integra los procesos creativos pacio cerrado de un ascensor.
de las tecnologías digitales a su propia obra fotográfica digital. Un hecho destacado para delimitar el videoarte es que también ha
Así, en Elipsis II (1998), trabaja con la incrustación de imágenes construido su especificidad diferenciándose del cine. Desde sus
de un tiempo precolombino y de una época moderna represen- comienzos, utilizó la estrategia de romper la noción de linealidad
tada por la imagen televisiva. No hay orden lineal, como en el ligada al relato audiovisual cinematográfico para proponer narra—
montaje cinematográfico, sino yuxtaposición. La imagen de video tivas que buscan desnaturalizar y deconstruir la lógica de la suce-
tiende al barroco. Este recurso explora las posibilidades expresi— sión espacial y temporal en los relatos visuales.
vas del video y lo convierte en medio ideal para reconstruir com— En el cine, la organización sintagma'tica, secuencial de sus ele—
plejas instancias expresivas que hacen a un metadiscurso sobre la mentos está profundamente asociada con su estructura material:
historia y el pasado. La incrustación enfatiza el recorte, el deta- los fotogramas del celuloide que se ordenan uno tras otro, en una
lle, la parcialidad y el resultado es lo opuesto a una imagen uní— lógica que responde a la idea de sucesión, solamente intervenida
voca y acabada; la imagen electrónica, como la historia, está en por el montaje. Así, paradójicamente, pese a este anclaje mate—
continua formación, es puro proceso. HH (2004) es una obra de rial, en el cine el movimiento es una ilusión y la imagen es luz
video completamente abstracta basada en fotografías analógicas proyectada; un espectro inexistente. En la imagen electrónica, no
manipuladas digitalmente. existe una materialidad equivalente a la del celuloide. La imagen
Según la artista electrónica Mariela Yeregui, en el nuevo siglo en la técnicamente mediada se construye antes en el tiempo que en el
Argentina se insinúan dos tendencias relacionadas con el videoarte. espacio y, a diferencia del cine, es de naturaleza dinámica. Los re—
latos, cuando aparecen, resultan deconstruidos, superpuestos, in- los; se superponen entre si y dialogan con la imagen en un relato
tervenidos, disociados o suspendidos en escenas que se ofrecen a poético que juega a romper las convenciones del cine. Se trata de
la contemplación. Algunas técnicas recurrentes en la producción una reflexión sobre las imágenes a través de las imágenes con ele-
videográfica como la incrustación, el wipe (un efecto de barrido) mentos de parodia y alusiones al fracaso de la representación. El
y la sobreimpresión se utilizan para construir el verosímil narra— relato desborda lo ficcional, aunque trabaja con elementos y con,
tivo. Muchas veces, la lógica sintagmárica es desplazada por una venciones de la ficción teatral y cinematográfica; es más bien un
configuración diversa, que impide discernir los límites precisos ensayo poético u onírico que trabaja con lo anacrónico y lo lite-
de las imágenes que se combinan en la pantalla para generar una rario videopoesía].
impresión en ocasiones más compleja y abigarrada. El videoarte Entre la gran diversidad de obras y tendencias que componen el
siempre fue un espacio de gran libertad de experimentación. Dos panorama del videoarte argentino se destaca una relación muy
ejemplos opuestos de lo que el videoarte puede hacer con un re- marcada y muy fuerte con el documental (un género evidente del
lato visual son los videos de los argentinos Charly Nijensohn y video en tanto se relaciona con el registro de situaciones, con una
Gustavo Galuppo. mirada y con una voluntad narrativa) y con la historia de la
Charly Nijensohn nació en Buenos Aires pero vive y trabaja en Argentina. El videoarte ha sido la memoria videográfica de mu—
Berlín. Ha transitado por la performance, la intervención urba- chos acontecimientos históricos en la Argentina. A diferencia del
na, el video y la música experimental. Formó parte de La documental, tuvo la virtud de aportar una visión para nada ilus<
248 Organización Negra, a finales de los ochenta, y Ar Detroy, du- trativa sino más bien tangencial, elíptica y abierta de aspectos tes- 249
rante los noventa. La estética de estas experiencias se percibe en timoniales, especialmente en relación con la dictadura.
sus videos y video»instalaciones como en La caída de un sistema La temática de los desaparecidos y la búsqueda de la identidad es
(2005), El naufragio de los hombres (2008) y Dead forest storm trabajada por Gabriela Golder, en En memoria de los pájaros
(2009): las escenas muestran a seres solitarios en acciones que se (2000) y por Ricardo Pons en Ánimas 02 (2002). Otros trabajos
demoran infinitamente, siempre en ambientes naturales majes— de videoarte asociados con la indagación histórica, la experiencia
tuosos pero inhóspitos. La experiencia audiovisual resulta som— personal, la desaparición de personas y la búsqueda de la identidad
bri'a y grandilocuente a la vez y la imagen, el contenido narrati- durante la época de la dictadura militar (1976—1983) son: Granada
vo (mínimo pero eficaz), su tratamiento sonoro y el artificio de (2005) de Graciela Taquini, Mi amigo José (2005) de Marina
su soporte técnico generan un impacto hipnótico al que es im— Rubino y Diana Aisemberg y El Pozo (2004-2005) de Julieta
posible sustraerse. Hanono. La crisis de 2001 se filtra en Vacas (2002) de Gabriela
Gustavo Galuppo nació en Rosario donde reside y ha desarrollado Golder. El video documenta el episodio ocurrido el 25 de marzo
toda su carrera profesional ligada al cine y el video experimental. Su de 2002 en Rosario cuando unas veinticinco personas mataron y
video La propagación de la desdicha (2005) explora el relato ci— carnearon vacas que habían caído al asfalto a pocos minutos de
nematográfico. La imagen es abigarrada, compleja, saturada de que volcara el camión que las transportaba.
superposiciones, con un encuadre dentro del encuadre, un marco Más allá de la mencionada relación con el cine, el videoarte nació
dorado dentro de la pantalla que separa un afuera de un adentro. vinculado a la televisión y la relación entre ambos siempre fue en,
Los textos que la atraviesan desbordan el espacio de los subtitu- treverada y compleja. Desde el comienzo de su historia, el video-
arte reveló un interés constante por apropiarse, intervenir, resig— entrevista a un ex dictador latinoamericano de un país ficticio,
nificar y experimentar (tanto desde una perspectiva poética como exiliado en Los Ángeles. The hand es una parodia sobre la cen—
política)_ con las tecnologías y con el lenguaje de la televisión. Esta sura, los procesos de manipulación y el efecto adictivo de la no-
relación crítica parece ser, hasta el presente, unidireccional: no se ticia convertida en espectáculo.
observa un interés equivalente de la televisión hacia los aspectos Jaime Davidovich, por su parte, trabaja el video desde una crí—
técnicos, poéticos o políticos del video. Esta característica del vi- tica siempre renovada a la televisión; su producción tuvo siem—
deoarte es especialmente interesante en tanto particularidad: en pre un carácter paródico y crítico, de resistencia cultural, que
lugar de (0 además de) indagar en sus propias posibilidades téc— puso al descubierto los mecanismos ideológicos sobre los que se
nicas, como suele ocurrir en cual quier disciplina artística que ex- construía el discurso televisivo. Un ejemplo de ello es el Video
plora sus materiales, el videoarte, para encontrar su especificidad Evita, a Video Scrapbook (1984), que está dedicado a retratar
y su motor de ruptura, siempre ha indagado en las posibilidades la época del surgimiento de la TV en la Argentina, impulsado por
técnicas y en el lenguaje de la TV. Eva Perón en 1951.
Una obra interesante desde este punto de vista, enmarcada tam- En la década del setenta, Davidovich alcanzó la convicción de que
bién en el ámbito de la llamada tecnoescena, el happening y las el medio natural para el videoarte no estaba en los museos ni en
tecnologías sociales, fue Simultaneidad en simultaneidad de Marta las galerias sino en los canales de cable, cuya audiencia era más re—
Minujln (1966), que formó parte de un proyecto denominado ducida que la de la televisión abierta. Entre 1979 y 1984
250 Three Country Happening en el que Minujín colaboraba con dos produjo The Live! Show en la TV por Cable de Manhattan. Su 25i
artistas del grupo Fluxus: Allan Kaprow y WolfVostell. Los tres formato era el de show de variedades que se apropiaba de las nor-
artistas, desde ciudades distantes, debían producir eventos simul- mas formales de la TV e incluía actuaciones de vanguardia, arte,
táneos a través de una plataforma de transmisión en vivo. Por pro— sátira política, parodias y comentarios sociales con lo cual logró
blemas técnicos, la obra no pudo concretarse pero puso en juego crear en el seno de la TV por cable un espacio alternativo que per—
el tiempo real como dimensión fundamental en la experimenta— mitió a muchos artistas mostrar su obra más allá de los limitados
ción videográfica. Prescindiendo de la transmisión simultánea, la circuitos artísticos.
obra se llevó a cabo e introdujo rasgos innovadores para la tradi— Recién en 2001 hubo una experiencia equivalente en la televisión
ción audiovisual dominante hasta ese momento. La obra, casi un argentina de aire con el programa Play Rec, dedicado al video ex—
happening tecnológicamente mediado, rompía la frontera entre perimental y codirigido por Graciela Taquini y Carlos Trilnick…
obra y espectadores, devenidos en participantes. Por otro lado, el Play Rec fue definido como una institución artística en el seno de
uso dado alas pantallas de TV tensionaba críticamente la relación los medios masivos. Su estructura conectaba ejes temáticos, géne-
entre el espectador y su TV como altar doméstico. ros y tendencias al videoarte y difundía trabajos tanto históricos
También David Lamelas se dedicó a analizar, y satirizar, al medio como recientes. Otro proyecto televisivo para cable fue Lúcida Tv
televisivo. The hand y The dictator son dos cortos realizados dirigido por Gabriela Golder yAndrés Denegri, con un enfoque
por Lamelas e Hildegarde Duane en los Estados Unidos. en 1976, muy personal sobre el videoarte latinoamericano… El canal de cable
en los que aparece la parodia al periodismo televisivo y a la si— del Gobierno de la Ciudad, Ciudad/lbierm, creado en 2003 por
tuación política argentina de ese momento. The dictator es una Gastón Duprat y Mariano Cohn, tuvo una amplia trayectoria pro-
veniente del videoarte y una búsqueda constante de formatos ex— mente como cuerpos —humanos— danzantes) y en torno al dispo—
perimenrales. Difundió el video a través de programas específicos 2 sitivo audiovisual, registrado en cualquier formato disponible: cá—
y produjo programas donde artistas contemporáneos realizaban ¿ matas de fºtºs; C€1Ulaf55: cámaras web.
proyectos experimentales. Así, en el discurrir de la historia de los medios audiovisuales van
En su obra No signal, no bad (2007) el videasta Carlos Trilniek ¿ surgiendo, a medida que nacen nuevas apariciones técnicas, dife—
entabla asimismo una relación crítica con la Tv desde una pers- …— rentes formas de relación entre la danza y el audiovisual, influidas
pectiva que él define como paikiana o Fluxus sobre el hecho tele— _ éstas a su vez por los distintos modos en que la sociedad y la cul—
visivo. Este video yAbsbytes (2006) son, por otro lado, obras en tura se piensan a sí mismas.
las que el autor experimenta con el gl_1t¿h art. CC “
Los antecedentes en relación con esta búsqueda pueden encon—

.
>> VIDEÚDANZA Como género híbrido por definición, la Videodan-
,

¿
trarse en las primeras experiencias cinematográficas a partir del re-
gistro de actuaciones de bailarines en vivo, como Rut/1 Dennis:
rkirt dancer (Thomas Edison, 1894) y Dame Serpentine (hermav
za implica una búsqueda audiovisual en relación con el movimien— , ¿ nos Lumiere, 1896). En la misma época, Meliés introdujo baila—
to. Movimiento que es característico tanto de la danza como del —' rines y coreografias €SPCCíG-lmentº creadas para Su fllm La lnnter—
arte audiovisual. ne magique (1903). Por su parte, Emile Cohl, pionero de los
En la búsqueda por definirla, se corre el riesgo de encerrarla en los dibujos animados, usó la técnica Cinematográfica para dar movi—
252 límites de los géneros, cuando se trata más bien de una práctica miento a objetos inanimados; su corto En route (1910), ilustra el 253
amplia cuya característica fundamental es el entrecruzamiento de desarrollo de los medios de transporte a partir de una coreografía
los lenguajes "de base”. de dibujos animados.
Aun así, como sostiene Rodrigo Alonso, la videodanza es mucho En esta linea avanzaron aún más las vanguardias históricas, expe-
más que Vídeo + danza, Tomar en sentido literal su nombre impi- rimentando con las posibilidades del medio a partir de su bús—
de entenderla como medio que si bien Cuenta con los recursos de queda de ruptura con las estructuras poéticas precedentes. Resulta
los dos géneros, cuenta también con las posibilidades que surgen paradigmático, para el P08t€fi0r desarrollo de la videodanza, el
de su interacción y de la indagación por su propia constitución film Le ballet mec/¡aniqul' (Fernand Léger, 1924): donde 55 inves-
como lenguaje. tiga la creación de ritmo y movimiento a partir del uso de la cá—
De esta forma, la videodanza incluye diversas manifestaciones tales _ mara Y el montaje.
como los espectáculos de danza multimedia —danza en escena Tanto la invención del sonido en el cine como la de la televisión (que
junto a proyecciones audiovisuales—, las obras cinematográficas permitió el acceso del ballet a las masas, a partir de su registro), fo-
qu€ ubican a la danza como parte central, y la Videodanza como mentaron nuevos cruces entre la danza y los medios audiovisuales.
“danza para la pantalla” que, tal como la define Douglas Rosenberg, Pero se considera a A study in coreographyfbr t/7e camera (Maya
existe solo en la medida en que es visualizada en el film, video Deren, 1945), como la marca fundacional en la historia de la vi—
(analógico o digital) y otros dispositivos digitales. Asimismo, in- deodanza, ya que implica una concepción teórica más profunda
cluye a todas aquellas prácticas que plantean una indagación en sobre la intersección entre danza y audiovisual, creando un espa—
torno de la danza (entendida como movimiento y no exclusiva— cio-tiempo que solo existen en la obra.
Esta experimentación continuó con la aparición de las videocá- Epstein filman Ana Kamien, primera obra argentina en crear un
maras, y las post-vanguardias realizaron avances interesantes en espacio propio para si, una coreografía especialmente diseñada con
este campo. Tal es el caso de Nam June Paik, por ejemplo, quien y para la cámara.
en colaboración con Merce Cunningham, experimentó con las Es en los noventa, entonces, cuando la videodanza comienza a ins-
técnicas electrónicas (como el Chroma key) en su cinta Merce 17] talarse como género en el país, a partir de las obras de las pione-
Meme, l7y Pai/e (1976/78). ras Margarita Bali, Silvina Szperling y Paula De Luque. Todas ellas
A partir de la década del setenta, nuevas posibilidades llegaron continúan en el presente su labor en diferentes ámbitos del campo.
con las cámaras hogareñas de video; artistas como Amy Margarita Bali constituye una de las principales referentes de la
Greenfield, Elaine Summers y Doris Chase se ubicaron en un danza multimedia; su última obra, Hombre rebobinado (2010),
lugar independiente y marginal que les permitió crear libremen- se autodefine como un “video mapping arquitectónico”, una “obra
te obras experimentales que forjaron el terreno de la videodan» teatral, coreográfica y virtual". A partir de ocho proyectores se
za, como sostiene Douglas Rosenberg. Obras como Element construye una videoinstalación que es a su vez performance vir—
(Amy Greenfield, 1973) y Tides (1982), ponen en el centro de tual, ya que no existen cuerpos en vivo en escena tecnoescena .
la cuestión al cuerpo femenino y prefiguran el posterior des— Por su parte, y en paralelo a su trabajo artístico, Silvina Szperling di—
arrollo del género. rige desde 1995 el Festival VídeoDanzaB/l, que constituye una pla-
En la actualidad, y con la amplia difusión y mayor accesibilidad taforma fundamental para la dinisión y formación en la videodan-
254 de los dispositivos de grabación de imágenes y sonido, las posibi— za, así como para la impulsión de intercambios nacionales e 255
lidades técnicas se potenciaron exponencialmente y permitieron internacionales, y para la construcción de discursos y reflexiones
una vasta producción a nivel internacional. A modo de ejemplo, teóricas en torno al tema. Como resultado de las ponencias pre—
y entre muchos otros, se destacan las obras del grupo DV8 Physical sentadas a lo largo de varios años en el marco del Simposio del
Theatre (The cost afliuíng, 2004; Strangefrh, 1992), quienes in— Festival, se edita en el año 2010 el primer libro nacional sobre este
dagan las intersecciones entre lo audiovisual, la danza y el teatro género: Erprícare en cera( y unos. Ensayos de uideodanzn
a partir de obras con narrativas complejas. (Szperling/Temperley). A nivel teórico, son indispensables tam-
En el ambito nacional, se toma como hito deinicio de la video- bién los ensayos del curador y crítico Rodrigo Alonso, co-funda—
danza el Eller de Video Danza para Careágmj%r, dictado en 1993 dor del Festival VideoDanzaB/I.
por Jorge Coscia. Sin embargo, pueden encontrarse antecedentes Con respecto a los realizadores, cabe mencionar también la obra
en los artistas nucleados en el Instituto Di Tella durante la déca— de Alejandra Ceriani (con su proyecto Webcamdanza), Mario
da del sesenta, quienes ampliaron los límites de la danza experi— Chierico, Marta Lantermo, Julio Lascano, Daniela Muttis, Pablo
mentando a partir del cruce con otras formas de arte y con las nue— Tesoriere, Susana Szperling, entre muchos otros,
vas tecnologías. Así, como afirma Rodrigo Alonso, pueden La videodanza argentina nace en el seno de la danza contemporá—
encontrarse en estas experiencias las primeras formas de danza nea; si bien resulta complejo definir a la “danza contemporánea”
multimedia. Tal es el caso de Crash o Sinfonía (Oscar Araiz, 1969), como entidad homogénea, son muchas las obras cuyas formas pue-
donde se puso en juego la interacción entre los bailarines y sus re- den asociarse a aquello que se identifica como contemporáneo y
presentaciones audiovisuales. En 1970 Ana Kamien y Marcelo menos las que se alejan de este subgénero para explorar otras al—
ternativas. En este sentido resulta interesante el caso de UP—PA, den llegar a ser mínimas o irreconocibles. Una vez más, como su-
un grupo de danza Wichi chaqueño, fruto de un proyecto para cede también con la poesía visual respecto de las artes visuales, se
recuperar la danza perdida de la comunidad. A partir de una for- trata en general de contextos de uso y genealogías de legibilidad.
mación en danza clásica, el grupo propone espectáculos en los que Con todo, puede ensayarse alguna limitación de sus contornos:
el recurso audiovisual se utiliza como medio para salvar la brecha de acuerdo al videopoeta canadiense Tom Konyves en su
cultural que puede existir con los espectadores, y para reponer sim- “Videopoetry: A Manifesto”, la videopoesía es un género de poe-
bólicamente su cosmovisión aborigen. sía que, presentada en una pantalla, desarrolla en el tiempo yux—
Este ejemplo resulta interesante para pensar las potencialidades de taposiciones —narrativas, no narrativas y antinarrativas— de ima—
este género artístico, fuera de los limites de la danza contemporá—
gen, texto y sonido orientadas a la producción de una experiencia
nea. En relación con esto, y a partir de la institucionalización de la poética. Se distingue particularmente de la poesía ilustrada con
videodanza, Douglas Rosenberg se preocupa por el riesgo de “fo- imagen en movimiento, ya que el sentido del videopoema surge
silización”, es decir, de la repetición de patrones, del encierro del necesariamente de la particular fusión entre sus tres componen—
género en compartimentos estancos y su conversión en un arte de- tes. Y no se trata tampoco del recitado poético filmado, aunque
corativo desde la fetichización del cuerpo y la danza. Para evitarlo, en muchas ocasiones, cuando se trata de performance poética ex-
señala la importancia de la reflexión teórica y el análisis crítico. perimental, la fusión de texto, imagen filmada y sonido resulta lo
Cuando la hibridación en la videodanza supera los límites de los suficientemente imbricada como para que se la incluya dentro del
256 géneros que la conforman, explora los márgenes, permite el acer— género videopoesía. Konyves se atribuye haber acuñado el térmi- 257
camiento a otras formas artísticas, experimenta su conformación no “videopoetry” en 1978 cuando una pieza audiovisual que pre“
en lenguaje y se acerca al espacio público y a otras culturas, es tal sentó en un festival de cine experimental no fue aceptada por haber
vez el momento en el que encuentra su propio espacio. ML sido,producida en video analógico y no en soporte fílmico.
En su manifiesto Konives identifica cinco tipos de videopoemas a
partir de los siguientes ejes: texto cinética (animación de texto sobre
> > VIDEÚPOESÍA El video ha permitido una serie importante de tra— una pantalla neutra en la línea de la poesia concreta), texto sono-
bajos asociados con la exploración del lenguaje poético. La video- ro (el poema aparece solo en la banda de sonido pero se evita que
poesía, genealógicamente vinculada con el cinepoema presente en la imagen sea su ilustración), texto visual (sobreimpresión de texto
las vanguardias de comienzos del siglo XX —-algunos ejemplos pa— en la imagen), performance, cin(e)poesia (texto animado 0 sobreim—
radigmáticos son los films Ema/e Ba/eia (1923) de Man Ray 0 preso sobre imágenes modificadas con algún software, lo que acer—
Anémie Cinéma (1926) de Marcel Duchamp cine experimental —, ca bastante al género a la poesía digital). Respecto de este último
y asociada ya sea al er(¿r_t_e_ y/ o a la tecnopoesía, trabaja la ma— tipo existe la controversia entre quienes diferencian videopoesía y
terialidad de lo audiovisual a partir de una estrecha conexión con poesía digital animada, y quienes no lo hacen. Desde la primera
la palabra. Resulta frecuente la pregunta de muchos espectadores perspectiva, si bien un obra filmada con cámara digital entra en
en festivales de videopoesla por la especificidad del género respec— un proceso de creación de la imagen a partir de la codificación di—
to del videoarte y, aunque la videopoesía presente una afección gital, aún existe la cámara como mediación, el “yo veo” del video.
hacia los signos lingiiísticos orales o escritos, las diferencias pue- En cambio, en la poesía digital animada, todo el proceso de cre-
ación de la imagen depende de la programación digital, el artista ÍNDICE DE ARTISTAS Y
“no ve”, ni “cree ver” sino que “inventa” desde el código. Por su— COLECTIVOS DE ARTE ARGENTINOS
puesto;múltiples combinaciones son posibles y de allí, el argu-
mento de la segunda perspectiva.
Por su parte, Caterina Davinio tecnopoesia incluye en el campo
de las prácticas asociadas ala videopoesía al poema fílmico, la vi-
deopoesía visual (del tipo de la poesía concreta en movimiento),
o la videoperformance poética.
En la Argentina el espacio más representativo de archivo, difusión
y exhibición de videopoesía es VideoBardo, autodefinido como
colectivo de poesía, video y arte independiente que, desde 1996,
impulsado por Javier Robledo, organiza regularmente el Festival
Internacional VideoBardo (en los que se exhiben selecciones de
videopoemas según convocatoria internacional) y también parri—
cipa en numerosas muestras realizadas en el extranjero. CK
A B
258
Aisemberg, Diana 249 Babich, Silvina 84
Aguirre, Raúl Gustavo 162 Baca, Ernesto 45
Ala Plástica 84-86 Baggio, Gabriel 220-221
Alemann, Marie-Louise 43—44 Bali, Margarita 205, 255
Alemian, Ezequiel 229 Barbosa, Cecilia 202
Alonso, Rodolfo 162 Barros Peña, Alonso 228
Álvarez, Alfredo 243 Bastian 168
Álvarez, Jorge H. 113 Bayley, Edgar 53, 160—162
Ar Detroy 248 Benech, Laura 169
Araiz, Oscar 254 Benedit, Luis Fernando 27-28,
Arias, Lola 206 149
Armesto, Daniel 202 Berni, Antonio 18—19, 104
Articultores 72-73, 85-86 BiNeural—MonoKultur 205-206
Ast, Mariano 206 Biopus 20, 156, 196
Azotegui, Fernando 168 Bizzio, Sergio 192
Blaszko, Martin 162-163
Bo, Marucha 131
Bony, Oscar 129, 203, 219 Coscia, Jorge 254 Fernández, Macedonio 162 Gurruchaga, Marcelo 88
Bras, Luis 42 Costa, Eduardo 119, 128—129, Ferrari, León 57, 61, 168, 174, 228 Gutiérrez Marx, Graciela 61
Btiski, Norman 202 203, 217 Fontana, Lucio 143 Guzmán, Rubén 45
Bustos, Adriana 71 Costantino, Nicola 26 Franchisena, César 93 Gy6ri, Ladislao Pablo 78—79,
Byron, Silvestre 43,44 Courtis, Alan 191-192 140, 150, 167, 232—234
Crippa, Roberto G
C Crowe, Jorge 133, 196 GAC 85, 120 H
Cáceres, Anahí 168, 174 Curci, Marina 88 Gache, Belén 79, 168, 235 Hanono, Julieta 249
Caiazza, Fabricio 72, 81, 133, 190 Cutaia, Carlos 202 Gallo, Marisa 236 Haro, Jorge 79, 168, 191—192,
Caldini, Claudio 43-45 Galuppo, Gustavo 248 235
CAPATACO 150 D Gancedo, Omar 232 Hirsch, Narcisa 42-46
Carabajal, Mateo 196 Davidovich, Jaime 251 Gandelsonas, Mario 129 Hlito, Alfredo 53-54, 161
Caraduje, Antonio 53, 161 Dávila, Ariel 205 Garamona, Francisco 192 Honik, Jorge 43
Carini, Patricia 236 de León, Rubén 202 Garcia, Leo 222
Carozzi, Gian 214 De Luque, Paula 255 Garcia Delgado, Fernando 63 I
Carrera, Arturo 57 Deluigi, Mario 214 García Mayoraz, José E. 150 Iconoclasistas 121
260 Caruso, Ana Laura 198, 229 Denegri, Andrés 45, 251 Garcia Rossi, Horacio 48, 51 Iommi, Enio 5354, 161 261
Casciari, Hernán 33 de Olazábal, Tirso 92—93 García Wehbi, Emilio 207 Iturralde, Victor 42
Castro, Jorge 80, 167 Dermisache, Mirtha 57, 228 Giménez, Edgardo 113
Catani, Beatriz 208 Doctorovich, Fabio 58, 167, Giménez, Enzo Emanuel 29—30 1
Cateaters 72, 120—121 173, 228, 232-233 *— Giménez, Paco 207 Jacoby, Roberto 119, 128-129,
Ceriani, Alejandra 255 Ginzburg, Carlos 61 202—203, 217, 221-223
Cerro, Emeterio 228, 230 E Girondo, Oliverio 56, 162, 227 Jacobo, Mónica 71, 189
Césari, Mauro 236 Escari, Raúl 119, 128, 217 Glcyzer, Raymundo 44 Juan, Andrea 87
Chierico, Mario 255 Epstein, Marcelo 255 Golder, Gabriela 249, 251
Cignoni, Roberto 57-58, 228-230 Escobar, María Lilian 57, 228 Gradin, Charly 199 K
Cippolini, Rafael 139 Escombros 19—20, 150 Grippo, Victor 28, 149 Kagel, Mauricio 93, 215
Cohn, Ale 81 Espinosa, Manuel 0. 53, 161 Groisman, Martin 33 Kamien, Ana 254-255
Compartiendo Capital 72, 121, Espiro, Nicolás 162 Grupo de los 13 21 Katchadjian, Pablo 82, 229
133 Estévez, Carlos 58, 228-229 Grupo Frontera 102, 146-147 Kosice, Gyula 47, 78-79, 143-
Conlazo, Roberto 191 Etcétera 85, 120 Grupo GAS-TAR 150 145, 150, 160, 162-167
Contreras, Simón 53, 160—161 Grupo Magma 20 Kozenitzlcy, Iván 72
Coppola, Horacio 42 F Grupo TEVAT 79, 150-151 Kr6pfl, Francisco 94-95
Cortázar, Julio 33 Fargas, Joaquín 28, 86 GUERRILLAHUERTA! 85 Kuhn, Rodolfo 93
L Minujín, Marta 78, 100101, Perednik, Jorge Santiago 55, 57, S
Laañ, Diyi 163 131, 145, 148—149, 185, 203, 228 Santantón, Marcela 88
La Feria,.Jorge 186 215—217, 241, 250 Pérez, Pablo 222 Santantonin, Rubén 148, 185,
Laguna, Fernanda 222 Miroli, Damián 196 Periférico de Objetos, El 206 215, 241
Lamelas, David 102, 240, 250 Móbili, Jorge Enrique 162 Pettoruti, Emilio 164 Sardón, Mariano 75, 140, 156, 236
Landi, Obdulio 53, 161 Mónaco, Primaldo 53, 161 Petraglia, Jorge 202 Scheines, Roberto 57
Lanterrno, Marta 255 Montezanti, Alberto 208 Pezido, Carmen 236 Schiavi, Cristina 222
Lascano, Julio 255 Morales, Alberto 88 Piccoli, Héctor 234-235 Sobrino, Javier 48, 230
Lazcano, Federico 72 Moreira, Carlos 222 Polesello, Rogelio 104 Solaas, Leonardo 196, 236
Le Parc, Juan 51 Mugni, Juan José 43 Pons, Ricardo 249 Souza, Jorge 53, 161
Le Parc, Julio 47-51 Museres, Ciro 169 Porter, Liliana 61-62, 218 Squirru, Carlos 113
Lilloy, Raúl 135 Muttis, Daniela 46, 255 Prati, Lidy 53—54, 160—161 Stern, Grete 112, 160, 167, 188,
Link, Daniel 33 Prior, Alfredol 92 233
Lozza, Raúl 53-54, 161 N Proyecto EXPVE 29 Suárez, Pablo 129, 203
Lublin, Lea 146, 148, 241 Nijensohn, Charly 248 Proyecto 8.0.5 87 Subero, Sergio 45
Nuevo Municipio, El 21 Proyecto Venus 222-223 Súper Siempre 192
262 M Núñez, Leo 77 Puzzovio, Dalila 113 Szperling, Silvina 255 263
Machado, Mauro 27—28 Núñez, Oscar 53, 161 Szperling, Susana 255
Maldonado, Tomás 53—54, 160—161 Szuchrnacher, Rubén 207
Q
Maier, Leopoldo 131, 202 0 Quiero, Lucia 113
Maresea, Liliana 149 Organización Negra, La 248 T
Marín, Pablo 45 Ortiz, Juan L. 162 R Taquini, Graciela 79, 168, 242,
Marini, Marilú 131 Ostera, Andrea 113 Reche, Pablo 191-192 244-245, 247, 249
Marino, Iván 80, 236, 247 Reynols 191-192 Tartaglia, Leandro 206
Marte, Luis 191-192 P Risuleo, Juan 203, 217 Telechea, Miguel Angel 129,
Martinez, Graciela 202 Pagola, Lila 1.69 Robledo, Javier 228, 258 202-203
Martino, Inne 72, 121, 133 Paksa, Margarita 140, 145-146, Rodríguez Arias, Alfredo 202 Tesoriere, Pablo 255
Masotta, Oscar 128-129, 203, 148, 151, 243 Roisman, Dina 80 Tomasln, Miguel 191
217, 220 Paralengua 57, 228 Rojas Ayrala, Ricardo 228 Torres, Ernesto 173
Masvernat, Julia 80 Pastorino, Esteban 114 Romano, Gustavo 79, 168, 235- Torres Molina, Susana 208
Meitín, Alejandro 84 Paz, Hilda 61 236 Towemalmi 152
Mejía, Walter 44 Pécora, Paulo 45 Romero, Juan Carlos 61, 174 Trejo, Mario 162
Melero, Daniel 191 Peloche, Willi 168 Ros, Alejandro 222 Trilnick, Carlos 79, 116-117,
Mercado, Marcello 80, 174 Pensotti, Mariano 208 Rubino, Marina 249 168, 235, 246, 251, 252
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V Z
Valansi, Gabriel 114 Zabala, Horacio 21, 61, 63
Valleregio, Horacio 43 Zambón, Leonello 21, 152
Velurtas, Jorge 243 Zerbarini, Marina 136
Vigo, Edgardo Antonio 57, 61- Zimmerman, Susana 202
63; 144, 218, 226-228, 233
Villamayor, Judith 72
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ACERCA DE LOS AUTORES

Esteban Castromá.n (EC) estudió Comunicación en la Universidad 275


de Buenos Aires. Es escritor y uno de los creadores de la editorial
Clase Turista. Publicó los libros El Tucumanazo (CT,
2012), Pulrián (Paradoxia, 2011), 380 voltios (Pánico el Pánico,
2011) y Fin (VOX, 2009), entre otros. Es integrante de Ludio'n.
Exploratorio argentino de poéticas/políticas tecnológicas,

Flavia Costa (FC) es Doctora en Ciencias Sociales (UBA). Investigadora


y docente de la Universidad de Buenos Aires y del Instituto de Altos
Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín
(UNSAM). Integra el equipo editor de la revistaArtqízcto. Pensamientos
sobre la técnica. Investiga en torno de arte, tecnología y sociedad;
biopolíticas y biotecnologías; episteme de la información y formas
de vida tecnológicas. Algunas de sus publicaciones son: Las anfibios
(novela, Adriana Hidalgo, 2008); Lírica social amarga. Últimos es—
critos sobre ajedrez, ciudad, técnica ):paradoja de Ezequiel Martínez
Estrada, compilación realizada junto a Christian Ferrer (Pepitas de
Calabaza, 2003). Es integrante de Ludión.
Carmen Crouzeilles (CC) es Licenciada en Letras (UBA), investi- Viterbo, 2006), Contra la pared. Sobre grafitis, pintadasy otras
gadora y docente de la Carrera de Ciencias de la Comunicación intervenciones urbanas (Libros del Rojas, 2004). Integra el equi-
(UBA). Participa del consejo editorial de Ediciones Bibelot, libros po editor de la revista Artefacto… Pensamientos sobre la técnica.
de arte. Investiga acerca de arte y tecnología, y enseñanza de la es— Es directora de Ludio'n.
critura. Es compiladora junto a Cecilia Erase y Claudia Rise' de
Umbrales )! fonteras. Escritos sobre viaje, viajes de escritura Inés Laitano (IL) es Magíster en Tecnologías de Hipermedia
(Prometeo, 2011). Es integrante de Ludio'n. (Universidad París 8) e Ingeniera en Sistemas de Información
(Universidad Tecnológica Nacional). Participa en proyectos de in-
Charly Gradin (ChG) es Licenciado en Letras (UBA) y becario vestigación del equipo Escritura e Háoermediaciones Digitales del
doctoral CONICET. Investiga los cruces entre literatura, arte y te'c- laboratorio Paragraplye en Paris y de la UTN en Rosario. Entre sus
nica en la Argentina de la década del sesenta y setenta. Fue editor últimas realizaciones se encuentra la remediatización digital
de la revista Planta. Publicó la antología ()/:.|á];: Internet, ¡yac— de Nouvelles Impressions d'Afriquede Raymond Roussel, presenta—
leers )! sofia/are libre (Editora Fantasma, 2004) y el libro de poesía daien el coloquio Cerisy R. Roassel, hier, aajourd%ai. Es integran—
(spam) (Stanton, 2011). Es integrante de Ludia'n. te de Ludio'n.

Alelí Jait (AJ) es Licenciada en Ciencias de la Comunicación Mariel Leibovich (ML) estudia Artes en la Universidad de Buenos
276 (UBA) donde cursó la Maestría en Comunicación y Cultura. Es Aires. Integra la Comisión de Experimentación Audiovisual de
docente terciaria y universitaria e investiga poéticas tecnológi- ASAECA (Asociación Argentina de Estudios de Cine y Audiovisual).
cas, poesía visual y experimental argentina. En 201 1 recibió una Organiza el área de formación del Festival Internacional de
mención honorífica en la Segunda Convocatoria Internacional Videoclanza de Buenos Aires. Es integrante del proyecto de inves-
de Ensayos y Audiovisuales Bicentenarios en acción organizado tigación PICTO Cultura: arte, te'enicay medios masivos (Universidad
por la UBA, el Observatory on Latin America (OLA) y la Nacional de General Sarmiento).
Universidad Nacional Autónoma de México (HH/UNAM). Es in-
tegrante de Ludio'n. Laura Novoa (LN) es Licenciada en Artes y Doctoranda en
Historia y Teoría de las Artes (UBA). Egresada del Conservatorio
Claudia Kozak (CK) es Doctora en Letras (UBA), Investigadora Nacional de Música “Carlos L. Buchar(lo”. Investigadora del
Independiente CONICET y Profesora en la Universidad de Instituto de Teoría e Historia del Arte “Julio E. Payro'” (UBA) donde
Buenos Aires. Dirige el Doctorado en Ciencias Sociales de la desarrolla estudios vinculados con la música argentina en los años
Universidad Nacional de Entre Ríos. Sus investigaciones giran sesenta y sobre el Centro Latinoamericano de Altos Estudios
en torno de arte, tecnología y sociedad; literatura del siglo Musicales. Es también docente en el XUNA y becaria de formación
XX/XXI; culturas jóvenes, culturas urbanas. Algunos de sus li- de posgrado de la UBA. En 2009 obtuvo una beca del Fondo
bros como compiladora y autora son: Poéticas tecnológicas, trans- Nacional de las Artes y de la Andrew W Mellon Foundation en
disciplina y sociedad (Exploratorio Ludión, 2011); Deslindes. 2010. Compiló el libro Ginastera en el Instituto Di Falla.
Ensayos sobre la literatura y sus límites en el siglo XX (Beatriz Correspondencias 1958-1970 (Ediciones EN 201 I).
Lila Pagola (LP) es Licenciada en grabado (UNC), Profesora del CONICET, ha presentado ponencias y publicado artículos cien—
Adjunta en la Carrera de Diseño y Producción Audiovisual de la tíficos sobre instalaciones artisticas, arte latinoamericano y bioar—
Universidad Nacional de Villa María. Participa en diversas acti- te. Su área de investigación es la problemática arte y ciencia. Es
vidades de gestión cultural y activismo en arte, tecnología y cul- integrante de Ladión.
tura libre. Entre sus publicaciones se cuentan: Compartiendo ca-
pital (edición de los autores, 2009); Netart latino database. El Alejandra Torres (AT) es Doctora y Licenciada en Letras,
mapa invertido del net.art latinoamericano (MEIAC, 2008); Esquemar Investigadora Adjunta CONICET y Profesora en la Universidad de
permisivos de licenciamiento en la creación artística (UNAM, 2010). General Sarmiento (UNGS) donde dirige el PICTO Cultura: arte,
Es integrante de Ludián. técnica y medios masivos. Algunas de sus publicaciones como au-
tora y compiladora son: El cristal de las mujeres. Literatura y_)%to—
María Fernanda Pinta (MFP) es Doctora en Historia yTeoría delas grafía en la obra de Elena Poniatowska (Beatriz Viterbo, 2010);
Artes (UBA). Docente e investigadora (Carrera de Artes, FFyL—UBA). (comp.) Narcisa Hirsch. Catálogo de obra (Casa Nacional del
Becaria Posdoctoral (CONICET). Secretaria de telondq?zndo. Revirta de Bicentenario, 2010); W Nitsch, M. Chiaia, A.Torres (Eds.).
720riay Crítica Eatral. Sus investigaciones han contado con el apoyo Ficciones de los medios en la periferia (Universitat zu Koln, 2008,
de la Universidad de Buenos Aires (2006-2008), la Universidad de Elektronische Hochschulschriften) ; U.Felten, I.Maurer mit
Castilla—La Mancha, España (2006), el Fondo Nacional de las Artes A.Torres (Hrgs.). Intermedialitdt in Hispanoamerilea: Brite/Je and
278 (2011) y Proteatro (2011).Publica trabajos sobre temas de artes es— Zwisehenriiam,(Stauffenburg, 2007). Preside la Comisión de 2'79
cénicas desde una perspectiva interdisciplinaria. Participa en activi- Experimentación Audiovisual de ASAECA. Es integrante de Ludio'n.
dades académicas de Argentina, España y México.

Margarita Rocha (MR) es Licenciada en Ciencias de la Comunicación


(UBA) y artista plástica. Desde el año 2003, asiste al taller de escultu-
ra de Omar Estela donde trabaja en mármol y madera. Desde el año
2004, integra los proyectos artísticos “Autores ideológicos” y “Museo
urbano”. Sus líneas de investigación y trabajo son arte y tecnologia,
museos y espacios de exhibición virtual. Desde el año 2007, se des—
empeña en tareas de educación en museos (Responsable del área de
educación y visitas guiadas del Museo de Esculturas Luis Perlotti,
2005—2007; Coordinadora del Departamento de Educación de
Fundación PROA, 2007-2010). Es integrante de Ludio'n.

Lucía Stubrin (LS) es Licenciada en Comunicación Social (UNER)


y Doctoranda en Historia yTeoría de las Artes por la Universidad
de Buenos Aires y la Université de Strasbourg. Becaria doctoral
ÍNDICE

Introducción por Claudia Koza/e

11 Instrucciones de uso

ARCHIVO BLANDO
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30 > Ciberliteratura
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73 > Digital 193 >> Software Libre
83 >Ecoarte 197 » Spam De Arte
88 > Electroacústica 199 <<Técnica>>
97 > Electrónico 200 > Tecnoescena
105 <<Experimental>> 211 <<Tecnologia>>
110 > Fotografía Experimental 211 > Tecnologías sociales
114 >> Glitch 224 > Tecnopoesía
117 >> Guerrilla de la Comunicación 237 <<Transmedial>>
122 >> Hacker 239 > Videoarte
127 >> Happening 252 >> Videodanza
131 >> Hardware Libre 256 » Videopoesía
134 <<Hipermedia>>
137 <<Hipertexto>> 259 Índice de artistas y
139 >> Holopoesía colectivos de arte argentinos
141 Instalación
>
153 <<Interactivo>> 265 Bibliografía
157 <<Intermedial>>
159 > Invencionismo 275 Acerca de los autores
163 > Madi
167 <<Multimedia>>
169 > Net.Art
177 <<Nuevos Medios»
180 >> Performance
182 <<Poéticas Tecnológicas»
183 >> Relacional
186 >> Remix
190 >> Ruidismo

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